UNIVERSIDAD TECNOLÓGICA DEL PERÚ

CIUDADANÍA Y REFLEXIÓN ÉTICA

Examen Final

INTEGRANTES:

1. Aguilar Urday Diego Alonso Cod. U22241860

2. Bracamonte Zevallos, Fadherly Alfredo Cod. U21311026

3. Quincho Quispe Leonel Alexis Cod. U19305560

4. Vera Mendoza, Carmen Rosa Cod. U20249036

La discriminación y el rechazo hacia las personas con síndrome de Down representan
una creciente preocupación en la sociedad contemporánea. A pesar de los notables
avances en materia de concienciación y esfuerzos por fomentar la inclusión, aún
persisten actitudes negativas y estereotipos arraigados que perpetúan la marginación
de esta comunidad. Para comprender adecuadamente la magnitud de esta
problemática, es esencial adentrarnos en el síndrome de Down como condición
genética. No obstante, resulta fundamental reconocer que el síndrome de Down no
define la totalidad de la persona y que cada individuo posee habilidades y talentos
únicos. Ante este contexto surge la siguiente controversia: ¿Es aceptable que en pleno
siglo XXI persistan actitudes discriminatorias y estereotipos arraigados hacia las
personas con síndrome de Down, negándoles oportunidades educativas, laborales y
sociales, a pesar de los avances en concienciación e inclusión? A continuación,
expondremos nuestros argumentos y detallaremos a más profundidad sobre el tema.

En primer lugar, es importante comprender qué es el síndrome de Down. Se trata de

una condición genética que se produce cuando existe una copia adicional del
cromosoma 21 en las células del individuo. Esto puede llevar a ciertos rasgos físicos
distintivos y a una variedad de discapacidades intelectuales y de desarrollo. Sin
embargo, es fundamental entender que el síndrome de Down no define a la persona
en su totalidad y que cada individuo es único, con habilidades y talentos propios.

Además, en el caso de los comediantes Jorge Luna y Ricardo Mendoza no es la

primera vez que hacen burlas sobre algún tipo de enfermedad ya sea física o mental
puesto que en la mayoría de sus video y eventos en vivo suelen hacer humor negro,
bromas que a muchos les causa gracia como a otros que se ofenden, todo el acto de
estos comediantes es puramente humor pero el hacer burlas hacia personas que
teniendo ese tipo de síndrome llegaron a representar al Perú en futsal es algo
realmente discriminativo no hay gracia en exacerbar prejuicios y estereotipos sobre
personas con discapacidad. Cada vez que nos reímos de un 'chiste' sobre personas
con síndrome de Down, estamos dando un paso hacia la discriminación, que es un
delito.

En segundo lugar, las personas con síndrome de Down han sido objeto de
discriminación en diferentes ámbitos de la sociedad. En el ámbito educativo, por
ejemplo, se han registrado casos de exclusión y falta de oportunidades de aprendizaje
para estos individuos. Muchas veces, se le niega el acceso a una educación inclusiva
y se los relega a programas especiales o segregados. Esto limita su desarrollo y
perpetúa la idea de que no son capaces de alcanzar los mismos logros que sus pares
sin discapacidad. La Declaración Universal de Derechos Humanos reconoce la
dignidad intrínseca y los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de
la familia humana. Sin embargo, la discriminación contra las personas con
síndrome de Down y sus familias existe en muchos niveles. A temprana edad para
tantos niños con síndrome de Down a quienes se le niega el acceso a una
educación normal, o incluso a todo tipo de educación

Además, en el ámbito laboral, las personas con síndrome de Down a menudo

enfrentan barreras para acceder a empleos remunerados y significativos. Muchas
empresas aún tienen prejuicios y creencias erróneas sobre las habilidades y
capacidades de estas personas, lo que lleva a la exclusión y la falta de oportunidades
laborales. Esto no solo afecta negativamente a las personas con síndrome de Down,
sino que también priva a la sociedad de aprovechar su potencial y contribución.
La discriminación también se manifiesta en el ámbito social, donde las personas con
síndrome de Down pueden enfrentar estigmatización y exclusión. Se les niegan
oportunidades de participar en actividades recreativas, deportivas o culturales, lo que
limita su integración y desarrollo social. Además, se enfrentan a actitudes
condescendientes y tratos discriminatorios basados en estereotipos negativos, lo que
afecta su autoestima y bienestar emocional.

Es fundamental reconocer que la discriminación y el rechazo hacia las personas con

síndrome de Down no solo violan sus derechos fundamentales, sino que también van
en contra de los principios de igualdad y justicia. Cada individuo merece ser valorado y
respetado por su dignidad inherente, independientemente de sus habilidades o
discapacidades.

Para abordar esta problemática, es necesario un enfoque integral que involucre a

todas las partes interesadas, incluyendo gobiernos, instituciones educativas, empresas
y la sociedad en general. Es esencial promover una educación inclusiva que garantice
el acceso a oportunidades de aprendizaje para todas las personas,
independientemente de su condición. Además, se deben implementar políticas y
programas que promuevan la inclusión laboral, brindando apoyo y capacitación a las
personas con síndrome de Down para que puedan desarrollar sus habilidades y
contribuir activamente a la sociedad.

Asimismo, es fundamental sensibilizar a la sociedad sobre la importancia de la

inclusión y el respeto hacia las personas con síndrome de Down. Esto implica desafiar
estereotipos y prejuicios, fomentando una cultura de aceptación y valoración de la
diversidad. La promoción de campañas de concienciación y la difusión de historias de
éxito y logros de personas con síndrome de Down pueden desafiar las percepciones
negativas y promover la inclusión.

En conclusión, las personas con síndrome de Down no están enfermas. Quienes

padecen síndrome de Down tienen discapacidad intelectual y algunos rasgos físicos
que les caracteriza, pero eso no los define. Como cualquier otro tipo de enfermedad,
las personas con síndrome de Down pueden desarrollarse en sus áreas de interés y
tener una vida plena. Algunas personas con síndrome de Down suelen destacar más
para algunas cosas y menos para otras, como cualquier otra persona. Solo necesitan
un poco de ayuda para que sus derechos, promulgados en la Convención
Internacional de los Derechos de las Personas con Discapacidad, se cumplan. En los
últimos años incremento de las muestras de rechazo y discriminación hacia las
personas con síndrome de Down es una preocupación alarmante. Es fundamental
abordar esta problemática desde una perspectiva integral, promoviendo la inclusión
educativa y laboral, así como sensibilizando a la sociedad sobre la importancia de la
aceptación y el respeto hacia las personas con síndrome de Down. Solo a través de
esfuerzos conjuntos podremos construir una sociedad más inclusiva y justa para
todos, para esto se deben implementar algunas sugerencias de mejora que involucren
a diferentes sectores de la sociedad. El acceso a una educación de calidad para todas
las personas, incluidas aquellas con síndrome de Down, es un aspecto crucial de la
educación inclusiva. Es importante asegurarse de que las escuelas estén
completamente equipadas para satisfacer los requisitos educativos de cada
estudiante. Esto significa ofrecer el apoyo necesario y hacer los ajustes curriculares
apropiados cuando sea necesario. Desafía los estereotipos negativos y crea
conciencia a través de campañas nacionales o locales, sensibilizando a la sociedad
sobre el síndrome de Down. Además, equipa a los maestros, empleadores y otros
profesionales con la capacitación adecuada para interactuar de manera efectiva con
las personas con síndrome de Down.
Bibliografía:

Se incrementan muestras de rechazo por discriminación a personas con síndrome de Down, ,

Andina Agencia Peruana de Noticia, 2022, https://andina.pe/agencia/noticia-se-incrementan-
muestras-rechazo-discriminacion-a-personas-sindrome-down-889584.aspx

Día Mundial del Síndrome de Down, United Nations, 2013,

https://www.cepal.org/fr/node/12937