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Este documento resume las relaciones históricas entre la fe y la razón. Durante la Edad Media, la fe dominó sobre la razón, considerando a la filosofía como innecesaria e incluso dañina. La verdad revelada depositada en la Iglesia Romana no podía ser cuestionada. Mientras que para los griegos el hombre comprende el mundo con su razón, para los cristianos solo podía hacerlo con la ayuda de Dios. La razón estaba dañada por el pecado original y necesitaba la guía de la fe administrada por la Ig
Descripción original:
pregunta de la asignatura Historia de la filosofía medieval y renacentista I
Título original
Episodios de la hostilidad de la Fe hacia la razón
Este documento resume las relaciones históricas entre la fe y la razón. Durante la Edad Media, la fe dominó sobre la razón, considerando a la filosofía como innecesaria e incluso dañina. La verdad revelada depositada en la Iglesia Romana no podía ser cuestionada. Mientras que para los griegos el hombre comprende el mundo con su razón, para los cristianos solo podía hacerlo con la ayuda de Dios. La razón estaba dañada por el pecado original y necesitaba la guía de la fe administrada por la Ig
Este documento resume las relaciones históricas entre la fe y la razón. Durante la Edad Media, la fe dominó sobre la razón, considerando a la filosofía como innecesaria e incluso dañina. La verdad revelada depositada en la Iglesia Romana no podía ser cuestionada. Mientras que para los griegos el hombre comprende el mundo con su razón, para los cristianos solo podía hacerlo con la ayuda de Dios. La razón estaba dañada por el pecado original y necesitaba la guía de la fe administrada por la Ig
Episodios de la hostilidad de la Fe hacia la razón
Fe y razón son ámbitos de experiencia humana que han mantenido a lo largo de la
historia del pensamiento diversas relaciones que han destacado, en muchos casos, por su carácter polémico. Las relaciones entre razón y fe es uno de los principales problemas medievales que arranca ya de los primeros Padres de la iglesia y está presente en la filosofía musulmana y judía. La cultura medieval está marcada por una ideología profundamente religiosa, dirigiendo toda su atención a 1a comprensión de 1a doctrina revelada, poniendo a la filosofía al servicio de la teología para racionalizar el dogma. Hay que tener en cuenta que el término ‘fe’ se aplica, exclusivamente, a las creencias mitológicas del monoteísmo judeocristiano o musulmán. En cambio, con el término “razón” se alude, principalmente a la rica herencia de la filosofía grecolatina. Para los creyentes, la fe en el dogma basta para lo único importante: la salvación del alma de cada uno de los fieles. Consideraban a la filosofía no solo innecesaria y superflua, sino también dañina, perjudicial. Se dibuja así una posición denominada “fideísmo”. La razón es sospechosa y necesita ser encauzada por una instancia superior. La razón es pues –nos vienen a decir San Pablo o Tertuliano- proclive a sembrar dudas, a lanzar preguntas, es decir: a minar la fe. La fe no necesita justificación racional. La superioridad de la fe sobre 1a razón estriba en su carácter suprarracional: credo quia absurdum est. Para evitar esto el cristianismo terminó acudiendo –para afianzar sus propios fines- a la propia “razón”, a la “filosofía”. Hay que destacar que algunos padres de la iglesia, como Clemente de Alejandría o Justino defendieron el empleo de la filosofía griega a favor de la religión: hay un logos que ilumina a todos 1os hombres, una revelación natural que estaba ya en los filósofos paganos (Sócrates, Platón). La verdad suprema para todo el mundo cristiano será la verdad revelada, depositada en la Iglesia Romana sobre la cual no es posible la discusión ni la duda. Además, se pierde el valor de la razón como instrumento válido para comprender e1 mundo. Para el pensamiento griego el hombre comprende la realidad con su esfuerzo personal y su razón, pero para e1 cristiano el hombre sólo podrá comprenderlo con la ayuda y la voluntad de Dios. El entendimiento humano está mediado por el Entendimiento divino que, después de1 pecado original, sólo puede manifestarse a1 hombre de un modo muy precario; la razón está, de este modo, quebrada por e1 pecado de los primeros padres. El entendimiento necesita para no desviarse la regla negativa de la fe administrada por la Iglesia. Los filósofos cristianos parten en su actividad de una fe previa que no necesita a la razón. En este punto cabe destacar a Anselmo de Aosta, seguidor de Agustín, quién promulgó la máxima de “creo para entender”. La razón no puede entrar en los misterios religiosos, simplemente tiene capacidad para saber que existen. En el mundo islámico, Algazel rechazó la razón y la filosofía desde la fe islámica y defendió una mística religiosa cercana al sufismo. Durante la Edad Media, la filosofía se reduce a ser la ancilla theologiae.