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PROTOCOLOS DE PRÁCTICA ASISTENCIAL

Indicaciones del tratamiento empírico


de la tuberculosis
J.A. Camineroa y M. Casalb
a
Servicio de Neumología. Hospital General de Gran Canaria. Las Palmas. bServicio de Microbiología. Hospital Universitario Reina Sofía. Córdoba.

Introducción. Recuerdo histórico gico, que evidenciaba que las comunidades que vivían en al-
tura padecían mucha menos TB.
Pero, al margen de las curaciones milagrosas y de los ca-
Todos los esfuerzos que se realizaron para tratar la tubercu-
sos anecdóticos, es difícil poder saber si la cura sanatorial
losis (TB) en la época pre-quimioterápica corresponden al
aportó algo a la evolución natural de la enfermedad. Quizá
empirismo para intentar vencerla. Así, en el siglo XVIII co-
la mejor estadística es la de Sabourin, en 1913, sobre los re-
menzó a recomendarse al enfermo que se trasladara al cam-
sultados de veinte años de experiencia en 1.200 enfermos
po y realizara un trabajo moderado. A la dieta se le conti-
tratados en el sanatorio de Durtol. El porcentaje de cura-
nuaba prestando especial atención y la medicación en este
ciones totales había sido del 39%. Esta tasa es muy cercana
período se ajustaba a la fase evolutiva de la enfermedad. En
a la que se ha expresado previamente de la TB dejada a su li-
el estadio inicial o inflamatorio se instauraba un tratamiento
bre evolución, lo que pone muy en duda los efectos de esta
antiflogístico, consistente en sangrías, vomitivos, purgantes y época sanatorial en el tratamiento de la TB. Sin embargo, si
una dieta suave, mientras que en la fase ulcerativa, la terapia se separaban los enfermos en un grupo de potencialmente
consistía en bálsamos, expectorantes y opio. curables, o sea, en fase inicial, se alcanzaba un porcentaje de
En los primeros años del siglo XIX, la práctica de la san- curación del 71%, mientras que en el otro grupo, el de los
gría en la TB aumentó, favorecida por la doctrina irritativa incurables o con enfermedad muy avanzada, tan sólo se con-
de Broussais, que llegó a introducir masivamente la sangui- seguía en el 7,5%. Esto ya evidenciaba la importancia del
juela como tratamiento de la TB en el primer tercio del siglo diagnóstico y el tratamiento precoz, base del control actual
XIX. Pocos se opusieron a esta práctica, Laënnec entre ellos, de la TB2,3.
ya que opinaba que la sangría no podía prevenir la formación Otro período importante en el tratamiento de la TB fue
de tubérculos, ni curarlos, cuando hubieran aparecido. El en- el que utilizó múltiples procederes quirúrgicos para intentar
frentamiento a la terapéutica antiflogística (sangrías, etc.) vencer la enfermedad. Ya en el siglo II d. C., Galeno había
continuó en los años siguientes, pasando de nuevo a darse señalado que el mayor inconveniente para la cicatrización de
importancia al clima1, tal como había sucedido en épocas an- las úlceras pulmonares consistía en la imposibilidad de dejar
teriores, siempre que la enfermedad se ligaba al aire impuro. en reposo el parénquima, por los continuos movimientos
Volvía a considerarse al clima, el ejercicio y la dieta como respiratorios. Algunas observaciones aisladas habían puesto
fundamentales en el tratamiento de la TB. Se hacía impres- de manifiesto que cuando, en el curso de la tisis, un pulmón
cindible, por lo tanto, mantener al enfermo en un lugar en el se colapsaba espontáneamente, la enfermedad se curaba con
que pudiera hacer ejercicio al aire libre y, al mismo tiempo, más facilidad. Se trataba, por lo tanto, de conseguir el colap-
mantuviera una dieta adecuada y una medicación acorde con so pulmonar para que el parénquima pulmonar estuviese en
la fase evolutiva de su enfermedad, todo ello bajo estricta vi- reposo absoluto y así se pudiese curar la enfermedad. Esto
gilancia médica2,3. llevó a múltiples procedimientos quirúrgicos como la con-
Nacieron así los sanatorios antituberculosos, que se ge- drotomía de la primera costilla, las toracoplastias (amputa-
neralizaron como base del tratamiento de la TB en todos los ción de un número determinado de costillas para conseguir
países ricos en la segunda mitad del siglo XIX y primera mi- el colapso) por diferentes métodos, la cirugía de resección, la
tad del XX, y que hicieron que una de las formas por las que frenicectomía (seccionar el nervio frénico para conseguir una
estos medían su nivel sanitario era analizar el número de sa- parálisis diafragmática), la escalenotomía (sección de los
natorios que tenían. Esta época sanatorial se veía reforzada músculos escalenos que se insertaban en la primera costilla),
por los fisiólogos de la época, que apoyaban que la tisis se de- la pneumolisis extrapleural (separar el pulmón y ambas hojas
bía a una incapacidad del corazón para hacer circular la san- pleurales), intento de llenado del espacio extrapleural con di-
gre por los pulmones, lo que favorecía el depósito de los tu- ferentes sustancias (grasa abdominal, parafina, aire, esponjas
bérculos. Por eso se pensaba que los sanatorios construidos de polietileno, bolas de lucita, cápsulas de bazo de buey, cera,
en altura, con disminución de la presión atmosférica, haría etc.) y, sobre todo, el neumotórax terapéutico por diferentes
aumentar la función cardíaca y, con ello, la circulación pul- técnicas. Este último fue el que inició la etapa quirúrgica en
monar. Estas teorías tenían también un sustento epidemioló- el tratamiento de la TB, y el que más se utilizó durante este

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ENFERMEDADES INFECCIOSAS (VIII)

TABLA 1 miento farmacológico con razones bacteriológicas para ven-


Tratamiento empírico de la tuberculosis. Situaciones clínicas
más frecuentes cer esta enfermedad.

Situaciones de extrema gravedad de la TB y con escasa rentabilidad de las técnicas


microbiológicas
TB miliar
Tratamiento empírico
TB meníngea
de la tuberculosis
TB diseminada
TB pericárdica En las últimas décadas, la indicación del tratamiento empíri-
TB extrapulmonar con localizaciones donde es difícil obtener buenas muestras para co de la TB ha ido descendiendo tanto, que lo ideal es que es-
diagnóstico y donde éstas son paucibacilares tuviesen reducidos a una mínima parte. Además, ahora el tra-
TB pulmonar con baciloscopia negativa, en espera de los cultivos. Se necesita una tamiento empírico está casi exclusivamente en relación con
importante sospecha clínica y radiográfica, y haber descartado otra enfermedad que
justifique el cuadro clínico los importantes problemas diagnósticos que tiene la TB
TB pulmonar con baciloscopia y cultivo negativo. Entre un 10-15% de los casos con escasa población bacilar, no con la administración en sí
totales de TB
del tratamiento. Y es que el único diagnóstico de certeza de la TB
TB: tuberculosis.
es el cultivo positivo, con identificación de la micobacteria como
perteneciente al complejo M. tuberculosis. Pero este diagnós-
tico de certeza mediante el cultivo tiene dos importantes li-
período que va desde las últimas décadas del siglo XIX hasta mitaciones. La primera de ellas es que mediante el cultivo, in-
bien superada la mitad del siglo XX2,3. cluidos los medios líquidos más sensibles, sólo se pueden
No existen estudios adecuados que hayan evaluado con diagnosticar alrededor del 90% de los casos de TB, ya que, en
profundidad el impacto que pudieron tener todas estas el resto, el número de bacilos es tan escaso que ni siquiera
cruentas técnicas en la posible curación de los enfermos. Lo pueden ser captados por los medios de cultivo más sensibles,
que sí es cierto, es que tenían una elevada morbilidad y mor- pero se trata de TB activas. Esto hace que, aproximadamente,
talidad. Es necesario recordar que entonces la anestesia ge- un 10% de los casos de TB se tengan que tratar empíricamente,
neral estaba muy poco desarrollada y la gran mayoría de es- ante datos clínicos y/o radiológicos y/o histológicos sugestivos, siem-
tos procederes había que realizarlos con anestesia local. En pre después de descartar otras posibles enfermedades como origen del
cualquier caso, es muy probable que las curaciones no supe- cuadro clínico. Si el cuadro se cura con el tratamiento frente a
raran el 40% (esta era la tasa conseguida por la toracoplastia la TB, se podrá aceptar que el caso era una TB2.
hasta 1927, con una mortalidad del 16%), cifra escasamente La segunda limitación del cultivo es su demora en ofre-
superior a la evolución natural de la enfermedad si no se la cer el resultado, entre 4-8 semanas en los medios sólidos, y
somete a ningún tipo de tratamiento. Además, era a costa de 2-4 semanas en los medios líquidos. Esta tardanza en poder
un enorme sufrimiento personal y de una elevada mortalidad obtener el resultado hace que, en la mayoría de las ocasiones,
por algunos de los métodos utilizados2. El destino de los tu- el cultivo sólo confirme el diagnóstico más que ser un ins-
berculosos en el mundo cambia radicalmente con la llegada trumento para indicar el inicio del tratamiento. Este inicio se
de los antimicrobianos al tratamiento de las enfermedades suele realizar ante técnicas más rápidas, sobre todo la baci-
infecciosas. Así, cada uno de los nuevos antimicrobianos que loscopía o el estudio histológico del tejido que, aunque apor-
se descubrían se probaba para la TB, el principal azote sani- tan resultados que en más del 95% se corroboran con TB, no
tario que padecían todos los países del mundo. Seguían sien- son 100% específicas como el cultivo. Por ello se considera
do tratamientos empíricos, pues se desconocía su posible ac- diagnóstico de alta probabilidad de TB a aquellos casos con
ción. Así, la sulfanilamida (1938) fue la primera de las baciloscopia positiva, o aquellos en los que, por determina-
sulfamidas que se utilizó frente a la TB, demostrando que, das razones, se ha tenido que recurrir a la toma de biopsias y
aunque tenía un efecto inhibidor en la TB experimental del el estudio histológico de las mismas evidencia granulomas
cobaya, no era capaz de afectar la evolución de la enferme- con necrosis caseosa sugestivas de TB. Basándose en su eleva-
dad en el hombre. Algo similar ocurrió con algunas sulfami- da especificidad (pero no del 100%), rapidez, sencillez y bajo coste,
das más complejas como la promina (1943), o con la penici- una tinción en la que se observen bacilos ácido-alcohol resistentes es
lina que Alexander Fleming empezó a utilizar en la clínica en suficiente para iniciar el tratamiento específico, en espera de su con-
1941. Todo comienza a cambiar con el descubrimiento de la firmación mediante el cultivo. Por lo tanto, también se podrían
estreptomicina por S. Waksman y A. Schatz en 1943 y su uso considerar tratamientos empíricos frente a la TB, aunque la
en la TB humana desde 1944. A este primer antibiótico efi- gran mayoría serán diagnósticos de certeza posteriormente.
caz frente a la TB le siguió la investigación y el descubri- La visión de granulomas en la pieza de biopsia, si se acom-
miento de otros en los años y décadas posteriores, que con- paña de un cuadro clínico y radiológico compatible y se han
siguieron que la TB se convirtiera en una enfermedad descartado otras posibles enfermedades, también es suficien-
curable desde mediados de la década de los 50. Se había ini- te para iniciar el tratamiento2.
ciado la fundamental era quimioterápica de la TB. Así, en las
décadas de 1950 a 1980 no sólo se descubrieron los fármacos
más eficaces contra la TB, sino que también se razonaron las Pautas terapéuticas
bases bacteriológicas del tratamiento de esta enfermedad y se
descubrió la acción de la gran mayoría de estos fármacos. Se Las pautas de tratamiento empírico serán las mismas que se
había pasado del tratamiento empírico de la TB al trata- usan en el tratamiento dirigido por la bacteriología, que evi-

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INDICACIONES DEL TRATAMIENTO EMPÍRICO DE LA TUBERCULOSIS

santes de resistencia a los fármacos


más importantes para el tratamien-
to de la TB, los tratamientos empí-
ricos de la TB deberían pasar a la
historia4,5.
Vemos pues, cómo tecnológi-
camente hemos conseguido en el
siglo XXI tener los medios de la
micobacteriología moderna para
poder hacer todos los tratamientos
de certeza de la TB orientados mi-
crobiológicamente en tiempo real.
Si bien, la realidad práctica nos
hace saber que lamentablemente
en muchos países esto no es posible
0 1 10 100 1.000 10.000 100.000 1.000.000
y deben seguir recurriendo a los
tratamientos empíricos para tratar
la TB.
Fig. 1. Tratamientos empíricos en la tuberculosis ligados a los métodos diagnósticos para la tuberculosis pul-
monar (rentabilidad según el número de bacilos de Koch en esputo).

dencia que la asociación durante 6 meses de isoniacida y ri- Bibliografía


fampicina más piracinamida durante los 2 primeros meses es
la ideal en caso de TB iniciales. Habría que tener simple- • Importante •• Muy importante
mente en cuenta la tasa de resistencia inicial de la isoniacida
de más del 4% de los casos, lo que obligaría a añadir un cuar- ✔ Metaanálisis
to fármaco como el etambutol o la estreptomicina. ✔ Ensayo clínico controlado
En la figura 1 se puede apreciar el aporte que pueden re- ✔ Epidemiología
alizar las técnicas de rutina en el diagnóstico de la TB, así
como los tratamientos empíricos que aún se tendrían que re-
✔1. Zerolo T. Climatoterapia de la tuberculosis pulmonar. Sta Cruz de Te-
nerife: Imprenta V. Bonnet; 1889.
alizar en un país desarrollado con acceso a todas estas técni- ✔2. Caminero Luna JA. Guía de la tuberculosis para médicos especialistas.
International Union Against Tuberculosis and Lung Disease, editor. Pa-
cas diagnósticas. ris: Imprimerie Chirat; 2003. p.1-390.
En la actualidad, con el desarrollo de la Microbiología ✔
3. Sauret J. La tuberculosis a través de la historia. Madrid: RAYMA Servi-
cio Editorial S.L.; 1990.
Molecular, usando técnicas genéticas que llegan a permitir ✔
4. Rinder H, Feldmann K, Tortoli E, Grosset J, Casal M, Richter E, et al
Culture-independent prediction of isoniazid resistance in Mycobacterium
diagnosticar en tiempo real las micobacterias directamente tuberculosis by katG gene analysis directly from sputum samples. Mol
de muestras clínicas, identificando M. tuberculosis y las mico- Diagn. 1999;4(2):145-52.
bacterias atípicas más patógenas, al tiempo que permiten la ✔5. Ruiz P, Gutiérrez J, Zerolo FJ, Casal M. Genotype mycobacterium assay
for identification of mycobacterial species isolated from human clinical
detección de las mutaciones genéticas más frecuentes cau- samples by using liquid medium. J Clin Microbiol. 2002; 40(8):3076-8.

Medicine. 2006;9(56):3677-3679 3679

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