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INTRODUCCIÓN (AARON)
A partir de 1830, uno de los asuntos controversiales consistía en definir la orientación de las estrategias económicas
que habrían de afirmar la naciente República. Bajo la influencia de la doctrina liberal en el escenario político, algunos
sectores creían firmemente que la economía debía evolucionar en esa misma dirección, propósito que en breve tiempo será
motivo de desacuerdos.
Nuevas e inquietantes preguntas se abrían frente a un horizonte incierto: ¿Cómo promover la agricultura, fuente de
la riqueza nacional, y diversificar la producción? ¿Cuál debía ser el papel del Estado en una economía agroexportadora?
Las respuestas reflejaron posiciones opuestas y dieron lugar a innumerables debates en relación con los límites y alcances
de la acción económica del Estado, tema que con matices diversos continúa siendo objeto de polémicas en el presente. El
futuro inmediato de la economía pronosticaba montón de obstáculos, siendo uno de los más resaltantes la insuficiencia de
recursos monetarios. El frecuente mal del déficit fiscal en la Venezuela decimonónica amenazaba con convertirse en un
insalvable tropiezo para el progreso de una sociedad que requería de inversiones e impulsos renovadores, del fomento de
obras públicas y de la afluencia de laboriosos inmigrantes.
La situación económica de Venezuela en 1830 era de gran precariedad, ya que no se habían superado los efectos
de la guerra de independencia sobre el país: habían numerosas haciendas y plantaciones sobre todo en la región centro-norte
que eran la de mayor importancia agrícola, disminuían los rebaños vacuno y caballar debido al alto consumo que de ellos
hicieron las tropas patriotas y realistas, entre otros. Se pasó al cultivo del café dejando un poco de lado el cacao ya que
había disminución de mano de obra entrenada para los cacaotales, el alto costo del árbol de cacao y además demoraban más
en dar frutos y rendían menos por superficie de cultivo, respecto al café, y finalmente el café tenía un mercado de exportación
en expansión. Por otro lado, el ingreso per-cápita de Venezuela en esa época era notablemente inferior al de otros países
de América siendo sus principales productos de exportación eran el café, el cacao, el ganado vacuno, el azúcar, papelón,
tabaco, batata, cueros de res, entre otros.
EXPOSITOR FRANCISCO
2. CAPITAL (FRANCISCO)
En 1830, la escasez del capital obligó a los hacendados a tomar préstamos a muy alto interés, que ofrecían a los
comerciantes importadores y exportadores, únicos poseedores del escaso circulante. Esto se debía a que las fuentes
tradicionales de Venezuela como la iglesia y los venezolanos y españoles ricos, habían sido agotadas por la guerra de
Independencia. Los préstamos fueron estimulados por José Antonio Páez para aumentar el circulante por medio de la Ley
de Libertad de contratos, la cual declaraba la libertad, igualdad y seguridad de los contratos siendo un medio poderoso para
contribuir a la prosperidad de la República, sin embargo como esta Ley permitía el acuerdo entre las partes se presentaba la
usura dejando en la ruina a varios productores.
Los ingresos del Estado, provenientes en su mayoría de los impuestos de aduana, los cuales bajaron con la caída de la
exportación en 1830, y como los ingresos fiscales no satisfacían las necesidades del Tesoro, el Estado tenía que pagarle a
la burocracia civil y militar con papel moneda o con vales, y no podían pagar la deuda externa la cual se calculaba en 37
millones de pesos.
EXPOSITOR MICHELLE
A partir de 1830 la economía venezolana se basaba en la actividad agropecuaria, cuyo factor importante era la tierra y
su explotación. A este respecto se puede decir que durante la primera mitad del siglo XIX (19) la propiedad territorial no
era muy extensa; pero después se fue incrementando paulatinamente, es por esto que surgen los grandes latifundios, los
cuales se van a caracterizar por concentrar grandes extensiones de tierra en pocas manos, limitando los cultivos y creando
una situación de feudalismo territorial.
Sin embargo, se logró desarrollar esta actividad pues ofrecía al mercado algunos productos tales como: café, cacao,
añil, caña de azúcar, algodón, leguminosa, cereal y otros. De toda esta variedad de productos, sobresalían tres rubros: el
café, el cacao y la caña de azúcar. En la medida que la actividad agrícola se ve favorecida por el gobierno, ésta aumenta su
radio de acción en el cultivo utilizando nuevas tierras conocidas como latifundios, que es definido como las grandes
extensiones de tierras cultivables que están en mano de una o pocas personas, las cuales generalmente gozan de poder
político y social. Principalmente, en la época agropecuaria, el país contaba con grandes extensiones de tierras sin cultivar.
Las grandes haciendas, hatos y fincas eran controlados por los latifundistas.
NOTA IMPORTANTE: Incluso en la actualidad, el latifundio es un fenómeno que se encuentra presente en el
país. Uno de los casos más relevantes son las grandes extensiones de tierra en la zona del sur del lago de Maracaibo, que
aunque son unas de las mejores para el cultivo agrícola, han sido destinadas por sus dueños para las actividades pecuarias.
A principios del siglo XIX (19), Venezuela se integró con fuerza a los mercados internacionales, exportando 2
productos principalmente: café y cacao. Se calcula que las exportaciones del país, impulsadas por estos productos,
aumentaron 7 veces entre 1830 y 1900. Durante esa misma época, el país creció a una tasa anual de 2.6% con algunos
altibajos. Sin embargo, este crecimiento económico no se tradujo en bienestar para la población, lo que mantuvo las tensas
luchas políticas y las guerras intestinas.
Otra de las demandas del sector mercantil estaba dirigida a la reforma de las leyes relativas a los contratos por
préstamo de dinero. Se cuestionaba firmemente la fijación de límites en las tasas de interés dispuesta por la antigua
legislación castellana. Asimismo, se exigía la adopción de medidas más efectivas en los juicios por cobro de deudas,
tomando en cuenta que los procedimientos judiciales eran lentos y engorrosos Desde la Colonia las propiedades hipotecadas
no podían ser rematadas por menos de los dos tercios de su valor, cláusula que entorpecía las transacciones debido a la
depreciación de las fincas.
El secretario de Hacienda Santos Michelena propuso en 1833 la incorporación de modificaciones a la materia legal
que regía las relaciones entre deudores y acreedores con el propósito de restablecer la confianza entre los prestamistas. Bajo
la inspiración de tales recomendaciones, se iniciaron las discusiones en el Congreso que dieron como resultado la
promulgación de la Ley de Libertad de Contratos, el 10 de abril de 1834. En sus consideraciones generales, se señalaba que
la libertad, igualdad y seguridad de los contratos habrían de contribuir a la prosperidad de la República. También se dejó en
plena libertad a las partes contratantes para estipular la tasa de interés en los préstamos. De esta manera quedó en vigencia
el libre juego de la oferta y la demanda para las operaciones de préstamo de dinero.
EXPOSITOR AMIR
9. IMPORTACIONES (AMIR)
Para 1830 como consecuencia de la Guerra de Independencia, disminuyeron drásticamente las exportaciones por
los puertos de La Guaira y Puerto Cabello, dándose la situación del cacao que disminuyó comparado con las cifras de 1800.
La falta de desarrollo de la producción no agrícola, obligó al país a importar toda clase de materia prima o
herramientas para el trabajo en el campo, las cuales eran fabricadas en otros países, a pesar de la facilidad de su elaboración,
no era posible que las mismas fuesen realizadas en el país; razón por la cual, Venezuela desde su época colonial, comenzó
a importar todo aquello que no le era posible realizar en su territorio. Se importaba tela, loza, sombreros, sillas de montar,
cerveza embotellada, zapatos, papel, licores entre otros. La importación desmedida trajo como consecuencia que la actividad
artesanal y la incipiente industria manufacturera no pudiera desarrollarse, de modo que ante la competencia extranjera los
artesanos nacionales quedaron en la ruina. Nos comenzamos a convertir así, en un país dependiente de otros países más
desarrollados, además de pagar impuestos por tal acción, sin embargo para 1830 con el fin de estimular la economía se
elimina el impuesto por alcabala que debían pagar los productores al llevar los productos de una ciudad a otra.
En materia de minería la República se inicia con el reconocimiento legal del decreto de 1829 promulgado por el
Libertador en el que se exponía que las minas eran propiedad de la República, pero es a partir de la promulgación del primer
Código de Minas en 1854, cuando se implanta el régimen de concesiones. En el sector minero, este vino a reforzar la
estructura económica del país especialmente el oro, el cual ya se venía explotando en 1842, los primeros mineros fueron
Hernández, Morales y Monasterios, quienes formaron el primer Consorcio aurífero en 1849.Otro mineral existente en esta
época fue el hierro de igual importancia que el oro, dio excelentes ganancias al ser exportado y fue parte fundamental en la
economía venezolana.
CONCLUSIÓN (CARLOS)
En conclusión este período de 1830 para Venezuela, fue un período de cambios, de enfrentamientos y de
oposiciones, que dejaron aprendizajes. Venezuela en este momento estaba siendo una especie de experimento en cuanto a
las pruebas políticas, y de gobiernos, el país todavía seguía pasando por crisis económicas fuertes como la etapa
agropecuaria, teniendo enfrentamientos y problemas, sin que ningún gobierno lograra cambiar algo.
Para el primer período constitucional de cuatro años se pudo notar todo lo acontecido y los factores que influyeron
en esta época y que le dieron valor a la economía venezolana actual, la cual estuvo enmarcada en un principio por la
agricultura y la minería factores que aunque progresaron lentamente fueron los pioneros de todo el proceso de exportación
de café, cacao, añil, cuero, oro, hierro entre otros, para darle paso a la llegada de la actividad petrolera que des plazo a la
agricultura y la minería por su atractivo económico motivando a los agricultores a abandonar los campos para dedicarse al
trabajo petrolero, y con ello acarrear ciertas consecuencias que en esa época fueron notorios, como una agricultura
desasistida, y un grado de marginalidad en las ciudades por la abrupta invasión de campesinos a sitios que no estaban
preparados para la adopción de esta población.