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DERECHO INTERNACIONAL PRIVADO

PRÁCTICA DE CAMPO Nº 6

DOCENTE: ALFONSO RENATO VARGAS MURILLO

ALUMNOS

JOSÉ WILLIAM SALAZAR MELÉNDEZ N00230073

LUZ ROSARIO ESCALANTE ROMO N00221530


CESAR HUGO COMETIVOS GONZALES N00226583

2023
Desarrolle las dificultades y soluciones respecto a la aplicación de las
figuras de Orden Público y Buenas Costumbres en el plano internacional,
sus dificultades y soluciones.

INTRODUCCIÓN:

En el contexto de la globalización, el derecho internacional privado cumple un


rol fundamental al permitir a los Estados poder utilizar leyes de un país
extranjero en conflictos legales internacionales, sin embargo, existen
situaciones en donde dichas leyes extranjeras son contrarias al orden público y
las buenas costumbres del sistema legal interno de un Estado, convirtiéndose
en un límite necesario e imprescindible a la autonomía de la voluntad, a fin de
garantizar la efectividad de los derechos constitucionales.

Aplicación del Orden Público y Buenas Costumbres en el plano


internacional

Si bien la norma de conflicto es la regla general a la aplicación de un derecho


extranjero, tanto el orden público y las buenas costumbres es la regla
excepción contraria a la aplicación de un derecho extranjero, cuando esta sea
incompatible a los principios y valores fundamentales del ordenamiento interno
de un Estado, ya que como sabemos los Estados tiene la capacidad de regular
de manera autónoma su soberanía. Es por ello, que el Derecho Internacional
privado lo que busca es ni la sumisión total del Derecho extranjero en respeto
de las normas ius cogens y los derechos humanos ni el desconocimiento total
del Derecho extranjero, por su relevancia en las relaciones transnacionales que
aportan el desarrollo económico y afianzan las relaciones en el ámbito público
(diplomacia).

Dificultades:
- Los estados en ejercicio de su soberanía y en la medida que no haya
obligación respecto a regular ciertas materias pueden regular de manera
autónoma determinadas instituciones sin ningún perjuicio que otros
Estados lo regulen de otra manera. En consecuencia, los Estados
pueden prevalecer esa soberanía y autonomía al momento de inaplicar
una norma extranjera que sea contraria a la manera como se ha
regulado una institución en el orden interno.
- La existencia de diversas realidades culturales, en este caso el derecho
internacional privado sirve como una vía de comunicación intercultural
que busca la aplicación de las normas extranjeras a partir de la base de
ordenamientos sustancialmente equivalentes
- Leyes procedentes de Estados no reconocidos, al respecto Herrero
(1977) señala que “Si la obligación de aplicar él derecho extranjero es
una exigencia consuetudinaria del orden jurídico que rige la comunidad
internacional, parece evidente que, cuando el Estado no ha sido
reconocido, su derecho no tenga validez” (p. 151)
- Finalmente, Colón (2016) afirma que:
Cualquiera que sea su frecuencia de aparición, tales dificultades a la
aplicación de leyes extranjeras revisten el carácter de excepciones a
su competencia normal. Es de lamentar lo mal delimitadas que tales
excepciones se encuentran, con lo que resulta posible que los
tribunales hagan de ellas un uso abusivo y, a fuerza de multiplicar el
número de estas excepciones y los casos en que cada una de ellas
impide la aplicación de la ley extranjera, conviertan en fenómeno
normal la regulación de los supuestos que llegan a sus estrados con
elementos conectados a diferentes legislaciones por la ley del foro.
Entre estas excepciones, una se encuentra admitida en todos los
sistemas de normas conflictuales, la inaplicabilidad de leyes
inspiradas en concepciones morales -en su más amplio sentido, que
comprenda la moral religiosa y la económica- contrarias a las
vigentes en el país del juez. Tal excepción es la conocida con los
nombres de orden público, cláusula de reserva. (p. 781)
Soluciones:
- Al respecto, Garin (2016) afirma que:
La solución la van ofreciendo poco a poco los jueces nacionales, cuyas
sentencias van definiendo cada vez más la operatividad y alcance del
orden público, inclinando la balanza hacia un concepto unitario europeo.
Asimismo, la Ley de Cooperación Internacional está logrando mentalizar
al poder judicial de los diferentes países de que acudir siempre y en todo
caso al orden público no es viable, sino que su adopción debería ser
muy sopesada. (p .38)
Los límites a dicha afirmación en referencia de un orden público común serían
los derechos humanos recogidos en las leyes principales de cada Estado y
aquellos derechos recogidos en tratados internacionales.
- La adaptación, al respecto Herrero (1977) señala que “La utilización de las
normas de conflicto conduce, frecuentemente, a que, para la resolución del
caso particular, el juez tenga que aplicar, simultáneamente, normas materiales
pertenecientes a sistemas jurídicos diferentes” (p. 175). Por lo tanto, los jueces
deben armonizar estas diferencias normativas.
- Asimismo, Colón (2016) señala:
El derecho internacional privado, instrumento necesario en el
ordenamiento jurídico de todo Estado, debe quedar plasmada en los
Códigos, refiriéndose expresamente al orden público, como orden
público internacional y no como orden público interno. De esta manera,
es menos la discreción que se le otorga al juez, lo que hace menos
probable que pueda interpretar el concepto orden público como orden
público interno del Estado, cosa que tiene como consecuencia el
establecimiento de unos límites demasiado estrictos a la aplicación de
legislación extranjera cuando el propio derecho doméstico así lo ordena”
(p. 807)
La tendencia a un supuesto orden público internacional externo, del cual Colón
(1996) afirma que:

No es otra cosa que la concepción que tiene un Estado, expresada a


través de sus jueces, de lo que debe ser el orden público internacional
en términos verdaderamente internacionales. Por lo tanto, si dichas
concepciones no variaran de jurisdicción en jurisdicción, no tendría
sentido ocuparse de verificar la existencia de un orden público
verdaderamente internacional. (p. 806)

Por ejemplo, esta figura se refleja en las convenciones de la Unión Europea, en


las cuales se establecen que la exclusión de una ley extranjera no puede darse
por el mero hecho de estar prohibido en la norma nacional, por lo que refleja
una idea orden público común entre los Estados miembros de la Comunidad.
CONCLUSIÓN:
En conclusión, consideramos que el orden público y las buenas costumbres
debería limitarse solamente a una excepción y no en la regla, actuando
principalmente en aquellos casos donde se vulnere los derechos humanos,
normas ius cogens u otros principios inquebrantables.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:
Garin, M. (2016). Operatividad, alcance y límites del orden público internacional
en el actual derecho internacional privado [Trabajo de grado,
Universidad del País Vasco]. Repositorio institucional Universidad del
País Vasco https://addi.ehu.es/bitstream/handle/10810/18617/TFG%20-
%20Garin%20Zamakola%2c%20Marta.pdf?sequence=1&isAllowed=y
Herrero, A. (1977). Problemática de la aplicación de Derecho Extranjero.
Anuario de derecho internacional. IV, 137-182.
https://dadun.unav.edu/handle/10171/20788
Colón, J. (2016). La excepción de orden público en el Derecho Internacional
Privado. Editorial Temis, (71), 781-807.
https://papers.ssrn.com/sol3/Delivery.cfm/SSRN_ID2883895_code84855
8.pdf?abstractid=2883895&mirid=1

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