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DESARROLLO, DISPUTAS

SOCIO-TERRITORIALES Y
VIOLENCIA EN MÉXICO
DISPUTAS SOCIO
TERRITORIALES EN MÉXICO

E
ste libro surgió del Pre Congreso AMER 2017 “De-
sarrollo, disputas socio-territoriales y violencia en el COORDINADORES: ROSALÍA VÁZQUEZ TORIZ Y FABIÀN AJEJANDRO GERÒNIMO CASTILLO
medio rural” que se desarrolló conjuntamente con el

DISPUTAS SOCIOTERRITORIALES EN MÉXICO


4to. Seminario Internacional del Centro de Estudios del De-
sarrollo Económico y Social (CEDES), efectuado el 10, 11
y 12 agosto de 2016, en las instalaciones del CEDES, de la
Facultad de Economía de la Benemérita Universidad Autó-
noma de Puebla, México.
El evento tuvo como objetivo discutir bajo sus tres ejes
los dilemas a los que se enfrentan distintos sujetos y acto-
res sociales en el ámbito productivo, social y político, en un
entorno de disputas y reconfiguraciones territoriales, vio-
lencia, impunidad y polarización social que trastoca la vida
de todos y todas.
Con la globalización económica y social, la expansión
del capital avanzó sobre bienes comunes y públicos, en su
proceso de mercantilización y privatización de la natura-
leza, profundizando tendencias y exacerbando el despojo
de los territorios, frente a una sociedad que resiste y se re-
produce en medio de escenarios de violencia cada vez más
recurrentes.

Incunabula

2
Colección:
desarrollo, disputas socio
territoriales y violencia en méxico

Coordinadoras de la colección:
Susana Edith Rappo Míguez
y Rosalía Vázquez Toríz

Incunabula
volumen 2 / disputas socio
territoriales en méxico

Coordinadores del volumen:


Rosalía Vázquez Toríz, Fabián Gerónimo
y Susana Edith Rappo Miguez
Primera edición: 2019
ISBN BUAP: 978-607-525-674-0

DR © Benemérita Universidad Autónoma de Puebla


4 sur 104, Col. Centro Histórico, Puebla, Pue. CP 72000
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BENEMÉRITA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE PUEBLA•


Rector: José Alfonso Esparza Ortiz • Secretario General: José Jaime Vázquez
López • Vicerrector de Extensión y Difusión de la Cultura: José Carlos Becerra
Suárez • Director General de Pueblicaciones: Hugo Vargas Comsille • Director
de la Faculta de Economía: Salvador Pérez Mendoza
índice

prólogo 7

presentación 11

Apartado 1
Conflictos en zonas rurales....19

La educación desde la comunidad indígena Nna’nncue Ñomndaa de


Suljaa’, Guerrero: estrategias de resistencia cultural en el contexto de
un nuevo discurso de la etnicidad en México...21
Laura Priscila Tercero Cruz

“Del despojo, a la identidad diluida, el caso de San Antonio Huitz-


quilico” Un análisis sobre el proceso de aculturación a partir del
despojo de la lengua Tének.....41
César Javier Galván Meza, Vilma Gómez Anaya
y Sidronio Pascual Pérez

Ya no quieren que abramos más terrenos para


sembrar pero ¿de qué vamos a vivir?” Conflicto social
en la Reserva de la Biosfera Tehuacán-Cuicatlán.
El caso de localidad de San Juan Raya, Puebla.....55
César Durán Zepeda

Apartado 2.
Conflictos en zonas periurbanas.....73

“Y nos cambió la mirada”. Habitus, identidad y conflicto en las áreas


de interfase rural-urbana.....75
José Álvaro Hernández Flores
Efectos del fenómeno de periurbanización en la reconfiguración de
identidades territoriales: el caso de los fraccionamientos Geovillas
de Terranova y Real del Valle.....95
Anatali Cruz Cardozo

Efectos de la periurbanización en la apropiación del agua


para riego: el caso de los sistemas de riego Canal Principal
Las fuentes y Canal General Chapultepec. Aproximaciones
desde el marco de análisis del manejo del Recurso de
Propiedad Común de Elinor Ostrom.....111
Gaia Alejandra Troncoso Arredondo

Territorios y metropolización en Jalisco: reconfiguración


de la frontera agrícola del Valle de Tesistán.....127
Juan Patricio Castro Ibáñez, Israel Durán Jiménez
y Fernando López

apartado 3.
Conflictos en zonas urbanas.....145

Las mujeres rurales: el trabajo asalariado en las maquiladoras. Una


caracterización desde el tiempo.....147
Miriam Quiroz Ramírez

Educación intercultural, población indígena no católica


y adaptación a centros urbanos en Sonora.....163
Jaime Uribe Cortez

Megaproyectos ecoturísticos en el espacio rural maya,


de la apropiación social a la apropiación capitalista
del patrimonio biocultural.....179
Lirio Azahalia González Luna
prólogo

Susana Edith Rappo Miguez


Rosalía Vázquez Toríz

D
esde diversas miradas y voces en esta colección se abordan
distintas problemáticas y experiencias sociales en torno al
desarrollo, las disputas socio-territoriales y la violencia en el
medio rural mexicano; de manera particular se reflexiona sobre los
dilemas que enfrentan distintos sujetos y actores sociales en el ámbito
productivo, social y político, en un escenario de conflictos y reconfi-
guraciones territoriales, violencia, impunidad y polarización social
que trastoca la vida de todos y todas.
Con la globalización económica y social, la expansión del capital
avanzó sobre bienes comunes y públicos mercantilizando y privatizan-
do la naturaleza, profundizando tendencias y exacerbando el despojo de
los territorios, frente a una sociedad que resiste, se adapta y se reproduce
en medio de escenarios de violencia cada vez más recurrentes.
A más de treinta años de que el Estado mexicano se volcara de un
modelo de crecimiento económico basado en la sustitución de im-
portaciones al neoliberal, el país ha atravesado por profundas trans-
formaciones cada vez más complejas. Las reformas constitucionales,
el desmantelamiento paraestatal, la desigualdad y la polarización eco-
nómica, la desvalorización de las actividades del campo en un entor-
no de crisis ambiental y de ausencia de políticas públicas integrales,
la migración, la reconfiguración productiva, social y de los territo-
rios, en medio del avance del narcotráfico y el crimen organizado, los
desplazamientos, desapariciones y asesinados frente a los procesos
de resistencia y luchas de organizaciones sociales, de productores y
ciudadanos entre otros, forman parte de este conjunto diverso y cam-
biante que afectan a la sociedad rural mexicana.

[7]
8 · Prólogo

Ante estas problemáticas y desde el análisis y las reflexiones que


se presentan en los 24 artículos que componen la colección, se hace
evidente la vulnerabilidad a la que están expuestos los territorios y sus
poblaciones, al mismo tiempo que las políticas del Estado, sus insti-
tuciones y el accionar de los gobiernos neoliberales se presentan cada
día más al servicio de la reproducción de un capitalismo depredador
y salvaje que busca cambiar la forma de vida de los pueblos, violen-
tado y criminalizando los procesos de resistencia social frente a una
sociedad que sigue produciendo y pugnando por su derecho a existir.
Las temáticas que se abordan en la colección responde a los ejes
de discusión que dieron estructura al llamado que el Centro de Es-
tudios del Desarrollo Económico y Social (CEDES) de la Benemérita
Universidad Autónoma de Puebla y la Asociación Mexicana de Estu-
dios Rurales (AMER) hicieron a investigadores/as y diversos actores
sociales para compartir experiencias y saberes sobre el acontecer del
mundo rural, estableciendo puentes discusión con la realidad que se
observa desde otras miradas y disciplinas.1
Cabe destacar que las perspectivas desde la que se abordan las
problemáticas expuestas en esta colección estuvieron influenciadas
por la metodología de trabajo que se asumió en el encuentro y en
mesas de diálogo, y que abrevan de la experiencia de la AMER y la
relevancia que también tiene la voz de los actores sociales en los pro-
yectos de investigación que se desarrollan en el CEDES, desde donde
se busca enriquecer los debates y la comprensión de la sociedad ac-
tual. Así, los artículos de cada volumen son producto de un ejercicio
sobre nuevas formas y estrategias de relación con los actores rurales
y de acercamiento a la comprensión y difusión de sus problemáticas.
Desde una perspectiva amplia, la colección de tres volúmenes que
aquí se presentan documenta parte de los procesos y cambios en el
mundo rural, así como las preocupaciones, potencialidades y utopías
de sujetos y actores sociales que son recogidas y visibilizadas a partir
de los trabajos que investigadores y estudiantes realizan en diversos
ámbitos institucionales. Recupera diversos marcos teórico–metodo-

1.El ejercicio de reflexión conjunta a la que se alude se realizó en el marco del


Pre-Congreso AMER 2017 “Desarrollo, disputas socio-territoriales y violencia en el
medio rural” que se desarrolló conjuntamente con el 4to. Seminario Internacional
del Centro de Estudios del Desarrollo Económico y Social (CEDES), efectuado el 10,
11 y 12 agosto de 2016, en las instalaciones del CEDES, de la Facultad de Economía
de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, México
Susana Edith Rappo Miguez y Rosalía Vázquez Toríz · 9

lógicos así como diversos enfoques para el abordaje de las problemá-


ticas que han sido colocadas por las autoras y autores como el centro
de sus preocupaciones y que muestran la complejidad de la reproduc-
ción en un mundo rural que, en medio de las dificultades, la violencia
y el despojo, refrenda su existencia y propone nuevas formas para
enfrentar con sus acciones esos convulsos y renovados escenarios.
El volumen 1, Dinámicas productivas, alimentación y políticas pú-
blicas en el medio rural, coordinado por Rosalio Valseca Rojas y Be-
nito Ramírez Valverde, se compone de ocho capítulos donde sus au-
toras y autores abordan algunas de las problemáticas que enfrentan la
población rural en el desarrollo de sus actividades económicas, como
lo que ocurre en la producción artesal de papel amate, en la desti-
lación de mezcal bajo criterios de denominación de origen, y en la
producción y comercialización de hortalizas en un entorno mundial
y nacional que no les favorece. Asimismo, y desde el reconocimien-
to e importancia de los sistemas bioculturales en el mundo rural, se
aborda las prácticas de las y los campesinos e indígenas para contar
con alimentación variada, culturalmente aceptable y producida de
manera sustentable. En contraste a estos esfuerzos que fortalecen los
modos de vida locales y las economías campesinas, en otros trabajos
y desde distintas aristas se revisan políticas gubernamentales dirigi-
das a pequeños productores en materia de fomento a la producción,
combate a la pobreza y protección de la naturaleza.
El volumen 2, Disputas Socio-Territoriales en México, coordinado
por Rosalía Vázquez Toríz, Fabián Gerónimo y Susana Edith Rappo
Miguez, trata sobre las disputas socio-territoriales frente a la expan-
sión del capital que se expresa en megaproyectos, nuevas urbaniza-
ciones y en renovadas periferias frente a los procesos de adaptación,
cambios y resistencias en diversos ámbitos y procesos de la vida ru-
ral. Diez capítulos componen este volumen que centran su análisis
en los conflictos derivados de los procesos de periurbanización y
metropolización, la reconfiguración de identidades, megaproyectos y
despojo, expresión de las nuevas tendencias en el mundo rural donde
las construcciones desde abajo y en diferentes dimensiones como la
educación, evidencian las acciones que despliegan mujeres y hombres
en la construcción de opciones de vida en el ámbito rural y en muy
diversos territorios.
En el volumen 3, Violencia en el medio rural e indígena, sus distintas
expresiones, coordinado por Verónica Rodríguez Cabrera y Alejandra
10 · Prólogo

López, se centra en la violencia que hoy se vive en el mundo rural


de nuestro país. Si bien la violencia ha acompañado al devenir del
campo mexicano, hoy tiene nuevas expresiones y énfasis. Se presenta
asociada al narcotráfico, al crimen organizado, a los desplazamientos
de la población migrante, en ámbitos que van desde lo educativo a lo
productivo, al mismo tiempo que se mantiene la criminalización y
represión a los movimientos y organizaciones sociales que defienden
sus formas de vida y bienes comunes, materiales y simbólicos, fren-
te a la expansión de proyectos que buscan despojarlos utilizando la
violencia de Estado para logarlo. Seis capítulos componen este tercer
volumen y muestran a partir de su diversidad, la forma en que hom-
bres y mujeres deben enfrentar cotidianamente la violencia en la cual
están inmersos, así como las formas en que resisten y se han organi-
zado en este México convulso, donde la muerte y las desapariciones
de mujeres y hombres está presente a lo largo y ancho del territorio
nacional.
Donde todavía nos faltan 43 pero con la esperanza renovada en
la democracia que hoy se ha instalado en México, esperamos que la
violencia, la impunidad y la injusticia sean cosa del pasado y que la
vida en todas sus expresiones tome nuevamente su lugar en el campo
mexicano.
introducción

El primer apartado de este libro lo titulamos Conflictos en zonas ru-


rales, incluye 3 capítulos, el primero de ellos titulado La educación
desde la comunidad indígena Nna’nncue Ñomndaa de Suljaa’, Guerre-
ro: estrategias de resistencia cultural en el contexto de un nuevo discur-
so de la etnicidad en México de Laura Priscila Tercero Cruz, expone la
práctica de un modelo de educación indígena alternativo dentro del
sistema oficial de educación indígena realizada en Xochistlahuaca,
Guerrero. Parte del análisis de este caso, para situarnos en un proceso
socio político más amplio, donde los pueblos indígenas de México
se encuentran en una lucha constante por el reconocimiento a sus
territorios e identidad.
A principios de 1990, cuando un grupo de indígenas amuzgo, do-
centes de educación básica, ante el desplazamiento y pérdida de su
identidad, comenzaron a fortalecer su lengua originaria y la cultu-
ra a través de la incidencia en los espacios escolares. El contexto en
el que surgía esta inquietud fue que la mayoría de los profesores no
tenía una formación pedagógica formal y carecían de los elementos
lingüísticos para leer y escribir en su lengua originaria. Por otro lado,
existía un fuerte sentimiento de inferioridad y discriminación, que
identificaron como resabios de la exclusión social que viven los pue-
blos originarios. El encuentro con otras experiencias permitió a los
docentes tener un proceso de concientización de su práctica docente
y construir procesos de enseñanza-aprendizaje desde abajo.
Con los años, han diseñado estrategias de resistencia cultural y
política ante los cambios sociales que la sociedad mexicana está vi-
viendo tanto en el ámbito de las políticas educativas como en las po-
líticas sociales en el medio rural.

[11]
12 · Disputas socio-territoriales en México

El segundo capítulo, César Galván, Vilma Gómez y Sidronio Pas-


cual lo titulan Del despojo, a la identidad diluida, el caso de San An-
tonio Huitzquilico Un análisis sobre el proceso de aculturación a partir
del despojo de la lengua Tének, donde explican cómo actualmente en
nuestro país se habla de la gran riqueza cultural como un gran mo-
saico que adhiere muchos matices, de esta manera la preservación
de la cultura, en su diversidad lingüística, se vuelve una prioridad. El
discurso oficial utiliza frases como “debemos rescatar lenguas en pe-
ligro”. Quienes vivimos en las comunidades podemos darnos cuenta
que estas afirmaciones están lejos del objetivo planteado. Hoy son los
adultos quienes hablan lenguas indígenas en nuestro país. Se observa
que en la comunidad de San Antonio Huitzquilico los jóvenes no tie-
nen la voluntad de continuar preservando la herencia de sus padres y
abuelos y sufren de discriminación cuando deben salir de su comu-
nidad en busca de trabajo que les genere ingreso para subirse al tren
de la modernidad que demanda consumo, y para integrarse a una
sociedad global inmersa en el consumismo, que mina al individualis-
mo y deja de lado la integración de la comunidad. ¿Por qué hablar su
lengua materna?, y si la situación sigue así ¿cómo se podrá garantizar
la preservación de la lengua Tének a futuras generaciones?, ¿cuántas
tradiciones se diluirán?, y con ello tantos saberes ancestrales, hereda-
dos de generación en generación
En el último capítulo de este apartado titulado“Ya no quieren que
abramos más terrenos para sembrar pero ¿de qué vamos a vivir?” Con-
flicto social en la Reserva de la Biosfera Tehuacán-Cuicatlán. El caso
de localidad de San Juan Raya, Puebla, César Durán Zepeda expone
cómo en las últimas décadas, el Estado mexicano ha buscado con-
trarrestar la degradación ambiental y la pobreza socioeconómica a
través de la adopción de políticas neoliberales, respondiendo, así, a
los parámetros internacionales sobre el conservacionismo y el mul-
ticulturalismo. No obstante, los intereses del Estado en torno al uso
del territorio difieren de los intereses de las poblaciones, generándose
una serie de conflictos por los recursos. Tal es el caso de la declara-
ción de la Reserva de la Biosfera Tehuacán-Cuicatlán que dio origen a
una serie de conflictos sociales en la población de San Juan Raya “una
de las localidades que quedaron inscritas dentro de la Reserva” por el
cambio en el acceso y uso del territorio y los recursos naturales que
modificó sus actividades de subsistencia. Así, frente a los discursos
que apuntalan la biodiversidad y la diversidad cultural como nuevas
Introducción · 13

posibilidades de inversión de capital, y frente a las “bondades” del tu-


rismo para la inclusión socioeconómica de los grupos humanos me-
nos favorecidos, es importante analizar críticamente la Reserva de la
Biosfera Tehuacán Cuicatlán como una nueva forma de apropiación
del territorio apuntalada por el Estado mexicano y organismos inter-
nacionales. Esta capítulo busca dar cuenta de los conflictos sociales
en San Juan Raya a partir del trabajo etnográfico realizado entre 2011
y 2013 y evidenciar las contradicciones de las políticas conservacio-
nistas neoliberales desde una perspectiva antropológica.
El segundo apartado del libro lo denominamos Conflictos en
zonas periurbanas. El primer capítulo lleva por título Y nos cambió
la mirada. Habitus, identidad y conflicto en las áreas de interfase ru-
ral-urbana, de autoría de Álvaro Hernández, donde presenta cómo
en términos generales, el periurbano se define como el espacio ubi-
cado en las periferias de las ciudades y de su exterior, el cual es esce-
nario de transformaciones profundas sobre los planos demográfico,
económico, social, político y cultural.
Las áreas periurbanas, en su calidad de espacios de transición,
ofrecen un espectro muy amplio de prácticas sociales, modos de vida,
identidades y actores que comparten características tanto del mundo
rural como del urbano.
La composición social heterogénea y dinámica de los sistemas pe-
riurbanos es con frecuencia foco de conflictos de diversa índole en-
tre actores pertenecientes a ámbitos territoriales distintos, los cuales
poseen inicialmente formas diferentes de vivir, de producir, de pen-
sar, es decir, de aprehender el espacio que ocupan. Al mismo tiempo
constituye un ámbito favorable para la reconstitución identitaria y la
reformulación de los sistemas de valores, ideas y prácticas.
Tomando como referente las categorías sociológicas de “habitus”
e identidad, se pretende dar cuenta de las transformaciones que han
experimentado los habitantes de tres localidades periurbanas, de ori-
gen rural, en términos de sus esquemas identitarios, de percepción,
de valoración y de acción sobre el mundo social. De igual manera, se
busca perfilar los conflictos más relevantes asociados a dichos cam-
bios, así como las repercusiones más relevantes en los campos econó-
mico, social, cultural y simbólico.
En el segundo capítulo de este apartado titulado Efectos del fenó-
meno de periurbanización en la reconfiguración de identidades territo-

[13]
14 · Disputas socio-territoriales en México

riales: el caso de los fraccionamientos Geovillas de Terranova y Real del


Valle, Anatali Cruz Cardozo explica cómo asociado al proceso de glo-
balización las ciudades tienden a extenderse absorbiendo territorios
rurales, cómo parte de la mercantilización del suelo se ha promovido
la construcción de fraccionamientos habitacionales de gran tamaño;
lo cual conlleva a una lógica de saqueo y uso de la tierra como simple
mercancía. Además, el derecho a una vivienda digna sirve como dis-
curso legitimador a los gobiernos que permiten a las constructoras la
destrucción de los ecosistemas y las comunidades rurales.
En este capítulo se busca resaltar el hecho de que los cambios en el
uso de suelo agrícola a urbano no solo han transformado el medio am-
biente, sino que también han impactado en el sistema cultural de los
habitantes, obligando a que las formas de apropiación del espacio se
modifiquen y con ello que florezcan nuevas identidades territoriales.
Los fraccionamientos Geovillas de Terranova y Real del Valle son
un interesante caso de estudio ya que juntos ofrecen un total de 12,928
viviendas, lo que sin duda ha impactado de gran manera el espacio
físico y simbólico que hoy ocupan. Así que se muestra un primer acer-
camiento a la forma en que se presentan algunas interacciones sociales
entre los habitantes de los fraccionamientos y los habitantes de las co-
lonias que los rodean; cabe señalar que esta es una investigación que
se encuentra en proceso de realización.
El capítulo siguiente, Alejandra Troncoso lo titula Efectos de la
periurbanización en la apropiación del agua para riego: el caso de los
sistemas de riego Canal Principal Las fuentes y Canal General Cha-
pultepec. Aproximaciones desde el marco de análisis del manejo del
Recurso de Propiedad Común de Elinor Ostrom. El objetivo de este
capítulo es caracterizar al trabajo en los entornos rurales a partir del
tiempo que los sujetos le destinan. Lo anterior evidencia que lo ru-
ral se ha visto inmerso en frecuentes cambios y continuidades, dados
diferentes procesos sociales y económicos, derivando en una serie de
reacomodos y concepciones acerca del tiempo. Ejemplo de esto son
las trasnacionales maquiladoras textiles que han venido a constituirse
como una de las estrategias de los actores rurales para la obtención
de recursos monetarios, empleados en la manutención de las familias
ante una práctica agrícola que es identificada como deficitaria. De
esta manera, el tiempo de trabajo en la maquiladora se describe con
base en referentes de productividad y salario que lo diferencian de
otras actividades llevadas a cabo en lo rural y puntualizadas en con-
Introducción · 15

traposición, por lo que el trabajo es una forma de apropiación parti-


cular del tiempo que media con los elementos sociales de colectivos
determinados.
De esta lógica participan las mujeres rurales, quienes se han ido
ubicando en los ámbitos laborales, a la vez que mantienen su parti-
cipación en los domésticos. Ambos constituidos desde una mirada
específica sobre ellas y de cómo son vistas por otros, ubicándolas en
una serie de prohibiciones y permisiones. Por lo que las dos prácticas
reflejan una concepción sobre el trabajo, evidenciando cómo éste ha
cobrado diferentes significados que tienen que ver con la configura-
ción y uso que los actores hacen del tiempo.
Cierra este apartado el capítulo titulado Territorios y metropoli-
zación en Jalisco: reconfiguración de la frontera agrícola del Valle de
Tesistán, donde Juan Patricio Castro Ibáñez, Israel Durán Jiménez y
Fernando López tiene como objetivo identificar la reconfiguración
del territorio y los procesos de metropolización, como elementos cla-
ves de la perturbación en la frontera agrícola del Valle de Tesistán,
municipio de Zapopan, Jalisco. La entidad jalisciense cuenta con 3
zonas metropolitanas. El Valle de Tesistán se localiza en el municipio
de Zapopan, que al lado de otros ocho municipios integra la Zona
Metropolitana de Guadalajara. Hace tres décadas este Valle de Te-
sistán constituía un enclave de la producción maicera en México, sin
embargo, dicha condición tiende a cambiar gracias a la perturbación
de la frontera agrícola influyendo en la pérdida de suelos de buena
calidad y su reconfiguración hacia la siembra de viviendas (construc-
ción), así como el establecimiento de parques industriales, en una
lógica del mercado prevaleciente y ejerciendo hacia una conversión
de la tierra en una mercancía cotizable con altos dividendos para los
especuladores inmobiliarios y como resultado consecuente: el detri-
mento de la frontera agrícola y la reconfiguración del territorio.
Para recabar evidencias se entrevistó a pobladores del territorio,
asimismo la consulta de documentos como planes de desarrollo ur-
bano, cartas topográficas y fotografías. Es necesario la delimitación y
preservación de la frontera agrícola, lo que permite garantizar la pro-
ducción de alimentos para la seguridad alimentaria con una raciona-
lidad sustentable como bien público indispensable para las presentes
y futuras generaciones.
El último apartado de este libro lo titulamos Conflictos en zonas
urbanas. El primer capítulo que lo integra es de Miriam Quiroz, Las
16 · Disputas socio-territoriales en México

mujeres rurales: el trabajo asalariado en las maquiladoras. Una carac-


terización desde el tiempo. El objetivo del capítulo es caracterizar al
trabajo en los entornos rurales a partir del tiempo que los sujetos des-
tinan a ello. Lo anterior evidencia que lo rural se ha visto inmerso en
constantes cambios y continuidades debido a los diferentes procesos
sociales y económicos, derivando en una serie de reacomodos y con-
cepciones acerca del medio que los rodea y de sus prácticas. Ejemplo
de esto son las trasnacionales maquiladoras que han venido a cons-
tituirse como una de las estrategias de los actores rurales para la ob-
tención de recursos monetarios, empleados en la mantención de las
familias rurales ante una práctica agrícola que es identificada como
deficitaria. De esta manera, el tiempo de trabajo en la maquiladora
se describe con base en referentes de productividad y salario que lo
diferencian de otras actividades llevadas a cabo en él y puntualizadas
en contraposición. Por lo que el trabajo es una forma de apropiación
particular del tiempo que media con los elementos sociales de colec-
tivos determinados.
De esta lógica participan las mujeres rurales, quienes se han ido
ubicando en los ámbitos laborales a la vez que mantienen su partici-
pación en los domésticos. Ambos constituidos de una mirada espe-
cífica sobre las mujeres y de cómo son vistos por otros, ubicándolas
en una serie de prohibiciones y permisiones. Por lo que ambas prácti-
cas reflejan una concepción específica sobre el trabajo, evidenciando
cómo éste ha cobrado diferentes significados que tienen que ver con
la configuración y uso que los actores hacen del tiempo.
El penúltimo capítulo del libro Jaime Uribe lo tituló Educación in-
tercultural, población indígena no católica y adaptación a centros urba-
nos en Sonora. En este apartado se refleja la necesidad de establecer una
educación intercultural como un mecanismo de contención de conflic-
tos entre personas de distintas etnias y religiones. Las desavenencias
entre las personas se han desarrollado como un aspecto esencial de
la dinámica cotidiana en todo México; muchas veces se han quedado
como tal y no se ha encontrado soluciones. En Sonora existe una abun-
dancia de grupos étnicos (indígenas) y de expresiones eclesiales de cor-
te, pentecostal y presbiterianos, que favorecen el surgimiento de puntos
de vista encontrados o mejor dicho, sin encontrarse, lo cual es necesa-
rio conciliar. Por ello, se propone la educación intercultural como un
mecanismo mediante el cual los grupos encuentran la forma de ami-
norar sus desencuentros y hallar puentes de convivencia con armonía.
Introducción · 17

Cierra el libro el capítulo titulado Megaproyectos ecoturísticos en el


espacio rural maya, de la apropiación social a la apropiación capitalista
del patrimonio biocultural de Lirio González, donde explica cómo la
península de Yucatán es uno de los territorios geopolíticos impor-
tantes del Caribe Mexicano y sus recursos naturales son objeto de
apropiación del capital mediante formas renovadas, expresiones del
neoliberalismo actual que encuentra en el despojo de los bienes na-
turales escasos, impulsos para el proceso de acumulación del capital.
Una de estas formas de apropiación se realiza a través de proyectos
ecoturísticos y políticas gubernamentales que se replican en el terri-
torio maya. Con ello se crean condiciones que permiten homogenei-
zar y valorar económicamente los recursos naturales a través de esta
actividad ofrecida como estrategia de desarrollo en el espacio rural y
por medio de proyectos productivos que son impulsados por coope-
rativas de pescadores o campesinos. A partir de que el gobierno de
Yucatán se apropió del proyecto ecoturístico “El Corchito” a través de
la construcción de un parador turístico administrado por una de sus
instituciones, se reflexiona sobre las condiciones materiales de repro-
ducción del capital que valorizan económicamente la biodiversidad
a través de los servicios recreativos. Este ejemplo resulta clave para
identificar que cuando la propiedad de la tierra no está en manos de
las cooperativas que impulsan el ecoturismo, especialmente en man-
glares y que tienen éxito comercial, el gobierno del estado, con su
legislación y atribuciones políticas, arrebata a sus usufructuarios los
recursos, quienes terminan siendo asalariados. La problemática per-
mite observar que el avance espacial sobre el territorio, va más allá,
implica que el proceso de acumulación del capital se abre paso, esta
vez con megaproyectos ecoturísticos.
Apartado 1
Conflictos en zonas rurales
la educación desde la comunidad
indígena nna’nncue nomndaa de suljaa’,
guerrero: estrategias de resistencia
cultural en el contexto de un nuevo
discurso de la etnicidad en méxico

Laura Priscila Tercero Cruz1

1. Rasgos de la localidad

Xochistlahuaca o Suljaa’ en lengua ñomndaa, del municipio de Xo-


chistlahuaca, es una comunidad indígena que se ubica en el territorio
medio de las regiones culturales de la Costa Chica y la Montaña de
Guerrero. Los habitantes de este territorio se denominan a sí mismos
nn’anncue ñomndaa. Estas palabras se compone por los vocablos
Nn’an, que significa gente o personas y el sufijo ncue, que es el deno-
minativo de este pueblo y denota su identidad.
La lengua, conocida como amuzgo en el habla hispana, se llama
Ñ’oom ndaa, (término formal) o Ñomndaa, contracción del término
formal, la cual más usual en el habla cotidiano. De acuerdo a estudios
de López Guzmán (1997) y Valtierra (2012) es una palabra compues-
ta de N’oom que significa lengua o palabra y Ndaa que significa agua
o líquido, es decir la palabra del agua.
He utilizado la autodenominación nn’anncue ñomndaa, gente que
habla la palabra del agua, para hacer alusión a los amuzgos, aunque
también uso este gentilicio. Para hacer referencia al nombre de la len-
gua, utilizo su propio vocablo ñomndaa. De igual forma, empleo la
denominación Suljaa’ para referirme a la localidad de Xochistlahuaca,
aunque también utilizo esta última designación. Para hacer mención
de los maestros amuzgos manejo en distintos momentos, su propia
acepción: maestroncue o maestroncue ñomndaa.

1. Programa de Posgrado en Geografía. Línea Sociedad y Territorio. Instituto de


Geografía-Facultad de Filosofía y Letras, Universidad Nacional Autónoma de Méxi-
co. Correo electrónico: priscilatcr@gmail.com

[21]
22 · Disputas socio-territoriales en México

La localidad de Suljaa’ es la cabecera municipal, tiene un total de


4,152 habitantes; de acuerdo al Censo del INEGI (Instituto Nacional
de Estadística, Geografía e Informática) del año 2010. En este terri-
torio en el año 2000, nació desde el pueblo nn’anncue ñomndaa una
nueva propuesta pedagógica de educación primaria cristalizada en
el proyecto educativo “Cwii Scwelacantyja ‘naan’ chiuuwaana Nn-
cwanto’ Ts’an o en español Una escuela para la vida, en la primaria El
Porvenir Turno Vespertino, el cual en términos generales reconoce
e integra saberes educativos y pedagógicos comunitarios y simbóli-
camente significativos de Suljaa’, los cuales contrastan con el modelo
hegemónico de educación indígena oficial en México.

2. Panorama social y educativo de Guerrero, el municipio de


Xochistlahuaca y la localidad de Xochistlahuaca

De acuerdo al Censo de Población y Vivienda del 2010, el 82.5% de


la población de 15 años o más del estado de Guerrero sabía leer y es-
cribir, en contraste con otras entidades como el Distrito Federal que
el 97% de su población está alfabetizada.2 Guerrero es el segundo es-
tado con mayor analfabetismo atrás de Chiapas que ocupa el primer
lugar con 81.6% y adelante de Oaxaca que tiene 83.1%. Además de
prevalecer una desigualdad educativa, un común denominador es la
presencia y persistencia de las lenguas originarias en estas entidades
federativas, lo cual indica que la política educativa nacional basada en
la homogeneización lingüística en español tiene un evidente fracaso
en contextos de pluralidad cultural y lingüística y un uso extendido
de las lenguas originarias.
En este contexto, distintas colectividades indígenas han resistido y
se han adaptado a distintas condiciones de contacto sociolingüístico:

A partir de la dicotomía lengua dominante-lenguas dominadas, los dife-


rentes sectores de la población en coyunturas políticas particulares han
recurrido a veces a buscar simplemente la sobrevivencia de sus lenguas
propias, mientras que en otros momentos han mantenido una lucha

2. La población alfabeta, de acuerdo al INEGI es la persona de 15 años o más que


sabe leer y escribir un recado. Disponible en [http://www3.inegi.org.mx/sistemas/
sisept/glosario/default.aspx?t=medu16&e=00&i=] [Fecha de consulta 16 de enero
de 2016].
La educación desde la comunidad en México indígena nna’nncue nomndaa · 23

abierta por el derecho a existir como grupos diferenciados del conjunto


nacional, continuando en ambos casos con la transmisión y uso de sus
lenguas y sus culturas. (Coronado, en González Casanova, 1996: 67).

No sólo es complejo hablar de una política lingüística integral


para un país, sino sobre todo lo que está en disputa es un campo de
poder; una política incluyente en términos económicos, sociales, po-
líticos y culturales en la que participen los pueblos, naciones y tri-
bus indígenas. Existe una realidad de contradicciones y disparidades
estructurales de la población indígena rural respecto a la población
urbana, que se resumen en condiciones de exclusión y marginación
de las primeras respecto a las segundas.
Una expresión de esta marginación es la posición desventajosa de
las lenguas originarias en un marco de dominación lingüística del
español en todos los ámbitos de la vida nacional:

En múltiples situaciones e interacción sociocomunicativa hablar una


lengua indígena, e incluso hablar español con las marcas de la indiani-
dad, representa ubicarse en una posición de subordinación y desventaja
frente a los sectores dominantes, hablantes d ela lengua mayoritaria u
oficial del país. (Coronado, 1996: 67).

Esta legitimación de la dominación se cristaliza en la legaliza-


ción de políticas sociales excluyentes de los pueblos originarios, por
ejemplo, históricamente la alfabetización en Xochistlahuaca fue en
español, inadecuada y no cubría la demanda de su población, en
consecuencia muy pocas personas aprendieron a leer y escribir:

La mayoría, por no decir todos los que ingresamos al subsistema de


educación indígena [en Xochistlahuaca], no poseíamos una formación
profesional específica para desempeñar la función de maestros, ya que
los primeros en 1965 fueron contratados con estudios de primaria, pos-
teriormente en 1970 con secundaria, luego en 1988 con bachillerato y
recientemente ya se exige poseer una formación inicial pedagógica para
ser maestro, aunque no una formación específica que exige un medio
cultural y lingüístico diverso como es el de México (López, 2012: 233).
24 · Disputas socio-territoriales en México

2.1 Grado promedio de escolaridad

Según el INEGI, el grado promedio de escolaridad es el promedio de


años o grados escolares que la población de 3 años o más aprobó en el
nivel más avanzado al que se haya inscrito dentro del Sistema Educa-
tivo Nacional. Excluye a las personas que no especificaron los grados
aprobados. En Xochistlahuaca, a nivel municipal 40.2%, es decir, casi
la mitad de la población no tiene escolaridad, y vive en grados de
marginación “Alto” o “Muy Alto”. Seguido se encuentra 22% de per-
sonas con primaria incompleta, siendo ésta su máxima escolaridad.
La educación como característica de la marginación es palpable en
este municipio.
En el censo de INEGI del 2015, Xochistlahuaca se ubicó en los
municipios con menor asistencia a la escuela en edades de 6 a 14
años, cuando se estudia la primaria y parte de la secundaria. Lo an-
terior, aunque se observa más en las comunidades alejadas que en la
cabecera municipal, sin duda es un indicador de deserción o aban-
dono escolar.
Para acercarnos a las condiciones sociales de exclusión y margi-
nación en la que vive la comunidad nn’ anncue ñomndaa, situamos
algunos indicadores sociales a escala de localidad como el analfabe-
tismo, deserción y baja escolaridad, servicios sanitarios inadecuados.

Tabla 1. Indicadores sociales de la localidad de


Xochistlahuaca, municipio de Xochistlahuaca, Gro., 2010
Población total 4,152
Población de 3 años y mas hablante de lengua indígena 3,460
% Población de 15 años o más analfabeta 29.34
% Población de 15 años o más sin primaria completa 41.81
% Viviendas particulares habitadas sin escusado 12.06
% Viviendas particulares habitadas sin disponibilidad de 21.52
agua entubada
Grado promedio de escolaridad 6.74

Fuente: elaboración propia con datos de las estimaciones del CONAPO


con base en el INEGI, Censo de población y vivienda 2010, principales
resultados por localidad. Disponible en (www.conapo.gob.mx)
(fecha de consulta: 18 de marzo de 2016
La educación desde la comunidad en México indígena nna’nncue nomndaa · 25

Del cuadro anterior resalta que la población de 3 años o más que


habla alguna lengua indígena, representa el 83.3% de los habitantes.
El uso de la lengua materna es notablemente visible en la comunidad,
lo cual conforma un rasgo persistente de la identidad ñomndaa. Por
otro lado, resaltamos que casi un tercio de la población de la cabecera
municipal (29.84%) no sabe leer y escribir, y casi la mitad (41.81%)
no terminó la educación primaria.

3. El tejido sociolingüístico en la región amuzga

En este municipio se habla predominantemente la lengua ñomndaa.


Utilizo la denominación ñomndaa en lugar de amuzgo para recono-
cer y respetar las formas en que el pueblo nn’anncue ñomndaa nom-
bra a su lengua y a su gente. Socialmente esta lengua se practica en
todas las relaciones sociales dentro de la comunidad. Su uso entre
los habitantes, le da vitalidad y vigencia y los amuzgos sustentan su
identidad principalmente en el uso de su lengua y otros elementos
culturales como el vestido (huipiles en telar de cintura en mujeres y
cotón y calzón en los hombres) danza, sones tradicionales e historia.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (Si-
tio web INALI, 2016) el amuzgo es una de las 68 agrupaciones lin-
güísticas de México y pertenece a la familia lingüística otomangue,
la referencia geoestadística corresponde a que se habla en Guerrero y
Oaxaca. Las variantes lingüísticas del amuzgo se hablan en los muni-
cipios de Xochistlahuaca y Tlacoachistlahuaca (amuzgos del norte);
Ometepec, Azoyú y Cuajinicuilapa (Amuzgos del sur) y en el estado
de Oaxaca en los municipios de Santa María Ipalapa (amuzgo bajo
del este) y San Pedro Amuzgos (amuzgos del este). En las cifras que
reporta INEGI (2010) hay 45, 889 amuzgohablantes mayores de tres
años que viven en el estado de Guerrero. Los municipios donde viven
la mayor parte de ellos se muestran en la siguiente tabla:
26 · Disputas socio-territoriales en México

Tabla 2. Hablantes de Amuzgo en el estado de Guerrero de 3 años y mas, 2010


Municipio Hablantes %
Cuajinicuilapa 753 1.64
Acapulco 1,169 2.55
Ometepec 15,867 34.58
Tlacoachistlahuaca 4,799 10.46
Xochistlahuaca 22,226 48.43
Otros municipios 1,075 2.34
Total 45,889 100%
Fuente: Elaboración propia con datos del Censo de Población y Vivienda
2010, INEGI 2010, consulta de datos: Población de 3 años y mas; entidad y
municipio; según habla indígena y lengua-INEGI, disponible en (http://www.
inegi.org.mx/lib/alop/consulta/general_ver4/MDXQueryDatos.asp?#Regre-
so&c=27781). (fecha de consulta: 30 de enero de 2016)

El municipio de Xochistlahuaca posee la mayor población ha-


blante de lengua amuzga en México, teniendo casi la mitad de sus
hablantes. Además del ñomndaa, también en el municipio se habla el
mixteco y el español que habla la población afrodescendiente y mes-
tizos que han llegado a vivir a la comunidad.
Para el año 2010, la composición de la población mayor de 3 años
que habla lengua indígena en el municipio de Xochistlahuaca fue:

Tabla 3. Población hablante de una lengua indígena de 3


años y más, municipio de Xochistlahuaca, Gro. 2010
Población %
Hablantes de lengua indígena 24,242 92.31
Amuzgo de Guerrero 22,226 84.64
Mixteco 1,719 6.55
Náhuatl 197 0.75
Mazahua 4 0.02
Tlapaneco 3 0.01
Totonaco 2 0.01
Mazateco 1 0.00
Amuzgo de Oaxaca 1 0.00
Lengua indígena no especificada 89 0.34
La educación desde la comunidad en México indígena nna’nncue nomndaa · 27

No especificado 64 0.24
No habla lengua indígena 1,955 7.44
Total municipal 26,261 100
Fuente: Elaboración propia con datos del Censo de Población y Vivienda
2010, INEGI 2010, consulta de datos: Población de 3 años y más; entidad y
municipio; según habla indígena y lengua-INEGI, disponible en (http://www.
inegi.org.mx/lib/alop/consulta/general_ver4/MDXQueryDatos.asp?#Regre-
so&c=27781). (Fecha de consulta: 30 de enero de 2016)

En este sentido, vemos que la composición de la población en


Suljaa’ es heterogénea, aunque los amuzgos conforman el grupo ma-
yoritario, la presencia de otros pueblos con sus lenguas coexistiendo
en el mismo territorio nos da un contexto de diversidad cultural. La
población no hablante de lengua indígena es monolingüe en español.
Lo anterior, conforma un tejido sociolingüístico de varios colores, un
universo del que han surgido propuestas de comunicación y educa-
ción comunitaria que apuntan a la resistencia cultural y la apuesta por
la existencia de estos pueblos y su cultura de manera digna.
La diferenciación y lingüística y cultural genera la necesidad de
determinar políticas rurales integrales, no sólo lingüísticas, sino so-
bre todo políticas respecto a las poblaciones rurales. Dichas acciones
se enmarcan al uso de los idiomas, su enseñanza, así como el acceso
y control de sus sistemas sociales y territoriales. Al tomar determi-
naciones contrarias a los intereses de los pueblos, en realidad se está
haciendo política sobre estos grupos sociales.

4. Tejiendo el surgimiento de una educación desde los nna’nncue ñomndaa

En el proyecto: “Cwii Scwela cantyja ‘naan’ chiuu waa na Nncwanto’


Ts’an Una Escuela para la Vida”, se ubican los antecedentes del pro-
yecto Una escuela para la vida (UEPV) y señalan algunas fechas sig-
nificativas que nos ubican temporalmente para conocer la génesis de
este proceso educativo.
En 1993 los docentes de la primaria El Porvenir elaboran una pro-
puesta educativa. Tenían una gran interrogante: “¿Cómo ofrecer una
educación con esas características si no nos enseñaron a leer y escri-
bir nuestra lengua, si no sabíamos cómo enseñar una segunda lengua,
si no conocíamos y ni valorábamos lo nuestro y tampoco conocíamos
nuestra historia?” (López Guzmán, 2012: 234)
28 · Disputas socio-territoriales en México

El profesor Victoriano López Guzmán es nombrado director del


Turno Vespertino, cargo que ocupa en la actualidad, y menciona que
los primeros proyectos escolares se llamaron La enseñanza de la lec-
tura y escritura de la lengua amuzga y el manejo del español oral en los
alumnos de los seis grados, al respecto señaló: “El propósito que nos
guiaba era encontrar una alternativa de trabajo para así ofrecer a los
alumnos amuzgos una educación bilingüe. En dicho proyecto escolar
se planteaba que el amuzgo fuera utilizado como medio de alfabetiza-
ción y que se desarrollara el español oral.”(López Guzmán, 2004: 73).
A nivel de comunidad algunos profesores se involucraron cada
vez más, a la par que comenzaron el proyecto, también realizaban
trabajo cultural en la comunidad, como lo dice el Directivo escolar
de la zona 012.
Cuando nosotros comenzamos el proyecto, hicimos trabajo cultu-
ral en la comunidad, tratamos de hacer creer a los padres de familia
que la lengua, el vestido y que su trabajo es importante. Hacíamos
programas culturales [festivales culturales]. Eso permitió aquí en
Xochis a algunos, no todos que van entendiendo, van analizando la
información, la van comprendiendo y la van aceptando.3

5. Una nueva educación primaria como estrategia cultural

En el año 2000, hubo un reacomodo de las zonas escolares. Las auto-


ridades en Xochistlahuaca quisieron imponer a un supervisor afín al
Partido Revolucionario Institucional (PRI) para la zona escolar No. 012.
Las y los maestroncue se movilizan, hasta que Bartolomé López
es nombrado supervisor de la zona escolar No. 012 y comenzó un
proyecto: “Una educación intercultural bilingüe para los niños de la
Zona Escolar amuzga No. 012 de Xochistlahuaca Guerrero”. Este pro-
yecto tenía tres líneas de trabajo: 1. Enseñar el ñomndaa o español
(según fuera la lengua materna del niño /a) como primera lengua, 2.
La enseñanza del español o ñomndaa como segunda lengua y 3. La
enseñanza de la historia de los nn’a nncue ñomndaa.
En 1998 utilizaron el libro por el Centro de Desarrollo Sociocul-
tural de los Nn’anncue Ñomndaa A.C llamado Suljaa’. Libro Historia
ñ’en Geografía ‘naan’ ndatyuaa Suljaa’ (1998). Tal como se menciona

3. Entrevista a directivo escolar de la zona 012, 2015. A la comunidad de Xochist-


lahuaca también es nombrada como Xochis.
La educación desde la comunidad en México indígena nna’nncue nomndaa · 29

en la introducción al libro “Este libro fue escrito por nn’anncue maes-


tros y ciudadanos que desean que los niños ncue, conozcan su his-
toria y así fortalezcan su identidad indígena y su identidad nacional
como mexicanos.” (López Guzmán, 1998:4).
La edición e impresión de este texto fue negada desde la Ciudad
de México, tanto por la DGEI como por la Comisión Nacional de
Libros de Texto Gratuito sin conocer el aporte pedagógico desarrolla-
do en esta obra. Esta obra fue escrita por niños, maestros, padres de
familia y habitantes de Suljaa’ interesados en fortalecer su identidad
indígena. Al presentar este texto ante la SEP recibieron una negativa:

[…] lo primero que decían era: ¿Quién les faculta a ustedes elaborar un
libro? Nos sacaron un documento que dice que para trabajar en las es-
cuelas debe de pasar por la autorización, digamos una autoridad educa-
tiva a nivel estado o nacional para que valide que eso que contiene ese
libro. Como está en amuzgo con más razón, nosotros [sus interlocutores
en el DF] no estamos facultados ni ustedes [los profesores amuzgos] es-
tán facultados para hacer ese material si no tienen esa autorización […]
Pero si nos vamos al convenio 169 [de la OIT] ahí si estamos facultados
en hacer materiales en nuestra lengua.4

Aún existía una resistencia de los maestroncue por cambiar su


práctica docente, pero la supervisión escolar implementó una serie
de estrategias de evaluación del proyecto dada la experiencia de que
si no hay un seguimiento de las acciones hay incumplimiento de los
acuerdos en las escuelas.

Las llamamos evaluaciones demostrativas, se realizan en dos momentos,


el primero a nivel escuela a mediados del ciclo escolar y ante los padres
de familia, los alumnos tienen que demostrar de manera objetiva lo que
han aprendido, esto se realiza a través de ejercicios de una guía en donde
ponen en juego sus conocimientos, habilidades, actitudes y valores ante
situaciones cotidianas, desde el entorno inmediato, en su lengua y en
español oral. (López Guzmán, 2012:240)

Con estas características, las escuelas de la zona escolar No. 012


llevaban a cabo un proceso de enseñanza - aprendizaje en reciproci-

4. Ídem.
30 · Disputas socio-territoriales en México

dad de responsabilidades de las madres y padres de familia, las y los


alumnos y docentes, en cuanto los conocimientos transmitidos era el
primer intento de ofrecer una educación intercultural en un marco de
bilingüismo en la región amuzga de Guerrero.
La SEP y la DGEI no sólo no auspiciaron los proyectos nacientes
en cuanto a las necesidades materiales que pudieran tener sino los
ignoraron. Al tener la respuesta negativa de la SEP, las/os profesores
decidieron constituirse como Asociación Civil en 1997 y “actuar des-
de la sociedad civil” para poder hacer actividades dentro y fuera de
la zona escolar. La A.C se llamó Centro de Desarrollo Sociocultural
de los Nn’anncue Ñomndaa AC, (CEDESONÑAC) y comenzaron a
realizar actividades de recuperación de la lengua ñomndaa Las semi-
llas para repensar la educación tradicional y proponer una diferente
ya estaban en las conciencias de los docentes, pero las estrategias para
llevarlas cabo se estaban construyendo. Este germen fue el inicio de
la constitución de un nuevo sujeto político-pedagógico en la comu-
nidad, que asumía un papel activo y transformador en el desarrollo
de una educación que respondiera a sus necesidades como indígenas.
En la cabecera municipal de Xochistlahuaca, las/os maestron-
cue más cohesionados comenzaron dos proyectos: 1 de 1996-2000.
La educación intercultural bilingüe para los niños de Xochistlahuaca,
Guerrero en la primaria El Porvenir turno matutino. El segundo pro-
yecto fue Una escuela para la vida, documentado por el CIESAS a
través del Profesor Victoriano López Guzmán, a su vez inscrito en
otro proyecto impulsado por la UNESCO, que consistía en una se-
rie de videos bajo la temática de “Educación indígena, experiencias
ejemplares” desarrollado en la Primaria El Porvenir turno vespertino
a partir del año 2004.
Tal como lo sistematiza Jordá (2003) a grosso modo, este proyecto
consiste en que los docentes comenzaron una formación docente a
través de la metodología de talleres y círculos de estudio impartidos
con la Mtra. Jani Jordá Hernández, quien ya fungía como asesora de
la LEP y LEPMI en la UPN de Ometepec, al tiempo que los maestron-
cue continuaban impartiendo clases.
A partir de la necesidad de recuperar la lengua implementaron
talleres de Lengua 1 (L1 ñomndaa) y Lengua 2 (L2 español) en sus
alumnas /os, haciendo grupos de acuerdo a sus habilidades lingüísti-
cas (hablar, escuchar, escribir y leer) tanto en español como en ñom-
ndaa. Para trabajar con la revaloración de su identidad comenzaron
La educación desde la comunidad en México indígena nna’nncue nomndaa · 31

a trabajar con la historia y cultura del pueblo nnanncue ñomndaa,


integrando esos conocimientos a cada asignatura a través de lo que
llamarían Enseñanza globalizada o Enfoque globalizador de la ense-
ñanza donde no se trabaja por asignaturas de manera disciplinaria
sino a través de Unidades Didácticas Integradas (UDI) donde desa-
rrollan una planeación globalizada.
Durante este tiempo, algunos de los frutos de la revitalización de
la lengua ñomndaa, fue que niñas y niños de El Porvenir turno ves-
pertino, son premiados en el Concurso Nacional denominado: Na-
rraciones de Niñas y Niños Indígenas convocado por la Secretaría de
Educación Pública (SEP).
En el año 2004, El Porvenir fue parte del programa nacional de-
nominado “Escuelas de Calidad” dada la relevancia que adquirió a
nivel estatal por estas actividades. Con el presupuesto otorgado, la
escuela tuvo mejores condiciones materiales para el desarrollo de su
proyecto, no obstante esto no era reflejado en mejores salarios para
los maestroncue, quienes trabajaban todo el día; por la mañana en
los talleres de formación con la Mtra. Jani y por la tarde impartiendo
sus clases. En algunos ciclos escolares recientes, debido a los nuevos
criterios de selección y evaluación de este programa tampoco han re-
cibido el presupuesto de Escuelas de Calidad de la SEP.
En el 2005, integrantes del Centroncue Ñomndaa y el Colectivo
de la Radio Comunitaria Ñomndaa- La Palabra del agua, convoca-
ron al taller: “Hagamos un libro en amuzgo” para las niñas y niños
de Xochistlahuaca. Un resultado fue la escritura de textos en ñomn-
daa, que fueron publicados por la SEP, en la serie Bibliotecas de Aula,
colección bilingüe. Los textos fueron: Nn’an w’aa (La Familia, 2006),
Chuee Ljeii (Huipil Florido, 2007) y Quioo’: ñ’oomna ndo’ ndyueen-
daana (Los animales: sus historias y sus rostros) que salió a la luz
también en el 2007.
En el año 2014 trabajaron las temáticas de los “Plantas tradiciona-
les” “Nuestros alimentos”. Cada escuela ha ido adaptando este plan-
teamiento pedagógico de acuerdo a sus formas y sus tiempos, pero
la implementación de las UDI’s como estrategia pedagógica y los ta-
lleres de Lengua 1 y Lengua 2, se han desarrollado como su práctica
diaria desde el 2004 a la fecha en la primaria El Porvenir en el turno
vespertino. Esta es una manera de llevar el trabajo del aula a la co-
munidad y acortar la distancia entre el espacio escolar y la realidad
comunitaria. La gente de Suljaa’ aprecia el trabajo de las escuelas y se
32 · Disputas socio-territoriales en México

hace partícipe de esto al reconocer la diferencia de esta práctica res-


pecto a la enseñanza tradicional, ven recreada su cultura en los niños
lo cual da un horizonte de esperanza para que no se pierda y valore la
cultura nna’nn cue ñomndaa.
Para recuperar las apreciaciones que hacen algunas madres de fa-
milia amuzgas sobre el proceso educativo de sus hijos está el siguiente
testimonio:

Uno de los resultados que he notado en mi hijo es que él puede comu-


nicar en su lengua materna el ñomndaa pues él vive en una comunidad
donde la mayoría de las personas hablan la lengua ñomndaa. Los niños
van creando otra visión que es parte de su cultura tiene un valor, es algo
que es propio, y ya no está solamente es copiado del planas, memoriza-
ción, sino que ellos valoran parte de la cultura, y ya no se avergüenzan
de lo que son, no conciben que su cultura es valiosa igual que la cultura
de otras personas.5

Lo anterior constituye una fortaleza porque el niño puede ex-


presar sus conocimientos de manera verbal y en forma escrita, en el
momento que él necesite. A través de éstas formas de expresión, se
recrean los conocimientos de la comunidad, y se refuerza lo que él
sabe en su individualidad y sobre el contexto social en donde vive. En
el nivel de las políticas educativas, una reflexión sobre la educación
indígena expresada desde los docentes y reflexionada en colectivo es:

La educación indígena es una educación especial que tiene un enfoque


global a partir de lo que se dice se debe de seguir enseñando Pero hay
competencias que si nos hacen falta. La SEP nos habla de las competen-
cias, pero no considera la identidad profesional. Otra es el dominio de los
contenidos de enseñanza. Nos falta conocer a profundidad que es lo que
estamos enseñando, la construcción de proyectos de innovación está ya
está rebasado luego Ley obsoleta [Se refiere a la Reforma educativa] nos
colocará en el nivel más bajo la Secretaría. La Secretaría de Educación
anunció cambios educativos que los papás no quieren; es un prisma con
muchas aristas.6

5. Entrevista Madre de Familia, enero de 2015.


6. Intervención del Docente 1 durante un taller de formación docente.
La educación desde la comunidad en México indígena nna’nncue nomndaa · 33

Sobre algunos problemas que enfrenta la educación indígena,


otra docente menciona durante una conversación en un receso de
un día de clases:

Nosotros estamos muy marginados. Las escuelas bilingües las tienen


muy marginadas. Aquí empezamos por el gobierno, si te das cuenta la
infraestructura de la escuela está mal; no es apta para los niños pero aquí
estamos trabajando. Ahora vámonos con lo que es el jefe de sector, tam-
bién necesita promover proyectos y así para arriba, hasta el presidente.7

En este sentido observamos que la lógica de exclusión educativa


se sigue viviendo en Suljaa’ de distintas maneras como la cuestión de
la infraestructura. Sobre los discursos gubernamentales sobre educa-
ción indígena, en otro testimonio se expresa:

Una educación para el medio indígena tiene que tomar la lengua para
que el niño puede entender y desarrollar sus cuatro habilidades: hablar,
escuchar, leer y escribir. Si se toma en cuenta la lengua del niño, su con-
texto, se parte de sus conocimientos, entonces sí se le puede llamar una
educación indígena bilingüe. Si eso no se está haciendo, pues de nombre
está pero no se está llevando a cabo, entonces no es una educación bilin-
güe y menos intercultural bilingüe.8

Los docentes saben que ellos están aportando al bilingüismo en su


comunidad, asumen este compromiso aunque saben que hay camino
por recorrer. Finalmente una docente respecto a Una Escuela para la
Vida dice:

Es un conocimiento que va para siempre, para que al niño le sirva siem-


pre. El niño siempre va recordando; el niño va para arriba no va para
abajo. Y entonces Una Escuela para la Vida es para siempre: un conoci-
miento que el niño conserve siempre.9

El docente 2 continúa:

7. Entrevista a Docente 3. Enero de 2015.


8. Entrevista Docente 2, 2014.
9. Entrevista a Docente 3, 2015
34 · Disputas socio-territoriales en México

En una escuela puedo trabajar, yo puedo sembrar en un niño una semilla


y aquí hay niños que se llevan esa semilla para sembrarla. Entonces la
escuela es un espacio para poder compartir lo que ellos saben de por sí.
En la escuela les preguntamos cuáles son los trabajos en que les ayudarán
a tus papás y ellos nos cuentan de los trabajos que hacen. Sin una escuela
no tendrían esa capacidad de entender lo que están haciendo.10

Esta propuesta educativa es el resultado colectivo, incluida la par-


ticipación de Jani Jordá (2003). También observamos que no todos
los docentes están trabajando al mismo ritmo. Eso no significa que
su práctica docente deba de ser igual, pero algunos aún no asumen el
compromiso cabal de trabajar con este proyecto, porque implica tra-
bajar de manera colectiva y aportar horas extras de trabajo principal-
mente. El proyecto Una Escuela para la Vida está reconocido por la
SEP entre las “Experiencias de innovación educativa intercultural bi-
lingüe” (Crispin, 2004). Hoy día hay deficiencias en algunos aspectos
formativos, sobre todo en la cuestión de la actualización docente y en
precisiones teóricas formales por ejemplo, los docentes desconocen
aún cuáles son las diferentes concepciones de la interculturalidad.
No obstante, los docentes tienen plena conciencia que tienen en
sus manos la posibilidad de cambiar ese estado de cosas, ya que de las
instituciones es incierto que se logre un reconocimiento a su trabajo.

6. De las demandas agrarias a las étnicas

Los cambios en la práctica pedagógica en Suljaa’, se presentaron en el


contexto del viraje del discurso de las demandas étnicas del ámbito
agrario al autonómico y comunal. Así, surgen alternativas pedagógi-
cas en la cabecera municipal de Xochistlahuaca que contrastan con
el modelo hegemónico de educación en las comunidades indígenas,
cuyo carácter es monoétnico y dejan de lado la historia y cultura de
las comunidades en nombre de la modernidad y el progreso.
La historia del municipio está enmarcada por distintos movimien-
tos sociopolíticos que documentó Gutiérrez Ávila (2001); primero la
restitución y dotación agraria en la comunidad en 1933; la demanda
de servicios básicos, luz, agua potable, electricidad, vías de comuni-
cación, salud y educación en los años 50; y luego el reconocimiento

10. Entrevista Docente 2, 2014


La educación desde la comunidad en México indígena nna’nncue nomndaa · 35

de su territorio en 1967. Hacia 1970 - 1980, las movilizaciones en


Suljaa’ fueron de carácter campesino motivadas en gran medida por
el sector magisterial conformado por promotores bilingües. Las ca-
racterísticas de los movimientos en Suljaa’ coinciden con buena parte
de los movimientos sociales latinoamericanos

Hasta la década de 1970 la acción social giraba en torno a las demandas de


derechos a los estados, al establecimiento de alianzas con otros sectores so-
ciales y partidos políticos y al desarrollo de planes de lucha para modificar la
relación de fuerzas a escala nacional. […] Buena parte de estas característi-
cas comunes derivan de la territorialización de los movimientos, o sea de su
arraigo en espacios físicos recuperados o conquistados a través de las luchas,
abiertas o subterráneas. Es la respuesta estratégica de los pobres a la crisis de
la vieja territorialidad de la fábrica y la hacienda, y a la reformulación por
parte del capital de los viejos modos de dominación (Zibechi, 2003).

En el caso de Suljaa’, otra de las formas de dominación nacional


fue la imposición del sistema político partidista en la comunidad.
Hubo una transformación profunda en las instancias políticas de de-
cisión comunitaria que devino en la imposición del PRI como parti-
do único y la forma política de cacicazgo como forma de gobierno.
Las demandas de los amuzgos se centraron en la destitución de las
distintas presidencias municipales: Josefina Flores en 1977, Marciano
Mónico en 1998 y Aceadeth Rocha en 1999. La lucha política aparen-
temente se centró en la destitución de los ediles, sin embargo, la terri-
torialización de sus movimientos se manifestó en la exigencia por el
respeto a su formas de trabajo como las Autoridades Tradicionales o
Nanmaniaan; la lucha por el reconocimiento de sus zonas escolares;
el arraigo al territorio y la afirmación de la identidad ñomndaa.
En la década de 1990 al 2000, en Suljaa’ los planteamientos co-
menzaron a revestirse de un carácter étnico en el ámbito de sus de-
mandas, a lo cual llamamos un nuevo discurso de la etnicidad. Tal
como plantea el antropólogo Miguel Bartolomé, cuando “la identidad
de un grupo étnico se configura orgánicamente como expresión de
un proyecto social, cultural o político que supone la afirmación de
lo propio en clara confrontación con lo alterno nos encontramos en
presencia de la etnicidad” (Bartolomé, 1997:62).
En el tránsito de los proyectos campesinos a los autonómicos, se
amplía el pliego petitorio de los movimientos indígenas a nivel nacio-
36 · Disputas socio-territoriales en México

nal, incorporando nuevos temas en su agenda política. Estos cambios


se avivan por el movimiento zapatista en 1994 y se abren discusio-
nes y cuestionamientos en el campo político a temas de la cultura, la
identidad, la lengua y la educación.
En la lucha contra el caciquismo de 1970 al 2000, la participación
de los maestros fue decisiva para la articulación de otros sectores de
la población como los campesinos y las artesanas. Vemos que la etni-
cidad “se manifiesta en forma exponencial a través de las rebeliones y
movilizaciones tradicionales o de las nuevas organizaciones etnopo-
líticas, es decir aquellas configuradas para establecer demandas o rei-
vindicar derechos étnicos” (Bartolomé, 1997:64).
En el discurso de la etnicidad de los amuzgos se reivindicó la au-
tonomía, respecto del Estado y de los partidos políticos, la cristaliza-
ción de ello fue la corta pero significativa experiencia del Municipio
Autónomo Suljaa’ en el 2002 y la creación de la Radio Ñomndaa la
palabra del agua en el 2004. La autonomía más que un discurso cree-
mos que es una práctica política contrapuesta al Estado que tiene una
historicidad situada en el contexto de la lucha y resistencia de los pue-
blos indios por preservar sus formas de vida basada en la comunidad.
Gilberto López y Rivas, plantea:

Concebimos la autonomía básicamente como un proceso de resistencia


mediante el cual, las etnias o pueblos soterrados, negados u olvidados
fortalecen o recuperan su identidad a través de la reivindicación de su
cultura, derechos y estructuras político-administrativas (López y Rivas,
2010, sin página).

En el caso amuzgo el cambio en sus reivindicaciones tiene su raíz


en un proceso político más amplio que se dio a nivel nacional, el cual
fue el giro de los movimientos indígenas hacia las demandas auto-
nómicas, las cuales implican necesariamente el reconocimiento de
las formas tradicionales de ejercicio de sus derechos como pueblos
originarios y el respeto a sus sistemas normativos y territorios. Tales
reivindicaciones están expresadas por los Acuerdos de San Andrés,
firmados en 1996 y traicionados en la reforma constitucional a la Ley
de Derechos y Cultura Indígena en el 2001.
Así, en el ejercicio de la autonomía por la vía de los hechos, no
hay una sino muchas formas de ejercicio de la autonomía de acuerdo
con las necesidades de cada pueblo, barrio o comunidad en cualquier
La educación desde la comunidad en México indígena nna’nncue nomndaa · 37

punto de la geografía rural o urbana. En el caso de Xochistlahuaca,


ante el declive del Municipio Autónomo Suljaa’ en el 2002, es posible
visualizar que las estrategias que han seguido los amuzgos para ejer-
cer sus derechos tienen posicionamientos diferenciados.
Las experiencias de autonomía son focalizadas en algunos pro-
yectos colectivos que resisten a las políticas del Estado monoétnico.
Estos sujetos políticos se organizan para seguir tejiendo los hilos de
la comunidad. Algunos colectivos que trabajan hoy en día en Suljaa’
de manera autónoma - comunitaria son: la Cooperativa de artesanas
Ljaa’ Tejedoras de Esperanza, la Radio Ñomndaa, la palabra del agua
y el Colectivo Yolcuu Ñomndaa Tejiendo Resistencia; éstos confluyen
políticamente en CNI y mantienen alianzas políticas con otras orga-
nizaciones sociales, las cuales también han contribuido a la construc-
ción de sus espacios sin alterar la organicidad de sus proyectos. Las
formas autonómicas, es decir las formas organizativas de resistencia
política totalmente independientes de la injerencia gubernamental,
no son formas de organización social generalizada en el municipio.
Existen expresiones no propiamente autónomas pero que plantean
el carácter comunitario en su forma de organización: la Cooperativa
de Artesanas La Flor de Xochistlahuaca, la Cooperativa Suljaa’ Caja
de ahorro Popular y el Centroncue Ñomndaa, A.C, formado mayo-
ritariamente por los profesores del proyecto educativo “Una escuela
para la vida”, el proyecto educativo que ha generado estrategias de
resistencia cultural y con potencialidades de la educación liberadora
desde Suljaa’.
Todos estos colectivos amuzgos tienen un dimensión dialógica en
sus planteamientos ya que tejen su praxis política de transformación
con elementos pedagógicos, dicen: Ñoomya matseitjoom´na´ jaa,
en español: “nuestra palabra construye comunidad”. Hay un común
denominador en estos colectivos: tienen una dimensión educativa
expresada en la socialización de saberes propios para impulsar la or-
ganización de sus proyectos en torno al trabajo colectivo.
Tanto en los proyectos autónomos comunitarios como en los co-
munitarios, se aprecia que los cambios sociales que se construyen des-
de abajo toman diferentes vías. Para el caso de este trabajo, los plan-
teamientos de las distintas estrategias de resistencia cultural como la
recuperación de los conocimientos de la lengua y ñomndaa y la opo-
sición a modelos hegemónicos occidentales de educación son elemen-
tos para analizar cómo nace y se desarrolla un modelo de educación
38 · Disputas socio-territoriales en México

alternativo en Suljaa’ donde ejercen su derecho a decidir sobre la for-


ma en llevar a cabo su educación dentro de los márgenes del Estado.

7. Conclusiones

Como vimos, entrados los años 90 y avivados por los levantamientos


indígenas particularmente en el sureste mexicano, el discurso indíge-
na toma un nuevo giro y hay una maduración del discurso político
de la etnicidad. En el ámbito de la educación, la SEP a través de DGEI
emite una serie de documentos en 1999 que permiten un punto de
arranque para que los docentes indígenas conozcan los lineamientos
pedagógicos y políticos para el ejercicio de su profesión. El estudio
de dichos documentos les permite aumentar su bagaje teórico, el cual
también es contrastado por su práctica.
Ante la percepción de la necesidad de contar con una educación
escolar como un proceso de formación de sujetos reflexivos, críticos
y capaces de tomar decisiones, el desarrollo de un modelo de educa-
ción alternativa para el medio indígena implica contar con una estra-
tegia autónoma en el proceso pedagógico pero que dialogue con las
políticas educativas oficiales para el medio indígena.
Por lo tanto, vemos que en el contexto del surgimiento de un nue-
vo discurso de la etnicidad y de alternativas pedagógicas en el medio
indígena, la existencia de un grupo de actores clave en condiciones
sociopolíticas coyunturales locales dinamiza los procesos de cambio
social en su comunidad.
Es importante señalar que históricamente hubo un proceso de
ruptura del tejido social de las comunidades indígenas, y frente al
modelo económico social neoliberal ha habido un desplazamiento
significativo de las culturas originarias.
En el caso de este proyecto educativo, se está generando una afir-
mación de la identidad cultural indígena a través de la enseñanza del
ñomndaa como primera lengua, lo que implica una lectura del mun-
do desde el ñomndaa, y en el ámbito comunitario implica la dinami-
zación de sus procesos sociales.
Estos procesos de construcción y transmisión del conocimiento
indígena que se están llevando a cabo, están fortaleciendo su cultura
e identidad colectiva como pueblos originarios. Aunque la prima-
ria El Porvenir, pertenece a un sistema de educación oficial, implica
una práctica educativa independiente en los hechos. Ahora bien, es
La educación desde la comunidad en México indígena nna’nncue nomndaa · 39

importante seguirla problematizando para resaltar hasta dónde evi-


dencia la relación desigual del Estado Mexicano con los pueblos in-
dígenas y por otro lado, cuáles son sus alcances y límites como una
práctica educativa para otros pueblos originarios.

8. Bibliografía

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tados por localidad. Disponible en: [www.conapo.gob.mx]. [Fe-
cha de consulta: 18 de marzo de 2016].

Entrevistas:
Entrevista Docente 1, 2014
Entrevista Docente 2, 2014
Entrevista a Docente 3. 2015.
Entrevista Madre de Familia, 2015.
Entrevista a Directivo escolar de la zona 012. 2015.
del despojo, a la identidad diluida, el caso
de san Antonio huitzquilicoun análisis
sobre el proceso de aculturación a partir
del despojo de la lengua tének

César Javier Galván Meza11


Sidronio Pascual Pérez12
Vilma Gómez Anaya13

1. Introducción

El presente documento es parte de la investigación que se lleva a cabo


en la zona huasteca potosina, como estrategia para vincular y articu-
lar el conocimiento académico que ofrece el Instituto Tecnológico de
San Luis Potosí, desde su unidad de educación a distancia ubicada
en la cabecera municipal de Xilitla. Lo que presentamos son los pri-
meros resultados de nuestra observación sobre el contexto local en
su articulación con lo global. En este artículo analizamos desde lo
local específicamente el impacto que genera el cruce de lo local con
lo global, en las tradiciones, desde una identidad que se diluye como
consecuencia de la opacidad de la lengua nativa.
Los trabajos del geógrafo alemán Friedrich Ratzel (1844-1904)
dieron pauta a una visión diferente de la geografía, marcando los ini-
cios para un concepto amplio de la geografía: la geopolítica, el autor
menciona que en esta nueva visión confluyen diferentes factores que
la configuran. El comenzó por observar cómo se conformaban los
bloques económicos en Europa alrededor de intereses económicos y
políticos. En contra de aquella geografía del inventario que se encar-
ga de calificar los recursos de las regiones, de la mano del poder de

11. Profesor de tiempo completo Titular del TecNM Campus San Luis Potosí, email:
cgalvanme@yahoo.com.mx.
12. Alumno del TecNM Campus San Luis Potosí Unidad de Educación a Distancia
en Xilitla S.L.P, email: sidronio_pascual@hotmail.com.
13. Alumno del TecNM Campus San Luis Potosí Unidad de Educación a Distancia
en Xilitla S.L.P, email: vga.chivas02@gmail.com.

[41]
42 · Disputas socio-territoriales en México

occidente, encaminado por el poder militar, que busca colonizar te-


rritorios, por encima de todo. En este sentido es que, en la actualidad,
nos encontramos bajo un enfoque de sistema político-estratégico in-
ternacional, en el que podemos precisar que este sistema lo distingue
un enfoque de seguridad colectiva intervencionista principalmente al
resguardo del sistema neoliberal. Así que podemos visibilizar a Mé-
xico como un país con falta de una estrategia propia, de inserción en
la economía mundial, en la política, en temas de derechos humanos,
más allá de una ortodoxia neoliberal alineada al consenso de Washin-
gton, de la que somos partícipes.
Bajo este cobijo a la ortodoxia neoliberal, descansan los intereses
de un porcentaje muy limitado de la población que concentra la ri-
queza. Nuestro país se distingue por transitar hacia un esquema de
bienestar residual, caracterizado por el bajo compromiso del estado,
la autosuficiencia individual, la gestión de la fuerza de trabajo como
su principal tarea, el mercado como el principal regulador de la di-
námica social de bienestar y el repliegue de las instituciones políticas
para garantizar la calidad de vida. Factores éstos que han incremen-
tado las desigualdades sociales, la pobreza, la exclusión, y temas rela-
cionados con el ambiente y el debilitamiento de la cultura.

2 El contexto local

San Antonio Huitzquilico14 es un ejido perteneciente al municipio


de Xilitla, en el estado de San Luis Potosí. Se encuentra ubicado al
sureste de la Huasteca Potosina, formando parte de la sierra madre
occidental, situado aproximadamente a 20 kilómetros en dirección
del norte de la cabecera municipal. Está dividido en seis barrios: El
Granado, La Palma, El Pino, Buenavista, Bario Centro y El Jabalí. Se
caracteriza por ser el único ejido del municipio de Xilitla, hablante de
la lengua Tének. Cuenta con una población aproximada de 540 habi-
tantes, 257 hombres y 283 mujeres. De estos (los 540), 430, de más de
5 años de edad hablan Tének y castellano. El número de los que solo
hablan su lengua materna (tének) es de 62, INEGI (2010).
Los primeros pobladores Tének del ejido han vivido allí desde
antes de la Revolución Mexicana, otros llegaron desde municipios

14. Proviene del significado de la palabra tének huitz o huits “flor” y “quelite” prove-
niente del náhuatl, es decir lugar donde abundan flores y quelites
Del despojo, a la identidad diluida · 43

como: Tancanhuitz de Santos y sus cercanías, para esconderse de


los enfrentamientos armados, en busca de un lugar pacífico y don-
de abundaban algunos sembradíos por la fertilidad de las tierras no
explotadas, según memorias recopiladas en los archivos del comisa-
riado ejidal.
Actualmente el Tének, lengua materna de esta comunidad indíge-
na, se encuentra en peligro de desaparecer pues, ya que la globaliza-
ción, la emigración, la discriminación y la pérdida de identidad están
provocando que la población se tenga que migrar, dejando su dialecto
y adoptando el español como única lengua necesaria.
Una lengua necesita ser hablada para sobrevivir, sin embargo, una
vez que los habitantes deciden que hablar su dialecto es una limitante
que no les permite conseguir trabajo, socializar con el exterior y ser
tratados dignamente como al resto de los mexicanos, deciden no se-
guir transmitiendo a sus hijos su lengua materna. Y no se les puede
culpar por eso, basta con ver las encuestas y la realidad de la situa-
ción para darnos cuenta que los problemas y dificultades son y serán
siempre parte de la vida de todos los pueblos mexicanos. Pero son
quienes sufren la situación en carne propia los que de verdad pueden
entender el significado de pobreza, marginación y necesidad. Son los
habitantes de la comunidad indígena quienes no ven estas palabras
como conceptos en un libro sino como una realidad que viven día a
día. Esta situación está provocando la rápida extinción del Tének en
la comunidad, ya que si no es transmitida de una generación a otra
corre peligro de extinguirse completamente, si son solo los adultos
quienes la hablan y los más jóvenes no la aprenden ¿Cómo se le man-
tendrá viva?
Sin duda es una cuestión para reflexionar porque vemos como
las lenguas maternas se han ido extinguiendo y muchas más están
en peligro de desaparecer. El Atlas de lenguas del mundo en peligro,
elaborado por la Organización de las Naciones Unidad para la Edu-
cación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO 2010), revela que en México
hay 364 variantes lingüísticas. Según el grado en que estas han caído
en desuso, el organismo internacional considera que 52 están en si-
tuación vulnerable, 38 en peligro, 32 seriamente en peligro y 21 en
situación crítica.
Una lengua es vulnerable cuando la mayoría de los niños la habla,
pero su uso se restringe a ámbitos como el hogar, se dice que está en
peligro cuando los niños no la aprenden como lengua materna. Está
44 · Disputas socio-territoriales en México

seriamente en peligro cuando solo los ancianos la hablan, mientras


que la generación parental puede comprenderla, pero no la habla en-
tre sí ni con sus hijos. Está en situación crítica cuando son solamente
los adultos mayores los que la hablan, pero solo la usan en algunas
ocasiones, para el caso del tének en San Antonio Huitzquilico se po-
dría considerar que su situación es solo de peligro por el momento;
sin embargo, si no se presentan alternativas de mejores condiciones
de vida dentro de la comunidad y se continua con la migración, den-
tro de pocos años la situación podría ser critica.
Son los habitantes de este pueblo quienes deben entender la im-
portancia que conlleva no abandonar sus raíces, que sin importar la
discriminación que existe hacia ellos son tan importantes para el país
y tienen los mismos derechos que el resto de los mexicanos. Porque
no se les debe ver como una minoría insignificante sino como piedras
preciosas que existen dentro de una mina esperando el resplandor del
sol para salir con su más bella expresión; aun ante las adversidades
que se puedan presentar, son los pueblos indígenas quienes le dan la
verdadera belleza al país. Son a ellos a quienes vienen a conocer los
extranjeros, son sus costumbres y tradiciones, sus formas de expre-
sión; su lenguaje único, sus vestimentas, sus comidas, sus historias
que se remontan a tiempos ancestrales la verdadera riqueza con la
que cuentan todos los mexicanos.
Es necesario comprender la importancia de salvaguardar las
lenguas indígenas, y con ello, la cultura y las tradiciones locales. Si
contribuimos a crear conciencia y actuar en consecuencia, sobre la
realidad de esta situación, y si enseñamos a otros el respeto hacia es-
tas culturas, por medio de la comunicación oral y escrita, ayudará
en gran manera como un incentivo para los hablantes de diferentes
dialectos a cuidar su cultura y defenderla.

2.1. Variantes dialécticas regionales para la lengua Tének

Los Tének, forman parte de la familia maya como grupos mesoameri-


canos, han habitado tiempo antes de la conquista española, la planicie
del golfo de México y una parte de la Sierra Madre Oriental, por lo
que su asentamiento poblacional hablante del Tének comprende los
tres estados de San Luis Potosí, Veracruz y una parte de Tamaulipas.
Con estos extensos asentamientos distributivos de los Tének se
han experimentado cambios en su forma de expresarse oralmente
Del despojo, a la identidad diluida · 45

debido a la mezcla constante de los diversos dialectos al convivir,


compartir culturas, costumbres y tradiciones entre sí. Estos cambios
que frecuentan a diario han llevado a que, aunque sean hablantes del
Tének varíe de un lugar a otro. Un ejemplo es cómo se habla Tenék
en San Antonio Huitzquilico. Tiene un manejo y pronunciación par-
ticular de las palabras y frases en Tének, debido a la mezcla con que
encuentra con los hablantes del náhuatl.
Y si vamos más lejos, desde los huastecos veracruzanos hay una
gran diferencia, ya que ellos cambian algunas silabas por otras para
referirse al mismo objeto. Cuando en esta región lleva la “ts” en una
palabra lo invierte con la “ch” y viceversa. Por ejemplo son tsamay,
en español significa frío, para los veracruzanos es dirían chamay; al
igual que niña es tsidhan, mientras que para los potosinos y para San
Antonio Huitzquilico se pronuncia chidhan.
Con estas observaciones nos damos cuenta que existen variantes
dialécticas regionales para el idioma Tének. Pero sin importar el cam-
bio en la semántica y la variación que pueda tener de un lugar a otro,
el Tének forma parte de la identidad cultural de cada comunidad in-
dígena que lo habla, sin importar su ubicación. Se debe asegurar su
supervivencia, porque como dicen ellos pathalshayejenchal a cualitz-
taichich todo lo que necesitas está en tu corazón, que hace referencia al
amor que sienten por sus raíces. Cada lengua es única y nos permite
ver el mundo de una forma diferente.

2.2 La lengua Tének en peligro de extinción

2.2.1 discriminación y pobreza

Según el INEGI (2010), en México solo el 6.6 por ciento de la pobla-


ción de 3 años y más habla una lengua indígena, pero la tendencia con
las nuevas generaciones tiende aún más a la baja en los próximos años.
Actualmente la supervivencia de una lengua no depende solo de
la cantidad de hablantes, sino más bien de otros factores. Entre ellos:
la identidad étnica, la importancia que le dan los hablantes a la lengua
para su identidad, y con ello, la conciencia de la necesidad de conti-
nuar hablando la propia lengua.
Normalmente se distingue entre dos tipos de extinción de una
lengua: a) la no supervivencia de los hablantes mismos, sea por el
genocidio o por eventos indirectos como enfermedades epidémicas y
46 · Disputas socio-territoriales en México

b) lo que llamamos la muerte del lenguaje, es decir, el hecho de que los


miembros de una etnia sobreviven físicamente, pero dejan de hablar
su lengua. Algunos lingüistas incluyen en esta categoría la incorpora-
ción sucesiva de elementos de la lengua dominante a las lenguas in-
dígenas, y tratan de describir el proceso de muerte de la lengua como
una sustitución paulatina de elementos de la propia lengua por los de
otra, o sea, la sustitución gramatical y lexical (Knab 1978, Hill/Hill
1977, 1986). A mi manera de ver, la muerte del lenguaje es la causa
de la posible desaparición del Tének, en San Antonio Huitzquilico, ya
que indudablemente ha sido desplazada por el español, que inicial-
mente fue impuesto como una herramienta para que la comunidad
indígena pudiera integrarse a la sociedad, pero que provocó que las
personas ahora piensen que ya no les es necesaria.
En este caso nos encontramos con una comunidad donde la lengua
Tének solo es hablada por los adultos, muy pocos jóvenes son más bien
bilingües (castellano y Tének) y los ancianos monolingües (Tének).
Adentrarnos en el contexto de la comunidad, nos muestra cómo
la lengua indígena Tenék está en peligro. Por ejemplo, Gelacia, de 69
años, sostiene sobre las razones que ella considera para no enseñarles
a sus hijos el dialecto Tenék, ella respondió:

…cuando estaba joven un hombre vino a mi casa a pedirme en matri-


monio, todo fue arreglado por nuestro padres yo no lo conocía de nada,
pero acepté porque antes así se acostumbraba, tuvimos 8 hijos pero él no
me dejo que yo les enseñara a los niños a hablar el huasteco, dijo que no
quería indios como yo en su familia, porque él era de “ razón”, de “sangre
pura” y no quiso que yo siguiera hablando tampoco. A veces me visitan
mis familiares y con ellos si hablamos así pero cuando él está en la casa me
mira con desprecio cuando me escucha y eso me hace sentir mal” (2016).

Cuando preguntamos a don Celedonio acerca de por qué no en-


señó su lengua materna a sus hijos él contestó

…mis hijos entienden cuando mi esposa y yo les hablamos en huasteco,


pero no les enseñamos porque ya no lo necesitan, ellos se van a la ciudad
a trabajar y allá tienen que hablar el castellano, sino saben no les darán
trabajo y acá la familia necesita dinero, yo trabajo en la milpa pero con
eso solo sacamos para los gastos de nosotros y en las tareas ganamos muy
poco, no alcanza el dinero, ahora ya no es como antes que nos confor-
Del despojo, a la identidad diluida · 47

mábamos con tortillas y frijolitos, los muchachos quieren ropa nueva y


otras cosas que con la vida que llevamos aquí no pueden tenerlas” (2016).

La situación económica en la comunidad sin duda es difícil como


actualmente lo es para la mayoría de los pueblos indígenas. Según
el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo So-
cial CONEVAL (2012), asocia que […] la precariedad y los diferentes
atributos de la adscripción a una etnia (el habla, la autoidentificación
y la residencia en un lugar indígena), se relacionan para conjugar
condiciones de pobreza en nuestro país. De esta manera el mismo
Consejo determina que el porcentaje de población hablante de lengua
indígena (HLI) que se encontraba en situación de pobreza en nuestro
país, casi duplicaba al de la población no hablante, es decir 76.8 por
ciento frente al 43.0 por ciento, sin embargo los datos más alarmantes
son los de la población en situación de pobreza extrema, ya que entre
los HLI este porcentaje fue casi cinco veces mayor frente a de la po-
blación no hablante de una lengua indígena, los datos fueron: 38 por
ciento HLI frente a un 7.9 por ciento de quienes no son hablantes de
una lengua indígena.
Viendo la situación en la que viven para ellos se vuelve una cons-
tante el migrar de la comunidad deseando lo que ellos consideran
será una vida mejor para sus familias, aunque eso conlleve abandonar
sus raíces. Cuando entrevistamos a don Virginio quien por cierto es
el comisariado ejidal, nos describe:

“mis cinco hijos viven en la ciudad de Monterrey, Nuevo León y prefie-


ren enviarnos dinero para que seamos nosotros quienes los visitemos
en aquella ciudad, donde llevan una vida alejada de nuestras raíces y
tradiciones, para mí es difícil trasferir lo que conozco de la tierra y su
cultivo, las tradiciones para curarnos con las plantitas que hay aquí, allá
ya no hablan su lengua materna, puro castellano, ya la vida en la comu-
nidad”(2016).

Es cierto que no es necesario dejar de hablar su lengua materna


para integrarse a la sociedad y encontrar un empleo, saber hablar es-
pañol es necesario y está claro que pueden aprender ambas, pero la
necesidad económica los ciega.
Octavio un joven de preparatoria a quien le hicimos una entrevis-
ta semiestructurada, respondió a la pregunta ¿Hablas Tének?:
48 · Disputas socio-territoriales en México

“...se hablarlo un poco pero no lo hago delante de mis compa-


ñeros de escuela porque la pronunciación de las palabras es algo
“chistosa” para ellos y se burlan de mí. Pero con algunos amigos
si platico en Tének y cuando vamos a la escuela en los descansos
nos hablamos también así pero nunca cuando hay más personas
cerca” (2016).

Esta situación muestra de alguna manera como los jóvenes están


perdiendo el amor por sus raíces (proceso de aculturación local),
aunque no conscientemente, ya son los factores externos son los que
provocan a un hablante del Tének desear dejar de hablarlo.

2.2.2 Los medios de comunicación como factor exógeno que influye en


la dilución del habla Tének

Actualmente los medios de comunicación están presentes en la co-


munidad de San Antonio Huitzquilico. Pasaron de sintonizar la ra-
dio en estaciones donde la música y el lenguaje eran en su dialecto,
al uso de la televisión. Recientemente los jóvenes han adoptado el
uso de celulares e internet, al emigrar a la ciudad en busca de fuentes
de empleo, regresan a su comunidad trayendo consigo nuevas ideas,
modas y un lenguaje distinto con el que crecieron y que lleva una
carga cultural importante que puede perderse si no existen las for-
mas apropiadas para trasferir toda esa carga cultural que concentra.
El adoptar costumbres de otras culturas ha provocado la pérdida de
la identidad cultural de este pueblo, es aquí donde radica otra de las
cusas que están provocando que los habitantes de habla Tének, de
esta comunidad, dejen de hablar su dialecto.
Cuando una persona conoce su cultura tiene conocimiento de sus
orígenes, su lenguaje, escucha las historias y leyendas que nacieron
con sus antepasados y aprenden a valorarlas. Llegan a un punto clave
en el que sin importar el lugar donde se encuentren serán capaces de
superar esas barreras que los quieren separar de su identidad cultural.
Porque hemos llegado a la conclusión de que una lengua no es solo
un medio para comunicarnos, sino una conexión con nuestros ante-
pasados que nos permite mantener viva nuestra identidad.
Del despojo, a la identidad diluida · 49

2.3 Condiciones de la supervivencia de la lengua Tének

2.3.1 Educación bilingüe-intercultural

Todas las lenguas indígenas de México comparten una relación des-


igual con la lengua dominante de nuestro país: el español. Desde hace
casi 200 años, los gobiernos independientes han considerado que este
idioma es el único que se debe hablar en México, pues es la única
lengua civilizada y moderna.
Para poner énfasis en esto basta con analizar la situación. Las le-
yes, la educación, los asuntos de gobierno, y de los sectores más ri-
cos y poderosos de la sociedad se han manejado casi exclusivamente
en español. Lo que nos lleva a la conclusión de que los hablantes de
lenguas indígenas para defender sus derechos ante el gobierno, par-
ticipar en el comercio, conseguir trabajos fuera de sus comunidades
y para poderse educar han tenido que aprender el español. Son estas
razones las que han hecho aumentar el número de indígenas que ha-
blan bilingüe además de su lengua materna.
Ahora veamos los dos lados de la situación, en cierta forma el bi-
lingüismo es positivo porque les permite a las personas de los pueblos
indígenas no quedar excluidos del resto de la sociedad, les permite
una comunicación con el resto de los mexicanos. La parte negativa
es que al ver las ventajas que les trae el saber hablar la lengua do-
minante los padres bilingües deciden no enseñar la lengua nativa
a sus hijos; hablan con ellos en español porque consideran que así
tendrán mejores oportunidades para integrarse a la sociedad, a una
sociedad racista donde se les librará del estigma de ser indígenas. De
esta forma la lengua indígena queda relegada al ámbito comunitario
y familiar. Lo que sucede al interior de las escuelas de nivel básico en
las escuelas prescolar y primaria dentro del ejido, no es diferente a lo
que sucede en el contexto local, ahí las clases se ofrecen en castellano,
sin dar oportunidad de mantener sus lengua materna, lo que contri-
buye a diluir la pérdida del habla Tének, lo preocupante es que ahora
las nuevas generaciones no perciben la carga cultural que de igual
manera se va perdiendo al igual que la lengua, hay tradiciones en la
medicina tradicional, en la agricultura, en el manejo sostenible del
medio ambiente y en la integración de la comunidad que se diluye.
Es difícil encontrar un equilibrio entre la necesidad de aprender
el español y no llegar al abandono de su lengua materna. Ya que una
50 · Disputas socio-territoriales en México

lengua indígena no desaparece por la cantidad de hablantes que tenga


si no por la falta de conocimiento de los hablantes mismos que debido
al desprecio e ignorancia de los mexicanos, que solo hablan el español,
les impide reconocer la riqueza y el valor de su lengua materna.
San Antonio Huitzquilico necesita tener una educación intercul-
tural bilingüe, donde se propicie la enseñanza y el uso de las lenguas
indígenas como instrumento de enseñanza aprendizaje y comunica-
ción. El español como lengua de relación intercultural, de modo que
se desarrollen léxica y estilísticamente hasta convertirse en idiomas
poli funcionales.

2.3.2 La enseñanza de la lengua Tének

La lengua Tének es un tesoro intangible, es necesario que se empleen


estrategias para lograr su supervivencia. La situación cada vez es más
difícil, pues el gobierno al imponer el español como una lengua ofi-
cial, en todas las escuelas públicas, ha provocado que la pérdida del
lenguaje de las personas indígenas se vaya perdiendo, surgiendo el
verdadero problema al preguntarnos ¿Cómo imponerles nuevamente
su lengua materna si son ellos mismos los que han decidido que ya
no les es necesaria? Actualmente se está trabajando en “recuperar las
lenguas indígenas” cuando algunas ya están más que muertas y otras
en riesgo de desaparecer.
Quienes tenemos conciencia del problema y nos hemos dado
cuenta de la gravedad del asunto podemos evitar que este proceso
se vuelva irreversible. Políticas lingüísticas bien planificadas e imple-
mentadas pueden reforzar los esfuerzos actuales de las comunida-
des de hablantes para mantener o revitalizar sus lenguas maternas y
transmitirlas a las generaciones más jóvenes.
La meta principal no es convertir a la población en individuos bi-
lingües o forzarlos a utilizar su lengua materna y desplazar el español,
nuevamente, para lograr integrarlos a las dos culturas (español-Té-
nek) sino individuos con raíces sólidas en su propia cultura y con
buenos conocimientos de la otra cultura. Utilizando de esta manera
el concepto de interculturalidad con el cual se lograría la interacción
entre “mestizos” e indígenas, ya que debido a las diferencias que exis-
ten entre ambos se ha creado una barrera divisora en el país donde
ser indígena es señal de inferioridad y el resto de la población es la
dominante.
Del despojo, a la identidad diluida · 51

El respeto a la diversidad cultural por parte de la población, en


general, donde no se permite que las ideas y acciones de un grupo
cultural estén por encima del otro, permitirá la integración y convi-
vencia logrando un enriquecimiento mutuo. He aquí la solución a la
pérdida de identidad de los indígenas, una nación donde sus “dife-
rencias” no los hagan sentir inferiores sino una parte importante de
la riqueza cultural del país y lograr, con ello, que vean la importancia
de defender y permanecer fieles a sus raíces, cuidando su lengua ma-
terna y todo aquello que los hace sentir identificados con el resto de
su grupo cultural.
La educación en Tének es un medio para salvaguardar el patri-
monio lingüístico de esta comunidad, es necesario respetar la lengua
materna en todos los niveles de la educación, donde quiera que sea
posible, y estimular el aprendizaje del plurilingüismo desde la más
temprana edad. Es necesario hacer énfasis en la necesidad y la im-
portancia de que las personas puedan expresarse en varias lenguas;
es decir, que sean bilingües, lo que dará pauta a aprovechar las opor-
tunidades externas que generalmente son dirigidas en castellano, sin
diluir su cultura como la gran riqueza local.

3. Conclusión

La globalización está siendo considerada como el ámbito de cambio


en el modo contemporáneo, ya que recompone el marco de las re-
laciones sociales. Ahora se habla de una sociedad global, moderni-
dad-mundo, este tema definitivamente deja sobre la mesa la idea de
repensar aspectos de las ciencias sociales, los cuales pueden plantear
una redefinición de las relaciones sociales, esto nos trae un nuevo
reto el cual es construir, en forma global, algunos de los objetos de
estudio, la identidad local desde diferentes factores, y el habla entre-
tejida con esta nueva forma global de ver el mundo.
San Antonio Huitzquilico está en proceso de “integración en una
sociedad global”, aunque esto provoca dejar a un lado su lengua mater-
na, ha sido desplazada por el español, debido a factores externos como
la discriminación, el comercio, la migración, la conectividad global.
Reconocemos que hoy en día la lengua Tének corre peligro de
desaparecer, ya que son muchas las personas que están decidiendo
aprender la lengua dominante y dejar de hablar su lengua materna.
En vez de enseñar Tének a sus hijos los padres han decidido elegir la
52 · Disputas socio-territoriales en México

lengua usar solo el español como elemento indispensable para redu-


cir la exclusión y discriminación.
La migración como factor paralelo que influye en este problema,
ya que son muchos los jóvenes que migran a las ciudades en busca de
nuevas oportunidades de trabajo como única alternativa para mejo-
rar la calidad de vida local, al mismo tiempo adoptan nuevas formas
identidades culturales, con lo que se ven diluidas sus raíces, olvidan-
do de esta manera su identidad y su propia cultura.
No hay razones para creer que las dos lenguas Tènek-Español no
puedan coexistir dentro de una misma comunidad, al contrario saber ha-
blarlas tiene sus ventajas, pueden coexistir y de esta manera entender que
ambas son importantes y cumplen una función dentro de la sociedad.
A manera de cierre solo queda exhortar a todos a adoptar una
mentalidad nueva, una mentalidad pluricultural, es cierto que las
ideas impresas en papel son tomadas como un objeto de lectura, alu-
diendo la frase de (Ana Frank 1947) “el papel es más paciente que los
hombres”, pero no cabe ninguna duda que un cambio de actitud, por
parte de todos los hablantes Tenék puede hacer la diferencia entre
salvar o dejar morir una lengua indígena, una identidad, una cultura.

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“Ya no quieren que abramos más terrenos
para sembrar pero ¿de qué vamos a vivir?”
Conflicto social en la Reserva de la
Biosfera Tehuacán-Cuicatlán. El caso de
localidad de San Juan Raya, Puebla15

César Durán Zepeda16

En las últimas décadas, el Estado mexicano ha buscado contrarrestar


la degradación ambiental y la pobreza a través de la adopción de polí-
ticas neoliberales, respondiendo, así, a los parámetros internacionales
sobre el conservacionismo y el multiculturalismo. No obstante, los
intereses del Estado en torno al uso del territorio difieren de los inte-
reses de las poblaciones, generándose una serie de conflictos por los
recursos. Tal es el caso de la declaración de la Reserva de la Biosfera
Tehuacán-Cuicatlán que dio origen a una serie de conflictos sociales
en la población de San Juan Raya —una de las localidades que que-
daron inscritas dentro de la Reserva— por el cambio en el acceso y
uso del territorio que modificó sus actividades de subsistencia. Así,
frente a los discursos que apuntalan la biodiversidad y la diversidad
cultural como nuevas posibilidades de inversión de capital y frente
a las “bondades” del turismo es importante analizar críticamente la
Reserva de la Biosfera Tehuacán-Cuicatlán como una nueva forma
de apropiación del territorio promovida por el Estado mexicano y or-
ganismos internacionales. A partir del trabajo etnográfico realizado
en la localidad se busca evidenciar algunos de los conflictos sociales
desatados por esta territorialización eco-neoliberal.

15. El presente trabajo forma parte de los avances de investigación del proyecto de te-
sis para maestría en antropología sociocultural intitulado Territorialización eco-neo-
liberal y conflicto social: San Juan Raya y la Reserva de la Biosfera Tehuacán-Cuicat-
lán, Puebla.
16. Estudiante de la Maestría en Antropología Sociocultural, Instituto de Ciencias
Sociales y Humanidades “Alfonso Vélez Pliego”, BUAP. Correo electrónico: othon-
siurob@gmail.com

[55]
56 · Disputas socio-territoriales en México

1. Las Reservas de la Biosfera como una nueva forma de apropiación


de la naturaleza

El origen de las Reservas de la Biosfera se remonta a la década de 1970,


cuando la crisis del régimen de acumulación de la segunda posguerra,
la crisis ambiental y la crisis de recursos naturales disponibles (Laurín,
2015), motivó que la Organización de las Naciones Unidas (ONU)
creara el Programa “Hombre y Biosfera”, cuya finalidad fue la conser-
vación de la naturaleza. De esta forma, las Reservas de la Biosfera se
definieron como una categoría de manejo internacional de la natura-
leza. Aunado a ello, en 1972, la UNESCO aprobó la Convención sobre
la Protección del Patrimonio Mundial, Natural y Cultural, de manera
que las nociones de naturaleza y cultura quedaron estrechamente vin-
culadas a la denominada Protección del Patrimonio de la Humanidad.
A partir de 1980 el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacio-
nal promovieron el concepto de gobernanza (Brenner y San German,
2012) que, relacionado al de desarrollo sustentable (promovido por la
Comisión Mundial del Medio Ambiente en 1987), se utilizaron como
estrategias para resolver los conflictos socioambientales (Santamari-
na, Vaccaro y Beltran, 2014). Pero no fue hasta la Cumbre de la Tie-
rra de Río de Janeiro, en 1992, cuando se impulsó la integración de
las poblaciones locales de las Reservas de la Biosfera a las acciones de
conservación que, en el año 2003, se legitimaron a través de la “bue-
na gobernanza”, una fórmula para la participación, gestión y empo-
deramiento de las comunidades locales sobre los espacios naturales
protegidos. Sin embargo, es importante advertir que la patrimoniali-
zación de la naturaleza y la cultura no ha estado exenta de “procesos
asimétricos caracterizados por los conflictos, las apropiaciones y los
desplazamientos” de poblaciones (Santamarina, 2009: 300).
El objetivo de las Reservas de la Biosfera es la conservación, pro-
tección y aprovechamiento sustentable de la biodiversidad, así como
el desarrollo económico de las poblaciones locales. Sin embargo,
muchas de las investigaciones realizadas en estos espacios naturales
protegidos han priorizado la cuestión ambiental. Por su parte, hay
autores (Azuela y Mussetta, 2009; Cortés et al., 2014; Laurín, 2015;
Figueroa y Durand, 2011; Morales, 2001; Santamarina, 2009) que ar-
gumentan que los espacios naturales protegidos no sólo involucran
aspectos naturales sino, sobre todo, aspectos de carácter político y
económico, destacando los arreglos políticos nacionales e internacio-
“Ya no quieren que abramos más terrenos”... · 57

nales sobre el control de los territorios, los recursos naturales y las


poblaciones humanas. En este sentido, afirman que la problemática
ambiental (con sus consecuentes políticas públicas) sirve como jus-
tificación de los objetivos económicos y políticos del neoliberalismo
que en el proceso de terciarización de la economía capitalista concibe
a la naturaleza como un recurso fundamental y estratégico (Cortés et
al., 2014; Laurín, 2015; Macip, 2015; Medina et al., 2013; Santamari-
na, 2009; Salleras, 2015).
Ahora bien, el territorio de las Reservas de la Biosfera atañe a los
Estados nación, quienes durante el siglo XIX y a lo largo del siglo XX
utilizaron el territorio no sólo para delimitar y justificar sus límites
geográficos (Bustos, 2009; Llanos-Hernández, 2010; Vargas Ulate,
2012) sino para construir el proyecto de homogeneidad étnica y cul-
tural de la población dentro de las fronteras de los Estados naciona-
les. En la bibliografía revisada acerca del territorio, los autores suelen
reconocerle dos dimensiones: una económico-política (dominación
material) y una cultural (apropiación simbólica) (Azuela y Mussetta,
2009; Bustos, 2009; Gupta y Ferguson, 2008; Haesbaert, 2013; Lla-
nos-Hernández, 2010; Medina et al., 2013; Vargas Ulate, 2012). En
cuanto a la primera dimensión, Sack (1986: 19) definió territorialidad
como “[…] the attempt by an individual or group to affect, influence,
or control people, phenomena, and relationships, by delimiting and
asserting control over a geographic area” a través de determinadas
estrategias de control y dominio material del territorio. Respecto a la
apropiación simbólica, la territorialidad remite a un espacio geográ-
fico simbolizado, significado y marcado por la cultura, es decir, un
espacio donde se crean identidades (Haesbaert, 2013). Regularmente
se tiende a separar el dominio económico-político estatal de las apro-
piaciones simbólico-culturales que las comunidades realizan sobre el
territorio, sin embargo, algunos autores refieren que la territorializa-
ción es un proceso de doble vía donde Estado y comunidades par-
ticipan en la formación de los territorios (Azuela y Mussetta, 2009;
Bustos, 2009; Haesbaert, 2013; Stamm y Aliste, 2014).
Vandergeest y Peluso (1995) —siguiendo el trabajo de Sack— des-
tacan la importancia de analizar las estrategias de territorialización
del Estado para controlar y administrar las acciones de las personas
sobre el territorio y los recursos naturales a través de tres procesos:
establecimiento de límites territoriales (cartografía), asignación de
derechos de tierra (títulos de propiedad) y asignación de recursos.
58 · Disputas socio-territoriales en México

A todos estos procesos los llaman territorialización interna. Con ello


demostraron el papel central del Estado en la conformación del te-
rritorio. Desde una perspectiva marxista, el Estado es “[…] la repre-
sentación de la voluntad y del poder de una clase que mantiene su
hegemonía por medio del espacio” (Bustos, 2009). En este sentido,
la territorialización se concibe como un proceso relacionado con las
relaciones sociales de producción capitalista, de manera que el terri-
torio se organiza para la producción, circulación y consumo de mer-
cancías (Medina et al., 2013).
Además, las Reservas de la Biosfera involucran a diferentes acto-
res sociales en distintos niveles: organismos internacionales (ONU,
FMI, BM y UNESCO, la cual se reserva el control de su gestión y
monitoreo); organismos nacionales, como las secretarías de Estado
encargadas de la administración de los recursos naturales; pobla-
ciones locales y ONG. De acuerdo con Laurín (2015), las Reservas
de la Biosfera son una nueva forma de apropiación de la naturaleza
que responde a una problemática geopolítica en la que los territorios,
otrora nacionales, se vuelven “territorios universales” como expre-
sión de la dominación espacial a nivel global. En efecto, el control
sobre un territorio concreto no sólo es llevado a cabo por los Esta-
dos-nación, sino por el establecimiento de relaciones económico-po-
líticas con otros Estados y organismos internacionales en torno a la
conservación de la naturaleza. También, la creación de Reservas de
la Biosfera se inscribe en procesos de territorialización que implican
un cambio en la relación que el Estado y las poblaciones tienen con
el territorio a partir de su participación activa en el mercado (Cortés
et al., 2014; Laurín, 2015; Santamarina, 2009; Vandergeest y Peluso,
1995). Esta nueva territorialización se enmarca en lo que actualmente
se denomina conservación neoliberal (Durand, 2014; Santamarina et
al., 2014), es decir, la integración de la naturaleza a la lógica y políticas
neoliberales por parte de las instituciones públicas, lo que Cortés et
al. (2014: 67) llaman procesos de eco-neoliberalización.

2. La Reserva de la Biosfera Tehuacán-Cuicatlán y San Juan Raya

La Reserva de la Biosfera Tehuacán-Cuicatlán (en adelante, la Re-


serva) es un territorio ubicado entre Oaxaca y Puebla (conformado
por 31 municipios del estado de Oaxaca y 20 municipios del estado
de Puebla). Su origen se remonta a 1996 cuando el gobernador del
“Ya no quieren que abramos más terrenos”... · 59

Estado de Oaxaca, Diódoro Carrasco, declaró al Valle de Cuicatlán


como “Zona Sujeta a Conservación Ecológica”. Asimismo, en 1997,
el gobernador del Estado de Puebla, Manuel Bartlett Díaz, declaró la
región de Tehuacán-Zapotitlán “Zona Sujeta a Conservación Ecoló-
gica”. Por iniciativa de investigadores de la Universidad Nacional Au-
tónoma de México (UNAM), la Universidad Autónoma Metropolita-
na (UAM), los gobiernos de los estados anteriormente mencionados
y organizaciones de la sociedad civil, el 18 de septiembre de 1998, por
decreto presidencial, ambas regiones fueron integradas en una única
Área Natural Protegida (ANP) con carácter de Reserva de la Biosfera.
De acuerdo a la Comisión Nacional de Áreas Naturales Prote-
gidas (CONANP), el territorio de la Reserva abarca una superficie
de 490,186 hectáreas, con diferentes tipos de vegetación: matorrales
secos (xerófilos), pastizales y bosques. Existen 2,703 especies de plan-
tas, de la cuales 30% son endémicas; 102 especies de mamíferos, des-
tacándose el puma y el venado cola blanca; 356 especies de aves; 53
especies de reptiles. Además, existe uno de los yacimientos fosilíferos
marinos de la era del Cretácico más importantes del planeta. Según
la información que aparece en el Programa de Manejo Reserva de la
Biosfera Tehuacán-Cuicatlán (2013) de los 35,724 habitantes de la Re-
serva, 27, 961 (78,3 %) pertenecen a algún grupo indígena: popolo-
cas, nahuas, mixtecos, cuicatecos, mazatecos, chinantecos, chochol-
tecos e ixcatecos. En el Estado de Puebla, 9,228 indígenas habitan la
Reserva, en su mayoría popolocas y nahuas. El resto de la población
es mestiza y afromestiza (CONANP, 2013).
Es pertinente señalar que las Reservas de la Biosfera se dividen en
tres áreas principales: “a) áreas núcleo que no pueden ser habitadas
por poblaciones humanas —o zonas exclusivas para la conservación—
y que poseen a su alrededor, b) áreas de amortiguamiento —o zonas
destinadas a la restauración ecológica—, en las que también pueden
coexistir, c) áreas de transición —o zonas para actividades como la
subsistencia o turismo bajo, con una perspectiva sustentable” (Mora-
les, 2015: 16). Bajo este modelo, San Juan Raya —junta auxiliar del
municipio de Zapotitlán Salinas, ubicado al sureste del Estado de
Puebla— quedó circunscrita en el área de transición de la Reserva, de
manera que las nuevas disposiciones jurídicas relativas al acceso y uso
de los recursos naturales condicionaron y restringieron las principales
actividades económicas de sus habitantes: corte y procesamiento de
60 · Disputas socio-territoriales en México

izote (Yucca periculosa);17 pastoreo extensivo e intensivo de ganado


caprino (algunas familias llegaban a tener hatos de hasta 300 cabezas);
ampliación “libre” de los terrenos para cultivo, y recolección de leña
para autoconsumo y comercialización. A partir de las restricciones le-
gales, el corte de izote se condicionó a un permiso que asegurara su
aprovechamiento sustentable;18 disminuyó el número de cabezas de
ganado caprino por familia y se prohibió la ampliación de la frontera
agrícola así como la recolección de leña verde. Estas nuevas disposi-
ciones disminuyeron considerablemente los ingresos de la población.
Ante las prohibiciones y licitaciones sobre el territorio y recursos
naturales, la población se vio forzada a organizar actividades turís-
ticas que formaban parte del desarrollo sustentable promovido por
la Reserva. Así, a finales de 1990, se diseñó el primer recorrido tu-
rístico que en la actualidad se denomina “Recorrido al Parque de las
Turritelas”.19 En el año 2000, como parte de un proyecto comunita-
rio gestionado por el Servicio de Promoción Integral Comunitario
Juvenil, A.C. (SEPICJ, A.C.), comienzan a construirse las primeras
cabañas destinadas al turismo, sin embargo, el proyecto se detuvo
durante algunos meses debido a conflictos de intereses al interior de

17. Arias et al. (2000) describen algunas características de esta especie de agave y su
uso en la región: “Aspectos ecológicos. En el valle de Tehuacán florece durante los
meses de marzo y abril. Esta especie forma verdaderas comunidades, a las que se les
denomina ‘izotales’, por su gran abundancia. Crece en planicies y valles con suelos
profundos. Uso tradcional. La inflorescencia es conocida como ‘palmito’ y es muy
preciada debido a que sus flores son comestibles. A la fibra que se extrae del tallo
de esta yuca se le conoce como ‘coaxcle’. En décadas pasadas esta fibra fue utilizada
como relleno de asientos para autos, colchones y sillas. Con las hojas nuevas del
‘cojoyo’ se tejen adornos utilizados en las fiestas patronales. Además, en granjas aví-
colas, se exprimen los tallos en el suelo para impedir altas producciones de metano
resultado de los desechos orgánicos. En la comunidad de Los Reyes Metzontla se
utiliza como leña para la cocción de la cerámica. Con los tallos de plantas muertas se
fabrican macetas rústicas”. Los pobladores de San Juan Raya afirman haberlo traba-
jado desde finales de los setenta hasta la declaración de la Reserva.
18. Dicho permiso tiene que solicitarse ante la Procuraduría Federal de Protección
del Ambiente (PROFEPA), la Comisión Nacional Forestal (CONAFOR) y la Direc-
ción de la Reserva de la Biosfera Tehuacán-Cuicatlán. Un permiso que, según afir-
man los pobladores, es impagable con relación al bajo nivel de ingreso de las familias.
19. Nombre del fósil más abundante en la zona. A este hit turístico —como le llaman
algunos pobladores— se le sumarían otros recorridos: La biznaga gigante, Las hue-
llas de dinosaurios, El pedimento, El campanario y Las estrellas (recorrido noctur-
no), los cuales se pueden hacer a pie, en caballo o en bicicleta.
“Ya no quieren que abramos más terrenos”... · 61

la población. Al final de la disputa, una familia del pueblo obtuvo la


posesión legal del proyecto y construyó un centro turístico. Asimis-
mo, el Fondo Nacional para el Fomento de las Artesanías (FONART)
impartió un taller dirigido a las mujeres para la elaboración de artesa-
nías de palma, conformándose un grupo comunitario: años después,
los problemas al interior del grupo comunitario de artesanas causa-
ron la separación de algunas de sus integrantes quienes formaron un
nuevo grupo familiar. La Organización No Gubernamental española
INTERAGO implementó una serie de proyectos entre la población:
aprovechamiento de agua de lluvia, estufas solares, difusión de San
Juan Raya como sitio turístico a través de un blog de internet y comer-
cialización de las artesanías de palma en España. Otras agrupaciones
impartieron talleres para la elaboración de medicamentos con plan-
tas de la región y réplicas en yeso de fósiles.
El yacimiento de fósiles marinos de la Reserva es oficialmente co-
nocido como la zona fosilífera San Juan Raya. De suerte que, desde
el primer estudio paleontológico realizado a mediados del siglo XIX,
diferentes personas han arribado al lugar, propiciando el tráfico de
fósiles a cambio de dinero, ropa o comida con los pobladores. Pero,
en 1991, una persona de la comunidad fue acusada y aprehendida
judicialmente por traficar con fósiles y piezas arqueológicas.20 A raíz
de este acontecimiento, el “tráfico” de fósiles disminuyó de manera
paulatina. En 2002, el Laboratorio de Ecología de Comunidades del
Instituto de Ecología de la UNAM construyó el Museo Paleontológi-
co San Juan Raya para tratar de impedir el tráfico ilegal de fósiles. El
proyecto tiene el propósito de educar a los habitantes de la región y
turistas sobre la importancia de los fósiles, así como beneficiar econó-
micamente a la población de San Juan Raya. Ante el incremento del
turismo en la región, particularmente en San Juan Raya, la Dirección
de la Reserva gestionó recursos ante la Comisión Nacional de Áreas
Naturales Protegidas (CONANP) y el Banco Mundial (BM) para la
reconstrucción y remodelación del Museo, el cual refiere a un proyec-
to arquitectónico de considerables dimensiones. La primera etapa del
proyecto se inauguró en marzo de 2010.21

20. Esta persona fue obligada a firmar su libertad condicional durante un año. Ase-
gura que, si bien su familia se dedicaba al intercambio de fósiles, él nunca participó
en dicha actividad. Además, afirma que “cuando vinieron los judiciales, estos llega-
ron justo a mi casa, pues, algunos de mis vecinos me señalaron por envidias”.
21. En el presente etnográfico, el comité regional de turismo gestionó ante el Gobier-
62 · Disputas socio-territoriales en México

Desde la primera hasta la última estancia de trabajo de campo


que se realizó en San Juan Raya,22 algunos comuneros afirmaron re-
iteradamente: “ahora sí que, como quien dice, somos una comunidad
turística”. Curiosamente, estas afirmaciones coinciden con los cursos
de capacitación turística que de 2009 a 2011 la Agencia Española de
Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), por medio
de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMAR-
NAT), ofreció a los pobladores como parte de la Estrategia de Turismo
de Naturaleza para la Reserva de la Biosfera Tehuacán-Cuicatlán. Estos
cursos tuvieron como finalidad capacitarse en el manejo de estrategias
mercadotécnicas sobre cómo organizar y ofrecer servicios al turismo,
esto es, desde cómo identificar (léase inventar) bienes y servicios turís-
ticos, hasta las maneras corporales y orales de dirigirse a los turistas.
En junio de 2011 se presentó dicha Estrategia en la ciudad de Te-
huacán como parte del Proyecto de Desarrollo Sustentable en el Va-
lle de Tehuacán-Cuicatlán, auspiciado por la CONANP y la AECID.
Luego de dar la bienvenida a funcionarios del gobierno, miembros de
las comunidades y medios de comunicación presentes, un funciona-
rio gubernamental señaló que en ese momento concluía el “proyecto
que beneficia a las comunidades y a la naturaleza, promoviendo su
conservación y el desarrollo económico y social a través del desarro-
llo de capacidades para enfrentar a este mundo globalizado, caracte-
rizado por la competencia”. Los obligados aplausos no se hicieron es-
perar. Enseguida, tocó el turno a otra funcionaria quien expresó que
la biofilia nos invita a ver a los recursos naturales como patrimonio
mundial de la humanidad y nos obliga a poner la mirada en la explo-
tación monetaria. Afirmó, además, que las acciones de dicho proyec-
to estaban encaminadas a aportar un valor agregado a los recursos
naturales. Finalizó diciendo que aquel era “[…] un proyecto dirigido

no del Estado de Puebla, un monto de dos millones de pesos para la conclusión del
proyecto del Museo. Dicho comité estaba integrado por tres personas de diferentes
localidades del municipio de Zapotitlán, entre ellas, una comunera de San Juan Raya.
22. Como se mencionó al principio del texto, el presente trabajo corresponde a los
avances de investigación para obtener el grado de maestría en antropología sociocul-
tural. Del mes de junio al mes de septiembre de 2016 se realizó trabajo de campo en
la localidad. La información recopilada aún está en proceso de análisis. Sin embargo,
entre los años 2011 y 2013 se realizaron diversas estancias, como parte de la investiga-
ción de licenciatura. El conjunto de la información obtenida hasta el momento se ha
ampliado y contrapunteado a sí misma. Demostrando, de esta manera, los cambios y
las continuidades, los conflictos y las contradicciones del proceso social en estudio.
“Ya no quieren que abramos más terrenos”... · 63

en equidad con la naturaleza”. También, la encargada de promocionar


las artesanías elaboradas por las distintas comunidades de la Reserva,
precisaba la importancia de “posicionarlas a nivel nacional e interna-
cional”. Al finalizar, los funcionarios conminaron a los presentes “a
degustar los platillos tradicionales y gourmet elaborados con produc-
tos de la región” que se ofrecieron en ese momento.

3. Los conflictos sociales en las Reservas de la Biosfera23

Los procesos de territorialización eco-neoliberal conllevan una serie


de conflictos sociales que, la mayoría de las veces, son minimizados,
omitidos o tergiversados por las autoridades nacionales e internacio-
nales —“ocultándolos” sistemáticamente— en beneficio de las polí-
ticas “conservacionistas” de la biodiversidad. Una de las formas más
recurrentes de este ocultamiento es la omisión de los procesos socio-
históricos de los territorios y las poblaciones que los han habitado
(Figueroa y Durand, 2011; Santamarina, 2009). Figueroa y Durand,
al analizar los Planes de Manejo de algunas Reservas de la Biosfera
en México, evidencian que “[…] pocas veces se narran los procesos
sociales, históricos, económicos que llevan a la población a su condi-
ción actual, esto es, se observa al deterioro como desvinculado de los
contextos e historia social, política y económica” (2011: 3).
Desde la creación de los primeros Parques Nacionales en el siglo
XIX, hasta las Reservas de la Biosfera durante el último tercio del siglo
XX y principios del XXI, los conflictos sociales generados en estos es-
pacios naturales protegidos se deben, principalmente, a expropiación
de tierras, cambios de uso del suelo y desplazamiento de poblaciones
(Brenner, 2010; Li, 2009; Santamarina, 2009). Von Bertrab, dice que
los conflictos socioambientales “[…] implican una contraposición o
incompatibilidad de posturas, específicamente con relación al acceso,
uso y significado de los recursos naturales […]” (2010: 57). En efec-
to, la heterogeneidad de actores sociales con diferentes perspectivas,
prioridades e intereses sobre la naturaleza y la conservación genera
disputas por el territorio y sus recursos (Von Bertrab, 2010).

23. Este apartado versa sobre cómo se ha tratado la temática del conflicto social en
las Reservas de la Biosfera en general. Para el caso particular de la Reserva de la Bios-
fera Tehuacán-Cuicatlán, los conflictos sociales desatados en la localidad de estudio
(San Juan Raya) se tratan en la sección final de las Conclusiones.
64 · Disputas socio-territoriales en México

En México, los conflictos sociales en las Reservas de la Biosfera


han sido documentados, sobre todo, por la ecología política y la so-
ciología ambiental (Azuela y Musseta, 2009; Brenner, 2010; Brenner
y San German, 2012; Durand, Figueroa y Guzmán, 2015; Halffter,
2011; Von Bertrab, 2010). La ecología política destaca la importancia
de analizar las estructuras económico-políticas institucionales que
subyacen en la gestión de los recursos naturales, el poder de estas y
de los distintos actores sociales en diferentes escalas (local, estatal,
nacional e internacional) sobre el acceso, uso y control de los recur-
sos, así como la contraposición de intereses como la causa de los con-
flictos socioambientales. Según Von Bertrab “Las diferentes posturas
e intereses respecto de la naturaleza siempre existirán; el reto está en
encontrar la forma de aprovechar estas diferencias, mediante meca-
nismos de negociación, diálogo y participación comunitaria, para al-
canzar la sustentabilidad” (2010: 77). Así, la ecología política recurre
a la gobernanza ambiental (o buena gobernanza) como un modelo
adecuado para la gestión y democratización del medio ambiente, así
como para la resolución de los conflictos socioambientales. Por su
parte, la sociología ambiental (Azuela y Mussetta, 2009) y la geografía
social (Stamm y Aliste, 2014) reconocen la importancia de analizar
los conflictos socioambientales tomando en cuenta el territorio.

3.1 Una mirada antropológica al conservacionismo neoliberal

Actualmente, la adopción de políticas conservacionistas neoliberales


por parte de los Estados nacionales determina los parámetros para
la creación, gestión y administración de las Reservas de la Biosfera.
Frente a la neoliberalización de la naturaleza, algunos autores, desde
un enfoque antropológico buscan “[…] poner en entredicho las po-
líticas conservacionistas ‘neoliberales’ […] presentadas y revestidas
como ecológicas o medioambientales” (Santamarina, 2009: 300). En
este sentido, Laurín (2015) afirma que las Reservas de la Biosfera son
territorios estratégicos para la reproducción del capital. Asimismo,
Medina et al. (2013: 96) al analizar las contradicciones sociales del
capitalismo tardío en la Reserva de la Patagonia chilena, demuestran
la “mundialización de la producción y consumo como [un] proceso
desterritorializado y como fuerza expansiva que se territorializa”. Por
su parte, Li (2009), desde una perspectiva biopolítica, revela que la
creación de zonas forestales para la conservación en tierras de campe-
“Ya no quieren que abramos más terrenos”... · 65

sinos del sureste de Asia, no redujo la pobreza. Durand (2014), señala


los millones de dólares en donaciones hechas por instituciones inter-
nacionales como la Global Environmental Found y el Banco Mundial
al Fondo Mexicano para la Conservación de la Naturaleza (FMCN),
institución privada que financia proyectos en selectas Áreas Naturales
Protegidas (ANP). En este orden de ideas, Santamarina (2009: 299)
argumenta que “las áreas naturales encapsulan de forma magistral
las contradicciones de nuestra praxis cultural, al fundarse estas como
modelos ecológicos sobre una máxima antiecológica”. Para Cortés et
al. (2014: 62) las crisis ambientales y económicas deben analizarse
como resultado del “ciclo histórico de transformación y expansión
capitalista dirigida bajo los dogmas del neoliberalismo”. Este tipo de
enfoques críticos del neoliberalismo retoman discusiones centrales
en torno al papel del Estado y su relación con el territorio a partir de
la primacía del mercado. Además, cuestionan el lugar que ocupa la
categoría de cultura en el marco de las políticas multiculturalistas, así
como su interconexión con las políticas para la conservación.
Para el caso mexicano, la adopción de políticas neoliberales en la
década de 1980 se consolidó en el año de 1992 a través de las refor-
mas al artículo 27 de la constitución, poniendo fin al reparto agrario
e iniciando la liberalización territorial. Durante la década del 90, el
desplazamiento de las responsabilidades sociales del Estado hacia
la sociedad civil creó y expandió el número de Organizaciones No
Gubernamentales (ONG) como parte del proyecto neoliberal mul-
ticulturalista. Además, la conservación de la biodiversidad en Mé-
xico se insertó en los circuitos del mercado global, específicamente
del sector terciario, por medio del valor agregado a la biodiversidad y
la diversidad cultural. Tal es el contexto en el que se creó la Reserva
de la Biosfera Tehuacán-Cuicatlán. Así, las recientes generaciones de
pobladores de San Juan Raya están formándose como servidores tu-
rísticos, lo cual ha generado una serie de conflictos por el territorio
y los recursos. Desde una mirada antropológica, se busca contribuir
críticamente al estudio de los conflictos sociales originados entre los
pobladores de San Juan Raya, a partir de la implementación de la Re-
serva de la Biosfera Tehuacán-Cuicatlán como parte de una terrrito-
rialización eco-neoliberal.
66 · Disputas socio-territoriales en México

4. Conclusiones

La declaración de la Reserva de la Biosfera Tehuacán-Cuicatlán dio


paso a una serie de conflictos sociales entre los diferentes sujetos que
buscan la apropiación de los recursos naturales, sociales y financieros
disponibles. Sin embargo, poco se ha documentado y analizado al
respecto. Frente a los discursos que apuntalan la biodiversidad y la di-
versidad cultural como nuevas posibilidades de inversión de capital, y
frente a las “bondades” del turismo para la inclusión socioeconómica
de los grupos humanos menos favorecidos, se considera pertinente
investigar etnográficamente los nuevos conflictos sociales que surgie-
ron en San Juan Raya a raíz de la creación de la Reserva de la Biosfe-
ra Tehuacán-Cuicatlán, así como las respuestas de la población a las
nuevas condiciones de acceso y uso de los recursos.
Lee (2014) argumenta que los conflictos sociales surgidos en la
cabecera municipal de Zapotitlán Salinas durante la implementa-
ción del Jardín Botánico “Helia Bravo-Hollis” (en 1985) y a partir
de la declaración de la Reserva no se potenciaron debido a cuatro
factores que contribuyeron a la aceptación del paradigma conserva-
cionista por parte de los habitantes. Primero, la administración del
Jardín Botánico quedó en manos de las autoridades locales. Segun-
do, se integró la historia local al proyecto de ecoturismo, con lo cual
los pobladores legitimaron sus derechos territoriales a través de la
reivindicación de una identidad indígena ancestral. Tercero, a pesar
de que la implementación de la Reserva condicionó y cambió el uso
de suelo, no modificó el régimen de propiedad territorial debido al
carácter no expropiatorio de la misma adaptándose a los derechos
de propiedad comunal. Además, los pobladores rechazaron, en 2004,
el Programa de Certificación de Derechos Ejidales y Titulación de
Solares (PROCEDE) evitando la privatización de sus tierras. Cuarto,
las políticas neoliberales alentaron la migración acelerada y masiva a
Estados Unidos desde 1980, de manera que al momento de la decla-
ración de la Reserva pocos habitantes se dedicaban a la agricultura.
Ésta es la razón por la cual la autora argumenta que las restricciones
de la Reserva no causaron disturbios en las actividades de subsisten-
cia de la mayoría de los pobladores. El conjunto de estos factores,
aunados al hecho de que cualquier problemática local era resuelta en
asamblea comunitaria, evitaron el ascenso del conflicto social en Za-
potitlán Salinas.
“Ya no quieren que abramos más terrenos”... · 67

Además, Lee (2014) señala que, a diferencia de lo que sucedió en


la cabecera municipal de Zapotitlán Salinas, no en todas las comuni-
dades de la Reserva hubo una plena aceptación del paradigma con-
servacionista. Nos parece importante retomar dicho señalamiento en
función de lo que ocurre en San Juan Raya. El conservacionismo en
San Juan Raya ¿fue aceptado voluntariamente por todos sus pobla-
dores? ¿Qué ha ocurrido con los conflictos sociales desencadenados
por la Reserva en esta población? En esta localidad, la propiedad te-
rritorial siguió siendo comunal, sin embargo, el principal conflicto
entre los pobladores y la Reserva ha sido el cambio de las actividades
económicas: prohibición de la ampliación de la frontera agrícola, el
corte de izote, el pastoreo extensivo e intensivo de ganado caprino y
la recolección de leña. Durante las entrevistas que se realizaron entre
2011 y 2013 la mayoría de la población afirmaba: “Ya no quieren que
abramos más terrenos para sembrar […] pero ¿de qué vamos a vivir?
¡Esa Reserva nomás nos vino a chingar!”.
Si bien los incentivos económicos que la Reserva dio a la población
para la organización de actividades turísticas evitaron la movilización
social y la confrontación violenta, no solucionaron ni disminuyeron
los conflictos. Fletcher indica (citado en Cortés et al., 2014) que los
planteamientos neoliberales traen aparejados nuevos mecanismos de
control y técnicas de gobierno cuyas estrategias se basan en promover
programas de incentivos que obligan, mediante penalizaciones o re-
compensas económicas, a acatar los objetivos de la conservación (por
ejemplo, el Pago por Servicios Ambientales). Las disputas en San Juan
Raya por obtener recursos exacerbaron y crearon nuevos conflictos al
interior de la localidad. Tal es el caso de la ruptura del grupo comu-
nitario de artesanas; la disputa por la apropiación legal de las cabañas
ecoturísticas; el rechazo de los pobladores al cobro de derechos de
admisión a la Reserva; y las cotidianas confrontaciones por la admi-
nistración del Museo Paleontológico.
Es pertinente pensar estos conflictos en relación al multicultura-
lismo neoliberal (Hale, 2007), ya que los espacios políticos abiertos a
los grupos culturalmente oprimidos y excluidos por los grupos do-
minantes les imponen, al mismo tiempo, una disciplina. Hale (2007:
303) señala que “la gran innovación del neoliberalismo consiste en
activar y reforzar las organizaciones de la sociedad civil como vehí-
culos principales de la formación de sujetos”. En efecto, las reivindi-
caciones de los pobladores de San Juan Raya respecto a una supuesta
68 · Disputas socio-territoriales en México

identidad indígena, además de abrirse camino en los espacios políti-


cos condicionados por la Reserva, están vinculadas con la ideología
neoliberal en la que los individuos deben asegurar su futuro apren-
diendo a comercializarse a sí mismos (Gledhill, 2004). Así lo demues-
tran las continuas capacitaciones turísticas a las que algunos poblado-
res se han visto obligados o sometidos a participar, tanto individual
como colectivamente.
Otro de los factores que generaron conflictividad en San Juan Raya
fueron las expectativas generadas por la Reserva en torno a los benefi-
cios económicos del turismo. Tal como lo expresó un habitante: “cuan-
do llegaron los de la Reserva, nos hablaron re-bonito sobre las plantas
y su conservación, y que el turismo y tanto y más… pero ¡puro cuen-
to!”. Lo cual contrasta con las reiteradas afirmaciones de los pobladores
sobre los beneficios de la Reserva: “¡antes arrasábamos con todo! Na-
die nos decía nada, pero ahora ya sabemos que las plantas tienen vida.
Al principio fue difícil, pero fue bueno porque al estar más verdes los
campos, a los turistas les gusta más, nos comparan con otros pueblos
y dicen que aquí está más cuidado… ahora ya tenemos conciencia”.
La paradoja en la supuesta conciencia conservacionista es posible de
explicar a través de lo que Roseberry (2014) denomina internalización
de lo externo que responde al proceso de terciarización de la economía
que, en el caso de San Juan Raya, refiere al paso de la producción agro-
pecuaria hacia una oferta de bienes y servicios turísticos.
Antes de finalizar, cabe mencionar uno de los mayores puntos de
“ruptura” entre los pobladores y los funcionarios de la Dirección de la
Reserva. En 2013 ocurrió un intento de saqueo de sotolines.24 El co-
mité de vigilancia de San Juan Raya aprehendió a los saqueadores. Sin
embargo, al pedir apoyo a la Dirección de la Reserva para proceder en
contra de los delincuentes, ésta no acudió inmediatamente, de manera
que al día siguiente se llevó a cabo una asamblea comunitaria en la
que estuvieron presentes representantes de la Dirección de la Reserva,
quienes explicaron sus funciones de gestión pero no de procuración
de justicia. Después de lo ocurrido, los pobladores se sintieron “decep-
cionados” por la postura de los funcionarios y acordaron “ya no pedir
apoyo a la Reserva” en cuanto a las labores de vigilancia. Más allá de la
decepción experimentada por los habitantes de San Juan Raya, una de

24. Especie vegetal endémica de la zona, apreciada por los turistas como planta de
ornato. Coloquialmente se conoce como “pata de elefante”.
“Ya no quieren que abramos más terrenos”... · 69

las problemáticas que se viven en estos espacios protegidos es la falta


de comunicación y certeza entre los diversos actores sociales25 sobre
qué sí se puede o no hacer con los recursos, cómo hacerlo, a quién
dirigirse, para qué etc. generándose altas y falsas expectativas así como
un sin número de incertidumbres. Por lo tanto, cabe preguntarse ¿a
quiénes benefician las políticas “conservacionistas”?
En suma, los conflictos sociales desatados en la localidad de San
Juan Raya a partir de la implementación de la Reserva de la Biosfera
Tehuacán-Cuicatlán forman parte de un proceso social material ca-
racterizado por la dominación y el acceso desigual al poder económi-
co-político (Gupta y Ferguson, 2008; Roseberry, 2014; Wolf, 2005), el
cual implica la producción de sujetos y comunidades diferenciadas
socioculturalmente.26 En efecto, los diferentes actores sociales rela-
cionados con la conservación de la naturaleza disputan por los diver-
sos recursos (naturales, económicos y políticos) disponibles. Así, la
territorialización eco-neoliberal, expresada en las políticas conserva-
cionistas, ha transformado las condiciones sociales de los habitantes
de San Juan Raya, a la vez que ha propiciado la reproducción de las
contradicciones y los conflictos sociales en la Reserva de la Biosfera
Tehuacán-Cuicatlán.

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nicativo, pues estos responden, más bien, a una problemática estructural.
26. Como asociaciones políticas en contextos de poder desigual, de acuerdo a la
acepción de William Roseberry (2014).
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Apartado 2.
Conflictos en zonas periurbanas
“Y nos cambió la mirada”
Habitus, identidad y conflicto en las
áreas de interfase rural-urbana

José Álvaro Hernández Flores27

1. Introducción

El periurbano se define como un espacio ubicado en las periferias de


las ciudades y de su exterior, el cual es escenario de transformaciones
profundas sobre los planos demográfico, económico, social, político
y cultural. Las áreas periurbanas, en su calidad de espacios de tran-
sición, ofrecen un espectro muy amplio de prácticas sociales, modos
de vida, identidades y actores que comparten características tanto del
mundo rural como del urbano. La composición social heterogénea y
dinámica de los sistemas periurbanos es con frecuencia foco de con-
flictos de diversa índole entre actores pertenecientes a ámbitos terri-
toriales distintos, los cuales poseen inicialmente formas diferentes de
vivir, de producir, de pensar, es decir, de aprehender el espacio que
ocupan. Al mismo tiempo constituye un ámbito favorable para la re-
constitución identitaria y la reformulación de los sistemas de valores,
ideas y prácticas.
Tomando como referente las categorías sociológicas de “habitus”
e identidad, el presente trabajo pretende dar cuenta de las transfor-
maciones que han experimentado los habitantes de tres localidades
periurbanas, de origen rural, en términos de sus esquemas identita-
rios, de percepción, de valoración y de acción sobre el mundo social.
De igual manera, se busca perfilar algunos de los conflictos más rele-
vantes asociados a dichos cambios, así como sus repercusiones en los
campos económico, social, cultural y simbólico.

27. Catedrático CONACYT. El Colegio de México: jalvaro@colmex.mx

[75]
76 · Disputas socio-territoriales en México

1.2 Propuesta metodológica

Los resultados que se presentan a continuación se derivan de una in-


vestigación de índole cualitativa, desarrollada bajo un diseño de ca-
sos múltiples. Dicha estrategia de investigación, la cual se desarrolla
a partir de la lógica de la replicación y contrastación de hallazgos y
resultados, permite, a partir de diferentes instancias de comparación,
extender los resultados empíricos hacia fenómenos de similares con-
diciones y niveles más generales de teoría, así como elaborar explica-
ciones “causales” locales referidas a la comprensión de procesos espe-
cíficos y en contextos definidos (Neiman y Quaranta, 2007).
Dado que los diseños de investigación de casos múltiples se dis-
tinguen fundamentalmente por sus posibilidades para la construc-
ción y desarrollo de teoría (Coller, 2000), la selección de los casos de
estudio en esta investigación no estuvo orientada por un criterio de
representatividad estadística, ni siquiera por el de “tipicidad”, sino por
su representatividad teórica, es decir, por las características intrínse-
cas que hacían de cada caso una oportunidad para ilustrar, refutar
extender la teoría. De esta manera, se seleccionaron tres localidades
pertenecientes al municipio de San Pedro Cholula, Puebla, las cuales
acusan un acelerado proceso de periurbanización como resultado de
la cercanía física con la capital del estado de Puebla. La elección de
estas localidades se fundamentó en cuatro criterios (vecindad geo-
gráfica, periurbanización reciente, antecedentes rurales y prácticas
productivas diferenciadas) que se consideraron fundamentales para
profundizar en la convergencia y/o diversificación de estrategias re-
productivas, a nivel inter e intra comunitario, desde la perspectiva
teórica de Bourdieu. Fue así como se seleccionaron las juntas auxi-
liares de San Diego Cuachayotla , donde la fabricación de ladrillos
constituye una actividad primordial; San Francisco Coapa, donde
la migración a los Estados Unidos acusa una intensidad inusitada; y
San Gregorio Zacapechpan, donde el cultivo de hortalizas y su venta
en los mercados regionales representa una importante fuente de in-
gresos. Estas tres localidades cholultecas, que colindan entre sí, han
sido objeto en los últimos años de transformaciones sociales y eco-
nómicas, resultado de su proximidad física con los centros urbanos
de Puebla y San Pedro Cholula. Se trata de localidades periurbanas,
con una cultura rural muy arraigada, con estrategias de reproduc-
ción social que pese a estar articuladas a actividades muy diferentes,
“Y nos cambió la mirada” · 77

continúan desarrollando —en mayor o en menor medida— diversas


prácticas agrícolas, y donde actualmente convergen, se relacionan y
se confrontan actores sociales de orígenes muy distintos.
Para la construcción de los casos se llevaron a cabo 27 entrevistas
a profundidad en hogares que fueron seleccionados en función de
su representatividad con respecto a los diversos arreglos familiares
y ocupacionales. Se indagaron cuestiones vinculadas a la posición
socioeconómica de las familias, su composición y estructura, la natu-
raleza de sus vínculos con otros grupos humanos, los cambios en la
estructura productiva local, el surgimiento de prácticas sociales y cul-
turales, y la emergencia de nuevas identidades, entre otros aspectos
relevantes. El diseño de la investigación y la elaboración de los ins-
trumentos de recolección y análisis de la estuvieron orientados, desde
sus inicios, por los conceptos y categorías de análisis que emanan de
la propuesta teórica de Pierre Bourdieu, en particular aquellos que
explican la dinámica reproductiva del mundo social. En este sentido,
se considera que los resultados contribuyen a expandir su ámbito de
aplicación y refinar algunas de sus conclusiones.

2. Campo, habitus e identidad

El problema de la reproducción de la sociedad y de sus mecanismos


de dominación-dependencia a todos los niveles, constituye uno de los
desafíos que la sociología desarrollada por Pierre Bourdieu aborda de
manera recurrente. A diferencia de otros autores identificados con el
paradigma estructuralista, Bourdieu desarrolla su teoría sociológica
desde la convicción de que la mera descripción de las condiciones
objetivas no es suficiente para explicar el condicionamiento social de
las prácticas. Para Bourdieu es necesario además:

Rescatar al agente social que produce las prácticas y a su proceso de pro-


ducción. Pero se trata de rescatarlo no en cuanto a individuo, sino como
agente socializado, es decir, de aprehenderlo a través de aquellos elemen-
tos objetivos que son producto de lo social (Gutiérrez, 1997:18).

Esta postura metodológica implica el reconocimiento de una re-


lación construida entre los dos modos de existencia social: las estruc-
turas objetivas externas —lo social hecho cosas— plasmado en las
relaciones objetivas que suponen todo tipo de condicionamientos ex-
78 · Disputas socio-territoriales en México

ternos al individuo; y las estructuras sociales internalizadas —lo so-


cial hecho cuerpo— incorporado al agente bajo la forma de habitus,
es decir, bajo sistemas de disposiciones incorporadas por los agentes
a lo largo de su trayectoria (Gatti, 2007).

El habitus se define como un:

Sistema de disposiciones durables y transferibles, estructuras estructura-


das predispuestas a funcionar como estructuras estructurantes, es decir
como principios generadores y organizadores de prácticas y de represen-
taciones que pueden estar objetivamente adaptadas a su fin, sin suponer
la búsqueda consciente de fines, ni el dominio expreso de las operaciones
necesarias para alcanzarlos (Bourdieu, 1980:88).

En otros términos, se trata de aquellas disposiciones interioriza-


das por el individuo a partir de la posición que ocupa en el espacio
social y a partir de su trayectoria, que lo llevan a actuar, sentir, perci-
bir, valorar y pensar más de una manera que de otra. Bajo esta mirada,
los agentes tienen gustos, preferencias, opiniones, percepciones, que
corresponden a su posición en el espacio social, y por consiguiente, al
sistema de esquemas de disposiciones y apreciaciones —al habitus—
al que está asociado por intermediación de los condicionamientos
sociales a esa posición. En tanto esquema de percepción y de acción,
el habitus determina los límites de lo posible o imposible, lo pensable
o impensable, lo que es para nosotros y lo que no es, que el individuo
incorpora a lo largo de su vida a partir de las condiciones objetivas
externas en las que actúa. Se trata de una matriz generativa histó-
ricamente constituida, institucionalmente arraigada y socialmente
variable que permite a los agentes hacer, pensar, decidir, valorar, de
acuerdo a su propia historia. Se trata, pues, de una especie de sentido
práctico de lo que hay que hacer en una situación determinada (Ro-
dríguez, 1999).
Así, bajo el enfoque de Bourdieu, las prácticas sociales están con-
dicionadas socialmente por una doble dimensión: por la situación y
el contexto donde se desarrollan las acciones —es decir, el campo
social—; y por la manera de pensar, las tendencias a actuar y a perci-
bir el mundo —el habitus— de quien las produce. De esta manera, las
prácticas sociales son resultado del encuentro entre un habitus y un
campo específicos, es decir, entre la historia objetivada y esa misma
“Y nos cambió la mirada” · 79

historia que ha sido incorporada por los agentes. Esta forma de en-
tender las prácticas sociales implica reconocer que las prácticas —y
por consiguiente las estrategias de los agentes sociales— no son pro-
ducto de la intención consciente y racional del agente social, sino de
las disposiciones de su habitus, el cual tiende de manera espontánea a
reproducir las condiciones de su propia producción (Bourdieu, 1988)
El habitus constituye también un concepto eficaz para compren-
der los principios constitutivos de la identidad. Rizo (2006:6) señala
que el habitus se relaciona con la identidad en tanto que se refiere
a los “sistemas incorporados que pueden ser entendidos como pro-
pensiones clasificatorias y valorativas, socialmente adquiridas, acerca
de lo que es uno mismo y de lo que son los otros”. Asimismo, el ha-
bitus, al igual que la identidad, se adquiere fundamentalmente en la
llamada socialización primaria mediante la familiarización con prác-
ticas y con unos espacios que son producidos siguiendo los mismos
esquemas generativos en los que se hallan inscritas las divisiones y
categorizaciones del mundo social (Arteaga, 2000; Giménez, 2002).
Siendo la actuación del pasado en el presente, o como señala Bour-
dieu (1980:94) “la presencia actuante de todo el pasado del que es
producto”, tanto el habitus, como la identidad, nos hacen percibirnos
como seres particulares, diferentes a los otros.
Si bien el propio Bourdieu (2006) subrayó en sus últimos trabajos
el carácter duradero, pero no inmutable del habitus, el cual, al ser pro-
ducto de la historia, constituye un sistema abierto de disposiciones
que se confronta permanentemente con experiencias nuevas, y por
lo mismo, es afectado también permanentemente por ellas, la manera
en que se plantea la relación entre las estructuras objetivas y el habi-
tus, oculta las condiciones que favorecen movimientos y/o adaptacio-
nes en los habitus individuales o de clase (Henríquez, 2014).
El presente trabajo pretende justamente discutir el carácter de
durabilidad y permanencia de las disposiciones que conforman el
habitus, y su tendencia a la reproducción, en contextos de cambios
estructurales veloces y profundos en los que se verifica un desfase
entre las nuevas condiciones objetivas emergentes y habitus de los
agentes sociales. Al mismo tiempo se interroga acerca de la viabili-
dad de las prácticas agrícolas, en contextos estructurales plagados de
incertidumbre, en los que cobran relevancia instrumentos de repro-
ducción más eficientes.
80 · Disputas socio-territoriales en México

3. Transformaciones identitarias y en el habitus asociadas a la pe-


riurbanización

A partir del trabajo de campo realizado como parte de esta inves-


tigación se puede afirmar que en su condición de zonas de interfase,
las localidades objeto de estudio han experimentado durante los úl-
timos años una serie de transformaciones en el ámbito productivo y
social, que han alterado de modo significativo los habitus de sus po-
bladores. En términos generales se identifican dos procesos de carác-
ter estructural que han incidido de manera directa en la modificación
de los habitus:
1. La cercanía de la ciudad, no sólo en términos geográficos, sino
como modo de vida que se impone paulatinamente a las comunida-
des rurales: i) bajo la forma de instrumentos de reproducción ausen-
tes o poco efectivos en el pasado (el sistema escolar, el mercado de
trabajo, el mercado inmobiliario); ii) como prácticas sociales inéditas
(aspiraciones, patrones culturales, pautas de consumo); o iii) bajo
la forma de nuevas pautas de sociabilidad —la mayor parte de ellas,
marcadas por el conflicto— que se derivan de la presencia inminente
de actores sociales, de origen urbano, con los que se disputa el control
del territorio y de sus recursos.
2. La migración transnacional, fenómeno que coloca a dos de
las juntas auxiliares estudiadas (San Francisco Coapa y San Grego-
rio Zacapechpan) como las localidades que más población han ex-
pulsado a lo largo de las últimas décadas en la Zona Metropolitana
Puebla-Tlaxcala (INEGI, 2005). Los efectos de la migración transna-
cional se manifiestan en las esferas productiva y reproductiva de las
familias, pero también en el ámbito de las relaciones comunitarias,
las cuales se ven sometidas a tensiones derivadas de la confluencia
de esquemas de percepción y de acción diferenciados por parte de
población residentes, migrante y retornada.
Como veremos a continuación, dichos procesos repercuten de
manera diferencial en cada una de las localidades en función de su
ubicación geográfica y su dotación de recursos e infraestructura; así
como en los grupos domésticos de cada localidad a partir de sus ca-
racterísticas sociodemográficas y su perfil productivo.
“Y nos cambió la mirada” · 81

3.1 San Diego Cuachayotla: la ciudad como factor de cambio

San Diego Cuachayotla constituye un ejemplo plausible de cómo los


desajustes o rupturas entre las prácticas y las estructuras pueden llegar
a generar movimientos en los habitus individuales. Debido a su cer-
canía con la ciudad, esta localidad ha experimentado con particular
intensidad la penetración del modo de vida urbano y el surgimiento
de fenómenos emergentes como la pluriactividad, la migración y la
intensificación de los vínculos con nuevos actores.
Uno de los ámbitos más sensibles a la exposición con la urbe es el
que tiene que ver con la esfera laboral. Por lo regular, la adquisición
de habilidades y competencias específicas que demandan las nuevas
alternativas ocupacionales, implica una ruptura con la cotidianidad
rural y un cuestionamiento de las prácticas que se producen a ni-
vel local. A lo largo de las entrevistas realizadas durante el trabajo
de campo fue posible constatar que en este poblado, donde la alfa-
rería —y en menor medida la agricultura— han sido por décadas las
actividades productivas dominantes, existe la percepción de que las
nuevas generaciones están apostando por el desarrollo de activida-
des más vinculadas con la experiencia urbana. Mucho tienen que ver
en este proceso de cambio generacional las condiciones económicas
adversas bajo las cuales se desarrolla actualmente la alfarería en la
región, las cuales han dado lugar a una reorientación paulatina de las
prácticas productivas locales hacia actividades que se consideran más
afines con los intereses o apuestas que mantienen los agentes sociales
en el campo económico.
A la par de esta situación de índole estructural, habría que men-
cionar también la influencia dada por la coexistencia de mundos de
significado diferentes —y a menudo discrepantes— que se derivan
de la interacción con contextos más amplios; influencia que a nivel
local se expresa en la producción de un conjunto de prácticas cultu-
rales aprehendidas como parte de los procesos de socialización en el
ámbito urbano y adaptadas al entorno local. Como se puede ver en
el siguiente testimonio, la percepción de los habitantes de San Diego
frente al despliegue de estas nuevas prácticas, es por lo regular, de
preocupación y rechazo:

La ciudad nos ha alcanzado muy poco todavía, pero sí ha afectado un


poco, sobretodo en la juventud que ahora ya está más despierta pero no
82 · Disputas socio-territoriales en México

para buenos hábitos sino para malos. Como estamos cerca pues los mu-
chachos van aprendiendo las cosas malas y una de ellas si te das cuenta
son los grafitis, anteriormente en nuestra época ¿cuándo íbamos a gra-
fitear? pero ahora si te das cuenta aquí ya no respetan, la iglesia ya la
pintaron (…) ahora ya son bastantes los que trabajan [en la ciudad], yo
creo que eso hace que también ya despierten sobre todo los malos hábi-
tos, se formen ya las famosas bandas, que eso no existía en los pueblos
(Luis, 2010).

El sentimiento de incertidumbre y preocupación por parte de los


pobladores locales hacia el despliegue de nuevas prácticas, se deriva
fundamentalmente de la confrontación de subjetividades que ocurre
a partir de la interacción con agentes que a lo largo de su trayectoria
social han estado en contacto con otros ámbitos. Y es que si bien San
Diego Cuachayotla ha sido durante décadas una localidad receptora de
población del interior del estado, los habitus —y por lo tanto, las iden-
tidades— de dichos grupos, no han entrado nunca en conflicto con las
de los habitantes. De hecho, a decir de los pobladores de San Diego,
la gente que ha llegado de otras zonas rurales del estado en busca de
trabajo, se ha integrado paulatinamente a la comunidad adoptando y
reproduciendo las prácticas locales, al punto de que actualmente son
ellos quienes actualmente continúan desarrollando la actividad alfa-
rera. Cosa distinta sucede con los agentes sociales provenientes de la
ciudad capital, a los que los pobladores de San Diego suelen ver con
desconfianza y con los cuales mantienen una relación distante.
Al respecto es conveniente aclarar que si bien la población de ori-
gen urbano que vive actualmente en San Diego Cuachayotla es prác-
ticamente inexistente, los habitantes de esta localidad ven con recelo
la experiencia de poblados vecinos, en donde la interacción con este
tipo de actores ha sido fuente frecuente de conflictos comunitarios.
El tema de la “cooperación”, práctica social que se encuentra fuerte-
mente arraigada en toda la región de Cholula, ejemplifica de manera
clara la forma en que el modo de vida urbano entra en pugna con las
prácticas, representaciones y creencias que son propias de un modo
de vida que, pese a su desvinculación de las prácticas agrícolas, sigue
teniendo un fuerte componente rural:

Uno de ciudad que no está acostumbrado a eso dice: no pues por qué voy
a cooperar, si ya pague aquí mi casa, ya estoy pagando esto, yo no tengo
“Y nos cambió la mirada” · 83

por qué cooperar para el pueblo. Muchas veces por eso surgen los con-
flictos, pero aquí todavía no, aquí sí ya hay gente de fuera, pero no vienen
en conjunto, por decir, no hay un conjunto habitacional, porque si lo hay
ya la mayoría se opone, pero como hay uno por aquí, otro por allá, sí se
les hace el cobro (Luis, 2010).

Es en este escenario conflictivo, marcado por la emergencia de


nuevas formas de interacción, diálogo o conflicto, que los habitantes
de San Diego Cuachayotla construyen en lo cotidiano sus identidades.
La confrontación de subjetividades, propia de los espacios periurba-
nos, dota a este proceso de construcción identitaria de características
muy particulares. Las conformaciones identitarias de los habitantes
del periurbano tienen lugar al interior de marcos sociales que deter-
minan las posiciones de los agentes, y orientan sus representaciones y
opciones. Estas identidades se construyen y reconstruyen permanen-
temente atendiendo a un sistema de relaciones e intercambios sociales
que opone un grupo, a otros grupos con los cuales está en contacto.
Es precisamente en estas interacciones donde los individuos ponen en
juego sus representaciones sociales, sus sistemas de percepción, sus
habitus o cultura incorporada, a través de prácticas concretas.
En un contexto de modernización y cambio, donde grupos de
agentes marcados por experiencias diversas interactúan entre sí a
partir de la necesidad práctica de convivir, no es extraño encontrar
que no todos comparten unánimemente o del mismo modo una
identidad regional. Es el caso de San Diego Cuachayotla, donde la
identidad regional, construida sobre la base de las relaciones de ín-
dole comunitaria y el modo de vida específico de la localidad, ha co-
menzado a resquebrajarse a partir del contacto con identidades que
responden a modelos cuyo anclaje territorial —y por tanto, los signi-
ficados valorativos y emocionales asociados al mismo— se encuen-
tran ubicados fuera de la región.
La escisión entre identidad y proyecto futuro, es patente en los
relatos que rinden cuenta de las aspiraciones que los jefes de fami-
lia guardan con respecto a los miembros más jóvenes de cada grupo
doméstico. Y es que, al tiempo que la identidad regional de los habi-
tantes de San Diego se construye sobre una valoración positiva del
modo de vida tradicional, cuando se les interroga acerca de los deseos
y aspiraciones que guardan para con sus descendientes, elaboran una
respuesta que proyecta una imagen construida sobre la base de un re-
84 · Disputas socio-territoriales en México

ferente identitario que responde más a los requerimientos del modo


de vida urbano. Lo anterior nos habla no sólo de un cambio en la
modalidad de capital eficiente a los requerimientos propios del cam-
po social en el cual se desenvuelven los agentes, sino de una recons-
trucción de la imagen que guardan de sí mismos, reconstrucción que
pasa necesariamente por la redefinición de sus grupos de pertenencia
y de su proyecto a futuro.
Pese a las sucesivas correcciones y adaptaciones de los esquemas
clasificatorios, valorativos e identitarios, resulta difícil pensar en San
Diego Cuachayotla como una localidad en decadencia, donde el des-
arraigo y la desintegración social aparezcan como fenómenos ligados
al crecimiento de la ciudad. Más allá de esta concepción pesimista,
y atendiendo a la perspectiva teórica que concibe a la identidad, no
como algo construido, sino como un elemento en constante cons-
trucción, resulta más adecuado hablar de un proceso de redefinición
de la adscripción identitaria y de la modificación y adaptación de los
habitus individuales, en lugar de hablar de pérdida absoluta de los
mismos frente al crecimiento avasallador de la urbe.

3.2 San Francisco Coapa y San Gregorio Zacapechpan: la migración


transnacional como factor de cambio

A diferencia de San Diego Cuachayotla, donde los desajustes entre


prácticas y estructuras que trastocan y modifican los habitus indivi-
duales de los agentes sociales aparecen vinculados fundamentalmen-
te a la cercanía de la ciudad y a la penetración del modo de vida urba-
no; en San Francisco Coapa y San Gregorio Zacapechpan podemos
apreciar que la reformulación de las disposiciones y los esquemas de
percepción, valoración y acción sobre el mundo social se relacionan
de manera directa con el fenómeno migratorio.
En efecto, en el curso de un par de décadas, la migración y el flujo
de remesas han alterado de manera profunda la dinámica de la vida
cotidiana de estas localidades, la organización de su economía, sus re-
ferentes culturales, así como las relaciones, estructura y composición
los grupos domésticos que las integran.
Al ser la migración un fenómeno relativamente reciente, es natu-
ral que gran parte de los pobladores de estas localidades posean un
habitus marcado por la experiencia de la agricultura. En las entrevis-
tas realizadas, esta práctica productiva y social aparece de modo re-
“Y nos cambió la mirada” · 85

currente como instancia principal de socialización primaria entre los


adultos y ancianos. Sin embargo, para las nuevas generaciones, ni lo
agrícola ni lo rural constituyen referentes fundamentales a partir de
los cuales se estructuran las disposiciones y esquemas clasificatorios
y valorativos individuales; o al menos, no en la misma medida en que
lo fueron para antecesores. Así, los testimonios recabados durante el
trabajo de campo confirman que frente a la persistencia y el interés
de buena parte de la población adulta por mantener la propiedad y
el cultivo de sus terrenos, existe poco o nulo interés por parte de las
nuevas generaciones por continuar desarrollando estas prácticas. A
diferencia de sus progenitores, los jóvenes de ambas localidades cre-
cieron con el discurso de la migración. Hijos, hermanos o sobrinos de
migrantes, esta actividad forma parte de sus historias de vida. La mi-
gración aparece como un elemento inculcado de forma preconsciente
durante la infancia e interiorizado en el curso de su trayectoria vital
de formas muy diversas. Es así como para las nuevas generaciones
de esta localidad, la incursión en los circuitos migratorios aparece
como parte de “lo disponible” “lo posible”, “lo pensable”. El prestigio
y el éxito económico asociado a la actividad migratoria, así como la
existencia de redes sociales familiares y comunitarias que habilitan
y hacen factible la inserción laboral y social en territorio extranjero,
contribuyen a afianzar esta práctica como parte de las disposiciones
que conforman el habitus de los jóvenes. El siguiente testimonio es
ilustrativo de la forma en que los niños y adolescentes de ambas lo-
calidades están predispuestos para emprender la carrera migratoria
apenas terminen sus estudios secundarios:

Es como una enfermedad, la gente ya está mentalizada (…) los niños ya


están mentalizados de que se quieren ir a los Estados Unidos (…) me
manda a traer la maestra con un niño y me dice: pregúntele al niño qué es
lo que va a hacer cuando sea grande ¿Qué vas a hacer cuando seas grande?
No, dice, pues yo cuando sea grande me voy para Estados Unidos. Enton-
ces uno se da cuenta de la mentalidad de los niños y sí es preocupante
que ya tienen la idea de crecer e irse para Estados Unidos (Jacinto, 2010).

“Estar mentalizados” describe de manera precisa la forma en que


la experiencia migratoria ha sido encarnada o internalizada por parte
de las nuevas generaciones. Los cambios en el habitus son todavía más
evidentes en los agentes sociales que después de vivir la experiencia
86 · Disputas socio-territoriales en México

de migrar, regresan a sus localidades de origen. Las entrevistas reve-


lan que muchos de ellos encuentran serias dificultades para adaptarse
a sus anteriores condiciones de vida. Acostumbrados al modo de vida
urbano, pero sobre todo, a la posibilidad de encontrar un trabajo re-
munerado, la mayoría retoma la carrera migratoria, configurándose
como migrante recurrente:

Algunos llegan luego con sus hijos para venirse a vivir acá, les dicen: va-
mos a vivir bonito. Pero para ellos está feo el pueblo, dicen que hay harto
polvo (…) ya se sienten más que los otros, vienen diez días y como ya se
juntaron allá y tienen hijos allá, luego se van (Antonina, 2010).
Bueno la gente viene pero ya no se halla, nada más viene a quedarse
unos ocho, quince días, quizá un poco más pero luego se regresan, ya no
se hallan, de plano ya no se hallan, porque ya les gustaron los Estados
Unidos (Eusebio, 2010).

“No hallarse” es una frase que se utiliza con frecuencia para des-
cribir el desarraigo territorial que experimenta la población migrante
como resultado de los cambios en los esquemas de percepción, valo-
ración y acción que tienen sobre el mundo social. Los movimientos
en el habitus de los migrantes retornados propicia que un número
significativo de prácticas que anteriormente se producían de manera
cotidiana en una dinámica garantizada por las estructuras de plausa-
bilidad28, queden actualmente desancladas, pierdan su referencia en
el nuevo universo simbólico. Los entrevistados refieren que quienes
migran “se acoplan a otro mundo”, “cambian su mente” o “adoptan
otra mirada”. De esta manera aluden a los cambios en los esquemas
de percepción, valoración y acción que tienen su origen en la expe-
riencia migratoria y que se traducen en el desarrollo de prácticas que
desafían las normas establecidas:

Aquí hacen fiesta de cholos, se visten con ropas muy grandes y andan en
la calle; son los que andan pintando. Hace dos años había aquí una banda
de mujeres que les decían la banda de Las Conejas. Aquí en el pueblo han
pintado las paredes. Esto tiene como unos 7 o 8 años que ya empezó a
suceder, en el pueblo antes no había eso (Feliciano, 2010).

28. Las estructuras de plausabilidad, según Lindón (2000), están constituidas por las
condiciones que hacen posibles las prácticas.
“Y nos cambió la mirada” · 87

El surgimiento de prácticas culturales inéditas (como las pintas


y el graffiti), así como de nuevas de pautas de comportamiento so-
cial que anteriormente estaban vedadas o eran contenidas a partir de
los mecanismos de control social comunitario, genera preocupación
e incertidumbre entre los habitantes de San Francisco Coapa y San
Gregorio Zacapechpan, quienes perciben que estos cambios, intro-
ducidos a raíz de la migración, rompen con la homogeneización de
la conducta local, convirtiéndose en fuente potencial de conflictos.
Por otro lado, la introducción de hábitos de conducta y de consumo
ajenos a la cultura e idiosincrasia rural propios de esta localidad, han
debilitado en algunos casos los referentes tradicionales y cuestionan-
do las tradiciones y costumbres del pueblo:

[Las costumbres] se están perdiendo. Por ejemplo, ahora un sobrino que


se casó, que está al otro lado, pues ya se casaron allá, ya no quisieron
venirse a casar acá, como ya tienen familia allá, ya se casaron y ya bauti-
zaron a sus hijos allá (…) dicen: para que nos vamos a ir al pueblo aho-
rita, allá se gasta más y aquí pues no gastamos dinero como allá. Ya no
quieren gastar como antes. Ellos mismos compran la ropa, buscan a sus
padrinos de casamiento, hacen comida de lo normal y cada quien a su
casa (…) acaban tempranito y se van todos a su casa (Natividad, 2010).

La confluencia de agentes sociales con habitus diferenciados en un


mismo territorio, aunada a la diferenciación social que se genera en-
tre familias receptoras y no receptoras de remesas en esta localidad, ha
contribuido al debilitamiento paulatino de la cohesión comunitaria. Los
testimonios revelan que en ambas localidades existe una distancia cada
vez más marcada entre los que se van y los que se quedan, distancia que
se acentúa cada vez más a medida que crece la brecha generacional.
Más allá del surgimiento de fenómenos sociales como el vandalis-
mo, o de prácticas culturales inéditas como las “pintas” y “grafitis” que
se observan en los muros de las casas y las bardas de esta localidad, en
los últimos años se han comenzado a gestar cambios en los campos
religioso, político y familiar de las localidades bajo estudio. En el caso
particular de San Gregorio Zacapechpan, por ejemplo, la migración
ha propiciado el crecimiento de la secta religiosa de los Testigos de
Jehová, culto que se ha propagado de manera relevante entre la po-
blación retornada. El rompimiento de la hegemonía religiosa en el
contexto de una comunidad rural como San Gregorio Zacapechpan,
88 · Disputas socio-territoriales en México

donde las prácticas religiosas forman parte de los intereses constituti-


vos del campo social, denota un movimiento de importantes dimen-
siones en el habitus de los agentes. Al ser la religión una esfera que
atraviesa prácticamente todos los campos en esta localidad (econó-
mico, social, simbólico y hasta político) la adopción de una identidad
religiosa inédita en la comunidad supone la producción de un nuevo
patrón de prácticas sociales fundamentado en esquemas alternativos
de percepción y valoración del mundo social.
En el caso de los agentes sociales que pertenecen a los Testigos de
Jehová, estos se encuentran excluidos de las cooperaciones religiosas y
del sistema de cargos tradicionales. Al ser una minoría, los miembros
de esta iglesia se ven continuamente afectados en términos de las san-
ciones sociales que el resto de la comunidad les impone: continuamente
son señalados por el resto del pueblo, y las fiestas religiosas donde se
reúne y socializa el resto de la comunidad les están vedadas. Asimis-
mo, están fuera de la mayor parte de los circuitos comunitarios de pro-
ducción y distribución de capital social. Como contrapartida, al estar
eximidos del gasto suntuario y al permanecer fuera de las redes socia-
les que suponen la erogación permanente y continua de dinero, estos
agentes disponen por lo regular mayor capital económico, susceptible
de ser invertido en las actividades agrícolas u otras que representan una
fuente de ingresos. De esta manera, el disenso de estos agentes sociales
se puede interpretar —entre otras cosas— como una apuesta por mo-
dificar total o parcialmente la estructura del campo, desacreditando y
cuestionando la subespecie de capital (simbólico) sobre la que descansa
la fuerza de sus adversarios, valorizando, al mismo tiempo, la especie
de capital que ellos poseen (económico). El siguiente testimonio de un
miembro de la iglesia de los Testigos de Jehová, ilustra de manera muy
clara la forma en que se presenta esta disputa:

Yo ya no les coopero, y no me tienen que decir nada, pero si yo voy aho-


rita a la fiesta [patronal] y me siento ahí y me dan mi botella, mi cerveza,
pues cómo no, me tienen que señalar: éste que hace aquí si ya no coope-
ra, no es católico, y ya de borrachera hasta me golpean (…) en un video
de la fiesta salió cómo se emborrachó el presidente en las fiestas patrias,
ya ni pudo dar bien el grito y ahí lo estaba viendo su hijo, y me dice [mi
sobrino]: con razón no hacen negocio, mira nada más cuánto dinero ti-
ran, por eso tío nosotros estamos bien acá [en Estados Unidos], aquí no
hacen esas fiestas (…) la raza americana no hace fiestas, no hay nada de
“Y nos cambió la mirada” · 89

esas costumbres, los americanos se van a sus negocios, ahorran su dinero


y no gastan como acá.(…) por eso le digo que Estados Unidos es muy
rico porque allá no hay estas fiestas (Feliciano, 2010).

Sin embargo, los Testigos de Jehová no son los únicos agentes que
actualmente discuten y ponen en tela de juicio las tradiciones y cos-
tumbres del pueblo. En las entrevistas fue frecuente encontrar cues-
tionamientos de diversa índole dirigidos en contra de la cooperación
comunitaria y del monto de recursos que los grupos domésticos ca-
nalizan al gasto suntuario:

Ya muchos dicen: no pues hay que quitar la tradición, porque es mucho


dinero perdido, mejor que cooperemos para la familia para los niños que
hace falta. Y sí, yo digo que sí; igual cuando hacen una fiesta de casa-
miento, pues para qué tanto si nomás es un rato la fiesta y luego toda la
basura. Ya la gente se rumora así que tenemos cambiar ya estas costum-
bres (Natividad, 2010).
Cuando yo me junté con mi esposa, mi mamá me decía: cásate. Un
casamiento de los de acá, a como me caso mi mamá, estamos hablando
de unos 70 a 80 mil pesos (…) entonces yo le decía a mi mamá: para qué
me vas a casar, o sea, con todo lo que yo ya había ido a sufrir a Estados
Unidos, le dije: para qué vas a gastar, mejor mira, si vas a gastar 70 dame
40, mi suegra que me dé 40 y ya, mi casa va a ser para toda la vida, en
cambio mi fiesta es un solo día (Delfino, 2010).

Como se puede apreciar, la mayor parte de los cuestionamien-


tos tienen un antecedente en la experiencia migratoria de los agentes
sociales. En este sentido no es exagerado afirmar que la migración,
como fenómeno reciente en esta localidad, constituye una de las prin-
cipales instancias de confrontación de los habitus individuales. Pese a
lo anterior, es necesario decir que hasta el momento no se ha produ-
cido, de modo generalizado, una ruptura que derive en el exterminio
de las formas de organización comunitaria y de las prácticas religio-
sas y tradicionales, a partir de las cuales la población de San Grego-
rio Zacapechpan refrenda su identidad local. No hay que olvidar los
límites que imponen las condiciones objetivas y la capacidad de los
habitus para reproducirse y persistir a lo largo del tiempo.
Sin embargo, esto no significa que las personas no puedan esta-
blecer negociaciones con sus propias tradiciones y costumbres, y que
90 · Disputas socio-territoriales en México

en algunos casos, se logren subvertir algunas reglas, y con ello, con-


tribuir a la paulatina modificación de la estructura del campo. En San
Gregorio Zacapechpan, por ejemplo, un grupo de jóvenes consiguió
recientemente romper con la tradición que imponía el cumplimiento
riguroso de todos los cargos religiosos y civiles como requisito para
aspirar a la presidencia de la junta auxiliar. Esto significó imponer al
capital educativo y social por encima del capital simbólico que durante
décadas había constituido la forma legítima de acceder a esta posición.
Otro de los campos que se ha visto trastocado a partir de los mo-
vimientos en el habitus suscitados por las experiencias migratorias es
el campo familiar. El uso de métodos anticonceptivos y la planifica-
ción familiar son temas que aparecen en el discurso de los migrantes
retornados. Dada la intensidad del fenómeno migratorio es previsible
que la adopción de estas nuevas actitudes, pautas de comportamien-
to, esquemas de percepción, se traduzcan en un mediano plazo en la
transformación del tamaño y composición de los grupos domésticos
de esta localidad.
Entre de los cambios relevantes que se han generado en el interior
de los grupos domésticos, están los que se vinculan aquellos que tie-
nen que ver con la transformación de los roles sociales y de género
que resultan de la incursión de hombres y mujeres en escenarios no
agrícolas, principalmente en los Estados Unidos. Si bien la experien-
cia migratoria del jefe de familia no necesariamente acarrea cambios
duraderos en la estructura de autoridad del grupo doméstico; cuando
toda la familia migra, y las mujeres adoptan una participación más
activa en la obtención de recursos para el hogar, es posible obser-
var una redefinición del modelo tradicional de familia. Es previsible
que algunas de estas modificaciones sean incorporadas a los aspectos
ideológicos que se transmiten de una generación a otra, contribuyen-
do a transformar en el mediano plazo las relaciones de autoridad en-
tre géneros que de manera histórica en esta localidad se caracterizan
por ser desiguales.
Como se puede apreciar, la confrontación entre las subjetividades
locales y aquellas que por mediación de las prácticas migratorias se
construyen en interacción permanente con agentes sociales que per-
tenecen a otros ámbitos territoriales, han dado lugar a la presencia
de concepciones, identidades y visiones de futuro distintas. Con base
en la evidencia recuperada a lo largo del trabajo de campo se puede
afirmar que las localidades bajo estudio atraviesan por una etapa de
“Y nos cambió la mirada” · 91

transición, durante la cual, las estructuras sociales y las nuevas dispo-


siciones adquiridas por los agentes coexisten tanto a nivel individual
como colectivo. En este proceso algunas prácticas sociales han des-
aparecido, en tanto que otras, como la agricultura, permanecen, se
negocian, o incluso se refuerzan. En este sentido, es posible sostener
que si bien la migración ha trastocado la vida familiar, laboral y co-
munitaria, induciendo el éxodo de la población masculina, la separa-
ción temporal de los grupos domésticos, el aumento en la jornada de
las mujeres, la contratación de fuerza laboral ociosa para mantener
el cultivo de los terrenos, y la introducción de nuevas pautas de con-
ducta con todas sus implicaciones culturales y sociales; es a partir de
este mismo fenómeno que las familias de la comunidad han podido
seguir reproduciéndose biológica y socialmente, que la producción
agrícola se ha podido mantener vigente y que el territorio conserva su
carácter eminentemente campesino, en espera de que sus pobladores
retornen de su travesía.

4. Conclusiones

La integración paulatina de San Diego Cuachayotla, San Francisco


Coapa y San Gregorio Zacapechpan a la dinámica del crecimiento
urbano, ha propiciado cambios de importantes dimensiones en la
estructura territorial y en los sistemas productivos de estas localida-
des. Dado que las estructuras sociales no cambian al mismo ritmo,
ni con la misma intensidad que las disposiciones del habitus, estos
cambios se han traducido en una reconfiguración de las estrategias de
reproducción social, es decir, en el surgimiento de un nuevo patrón
de prácticas sociales que, atendiendo a las particularidades de cada
contexto, emprenden los grupos domésticos con la intención de me-
jorar las condiciones bajo las cuales se lleva a cabo su reproducción.
La reconfiguración de las estrategias reproductivas en las locali-
dades de estudio ha implicado el surgimiento de nuevas actividades
económicas; la intensificación de algunos fenómenos sociales, como
la migración y la pluriactividad; así como la adopción progresiva de
patrones culturales e identitarios inéditos. Lejos de presentarse de
modo uniforme u homogéneo, estos cambios han alterado los pre-
carios equilibrios sociales establecidos a nivel local, modificando la
estructura de poder y acentuando las diferencias entre los actores que
habitan el territorio periurbano.
92 · Disputas socio-territoriales en México

Una de las interrogantes que quedan pendientes ante la rapidez


con que se están presentando los cambios estructurales —y por tanto,
modificando las disposiciones de los agentes— en las localidades de
estudio, tiene que ver con la viabilidad de las prácticas agrícolas en el
mediano y largo plazo. Y es que si bien en toda la región de Cholula
la agricultura representó durante siglos el principal medio de subsis-
tencia, arraigándose con particular fuerza en el habitus de los agentes
sociales; en las últimas décadas, prácticamente en todas las localidades
periurbanas de este municipio se ha empezado a registrar un nuevo
patrón de prácticas que —en mayor o menor medida— denota un
desplazamiento del interés de los grupos domésticos hacia actividades
económicas más redituables. Responder a este cuestionamiento no es
asunto sencillo. La teoría señala que aunque el habitus tiene un carácter
durable, no es en modo alguno inmutable, ya que las prácticas sociales
que engendra no se deducen únicamente de las condiciones objetivas
pasadas, ni de las presentes, sino de la puesta en relación de ambas. En
todo caso, el análisis de los sistemas de estrategias de reproducción so-
cial nos revela cierta tendencia —en algunas localidades más acentua-
da que en otras— a mantener la agricultura como parte de los intereses
constitutivos del campo, es decir, como una actividad que los actores
siguen considerando relevante y que debe ser considerada y tomada en
cuenta como parte de cualquier propuesta de intervención que preten-
da favorecer a los grupos domésticos que habitan el periurbano.

5. Bibliografía

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efectos del fenómeno de
periurbanización en la reconfiguración
de identidades territoriales: el caso de
los fraccionamientos geovillas
de terranova y real del valle

Anatali Cruz Cardozo

1. El proceso de periurbanización

Las ciudades latinoamericanas tienen como característica el creci-


miento desordenado y en relación a un territorio jerarquizado, por
ejemplo, alrededor de la Ciudad de México se ha llevado a cabo un
proceso urbanizador que permitió la conformación de la Zona Me-
tropolitana del Valle de México y que ha alcanzado espacios rurales
que originalmente contaban con una lógica diferente a la que hoy se
presenta en esos espacios.
Al proceso de propagación de la ciudad sobre espacios original-
mente rurales se le conoce como periurbanización; cabe señalar que
a pesar de que dicho proceso conlleva una serie de transformaciones
profundas y en algunos casos perjudiciales tanto para la flora y fauna
nativas como para los habitantes originarios del territorio en cuestión
se sigue promoviendo la construcción de fraccionamientos en terre-
nos de cultivo, lo cual nos lleva a preguntarnos ¿por qué se permite
tal atrocidad?
La necesidad de vivienda es la respuesta a la que aluden gobiernos
locales y federales. A través de El Programa de Vivienda 2001-2006,
formulado con arreglo al Plan Nacional de Desarrollo propuesto por
el presidente Vicente Fox, el gobierno federal asumió el compromiso
de abatir los rezagos y atender las necesidades habitacionales de los
mexicanos.
Sin embargo, a pesar de que desde el año 2000 hasta la fecha el
número de viviendas ha ido en aumento, los créditos que se otorgan
para adquisición de vivienda benefician más a quienes venden que a

[95]
96 · Disputas socio-territoriales en México

quienes compran, como se señala a continuación. Por ejemplo, para


el año 2004 el financiamiento otorgado a la vivienda presento avan-
ces significativos, los créditos concedidos por organismos públicos
y privados crecieron un 6.2% anual y los recursos canalizados a la
vivienda aumentaron un 14.1% (Sánchez & Saucedo, 2012).

Imagen 1. Las constructoras que más viviendas


han construido (Elaborada por Ramírez, 2013)

Ante tal panorama, la construcción de vivienda demostró ser un


mercado con amplias posibilidades de crecimiento y algunas empre-
sas desarrolladoras de vivienda como consorcio GEO, JAVER, ARA,
Homex y Urbi aprovecharon tal situación (ver Imagen 1). Las cons-
tructoras empezaron a edificar vivienda de tamaño reducido, con
materiales de baja calidad y sin estudios previos de impacto ambien-
tal, siendo así las más beneficiadas.
Por otra parte, la construcción de cerca de dos millones de vivien-
das de bajo costo, la ampliación del crédito a los sectores de menores
ingresos (quienes apenas contaban con un trabajo remunerado) y la
crisis económica de 2008 derivaron en un aumento de la cartera hi-
potecaria vencida, ya que las personas que adquirieron un crédito y
quedaron desempleadas dejaron de pagarlo y de aportar sus cuotas
(Yáñez, 2014), lo cual provocó que cada vez más mexicanos abando-
naran la vivienda en la que invirtieron su crédito.
Sin embargo, el impulso con que contara el mercado inmobiliario
poco se vio afectado, ya que las políticas gubernamentales continua-
ron bajo la lógica de
Efectos del fenómeno de periurbanización · 97

“Atender las necesidades habitacionales de los mexicanos”, de tal


suerte que el principal objetivo presentado en el Programa Nacio-
nal de Vivienda 2008-2012 fue incrementar la cobertura de finan-
ciamientos de vivienda ofrecidos a la población; así pues, durante el
periodo de gobierno de Felipe Calderón también se impulsó la cons-
trucción de nuevos fraccionamientos, así que se otorgaron facilidades
para que las constructoras adquirieran grandes porciones de suelo
(ver Tabla 1).

Tabla 1 Reservas territoriales de las grandes constructoras (a septiembre 2011)


Reserva territorial, miles
Desarrollador Viviendas, miles
hectáreas
Geo 7.2 382.3
Homex 8.0 388.4
Urbi 5.7 303.5
Ara 4.5 182.1
Sare 0.9 46.0
Total 26.2 1302.3
Fuente: BBVA Research con datos de las empresas

La tendencia en materia de construcción continuó y para el año


2014, a pesar del constante abandono de viviendas, se esperaba la
construcción de 22 mil 844 unidades más, tan solo en Tecámac, Hue-
huetoca, Acolman y Nicolás Romero (Alcántara, 2014).
Así, la construcción de fraccionamientos de gran tamaño es una
tendencia que se extiende a lo largo de 60 municipios mexiquenses;
desde el año 2000, ocho de cada diez personas que salieron del D.F.
(hoy Ciudad de México) se fueron a vivir al Estado de México (Tani-
guchi, 2011). De hecho, cada año se construyen entre 80 mil y 100 mil
viviendas de interés social en el Estado de México (Esquivel, 2015).29
Los fraccionamientos de mayor tamaño se ubican principalmente
en: Coacalco, Tultitlán, Cuautitlán Izcalli, Ecatepec, Metepec, Ixtapa-

29. La construcción de viviendas continua porque el mercado sigue ahí, de hecho


existe un rezago de nueve millones de viviendas (2.5 millones de afiliados a Infonavit
que no han recibido un crédito, 1.5 millones de Fovissste, 2.5 millones de emplea-
dos de estados y municipios y otros 2.5 millones de población abierta) dice Jesús
Cano Vélez. A lo anterior se suman los nuevos hogares que se forman año con año
(650,000 de 2013 a 2030) (Ramírez, 2013).
98 · Disputas socio-territoriales en México

luca, Tecámac y Acolman; siendo este último municipio en el que se


ubican Real del Valle y Geovillas de Terranova (que más adelante se
verán de forma detallada).

2. La privatización y fragmentación territorial

El crecimiento acelerado de la zona metropolitana se ha convertido en


un gran problema, porque ha implicado: impacto ambiental en el lugar
donde se establecen los nuevos asentamientos poblacionales (conta-
minación de agua, aire y tierra, así como destrucción de flora y fau-
na endémica), sobreexplotación de mantos acuíferos (que conlleva en
algunos casos a hundimientos), la incapacidad de los gobiernos para
responder a la demanda de servicios básicos (agua, energía eléctrica,
drenaje, etc.), la alta demanda de transporte (lo que provoca la emisión
de gases que favorecen el efecto invernadero) y la ruptura de vínculos
comunitarios (lo puede derivar en exclusión y desigualdad social).
En 2004 ejidatarios de los municipios de Tecámac, Zumpango,
Hueypoxtla, Huehuetoca y Jaltenco se oponían a la construcción de
más fraccionamientos y exigían al entonces gobernador del Estado de
México (Arturo Montiel) que impidiera que el uso de suelo cambia-
ra; los campesinos inconformes manifestaban que la construcción de
casas se llevaba a cabo sin los estudios previos de impacto ambiental,
lo que finalmente lleva a la explotación indiscriminada de los pozos
de agua (Vidal, 2004).
Por su parte, en noviembre de 2005, algunos campesinos del po-
blado Santa Isabel Ixtapa, del municipio de San Salvador Atenco, pre-
sentaron una denuncia penal contra las inmobiliarias ARA y Casas
Geo, debido a que, aseguraban, que su canal de riego había sido con-
taminado con las aguas residuales procedentes de los fraccionamien-
tos Geovillas de Terranova y Real del Valle, construidos por dichas
compañías (Imagen 2; Salinas, 2005).
Efectos del fenómeno de periurbanización · 99

Imagen 2. Descarga de aguas residuales hacia el


canal de riego de SantaIsabel Ixtapa, municipio de Sn.
Salvador AtencoElaboración: Javier Salinas
Fuente: La Jornada, 2005.

En definitiva, la venta de tierras de uso agrícola a empresas cons-


tructoras de vivienda representa un proceso de privatización y frag-
mentación territorial en el que prima el uso de suelo como medio
para la obtención de ganancias. La promoción del uso de suelo en
términos económicos deja de lado la parte cultural y llega a eliminar
el sentido de pertenencia territorial, así que la superposición de los
valores capitalistas (individualización, desconfianza, desapego, etc.)
disuelve el tejido social.

3. El territorio y las identidades

El espacio es un fenómeno íntimamente relacionado con la socie-


dad, existe una relación bidireccional entre los sujetos y el espacio
que ocupan. Alicia Barabas (2004) señala que el proceso de apropia-
ción del espacio de manera simbólica e instrumental, lo convierte en
territorio; así que el territorio es el espacio nombrado y tejido con
representaciones, concepciones y creencias de profundo contenido
emocional, en el que se inscriben tradiciones, costumbres, memoria
histórica, rituales y formas diversas de organización social.
El territorio se construye cuando sus elementos naturales (paisaje,
tierra, agua, etc.) dejan de ser solo elementos y empiezan a ser consi-
100 · Disputas socio-territoriales en México

derados símbolos, categorías cargadas de sentido, por el sujeto (Sosa,


2012). El territorio es un espacio habitado, aprehendido, imaginado,
vivido y transitado; el territorio es un espacio que ha sido apropiado
simbólicamente por un grupo social (Zirión, 2015). “Territorio alude
a un espacio nombrado (toponimia) y tejido con representaciones,
concepciones y creencias de profundo contenido mnemónico y emo-
cional” (Barabas, 2010).
La apropiación del espacio se realiza siempre a través de la delimi-
tación de fronteras, implantación de nudos y construcción de redes, y
puede ser predominantemente utilitaria y funcional, o predominan-
temente simbólico-cultural. Cuando se considera el territorio como
fuente de recursos o como medio de subsistencia, se está haciendo
énfasis en el polo utilitario o funcional de la apropiación del espacio.
Por otra parte, las prácticas culturales de apropiación simbólica pue-
den ser entendidas a partir del conjunto de comportamientos, accio-
nes, gestos, enunciados, expresiones y conversaciones portadoras de
un sentido, en virtud de los cuales los individuos se comunican entre
sí y comparten espacios, experiencias, representaciones y creencias
(Thompson, 1993).
Por otra parte, el territorio cuenta con una naturaleza multies-
calar, es decir, puede ser aprehendido en diferentes niveles de escala
geográfica: local, regional, nacional, plurinacional y mundial. El nivel
más elemental es el de la casa habitación, luego como prolongación
de la casa viene el nivel de los “territorios próximos”: el pueblo, el
barrio, el municipio y la ciudad. Después vendría el nivel de los “te-
rritorios intermedios”, cuyo arquetipo es la región. El siguiente nivel
corresponde a los espacios de los Estados-nación y después de ellos se
ubicaría el nivel de los territorios supranacionales (Giménez, 2005).
Desde la dimensión simbólica y cultural, el territorio es un espa-
cio con el cual una colectividad se identifica, en el que el individuo
vive y se reproduce de manera subjetiva. El territorio es el soporte de
significaciones, el espacio donde se despliegan prácticas productivas
y donde se construyen identidades, donde anida la cultura y deja sus
trazas en la tierra, donde la naturaleza determina y lo humano impri-
me su sello (Leff, 2000).
El territorio, en tanto elemento y producto cultural no solo se
refiere a hechos políticos y económicos, sino que también implica
hechos simbólicos y cognoscitivos, que permiten al mismo ser un es-
cenario donde se recrean prácticas a través de las cuales se reafirman
Efectos del fenómeno de periurbanización · 101

la identidad y pertenencia del individuo. Los cambios en el territorio


tienen consecuencias en la manera que tiene un individuo de cono-
cerse y ubicarse en el mundo (Machuca, 2005).
El territorio entendido como espacio apropiado subjetivamente,
como objeto de representación y de apego afectivo, así como símbolo
de identidad socioterritorial conlleva a una perspectiva desde la cual la
identidad se deriva del sentido de pertenencia socioterritorial y se da
cuando una parte significativa de los habitantes de un territorio ha lo-
grado incorporar a su propio sistema cultural los símbolos, valores y
aspiraciones más profundos del territorio que ocupan (Giménez, 2005).
El territorio es un elemento con el que se conforma la identidad
de un grupo social; al identificar el espacio propio y diferenciarlo del
ajeno el grupo se apropia de ese espacio y vuelve parte de sí mismo,
lo que sirve para establecer su auto identificación y auto definición
frente a “los otros”. El territorio “puede ser el ámbito en el cual un
sujeto colectivo se piensa a sí mismo, asumiéndolo como parte suya y
sintiéndose parte del mismo” (Sosa, 2012: 108).
Rogério Haesbaert (2007) denomina identidades territoriales a las
identidades que usan al territorio en tanto ámbito legítimo de refe-
rencia, como elemento central para la identificación y acción política
del grupo; dichas identidades pueden ser al mismo tiempo étnicas o
nacionales.
Establecer la conformación de nuevas identidades territoriales es
importante porque es a través de las mismas que puede presentarse la
génesis de nuevos lazos comunitarios. A su vez, producir Comunidad
es imperante para desarrollar redes locales de apoyo vecinal, fomen-
tar la participación en proyectos locales, promover la reducción de
procesos de exclusión y marginación vecinal y contribuir al fortaleci-
miento de las redes de interacción social a nivel local; a medida que el
sentido identitario de Comunidad se mantiene y fortalece, el espacio
deja de ser ocupado y empieza a ser vivido, el territorio deja de ser
saqueado para ser construido.
Además, conocer de cerca las identidades territoriales es necesa-
rio para establecer cómo es que se articulan de nuevas formas de in-
teracción social desde lo local, lo que puede ayudar a comprender la
dinámica poblacional de ese territorio y, en su momento, permitir la
implementación de políticas públicas más cercanas a las necesidades
de los individuos.
102 · Disputas socio-territoriales en México

4. Real del Valle y Geovillas de Terranova en el municipio de Acolman

El municipio de Acolman se localiza en la parte noreste del Estado


de México y colinda al norte con los municipios de Tecámac y Teoti-
huacán; al sur con Atenco, Tepetlaoxtoc, Chiautla y Tezoyuca; al este
con Teotihuacán y Tepetlaoxtoc; y al oeste con Ecatepec y Tecámac
(PMDUA, 2003).
A partir de 1990, en Acolman se empezaron a presentar los pri-
meros asentamientos irregulares en el Ejido de Totolcingo, Los Ánge-
les, La Laguna y Lázaro Cárdenas. Para el año 2000 los asentamientos
irregulares ya se habían consolidado y el municipio de Acolman daba
inicio a un proceso de crecimiento urbano a partir de la construcción
de algunos conjuntos habitacionales.
En el año 2004 la oferta de vivienda se concentró en los fraccio-
namientos Real del Valle (promovido por el consorcio ARA) y Geo-
villas de Terranova (promovido por el corporativo GEO), los cuales
ofrecieron juntos un total de 12,928 viviendas (Hernández, 2011).
Los terrenos sobre las que hoy se encuentran construidos los fraccio-
namientos Geovillas de Terranova y Real del Valle fueron en algún
momento terrenos de origen ejidal, posteriormente fueron lotes no
regulados para uso habitacional y casi a la par se dio paso a las gran-
des edificaciones habitacionales.
Geovillas de Terranova y Real del Valle forman un gran conglo-
merado de casas que se encuentran rodeadas por una barda que mar-
ca los límites entre los fraccionamientos y las colonias populares que
los rodean.30 Sus colindancias son las siguientes: al norte con las co-
lonias Los Ángeles, Paraje El Faro y Ampliación Lázaro Cárdenas; al
oeste con las colonias Dos Zanjas, Las Brisas Totolcingo y Las Brisas;
al este con las colonias San José, El Paraíso, Charco Nuevo, Granjas
El Arenal, Santa Rosa, Ejido de Tequisistlán y al sur con la colonia El
Salado.31

30. La barda que rodea a ambos fraccionamientos no implica un encierro total de


los mismos, sino que en algunas calles que llevan a las colonias colindantes esa de-
limitación es apenas visible, existe más como una cuestión simbólica que como un
elemento de separación. En su conjunto, Geovillas de Terranova y Real del Valle no
deben ser percibidas como espacios amurallados, aunque al interior de los mismos sí
existen zonas que prohíben el paso y no invitan a la inclusión social.
31. Cabe señalar que como los fraccionamientos fueron construidos en un área en
que limitan el municipio de Acolman y el municipio de Atenco, las colonias colin-
Efectos del fenómeno de periurbanización · 103

Para favorecer la integración comunal de sus habitantes, los dos


conjuntos cuentan con espacios deportivos y parques pequeños a lo
largo del área sobre la que se asientan los fraccionamientos Geovillas
de Terranova y Real del Valle; también hay una casa de cultura, dos
jardines de niños, dos escuelas primarias, dos secundarias, dos prepa-
ratorias, una escuela para niños con capacidades diferentes, un centro
de salud, cuatro torres de almacenamiento y distribución de agua,
transporte público (combis, autobuses, taxis y mototaxis), tienda de
autoservicio y tres tiendas de conveniencia.
En ambos fraccionamientos las viviendas están adaptadas con es-
pacios específicos como cocina, estancia, comedor, área de lavado,
jardín, dormitorios, baños y estacionamiento; cuentan con acabados
en yeso, pasta texturizada e instalación prepara para la conexión al
servicio de gas natural, teléfono e internet.
Por su parte, las colonias que rodean a los fraccionamientos se
caracterizan por no contar con servicio de agua potable, pavimenta-
ción, conexión al drenaje, calles pavimentadas, alumbrado público o
redes de transporte público; los centros educativos (en caso de contar
con alguno) dan muestra de carencia y abandono por parte del go-
bierno municipal y estatal (Imagen 5 y 6). Además, algunas viviendas
se encuentran edificadas principalmente con materiales como tabi-
que, láminas de cartón, láminas de fierro, tablas de madera, pedazos
de tela y lona; las viviendas no cuentan con acabados, sino con una
apariencia rústica (Imagen 3 y 4).

Imagen 3 y 4. Vivienda en la colonia Santa Rosa, construida con materiales


diversos: madera, tela y láminas de cartón. Fuente: Elaboración propia

dantes ubicadas en la parte sur y este pertenecen al municipio de Atenco.


104 · Disputas socio-territoriales en México

Imagen 5. Escuela Primaria y Jardín de niños, Tequisistlán.


Fuente: Elaboración propia.

Imagen 6. Escuela primaria y Jardín de niños visto de frente, como se puede


observar no cuenta con bardas o muros, la única barrera que impide el paso en
una malla de un metro de altura aproximadamente. La pequeña pieza ubicada
a la izquierda funciona como baño y no cuenta con puerta, solo con una corti-
na de tela. Fuente: Elaboración propia.
Efectos del fenómeno de periurbanización · 105

5. El impacto social y cultural: el surgimiento de nuevas identidades

Con la construcción de un gran número de viviendas no solo se ace-


lera el proceso de crecimiento urbano sino que además son afectados
los procesos sociales y culturales del territorio.
La construcción de fraccionamientos de grandes dimensiones
tiene un impacto negativo en la vida social: como la modificación
de las formas organizacionales de los habitantes originarios, porque
algunos de los antiguos dueños de tierras han tenido que emigrar una
vez hecha la venta a las constructoras y porque los “recién llegados”
cuentan ya con una dinámica propia que no necesariamente se adap-
ta a la que hasta entonces permeaba en la región. También porque
existen nuevas limitantes físicas y simbólicas que conllevan a un uso
del territorio distinto del que se daba antes de la construcción de los
fraccionamientos.
Por ejemplo, la primera sección de Geovillas de Terranova se
caracteriza por tener las casas más amplias, más cercanas a la única
tienda de autoservicio y a las oficinas de gobierno; la mayoría de las
personas que en ellas habitan cuentan con un trabajo estable, suelen
ser profesionistas, poseen automóvil propio, es decir, forman parte de
un grupo mejor ubicado en el sistema social. También es en la primera
sección de Geovillas de Terranova donde se pueden ver calles cerradas
con rejas, alambre de púas y en algunos casos alarmas (Imagen 7).

Imagen 7. Calle Laguna Superior, una de las varias calles


que han sido cerradas con rejas. Fuente: Elaboración propia
106 · Disputas socio-territoriales en México

Queda claro que los procesos de transformación del uso de suelo


conllevan a la modificación de las interacciones sociales, y en este
caso, la edificación de ambos fraccionamientos pudo traer como con-
secuencia la destrucción de la Comunidad que ya existía; la comuni-
dad entendida como las formas de relación que se distinguen por la
intimidad personal, de profundos lazos emocionales, con compromi-
so moral, cohesión social y que sostienen continuidad en el tiempo.
Se presenta una ruptura de los lazos comunitarios no solo por-
que quienes habitaban desde antes esos terrenos y quienes lo hacen
ahora cuentan con representaciones sociales diferentes, sino porque
se ha originado un proceso de exclusión y discriminación vecinal a
partir de la categorización “los de adentro” y “los de afuera”. Es decir,
que los sistemas de significados que clasifican y nombran personas,
objetos y sucesos, que han sido construidos y compartidos por un
grupo social de pertenencia, y que se encuentran compuestos de per-
cepciones, opiniones, nociones, creencias y valores no solo permiten
la generación de una identidad de grupo, sino que además proveen la
posibilidad de definir “al otro” (Palacios, 2012: 185).
Etiquetar a las personas como “de adentro” o “de afuera”, para
diferenciar entre quienes viven en los fraccionamientos y quienes
no, implica algo más que sentar las bases de la marginación espa-
cial, puede ser la simiente de conflictos sociales futuros. Por ejemplo,
en algunas ocasiones los habitantes de las colonias que no cuentan
con pavimentación llegan con sus zapatos llenos de polvo a la tienda
de autoservicio y ello deriva en comentarios como: “es que es gente
de pueblo” o “no deberían dejarlos entrar porque ensucian nuestra
tienda”. “Gente de pueblo” es la forma despectiva que tienden a usar
algunos habitantes de Geovillas de Terranova y Real del Valle para
referirse a las personas que habitan en las colonias aledañas a estos
conjuntos habitacionales.
Si bien es cierto que la dinámica de apropiación desde “fuera” y
desde “dentro” de formas de acción colectiva es la que genera territo-
rialidad, si un grupo social presenta formas de apropiación del espa-
cio muy diferenciadas, es decir, si la dicotomía “los de afuera” y “los
de adentro” se radicaliza ello afecta al grupo en su conjunto: a nivel
individual no se producirán identidades territoriales y a nivel colecti-
vo no se podrán establecer lazos comunitarios.
Porque como señalan Montañez y Delgado (1998), si la capaci-
dad y el alcance de la actividad espacial es desigual y convergente en
Efectos del fenómeno de periurbanización · 107

un lugar, la apropiación de territorio genera una geografía del poder


caracterizada por la desigualdad, la discriminación, la exclusión, la
tensión y el conflicto. Así pues, estaremos frente a una geografía que
refleja las divisiones de la estructura social en el territorio.

6. A manera de conclusión

El estudio de apropiación del espacio puede ser útil para explicar la


percepción que los “antiguos vecinos” tienen de los “nuevos vecinos”;
de tal suerte que, si se llega a determinar que el grado de incorpo-
ración de estos últimos al territorio es muy bajo, ese conocimiento
serviría para instar a los gobiernos correspondientes a implementar
actividades que promuevan la integración vecinal y así evitar posibles
conflictos futuros.
Entender la dicotomía “los de afuera” y “los de adentro” o los “an-
tiguos vecinos” y los “nuevos vecinos” desde la perspectiva del estu-
dio de Elías y Scotson posibilita señalar la existencia de mecanismos
que posibilitan que un grupo social marginalice y subordine a otro,
pero también subraya la naturaleza cambiante de la marginación; es-
tos autores expresaron que la capacidad de estigmatizar con la que
cuenta un grupo social dado se da en función del poder y del grado
de cohesión con que cuenta en un momento determinado, y que el
equilibrio de poder entre ese grupo y el que es marginado puede irse
modificando.
Son pocos los trabajos de campo que han retomado los conceptos
de establecidos y outsiders de Elías para mostrar cómo las apropia-
ciones del espacio están sujeta a las relaciones de poder32 (Thomasz,
2012), la mayoría de los trabajos que hacen referencia a esas concep-
ciones de Elías se concentran en la parte teórico-filosófica (Sabido,
2012). Sin embargo, considero que el modelo construido por Elías y
Scotson puede servir para analizar la dinámica social que se presenta
entre los grupos sociales establecidos fuera de los conjuntos habita-
cionales Real del Valle y Geovillas de Terranova y las personas que
habitan dentro de los mismos.

32. En 2012, Ana Gretel Thomasz realizó un estudios en el centro histórico de Bue-
nos Aires con relación a los usos del espacio urbano local, retomando las conceptos
de establecidos/outsiders de Elías y el de urbanidad de Giglia.
108 · Disputas socio-territoriales en México

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efectos de la periurbanización en la
apropiación del agua para riego: el caso
de los sistemas de riego canal principal
las fuentes y canal general chapultepec
Aproximaciones desde el marco de
análisis del manejo del recurso de
propiedad común de elinor ostrom

Gaia Alejandra Troncoso Arredondo33

1. Introducción

El objetivo de este trabajo es analizar los efectos de la periurbani-


zación en el aprovechamiento del agua e infraestructura para riego,
en términos de las transformaciones que este proceso ha detonado a
partir de los cambios territoriales y socio-demográficos que ha su-
frido el estado de Morelos a lo largo del siglo XX, que ha impactado
de manera directa en la percepción de los derechos de propiedad del
agua e infraestructura de riego periurbana.
Este trabajo se desarrolla en torno a la pregunta ¿Cuáles son los
efectos de la periurbanización en el aprovechamiento del agua para
riego? enfatizando el contraste entre los derechos de propiedad y la
percepción sobre éstos. Se aborda desde el marco de análisis del ma-
nejo del Recurso de Propiedad Común de Elinor Ostrom y la “escuela
de Bloomington”; para lo cual se parte del análisis comparativo de
dos estudios de caso: el sistema de riego Canal Principal Las Fuentes
y el sistema de riego Canal General Chapultepec; ubicados en el mu-
nicipio de Jiutepec, Morelos, México.
La información que sustenta el análisis de este trabajo es producto
de dos investigaciones que he realizado en el módulo de riego 04 Las
Fuentes desde el año 2009, en el marco de los proyectos de investiga-

33. Maestra en Estudios Regionales, Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis
Mora. Contacto: seshat_01@hotmail.com

[111]
112 · Disputas socio-territoriales en México

ción para mi tesis de licenciatura intitulada “Gestión Social del agua


en el Sistema de Riego del Canal General Chapultepec” y mi tesis de
maestría que lleva por nombre “Apropiación y Organización local del
sistema de riego Canal Principal Las Fuentes en un contexto periur-
bano, Jiutepec, Morelos (1992-2014)”.
Ambas investigaciones son sustentadas por información obtenida
mediante el método etnográfico, en el cual el trabajo de campo es el eje
sobre el que se estructura el plan de actividades de las investigaciones.
El trabajo de campo comprendió dos periodos, el primero de ellos
entre los años 2009 y 2011, en el cual se realizó el levantamiento de
datos correspondiente al Canal General Chapultepec; mientras que el
segundo periodo se efectuó entre los años 2013 y 2015, momento en
el que se realizó el levantamiento de datos correspondiente al Canal
Principal Las Fuentes.
En ambos periodos se realizaron recorridos de campo con la fina-
lidad de identificar el contexto socio-territorial de ambos sistemas de
riego, así como identificar la extensión física de los sistemas de riego,
las actividades en las que se hace uso del agua e infraestructura de
riego de ambos sistemas y su distribución territorial.
Además se realizaron entrevistas a profundidad tanto a las auto-
ridades locales de la apropiación de los sistema de riego como a los
apropiadores de ambos sistemas de riego; en ambos casos se indagó
sobre el diseño e implementación de reglas, sanciones e incentivos en
torno a las tareas siempre presentes (Palerm-Viqueira et al., 2000) en
la producción y reproducción de los sistemas de riego.
Los sistema de riego Canal Principal Las Fuentes y Canal General
Chapultepec son sistemas de Recursos de Uso Común que forman par-
te de una estructura anidada y jerárquica; es decir, de un sistema so-
cio-ecológico, en el que intervienen diferentes procesos sociales y ecoló-
gicos que afectan la validez y legitimidad de los acuerdos de apropiación.
Por lo que es pertinente tomar en cuenta las condiciones contextuales
que enfrentan los apropiadores para evaluar los efectos que éstas tienen
sobre el aprovechamiento del agua e infraestructura para riego.
El concepto de sistema de Recursos de Uso Común es definido
por Ostrom (2011: 77) como “un sistema de recursos naturales o
creados por el hombre lo suficientemente grande como para volverse
costoso (aunque no imposible) excluir a beneficiarios potenciales”.
Los sistemas de recursos son acervos capaces de producir una canti-
dad máxima de flujo variable de unidades del Recurso de Uso Común
Efectos de la periurbanización en la apropiación del agua · 113

sin perjudicar el acervo o el sistema de recursos, para este caso siste-


mas de riego periurbanos.
Para efectos de este trabajo se considera como condición contex-
tual a aquellas variables que conforman el entorno físico, político,
cultural, social, histórico, demográfico o económico subyacente a
una situación de manejo de Recursos de Uso Común que afectan la
acción colectiva, es decir, que inciden en la evaluación que hacen los
apropiadores de los costos y beneficios de cooperar.
Al respecto Poteete (2010:405) señala que “las combinaciones de
variables contextuales afectan las decisiones de individuos que eva-
lúan los beneficios y costos de la cooperación, valoran en cierta me-
dida las normas y los rendimientos ajenos, y utilizan técnicas heurís-
ticas en lugar de un plan de acción completo”.
Por tanto, el proceso de urbanización experimentado en el estado
de Morelos desde mediados del siglo XX es una condición contextual
que afecta las decisiones y acciones de los apropiadores de los siste-
mas de riego, y a su vez sus instituciones de manejo. De manera que
las instituciones se transforman en la medida en la que el proceso
de urbanización se intensifica y la población económicamente activa
cambia la vocación su actividad económica
Para efectos de este trabajo se define el concepto de instituciones
como conjuntos de reglas que se aplican para determinar decisiones
en cierto ámbito (Ostrom, 2011; Calvo, 2012). En este sentido, las
reglas son entendidas como aquellos artificios que, sujetos a la inter-
vención y al cambio por parte del ser humano, permiten modificar la
estructura de incentivos de una situación determinada.
Así mismo, en la medida en la que las transformaciones territoria-
les y socioeconómicas se intensifican las prácticas y representaciones
en torno a los sistemas de riego periurbanos también cambian; lo cual
trae como consecuencia que en el imaginario de los apropiadores se
conciban Derechos de Propiedad que no corresponden con la reali-
dad jurídica en la que se encuentran los apropiadores y el recurso.
En este sentido Pírez (2002: 14) señala que el Derecho de Propie-
dad se considera como “el poder jurídico que se ejerce sobre un bien,
por lo que se reconoce en su titular la existencia de un poder jurídico
sobre un determinado objeto o bien que le confiere la facultad de
decidir sobre su destino”.
Feeny (1990) y Álvarez (2006) definen cuatro tipos de derechos de
propiedad en cuyo seno los Recursos de Uso Común son poseídos:
114 · Disputas socio-territoriales en México

• Acceso abierto: supone que no existen reglas que limiten la utili-


zación o consumo de los recursos por cualquier apropiador; no
hay propietarios que regulen el acceso a tales recursos o que sean
responsables de su mantenimiento. El acceso a los recursos no se
encuentra regulado, es gratuito y abierto a todos; la imposibili-
dad de excluir a usuarios o apropiadores es lo que diferencia a los
recursos de libre acceso de los recursos de propiedad colectiva.
• Propiedad privada: son aquellos en los que un solo agente
posee el derecho de uso sobre un bien de manera exclusiva,
excluye a los no propietarios y da al titular poderes amplísi-
mos sobre el objeto del derecho de propiedad. Los derechos
para excluir a otros, para emplear los recursos y para regular
su uso pueden ser concedidos a un solo individuo o grupos
de individuos. Los derechos de propiedad privada son reco-
nocidos y complementados por el Estado. A diferencia de los
derechos bajo acceso abierto, los derechos de propiedad pri-
vada son usualmente exclusivos e intransferibles.
• Propiedad comunal: los recursos son poseídos por una comu-
nidad reconocida de usuarios independientes, el derecho de
propiedad es compartido por los miembros de una colectividad
determinada y excluye a otros agentes no propietarios. Estos
usuarios excluyen a los forasteros al regular el uso por miem-
bros de la comunidad local. Al interior de la comunidad, los de-
rechos de los recursos no son ni exclusivos ni transferibles; son
derechos iguales de acceso y uso. Los derechos del grupo pue-
den ser legalmente reconocidos, o bien pueden existir de facto.
• Propiedad estatal o gobierno estatal: se refiere a bienes o ser-
vicios cuyo uso o acceso está regulado por normas estable-
cidas y vigiladas por el Estado, que determinan qué agentes
tienen derecho de acceso y quiénes son excluidos. Además,
siempre puede negarse el acceso a quienes se nieguen a acatar
las reglas; es decir, los derechos a los recursos son concedidos
exclusivamente al gobierno, el cual a su vez toma decisiones
en lo que respecta al acceso a los recursos y el grado de ex-
plotación. Esta categoría puede hacer referencia a propieda-
des en las cuales el público en general posee igual acceso y
derechos de uso. Esta categoría difiere a las demás en que el
Estado posee poder coercitivo de ejecución.
Efectos de la periurbanización en la apropiación del agua · 115

Ahora bien, antes de continuar es preciso hacer algunas obser-


vaciones sobre el concepto Periurbanización. Entrena (2004) señala
que se trata de un fenómeno de dispersión de lo urbano, no solo en
términos físicos, pues también implica la dispersión de información,
patrones culturales, sociales y económicos que modifican la relación
de los actores con su entorno y los recursos. Este proceso de transfor-
mación y difusión de los límites entre lo rural y lo urbano, tiene como
rasgos distintivos el acelerado crecimiento urbano, la consolidación
de nuevas formas espaciales con importantes cambios cualitativos
como la fragmentación territorial de los procesos productivos que
afectan las áreas rurales.
Se producen situaciones y actividades específicas, derivadas del
empalme o superposición de lo urbano, con fenómenos y manifes-
taciones propias de los ámbitos rurales, lo que genera una simbiosis
con expresiones socio-territoriales que se manifiestan en el contexto
de las actividades productivas, de la cultura de quienes ahí habitan,
del medio ambiente, la propiedad de las tierras y los proceso de apro-
piación de los recursos (Ávila, 2009; Ávila, 2005).
Así pues, el modelo de análisis de Recursos de Propiedad Común
constituye una alternativa de análisis para abordar los efectos de la
periurbanización en el aprovechamiento de los sistemas de riego, po-
niendo énfasis en las condiciones contextuales del amalgamamiento
entre el ámbito rural y el urbano que dan particularidad a las prácti-
cas y representaciones en torno a los recursos.

2. Localización geográfico-administrativa. Ubicación

Los dos sistemas de riego analizados en este trabajo, el sistema de


riego Canal Principal Las Fuentes y el sistema de riego Canal General
Chapultepec, se encuentran comprendidos dentro de la subcuenca
del Río Apatlaco y la cuenca del río Amacuzac.
Administrativamente, ambos sistemas de riego forman parte de la
infraestructura hidráulica que constituye el módulo de riego 04 Las
Fuentes, comprendido dentro del Distrito de Riego 016 Estado de
Morelos; que para su operación se dividió en ocho módulos de riego
transferidos a asociaciones de usuarios que se encargan de entregar el
agua en bloque, así como de su medición, distribución y conservación.
El sistema de riego Canal Principal Las Fuentes es abastecido
por el manantial Las Fuentes; irriga tierras de cultivo en los ejidos
116 · Disputas socio-territoriales en México

de Jiutepec y Cliserio Alanís. Mientras que el sistema de riego Canal


General Chapultepec es abastecido por el manantial Chapultepec,
que aflora al oriente de la ciudad de Cuernavaca, en terrenos corres-
pondientes al poblado de Chapultepec, irrigando los ejidos de Aca-
patzingo, Atlacomulco, Chapultepec, Jiutepec, Tejalpa y las pequeñas
propiedades de Parres y Jiutepec; en el municipio de Jiutepec, estado
de Morelos (Ver mapa No. 1).

Mapa No.1 Ubicación espacial del sistema de riego


Canal Principal Las Fuentes y Canal General Chapultepec

Fuente: Elaboración propia con base en trabajo de campo, 2009-2015.


Efectos de la periurbanización en la apropiación del agua · 117

3. Periurbanización y transformaciones de la estructura socioeconómi-


ca de los apropiadores de los sistemas de riego periurbanos

Las transformaciones territoriales del siglo XX y XXI han estado acom-


pañadas de importantes cambios en la distribución de la Población
Económicamente Activa (PEA) en los distintos sectores económicos
del estado de Morelos, esto ha modificado profundamente las institu-
ciones que regulan el aprovechamiento del agua e infraestructura para
riego periurbanas, así como las prácticas y representaciones erguidas
en torno ellos. Por lo que analizar la evolución del comportamiento
demográfico del estado de Morelos da algunas pistas sobre los efectos
de la periurbanización sobre el aprovechamiento de dicho recurso.
El patrón de la dinámica de la población rural y urbana dan cuen-
ta del acelerado proceso de periurbanización que ha sufrido el estado
de Morelos. En este sentido se observa que la población urbana creció
frente a la población rural a partir de la década de los años sesenta,
cuando el crecimiento de la población urbana se intensifica como
resultado del impulso dado a los principales centros de población
próximos al Distrito Federal, la expansión del sector terciario con el
impulso del desarrollo turístico y el auge industrial con la construc-
ción de la Ciudad Industrial del Valle de Cuernavaca (CIVAC).
A principios del siglo XX la población rural era mayor que la po-
blación urbana, y se concentraba en la capital del estado. Sin embar-
go, esta proporción se invirtió de forma tal que hacia el año 2010
la población urbana ascendió a 1,487,283 habitantes, equivalente al
83.69% de la población estatal; mientras que la población rural estatal
ascendió a 289,977 habitantes, que representó el 16.32% del total de la
población estatal (INEGI, 2010) (Ver gráfica No. 1).
A lo largo del siglo XX y la primera década del siglo XXI la tasa de
urbanización en el estado de Morelos ha tenido una tendencia creciente.
A partir de la década de los años setenta dicha tendencia es más acentua-
da, pues es cuando el crecimiento de la población urbana se intensifica.
Con el crecimiento de la población crece el déficit de los servicios
de agua potable y de drenajes debido al incremento en la demanda,
puesto que la falta de planeación y el rápido proceso de crecimiento no
permitieron prever la expansión de las redes de agua potable y drenaje.
En este sentido, de acuerdo con el Censo de Población y Vivienda
2010 en el estado de Morelos existen 649,839 viviendas, de las cuales
401,604 cuentan con abastecimiento de agua potable distribuida me-
118 · Disputas socio-territoriales en México

diante redes, equivalente al 61.80%. Mientras que los municipios que


integran el módulo de riego 04 Las Fuentes cuentan con el 28.68% del
total estatal.

Gráfica No. 1 Morelos. Dinámica de la población rural-urbana (1930-2010)

Fuente: Troncoso, 2015

Esto significa que casi la mitad de las viviendas que cuentan con
abastecimiento de agua potable se ubican en los municipios compren-
didos por el módulo de riego 04 Las Fuentes. A pesar de que en el mu-
nicipio de Jiutepec el 94% del total municipal de las viviendas cuentan
con abastecimiento de agua potable distribuida mediante redes según
el Censo de Población y Vivienda 2010, existen viviendas de las nuevas
colonias y asentamientos irregulares que se abastecen de fuentes como
el Canal Principal Las Fuentes o el Canal General Chapultepec.
Así mismo, la falta de servicio de drenaje orilla a los habitantes de la
zona a hacer uso de la infraestructura hidráulica para verter sus desechos.
Del total de viviendas registradas en el Censo de Población y Vivienda
2010 en el estado de Morelos más de la mitad cuentan con drenaje, el
67.35%. Es decir, el 30.1% de las viviendas con drenaje se encuentran
en los municipios que comprenden el módulo de riego 04 Las Fuentes.
En el municipio de Jiutepec 98% del total municipal de las vivien-
das cuentan con drenaje de acuerdo con el Censo de Población y Vi-
vienda 2010 , sin embargo las nuevas colonias y asentamientos irre-
gulares establecidos en los ejidos urbanizados no son contabilizados
Efectos de la periurbanización en la apropiación del agua · 119

en esta cifra; lo cual se ve reflejado en los datos levantado en campo,


que dan cuenta que apropiadores que no tienen este servicio utilizan
los sistemas de riego Canal Principal Las Fuentes o el Canal General
Chapultepec como drenajes.
Los dos fenómenos arriba citados han representado un problema
para los cultivos canal abajo, puesto que la cantidad de agua disponi-
ble para efectuar los riegos disminuye o no es suficiente, la que queda
disponible se encuentra contaminada por lo que es imposible sem-
brar hortalizas, restringiendo los productos a cultivar.34
De lo anterior se desprende que la diversificación de actividades
económicas en los ejidos urbanizados es un factor que introduce nue-
vas estrategias de apropiación y usos del agua de los canales y es resul-
tado del proceso de urbanización experimentado en la zona.
La vocación de la PEA cambió del sector primario al sector tercia-
rio a lo largo del siglo XX. Dado lo anterior, se observa que el sector
agropecuario con relación a la PEA estatal muestra un descenso per-
manente entre 1950 y 2010: pasando del 67% en 1950 al 21% en 1990,
hasta alcanzar 12% en el año 2010 (INEGI, 2001).

Gráfica No.2 Participación de la Población Económicamente Activa (PEA)


por sector económico (1990-2010) en el estado de Morelos

Fuente: Elaboración propia con base en INEGI, 2001.

34. El 27 de octubre de 1991 se publica el decreto, por parte de la CONAGUA y la


Secretaría de Salud, en el que se prohíbe la producción de hortalizas en el estado de
Morelos por el alto índice de contaminación de los ríos (Vargas, 2015).
120 · Disputas socio-territoriales en México

Este cambio en la vocación de la PEA no solo se ve reflejado en


las cifras, pues se hace evidente en la modificación de las actividades
realizadas en torno a los sistemas de riego periurbanos. De esta ma-
nera la población ha transitado de ocuparse en el cultivo de produc-
tos agrícolas en sus parcelas a ofrecer servicios y espacios recreativos
mediante la trasfiguración de sus parcelas en jardines y salones de
eventos, cachas deportivas y balnearios, en los cuales el agua e in-
fraestructura de riego son fundamentales en la provisión de un recur-
so clave que permite la realización de dichas actividades sin generar
costos adicionales e incrementando considerablemente los ingresos.

4. Diversificación del uso de los sistemas de riego

Las transformaciones territoriales y socio-demográficas han modi-


ficado las prácticas y representaciones que los apropiadores tienen
sobre los sistemas de riego periurbanos. Debido a que las caracterís-
ticas del proceso de apropiación de los sistema de recursos depende
del uso y la actividad en la que se emplea el agua y la infraestructura
de los sistemas de riego, al transformarse su uso cambia la percepción
del régimen de propiedad bajo el cual son poseídos, por lo tanto las
estrategias y acuerdos de apropiación también dependen del tipo de
uso y la actividad en la que se emplea tanto el agua como la infraes-
tructura (Ver Tabla No. 1).

Tabla No.1 Percepción del régimen de propiedad de los


sistemas de riego según uso y actividad

Fuente: Elaboración propia con base en trabajo de campo, 2009-2015.


Efectos de la periurbanización en la apropiación del agua · 121

Por un lado se encuentran aquellos usos del agua (también infraes-


tructura hidráulica) como un insumo necesario para la realización de
actividades productivas. Dentro de éste grupo el agua es utilizada para
regar cultivos, plantas y flores en macetas, flores para corte, cultivo de
pasto o llenar estanques para la producción de peces de carne.
Los apropiadores que realizan actividades de producción usando
como insumo básico el agua e infraestructura de riego en algunos ca-
sos pueden ser los mismos ejidatarios, en este caso conocen el sistema
de recursos y la organización en torno a su administración. En este
sentido saben que este recurso se posee bajo propiedad comunal, por
lo que cooperan en la reproducción del sistema y respetan las institu-
ciones que regulan el aprovechamiento del sistema de riego.
Además, hay apropiadores dedicados a actividades productivas
que no son ejidatarios, sino que rentan a éstos la tierra para establecer
viveros o construir estanques para producir peces; también poseen
conocimiento compartido sobre la estructura del ejido y los mecanis-
mos de operación y mantenimiento de la infraestructura hidráulica
y la distribución del agua para riego, lo que les permite establecer
acuerdos verbales con los ejidatarios para cooperar con la produc-
ción del sistema de recursos. Estos apropiadores tienen conciencia de
que el recurso se posee bajo propiedad comunal.
Sin embargo, existen apropiadores que se limitan a cumplir con el
acuerdo verbal de realizar limpias del canal como parte de su com-
promiso con su arrendatario, pero ignora las reglas de elección colec-
tiva que regulan la apropiación del agua e infraestructura para riego.
No obstante, no consideran que el recurso sea de acceso abierto y no
inciden en conductas oportunistas.
Por otro lado, se encuentra el abastecimiento de agua para uso
doméstico y de servicios, que abarca aquellos usos en los cuales el
agua del sistema de riego es utilizada en la realización de actividades
domésticas o para brindar un servicio.
En este caso los usos domésticos comprenden la extracción de
agua para el abasto de casas habitación; mientras que los usos de
servicio se relacionan con la renta de jardines para eventos, salones
para eventos y restaurantes, canchas deportivas y parques “ecológi-
cos” donde el agua e infraestructura del sistema de riego es utilizada
para regar el pasto y las plantas de los jardines, el mantenimiento y
funcionamiento de elementos decorativos como estanques y fuentes.
Cuando el agua e infraestructura de riego es usada por los apropiado-
122 · Disputas socio-territoriales en México

res para satisfacer su abastecimiento doméstico y de servicios en al-


gunos casos pueden ser los mismos ejidatarios, en este caso conocen
el sistema de recursos y la organización en torno a su administración,
por lo que son conscientes de que el recurso se posee bajo propiedad
comunal, cooperan en la reproducción del sistema y respetan las ins-
tituciones que regulan el aprovechamiento del sistema de riego.
Por ejemplo: los ejidatarios que han convertido sus parcelas en
jardines o salones de eventos o cachas deportivas, en estos casos la
reconversión productiva les permite obtener mayores ingresos eco-
nómicos y conservar su tierra y derechos de agua.
Sin embargo, existen casos donde los apropiadores no cooperan
con la producción del sistema de recursos, no observan las reglas de
apropiación y se benefician de manera oportunista del sistema de
riego. Esto sucede cuando los apropiadores utilizan el agua de riego
para satisfacer necesidades domésticas y la infraestructura hidráulica
como drenajes.
Este tipo de apropiadores desconocen que el agua de los canales
está concesionada por el gobierno federal para uso agrícola y que al
hacer uso de ella disminuyen el volumen de agua que llega hasta las
zonas de los ejidos en las que aún se emplea para riego agrícola; lo que
impacta de manera directa en el rendimiento de las zonas agrícolas,
así como en los beneficios económicos de los agricultores.
En estos casos no existe capital social compartido que les permita
establecer acuerdos de apropiación, las reglas operativas son ignora-
das y las reglas de elección colectiva son cuestionadas. Es decir, los
apropiadores urbanos desconocen la organización por medio de la
cual es administrada la infraestructura de riego ignorando las nor-
mas y acuerdos de apropiación e introduciendo especulación y acti-
tudes oportunistas.
Estos apropiadores consideran al sistema de riego como un recur-
so de acceso abierto, que no se halla regulado, es gratuito y abierto
a todos;consideran que ninguno de ellos puede quedar excluido del
consumo o uso del agua e infraestructura hidráulica, pues creen que
se trata de apantles y que el agua que en ellos fluye es de todos o no
tienen dueño, y que la provisión y producción de dicho recurso es
obligación del gobierno municipal.
Por tanto, los sistema de riego Canal Principal Las Fuentes y Ca-
nal General Chapultepec se convierten en un foco de disputa entre
apropiadores urbanos y rurales cuyas instituciones de apropiación
Efectos de la periurbanización en la apropiación del agua · 123

se transforman y algunas veces no suelen ser observadas por todos


los apropiadores, ya sea por desconocimiento o por un cálculo cos-
to-beneficio no óptimo, propiciando la existencia de “gorrones” (free
riders). Lo anterior también trae como consecuencia la redistribución
territorial de los usos del agua e infraestructura de los sistemas de
riego Canal Principal Las Fuentes y Canal General Chapultepec.
La redistribución territorial de los sistemas de riego Canal Princi-
pal Las Fuentes y Canal General Chapultepec está íntimamente liga-
do con el cambio del uso de suelo, la diversificación del uso del agua
e infraestructura de riego y su relación con la actividad que con dicho
recurso se realiza.
Es decir, existe una estrecha relación entre el uso de la tierra, la
actividad económica y el uso del agua, lo cual se ve explícitamente en
el estado de la infraestructura hidráulica, por un lado se debe tener en
cuenta el tipo de actividad económica para la cual se está ocupando
el terreno, ya que de esto va a depender las adecuaciones que se le
hayan hecho al canal para poder abastecer el terreno de agua; y por
el otro, se debe considerar si el agua es sustraída del canal mediante
gravedad o bombeo.

5. Conclusiones

El objetivo de este trabajo es aproximarse a los efectos de la periur-


banización en el aprovechamiento del agua para riego en su dimen-
sión local, enfatizando el contraste entre los derechos de propiedad
y la percepción sobre éstos.El análisis hecho recupera información
etnográfica y estadística que dan cuenta de las transformaciones en la
apropiación del agua e infraestructura de riego.

Por tanto, este trabajo nos lleva a concluir que:


1. El proceso de periurbanización constituye la principal con-
dición contextual en términos socio-territoriales de los siste-
mas de riego del módulo de riego 04 Las Fuentes.
2. El desdibujamiento de la “frontera” entre el ámbito rural y el
urbano genera diversificación en la percepción de la pobla-
ción sobre los sistemas de riego y el tipo de propiedad bajo la
cual son poseídos.
3. El tránsito de la Población Económicamente Activa del sector
primario al sector terciario y la consecuente diversificación de
124 · Disputas socio-territoriales en México

actividades económicas en los ejidos urbanizados es un factor


que introduce nuevas prácticas y representaciones en torno a
los derechos de propiedad de los sistemas de riego periurbanos.
4. La diversificación de actividades económicas en los ejidos ur-
banizados modifica el uso del agua para riego y propicia la
alteración de la infraestructura hidroagrícola.
5. Hay una relación directa entre la actividad económica, el uso
de la tierra y el uso del agua con respecto a la validez y le-
gitimidad de las instituciones de apropiación y el interés del
usuario por el abastecimiento eficaz del recurso.
6. La heterogeneidad de las actividades en las que se usa el agua
e infraestructura de riego transforma la percepción de los
apropiadores con respecto a los derechos de propiedad, y por
tanto en su disposición a cooperar en la reproducción del sis-
tema de recursos.
7. Entre más diversa es la percepción de los derechos de propie-
dad de los sistemas de riego periurbanos más difícil es gene-
rar acuerdos y estrategias de apropiación.

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territorios y metropolización en
jalisco: reconfiguración de la frontera
agrícola del valle de tesistán

Juan Patricio Castro Ibáñez,35


Isael Durán Jiménez y
Fernando López Alcocer

1. Introducción

En México durante los años cuarenta se habían identificado cinco zo-


nas metropolitanas (entre las primeras metrópolis se tiene las ciuda-
des de México, Monterrey, Tampico y Orizaba). Durante los años se-
tenta los estudios de las zonas metropolitana (en adelante ZM) fueron
iniciados por Luis Unikel, Crsencio Ruíz y Gustavo Garza (1978) en
donde identificaron 12 zonas metropolitanas al tomar como referen-
cia los datos del VIII Censo de General de Población del año de 1960.
En la década de los ochenta se incrementó a 25 ZM, en la década de
los noventa se tenían identificadas 37 ZM, en el año 2000 el número
ascendió a 55 ZM, en el 2005 se definían 56 ZM y para el año 2010 se
agregaron tres más, llegando al número de 59 ZM (SDESOL, 2012).
Este capítulo tiene como objetivo: Identificar la reconfiguración
del territorio y los procesos de metropolización como elementos cla-
ves de la perturbación en la frontera agrícola en el Valle de Tesistán,
municipio de Zapopan, Jalisco. Donde se parte de una articulación
local-global dentro de un cambio en la esfera mundial lo que obe-
dece a los procesos de globalización de la economías así como a la
incidencia de organismos internacionales; todo ello ha llevado a una
reconfiguración del mapa geográfico en la construcción de territorios
económicos dentro del imaginario social, aderezado con el arribo de

35. Profesores investigadores del Departamento de Desarrollo Rural Sustentable,


Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias de la Universidad de
Guadalajara, miembros del Cuerpo Académico UDG-CA-835 “Procesos organiza-
cionales y formativos para el desarrollo territorial sustentable”. Correos electrónicos:
cij18361@gmail.com ; tabascozac15@gmail.com ; ferlopalc@gmail.com.

[127]
128 · Disputas socio-territoriales en México

actores sociales emergentes, la modificación de las relaciones sociales,


y una nueva relación campo ciudad (Bendini, 2006; Sánchez, 2006).
Para el abordaje del objeto de estudio se asume la epistemología crí-
tica lo que posibilitó un acercamiento a la comprensión de la realidad,
centrada en el estudio de la transformación de la realidad impulsada
por factores estructurales subjetivos y que inciden en la integración de
actores sociales, quienes interactúan y protagonizan modificaciones
y reajustes, es a través de la acción colectiva-individual o protagónica
en determinadas circunstancias coyunturales. En la búsqueda de pro-
puestas de nuevos proyectos de sociedad se hacen necesarios diversos
niveles de indagatoria que generen análisis y opciones viables de ac-
ción social acordes a la diversidad de los imaginarios sociales.
La comprensión de la realidad de un territorio en transformación im-
pulsado por factores estructurales y a la vez subjetivos; posibilita identifi-
car la constitución de los actores sociales y sus acciones transformadoras;
porque sin entender cabalmente estos procesos tampoco se hace viable la
comprensión del cambio social.Los conceptos claves de análisis, se reto-
ma el trabajo de Enrique de la Garza (2001), quien señala que es necesa-
rio comprender el concepto de regularidad, lo que facilita interpretar las
tendencias perceptibles que aparecen en la realidad y puede o no volverse
constantes en función de los actores y sus acciones, así como de las co-
yunturas como espacio de posibilidad para la acción viable y actuación
de los actores transformadores en articulación con factores estructurales
de transición, por lo que es necesario considerar los siguientes puntos:

• Primero, las regularidades se actualizan cotidianamente me-


diante interacciones, pero también pueden desactualizarse, es
decir, que las actualizaciones cotidianas que dan respaldo a
las estructuras pueden ser subvertidas y aparecer otras con
nuevas legitimidades, este es el momento de coyuntura donde
los actores están en condiciones de intervenir para generar
una propuesta emergente, pero, existen límites.
• Segundo, tales límites son las relaciones asimétricas de poder
e interrelación entre los actores sociales.
• Tercero, la manera de percibir la realidad no es regular, com-
pleta o sistémica, porque la sociedad tampoco lo es, pero en
circunstancias extraordinarias puede haber rejeraquizacio-
nes y asimilaciones que modifican las formas comunes de
comprender (de la Garza, 2001).
Territorios y metropolización en Jalisco · 129

Para recuperar las evidencias empíricas de los pobladores del


Valle de Tesistán, se rescató la opinión en torno a los cambios de la
reconfiguración del territorio en un proceso de urbanización-metro-
polización como hecho consumado. En consideración a lo anterior se
plantearon las siguientes interrogantes: ¿Cómo conciliar los intereses
de los actores sociales de un territorio en reconfiguración de lo rural
a un proceso urbanizador-metropolizante? ¿Cuáles son las implica-
ciones del proceso de urbanización-metropolización en las identida-
des culturales e imaginarios sociales para los habitantes del Valle de
Tesistán?
Concebir a los habitantes de Tesistán como actores sociales per-
mite comprender el cómo ellos configuran la toma decisiones enmar-
cadas por las presiones estructurales y fusionar percepciones de la
interacción con otros actores sociales en búsqueda de resultados de-
seados o no deseados. El conocimiento de la acción se construye en
un espacio de posibilidades que se articulan en procesos de diferen-
tes temporalidades y subjetividades, es en la trialéctica conocer-sen-
tir-accionar donde se construye el conocimiento y se configura la ac-
ción. El concepto de configuración permite entender la acción (toma
de decisiones) con base en un conjunto de variables estructurales y
relacionales que se desarrolla respecto a diferentes campos subjetivos
(conocimiento, valores, razonamiento cotidiano, sentimientos y esté-
tica) posibles de identificar empíricamente. El rescate de las percep-
ciones de los actores sociales sobre la reconfiguración de su territorio
y la pérdida de la frontera agrícola fue a través de aplicación de en-
trevistas semiestructuradas a personas involucradas en el proceso de
investigación, el guion de entrevista contempló cuatro dimensiones
de observación (Hernández,2006):

1. Transformación del territorio.


2. Modificaciones en la dinámica socio-familiar.
3. Percepción en torno al deterioro de los recursos naturales.
4. Identificación de conflictos con la llegada de nuevos actores.

Además de las entrevistas a los a pobladores de Tesistán, se con-


sultaron bases de datos,36 documentos como; planes de desarrollo

36. Para indagar el fenómeno en cuestión se consultaron fuentes oficiales como son
las del Institutito Nacional de Estadística y Geografía (INEGI); Sistema de Informa-
130 · Disputas socio-territoriales en México

urbano, cartas topográficas, fotografías. También se incorporó un


marco histórico que da cuenta de los procesos de metropolización.

2. Transformación de lo rural a lo urbano

La modificación de los estilos de vida y el incremento de la densidad


de la población en las sociedades humanas es el producto del éxi-
to alcanzado en la adaptación cultural aplicada por el hombre en la
apropiación-modificación de la naturaleza, al utilizar la tierra para
construir la ciudad, misma que representa un bien de uso y donde el
lote o terreno se constituye en un bien de cambio.
En el contexto de la globalización se agudiza la especulación del
espacio urbano, son varios actores internos-externos que se inmiscu-
yen a la luz de la creciente apertura de las economías nacionales y del
sistema político de las naciones. Las ciudades prósperas están carac-
terizadas como sitios privilegiados de producción, empleo, consumo
y vida social (Scott, 2002: 513) lo que provoca flujos migratorios de la
población en busca de mejores condiciones de vida, el cual repercute
en la demanda de espacios para vivienda. Se forma entonces un esce-
nario dominado por la oferta y la demanda del mercado inmobiliario
en detrimento del espacio natural. En el impulso de “modernidad de
las ciudades” inciden las sugerencias de la OCED, de gran influen-
cia en la política pública mexicana, el cual repercute en los planes de
desarrollo urbano tendientes al proceso de metroploización, mismo
que repercute en los territorios, como es el caso de la incorporación
de tierras de cultivo a la mancha urbana producto de la creciente de-
manda de vivienda.

2.1 De la posesión social a la privatización de la tierra y metropolización

Las zonas metropolitanas han incorporado espacios territoriales que


eran destinados a la producción de alimentos básicos. Hace dos dé-
cadas más de la mitad del territorio nacional era usufructuada por la
propiedad social (ejidos y comunidades) bajo el esquema de la Ley

ción Jalisco, Gobierno del Estado de Jalisco (SEIJAL); Secretaría de Desarrollo Urba-
no del Estado de Jalisco (SEDEUR); Planes de Desarrollo Territorial del Municipio
de Zapopan. Se realizaron recorridos en el Valle para efectuar observaciones y tomar
fotos para la captura de evidencias en la transformación en corto, mediano y largo
plazo que permita hacer una trayectoria del fenómeno en cuestión.
Territorios y metropolización en Jalisco · 131

Federal de la Reforma Agraria. Antes de la modificación legislativa


sobre tierras ejidales y comunales, no podían ser enajenadas, gracias
a la reforma del artículo 27 constitucional gestada en el sexenio de
Carlos Salinas de Gortari se consumó su modificación a finales del
mes de noviembre de 1991, concretizando su aplicación con la pro-
mulgación de la Ley Agraria (febrero de 1992), esta reforma posibilitó
el tránsito de la propiedad social hacía la propiedad privada.
Investigadores como José Luis Calva Téllez (1993), Emilio López
Gámez (2011) indican que desde el inicio de la Reforma Agraria, se
viabilizaron los escenarios sobre derrotero de la propiedad social. Y
uno de ellos fue la concentración de las tierras por los dueños de capi-
tal. Es en este contexto donde se desincorporan millones de hectáreas
de unidades de producción, correspondientes a la propiedad social,
lo que sentó las bases para que la tierra se convirtiera en una mercan-
cía más del modelo Neoliberal.
Entre los organismos internacionales que han incidido sobre
la privatización de la propiedad social se encuentra la Organiza-
ción para la Cooperación y el Desarrollo Económica conocida por
sus siglas OCDE —español— ( enunciada en idioma inglés como
OECD- Organisation for Economic Co-operation and Development)
, evidencia de ello se expresa en el documento titulado “Política Agro-
pecuaria y Pesquera en México: logros recientes, continuación de las
reformas” (OECD, 2006), en el cual recomienda al gobierno mexi-
cano continuar con las reformas estructurales especialmente en el
sector agropecuario, enfatizando la privatización de la tenencia de la
tierra. Este organismo señala que la continuación de ejidos y comuni-
dades poseedoras de tierra constituye una restricción a la propiedad
privada e impide la distribución eficiente del activo, inhiben la inver-
sión y limitan el valor de la tierra para quienes cuenten con derechos
certificados (OECD, 2006) textualmente señala:

México debería avanzar hacia la eliminación de la propiedad comunal


de la tierra, suprimir limitaciones para la propiedad privada de la tierra
y crear incentivos para la privatización de los ejidos. La privatización de
la tierra podría facilitarse mediante un pago en bonos que no esté vin-
culado con la tierra y, por tanto, no se capitalice de inmediato en el valor
de ésta. Dicho pago proporcionaría un capital para desarrollar mercados
de tierras, así como una alternativa a la propiedad privada de la tierra
(OECD, 2006:7).
132 · Disputas socio-territoriales en México

La OECD recomendó al gobierno mexicano modificar las po-


líticas de planeación urbana para ejecutar los procesos de metro-
polización con el fin de articularse a la carrera hacia la integración
globalizadora. Se parte que la metrópoli como aglutinadora de las
diversas urbes donde existe una concentración de la población y de
actividades económicas, por lo que se espera una correlación positi-
va del tamaño del territorio metropolitano y los ingresos generados
gracias a los recursos, servicios e infraestructura. Se supone que en
este contexto se presentaría una diversificación productiva, acceso al
conocimiento como un bien intangible que genera bienes tangibles
(riqueza) y se parte de condicionantes de la existencia de institucio-
nes educativas, investigación, desarrollo y formación de capital hu-
mano; mismo que es necesario para la competitividad, conectividad
y comunicación en una dinámica de lo local a lo global y de lo global
a lo local (SEDESOL, 2012).
El proceso de metropolización muestra inconvenientes debido a
que las supuestas ventajas, no se generalizan para toda la población
que la habita, entre los principales retos que afronta está la creación
de suficientes puestos de trabajo para los ciudadanos que demandan
un empleo digno, lo que sí ha evidenciado es la agudización de altos
índice de pobreza en las ZM, como lo señala los estudios del CO-
NEVAL (2013 y 2014), falta de equidad en el acceso a los servicios
públicos, contaminación ambiental provocada por las actividades
humanas lo que deriva en baja calidad de vida de los pobladores
(congestionamiento vial), encarecimiento de la vivienda motivado
por la especulación de la tierra propiciada por las corporaciones in-
mobiliarias (SEDESOL, 2012).

3. Crecimiento demográfico y metropolización en Jalisco

México ocupa el decimosegundo lugar entre los países más habitados


del mundo (SAGARPA, 2015:10), con una población de 119´530,753
de acuerdo a la Encuesta Intercensal 2015. Al revisar los datos de la
Encuesta se observa una alta concentración de la población en ocho
entidades federativas (53.2 % de la población), figuran en primer lu-
gar el estado de México, le sigue el Distrito Federal, en tercer lugar
está Veracruz, Jalisco, Puebla, Guanajuato, Chiapas y Nuevo León
(consultar cuadro 1).
Territorios y metropolización en Jalisco · 133

Cuadro 1
Distribución de habitantes de las Entidades Federativas que
cuentan con más de la mitad de la población en México
Número de Población Tasa de
Estado
habitantes relativa crecimiento
México 16`187,608 13.5 % 1.4
Distrito Federal 8´918,653 7.5 % 0.3
Veracruz 8´112,505 6.8 % 1.3
Jalisco 7´844,830 6.6 % 1.5
Puebla 6´168,883 5.2 % 1.4
Guanajuato 5´853, 677 4.9 % 1.4
Chiapas 5´217,908 4.4 % 1.8
Nuevo León 5´119,504 4.3 % 2.1
Población Nacional: 119´530, 753 de habitantes
Elaborada por los autores a partir de datos del: INEGI, 2015; INEGI, 2015-a.

La concentración de la población ejerce presión por la demanda


de viviendas y servicios, lo que genera la incorporación de tierras de
cultivo a la mancha urbana la cual consume la reserva agrícola y su
efectos colaterales en el medio ambiente, manifestándose una pérdi-
da de la diversidad bilógica, sobreexplotación de los mantos acuífe-
ros, como el incremento de los índices de contaminación provocado
por las actividades industriales y los vehículos de combustión inter-
na, una gran diversidad de contaminantes son arrojados al aire y al
agua gracias a las actividades humanas provocando perturbación del
entorno natural y social (Castro y López, 2015).
Para el estado de Jalisco se estima una población de 7´844,830
habitantes, lo que le coloca en el cuarto lugar en concentración de-
mográfica de los estados de la República Mexicana, lo que representa
tener el 6.8 por ciento de la población en el país y con una tasa de
crecimiento de 1.5 por ciento anual.
Jalisco cuenta con tres Zonas Metropolitanas:37 la primera es la
Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG), la segunda Zona Metro-

37. Además de las tres ZM en Jalisco reconocidas por la SEDESOL en su publicación


editada en el año de 2012 titulada “Delimitación de las Zonas Metropolitanas de Mé-
xico 2010”, el Congreso del Estado de Jalisco y el Poder Ejecutivo Estatal reconocen
dos ZM más: Zona Metropolitana de Tepatitlán de Morelos y la Zona Metropolitana
de Ciudad Guzmán.
134 · Disputas socio-territoriales en México

politana de Puerto Vallarta (ZMPV), finalmente la Zona Metropoli-


tana de Ocotlán (ZMO). La Zona Metropolitana de Puerto Vallarta
(ZMPV) se ha caracterizado por su dinámica turística y en el caso de
las Zonas Metropolitanas de Guadalajara y de Ocotlán la fortaleza de
sus centros urbanos se identifica por su actividad industrial y comer-
cial, en el suceso de sus periferias (zonas rurales) han contribuido
en la producción de alimentos, gracias a la disponibilidad de agua y
buena calidad de los suelos en el territorio.
La Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG)38 está integran por
nueve municipios; Los municipios que integran la ZMG 1. Guadala-
jara, 2. Tlaquepaque, 3.Tonalá, 4. Zapopan, 5. El Salto, 6. Juanacatlán,
7. Tlajomulco de Zúñiga 8. Ixtlahuacán de los Membrillos y 9. Zapot-
lanejo39 (consultar cuadro 2).

Cuadro 2
Distribución de la población en los municipios que integran la
Zona Metropolitana de Guadalajara, Jalisco
Número de Población Tasa de
Municipio
habitantes relativa crecimiento
Guadalajara 1, 460,148 18.6 - 0.4
Zapopan 1,332,272 17 1.5
Tlaquepaque 664,193 8.5 1.9
Tonalá 536,111 6.8 3
Zapotlanejo 68,519 0.9 1.6
Tlajomulco 549,442 7 6

38. La conformación de la Zona Metropolitana tiene sus antecedentes formales con


el Decreto 23021/LVIII/09 que aprueba la declaratoria del área metropolitana de
Guadalajara, integrada por los municipios de Guadalajara, Zapopan, Tlaquepaque,
Tonalá, Tlajomulco de Zúñiga, El Salto, Juanacatlán e Ixtlahuacán de los Membrillos
(Poder Ejecutivo del Estado de Jalisco, 2009).
39. La incorporación del municipio de Zapotlanejo se da en la “Promulgación del
decreto 25400/LX/15, mediante el cual: se reforma el artículo único del diverso nú-
mero 23021 que aprueba la declaratoria del área metropolitana de Guadalajara, inte-
grada por los municipios de Guadalajara, Zapopan, Tlaquepaque, Tonalá, Tlajomulco
de Zuñiga, El Salto, Juanacatlán e Ixtlahuacán de los membrillos; para quedar como
sigue: ARTÍCULO ÚNICO. Se aprueba la declaratoria del Área Metropolitana de
Guadalajara, integrada por los municipios de Guadalajara, Zapopan, Tlaquepaque,
Tonalá, Tlajomulco de Zúñiga, El Salto, Juanacatlán , Ixtlahuacán de los Membrillos
y Zapotlanejo. (Poder Ejecutivo del Estado de Jalisco, 2015:7).
Territorios y metropolización en Jalisco · 135

El Salto 183,437 2.3 6.1


Ixtlahuacán de los Mem- 53,045 0.7 5.6
brillos
Juanacatlán 17,955 0.2 7.2
Población en Jalisco : 7, 844,830
Elaborado por los autores a partir de: Principales resultados de la Encuesta
Intercensal 2015: Jalisco (INEGI, 2016).

La ZMG concentra el 62 por ciento de la población de Jalisco, dis-


tribuidas en sus nueve municipios, cuatro de ellos han tenido una
tasa de crecimiento por arriba de los 5 puntos, como se puede apre-
ciar en el cuadro Nº 2.

4. Zapopan y su Valle de Tesistán

El municipio de Zapopan está integrado a la Zona Metropolitana de


Guadalajara y ocupa el segundo lugar en cuanto al número de habi-
tantes (17 % de la población de Jalisco), su extensión territorial es de
893.15 km² (representa el 1.115% de territorio estatal), es el muni-
cipio con más territorio de los nueve que integran la ZMG (INEGI,
2016; SEIJAL, 2012). Zapopan tiene una tasa de crecimiento (en
adelante TC) moderado (TC 1.5 %) en comparación con los muni-
cipios de Juanacatlán (TC 7.2%), El Salto (TC 6.1%) y Tlajomulco de
Zúñiga (TC 6%) lo que refleja una tendencia de concentración de la
población en estos municipios. El municipio tiene antecedentes de
una presión demográfica sobre su frontera agrícola, desde la década
de 1980. Zapopan sufre un crecimiento anárquico, según el estudio
realizado por Juan Lanzagoreta Vallín (2007) el cual reportó que para
el año de 1985, ya contaba con 28 asentamientos irregulares, y para
1990 se hablaba de 85 colonias de este tipo.40 Hoy, la cantidad regis-

40. Otros datos que ilustran el proceso de urbanización hacia la metropolización


del municipio de Zapopan son los siguientes : a) número de ejidos: 26; número de
comunidades: 4 ; colonias populares: 116; colonias irregulares: 123; poblados: 18;
rancherías: 26; área contemplada de acuerdo con la normatividad del Plan de Desa-
rrollo Urbano: 172.00 km², (17 200 hectáreas); c) poblados y área rural 721.2 km² (72
120 hectáreas); d) urbanización de suelo ejidal en Zapopan al año de 1995: 1,786.0
has; e) número aproximado de habitantes en los asentamientos irregulares: 450,000;
f) área aproximada de crecimiento urbano anual en Zapopan: 4 km² (400 has); g)
área aproximada de crecimiento urbano anual en el área conurbana de GDL: de 1.3
136 · Disputas socio-territoriales en México

trada suma un total de 13241 asentamientos irregulares aledaños a la


zona urbana los cuales, día con día, amplían sus límites territoriales
sin control alguno (Lanzagoreta, 2007).
En Zapopan durante las décadas de los 60 a los 80 se reconocía
que se sembraban 80 mil hectáreas para el cultivo de maíz y al inicio
de la primera década del nuevo milenio (año 2010) la cifra decreció
a solo 20 mil hectáreas, las comunidades que sobresalen en la activi-
dad, son; San Juan de Ocotán, San Francisco de Tesistán, Nextipac y
Santa Lucía. Estos cuatro territorios zapopanos han sufrido los em-
bates del crecimiento urbano y la reconfiguración de su territorio al
ser suelos dedicados a la agricultura y en especial al cultivo de maíz a
convertirse en el cultivo de manzanas urbanizadas.

5. Reconfiguración del Valle de Tesistán

La localidad de San Francisco Tesistán es el segundo poblado más im-


portante del municipio de Zapopan, con 62, 397 habitantes de acuer-
do Censo de Población y Vivienda 2010 (INEGI, 2011). El término
Tesistán se deriva del vocablo náhuatl “Techistlán”, que significa “Ten-
chictli”; que quiere decir pájaro o cierto pájaro y “tlán”; en o lugar, ya
castellanizado se diría lugar de pájaros o en pájaros, el nombre de San
Francisco, en memoria a San Francisco de Asís, cabe destacar que la
región fue evangelizada por los “Franciscanos”.
San Francisco de Tesistán es una delegación del municipio de Za-
popan, históricamente a Tesistán se le reconoció como una región
productora de maíz y a pesar de la presión demográfica existente, per-
sisten hombres del campo con una cultura arraigada en el cultivo de
la gramínea y evidencia de ello es que cada año se celebra la Feria del
Elote. A ella asisten los productores, técnicos especializado en el cul-
tivo quienes llegan de diferentes latitudes de México y del mundo. La
Feria del Elote representa un elemento histórico, simbólico de identi-
dad para los hombres del campo y sus familias, porque las actividades

a 2 km² ( de 1300 a 2000 has. ); h) área contemplada de acuerdo con la normatividad


del Plan de Ordenamiento Territorial del Valle de Tesistán: 247.9 km² (24 790 ha)
(Lanzagoreta, 2007:39-40).
41. El programa de Regularización de Fraccionamientos y/o Subdivisiones en el esta-
do de Jalisco, impulsado por el SEDEUR en 1995, el cual detectó 2,093 asentamientos
irregulares en el año de 1997, para el año 2003 la ZMG contaba con 588, de los cuales
132 pertenecían al municipio de Zapopan.
Territorios y metropolización en Jalisco · 137

agropecuarias significan la garantía del sostén y la alimentación de


familia. También permite la cohesión social en torno a la integración
de los habitantes a partir de las actividades agropecuarias y afianzar
redes de colaboración entre los miembros de la comunidad, el cual
comparten el capital cultural acumulado gracias a las experiencias
en la producción de maíz, lo cual ha permitido la convivencia para
festejar sus tradiciones en el espacio parroquial.
Con el modelo económico neoliberal instaurado a inicios de los
años ochenta, el campo mexicano dejo de ser prioridad nacional y da
comienzo el abandono paulatino, desarticulación de las instituciones
del sector y con ello los programas que apoyaban a los campesinos,
como sería el establecimiento de precios de garantía de las cosechas de
granos básicos (entre ellos está el maíz), asistencia técnica, créditos de
avío y refaccionarios, seguro agrícola, todo lo cual garantizaba la estabi-
lidad económica y productiva de los hombres del campo y sus familias.
El abandono de la gente del campo por parte del gobierno (Esta-
do) los dejó a su suerte en la vorágine del libre mercado; lo que trajo
como consecuencia que la mayoría de los productores ya no conce-
bían atractivo continuar con las actividades agropecuarias a pesar de
su arraigo. El abandono paulatino de las labores agrícolas por parte
de los campesinos fue motivado por la búsqueda de mejores expec-
tativas de vida, lo que propició la migración y la venta de parcelas
para los asentamientos irregulares, los fraccionadores y como estos
últimos distinguen al Valle de Tesistán como un jugoso negocio para
fraccionar.

5.1 Población y demanda de vivienda en el Valle de Tesistán

San Francisco de Tesistán en las últimas dos décadas tuvo un incre-


mento de su población de más del 362%, en los años noventa tenía
13,481 habitantes, para el año 2010, contaba con una población de
62,397 almas (ver cuadro 3). Entre los factores que se incidieron en
tan reconfiguración, está la inmigración hacia la localidad, con la lle-
gada paulatina de nuevos vecinos provenientes del interior del estado
o de otras partes de la República Mexicana.
El crecimiento de la localidad ha impactado en la reconversión
del uso del suelo, donde se invade la tierra con lozas de concreto para
sembrar viviendas en detrimento de la reserva agrícola, en tan sólo
una década en el municipio de Zapopan se incrementó la demanda
138 · Violencia en el medio rural
Disputas socio-territoriales e indígena, sus distintas expresione
en México

de viviendas en más del 40%, y la mayoría de estas casas se edificaron


en el Valle a través de los fraccionadores que aprovecharon la infraes-
tructura vial con que se contaba, misma que en el pasado respondía a
la demanda de una población rural, no para el crecimiento anárquico
en el que se vio sometida la comunidad.
Debido a la carencia e insuficiencia de vías adecuadas para comu-
nicarse con la cabecera municipal, los habitantes originarios perciben
que el Valle de Tesistán se ha transformado en una urbe de retazos
incomunicados; lo cual provoca malestar para los pobladores que ya
estaban y los recién llegados que habitan los nuevos fraccionamientos
(Robles, 2009). Entre los problemas que prevalecen es el congestiona-
miento vial motivado por el incremento el parque vehicular.

Cuadro 3
Principales poblaciones del municipio de Zapopan y número
de habitantes en los años 1990, 1995, 2000 y 2010
Nombre de la
Número de habitantes en las poblaciones/años
población
1990 1995 2000 2010 2015
Cabecera 668,323 850, 315 910,690 1,142,483 La población
Municipal para todo el
(Zapopan) municipio
se estima de
1´332,272
habitantes
Tesistán (San 13,481 22, 449 27,796 62, 397
Francisco de
Tesistán)
Nextipac 1,612 2,260 2,365 4,008
La Venta del 2, 465 3,378 4,267 5,649
Astillero
Elaborada por los autores a partir de datos del: SEIJAL, 2012;
INEGI, 2001; 2011; 2015 y 2016.

El caos vial provoca malestar a los originarios del lugar, quienes


comentan que los recién llegados no respetan la tradición de cortesía
que se da entre los miembros de la comunidad, por ejemplo el “uno
y uno”, esta norma no escrita consistente en que los conocidos ceden
el paso al automóvil que viene por la calle que se intercepta, o ceder
el paso al peatón. Los oriundos señalan a los recién llegados que ma-
Territorios y metropolización en Jalisco · 139

nejan como “defeños” (se describe a las personas del Distrito Federal
que tienen un estilo muy peculiar de conducir, que en ocasiones no
respetan las normas de tránsito, manejan a la defensiva y estresados).

5.2 La apropiación del espacio; los cotos privados

De acuerdo a los estudios realizados por Enrique García, estimó que


durante las décadas de 1990 y 2000, Tesistán de tener 597 hectáreas
pasó a 1, 400 ha de urbanización donde se construyeron aproxima-
damente 30 fraccionamientos. Con datos del año 2010 se estimaba
que se estaban construyendo 8,500 casas habitación más 13,600 que
solicitaron los fraccionadores al ayuntamiento de Zapopan, lo que se
proyectaba 52,000 nuevos habitantes para el Valle de Tesistán, más los
habitantes contemplados por el Censo 2010 que era de 62,397 resulta
con una carga aproximada en el territorio de 114,397 personas.
La carga probable de población en Tesistán, repercute en el abasto
y consumo de los mantos acuíferos que están sobreexplotados, donde
al inicio de la década del 90 las perforaciones para la obtención del
agua se realizaban aproximadamente a 60 metros y dos décadas des-
pués las perforaciones de pozos rebasan los 90 metros.
La competencia por el recurso agua, servicios, vías de comuni-
cación, la apropiación del territorio se agrega un elemento más, la
construcción de fraccionamientos tipo cotos privados. Lo que quiere
decir que el fraccionamiento se encuentra aislado por una barda pe-
riférica para dar privacidad a sus moradores y que solo ellos pueden
hacer uso de la infraestructura del coto, como son calles, unidades
recreativas, acceso exclusivo y vigilado por guardias de seguridad.
La proliferación de este tipo de fraccionamiento tipo coto complica
aún más la vialidad, porque la mayoría de las unidades realizan su entron-
que a la única arteria principal denominada Carretera Tesistán, camino
que abordan la mayoría de los moradores de los “cotos residenciales”.
El concepto de cotos residenciales se ha configurado gracias a los
altos niveles de inseguridad y la siembra de miedos42 que prevalece

42. Para Rossana Reguillo (2001) históricamente el miedo ha sido un instrumento


de control y opresión. Las ciudades son hoy habitadas por múltiples figuras que nada
significarían si no fuera porque se alimentan del malestar, de la desgracia, de la crisis,
de la exclusión creciente del sin sentido. El miedo y la incertidumbre en la ciudad
contemporánea, está inmerso en el proceso de globalización donde los actores socia-
les reencuentran el sentido de la vida y activan los dispositivos de identidad y la me-
140 · Disputas socio-territoriales en México

en el país, es más agudo en algunas entidades y el caso del estado de


Jalisco no es ajeno al problema. Ante los miedos e incertidumbres los
ciudadanos buscan e invierten para protegerse junto con sus familias,
pero traen otros tipos de problemas como es la exclusión social al
optar por el espacio privado y el de sólo convivir con los vecinos.
Quedan fuera de esta relación los que no están dentro, que en este
caso sería los originarios de la población y los pobladores de los asen-
tamientos humanos irregulares por no contar con la membrecía.
La historia en común de nosotros nos da certidumbre y el ello nos
origina miedo, al tomar la postura de residente de un coto, nosotros
vivimos en privacidad en la ciudad amurallada para brindar seguri-
dad a nuestras familias y se protege de ellos que nos pueden dañar o
invadir nuestra privacidad. La percepción de ellos ante esta situación
se genera un resentimiento por la exclusión de que son objeto de lo
que antes era de la comunidad, la tierra que trabajaron sus antepasa-
dos para sembrar maíz y que actualmente está invadido por el asfalto
o concreto en una forma encapsulada (cotos residenciales).

6. Conclusiones

En la reconfiguración del Valle de Tesistán los actores sociales origi-


narios han coexistido en una regularidad cotidiana sostenida con una
estructura tradicional que les ha permitido dar identidad y sentido
de ser y compartir el espacio comunal, pero con la llegada de nuevos
actores sociales y los proceso de metropolización estas regularidades
cotidianas se desarticulan, dando paso a la reconfiguración de nuevas
estructuras y reclamos de legitimidad en compartir el espacio terri-
torial, el cual provoca tensiones y confrontaciones entre los actores
sociales. Dando paso a diversas demandas, reclamos y luchas que se
gestan por la apropiación del espacio geográfico, en el cual se estable-
ce límites, como es el caso de los vecinos recientes que han reconfi-
gurado el territorio al establecer cotos privados en donde habitan y
propician la exclusión social.
Ante las regularidades desarticuladas de lo vecinal hay que com-
prender que el espacio expresa lo que es necesario repensar respecto

moria. La expresión de las identidades será diversos por que los grupos interactúan
en estas condiciones bajo un espacio heterogéneo, las historias de vida serán diversas
y al encontrase los comunes origina identifican la distinción de ellos y nosotros.
Territorios y metropolización en Jalisco · 141

a lo vecinal , tal es el caso del Valle de Tesistán; al problematizar sobre


los límites de las relaciones asimétricas de poder e interrelación de
la diversidad sociocultural, es necesario involucrar a los municipios
como mediadores de los conflictos a través de una propuesta de de-
limitación y de acciones administrativas–políticas, desniveles econó-
micos, y como recuperación del espacio de expresiones simbólicas.
La anarquía en los asentamientos humanos acarrea problemas de
muy diversa índole, como son los de carácter técnico y aquellos otros
pertenecientes a los fenómenos tradicionalmente asociados a la ur-
banización, tales como la pobreza, el hacinamiento, la violencia y la
degradación cultural y ambiental.
Es necesario reorientar el papel que deben jugar las autoridades
municipales con fundamento en el artículo 115 constitucional, al
asignarle responsabilidad de la conservación de las reservas territo-
riales y en particular sobre la delimitación y preservación de la fron-
tera agrícola como acción garante para la producción de alimentos
con una racionalidad sustentable y considerado como bien público
para las presentes y futuras generaciones.

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apartado 2.
conflictos en zonas urbanas
las mujeres rurales: el trabajo
asalariado en las maquiladoras.
una caracterización desde el tiempo43

Miriam Quiroz Ramírez44

1. Introducción

Este escrito tiene como objetivo caracterizar al trabajo asalariado en


los espacios rurales desde la apropiación que hacen del tiempo los
sujetos (locales y globales) de San Bartolo Teontepec, en el sureste po-
blano. Para ello, se referencia el ámbito maquilero, identificado por su
importancia como fuente de ingresos, pero también por su influencia
en los usos del tiempo; aspecto que aquí se resalta a través de los ele-
mentos sociales y culturales ligados trabajo.
Se destaca el papel de las mujeres a quienes se les ubica en lo laboral
y doméstico, reflejo de su importancia en esos entornos. Postulando
que el tiempo de trabajo de las mujeres no se puede reducir al tiempo
como asalariadas, sino que es una apropiación particular del tiempo
que media con los tiempos sociales de colectivos determinados.
Se tuvo interacción con 10 mujeres de entre 20 a 40 años de edad,
quienes tuvieron la disposición de colaborar en la investigación. Ellas
tienen características sociales variadas al llevar a cabo diferentes roles
(madres, amas de casa y esposas), lo que permitió mostrar sus diver-
sas circunstancias como parte de familias nucleares propias y los usos

43. La información se obtuvo en el marco de la elaboración de la tesis de licenciatura


Campesinos y uso de tecnologías agrícolas en la comunidad de San Bartolo Teontepec
2011-2013 y de maestría Ver telenovelas en un contexto rural. Acercamiento etnográ-
fico al consumo cultural y tiempo de las mujeres de San Bartolo Teontepec, Puebla; en
las que únicamente se realizaron breves esbozos del trabajo asalariado en las maqui-
ladoras debido a los ejes diferenciados que tenían las mencionadas.
44. Maestra en Antropología Social. Facultad de Filosofía y Letras de la Benemérita
Universidad Autónoma de Puebla. Correo: mrmquiroz8@gmail.com

[147]
148 · Disputas socio-territoriales en México

de sus tiempos para ser parte del trabajo asalariado. Se trata de mu-
jeres que alcanzaron un grado de escolaridad de primaria completa y
sólo en tres casos de bachillerato terminado o trunco. Compartiendo
la característica de tener como su principal fuente de ingresos a las
maquiladoras.

Fotografía 1. Ubicación geográfica de San Bartolo Teontepec


(marcada con una círculo) en el relación al municipio de
Tepanco de López y el Valle de Tehuacán.

Fuente: Gobierno de Puebla.

La metodología fue de corte etnográfico,45 incluyó técnicas cuali-


tativas como trabajo de campo del 2011 al 2016 en períodos variados;
entrevistas (dos de tipo semiestructurado en los primeros acerca-
mientos y ocho en profundidad para conocer sus dinámicas tempo-
rales en las maquilas, al no poder acceder a estos espacios quienes
no laboraban en ella; además de otras tres a adultos mayores para la
presentación histórico contextual);46 observación participante en sus

45. Se reconoce la importancia que tienen los métodos cuantitativos. Sin embargo,
el artículo se basa en una metodología de índole cualitativo, ya que lo que se bus-
ca es conocer las apropiaciones del tiempo de las mujeres rurales y sus ámbitos de
pertenencia como el trabajo asalariado en las maquiladoras y domésticos donde se
desenvuelve bajo ciertos roles.
46. A pesar del número de entrevistas, en el texto se citan sólo algunos fragmentos
para ejemplificar las condiciones de las mujeres rurales de Teontepec. Los puntos
Las mujeres rurales: el trabajo asalariado en las maquiladoras · 149

viviendas para conocer sus dinámicas familiares; y observación di-


recta a las a fueras de las instalaciones laborales. Lo previo tuvo como
eje la visión de que, para dar cuenta de una dimensión “inmaterial”
. se
deben retomar medios para exponer las apropiaciones que se hacen
del tiempo como las prácticas, relaciones y discursos de los sujetos.
Se plantea que para hacer una caracterización del trabajo desde el
tiempo es necesario tomar en cuenta:

• Los elementos contextuales a nivel regional y local para ex-


plicar las coyuntas y adaptaciones derivadas de la incursión
en el trabajo asalariado, así como la manera de concebir y
significar el tiempo dedicado a éste, a partir de los procesos
de inserción de las mujeres en las maquiladoras.
• La jornada como “expresión de la apropiación del tiempo”
(Coriat, 2011 y Damián, 2014) por parte de la industria ma-
quilera, para evidenciarla en relación a lo social y al trabajo,
con la finalidad de especificar las mediaciones entre éstos ele-
mentos.
• Los puntos anteriores constituyen la forma en la cual se divide
el texto para analizar al trabajo desde el tiempo; mismos que
son antecedidos por una revisión general de los abordajes que
se han hecho sobre el trabajo. A continuación, se abunda en ello.

2. Algunos apuntes sobre el trabajo en las disciplinas sociales

El trabajo ha sido atendido desde diferentes posturas y disciplinas.


Ghiotto, las resume del siguiente modo:

(…) la escuela regulacionista francesa (…) sostienen una mirada trans-


histórica y ontologizada del trabajo (…) desde el interior del marxismo,
(…) pusieron el eje en la constitución desigual del trabajo capitalista,
constituyendo una economía política del trabajo. Por último, (…) la teo-
ría crítica, presentándolo como una expresión del antagonismo de clase
(Ghiotto, 2015: 267).

coincidentes entre los entrevistados se enuncian de forma general. Cabe mencionar


que sus nombres no fueron utilizados a petición suya, al argumentar un mejor des-
envolvimiento en sus discursos si no las implicaba directamente en la evidenciación
de las condiciones de trabajo en las que se inmiscuyen.
150 · Disputas socio-territoriales en México

Dichas escuelas se han convertido en la base de diferentes investi-


gaciones que toman uno u otro elemento para caracterizar al trabajo.
En este apartado no se hace una revisión exhaustiva de cada una de
ellas, pero si se presentan algunos de los matices que han adquirido
en los escritos de sociólogos, economistas y antropólogos, a fin de
mostrar los elementos eje de su argumentación y abordaje; para des-
pués dar paso a la relación entre tiempo y trabajo.
En primer momento, para Engels el trabajo es aquel elemento que
influye en el estatuto del hombre como tal:

El trabajo es la fuente de toda riqueza, afirman los especialistas en econo-


mía política. Lo es, en efecto, a la par que la naturaleza, que le provee de
los materiales que el convierte en riqueza. Pero el trabajo es muchísimo
más que eso. Es la condición básica y fundamental de toda la vida hu-
mana. Y lo es en tal grado que hasta, cierto punto, debemos decir que el
trabajo ha creado al propio hombre (Engels, 2012: 168).

Para Engels, el trabajo se convierte en el requisito que diferencia


al hombre de otros seres, convirtiéndolo en una característica propia
de él, permitiendo su desarrollo biológico (postura erguida, lenguaje
articulado y uso de las manos para las actividades manuales), el sur-
gimiento de sociedades y la consolidación de un sistema económico
de tipo capitalista.
Una postura similar es sostenida por Rieznik para quien: “el tra-
bajo mismo tiende a pensarse como una categoría antropológica des-
de el momento en que se concibe precisamente como la especificidad
del ser humano en su vínculo con la naturaleza” (2001: 11). Así se
mantiene la constante de una definición del trabajo como antropo-
logización del hombre, lo que lo separa de la naturaleza. Elemento
a dominar para cubrir sus necesidades y utilizar en la producción,
haciéndola de utilidad clave en las prácticas económicas.
En otro ámbito, el trabajo se define por el salario como elemen-
to que le brinda singularidad y que permite al capitalista el manejo
del tiempo de los sujetos que son empleados por él, como menciona
Hirata y Zariffian: “Este trabajo moderno (…) se encuentra siempre
prendido en la relación salarial naciente, puesto que se trabaja en
torno de la apuesta ya central que es la apropiación del tiempo del
asalariado por parte del capitalista” (2007: 34). Para dar sustento a sus
argumentos, los autores hacen una revisión bibliográfica en la que
Las mujeres rurales: el trabajo asalariado en las maquiladoras · 151

destacan al salario y al tiempo doméstico, la disparidad hombre-mu-


jer y su relación con la naturaleza, enmarcados en contextos econó-
micos de desigualdad. .
El trabajo también está asociado a la diferenciación entre los
hombres, siendo que “el trabajo no es la sustancia, sino la expresión
del antagonismo, que es el verdadero contenido de la relación social”
(Ghiotto, 2015: 288). En consecuencia, el trabajo se ve particulariza-
do mediante la separación y distinción entre los sujetos al ubicarlos
en posiciones contrarias: unos son la mano de obra y otros los propie-
tarios de los medios de producción.
Por su parte, Thompson expresa que desde el trabajo se estable-
cen formas de delimitación temporal, manifiestas en “disciplinas de
trabajo” que repercuten en las acciones de los sujetos dentro y fuera
de los ámbitos laborales. Así, “(…) el tiempo abstracto del reloj como
convención, se volvió la medida y referencia predominante para
coordinar la vida social y el trabajo asalariado” (Thompson 1967 en
Mc Phail Fanger 2009: 237-238).
Para Coriat “el cronometro es, ante todo, un instrumento político
de dominación sobre el trabajo” (2011: 2). Por lo que, la regulación
del tiempo constituye distinciones particulares por el uso e imposi-
ción de un modelo temporal en el trabajo, permitiendo un sistema
capitalista. Para sustentar sus argumentos, Coriat examina la regla-
mentación sobre el trabajo, las medidas tomadas por los industriales
y datos numéricos para dar cuenta de los cambios que ha tenido la
inversión de tiempo en el trabajo.
Damián sostiene, a partir de las ideas de Marx que “el tiempo de
trabajo es la fuente de toda riqueza” (2014: 28). Instituyendo al tiem-
po en elemento de disputa, a través de luchas obreras con la finalidad
de reducir las jornadas laborales. Para la autora, la extensión del tiem-
po de trabajo ha derivado en la existencia de “pobreza de tiempo”, en-
tendida como la carencia de momentos para sí y para el desarrollo de
capacidades y habilidades. Las técnicas de investigación de Damián
tienen que ver con la realización de encuestas para captar los bajos
ingresos en relación con el exceso de tiempo de trabajo.
Con lo anterior, se pretende mostrar como el abordaje de la rela-
ción entre el trabajo y el tiempo no es nuevo, pero si una temática cen-
tral en su análisis. También es evidente que la mayoría de las veces se
ha abordado diseccionadamente, es decir, se ha tomado al tiempo de
trabajo como independiente y ensimismado: 1) al verlo separado de
152 · Disputas socio-territoriales en México

otras temporalidades (doméstica, agrícola, escolar) 2) al ubicarlo en


contextos meramente económicos y 3) al ser abordado, mayormente,
desde metodologías cuantitativas; cuando el tiempo de trabajo se con-
figura mutuamente con otros, permitiendo dar cuenta de su comple-
jidad. Por lo que, se hace relevante la aproximación y ampliación de la
mirada desde otros puntos de vistas como el social y cultural.
Aquí se parte de la idea de que el trabajo en las maquiladoras re-
presenta: “Coextensivamente, la conexión global de los mercados,
supone una reorganización del espacio y del tiempo, ella permite
sentar las bases para una actividad continuada en los medios, en los
mercados financieros y en la política” (Beriain, 2009: 85). Se retoma al
tiempo como ritmos sociales (Beriain 2009, Carbonell Camós 2004,
y Vargas Cetina 2007), que se entienden como pautas de duración,
delimitación, constancia o cambio, ocurridos en diferentes niveles
locales-globales, no obstante, de impacto e inscripción comunitaria.
En consecuencia, el tiempo es producto y productor de la vida social.
El tiempo es producto de la vida social porque desde el primero
se generan pautas temporales y nociones de su transcurso. El tiempo
es productor de lo social porque el segundo se ve diferenciado desde
la historia que lo envuelve, la incorporación y adaptación a nuevas
temporalidades, para dar cuenta de las transiciones en lo rural.
De esta manera, la apropiación del tiempo consiste en una forma
de uso particular, dependiente de los sujetos, al estar posicionados y
ser posicionados social y económicamente. Influyendo en los referen-
tes que los hacen explícitos: sus discursos sobre determinado tiempo,
la ordenación de prácticas y las relaciones que entablan con otros su-
jetos locales (mujeres y familia) y globales (empleadores maquileros).
Así, las maquiladoras son aludidas como modernización, que in-
fluyen en nuevos significados en torno a lo que se considera como
trabajo, el tiempo dedicado a éste y la interpretación de ambos basada
en lo local.

3. Contextualización regional de las maquiladoras

El estado de Puebla, ubicado en la zona centro-oriente del país, se


divide en siete regiones socioeconómicas: Sierra Norte, Sierra Noro-
riental, Ciudad Serdán, San Pedro Cholula, Puebla, Mixteca, y Valle
de Tehuacán y Sierra Negra (Gobierno de Puebla, 2015). Concreta-
mente, el Valle de Tehuacán es “(…) una zona estratégica, pues debi-
Las mujeres rurales: el trabajo asalariado en las maquiladoras · 153

do a su ubicación, fue y es punto intermedio para arribar al Altiplano


Central (centro del país), el golfo de México y las costas de Oaxaca
y Guerrero (…)” (Gámez, 2006 en Licona Valencia et. al., . 2015: 21).
Una sección de la región es parte de la Reserva de la Biosfera Te-
huacán-Cuicatlán a causa de que, en este paisaje árido, predomina
vegetación endógena compuesta por cactáceas, arbustos pequeños y
palma. La actividad agrícola se realiza en condiciones poco favora-
bles, dadas las circunstancias ambientales y la disminución de la pro-
ducción de cultivos básicos (frijol y maíz) por la introducción de los
comerciales (sorgo y jitomate), destinados a la exportación y manu-
factura de alimentos para ganado. Además de que se ha favorecido la
migración hacia Estados Unidos (EU) para la obtención de recursos
económicos; y al trabajo asalariado en la maquila y las plantas avíco-
las como “una de las principales actividades económicas en el Estado
y la región” (Biosca et al., 2005: 1513).
La confección de ropa inicia en su ámbito industrial regional, pa-
rafraseando a Barbosa Cano (2012), mediante la elaboración del uni-
forme del personal de la embotelladora de agua mineral Manantiales
de Tehuacán a partir de 1930. Poco a poco la venta de sus productos
se extendió hacia la capital del estado e, incluso, cobró tintes interna-
cionales. Esto se acentuó en la década de 1980, al intervenir factores
exógenos como “(…) la reestructuración de la industria del vestido
en los Estados Unidos y el impulso de la producción compartida bajo
la forma de la maquila” (Hernández de la Cruz, 2008: 3). Sumado a
lo anterior, el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TL-
CAN) permitió la apertura de fronteras y mayor interrelación con
otros países, principalmente, con EU:

A partir de 1994, con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte


(TLCAN), la región se convirtió en un enclave para los mercados nacio-
nal e internacional. El auge de la maquila fue impulsado principalmente
por la crisis del campo, el declive de las industrias refresquera y avícola,
así como por la apertura comercial. En este contexto, los productores
locales lograron vincularse con algunas marcas mundiales como Levis,
Gap, Tommy, Mossimo, etcétera (Hernández de la Cruz y Rosales Orte-
ga, 2011: 209-210).

La consolidación del sistema maquilero en la región de Tehuacán


tuvo como trasfondo “(…) El ambicioso proyecto gubernamental de
154 · Disputas socio-territoriales en México

inscribir a México dentro del Primer Mundo, (…que se ha dado con el)
alineamiento de la política económica oficial con los postulados neoli-
berales (…)” (Giménez, 1995: 35) que derivan en: A) procesos compar-
tidos por diferentes regiones y B) la particularización de las nociones
locales de los sujetos (que se muestran en el siguientes apartados).
Los procesos compartidos se expresa, en la zona abordada, en las
condiciones de trabajo, según testimonios, al obtener los mínimos re-
cursos económicos de largas jornadas; de su propensión a accidentes,
por las ínfimas condiciones de seguridad o la carencia de protección
física y médica; a la vez que, espacios de hacinamiento donde la movi-
lidad es limitada y la temperatura elevada en relación al exterior. Por
otro lado, el acceso al agua extraída de pozos se ve diferenciada: los
habitantes del Valle únicamente la obtienen a través largos trámites y
permisos gubernamentales, justificados por un discurso que exalta a
la zona como reserva natural; contrastante con las facilidades otorga-
das a las maquiladoras a las que, además, se les permite arrojar “con-
troladamente” desechos en canales que pasan por áreas habitadas.
En la contemporaneidad se ha iniciado la mecanización de las
maquiladoras. Con ello, la idea de “producir más en menos tiempo”
ha resultado en la sustitución de la mano de obra. Según se mencio-
na: “(…) trajeron maquinaria nueva y entonces cambio porque hubo
menos trabajo para la gente. Quito trabajo a la gente” (Mujer F, 2011).
Simultáneamente coloco a los asalariados en un papel de desventaja
en relación a sus empleadores, a causa de las renovaciones constantes
de acuerdos laborales y la desaparición de prestaciones.
En suma, se puede caracterizar al trabajo en las maquiladoras
como contradictorio: de la misma forma que es incentivado desde
instancias regionales y gubernamentales, se destacan las condiciones
de explotación y diferenciación a la que están sometidos quienes la-
boran en ellas y demás habitantes de zonas aledañas. A continuación
se resaltan las concepciones culturales del tiempo, a partir de su apro-
piación y significación particular.

4. Las maquiladoras en Teontepec: resignificación del trabajo y


primeros referentes de apropiación del tiempo

Las maquilas fueron instaladas a las afueras de Teontepec, según


fuentes orales a mediados de 1980, a las cuales se les consideró “la
industria grande” (Adulto M, 2015), al confluir sujetos de diversos
Las mujeres rurales: el trabajo asalariado en las maquiladoras · 155

orígenes espaciales (Valle de Tehuacán, Veracruz y Oaxaca). En prin-


cipio, según fuentes orales, abrieron la planta laboral para las mujeres
jóvenes, al pensarlas como “dedicadas” y “hábiles” en la.confección de
prendas. Por tanto, se inició la apropiación de su tiempo a consecuen-
cia de las características que les son otorgadas según su sexo y género.
El motivo para la incursión de las mujeres en las maquiladoras fue
la permisión para realizar actividades domésticas y agrícolas junto a
sus familiares, ya que si no trabajan por jornada completa (de 7:30
a.m. a 5 p.m.), lo hacían por tarea, es decir, presentándose de 3 p.m.
a 7 p.m., cubriendo la carga que les fuera asignada, donde las de-
marcaciones que establecía la jornada laboral fungían como un límite
temporal y espacial al respecto de otras prácticas.
Las primeras mujeres en incursionar en este ámbito fue la de ser
calificadas como “locas” o “libertinas” (Mujer A, 2012), al transitar a
un espacio en los límites de la comunidad, constituyéndose en una
frontera social desde los valores locales del dónde deberían perma-
necer (en lo privado, en las viviendas), que se ve transgredido con la
nueva actividad laboral. Por lo cual, el espacio se ligó a las maquilado-
ras como elemento que definió a las mujeres en relación a un lugar, en
un momento determinado, al denominarlo como tiempo de trabajo,
diferenciado y apartado de lo acostumbrado en ese entonces.
Con el paso del tiempo, dichas caracterizaciones se vieron modifi-
cadas, al relacionarse con los ingresos recibidos por semana ($700 en
la actualidad), para la supervivencia del grupo familiar y aumentando
los consumos alimenticios, de vestimenta y ocio de la población por
su presencia constante en intervalos temporales:

En una ocasión asaltaron, se llevaron la nómina, pero dijeron que nos es-
peráramos y después de tres horas pagaron. Había 10, 000 gentes juntas.
Vino a dar vida a mucha gente. Llegaba gente de Veracruz y de Tehuacán.
Había viajes especiales a varios lados (Mujer C, 2011).

Por lo que, las actividades y el tiempo destinado a laborar en las


maquilas comenzó a figurar por la generación de un salario. De modo
que, al presente, aquella acción que no tiene retribución económica,
no es catalogada como trabajo.
Igualmente, el tiempo de trabajo asalariado se vio interpretado a
partir del tiempo del colectivo, al desplazar los atributos de las prác-
ticas efectuadas desde antaño a las contemporáneas. Con ello, el em-
156 · Disputas socio-territoriales en México

pleo en las maquiladoras fue equiparado con la honestidad, misma


característica otorgada a quienes se dedican a la agricultura, como
elemento de adjetivación del sujeto y de su hacer, pues implica un
“intercambio equiparable” (Mujer B, 2016) de recursos económicos
por mano de obra.
Así, esas actividades “modernas”, al ser aludidas desde los princi-
pios de un colectivo específico, se ven localizadas e incorporadas a sus
dinámicas; exponiendo la mediación entre las pautas económicas (tra-
bajo asalariado) y locales. Por lo que, uno y otro elemento son parte de
un mismo proceso que se refleja en diferentes aspectos de la vida de las
mujeres como los que se exponen en los siguientes párrafos.

5. Tiempo de trabajo y tiempo social: la jornada laboral como


continuidad y mediación con los roles otorgados a las mujeres

Hoy por hoy, esas fronteras establecidas mediante la jornada laboral


se han modificado o mantenido a conveniencia de los contratantes
maquileros con:

• La flexibilización y extensión de los tiempos de trabajo a los


que se incorporan las mujeres que laboran por jornada y por
tarea, en el mismo periodo y espacio, cuando se tiene algún
tipo de “encargo”, expresado como “eso sí, cuando hay tra-
bajo, hay trabajo. Nos quedamos todo el día y toda la noche.
Hasta terminar, ya luego nos vamos a nuestra casa” (Mujer
D, 2015). Paradójicamente, al concluirlo, pueden pasar varios
días sin laborar, y sin un salario para cubrir los gastos fami-
liares. A pesar de esto, las mujeres continúan en las maquilas
para tener una fuente de ingresos alternativa a otros sectores
(como el agrícola) donde no se generarían.
• La estructuración de los horarios de entrada al ser fijados con
base en una medida de tiempo específica, de tal manera que
implican formas de control sobre las propias trabajadoras:
descuentos por retraso o inasistencia, al no llegar a tiempo o
sumar varios de los primeros. Por lo que, es común ver como
corren desde el transporte público a la entrada de la maquila
para ingresar antes de que las puertas sean cerradas.
• La puesta en marcha de la división del trabajo que permite
disminuir los tiempos de producción al segmentar a las mu-
Las mujeres rurales: el trabajo asalariado en las maquiladoras · 157

jeres, y a otros sujetos, en áreas particulares (corte, armado,


bordado, teñido, planchado, revisado, empaquetado, entre
otras), con la finalidad de especializarlas en ciertas
. actividades
y que desarrollen habilidades que les permitan elaborar más
prendas en menos tiempo y en comparación con que, una sola
realice todo el proceso.

Fotografía 2. Entrada a la maquiladora, al fondo se aprecia la


estructura que conglomera a los diferentes sujetos y actividades.
Miriam Quiroz Ramírez (13 de diciembre de 2015).

Lo precedente refleja la disparidad y desventaja de las trabajadoras


ante el manejo y disposición de sus tiempos, dada la dinámica eco-
nómica en la que están inmersas, caracterizada por la diferenciación
de los sujetos, en específico de las mujeres, de acuerdo a lo que Marx
denomina los propietarios de los medios de producción y la mano de
obra: “Quien domina y dicta los modos operarios se hace también
dueño de los tiempos de producción” (Coriat, 2011: 24), al legitimar
los períodos laborales y las sanciones por no ubicarse dentro de éstos.
En consecuencia, el tiempo de las mujeres se ve supeditado a los
tiempos de trabajo, al ordenar otras prácticas relacionadas con su
grupo familiar de pertenencia a partir de las desarrolladas en las ma-
quilas. Relegando los papeles que les son otorgados a otras mujeres
158 · Disputas socio-territoriales en México

como sus propias madres o suegras, quienes extienden sus tiempos


de participación a su etapa de vejez.
Resultando en que la apropiación del tiempo de las mujeres por parte
de las maquiladoras, obliga al reacomodo de los tiempos de terceras para
cubrir sus roles. Esto pone en juego a los lugares, al ubicar a las trabajado-
ras asalariadas en la ida y vuelta de los lugares de trabajo a las viviendas,
y a otras mujeres, mayormente en las segundas: “(…se) diferencian dos
dimensiones espaciales. Una de ellas es el lugar de trabajo; la segunda vie-
ne dada por los movimientos en el espacio generados por aquel, o bien la
ausencia de tales movimientos” (Lindón Villoria, 1997: 185).
Sólo unas pocas dejan los tiempos sociales que les son otorgados
por su colectivo inmediato (familia) y ampliado (comunidad) como
amas de casa, madres o esposas., pues socialmente es aprobado pen-
sarlas inmersas en un tiempo multifuncional, en el que deben cum-
plir con todas sus actividades y roles, sin importar que el tiempo del
que disponen es reducido. Por lo que, las mujeres deben mediar entre
ambos tiempos, evidenciando como “(…) su experiencia cotidiana,
no siempre (es) llevada a cabo por decisiones racionales y planeadas
sino más bien sujeta y condicionada a las limitaciones estructurales
de una posición” (León Torres, 2013: 21).
Por eso, las mujeres trabajadoras reservan sus prácticas de tipo do-
méstico y como madres a aquellos momentos “sin trabajo”, es decir,
donde sus actividades económicas no están presentes, al describirse a sí
mismas como “las encargadas de la casa” (Mujer E, 2016). Las mujeres
trabajadoras asalariadas, se desenvuelven como amas de casa anterior
o posteriormente a su estancia en la maquila, con actividades como la
limpieza, crianza de animales, preparación de alimentos y elaboración
de objetos de uso doméstico (servilletas) y decorativo (carpetas de es-
tambre); evidentes en el cambio de la apariencia física de sus viviendas,
al pasar del “desorden” o “suciedad” a un sitio “limpio”. Con lo que, se
muestran sus tiempos según los roles que deben cubrir, precisados por el
número de actividades que llevan a cabo. De acuerdo con Ramos Torre:
“(…) la moralización del tiempo significa que el recurso y su dis-
posición son calibrados según criterios referidos al deber y el bien. En
este caso, darle un concreto empleo al tiempo resulta de los propios
ideales y obligaciones morales, siendo el mismo tiempo un bien mo-
ral con el que uno paga sus compromisos con los demás” (2009: 58).
Por otro lado, el tiempo de las trabajadoras al desempeñarse como
madres las lleva a infringir ciertos tiempos en las maquiladoras al
Las mujeres rurales: el trabajo asalariado en las maquiladoras · 159

faltar sin previo aviso o al excusar sus permisos por enfermad cuando
deben asistir a alguna junta escolar o cuidar a sus hijos en los mo-
mentos en los que deberían estar laborando. Por lo cual, . aunque el
tiempo de trabajo es el eje de ordenación de sus prácticas, éste pue-
de ser amoldado mediante estrategias para desempeñar sus tiempos
sociales (expresos en roles) y negociar entre ambos períodos a fin de
obtener ingresos y mantener sus relaciones sociales.
Sumado a que el tiempo de trabajo no elimina la disparidad de las
mujeres con respecto a los varones de su grupo, al no ser reconocidas
como proveedoras económicas: su actuar es descrito como “ayuda”,
como una colaboración menor o igualitaria a la de otros, cosa que no
siempre es así, pormenorizando su contribución al gasto doméstico.
Por lo cual, desde el ámbito social, el tiempo de trabajo es valorado,
significado y descrito de acuerdo con la posición de las mujeres en su
colectivo inmediato.
Además, el hecho de interactuar con los varones miembros de su
familia las obliga a cumplir con determinados valores como el “res-
peto” a las figuras masculinas, manifiesto en la no replica o autoex-
posición de su papel como proveedoras. Con ello, esa aparente inde-
pendencia económica no significa una de tipo social, al estar sujetas a
relaciones específicas por su pertenencia a un grupo.

6. Conclusiones

Los cambios y continuidades derivados de la instalación e incorpora-


ción de la maquila tienen una base histórica constituida de fenóme-
nos y acontecimientos que han marcado pautas en las dinámicas de
comunidades como Teontepec, al ser coyunturas temporales, es decir,
“(…) momento de irrupción (…)” (Valencia García, 2006: 50). Las
mujeres son sujetos con roles significados socialmente, ya que les son
otorgadas formas de un “deber ser”, enunciadas en sus obligaciones,
actividades, relaciones, espacios y tiempos; mismos que se traslapan
y conviven con prácticas “alternativas” a aquello que les es impuesto
colectivamente como el trabajo en las maquiladoras.
Con base en ello, el trabajo se puede caracterizar como la apro-
piación que se hace del tiempo de las mujeres, al enunciar la relación
entre lo económico y social. Lo anterior se manifiesta en tres niveles:
• El primero refiere a las industrias maquileras con el estable-
cimiento de un tiempo laboral en el cual se dan relaciones de
160 · Disputas socio-territoriales en México

producción y límites para la entrega de las prendas. Se trata


de un periodo definido por jornadas contradictorias al ser
unos momentos flexibles y otros estructuradas; con medidas
de control de ese tiempo; caracterizado por la recepción de un
salario; y con jerarquías donde los empleadores instituyen los
tiempos de trabajo de las mujeres. Por lo que, la apropiación
del tiempo por parte de esta industria se presenta a la manera
de un sistema de explotación y de ganancia para otros.
• El segundo compete al colectivo de pertenencia de las mu-
jeres, que las ubica en tiempos ligados a roles como los de
madres, esposas y amas de casa. A partir de los cuales de-
ben cumplir prácticas, normas, valores, responsabilidades y
jerarquías, entendidos como atributos que les son otorgados
por su grupo: el tiempo de las mujeres no se manifiesta como
individual, sino en relación al colectivo. La apropiación son
determinantes sociales y culturales, es decir, de marcos del
cómo actuar e imprimen una “visión” específica sobre lo que
“debe ser” y hacer una mujer, al ligarlas con lo doméstico.
• El tercer nivel es el que las mujeres hacen de ambos tiempos,
que las coloca como trabajadoras y miembros de un grupo
familiar, mediante la ordenación de sus tiempos o la pos-
posición de ciertas actividades a tiempos “sin trabajo” para
participar de las dos esferas; la relación de los tiempos de las
mujeres al trasladar las funciones propias a terceras para cu-
brir las laborales; y la cita de esa doble presión a la que se ven
sometidas, dadas las condicionantes de su posición. Motivo
por el que el tiempo de las mujeres se plantea como una apro-
piación a través de la mediación con los ámbitos del trabajo y
del colectivo que les permite participar de uno y otro.
• En resumen, el trabajo es una forma de apropiación particular
del tiempo que media con los elementos sociales de colectivos
determinados, manifiestos en los niveles mencionados arriba,
derivando en una serie de reacomodos y representaciones acer-
ca de lo que se puede considerar como trabajo; de su relación
con los grupos sociales donde tiene lugar y de las mediaciones
que las mujeres establecen. Por lo que, ambas prácticas reflejan
una concepción específica sobre el trabajo, evidenciando como
ha cobrado diferentes significados que tienen que ver con la
configuración y uso que los actores hacen del tiempo.
Las mujeres rurales: el trabajo asalariado en las maquiladoras · 161

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Nueva Antropología A.C, México, pp. 41-64.

Entrevistas realizadas por el autor

Adulto M, entrevista realizada en diciembre de 2015, en la comuni-


dad de San Bartolo Teontepec, Puebla.
Mujer A, entrevista realizada en julio de 2012, en la comunidad de
San Bartolo Teontepec, Puebla.
Mujer B, entrevista realizada en marzo de 2016, en la comunidad de
San Bartolo Teontepec, Puebla.
Mujer C, entrevista realizada en junio de 2011, en la comunidad de
San Bartolo Teontepec, Puebla.
Mujer D, entrevista realizada en agosto de 2015, en la comunidad de
San Bartolo Teontepec, Puebla.
Mujer E, entrevista realizada en marzo de 2016, en la comunidad de
San Bartolo Teontepec, Puebla.
Mujer F, entrevista realizada en diciembre de 2011, en la comunidad
de San Bartolo Teontepec, Puebla.
educación intercultural, población
indígena no católica y adaptación a
centros urbanos en sonora

Jaime Uribe Cortez

1. Introducción

El objetivo de este escrito consiste en aportar una reflexión acerca


de por qué la educación intercultural puede llegar a constituirse en
un mecanismo de adaptación para la población indígena que detenta
algún credo religioso no católico, a saber, en centros urbanos en el
estado de Sonora. La proliferación cada vez mayor de diversas reli-
giones ha permeado la estructura social de Sonora.
La llegada de población indígena con tendencias eclesiales distintas
del catolicismo ha reconfigurado la dinámica social de las principales
ciudades, en especial, Hermosillo, el mayor centro urbano, y Guaymas,
uno de los más importantes puertos del país, y, por ello, es menester
preguntarse por aquel mecanismo útil para paliar conflictos y des-
acuerdos. La intención es edificar encuentros sociales más armónicos
entre los diferentes grupos étnicos y religiosos con aquellos sectores de
la sociedad que no están afiliados a algunos de estos colectivos.
Se reconoce que ese dispositivo es la educación intercultural. En
el texto se explica por qué se considera que la educación intercultu-
ral es un medio ideal para iniciar un camino hacia la adaptación de
población no católica de raigambre indígena a los principales centros
urbanos del estado. Incluso la reflexión se puede expandir a otros
contextos con otras problemáticas dentro de México, como objetivo
de análisis para otras investigaciones.

1.1 Presentación del objeto de análisis

La utilidad de la educación intercultural para la integración social de


los grupos étnicos y sus tendencias religiosas en centros urbanos tie-

[163]
164 · Disputas socio-territoriales en México

ne una importancia sustancial. En la región de Sonora existen mu-


chos tipos de población migrante de naturaleza indígena. De acuerdo
con Manríquez y Castro (2007) se identifican los siguientes:

• Cucapá (San Luis Río Colorado)


• Pápago (Plutarco Elías Calles, Puerto Peñasco, Caborca, Sáric
y Altar)
• Seris (Hermosillo y Pitiquito)
• Pimas (Yécora)
• Guarijíos (Álamos y El Quiriego)
• Yaqui (Bácum, Cajeme, Guaymas y Hermosillo)
• Mayo (Benito Juárez, Etchojoa, Navojoa y Huatabampo)
• Kikapú (Tamichopa, municipio de Bacerac), cuya residencia
se puede considerar permanente.
• Triquis, mixtecos y zapotecos destacan entre otros grupos ét-
nicos inmigrantes, asentados en el poblado Miguel Alemán,
Hermosillo, Estación Zamora y Villa Pesqueira.

Se observa en la descripción la pertenencia a municipios con con-


diciones urbanas específicas. Hermosillo, Navojoa, Guaymas y San
Luis Río Colorado son centros urbanos que han recibido a un contin-
gente vasto de población indígena en términos numéricos. Según el
Censo de Población y Vivienda, las lenguas indígenas más habladas
en Sonora son: mayo con 28,063 hablantes; yaquis, con 16,508; ná-
huatl, con 2,004, y triqui, 1,843 personas. El total de población indí-
gena es de 60,310 habitantes (Cuéntame INEGI, 2010).
¿Cuál ha sido el volumen de crecimiento de la población indíge-
na en la ciudad? Según el (SEGOB-CONAPO, 2014: 24): “Durante el
periodo 1995-1999 la ganancia neta de población por la migración
interestatal fue en promedio de 0.23 habitantes por cada cien anual,
para 2005 fue de 0.20 y en 2010 la tasa fue de 0.17. Para el periodo de
proyección 2015, 2020 y 2025 se ha estimado que la migración inter-
na pasará a 0.15, 0.14 y 0.13 respectivamente y llegará a 0.12 por cada
cien habitantes en 2030”.
Parte importante de la migración interna se da del campo a la ciu-
dad, y aunque las cifras parezcan ínfimas denotan la constitución de
los asentamientos humanos en los centros urbanos. Para 2010 en la
capital del estado, Hermosillo, la población total era de 701,838 per-
sonas, de las cuales 349,230 eran hombres y 352,608 mujeres; 10,663
Educación intercultural, población indígena no católica · 165

personas en Hermosillo vivían en hogares indígenas. En el caso del


municipio de Navojoa, la población total fue de 144,598 personas, de
las cuales 71,373 eran hombres y 73,225 mujeres; 16,073 personas en
Navojoa fueron de origen indígena. La población total de Guaymas
fue de 134,153 personas, de las cuales 66,598 son hombres y 67,555
mujeres; 14,982 personas en Guaymas fueron de origen indígena
(Nuestro México, s/f; CONAPO, 2010).
Bajo el velo de estos datos, surge la cuestión: ¿a qué problemas se
ha tenido que enfrentar la población indígena que llega a los centros
urbanos?, incluso, ¿a qué tipo de problemas se ha tenido que enfren-
tar aquella población que pertenece a un credo religioso distinto al
católico?
A varios problemas, entre los que se destacan los siguientes:

1. La adaptación a la dinámica urbana que es diferente a la de


origen.
2. Al dilema de “ser distinto” a lo que comúnmente se conoce
como idéntico o al menos “similar” dentro de las ciudades.
3. Al señalamiento de no ser católico, sino pentecostal, presbi-
teriano, mormón, testigo de Jehová, o simplemente llamarse
cristiano y no católico.
4. Contra la intolerancia hacia concepciones y ejercicios dife-
rentes de la fe y dificultades en la inclusión religiosa.
5. La convivencia con otros grupos sociales.
6. A la carencia de vivienda, servicios públicos e infraestructura
carretera y eléctrica.

Sumado a la pertenencia a grupos étnicos y religiosos diversos


que resulta en exclusión y rechazo, las disparidades económicas se
han acentuado en un contexto difícil en cuanto al abastecimiento de
servicios públicos y el paulatino incremento a las tarifas de agua, luz
y otros servicios básicos.
En este texto se pone de relieve que un mecanismo para disminuir
o paliar las desigualdades sociales, particularmente aquellas como re-
sultado de la pertenencia a etnias y religiones distintas a la católica,
es la educación intercultural. Se le identifica como una herramienta
útil en la búsqueda de diálogos asertivos que signifiquen consensos
adecuados para todos los bandos sociales. La educación intercultural
posibilita el acercamiento de los actores sociales con el fin de encon-
166 · Disputas socio-territoriales en México

trar la paz social que se erija en la inclusión —armónica— de la po-


blación indígena a las ciudades de Sonora.
Los grupos de intervención educativa y la misma escuela intercultural
son actores sociales que, con su capacidad de transformación, hacen di-
ferencia en la forma de visualizar el conflicto y soluciones que devienen.
Para esta disertación la noción de actor social funge como un me-
dio para la emergencia de un consenso basado en la negociación so-
cial dentro de un entramado de relaciones sociales extremadamente
complejas, caracterizadas entre otras cosas, por una variedad de gru-
pos sociales (Robledo, 2009).
El concepto de interculturalidad, desde la óptica de Soriano
(2004), señala que su práctica empírica conduce a la coexistencia de
las culturas en un marco de igualdad. Interesa para el propósito de
esta reflexión interconectarlo teóricamente con la noción de educa-
ción intercultural y de actor social, con el fin de mostrar la urgencia
que entraña la construcción de consensos para paliar desigualdades y
disminuir las discriminaciones.
Al respecto Alavez Ruiz (2014: 31) explica lo siguiente:

La interculturalidad no surge de modo espontáneo sino que es parte de


un proceso histórico dentro de la etapa de la modernidad, que común-
mente se asocia a partir del siglo XVI con el Renacimiento Europeo y
hasta la etapa actual con el capitalismo tardío. Por ello, es imprescindible
referirse a tres conceptos anteriores al de la interculturalidad: la toleran-
cia, el pluralismo y el multiculturalismo.

El aporte principal de este documento consiste en proponer cómo


se puede incluir a la población indígena, con diferentes tendencias
religiosas, en la dinámica urbana de Sonora mediante la educación
intercultural, estableciéndose un artefacto de inserción pacífica a cen-
tros urbanos del estado.

2. Actores sociales e interculturalidad en una relación teórica inextricable

Se eligió la teoría del actor en lugar de la teoría del sujeto o de la estruc-


tura social porque la primera postula el primado del individuo como
motor de toda acción (Touraine, 1984 y Giménez, 2006), mientras
que los conceptos de reproducción y estructura social de la segunda
defienden la posición inversa: solo cuentan las normas, reglas, pre-
Educación intercultural, población indígena no católica · 167

ceptos y principios que caracterizan las estructuras sociales. Estas


constituirían factores poderosos que determinan la producción y re-
producción de la sociedad en todos sus aspectos sin darle preponde-
rancia a las acciones que ejerce el individuo.
La sociedad mexicana actual vive un proceso históricamente
consolidado de discriminación y exclusión de las minorías étnicas y
sociales. Reforzar aspectos esenciales para los grupos menos aventa-
jados como reivindicar el derecho de los pueblos indígenas a una vida
digna, la preservación de las garantías individuales, la tolerancia re-
ligiosa, el equilibramiento de las desigualdades, entre otras cosas, re-
quiere de mecanismos que posibiliten articular estos elementos para
dar cuerpo a un sistema consensual que origine acuerdos y aminore
conflictos sociales. Se requiere de la emergencia de actores sociales
que funjan como representantes de los intereses de la población indí-
gena, y, junto a ello, el dispositivo que generará la transformación en
las condiciones sociales de la población esto es la educación intercul-
tural desplegada por educadores interculturales como responsables
directos de dicha transformación.
La educación intercultural sería, si se interpreta desde la perspec-
tiva teórica de Touraine (1994), un actor social, constructor de su
propia autonomía no solamente como un reproductor de prácticas.
Al actor social se le concibe como alguien capaz de convertirse en
creador de sus propias acciones. La educación intercultural también
sería capaz de erigirse en transformador de su condición cotidiana.
Un mecanismo con vida, con la capacidad para convertirse en el
principal protagonista de su arquitectura diaria.
En ese sentido, la educación intercultural se orienta a ser la princi-
pal dirigente de los cambios que acelerarían una armonía social eficaz
y, por lo tanto, se convertiría en el principal actor social que comande
las transformaciones sociales. En palabras de Geoffrey Pleyers: “los
actores pueden dirigir la organización social en su conjunto, luchar
por desafíos culturales, buscando transformaciones profundas de la
sociedad y el control del progreso y de la sociedad” (2006: 737).
En relación con el actor social, Aguado (1991: 1) arguye que:

La denominación de educación intercultural alude a una tendencia refor-


madora en la práctica educativa, y variada en sus metas, con la que se inten-
ta responder a la diversidad provocada por la confrontación y convivencia
de diferentes grupos étnicos y culturales en el seno de una sociedad dada.
168 · Disputas socio-territoriales en México

La noción de educación intercultural se delimita y encuentra su


razón de ser en los programas y prácticas educativas diseñadas e im-
plementadas para mejorar el rendimiento educativo de las poblacio-
nes étnicas y culturales minoritarias y para aceptar y conocer las cul-
turas y experiencias de los grupos menos aventajados (Banks, 1989).
Se propone definir la educación intercultural como un medio
para el establecimiento de diálogos y la construcción de consensos
con el fin de propulsar la armonía entre todos los sectores sociales, a
través de la inclusión pacífica y consensuada de los grupos indígenas
no católicos a los centros urbanos de Sonora. Si bien es fundamental
la existencia de las leyes y normas sociales, se propone una metodo-
logía de acercamiento de los grupos sociales mediante un despliegue
de diálogos en espacios públicos para construir la paz social.
De acuerdo con Chiodi y Bahamondes (2001) los principios de
conformación de la educación intercultural serian:

1. A partir del planteamiento del pluralismo cultural, la educación


intercultural afirma el derecho a la diferencia cultural y el valor in-
trínseco de cada cultura desde la visión que tiene de sí misma.
2. Es una educación que favorece una relación dialógica y equi-
tativa entre las culturas (y entre sus miembros). La educación inter-
cultural no fomenta ni un relativismo cultural aséptico (una suerte
de suspensión del juicio sobre las diferencias culturales) ni la auto-
complacencia cultural, sino más bien intenta abrir a niñas y niños
la experiencia de otras trayectorias culturales, trata de estimular su
curiosidad y su capacidad de conocer y aprender, de ensanchar sus
horizontes culturales. Pretende ser, en resumen, una educación abier-
ta en el sentido más pleno de la palabra, contra los prejuicios, los
etnocentrismos, los particularismos, la inercia frente al otro.
3. Una educación que incentiva a niñas y niños a descubrir la di-
ferencia dentro de su propia sociedad y a reconocer lo propio en otras
sociedades, disponiéndolo también para enfocar las diferencias cultu-
rales no necesariamente como una alternativa para todos los sectores
sociales.
Desde esta perspectiva, en concordancia con Banks (1995), am-
bos autores afirman que la mencionada interculturalidad desafía y
rechaza el racismo y otras formas de discriminación en la escuela y en
la sociedad en general, y acepta el pluralismo que los estudiantes, sus
comunidades y los profesores representan. La cuestión rebasa la esfe-
Educación intercultural, población indígena no católica · 169

ra del currículum escolar y las estrategias instruccionales usadas en el


espacio educativo −como interacciones entre profesores, estudiantes
y padres− y las múltiples formas en que conceptualiza la naturaleza
de la enseñanza y del mismo aprendizaje. La propuesta es utilizar la
pedagogía como crítica y como filosofía enfocándose en el conoci-
miento, reflexión y acción (praxis) de la interculturalidad como la
base para el cambio social. Así se reflexiona que la educación inter-
cultural avanzaría hacia los principios democráticos de justicia social.
Si bien la categoría del actor social concibe a los propulsores de
la educación intercultural como actores colectivos con objetivos, mi-
sión y visión definidos,47 se sigue la lógica de Giménez (1997), en la
cual se reconocen como grupos con estructuras organizativas que in-
tervienen de manera activa en los procesos educativos, culturales y de
desarrollo del consenso social.
Se les llama actores sociales porque interactúan con el medio
educativo, con la realidad humana, con las diferencias y similitudes
sociales, con el mundo de los significados (Touraine, 1995a; 1995b).
Se establece que la educación intercultural es la estrategia que elabo-
ran los actores sociales, dígase, los profesores, escuelas e instituciones
educativas (interculturales) para generar una cultura del consenso
social, a través del diálogo entre ciudadanos y entre sectores sociales.
La convivencia con el mundo de la alteridad, de los símbolos, de
los significados, de las relaciones sociales, además de las interacciones
en diversos órdenes (trabajo, cultura, entretenimiento, entre otros)
necesitan de una articulación integral que los solidifique con el fin
de establecer la paz social. Fundamental es el papel que desempeña el
educador intercultural para tal integración, es el principal actor que
cuenta con las posibilidades para ser el catalizador de la inclusión de
los ciudadanos indígenas no católicos a la ciudad.

47. De acuerdo con el testimonio de Guillermo García, ciudadano sonorense entre-


vistado en noviembre de 2015, los objetivos, la misión y visión que perseguiría la
educación intercultural es el desarrollo económico y social de la población indígena
que habita en la ciudad de Hermosillo. Según el entrevistado la visión se refiere al
plan de acción que plantean los líderes y cuerpos ministeriales para lograr dicho de-
sarrollo, los objetivos son las metas precisas que cada educador intercultural plasma
en su plan de acción.
170 · Disputas socio-territoriales en México

3. Interculturalidad y población en Sonora

Los conflictos por el dominio del territorio son una realidad en la


geografía sonorense. La riqueza y la lucha en ese lugar por la obten-
ción de minerales, metales preciosos y petróleo, los diversos grupos
sociales que residen y pugnan entre sí, además de la actuación confu-
sa de los gobernantes en el tema del respeto al Estado de Derecho y el
ineficiente aprovechamiento de los recursos naturales han imposibi-
litado hasta la fecha la construcción de consensos para evitar choques
por el capital social y natural existente.
Los intereses de grupos diversos y la penetración de capital foráneo,
así como la nula regulación de la expansión del capital extranjero en el
estado, imposibilitan aún más la construcción de acuerdos. La educa-
ción intercultural sería el medio por el cual se construirían los diferen-
tes consensos en torno a resolver problemas que aquejan a los sectores
de la sociedad. La clave se ubica en reflexionar acerca de la distribución
equitativa del capital general, es decir, que todos los sectores compren-
dan que los recursos del medio ambiente y del municipio pueden ser
equitativamente distribuidos para todos. La tajada que le compete, por
ejemplo, a los gobiernos, en ingresos y recaudación fiscal la tienen ase-
gurada mediante un apropiado método de colecta de impuestos. Para
el caso de campesinos y, o indígenas, u otras minorías, los subsidios
para el campo y situaciones de pobreza pueden asegurarse mediante
mecanismos que no afecten a la recaudación tributaria gubernamental.
Es menester que se genere una metodología para que los empre-
sarios, micro y macro comerciantes logren establecer un rango de
ganancias que potencialice la tributación fiscal justa y el incremento
progresivo de salarios sin comprometer sus capitales y, menos aún,
sus ganancias, se puede generar a través de la edificación de consen-
sos, esto es, mediante la educación cultural.
Como señala Banks (1994: 4) en cuanto al alcance que teórica-
mente tendría la educación intercultural:

La educación dentro de una sociedad plural debería ayudar al enten-


dimiento de su cultura, pero a la vez, también ayudarlos a liberarse de
sus límites y barreras culturales. Para crear y mantener una comunidad
cívica que trabaje por el bien común, la educación en una sociedad de-
mocrática debe esforzarse por lograr que los y las estudiantes adquieran
el conocimiento, actitudes y habilidades necesarias que permitan parti-
Educación intercultural, población indígena no católica · 171

cipar en la acción cívica para hacer una sociedad más equitativa y justa.
El actor social intercultural sería el encargado de constituir una
comunidad cívica en donde el capital municipal así como las ganan-
cias se redistribuyeran entre todos los sectores. La construcción de
una colectividad intercultural estaría a cargo de la educación inter-
cultural, en este entendido, serían los profesores o educadores inter-
culturales los representantes de este colectivo.
La existencia de un marco de símbolos y de objetivos comunes
con personas que comulgan en sentimientos, ideas y en la distribu-
ción de los bienes de la educación con enfoque de inclusión de todos
los grupos sociales es una colectividad intercultural. Se refiere a la
asociación de personas de diferentes orígenes o extracciones cultu-
rales quienes se unen en torno a la reivindicación de su cultura, en
torno a la socialización de sus costumbres, y que pretenden compartir
un destino planeado.
Parecería que la presencia de grupos y personas de diferentes
extractos culturales y religiosos es una oportunidad para compartir
experiencias, gustos, ideas, etc. No obstante, en ocasiones se ha con-
vertido en pretextos para mostrar intolerancia, muchas veces, con
violencia exacerbada. Así lo demuestra el caso que describe Castro
Silva (2013) quien relata lo ocurrido un día de 1987:

A media mañana, al entrar al baño de la escuela primaria “Benito Juárez”,


ubicada casi en el centro de la ciudad de Hermosillo [en la colonia San
Benito], un niño de escasos ocho años de edad y que estaba en tercero
de primaria, luego de ser insultado fue arteramente golpeado por dos
niños, uno de sexto año, de 12 años de edad y otro de quinto de prima-
ria, de 11 años de edad. Por la simple y sencilla razón de hablar como
guacho y haber nacido en la ciudad de México, Distrito Federal, cuyos
padres sonorenses ambos, habían tenido que ir a trabajar a la capital del
país, fue arteramente atacado a golpes y patadas. El niño de tercer año de
primaria, nunca se pudo defender ante el tamaño de sus otros contrin-
cantes; que al tiempo que le tundían de golpes y patadas estando tirado
en el suelo el inocente niño, le gritaban: guacho, vete de aquí guacho,
muérete; hasta que le reventaron las entrañas y de una patada le estre-
llaron el cráneo contra la pared. Se trataba del niño Juan Israel Bucio
Venegas, fallecido el día 20 de junio de 1987, quien, indudablemente es
un mártir de la diversidad cultural. La historia oral, que no se constriñe
al pretendido silencio impuesto por la Dirección de la escuela primaria
172 · Disputas socio-territoriales en México

y por el gobierno estatal de la época, acota sobre la versión periodística,


que la golpiza al niño, incitada por la profesora del grupo, ocurrió en la
segunda planta del plantel escolar, de donde fue arrojado por los niños
racistas, para determinar así su trágico final. Fue atacado el 3 de febrero
de ese año, quedando postrado hasta sufrir un sexto ataque cardiaco, en
una larga agonía.”

¿Mártir de la diversidad cultural o religiosa? Es un término trági-


co acompañado de un final trágico. Este no es el único ejemplo. En
2015 se presentó un caso que se puede mirar como muy discrimina-
torio. En el periódico Excélsior la nota expresó lo siguiente:

El presidente del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Co-


napred), Ricardo Bucio, señaló que el caso del jornalero que murió por
negligencia y falta de atención en el Hospital General de Guaymas, Sono-
ra, es reflejo de todas las formas de discriminación. Además puntualizó:
Un caso que ejemplifica es lo que vimos con José Sánchez Carrasco en
el Hospital General de Guaymas, Sonora, hace unos días. Hay una dis-
criminación ahí. No sólo hay negligencia médica, no sólo hay violación
al derecho a la salud, hay un tema de discriminación por su apariencia y
condición socioeconómica, y lo llevó a la muerte.

Son objeto de discriminación los que viven situaciones de preca-


riedad y de marginación. Las cifras estadísticas demuestran la situa-
ción de precariedad que atraviesa la población indígena del estado.
De acuerdo con Horbath y Gracia (2012:183)

En el tema de educación, se encuentran las diferencias más grandes entre


la población indígena y no indígena. En primer lugar, esto se eviden-
cia porque el índice de educación de los pueblos indígenas es de 0.7319,
frente a un 0.8841 de la población no indígena. Existiendo una brecha de
17.2 por ciento, entre ambas poblaciones. En segundo lugar, a esta condi-
ción contribuye la baja asistencia escolar entre la población indígena en
edad escolar, cuyo índice de asistencia es de 0.7392, frente a un índice de
0.8029 de la población no indígena. En tercer lugar, la diferencia entre el
índice de alfabetismo entre ambas poblaciones indígena y no indígena,
supera el 21 por ciento. La población indígena tiene un índice de alfa-
betismo de 0.7283, mientras que la población no indígena alcanza un
índice de 0.9247 por ciento. En el tema de los ingresos, también existe
Educación intercultural, población indígena no católica · 173

una diferencia notable, para la población indígena el índice de ingresos


es de 0.6471 y para los no indígenas es de 0.7579, esto es una brecha de
14,6 por ciento. En relación con la vivienda, los ingresos son importantes
porque posibilitan o no el acceso a la misma en condiciones dignas y
seguras.

Otro ejemplo de discriminación en este caso de intolerancia, lo


comenta Trinidad Ruiz (2012: s/p)

La población urbana del municipio de Cajeme desconoce los elementos


de identidad que posee de la tribu yaqui, ello ha provocado segregación e
intolerancia, creándose una desvalorización ante la colectividad del mu-
nicipio de las fuentes que nos producen identidad regional y, a creer y
no, si no sabemos de dónde venimos, tampoco sabremos hacia dónde
vamos.

Trinidad Ruiz, prosigue con el siguiente argumento:

Históricamente la tribu yaqui ha vivido una serie de agresiones hacia


su conservación, desde la discriminación, destierro y exterminio: situa-
ción que hasta el momento sigue prevaleciendo 2015, como el desco-
nocimiento que el estado mexicano da a la nación yaqui mediante do-
cumentos y eventos recientes que involucran a varias de sus instancias
gubernamentales, como PGR, CONAGUA e INAH han desconocido
la existencia y condición legal de la nación Yoreme o Yaqui. Si bien los
hechos han ocurrido como parte de un proceso jurídico de orden te-
rritorial, el acto guarda también aspectos económicos, culturales y de
seguridad interna, que son de profunda preocupación regional, nacional
e internacional.

Por su parte, María Montijo (2015) señala que la existencia de dis-


criminación hacia alumnos indígenas de educación básica y media
superior en Sonora, es más común de lo que se cree (incluso para
aquellos que detentan una fe o un credo religioso no católico). Es
como un reflejo de lo que sucede en el suroeste del país con la exis-
tencia de indigenas tsotsiles y tseltales en Chiapas y en la selva de
las Chimalapas en Oaxaca, pues como personas que han cambiado
de credo religioso, comúnmente del catolicismo al pentecostalismo
y a tendencias presbiterianas, renovadas y tradicionales, han recibido
174 · Disputas socio-territoriales en México

maltratos y hostilidades por parte de la población mestiza, tanto por


motivos del cambio religioso como por causa conflictos de límites
entre Oaxaca, Chiapas y Veracruz (Manzo, 2017).
En Sonora un ejemplo claro de esta problemática, según Montijo,
es el caso de un joven originario de una comunidad Yaqui; sus faccio-
nes y lenguaje son muy notorios, él estaba estudiando la prepa y ahí
explicó cómo ha sido objeto de innumerables acoso que se pueden
establecer como actos de agresión.
Con estos ejemplos es evidente que la población indígena en el
ámbito urbano sufre de precariedad familiar, segregación social y
urbana, violencia escolar, discriminación en espacios públicos, entre
otros problemas. Ante esto, se establece que los profesores intercul-
turales diseñarían las estrategias para generar consensos a la medida
de las necesidades de la población originaria y migrante de cuño in-
dígena.
En torno de la educación intercultural se proponen tres estrate-
gias para paliar los conflictos que devienen de estas situaciones:

1. Enfatizar la riqueza cultural que existe en torno del contenido


simbólico y étnico de cada grupo indígena y religioso ubica-
do en centros urbanos.
2. Formular seminarios y congresos entre todos los sectores so-
ciales y los especialistas sobre el tema del idioma, el vestido,
la comida y en general la cosmovisión del mundo de vida que
poseen los grupos indígenas y su consiguiente adaptación,
para dirigirlos hacia posibles caminos pacíficos de inclusión
en las ciudades.
3. Generar medidas de convivencia en los distintos espacios pú-
blicos y laborales con el fin de regular las palabras y los actos
para evitar agresiones verbales, físicas y psicológicas, y así ge-
nerar conciencia en torno a que el colectivo indígena es un
actor social digno de respeto, confianza y de oportunidades
por aprovechar y desarrollar.

Por supuesto que podría haber más medidas. Estas son solamente
tres pautas que tienen como objeto primordial disminuir la discrimi-
nación y, sobre todo, facilitar la estadía de los ciudadanos indígenas
en las urbes. La educación intercultural fungiría como un instrumen-
to para lograr cuatro beneficios:
Educación intercultural, población indígena no católica · 175

1) La inserción y adaptación a la ciudad, así como el ingreso a


espacios municipales.
2) El mejoramiento de la calidad de vida y potenciar el desarrollo
social de sus comunidades.
3) Comprender el conjunto de signos, símbolos, idiomas y demás
elementos que constituyen su cultura, sus costumbres, su cosmo-
visión del mundo, la religión, la política, entre otros aspectos, para
poder aceptarlos como son, con su constitución física, emocional,
intelectual, moral, que les configura a fin de verlos como parte im-
portante de la ciudad.
4) Establecer una convivencia sana con otros sectores sociales de
modo que haya relaciones armónicas en todo momento, aunque pa-
rezca muy utópico.
Es así que la educación intercultural, en teoría y praxis, sería el
instrumento idóneo para concientizar a todos los sectores sociales de
Sonora en torno de la posibilidad de potenciar el desarrollo humano
y social de las comunidades indígenas, lo cual encauzaría la inclusión
de dicha población a la dinámica de la urbe. Empero aunque parece
un camino difícil, es posible si se toman en cuenta actos conjuntos
con todos los miembros de la sociedad.

4. Reflexión final

No queda más que decir ante la complejidad que entraña dilucidar la


adaptación de población indígena y no católica a centros urbanos en
Sonora. En esta reflexión se han expuesto algunas características que
dan cuenta del objeto que se explicó en la introducción.
La educación intercultural como catalizador de la armonía social
es una alternativa real. No quiere decir que sea la única. Al contrario,
existen otras tantas maneras que contemplan la llegada de población
al estado de Sonora como una realidad que puede ser solventada con
base en la integración de las diferencias y en la inclusión de la diver-
sidad cultural y religiosa.
La propuesta de este artículo estriba en partir del contexto sono-
rense como referencia, identificar a los grupos indígenas y religiosos
como personas con su integridad, considerar el constante incremento
de la población y la necesidad de su ubicación ordenada y consciente
en las ciudades con el consecuente abastecimiento de servicios pú-
blicos. Todos ellos, tópicos de suma importancia para los educadores
176 · Disputas socio-territoriales en México

interculturales, con el fin de proyectar la bonanza de su intervención


en otros aspectos, como son: religiosos, culturales, comerciales, in-
dustriales, recursos naturales, entre otros, lo cual lleva a preguntarse:
¿cuáles serían los mecanismos más efectivos para aplicar la educación
intercultural de modo que sus resultados permitan crear conciencia
de que la población indígena y no católica necesita de su espacio y de
respeto al interior de la dinámica urbana?
Se ha sugerido un conjunto breve de estrategias de acción y se han
establecido probables resultados, que generarían, en teoría, cambios
en las percepciones de la población indígena que habita en centros
urbanos de Sonora, en particular, sobre la población indígena y ads-
crita en otros credos no católicos de diversas tendencias doctrinales:
pentecostales y presbiterianos especialmente.
Como se ha visto el objetivo de este escrito radicó en precisar al-
gunos elementos que generarían la armonía colectiva entre todos los
grupos sociales étnicos y religiosos como el resultado de la imple-
mentación de una educación del tipo intercultural, es decir, una ver-
dadera instrucción que incluya a la mayoría de grupos existentes. A
grosso modo se piensa que esto llegaría con la activación de educado-
res (profesores) interculturales que dieran énfasis a la armonía social
y a la inclusión pacífica de la población étnica con filiación religiosa
diversa.

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Megaproyectos ecoturísticos en el
espacio rural maya, de la apropiación
social a la apropiación capitalista del
patrimonio biocultural

Lirio Azahalia González Luna

1. Introducción

En este trabajo se discute el tema de los megaproyectos ecoturísticos,


entendidos como una forma de generación de valor cuya plusvalía
depende de recursos naturales y sociales que convertidos en mercan-
cía se replican virulentamente en el territorio de raigambre maya a
través de distintos emprendimientos aceptados por grupos organi-
zados de pescadores y campesinos mayas que incorporan al turismo
en su multiactividad campesina. Estos proyectos son fomentados con
políticas y programas de distintas dependencias del aparato institu-
cional del Estado que en su conjunto forman parte de un andamiaje
estructural inscrito en políticas de conservación ambiental.
La problemática permite analizar la disputa que existe entre el ca-
pital que se reproduce en un medio no capitalista, y que subsume el
patrimonio biocultural, reduciéndolo a atractivos turísticos para el
mercado frente a la apropiación social que considera al patrimonio
biocultural como parte de un proyecto de reproducción de la vida.
Se recurre a Enrique Dussel en este planteamiento cuando aborda
“las digresiones en los modos de apropiación en Marx”, la apropia-
ción “es la síntesis objetivo-subjetiva, ya que es posesión y propiedad,
es uso con derecho. Es la realización de la posesión y la propiedad”.
(Dussel 1991:228). Se subraya en este trabajo la importancia de la
apropiación social en la disputa frente al capital, ya que la apropia-
ción social estará respaldada por el derecho legítimo y no legal, pues
lo legal no siempre es ético o justo. El ejemplo es la ley, que aun siendo
legal, no representa la voluntad popular. En la apropiación social es
[179]
180 · Disputas socio-territoriales en México

clave el derecho del pueblo para reservarse el uso (la posesión, en este
caso del patrimonio biocultural) es plenamente ética y justa si sirve a
la reproducción de la vida, y no a la reproducción del capital.
En este sentido el proyecto se entiende como un proyecto social,
implica tener presente las prácticas sociales y productivas que guían
la acción de los actores y que los dota de sentido político, económico
y/o identitario.

Con el proyecto, el actor imprime sentido y orientaciones a sus acciones


teniendo en cuenta futuros deseables y posibles, por lo que también es
una acción política. Un proyecto social tiene la capacidad de dotar al
colectivo de identidad, y con ella se despliegan una serie de elementos
culturales vinculantes. Tanto al espacio físico o material del territorio,
como a las subjetividades que el mismo espacio recrea. Un proyecto so-
cial compartido es colectivo. Si el colectivo se reivindica en torno a una
práctica productiva, significa que éste es el proyecto social desde donde
el actor podría traspasar el “plano de la necesidad para tornar al de la li-
bertad” como Zemelman y Valencia (1990) señalan. El proyecto social lo
es, porque es contenedor de la necesidad de reproducción. A su vez, si no
se pierde la reproducción de la vida, no se pierde la defensa de la tierra.
El proyecto social no sólo dota de sentido al presente sino que apertura
realidades, con la idea de transformación o de cambio social. (Zemelman
y Valencia 1990:92-93 citados en González 2015).

Por lo anterior, el objetivo de esta ponencia es identificar los ele-


mentos existentes que se relacionan con la apropiación capitalista so-
bre la apropiación social. El supuesto es que los megaproyectos eco-
turísticos están estructurados para contribuir al avance del proceso
de acumulación, enmascarados a través de una política de turismo
ofrecida a las comunidades rurales que en el discurso aboga por la
sustentabilidad, es decir, por la conservación del ambiente pero que
en la práctica impone condiciones de valorización económica de la
biodiversidad.
A partir de esta direccionalidad que el Estado impone como “de-
sarrollo” es que paulatinamente se van creando relaciones mercanti-
les sobre el patrimonio biocultural que es sustento de la reproducción
social y de la vida de distintas poblaciones mayas. En una escala ma-
yor, cuando se observan en conjunto la localización de los proyectos
de este tipo en la península y los visitantes que reciben, se argumenta
Megaproyectos ecoturísticos en el espacio rural maya · 181

que el territorio de raigambre maya entra en la dinámica del proceso


de valorización económica de los recursos naturales, en este caso a
través del ecoturismo cuyo discurso lo señala como “bajo impacto”,
“alternativo”, o de “naturaleza”. Con el ecoturismo se genera una con-
cepción mercantil del uso recreativo del espacio, donde el patrimonio
es reducido a atractivos naturales, los que pasan a formar parte de
una oferta turística. El fomento de una demanda creciente de visitan-
tes y turistas va moldeando una forma productiva impuesta desde el
exterior. Ese afán de conocer y buscar un contacto con la naturaleza,
es convertido a través del mercado en grupos de intereses diversos,
segmentos de la demanda turística.
Por lo tanto, el ecoturismo resulta ser la actividad económica por
medio de la cual los recursos otrora no subsumidos a la lógica mer-
cantil, son colocados como mercancías “verdes”.

2. El problema, los proyectos ecoturísticos comienzan a ser arrebatados


a los actores sociales que impulsaron emprendimientos locales

Actualmente en México, como en América Latina los gobiernos fe-


derales y estatales están imponiendo proyectos para expoliar a las
poblaciones de sus territorios y recursos naturales. Los complejos tu-
rísticos y ecoturísticos en distintas zonas del país se construyen para
apoderarse del patrimonio natural y cultural, formando parte de la
lista de la explotación de bienes naturales que se hace con la minería
a cielo abierto, el fracking, las presas hidroeléctricas, las plantaciones
destinadas a los agrocombustibles y los gasoductos, por mencionar
algunos.

Un análisis hemerográfico reveló 286 agresiones (2012 a 2016) contra el


patrimonio biocultural en 420 municipios del país que generaron un nú-
mero igual de conflictos socioambientales. Estos fueron provocados por
mineras (72), sobrexplotación o contaminación del agua (51), extracción
de petróleo y gas o parques eólicos (38), megadesarrollos turísticos (24),
proyectos urbanos y carreteros, residuos tóxicos, deforestación, agrotóxi-
cos, contaminación de zonas pesqueras y cultivos transgénicos. (Toledo,
periódico La Jornada 24 de mayo de 2016).

La península de Yucatán es uno de los territorios geopolíticos y


estratégicos importantes del Caribe Mexicano (Franco 2012) con
182 · Disputas socio-territoriales en México

recursos naturales que hoy día son blanco del capital trasnacional.
Esta posición geopolítica de los recursos naturales de la península
atrae paulatinamente proyectos que forman parte de los procesos de
integración económica internacional. Aparecen los proyectos eólicos
para generar energía eléctrica, granjas para la industria biotecnológi-
ca del pepino de mar de capital extranjero, ambas inversiones asen-
tadas en Dzilam de Bravo; se apertura la legislación y permisos para
las multinacionales con la siembra de soya transgénica a favor de la
empresa trasnacional Monsanto, contaminando seriamente la apicul-
tura, cuyas bases culturales se asocian ancestralmente con el manejo
que los mayas han hecho del monte y su conocimiento sobre las abe-
jas meliponas. Se fomenta la pesca masiva de equinodermos, distintas
especies de pepino de mar, prohibidas en otros lugares, pero en Mé-
xico disfrutan de la aprobación del gobierno en sus distintos niveles
mediante el otorgamiento de permisos para la captura que hoy día,
por las toneladas contabilizadas se ha convertido en saqueo. Con la
aplicación discrecional de la ley, se genera una red de tráfico ilegal de
esta especie marina, especialmente en épocas de veda, satisfaciendo
la demanda del comercio internacional, ya que esta especie no se con-
sume ni localmente en Yucatán, o en el país. Y aunque por lo pron-
to el proyecto del tren transpeninsular que conectaría Yucatán con
Quintana Roo está aparentemente cancelado desde enero de 2015,
el gobierno aún tiene intenciones de unir las poblaciones de Punta
Venado en Quintana Roo y Mérida Yucatán. Se impulsan proyectos
turísticos en todas sus variantes, desde los desarrollos inmobiliarios
de “turismo premium” (Benavides 2009) que incluyen grandes exten-
siones de campos de golf, residencias, hasta un turismo “más exótico”
que demanda contacto con comunidades mayas y su patrimonio cul-
tural. Las zonas arqueológicas, como Chichen Itzá o Uxmal, entran
en la dinámica de las “industrias culturales” otorgando concesiones a
empresas privadas y generando ganancias para la “casta divina”, que
son oligarquías con influencias políticas y económicas.
Los proyectos turísticos responden a objetivos de lucro y ganan-
cia de empresas trasnacionales y de capital nacional, en consonancia
con acuerdos de integración económica, como ha venido sucediendo
desde la década de los noventas, por citar un ejemplo, la Asociación
de Libre Comercio de América (ALCA) que lidera Estados Unidos. El
turismo en el ALCA se aborda en el Grupo de Negociación sobre Co-
mercio de Servicios cuya filosofía es la liberalización económica de
Megaproyectos ecoturísticos en el espacio rural maya · 183

los distintas empresas de servicios que comprenden la industria tu-


rística, el cual a su vez, tiene consonancia con el Acuerdo General so-
bre Comercio de Servicios en el ámbito de la Organización Mundial
de Comercio; durante la Ronda Uruguay se abordó específicamente
la política de turismo en el documento “El comercio de servicios de
turismo”. Los principios del turismo en el ALCA a su vez sientan las
bases para la realización de acuerdos bilaterales y regionales, tal es
el caso de “167 acuerdos” que existían en 2004 (Wesner 2004) entre
los que se puede mencionar el Acuerdo entre México y los Estados
Unidos para el Desarrollo y Facilitación del Turismo firmado el 3 de
octubre de 1989 y que tiene renovación quinquenal automática.
El recuento de los proyectos turísticos existentes en Yucatán per-
mite observar que son medios que inciden en las transformaciones
espaciales y socioterritoriales y a su vez resultan ser funcionales para
que el capital se abra paso en zonas rurales mediante la tercerización
de la economía, realizados a través de emprendimientos locales ins-
trumentados en la península desde los años ochenta y noventa como
parte de las estrategias de desarrollo rural. Algunos de ellos, como se
verá en el caso que se aborda, sirven para hacer posible la creación de
la propiedad privada capitalista, ya que no necesariamente buscan los
objetivos de reproducción social de la población y mucho menos la
tan llamada protección ambiental, como en este caso, los ecosistemas
de manglar. Más bien el discurso gubernamental que afirma que el
objetivo es dar empleo digno a la población aprovechando los recur-
sos se pone en duda, tal y como señala el Art. 3, fracción I de la Ley
del Patronato de las Unidades de Servicios Culturales y Turísticos del
Estado de Yucatán: “Aprovechar integralmente los recursos colonia-
les, arqueológicos, culturales, turísticos e históricos en beneficio de la
economía de la Entidad y de sus habitantes”.
Por lo anterior, llama la atención el caso de la Sociedad de Solida-
ridad Social (S.S.S.) “El Corchito” cuyos integrantes fueron poseedo-
res del “Parque Ecoturístico El Corchito” en la reserva ecológica del
mismo nombre ubicado en el municipio de Progreso, Yucatán (ver
mapa 1). Este lugar fue expropiado en 2015 por el gobierno estatal
pasando a formar parte de un parador turístico administrado por
el organismo público descentralizado denominado Patronato de las
Unidades de Servicios Culturales y Turísticos (CULTUR) y cuyo pre-
sidente de la junta de gobierno es el gobernador del estado en turno.
184 · Disputas socio-territoriales en México

Mapa 1. Ubicación geográfica

Fuente: Elaboración propia modificado a partir de Google Earth

Esta acción gubernamental en el estado de Yucatán convoca a


repensar sobre lo que verdaderamente está detrás de los emprendi-
mientos ecoturísticos impulsados por el gobierno federal o estatal y
que las comunidades de pescadores artesanales o campesinos en el
medio rural a veces ignoran: que la práctica productiva del ecoturis-
mo permite valorizar económicamente los recursos naturales, siendo
así, entran en la dinámica de expansión y reproducción del capital al
punto que los grupos sociales que inicialmente tenían aspiraciones
económicas para mantenerse u objetivos ambientales para conservar
los ecosistemas, finalmente con estos proyectos terminan siendo ex-
plotados y excluidos, sirviendo de mediadores para que la ganancia
continúe reproduciéndose.
Como se observa, el Estado se vale de su fuerza y de la ley para
que los emprendimientos ecoturísticos sean arrebatados a los grupos
rurales organizados. Mediante un proceso de valorización económi-
ca y con el trabajo rural multiactivo como generador de la riqueza,
logran el éxito comercial. Una vez que lo obtienen a través de que
han logrado posicionarse en la demanda turística, por la considerable
derrama económica que dejan los visitantes quienes se desplazan, a
veces por cientos o miles durante las épocas vacacionales o de fines
Megaproyectos ecoturísticos en el espacio rural maya · 185

de semana, el Estado recurre a lo que históricamente ha hecho como


pieza clave del proceso de acumulación, “echa mano de su poder po-
lítico”, (Luxemburgo, 1913) legalizando lo ilegítimo valiéndose de los
recovecos de la ley, pasa del poder de los grupos sociales, que sería el
poder del pueblo, al poder estatal y no necesariamente público. Aquí
podríamos preguntarnos cómo es que se llega a lo privado por vía del
Estado a través de megaproyectos turísticos y ecoturísticos. Aunque
el debate puede ser muy amplio, brevemente se subraya que el papel
del Estado no necesariamente respalda el bien y beneficio común,
pues se aleja de su vocación, de su papel para ser garante de lo pú-
blico desarticulando la organización de la cooperativa ecoturística.
Contradictoriamente con la expropiación realizada para la adminis-
tración del parador sin la participación de la S.S.S. El Corchito y sin
mecanismos para escuchar e incorporar a la sociedad civil, más bien
sienta las bases para fundar relaciones patronales, de lucro y generar
ganancia alejándose de ser garante de lo público.
Más que generar empleo para la población local en “beneficio de
la economía de la entidad o sus habitantes” esta decisión de remo-
delar el parador ecoturístico y que CULTUR lo administre, irrumpe
y destruye las opciones de autoempleo y autogestión que los grupos
organizados locales podrían tener. Se observa que este proyecto eco-
turístico en particular, aun cuando ya era una empresa consolida-
da que permitía la reproducción económica de los miembros de la
cooperativa ecoturística, pues ha sido “de los que mejores resultados
han logrado en términos de permanencia, afluencia turística y pro-
bablemente ganancias económicas para los participantes” (Paredes
2014:96) es una situación intrascendente para el gobierno, pues tiene
otra visión del desarrollo que logra imponer. Los pescadores dejan de
tener la posesión de su proyecto y la capacidad de tomar decisiones
sobre el mismo, de la noche a la mañana se convierten en asalariados
y al expropiar las hectáreas de manglar que estaban bajo el manejo de
la cooperativa, de facto, opera el despojo.
Este ejemplo es ilustrativo para hacer el planteamiento siguiente:
La valorización económica de los recursos naturales paralelamente a
la explotación de la fuerza del trabajo mediante la prestación de servi-
cios ecoturísticos está siendo la fórmula adecuada para que el capital
penetre a través de relaciones sociales, económicas y políticas con los
proyectos ecoturísticos en los territorios rurales en la península de
Yucatán, especialmente aquellos que por sus características ambien-
186 · Disputas socio-territoriales en México

tales y cercanía con mercados turísticos potenciales, van logrando un


éxito comercial.
Reflexión que se hace siguiendo a Armando Bartra, quien afirma
que el proceso de valorización es el fundamento del capitalismo geo-
fágico de la Gran Crisis.

La extracción de recursos naturales genera rentas, que en tiempos de


escasez ciertamente devienen espectaculares, pero me parece una regre-
sión fisiócrata soslayar que la renta es parte de la plusvalía social gene-
rada por el trabajo y que el sobre lucro en la minería y cierta agricultura
—como las ganancias especulativas del capital financiero— provienen
de la explotación laboral. Desde hace más de un siglo nos empezamos a
dar cuenta de que la llamada “acumulación originaria” era permanente,
el problema es que el despojo no tiene el mismo sentido cuando precede
al establecimiento de la producción y acumulación propiamente capi-
talistas, que cuando es parte constitutiva de un capitalismo plenamente
desarrollado donde la acumulación se sostiene no en el agandalle de los
recursos sino en su valorización. Es verdad, finalmente, que los altos pre-
cios de las commodities incrementaron el peso porcentual de la actividad
económica primaria dentro del PIB y también es cierto que el capitalis-
mo extrovertido desarticula las cadenas productivas y destruye pequeñas
y medianas industrias, pero la otra cara de la moneda es un proceso de
concentración y centralización industrial que el término “tercerización”
oculta. (Bartra 2014:2).

Se observa que el proceso de valorización tiene un objetivo, deve-


nir en rentas con una magnitud sin precedentes cuando el arrebato
de los recursos naturales tiene el objetivo de continuar ese proceso de
valorización. En este sentido se identifica que mediante el turismo,
el proceso de acumulación del capital no necesariamente expulsa a
las poblaciones del territorio, sino que los deja ahí ya que conviene
al capital nutrirse de la fuerza de trabajo expresada en la prestación
de servicios que la población realiza para atender a los turistas, una
fuerza de trabajo disponible por ser parte del “ejército de reserva” que
el neoliberalismo produce y reproduce constantemente engrosando
la cifra de personas que buscan sobrevivir por la precarización del
trabajo que hoy día es común denominador de las sociedades rurales
y urbanas. Con el trabajo precario todo se acepta, como lo es el turis-
mo cuando se inserta en la multiactividad campesina. Con el turismo
Megaproyectos ecoturísticos en el espacio rural maya · 187

como eje de valorización entonces las necesidades cotidianas se co-


mercializan. El alimento es cubierto con restaurantes, la recreación
con actividades turísticas, el refugio o la pernocta con los alojamien-
tos turísticos, el movimiento de personas con el transporte. En suma,
el llamado sistema turístico se echa a andar mediante la mercantiliza-
ción, subsumiendo a la lógica del sistema capitalista las necesidades
cotidianas, lo que se buscan con el turismo bajo una lógica de la acu-
mulación, no son beneficios a las poblaciones, sino ventajosamente
reproducir incesantemente la ganancia.

3. De emprendimientos ecoturísticos a megaproyectos ecoturísticos

De un proyecto ecoturístico que funcionaba como un embarcadero


a través de permisos para operar en el manglar, “El Corchito” pasó a
formar parte de los paradores turísticos administrados por CULTUR
como una de las empresas estatales dedicadas al turismo alternativo.
Según el Atlas de Turismo Alternativo en la península de Yuca-
tán (en adelante ATAPY) (García de Fuentes et al. 2015:3) son 157
emprendimientos de turismo alternativo en la península de Yucatán.
Estas empresas se encuentran localizadas en áreas naturales prote-
gidas (ANP) de observancia federal, estatal y municipal, asimismo
en distintos espacios rurales, algunos de ellos próximos a las zonas
arqueológicas, cenotes, lagunas y/o manglares o esteros, como el caso
que aquí se presenta. La situación de la tenencia de la tierra en la que
se encuentran los emprendimientos de la política gubernamental de
turismo en zonas rurales es la siguiente:

a) En la zona de Carmen Campeche predomina la federal conce-


sionada.
b) En Calakmul, el 60% es ejidal de uso común.
c) En Campeche el 50% también es ejidal de uso común.
d) En Mérida y su costa occidental el mayor porcentaje es la pro-
piedad federal concesionada.
e) En Tizimín, como en la zona Norte de Quintana Roo, en el co-
rredor Cancún, Riviera Maya y en el sur de Quintana Roo, la mayor
parte de la tenencia de la tierra, del 80% es propiedad federal conce-
sionada.
188 · Disputas socio-territoriales en México

La tenencia de la tierra permite observar que las tensiones de la


propiedad sobre los recursos naturales se encuentran entre la propie-
dad o posesión común de la tierra y los terrenos nacionales y fede-
rales donde se extienden el ecosistema de manglar que se encuentra
en las costas de la península de Yucatán. El problema que se observa
en el caso de “El Corchito” es que los grupos sociales, es decir, las
cooperativas pesqueras-turísticas que han impulsado estos proyec-
tos mantienen incertidumbre en la tenencia de la tierra, ya que his-
tóricamente estos espacios, en algunos casos, no entraron dentro de
los polígonos de los ejidos por no considerarse terrenos aptos para
la productividad agrícola, en esos tiempos no había problema por la
apropiación social de los recursos naturales, ya que formaban par-
te de bienes considerados comunes. Sus recursos eran aprovechados
bajo la forma de apropiación múltiple de la naturaleza (Toledo 2008)
y no requerían que las poblaciones adquirieran títulos de propiedad
ya que los controles sociales resultaban suficiente para su uso, manejo
y conservación.

En el caso de la península de Yucatán, esta estrategia maya de mane-


jo múltiple está conformado por al menos 6 componentes o unidades
espaciales (milpa y otros sistemas agrícolas, huerto familiar, selvas se-
cundarias, selvas maduras, selvas manejadas y cuerpos de agua y su per-
manencia y reproducción se hace más o menos evidente en razón de
las demografías locales, las limitantes ecológicas, los eventos naturales
impredecibles y las fuerzas externas que influencian el devenir de cada
porción del territorio, de cada comunidad y de cada hogar campesino.
(Toledo et.al., 2008:346).

Hoy día el Estado otorga permisos o concesiones para que los em-
prendimientos ecoturísticos puedan usufructuar las áreas de manglar
que no están en propiedad ejidal. Este fue el caso de “El Corchito”,
donde el estado otorgó a CULTUR la propiedad y la posesión sobre
el manglar, la administración y las instalaciones del proyecto, aunque
para operarlo, requiere de la presencia y del trabajo del grupo organi-
zado, es decir, la S.S.S. “El Corchito”.
Parece ser que el éxito comercial de los proyectos ecoturísticos
termina siendo su peor característica. La derrama económica y el
incremento de la llegada de turistas es la prueba fehaciente de que
el capital ha logrado el cometido con la mercantilización que se ha
Megaproyectos ecoturísticos en el espacio rural maya · 189

hecho del patrimonio. Como en el caso del proyecto turístico de “El


Corchito” esta aparente fortaleza se convirtió en una amenaza para
los socios de la S.S.S. puesto que la valorización económica apuntala-
da con la llegada de turistas y el ingreso anual justificó que el Estado
de Yucatán abriera uno de los proyectos de Paradores Turísticos que
ha impulsado como parte de su política de apropiación del patrimo-
nio biocultural maya. De dueños, los socios de la cooperativa pasaron
a ser empleados a través de un convenio con CULTUR. Estos datos
de llegadas de turistas y de ingreso bruto anual revelan el dinamis-
mo económico de los proyectos de turismo alternativo de acuerdo al
ATAPY (García de Fuentes, et al. 2016:50). En datos anuales:

a) La zona de Carmen Campeche recibe 100,000 visitas y de 2 a 5


millones de pesos.
b) En Calakmul, 30 mil visitas y menos de 2 millones de pesos.
c) En Campeche, 100 mil visitas y cerca de 5 millones de pesos.
d) En Mérida y su costa occidental los proyectos de turismo alter-
nativo captan cerca de 380 mil visitas y de 20 a 30 millones de pesos.
e) En la zona sur de Quintana Roo, 60 mil visitas y de 5 a 20 mi-
llones de pesos.
f) En el corredor Cancún, Riviera Maya un cálculo de 250 mil
visitas arrojan entre 40 y 80 millones de pesos.
g) Y la zona norte de Quintana Roo, también con 250 mil visitas
se generan en contraste más de 80 millones de pesos.

Por lo que se observa, el turismo alternativo en zonas rurales ha


logrado el cometido de valorizar económicamente el patrimonio bio-
cultural reduciéndolo a atractivos turísticos como se verá a continua-
ción. La tierra es uno de los factores de producción, centenariamente
ha sido el centro de la disputa entre su apropiación por el capital y la
resistencia del indígena maya para lograr su reproducción material y
social. Para el capital, la naturaleza, que aquí se equipara con “la tie-
rra” es indispensable como factor de producción y de riqueza. Por sí
misma ésta “tierra” no genera dicha riqueza, sino debe estar acompa-
ñada de la explotación de la fuerza de trabajo para hacerla producir o
añadirle valor. Y es que la tierra considerada a partir de la “riqueza de
sus recursos naturales” mediante los atractivos denominados turísti-
cos, no es una mercancía, tampoco capital, ha de convertirse en tal, lo
que inicia transformando sus elementos mediante un trabajo explo-
190 · Disputas socio-territoriales en México

tado con actividades que permitan reproducir relaciones capitalistas.


Y el turismo lo hace posible mediante actividades del sector terciario
puestos a merced de un mercado que busca convertir la naturaleza
aparentemente conservada, en mercancías.
Por extensión, los recursos naturales no tienen valor en tanto
son considerados escasos, prístinos o de importancia ecológica, aun
cuando se destaque su importancia por la ciencia. El verdadero valor,
como Marx lo estudió de una forma pormenorizada viene de la fuer-
za de trabajo, de la modificación que el hombre hace de la naturaleza,
en ello radica el proceso de valoración económica. En el caso que nos
ocupa, la valoración económica por el turismo tiene una expresión
particular que se relaciona con ciertos atributos del patrimonio na-
tural o cultural, por ejemplo con lo prístino, con la belleza escénica
del paisaje, con los recursos naturales inconmensurables. El legado
histórico, la vida cotidiana de indígenas y campesinos o su identidad,
también se comercializan y se convierten en mercancías turísticas
culturales.
Los elementos del medio ambiente natural adquieren un valor
económico cuando son mediados por el mercado, como sería la in-
dustria biotecnológica o el mercado de bonos de carbono. Con el
turismo estos recursos también se revalorizan cuando se ponen a
merced de una determinada demanda turística con distintos intere-
ses o motivaciones de viaje, creando todo un mercado para distintas
formas de consumo turístico, de ahí que el turismo adquiere distin-
tas denominaciones, “turismo de salud”, “turismo cultural”, “turismo
de naturaleza”, por citar algunos ejemplos. Para estas actividades de
ocio mercantil, el turismo genera un tipo de valoración económica.
Con el trabajo añadido con la interpretación ambiental del patrimo-
nio natural y cultural, el proceso de aprendizaje e interacción con la
naturaleza en realidad se convierte en atractivos turísticos. Es decir,
están mediados por el esfuerzo humano que nace del trabajo y de las
relaciones sociales de explotación que se dan con la prestación de ser-
vicios cuyo fin último es la plusvalía, como valor que se ha valorizado.
Con ello, la tierra convertida en atractivos turísticos tiene otra
mediación que es parte del proceso de apropiación. El control ejer-
cido con el poder del Estado y posibilitado a través del mercado.
Adquiere un proceso de valorización económica que se concreta a
través de una relación mercantil impulsada por la red de empresas
de prestación de servicios y fomentada con el aparato institucional
Megaproyectos ecoturísticos en el espacio rural maya · 191

del Estado y sus leyes. El mercado de los servicios ecoturísticos con-


sidera a la naturaleza prístina y virgen como una oferta turística, es
un blanco para apuntalar el lucro a través de una demanda dispuesta
a pagar para realizar actividades turísticas. La valoración económica
por el turismo es un aspecto más de los controles ejercidos por el
capital, para David Harvey: “La hegemonía ideológica y política en
cualquier sociedad depende de la capacidad de controlar el contexto
material de la experiencia personal y social”. (Harvey 1990:252) y en
ello el turismo en el caso que se presenta es el medio para realizarlo.
Hay distintos estudios que demuestran que el turismo es un eje
de acumulación del capital. Constituye una de las actividades econó-
micas con la llamada “globalización” y fortalece al sistema capitalista
como herramienta de acumulación (Cordero 2006), (Palafox et.al.
2009), (González 2015), el proceso de acumulación del capital por el
turismo tiene ciertas características:

h) El capital se apropia de la “tierra” en su forma de atractivos


turísticos como factor de productividad y valorización económica del
ambiente.
i) Con esta apropiación existe una ruptura de lo que Marx llamo
metabolismo o stoff-wechsel (Marx 1867/2005:283-290)48 (Bellamy
2000:243) o metabolismo social (Toledo et.al. 2002:22-25) ya que el
producto de las prácticas productivas (trabajo) no se destina más a la
satisfacción de la reproducción de la vida (social y de la biodiversi-
dad) manteniendo su equilibrio, sino que se subsume al capital toda
vez que el turismo pasa a ser una actividad productiva destinada al
lucro, ganancia y a la reproducción del capital.
j) El trabajo “libre” o despojado de las condiciones materiales de
existencia constituye una fuerza de trabajo disponible de campesinos
y/o pescadores del medio rural para ser explotada en los megaproyec-
tos turísticos y ecoturísticos en empleos de baja calificación.
k) El Estado recurre a su poder político —no siempre legítimo—
para hacer viable la acumulación.

48. Es stoff-wechsel (intercambio material), con este concepto Marx definía la re-
lación humana con la naturaleza a través del trabajo, un proceso por medio de sus
propias acciones media, regula y controla el metabolismo que se produce entre él y
la naturaleza.
192 · Disputas socio-territoriales en México

Estas características se observan a través de los megaproyectos


ecoturísticos. La apropiación capitalista se hace posible mediante el
poder y coacción que ejerce el Estado para apropiarse legalmente de
la naturaleza; con los cambios que realiza para generar distintas con-
diciones para que la práctica productiva ecoturística de los miembros
del grupo social se convierta en trabajo asalariado y con la apropiación
violenta que realizó a través de la remodelación del embarcadero.
El despojo legalizado por el gobierno del estado de Yucatán a la
S.S.S. “El Corchito” se realiza con base en distintos ordenamientos.
Por ejemplo, actualmente el gobierno del estado se vale de la Ley de
Expropiación (promulgada en 1938 por el Gobierno Socialista de Yu-
catán cuyos principios se articulaban en torno de principios no capi-
talistas) a fin de aprovechar turísticamente el manglar de la Reserva
Ecológica El Corchito y despojar a los usufructuarios rurales. El Art.
3 fracción VI de dicha Ley prevé que el “aprovechamiento de los ele-
mentos naturales susceptibles de explotación” son “causas de utilidad
pública para los fines del Estado o de interés para la colectividad”, sin
embargo es cuestionable que esta expropiación de “El Corchito” ten-
ga como objetivo la utilidad pública, cuando los ingresos obtenidos
los concentra CULTUR y no existen mecanismos para que la orga-
nización de la S.S.S. participe como antes lo hacía en la gestión del
manglar y del proceso de toma de decisiones del Parque Ecoturístico,
hoy Parador de Servicios Turísticos. Actualmente la organización ru-
ral sólo se circunscribe a ser fuerza de trabajo asalariada, por lo que
apuntamos el supuesto de que es funcional a la apropiación capitalista
y se aleja de la apropiación social.
Otro de los ordenamientos importantes que es preciso revisar
para comprender este proceso de apropiación capitalista del patrimo-
nio biocultural, es la Ley del Patronato de las Unidades de Servicios
Culturales y Turísticos del Estado de Yucatán, que tiene por objeto
establecer las atribuciones, estructura, integración y funcionamiento
del Patronato de las Unidades de Servicios Culturales y Turísticos del
mismo estado. Este llamado patronato tiene por objeto impulsar la
consolidación de las actividades turísticas y culturales que son rea-
lizadas con la explotación de la cultura y la naturaleza. El patronato
está integrado por el gobierno estatal e iniciativa privada y en su es-
tructura no existen mecanismos para la participación de la sociedad
civil y mucho menos para la población indígena, aun cuando ésta
representa una parte muy significativa e importante en la región.
Megaproyectos ecoturísticos en el espacio rural maya · 193

La función de CULTUR es autorizar, en su caso, la enajenación,


prenda o permuta de los bienes muebles e inmuebles pertenecientes
al patronato, observando en cada caso lo dispuesto en las leyes que
rijan para los bienes propiedad del Estado y para realizar actos de do-
minio para adquirir a favor del patronato bienes inmuebles y enaje-
narlos, con la autorización de la Junta de Gobierno y de conformidad
con la normatividad aplicable. La Ley de Expropiación vigente en la
entidad federativa, permite observar las atribuciones de las que goza
el gobierno del estado a través de CULTUR, mismas que respaldan la
legalidad del acto contractual con la cooperativa.
El aparato institucional del Estado que ha direccionalizado los em-
prendimientos turísticos en la península son diversos. Abarcan depen-
dencias de orden federal, estatal y/o municipal. Según el ATAPY (García
de Fuentes et.al. 2015) han participado: La Comisión Nacional de Áreas
Naturales Protegidas (CONANP), la Secretaría de Turismo (SECTUR)
y sus dependencias estatales, como SEFOTUR y SEDETUR, la Secreta-
ría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), la Secre-
taría de Comunicaciones y Transportes (SCT), la Comisión Nacional
Forestal (CONAFOR), la Comisión Nacional para el Desarrollo de los
Pueblos Indígenas (CDI), la Secretaría de Economía (SE), el Instituto
Nacional de Desarrollo Social (INDESOL), la Secretaría de Agricultura,
Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA), el Ins-
tituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), el Fondo Nacional
de Fomento al Turismo (FONATUR), la Secretaría de Desarrollo Social
(SEDESOL), la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PRO-
FEPA), la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (CONAPESCA).
Las dependencias estatales y municipales: La Secretaría de Desarrollo
Urbano y Medio Ambiente del Estado de Yucatán, (SEDUMA), la Se-
cretaría de Seguridad Pública del Estado de Yucatán (SSP), la Secreta-
ría de Desarrollo rural del Estado de Campeche (SDR), la Secretaría de
Desarrollo Industrial y Comercial del Estado de Campeche (SEDICO)
y los Ayuntamientos de los municipios de Candelaria y Calakmul, Cam-
peche, Tulum y Benito Juárez, Quintana Roo; y Progreso, Yucatán.
La noción de “megaproyecto”, alude tanto a expresiones materia-
les de producción como de relaciones sociales. Si bien es cierto que el
megaproyecto ecoturístico no se compara con los megaproyectos mi-
neros, hidroeléctricos en cuanto al despojo del territorio, la categoría
podría ser útil para explicar esta forma de extracción y cercamiento
de naturaleza. En realidad, añaden una nueva dimensión de valori-
194 · Disputas socio-territoriales en México

zación capitalista, para Enrique Leff el ecoturismo contribuye en esta


valorización económica a través de la biodiversidad.

La biodiversidad aparece no sólo como una multiplicidad de formas de


vida, sino como zonas de reservas de naturaleza —territorios y hábi-
tat de esa diversidad biológica y cultural—, que hoy están siendo valo-
rizados por su riqueza genética, sus recursos ecoturísticos y su función
como colectores de carbono […] La biodiversidad se ha revelado como
un enorme banco de recursos genéticos que son la materia prima de los
grandes consorcios de las industrias farmacéuticas y de alimentos, cuyo
valor económico supera ya el de los consorcios petroleros. (Leff 2005:2).

En cambio, el patrimonio biocultural reconoce que estas varieda-


des de recursos genéticos son atribuibles a las prácticas sociales que
especialmente los pueblos indígenas y campesinos han incorporado
como parte de un conocimiento ancestral de su uso, aprovechamien-
to y conservación a lo largo de siglos de existencia, Eckart Boege es
claro en esta relación hombre-naturaleza:

Para desarrollar el concepto de patrimonio biocultural de los pueblos in-


dígenas es imprescindible clarificar la dimensión de la territorialidad en
un espacio determinado. Así desglosamos el patrimonio biocultural de
los pueblos indígenas en los siguientes componentes: recursos naturales
bióticos intervenidos en distintos gradientes de intensidad por el manejo
diferenciado y el uso de los recursos naturales según patrones culturales,
los agroecosistemas tradicionales, la diversidad biológica domesticada
con sus respectivos recursos fitogenéticos desarrollados y/o adaptados
localmente. Estas actividades se desarrollan alrededor de prácticas pro-
ductivas (praxis) organizadas bajo un repertorio de conocimientos tra-
dicionales (corpus) y relacionando la interpretación de la naturaleza con
ese quehacer, el sistema simbólico en relación con el sistema de creencias
(cosmos) ligados a los rituales y mitos de origen (Boege 2010:1).

El proceso de acumulación utilizaría al ecoturismo como herra-


mienta en zonas bioculturales, a través de los megaproyectos ecotu-
rísticos como una condición espacial que reproduce aspectos mate-
riales y subjetivos. Siguiendo a David Harvey se observa el énfasis
en la doble reproducción del sistema capitalista, una reproducción
material que a su vez es simbólica y social.
Megaproyectos ecoturísticos en el espacio rural maya · 195

Las concepciones objetivas de tiempo y espacio se han creado necesa-


riamente a través de las prácticas y procesos materiales que sirven para
reproducir la vida social […] las prácticas productivas son expresiones
materiales que sirven para reproducir la vida social. Las cuales varían
geográfica e históricamente... en suma, cada modo de producción o for-
mación social particular encarnará un conjunto de prácticas y conceptos
del tiempo y del espacio. (Harvey, 1990:228).

M. Verónica Ibarra (2012) sigue a Harvey en esta noción espacial


con respecto a la dominación de la vida social y el poder mediante los
megaproyectos:

Los megaproyectos son un tipo de espacio, siempre han existido en tanto


que producción social, están relacionados directamente con el poder, se
realizan con base en el desarrollo científico-técnico, se invierten gran-
des cantidades de recursos económicos en su ejecución, se movilizan
grandes contingentes humanos —por la demanda de mano de obra para
la construcción o bien por los desplazamientos poblacionales— y cum-
plen una función simbólica de poder, desarrollo y fortaleza. En el Mé-
xico posrevolucionario y hasta finales del siglo XX podemos identificar
como megaproyectos a los espacios industriales, urbanos, turísticos, a las
hidroeléctricas, los trasvases, los proyectos carreteros, portuarios, entre
otros. (Ibarra, 2012:149).

La concepción de “megaproyecto” nos explica los procesos de in-


tervención y el dominio por el Estado cuando con la política turística
y ambiental replica la creación de estas empresas a través de todo el
territorio nacional haciéndose posible a nivel estatal y local como en
este caso. Con la denominación de “megaproyectos ecoturísticos” se
puede comprender como fluyen las políticas, desde un marco supra
nacional, como se mencionó anteriormente, los proyectos de integra-
ción económica asociados a los grandes intereses financieros globales
hasta las políticas gubernamentales del turismo con la participación
de distintas instancias, organizadas en torno al aparato institucional
del Estado. En el caso de Yucatán, el Plan Puebla Panamá hoy reno-
vado como Proyecto Mesoamérica, considera al turismo como eje de
acumulación para la transformación de los espacios físicos y sociales,
la creación de infraestructura, la movilización de capitales trasnacio-
nales y los acuerdos bilaterales para apuntalar proyectos de inversión
196 · Disputas socio-territoriales en México

que se desprende de la cartera de transporte, telecomunicaciones y


servicios. Con el turismo de bajo impacto ambiental presente en el
Corredor Biológico Mesoamericano México de la costa norte de Yu-
catán se observa que el turismo permitiría la penetración de la pro-
piedad privada y la apropiación capitalista de la naturaleza.
En el capitalismo actual, época del capitalismo global, y con pa-
trones neocoloniales de acumulación, el capital reorganiza la pro-
ducción incorporando nuevos espacios para la creación de valor,
mercantilizando todo lo que pueda crear, transformar y someter
mediante el fetiche de la mercancía. La naturaleza en su forma de
atractivos turísticos finalmente tiene una nueva envoltura, lista para
ser consumida mediante el mercado turístico, a través de la naturale-
za. Ya que el turismo se encuentra presente en las áreas biodiversas,
es una nueva modalidad de consumo y de acumulación ad hoc a los
espacios considerados como prístinos o vírgenes a la que ya se habrá
añadido un valor de cambio, la habrá convertido en “capital natural”.
Sin embargo, la lógica del mercado no ha logrado coadyuvar en el
equilibrio ecológico, al contrario, esta racionalidad económica (Leff
2005) es la que debe confrontarse, repensando a una nueva economía
fuera del mercado capitalista.

Economistas ecológicos como René Passet, Herman Daly y Joan Martínez


Alier han argumentado sobre las limitaciones del mercado para regular
efectivamente los equilibrios ecológicos y su capacidad para internalizar los
costos ambientales a través de un sistema de normas legales, de impuestos
o de un mercado de permisos transables para la reducción de emisiones.
Sugieren que la economía debe constreñirse a los límites de expansión que
asegure la reproducción de las condiciones ecológicas de una producción
sustentable y de regeneración del capital natural, de un principio precauto-
rio basado en el cálculo del riesgo y la incertidumbre y en límites impuestos
a través de un debate científico-político fuera del mercado. Leff (2005:3).

Como se observa en la problemática que se aborda, con el turis-


mo no siempre le es funcional al capital expoliar las tierras, sino más
bien hacer que las comunidades rurales adopten dentro de sus prác-
ticas productivas, la práctica del ecoturismo. Imponer la práctica del
ecoturismo sobre las demás, es también un proceso de desposesión.
Entonces podríamos hablar de un proceso de acumulación velado
cuando se realiza por el turismo ya que el objetivo del saqueo no es
Megaproyectos ecoturísticos en el espacio rural maya · 197

propiamente la generación de ganancias a partir del trabajo humano


explotado, sino más bien, en generar un proceso de valorización del
patrimonio biocultural. Por ejemplo, el ecoturismo es la mejor forma
de añadir valor económico a los ecosistemas considerados prístinos.
El turismo pasa a ser la actividad permitida y fomentada por el
Estado a través de una organización que deja de ser social y que va
privilegiando esfuerzos aislados e individuales mediante la creación
de empresas ecoturísticas. Ya que lo material deviene en subjetivi-
dad, la organización empresarial ecoturística fomenta la constitución
de una subjetividad individualista, con lo que podemos decir que se
construye un sujeto que ve en la competencia y en la productividad
del ambiente, mediante productos ecoturísticos una nueva forma de
apropiarse de los recursos naturales. Sin embargo, este uso aparente-
mente adecuado y sustentable de los recursos naturales por el turis-
mo, disfraza un saqueo de la naturaleza porque la puesta en práctica
del ecoturismo justifica tanto los apoyos financieros para la conser-
vación ambiental como el discurso de que se generará empleo que
coadyuve a resarcir la pobreza y la degradación ambiental.
Para continuar extrayendo naturaleza y sumarla a circuitos del
valor de cambio, la actividad turística viene a jugar un papel protagó-
nico. Es decir, el turismo no es importante per se, sino que es la acti-
vidad para penetrar relaciones capitalistas mediadas por el mercado,
con la cual se seguirán sosteniendo relaciones de explotación y un
nuevo sistema de valoración del capital, orientada a mercados glo-
bales de consumo. En algunas zonas, como el caso de ANP, el capital
no puede obrar abiertamente como lo haría con la industria u otras
actividades económicas por las condiciones que las leyes en materia
de conservación establecen. Por eso debe someterla de otro modo,
no completamente, sino añadiendo el valor de cambio, incorporando
relaciones capitalistas o de explotación y convirtiendo el patrimonio
biocultural en materia prima para prestar servicios recreativos o pa-
sear turistas, es decir la naturaleza es transformada en mercancía.

La hipótesis de que vuelto mercancía lo fundamental de los medios de


producción y de la fuerza de trabajo, la violencia originaria con que his-
tóricamente se les expropió dejaría paso a una reproducción capitalista
cada vez menos dependiente de la naturaleza y de la sociedad estructu-
rada en comunidades no se cumplió, pues los sistemas socioecológicos
pueden ser intervenidos pero no sustituidos por procesos económicos
198 · Disputas socio-territoriales en México

capitalistas. Entonces, lo que el sistema no puede producir como mer-


cancía debe transformarlo recurrentemente en mercancía. Y dado que
la vida se resiste, esta monetarización se opera por la fuerza; por una
violencia como la originaria pero permanente, es decir primaria y es-
tructural. (Bartra, 2014:3).

La relación mercantil de apropiación del Estado del emprendi-


miento ecoturístico implica la transformación en mercancía y la vio-
lencia se ejerce enmascarando una nueva relación laboral, tal y como
fue el contrato que fue firmado entre la asociación de “El Corchito”
y el gobierno del Estado de Yucatán. En entrevistas, miembros de la
cooperativa refirieron que, primeramente, se enteraron que serían
expropiados cuando en un mitin político, en Progreso se anunció la
remodelación del parque para convertirlo en un “Parador Turístico”,
posteriormente acordaron recibir una indemnización a cambio de
aceptar que CULTUR remodelara el parador ecoturístico, además de
que pasaron a formar parte de la nómina del gobierno del estado,
aunque, a su juicio, “lo que nos dieron mensualmente no nos alcanza
para vivir”. Se advirtió que aunque la mayoría no sabe leer y tampoco
interpretar el contrato que el gobierno del Estado a través de CUL-
TUR les presentó para formalizar el acuerdo, lo signaron: “lo tuvimos
que firmar porque de todos modos nos iban a quitar el parque y de no
recibir ninguna indemnización, preferimos firmar, aunque no sabía-
mos exactamente qué era lo que ahí estaba escrito”. En la práctica, el
contrato celebrado entre CULTUR y la cooperativa, funcionó como
el mecanismo legal que dio el giro de lo social a lo privado.
Por su parte, CULTUR, a través de su Director General, el LAE.
Enrique Antonio de Jesús Magadán Villamil mediante oficio número
SAF/DIDI/DMR/060/15 firmado el 18 de septiembre de 2015 obtuvo
el dictamen regulatorio del anteproyecto, Acuerdo Cultur 03/2015 a
fin de que el Consejo Estatal de Mejora Regulatoria aprobara el es-
tablecimiento de tarifas en lo que hoy es la “Unidad de Servicios del
Parque Ecoturístico El Corchito”, con lo cual se legalizó el cobro a los
visitantes y se cumplió el objetivo de CULTUR consignado en el artí-
culo 3 de la Ley del Patronato de las Unidades de Servicios Culturales
y Turísticos del Estado de Yucatán que a la letra señala:

Adquirir, construir, edificar y administrar las Unidades y Paradores, así


como cualquier instalación o infraestructura de carácter cultural o turís-
Megaproyectos ecoturísticos en el espacio rural maya · 199

tica en el Estado de Yucatán, que se encuentre a su cargo y, en su caso,


enajenar los bienes que formen parte de su patrimonio, de conformidad
con la normatividad aplicable y con la previa autorización de la Junta de
Gobierno.

En los inicios del siglo XX, John Kenneth Turner dejó evidencia
en un apartado de “El México Bárbaro” la violencia esclavista que en
Yucatán prevalecía, retrató una cruenta realidad a través de sus relatos.
En ese entonces las peores vejaciones las recibían los mayas a través de
las haciendas henequeneras con las que se generaba la riqueza a través
del trabajo explotado del oprimido. Contrastaba la opulencia de las
residencias del Paseo Montejo en manos de la oligarquía local. Hoy
día, en pleno siglo XXI, dichas relaciones de violencia siguen existien-
do pero veladas a través de otras formas de trabajo, como en este caso,
el de las relaciones sociales capitalistas a través del turismo, como eje
constituyente del proceso de acumulación que acompaña al sistema
capitalista neoliberal de nuestros días. Sigue siendo cruento y voraz y
su dominación continúa en formas renovadas, como se ha visto, en el
despojo de los recursos naturales. El capital arrebata lo que se valoriza
para reproducirse, en este caso mediante la apropiación capitalista del
patrimonio biocultural en territorio de raigambre maya, los ecosiste-
mas de manglar por medio de megaproyectos ecoturísticos.

4. Conclusiones

El caso de “El Corchito” permite observar un antes y un después


en los procesos de intervención del estado con el ecoturismo en la
península de Yucatán. Al ser el primer proyecto de ecoturismo en
una reserva ecológica de manglar que pasa a ser propiedad estatal,
se comprueba que el avance del proceso de acumulación cuyo eje se
encuentra en la valorización económica de los recursos naturales, en-
tendida como el éxito comercial de los proyectos; en la utilización de
las instituciones, como sucedió con CULTUR y en las leyes que lo
respaldan, permiten que la ganancia derivada del ecoturismo no se
destine más a los ingresos de los socios de la cooperativa. Resulta una
contradicción del discurso gubernamental que conmina a los pesca-
dores y campesinos a incrementar las llegadas de visitantes o turistas
y los ingresos obtenidos, ya que esta fue la razón precisamente de su
expropiación a los socios de la cooperativa.
200 · Disputas socio-territoriales en México

Con esta situación penetran relaciones sociales capitalistas con la


apropiación capitalista por CULTUR, enmascarada por la administra-
ción del ahora parador turístico por el gobierno del estado y justificada
legalmente con un contrato celebrado con la cooperativa. Los ingresos
ya no están destinados a la reproducción social de los miembros de la
cooperativa, sino a la obtención de la ganancia. Se observa por tanto
que el objetivo final es la explotación del recurso y entonces cambian
los usos que los manglares tenían, pues de servir para la interpretación
o educación ambiental, ahora son prácticamente un balneario. Otra
consecuencia es que sus anteriores poseedores, hoy al ser asalariados,
ya no pueden tomar decisiones sobre la conservación ambiental, como
lo hacían cuando funcionaban como una cooperativa ecoturística.
El análisis devela que el despojo no ocurre expoliando y retirando
a los actores rurales de las zonas donde estos tipos de proyectos se im-
plementan, sino que más bien, el trabajo vivo, el que genera valor, es
apropiado cuando también cambia la propiedad de la tierra —en este
caso la propiedad del proyecto ecoturístico—. La intervención y direc-
cionalidad del Estado es clave para que el proceso de acumulación se
presente a través de la explotación del patrimonio biocultural que con
la demanda turística y la comercialización de servicios, finalmente fue
reducido a ser atractivos turísticos. Esta situación abre otro concepto
al que es preciso referirse, el plusvalor como producto del proceso de
acumulación del capital, mismo que sería base de nuevas reflexiones.
La valorización económica ocasiona cambios en las relaciones
sociales, económicas y productivas del proyecto ecoturístico “El
Corchito” en Yucatán. Es una oportunidad para penetrar relaciones
capitalistas, pues se basan en la explotación del trabajo mediante el
salario que ahora se paga a los socios de la cooperativa y de la explo-
tación de la naturaleza abandonando la sensibilidad que se adquiría
con las actividades de educación ambiental. Se advierte que con estas
condiciones, el ecoturismo coadyuva en el proceso de acumulación
mediante el despojo. Lejos de servir para mejorar las condiciones de
vida de las personas involucradas, el aumento de visitantes y de in-
gresos, justifican la intervención del Estado quien se apropia de estos
espacios, otrora en manos de sociedades de pescadores artesanales,
campesinos o comerciantes. Entonces como se observa, el objetivo de
que con estos proyectos el sector gubernamental apoye a las comu-
nidades, o a los grupos organizados para mejorar sus condiciones de
vida, se pone en entredicho.
Megaproyectos ecoturísticos en el espacio rural maya · 201

Con el llamado turismo alternativo, turismo de naturaleza o eco-


turismo en la política gubernamental que se ofrece a las poblaciones
rurales, el discurso gubernamental promueve la supuesta protección
ambiental y generación de empleos en diversos sitios donde paulati-
namente se transforma el patrimonio biocultural con atractivos turís-
ticos. Más que contribuir a la apropiación social, por el caso estudiado
se observa que contribuye a la apropiación capitalista de la naturaleza.
Es una propuesta del modelo de desarrollo capitalista y neoliberal que
se vale del proceso de valorización y que con los megaproyectos ecotu-
rísticos logra el cometido de expropiar y privatizar espacios.
Finalmente podemos decir que los megaproyectos ecoturísticos
también se encuentran regidos por la lógica de la acumulación capital
y se suman a la lista de formas neocoloniales de despojo, pues aunque
en la península de Yucatán no existan minas a cielo abierto, gasoduc-
tos u otros megaproyectos “de muerte”, aquí se encuentra el turismo
coadyuvando con su dinámica neoliberal y alimentándose de la na-
turaleza y la explotación humana creando un “capital natural” que es
blanco de los renovados objetivos para la obtención de la ganancia.

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Tiene un peso es de 9 Megas

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