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Pilares constitutivos de la modernidad.

Fabián Viales Rojas

Jezer Mesen Gutiérrez

Joshua Cubillo Salazar

José Villalta Villalobos

Abstract

This article proposes to reconsider the sense of corporeity in the liberal coffee-

growing Costa Rica, describing discriminatory practices, according to belonging to a

social stratum or racialized/sexualized groups, wielded by the State and in daily life in

production and reproduction of common sense and the social division of labor.

Resumen

En el presente artículo, se propone reconsiderar el sentido de corporeidad en la

Costa Rica liberal caficultora, describiendo prácticas discriminatorias, de acuerdo a la

pertenencia a un estrato social o grupos racializados/sexualizados, esgrimidas por el

Estado y en la cotidianidad en la producción y reproducción del sentido común y la

división social del trabajo.

Palabras clave: Clasismo, sexismo, racismo, capitalismo, territorialidad,

identidad sexuada, aporofobia, discriminación

Keywords: Clasism, sexism, racism, capitalism, territoriality, sexed identity,

aporofobic, discrimination.
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¿Porqué pilares constitutivos?

Es importarte recalcar que los conceptos sexismo, racismo y clasismo, forman

parte sumamente importante del sentido común, el mundo de la vida cotidiana y así

mismo las relaciones sociales que se generan a partir de estos conceptos, esto genera

un amplio espacio de experiencias, en la que nos interesa resaltar un poco de lo vivido

por la sociedad en su día a día.

Así mismo tratar la historia vivida en Costa Rica, su economía y comercio, así

como las consecuencias y el legado para futuros siglos. Por limitaciones técnicas,

grosso modo. Igualmente desarrollar y profundizar los conceptos de racismo, sexismo y

clasismo, con el objetivo de revelar las experiencias vividas por los grupos que son

afectados por estos, y contar un poco de historia y posibles génesis de ciertas

cosmovisiones.

Este trabajo se va concentrar en el periodo liberal, utilizando conceptos que

tengan influencia en la vida de este grupo social, y explicar con material documental

estudiando de qué manera se manifiestan en la población estudiada, ya que es de

nuestro interés describir superficialmente cómo son algunos aspectos del mundo de

esta población en el periodo susodicho.A lo largo del desarrollo del trabajo se van a

trazar diversos conceptos que se ven imbricados en las relaciones sociales,

puntualmente una serie de prejuicios discriminatorios que pululan subrepticiamente en

el imaginario nacional y algunas identidades, con el fin sentar las bases, para dilucidar

este periodo señalado en el marco investigativo ya mencionado, como se relacionan


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estas variables con la (re) producción del capital y su relación con la

corporeidad/territorialidad.

Nuevas conceptualizaciones espaciales

El espacio, como categoría de pensamiento colectivo, desde la sociología nos

plantea indagar acerca de las concepciones y dimensiones de los atributos espaciales;

desde la dinámica de las clases sociales, el papel del espacio en la acumulación del

capital y el análisis del espacio del poder, prestando atención especial a las relaciones

del Estado y el espacio. (Leal, 1997, pp.21-36). Añadimos a esta ecuación el género y

la multiculturalidad. Desde esta línea de pensamiento, aquello que se denomina y se

construye colectivamente como raza, género y clase social, tienen atributos espaciales,

en una suerte de ‘síntomas’.

Leal (1997) nos recuerda que, desde la perspectiva sociológica, estos atributos

son figuras de pensamiento y no necesariamente se equiparan con la importancia de

estos fenómenos sociales (clasismo, racismo y sexismo) imbricados desde tiempos

inmemoriales y cimentados en el sentido común. Es decir, si se quiere continuar con la

analogía médica, los atributos espaciales solo nos orientan, pero el verdadero objetivo

es describir la ‘enfermedad’ a priori. Para comenzar, es menester abordar el concepto

de espacio, Araya (2018), nos presenta un dibujo constructivista, desde el cual se

“busca la comprensión del espacio a partir de la experiencia espacial del sujeto que

ocurre en su mundo de la vida cotidiana”. Lindón (2012b) citado por (Araya, 2018, p.

558). Nuestra preocupación espacial es una constructivista que propicie la comprensión

de los lugares que habitamos y a la vez [que] nos habitan.


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De esta forma el espacio se conceptualiza como una figura de pensamiento que

representa relaciones sociales pretéritas y presentes; es una producción histórica

construida paisaje de forma social. Se suele pensar ‘el lugar’ como un algo estático,

pero en realidad está dinamizado por flujos de información, personas, mercancías,

capitales a través de relaciones sociales. Cuando los individuos atribuyen al espacio

subcategorías de pensamiento como abierto (público), cerrado (privado), vertical (reto)

u horizontal (reposo) y la permean de sus recuerdos, es decir, se apropian e

interiorizan atribuciones espaciales, crean un lugar. Los lugares son configurados por

las prácticas de la vida cotidiana y a la vez los lugares dan sentido y construyen la vida

cotidiana. A esta aseveración, (Leal, 1997, p. 30) suma la consideración del lugar como

manifestación espacial de un hecho social.

De esta forma comenzamos a trazar una línea de investigación desde la que se

considera al sexismo, al racismo y al clasismo con un lugar prominente en las

relaciones sociales de la Costa Rica liberal y su (re) construcción identitaria mediante

prácticas cotidianas de exclusión o discriminación de corporeidades territorializadas y

espacializadas. con respecto a la multiculturalidad, Cordero (2009) identifica un sesgo

que vale la pena depurar, para ir dejando de lado de una vez por todas, la idea de

segregación que se sustenta en el mito de la no comunicación o tajante marginalidad y

no convivencia de ciertos grupos sociales, desde luego esto no se sostiene en la

práctica. Se ‘convive’ en medio de luchas por el poder, negociaciones y la hegemonía

de algunos grupos, en una suerte de cadena alimenticia social.

Café y la histórica centralidad del desarrollo


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Desde años recientes se ha manifestado una importante preocupación por el

desempleo y la falta de desarrollo de los centros más alejados del valle central y sus

principales fuentes de empleo y desarrollo humano, este fenómeno a un corto plazo de

5 años ha tomado gran fuerza como preocupación/problema a resolver. Desde una

perspectiva socio histórica este fenómeno de centralismo se ve desde la era colonial y

post colonial o mejor conocida como liberal, la dinámica de la “caficultura” como lo

menciona Mario Samper es una época que comprende el auge del café como la

exportación principal del Centroamérica junto con su dinámicas de empleo, exportación

y geografía de este, nuestro principal interés es desde donde se remonta la centralidad

de las oportunidades, trabajo y hasta el desarrollo urbano y humano y en especial

como se manifiesta bajo las circunstancias de pandemia (fecha de realización 23 de

mayo del 2021).

Economía liberal: desde las épocas colonial la producción del café como

principal producto de exportación ya estaba presente y ya era más que importante para

las clases terratenientes, este producto no solo estaba presente en costa rica, la región

centro americana y su economía basada en cultivos, la economía y la capacidad de

exportación de las colonias se encontraban bajo las limitaciones de la corona española,

limitaciones de capacidad de exportar a diferentes países la producción sin límites o

rendición de cuentas o hasta tributos.

“…Una es que el café se convirtió

en el primer producto nacional libre de trabas, que sí las tuvo el tabaco. En

otras palabras, el café se podía sembrar en cualquier parte del Valle Central, y
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al convertirse en el producto nacional quiebra el localismo económico…” Botey A. M

(2002)

El negocio del café en centro América y varias latitudes del continente era

especialmente lucrativo y con mayores facilidades de distribución y mercantilización,

los incentivos de su venta eran especialmente buenos dados la inmensa popularidad

que había adquirido en Europa entre las clases más adineradas y con deseos de

consumir los nuevos productos que traían del nuevo mundo desde tubérculos, azúcar,

tabaco y etc., quedaban opacados por el café, su demanda por ende era grande y con

buena paga.

La producción en costa rica era especialmente propicia dada la estabilidad

política que se vivía en este época de independencia a diferencia de países vecinos

que la producción se veía especialmente obstruida por perpetuos ciclos de conflictos en

centro América estas situaciones desiguales para el desarrollo de los países, desde

estas concepciones se pueden estar planteando una desigualdad y hasta llegar a

clasismos dentro de la propia región centroamericana, clasismo que se manifiesta

desde clasificar a ciertos países vecinos como conflictivos, indeseables y muchas otras

formas despectivas de referirse a ellos, propiciado por la reproducción de ciertos

discursos idiosincráticos.

Desde el caso costarricense vemos un caso de “europeización” de parte de la

idiosincrasia nacional al referirse a sí misma como la “Suiza centroamericana”

validando su desarrollo (desarrollo desde niveles democráticos y de desarrollo humano,

desarrollo con grandes carencias y desigualdades hemos de decir) en contraposición a

sus vecinos con situaciones y emergencias propias, desde un nivel regional


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centroamericano costa rica se pone así misma bajo un papel de superioridad, la

sociedad civil de forma orgullosa y falaz; tachando ser parte de una clase de

idiosincrasia superior. A nivel regional vemos estas prácticas clasistas que ya se

remontaban desde la era post colonial liberal

La producción del café se encontraba concentrada en las zonas que

comprenden el valle central, los terratenientes con vastas zonas cultivo requerían de

mano de obra, mano de obra multiétnica hay que decir, desde autóctonos que hasta la

fecha se dedican a la recolección, hasta personas de zonas más alejadas del valle

central y extranjeros. Dada que la recolección y el empleo se encuentran en un lugar

muy específico del país (el valle central) estamos viendo dinámicas de centralidad en el

desarrollo y empleo, la recolección, procesamiento y hasta cultivo se encuentran en el

valle central, pero no es exclusivo de esta región, por limitaciones temporales, quedan

pendientes las periferias. El papel vallecentralino en la idiosincrasia, los importantes

incentivos y las necesidades de una nación en crecimiento; esta dinámica escalaría a

nuevas formas de centralizar no solo una forma de ganarse la vida, si no a las

oportunidades de desarrollo, educación en el siglo XX hasta el poder político.

· Consecuencias y su legado:

La dinámica de centralismo como se planteó más arriba es histórica, esta centralidad

genera desigualdad desde niveles no solo económicos, desde niveles internos se

plantean fronteras internas, fronteras que nos generan un sentido de otredad, otredad

de parte del ciudadano valle centrista hacia afuera, hacia las naciones vecinas y dentro

de las fronteras nacionales hacia los que viven en lugares donde la ruralidad se

acentúa cada vez más. Dado el desarrollo industrial del valle central, llegando hasta ver
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dinámicas de racismo, dentro de las propias fronteras nacionales se empiezan a dibujar

y mitificar razas como un hecho social, si bien desde la llegada del siglo XX el país se

mantiene durante su primera mitad la ruralidad a nivel general del siglo anterior, pero

en escenario político se dan importantes transformaciones que llevaran al posterior

desarrollo tardío del país en la segunda mitad y en la era contemporánea.

“En este sentido, la condición que determina la coexistencia de las posibilidades

reales de tener un ingreso estable mediante un trabajo está limitada a la

migración laboral, ya que las limitantes para la generación de empleo, la

vinculación

con los mercados y la dinamización de actividades productivas en

los territorios rurales se mantienen al margen de sus particularidades

ecosociales,

paisajísticas y culturales; y, con ello, un amputamiento de los modos

de producción diferenciados, incluidas la composición de la fuerza de trabajo

y las relaciones sociales que se crean…” Rivera Alfaro R, Porras Solís J (2018)

Población, empleo y pobreza en los territorios rurales de Costa Rica, extraído del

portal: https://www.scielo.sa.cr/pdf/rup/v8n2/2215-2989-rup-8-02-59.pdf

El desarrollo que dejo la caficultura del siglo XIX nos lleva al posterior desarrollo

del siglo XX, pero la dinámica que se desarrolla con el siglo XX es que el desarrollo

industrial tardío del valle central se sobre poner a la diversificación de los cultivos en las
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periferias esto mismo nos lleva a la dinámica del desarrollo humano, el desarrollo

humano se empieza a volver propio del valle central ya inmigración hacia este se

vuelve una esperanza de una vida digna en el ideario de comienzos del siglo XX.

Sexismo

En este apartado se discutirá someramente el concepto y luego se procederá a

interpretar el sexismo históricamente enlazado a los modos de reproducción del capital

en el periodo liberal en diversos aspectos; en la división de trabajo en espacios abiertos

y cerrados, la correspondiente desigualdad en la distribución de la propiedad privada

con respecto al sexo biológico y al género construido socialmente. Es pertinente la

pregunta que (Lara, 1991) desde la antropología nos plantea. ¿Cuáles son las prácticas

que permiten forjar: un sentimiento de pertenencia a un grupo sexuado y generar en él

la noción de un “nosotros” o de un “nosotras”? En un tipo de pensamiento social

“feminista marxista” se propone una “revalorización de lo femenino” con respecto a que

las mujeres, como grupo, no tienen más identidad que aquella que surge de su común

opresión y de sus distintas formas de encierro. (Lara, 1991, pp.26-27) argumenta:

“El sexismo es una forma de esencialismo, por que es la afirmación absoluta de

la diferencia de los individuos, apoyándose en el sexo biológico, o si se quiere,

es una absolutización de la diferencia que pasa por su naturalización. El acto de

feminizar a un grupo social consiste en exaltar ciertos rasgos de la biología

femenina (en particular su capacidad reproductiva) y, a partir de ellos, construir

un discurso que sirve para excluirlo o para colocarlo en una situación de

‘minorización”.
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Una característica física de la corporeidad humana se vuelve un estigma,

tal y como con el racismo, es el color de la piel; con el sexismo es una identidad

sexuada1. Y ciertos grupos humanos, por sus características físicas fueron

vilipendiados o subordinados a un rol o ‘nicho social’ histórico. Samper (1994)

aporta a la discusión que tenemos entre manos puntos importantes del

desarrollo del capitalismo agroindustrial en Costa Rica; la privatización de ejidos

y tierras comunales de las comunidades indígenas para la caficultura, por medio

de un aparato burocrático en lo inmediato local, pero cada vez más centralizado

en San José que benefició a un grupo de individuos con un objetivo comercial en

común, pero que de ningún modo era homogéneo.

En general eran varones “cabezas de familia” quienes podían ‘denunciar’

frente al Estado para ser propietarios, pese a la existencia de un alto número de

jefes de hogar femeninas, se suponía implícitamente que debían ser varones

para poder denunciar. (Samper, 1994, p. 68). El Estado en sus políticas urbanas

es elitista a la hora de conceder espacios para producir, gestiona su territorio de

acuerdo al lema “poblar es gobernar” y así como se gobierna un territorio; se

gobierna un cuerpo, por medio de decretos y leyes, de lenguaje. El territorio es

hablado y el sujeto es quien lo construye (habita). Esto es denominado por

(Emiliozzi, 2013) como territorialidades.

…Comprende aquellas acciones de los sujetos que intentan controlar,

afectar e influenciar determinados acontecimientos sobre un área, sobre

un territorio. Los controles pueden abarcar desde intereses agrícolas,

hasta formas de organización que apelan a la lealtad y a la identidad de


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un pueblo. […] del modo de vida de las poblaciones. […] El cuerpo es un

efecto de esa cultura en la que se encuentra inmerso… (pp. 21-22).

Mientras el territorio se construye, quienes lo habitan se ven construidos

en identidad sexuada, mediante la práctica de la vida cotidiana en comunidad

que, de acuerdo a la situación social, en constante pugna entre individuos y

colectividades que intentan controlar, sojuzgar, y sujetar a la dominación, como

manda la biblia, la tierra y el cuerpo.

Para darle continuidad a esta consideración, (Quiroga Díaz & Gago, 2014)

colocan sobre la mesa una analogía entre territorio y cuerpo femenino como

objetivo de expropiación. La mayoría de población estaba vinculada con la tierra

en formas pre capitalistas del (ab)uso de la tierra, pero es en el auge capitalista

del siglo XIX que la división del trabajo se exacerba y las mujeres se

‘especializan’ en el procesamiento del café o quedan relegadas a espacios

cerrados, en la esfera doméstica. Se reelaboró una división sexual del trabajo

que garantizaba la dependencia femenina frente al Estado, el mercado y la

familia. (p.9). El cuerpo femenino se territorializó en la fragua capitalista, y este

nuevo territorio entonces hace un paralelismo con la frontera agrícola, a ser

conquistada. Aparece en trabajo femenino entonces mercantilizado,

curiosamente desde su concepción, estigmatizado con un esencialismo de

identidad sexuada. En el sentido común, tácitamente se entiende que las

mujeres son más aptas para labores domésticas o trabajar en sectores

específicos de la producción.
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Racismo

El racismo, se considera a este como un fenómeno social, el cual se alimenta de

prácticas de dominación y discriminación, así mismo actitudes que suponen que el

blanco está por encima de las personas de color negándoles hasta su dignidad, pero

esta problemática va más allá de solo el color de piel, sino que alcanza particularidades

como la nacionalidad, la situación económica y hasta las cualidades de una persona.

Un fenómeno social que se considera parte del modernismo capitalista y que es aún

parte de la sociedad.

El periodo liberal en Costa Rica, significó ciertos cambios hacia el país,

considerándose un periodo de mejoras para este, la realidad social que se vivía era

muy distinta, partiendo desde la problemática de enfermedades, un capitalismo injusto

en todo su esplendor, y la poca ayuda que suministraba el estado filtrada por el

clasismo (aporofobia) , así como la desigualdad, discriminación y racismo, convierten al

periodo liberal, en un infierno vivo para la sociedad pobre de este periodo. Es por esta

razón que la problemática racismo, se convierte en un objetivo rico en información para

su estudio.

Es de importancia detenerse pensar, que Costa Rica es un país que se

construyó a manos del esclavismo y que exploto a los afrodescendientes e indígenas,

por lo que el racismo crece hacia la sociedad y atacándola con visiones, como que el

rico es blanco y el negro es esclavo, lo que hacen que el racismo genere conductas y

prácticas en las personas, sin estas saberlo realmente, pero que, ante los ojos de las

clases altas, estas discriminaciones salen de ellos a gusto, pero no necesariamente

tienen que ser plenamente conscientes de esto ergo sí lo aprovechan.


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El capitalismo por otro lado crece desde la explotación cafetalera y bananera, y

es esta última donde el racismo y la explotación, se llega a centrar por un periodo.

Ferrocarril al Atlántico fue uno de los planes del periodo liberalista que más brillaba,

con una idea que funcionaba, y dando la imagen perfecta para la sociedad, la

construcción del ferrocarril comenzó en el año 1870 con mano de obra costarricense,

en donde las enfermedades, golpean cruelmente a los obreros, lo cual debido a la poca

atención medica que se brindaba en el país, las enfermedades como la malaria o la

fiebre amarilla, ocasionaban la muertes de estos trabajadores en aquellas condiciones

selváticas en las que se construía. El avance del ferrocarril cada vez era más difícil, y

esto de la mano con el temor que tenían los cuidados del valle central en ir a trabajar a

el ferrocarril, hacen que la mejor opción sea traer trabajadores negros y chinos.

¿Siendo explotados? y aumentando la visión racista hacia ellos, esto de la mano con la

carencia de preocupación por los trabajadores, radica en las muertes y en la injusticia

por la que estas personas pasaron. El tema del ferrocarril se consideraban un logro del

periodo liberal positivista, que fue pagado y construido con sangre. Dejando una

compañía extranjera que se enriqueció y se fue del país, dejando atrás tierras

desgastadas, carencias y pobreza, a familias de la zona, siendo víctimas de un

clasismo, sexismo y racismo sistémicamente discriminatorio, marcado en la ‘cara

social’.

Es importante mencionar, el enriquecimiento de ciertas personas, normalmente

de parte de los funcionarios en cargos altos del estado, era algo recurrente, al punto

que fue una de las razones por las que el ferrocarril termino de esta manera, según

Casey “la condición financiera del gobierno era realmente desastrosa. En una carta de
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Nanne a un colega en Limón, se mencionó"... que apenas estamos exprimiendo el

dinero de la tesorería dólar a dólar.” (p. 300) por lo que podemos ver que la situación

del país ya era bastante mala.

Por otro lado, la zona del caribe a parte ser víctima del ferrocarril, se comienza a

conocer por una zona donde la cultura y la gente, tienen ciertas particularidades, y que

la misma población costarricense los nota como de otra cultura, pero detalles como

estos, se pueden empezar a notar como Racismo, aun sin la intención de herir,

momentos donde las personas tratan de disminuir el color de piel llamando “Morenita”

ya hace que sea racista, entre más se intente aclarar la piel, mas es el insulto que se

puede hacer. Según Putnam “Por un lado, la mujer de color, cuya subordinación la

pone a disposición sexual de cualquier hombre, mientras su naturaleza "salvaje"

asegura que ella misma disfrutar de su propia dominación.” (p. 140) dándonos a

entender como estas ideologías hacia la mujer tomar un papel importante dentro de la

sociedad “Blanca” y como en esta, la mujer a contradicción de la negra tiene una

virginidad “pura” se llega a considerar hasta como un tesoro. Estas ideologías,

creencias o blasfemias racistas nacen de nuestros colonizadores europeos, están

cimentadas en una -“dominación ideológica” si se le quiere llamar de forma pomposa-

que se extendieron por nuestra sociedad, se mantuvieron en el periodo liberal, y se

llegan hasta la actualidad, en donde hay comentarios a muchachas negras, con novios

blancos como “que dicha que esta con ese muchacho mejorando la raza”.

Así mismo, los chinos fueron de gran importancia en nuestra historia, formando

parte de muchas construcciones a lo largo de américa, llegan también a formar parte

de la construcción del ferrocarril al atlántico como se mencionaba anteriormente. Es por


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esto, que, al utilizar la mano de obra china, se sabía que estos tenían la capacidad de

realizar trabajos duros, y que trabajarían aun fuera a la fuerza. Los primeros años en el

trabajo del ferrocarril, no fue un paseo por el parque para los chinos, según Casey “Les

daban tres días feriados anuales, la comida era sin duda pésima y el día de trabajo

largo. Lo que hizo la empresa para evitar que se desmoralizaran fue venderles opio y

regalarles trajes nuevos de vez en cuando.” (p. 321) Por lo que podemos notar que

realmente el trabajo y las calidades de vida no eran realmente buenas. Es importante

recalcar que aun hoy en la actualidad, se puede considerar que los chinos son

afectados directamente por el racismo, a costa de ser considerados por la sociedad

como trabajadores y tacaños, aparte de por su apariencia y su forma de hablar, porque

nos podríamos detener a pensar e imaginar, como era a en el siglo XIX, que llegaron

sin hablar el castellano del momento, ni un inglés perfecto.

Hallazgos

De acuerdo con Samper, (1994), La distribución socialmente diferenciada de

tierras del Estado reflejaba las relaciones y contrapesos en el poder de la sociedad,

que no eran sólo de clase sino también interétnicas y de género. La participación de

sectores sociales desde la otredad sí tuvo una diferencia sustancial en el caso

costarricense, pero no al punto de una exclusividad o diferenciación –alejamiento

centroamericano-. Los grupos indígenas, en general accedieron en menor medida a la

tierra que la élite gobernante, los ladinos y los inmigrantes extranjeros, estos últimos

tuvieron prioridad y consideraciones ‘de guante de seda’ si se trataba de extranjeros

estadounidenses o europeos adinerados. Y las tierras naciones fueron distribuidas

entre varones; las mujeres fueron hechas a un lado casi totalmente de este medio de
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acceso a la propiedad, con lo cual se reforzó otra de las desigualdades preexistentes.

(Samper, 1994, p. 66-67).

Estos hechos históricos se arrastran desde la propia conformación del estado

costarricense, con los factores históricos ya analizados se genera una preocupación

fundamental sobre la trayectoria de la realidad socio histórica costarricense ¿es costa

rica un país violento?

Esto es una problemática que atenta a la interpretación oficial de historia y la

idiosincrasia costarricense de pacifismo y estabilidad, estas interpretaciones ignoran y

subordinan dinámicas históricas de subordinación del cuerpo y la capacidad de poseer

bajo lógicas sexistas, hasta la dominación y subyugación de personas bajo razones de

“razas” que deben estar al servicio, dentro de la historia economía y desarrollo liberal

se tuvo dinámicas de racismo, hasta la geografía del país está marcada y todavía lo

está por dinámicas de centralismo de las oportunidades y sobre todo del derecho a una

calidad de desarrollo humano, desde los diferentes niveles que conforman y configuran

la actualidad del estado costarricense está implícita este legado cultural y estructural de

dominación y violencia. Este hallazgo requiere una revisión de mayor a profundidad en

el futuro, con un propósito más confrontativo hacia la historia oficial.

Referencias
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Anexos

Notas.
1
El género simboliza al sexo, es decir, que se trata de una elaboración social de lo biológico y la identidad personal está
ligada fuertemente a una conciencia de grupo sexuado. Sin embargo, se trata de dos grupos sociales que continúan siendo
pensados en relación con sus diferencias biológicas. (Lara, 1991, p.25)

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