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Anatomía Humana

La anatomía es una ciencia que estudia la estructura de los seres vivos, esto es, la
ubicación y disposición de sus órganos (como los huesos, los músculos y las vísceras) y
la relación que existe entre ellos. También se llama anatomía a la propia estructura de
los seres vivos. Este término es muy utilizado en ciencias como la medicina y la biología.

La palabra anatomía proviene del griego y está compuesta del adverbio ana (que
significa arriba) y el verbo tomé (que significa corte o incisión). La combinación de
estas palabras formó el término anatémnein, que significa “cortar de arriba abajo” y
también “diseccionar”. El origen de la palabra anatomía no es al azar, dado que la base
de esta ciencia consiste en diseccionar cadáveres para su estudio. Quienes estudian
alguna rama de la biología, deben estudiar sí o sí la anatomía de sus objetos de estudio,
ya sea humana o animal, inclusive vegetal.

Gracias a las contribuciones de los estudios anatómicos se pudieron y pueden


hacer grandes descubrimientos en las ciencias. Estos hallazgos, en conjunto con el
avance de la tecnología, permiten que los científicos continúen descubriendo más y más
sucesos, e incluso desarrollen herramientas con distintas aplicaciones (como vacunas y
prótesis entre otros ejemplos).

Dentro de la anatomía, existen muchas subdivisiones, como por ejemplo:

 Anatomía sistemática o descriptiva. Separa el cuerpo en sistemas.


 Anatomía clínica o aplicada. Relaciona diagnóstico y tratamiento.
 Anatomía comparada. Compara la anatomía humana con la de otros animales.
 Anatomía patológica. Se dedica al estudio del deterioro de los tejidos, órganos y
sistemas.
 Anatomía funcional o fisiológica. Estudia las funciones de los órganos.
 Anatomía vegetal. Rama de la botánica dedicada al estudio de la estructura interna
de las plantas.
 Anatomía animal o veterinaria. Se dedica al estudio de y descripción de los cuerpos
de los animales.
 Anatomía humana. Se dedica al estudio y la descripción del cuerpo humano.

Aparatos y sistemas de la anatomía humana

Aunque muy frecuentemente los términos “sistema” y “aparato” se usan


como sinónimos, en la práctica no lo son. En el contexto del cuerpo humano, un
sistema hace referencia a un conjunto de órganos semejantes por su origen y estructura,
cuyo objetivo es trabajar conjuntamente para desempeñar una función fisiológica
específica en el cuerpo.

Los sistemas del cuerpo humano agrupan órganos que están formados por tejidos
similares. Por otra parte, un aparato es un conjunto de sistemas que contribuyen a
cumplir una misma función, y su organización suele ser más compleja que la de un
sistema. Además, a diferencia de los sistemas, los aparatos están compuestos por
órganos cuyos tejidos son diversos o heterogéneos.
En el cuerpo humano se identifican distintos sistemas y aparatos, entre los cuales se
encuentran:

 Sistema endocrino. Es el encargado de la producción de hormonas que regulan


el metabolismo, la función sexual y el crecimiento del organismo. Está formado por las
glándulas endocrinas (productoras de hormonas), ubicadas en distintas partes del
cuerpo.

 Sistema nervioso. Es el encargado del procesamiento de los estímulos y la
generación de las respuestas adecuadas (procesos sinápticos y de comunicación del
cerebro). Está formado por el sistema nervioso central (encéfalo y médula espinal) y el
sistema nervioso periférico (nervios que recorren todo el cuerpo).

 Sistema esquelético u óseo. Es el encargado de darle estructura, sostén y movilidad
al cuerpo. Está formado por 206 huesos.

 Sistema inmunológico. Es el encargado de defender al cuerpo de cualquier agente
infeccioso (como virus o bacterias) que atente contra su normal funcionamiento. Está
compuesto por un conjunto de células especializadas (distintos tipos de glóbulos
blancos o leucocitos) y los ganglios linfáticos.

 Sistema muscular. Es el encargado de permitir los distintos movimientos del cuerpo.
Está formado por 650 músculos de distintos tipos.

 Aparato cardiovascular. Es el encargado de la distribución de la sangre por el
cuerpo. Este aparato permite que las células reciban los nutrientes y otras sustancias
que viajan por la sangre, y también recoge los desechos y los transporta a los órganos
que los eliminan o los metabolizan para su eliminación. Está formado por el corazón,
los distintos tipos de vasos sanguíneos (venas, arterias y capilares) y la sangre.

 Aparato digestivo. Es el encargado del procesamiento y la transformación de
los alimentos en nutrientes aprovechables, y su posterior asimilación. Está formado
por el tubo digestivo (compuesto por la boca, el esófago, el estómago, el intestino y el
ano) y las glándulas anexas (como el hígado, el páncreas y las glándulas salivales).

 Aparato respiratorio. Es el encargado de permitir el intercambio de gases (ingreso y
aprovechamiento del oxígeno y eliminación del dióxido de carbono) fundamental para
el funcionamiento del cuerpo. Está formado por las fosas nasales, faringe, laringe,
tráquea, pulmones y el diafragma.

 Aparato reproductor. Es el encargado de llevar a cabo la producción de gametas y
otras funciones relacionadas con la reproducción sexual. Es distinto en los distintos
sexos: en los hombres está formado por los órganos sexuales masculinos (como los
testículos y el pene) y en las mujeres por los órganos sexuales femeninos (como el
útero y los ovarios).

 Aparato locomotor. Es el encargado de permitir la locomoción, es decir, el
movimiento del cuerpo. Está integrado por los sistemas articular, muscular y
esquelético, coordinados por el sistema nervioso.
 Aparato excretor. Es el encargado de la eliminación de los desechos producidos y
sustancias tóxicas del organismo. Está formado por los riñones (en los cuales se
produce la orina) y otras vías excretoras.

Los glóbulos blancos son células que forman parte del Sistema inmunológico.
Fisiología Humana

La fisiología la ciencia que se encarga de conocer y analizar las funciones de


los seres vivos. A partir de la reunión de los principios que proponen las otras ciencias
exactas (física, química, biología), esta disciplina otorga sentido a las relaciones entre los
elementos que dan vida al ser vivo.

La unidad básica de los seres vivientes es la célula, dentro de ella se encuentran los
componentes que determinan sus características y funciones. A medida que se
complejiza la estructura celular, las funciones se van expandiendo. La fisiología, por
esto, es fundamental en su relación con todas las partes de la medicina, especialmente
con la anatomía.

Mientras que la segunda se ocupa de la conformación del individuo (de animales, seres
humanos, plantas, etc.), la fisiología se ocupa de las funciones que cumplen.

Los orígenes de la fisiología se remontan a muchos siglos antes de Cristo, cuando los
griegos utilizaban el término para hablar de las ‘reglas o lógica que rige la vida’. La
figura de Aristóteles significó una transformación fundamental en la materia, y propuso
una nueva concepción de la filosofía y de la felicidad humana. Aristóteles interpretó los
precedentes hipocráticos de la medicina, y entendió que todo lo que existe está
compuesto de materia y forma.

Jean Fernel utilizó el concepto de fisiología para hablar de la disciplina que estudia el
funcionamiento de los seres vivos. La existencia de un método científico produjo
avances sustanciales en la materia, con experimentos realizados en la mayoría de los
casos en animales. Claude Bernard creyó a la ciencia fisiológica como el conocimiento de
las causas de los fenómenos de la vida en estado normal. Le dio importancia a la
experimentación y al hecho de que las teorías se van contradiciendo y reformulando.

Las interacciones realizadas entre las partes del cuerpo se rigen por leyes que no son
totalmente autónomas, sino más bien todo lo contrario: se trata de cuestiones físicas,
meteorológicas o de electricidad. Si todas las funciones del cuerpo tienen que estar en
un equilibrio, la fisiología tendrá mucho que ver con ese estado, llamado homeostasis.

Se podría mencionar y caracterizar una fisiología por cada una de las funciones que tiene
el cuerpo humano, pero se mencionarán a continuación solo algunas, que se destacan
por su importancia:

 Fisiología cardíaca. Ha logrado dividir al corazón como un solo órgano que cuenta
con dos sistemas diferentes, uno izquierdo y otro derecho. La fisiología del corazón ha
logrado entender los movimientos de sístole y diástole, la frecuencia cardíaca (con lo
que se consiguió determinar las cuestiones de la taquicardia y bradicardia), el
metabolismo anaeróbico y la hipertensión.
 Fisiología respiratoria. Es la que se ocupa justamente de ese aparato, el encargado
de aportarle al organismo una cantidad suficiente de oxígeno. Será luego el sistema
circulatorio el que se encargue del transporte en la hemoglobina o en el plasma. El
movimiento respiratorio fue entendido como la combinación de la inspiración (el aire
llegando a los alvéolos) y la espiración (el aire fluyendo hacia el exterior
por presión en las vías respiratorias).
 Fisiología de la reproducción. Se entiende al conjunto de estructuras del cuerpo que
posibilitan la reproducción, y por ende la conservación de la especie, como así
también a su funcionamiento. Esta no es igual en el hombre y en la mujer, teniendo
cada uno sus singularidades.
 Fisiología del aparato locomotor. Se ocupa de huesos, tendones, músculos,
articulaciones, entre otros.
Los sistemas del cuerpo humano

Cuando hablamos de los sistemas del cuerpo humano nos referimos a los distintos
conjuntos de órganos que lo componen, colaborando en cada caso con el
cumplimiento de algún tipo específico de funciones. Visto así, nuestro cuerpo puede
comprenderse justamente como un conjunto simultáneo y yuxtapuesto de sistemas, cuyo
correcto funcionamiento nos mantiene con vida.

Cada uno de estos sistemas del cuerpo humano involucra diversos (y a veces los
mismos) órganos, así como conductos, tejidos y glándulas diversas, todo coordinado
mediante sustancias endocrinas e impulsos nerviosos, de manera de operar de
manera más o menos autónoma según sea el caso.

Esta comprensión sistémica del cuerpo humano es particularmente útil para la medicina,
que a menudo consta de ramas especializadas en cada uno de estos sistemas:
cardiología, endocrinología, gastroenterología, etc.

Sistema nervioso

El sistema nervioso central se compone de el cerebro, el cerebelo y el telencéfalo.


El sistema nervioso es el principal sistema de control del cuerpo humano, que
involucra una extensísima red de nervios, compuestos por millares de células nerviosas
(neuronas y gliomas, principalmente). Este sistema cumple con la función
del movimiento voluntario y la toma de decisiones, así como la conciencia; pero también
con el control interno y pasivo del organismo, como la regulación de los movimientos
involuntarios, los reflejos y otras formas de transmisión de información nerviosa, como los
sentidos, el dolor, el placer, etc.

El sistema nervioso puede clasificarse en Sistema Nervioso Central, que componen el


cerebro, el cerebelo y el telencéfalo, ubicados dentro del cráneo, así como la médula
espinal que hay dentro de la columna vertebral, y a la cual se conecta toda una vasta red
de nervios de distinto tamaño e importancia que componen el Sistema Nervioso
Periférico.
Sistema endocrino
Las hormonas son producidas por las glándulas del cuerpo y vertidas en la sangre.
Se llama así a un sistema complejo de regulación interna, que emplea compuestos
bioquímicos llamados hormonas para iniciar, regular o detener diversos procesos del
cuerpo. Dichas hormonas son producidas por las glándulas del cuerpo y vertidas en la
sangre, a través de la cual viajan hacia su destino. Gracias a las hormonas
pueden regularse aspectos metabólicos, sexuales y de crecimiento del organismo, e
incluso de la termorregulación.

Sistema respiratorio

La respiración es un movimiento semireflejo.


Es el que involucra la oxigenación de la sangre y la expulsión del dióxido de
carbono, procesos indispensables para la respiración celular y
el metabolismo energético. En este aparato están involucrados los pulmones, los
bronquios y todo el conducto del aire desde afuera del organismo hasta ellos: la
tráquea, faringe, laringe, nariz y el músculo que permite el inflado y desinflado de los
pulmones: el diafragma.

La respiración es un movimiento semireflejo, que puede controlarse pero no impedirse


de manera voluntaria, y que ocurre expandiendo la caja torácica para que el aire ingrese
por las fosas nasales, en donde es filtrado por los vellos nasales, y descienda hasta los
pulmones y en los bronquios el oxígeno permee hacia la sangre. Al mismo tiempo,
el dióxido de carbono acumulado en ésta es retenido y exhalado en dirección contraria por
los mismos conductos.

Sistema circulatorio
El corazón opera como una bomba, succionando la sangre y empujándola de nuevo.
La sangre es el vehículo del oxígeno que entra por los pulmones y que debe ser repartido
a lo largo y ancho del organismo. Para ello, la sangre abarca una enorme red de arterias y
vasos capilares que llevan la sangre oxigenada hasta cada rincón, y de venas que
recoge la sangre cargada de dióxido de carbono y realiza el recorrido de vuelta hacia los
pulmones, para volver a empezar el circuito.

El motor de este movimiento es un músculo que late constantemente en nuestro


pecho y que se llama corazón. Este opera como una bomba, succionando la sangre y
empujándola de nuevo, a través de un sistema de cavidades independientes que impide
que la sangre arterial y la de las venas se mezcle. Este papel es indispensable en el
organismo y cualquier defecto que disminuya la capacidad del corazón tiene efectos en
la salud general.

Sistema digestivo

La absorción de nutrientes se da en los intestinos delgado y grueso.


Este es el sistema necesario para la nutrición y alimentación, es decir, la asimilación
de materia orgánica proveniente de afuera del cuerpo. El circuito de este sistema
inicia con la boca, la lengua y los dientes, así como las glándulas salivales. Allí se corta,
tritura, humedece y prepara el alimento (llamado desde entonces “bolo alimenticio”) para
su descenso por el esófago hasta llegar al estómago, una suerte de caldera de
ácidos gástricos que desintegran la comida y la reducen a sus elementos más básicos.

En dicho proceso intervienen también el hígado y el páncreas, cuyas hormonas y


sustancias preparan todo para la absorción de los nutrientes, que se da en el intestino
(delgado primero y grueso después), gracias a una serie de vellosidades que conectan
con los capilares sanguíneos.
Una vez retenidos los nutrientes, el resto de la materia orgánica ingerida continúa su
curso hacia el intestino grueso y sus partes finales: ciego, colon y recto, en donde se
almacenan hasta que llega el momento de su expulsión a través del ano, en la
defecación.

Sistema excretor

La orina se expulsa a través de la uretra hacia afuera del cuerpo.


También llamado aparato urinario, es el sistema encargado de liberar al cuerpo de las
sustancias y residuos metabólicos nocivos, cuya acumulación en el organismo es
riesgosa. Para ello cuenta con dos tipos de vías de expulsión:

 Las glándulas sudoríparas. Que se hallan a lo largo de la piel y expulsan el sudor,


un líquido salino en el que nos deshacemos de muchas sustancias nocivas
y microorganismos patógenos.
 El aparato urinario. Compuesto por los riñones, filtros de la sangre en los que se
depositan las sustancias metabólicas de desecho (como la úrea) y se convierten en
orina, almacenada luego en la vejiga, adonde llega por los uréteres luego de
diversos procesos de reabsorción y filtrado de sustancias aprovechables. Cuando la
orina es bastante (alrededor de 400 cc) se expulsa a través de la uretra hacia afuera
del cuerpo, en lo que se conoce como micción.

Sistema reproductor

En el útero se unen los espermatozoides y el óvulo para dar origen a un cigoto.


Este es el sistema que garantiza al cuerpo humano su capacidad de procreación, o sea,
de generar individuos nuevos de la especie. Dado que nuestra reproducción es siempre
sexual, este aparato se distingue sustancialmente entre hombres y mujeres, de la
siguiente manera:

 Aparato reproductor masculino. Está compuesto primeramente por el pene, un


órgano altamente sensible que forman cuerpos cavernosos que pueden llenarse de
sangre durante la excitación sexual, generando así la erección y endurecimiento del
mismo, listo para penetrar en el aparato genital femenino. Luego están las glándulas
sexuales externas del hombre, los testículos, ubicados en el escroto, en sacos
independientes por debajo del pene. Allí se producen constantemente los gametos
masculinos, los espermatozoides, junto a una sustancia que los acompaña y nutre, el
semen, producida también gracias a la intervención de un órgano interno conocido
como la próstata. Todo ello es eyaculado durante el coito dentro del cuerpo de la
mujer, para que allí se produzca la fecundación.
 Aparato reproductor femenino. Al igual que el masculino, posee glándulas sexuales
conocidas como ovarios, en donde se forman los gametos femeninos: los óvulos.
Estos descienden hasta el útero por un canal conocido como trompas de Falopio una
vez al mes, y de no ser fecundados son eliminados junto con la menstruación. Allí en
el útero es donde se produce la unión de espermatozoides y óvulo, para dar origen a
un cigoto del cual se producirá un feto. Durante el coito, el pene entra en el cuerpo
femenino a través de la vagina, un canal que conecta los genitales externos (labios
mayores y menores y el clítoris) con el útero.

Sistema inmunológico

Los glóbulos blancos hacen lo posible por aislar y expulsar al intruso.


El sistema inmune o inmunológico es el encargado de la defensa del organismo,
identificando, persiguiendo y eliminando los cuerpos y sustancias extrañas que puedan
penetrarlo. Para ello dispone de una serie de órganos productores de glóbulos blancos
(ganglios linfáticos, el bazo, el timo y la médula ósea) de distinto tipo: células
especializadas en descubrir, atenuar y expulsar a los agentes potencialmente dañinos,
como bacterias, virus, etc.

Estos glóbulos blancos o linfocitos se desplazan por el cuerpo humano a través del
tegumento y del aparato linfático, así como de la sangre y otros fluidos. Cuando
encuentran señal de infección o intoxicación disparan las alertas del organismo y hacen
lo posible por aislar y expulsar al intruso, ya sea mediante el sistema excretor o el
digestivo, o incluso mediante secreciones como la pus o los mocos, que brotan de
mucosas o de regiones infectadas, según sea el caso.

Sistema locomotor
El sistema locomotor permite al cuerpo desplazarse o mover sus extremidades a voluntad.
El sistema locomotor es la unión del aparato muscular y el aparato esquelético, los
cuales están compuestos respectivamente por los casi 650 músculos de distinto tamaño y
forma que permiten la movilización del cuerpo, y los 206 huesos también de diversa forma
y tamaño que le dan soporte al cuerpo y le sirven de protección a los órganos internos.

Gracias a estos dos sistemas el cuerpo humano conserva su forma y postura, y


además puede desplazarse o mover sus extremidades a voluntad, lo cual es
indispensable para la vida.

Los 5 sentidos

Cuáles son y sus funciones


Los sentidos son los medios por los que el cuerpo humano recibe información de su
entorno y la procesa para interpretar lo que está a su alrededor. Esto lo hace a través de
órganos especiales u órganos sensoriales que transforman los estímulos externos en
señales eléctricas que son enviadas al cerebro para su procesamiento y posterior
interpretación.
Los cinco sentidos principales son la vista, el oído, el olfato, el gusto y el tacto. Cada
uno de estos cumple una función específica fundamental para nuestra supervivencia y
para nuestra capacidad de interactuar con el mundo que nos rodea.

Existen otros sentidos menos conocidos como el sentido de la propiocepción, el


equilibrio, y la percepción del dolor y la temperatura. Ellos también son importantes
para poder relacionarnos con nuestro entorno y nuestro propio cuerpo. Por ejemplo, la
propiocepción nos permite saber dónde se encuentra nuestra mano sin tener que mirarla,
el equilibrio nos permite balancearnos sin caernos y la nocicepción nos ayuda a detectar
estímulos dañinos para el cuerpo.
Todos los sentidos se caracterizan por tener ciertos elementos en común. Empiezan con
un estímulo que actúa sobre un receptor. Este receptor convierte el estímulo en una señal
que es enviada a través de los nervios hasta el sistema nervioso central, donde se
produce la interpretación.

En este artículo exploraremos cada uno de los sentidos del cuerpo humano y su
importancia en nuestra vida diaria.

Sentido de la vista
La vista o visión es el sentido que se encarga de captar la luz del exterior. A través de la
vista podemos ver lo que nos rodea, los colores, los objetos y su localización con respecto
a nosotros.

El órgano que recibe los estímulos visuales es el ojo. Este actúa como una cámara
fotográfica, con varias lentes que enfocan la imagen en una superficie sensible a la luz.

El ojo y sus partes.


Cómo funciona el sentido de la vista
La luz entra en el ojo por la pupila y pasa por varias lentes, dentro de las cuales está el
cristalino. El cristalino enfoca la imagen en la retina, donde se encuentran los
fotoreceptores, receptores que se activan con la luz.

Desde los fotoreceptores se origina el impulso nervioso que viaja por el nervio óptico. Este
llega hasta la parte de atrás del cerebro, en el lóbulo occipital, donde se encuentra el
centro de procesamiento de las imágenes.

Sentido del gusto


El sentido del gusto sirve para discernir los sabores de las sustancias. De esta forma
podemos reconocer si la sustancia es nutritiva o potencialmente dañina.

El órgano involucrado en el sentido del gusto es la lengua. En la lengua se localizan


las papilas gustativas, donde se encuentran los receptores químicos del gusto.
Los diferentes sabores que se pueden reconocer son el salado, ácido, amargo, dulce y
umami. Los sabores salados y ácido están relacionados con las necesidades de pH y
electrolitos del cuerpo. Los sabores dulces y umami están asociados con alimentos
nutritivos y el sabor amargo es reconocido por el cuerpo como una señal de alerta.
La lengua y dónde se localizan los sabores.
Cómo funciona el sentido del gusto
Cuando comemos algo, las moléculas se disuelven en la saliva y se ponen en contacto
con las papilas gustativas. Dependiendo del tipo de sustancia, estimularán ciertas papilas
destinadas a los diferentes sabores.

Las señales del sabor llegan al sistema nervioso central y se activan muchos procesos,
como la producción de saliva y la activación del proceso de digestión.

La pérdida del gusto está asociado con una disminución en el apetito y en la ingesta de
alimentos.

Sentido del olfato


El sentido del olfato se encarga de percibir los olores que están en el ambiente. Los
humanos podemos distinguir más de varios millones de olores, haciendo del olfato el
sentido que mejor discrimina los estímulos.

El olfato es considerado el más primitivo de los sentidos. Está estrechamente relacionado


con el sentido del gusto, por lo que dejamos de percibir los sabores de las comidas
cuando por alguna causa no podemos oler.

El órgano del olfato es la nariz. Dentro de la nariz se encuentra una "alfombra" de


receptores o neuronas sensoriales olfatorias encargadas de recibir la información que
luego será procesada por el cerebro.

Cómo funciona el sentido del olfato


Cuando respiramos, los compuestos olorosos entran a la cavidad nasal donde se unen a
los receptores olfatorios. Estos transforman el estímulo químico en una señal nerviosa
que viaja por el nervio olfatorio hasta el bulbo olfatorio. Luego la información pasa a la
corteza olfatoria en el cerebro, que las procesa para crear la percepción de los diferentes
olores.

Sentido del tacto


El tacto es el sentido que nos permite reconocer las formas y las texturas cuando tocamos
los objetos, aún en la oscuridad. En los humanos está mejor desarrollado en las manos y
es la principal herramienta de muchos profesionales, como los cirujanos, los músicos y los
artesanos.

El principal órgano sensorial del tacto es la piel. En ella se encuentra los receptores
que responden a diferentes clases de estímulos físicos, como el estiramiento, la presión
constante, la caricia, la vibración y la textura. Entre estos tenemos los corpúsculos de
Pacini, que responden a la vibración, y los receptores de Merkel, que son muy sensibles a
la presión y se encuentran en las puntas de los dedos.
En la piel también se encuentran los receptores para la temperatura y el dolor, por lo que
por mucho tiempo se consideraban estas sensaciones como parte del sentido del tacto.
Hoy en día se reconocen la nocicepción y la termocepción como sentidos aparte.

La piel y sus partes.


Cómo funciona el sentido del tacto
Cuando la piel entra en contacto con alguna superficie, los mecanoreceptores detectan
los estimulos de presión y/o vibración. Estos receptores transforman un estímulo
mecánico en una señal eléctrica. La señal va por los nervios hasta la médula espinal, que
luego sube al encéfalo. Se procesa la información en la corteza somatosensitiva del
cerebro.

Sentido del oído


El sentido del oido o audición nos permite oír, esto es, percibir los sonidos, las voces y
ruidos a nuestro alrededor. Es uno de los sentidos más importantes para la comunicación
y alertarnos de algún peligro.

El órgano encargado de la audición es el oído. Este se divide en tres partes: el oído


externo, el oído medio y el oído interno.
El oído externo está compuesto por la oreja y el canal auditivo. La oreja capta las ondas
sonoras del ambiente que pasan por el canal auditivo hasta el tímpano, una membrana
fina que funcionan como un tambor. El oido medio está compuesto por tres huesecillos
que amplifican la señal del sonido. El oido interno es el que conecta con el nervio, que
envía el mensaje eléctrico al lóbulo temporal del cerebro.

El oído y las partes involucradas en el proceso auditivo.


Cómo funciona el sentido del oído
Las ondas sonoras hacen que el tímpano vibre, transmitiendo estas vibraciones a los
huesecillos del oído medio y luego al oído interno. De allí pasa a la corteza auditiva en el
cerebro donde se interpreta el sonido.

El sentido del oído es complejo. Las ondas sonoras que son captadas por la oreja y
enviada al tímpano a través del canal auditivo, se transforman en vibraciones mecánicas
en el tímpano y los huesecillos del oido medio. Luego, dentro de la cóclea se forman
ondas en el fluido interno que activan los receptores auditivos de las células ciliadas.
Estas envían señales eléctricas por medio del nervio coclear hasta el centro auditivo en el
cerebro.

Otros sentidos del cuerpo humano


Nuestro cuerpo se vale de otros sentidos para percibir el espacio, el movimiento y el
balance del cuerpo, así como las sensaciones térmicas y dañinas. Aunque menos
conocidos, estos sentidos son muy importantes para relacionarlos con el ambiente que
nos rodea.

Propiocepción
La propiocepción es la capacidad de darse cuenta de del movimiento del cuerpo y la
posición en el espacio. Esto se realiza a través de receptores sensoriales en los músculos
y articulaciones llamados propioceptores. Por ejemplo, si cierras tus ojos y levantas un
brazo por arriba de la cabeza, te das cuenta de eso porque se activan los propioceptores
del brazo.
Termocepción o percepción de la temperatura
Los receptores de la temperatura o termorreceptores responden a los cambios en la
temperatura exterior e interior. Se encuentran en todo el cuerpo, en la piel, los músculos,
los órganos internos y el sistema nervioso central. Los termorreceptores en el cerebro son
fundamentales para la regulación de la temperatura corporal.
Los receptores del frío son sensibles a temperaturas por debajo de la temperatura
corporal. Los receptores calientes son estimulados por temperatura por arriba de 37 ºC
hasta los 45 ºC. Hay más receptores del frío que del calor en el cuerpo.

Los termorreceptores se activan entre los 20 y los 40 ºC. Fuera de este rango, se puede
producir daño y entran en funcionamiento los receptores del dolor.
Un dato curioso es que los receptores del frío también son estimulados por la menta y los
productos que la contienen. Por eso sentimos frío cuando comemos algo con sabor a
menta.

Nocicepción o percepción del dolor


Los receptores para el dolor se llaman nociceptores. Estos son neuronas que responden
a los estímulos que pueden provocar daño en los tejidos, como temperaturas extremas,
químicos y golpes.
Los nociceptores se encuentran en la piel, las articulaciones, los músculos, los huesos, en
varios órganos internos, excepto en el sistema nervioso central.

Cuando los nociceptores se activan, se produce las respuestas de adaptación y


protección. Este sentido es importante para protegernos, por ejemplo, cuando tocamos la
hornilla caliente y por acto reflejo retiramos la mano.

Equilibrio
El sentido del equilibrio es el estado de balance o de posición del cuerpo en el espacio.
Este es el sentido que nos permite saber si estamos subiendo o bajando, si aceleramos o
frenamos o si estamos dando vueltas. En este caso, los estímulos son la gravedad y la
aceleración.

El órgano encargado del equilibrio es el oído, específicamente en el oido interno, en una


estructura llamada complejo vestibular. El complejo o sistema vestibular está compuesto
por canales revestidos de células ciliadas y lleno de líquido. Estos receptores responden a
los cambios en la rotación, aceleración vertical u horizontal y el posicionamiento.
La etapa de la adolescencia

La adolescencia es la edad que sucede a la niñez y que transcurre desde la pubertad


hasta la edad adulta. Se acompaña de intensos cambios físicos, psicológicos,
emocionales y sociales.

Desde el punto de vista biológico es el periodo más sano de la vida y la mayoría de los
jóvenes se sienten con buena salud. Sin embargo, es una etapa de grandes riesgos, ya
que la mayoría de los problemas y necesidades de salud del adolescente se extenderán a
la edad adulta: uso de drogas, conductas sexuales arriesgadas, obesidad, embarazos,
violencia, problemas nutricionales, de salud mental… y tendrán una repercusión en su
estilo de vida y salud futura.
La adolescencia se suele dividir en tres etapas:
 Adolescencia temprana: abarca aproximadamente desde los 10 u 11 años hasta los 14.
Se caracteriza fundamentalmente por el inicio de la pubertad, donde se producen los
grandes cambios físicos, que afectan al crecimiento y maduración sexual.
 Adolescencia media: entre los 15 y los 17 años. Caracterizada, sobre todo, por los
conflictos familiares, debido a la importancia que adquiere el grupo.
 Adolescencia tardía: desde los 18 a los 21 años. Caracterizada por la reaceptación de
los valores paternos y por asumir las tareas y responsabilidades propias de la edad
adulta.

Crecimiento y desarrollo

En la adolescencia se logra el 25% de la talla adulta y el 25-50% del peso ideal del adulto.
Los cambios más llamativos tienen lugar en la esfera sexual, ya que en esta etapa se
adquiere la fertilidad.
En las chicas, el primer signo de desarrollo puberal es el aumento del botón mamario que
se inicia a los 8 años. El pico máximo de velocidad en altura ocurre pronto, mientras que
la primera menstruación es un evento tardío (12,8 años) y señala la disminución del
crecimiento (media 7 cm).
En los chicos, la pubertad puede suceder 2 años más tarde. El primer signo de desarrollo
puberal es el aumento del volumen testicular, que puede aparecer alrededor de los 9
años. El pico de máxima velocidad en altura es tardío.
Es importante saber que hay grandes variaciones individuales entre los adolescentes,
lo que aumenta la confusión al compararse con sus compañeros continuamente.

Desarrollo psicosocial

Existe un amplio rango de normalidad en la conducta y en el desarrollo psicosocial. La


adolescencia constituye una etapa puente, en la que se abandonan comportamientos y
actitudes infantiles para encaminarse a formar la identidad de un individuo joven.
Adolescencia temprana: 10-13 años
Los adolescentes tienen menos interés por los padres y cambian su comportamiento y su
humor. Se produce un vacío emocional que en ocasiones se manifiesta por la disminución
del rendimiento.
Sienten preocupación por su cuerpo y los cambios. Se hacen preguntas como “¿soy
normal?”. Los padres debemos saber dar respuesta y tener cuidado con los comentarios
para mantener su autoestima y su seguridad.
Tienen un gran interés por amigos del mismo sexo, cuyas opiniones adquieren gran
importancia. Por eso es importante procurar que sean relaciones que aporten valores
positivos: deporte, música… Existe una gran presión del grupo en la toma de
decisiones.
En esta etapa mejoran las capacidades cognitivas, aparecen objetivos vocacionales
idealistas e irreales como convertirse en modelos, estrellas de rock…, y tienen una
necesidad de intimidad (diaria). Además, empiezan con la falta de control de impulsos,
desafiando a la autoridad y dando lugar a conductas arriesgadas o peligrosas.
Consejos para padres:
 Mantener una buena comunicación con los hijos, interesándonos por sus amigos, el
colegio y sus logros alcanzados.
 Estimular el sentido de la responsabilidad, del respeto hacia los demás y ayudarles a
desarrollar su criterio de lo que es correcto y lo que no.
 Favorecer la realización de deporte de grupo, lectura, hacer cosas en familia…
 Utilizar la disciplina para guiarlos y protegerlos, estableciendo reglas claras.

Adolescencia media: 14-17 años


Es la época de máximo conflicto con los padres, ya que tienen afán de contradicción. Se
vuelven más independientes, con personalidad e intereses propios, aunque los padres
todavía son muy importantes.
Comienza la aceptación de sus cuerpos y tienen interés por hacerlos más atractivos. Hay
que extremar la precaución porque son muy sensibles a los mensajes publicitarios y a
las modas.
Esta es la etapa de máxima interacción con los amigos y sus valores, las diferentes
formas de vestir… y se separan más de la familia. Empiezan, también, las relaciones
heterosexuales.
Aumenta su capacidad intelectual y creativa. Los objetivos no son tan idealistas y van
notando sus limitaciones. Es importante tener mucho cuidado con la autoestima. También
aparecen los sentimientos de omnipotencia e inmortalidad que conducen a
comportamientos de riesgo: accidentes, drogadicción, embarazos…
Consejos para padres:
 Ser honesto y directo con nuestros hijos cuando le hablemos de temas delicados como
las drogas, el alcohol, el hábito de fumar y las relaciones sexuales.
 Ayudarles a tomar decisiones saludables y, a su vez, animarlos a tomar sus propias
decisiones.
 Respetar las opiniones de los hijos y tener en cuenta sus ideas y sentimientos. Es
importante que sepan que les escuchamos.
 Animarles a realizar actividad física. Pueden entrar en un equipo o practicar un deporte
individual. Las tareas domésticas como cortar el césped, sacar el perro a pasear y lavar el
automóvil también sirven para que se mantengan activos.
 Alentarles a que duerman lo necesario, a que hagan suficiente ejercicio, y a que se
alimenten de forma saludable y equilibrada. Es importante comer en familia.
Adolescencia tardía: 18-21 años
En esta época los adolescentes reaceptan los valores y consejos paternos. Siguen
dependiendo de los padres, ya que tienen dificultades para conseguir la independencia
económica.
Se completan el crecimiento y el desarrollo puberal, los cambios son aceptados, pero la
imagen preocupa si hay alguna anomalía.
Los amigos y el grupo son menos importantes. Empiezan las relaciones íntimas y se
establecen las parejas.
Durante esta fase, los adolescentes desarrollan sus propias opiniones y su personalidad.
Se muestran más preocupados por sus estudios, planes y trabajo futuros. Hay una
delimitación de valores religiosos, morales y sexuales y se establece la capacidad de
comprometerse y fijar límites.
Hay que saber conocer todos estos cambios e intervenir cuando se generen conflictos
que puedan repercutir en su salud y en la familia.

Factores de riesgo y protección en la adolescencia

Los adolescentes no forman un grupo homogéneo y cada uno responde a las


situaciones de la vida de forma personal y única, influido por diferentes factores de
riesgo y protección (resiliencia).
El comportamiento de los jóvenes ha cambiado. Son consumidores de moda y tecnología,
la cultura del ocio ha sustituido al esfuerzo personal, hay una tendencia al aislamiento
social y al uso de redes sociales. Los adolescentes de hoy en día no son mejores ni
peores que en otras épocas, sino que su comportamiento es el reflejo de la sociedad que
les ha tocado vivir.
La familia es un pilar básico en los jóvenes que también ha cambiado. Se ha reducido su
tamaño, hay nuevas formas familiares, han aumentado las separaciones, los padres son
más permisivos…
Por tanto, ya que los adolescentes son el reflejo del entorno y la familia que le rodea, será
importante:
 A nivel familiar: dedicarles tiempo de calidad y hacerles sentir queridos, premiar sus
logros y favorecer el desarrollo de amistades. En definitiva, desarrollar un equilibrio entre
apoyo, tolerancia y límites adecuados.
 A nivel comunidad: promover actividades recreativas, educacionales, deportivas y
sociales para adolescentes, dar apoyo a las familias y ofrecer servicios integrales de salud
y educación para adolescentes.

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