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Donde quiera que vayas, ve con todo, lleva siempre al lado tu corazón.
Confucio
revista literaria
de distribución gratuita
nº 41 - julio 2010
Edición y dirección: Analía Pascaner
Suscripción y colaboraciones:
analiapascaner@gmail.com
Invocaciones
Insiste en tu abrazo,
redobla tu furia,
crea un espacio de injurias
entre yo y el espejo,
crea un canto de leprosa
entre yo y la que me creo.
Mendiga voz
Alejandra Pizarnik
Buenos Aires, 1936-1972
Fuente: http://amediavoz.com
El único egoísmo aceptable es el de procurar que todos estén bien para estar uno mejor.
Jacinto Benavente
Se aproxima el día del NIÑO y comparto estos deseos en las palabras de Mex
Urtizberea, para mis niños y para los niños de todos los rincones del mundo.
Analía Pascaner
Mex Urtizberea
Buenos Aires, Argentina
Fuente: http://www.lanacion.com.ar – 10-08-2007
* Texto publicado anteriormente en revista con voz propia, agosto 2008
En mi casa he reunido juguetes pequeños y grandes, sin los cuales no podría vivir.
El niño que no juega no es niño,
pero el hombre que no juega perdió para siempre al niño que vivía en él y que le hará mucha
falta.
Pablo Neruda
Augusto Monterroso
Guatemala, 1921-2003
Monólogo del Mal
Cuando se busca tanto el modo de hacerse temer, se encuentra siempre primero el de hacerse
odiar.
Montesquieu
Alfredo Luna
Poeta nacido en Catamarca. Actualmente reside en Buenos Aires, Argentina
delirios de puérpera
y los nuestros.
a la distancia, somos
nuestra propia derrota en carne viva.
interminable danza de parias
el perdón, querida
elude la impertinente certeza de morir:
nada aguarda después de los huesos.
a Ana Bedek
Del libro la mirada sonora. La Palabra Mágica, Colección Alejandra Pizarnik (octubre 2008)
Leo Lobos
Santiago, Chile
Tiempos anteriores
Nieve - uno
* * *
Marylena Cambarieri
Viedma, provincia de Río Negro, Argentina
Indigestión
Origen de Laura
Laura desarma la última muerte. Desanda el tiempo del cuerpo, del nombre, de la
tumba, del fantasma. Desentierra su corazón. La última muerte se desintegra sobre su
tumba. Habita una casa y observa desde la única ventana posible. Se desviste de muerte y
se quita el barniz del último hastío. La mirada huye de su refugio y se une a la tierra de
los hombres.
Laura desencarna la última vejez. Tiene el cuerpo harto, el hastío de la cicatriz, el
cansancio del próximo desencanto. La única lágrima limpia la juventud, desarma la
herida.
Laura mujer tiene el costado oscuro disimulado por el ángel. Salta del brinco del árbol
a la urgencia del amante. Abre la mirada, el hastío, el hartazgo. Cierra el dolor, el
desencanto. Abre la próxima desesperanza. Ineficaz, insostenida, esconde su soledad
sobre la imagen del río. Busca la protección de la noche del árbol. Intuye su última
metáfora, el descalabro de su única nostalgia.
Laura recupera la nueva niñez. Desentierra su corazón y calma la inquietud.
Desnuda de infancia encuentra finalmente su camino. Rompe el sexo de la madre, la
sangre, el canal, el refugio, el vientre. Desarropada de sí misma reclama la nueva
esperanza.
Desamparada de ausencias dicen que retornará al origen nuevamente.
Yo no aseguro tanto.
Bailaremos
en crepúsculos
del color de los ríos,
crecidos en otoño.
Nada conservo
de los despojos,
perdidas alas de papel,
ésas que cosía madre
a mis espaldas,
zurcidora
de vuelos imposibles.
Ahora
despliego este soplo,
transformado en viento.
El cielo rasgado
No me distraen
pormenores simbólicos
que convocan
años agonizantes,
y otros
que surgen
en oscuras encrucijadas.
Plazos
que disuelven
azares
infinitos
en la luz
que me acoge,
con exactitud astronómica.
Sombras
inspiradas
en melodías
que nadie entiende
desaparecen
bajo lluvias de adjetivos,
soberbios
de tiempos
que no se juzgan,
no se alcanzan.
Volver
Volver, digo,
y me veo:
alfil transpuesto
jugando hilos sutiles
del azar, superficies,
palabras
partiendo espejos.
Errónea maravilla,
nudo del alma
viajando al futuro,
en arrebatos
de un mundo desmedido,
sin reemplazo.
Soy,
a causa del excesivo
transcurrir de la vuelta,
el que escribe mi epitafio
y, en ese gesto, nazco
al cabo del cometa.
Después,
me engarzo a las buenas costumbres,
el comercio de los encantos.
Digiero mi pan,
que no se equivoca de saliva,
y descubro pequeños sonidos…
Poemas del libro Manos Forasteras, Editorial Grupo Cero, junio 2010
Melisa Ferraris
Estación Matilde, provincia de Santa Fe, Argentina
Desvelo
Todo se derrumba
como si fuera una sátira canción de cuna.
Cuerpo inmóvil que la voz no levanta,
breve hoja que el otoño arrastra.
Murmura el silencio,
desde una fría ventana.
Cándida luz,
en una noche de abril,
donde se consume la vida
entre colinas gastadas.
* * *
Cristal
El aire es de cristal,
el silencio de papel
la calma es fuego
que atraviesa el aire
quebrantándolo,
mientras pájaros asiduos caen al vacío.
De pronto mi cuerpo también es de cristal,
como copa rota
que muerde una roja boca
y bebe.
Y sangra.
* * *
* * *
Los dos últimos poemas pertenecen al libro inédito De lo que estoy hecha
A partir de cierto punto no hay retorno. Ése es el punto que hay que alcanzar.
Franz Kafka
Cris Fernández
La Pampa, Argentina
Desolada nostalgia
Me descubro buscando
tu latido,
el rumor de tu nombre
por el viento.
Desolada nostalgia
de tu boca.
Con tus manos de lluvia
cava el sueño.
Por la esperanza...
Posesiones
Carlos Grimberg
Nació en Buenos Aires, Argentina. Reside en Naharia, Israel
Tiempo de Julieta
Julieta se acercó a la ventana y miró con emoción el cielo estrellado de su pueblo natal,
pronto cumpliría cuarenta años y sintió necesidad de volver a la casa de sus padres, no
sabía porqué, pero presintió que ese fin de semana sería vital para su vida.
No se lo explicó a su marido ni a sus hijas, simplemente sacó boleto y se fue.
No hubiera podido explicarlo…
La casa le pareció inmensa, vacía, ahora que sus padres ya no estaban y su hermana menor
residía en Buenos Aires.
En su habitación, encontró el viejo espejo plateado y se miró largamente en él, en ese
vidrio se habían reflejado mil julietas, siempre más jóvenes, mucho más potentes,
eternamente invencibles. Ahora el espejo se alegraba de recibir nuevamente a su vieja
amiga, inexorablemente más madura, mucho más débil.
Por un instante no supo qué hacía allí, la brisa le traía olores conocidos que le perfumaban
el alma. Era medianoche y las campanas de la iglesia comenzaron a repicar… 1, 2, 3…10,
11, 12…13!!!!
Como un rayo, en una fracción de segundo, entendió todo. Sintió terror y curiosidad, giró
sobre sus talones y su corazón pareció detenerse…
La joven le sonreía desde la cabecera de su cama, estaba sentada con su cabello corto y la
miraba. Julieta se acercó lentamente y se sentó a su costado.
Había emoción en los dos rostros, iguales lágrimas y las mismas sonrisas, al unísono
extendieron sus manos para tocarse pero no lo consiguieron, tal vez les falto sólo un átomo
de distancia…
Era una cita en el tiempo. Ella recordaba que hacía veinte años, la única vez en su vida que
había oído repicar las campanas trece veces, había visto a una mujer en su cuarto, de larga
cabellera, de espaldas, mirando por la ventana.
Se observaron durante varios minutos, las lágrimas rodaban de ambos rostros con igual
ritmo.
Julieta habló.
-No sabía que te esperaba, pero te esperaba, tengo muchos consejos e instrucciones para
darte.
-Yo estoy aquí para recordarte muchos ideales, sueños y proyectos -replicó la joven.
Julieta sentía amor por esa jovencita, quería estrujarla en un abrazo, beberla, pero no
podía moverse.
Hablaron durante largo rato y comprendieron que había llegado el momento de separarse.
Julieta le dio instrucciones precisas de cómo y dónde encontrar a su futuro marido, al fin y
al cabo de ello dependía el nacimiento de sus dos hijas, le recomendó que se dejara crecer
el cabello y que se comprara aquella blusa negra calada que tanta vergüenza le había dado.
La joven le recordó, entre otras cosas, sus deseos de estudiar física en la universidad y
rieron evocando aquella vieja utopía de fotografiar el tiempo…
Se besaron con el alma.
Julieta se sintió plena, un júbilo la invadía como sólo una vez en la vida había sentido.
Se incorporó lentamente y se acercó a la ventana.
Afuera, una mujer de pelo largo, de unos sesenta años, la miraba afectuosamente; estaba
suspendida a cinco metros por encima de la calle, montada en un extraño aparato, mientras
se calzaba su casco de astronauta y con una sonrisa y su mano extendida, le dijo: “Nos
veremos”.
17 de octubre de 2005
Victoria Servidio
Cosquín, provincia de Córdoba, Argentina
Drenaje
A veces es bueno
Horadar el grifo de la lágrima
Evacuar la cloaca
De dolor que pudre y carcome
Drenar el volcán
que enquista la pueril prudencia
Entonces
si logramos
Pasar en limpio nuestra instancia
Podríamos
Podría quererte
así como sos
rústico
salvaje
falaz
mercader de afectos.
Podría treparme
en tus arneses
y galopar
el sueño
de la noche.
Al despertar
darte refugio
en la corola
de mi pecho
dejar que robes
los secretos
de mi boca.
Transites
los baldíos
me horades
hasta
la profundidad
del grito.
beber la sal
Podría quererte
si creyera
en ese amor
que claudica
en la contracción
del espasmo.
Como en las deudas, no cabe con las culpas otra honradez que pagarlas.
Jacinto Benavente
Leonor Mauvecín
Córdoba, Argentina
Descalza
Descalza
con una rosa sombría entre las manos
quemo mis pies, sobre las brasas.
Desgarro cada vestidura
hasta la desnudez secreta de los huesos.
Muerdo el agua que escurre, impiadosa
y sostengo el fruto maduro de la tarde.
Bebo el aire enrarecido en la noche del otoño
cuando los fantasmas
danzan sobre mis tatuajes
y lastiman.
Parte y desovíllame
Donde son sordos todos los murmullos
parte y desovíllame los huesos.
Deshilacha el corazón
hasta que la sangre se convierta en río.
Sácame los ojos, entrégaselos a la noche.
Desteje la trama de mi pelo y échalo al viento.
Enrolla mi lengua y déjala, donde las palabras
puedan relamer mi abandono y mi locura.
Sepárame los dedos
en especial, aquéllos que saben de escrituras
y entiérralos en algún rincón sombrío
donde los ratones mastiquen el rojo de mis uñas.
No te olvides de ninguna de mis bocas
que saben del amor, absórbelas como en una marejada
y llévalas a morir junto a los peces
Y a los oídos, que escuchan tus pasos,
que saben distinguir el sonido de tu voz
y el canto de Orfeo, disfrázalos de mar
y escóndelos, entre las caracolas del río
que repiten el rumor del universo.
Poemas del libro inédito Último Patio, el cual recibió Mención en la Fundación Argentina para la poesía
La única diferencia que existe entre un capricho y una pasión eterna es que el capricho es más
duradero.
Oscar Wilde
Cuentos breves
Lola Sanabria
Madrid, España
Metamorfosis
Noche de luna llena. El acróbata trabaja sin red. Agarrado a la barra del trapecio,
toma impulso, flexiona las piernas y se columpia. Cuando su cuerpo dibuja sobre
las cabezas de los niños, la curva de una amplia sonrisa, suelta las manos, se gira
en el aire, y cae en la pista sobre las almohadillas de sus cuatro patas.
David C. Róbinson
Panamá
La servilleta
Cuando Francisco tomó el tren esa mañana desde el centro del mundo rumbo al
sur, no sabía que desde el norte, la Muerte cabalgaba a su encuentro. Mientras
Mamá Tierra sentía el vibrar del tren sobre las vías clavadas en ella y el galope de
la Muerte, se preguntaba si ésta sería lo suficientemente veloz para alcanzarlo
antes de que llegue a su destino. Cuando el tren llegó a su última estación, la
Muerte llevaba tres minutos esperándolo. Lo que ella no sabía es que, avisado por
un murmullo de la Mamá Tierra, Francisco se había bajado dos estaciones antes.
Cuentan que un hombre estaba cansado de vivir, y que moría a cada rato.
Pero le pesaba tanto la muerte, que no podía morir con esa carga.
¡El pobre!, debe de ser un escritor muy malo, pensaban en su casa. Pero él,
obstinado, no dejaba de participar en los concursos. Ni de gastar dinero en el
franqueo de los envíos certificados. Ni de esperar ansioso las fechas de entrega de
los premios, sin recibir aviso alguno. Sufría la peor de las enfermedades: era
adicto a perder.
Todas las noches soñaba algo distinto. Esa noche soñó con su ejecución. Oyó al
juez dictar la sentencia de muerte. Se vio caminando los peldaños del cadalso y
vio al verdugo caminar a su lado. El verdugo, empuñando un cuchillo, lo haló por
el pelo para dejar el cuello al descubierto y degollarlo con facilidad.
Despertó a tiempo para ver el cuchillo iniciar el viaje a través de su cuello.
Como todas las madrugadas fue hasta el patio, era un amanecer cálido. Caminó
entre las húmedas hierbas rumbo al caserón. La puerta estaba entreabierta y una
fina línea de luz la fue guiando.
Adentro todo era actividad, los ojos la siguieron sin dejar de amasar la harina. Y
como siempre fue de ellos, cada uno la fue moldeando a su gusto y ella los dejó
hacer.
Luego, cuando los primeros gallos rompían el silencio, contenta, con su preciosa
carga iba de puerta en puerta, segura de que obtendría un buen precio.
Confía en el tiempo, que suele dar dulces salidas a muchas amargas dificultades.
Miguel de Cervantes Saavedra
Mi Casa
I
De niño imaginaba mi casa
la veía pequeña por fuera e inmensa por dentro
II
Hoy mi casa posee jardines
en los que cada mañana cantan las aves
III
En el jardín de mi casa
Alguien plantó un totaí rodeado de bambúes
Yo sembré un guayabo
un árbol de manga rosa y unas enormes sandías
IV
Por las noches abrimos el infinito
dejando que nuestro hogar nos habite
V
En mi casa hay un par de espejos
que protegen en secreto la vida que vivimos
El resentimiento
Se ha quedado allá,
lejos,
completamente solo.
Pájaros, pájaros
Pájaros, pájaros
pequeños corazones
que humedecen el aire
como cristales de almas suspendidas.
De su levedad,
de su seda palpitante,
fluyen, vuelan, caen sonidos como perlas
penetrando,
alojándose en el espíritu del hombre.
Un espacio inerte,
silencio lleno y oscuro.
Y no queremos.
El alado bosque.
A René Favaloro
Marcelo Valenti
Rosario, provincia de Santa Fe, Argentina
Tiene
la ambigüedad
de una mal disimulada preñez.
Equívoco,
el perfil abullonado
es tenue como el espejismo de una tinaja.
y
siembra
la incertidumbre
de los que no saben
si deben rendir pleitesía
con gesto reverente
o,
acaso,
callar y desviar la mirada
para evitar una impertinente
intervención.
* * *
Sí, salí
con un gemido
del sueño de la cobra negra
que
se deslizaba por la casa.
El follaje se había deslucido por el miedo.
Más allá del cerco,
la floresta y la amenaza.
* * *
* * *
* * *
Me cercioro
de
que la fiesta florida
bajo
la recova, continúe.
De otras
ya vividas,
guardo las mandíbulas apretadas
por el odio.
Todo ese daño
aún
transcurre
entre paredes de pétalos y
lluvia de luz.
Amanda Espejo
Quilicura, Chile
En rouge
Casi...
Elsa Abate
Villa de Merlo, provincia de San Luis, Argentina
Ramita de olivo
Y la hora llega
Odisea nocturna
El insomnio
en los vestigios de la noche
con agujas
punza y cose la vida sobre arpillera.
El viento acopla sus cantos.
El espacio se abre a los ojos.
Desde mi costado
se alarga tu figura de polvo
que no toco
ni soplo ni huelo
ni siquiera
me atrevo a besar.
¡El insomnio y sus cosas!
A veces me habla de tallos verdes.
Otras
de trueque y canonjía.
Yo me acomodo al lado de la cordura
y me duermo al calor de tu camisa.
Déjeme decirle
Amor
cobíjese en mi pecho
tibio
palpitante
pan caliente.
No hay caminos.
En este pecho
senderito distinto
-aroma lila para la fina corteza de su vida-
que no es nido ni hallará tesoros
usted puede llorar
sin ser visto.
Amor
hay olor a lluvia
mezclado con el suyo.
Hay silencios. Hay signos
obstinados.
Bajo párpados húmedos
pupilas que titilan.
Buscan un sol
una estrella
un cometa.
Al niño.
¿No crees que ser curiosos es mucho más importante que ser parecidos?
Porque somos diferentes podemos gozar la diversión de intercambiar mundos
y regalarnos mutuamente nuestros amores y nuestros entusiasmos.
Richard Bach
Fruto prohibido
Déjame soñar…
déjame inventar un romance
y suponer que me quieres.
Déjame pensar
que atrapo tu sonrisa en mis manos
y que con mis besos
apago tus lágrimas.
En el delirio de mis sueños
déjame creer
que te abrazo en el silencio
y comparto contigo
transpirados amaneceres,
que pruebo el sabor fresco de tus labios
y que con el fuego de mi sangre
puedo hacerte mía.
Déjame imaginar
aunque eres mi fruto prohibido,
que suavemente acaricio tu piel joven
que tiene el aroma de las flores silvestres
y que bebo el vino de la carne
en el cántaro de tu cuerpo.
Déjame soñar…
déjame inventar un romance
y suponer que me quieres.
Génesis
Palabras…
palabras dispersas,
confusas,
errantes.
Palabras sin sentido…
olvido,
desorden,
extravío.
Palabras sin destino…
amalgama,
mezcla,
confusión.
Palabras que se encuentran…
frases,
poemas,
sentencias.
Me gustas así
Me gustas así…
con tu pantalón desteñido,
con tus cabellos jugando en el viento,
con tus cabellos renegridos.
Me gustas así…
con esas manos inquietas,
y tus ojos soñando de continuo;
con tu traviesa manera de caminar
y esos labios musitando suspiros.
Me gustas al contemplarte en silencio
cuando te encuentras prisionera de una danza,
ondulando tu cuerpo entre las sombras;
cuando tu piel arde en una melodía
y la música se enreda en tu cintura.
Me gustas así…
cuando pareces acariciar el aire
trepando suavemente un pentagrama,
cuando me hablas con timidez
y tu voz se escucha apagada,
cuando me miras casi con descuido
y tus ojos sueñan
al encontrarse con los míos.
El bar de Silvina
“No lo van a poder encontrar, por más que busquen por toda la ciudad”. Nos dijo
Silvina aquella tarde a la salida del taller literario.
“Yo lo voy a encontrar, apuesto a que lo encuentro”. Dijo Camilo.
“Nunca lo vas a ver, fue sólo una aparición y ya se perdió” -afirmó tercamente
Silvina.
-Lo voy a encontrar y me vas a pagar un café -terció con más terquedad Camilo.
El que lo encuentre primero avisa y después guardamos el secreto, exclamó alguien
del grupo para atemperar los ánimos.
Que avise!!! Afirmó alguien del grupo.
Sí que avise!!!! Sentenció otro y se hizo una pausa…
Estoy soñando que encuentro ese bar perdido de Silvina. Lo hallé en el recodo
fosforescente de la última estrella.
Y estoy jugando ver aquel puerto lejano que se perdió una noche en una hoja en
blanco; ya lo puedo divisar desde este calidoscopio ambarino, al puerto y a la rubia
que murió con el frasco azul vacío en su mesita de luz.
El alba la encontró desnuda y hermosa, cubierta por su perfume preferido.
Miguelito me para en la calle y me pide el último diario, del crimen más atroz, el
del gol olímpico que logrará el delantero del cuadro, el domingo que vendrá.
María de los Ángeles sonríe triste antes de perderse en el tiempo. Intentará vivir,
intentará amar. Necesitará más que partituras para acontecer y salvarse.
“Me estás gastando la tinta del diario” -Me dice el dueño de otro bar y entonces le
sonrío, entonces le devuelvo el periódico y le pago el último café.
El último café suena en esa vitrola arcaica ya, casi desconocida.
Le apretó el brazo la pasajera de la ciudad, con un beso de despedida. Entonces el
Asturiano lloró aparte, entre miles, vivando la Revolución.
Una estrellita errante ha dejado de latir.
El viajero la seguirá buscando.
Dicen que llamó a un teléfono prohibido sólo por escuchar su voz.
Entró a su casa, encendió el fuego de una hornalla, puso la cafetera, se sirvió café,
era de madrugada, estaba sola, en otra pieza llora una beba, una canción de cuna
intenta calmarla, una lágrima salobre se hunde en el café a medio tomar.
Vendrá un nuevo domingo, con sus tardes de peligros y ausencias....
A Pablo Neruda
El tren de mi infancia
Adriana Khoury
Huinca Renancó, provincia de Córdoba, Argentina
Noches
¡Qué me van a venir a hablar a mí de la noche! Es mi reino. La conozco como la palma
de mi mano. La recorro, la palpo, la escucho, la respiro.
Conozco las pandillas de forajidos, armados hasta los dientes con navajas; huelo el
tabaco y el alcohol de los pordioseros tirados en cada esquina y adivino el cuerpo
seductor de las prostitutas que se me acercan y me invitan con voz agitada. Me
inmovilizan sus garras felinas que me recorren del pecho a la cintura y me embriagan
con ese perfume de hembra en celo.
La noche es mi reino y es misterio indescifrable.
Sé tantear el camino y hablar con el viento que anuncia tormentas o presagia
tragedias. Interpreto el diálogo prohibido y los encuentros furtivos de los amantes,
adivino el enojo y la alegría. El llanto emocionado, el murmullo y el silencio. Intuyo los
cantos aterrados y el chillido del murciélago colgado en el árbol.
Me muevo en la oscuridad como el pájaro en el aire. Mi noche tiene el brillo del
plumaje del cuervo. La transito en un túnel con aleteo de brazos.
La vivo desde aquel infierno de cuerpos entrelazados y ramas crepitantes, cuando los
resplandores se mezclaron con el humo gris y se elevaron en remolinos oscuros. Los rojos
calientes devoraron hasta el sonido del río. Después, el olor de las cenizas. Y al fin, la
niebla, la penumbra. Sacudo las manos para espantar el paisaje empañado de nube
espesa y rasante. Perdido en el abismo, desciende una lágrima cristalina, única gota
limpia, transparente, que no alcanzó para despejar el carbón que enlutó mis ojos.
Cuencos de sombras, paraíso sepulto. Sin soles, ni luces, ni brillos. Con rabia, impotencia
y con odio, te maldigo, Noche, mi reino infinito y eterno.
Karina Cubas
Catamarca, Argentina
Por la mañana
se viste de mendigo
pica el sol
oro de otros dueños,
sólo quiere la verdad
que frunce su seño
y esperar la hora
en que los barcos anclan.
* * *
Sabías tú
que hay puentes
por donde el universo
de lo pleno
se hace presente?
* * *
Gastón Marzio
Florida, provincia de Buenos Aires, Argentina
De la poesía
¿Qué cosa más grande que tener a alguien con quien te atrevas a hablar como contigo mismo?
Marco Tulio Cicerón
Y ahora
Esperé
esperé con sabores desvelados
desgarrar el fruto de tu boca miserable.
y ahora
que estás
parado frente a mí,
te sumerjo en multitudes,
y
no te veo.
Esperanza
traspaso aromas
fraguo soledades
amortajo miedos
inauguro credulidades
apuntalo risas
descarno amores
ignoro desvelos
Poemas tomados de Mis poetas contemporáneos, sitio web editado por Gustavo Tisocco
http://mispoetascontemporaneos.blogspot.com
Maritza Álvarez
Villa Alemana, Chile
Botero
Somos testigos
Si estás bueno del estómago, y no te duele ningún costado y puedes andar con tus pies,
ninguna otra cosa mejor te podrán añadir todas las riquezas de los reyes.
Quinto Horacio Flaco
Curiosamente
Curiosamente
aunque el azar en esto
no juegue su papel importante,
es un misterio, que el aire teja con hilos de lluvia
la sonoridad silenciosa que emana
de las palabras de los poetas.
Cántico percibido
por la magia de las almas que sueñan…
Curiosamente
siempre habrá por esto “un encuentro”
Nosotros los locos transgresores
de una sociedad de mármol que no nos contempla
iniciamos el vuelo de alas abiertas
de corazones estigmatizados,
de voces graficadas y de sueños…
Curiosamente
algún día rodará aquel poema
que hable de nuestra amistad como una luz
de esperanzas en el tiempo
Y se tejerá en el aire el mejor macramé
para cubrirnos del frío despiadado
en nuestro invierno.
* * *
Fantasmagonía
Errante mujer
Kairós
Hay un tiempo
para desafiar el tiempo
y hacer que las cosas sucedan
Montaña rusa
A Silvana
Años
como peldaños
engaños y desengaños
-todo sube y todo baja-
en este juego en que andamos vos y yo
aún con la curiosidad del niño
y el vértigo de estar vivos…
Presentar batalla
a los ministros, los mentirosos
a los señores de la prosa
Dar la pelea
- a pluma y espada, ¡que nos va la vida!
contra los carceleros de la palabra
En general, los hombres juzgan más por los ojos que por la inteligencia,
pues todos pueden ver, pero pocos comprenden lo que ven.
Nicolás Maquiavelo
Carlos Trinelli
Buenos Aires, Argentina
Intento
Hace ocho días y unas horas, minutos y segundos, que no bebo y he sobrevivido. Me
pregunto, si cuido a la vida o vivo la vida, según la frase de Lao Tsé. Hoy es sábado, un día
difícil. El trabajo ayuda a no pensar. Tanto tiempo alejado de la actividad familiar todavía
no me permite disfrutarla.
¿En qué se ha convertido este milagro de la vida? El esfuerzo por mantenerme sobrio me
hace creer inmortal, ya que parezco muerto. Pero, lo terrible no es la muerte, sino la vida
que se vive para llegar a ella.
Cuando regreso del trabajo veo el bar Baviera repleto de fantasmas. Yo fui uno de ellos,
un reflejo viscoso en esos espejos. Imágenes juguetonas de cabezas alargadas, cuerpos
redondos, risas huecas. Es que esos cristales, surcados por cagadas de moscas son así
adrede para que uno no se asuste de haber bebido de más.
Por ahora, Dora, mi mujer, está contenta, mis hijas, Andrea y Enriqueta, me hablan y
les respondo pero, si una mariposa aletea en Beijin mi corazón puede sentir el impacto. Así
de frágil es este equilibrio. Tengo un problema y me encanta. Soy bebedor, no pego, no
discuto, no me vomito, no me piyo. Claro que, hago otras cosas. Soy humano, no me
especializo en nada.
Un libro, una bebida, una gorda, son mis ambiciones, eso no alcanza. Ya se sabe.
Dora se fue a un cumpleaños con las nenas. Me auguró que, si cuando regresa me
encuentra sobrio, haremos el amor.
El amor se negocia en el matrimonio. El amor es hipócrita en el matrimonio. Nadie lo
dice, no siempre se dice lo que se piensa. Cualquier discurso conlleva una dosis de
hipocresía; para ello se inventó la palabra, para enmascarar los pensamientos.
Lo cierto es que, si me mantengo sobrio dos o tres horas más, seré recompensado con
sexo. Una epifanía de placer de la que saldré más sediento.
Beber alcohol tiene la desventaja de no poder disimularlo. El aliento es como una brisa
interna que ventea perpetua el olor.
En vez de un vaso, uno debiera usar una jeringa o mejor algo como el suero para los
enfermos pero cargado con bebida. La bebida endovenosa; el que invente eso para
bebedores que deben simular, se hará rico.
¡Qué culpa tendrá uno que las mujeres amen la pasta de campeón!
Algún borracho tedioso me comentó que el conflicto de la vida se divide en dos bandos,
tener demasiado o tener poco. Es una falacia. Los dos bandos piensan lo mismo. El famoso
pensamiento único. El conflicto rector de la vida es que aquello que ilumina permanece
siempre en la penumbra.
El camino hacia mí mismo está plagado de obstáculos. Me decidí a sortearlos. Me voy a
comprar una botella de vino.
Zaidena
Elortondo, provincia de Santa Fe, Argentina
Mi Inocencia
¡Ya no importa!
Verónica A. Díaz
Berazategui, provincia de Buenos Aires, Argentina
Quiero Saber
Estela Filippini
General Pico, provincia de La Pampa, Argentina
Ave Fénix
Así como el Ave Fénix resurge de las cenizas que quedan después de la conflagración que
lo ha consumido, también el alma retorna a la vida después de las luchas, los desvaríos,
los tiempos difíciles, los pasos perdidos…
Miro por mi ventana y todavía se recorta este claro cielo que siempre estuvo ahí,
impertérrito, aunque yo no lo viera. Vuelvo a escuchar mi música de siempre y todavía los
Beatles me dan vuelta el corazón cuando me dicen que la vida es ese “long and winding
road”, ese “largo y sinuoso camino” que nos conduce por lugares que jamás hubiéramos
pensado que transitaríamos, que tiene tantas vueltas y recodos, tantos parajes
imprevistos… Vuelvo a mis libros de toda la vida, a mis papeles, revuelvo cajones,
encuentro fotos nuevas y viejas y descubro que ahí está, intacta, toda mi historia, y
atesoro cada minuto, cada lágrima, cada sueño, cada ráfaga de felicidad… Retorno a las
cosas cotidianas como siempre, plancho la ropa, charlo con mis amigas, tomo mi café de
todas las tardes, voy y vuelvo del trabajo… pero algo nuevo irrumpió en esta ahora amable
rutina: algo se ha roto, una extraña atadura que adormecía los pensamientos y sofocaba el
corazón… Ordeno mis placares y ahí están, también intactos, los antiguos vestidos de la
desesperanza, los trajes de los arcaicos lutos, los ropajes de viejos dolores que ya no
existen… Enciendo una urgente fogata; ya no me sirven.
Voló de mi corazón una gaviota negra, esa sombra helada que alguna vez rozó mi frente y
aunque la cicatriz de su toque quedará para siempre, ya no me duele y pronto será
perenne olvido…
Aquella antigua costumbre de padecer, mi buena compañera de antaño, ya no es más mi
mejor amiga: no sé en qué pliegue del camino huyó de mí, no quiero escuchar más sus
amenazadores argumentos, sus ásperas razones que siempre me hacían perdidosa. Ahora
voy conmigo y conversamos de las cosas bellas de la vida y nos reímos del porvenir…
Abro de par en par mis ventanas y, como el ave Fénix, sé que he vuelto a vivir. El aire se
renueva: un breve viento pone a volar banderas en las ramas de los árboles y entre las
hojas verdes, sopladas por las rápidas ráfagas de la luz de plena tarde, mecidas por una
lejana canción de amor, creo ver la sonrisa de Dios.
Concursos
9º Certamen de Poesía y Cuento Breve, 6º Certamen “Cartas de Amor”, 4º Certamen
de Novela Corta “Mis Escritos” (Buenos Aires, Argentina).
Cierra: 31 de julio. poesiaycuento@misescritos.com.ar
9º Concurso Nacional de Cuento y Poesía – 2010, convocado por la Asociación Civil Arte
y Cultura de Merlo, para escritores residentes en la el país (San Antonio de Padua, Buenos
Aires, Argentina).
Cierra: 31 de julio. www.arteyculturademerlo.com.ar - acacmerlo@yahoo.com.ar
Encuentros
3 de agosto: Primer Encuentro Poético de Mis Poetas Contemporáneos, organizado por
Gustavo Tisocco. En Buenos Aires, Argentina.
http://mispoetascontemporaneos.blogspot.com