AÑO 6, N° 14 noviembre .

diciembre 2011 / $20

Mundo Actual
LA XENOFOBIA EN SUDÁFRICA: LA OTRA CARA DE LA
RAINBOW NATION. Bovino, Ana

CONFLICTOS INTERNOS, VIOLENCIA Y CRIMINALIDAD EN

AMÉRICA LATINA: ¿HACIA UNA REFORMULACIÓN DEL
CONCEPTO DE “INSURGENCIA”? Bartolomé, Mariano

CRISIS ECONÓMICA Y VICISITUDES EN LA INTEGRACIÓN

EUROPEA: ¿HUIR DEL EURO Y HUNDIR LA INTEGRACIÓN?
Martínez, María Celia

Teoría / Historia / Filosofía

EL CLUB DEL PROGRESO. DILEMAS, DEBATES Y AVATARES
EN TORNO AL DESARROLLO. Porretti, Eduardo
(misión permanente ARG en UN)

Gaspar
Segafredo
Política Exterior Argentina

Refugiados en Argentina:
ENTRE LEYES EJEMPLARES Y XENOFOBIA SOCIAL.
ENTREVISTA A MARCOS FILARDI.
 Gabriela C. Carrazco
Directora Ágora Internacional

editorial
autoridades anuar Excuse-moi, monsieur, no soy ave migratoria
que por capricho abandonó su morada
al arribo de adversas estaciones:
soy un náufrago de un país zozobrado
Imaginate por un instante que ya, en este momento tenés que salir de tu casa porque
hay un bombardeo afuera, escuchás gente gritando, ruidos ensordecedores, y tenés
que correr con un par de cosas. Te vas, sin mirar atrás, sabiendo que no vas a volver,
que tu casa va a quedar destruida. A ésto sumale tener familia, y caminar durante
que un pirata infame hundió días sin comida ni bebida. Agregá que hay miles en tu situación, y que la realidad
en las mares de la miseria. supera cualquier ficción que hayas visto, que para sobrevivir dependés de condiciones
favorables, y de algún organismo que te acerque comida, o lugar donde dormir. Pensá
comisión directiva consejo consultivo comisión anu-ar para Ando en busca de una playa hospitalaria
en que tu vida y la de los que amás está amenazada constantemente, tenés miedo….
Presidente Dirección Académica el noreste argentino sin escollos de absurdas celosías.
Ando en busca de una tierra sin fronteras pero buscás alternativas.
Silvia Perazzo Silvia Perazzo Director de la Comisión para el Noreste
Secretaria Dirección de Relaciones Institucionales Argentino donde encuentre al hermano universal Este número está dedicado a los refugiados y migrantes en el 60° aniversario de la
María Pía Lezama María Pía Lezama Eduardo Martín Fracalossi de mis ensueños combativos y mis luchas ancestrales, adopción de la Convención sobre el estatuto de los refugiados.
Tesorera Dirección Revista Ágora Internacional para que juntos encontremos,
con brújulas ideales y brazos solidarios, Estamos llenos de estas historias que conmueven, aunque nos parezcan lejanas.
María Isabel Banzas Gabriela Carrazco Cada día, miles de personas escapa de situaciones terribles, de las violaciones más
Vocal Coordinación Modelos de Naciones Unidas la tierra prometida que las armas robaron
cruentas a los derechos humanos más básicos, como el derecho a la vida.
Fabián Lavallén Ayrton Zazo Girod a nuestros sueños milenarios.
Poema del poeta Julio Herrera Pulsión de vida en estado puro, lanzarse a la deriva, a algún lugar que cobije un poco

staff
Chile/Canadá de humanidad como para aceptar a ese otro sin rumbo que ha soportado situaciones
de marginalidad al límite, tan sólo para vivir, o para seguir ayudando a los suyos que
quedaron en la situación de la que se escapa.
No queremos dar por sentado nada, no queremos que se naturalicen estas situaciones
tan injustas, y para no naturalizar algo que no creemos válido, la mejor manera es
hablar de ello, es enterarnos de las vivencias de otro, de humanizarlos, de vernos
reflejados en sus historias, de ponernos en sus zapatos; es saber que hay gente que
Dirección General Consejo Asesor Asociación para la difusión de los a pesar de todo los acompaña.
Gabriela Carrazco Arturo Fernández Principios de las Naciones Unidas de la
Direccion Académica Fabián Lavallén República Argentina Lamentablemente, estos seres, una vez que atraviesan innumerables impedimentos,
Luis Leandro Schenoni Fabián Calle se encuentran en una situación de marginalidad, discriminación y xenofobia, que hace
Prensa Federico Merke Redacción dificultosa su inserción en la sociedad.
Alejandro Di Giacomo Juan Carlos Perazzo Curapaligüe 506, CP1406, C.A.B.A. A través de las notas de este número buscamos hacer visibles, desde un prisma
Diseño y Diagramación Pedro Romero teléfono académico, estas realidades.
Natalia Carrazco – Soledad Sábato Lincoln Brizzorero Revelez +54 11 4632 7954
web - mail Agradecemos a todos y a cada uno de los autores que brindaron su tiempo y potencial
Luciana Micha
para entregarnos material de excelente calidad. Es un orgullo para esta Dirección
Entrevistas Diana Tussie www.anu-ar.org
tener el aporte de tan destacados analistas.
Gaspar Segafredo agorainternacional@anu-ar.org
info@anu-ar.org
“Nuestra generación no se habrá lamentado tanto de los
crímenes de los perversos, como del estremecedor silencio de
los bondadosos” (Martin Luther King)
Seguimos trabajando para crecer y profundizar interrogantes que sirvan como motor
Los contenidos son exclusiva responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente la opinión de los editores de la a nuevas formas de pensar la realidad internacional que nos circunda. Esperamos
que tanto nuestros queridos suscriptores como todo aquel al que le llegue esta
revista, ni de la Asociación.
publicación, encuentre en Ágora Internacional un material valioso de reflexión y
Está prohibida la reproducción parcial o total de los artículos sin la previa autorización de la Dirección de la revista.
debate.
Derechos de la propiedad intelectual: en trámite
ISSN 1850-2040
EDICIÓN 14 SUMARIO

sumario
[ Las notas tienen sus referencias a partir de la página nro 82 ]

Reflexiones del Mundo Actual

La xenofobia en Sudáfrica: LA OTRA CARA DE LA
RAINBOW NATION.
Bovino, Ana
Conflictos Internos, Violencia y Criminalidad en
América Latina: ¿hacia una reformulación del
concepto de “insurgencia”?
Bartolomé, Mariano
Crisis económica y vicisitudes en la integración
europea: ¿Huir del euro y hundir la integración?
Martínez, María Celia
A 20 años de la caída de la Unión Soviética: un
balance del nuevo orden.
Oñativia, Oscar
Naciones Unidas
Política Exterior Argentina
Organismos Internacionales Teoría / Historia / Filosofía
NOTA DE TAPA
Misión de las Naciones Unidas para la Estabili- Refugiados en Argentina: la problemática de El club del progreso. Dilemas, debates y ava-
zación de Haití – MINUSTAH. los migrantes y su inclusión en la Ley de Migra- tares en torno al desarrollo.
Núñez, Víctor Manuel ciones. Entrevista a Marcos Filardi. Porretti, Eduardo (misión permanente ARG en UN)
por Gaspar Segafredo
60° aniversario de la adopción de la Convención Armamentismo en América Latina.
sobre el estatuto de los refugiados. De Ángelis, Martín.
Balance y perspectivas.
Fundación Ciudadanos del mundo
DESPLAZAMIENTO FORZADO Y APATRIDIA: UNA PREO-
CUPACION GLOBAL
Demant, Eva
Noticias Insitucionales
Eventos de Anuar, en este N°:
_V EDICIÓN MODELO UNIVERSITARIO
_ANUARIO POLÍTICA INTERNACIONAL 2011
_SIMULACIÓN DE OPERACIÓN EN MISIONES DE PAZ

pág 7 pág 33 pág 53 pág 67

AGORA 7
INTERNACIONAL
EDICIÓN 14

Bovino, Ana
Bartolomé, Mariano
Martínez, María Celia
Oñativia, Oscar

mundo actual
p.08 La xenofobia en Sudáfrica:
LA OTRA CARA DE LA RAINBOW NATION.
Bovino, Ana

p.14 Conflictos Internos, Violencia y Criminalidad en América Latina:

¿hacia una reformulación del concepto de “insurgencia”?
Bartolomé, Mariano

p.20 Crisis económica y vicisitudes en la integración europea.

Martínez, María Celia

p.26 A 20 años de la caída de la Unión Soviética:

un balance del nuevo orden.
Oñativia, Oscar

AGORA 9
INTERNACIONAL
EDICIÓN 14
Ana Bovino
La xenofobia
Sudáfrica ha sido frecuentemente admirada por la
construcción que se ha logrado, finalizado el apartheid,
de una sociedad intercultural basada en la integración
en Sudáfrica:
de personas de diferentes países, etnias y religiones,
manteniendo las identidades propias a la vez de fomentar
De nacionalidad la unidad nacional. Esta imagen que transmite al mundo
la otra cara del
argentina, es la ha llevado a ser denominada por muchos como una
Licenciada en rainbow nation, metáfora utilizada por Nelson Mandela y
Ciencia Política
Desmond Tutu y luego reproducida alrededor del mundo.
rainbow nation
por la Universidad
El arco-iris representa la idea del multi-culturalismo pero
de San Andrés. Es
miembra fundadora a la vez de la unidad; una unión de personas de diferentes
del Centro para nacionalidades, etnias y culturas conviviendo pacíficamente
el Refugiado y dentro de un mismo territorio. La Constitución de Sudáfrica,
Migrante Africano redactada en el marco de la transición democrática de 1994,
(CRyMAf), trabaja
como asesora en la
A modo de radiografía histórica de un proceso complejo y confuso es una de las más progresistas y democráticas del mundo,
y sigue siendo observada internacionalmente y admirada
Honorable Cámara
de Diputados como el que ha atravesado Sudáfrica, Ana Bovino nos muestra los incluso por países con larga tradición democrática. El fin
del apartheid en Sudáfrica y la creación de la nueva nación
de la Nación y
como asistente de reflejos de cómo algunas problemáticas mutan pero su nudo subyace, basada en el consenso y la reconciliación la ha convertido
en los ojos de muchos como un exponente de la unidad,
investigación en
distintos proyectos. más alla del ruido de la vuvuzelas, y de unas de las personalidades igualdad y democracia, una verdadera nación arco-iris.
Sin embargo, el mito del rainbow nation ha enceguecido
más influyentes e importantes del siglo XX, Nelson Mandela. a muchos observadores internacionales respecto a una
realidad sudafricana que contrasta fuertemente con el
concepto simbolizado por el arco-iris. Aunque han habido
notorios avances tales como la adopción de políticas de
acción afirmativa y la criminalización de la discriminación,
la transición democrática no ha finalizado con la
discriminación sino que solamente ha trasladado el sujeto
victima desde el negro hacia el extranjero[1]. La ola de
ataques hacia extranjeros africanos en mayo y junio de
2008, al haber tenido una fuerte repercusión en los medios
internacionales, ha hecho visible la persistencia del racismo,
la violencia y la intolerancia en Sudáfrica, englobados en
una manifiesta xenofobia.
El presente artículo tiene como objetivo retratar la otra cara
del “milagro sudafricano”, realizando una breve reseña de la
xenofobia en Sudáfrica y sus principales manifestaciones. Se
analiza críticamente a la legislación migratoria, identificando
al paradigma de seguridad adoptado como una importante
fuente para la creación de un discurso hegemónico xenófobo
por parte del Estado, discurso que es luego reproducido en
la sociedad a través de prácticas de xenofobia. Por último, se
busca una explicación de las causas de la xenofobia a través
de la reconstrucción de un difícil proceso de construcción
de nación, entendiéndola como un discurso producto de
este proceso y de sus particularidades. Se finaliza con una
breve conclusión que intenta identificar posibles medidas a
ser tomadas para cortar con la espiral regresiva que es la
xenofobia.
La xenofobia en Sudáfrica: una práctica violenta
con un fuerte componente racial
La xenofobia en Sudáfrica tiene dos particularidades: en
primer lugar, no consiste en una mera actitud de rechazo
hacia los extranjeros, como lo establece su definición, sino
mundo actual
que se ha constituido en una práctica, traduciendo el rechazo
en acciones físicas violentas[2]. En segundo lugar, no es una
práctica dirigida hacia todos los extranjeros por igual, sino
que tiene un fuerte componente racial. Las víctimas de la
xenofobia en Sudáfrica son casi exclusivamente africanos de
piel negra, mostrando una fuerte continuidad con el pasado
racista de este país[3]. Lo que sí es novedoso respecto al
pasado, es que aunque la xenofobia está presente en todos
los sectores de la sociedad, la mayoría de los ataques
violentos hacia los extranjeros negros fueron llevados a
cabo por sudafricanos negros.
Las víctimas fueron en su mayoría extran-
jeros africanos, muchos de los cuales eran
refugiados y solicitantes de asilo, de por sí
en condiciones de alta vulnerabilidad. Tal
era la intensidad de los ataques, que fue
necesaria la intervención del ejército sudaf-
ricano para su cesación.
La dificultad para cuantificar la cantidad de inmigrantes
indocumentados hace que la xenofobia en Sudáfrica
sea una reacción a la percepción de la inmigración y sus
consecuencias más que a la realidad. Dada la falta de datos
estadísticos precisos, el elemento discursivo, tanto en los
medios como en la política, cobra especial relevancia. La
percepción generalizada de un incremento exponencial de
la inmigración desde 1994, y de que los inmigrantes son
la causa de los principales males del país, tales como el
desempleo, el crimen y el SIDA, se ve retratada en diversos
medios periodísticos así como en discursos oficiales de
varias figuras públicas. Además, la prensa rara vez distingue
entre los inmigrantes ilegales y otros tipos de migrantes,
haciendo que la población reaccione de la misma manera
hacia cualquier extranjero, independientemente de si es
indocumentado o no[4].
Un informe del Southern African Migration Project,
analizando 1200 artículos periodísticos entre 1994 y 1998,
muestra que los medios típicamente producen y reproducen
tres estereotipos: que los migrantes i) roban el trabajo de
los sudafricanos, ii) que están involucrados en actividades
criminales y iii) que son ilegales. Aproximadamente 25%
de los artículos asocian a los migrantes de alguna forma
al crimen[5].
Estos mismos estereotipos son también creados desde el
Estado, a través de declaraciones públicas por parte de
funcionarios y políticos, relacionando a los inmigrantes con
las elevadas tasas de criminalidad y el desempleo. Para citar
un ejemplo, Billy Masethla, ex Director General de Home
Affairs y parte del ANC, afirmó que “aproximadamente
el 90% de las personas extranjeras, que están en la RSA
con documentos fraudulento están involucrados en
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INTERNACIONAL
EDICIÓN 14
otros crímenes también… es más rápido acusarlos a
estos criminales por su falsa documentación y después
deportarlos que seguir el largo camino con respecto a
los otros crímenes cometidos[6]”. Sorprendentemente,
no existen datos para sustentar esta afirmación. En esta
misma línea, el Ministro de Home Affairs Mangosuthu
Buthelezi en 1998 afirmó que “si nosotros los sudafricanos
vamos a competir por los recursos escasos con millones de
extranjeros que están entrando a Sudáfrica en cantidades,
entonces podemos despedirnos de nuestro Programa de
Reconstrucción y Desarrollo[7]”.
Estas no son declaraciones aisladas sino más bien
representaciones de la xenofobia institucionalizada existente
en Sudáfrica. Los extranjeros sufren de discriminación
sistemática en su contacto con las autoridades estatales,
especialmente con la policía, con los funcionarios de Home
Affairs y con los empleados carcelarios. En estos casos, la
xenofobia toma la forma de un ejercicio arbitrario del poder,
de corrupción, de extorsión, de violencia y de tortura[8].
El Departamento de Home Affairs, responsable de hacer
cumplir la ley migratoria, utiliza con cada vez mayor
frecuencia distinciones raciales para identificar a los
“extranjeros ilegales”, basándose en criterios tales
como el color de piel y la altura. Esto ha resultado en la
detención de muchos ciudadanos sudafricanos por ser, por
ejemplo, “demasiado negros”. Ese ministerio es una de las
instituciones más corruptas del gobierno sudafricano, y es
práctica común la amenaza de detención para sobornar a
los extranjeros. Un análisis de la composición de la cárcel de
Lindela muestra que son muy pocos los blancos detenidos
por violaciones a la ley migratoria, que los asiáticos son
liberados rápidamente, y que la mayor parte de los presos
por razones de migración son africanos de piel negra[9].
En las últimas décadas, los incidentes de violencia y
discriminación hacia los extranjeros por parte de la
sociedad han incrementando notablemente, estallando en
mayo de 2008 en lo que fueron los ataques xenófobos más
violentos y extendidos de su historia democrática. En menos
de un mes, 135 incidentes violentos aislados tuvieron como
resultado 62 muertos, al menos 670 heridos, docenas de
violaciones, más de 10.000 desplazados y una gran cantidad
de saqueos y destrucción de propiedades. Las víctimas
fueron en su mayoría extranjeros africanos, muchos de los
cuales eran refugiados y solicitantes de asilo, de por sí en
condiciones de alta vulnerabilidad. Tal era la intensidad de
los ataques, que fue necesaria la intervención del ejército
sudafricano para su cesación[10].
Aunque por su escala, ferocidad y rápida expansión
geográfica estos ataques fueron novedosos, no ocurrieron de
forma aislada y excepcional, sino que se encuadran dentro
de una cultura de xenofobia que caracterizó a toda la etapa
post-apartheid. De hecho, la violencia hacia los extranjeros
comenzó ni bien recuperada la democracia. En 1994, en el
barrio de Alexandra en Johannesburgo, una banda de jóvenes
armados destruyó viviendas y propiedades de extranjeros,
demandando que sean removidos del área. Cuatro años
después, luego de un acto donde se culpabilizó a los
migrantes y refugiados por los altos niveles de desempleo,
crimen y SIDA, dos senegaleses y un mozambiqueño fueron
lanzados desde un tren en movimiento. Desde el año 2000 a
2008 hubo nueve incidentes de violencia hacia extranjeros,
en seis provincias distintas, todos dirigidos hacia africanos,
la mayoría proveniente de Zimbabwe, Etiopia y sobre todo
Somalia. La frecuencia y la intensidad de los ataques se ha
incrementado claramente, finalmente estallando en mayo
de 2008[11].
Las legislación migratoria: el paradigma de seguridad
y la figura del inmigrante como una amenaza
A pesar del profundo cambio político en Sudáfrica, la
política migratoria permanece enraizada en los supuestos y
las creencias del pasado. El espíritu de tolerancia, igualdad
y respeto por los derechos humanos plasmado en la
Constitución no se ve reproducido en la política migratoria.
Mientras que la Constitución está basada en un paradigma
de derechos humanos, la legislación migratoria se basa en
un paradigma de seguridad, considerando a la inmigración
como una amenaza. Este paradigma implica que la
legislación se enfoca en el fortalecimiento de los aparatos
del estado responsables de aplicar la ley. Dados los vicios
mundo actual
La ausencia de una “comunidad natural” en
la cual basarse en términos de idioma, etnia
y cultura implicaba una serie dificultades en
construir la nación en base a la inclusión y
a la identificación. De este modo, era mucho
más fácil definir al ciudadano sudafricano en
base a quien no es sudafricano
heredados del estado del apartheid, el fortalecimiento de
instituciones represivas puede consistir en una importante
amenaza a los derechos humanos, sobre todo si no se
dictan normas de política migratoria orientadas a garantizar
el respeto de los mismos.
La primera legislación migratoria de la etapa democrática
fue el “Aliens Control Act”, sancionado en 1991, justo antes
de finalizado el apartheid. El foco de esa norma era el control
de la entrada así como la expulsión de los extranjeros
no deseados. En 1995 se realizaron modificaciones que
incrementaron los poderes represivos de los funcionarios
estatales, y desde entonces se han realizado diversas
modificaciones a la legislación, en un intento confuso por
reformar la legislación anterior, pero sin un verdadero
cambio de fondo[12].
Actualmente la política migratoria está encuadrada en
el “Immigration Act” de 2002, con las modificaciones de
2004 y 2007. En el preámbulo de dicha ley se explicita el
objetivo de la misma, a saber, la implementación de un
nuevo sistema de control migratorio que asegure que se
satisfagan una serie de factores. Entre dichos factores
figuran la seguridad y el control de la inmigración por parte
del estado, la efectiva y eficiente imposición de las leyes de
inmigración, la prevención de la xenofobia, la promoción de
una cultura de derechos humanos en la imposición de las
leyes y la educación de la sociedad civil sobre los derechos
de los extranjeros. Aunque el preámbulo anuncia una ley
que prioriza tanto el control migratorio y la imposición
de las normas como la prevención de la xenofobia y el
respeto por los derechos humanos, en el texto de la misma
solamente se incluyen artículos relacionados al primero de
estos objetivos y ninguno que explicite como se debe llevar
a cabo el segundo.
Los artículos que garantizan el control migratorio están
basados en la figura del “extranjero ilegal” y la criminalización
de los inmigrantes. El simple hecho de no tener la situación
migratoria regularizada es causa de prisión[13] y se establece
que cualquier extranjero ilegal debe ser deportado[14]. Uno
de los artículos más controvertidos de la ley es el 34, que
establece que un funcionario de inmigración puede detener
a un extranjero ilegal sin la necesidad de una orden judicial y
que el extranjero deportado puede ser obligado a pagar una
suma suficiente para cubrir total o parcialmente los costos
relacionados con su deportación. La arbitrariedad que
permite este artículo atenta claramente contra el espíritu
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EDICIÓN 14
de la Constitución basado en los derechos humanos, sobre
todo si consideramos los altos niveles de corrupción que
caracterizan al Departamento de Home Affairs.
El capítulo sobre deberes y obligaciones consiste en una
importante fuente de xenofobia en la sociedad, al prohibir
a cualquier persona a emplear a un extranjero ilegal[15], a
cualquier institución educativa a proveerle, concientemente,
instrucción a un extranjero ilegal[16] y a los encargados de
establecimientos de alojamiento a mantener un registro
de todos los huéspedes y de presentarlo a un funcionario
de migraciones si este lo demandase, pudiendo ir preso en
caso de negarse[17]. En esta misma línea, los artículos 44
y 45 obligan a los órganos estatales y a otras instituciones
a deportar a los extranjeros ilegales y el 42 prohíbe a toda
persona a ayudarlos o asistirlos de cualquier manera.
El artículo 41, que obliga a todas las personas a llevar consigo
su identificación y que autoriza a la policía o a un funcionario
de migraciones a detener aquellos sujetos sospechosos
de no estar autorizados a permanecer en el país hasta que
demuestren lo contrario, no es muy distinto de las pass laws
del apartheid. La reforma de 2004 modificó este artículo
pero mantuvo su espíritu, al agregar solamente que antes
de la detención, el funcionario o el policía debe entrevistar
a la persona en cuestión y que frente a la ausencia de la
documentación necesaria deben llevar a cabo “acciones
razonables” para asistirla en verificar su identidad y estatus
migratorio. Este artículo le otorga a los funcionarios un poder
desproporcionado frente al extranjero, que en la práctica se
traduce en pedidos de sobornos y extorsión, resultando en
detenciones y encarcelamiento en los casos de resistencia
por parte de los extranjeros, independientemente de si éstos
tienen un no una documentación válida[18].
La criminalización de la inmigración se ve plasmada
especialmente en el capítulo sobre las sanciones, no
solamente haciendo pasible de sanción penal a cualquiera
que entre o permanezca en el país sin la documentación
necesaria, sino también a aquel que concientemente
emplee a un extranjero ilegal o lo ayude a acceder a los
servicios públicos, entre otras acciones de asistencia a los
inmigrantes[19]. Las sanciones dependen de la “gravedad”
del delito, pero varían desde multas de distintos montos
hasta cuatro años de prisión.
Hasta el momento no se han demostrado esfuerzos por
cambiar el espíritu de la legislación migratoria y por adoptar
un cambio de paradigma que traslade el foco de seguridad a
uno de respeto por los derechos humanos. En las reformas
de 2004 y 2007 no se realizaron modificaciones sustantivas
a ninguno de los artículos mencionados anteriormente.
De hecho, la única modificación en lo que concierne a los
artículos relacionados con la xenofobia fue la remoción del
artículo 47, el único que incluía provisiones para prevenir
la xenofobia y la corrupción dentro del Departamento de
Home Affairs, marcando un retroceso en la legislación
migratoria. El hecho de que la legislación migratoria adopte
un paradigma basado en la seguridad y no en los derechos
humanos implica que se otorga poder a las instituciones
encargadas de controlar el flujo migratorio en lugar de
fortalecer a las instituciones cuyo objetivo es asegurar el
respeto por los derechos humanos.
La legislación de un país consiste en una de las principales
fuentes del discurso estatal, moldeando el campo en el cual
se inserta la discusión y el debate público y definiendo la
forma por la cual el estado se dirige hacia ciertos sectores
de la población[20]. De este modo, la legislación migratoria
actual no solamente no crea mecanismos orientados hacia
la prevención de la xenofobia sino que, al criminalizar la
figura del inmigrante, asienta las bases para la formación de
un discurso hegemónico de xenofobia desde el estado que es
luego reproducido por la sociedad.
La xenofobia como contra cara del nacionalismo estatal
La relación entre la xenofobia y el nacionalismo fue muy
estudiada por la literatura en la materia, y guarda especial
relevancia para analizar el caso de Sudáfrica. El incremento
de la xenofobia es, en muchos casos, producto del
nacionalismo, ya que la búsqueda de unidad en torno a
una identidad determinada muchas veces se lleva a cabo a
partir de un proceso de oposición con lo que se encuentra
por fuera de esa identidad. Dicha estrategia de creación de
identidad a partir de la diferenciación con lo está afuera
fue especialmente importante en el caso de Sudáfrica, ya
que se partía de una total falta de identidad común y de una
sociedad caracterizada por profundas divisiones étnicas,
raciales y culturales.
A diferencia de los procesos tradicionales de construcción
de estados-nación, donde existe una nación en términos de
un lenguaje y una cultura común pero no existe un estado,
en Sudáfrica existía una estructura estatal pero no una
nación. Esto llevó a un proceso de construcción de nación
inverso al tradicional y dirigido de forma verticalista desde
el estado, y desde un estado plagado de vicios de un pasado
profundamente racista. La ausencia de una “comunidad
natural” en la cual basarse en términos de idioma, etnia
y cultura implicaba una serie dificultades en construir
la nación en base a la inclusión y a la identificación. De
este modo, era mucho más fácil definir al ciudadano
sudafricano en base a quien no es sudafricano. Estas
particularidades hicieron que el proceso de construcción
de nación en Sudáfrica sea uno con un fuerte componente
de exclusión, probablemente generando altos niveles de
xenofobia simultáneamente[21].
Conclusión
El proceso de construcción de nación en Sudáfrica no fue
perfecto pero fue el único posible en un país al borde de la
guerra civil. El hecho de que hayan logrado terminar con
uno de los sistemas más racistas del mundo y crear una
nación con iguales derechos para todos los ciudadanos es
un gran logro, pero no debe ser causa de ceguera respecto
de una realidad plagada de discriminación y violencia.
mundo actual
Los sudafricanos deberían entender el fin del apartheid
como el comienzo y no el final de una transición hacia una
nación verdaderamente inclusiva, tolerante y democrática.
Una nación que no solamente respete los derechos de sus
ciudadanos sino que se comprometa verdaderamente con los
derechos humanos, entendidos como los derechos de todas
las personas y no solamente de los sudafricanos.
La xenofobia es entendida aquí como un discurso hegemónico
creado desde el estado y transmitido hacia la sociedad, que
no solamente lo reproduce y lo fortalece sino que también lo
convierte en práctica. Al reconocer al estado como un actor
clave en la generación de la xenofobia, entendemos que es
este quien debe tomar el rol activo en su disminución. Así
como creó un discurso de xenofobia, es posible que cree un
discurso de tolerancia y aceptación del extranjero que revierta
esta espiral regresiva. Es esencial que desde el estado se
deje de retratar al inmigrante como una amenaza y se busque
romper el mito de que los inmigrantes le quitan el trabajo
a los sudafricanos. El Southern African Migration Project ha
encontrado que lejos de ser una amenaza, los inmigrantes
consisten en una importante contribución para la economía
del país. En 1998 esta organización entrevistó a 70 inmigrantes
emprendedores en Johannesburgo, encontrando que todos
estos empleaban entre dos y cuatro individuos, de los cuales
al menos la mitad eran sudafricanos[22].
Además, Sudáfrica se encuentra en deuda con el resto de
la región. El gobierno del apartheid ha estado involucrado
durante tres décadas en intervenciones bélicas en distintos
países de la región: en 1980 las South African Defence
Forces han participado en seis distintos enfrentamientos
bélicos de África austral. El informe del Truth and
Reconciliation Comission reportó más de 10 mil muertes
en la región, causadas directa o indirectamente por las
agresiones del gobierno del apartheid[23]. Además, miles
de personas sufrieron los efectos de la severa destrucción
de infraestructura por parte del gobierno sudafricano, en
su intento por mantenerse en el poder[24]. En esta misma
línea, un informe del año 1989 del Commonwealth, titulado
“Apartheid Terrorism”, resumió a los costos de la campaña
de desestabilización en la región por parte del gobierno del
apartheid en un millón de muertes, 4 millones de desplazados
y un costo económico de más de 45 billones de dólares[25].
Pocos sudafricanos están familiarizados con estas cifras y
no consideran a sus países vecinos como otras victimas del
apartheid. La utilización de estos datos podría consistir en
una importante herramienta discursiva en manos del estado
para reducir la xenofobia.
AGORA 15
INTERNACIONAL
EDICIÓN 14 mundo actual

Mariano
Bartolomé

Conflictos Internos,
Violencia y Criminalidad en
América Latina: ¿hacia una
reformulación del concepto
de “insurgencia”?
No resulta en absoluto una novedad decir que el sistema internacional
actual, al contrario de lo que vaticinaban tras el fin de la Guerra Fría
numerosos especialistas de estirpe liberal, muestra un alto grado de
conflictividad. El lapso de poco más de dos décadas de duración que
se inició con la clausura del enfrentamiento Este-Oeste y se prolonga
hasta nuestros días, ha sido testigo de la aparición –o reactivación- de
numerosos conflictos armados en diferentes partes del globo.

Graduado y Dr
en Relaciones
Internacionales
(Universidad del
Salvador, USAL).
Master en Sociología
(IVVVVE-
Academia de Ciencias
de la República
Checa). Ex becario
posdosctoral,
área Seguridad
Internacional, del
Consejo Nacional
de Investigaciones
Científicas y Técnicas
(CONICET).
Profesor titular en
niveles de grado
en la Universidad
Nacional de
Lanús (UNLa)
y de posgrado en
USAL, Universidad
Nacional de La
Plata (UNLP),
Universidad de
Buenos Aires
(UBA) y Escuela
Superior de Guerra
(ESG). Director de
la Especialización
en Políticas Públicas
de Seguridad de
la Universidad de
Morón.

AGORA 17
INTERNACIONAL
EDICIÓN 14
Estos conflictos armados recibieron las más diversas
denominaciones que, lejos de ser mutuamente excluyentes, se
complementan a la hora de resaltar algún aspecto en especial
de los referidos casos. Un listado no exhaustivo permite
recordar los apelativos de “nuevas guerras” (Kaldor); “conflictos
subconvencionales” (Van Creveld); “conflictos híbridos”
(Hoffmann) y “guerras posnacionales” (Beck), entre otros. Una
de las notas distintivas de las contiendas contemporáneas es
que éstas, en la gran mayoría de los casos, se apartan de la
clásica impronta interestatal de raíz westfaliana para expresarse
en términos intraestatales. Otra cualidad relevante alude al
empleo de la violencia, en tanto herramienta racional de política,
en formatos asimétricos, por lo menos en lo que respecta a los
actores no estatales involucrados.
Tanto los conflictos armados como las situaciones sociales
signadas por un alto nivel de violencia se caracterizan por
estar fuertemente permeados por la criminalidad organizada.
Basta observar un mapa global donde estén representados
estos problemas para constatar cómo uno y otro se conectan
y superponen. Esto se observa nítidamente en un trabajo
relativamente reciente de la Organización de las Naciones
Unidas (ONU) que se concentró en los flujos de cinco tráficos
ilegales en particular: cocaína, heroína, armas pequeñas y
livianas, migrantes y trata de personas[1].
Podríamos explicar esa presencia de dos maneras
diferentes, que lejos de ser antagónicas pueden tornarse
complementarias. La primera de ellas sugiere que la clave
de la presencia criminal en esos escenarios radica en previos
procesos de erosión de los niveles de gobernabilidad y
fragilización de los Estados, con su correlato de pérdida de
efectivo control no sólo sobre el territorio sino también sobre
determinados temas y actividades (“no go areas”, en los
términos de Dahrendorf). La restante postula que la economía
criminal busca esos escenarios para reforzar y proteger su
especificidad en el sistema financiero global[2].
El inventario de actividades que el crimen organizado puede
cumplir en un conflicto armado abarca una amplia gama:
comercializar droga, armas o municiones; regentear prostitutas;
efectuar asesinatos selectivos; lucrar con la ayuda humanitaria;
cobrar por “peajes” o protección; manejar el contrabando y el
mercado negro; traficar personas que desean abandonar la
zona, etc. Algunas de estas tareas son particularmente sensibles
y lucrativas, y suelen estar interconectadas entre sí, como es el
caso de las llamadas “transacciones transfronterizas de alto
valor” en relación a los tráficos de drogas, armas y personas[3].
En algunos casos, sobre todo en la región subsahariana de
África, la criminalidad ayuda a comprender numerosos conflictos
armados, donde los actores en pugna compiten por controlar y
explotar en provecho propio determinada actividad ilegal (por
ejemplo, extracción y comercialización de diamantes).
América Latina no escapa a lo antedicho. Dentro de sus límites,
las zonas de conflicto y los cuadros de alto nivel de violencia
e inestabilidad se encuentran atravesadas por complejas
dinámicas criminales llevadas adelante por organizaciones que
cuentan con abundantes recursos materiales y financieros, en
muchos casos mayores y mejores que los que ostenta el propio
Estado. Y aunque estas actividades pueden estar asociadas a
las temáticas más diversas, en el caso latinoamericano suelen
vincularse con la cuestión de las drogas.
Con aristas particulares que les imprimen características
particulares e intransferibles, en el espacio latinoamericano
la interacción entre conflicto interno, violencia y criminalidad
organizada se plasma de manera clara en los casos de Brasil,
Colombia, Perú, América Central y México, por citar sólo los
más relevantes. Aunque con otra perspectiva, en un trabajo
previo en esta misma publicación, ya hemos consignado
algunas características de esos casos[4].
En Colombia ya no constituye una novedad el profundo
involucramiento en el tráfico de drogas de las Fuerzas
Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), el principal
grupo insurgente del país, como corolario de un proceso
iniciado hace casi dos décadas. El dato novedoso, en cambio,
está dado por la consolidación en diferentes puntos del
territorio nacional de las llamadas “Bandas Criminales
Emergentes” (BACRIM), tipificadas como el nuevo enemigo
armado del Estado por parte de Germán Vargas Lleras,
ministro del Interior y de Justicia colombiano.
El narcotráfico es la piedra basal de las actividades de estas
bandas, cuyo origen se remonta al año 2006, cuando culminó
el proceso de desarme y desmovilización de los grupos
paramilitares nucleados en las Autodefensas Unidas de
Colombia (AUC), fruto de un acuerdo con el entonces presidente
Álvaro Uribe. Los integrantes de los grupos que no aceptaron
el convide gubernamental y se mantuvieron fuera de la ley,
se reorganizaron en nuevas entidades criminales que hoy
totalizan aproximadamente unos 7 mil efectivos. Las bandas
más importantes a nivel nacional, tomando en cuenta tanto
sus dimensiones como su territorial, son los Paisas, Rastrojos,
Urabeños, Ejército Revolucionario Popular Antiterrorista
Colombiano (ERPAC), Nueva Generación y Águilas Negras.
En el caso peruano, un dato singular lo constituye el vuelco
que han efectuado hacia la criminalidad organizada sectores
residuales del grupo armado maoísta Sendero Luminoso
(SL), cuya violencia azotó al país desde comienzos de los
años 80. Hace aproximadamente un decenio, un remanente
senderista comenzó a operar en la selvática zona del Valle de
los Ríos Apurimac y Ene (VRAE), vinculándose cada vez más
con el negocio del narcotráfico, sea brindando “protección”
a los grupos criminales que operan en el área, o realizando
sus propios procesamientos de coca. Todo esto acompañado
por acciones armadas con crecientes niveles de violencia,
incluyendo ataques a efectivos militares y policiales, y el
derribo de helicópteros artillados.
El Poder Ejecutivo, a su turno, comenzó a emplear en forma
intensiva a sus Fuerzas Armadas para combatir este flagelo,
creando la Región Militar del VRAE y ejecutando operaciones de
gran envergadura. Al momento de cierre del presente trabajo,
esas acciones continúan llevándose a cabo con gran dificultad
y un éxito limitado, que nuestro colega Alberto Bolívar atribuye
a la desactualización de la doctrina militar de su país, que no
se ha renovado en más de dos décadas mientras Sendero
se ha modernizado; en este sentido, traza paralelismos con
la conducta de EEUU en Afganistán. Dice este especialista
peruano: “Para cualquier Fuerza Armada, la doctrina viene a
ser el equivalente al software que va aplicarse a través de su
hardware, que es todo su equipamiento. La doctrina es muy
importante porque te dice cómo va a pelear una determinada
organización, si fuera el caso de tener que enfrentar a un
enemigo no estatal y asimétrico, como efectivamente sucede
en el VRAE”[5].
Brasil nos muestra otra faceta de la simbiosis entre
conflictividad e inestabilidades internas, y criminalidad
organizada. En las favelas de sus urbes más populosas,
sobre todo Río de Janeiro y San Pablo, se encuentran las
bases de numerosas organizaciones criminales consagradas
principalmente al tráfico de drogas, y en forma subsidiaria a
otras actividades ilegales como prostitución, juego
Es tal la dimensión y el poderío de estos grupos, entre
los cuales se destacan el Comando Vermelho carioca y el
Primer Comando de la Capital paulista, que las operaciones
que monta el Estado para descabezarlos insumen cientos
de efectivos policiales especializados, sustentados por las
Fuerzas Armadas. En este sentido, el último acontecimiento
de magnitud tuvo lugar en noviembre del año pasado en las
favelas Vila Cruzeiro y Complejo Alemão en la zona norte de
la capital fluminense. Las operaciones fueron ejecutadas por
unidades policiales que debieron ingresar a esas barriadas a
bordo de vehículos blindados de la Infantería de Marina y, tras
mundo actual
los grupos criminales aztecas se ubican como
los terceros más importantes a nivel mun-
dial, dejando atrás a las mafias italianas y
los carteles colombianos, y siendo superados
solamente por las mafias rusas y las tríadas
chinas, que se encuentran en primero y se-
gundo lugar
una semana de desarrollo, arrojaron un saldo propio de un
país con un conflicto armado interno: el arresto o detención
de dos centenares de personas; una treintena de muertos,
en su mayoría traficantes; medio millar de armas incautadas,
incluyendo fusiles, ametralladoras y granadas; y casi treinta y
cinco toneladas de droga decomisada.
En cuanto a la región centroamericana, una elocuente muestra
de la gravedad de su situación se desprende del primer Reporte
Mundial sobre Homicidios divulgado hace apenas unos días
por la Oficina de las Naciones Unidas contra las Drogas y el
Delito (UNODC). En ese dossier se lee que el Caribe y América
Central constituyen las únicas regiones del mundo donde
el número de homicidios creció respecto a 1995. De hecho,
con 6200 asesinatos en el año pasado, en una población de
7.7 millones (tasa de asesinatos de 82 decesos cada 100 mil
habitantes), Honduras se constituye en el país más violento
del mundo. Le sigue El Salvador con 4 mil asesinatos para una
población de 6,1 millones de habitantes[6].
Avalando estos datos cuantitativos Douglas Fraser, jefe del
Comando Sur estadounidense, declaró a comienzos del
presente año que el área centroamericana “probablemente
se haya transformado en la zona más mortalmente peligrosa
(“deadliest”) del planeta, fuera de Irak y Afganistán”. Convalidando
esa contundente apreciación, las tasas de homicidios en
algunas ciudades de la región, como San Pedro Sula en el norte
de Honduras, equivalen a las que se registran en Mogadisco
(Somalia) o en la localidad afgana de Kandahar.
Otro reporte, en este caso del Banco Mundial, revela que las
condiciones de seguridad de algunas zonas de El Salvador,
Guatemala y Honduras son tan extremas, con casi un homicidio
por cada mil habitantes, que socavan las esperanzas de paz y
estabilidad que surgieron luego de la resolución de las guerras
civiles regionales. A esta situación crítica contribuyen cuatro
factores que, lejos de presentarse aislados entre sí, interactúan
potenciándose sinérgicamente. Ellos son el narcotráfico, la
violencia juvenil, la disponibilidad generalizada de armas de
fuego y, finalmente, la existencia de “maras”. Respecto a este
tipo de pandillas, se estima que actualmente existen más de
900 agrupaciones en el área centroamericana, totalizando
unos 70 mil miembros de ambos sexos que fluctúan entre los
15 y 35 años de edad[7].
Pese a la gravedad de los casos hasta aquí analizados, dentro
del contexto general de conflictividad en América Latina y
su vinculación con la criminalidad organizada, México es el
caso más preocupante. En su territorio operan seis grandes
“carteles”, cuatro de los cuales están instalados desde hace
AGORA 19
INTERNACIONAL
EDICIÓN 14
años: el de Sinaloa; el de Juárez; el de Tijuana; y el del Golfo.
A ellos deben agregarse dos escisiones del grupo del Golfo,
consumadas el mismo año 2008: por un lado, el de la llamada
Familia Michoacana; por otro, el de una fracción de su brazo
armado Los Zetas, encolumnada tras el liderazgo de Heriberto
Lazcano y Miguel Treviño Morales. Mientras la Familia estaría
desarticulada, los Zetas estarían en clara declinación, fruto de
la acción de gobierno.
La principal actividad de estas organizaciones, aunque no la
única, es el tráfico de drogas hacia el mercado estadounidense,
el mayor del mundo. Estos grupos pujan entre sí y contra
las fuerzas estatales, por el control de los negocios ilícitos,
aunque sus interacciones están sujetas a alianzas, fusiones,
separaciones y reconversiones. Fruto de esta dinámica, ha
surgido una suerte de “segunda línea” de carteles menos
conocidos que los anteriores pero de creciente protagonismo
y que podrían reemplazar a sus antecesores; entre ellos cabe
mencionar a la Línea, los Aztecas, los Mexicas y los Caballeros
Templarios. De acuerdo al reconocido especialista Edgardo
Buscaglia, en la actualidad los grupos criminales aztecas se
ubican como los terceros más importantes a nivel mundial,
dejando atrás a las mafias italianas y los carteles colombianos,
y siendo superados solamente por las mafias rusas y las tríadas
chinas, que se encuentran en primero y segundo lugar[8].
Las cifras consolidadas sobre criminalidad correspondientes
al año 2010 indican que sólo en ese período hubo más de 24
mil muertes violentas, cifra que representa un crecimiento
del 23% respecto a los 19,8 mil casos registrados en el lapso
anterior y constituye el número más alto desde los años de
la Revolución iniciada a principios del siglo pasado[9]. Esa
cantidad significa que la tasa de homicidios se elevó a 22 por
cada 100 mil habitantes, casi el triple que la registrada en
2007, primer año de aplicación de la estrategia militarizada
para atacar a los carteles de la droga.
De acuerdo al último “Barómetro de Conflictos” realizado por
la Universidad de Heidelberg, México ingresó en el año 2010
al grupo de los seis Estados más violentos del planeta, con
niveles de inseguridad similares a los de Somalia, Sudán, Irak,
Afganistán y Pakistán. En una escala que va de 1 a 5, México
fue calificado con 5, que equivale a “guerra”. Esto significa,
según el análisis, que el país vive “un conflicto en el que la
fuerza violenta se usa de manera organizada y sistemática, en
el que las partes involucradas emprenden medidas amplias y
en el que la destrucción es masiva y de larga duración”.[10]
Con un contexto como el descripto, han vuelto a recrudecer
versiones que subrayan los severos problemas de
aunque la criminalidad organizada y la
violencia política son fenómenos diferentes,
la creciente interacción entre ambos podría
dar lugar a una situación de “convergencia
motivacional”
gobernabilidad que las organizaciones criminales le generan al
Estado mexicano, para especular con su “falla” a mediano plazo,
si las condiciones no se revierten. Conviene recordar que este
tipo de lecturas se inició a principios del año 2009 desde EEUU,
cuando su Departamento de Defensa calificó a México como
un “Estado fallido”, al lado de Pakistán; poco después, un alto
funcionario de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) comentó
que un probable colapso al sur de la frontera estaba en la lista
de mayores preocupaciones de seguridad de la agencia.
El gobierno de Calderón ha negado permanentemente esa
imputación argumentando, desde nuestra perspectiva con
razón, que en México no se registran nítidas pérdidas de
control de áreas geográficas por parte del Estado en beneficio
de contrincantes no estatales, característica clave de un
proceso de “falla”. Sin embargo, en los últimos tiempos se
registraron preocupantes avances en el control territorial por
parte de las bandas criminales, según se desprende de una
investigación llevada adelante por el Senado de ese país: los
carteles controlarían totalmente unas 195 alcaldías e influirían
en otras 1536, las cuales suman el 71% del total de los 2439
municipios mexicanos[11].
A partir de tales avances es que la hipótesis de la falla estatal
volvió a integrar el discurso de muchos especialistas, tanto
nacionales como extranjeros, incluyendo en este último caso a
funcionarios estadounidenses. Ese fue el caso de Richard Lugar,
el republicano de mayor jerarquía en la comisión de Relaciones
Exteriores del Senado y uno de los miembros más influyentes
del Capitolio, cuando declaró que la violencia asociada al crimen
organizado en México había adquirido las características de
una “narcoinsurrección’’ porque los cárteles intentan limitar
el control del gobierno en partes del país, convenciendo a la
población de que la ofensiva militar y las reformas políticas
del presidente Calderón son fútiles y, de hecho, la causa de la
espiral de violencia[12]. Apenas dos meses después de esas
declaraciones Robert Gates, Secretario de Defensa, en ocasión
de su participación en la IX Conferencia de Ministros de Defensa
de las Américas, celebrada en Santa Cruz de la Sierra, opinó:
“Creo que hay un riesgo de que los carteles puedan amenazar
la capacidad de los gobiernos para ejercer soberanía en sus
propios territorios (…) hay un gran problema de seguridad y en
algunos lugares parece estar fuera de la capacidad de la policía
para lidiar con ello”.
El ya citado Buscaglia aporta a esta cuestión opinando que
la delincuencia organizada mexicana ya forma parte del
Estado, estando presente en diferentes porciones del mismo.
Textualmente: “Cuando uno habla que el Estado mexicano se
ha fragmentado en su debilidad, quiere decir que diferentes
fragmentos del Estado mexicano a nivel municipal o estatal,
forman parte ya estructural del crimen organizado”. Este
experto fue más allá de las clasificaciones convencionales para
postular, en base a las referidas fragmentaciones en planos
locales o regionales, una incipiente “afganización” del Estado;
es decir, su ausencia en casi mil bolsones territoriales en
donde los carteles criminales desestabilizaron o capturaron
los gobiernos municipales, para continuar de esa forma sus
negocios ilícitos. La analogía con la situación de Afganistán
progresa hasta el punto de tipificar a las bandas criminales
mexicanas como “mafia insurgencia”, debido a que enfrentan
al Estado de igual a igual y realizan complejos operativos
similares a los que ejecutan los taliban para emboscar a
tropas estadounidenses o de naciones aliadas[13].
Desde el ámbito académico estadounidense también existen
interpretaciones de la criminalidad organizada en términos
de insurgencia. El think tank independiente Centro para una
Nueva Seguridad en Estados Unidos (CNAS) publicó el año
pasado un informe titulado “Guerras Criminales: Pandillas,
Carteles y la Seguridad Nacional Estadounidense”. En su
desarrollo, indican que el crimen organizado “hace metástasis
en una nueva insurgencia criminal organizada” que amenaza
a los gobiernos y sociedades civiles del Hemisferio Occidental
y, cada vez más, a EEUU[14].
Las lecturas arriba descriptas, elaboradas por Buscaglia y el
Centro, tienen una enorme importancia desde el momento en
que de-construyen y resignifican el concepto de insurgencia.
Éste tradicionalmente fue entendido como “el uso prolongado
de violencia de baja intensidad para dejar sin efecto un
sistema político o forzar algún cambio fundamental en su
status quo”[15]. En esta línea, la insurgencia (al igual que el
terrorismo) queda englobada dentro de la esfera de la violencia
política, entendida como aquella violencia que proviene
de agentes organizados que buscan modificar, sustituir o
desestabilizar la institucionalidad estatal vigente[16].
Profundizando en este tema, aunque existen numerosos
trabajos que abordan la interacción entre violencia política (sea
insurgencia o terrorismo) y crimen organizado, usualmente
esos aportes sostienen que en este nexo son las primeras
las que pueden incursionar en actividades criminales, y no
a la inversa. Podemos mencionar dos abordajes analíticos
diferentes a la dinámica que se establece entre ambas
partes, el primero de los cuales sugiere que el vínculo suele
iniciarse a partir de una necesidad del insurgente o terrorista,
que puede ser de financiación o de equipamiento; sendos
mundo actual
ejemplos serían el involucramiento en el narcotráfico o la
adquisición de armas ilegales, respectivamente.
Ciertas características organizacionales y operacionales que
comparten la violencia política y la criminalidad facilitan el
proceso descripto, entre ellas la racionalidad; el accionar
secreto; el desafío al Estado y sus leyes; la asimetría en
el empleo de la violencia; y la capacidad de adaptación e
innovación. Sin embargo, en ningún momento los insurgentes
o terroristas abjuran del carácter político de sus metas, ni
renuncian a publicitar y difundir sus acciones, mientras las
organizaciones criminales actúan en función de considerandos
económicos y buscan mantenerse en el anonimato [17].
El abordaje analítico alternativo, que no se opone al anterior
sino que lo complementa, plantea que aunque la criminalidad
organizada y la violencia política son fenómenos diferentes,
la creciente interacción entre ambos podría dar lugar a una
situación de “convergencia motivacional”. En ese proceso de
convergencia progresiva, el lucro derivado de las actividades
criminales puede llegar a constituir la meta de toda o parte
de la organización insurgente o terrorista, aunque no abdique
públicamente de sus banderas políticas para no perder
legitimidad a los ojos de sus adherentes o seguidores[18].
Frente a este panorama, la verdadera importancia de la
resignificación del concepto de insurgencia por parte del
CNAS radica en que le quita su tradicional connotación política,
enfatizando en su efecto más nítido, debilitar o impedir las
funciones de un gobierno, independientemente de su meta
última[19]. De esa manera, puede ser protagonizada por
organizaciones criminales que, aunque afectan negativamente
la institucionalidad y la gobernabilidad vigentes, carecen de
objetivos políticos.
En base a todo lo que hasta aquí se ha descripto y explicado,
a modo de cierre del presente trabajo, queda corroborada la
nítida vinculación que se observa entre conflictos internos y
situaciones signadas por altos niveles de violencia, por un
lado, y criminalidad organizada. Más allá de las dinámicas
subyacentes en cada caso, esa vinculación puede adoptar
diferentes formatos, aunque en América Latina el tráfico de
drogas ocupa un lugar en esta cuestión. Los casos de Perú,
Brasil, Colombia, América Central y México así lo indican.
Para finalizar, el agravamiento de la situación de México en
materia de seguridad, confirmada por datos cuantitativos
y cualitativos, ha tenido un impensado correlato en la
reformulación del concepto de insurgencia, por parte de
especialistas locales y estadounidenses. La esencia de tal
reformulación radica en disociar ese concepto de la cuestión
de las metas políticas de sus protagonistas, para enfatizar en
los efectos que tiene sobre los márgenes de gobernabilidad y
control territorial por parte del Estado.
Aunque estas lecturas son aisladas y no representan el
mainstream temático en América Latina, no pueden ser
soslayadas debido a su eventual impacto en el diagnóstico del
entorno estratégico regional, incluyendo dos cuestiones clave:
por un lado, la relativa al empleo del instrumento militar, siendo
que no es lo mismo ese uso en un mero combate contra la
criminalidad, que contra un adversario que le disputa al Estado
el control territorial y el ejercicio de la autoridad; por otro, en la
cooperación en materia de seguridad, sobre todo en el marco
de instituciones multilaterales, como podría ser el caso del
Consejo de Defensa Sudamericano (CDS) de la UNASUR.-
AGORA 21
INTERNACIONAL
EDICIÓN 14 mundo actual

¿Cuáles son los posibles efectos políticos de las recetas para salir de la actual crisis económico-
María Celia
Martínez** Crisis económica y financiera de la eurozona? Dicha crisis trajo aparejada la polémica acerca de la permeabilidad de
las soberanías nacionales en un contexto de integración regional ante la pérdida del manejo de la
vicisitudes en la política monetaria por parte de los Estados. A partir del desmoronamiento de mercados financieros

integración europea:
¿Huir del euro y hundir
internacionales en octubre de 2008 se abrió el debate sobre la integración no sólo de economías; sino
también de sociedades y las posibles secuelas políticas para el mapa de la eurozona y para el sistema
internacional ante la eventual salida de alguno de los miembros del área monetaria. En este trabajo
se parte de la premisa que una coyuntura económica de esta envergadura podría tener repercusiones

la integración?
de diversa índole, afectando quizá también el proceso político intrínseco en la integración europea y en
el proceso de toma de decisiones dentro de la UE y la afectación a la soberanía de los Estados.

Licenciada **Una versión anterior de este trabajo La integración monetaria europea y la pérdida del unifica además de las cuentas públicas, la economía europea
en Ciencias fue presentado en las Jornadas de manejo estatal de la política monetaria en su conjunto (con la salvedad de aquellos estados que aún
Políticas (UNSJ) Filosofía Política y Ciencia Política,
no ingresan en la Eurozona). Tras el tratado de Maastricht, las
Doctoranda Universidad Nacional de Ma r del Sin embargo, la unificación de los Estados ha sido un proceso
abstracciones como la competencia, el mercado y la moneda
en Relaciones Plata, noviembre de 2011. Agradezco político voluntarista y dirigista, tomados como elementos
Internacionales los comentarios del Lic. Fabián fueron una constante que no terminaba de convencer a toda la
esenciales en la filosofía que anima la unificación europea[1].
(IRI-UNLP), Truppa a una versión preliminar a la ciudadanía europea a quien se les anunciaba que la solución
En contraste, el proceso de unificación monetaria de Europa
becaria CONICET. que aquí se presenta. a todos sus problemas económicos como el desempleo, y el
tuvo una lógica muy distinta, que quitó a los Estados Nación
aumento de sus niveles de vida se viabilizarían a través de la
uno de los principales instrumentos para el manejo de la
creación de la moneda única. Después de todo, la moneda
política económica nacional.
es, como afirmaba Hegel, la abstracción de una abstracción,
En efecto, la adopción de una moneda única para la integración dado que no es más que un equivalente genérico de todas las
europea no resultó de la decisión cerrada de una cumbre de necesidades humanas[3].
jefes de estado europeos; sino que la misma se puso bajo la
De esta manera, al haberse presentado al euro como la panacea
consideración de los ciudadanos de los integrantes del bloque.
que antecede al crecimiento económico y al desarrollo de las
La aceptación no fue unánime, puesto que en Gran Bretaña
naciones europeas, en cierto modo se puso el carro delante
el referéndum evidenció la preferencia de gran parte de los
del caballo, y con eso Europa pasó a ser percibida como un
ciudadanos a conservar su fuerte moneda nacional, la Libra
proyecto financiero voluntarioso, más que como un destino
Esterlina. Algo similar ocurrió en Dinamarca y Suecia.
aglutinador de sociedades.
De todos modos, la transferencia de la toma de decisiones en lo
En nombre de la pretendida subsidiariedad que se le quiso dar
que a política monetaria se refiere, además de la connotación
al proceso de integración europea, la UE fue puliendo década
política intrínseca, se tradujo también en la transferencia hacia
tras década, toda una estructura de políticas comunes que
los tecnócratas situados en Frankfurt, sede del Banco Central
guardan en su interior la decisión política sobre el modelo
Europeo. Para ingresar en la Eurozona se establecieron
de gobernanza económica, y también social que pretende
criterios de convergencia que hacían referencia a las tasas
construirse en el esquema de integración europeo[4]. Muchas
de inflación, los déficits presupuestarios, deuda pública,
veces se ha dicho que ha sido la “Europa de los mercaderes
estabilidad de los tipos de cambio dentro del Mecanismo de
del siglo XX” la que ha dado impulso a la integración, gracias a
Tipos de Cambio, y las tasas de interés a largo plazo. Desde
la liberalización del comercio dentro del territorio comunitario
Frankfurt, la tecnocracia monetarista europea llevó hacia el
cada vez más ampliado. Las economías europeas han marcado
disciplinamiento fiscal a los Estados europeos que quisieran
el rumbo y el ritmo; mientras que las instituciones comunitarias
integrar la Eurozona, reflejando tal vez los intereses de
construidas en el trascurso del proceso y las sociedades han
sectores financieros alemanes que, en algún modo eran parte
acompañado este ritmo, a veces con beneplácito, otras con
de la reputación y poder negociador de Alemania merced a
recelo. Probablemente en este creciente flujo comercial
la estabilidad monetaria[2]. Ello le permitió a este país fijar
dentro de bloque se haya generado la necesidad de ir más allá
las reglas de juego de la Eurozona, poniendo un precio alto
en la integración económica, apostando a ensayar y lograr la
para ingresar al sistema del Euro. Si se tiene en cuenta que
integración monetaria. La estructura de políticas comunes que
es Alemania la que mayores aportes realiza a los fondos
se ha desarrollado en la UE ha resultado ser el soporte para el
estructurales europeos, aunque no sin percibir beneficios
establecimiento y sostén del Mercado Único. Así por ejemplo,
indirectos de tamaña contribución al presupuesto comunitario,
cuando los gobiernos europeos han tenido que decidir qué
es entendible tal vez que como mayor contribuyente,
medidas comunes y normas se adoptarían para consolidar el
impongan sus sectores económicos y financieros, criterios
mercado interior europeo, diseñaron una política de transporte
muy exigentes a la hora de establecer una moneda única que
(cuyo perfeccionamiento se buscó en la configuración del

AGORA 23
INTERNACIONAL
EDICIÓN 14
“Espacio Schengen”), la Política de Competencia, la Política
Agrícola Común, y la Política Comercial europea. Para ilustrar
esto, quizá baste mencionar que hacia finales de 2001, el
mercado Interior europeo estaba regulado por algo más de
1800 normativas comunitarias[5]. La particularidad de la UE
ha sido que para liberalizar el mercado intrazonal, el bloque
acudió a la regulación comunitaria.
Más allá de esto, cabe notar que la economía europea
representa en sí misma más que la suma de economías
nacionales interdependientes. Quizá en la interdependencia
facilitada por la libre circulación de factores productivos,
se halle una pista para comprender la combinación libre
comercio, integración, y unión monetaria. Esta combinación ha
sido muy aplaudida durante los años noventa por economistas
y defensores de políticas aperturistas de tono neoliberal.
Sin embargo, y sin desdeñar los esfuerzos realizados por
los actores internacionales involucrados en la integración
europea, cabe advertir sobre las consecuencias negativas
que la interdependencia de variables económicas nacionales
pueden traer consigo.
Por lo anterior no es extraño entonces comprender que ante
la crisis financiera, la idea de Europa se extinga[6]. Frente a
la débil respuesta política al torbellino económico, se abre
una profunda crisis de confianza en la UE. Lo que empezó
como una crisis financiera en Estados Unidos en 2007, se
convirtió dos años más tarde en una grave crisis de deuda y
una profunda recesión económica, que en Europa ha elevado
el número de desempleados a 23 millones de personas[7].
La incapacidad para resolver el problema de Grecia está
provocando una peligrosa división entre la Europa del norte
que esgrime sus virtudes de ahorro, trabajo y disciplina fiscal,
frente a la imagen del despilfarro y descontrol del gasto que
se atribuye a los países del sur. Son los tópicos conocidos que
están ganando terreno sin apenas oposición.
Crisis económica y responsabilidades ¿globales,
regionales o nacionales?
El escenario económico internacional pre-crisis 2008.
Podría señalarse que la Economía Mundial hacia 2004-
2005, mostraba tres grandes “burbujas”[8]: una sobreoferta
mundial de ahorro, créditos hipotecarios de fácil acceso y
suba inusitada del precio de commoditties. Este cóctel de
ganancias y ahorro de las empresas europeas, japonesas y
estadounidenses no fue acompañado con el mismo ritmo
por las inversiones. Por cierto, se registraron bajas tasas de
interés en el mercado de créditos hipotecarios, posibilitando
el acceso a ellos a tomadores de créditos que no hubieran
calificado para el mismo sino fuera por un escenario de
abundante liquidez a niveles que algunos analistas adjetivan
como “sin precedentes”[9].
La disponibilidad de ahorro y liquidez en algún modo estaba
reflejando la política monetaria de la Reserva Federal (Fed)
post- atentado de las torres gemelas de 2001. Esto pudo
observarse tal vez con mayor nitidez una vez que el asesor
económico de la Administración Bush (h), Ben Bernanke
sucedió a Alan Greenspan al frente de la Reserva Federal.
La política monetaria de la Fed mantuvo bajas tasas de
interés durante los tres años subsiguientes, a tono con la
sobreabundancia de ahorro[10].
Estos niveles de ahorro eran particularmente altos a escala
internacional, entre otros motivos, porque China presentaba
superávits comerciales que los destinaba, primordialmente, a
comprar bonos del tesoro estadounidense. Además Singapur
y otros países asiáticos como Hong Kong, Taiwán, Tailandia,
y Corea golpeados años antes por la crisis de 1997-1998
reciclaron estos excedentes en los ahorros transformándolos
en inversiones en cartera en Occidente. Mientras que la India,
por ejemplo presentaba un esquema diferente, puesto que en
cierto modo es una economía cerrada en cuanto a inversiones
de capital extranjero, si la comparamos con otros países del
Sudeste Asiático. Siguiendo en Asia, pero ya en el área del
Golfo Pérsico y el Cáucaso, el aumento del precio del petróleo
empujó a países como Arabia Saudita y Rusia a gastar este
excedente de liquidez en el marcado financiero en lugar de
inversiones en nuevas exploraciones.
En Europa el escenario no fue muy diferente, pese a que
ingresaron a la Unión Europea (UE) diez nuevos Estados
miembros de la Europa del Este en mayo de 2004 y luego
en diciembre de 2007 dos más, elevando el número de
integrantes del bloque a veintisiete. Este ingreso de países
procedentes de economías centralizadas y planificadas del
otrora bloque soviético, en cierta manera afectó las cuentas
públicas de los anteriores quince miembros que distribuían
los fondos estructurales europeos en proporciones muy
distintas a las que pasó a hacerlo luego de las últimas dos
ampliaciones. Así, por ejemplo, España que era uno de los
países que mayores porcentajes de ayuda recibía de la UE
bajo los denominados Fondos Estructurales europeos, pasa
a recibir una porción bastante menor con la entrada de los
Países de la Europa Central y Oriental (PECOs).
Al parecer estaríamos ante la emergencia de
una nueva estatalidad, muy particular en la
que conviven las naciones surgidas al calor
de procesos históricos junto con los particu-
larismos de las subnacionalidades a las que
se les ha sumado la instancia abarcativa de
la supranacionalidad.
El boom de las hipotecas se hizo sentir también en la península
ibérica, arrastrando así al sector de la construcción a un
aumento en los niveles de actividad superior al experimentado
en la década anterior. Esta explosión de préstamos hipotecarios
también estuvo acompañada por el hecho de que cada vez se
pedían menos requisitos para demostrar la solvencia para
afrontar el pago del mismo. A la vez que el precio de los
inmuebles residenciales crecía de manera exponencial, crecía
también la oferta de créditos hipotecarios. Conjuntamente, la
demanda de empleo en el sector de la construcción y el efecto
dominó que esto generó.
Alemania y Francia, dentro de la eurozona, fueron los países
que mayores niveles de ahorro presentaron en 2005, por
tomar un año de referencia: según datos del Fondo Monetario
Internacional, el primero de ellos tuvo un saldo equivalente
a U$S 55 mil millones de ahorro en su Cuenta Corriente;
mientras que Francia el otro adalid de la integración Europea,
estuvo muy atrás de Alemania, con 4,5 mil millones de U$S.
Sin embargo, como alguna vez puntualizó el ex Secretario
de Estado EE.UU., James Baker, en una ocasión: “Casi todos
los logros contienen dentro de su éxito las semillas de un
problema en el futuro.”[11] La crisis de la eurozona de 2010
proporcionaría quizá un ejemplo tajante de este fenómeno.
Cuando finalmente comenzó la ejecución del proyecto de
una Unión Monetaria Europea (UME) (controversial, pero por
mucho tiempo buscado) - como parte del paquete de ofertas
que produjo la reunificación alemana hace veintidós años, el
escenario mundial era muy diferente.
Retornando al escenario actual, entre los efectos sociales
de esta crisis sin precedentes, uno de ellos es el desempleo
y el temor a caer en él. En una encuesta publicada por
Eurobarómetro, en el portal oficial de la UE en Internet, buena
parte de los ciudadanos europeos se mostró preocupado o
con cierta incertidumbre acerca de su futuro laboral en los
próximos meses, particularmente en España, por ejemplo,
los españoles respondieron las mismas preguntas que se
hicieron en otros países menos afectados por la crisis de las
hipotecas, y revelaron que sólo un 25% de los encuestados
se mostró confiado en poder retener el empleo, frente a un
40% de la Europa de los 27[12]. Por supuesto, el tamaño de
las muestras en un caso y otro difieren mucho; pero dejando
de lado eso, las respuestas en España denotan el clima de
estupor, lo cual no deja de ser para los ciudadanos una forma
de reprimenda.
mundo actual
Focalizando instancias de soberanía en la UE
Con este panorama, no es extraño que ya no se utilice el
término “familia” para hablar de la Unión, y sí se empleen
diversas apreciaciones negativas acerca de los españoles, los
griegos, los alemanes. Al parecer, el espíritu federalizante que
inspiró a “los padres de Europa” agoniza ante la posibilidad
de fracturar algún área, como la integración monetaria,
del sistema europeo de estados[13]. Ciertamente, ante las
posibles soluciones que se presentan para sortear con éxito
esta coyuntura económica y política, se fractura una sociedad
que parece expresar una multiplicidad de nuevas lealtades
que tienden a organizarse con diversos grados de gobierno,
cual sociedad federal.
Por un lado, la sociedad europea presenta en virtud de la
creciente interdependencia generada desde el desarrollo
de las fuerzas productivas, con suficientes ribetes unitarios;
aunque por el otro, merced a la crisis del estado nacional y
de los nacionalismos, aparece más segmentada en algunas
facetas y articulada en otras[14]. Al parecer estaríamos
ante la emergencia de una nueva estatalidad, muy particular
en la que conviven las naciones surgidas al calor de
procesos históricos junto con los particularismos de las
subnacionalidades a las que se les ha sumado la instancia
abarcativa de la supranacionalidad. La cuestión democrática
permanece abierta como cuestión de legitimación de poderes
y autoridades comunitarias tomadas como supranacionales.
Considerar tal legitimación democrática, comprende
además el estudio de su capacidad para interrelacionar las
instituciones comunitarias con los ciudadanos y entre ellas
mismas. Lo cual a su vez se vincula con el tránsito de la UE
que va desde el mercado hacia libertades económicas (vitales
para el mercado único europeo) para pasar luego hacia las
libertades ciudadanas en el seno de la UE.
No obstante, la perspectiva de la UE subraya la necesidad de
estrategias comunes que promuevan los principios europeos y
los objetivos a largo plazo. Desde el comienzo de la tormenta,
la Unión ha desempeñado un papel clave en la coordinación
de las posiciones nacionales - tanto en Europa como a nivel
internacional. Esta coordinación plantea desafíos para la
estructura organizativa del proceso decisorio. A través de
una acción concertada, la UE ha logrado evitar que el colapso
de los mercados financieros europeos fuese aún mayor de
lo que ha sido hasta ahora[15]. Se ha recurrido a medidas
que tiendan a asegurar, tal vez precariamente, millones
de puestos de trabajo. Pero el futuro laboral para millones
AGORA 25
INTERNACIONAL
EDICIÓN 14
la ciudadanía percibe como algo poco transparente y lejano a ella el proceso decisorio de la
integración, y más próximo a los intereses de grandes conglomerados empresariales. Los go-
biernos con orientación tanto de izquierda como de derecha y de centro, parecen estar alejados
de la escucha activa de las necesidades de sus ciudadanos. El desempleo, el descreimiento
de los partidos políticos oficialistas como posibles portavoces de las necesidades y soluciones
para los soberanos parecerían una ficción de antaño
de ciudadanos europeos se presenta con un horizonte aun
borroso. Los países miembros están poniendo a prueba un
plan de recuperación económica que representa un esfuerzo
ambicioso para alinear sus políticas económicas, pero que
incluye entre otras medidas, el ajuste fiscal.
Efectos políticos de la actual crisis en la
integración europea
Frente a la situación crítica por la que atraviesa Grecia y
otros países de la UE, se abren muchos interrogantes acerca
del futuro de la UE ante una eventual salida de Grecia de la
Eurozona. Entre ellos qué pasará con la idea de una Europa
unida e integrada. Los posibles efectos económicos traerían
aparejados importantes consecuencias políticas que,
probablemente heriría severamente la integración. Si bien el
Tratado de Lisboa prevé que un país puede salir de la UE, aún
no hay nada dispuesto para que Grecia abandone el euro. La
salida de un país es un escenario que aparentemente no se
contempla; más allá de algunas especulaciones al respecto.
Un análisis minucioso efectuado por el Banco Central Europeo
(BCE), en 2009 concluyó que “la expulsión de un país de la
UE o de la zona euro implicaría tantos desafíos conceptuales,
legales y prácticos que la probabilidad es próxima a cero”.
Además, las percepciones de algunos líderes europeos como
Ángela Merkel, quien advertía en el Bundestag que “el euro
es una garantía de la unidad europea. O dicho de otra manera,
si el euro fracasa, Europa fracasa” parecería manifestar cierto
compromiso con la integración. En esa misma dirección los
federalistas como el líder de los liberales, Guy Verhofstadt,
ven con verdadero pánico la ruptura de la zona euro. Para
el ex primer ministro belga “la salida de Grecia del euro
tendría unos costos enormes por el contagio a otros países.
En cualquier caso”, es un escenario que no tenemos en
cuenta”[16].
Pese a esta mezcla de europtimismo y preocupación, la
sensatez a la que apelan algunos analistas sostiene que la
eurozona no puede continuar siendo una unión monetaria sin
ser además una unión fiscal [17], con lo que se reaviva el debate
en torno a la cesión de parcelas de soberanía de los estados
miembros. Además, la unificación fiscal no sería inmediata,
con lo que no constituiría un remedio para la actual crisis. Esto
llevaría a que fuese necesario un nuevo tratado constitutivo de
la UE cuya aprobación fuese unánime, hecho que en actual
escenario político europeo resultaría poco probable.
La integración podría verse severamente dañada, sobre
todo si se tiene en cuenta que “Europa” no nació para los
mercados; sino por el contrario, la cesión de parcelas de toma
de decisiones soberanas en post de un mercado unificado
surgió como aliciente para una Europa pacificada y unida
políticamente. En otras palabras, los mercados integrados
fueron funcionales a la idea de una Europa unida y pacífica y
no a la inversa.
Lo que parece mostrar el panorama europeo actual es que los
liderazgos europeos en la UE de los últimos quince o veinte
años parecen carecer de la visión estratégica y a largo plazo
que tuvieron los estadistas fundadores. Aparentemente, desde
Maastricht hasta hoy, la integración de Europa avanzó junto
con un replanteo del nexo entre el mercado y los gobiernos, y
a partir de ahí se avanza hacia una redefinición de la relación
entre capitalismo y democracia.
A tono con estos cambios, lo que subyace es la necesidad de la
revalorización de la política vis à vis el discurso de la eficiencia
de los mercados financieros.
Si, como plantea Krasner, la soberanía interdependiente
lleva a los Estados Nación a una reconfiguración más
acotada de los márgenes de maniobra con los que cuentan,
la democratización de espacios decisorios se impone como
una necesidad sin demoras. Efectivamente, las protestas de
ciudadanos indignados en las capitales europeas y en Nueva
York estarían manifestando las consecuencias políticas y
sociales de las medidas económicas de los últimos años.
Al parecer, la ciudadanía percibe como algo poco transparente
y lejano a ella el proceso decisorio de la integración, y
más próximo a los intereses de grandes conglomerados
empresariales. Los gobiernos con orientación tanto de
izquierda como de derecha y de centro, parecen estar alejados
de la escucha activa de las necesidades de sus ciudadanos.
El desempleo, el descreimiento de los partidos políticos
oficialistas como posibles portavoces de las necesidades
y soluciones para los soberanos parecerían una ficción de
antaño.
Las medidas de ajuste y recorte fiscal parecen exacerbar
el descontento social en diferentes puntos del mapa de la
UE, cuya continuidad atraviesa una prueba de fuego como
proyecto político. El referéndum al que se aproximaba Grecia
es muestra la presión a la que se ve sometido ese país por
parte de los miembros “grandes de la UE” si no aplican el
plan de reestructuración que exige el FMI para concederles
un préstamo[18], Esta puede ser una pauta acerca de
intervención en sus asuntos internos por parte de otros estados
y organismos internacionales. Una vez más, la tirantez entre
ceder ante esas presiones o negarse a ellas remite al dilema
entre la pervivencia de la soberanía westfaliana y la soberanía
interdependiente y perforada[19].
Conclusiones
Sería tal vez una pretensión temeraria de parte de la autora
de este trabajo responder de manera rotunda el interrogante
que subtitula este trabajo. No obstante, es menester
ensayar una respuesta a modo de cierre. Luego de haber
expuesto sucintamente el escenario internacional previo
al desencadenamiento de la crisis ante la coyuntura que
atraviesa el bloque de integración regional paradigmático que
es la UE quedan abiertos más interrogantes que respuestas.
Ciertamente, el reparto de responsabilidades de esta crisis
está dejando en claro que la accountability democrática de
las instituciones europeas necesita una reforma, partiendo
del debate de las medidas de política económica que
permitan trazar caminos refundacionales de la UE. Tal
vez, esta coyuntura represente un desafío superador del
déficit democrático tanto de la UE como de las instancias
gubernamentales nacionales y subnacionales integrantes del
bloque.
Por otro lado, las presiones para el ajuste fiscal a las que se
someten a los miembros como Grecia, España e Italia, por
citar los casos más resonantes, reaviva la polémica en torno
a dos cuestiones fundamentales.
En primer término la cuestión de la exclusión de actores
externos de las estructuras de autoridad internas parece difusa
ante los recetarios económicos de organismos multilaterales
de crédito. Esto no es algo nuevo en el escenario internacional
(los países latinoamericanos y el mundo en desarrollo han sido
de hecho el laboratorio de prueba de estos embates); pero si
mundo actual
es novedoso en el escenario europeo occidental. Al parecer
el capitalismo del mundo desarrollado presenta fisuras tras
la financiarización de la economía mundial que lo colocan en
una posición de solicitud de auxilio al Estado como instancia
articuladora de intereses que llega allí donde el mercado falla.
En segundo lugar, la pregunta acerca de la salida o no del Euro
de Grecia representa la punta del ovillo para replantearse
qué es la UE como proyecto político a largo plazo. Más allá del
resultado del referéndum al que se sometería la permanencia
del país helénico en la moneda comunitaria, el desafío se
presenta a la integración de Europa para hacerla un proyecto
político viable. Está claro, ante el panorama actual, que el
reparto de los fondos estructurales de cohesión no parece
haber sido el instrumento más eficaz para el desarrollo de
algunas regiones de ese mosaico plural que representa
la UE. Pero también es cierto, que la responsabilidad en la
toma de préstamos y el empleo de estos fondos estructurales
europeos por parte de las autoridades nacionales parece no
haber tenido una visión estratégica y de largo plazo para el
desarrollo sustentable de sus sociedades.
El descontento ciudadano enfrenta a la clase política de los
integrantes de la UE a un severo cuestionamiento sobre su
accionar de espaldas a las demandas de la ciudadanía. La
falta de liderazgos, de estadistas con una visión global del
conjunto del bloque parece revelar que durante las últimas
décadas hemos asistido a una desvalorización de la política y
de la acción de gobierno como herramienta para el desarrollo
de la sociedad, quedando desplazada por una percepción
meramente funcional a los mercados financieros, a los
intereses de grandes conglomerados empresariales, lejos de
las necesidades del ciudadano de a pie.
De manera que estas turbulencias en la UE afectan tanto
al bloque como proyecto político como a la soberanía de
los Estados; pero esta última entendida no ya desde una
óptica nacionalista chauvinista ni tampoco desde el modelo
westfaliano. Por el contrario, estaríamos ante una redefinición
paulatina del concepto de soberanía estatal, y la punta de
lanza parece ser en este caso, el papel de la moneda y la
política fiscal.
Por último, esta crisis también puede tomarse como la
oportunidad para delinear los nexos entre mercado y
gobierno, entre capitalismo y democracia y entre el gobierno
y la ciudadanía. Éstas son, a mi parecer, las redefiniciones
que están en juego a partir de la coyuntura actual y que nos
sitúa ante un desafío y una nueva posibilidad para desarrollar
estrategias de desarrollo y progreso para las sociedades.
AGORA 27
INTERNACIONAL
EDICIÓN 14 mundo actual

Lic. en Relaciones Internacionales de la UCA Salta, actualmente cursa el último año de la Maestría en Relaciones
Económicas Internacionales en UBA. Desde el 2009, se desarrolla como analista y asesor técnico en la Secretaría de
Oscar
Programación para la Prevención de la Drogadicción y la lucha contra el Narcotráfico (SE.DRO.NAR.) de Presidencia de la
Oñativia
Nación y desde el 2011 es Director del área de “Estado y Sociedad” en el Grupo de Estudios Internacionales Contemporáneos.

A 20 años de la caída de A veinte años de la desintegración de la Unión Soviética,

este artículo intenta describir algunos de los cambios ocurri-
la Unión Soviética: dos en términos de poder en Rusia y analizar su repercusión
un balance del en la estructura del sistema internacional. Para ello, el pro-
blema en cuestión se abordará a través de la teoría neo-realis-
nuevo orden ta de las Relaciones Internacionales.

Rusia, la potencia Euroasiática

Rusia es una de las potencias más longevas del mundo actual, que desde el siglo XVIII, desempeñó un rol
protagónico en las relaciones internacionales. Henry Kissinger postuló que desde 1815, “Rusia siempre
será esencial para el orden mundial”[1]. De acuerdo con esta idea, no se ha podido concebir ningún
sistema de seguridad estable excluyendo a Rusia ya que participó en todos los modelos de seguridad
a partir del período pos-napoleónico. Rusia participó entonces en los congresos europeos y la Santa
Alianza, los sistemas de alianzas de Bismark, el frágil equilibrio de la Triple Entente y la Triple Alianza, los
Aliados contra el Eje, la guerra fría y la actual estructura internacional.
De cara al siglo XXI, la Federación Rusa conserva un rol protagónico debido a que mantiene elementos de
poder característicos que hacen de ella un actor decisivo para la seguridad internacional. Su posición central
en Eurasia genera presiones a lo largo de Europa y Asia, su extensión territorial continúa reservando para
ella la categoría del mayor Estado del planeta, dotado de una amplia cantidad de recursos energéticos y
su arsenal atómico la hace conservar su status de potencia nuclear. Asimismo, alberga una importante
masa poblacional calificada que la sitúa como un importante centro de producción e influencia cultural.
Estas particularidades forman parte de su identidad nacional, cuyas características geopolíticas y
geoestratégicas hacen de Rusia un Estado único, un híbrido resultado de una mixtura entre su cultura
Bizantina y la Horda Dorada proveniente de las estepas asiáticas. A través de los siglos, Rusia se constituyó
como el mayor Estado de Eurasia en aspectos territorial y militar. El gigantismo de esos factores
tradicionales de poder hizo de Rusia un importante centro político-imperial dotado de una enorme riqueza
en su suelo y habitada por una población que soportó en condiciones de esclavitud regímenes opresores,
devastadoras guerras y hambrunas. Aun así, Rusia logró ser una importante fuente de colonización y
referencia cultural a nivel mundial.
La implosión de la Unión Soviética significó un cambio geopolítico mundial y para Rusia, una pérdida
nacional. En el periodo post-soviético, la distribución del poder mundial produjo una profunda modificación
de las influencias globales y regionales que transformó la estructura internacional. A causa de la pérdida
de “imperio”, Rusia degradó su status de superpotencia mundial y se constituyó como potencia regional
para entrar a competir con otros actores en su tradicional área de influencia.
Si bien preservó la mayor capacidad militar de la ex Unión Soviética, una amplia extensión territorial,
una ubicación geopolítica central, grandes riquezas naturales y una población altamente capacitada; la
disminución de su autonomía se debió a la dificultad económica coyuntural que atravesó Rusia en su proceso
de “reconversión” hacia una economía de mercado en los años noventa a causa de la desarticulación de
su sistema productivo basado en sectores estratégicos y de alta tecnología, una liberalización irrestricta
y una privatización desordenada.
La refundación de Rusia como Estado y su radical transformación social condujeron a la incoherencia
institucional durante sus primeros años. De forma tal que conflictos políticos amenazaron la unidad del
Estado multiétnico generando graves dificultades sociales. En su proceso de “transición” el libre mercado
se presentó como la vía para alcanzar a Occidente y resolver todas las deficiencias de la era soviética.

AGORA 29
INTERNACIONAL
EDICIÓN 14
La terapia de choque llevada a cabo durante los gobiernos de
Boris Yeltsin benefició a las elites que utilizaron sus privilegios
e influencias para concentrar la propiedad del Estado, a la vez
que empobreció a gran parte de la población que sufrió un
descenso de su nivel de vida ante el incremento de la pobreza
y el desempleo. Y la política de austeridad profundizó el
malestar a causa de la caída de las prestaciones sociales y
de los servicios públicos[2]. Esta situación se reflejó en los
altos índices de mortalidad y en la corta esperanza de vida
masculina, propia de sociedades en conflictos bélicos, dejando
a Rusia en una crisis demográfica.
No obstante, la legitimidad del actual régimen ruso
incrementó significativamente con la llegada de Vladimir
Putin al poder, primero como Primer Ministro y luego como
Presidente y Primer Ministro. A pesar que la superación de la
crisis rusa en 1998 se debió a la gestión post crisis de Yevgeni
Primakov[3], el liderazgo personalista de Putin y su origen
como miembro de la Secretaría de Inteligencia, ex K.G.B., le
permitió robustecer el rol del Estado a través de una serie
de reformas constitucionales que reforzaron el poder central
del presidente frente al parlamento y recortar las autonomías
regionales. Además, redirigió los extraordinarios recursos
provenientes de la bonanza económica que experimentó Rusia
fruto del incremento de los precios de los hidrocarburos a
partir del año 2000, hacia sectores estratégicos. Esta mejoría
doméstica y social consolidó un amplio apoyo hacia la gestión
de Putin, que logró sostenerse en el poder a través del sistema
semipresidencialista, tras presentar al actual presidente
Dmitri Medvédev como su sucesor quien prometió apoyar la
candidatura de Putin al cargo de Primer Ministro.
Organizada hacia su interior, Rusia logró concentrarse hacia
su exterior recuperando el lugar que de acuerdo a gigantismo
le corresponde. La fortaleza de Rusia se encuentra en que
continúa siendo el país más extenso del mundo, cuenta con
una posición privilegiada en Eurasia, dotada de amplios
recursos naturales, es una potencia nuclear de primer orden,
constituye la segunda fuerza militar del mundo y cuenta con
la más populosa población de Europa. A
causa de sus actuales atributos de poder el
status-rol de Rusia es también único en el
mundo, que se considera a sí misma centro
de una “civilización Euroasiática”, distinta a
Europa y Asia.
Como potencia Euroasiática, Rusia busca
defender esta identidad que resultó de la
mixtura los diversos pueblos de Europa
y Asia. Su inmensidad continental, las
riquezas de sus suelos, donde conviven una
amplia variedad de etnias, 175 naciones y
170 lenguas, hacen de este país un mundo
en sí mismo. Esta diversidad amalgamada
durante siglos hace de Rusia un Estado
especial, que despierta en su pueblo orgullo
y una vocación mesiánica.
La supremacía de Rusia como potencia
nuclear se basa en la paridad estratégica
con capacidad de destrucción mutua con Estados Unidos,
siendo el único país de la ex Unión Soviética que conservó
su arsenal nuclear. Además, durante la primera década del
siglo XXI la Federación de Rusia se re-posesioné nuevamente
como segunda potencia exportadora en el comercio mundial
de armas. Status que había abandonado durante los años
90, e incrementó significativamente sus gastos militares en
relación con la década anterior.
En su condición de potencia defensiva, las enormes
extensiones de su territorio, sus grandes distancias
geográficas, su cuantiosa población y su riguroso clima le
permitieron a Rusia derrotar numerosos invasores, entre
ellas, grandes potencias militares en tiempos que condujeron
a su victoria sobre Napoleón y Hitler.
Por otra parte, la necesidad de constituir un país fortaleza
abrigado atrás de las montañas, las amplias extensiones de su
suelo deshabitado pero dotado de amplios recursos y la búsqueda
de mares cálidos para romper su aislamiento, hicieron de Rusia
una potencia colonial y expansionista a la vez.
Su posición geoestratégica central en el continente
Euroasiático, le reserva para sí el status de potencia terrestre
con una esfera de influencia propia en su extranjero próximo.
A causa de su preponderante dominio sobre el “heartland”,
Rusia se ve a sí mismo cercado por sus vecinos circundantes,
a la vez que las potencias marítimas aún la consideran como
una amenaza a su dominio mundial e intentan resguardarla
mares adentro en una política de contención. Estrategia que
acentúa, aún más, el sentimiento de encierro y vulnerabilidad
de la elite dirigente rusa.
Finalmente, como potencia energética, Rusia está dotada
de una inmensa riqueza en recursos de gas y petróleo que
le permitieron saldar de forma positiva su balanza comercial,
atraer inversiones extranjeras y atenuar su deuda pública.
El gas es el principal recurso estratégico por ser la principal
fuente para consumo energético doméstico y subvencionar
otros sectores de la economía rusa con precios inferiores
al internacional. El interés por el acceso y control de estos
recursos estratégicos es creciente para abastecer la demanda
de Europa, Asia y otros mercados industriales. En vista a
preservar su influencia como potencia energética, Rusia
procura conservar el monopolio del abastecimiento de estos
recursos provenientes de su extranjero próximo.
Estos factores contribuyen a posesionarla como una potencia
en todos estos ámbitos y su presencia en las estructuras de
decisiones mundiales como miembro permanente del Consejo
de Seguridad de Naciones Unidas hace imprescindible su
consenso como gran potencia.
La recosntrucción del poder ruso en Eurasia se explica por
la reconversión del poder. Aunque no todo potencial militar y
económico tiene como fin acrecentar el poder, la fuerza militar
puede utilizarse para ampliar la riqueza de un país y viceversa.
En este sentido, Rusia desplazó nuevamente sus fuerzas
militares en Chechenia y dirigió su política hacia el control
de los recursos de hidrocarburos, en vistas a controlar su
producción y sus vías abastecimiento. De forma tal que Rusia
supo utilizar su riqueza de gas y petróleo como arma política
contra aquellos países dependientes del consumo energético
en Europa, Asia y su Extranjero Próximo.
A pesar de la pérdida de poder relativo de Rusia en
mundo actual
la retirada unilateral rusa de su imperio oca-
sionó el resurgimiento de rivalidades étnicas y
produjo violentos conflictos en respuesta o reac-
ción de aquellas minorías que vieron vulnera-
dos sus derechos políticos, libertades y prácti-
cas culturales ante un proceso homogeneizador
de la nación “titular del Estado” que intenta
establecer una identidad nacional dominante
comparación con la URSS, como potencia euroasiática tiene
intereses vitales tanto en Europa como en Asia. Por lo cual
debe continuar desarrollando un rol protagónico en el
escenario mundial y no supeditarse a los intereses de otras
potencias. De ello depende, el éxito para la consolidación de
un sistema multipolar.
Su “Extranjero Próximo” ¿fin de la hegemonía rusa?
El espacio denominado por la diplomacia rusa como Extranjero
Próximo está integrado por todas las ex Repúblicas de la Unión
Soviética, que a pesar de agrupar regiones heterogéneas,
presenta características geográfico-históricas que las
cohesionan. Con el fin de la hegemonía rusa en la región, esta
área quedó abierta a la competencia de otras potencias, lo que
revitalizó su interés geoestratégico.
Esta transformación terminó con la posición relevante de
Rusia como único actor preponderante y abandonó a millones
de rusos fuera de su “Estado”. Mientras que las Repúblicas
Soviéticas accedieron a su independencia, Rusia renunció a
su imperio de trescientos años de conquistas y fue degradada
de su status de superpotencia. Surgieron así dos escenarios
geoestratégicos en los cuáles la Federación de Rusia aún sigue
considerando su Extranjero Próximo como una zona esencial
para su seguridad, por lo que intenta recuperar, aunque no ya
de forma directa, su influencia en la región.
El primer escenario se encuentra en Europa Oriental donde la
integración de los países Bálticos a las estructuras atlánticas
y el intento de un escudo anti-balístico generan tensiones
entre las principales potencias que participan en este frágil
equilibrio. El segundo escenario geoestratégico sensible a
Rusia son los “Balcanes Euroasiáticos”[4] cuya inestabilidad
afecta fuertemente su seguridad, por estar integrada por el
Cáucaso, que potencialmente representa el talón de Aquiles,
AGORA 31
INTERNACIONAL
EDICIÓN 14
y el Asia Central descripta como su “vientre blando”[5].
Es en estas regiones donde potencias regionales y extra-
regionales rivalizan y cooperan para incrementar su
presencia en la región. En este sentido, la ampliación de
la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN)
hacia regiones sensibles, cercando aún más a Rusia. Este
hostigamiento, por parte de Estados Unidos se reflejó en su
intento por constituirse como el promotor para que la OTAN
realizara operaciones en la Guerra de los Balcanes, eludiendo
de consultar a Rusia en el Consejo de Seguridad, criticó la
intervención rusa en Chechenia y amplió su alianza militar
hasta llegar a sus fronteras. Tales acciones evidencian que
la doctrina de la contención del diplomático norteamericano,
George Kennan, no ha terminado con el fin de la Guerra
Fría, sino que incluso se ha ampliado. Otra amenaza es la
que proviene del abandono unilateral de Estados Unidos del
Tratado Anti-balístico (ABM), piedra angular del tratado de
desarme, busca quebrar el equilibrio estratégico entre ambos
países. Sus consecuencias son la posibilidad de desencadenar
una nueva carrera armamentística.
En búsqueda de contrarrestar el aparente abrumador poder
estadounidense, Rusia busca un sistema de alianzas flexible
que tienda hacia un equilibrio multipolar. En Asia, a través de
alianzas con China, India e Irán, mientras que en Europa se
beneficia con la división del bloque atlántico respecto a Rusia
y su espacio de seguridad. El rechazo de Francia y Alemania a
la ampliación de la OTAN sin la aprobación rusa hacia Ucrania
y Georgia, no sólo evidenció la ruptura de criterio en la alianza
sino también el reconocimiento de una “natural” esfera de
influencia rusa en Europa Oriental y el Cáucaso.
A pesar de que el enfrentamiento entre Rusia y Estados
Unidos en la región evitan el uso de la fuerza por parte de
ambas potencias y se desarrolla a través de una estrategia
indirecta. Su influencia en la región se proyecta a través
del apoyo a gobiernos pro-rusos o pro-estadounidense y el
desplazamiento de tropas en las ex repúblicas soviéticas que
permiten garantizar la estabilidad de la región. En vistas a
preservar la seguridad y salvaguardar el status quo en sus
antiguas posesiones imperiales, Moscú debe conservar sus
antiguas bases militares y adquirir otras nuevas. En ese
sentido, actualmente cuenta con treinta bases militares y
desplegó más de 80.000 tropas en un círculo exterior ubicado
en Kaliningrado, Moldavia, Crimea, Georgia, Armenia,
Azerbaiyán, Kazajistán, Tayikistán y las Islas Kuriles.
A través de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva
(OTSC), Rusia tutela sus intereses y la de sus aliados, logrando
mantener la estandarización militar con la provisión de armas,
equipos militares y un sistema común de defensa aérea.
Además, de reforzar su rol militar, Rusia debe reconstruir
su influencia para reconstituirse como centro de integración,
cooperación y atracción política, económica, cultural que
cohesione esa región fuertemente interdependiente.
A la rivalidad entre las potencias, debe sumarse el hecho
de que la retirada unilateral rusa de su imperio ocasionó
el resurgimiento de rivalidades étnicas y produjo violentos
conflictos en respuesta o reacción de aquellas minorías
que vieron vulnerados sus derechos políticos, libertades y
prácticas culturales ante un proceso homogeneizador de
la nación “titular del Estado” que intenta establecer una
identidad nacional dominante. Además, en su extranjero
próximo existen varios desafíos de importancia militar que
incluso en aquellos Estados menos dispuestos a cooperar con
Rusia como el Grupo del GUAM[6] y los Estados Bálticos[7] se
sienten inquietos ante las declaraciones rusas de proteger a
sus compatriotas en el exterior. Esta política post-imperial
está relacionada al abrupto desmembramiento de la Unión
Soviética, lo cual produjo un sentimiento de sorpresa,
abandono o desamparo en millones de rusos en Crimea,
Kazajstán, Lituania.
Algunos como los chechenos en Rusia, los transnistrios
en Moldavia o abjasos y osetios en Georgia buscaron su
independencia, mientras que otros reivindicaron territorios
históricos como la Gran Armenia, el Valle de Fargena o los
repatriados tártaros sobre Crimea. Incluso importantes
minorías sufrieron discriminaciones como los rusos-
parlantes en Lituania o pueblos islámicos caucásicos en
Rusia (ver cuadro I).
Los intereses actuales de la Federación de Rusia son preservar
su integridad territorial, lograr una estabilidad política en su
extranjero próximo, salvaguardar las minorías y mantener
la paridad estratégica con los Estados Unidos. A diferencia
de la URSS, Rusia no ejerce ya ninguna atracción ideológica
a escala mundial, pero ello le permite tener una estrategia
pragmática con el objeto de reconstruir su influencia,
resistiendo el avance de Estados Unidos y de otras potencias
regionales con intereses en su espacio post-imperial.
Aunque Rusia no plantea reconstruir los antiguos límites de
su imperio, está en capacidad de reconstruir su influencia
indirecta ya que continúa siendo el Estado militarmente
más poderoso de Eurasia y los “nuevos” Estados dependen
mundo actual
Cuadro I: Conflictos en Rusia y su Extranjero Próximo
Fuente de elaboración propia. Territoriales disputa en la que están involucrados dos o más Estados por un territorio. Recursos competencia entre
dos o más actores internacionales por acceso y control de recursos estratégicos. Étnico-nacionales persecución y/o enfrentamiento entre dos o más
grupos étnicos minoritarios dentro de un Estado. Secesión enfrentamiento dentro de un mismo Estado entre dos o más grupos beligerantes, guer-
rilleros o con potencial militar que se enfrentan por aspiraciones de conseguir la independencia de un territorio reivindicado. Violencia Política
lucha política y social por parte de diferentes grupos de un Estado por el reconocimiento de derechos fundamentales y libertades políticas y prácticas
culturales sistemáticamente vulneradas, en una escalada puede desencadenar golpes de Estado o una guerra civil.
en gran medida de Moscú para su seguridad, estabilidad e sostener o legitimar regímenes pro-rusos y establecer una
inserción internacional. Así, mientras algunas ex-repúblicas “Doctrina Monroe” como principio rector de sus relaciones
retornaron a la férula rusa, algunas otras intentaron frente otras potencias. Económicamente, Rusia utilizó la
integrarse a las estructuras atlánticas o contrarrestar su persuasión para “premiar” o “castigar” aquellos países que
presión incrementando la influencia china, persa o turca en la dependen del tránsito o la importación de su petróleo o gas.
región. En la medida que Rusia sea capaz de excluir terceros En el ámbito estratégico, conservó y restableció sus bases
actores con intereses la región, el liderazgo ruso permitirá militares fortaleciendo la cooperación militar en vistas a
restablecer la estabilidad en su extranjero próximo como lo consolidar su papel “pacificador” en la región.
ha hecho durante siglos.
Con la retirada de las tropas soviéticas de Europa y el
La implosión del imperio ruso-soviético ocasionó una surgimiento de nuevos Estados vecinos, Rusia se encontró
modificación en la configuración mundial del poder. Rusia vio con una realidad internacional distinta y donde las demás
afectada sus fronteras en un retroceso de trescientos años potencias también debieron redefinir su relación con el Estado
de conquistas. A partir de 1991, el espacio post soviético no más poderoso surgido de la extinta URSS. Se constituyó así,
contaba con una clara distinción entre Rusia y su exterior. un área en pugna entre Rusia, última fuerza dominante en la
Rusia abandonó su status-rol de potencia hegemónica, pero región, y aquellas nuevas aspiraciones “neo-imperialistas” de
como potencia euroasiática continúa considerando a su otras potencias. Este vacío de poder, renovó la competencia
Extranjero Próximo un área esencial para su seguridad. entre Estados Unidos, que a través de una reimpulsada
doctrina de contención, busca cercar a Rusia mar adentro y
Su rol como potencia juega un rol central para la estabilización
privarla de toda influencia en una región sensible y prioritaria
de la región legitimada en base a procesos históricos, de
a sus intereses. Es que nuevamente, se regresa a una relación
convivencia y un “destino común”. En este sentido, Rusia
amistosa-hostil a través de la estrategia indirecta.
se esforzó por mantener y reimpulsar, con distintos grados
de éxito, elementos políticos, económicos y militares para A fines del siglo XX, Rusia retrocedió de su status-rol de
consolidar su predominio en la región. Desde una dimensión superpotencia mientras se prepara para tomar impulso y
política, Rusia concertó acuerdos internacionales y buscó desempeñar, una vez más, el rol de gran potencia.
AGORA 33
INTERNACIONAL
EDICIÓN 14

Núñez, Víctor Manuel

Fundación Ciudadanos del mundo
Demant, Eva

naciones unidas
p.34 Misión de las Naciones Unidas para la Estabilización de Haití
– MINUSTAH.
Núñez, Víctor Manuel

p.42 60° aniversario de la adopción de la Convención sobre el estatuto

de los refugiados. BALANCE Y PERSPECTIVAS.
Fundación Ciudadanos del mundo

p.47 DESPLAZAMIENTO FORZADO Y APATRIDIA: UNA PREOCUPACION GLOBAL

Demant, Eva

Noticias Insitucionales
Eventos de Anuar, en este N°:

p.49 _V EDICIÓN MODELO UNIVERSITARIO

p.50 _ANUARIO POLÍTICA INTERNACIONAL 2011
p.51 _SIMULACIÓN DE OPERACIÓN EN MISIONES DE PAZ

AGORA 35
INTERNACIONAL
EDICIÓN 14 naciones
unidas

Víctor
Manuel
Núñez

Misión de las Naciones

De misión de Estabilización a misión de
Unidas para la Reconstrucción; Regionalización de la Misión,
Estabilización de Haití Desmilitarización con preeminencia de componente
MINUSTAH policial... ¿Todo esto, algo de esto, es posible?

Es Comodoro de
la Fuerza Aérea
Argentina, Licenciado
en Sistemas Aéreos
con Posgrado en
Negociación de la
UCA y Master en
Administración de
RRHH del Salvador.
Participó en dos
oportunidades en la
Misión de Naciones
Unidas en Chipre
(UNFICYP) y
una en la Misión de
Naciones Unidas
para la Estabilización
de Haití
(MINUSTAH).
Profesor de la
Materia OMP de la
Escuela Superior de
Guerra Conjunta,
se desempeña en
el Departamento
Planeamiento OMP
del Estado Mayor
Conjunto.

AGORA 37
INTERNACIONAL
EDICIÓN 14
Desde hace ya un tiempo, cada vez que se reúne un grupo de expertos en Operaciones de Mantenimiento
de la Paz (OMP) convocados por algún seminario, taller o conferencia sobre temas relacionados a las
misiones de paz, resulta inevitable escuchar ciertas preguntas de los participantes y mucha especulación
por parte de los expositores, en relación a la posible evolución futura de la MINUSTAH.
Existe cierto grado de inquietud entre los que trabajan en relación con la participación de sus respectivos
países en la misión de Naciones Unidas en Haití, respecto al rumbo que pueden tomar los esfuerzos de
la ONU en el futuro. Vale decir que esta inquietud cubre el amplio espectro de actores, sean militares,
políticos, analistas internacionales o catedráticos.
Estas dudas relacionadas con el futuro de la MINUSTAH[1], no son nuevas y de alguna manera podríamos
decir que tienen sus orígenes en el advenimiento de cierto grado de estabilidad social y política. Esta
relativa estabilidad podría ser ubicada a mediados de 2009, cuando en Haití ya se había logrado reducir
sensiblemente el nivel de injerencia que tenían las organizaciones criminales en el desarrollo económico
y social del pueblo haitiano, a la vez que los procesos políticos de democratización ya habían cumplido
algunos ciclos electivos con considerable calma (esto sin considerar incidentes menores o aislados).
De la misma manera podríamos decir que dichas inquietudes comenzaron a tomar mayor entidad en
ese tiempo, teniendo en cuenta que para esa época la ONU cumplía cinco años del establecimiento de
la última de una serie de misiones de paz[2], por lo cual, los cuestionamientos a la posibilidad de éxito
futuro, tenían razones fundamentadas en fracaso anteriores reiterados. O si queremos decirlo de otra
manera, con anterioridad ya se había hecho evidente que el formato de la misión debía ser readecuado
teniendo en cuenta las transformaciones sociales y la evolución de las condiciones en el terreno.
Este proceso de “repensar” la misión abrió en enero de 2010 un paréntesis forzado por el trágico terremoto
que dejó a Puerto Príncipe en ruinas. Sus consecuencias: cientos de miles de víctimas fatales, más de un
millón de deslazados internos, y a las Naciones Unidas bajo la lupa de la comunidad internacional que
esperaba, y aún espera, una respuesta más efectiva que la obtenida hasta el momento, habida cuenta
de los cientos de millones de dólares empleados en distintos
programas de apoyo y de reconstrucción a cargo de distintas
agencias y programas del organismo internacional.
De manera tal que ahora, a casi dos años del terremoto,
los analistas internacionales y estudiosos del tema, vuelven
a preguntarse y a desarrollar respuestas respecto a los
cambios que deberían efectuarse a la misión de Naciones
Unidas, los que en términos generales giran en torno a
los tres conceptos que se encuentran enunciados en el
título de este documento; Cambio de la figura de Misión de
Estabilización a Reconstrucción; Regionalización de la Misión
y “Desmilitarización” en favor de un mayor protagonismo del
componente policial.
Sin lugar a dudas, no es discutible que
para actividades tan disímiles y complejas
como las comprendidas en una reconstruc-
ción se requieren actores especializados, pero
de igual manera, idealmente estos actores
deberían ser capaces de actuar en forma
coordinada, bajo el mandato de una única
cabeza y esto bajo el sistema de las Naciones
Unidas resulta imposible
He participado recientemente en algunos seminarios y
talleres en los cuales se ha planteado la posibilidad de
convertir a la MINUSTAH en una misión de Reconstrucción,
con la intención de lograr centrar el esfuerzo principal de los
distintos componentes, así como una mayor concentración
de los recursos presupuestarios, a cubrir las necesidades
de reconstrucción originadas en el terremoto del 12 de enero
del 2010. No olvidemos que el terremoto no hizo más que
agravar una situación preexistente en lo que a falencias en
infraestructura, servicios públicos y estructura productiva se
refiere.
En tal sentido, creo que hay ciertos aspectos que deben ser
considerados. Las Naciones Unidas en la medida de sus
posibilidades evita asumir de lleno la responsabilidad de
establecer una misión de “reconstrucción”, con mandato
pleno de llevar adelante las múltiples tareas que conlleva este
naciones
unidas
concepto, que a su vez integra actividades correspondientes a
todos los planos del desarrollo de una sociedad. ¿Esto es tan
así?, y si es así, ¿a qué se debe? En caso de que aceptemos de
que esto es así, lo primero que podríamos mencionar como
motivo fundamental es la imposibilidad de la organización
internacional de integrar la actividad de sus varias agencias
y programas bajo un único mandato proveniente del Consejo
de Seguridad, como es el caso de la MINUSTAH. Por otro lado,
veremos que para atender cada uno de los distintos aspectos
comprendidos en la reconstrucción, la ONU se vale de un
programa o agencia especial, y particularmente dedicada a
ello. Así veremos que todo lo relacionado con el desarrollo
caerá dentro de la órbita del sistema de apoyo del PNUD,
los temas atinentes a la falta de viviendas al ONU-Hábitat,
la carencia de escuelas deberá ser atendido por UNICEF, el
desarrollo económico y social estará a cargo de la Comisión
Económica Para América Latina y el Caribe (CEPAL), y así
podríamos seguir enumerando áreas y actores responsables.
Sin lugar a dudas, no es discutible que para actividades
tan disímiles y complejas como las comprendidas en una
reconstrucción se requieren actores especializados, pero
de igual manera, idealmente estos actores deberían ser
capaces de actuar en forma coordinada, bajo el mandato
de una única cabeza y esto bajo el sistema de las Naciones
Unidas resulta imposible. Esta característica tan particular
de la ONU, se encuentra claramente explicada por Thomas
G. Weiss en su libro “What’s Wrong with the United Nations
and How to Fix it”[3]. En forma muy resumida podríamos
decir que la incapacidad de la familia ONU para coordinar sus
esfuerzos radica en dos problemas fundamentales, el primero
de ellos es la sobrevaloración que cada una de sus agencias
y programas hacen de la independencia o autonomía propia
y el segundo y fundamental, el manejo independiente de sus
respectivos presupuestos. Resumiendo más aún, dinero y
poder es lo que se encuentra en juego y nadie está dispuesto
a ceder un ápice de su autonomía, ni siquiera bajo el formato
de una coordinación unificada.
Aún así, podríamos referirnos a casos anteriores en los que
la ONU se ha visto embarcada en tareas de reconstrucción,
como son los casos de Kosovo, Timor Este y Afganistán.
En estos tres casos, la ONU focalizó sus esfuerzos en las
tareas de reconstrucción, mientras otras organizaciones
o coaliciones se hacían cargo de los aspectos referidos a
la estabilización. En el caso de Kosovo, fue inicialmente la
OTAN con la KFOR y posteriormente la Unión Europea. En el
caso de Timor Este el peso de la operación militar fue llevado
AGORA 39
INTERNACIONAL
EDICIÓN 14
adelante principalmente por Australia y la Operación Astute y
finalmente en Afganistán estuvieron a cargo de la OTAN y muy
particularmente de los EUA.
De manera tal de que podríamos suponer que para que la
ONU se enfoque pura y exclusivamente en las actividades de
reconstrucción, debería encontrar un socio capaz de asumir
las responsabilidades y costos financieros de establecer y
mantener una presencia “uniformada” en Haití, capaz de
garantizar las condiciones de seguridad y estabilidad que
permitan actuar a las agencias y programas orientados a la
reconstrucción. ¿Encontramos en el horizonte alguien capaz
de asumir este compromiso? Yo creo que no.
Esto mismo se aplica al segundo punto en cuestión: la
regionalización. Inicialmente deberíamos decir que de hecho,
de alguna manera, la MINUSTAH es una misión con una fuerte
impronta americana (algunos prefieren latinoamericana), lo
que resulta innegable, habida cuenta del grado de compromiso
de los países de la región en lo que a contribución de personal
militar se refiere. En Haití se encuentran representados con
unidades militares Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Ecuador,
Guatemala, Paraguay, Perú, y Uruguay, en tanto que Canadá
y Estados Unidos de América lo hacen con personal en el
Estado Mayor. Esto significa que 11 de los 19 países que
aportan tropas pertenecen a la región.
En lo que a componente policial se refiere, los países que
contribuyen con personal son Argentina, Brasil, Canadá, Chile,
Colombia, El Salvador, Estados Unidos de América, Grenada,
Jamaica, y Uruguay. Esto es 10 países americanos sobre un
total de 50 contribuyentes. En este caso la representación
americana es significativamente menor que en el componente
militar, y más aún si tenemos en cuenta que todos los
países mencionados se encuentran presentes con personal
desplegado como individuos y ninguno aporta Unidades
Formadas de Policía[4], las que incrementan sensiblemente
el número de la contribución.
Finalmente debemos considerar que el actual Representante
Especial del Secretario General, Dr. Mariano Fernández
es chileno, en tanto que el anterior, Edmond Mulet, era
guatemalteco. Si a esto le sumamos que el comandante del
componente militar, General Luiz Eduardo Ramos Pereira
es un general brasilero (cargo asignado a Brasil en forma
permanente) y el anterior Comisionado de Policía era un
Comandante de la Gendarmería Nacional Argentina, podemos
decir que gran parte de la conducción de la misión recae en
representantes de países de la región.
en estado de no-guerra/conflicto los gobiernos no se
muestran tan reticentes a desplegar personal mili-
tar, en tanto que la lucha contra las actividades o
hechos delictivos es algo permanente en la mayoría
de los países y podría resultar criticable el envío al
exterior de personal policial, mientras que en mi
país no tengo completamente resuelto los problemas
que afectan a la seguridad de los ciudadanos.
¿Es posible hablar de una mayor regionalización de la misión?
Es posible si nos referimos a cambiar la figura de la misión
para pasar a un Capítulo VIII de la Carta de las Naciones
Unidas denominado “Acuerdos Regionales”. Bajo este capítulo
tendremos que la ONU transfiere la responsabilidad total
de la resolución del conflicto a una organización regional y
consecuentemente el establecimiento y mantenimiento de
la misión. En este caso podríamos hablar de la Organización
de Estados Americanos, o de la más recientemente creada
UNASUR, para no tener que referirnos a una hipotética y
menos probable alianza regional conformada ad hoc. Dejo
para los especialistas en organizaciones internacionales
el estudio de los mecanismos con los que podrían contar
estos dos organismos para asumir dicha responsabilidad y
simplemente me dedicaré a mencionar aspectos de orden
práctico que implicaría la participación bajo capítulo VIII.
Dos aspectos a destacar de entre algunos otros: el primero
hace al modo de financiamiento de las OMP; en el caso de
aquellas establecidas y ejecutadas bajo mandato y control
operacional de la ONU, el financiamiento proviene de la propia
organización y los fondos se obtienen del Fondo Especial para
Operaciones de Mantenimiento de la Paz, al cual aportan los
estados miembros a través de un mecanismo de prorrateo.
Esto significa que, el costo económico de llevar adelante la
misión se reparte entre los países contribuyentes (actualmente
192). Con algunas contadas excepciones que confirman la
regla, la mayoría de los miembros afrontan sus obligaciones.
A su vez, bajo este sistema, cada país contribuyente de
personal militar y policial habrá de recibir un reembolso por
su contribución, tanto por el personal como por el material
desplegado, los costos de preparación del material así como
los gastos de traslado en cada despliegue o rotación. Se puede
apreciar entonces que si bien puede que no queden cubiertos
la totalidad de los gastos emergentes de la contribución, el
país contribuyente se verá resarcido económicamente por el
esfuerzo económico realizado a raíz de su participación.
Por el contrario, al referirnos al capítulo VIII veremos que
la ONU delega en la organización regional la autoridad para
resolver el conflicto, a la vez que transfiere la responsabilidad
administrativa y financiera de llevar adelante la misión. Es
decir que no solo cada país contribuyente deberá hacerse
cargo de los gastos emergentes de su participación, sino
que no habrá reembolso posterior que disminuya el impacto
que esto pueda tener en el presupuesto militar o de defensa.
Sin entrar en detalles, debemos reconocer que para algunos
estados miembros la participación en operaciones de paz
naciones
unidas
lejos de resultar una erogación, se constituye en una fuente
de ingresos con los cuales solventar gastos de las fuerzas
armadas. ¿Existen mecanismos previstos en la OEA o la
UNASUR, para llevar adelante el financiamiento de este tipo
de misión? ¿Si las misiones fuesen parcialmente financiadas,
existe capacidad en la totalidad de los actuales países
contribuyentes para sostener la participación sin recibir
reembolso alguno? Siendo realistas debemos aceptar que
la voluntad de participación en muchos casos puede verse
sensiblemente afectada por la falta de recursos financieros.
¿Es posible pensar que la ONU delegue en la OEA la
responsabilidad de la conducción de la misión, a la vez que
le transfiera los fondos para el financiamiento de la misma?
No, de ninguna manera, si bien la ONU ha sido reiterada y
permanente criticada por lo burocrático e ineficiente de su
sistema administrativo, es mucho más aceptable la ineficiencia
propia conocida que la eficiencia ajena por conocer.
Otro aspecto a ser considerado sería la salida de la misión
de aquellos países contribuyentes no-regionales. ¿Existe
capacidad en la región para satisfacer los requerimientos
de una misión como la actualmente desplegada en Haití? Si
tenemos en cuenta el mandato actual, más allá de que en el
año venidero se prevé una reducción de efectivos militares[5],
veremos que de acuerdo al sitio oficial de la ONU[6]
actualmente prestan servicio en MINUSTAH un total de
12.294 uniformados (8.752 efectivos militares y 3.542 efectivos
policiales incluyendo las unidades formadas) de los cuales
son aportados por países americanos 5.740 (5.443 militares
que representan un 62 % del total y 297 policías que equivalen
a solo el 8 % del total). Pero si queremos ser un poco más
precisos y optimistas deberíamos tomar en cuenta las cifras
autorizadas en el nuevo mandato y así veremos que el “aporte
complementario” por parte de países americanos para cubrir
el efectivo total debería ser de 1.897 efectivos militares y 2944
efectivos policiales (equivalente a un incremento del 35 % y del
991 % sobre el despliegue actual, respectivamente), algo difícil
de pensar si es que tenemos en cuenta los aportes efectuados
hasta el momento.
En lo que a requisitos propios de la actividad se refiere,
debemos decir que el tipo de tarea que llevan adelante
los oficiales de la policía de MINUSATH, requiere de ellos
dominio del idioma francés para poder interactuar con la
Policía Nacional Haitiana (PNH), así como con la población
local. En tal sentido debemos aceptar que siendo los países
americanos mayoritariamente hispano y anglo parlantes
y siendo el portugués el idioma oficial de Brasil (mayor
AGORA 41
INTERNACIONAL
EDICIÓN 14
contribuyente de personal a MINUSTAH), el francés no es
un idioma ampliamente expandido en el continente. La
excepción a esto es Canadá quien actualmente contribuye con
138 oficiales de policías. La idea de un componente policial
puramente regional resulta irrealista, y consecuentemente la
dependencia de aporte extracontinental resultará inevitable.
De igual manera deberíamos considerar que con posterioridad
al terremoto las Naciones Unidas, ante la necesidad de
incrementar la presencia militar en Haití, hizo un llamado a
los países contribuyentes para que aporten más efectivos. A
este pedido respondieron efectivamente, de la región Brasil
y Argentina, en tanto el resto del incremento se produjo
por aporte de Indonesia, Japón y la República de Corea.
Podríamos asimismo seguir analizando estos números de
distintas maneras, pero creo que todo nos conduciría a la
misma conclusión; resulta sumamente improbable que los
países americanos puedan llegar a prescindir del aporte extra-
continental en lo que a personal militar y policial se refiere
para responder a los requerimientos de la MINUSTAH.
Nos queda entonces por analizar la posibilidad de cambiar el
perfil de la misión, reduciendo la participación militar mientras
se incrementa la presencia policial. Este planteo no está para
nada alejado de la lógica, por cuanto si analizamos el origen del
problema en Haití, veremos que el conflicto interno que dio origen
a la misión no es de carácter militar, sino más bien de convulsión
y confrontación social seguida por inestabilidad política. A esto
podríamos agregarle el elevado nivel de criminalidad existente,
lo cual nos refiere necesariamente al empleo de fuerzas
policiales. No hay punto de discusión en esto.
El tema pasa porque en un determinado momento, el nivel
de convulsión interna y el grado de violencia empleado en los
enfrentamientos internos en la puja por el poder excedieron
ampliamente la capacidad de intervención de fuerzas policiales,
ergo se hizo necesaria la presencia de un componente militar
capaz de confrontar con ese nivel de violencia, en el cual el
uso de armas largas y de grueso calibre y el control total de
zonas por parte de bandas delictivas eran moneda corriente.
Hoy en día la situación es otra, la actividad criminal se ha
reducido a niveles que podríamos decir equivalentes a
cualquier país del continente, entonces, ¿Por qué mantener
una presencia militar tan fuerte? Una de las razones la
encontraremos en la limitada capacidad actual de la PNH
para asumir la responsabilidad total de garantizar las
condiciones de seguridad y estabilidad que el país requiere.
Uno de los motivos es la dificultad con la que se ha encontrado
la MINUSTAH en su programa de asistencia para la formación
de la nueva PNH. El tema es complejo pero intentaré ser
breve enfocándome en los puntos más relevantes. En estos
casos normalmente se intenta conformar los nuevos cuerpos
policiales incorporando a antiguos policías o miembros de
las fuerzas armadas, lo cual se hizo sumamente dificultoso
en el caso de Haití debido a que la mayoría de los antiguos
militares o policías habían estado implicados en casos de
abuso de autoridad, violación a los DDHH o se encontraban
directamente vinculados con actividades criminales. Esto llevó
a que en los primeros años cada candidato fuese sometido
a un profundo escrutinio antes de su aceptación lo que
determinaba como inadmisibles a gran cantidad de personal
que se podría decir, estaba “técnicamente familiarizado”
con las funciones policiales, como para conformar la masa
crítica inicial. Aún con este sistema de selección previa, se
presentaron gran cantidad de casos que con posterioridad a
su incorporación debieron ser expulsados de la fuerza cuando
nuevos o desconocidos antecedentes salieron a la luz.
Otro motivo de una casi continua descarga de personal ya
incorporado y diplomado, fueron las prácticas inadmisibles
en cualquier institución policial del mundo. La corrupción y la
inconducta fueron las más comunes, llegando al extremo en
el año 2009 de tener que expulsar al Director de la Academia
Nacional de Policías por abusar sexualmente de cinco
cadetes mujeres. Este tipo de cuestiones echó por el suelo las
previsiones iniciales de las Naciones Unidas, de poder contar
en un término inicial de cinco años con una policía nacional de
unos 10.000 efectivos. En definitiva, la PNH no se encuentra
lista para asumir al cien por ciento la totalidad de la carga
emergente de la actividad policial. De esta manera veremos
que la presencia policial extranjera resulta necesaria para
mantener un adecuado nivel de respuesta policial, a la vez
que contribuye al desarrollo de la todavía en desarrollo PNH.
Resulta necesario aclarar que debemos dividir al personal
policial de Naciones Unidas en dos grupos bien diferenciados;
por un lado los policías que despliegan como individuos
y por otro, los que despliegan como Unidades Formadas
de Policías (UFP). Yendo a cuestiones de orden práctico
diremos que quienes son desplegados como individuos no
generan al país que los despliega reembolso alguno, en tanto
que la ONU pagará por las UFP, en base a la cantidad de
efectivos y al material y equipamiento con que se despliega
en la misión. Llamativamente veremos que sobre un total de
3.542 efectivos, 2.273 pertenecen a UFP en tanto los policías
desplegados como individuos totalizan 1.269. ¿Será por caso
que algunos países contribuyentes de policías se ven más
propensos a poner a disposición de la ONU aquel personal por
el cual habrá de recibir un reembolso en vez de aquel por el
que no recibiría nada? Personalmente creo que sí.
Por otro lado, los policías desplegados como individuos
son los que cumplen funciones de asesores, monitores,
instructores y ayudan directamente en el desarrollo de la
PNH, así como llegado el caso pueden cumplir funciones de
apoyo a la actividad policial propiamente dicha, en el terreno.
Por su parte, las UFP se encuentran la mayor parte del tiempo
basadas en sus campamentos y pueden ser empleados
únicamente para el control de disturbios.
Reconocida ya la necesidad de la presencia policial extranjera
debemos decir que, sin embargo, las fuerzas policiales de la
ONU no pueden reemplazar al componente militar en varias
de las tareas que éste desarrolla o puede llegar a desarrollar,
como sería el caso del apoyo de seguridad y logística que ha
prestado y presta en ocasión de las elecciones, control de
las fronteras incluyendo espacio marítimo[7] y actividades de
Coordinación Civil-Militar (CIMIC) en apoyo a la población local.
Un párrafo aparte merece el rol que adquiere el componente
militar ante la ocurrencia de desastres naturales o catástrofes
(huracán Jane del 2004, derrumbe de una escuela en 2008 y
terremoto de enero del 2010 por sólo mencionar algunos). Al
carecer Haití de un sistema de respuesta en caso de desastres
naturales o catástrofes, es el componente militar de la
MINUSTAH el que ha dado respuesta inmediata a las urgencias
de la población local, así como del personal de la ONU de otros
programas y agencias. En el caso particular del terremoto,
fue el componente militar de la MINUSTAH el responsable
de brindar seguridad y escolta a las ONG, a los grupos de
rescate que debieron trabajar en zonas inseguras, así como
apoyo logístico de trasporte, escolta y seguridad al Programa
Mundial de Alimentos para la distribución de alimentos a los
desplazados. Asimismo, en cooperación con la Fuerza de
Tareas Conjunta americana (Joint Task Force) fue responsable
de preparar y llevar adelante el plan de distribución masiva
de alimentos por medio de 17 puntos fijos de distribución. Al
respecto, el personal policial (UFP incluidas) se mantuvo al
margen de todas estas tareas en el entendimiento que las
mismas no estaban (ni están) contempladas en su mandato.
Podríamos decir que de cierta manera el personal militar
cumple funciones “multipropósitos” y están más dispuestas a
aceptar tareas que no le resultan propias en naturaleza (como
sería el caso de la seguridad de los campos de Desplazados
Internos) que el personal policial.
naciones
unidas
Volviendo a un aspecto ya mencionado en este trabajo,
¿resulta plausible pensar que los países contribuyentes
podrían dar respuesta afirmativa a una solicitud de una mayor
contribución en personal policial como individuos, para suplir
la reducción de personal militar? Si nos referimos a los datos
provistos por las páginas oficiales de las distintas misiones
de paz veremos que la excepción está dada por alguna misión
que logra alcanzar los efectivos policiales autorizados por
mandato, en tanto que la mayoría se encuentra en déficit
permanente de personal policial, principalmente en condición
de individuos. Esto es debido a que en estado de no-guerra/
conflicto los gobiernos no se muestran tan reticentes a
desplegar personal militar, en tanto que la lucha contra las
actividades o hechos delictivos es algo permanente en la
mayoría de los países y podría resultar criticable el envío
al exterior de personal policial, mientras que en mi país no
tengo completamente resuelto los problemas que afectan a la
seguridad de los ciudadanos.
Sin lugar a dudas los resultados alcanzados hasta el momento
por la MINUSTAH podrán dar lugar a las críticas, sobretodo
si nos referimos a parámetros de eficiencia en relación al
manejo del presupuesto, pero esto no hace que la alternativa
de una misión de reconstrucción sea más atractiva, o pueda
llegar a ser administrada de mejor manera (habida cuenta
que los procedimientos administrativos y el personal que la
conformaría serían básicamente los mismos).
La idea que el concepto de regionalización de la misión sea un
tema de discusión habla de un interés y nivel de compromiso
superior por parte de los países de la región, pero ello no
hace que las dificultades de asumir la responsabilidad de la
conducción de la misión puedan ser dejadas de lado o resueltas
en el mediano plazo. Finalmente, la “desmilitarización” de la
MINUSTAH resulta completamente lógica, si es que tenemos
en cuenta la naturaleza de los problemas de seguridad y los
factores que podrían afectar la estabilidad político-social
alcanzada. Pero esto no deja de ser un factor común en
muchas de la OMP en las que la falta de personal policial es
una constante.
La MINUSTAH de seguro dista de la perfección pero por las
razones expuestas considero que sigue siendo, por lo pronto,
la única alternativa viable y cualquier cambio debería ser
paulatino y acordado entre aquellos que estén dispuestos a
asumir la responsabilidad de llevarlos a la práctica.
AGORA 43
INTERNACIONAL
EDICIÓN 14 naciones
unidas

Fundación

Reflexiones ante el
Ciudadanos del
mundo

60º aniversario de la
adopción de la Convención En el año 2011 se conmemora el 60º aniversario de la Con-
vención sobre el Estatuto de los Refugiados, adoptada el 28
sobre el Estatuto de los
de julio de 1951 en Ginebra. Desde su aprobación, la con-
Refugiados. BALANCE Y vención ha sido la piedra angular para la regulación de la
PERSPECTIVAS. problemática de los refugiados en el mundo.

*María José
Se trata de una normativa internacional que ha sido
Greloni, estudiante
incorporada por 148 países hasta junio de 2011. Sin
de Ciencias de la
Comunicación embargo, la complejidad y el dinamismo del fenómeno de
(Facultad de los refugiados y peticionantes de refugio ha dado lugar a
Ciencias Sociales- particularidades locales en el reconocimiento de cada uno
Universidad de estos 148 Estados, así como al acuerdo internacional
de Buenos sobre la necesidad de ampliar los límites de la Convención
Aires), grupo de original, plasmado en el Protocolo de 1967.
investigación
Fundación La situación de los refugiados en el mundo se ha planteado
Ciudadanos del cada vez con más fuerza a lo largo del siglo XX, las
Mundo. causas han sido diversas pero entre las más corrientes
se encuentran los conflictos armados, guerras civiles
*Samanta Bona y desastres naturales. En efecto, la problemática de los
Müller, estudiante desplazamientos forzosos comienza a ser visibilizada
de Sociología
luego de la primer Guerra Mundial, momento en que, a
(Facultad de
causa de las batallas libradas, las personas empezaron
Ciencias Sociales-
Universidad del a trasladarse dentro del continente europeo. Es así como
Salvador), grupo la comunidad internacional empezó a buscar una solución
de investigación para el problema del desplazamiento humano forzado. En
Fundación 1920, bajo la influencia determinante de Fridtjof Nanasen
Ciudadanos del se crea la Liga de las Naciones, que buscó soluciones
Mundo. colectivas para quienes debían dejar su país de nacimiento.
Pasados más de treinta años, en 1951 se constituyó el Alto
*Juan Manuel Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados
Quiroga,
(ACNUR). Este organismo es el encargado de reglamentar
licenciado en
y velar por el cumplimiento de lo establecido en la
Ciencia Política
(Facultad de convención, logrando hasta el 2010 asistir a 33.924.476
Ciencias Sociales- personas, lo cual da cuenta de la dimensión e importancia
Universidad de esta entidad.
de Buenos
La convención define al Refugiado como: toda persona que
Aires), grupo de
investigación “debido a fundados temores de ser perseguida por motivos de raza,
Fundación religión, nacionalidad, pertenencia a determinado grupo social u
Ciudadanos del opiniones políticas, se encuentre fuera del país de su nacionalidad
Mundo. y no pueda o, a causa de dichos temores, no quiera acogerse a
la protección de tal país; o que, careciendo de nacionalidad y
hallándose, a consecuencia de tales acontecimientos, fuera del

AGORA 45
INTERNACIONAL
EDICIÓN 13
país donde antes tuviera su residencia habitual, no pueda o, a
causa de dichos temores, no quiera regresar a él”[1]
Luego de seis décadas, la Convención sigue siendo la base
sobre la cual se erigen las leyes de refugiados de cada país.
La conmemoración de los sesenta años de su adopción
constituye una oportunidad para hacer un balance en la
materia.
La distancia que existe entre el reconocimiento legal de
los derechos de los refugiados y el ejercicio efectivo de
los mismos, es un grave problema que falta resolver. Por
un lado, encontramos los límites en términos de legislación
interna y derecho internacional para garantizar el
reconocimiento del estatuto de refugiados a todos aquellos
que se encuentran en esa condición. Quienes forman parte
de este grupo llegan a solicitar el asilo luego de haber
atravesado situaciones violentas y cambios en su contexto
geográfico y social de origen. Muchos Estados adherentes
a la Convención no proveen la información necesaria a
quienes solicitan el estatuto de refugiados, al tiempo que
no han desarrollado los mecanismos institucionales para
garantizar una atención acorde a los términos convenidos
en 1951.
El otro aspecto a considerar es la capacidad del Estado
receptor de brindar una protección adecuada a aquellas
personas que obtienen el reconocimiento como refugiados.
Las deficiencias al respecto se plantean mayormente en
términos de disposición de recursos para garantizar el
cumplimiento efectivo de derechos.
Balance
Luego de estos 60 años se presenta como indispensable
realizar un balance para comprender cuáles han sido los
aspectos positivos y cuáles aspectos deben ser modificados
o mejorados. Para comenzar, vale destacar que cuatro
quintos de los refugiados se encuentran en los países
comúnmente llamados de economías dependientes, lo
que es un problema en la medida en que los derechos
fundamentales de los refugiados no son respetados, en
parte, por las dificultades propias del país. El caso argentino
ejemplifica esta situación, la gran cantidad de población
que encuentra limitado su acceso a la vivienda digna, el
trabajo o la salud es demostrativa de las posibilidades
de dar una respuesta integral a quienes son reconocidos
como refugiados.
Sin embargo, cabe destacar que son miles las vidas que
La paradoja: la noción de ciudadano en tanto
ciudadano universal, sólo es realizable dentro
del derecho internacional pero limitado a un
territorio específico.
se han salvado a partir de 1951. La Convención sobre el
Estatuto de los Refugiados permitió darle una figura a una
problemática que existía pero que no se explicitaba.
Otro de los aspectos positivos de la Convención es que no
tiene reservas en cuanto al país de origen del demandante
de asilo. Esto quiere decir, que la misma ha sido creada
con miras a la protección de las personas que reúnen las
características de “refugiado” sin distinción alguna del
lugar de origen de los peticionarios, primando, sobre todo,
la protección de los derechos humanos a todo habitante de
la tierra que se encuentre en estas circunstancias.
Pero más allá de estos aspectos a destacar, la problemática
de los refugiados es compleja, y responde a muchos
condicionantes. En este artículo quisiéramos referirnos
principalmente a dos situaciones que los Estados deben
conciliar. La primera refiere a las obligaciones jurídicas
inderogables que los Estados poseen con los refugiados.
En segundo lugar, se encuentra la intención de los ámbitos
de poder estatal de restringir al máximo la protección a
todo aquel que no se considere merecedor de la especial
protección. Cabe recordar que muchos países no ratifican
la convención ya que significa dar lugar a un aumento del
gasto público, desde una perspectiva vinculada con la
significación de la migración como fuente de problemas.
El caso argentino
El Estado argentino adhirió a la Convención sobre el Estatuto
de los Refugiados más de diez años después de su creación,
el 11 de octubre de 1961, a través de la ley 15.869. Por su
parte, el Protocolo fue ratificado por la ley 17.468 a pocos
meses de su promulgación en 1967. Sin embargo, tuvieron
que pasar décadas hasta que el país aprobara una legislación
específica en lo referido a personas refugiadas y peticionantes
de refugio que habilite la formulación de políticas públicas
dirigidas específicamente hacia esta población.
Un intenso trabajo de parte de organizaciones de defensa
de los derechos humanos a partir del restablecimiento de
la democracia en 1983 ha dado por resultado que para fines
de 2006 se sancionara la Ley 26.165 de Reconocimiento
y Protección al Refugiado. La sanción de esta norma se
relaciona de forma evidente con la aprobación en el año
2003 de la nueva Ley de Migraciones 25.871, en la que se
reconoce la condición de refugiado como criterio para la
radicación.
A partir de adoptar una legislación específica en la materia,
el Estado argentino ha avanzado en la resolución de deudas
históricas con la población refugiada residente en el país.
En primer lugar, la ley presenta dos puntos esenciales
inspirados en los fundamentos de la Convención, el
principio de no devolución y el de confidencialidad. De
este modo, quienes son amparados por el estatuto de
refugiados quedan a resguardado respecto a la difusión
de su información y su ubicación en territorios donde sus
vidas o su libertad corran peligro.
Sin embargo, el Estado se encuentra ahora enfrentado
al desafío de formular e implementar políticas internas
concretas que traduzcan en hechos los principios
planteados en la ley y consoliden el compromiso asumido
internacionalmente con la protección de los refugiados.
En este sentido, entendemos que uno de los desafíos más
importantes se refiere al cumplimiento de las obligaciones
para aquellos que son reconocidos como refugiados.
En 2009, se creó la Comisión encargada de analizar
y evaluar las peticiones de asilo correspondientes a
todos aquellos que se encuentren bajo la jurisdicción
de la República Argentina: la Comisión Nacional para
Refugiados (CONARE). Este órgano reemplazó al Comité
de Elegibilidad para Refugiados (CEPARE) creado en el año
1985. La CONARE tiene como objetivo buscar soluciones
duraderas como el reasentamiento, la repatriación
voluntaria y la integración local a todos los refugiados y
peticionantes de asilo.
Si bien de acuerdo a datos aproximados publicados por la
Dirección Nacional de Migraciones a partir de palabras del
presidente de la CONARE, Argentina ha reconocido a un
total de 3500 refugiados entre 1985 y 2011, partiendo de un
total de 13.500 solicitudes, lo cual constituye un porcentaje
superior al 25% que la ubica entre los países de mayor
índice de reconocimiento en el mundo[2], la protección de
los derechos de esta población de acuerdo a lo estipulado
por la Convención y el Protocolo sigue siendo insuficiente.
En función de tales falencias desde el ámbito estatal, la
tarea de las organizaciones de la sociedad civil adquiere
una importancia decisiva. Al respecto, la investigadora
María Cicogna sostiene, “A pesar de que Argentina es uno
de los países en el mundo que mayor cantidad de estatutos
de refugio otorga anualmente, el Estado nacional no
está preparado para brindar protección jurídica a estas
personas, tal como el acceso al derecho de obtener un
trabajo, una vivienda digna, o ser atendido en un servicio de
salud, entre otros. Ante la ausencia de respuesta por parte
de las instituciones gubernamentales, las organizaciones
de derechos humanos son quienes cumplen, en muchas
ocasiones, el rol que aquéllas deberían asumir. Estas
O.N.G. canalizan las demandas de los refugiados que el
Estado argentino no puede absorber a causa de la ausencia
de los mecanismos adecuados para que esto suceda. Esto
se debe a la existencia de una brecha notoria entre la letra
escrita de las normas y el acceso real de esta población a
los derechos.”[3]
Desafíos para el futuro
Las restricciones en materia de migraciones no existieron
siempre de igual forma, ni se plantean constantemente.
Suelen acrecentarse y variar con las crisis económicas.
Toda crisis económica plantea una reestructuración a
nivel mundial. Los desplazamientos como consecuencia
de estas crisis son conocidos y se pueden advertir desde
la gran crisis del petróleo en 1973, que desembocó en
el fin del modelo de Estado benefactor en países como
Estados Unidos. Otra de las consecuencias de la crisis
fue el traslado de grandes empresas que se encontraban
en países centrales, hacia países dependientes de las
economías de los primeros. Estas reestructuraciones
llevan a reajustar las restricciones migratorias, sobre todo
en el ámbito laboral.
El libre tránsito, la entrada, salida o permanencia en un
territorio, salvo que se encuentren motivos certeros para
creer que aquella persona que desea transitar constituya
un peligro para quienes habitan en ese territorio, debería
contar con garantías de poder ejercerse en la totalidad de
los territorios. Sabemos que en la práctica esto no sucede.
La paradoja: la noción de ciudadano en tanto ciudadano
universal, sólo es realizable dentro del derecho
internacional pero limitado a un territorio específico. Lo
cual denota un conflicto entre la rigidez territorial de los
estados-nación y la movilidad de la población, junto con
los derechos “universales”.
Desde la problemática particular de los desplazados, la
inclusión dentro del Estado en el cual se encuentra es una
problemática aparte. Tal como plantea Lechner, “El Estado
es el resultado formal de la mediación entre la praxis
social y el derecho”[4]. Por ello, aquellos migrantes que
se encuentran en forma irregular, o sea, no circunscriptos
a la tutela del Estado que rige el territorio que habitan,
quedan excluidos de la condición de ciudadano. Es decir,
AGORA 47
INTERNACIONAL
EDICIÓN 13

Eva
Demant
Toda persona que no pueda circunscribirse a

Desplazamiento
las normas del Estado en el cual habita queda
librado a vivir en la periferia, resignado a

forzado y apatridia, una

estar como “outsider”

sin la protección de la ley y el reconocimiento de las
atribuciones que le son inherentes a su condición de sujeto
de derecho. Un migrante irregular, puede ser visto como
una persona que “no se ajusta a la ley”.
Pero también podemos revertir el planteo, para decir que
estos migrantes desplazados no se encuentran amparados
por la ley, es decir, que aún no hay leyes que se ajusten
al estatuto de migrante desplazado y lo respalden. Toda
persona que no pueda circunscribirse a las normas
del Estado en el cual habita queda librado a vivir en
la periferia, resignado a estar como “outsider”. La
necesidad de asignarle un lugar a los desplazados se debe,
no sólo a los problemas que la no-legalidad representa
para las personas que migran, sino también, para la
organización de los países receptores.
Siendo comprobada la importancia de los trabajadores
migrantes en la contribución al desarrollo de la economía
mundial, es primordial plantearse la protección de los
derechos y obligaciones de estos migrantes asalariados,
desde un organismo como ACNUR. Se trata de un desafió
que merece la pena abordar.
Para concluir
Luego de 60 años son numerosas las transformaciones que
se han suscitado. La relevancia actual de las migraciones
presenta múltiples desafíos, el terreno del derecho
internacional está plagado de irresoluciones que deben ser
satisfechas en los años venideros. Por ejemplo, deportar
a los refugiados a su país de nacimiento es una acción
violatoria de los derechos que los mismos adquirieron al
detentar la condición de refugiado, y se debería sancionar
a los países que lo realizan.
Como cierre de este balance de los 60 años de la
Convención, se quiere destacar, sin oscurecer la
contribución que ACNUR realiza constantemente para
salvaguardar a los refugiados del mundo, que actualmente
existen otros desplazados que se encuentran en situación
de desprotección y para los cuales se deben buscar
soluciones adecuadas. Existen muchas personas que
deben abandonar sus países de nacimiento con el anhelo
de obtener una vida digna, una vivienda digna, comida
y educación para ellos y sus hijos. Las condiciones
estructurales que los obligan a migrar, están por fuera
de su control y alcance. Similar es la situación para
aquellos que se ven forzados a desplazarse dentro del
Representante
Regional del Alto
Comisionado
de las Naciones
Unidas para
los Refugiados
(ACNUR) para el
Sur de América
Latina.
mismo territorio nacional a causa de desastres naturales
o problemas económicos. ¿Qué sucede con aquellos
desplazados que no caben en la definición propuesta por
la Organización de las Naciones Unidas, y protegida por
ACNUR?
Como ya hemos mencionado, la convención fue funcional
al momento y a las crisis que se suscitaron luego de
la segunda guerra mundial; hoy en día existen otros
desplazados que han quedado fuera de la Convención y
no están siendo tutelados por un organismo internacional
capaz de protegerlos. En base a lo anteriormente dicho y
con el conocimiento de que el derecho surge por necesidad,
actualmente existe la ineludible obligación de adecuar la
legislación a las necesidades presentes.
preocupación global
El 2011 es un año de particular importancia para el ACNUR al cumplirse 60 años de la adopción de la
Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951 y 50 años de la Convención para Reducir los
Casos de Apatridia de 1961.
Estas Convenciones internacionales sobre personas refugiadas y apátridas constituyen la base del
régimen de protección internacional y desde su adopción se han realizado considerables progresos,
a nivel mundial y en América Latina, respecto de su vigencia y aplicación.
Según datos que se desprenden del Reporte Global 2010 del ACNUR, se estima que hay actual-
mente 43,7 millones de personas desplazadas por la violencia en el mundo, de las cuales más de
15 millones son refugiados. La mayoría de éstos –cerca del 80 por ciento- viven en países en vías
de desarrollo y no en países industrializados, revelándose así un profundo desequilibrio en el apoyo
internacional para los refugiados.
La magnitud de los números, sin embargo, no debe hacernos olvidar un concepto humanitario clave
que es resaltado por la actual campaña global del ACNUR: no hay niveles de sufrimiento tolerables;
incluso una persona obligada a escapar de la guerra o la persecución, es demasiado.
A su vez, se estima que hay 12 millones de apátridas, es decir personas que no son reconocidas
como nacionales de ningún Estado. La falta de nacionalidad representa de por sí la negación de un
derecho humano fundamental, pero la persona apátrida también se ve impedida de ejercer y recla-
mar por el incumplimiento de otros derechos humanos. A pesar de la gravedad de la problemática,
son pocos los Estados que han firmado la Convención de la Apatridia. Al adherirse, contribuirán al
fortalecimiento del marco internacional de protección y, en definitiva, a prevenir el desplazamiento
forzado abordando una de sus causas.
En América Latina, donde hay más de 4 millones de personas con necesidades de protección, se han
hecho avances significativos en la protección de los refugiados, poblaciones desplazadas y apátridas.
La Declaración y el Plan de Acción de México -adoptados en 2004 por 20 Estados Latinoamerica-
nos- es un significativo ejemplo del compromiso de la región, reafirmado recientemente mediante la
Declaración de Brasilia de noviembre 2010.
En Argentina hay más de 4.000 solicitantes de asilo y refugiados. Aunque aún existen desafíos, el país
ha realizado grandes y concretos esfuerzos en los últimos años a través de la adopción, en 2006, de
la primera ley integral sobre protección de las personas refugiadas (N° 26.165), la puesta en funcio-
namiento de la Comisión Nacional para los Refugiados y el compromiso de su política tanto interna
como externa con la protección de refugiados, entre otras acciones.
El entorno de la protección en el mundo actual es cada vez más complejo. Los desplazamientos no
responden solamente a causas evidentes sino que pueden obedecer a una combinación de factores
de persecución y violación de derechos humanos junto con motivos sociales, económicos y ambien-
tales.
Es por ello que la protección de las personas refugiadas, desplazadas forzosamente y apátridas en el
contexto general de la movilidad humana constituye hoy una preocupación central a nivel global. El
camino a seguir, empero, no puede ser el del impedimento o la prohibición. Debemos asegurarnos
que quienes escapen de la persecución y la violencia puedan seguir ejerciendo un derecho humano
fundamental como lo es buscar y recibir asilo, no importa el lugar del mundo del que provengan.
Porque incluso un refugiado sin esperanza, es demasiado.

AGORA 49
INTERNACIONAL
EDICIÓN 14
V edición del Modelo
Internacional Universitario
de la Ciudad de Buenos Aires
Durante los días 26 y 27 de agosto se
llevó a cabo la V edición del Modelo
Internacional Universitario de la
Ciudad de Buenos Aires, con un éxi-
to sin precedentes. Más de 70 estu-
diantes universitarios, de más de 15
Universidades distintas fueron parte
de una actividad única que este año se
realizó en las instalaciones del Museo
Roca, en el barrio de Palermo.
Jóvenes de Colombia, Venezuela,
Ecuador, Brasil, Bolivia y de numero-
sas provincias de nuestro país fueron
protagonistas de estas memorables
jornadas de debate, donde se repre-
sentaron dos comisiones.
noticias institucionales
Los tópicos debatidos fueron “Alcance y
aplicación del Principio de Jurisdicción
Universal”, tratado en Asamblea
General; y “La intervención soviética
en Afganistán (1979)”, en el marco del
Consejo de Seguridad, en una innova-
dora variante de tipo histórica, de las
primeras en realizarse en el país.
El excelente nivel académico alcanza-
do por los delegados es digno de re-
saltarse, especialmente en un Consejo
Histórico donde no faltaron apasionadas
discusiones y brillantes alocuciones.
No debe dejar de subrayarse que sobre
el final del evento los Delegados tuvie-
ron la posibilidad de expresar, en un
naciones
unidas
espacio cordial y amistoso, sus apre-
ciaciones y recomendaciones sobre el
Modelo vivido. Los jóvenes remarcaron
la profesionalidad y capacidad del Staff
de Autoridades; y mostráronse más
que conformes con el desarrollo de una
experiencia que caracterizaron de inol-
vidable. Esto llena de regocijo al cuer-
po de organizadores de la Asociación
de Naciones Unidas para la República
Argentina, quien procuró con esfuerzo
y dedicación brindar un espacio de de-
bate sobresaliente tanto en su aspecto
humano como académico.
AGORA 51
INTERNACIONAL
EDICIÓN 14
ANUARio de
Política Internacional 2011
El 9 de noviembre tuvo lugar en el
auditorio Mons. Derisi de la Universidad
Catolica Argentina el ANUARio de Política
Internacional 2011, evento académico
que busco condensar los temas más
relevantes acontecidos durante el año que
termina. La primavera árabe, la cuestión
iraní, el rol de China como actor con
capacidad de estructuración sistémica,
la crisis económica internacional, la
realidad africana, Brasil y su proyección
hemisférica y mundial fueron algunos de
los temas abordados en el seminario. El
ANUARio conto con expositores de primer
nivel como Mónica Hirst, Silvia Perazzo,
Federico Merke, Ignacio Labaqui, Marcelo
Saguier, Paulo Botta, Jorge Malena y
Khatchik derGougassian entre otros, y fue
el cierre de las actividades académicas del
año 2011.
simulación sobre cómo
operan diferentes actores
en una misión de paz
El jueves 15 de septiembre se llevó a
cabo en las instalaciones del Centro
Argentino de Entrenamiento Conjunto
para Operaciones de Paz (CAECOPAZ)
una simulación sobre cómo operan los
diferentes actores involucrados en una
misión de paz. La visita a CAECOPAZ
estuvo enmarcada en la 2ª edición del
Curso de Intervencionismo Humanitario
que se viene desarrollando desde el mes
de agosto.
Para ello se planteó una situación ficticia,
en la cual los participantes debían
trasladar varios convoys con ayuda
humanitaria desde un punto de la “Isla
Félix” a otro. Se los dividió en 3 grupos
representantes de ONG’s. Ante esta
situación debieron negociar con Cascos
Azules para lograr que les brindaran
seguridad en el trayecto, participaron de
las tareas que se realizan en un check
point de la ONU, asistieron al asalto
de un convoy humanitario, negociaron
con los cascos azules la escolta para
la entrega de la ayuda e interrogaron al
personal sobre un incidente ocurrido en
la simulación.
El objetivo de la simulación fue aplicar
en el terreno diferentes conceptos
vinculados con una misión bajo mandato
de Naciones Unidas, tales como CIMIC,
Capítulo VII de la Carta, etc.
naciones
unidas
agradecimientos
Amigos de anuar
ANUAR quiere agradecer
a Equilibrium Global por la
entrevista en su programa
radial “Equilibrium & Tu voz
al Mundo” sobre Los valores
y principios rectores en las
relaciones internacionales, en
las complejidades del presente a
Silvia Perazzo, Presidente de la
Asociación.
Entrevista a Silvia Perazzo
en www.conexionabierta.com.ar
La Comisión Directiva de Anu-
AR expresa su más profundo
agradecimiento al Museo Roca-
Instituto de Investigaciones
Históricas por su constante
apoyo a la labor de la Asociación.
AGORA 53
INTERNACIONAL
EDICIÓN 14

Marcos, Filardi
Gaspar, Segafredo

política exterior
p.54 Refugiados en Argentina: la problemática de los migrantes y su
inclusión en la Ley de Migraciones. Entrevista a Marcos Filardi.
por Gaspar Segafredo

AGORA 55
INTERNACIONAL
EDICIÓN 14 POLÍTICA
EXTERIOR
ARGENTINA

Marcos
Filardi x Gaspar
Refugiados en Argentina:
Segafredo
entre leyes ejemplares y
xenofobia social
entrevista a Marcos Filardi

Gaspar Segafredo Mientras los países del actual –y decadente- centro geopolítico mundial, como Estados Unidos y las
Periodista; tesista
de la Maestría naciones europeas, endurecen sus políticas inmigratorias, incluidas las referentes a refugiados y solici-
en Relaciones tantes de refugio, la Argentina mejora sus estándares de protección y hospitalidad, a través de nuevas
Internacionales
Europa-América
instituciones, organismos y leyes. Marcos Filardi, Titular de la reciente Comisión para la Asistencia
Latina de la Integral y Protección del Refugiado y Peticionante de Refugio, de la Defensoría General de la Nación,
Universidad de habla de “un nuevo paradigma” en el país. Manifiesto en que por primera vez “el Estado argentino
Bologna.
asume la defensa pública en los procedimientos administrativos y judiciales que involucran a los mi-
Marcos Filardi, grantes y refugiados”.
Titular de la
reciente Comisión
Filardi, abogado y docente especialista en derechos humanos, sostiene que el contexto es consecuencia
para la Asistencia de un “buen entorno” político, que incluye y excede a gobierno y oposición. Sin embargo, afirma que la
Integral y Protección sociedad argentina tiene aún serios problemas para relacionarse con la alteridad: “Los prejuicios, la
del Refugiado y
Peticionante de discriminación y la xenofobia están muy presentes”. Esto para los migrantes y refugiados puede impli-
Refugio, de la car obstáculos en el acceso a salud, educación, justicia…
Defensoría General de
la Nación.
En diálogo con Ágora Internacional, Marcos Filardi hace un balance de la situación de los refugiados
en Argentina, que se está convirtiendo en un país de destino, Suramérica y el mundo, a través de su
experiencia como tutor oficial de niños, niñas y adolescentes refugiados y solicitantes de refugio. Y a
sesenta años del nacimiento de la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de la ONU, donde se
afirmó y especificó el derecho humano a pedir refugio, Filardi argumenta la necesidad de ampliar esa
definición, para responder a los desafíos de protección y hospitalidad del siglo XXI.

¿En qué circunstancias nació la Comisión para la Asistencia Integral y Protección del Refugiado y Peticionante de Refugio? ¿Cuáles
son sus funciones y objetivos?
La Comisión fue creada por la Defensora General de la Nación en 2007, inicialmente, en respuesta a la preocupación
manifestada por el ACNUR sobre la necesidad de tutelar a los niños no acompañados solicitantes de refugio. Hasta hoy
la Comisión asumió la tutela, la representación legal y el acompañamiento de los niños, niñas y adolescentes refugiados
y peticionantes de refugio. Y a partir de una nueva resolución de la Defensora General, desde febrero del 2012 toda
persona que solicite ser reconocida como refugiada, va a contar con un abogado provisto de forma gratuita, que la
asesore sobre sus derechos y obligaciones, y la represente legalmente durante todo el procedimiento. Implica una
ampliación importante de la Comisión: por año tutelamos un número promedio de 50 chicos, y este cambio significa
brindar asistencia a más de 600 personas al año, que es el promedio anual de solicitantes de refugio, bastante estable
desde 1985.
¿Qué opinión tenés acerca de la primera ley argentina en reconocer con claridad la figura del refugiado, aprobada en 2006?
En el 2006 por primera vez en su historia la Argentina pasa a tener una ley de reconocimiento y protección del refugiado,
la ley 26.165, que es un marco legal excelente, muy completo. Desde 1985 hasta el 2006 nos regíamos por un decreto del
gobierno de Alfonsín. Otra innovación importante es que la autoridad de aplicación de la ley, que es la Comisión Nacional
para los Refugiados (CONARE), no sólo trabaja en la elegibilidad, es decir, en determinar si una persona reviste o no

AGORA 57
INTERNACIONAL
EDICIÓN 14
la condición de refugiado, sino también es la instancia de
planificación de políticas públicas para la integración de los
refugiados en el país. La anterior autoridad de aplicación
tenía un representante del Ministerio del Interior y uno de
Cancillería; ahora se suman Desarrollo Social, Justicia
y Derechos Humanos, y el Inadi. Hasta ahora toda la
asistencia la venía cubriendo ACNUR con la sociedad civil.
Lo que marca la ley 26.165 es el giro a través del cual el
Estado empieza a asumir la protección y la asistencia.
¿Cómo se explica esta mejoría de las estructuras jurídicas? ¿Fue
el actual gobierno que impulsó el cambio?
Más que el gobierno o la oposición creo que hay un buen
entorno. La ley fue un proyecto del socialismo, aprobada
casi por unanimidad. A su vez, la ley de migraciones de
2004, otro avance importante, fue aprobada por unanimidad.
Por otra parte, es el Poder Ejecutivo el que está llevando
a cabo esta política, de hecho de él dependen todos los
representantes de la CONARE. Lo que forma parte de
un nuevo paradigma, es que el Ministerio Público de la
Defensa proteja a las personas migrantes y refugiadas, vale
decir, que sea el propio Estado el que asuma la defensa
pública en los procedimientos administrativos y judiciales
que las involucran. Es la respuesta institucional a lo que
marca la ley de 2006, cuyo artículo 32 establece que en el
procedimiento administrativo deben reconocerse todas las
garantías del debido proceso, entre ellas el derecho a ser
asistido por un defensor.
Aunque cada situación sea diferente, haciendo un promedio de los
distintos chicos que ahora están siendo tutelados por la Comisión,
¿cómo es el recorrido que realizan ellos desde su desembarco en el
país hasta llegar a ustedes?
La mayoría de los chicos tienen entre 16 y 18 años, son
de África occidental, y viajan como polizones en barcos,
conociendo o no el destino. Lo que pasa en esos primeros
días desde que llegan al puerto hasta que se visibilizan en
el sistema y se presentan ante la secretaría de la CONARE,
es muy variado. Desde chicos que se han encontrado con
un policía que los alentó a ir a la CONARE, hasta otros
que se han subido a un taxi, que los ha llevado donde “hay
negros”, como el barrio de Once, donde se encontraron
con otro africano que los orientó. Tenemos la historia de
un chico que como hablaba francés fue llevado al Banco
Francés por alguien que pensó que algún empleado podría
entender el idioma, y desde el banco se comunicaron con la
embajada de Francia, que los derivó a la CONARE. Algunos
tienen algún pariente o conocido aquí y cuando llegan
esa persona les recomienda presentarse en la CONARE.
Muchos están en situación de calle durante los primeros
días. Tarde o temprano desembocan en el sistema,
porque ellos saben que si solicitan ser reconocidos como
refugiados, obtienen la documentación que les permite
residir regularmente en el país.
Es decir, vienen con la idea de pedir refugio.
La gran mayoría sí, pero no saben ni dónde ni cómo ni
cuándo hacerlo. Pero ni bien se presentan a la CONARE,
entramos nosotros en escena. Cada chico tiene un tutor,
un abogado y un acompañante. Se les da un certificado
de residencia precaria que les permite circular libremente
y acceder a salud y educación. También les damos una
credencial que los acredita bajo tutela de la comisión:
con la foto, los datos, y mi celular. Esto funciona como
fetiche protector, por la tranquilidad de ellos. Por ejemplo,
si están trabajando en la calle y los interroga un policía,
ellos exhiben la credencial y le piden que, en todo caso, se
comuniquen con nosotros.
¿Cómo se resuelven el alojamiento y la alimentación?
Hasta dentro de poco tiempo los chicos recibirán asistencia
económica de la Comisión Católica de Migraciones,
asociada a ACNUR, con la que pagan el hotel y compran la
comida que desean. Próximamente este rol será asumido
por la Ciudad de Buenos Aires. Se alojan en hoteles
familiares o pensiones. Hay que tener en cuenta el grado
de autonomía de estos chicos, que tienen 16, 17 años:
cruzaron solos el océano y son parte de un proyecto amplio
de migración, con o sin aval de la familia. En casos de
niños más pequeños no acompañados, que hasta ahora no
hemos tenido, la respuesta sería completamente distinta,
como un régimen de preadopción o de familia sustituta. En
la pensión los chicos tienen su cuarto y comparten baño
y cocina con otras personas de nacionalidad argentina,
boliviana, paraguaya. Se dan dinámicas de integración
interesantes: la boliviana que vende ajo a una cuadra deja a
su nena al cuidado de uno de los chicos africanos; o alguno
se pone de novio con la joven peruana que vive al lado...
¿Qué funciones cumple el acompañante que ustedes facilitan?
La idea es que el chico tenga un referente. Que en todo el
primer contacto con la Argentina y sus instituciones pueda
ser acompañado por alguien que lo ayude a acceder a los
distintos servicios, que actúe como intérprete de idioma
y mediador cultural. Los acompañantes son puentes
culturales entre Argentina y los chicos.
¿Qué resultados les está dando ese rol de acompañamiento?
Saber que ante cualquier problema tienen con quién
contactarse, les genera mayor tranquilidad a los chicos.
De hecho, se han reducido dramáticamente los episodios
de salud mental que hemos tenido. Tienen con quién
compartir la angustia. Y propiciamos una comunicación
lo más fluida posible, cotidiana, respetando también las
necesidades de autonomía del chico: en persona, por mail,
mensaje de texto, por chat… Ahora por ejemplo Tony, un
chico de 17 años que va a cumplir 18 en diciembre, está
viviendo en Mendoza porque se puso de novio con una chica
de allá, y seguimos en contacto a través del facebook.
¿Qué sucede cuando cumplen 18 años?
Ante todo si alguno cumple 18 en medio del proceso de
tramitación de refugio nosotros le ofrecemos seguir
representándolo. El 100% de los chicos que vivieron esa
circunstancia decidieron conferirnos un poder para que
sigamos actuando en su nombre. Por otra parte, aún si el
trámite ya está resuelto seguimos en contacto. Hay chicos
que ahora tienen 22, 23 años, con los que mantenemos el
vínculo. De hecho, después de esta entrevista me encuentro
con Diakite. En su momento lo recibimos nosotros,
aprendió español, fue reconocido como refugiado, tramitó
su documento, le conseguimos trabajo en una distribuidora
de diarios donde sigue hasta el día de hoy con un buen
salario en blanco, ahora está tramitando su ciudadanía
argentina, fue papá... Es todo un acompañamiento que va
más allá de lo formal.
En ese papel de “puentes culturales”, ¿cómo trabajan las
problemáticas interculturales?
Recuerdo intervenciones en salud. Distintas sociedades
africanas consideran la sangre como un recurso limitado,
finito, que no se regenera. Entonces cuando alguien les
saca sangre, los chicos preguntan cuándo les será devuelta.
Intentamos que las extracciones sanguíneas por chequeos
de salud sean las mínimas indispensables. Hubo un chico
POLÍTICA
EXTERIOR
ARGENTINA
que estuvo internado y cada extracción de sangre era una
batalla campal. Teníamos que hablarle, explicarle que era
necesario, pero conscientes de su punto de vista. El sistema
de salud que nosotros les podemos ofrecer desde la lógica
occidental, va a coexistir necesariamente con prácticas
y representaciones de salud y enfermedad propias. El
médico va a coexistir con el curandero tradicional, que
paralelamente a nuestro chequeo de salud le recetará un
remedio por teléfono. Lo mismo con respecto al trabajo.
Hay un proyecto migratorio fundado en el trabajo, los
chicos vienen sobre todo a trabajar, para poder subsistir y
enviar dinero a la familia, si tienen. Nosotros les ofrecemos
e insistimos con el proyecto educativo, pero ellos dicen “yo
vengo a trabajar, es a mi hijo a quien voy a mandar a la
escuela”; un razonamiento muy semejante a los migrantes
del siglo pasado. Entonces desde el primer día el chico
está inquieto por trabajar.
¿Cómo funciona la recopilación de datos y documentos para
demostrar que han de ser reconocidos como refugiados?
Se llama investigación sobre el país de origen. Al principio
el chico describe someramente cuáles son las razones que
lo obligaron a salir de su país de origen en un formulario.
Esta información luego es ampliada en una entrevista de
elegibilidad, en profundidad, donde el chico va acompañado
por mí, como tutor, o por los abogados de la Comisión.
Después nosotros hacemos un alegato, donde cotejamos
esa historia que el chico relató con lo que está ocurriendo
en su país de origen. Recurrimos a varias fuentes,
informes de derechos humanos realizados por Amnesty
International, Human Rights Watch, el Departamento de
Estado de Estados Unidos, etcétera. También a medios
de comunicación del país de origen. A veces recurrimos a
fuentes etnográficas, según el caso. Hemos tenido chicos
cuya persecución estaba vinculada al régimen sucesorio
tribal en determinado contexto. Para confirmarlo, con la
antropóloga del equipo, estudiamos el esquema sucesorio
de esa tribu. Hay chicos que vienen con más documentación
de aval, como los que llegan de Colombia. Si acreditan una
persecución que denunciaron anteriormente, suelen traer
constancias de la fiscalía donde hicieron la denuncia. Todo
lo que abone la credibilidad de la historia se incorpora al
expediente. A veces ellos mismos nos acercan artículos de
diario que recortaron relacionados con la situación narrada.
Sin embargo, nosotros somos parte, defendemos al chico,
pero después la CONARE hace su propia investigación que
puede coincidir o no con nuestras fuentes y conclusiones.
¿Cuál es el porcentaje de aceptación de solicitudes de refugio?
La media general de quienes son reconocidos como
refugiados en relación a todos los peticionantes de refugio
es del 25%, pero en niños no acompañados asciende al
45-50%. Cuando un niño no acompañado no es reconocido
como refugiado por la CONARE, ésta recomienda a la
Dirección Nacional de Migraciones que le otorgue una
radicación por razones humanitarias, que es otra figura
que prevé la ley de Migraciones, que le permite seguir
AGORA 59
INTERNACIONAL
EDICIÓN 14
residiendo en Argentina de forma legal, con distintas
medidas de protección.
¿Pero a los chicos no reconocidos como refugiados quién los
acompaña? ¿Son derivados a algún otro programa de protección?
Aún los chicos que no son aceptados como refugiados
siguen estando bajo mi tutela. Por otra parte, no tenemos
casos de rechazo firme. Si la CONARE deniega la condición
de refugiado a alguno de estos chicos, apelo esa decisión y,
eventualmente, recurro a la justicia.
¿Cómo se maneja el tema de los idiomas?
Todo el equipo habla inglés y francés, idiomas
fundamentales por los países de los que vienen los chicos,
principalmente situados en el Golfo de Guinea, ex colonias
francesas o británicas…
¿Pero cómo hacen con quienes sólo se comunican en idiomas
menos conocidos…?
Hemos recibido en el 2008 varios chicos que solamente
hablaban wólof, la lengua franca de Senegal. También
recibimos chicos indios del estado de Punjab que solamente
hablaban panjabi; de Bangladesh que se comunicaban en
bengalí; y, últimamente, varios ghaneses que sólo hablan
twi. Constantemente está el desafío de comunicarnos con
chicos que no hablan ni inglés ni francés. En esos casos
otros solicitantes de refugio o refugiados ya en Argentina
nos ayudan en la interpretación, hasta que los chicos
afianzan el español.
¿Logran hacerlos ingresar en la escuela pública?
Lo primero que se trabaja son las clases de español. Hasta
ahora las brindaba la Comisión Católica con ACNUR. Pero
en breve también esa función quedará en manos de la
Ciudad de Buenos Aires, que establecerá un programa de
aprendizaje del idioma. Luego se propone la integración a
la escuela formal, en cursos de capacitación de oficios o la
escolarización general, dependiendo de los antecedentes
del chico, si fue o no escolarizado.
¿Y cómo se manejan los casos de menores de 16…?
Los más chicos en general vienen con los padres y
nosotros no intervenimos, excepto si la familia no puede
acreditar el vínculo, cuando hacemos un seguimiento
hasta la comprobación en sede judicial de la relación.
Cautelarmente, y luego de una evaluación inicial, no los
separamos. El año pasado llegó una mujer de Liberia con
dos nenes pequeños sin poder acreditar ser la madre.
La mujer permaneció con los chicos pero me designaron
tutor, hasta que en el marco judicial el adn comprobó la
maternidad y entonces di un paso al costado. Hubo otro
caso distinto, de una niña de siete años, colombiana, que
había venido con su mamá, quien luego falleció. La niña,
ya reconocida como refugiada, estaba bajo la guarda de
hecho de la pareja de la madre. Me designaron como tutor
y desde entonces supervisamos la situación de la niña
en relación a ese contexto familiar. Dos nenas haitianas
vivieron una situación similar. La mamá había viajado sola
al país, y, luego, a través de la ACNUR y de la CONARE, se
generó el proceso de reunificación familiar y vinieron sus
hijas. Un tiempo después la madre murió. Ahora las nenas
están bajo el cuidado de la abuela y de la tía, pero yo estoy
como tutor.
¿Cómo realizan la búsqueda de familiares de los chicos que, por
ejemplo, vienen de zonas de conflicto?
Ni bien llegan los chicos, hacemos una entrevista completa
en la cual indagamos también la situación familiar: si
tienen familia, si hay contacto o no y si quieren o no volver
a vincularse. En general trabajamos con el deseo de la
persona. Cuando no quiere tener contacto, se indaga
el por qué, para entender las circunstancias. Si el chico
por ejemplo explica que se separó de su familia por un
conflicto armado y quiere saber dónde están su madre
y sus hermanos, entonces hacemos todo lo posible para
recontactarlo con la familia. Es un trabajo muy lento
que se hace a través del Comité Internacional de la Cruz
Roja, pero es un sistema que no está funcionando bien.
Ni ACNUR ni UNICEF tienen un sistema organizado para
la revinculación con familiares. Es una tarea pendiente de
articulación.
¿No hay alguna otra forma?
Realizamos también búsquedas artesanales. Logramos
reencontrar la madre de un chico de Ghana, porque a
través de internet se consiguió un contacto con una capilla
del lugar y después un número de teléfono celular de una
persona del pueblo vecino. Desde acá llamamos a esa
persona, que justo viajaba al otro pueblo donde vivía la
madre y dimos con ella. El chico pudo hablar y se puso
nuevamente en contacto. Cuando un chico dice que desea
reencontrar a su familia hacemos todo lo posible. Lo único
que no hacemos es recurrir a la autoridad del país de
origen, porque son solicitantes de refugio, y por lo tanto
en virtud del principio de confidencialidad no podemos
entablar gestiones con autoridades diplomáticas.
Llama la atención la cantidad de refugiados que pasaron por
Brasil para llegar a la Argentina. ¿Por qué deciden no permanecer
en Brasil y continuar el viaje a pesar de los riesgos que implica y
del clima económico brasilero supuestamente más favorable?
Casi todos los senegaleses llegaron así. Ingresaron con
visa a Brasil, que tiene embajada en Senegal, a diferencia
de Argentina. Después entraron a la Argentina de forma
irregular a través de Uruguaiana y Paso de los Libres. El
destino final es Argentina por distintos motivos. Puede que
conozcan a alguien que ya está en el país, o a otros que han
estado y hablan de una política inmigratoria relativamente
POLÍTICA
EXTERIOR
ARGENTINA
buena; de posibilidades de trabajo, de que la relación
costo beneficio es buena, es decir entre los potenciales
riesgos que se corren y la posibilidad de enviar remesas a
familiares en el país de origen. Esto pasa con la comunidad
de senegaleses, con la nigeriana y, en menor medida, la
ghanesa. Algunos también han regresado a Brasil para
aprovechar la amnistía inmigratoria que hubo en 2009.
A pesar de estos movimientos la cantidad de refugiados en Brasil
y en la Argentina es muy semejante.
Los números y la dinámica son parecidos, lo que cambia
son las nacionalidades. En Brasil están recibiendo
personas de la República Democrática del Congo y sobre
todo de Angola, en este último caso por el origen lusitano
colonial, las relaciones comerciales entre ambos países
y el idioma. Lo que hay es un nivel de respuesta distinto:
nosotros estamos más institucionalizados en este momento
con estándares de protección muy buenos. Tenemos un
sistema de representación, tutela y acompañamiento
que Brasil no tiene. De hecho, compartimos un diálogo
a través de la oficina regional de ACNUR, donde Brasil
está considerando replicar la experiencia argentina
adaptándola a su propio contexto.
¿Existe la posibilidad de hacer un pedido de refugio al Estado
argentino desde afuera del país?
El asilo diplomático o territorial sí, pero es otro mecanismo.
Cuando hablamos del derecho humano a solicitar y
recibir refugio, la persona recién puede formalizar el
pedido cuando llegó a territorio argentino, sean aguas
jurisdiccionales, fronteras terrestres, aeropuertos
internacionales, etcétera. Lo que sí hacemos es reasentar
refugiados.
¿Cómo funciona el reasentamiento de refugiados?
Por ejemplo, en Ecuador hay una saturación de pedidos de
refugio, por su cercanía a Colombia. Entonces varios países
de la región, en el marco del Plan de Acción de México, se
comprometieron a descomprimir esa situación, reasentar
y asegurar la protección de refugiados o solicitantes de
refugio colombianos. Cada Estado tiene planes específicos:
la Argentina da prioridad al reasentamiento de familias,
Uruguay tiene un proyecto de reasentamiento de mujeres
solas con necesidades de protección, Paraguay otro para
niños que han sufrido contextos de conflicto armado.
Es llamativo como la actual situación de apertura en Suramérica
contrasta con la europea y la estadounidense, donde los gobiernos
están cerrándose a la llegada de refugiados e inmigrantes, aunque
también los números son muy distintos…
Sí, son números distintos. Pero una política migratoria que
propicie la mayor regularización posible, la mayor apertura,
fundada en los derechos humanos, no necesariamente va
a significar un incremento de migrantes y refugiados. Los
flujos migratorios responden a procesos más complejos.
De hecho, una política restrictiva no frena la migración
AGORA 61
INTERNACIONAL
EDICIÓN 14
sino que aumentan los costos y los riesgos relacionados al
tráfico de personas y a la trata. Argentina demuestra que
un entorno normativo mucho más favorable no aumenta
significativamente la cantidad de inmigrantes y refugiados.
Sin embargo, decías que Argentina empieza a ser vista como
destino posible…
América latina entera empieza a ser un destino posible de
lo que se llama migración extra-continental africana. Los
procesos están vinculados: la crisis de Ceuta y Melilla,
la emergencia de los cayucos que llegan a Canarias, la
mayor afluencia en la isla de Lampedusa y una Europa que
tampoco está en un gran momento. De todas maneras, en
los últimos años el país que absorbió la mayor cantidad de
solicitudes de refugio africanas es Sudáfrica. El 70% de la
migración africana ocurre dentro del continente, aunque
tengan más prensa los que tratan de ingresar a Europa.
Desde el Cuerno de África también están tratando de
llegar a la península arábiga; en el Golfo de Adén muere
periódicamente gente en el camino como en Canarias.
¿Si tenemos en cuenta las intenciones y el significado de la
hospitalidad y la protección que subyacen al concepto de refugiado,
la vieja definición de 1951 no está quedando chica frente a
contextos de catástrofes naturales, situaciones de pobreza extrema
y otras circunstancias de migración forzada y desprotección?
La ley argentina contiene dos definiciones de refugiado,
la clásica de la Convención de la ONU de 1951 y la de la
Declaración de Cartagena. De todas formas se amplió
el espectro de protección al refugiado. La Argentina ha
reconocido como refugiadas a mujeres víctimas de violencia
doméstica, ante la imposibilidad o ineficiencia del estado
en cuestión de poder brindar protección efectiva. Con
respecto a los niños, estamos propiciando una apertura de
la definición, en base a las nuevas directrices de protección
de niños no acompañados de ACNUR, que señalan que la
violación de los derechos humanos económicos, sociales
y culturales, por ejemplo pertenecer a un subgrupo social
como el de niños en situación de calle, puede dar lugar
al reconocimiento de la condición de refugiado. Venimos
realizando esta interpretación que, aunque hasta ahora el
Estado argentino no la admita, abrió el debate.
¿Hubo casos de solicitud de refugio vinculadas a migraciones por
catástrofes naturales y problemáticas ambientales?
Hubo una interpretación en el caso de haitianos.
Consideramos que en Haití ya existía una alteración del
Foto: Mariana Russi
orden público, previa al terremoto de enero 2010, en los
términos de la definición de la Declaración de Cartagena,
por la cual la libertad e integridad de las personas podía
estar amenazada; y que el terremoto agravó ese estado,
afectando en particular a niños, niñas y jóvenes solas.
Por informes de organizaciones de derechos humanos
que trabajaban en el terreno, sabíamos que había riesgo
de explotación sexual y de secuestro de niños. Entonces
propiciamos que chicos haitianos fueran reconocidos como
refugiados. Sin embargo, la CONARE denegó el pedido,
aunque encontró una forma de protección complementaria,
“por razones humanitarias”. De hecho, la ley argentina
permite que las personas que emigran de una situación de
catástrofe natural obtengan una radicación por cuestiones
humanitarias.
¿Este debate sobre la definición de refugiado y la posibilidad de
ampliarla de qué manera está presente en distintos países y en el
ámbito de la ONU?
Sobre todo se habla del desplazamiento derivado del
cambio climático como así también del desplazamiento por
hambruna. Es lo que pasa en la frontera entre Somalia y
Kenia, y Somalia y Etiopía. Hay respuestas de algunos estados
y en general la respuesta en América latina es contemplar
estas situaciones bajo la figura de “razones humanitarias”.
Sin embargo, no hay una convención internacional que
defina un refugiado o un migrante por razones medio
ambientales y que determine las consecuencias jurídicas
de ese reconocimiento. Es una deuda pendiente. También
hay una discusión previa acerca de si alcanza con ampliar
la definición de refugiado contenida en la Convención sobre
el Estatuto de los Refugiados de la ONU o si es necesario
crear un nuevo instrumento. Al estar vinculado al tema
del cambio climático y a los fenómenos medioambientales
consecuentes, el debate seguirá en agenda.
Con respecto al paradigma hospitalario y cosmopolítico intrínseco
en la apertura a ofrecer refugio, ¿puede decirse que la Argentina
es ahora más hospitalaria y cosmopolita?
Tratamos de que así sea; de brindar una respuesta de
hospitalidad al que llega, pero no es fácil. Por ejemplo,
cuando los chicos llegan a la CONARE y son acogidos
por nuestro equipo, intentamos recibirlos en su idioma,
incluso con una palabra de su grupo étnico que signifique
“bienvenido”. Pero a nivel de sociedad tenemos varios
desafíos, la discriminación y la xenofobia están todavía
muy presentes. Aún hay muchos prejuicios instalados en
el imaginario colectivo argentino.
Es decir, hubo un gran avance de hospitalidad institucional
político-jurídica, que contrasta con una sociedad argentina con
dificultades para relacionarse con “el otro”.
La respuesta institucional es buena, y de hecho varios
de los problemas de acceso a salud, educación, justicia,
trámites de radicación, están más relacionados con los
prejuicios que siguen instalados en la sociedad que con
falencias institucionales, aunque también existen éstas.
¿Por ejemplo?
Hace poco fui a una reunión en una escuela porque un chico,
ciudadano argentino hijo de un matrimonio de Ghana, sufre
la discriminación por su color de piel. Los compañeros le
dicen: “Sos negro porque no te lavás, si te lavaras serías
blanco como nosotros”. Expresan así lo que escuchan en
sus casas. Y estamos hablando de la escuela pública, donde
la respuesta es generalmente buena en lo que concierne a
la integración. El desafío de fondo es trabajar para lograr
un cambio sociocultural profundo, sólo así vamos a brindar
una respuesta integral. Han pasado por la Comisión 250
chicos desde 2007 hasta hoy; no hubo uno que no haya
sufrido episodios de discriminación. Desde la curiosidad
exótica de quien ve por primera vez a un negro por la
calle, hasta el que abiertamente le dice “negro de mierda,
volvete a tu país”. Esto no sólo pasa con los africanos, sino
con tantas personas migrantes de países vecinos, como
los bolivianos o los peruanos. De todas formas hay de todo
en este país, desde el que gratuitamente los insulta en la
vía pública, hasta el amigo argentino con el que comparten
el asado, o la novia argentina y su familia que los acepta
como un hijo más. No hay blanco y negro, sino una paleta
de colores.
¿Qué balance hacés de la figura del refugiado en estos últimos
sesenta años?
Como decía, hubo y hay esfuerzos para ampliar la definición
de 1951, porque la gran mayoría estamos de acuerdo en
que ha quedado chica. Sin embargo, hubo una tendencia
de los estados, sobre todo los centrales, de restringirla.
Prácticamente, lograr ser reconocido como refugiado
es como pasar por el ojo de una aguja… Los crecientes
movimientos globales exigen respuestas, que debieran
estar ligadas a obligaciones de los estados hacia los
POLÍTICA
EXTERIOR
ARGENTINA
derechos fundamentales de las personas, y no a la mera
decisión soberana de cada uno de ellos, como sucede
actualmente.
¿La integración regional y la consecuente creación de estructuras
políticas transnacionales pueden servir al emerger de un nuevo
paradigma más amplio de refugio, migración y hospitalidad?
Sí, de hecho el Mercosur y la UNASUR están desarrollando
un paradigma distinto en materia migratoria. Hacia
adentro, se proyecta la libre circulación; hacia afuera,
hay un esfuerzo por establecer estándares más abiertos
de recepción y abordaje de migraciones y refugio. Pero
en la práctica aún hay muchos matices, situaciones muy
distintas según el país.
En el caso de la Unión Europea prometía ser un espacio
sociopolítico nuevo, amplio y cosmopolita, pero actualmente
tiene respuestas reaccionarias frente a la inmigración
“extracomunitaria”, solicitantes de refugio incluidos. ¿Cómo se
hace para no caer en esa trampa?
Existe la oportunidad de generar algo distinto, pero
también el peligro de caer en lo mismo. Podría darse
una dinámica opuesta entre “nosotros” los regionales,
los suramericanos, y “ellos”, los extraregionales, los
africanos, los indios, los chinos; como sucede entre
europeos y extracomunitarios. De hecho, hay documentos
de organismos internacionales donde ya se empieza a
diferenciar la inmigración regional de la extraregional.
Supongamos que junto a los países vecinos logramos la
libre circulación, muy bien, pero la pregunta es: ¿a partir de
ese momento cómo vamos a recibir a los extraregionales?
En la Argentina sucede esto mismo. Tenemos una forma
abierta de recibir a los ciudadanos intramercosur y una
muy distinta de recibir a los extramercosur. Estos últimos
pueden ingresar sólo de forma irregular y luego enfrentan
escollos muy grandes, sino insuperables, para radicarse
en el país legalmente, con amenazas de expulsión por
parte de la Dirección Nacional de Migraciones.
¿Qué situaciones presenciaste en los puertos de origen de los
refugiados africanos, durante los viajes para la Comisión?
En los puertos de las grandes ciudades de Africa Occidental
(Abidjian, Conakry, Monrovia, Freetown) hay muchos niños
y jóvenes en situación de calle que esperan la oportunidad
de subirse a un barco que los saque de Africa y lo intentan,
una y otra vez, a falta de oportunidades para desarrollar
un proyecto de vida digna para ellos y sus familias en sus
países de origen; fruto de la esclavitud, del colonialismo,
de la explotación económica. El derecho humano a migrar
comprende el derecho a no migrar, a tener condiciones de
vida digna donde uno nació. Pero cuando ello no es posible,
es legítimo buscar nuevos horizontes en otras partes, y la
ley debe acompañar y proteger dicho desplazamiento. La ley
es poderosa, pero mucho más poderosa es la necesidad.
AGORA 63
INTERNACIONAL
EDICIÓN 14
Destino: Buenos Aires
“Decidí irme de mi país, Senegal, para poder conseguir trabajo
y ayudar a mi familia que estaba en una muy difícil situación
económica”, dice con extraño acento francés, Ababakar, un
joven de sonrisa fácil, quien fue tutelado por la Comisión
del Refugiado y Peticionante de Refugio, que ahora está
tramitándole la residencia “por razones humanitarias”.
Eligió América latina porque Europa ya estaba aplicando
políticas restrictivas con un ambiente social reaccionario
hacia la inmigración; lo sabía a través de primos suyos que
probaban suerte en Italia. Una recomendación lo hizo pensar
en Argentina, entre otras cosas por la presencia de una
comunidad senegalesa. Juntó de a poco el dinero y un día de
2008, con la ayuda de su hermano y amigos, logró pagar el
pasaje. Llegó en avión a Sao Paolo con un documento que no
era el suyo, diecisiete años de edad y la esperanza de seguir
viaje hasta Buenos Aires.
“Cuando llegué a Sao Paolo sabía que tenía que ir a la ciudad
de Uruguaiana donde está la frontera con Argentina. Pero me
confundí con otra ciudad y me perdí”. Viajó en colectivo por
tres días al interior brasilero en dirección contraria, hasta
Araguaina, en el Norte del país. Ya sin dinero, una mujer lo
ayudó: “Hablamos a través del traductor de google en el local donde
trabajaba; ella entendió que me había equivocado de ciudad y como
era de noche me llevó a su casa donde me bañé, comí y dormí”.
Al día siguiente, a través de un conocido de una estación
de servicio, la mujer lo encomendó a un camionero que iba
hacia el Sur, que luego consiguió a otro que cruzaba hacia
Argentina. Como Ababakar no tenía documentos, al llegar a
la frontera el camionero lo escondió dentro de una cama que
tenía atrás de los asientos. “Cuando el camión paró para los
controles tenía miedo de que me vieran, no sólo por mí, sino también
por la persona que me estaba ayudando sin siquiera conocerme”,
cuenta. Al rato se subió a un tren hacia Buenos Aires, con
un boleto que le compró el camionero. “Llegué a Retiro a la
una de la madrugada y nadie me entendía, me tiré a dormir en
un banco y me robaron la mochila”. La mañana siguiente se
cruzó con un senegalés, que lo llevó a su casa. Pero como
no lo conocía, junto al compañero de cuarto, decidió que
no podría dormir con ellos. Ababakar pasó la noche en la
calle, en Once. “Aprendí mucho. Pensar que una mujer brasilera,
blanca y sola me dejó dormir en su casa. Y después dos hombres,
negros, senegaleses, no me aceptaron en la suya. No podés asegurar
nada en la vida”, reflexiona Ababakar con una sonrisa.Luego
el senegalés lo acompañó a la CONARE, que llamó a la
Comisión por tratarse de una persona menor de edad. Una
de las acompañantes de la Comisión lo recibió en francés:
“Cuando ella me dio la bienvenida en mi idioma, llamándome por
mi nombre, no lo podía creer”, dice.
En Senegal quedó su familia: “Les mando todo el dinero que
puedo… aún si tengo que comer una vez al día”, explica. Trabaja
en la calle vendiendo bisutería -con la residencia precaria
no consigue empleo- y tras haber terminado la escuela
primaria aquí, cursa la secundaria. Durante estos tres años
en el país, cuenta que la gente de la Comisión lo ha ayudado
mucho: “Marcos no sólo me asiste muy bien como abogado, es
como de mi familia”. Cuando sea aprobada su residencia por
motivos humanitarios, Ababakar querría traer a la Argentina
a su mujer y a su hija.
Escapar de un conflicto étnico
Fotos: Mariana Russi
“Soy de Ghana, escapé de mi país por un conflicto
interétnico en la zona donde vivía; fue durante un
tiroteo en el que fueron asesinadas varias personas de mi
comunidad”, explica Clement, un joven de diecisiete
años, solicitante de refugio. Cruzó la frontera hacia
Togo después de uno de los enfrentamientos que
revivió aquella rivalidad étnica, siempre latente, por
la posesión de un territorio.
Al llegar a Togo vivió en la calle por unas semanas y
luego ingresó en un buque como polizón sin conocer el
¿Cómo te sentirías si estás esperando el
colectivo y el colectivero deja que entren todos
menos a vos?
destino. Tres semanas después llegó a Buenos Aires.
“En el barco me ayudó uno de los tripulantes, el primer y
único que me crucé, que sintió empatía al oír mi historia”,
dice Clement. Este hombre lo mantuvo escondido,
lo alimentó y luego al llegar a la Argentina lo hizo
bajar vestido con uno de sus uniformes y antes de
despedirse le dio cincuenta pesos. Caminó las calles
POLÍTICA
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ARGENTINA
porteñas por tres días sin poderse comunicar con
nadie: “Paré a mucha gente, pero nadie hablaba en inglés,
me puse muy nervioso; dormía en plazas y caminaba todo
el día sin tener la menor idea de dónde estaba, hasta que un
señor me indicó en inglés que fuera a la CONARE”. Una
vez en la CONARE, lo recibió uno de los acompañantes
de la Comisión: “Vino una mujer que después me ayudó
con todo; fue como un ángel para mí”.
Hace ya un año que Clement está en Argentina; recibe
ayuda de la Comisión Católica y está terminando la
primaria. Todavía está en trámite su solicitud de
refugio. Dice que se encuentra bien aquí, aunque a
veces viva episodios indignantes de discriminación:
“¿Cómo te sentirías si estás esperando el colectivo
y el colectivero deja que entren todos menos a
vos?”, pregunta. Luego relata que en la plaza donde
vende bisutería los policías del turno diario son muy
cordiales, pero que en el turno nocturno hay un agente
que a pesar de no decir nada a los demás vendedores
ambulantes le ordenó no aparecerse más en ese
horario.
AGORA 65
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Siete años a la deriva
Redacción: Gaspar Segafredo.
Crónica de un refugiado –reconocido como tal por el estado argentino-
proveniente del Cuerno de África, que narró su odisea en un diálogo con
Ágora Internacional (preservamos su identidad por las circunstancias de
refugio y por su pedido expreso).
Nunca tuve intenciones de irme de mi país, lo hice para
sobrevivir. No tenía idea sobre refugiados cuando salí.
Sólo quería escaparme donde fuera, para impedir que el
gobierno me atrapara. Para ellos yo era un desertor, y la
muerte mi castigo.
Fue a fines de 1999. Me habían obligado a entrar al Ejército
a los dieciséis años, porque cada familia debía entregar a un
hijo varón. Llevaba seis años en el frente como soldado de mi
país, uno de los que conforman el Cuerno de África. Era la
tercera vez que me recuperaba de una herida en el hospital
militar: había recibido una bala en la espalda que perforó el
estómago. Después de haber visto a tantos compañeros que
perdieron la vida y de haber estado muy cerca de que me la
quitaran también, no podía aguantar más. Un recuerdo no me
dejaba dormir -todavía hoy me persigue-: el estruendo de la
granada, sólo las zapatillas y la ropa destrozada con restos
de huesos de mi amigo en el piso; un instante antes había
estado ahí defendiéndome para impedir que me atraparan.
Faltaban pocos días para que volvieran a enviarme a la guerra.
Mi madre, una mujer fuerte, decidió que debía escapar. Yo
sabía que escapar significaba que me persiguieran para
siempre por “traición a la patria”, especialmente porque tenía
soldados a mi cargo, pero tomé el riesgo.
Mi madre me dio algo de dinero, el que pudo, y me consiguió
un auto, que me esperaba cuando salí del hospital. Después
de forcejear con el guardia, manejé hasta una ciudad y desde
ahí viajé en bote a Yibuti, un pequeño país vecino, donde me
escondí durante un tiempo. Estaba demasiado cerca, no tenía
confianza y sabía que el gobierno de mi país había atrapado
a desertores en Yibuti. Durante un año intenté embarcarme
clandestinamente en cualquier barco que se fuera de África.
Hice un viaje de meses en un carguero alemán, donde me
escondían al llegar a los puertos, para no pagar multas, y me
bajaron al regresar a Yibuti. Finalmente me subí a otro barco.
Entré de noche al puerto de Yibuti oculto en el chasis de un
camión. Con otros dos paisanos, nadamos hasta el barco que
no estaba amarrado sino alejado en el mar. Durante varias
horas estuvimos en el agua intentando entrar por la apertura
del ancla, que estaba cerrada desde adentro, hasta que
apareció otro hombre de Tanzania que pudo abrir esa tapa
con un cuchillo, e ingresamos mientras amanecía.
Cada uno tenía una botella de agua y una bolsa de azúcar.
Una semana después, en alta mar, cuando por el hambre uno
de los chicos había salido a buscar comida, nos descubrieron
a todos. Pasamos por puertos de Yemen, Arabia Saudita,
la India... Tras un viaje de meses, al llegar a Singapur nos
entregaron a la gente de migraciones, que nos fotografió y
registró nuestras huellas, pero no permitió que bajáramos.
Nos dejaron encerrados en el barco, incomunicados, aunque
nosotros pedimos tener la posibilidad de explicar nuestra
situación. Nos habían aislado en un camarote y sólo abrían
la puerta para darnos de comer de tanto en tanto. Pero el
problema no era comer sino escapar. Una noche logramos
romper el techo y pasar a otra habitación, donde dormía
un marinero. Salimos del barco a través de una ventana, y
bajamos por las amarras que terminaban en el muelle.
Apenas pisamos tierra empezaron a perseguirnos hombres
uniformados. Esa noche logramos fugarnos. Trabajé de
obrero en distintos lugares durante los siguientes seis
meses, hasta que me detuvieron. Me dejaron libre a cambio
de dinero. Todavía estaba en contacto con mi madre que era
quien me ayudaba enviándome plata cuando necesitaba. Ya
era el año 2002 cuando mi madre me pasó información sobre
Acnur -por primera vez supe que podía pedir refugio- y me
dijo que en Europa me aceptarían como refugiado.
Años -y muchos otros viajes- después, logré finalmente
llegar a Portugal, también escondido en un barco, al que
había subido en Suez, Egipto. Cuando ingresamos al puerto
de Lisboa pedí refugio. En migraciones expliqué mi situación,
me sacaron fotos y registraron mis huellas. También vino
gente de alguna organización de derechos humanos. Esperé
varios días en el barco, nadie volvió a acercarse. Entonces
decidí que la única salida era escaparme. A los tres días me
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atraparon y de vuelta me encerraron en el barco. Pedí hablar
nuevamente con la gente de derechos humanos y nadie quería
atenderme. Empecé a sentir un enojo muy fuerte y rompí unas
ventanas; alguien tenía que escucharme. Me buscó la policía
y la gente de migraciones, para encerrarme en un lugar del
puerto, como a un preso, donde también había otras personas
sin documentos. Pasé 27 días ahí. Dos veces regresaron los
de derechos humanos. La última, volvieron a preguntarme
cuál era mi problema. “¿Por qué me preguntan de nuevo si
no me van a ayudar?”, les dije. Me contestaron: “Podemos
ayudarte”. Les conté mi historia. Nunca más volvieron. Y me
obligaron a regresar al mismo barco, que seguía su trayecto
hacia Suramérica. Trabajé muy duro durante ese viaje y tuve
serios problemas con la tripulación; eran musulmanes y me
trataban muy mal por ser cristiano. Cuando llegamos a la
Argentina ya era el 2007; me recibió la gente de migraciones
y volví a explicar mi situación. A los cinco días regresaron
y dijeron: “¿Querés bajar acá? En Argentina recibimos enviaran de nuevo, me contestaron: “Nosotros te hacemos
refugiados”. Yo no sabía ni dónde quedaba Argentina y el los documentos para que salgas, pero, ¿tenés la plata para
idioma me parecía imposible, pero por primera vez en siete pagarte el pasaje?”.
años alguien me abría las puertas. Acepté.
Otra vez, cuando vendía bisutería en Once, un ladrón vestido
Empecé mi trámite para ser reconocido como refugiado. de traje me robó un reloj. Empezamos a pelearnos y llegó un
Como ya era mayor de edad la Comisión Católica me ayudó policía, que después de abrirme la cabeza de un golpe, me
económicamente por seis meses. Pero aún me quedaba agarró sólo a mí. Yo gritaba para que lo detuviera al chorro,
un tiempo antes de que fuera reconocido refugiado y con el pero lo dejó ir. Me liberé y empecé a pelearme con el policía.
documento precario no podía conseguir trabajo. Un día fui a Después llegó el comisario y conté lo que había ocurrido. Por
las oficinas de Acnur y toqué timbre: me dijeron que tenía que suerte todas las personas que estaban en el lugar dijeron la
sacar turno por teléfono; lo intenté tres veces y no pude. Fue verdad. Me hicieron coser la herida en un hospital y después
una época muy difícil, también había perdido el contacto con de declarar me dieron la razón.
mi familia. Después supe que mi padre había sido asesinado
No me gusta hablar de todo lo que me pasó; se parece a
por mi situación, y que por eso mi madre y mis hermanos se
esas pesadillas donde te persiguen para cortarte las piernas.
habían ido de nuestra casa, hacia el hogar de los abuelos, en
Aunque, a veces, siento alivio después de contarlo. Gracias
el campo, lejos, donde no había teléfono. Cuando los llamaba
a Dios estoy vivo, tengo trabajo, me dieron la ciudadanía
nadie me atendía.
argentina, mi familia ahora está bien; hasta pude ayudarlos
Con préstamos de gente que conocí acá pude comprar a arreglar la casa y a que mis hermanos estudiaran, uno de
bisutería y empecé a vender por la calle, pero un día la policía ellos está por terminar la universidad gracias al dinero que
me quitó todo. Comía sólo galletitas. Entonces volví a la mando. Sé que no puedo volver a mí país, pero espero poder
Comisión Católica y les dije que necesitaba ayuda o terminaría traerlos a ellos algún día.
yendo preso. Al año de haber llegado fui reconocido refugiado
Sin embargo, me cuesta mucho dejar de pensar en el pasado.
y con el apoyo de Marcos Filardi, que había conocido por la
Eso me impide entablar relaciones con la gente, con los
calle, finalmente conseguí un trabajo a través de una agencia
amigos, con las mujeres. Es como si sólo mi cuerpo estuviera
relacionada con Acnur.
presente, no yo. Muchas veces le pido a Dios que me ayude a
En Argentina hay buena y mala gente. La primera vez que me comunicarme con las personas. Y que por favor me ayude a
discriminaron por mi color me dije: “No quiero vivir como un no olvidar sonreír.
extraño para siempre”. Decidí que volvería a mi país, aunque
me mataran. Cuando fui a migraciones para decirles que me
AGORA 67
INTERNACIONAL
EDICIÓN 14 TEORÍA
HISTORIA
FILOSOFÍA

Perrotti, Eduardo
De Ángelis, Martín

Teoría /Historia /Filosofía

p.68 El club del progreso. DILEMAS, DEBATES Y AVATARES EN TORNO AL DESARROLLO.

Porretti, Eduardo (misión permanente ARG en UN)

p.76 Armamentismo en América Latina.

De Ángelis, Martín.

AGORA 69
INTERNACIONAL
EDICIÓN 14
Eduardo
Porretti
Diplomático, En las últimas décadas ha tenido lugar un intenso debate en
El club del progreso:
escritor. Trabaja
torno a la conceptualización y cuantificación del desempeño
en la Misión
económico y el progreso social, es decir, del desarrollo.
Permanente de la
De origen etimológico vinculado a las ciencias biológicas
Dilemas, debates y
República Argentina
ante las Naciones y a la teoría de la evolución, la noción de desarrollo tiene
Unidas. Su último una larga tradición en la cultura occidental. Inicialmente
libro es La Nación relacionado con la idea de progreso -concepto asociado con
Elegida, un ensayo
sobre religión y
política. Este
avatares en torno al la Modernidad y la secularización-, el desarrollo sería otro
nombre del inevitable proceso teleológico de evolución de la
sociedad tradicional.
desarrollo
artículo resume una Es Karl Marx quien usa por primera vez de manera específica
ponencia para el X
el término desarrollo económico en 1887, en el prefacio de
Congreso Nacional
la primera edición de El Capital, en un famoso texto que
de Ciencia Política
destaca las circunstancias históricas necesarias para la
evolución del modo de producción capitalista y el desarrollo
de la moderna sociedad burguesa.
En el terreno semiológico, el concepto de desarrollo
evolucionará a principios de siglo XX del uso intransitivo
(cuando la sociedad, simplemente, se desarrolla, como
ocurrió en el Reino Unido o en los Estados Unidos) a un
uso transitivo del término (implicando la necesidad de que
los recursos naturales “sean desarrollados”, como era
necesario en territorios periféricos tales como Australia y
Canadá.)
Enfoques contemporáneos.
La evolución contemporánea del concepto de desarrollo
experimenta un salto significativo en 1949, cuando Harry
S. Truman enuncia la necesidad de implementar un nuevo
programa que transfiera los beneficios de los avances
científicos y el progreso industrial para el crecimiento de
las áreas subdesarrolladas.
De tal modo, la comunidad académica y la clase política
se embarcaron en la era del desarrollo, en una sucesión
de esfuerzos, entre los que nos permitimos destacar:
. El Enfoque de la Modernización, fuertemente asociado a la
idea de progreso, imbuido del espíritu de la Guerra Fría, con un
modelo de desarrollo dividido en cinco etapas, centrado en el
puro crecimiento económico y un enfoque moderno/secular
para superar las limitaciones de la sociedad rural-tradicional.
. La Teoría de la Dependencia, con el rechazo de los
beneficios del mecanismo de las ventajas competitivas,
describe los avatares del despegue económico de los países
en desarrollo (que están al mismo tiempo tratando de crear
su base industrial y de integrarse a la economía mundial a
través del comercio). De tal modo, el comercio internacional,
a través del deterioro de los términos de intercambio,
lejos de permitir la modernización de la base productiva
y mejorar las condiciones sociales, se limita a reproducir
la desigualdad, fortaleciendo la especialización de los
países periféricos como productores de materias primas.
. El Nuevo Orden Económico internacional, buscando
reducir la desigualdad entre las naciones, propuesto en
un marco de fuerte agitación política proclive a iniciativas
provenientes desde los países en desarrollo, tales como
TEORÍA
HISTORIA
FILOSOFÍA
el Movimiento de los No Alineados (Belgrado, 1961), la
Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio
y Desarrollo (UNCTAD, 1964) y el Grupo de los 77 (1964).
. El Enfoque del Desarrollo Sostenible, reflejando la
creciente preocupación sobre la contradicción que puede
generarse entre desarrollo -entendido meramente
como crecimiento económico- y el mejoramiento de
la calidad de vida, tomando conciencia de los costos
ambientales y humanos de una perspectiva economicista.
. El Consenso de Washington, con la temporal recuperación
del prestigio del enfoque liberal (¿conservador?),
promoviendo la disciplina fiscal, la privatización de
los bienes estatales, la desregulación de la economía,
el achicamiento del gasto público y una larga batería
de medidas de ajuste estructural, entusiastamente
exigidas por los organismos financieros internacionales
como requisito previo para el otorgamiento de créditos.
. El Enfoque de Desarrollo Humano, incorporando
dimensiones no materiales para medir la calidad de vida,
promoviendo un enfoque antropocéntrico y el desarrollo
del potencial humano, buscando satisfacer necesidades
básicas y complementarias, al tiempo de crear un entorno
de libertades civiles y políticas; generando –asimismo-
un índice que mide estas dimensiones (nivel educativo,
esperanza de vida y nivel de vida digno) de manera combinada.
. Los Objetivos de Desarrollo del Milenio, ponderando
las situaciones críticas vinculadas a la pobreza extrema
y estableciendo metas cuantificables e indicadores
específicos para lograr los objetivos de desarrollo,
constituyendo una estrategia simple y abarcadora,
cuya innovación radica en la simpleza simbólica
de los objetivos, así como en una metodología que
permite cuantificar los avances en este terreno.
Enfoques alternativos y post desarrollistas.
Algunos críticos acusaron a la teoría desarrollista
de esconder una ideología que refleja los valores
occidentales a partir de una definición de la pobreza
socialmente construida desde la hegemonía capitalista y
una mentalidad economicista que nunca dejó de retratar
al Norte como avanzado y al Sur como primitivo [1].
Los trabajos de Michelle Foucault, enfocados en la relación
entre poder y conocimiento, sirvieron para descubrir las
implicancias epistemológicas presentes en el discurso
cultural del desarrollismo, llamando a la deconstrucción
del paradigma dominante, como régimen de representación
de una lógica cultural que reproduce una visión hegemónica
del mundo [2].
Otros enfoques denunciaron las limitaciones de los
paradigmas convencionales de desarrollo. Entre otros,
merece destacarse el enfoque de desarrollo autonómico,
creado por el Presidente de Tanzania Julius Nyerere en
la década de los 60 -que postulaba la necesidad del uso
de los propios recursos para mejorar la economía- y el
paradigma del Desarrollo a la Medida Humana, creado por
AGORA 71
INTERNACIONAL
EDICIÓN 14
el ambientalista chileno Manfred Max Neef.
Otras de las visiones alternativas es el movimiento “Fair
Trade”, vinculado con las iniciativas de “responsabilidad
social” que se enfocan en el efecto negativo del comercio
internacional en las condiciones de vida de los países
subdesarrollados y el rol que los consumidores de los países
desarrollados pueden jugar en ese terreno, generando una
serie de iniciativas de bienestar “de base” que se centran en
los hábitos de “consumo socialmente responsable” [3].
Otro enfoque novedoso es el concepto de seguridad humana,
que refiere a un concepto integral de seguridad que desplaza
el foco de atención que históricamente detentaba el Estado/
Nación para concentrarse en los ciudadanos específicos,
en los individuos concretos, más que en una población
en general. Pero además de desplazamiento del foco de
atención, la seguridad humana enfatiza también la necesidad
combinar la protección con el desarrollo económico-social.
Históricamente concebida desde la seguridad nacional
o seguridad del Estado, (perspectiva política típica de
los regímenes de fuerza que asolaron América Latina),
el énfasis en la seguridad humana ha iniciado el debate
sobre las relaciones entre seguridad - necesidades (y
derechos humanos), como consecuencia de los nuevos
riesgos y vulnerabilidades producidos por el desarrollo del
capitalismo, en esta etapa de globalización. De tal modo,
este concepto progresista busca combinar la tradición de
protección de los derechos humanos con las necesidades
materiales de los sectores vulnerables.
El paradigma de la cooperación Sur-Sur.
La Cooperación Sur - Sur, también denominada Cooperación
Técnica entre Países en Desarrollo (CTPD), fue definida en el
marco de la Conferencia de las Naciones Unidas celebrada
en 1978 en Buenos Aires, como un “proceso consciente,
sistemático y políticamente motivado, elaborado con el
objeto de crear una estructura de vínculos múltiples entre
países en desarrollo”. Este proceso permite que dichos
países adquieran, adapten y transmitan, conocimientos y
experiencias en beneficio mutuo.
A lo largo de tres décadas, el “Plan de Acción de Buenos
Aires” se ha constituido en un instrumento político que
permitió introducir cambios en los criterios rectores de
la asistencia para el desarrollo y dar mayor relevancia a
las capacidades nacionales y colectivas de los países en
desarrollo para desplegar sus estrategias de crecimiento.
La comunidad internacional coincide en reconocer que la
responsabilidad primordial de promover la cooperación
recae en los países desarrollados. Por tanto, la Cooperación
Sur-Sur (CSS) no es un complemento de la Cooperación
Norte-Sur (CNS), ni un instrumento de la misma, sino un
actor genuino de la cooperación internacional, con peso
propio como para centralizar y articular un diálogo fructífero
con otras modalidades de cooperación.
En América Latina, la cooperación Sur-Sur aparece como
un mecanismo relevante no sólo para alcanzar los ODM sino
también para estructurar una agenda regional de desarrollo
enfocada en la lucha contra la pobreza, la desigualdad y la
falta de institucionalidad.
Esto se vincula con la búsqueda de la identidad en esta
modalidad [4] que, si bien goza de una larga y meritoria
trayectoria, algunos mecanismos (modalidades operativas,
hay distintas formas de pobreza, la pobreza
es multidimensional, descubrir sus causas es
revelar el entramado de la construcción de la
riqueza de los que ahora son donantes.
calidad técnica, medición de impacto, cultura de evaluación,
visibilidad política y parámetros de homologación) requieren
todavía de cierta coordinación para su aceptación universal.
Algunas opiniones critican la falta de homogeneidad en esta
práctica, mientras otras destacan que, precisamente, esta
diversidad (especialmente visible en América Latina y el
Caribe) debería ser percibida como un valor añadido dentro
de la oferta cooperación Sur-Sur.
En el caso particular de América Latina, algunos analistas
[5] sostienen que estas modalidades alcanzan una dinámica
incluso más intensa que las herramientas teóricas diseñadas
hasta la fecha para medir la repercusión y determinar la
eficacia de estas modalidades cooperativas.
Para otros investigadores [6], la cooperación Sur-Sur tiene
especial relevancia en los Países de Renta Media (PRM),
ya que en ellos, esta modalidad refleja la encrucijada de
doble identidad como receptores y “donantes emergentes”,
evitando una noción segmentada de la cooperación
internacional, con la construcción de una visión dinámica
y variable de su doble condición, explorando incluso los
beneficios de la cooperación más allá del intercambio
tecnológico/comercial para constituirse en un medio de
aprendizaje cultural y recíproco fortalecimiento de la
gobernabilidad democrática.
La percepción de la pobreza.
Poverty is a social construct, so its definition varies
according to whoever formulates it.
Gilbert Rist.
Valores implícitos.
Algunos discursos que atraviesan el debate académico y la
discusión política en torno al desarrollo buscan desplegar
una forzada asepsia cultural y una mirada desideologizada.
Lejos de una artificial esterilidad, la sociología de las
ciencias sostiene que los valores culturales, los paradigmas
teóricos y las categorías epistemológicas se establecen
como mandatos sobre-determinantes, sustratos teóricos
implícitos que surcan el contexto en que se producen los
enfoques sobre el desarrollo.
Max Weber adjudicó a los valores un rol fundamental
en el desarrollo del conocimiento, pero sostenía que si
bien los valores tienen una función clave en la selección,
conceptualización y explicación de los hechos, no tienen rol
alguno en el despliegue interior de la ciencia. Esta postura,
ha sido criticada al considerar que no refleja la presencia
ubicua y persistente de los valores durante la misma
investigación científica.
El politólogo argentino Carlos Strasser destaca la opaca
presencia de los implícitos en un despliegue científico cuya
naturaleza y estructura -Michael Polanyi dixit- implican
formalizaciones y manipulaciones simbólicas de modo
creciente. La importancia de este asunto es remarcar la
relevancia de los valores culturales para la concepción de
un paradigma sobre las causas del subdesarrollo y la forma
específica de medición de la pobreza.
La acción performativa.
Los analistas destacan el impacto sobre la realidad de una
forma de concebir y nombrar un aspecto de la misma. Tal
es el valor de la así denominada “acción performativa”, esto
es, la capacidad que tienen algunos conceptos que -por el
TEORÍA
HISTORIA
FILOSOFÍA
mismo hecho de ser utilizados- se convierten en acción.
Esta perspectiva de la filosofía del lenguaje –elaborada por
J L Austin- , que se vale de los trabajos de Wittgenstein y
Althusser, sostiene que el acto comunicativo no es una
práctica pasiva que simplemente describe una realidad
dada, si no una acción que inventa y afecta la realidad a
partir de la aplicación de una terminología o la descripción
de un fenómeno desde determinado punto de vista.
Así, la estructuración de un discurso centrado en resaltar
una y no otra forma de pobreza, podría resultar funcional
a cierta distribución de roles en un escenario de la
cooperación internacional más bien proclive a mantener
la antigua tradición entre donantes ricos y recipiendarios
pobres, generando la peligrosa ilusión de que los “actores
intermedios” deberían quedar afuera de los canales de
asistencia multilateral.
De tal modo, este discurso parte de una interpretación de la
pobreza (simple, binaria) para terminar otorgando un sentido
a la acción de cooperación (norte industrializado, brindando
ayuda al sur pobre), eliminando el conflicto central que debe
sostener el escenario de cooperación: hay distintas formas
de pobreza, la pobreza es multidimensional, descubrir sus
causas es revelar el entramado de la construcción de la
riqueza de los que ahora son donantes.
Cualquier intento de simplificación de una cuestión compleja
la propensión de los países donantes
disminuye la respuesta multilateral
y fortalece la perspectiva anclada en
una agenda de política exterior que no
necesariamente estaría tomando en cuenta la
perspectiva de los países subdesarrollados.
pretende instalar un relato módico, con un diagnóstico
desideologizado y el intento de desplazamiento del consenso
hacia certezas (la pobreza más espectacular requiere más
atención que la invisible, la pobreza genera terrorismo, la
pobreza no está vinculada con la acumulación de riqueza)
que reduzcan el debate y morigeren el compromiso de los
países ricos.
Los expertos [7] hacen referencia a ese escenario
cuando destacan la construcción discursiva de lo real,
el otorgamiento de un sentido a la realidad compleja y la
AGORA 73
INTERNACIONAL
EDICIÓN 14
vinculación de este dispositivo con los valores culturales
y políticos preexistentes a la forma de concebir y medir
la pobreza. Como bien lo destacara Gilbert Rist [8] “The
question is actually whether one can talk about poverty
without talking about wealth, and, more specifically, whether
on can struggle against poverty without also struggling
against wealth”
Las estadísticas: indicadores.
Si las decisiones que se adoptan para lograr el desarrollo se
vinculan con la forma de medición de la pobreza, esto nos
lleva a analizar el impacto del uso de distintos indicadores
económicos. En tal sentido, es importante destacar que
el indicador más conocido, GDP (PBI) para la medición de
la pobreza y el bienestar ha venido generando crecientes
críticas en las últimas décadas.
Otro indicador utilizado, similar al GDP es el GNP (producto
nacional bruto, limitado a medir la producción nacional,
no doméstica). Similar a éste indicador tenemos el GNI
(ingreso nacional bruto) que calcula el total de la producción
generada dentro de un país (GDP) más los ingresos recibidos
de otros países menos los pagos efectuados a otros países.
A pesar de estas adaptaciones, existe una creciente
reticencia a utilizar el GDP (e índices similares), como
indicador para medir la salud del economía, toda vez que
distintas dimensiones quedan afuera de su cálculo, tales
como la economía informal o el bienestar social expresado
en términos de productividad.
Un artículo publicado en el New York Times [9] asevera que
“esta cifra no refleja apropiadamente la cambiante dinámica
de la sociedad crecientemente orientada a la generación
de servicios” y sus deficiencias conceptuales se basan en
las limitaciones del paradigma económico y desarrollo
inmediatamente posterior a la Segunda Guerra Mundial
dedicado a medir sobre todo el potencial del complejo
militar industrial.
El rol de las celebridades.
Como consecuencia motivo de la fatiga de la ayuda, líderes
políticos responsables de organizaciones multilaterales
(como Kofi Annan en las Naciones Unidas en 1997) han
venido convocando a figuras del deporte y las artes para
generar conciencia sobre la pobreza mundial y mejorar
los mecanismos de captación de fondos para financiar
proyectos de desarrollo.
Según algunos expertos, esta modalidad tiene dos riesgos:
el primero radica en la simplificación del diagnóstico
de (y por tanto, de la forma de solucionar) la pobreza.
Segundo, banaliza el sufrimiento de los pobres y diluye
la responsabilidad política de los países desarrollados, al
instalar en el imaginario colectivo popular que la recolección
de fondos y la acción directa de las celebridades podría
tener un efecto real en la modificación de las estructuras
económico-sociales profundas, verdaderas causas del
subdesarrollo.
Rafael Domínguez [10] aborda con preocupación lo que
denomina “el intenso efecto pedagógico en el accionar
de las celebridades de la temática humanitaria y del
desarrollo”, a partir de un parámetro de interpretación que
repite los errores de los donantes tradicionales, simplifica
la complejidad de la pobreza y consolida una visión
asistencialista de la cooperación.
Esta industria del filantro capitalismo despliega un poder
blando que amenaza con reformular la agenda del desarrollo
mediante dos procedimientos: desacredita la imagen de la
política tradicional en la percepción popular y desideologiza
el debate sobre las causas del subdesarrollo.
Esto colabora con el establecimiento de prioridades
geográficas y la promoción de una agenda de desarrollo
banal, vinculada a la estética romántica basada en
diagnósticos simplistas que confunden síntomas con causas
y promocionan una salida cortoplacista y fragmentaria, más
cerca del asistencialismo que del desarrollo.
Domínguez toma como ejemplo los presupuestos culturales
implícitos en las campañas de ONE (ONG conducida por Bono,
líder de la banda U2) en África, destacando que esa visión
de lucha contra la pobreza es “neocolonial, individualista y
consumista”, instalando en el imaginario popular que la
conducta heroica de las celebridades pueden solucionar
una problemática compleja e histórica sin necesidad de
acción colectiva, y sin incorporar a los propios afectados,
que son desplazados de estas soluciones y cosificados como
víctimas ahistóricas.
Una de las consecuencias de esta tendencia es la deformación
de la agenda original del desarrollo, que estaba basada en
la responsabilidad de los países ricos de colaborar con el
despliegue económico y social de los países periféricos.
Otra de las consecuencias es la salida de los Países
de Renta Media de la fotografía del subdesarrollo y su
desplazamiento a la periferia de la periferia, toda vez que
impone una sesgada noción de la pobreza (basada en
parámetros economicistas) en combinación con una visión
que pondera la espectacularidad de la exposición, a la
complejidad de la interpretación.
La mirada académica.
Esta perspectiva es funcional a la fuente argumental
provista por el “Informe Sachs” dirigido por el conocido
economista americano Jeffrey Sachs, junto a un equipo de
numerosos expertos en cooperación y desarrollo, entregado
al secretario general de las Naciones Unidas, Kofi Annan, en
enero de 2005.
Entre otras recomendaciones, el informe recomienda
una mayor concentración geográfica y sectorial de los
esfuerzos de la comunidad internacional de donantes,
seleccionando una docena de países para inversiones
intensivas (emprendiendo actuaciones de “ganancia rápida”
en los terrenos sanitario, productivo y educativo), así como
el aumento de los flujos de ayuda.
El informe defiende la concentración de la ayuda al
desarrollo a partir de cuatro criterios: primero, países
admitidos o en trámite de misión en la iniciativa para países
altamente endeudados (HIPC); segundo, ser elegible para
la Cuenta del Milenio de la cooperación estadounidense;
tercero, someterse al mecanismo de evaluación del Nepad
y por último, estar elaborando un documento de estrategia
de reducción de la pobreza (DERP).
Como bien lo señala Iliana Olivier [11], estos cuatro criterios
TEORÍA
HISTORIA
FILOSOFÍA
priorizan de manera inequívoca a los países sub-saharianos
que ostentan “buenos indicadores de gobernabilidad”
(especialmente vinculado con la Cuenta del Milenio de la
cooperación estadounidense). El informe aconseja el retiro
de la ayuda de los Países de Renta Media para que estos
financien su desarrollo con sus propios recursos e, incluso,
recomienda que los PRM se conviertan en donantes de
los países de renta baja. Este enfoque es particularmente
dañino para las prioridades de los países de América Latina
y el norte de África.
Olivier, al igual que otros expertos, coincide en señalar
que el planteamiento de asignación geográfica de la ayuda
tiene varios defectos simultáneos. En primer lugar es
reduccionista, al equiparar las necesidades de un país por
su renta per cápita, englobando en este renglón países
con realidades sociales muy distintas. Asimismo, el uso de
indicadores de buen gobierno como criterio asignación de la
ayuda es subjetivo, si la calidad de la gobernabilidad está
vinculada con la performance económica, definida a su vez por
recomendaciones vinculadas al Consenso de Washington.
Otra de las recomendaciones del informe demuestra
incongruencias al basar la eficacia de la ayuda en función
del desarrollo de las instituciones del país receptor, ya que
América latina y el norte de África son regiones con buen
desarrollo institucional que permitiría una buena capacidad
de absorción de la ayuda a canalizar.
Tendencias recientes.
Financiación al desarrollo.
Si bien las estadísticas indican que la Ayuda Oficial al
AGORA 75
INTERNACIONAL
EDICIÓN 14
Desarrollo experimenta un relativo aumento (130 billones
anuales para 2010), resulta significativo contemplar la
composición real de esta ayuda, toda vez que dentro del
concepto de A.O.D. algunos países incluyen aspectos tales
como condonación de deuda externa, gastos para asilados y
refugiados, costos de operaciones humanitarias, entre otras
actividades que no tienen conexión con el desarrollo, pero
que incrementan artificialmente el volumen de asistencia.
Otro aspecto relevante, junto al tamaño y la composición de
la ayuda, es el de la forma de vehiculización de la ayuda. En
tal sentido, se afirma [12] que el total de ayuda canalizada
a través de canales multilaterales ha venido decreciendo de
manera permanente en los últimos años.
Como lo señalan distintos expertos [13], el relativo
incremento de la Ayuda Oficial al Desarrollo es un fenómeno
simultáneo con la marcada disminución de la proporción
que reciben los PRM en general y de América Latina en
particular en los últimos 20 años.
La politóloga argentina Miryam Colacrai [14] destaca
las preocupaciones manifestadas por los países
latinoamericanos en su condición de Países de Renta Media
por las gravosas consecuencias de esta tendencia. Esta
experta sostiene que estos países se perciben “castigados”,
en lugar de premiados, por su disciplina fiscal y desarrollo
institucional.
En la financiación del PNUD puede observarse que los
países donantes disminuyen su apoyo al presupuesto
regular mientras que aumentan los recursos para temáticas
y proyectos específicos. De ese modo, la propensión de
los países donantes disminuye la respuesta multilateral y
fortalece la perspectiva anclada en una agenda de política
exterior que no necesariamente estaría tomando en cuenta
la perspectiva de los países subdesarrollados.
Al observar esa tendencia actual (visible, sobre todo, desde
1999) de los países donantes en su rol dentro del PNUD,
uno podría describirla con una fórmula poli-modal que
combina cuatro factores: la securitización de la agenda
del desarrollo (asistir, sobre todo, a un grupo concentrado
de países en los que se asocia subdesarrollo extremo
con radicalismo político); la predilección por la visibilidad
política (ya que la donación al presupuesto central difumina
el rol desempeñado por el donante); la desconfianza del
uso apropiado de los recursos multilaterales por parte
de algunos países subdesarrollados y las limitaciones
presupuestarias que atraviesan las agencias de asistencia
al desarrollo de los países desarrollados.
Securitización de la agenda del desarrollo.
Algunos investigadores [15] señalan que el aumento de
la AOD no se vincula con la asistencia para la promoción
económica y el bienestar social, sino que se aplica con un
criterio vinculado a las cuestiones de seguridad.
De tal modo, sobre todo desde el año 2002 (y especialmente
desde 2006), se ha superado el umbral de los 100,000 millones
de dólares al contabilizar los fondos de reconstrucción
(y en operaciones humanitarias) post conflicto en Irak y
Afganistán.
Vinculado a ello, otros observadores [16] critican la
reinstalación del viejo paradigma asistencialista en el
escenario internacional: “el proceso de securitización
reciente de la política internacional, además de desviar la
atención antes dirigida a temas de desarrollo, profundizó
el sesgo asistencialista de la cooperación internacional,
reduciendo aún más sus atributos transformadores de los
planos social, económico y político -institucional”.
Esta preocupante tendencia a combinar la agenda desarrollo
con la agenda de la seguridad internacional fue destacada en
el último volumen del Proyecto Intelectual de las Naciones
Unidas: “the main rationale for the increases in ODA,
particulary when it comes to the remaining superpower,
has been more in the area of security tan development.
This in turn has influenced the utilization of resources for
humanitarian (and relief) assistance rather than for social
and economic development “ [17].
De tal modo, podríamos encontramos en una situación
similar a la acaecida durante la Guerra Fría, en la que el
enfoque dominante por parte de los países desarrollados
respecto de la necesidad de asistir al desarrollo de los
países periféricos se originaba, en parte, en función de
evitar el crecimiento del comunismo en Occidente.
Si el “manifiesto no comunista” de Rostow promovía el
desarrollo de las zonas periféricas para evitar el crecimiento
de la alternativa comunista, la preocupación de los países
donantes parece replicar esa confusión al asociar la
problemática del radicalismo político con la pobreza y la
marginalidad.
Conclusiones.
En este artículo hemos analizado algunos de los principales
paradigmas sobre el desarrollo, buscando determinar sus
presupuestos implícitos, el ambiente político en el que
TEORÍA
HISTORIA
FILOSOFÍA
fueron creados, así como sus limitaciones a la hora de
comprender la realidad.
Estos paradigmas se han ido sucediendo de modo
simultáneo con la evolución de los debates dentro de las
Ciencias Sociales en torno a la problemática de la pobreza
(sus causas, las múltiples dimensiones vinculadas), en la
búsqueda de un modelo que propicie el progreso económico
y bienestar social de los países en desarrollo.
En este esfuerzo, hemos destacado también algunos
escenarios, mecanismos y modalidades, en lo que estos
paradigmas de desarrollo han provisto de una hermenéutica
para hacer inteligible la realidad. Finalmente, hemos
abordado la cuestión de la percepción de la pobreza, esto
es, el modo en que se diagnostican las causas de la pobreza
y se miden las necesidades básicas insatisfechas.
Así, sugerimos la existencia de un nítido fenómeno de
correlación (y, a veces, de causación) entre los distintos
elementos que están presentes en la conformación de un
paradigma de desarrollo. Estos elementos son: valores
culturales implícitos, contexto político, paradigma
epistemológico en boga, resultados concretos, el rol de las
agendas de política exterior, el papel de la sociedad civil y la
limitada neutralidad de las mediciones estadísticas.
Por todo ello, sostenemos que podríamos estar en presencia
del ascenso de un paradigma de desarrollo que parta de
una percepción de la pobreza que resulta de la combinación
de los siguientes factores:
. El uso distorsivo de determinados indicadores estadísticos
(que miden ciertas dimensiones –como las necesidades
absolutas- y descartan otras –como la desigualdad en la
distribución del ingreso-).
. La prevalencia de las necesidades políticas de los países
donantes (priorizando la visibilidad de sus aportes) en
función de su propia agenda de política exterior.
. El negativo resultado del accionar filantrópico de las
celebridades (que promueven un diagnóstico simplista,
binario y emotivo de la pobreza, descartando sus causas
complejas –entre la que cabe mencionar, fundamentalmente,
la renovada divergencia internacional en la apropiación de
la riqueza-), fomentando el asistencialismo cortoplacista en
vez del apoyo a un esquema de desarrollo genuino, atento a
las prioridades locales en la materia.
. La creciente tendencia a la securitización de la agenda del
desarrollo (confundiendo causas y consecuencias, generando
paranoia en los países en desarrollo –parapetados tras la
antigua concepción de soberanía estatal- y desvirtuando los
avances de enfoques contemporáneos progresistas).
. Finalmente, como consecuencia de los elementos antes
mencionados, el injusto desplazamiento de la situación de
los Países de Renta Media de la lista de prioridades de la
comunidad internacional y del sistema de Naciones Unidas
para el desarrollo.
AGORA 77
INTERNACIONAL
EDICIÓN 14
Martín F. De
El Balance Silencioso
Angelis
Ante la honestidad o el
cinismo de la defensa
latinoamericana
“Todos ven lo que pareces, pero pocos comprenden lo
que eres” Nicolás Maquiavelo
Martín F. De ¿Rearme o Modernización?
Angelis
Licenciado en Durante los últimos años, se ha desatado un interesante debate sobre la existencia –o no- de una carrera
Ciencia Política armamentista en la región sudamericana. En la comunidad académica argentina, han delineado dos postu-
por la Universidad ras generales respecto a la hipotética existencia de tal rearme regional. Ambas veredas se enfrentan ante el
de Buenos Aires.
hecho concreto del fenómeno de la compra de material bélico por parte de varias naciones sudamericanas;
Candidato a Master estas dos posturas se conocen en la jerga académica como “Optimistas” y “Pesimistas”[1]. Tenemos una
en Estrategia y
plataforma, un anclaje de datos objetivos sobre la expresa adquisición de material bélico en las últimas dos
Geopolítica por la
Escuela Superior de
décadas; de esta realidad regional, se perfilan distintas miradas y posibles explicaciones del fenómeno. Cada
Guerra. exégesis intenta dar con una razón que explique esta conducta estatal. En muestreo de la arena académica
argentina, se agrupan en una esquina los “optimistas” Diamint [2] y Battaglino[3]. Estos argumentan que las
recientes adquisiciones de material y los porcentajes de presupuesto para defensa de los estados responden
a una sencilla política de “modernización de las fuerzas armadas”. En la otra esquina de ring, los “pesimis-
tas” Calle [4] y Battaleme [5] quienes acusan –de mínima- una potencial carrera armamentista en la región.
El estado del arte ha llegado casi a un punto muerto, donde una postura no logra superar a
la opuesta. Ambos argumentos están basados en la conducta esperada de los estados sud-
americanos bajo el Dilema de Seguridad. Unos argumentan sobre una expectativa basa-
da, en la información provista por el historial político. Mientras que los otros desconfían de ma-
nifiestos gubernamentales y se excusa en el metalenguaje que los mismos materiales hablan.
Noto como distintivo del fenómeno en cuestión, una suerte de “pudor público” en Latinoamérica a la hora
de hablar de armamento. Mi crítica radica en la conveniencia política de evitar tales temas abiertamente.
Sin embargo, a mi juicio existen suficientes razones para sospechar una posible carrera armamentista en
la región. Aún existen hipótesis de conflicto latentes en la región, las formas y características del material
que se adquiere dan signos conductuales de ello.
De la Hipocresía a la Complacencia
La modernización unilateral, evidenciaría la premisa de “actualización de material militar” y fal-
searía la premisa “rearme”. Sin embargo, el fenómeno se presenta inversamente; donde
la modernización se hace eco en las naciones bajo percepción de riesgo. La Hipocresía como con-
cepto lingüístico es el justo para definir esta conducta estatal; en su origen griego, (hypokri-
tes) -Hypo- (Debajo) + Krinein (Decidir o Separar): dando por resultado la decisión oculta o sub-
yacente, interpretada históricamente como fingir una conducta o tomar parte furtivamente.
Como cualquier estrato de cálculos políticos, la información relevante puede surgir de diversas fuentes,
algunas duras, concretas (objetivas), y otras de origen blando o perceptivo (subjetivas). Para cualquier
razonamiento de inteligencia estratégica, la información y su exactitud es de carácter vital, en especial
a la hora de tomar decisiones relativas a otros Estados. El poseer información idónea sobre los otros y
restringir la propia a estos, tiene como objeto interpretar con claridad las intenciones y maniobras del
otro. Esta perpetua contienda por la información, obliga a manipularla lo más hábilmente posible, a
fin de evitar fugas que permitan la anticipación de otro a nuestras intenciones. He aquí que las menti-
ras [6] se vuelven moneda común en la política internacional como señala John Mearshimer (2010) en
su reciente publicación “Porque los Líderes Mienten”[7].
Si bien el mundo es un sistema anárquico, existen andamia-
jes normativos que, a fuerza de incentivos y sanciones inten-
tan condicionar ciertas conductas Estatales. Naturalmente,
existen instituciones y acuerdos que tienen como fin dar un
mínimo de credibilidad a la información que los Estados com-
parten, así como también costos colaterales implícitos a la
violación de tales condiciones. Sin embargo, también en la
sociedades de menor escala existen penalizaciones forma-
les e informales sobre los falsos testimonios, y eso no erra-
dica la mentira como opción, en todo caso sólo la encarece.
La creencia generalizada en las buenas intenciones o pro-
mesas de los otros estados fundadas en la baja tasa de con-
flictos y/o expresa resolución de éstos, son falacias de ar-
gumentum ex concessis –argumento concedido-; que nos
sugieren aceptar como imposibles conductas, contradicto-
rias al prontuario conocido. En algún punto, se hace análo-
go al “Principio de presunción de inocencia” latente en las
estructuras jurídico-penales. Pero recordemos, que esta
condición de garantía se da cobijo dentro de marcos legales
superiores al acusado. En contraparte, las acusaciones posi-
bles entre Estados, serían sumamente ingenuas de facilitar-
se mutuamente “el beneficio de la duda a favor de acusado”.
No sería muy atinado asumir que los Estados se atienen te-
merosamente a las normas y convenios internacionales para
definir sus maniobras; mas sí lo sería, suponer que éstos
ciertamente le temen a la opinión pública –doméstica- y a sus
Estados rivales, a la hora de calcular sus decisiones.
¿En Que o en Quien creemos?
En un sentido más llano y despojado, podríamos hablar
de un “que” y de un “quien”, así como de algo objetivo con-
tra algo subjetivo. Naturalmente los optimistas fijan sus
expectativas de conducta sobre las subjetividades de los
actores, mientras que por el contrario los pesimistas se re-
miten a la contundencia de los objetos, para proyectar a
partir de esas capacidades una hipotética conducta futura.
Recordemos el aporte de Robert Jervis (1976) sobre las
percepciones en la política internacional, donde alu-
de a la importancia de la situación objetiva como punto de
partida para predecir la conducta subjetiva de un actor.
Si bien es obvio, que la información proveniente de fuentes
tanto objetivas como subjetivas, es siempre producto de la
propia percepción sobre estas. Siempre será más fácil y efec-
tivo decodificar aquella información de fuentes objetivas y ob-
servables, ya que éstas se despojan de muchas complicacio-
nes interpretativas que conllevan todas las fuentes de origen
TEORÍA
HISTORIA
FILOSOFÍA
subjetivo. En un sentido lingüístico, lo concreto y comprobable
Denota mucho mientras que lo abstracto y subjetivo Connota.
Si en el debate antes señalado, argumentara contra la utili-
dad el objeto en sí –armamento-, señalando la inexistencia de
conflictos que expliquen su razón de ser, caería en una falacia
ad rem –contra la cosa-; ya que estaría negando la naturale-
za de esos materiales cuyo único propósito es la disuasión.
Ahora, si decidiera argumentar contra la subjetividad de los ac-
tores; destacaría que las caídas en los presupuestos militares,
la baja conflictividad interestatal y la poca actividad militar, infie-
ren una falta de interés de los decisores de estado en aumentar
su poder relativo en la región. En este caso, caería en una fala-
cia ad hominem –contra el hombre- circunstancial, al proyec-
tar una conducta a partir de un historial contrario, o coloquial-
mente hablando “aceptando la verosimilitud de sus coartadas”.
En ambos casos, pecaría de ingenuo si negara la naturaleza
del objeto –material bélico- y la naturaleza del sujeto –incre-
mentar su poder-. Entonces, lo razonable sería argumentar
sobre quién es el sujeto y con que objetos cuenta; combinando
ambas fuentes de incertidumbre en un mismo cálculo, sin que
una cosa sesgue la otra.
¿Honesta Modernización o Cínico Rearme?
Hasta aquí avanzamos conforme al sentido común, sin embar-
go, es notable que –por ingenuidad o error- algunos actores es-
tatales llenen vacíos (incertidumbres generadas por las capa-
cidades de otros actores) con promesas de conductas futuras.
Esto sería cubrir una información por otra, sin –quizá-
Supongamos que uno se encuentra negociando con alguien
y este apoya un arma sobre la mesa diciendo: “Tranquilo,
no pretendo hacerte daño, sólo necesito que cooperes…”
¿Debemos creer en su palabra o deberíamos inferir su con-
ducta a partir de sus intenciones? El atacante nos está ame-
nazando tácitamente pero, nos está pidiendo amablemen-
te que no nos sintamos amenazados. ¿Coherente? Si un
estado nos “sugiere” que modifiquemos nuestra conducta
o pretensiones, adquiriendo material moderno, ¿debería-
mos estar tranquilos porque éste nos lo pide amablemente?
Esto que señalo no es algo nuevo en las relaciones in-
ternacionales, recordemos el aporte de Stephen Krasner
(1999) de la Soberanía como Hipocresía Organizada[8].
El punto de soldadura en este caso, se sitúa sobre la idea
de que la convergencia de las hipocresías genera la fal-
sa ilusión de la soberanía sobre el territorio y su seguridad.
¿Por qué no es razonable creer en las promesas de otros esta-
dos? Esta ha de ser la madre de toda inteligencia estratégica,
una duda irresoluble y perenne. En mi humilde opinión, la balan-
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INTERNACIONAL
EDICIÓN 14 TEORÍA
HISTORIA
FILOSOFÍA

za se inclina por creer o no creer cuando el costo del riesgo es
tan alto que supera la incertidumbre; el ejemplo por excelencia
ha de ser, los tratados para el desarme de los ICBM durante la
Guerra Fría, donde ambos actores se enfrentaban a un riesgo
último, incalculablemente mayor que el riesgo de ser engañado.
Pensemos: ¿Cuánta incertidumbre me genera el material
tangible y objetivo de un enemigo, en comparación con la
subjetiva promesa de conducta del mismo actor? Debería
ser el cálculo inferido, que rige las maniobras estratégicas.
¿Debo valuar más la información que brinda el objeto –rem- o
el sujeto –hominem-? El mismo escenario se presenta en una
partida de Poker donde las cartas- pueden ser valuadas como
información más concreta y precisa que las palabras o apues-
tas del Jugador. Si me confiara de las promesas y/o palabras
de los Estados/Jugadores –hominem-, en detrimento de las
No sería muy atinado asumir que los Esta-
dos se atienen temerosamente a las normas
El problema que Jervis destaca, radica en las intenciones y sus
percepciones consecuentes. Tomando el factor de una per-
cepción correcta o incorrecta acerca de la intención original,
siendo aquella distinguible o no distinguible –entre posturas
ofensivas y defensivas-. Para el presente planteo, destaco la
importancia del valor asignado no solo a la percepción sino
a la conciencia sobre ésta, es decir, la tácita cooperación –o
no- a la hora de dar información real o falsa a sus vecinos.
El balance ofensivo-defensivo y las implicancias de la inter-
pretación de la información, inducen a reflexionar sobre la
mentira como opción para manipular la percepción ajena.
Paradójicamente, de ser esta situación recíproca, provoca un
escenario de equilibrio, donde los actores al buscar el mismo
objetivo bajo la misma maniobra estratégica se anulan mu-
tuamente. Este es el fenómeno de los Puntos de Equilibrio
de Nash [9]. Recordemos que John Forbes Nash, señaló la
incapacidad de alcanzar objetivos óptimos si los actores con-
tendientes recurren a la misma opción estratégica. Si todos
mienten, ninguno logra una ventaja.
aquel que ha logrado manipular la percepción de otro; dándole al primero la ventaja de mejorar su condición material sin
ser contrabalanceado. Por último, de mentir ambos actores, caemos en la paradoja kantiana del imperativo categórico:
¿Qué pasa si todos mienten? En tal caso –el cual es objeto de este artículo-, el Balance será lógicamente absurdo –ya que
se llega a un equilibrio por defecto-. Quizá esta paradoja de la falsedad en el mejor de los casos, sea una tácita e hipócrita
cooperación desde el silencio. Pero entonces en ese caso, ¿No estaríamos nuevamente contemplando el clásico Dilema de
la Seguridad pero con mayor disimulo?
El lado positivo de tal paradoja, radica en que quizá demuestre el respeto o el temor que los estados latinoamericanos se
tienen mutuamente, sin ser lo suficientemente intenso como para desestimar un rearme, ni como para ahorrarse la mo-
dernización material.
Entonces, la lógica de la paradoja sería en un juego tradicional de balance, optar por Aumentar o No Aumentar reactiva-
mente las capacidades materiales. En el caso de un juego complejo, donde tenemos dos variables y dos opciones cada
una; lo que nos daría un distinto juego. Porque ahora no solo se reacciona ante el hecho concreto y duro de el rearme, sino
también, ante la posibilidad de mentir o no mentir.
GRAFICO: Este diagrama, agrega un nivel más de complejidad al anterior cuadro 1.B. En este caso, no sólo se considera
la intención sino a su vez, la percepción del otro. Como se destaca, el gráfico es sólo la mitad de las posibles combinacio-
nes –esta vez, solo las formas perfectas-; por motivos de practicidad editorial, no incluí en este artículo la otra mitad de
las posibles combinaciones, ya que pueden ser sencillamente imaginadas. Nótese que este cuadro puede ser tanto válido

y convenios internacionales para definir sus

maniobras; mas sí lo sería, suponer que éstos ACTOR B ACTOR A
ciertamente le temen a la opinión pública
NO MIENTE MIENTE
–doméstica- y a sus Estados rivales, a la hora
NO MIENTE Balance mani- Primacía A -
de calcular sus decisiones. fiesto Aumenta sin
contrabalance
Armas/Cartas –rem-, estaría pecando por argumentar “ad rem” MIENTE Primacía B - Balance silen-
y desnaturalizando la razón y utilidad de las cartas o armas. Aumenta sin cioso
Si pretendiéramos explicar el fenómeno, a partir del hipotético contrabalance
razonamiento de los actores en cuestión, podríamos llegar a
las dos posturas generales dependiendo de que manera valo-
remos las fuentes de información. Si el resultado de las supo-
CUADRO Una interpretación itinerante -al presente argumen-
siciones estatales –entendámoslo como variable independien-
to-, a partir de la matriz de Balance “Ofensivo-Defensivo” pre-
te- es producto del que valor le asignemos a cada información
sentado en la obra de Robert Jervis. En el presente modelo,
–concibámosla como variable dependiente-, tanto la de origen
ideal como primera instancia; las opciones de los actores
en objetos como la de origen en sujetos. Naturalmente, un
(mentir o no mentir) son totalmente efectivas en su intención
Constructivista –optimista- asignaría mayor valor a la informa-
original, es decir que los actores perciben lo que el otro desea
ción de índole subjetiva, mientras que un Realista –pesimista-
que perciba.
valoraría más la información objetiva y denotativa en detrimen-
to de la subjetiva y connotativa. El mismo cálculo, para unos Como el cuadro presenta, de las opciones posibles –en su
daría como resultado “modernización” y para otros “rearme”. óptima expresión-, cuatro formas perfectas. De no mentir
ningún actor, el balance al ser abierto y manifiesto permite
Ante el Bluff de los Estados
un cause natural al mismo, deviniendo en una típica carrera
Si actor moderniza su arsenal y su contrincante lo moder- armamentista. En caso de que uno de los actores mienta
niza reactivamente. ¿No es acaso también, una carrera? –e idealmente el otro le crea-, la balanza se inclina sobre

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INTERNACIONAL
EDICIÓN 14 TEORÍA
HISTORIA
FILOSOFÍA

para estrategias de Póker, como para estrategias políticas.

Pareciera que, al menos de forma, los estados latinoameri-
canos se creen mutuamente las excusas de “modernización
material”, lo cual es un signo de profunda confianza o en su
defecto, de sospechosa inocencia.
Todo el mundo miente
Lo que mi juicio sucede, es un silencioso balance donde los
actores entienden costoso tanto el “rearme manifiesto” como
el “no rearme”, ya que la notoriedad de tales opciones, in-
ducirían a una contraproducente percepción de parte de los
demás actores. Naturalmente es, políticamente más cómo-
do soterrar el significado de sus adquisiciones bélicas [10].
¿Por qué? Tal como sugiere Glaser, en acuerdo con Van
Evera, se destaca la tendencia de los Estados a negar la
potencial amenaza que sus adquisiciones militares impli-
can [11]. La simple negación del Dilema de Seguridad no lo
evitará ni lo resolverá, pero si todos niegan recíprocamente
la existencia de contrabalances, se podrían bajar tanto los
costos políticos como los riesgos diplomáticos formales.
La situación de equilibrio –hipócrita– que señalé, permite
un rearme subóptimo y tendiente al modo defensivo (que de
ser sólo una modernización, no respondería a un modo en
particular ya que las compras no estarían basadas en hipó-
tesis de conflicto alguna). Por lo tanto, esto es el punto de
equilibrio que señalo como “Balance Silencioso”.
¿Qué sugiere esta idea de una situación Balance Silencioso
en la región?
El mutuo Bluff entre los Estados latinoamericanos,
quienes pretenden dar una imagen distinta a sus in-
tenciones; engañando la percepción de sus veci-
nos regionales para obtener una pequeña ventaja.
. Permite un rearme silencioso y subóptimo, para mantener
un equilibrio in crescendo sin provocar una vertiginosa acele-
ración de los tiempos -adquiriendo materiales en forma pau-
sada, evitando desviar demasiados fondos a ello y terminar
provocado una escalada armamentista antes de lo oportuno-.
Habilita un sutil juego de especulaciones,
sin arriesgar públicamente las característi-
cas positivas de la región en materia de defensa.
Consecuentemente, quizá estemos apreciando un punto de
Equilibrio de Nash, donde ninguno de los actores puede adop-
tar su mejor estrategia siendo que todos conocen las estrate-
gias del resto y, para evitar una desestabilización generalizada
deben optar por el subóptimo: todos mienten.

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INTERNACIONAL
EDICIÓN 13 TEORÍA
referencias
HISTORIA
FILOSOFÍA

[5] BOLÍVAR OCAMPO, Alberto: “Afganistán y el VRAE”, Actualidad Militar Nª 471, Julio-Agosto 2011

pag 82 |referencias
[6] UNITED NATIONS OFFICE ON DRUGS AND CRIME: 2011 Global Study on Homicide. Trends, Context, Data. UNODC, Vienna 2011
[7] BANCO MUNDIAL: Crimen y Violencia en Centroamérica. Un Desafío para el Desarrollo, Banco Mundial, Washington DC 2011
[8] Buscaglia es un experto reconocido por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), se desempeña como catedrático del Instituto Tecnológico
Autónomo de México (ITAM) y dirige el Centro Internacional de Desarrollo Legal y Económico.
[9] La Revolución Mexicana se inicia cuando el caudillo Francisco Madero lidera en 1910 un levantamiento para derrocar al dictador Porfirio Díaz, que
llevaba 34 años en el poder. La revuelta fue exitosa y se depuso a Díaz, pero líderes rebeldes regionales como “Pancho” Villa y Emiliano Zapata mantuvieron
la lucha por los derechos sociales, agrarios y educativos hasta la década de 1920, dejando la revolución un saldo final estimado en más de un millón de
muertos.
[10] HEIDELBERG INSTITUTE FOR INTERNATIONAL CONFLICT RESEARCH: Conflict Barometer 2010, Heidelberg November 2010. Disponible en:
http://www.hiik.de/en/konfliktbarometer/pdf/ConflictBarometer_2010.pdf
La xenofobia en Sudáfrica: la otra cara de la rainbow nation | Pag 08 [11] “Bandas de narcotraficantes influyen en 71% alcaldías de México, según Senado”, EFE, 31 de Agosto de 2010
Bovino, Ana [12] “Senador Lugar considera que México vive una narcoinsurrección”, El Universal 26 de septiembre de 2010
[13] “Cárteles controlan casi mil territorios del país, dice experto”, Informador 27 de junio de 2010
[1] Harris, B.: “A foreign experience: violence, crime and xenophobia during South Africa’s transition” en Violence and Transition Series, Vol. 5, 2001. [14] Ver KILLEBREW, Richard & Jennifer Bernal: Crime Wars: Gangs, Cartels and U.S. National Security, Center for a New American Security, Washington
[2] Ídem DC September 28, 2010
[3] Ídem y Valji, N.: “Creating the nation: the rise of violent xenophobia in the new South Africa”, CSVR, Centre for the Study of Violence and Reconciliation, [15] Usamos aquí la definición simplificada que consta en METZ, Steven: The Future Of Insurgency , SSI Report, USAWC, Strategic Studies Institute (SSI),
2003. December 1993
[4] Valji, N.: “Creating the nation: the rise of violent xenophobia in the new South Africa”, CSVR, Centre for the Study of Violence and Reconciliation, 2003. [16] CARRION, Fernando: “De la violencia urbana a la convivencia ciudadana”, en Fernando Carrión (ed.): Seguridad Ciudadana, ¿espejismo o realidad?,
[5] Ídem FLACSO Ecuador - OPS/OMS, Quito 2002, pp.13-58
[6] Crush y Pederby, citado en Neocosmos, M.: “From “foreign natives” to “native foreigners”: explaining xenophobia in post-apartheid South Africa”, [17] SANDERSON, Thomas. “Transnational Terror and Organized Crime: Blurring the Lines”, SAIS Review XXIV:1 (Winter-Spring 2004), pp. 49-61
Council for the Development of Social Science Research in Africa, Dakar, Senegal, 2006. [18] CORNELL, Svante: “Narcotics and Armed Conflict. Interaction and Implications”, Studies in Conflict & Terrorism 30:3 (March 2007), pp. 207-227
[7] Harris, citado en Neocosmos, M.: “From “foreign natives” to “native foreigners”: explaining xenophobia in post-apartheid South Africa”, Council for the [19] KILLEBREW & BERNAL, op.cit. pp.5- 7
Development of Social Science Research in Africa, Dakar, Senegal, 2006.
[8] Neocosmos, M.: “From “foreign natives” to “native foreigners”: explaining xenophobia in post-apartheid South Africa”, Council for the Development of
Social Science Research in Africa, Dakar, Senegal, 2006.
[9] Valji, N.: “Creating the nation: the rise of violent xenophobia in the new South Africa”, CSVR, Centre for the Study of Violence and Reconciliation, 2003.
[10] Misago, J.P. & Monson, T.: “Desplazados no-nacionales en Sudáfrica”, en Migraciones Forzadas RMF 34, 2010.
Crisis económica y vicisitudes en la integración europea: ¿Huir del euro y hundir la integración? | Pag 20
[11] Base de datos “Incidents of violence against foreign nationals”, CoRMSA, Consortium for Refugees and Migrants in South Africa. Martínez, María Celia
[12] Neocosmos, M.: “From “foreign natives” to “native foreigners”: explaining xenophobia in post-apartheid South Africa”, Council for the Development of
Social Science Research in Africa, Dakar, Senegal, 2006. [1] FITOUSSI, J. P. (1995), “El debate prohibido. Moneda, Europa y pobreza”, Buenos Aires, Ed. Paidós, p.195-206
[13] Artículo 49, Immigration Act 2002 [2] TSOUKALIS, L. (2004), “¿Qué Europa queremos? Retos políticos y económicos de la Unión Europea” Buenos Aires, Paidós, pp.26-33.
[14] Artículo 32, Immigration Act 2002 [3] FITOUSSI, J. P., (1995), op.cit., p223
[15] Artículo 38, Immigration Act 2002 [4] TSOUKALIS, L. (2003), op. Cit.pp.37-50
[16] Artículo 39, Immigration Act 2002 [5] EGGER, H et al : “International capital market integration”, Center for Economic Studies & Ifo Institute for Economic Research, Working paper nº 1630,
[17] Artículo 40, Immigration Act 2002 University of Zurich
[18] South African Human Rights Comission, citado en Neocosmos, M.: “From “foreign natives” to “native foreigners”: explaining xenophobia in post- [6] Ver “La idea de Europa se está apagando”, El país, Madrid, 25 de Septiembre de 2011.
apartheid South Africa”, Council for the Development of Social Science Research in Africa, Dakar, Senegal, 2006. [7] SCHMIDT, H., (2011), “The Truth about Europe’s Economic Problems”, en Foreign Affairs, 19 de octubre.
[19] Artículo 49, Immigration Act 2002 [8] Véase Clarín, Suplemento Económico, 17 de julio de 2005, Buenos Aires, pp.4-5.
[20] Neocosmos, M.: “From “foreign natives” to “native foreigners”: explaining xenophobia in post-apartheid South Africa”, Council for the Development of [9] ALTMAN, Roger C.(2009)“The Great Crash,2008”, en Foreign Affairs Enero-Febrero 2009, Nueva York, p.4.
Social Science Research in Africa, Dakar, Senegal, 2006. [10] SEVARES, J. (2009) “El Estallido de la superbubuja”, Buenos Aires, Capital intelectual, cap. 2.
[21] Valji, N.: “Creating the nation: the rise of violent xenophobia in the new South Africa”, CSVR, Centre for the Study of Violence and Reconciliation, 2003. [11] SAROTTE, M. (2011)”Eurozone crisis as a historical legacy” en Foreign Affairs ver en http://www.foreignaffairs.com/articles/66754/mary-elise-sarotte/
[22] Carter y Haffajee 1998, citado en Valji, N.: “Creating the nation: the rise of violent xenophobia in the new South Africa”, CSVR, Centre for the Study of eurozone-crisis-as-historical-legacy
Violence and Reconciliation, 2003. [12] http://ec.europa.eu/spain/eurobarometro/210411_es.htm, consultado el 30 de octubre de 2011
[23] TRC 1998, p. 43, citado en Valji, N.: “Creating the nation: the rise of violent xenophobia in the new South Africa”, CSVR, Centre for the Study of Violence [13] MAJOCCHI, L. (2011), “La agonía del sistema europeo de los estados y los primeros proyectos sobre los Estados unidos de Europa”, en Puente Europa,
and Reconciliation, 2003. Buenos Aires, Año IX número 1.
[24] Ídem [14] MAJOCCHI, L. (2011), op. Cit.p.15
[25] Christie 2000, citado en Valji, N.: “Creating the nation: the rise of violent xenophobia in the new South Africa”, CSVR, Centre for the Study of Violence [15]http://www.elpais.com/articulo/economia/Europa/pacta/quita/deuda/griega/eleva/fondo/rescate/billon/elpepieco/20111027elpepieco_1/Tes
and Reconciliation, 2003. [16] “EL país, septiembre de 2011: “Salir del euro, liquidar la Unión”, en http://www.elpais.com/articulo/internacional/Salir/euro/liquidar/Union/
elpepiint/20110925elpepiint_2/Tes
[17] DIXON, H., (2011), “Can Europe’s Divided House Stand?”, en Foreign Affairs, http://www.foreignaffairs.com/articles/136505/hugo-dixon/can-europes-
divided-house-stand consultado el 23 de septiembre
[18] http://elysee.blog.lemonde.fr/2011/11/02/les-conditions-de-sarkozy-a-papandreou/
Conflictos Internos, Violencia y Criminalidad en América Latina:
[19] DUCHACEK, I.D. y STEVENSON, Garth (1988)”Perforated Sovereignties and International Relations: Trans-Sovereign Contacts of Subnational
¿hacia una reformulación del concepto de “insurgencia”? | Pag 14 Governments”, New York and London: Greenwood Press, cap.1
Bartolomé, Mariano

[1] UNITED NATIONS OFFICE ON DRUGS AND CRIME: The Globalization of Crime. A Transnational cf|Organized Crime Threat Assessment, UNODC,
Vienna 2010
[2] DAHRENDORF, Ralf: En busca de un Nuevo Orden. Una política de la libertad para el Siglo XXI, Paidós, Barcelona 2005, pp.51-52; JOXE, Alain: El Imperio A 20 años de la caída de la Unión Soviética: un balance del nuevo orden. | Pag 26
del Caos, Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires 2003, p. 134 Oñativia, Oscar
[3] Sobre este concepto, que corresponde a Moises Naim, entendemos que el “valor” de una transacción transfronteriza ilegal determinada varía según
el lugar y el momento, no siendo conveniente acotar a tres tipos de tráficos en particular. Tomado de BRISCOE, Iván: “Crimen y drogas en los Estados [1] Kissinger, H., La Diplomacia, México D.F., FCE, 1995.
frágiles” Fundación para las Relaciones Internacionales y el Diálogo Exterior (FRIDE), Comentario Julio 2007 [2] Medvedev, R., La Rusia Post-soviética, Barcelona, Paidós, 2004.
[4] BARTOLOMÉ, Mariano: “Situación del crimen organizado en América Latina” Ágora Internacional N° 10, Noviembre 2009, pp.16-20 [3] Se desempeñó como Ministro de Relaciones Exteriores y luego jefe de gobierno durante la segunda presidencia de Yeltsin.

AGORA 85
INTERNACIONAL
EDICIÓN 13 TEORÍA
referencias
HISTORIA
FILOSOFÍA

[16] – Hirst (Op Cit)

[4] Brzezinski, Z., El gran tablero mundial, Barcelona, Paidós, 2001. [17] – “La principal lógica detrás del aumento de la AOD, particularmente cuando se trata de la única superpotencia que queda, está más vinculada al área
[5] Djalili, M & Kellner T, La nueva Asia Central. Realidades y desafíos. Barcelona, Bellaterra. 2003. de seguridad que a la de desarrollo. Esto a su vez ha influido en la utilización de recursos por razones de asistencia humanitarias en vez de desarrollo
[6] Integrado por Georgia, Ucrania, Azerbaiyán y Moldavia. económico- social”
[7] Estonia, Letonia y Lituania.

El Balance Silencioso Ante la honestidad o el cinismo de la defensa latinoamericana | Pag 76

Misión de las Naciones Unidas para la Estabilización de Haití - MINUSTAH | Pag 34
Núñez, Víctor Manuel
[1] Ver http://www.rnw.nl/espanol/article/una-mejor-alternativa-para-hait%C3%AD
[2] UNMIH (1993 – 1996), UNSMIH (1996 – 1997), UNTMIH (Ago – Nov 1997) y MIPONUH (1997 – 2000)
[3] What’s Wrong with the United nation and How to Fix it, Part One: Diagnosing the ills, 3 The feudal system, or Dysfunctional family
[4] Las Formed Police Units, por su nombre en inglés, son básicamente unidades antidisturbios, preparadas para control de manifestaciones y están
formadas en promedio por 150 efectivos que siempre actúan en forma integrada y cuenta con equipamiento y vehículos especiales para llevar adelante
su tarea.
[5] Por Resolución del Consejo de Seguridad 1927 del 4 de junio de 2010 los efectivos autorizados eran de 13.331 (8.940 militares y 4.391 policías), siendo
reducidos por RCS 2012 del 14 de octubre de 2011 a 10.581 (7.340 militares y 3.241 policías)
[6] http://www.un.org/en/peacekeeping/contributors/2011/sept11_5.pdf
[7[ Esta tarea la lleva a cabo el componente naval uruguayo de la fuerza militar con lanchas patrulleras rápidas, a la vez que contribuye al desarrollo de
una fuerza de guardia costera haitiana.
60° aniversario de la adopción de la Convención sobre el estatuto de los refugiados. BALANCE Y
PERSPECTIVAS | Pag 42
Fundación Ciudadanos del mundo
[1] Capítulo I, artículo 1 A, inciso 2) de la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951.
[2] http://www.migraciones.gov.ar/accesible/?noticia=994 (Publicación web)
[3] Cicogna M., “Refugiados en Argentina. El rol de las organizaciones de derechos humanos de la comunidad peruana” en Papeles del CEIC # 50, Buenos
Aires, septiembre 2009. Pág. 32.
[4] Norbert Lechner, La crisis del Estado en América Latina. Caracas, El Cid, 1977. Pág. 154.
Martín F. De Angelis
[1] Las categorías de “optimistas” y “pesimistas” las adopto a partir del trabajo de Juan Battaleme: Retos a la seguridad y defensa en un ambiente político
complejo, perspectivas para la cooperación y divergencias en Suramérica – Conferencia Subregional De Defensa Y Seguridad. Center for Hemispheric
Defense Studies. Colombia. Julio 2009.
[2] Diamint, Ruth: La OTAN y los Desafíos en el Mercosur: Comunidades de seguridad y estabilidad democrática, Nuevo Hacer Grupo Editor Latinoamericano.
Buenos Aires. 2001.
[3] Battaglino, Jorge: Palabras Mortales: ¿Rearme y carrera armamentista en América del Sur?, Revista Nueva Sociedad, Nro. 215, Mayo – Junio 2008
[4] Calle, Fabián: Rambo versión sudamericana. El impacto regional del rearme de Venezuela y Chile, Nueva Sociedad, Nro. 211, septiembre – octubre.
[5] Battaleme, Juan: Retos a la seguridad y defensa en un ambiente político complejo, perspectivas para la cooperación y divergencias en Suramérica –
Conferencia Subregional De Defensa Y Seguridad. Center for Hemispheric Defense Studies. Colombia. Julio 2009.
[6] A lo que Mearshimer señala en su último libro “Why Leaders Lie” como: “Lying is when a person makes a statement that he knows or suspects to be
false in the hope that others will think it is true. A lie is a positive action designed to deceive the target audience. Lying can involve making up facts that
one knows to be false or denying facts that one knows to be true. But lying is not only about the truthfulness of particular facts. It can also involve the
disingenuous arrangement of facts to tell a fictitious story.”
[7] Mearshimer, John: Why Leaders Lie. The Truth about Lying in International Politics. Oxford University Press. New York. 2011. ISBN-13: 978-0-19-
975873-9
[8] Krasner, Stephen D.: Sovereignty: Organized Hypocrisy. Princeton University Press, (1999). ISBN 978-0-691-00711-3
[9] Célebre concepto presentado en su ensayo: “Equilibrium Points in n-Person Games” Princeton University. 1949. y su posterior tesis doctoral “Non-
Cooperative Games”
[10] Citando a Battaglino: “Los datos muestran que definir a las compras de armamento en América del Sur como rearme o como el prolegómeno de una
carrera armamentista no tiene ningún fundamento teórico, metodológico o empírico. Por el contrario, el uso de estos conceptos puede exacerbar el dilema
de seguridad y aumentar la percepción de amenaza entre los estados de la región.”
[11] “…states are iclined to create myths about the underthreatening nature of their own behavior…” Glaser, Charles: The Security Dylema Revisited, World
Polítics 50. 1997. Pág 183

El club del progreso: Dilemas, debates y avatares en torno al desarrollo | Pag 68

Eduardo Porretti

[1] Escobar, Arturo, Encountering development: the making and unmaking of the Third World, Princeton, NJ, Princeton University Press, 1995; Esteva,
Gustavo, “Beyond Development, What?”, with M.S. Prakash, in: Development in Practice, Vol. 8, No.3, Aug 1998
[2] Sachs, Wolfgang (ed.), The Development Dictionary: A Guide to Knowledge as Power. - London [u.a.]: Zed Books [u.a.], 1992
[3] L. Becchetti, F. Rosati, Globalisation and the death of distance in social preferences and inequity aversion: empirical evidence from a pilot study on fair
trade consumers, The World Economy, 30 (5), 807-30, 2007
[4] Betancourt, María Clara Sanín: La cooperación Sur-Sur a partir de Accra: América Latina y el Caribe, Enlaza Colombia, FRIDE, 2008
[5] Ayllon, Surasky, La cooperación Sur-Sur en Latinoamérica. Utopía y realidad, Bruno Ayllón y Javier Surasky (coords.) Editorial Catarata, Madrid, 2010
[6] Hirst, Monica. “América Latina y la cooperación Sur-Sur: reflexiones conceptuales y políticas”. In: Bruno Ayllón y Javier Surasky. (Org.). La cooperación
Sur-Sur en Latinoamérica. Utopía y realidad. Madrid: Catarata, p. 17-40, 2010
[7] Aguilar, Hugo; Moyano Marisa (Comp.): SENTIDO Y PERFORMATIVIDAD: LA CONSTRUCCIÓN. DISCURSIVA DE LO REAL. Editorial de la Fundación
UNRC, 2007
[8] “La cuestión es si en realidad se puede hablar de pobreza, sin hablar de riqueza, más específicamente, si se puede luchar contra la pobreza sin luchar
también contra la riqueza”, Rist, chapter 7 “periphery and the understanding of history,” in History of Development Andre Gunder Frank, “The development
of underdevelopment,” Monthly Review, 18 (4) September 1966: 17-31
[9] Hershey, Robert D, Jr, The New York Times, Tuesday, December 19, 1995, p. D1: “Counting the Wealth of Nations: G.D.P.’s Accuracy Is Under Attack
From All Sides”
[10] Rafael Domínguez Martín, Celebridades y cooperación al desarrollo: manejar con cuidado (ARI) ARI 142/2010 - 28/09/2010, Real Instituto El Cano
[11]Iliana Olivié y Federico Steinber: Un balance de la ayuda al desarrollo: disminuye la ayuda?, ARI Nº 56/2007 - 23/05/2007
[12] Stokke, Olav: The UN and Development. From Aid to Cooperation, Series: United Nations Intellectual History Project Series, 2009
[13] Negrón, Federico: LA AYUDA OFICIAL PARA EL DESARROLLO Y LOS PAÍSES DE RENTA MEDIA EN EL CONTEXTO LATINOAMERICANO, Centro de
Estudios y Promoción del Desarrollo – DESCO, Lima, Perú, 2003
[14] Colacrai, Miryam: “Los países de renta media (PRM) en el contexto de la cooperación española al desarrollo. Claves para analizar el rol desempeñado
por Argentina y Chile” en Historia Actual on line, Nro.21 pp.57-73, ISSN1696-2060 (con referato), Asociación de Historia Actual, Cádiz,2010
[15] – Negrón (Op Cit)

AGORA 87
INTERNACIONAL
EDICIÓN 13

...
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al análisis de la Política Internacional, las Relaciones Internacionales y
Política Exterior Argentina.
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