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CATEQUESIS #8 EUCARISTÍA – FUENTE Y CUMBRE DE LA VIDA CRISTIANA JÓVENES 2023/24

SEXO Y EUCARISTÍA

En la anterior catequesis vimos cómo, al igual que muchas veces confiamos en exceso en nuestros
sentidos para juzgar comidas, personas o situaciones, tampoco podíamos fiarnos enteramente de ellos en
cuanto a la Eucaristía tocaba. Aunque la apariencia de pan y vino (especies eucarísticas) no cambian, y
nuestros sentidos físicos las perciben como tales (olor, sonido, vista, gusto y tacto), tras las palabras del
sacerdote y la imposición de manos contienen substancialmente el Cuerpo, Sangre, alma y divinidad de
Jesús. Esto se conoce como transubstanciación.
Al igual que preferimos las relaciones “presenciales” a las virtuales, tenemos que procurar conseguir
con Jesús una relación como esta; que no solo nos baste “creer” o “confiar” que Cristo mismo está ahí, sino
que, ganando gradualmente intimidad con Él, lleguemos a sentir su presencia real. Aunque su presencia y
los efectos de comulgarle no dependen del “grado de sentimiento” —la gracia invisible (sacramento) es igual
de efectiva siempre—, es más provechoso para nosotros tener una relación íntima con alguien al que no solo
“creemos” cercano, sino que le sentimos cercano.
Terminábamos con una revelación inesperada: la intimidad que desarrollamos con Jesús en la
Eucaristía tiene su espejo en la relación sexual en el matrimonio cristiano. Como un cónyuge promete
entregarse por entero al otro y actualiza carnalmente esta entrega en el acto sexual, Jesús se entregó por
nosotros por entero en la Cruz, y actualiza carnalmente ese sacrificio en cada Eucaristía. La misma
atención que se entregan los esposos antes, durante y después del acto sexual debemos entregar nosotros al
Señor antes, durante y después de comulgar —durante la Eucaristía—.

¿Has estado más atento en misa? ¿Qué has hecho para ganar mayor intimidad con Jesús en ella?

FUENTE DE LA VIDA CRISTIANA (I)

La Eucaristía es tan importante que, cuando se estableció en el C. V. II la razón de ser y la misión de


la Iglesia, se la definió como fuente y cumbre de toda la vida cristiana. ¿Qué significa esto?
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Jesús les contestó: «Yo soy el pan de vida. El que viene a mí no tendrá hambre, y el que cree en mí
no tendrá sed jamás; (…). 37Todo lo que me da el Padre vendrá a mí, y al que venga a mí no lo
echaré afuera, 38porque he bajado del cielo no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me
ha enviado. 39Esta es la voluntad del que me ha enviado: que no pierda nada de lo que me dio, sino
que lo resucite en el último día. 40Esta es la voluntad de mi Padre: que todo el que ve al Hijo y cree
en él tenga vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día». 41Los judíos murmuraban de él porque
había dicho: «Yo soy el pan bajado del cielo», 42y decían: «¿No es este Jesús, el hijo de José? ¿No
conocemos a su padre y a su madre? ¿Cómo dice ahora que ha bajado del cielo?». 43Jesús tomó la
palabra y les dijo: «No critiquéis. 44Nadie puede venir a mí si no lo atrae el Padre que me ha
enviado. Y yo lo resucitaré en el último día. 45Está escrito en los profetas: “Serán todos discípulos de
Dios”. (…) 47En verdad, en verdad os digo: el que cree tiene vida eterna. 48Yo soy el pan de la
vida. 49Vuestros padres comieron en el desierto el maná y murieron; 50este es el pan que baja del
cielo, para que el hombre coma de él y no muera. 51Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que
coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne por la vida del
mundo». 52Disputaban los judíos entre sí: «¿Cómo puede este darnos a comer su carne?». 53Entonces
Jesús les dijo: «En verdad, en verdad os digo: si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis
su sangre, no tenéis vida en vosotros. 54El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y
yo lo resucitaré en el último día. 55Mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera
bebida. 56El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él. 57Como el Padre que vive
me ha enviado, y yo vivo por el Padre, así, del mismo modo, el que me come vivirá por mí
(…)». 60Muchos de sus discípulos, al oírlo, dijeron: «Este modo de hablar es duro, ¿quién puede

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CATEQUESIS #8 EUCARISTÍA – FUENTE Y CUMBRE DE LA VIDA CRISTIANA JÓVENES 2023/24

hacerle caso?». 61Sabiendo Jesús que sus discípulos lo criticaban, les dijo: «¿Esto os
escandaliza?, 62¿y si vierais al Hijo del hombre subir adonde estaba antes? 63El Espíritu es quien da
vida; la carne no sirve para nada (…)». 66Desde entonces, muchos discípulos suyos se echaron atrás
y no volvieron a ir con él.
No fue cómo comía con los publicanos y pecadores; tampoco que tratara a las mujeres con dignidad.
Este discurso del Pan de Vida (Jn 6) de Jesús fue lo que alejó a la gente de Él, poniendo las “condiciones”
para tener la Vida que el Padre nos quiere dar. «Este modo de hablar es duro». Claro: es escandaloso. Es
reconocernos necesitados, saber que no podemos vivir y ser felices solos: necesitamos volver siempre a la
Eucaristía, comer su Carne y beber su Sangre, para tener Vida en nosotros.

No pienses solo en la Vida Eterna. Piensa también en todas aquellas veces que pones el piloto automático,
aquellas en las que tu día a día se parece mas a una “vida” que a la Vida.
¿Esto viviendo una “vida”? ¿En qué lo noto?

CUMBRE DE LA VIDA CRISTIANA –

¿Y a qué se refiere con que sea la cumbre de la vida de la Iglesia?


Que toda la actividad de la Iglesia está dirigida a la Eucaristía. Los otros sacramentos de
iniciación preparan a la persona a introducirse en plenitud en la Iglesia para poder recibir la Eucaristía. La
Reconciliación y la Unción nos sanan y refuerzan para poder recibirla dignamente. El Orden es necesario para
que los ministros puedan consagrar el pan y vino. Y el Matrimonio está llamado a generar vida que pueda
unirse también a Cristo, a la vez que ellos mismos ser imagen de comunión en la Tierra. En resumen: toda la
actividad de la Iglesia está enfocada en que la humanidad pueda comulgar con Dios, relacionarse íntimamente
con Él.
Por eso es tan importante hacer de la misa un momento central en nuestra semana. La Iglesia pone el
mandamiento

FUENTE DE LA VIDA CRISTIANA (II) – IR A MISA PARA IRSE A MISA

Lo que conocemos como “misa” en realidad es la “Eucaristía”. ¿Por qué entonces este nombre?
Cuando las misas se celebraban en latín, terminaban con algo parecido al «podéis ir en paz» de ahora,
diciendo «Ite, missa est». La gente en la España reciente, que ya sabía poco latín, lo interpretaba como “ya
está hecha la misa”, cuando en realidad quiere decir “Id, ya es la despedida”. Sin embargo, los cristianos a lo
largo de los siglos han ido incorporando otro significado de la palabra “missa”: misión.
La unión física con Cristo que sucede en la misa está llamada no solo a afectarnos a nosotros, nuestro
interior y nuestra vida; tiene que ser un envío a la misión. Lo que hemos vivido ahí tiene que notarse en
nuestra vida para que los otros lo vean. Como a dos jóvenes enamorados se les nota en la cara su pasión por el
otro, a nosotros se nos tiene que notar nuestro cambio tras la Eucaristía. Por esto, también la Eucaristía es
fuente de la vida cristiana: porque tenemos que beber de ella para poder llevar al Señor a nuestra vida.

¿Entras a la Eucaristía con el deseo de salir renovado?


¿Alguna vez has ido a misa sin que “toque”? ¿Por qué?

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