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1. ¿Qué es la Eucaristía?

La Eucaristía es uno de los siete Sacramentos. Nos recuerda el momento en el que el pan y el vino se
convierten en el Cuerpo y en la Sangre de Cristo. Éste es el alimento del alma. Así como nuestro cuerpo
necesita comer para vivir, nuestra alma necesita comulgar para estar sana. Cristo dijo: “El que come mi
Carne y bebe mi Sangre, tiene vida eterna y yo lo resucitaré el último día.”
2. ¿En qué nos ayuda la Eucaristía?
Todos queremos ser buenos, ser santos y nos damos cuenta de que el camino de la santidad no es fácil,
que no bastan nuestras fuerzas humanas para lograrlo. Necesitamos fuerza divina, de Jesús. Esto sólo
será posible con la Eucaristía. Al comulgar, nos podemos sentir otros, ya que Cristo va a vivir en
nosotros. Podremos decir, con San Pablo: “Vivo yo, pero ya no soy yo, sino Cristo quien vive en mí.”
3. ¿En qué parte de la Misa se realiza la Eucaristía?
Después de rezar el Credo, se llevan a cabo: el ofertorio, la consagración y la comunión.
Ofertorio: Es el momento en que el sacerdote ofrece a Dios el pan y el vino que serán convertido en el
Cuerpo y la Sangre de Cristo. Nosotros podemos ofrecer, con mucho amor, toda nuestra vida a Dios en
esta parte de la Misa.
Consagración: Es el momento de la Misa en que Dios, a través del sacerdote, convierte el pan y el vino
en el Cuerpo y en la Sangre de Cristo. En este momento nos arrodillamos como señal de amor y
adoración a Jesús, Dios hecho hombre, que se hace presente en la Eucaristía.
Comunión: Es recibir a Cristo Eucaristía en nuestra alma, lo que produce ciertos efectos en nosotros:
nos une a Cristo y a su Iglesia, une a los cristianos entre sí,
alimenta nuestra alma, aumenta en nosotros la vida de gracia y la amistad con Dios,
perdona los pecados veniales, nos fortalece para resistir la tentación y no cometer pecado mortal.

4. ¿Qué condiciones pone la Iglesia para poder comulgar?


La Iglesia nos pide dos condiciones para recibir la comunión:
Estar en gracia, con nuestra alma limpia todo pecado mortal.
Cumplir el ayuno eucarístico: no comer nada una hora antes de comulgar.
5. ¿Cada cuánto puedo recibir la Comunión Sacramental?
La Iglesia recomienda recibir la Comunión siempre que vayamos a Misa. Es obligación recibir la
Comunión, al menos, una vez al año en el tiempo de Pascua, que son los 50 días comprendidos entre el
Domingo de Resurrección y el Domingo de Pentecostés.
6. ¿Qué hacer después de comulgar?
Se recomienda aprovechar la oportunidad para platicarle a Dios, nuestro Señor, todo lo que queramos:
lo que nos alegra, lo que nos preocupa; darle gracias por todo lo bueno que nos ha dado; decirle lo
mucho que lo amamos y que queremos cumplir con su voluntad; pedirle que nos ayude a nosotros y a
todos los hombres; ofrecerle cada acto que hagamos en nuestra vida.
7. ¿Qué hacer cuando no se puede ir a comulgar?
Se puede llevar a cabo una comunión espiritual. Esto es recibir a Jesús en tu alma, rezando la siguiente
oración:
“Creo, Jesús mío, que estás realmente presente en el Santísimo Sacramento del altar.
Te amo sobre todas las cosas y deseo ardientemente recibirte dentro de mi alma,
pero no pudiendo hacerlo sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón.
Quédate conmigo y no permitas que me separe de ti.
Amén”

8. ¿Qué significa la Palabra Eucaristía?


Eucaristía es una palabra griega, que significa Acción de Gracias.
En este alimento eterno que es la Eucaristía, Jesucristo está presente con nosotros. Es su «Presencia
Real».

9. ¿Quién instituyó la Eucaristía?

La Eucaristía fue instituida por Jesucristo mismo en la Ultima Cena.  En esta comida sagrada, Jesús
toma el pan y el vino ordinario, da gracias a Dios (Eucaristía), suplica a Dios que lo bendiga y lo
distribuye con estas palabras asombrosas y eternas:
«Este pan es mi cuerpo. Este vino es mi sangre Cada vez que comas este pan y bebas este vino en mi
nombre, estaré contigo».

10. ¿Cuál evento del Antiguo Testamento prefigura la Eucaristía?


El Cordero Pascual, Jesús es el Cordero Pascual.
Lee en el Evangelio el pasaje de la última cena (Lucas 22,7-20) y mira los elementos claves sobre la
celebración de la Pascua que nos explican porque Jesús es el Cordero de Dios que se sacrifica por
nosotros.

11. ¿Cristo vuelve a morir en cada misa?


No. En cada misa se actualiza el misterio de la muerte del Señor.
«El memorial recibe un sentido nuevo en el Nuevo Testamento. Cuando la Iglesia celebra la Eucaristía,
hace memoria de la Pascua de Cristo y ésta se hace presente: el sacrificio que Cristo ofreció de una vez
para siempre en la cruz, permanece siempre actual (cf Hb 7,25-27): «Cuantas veces se renueva en el
altar el sacrificio de la cruz, en el que «Cristo, nuestra Pascua, fue inmolado» (1Co 5, 7), se realiza la
obra de nuestra redención» (LG 3)» (Catecismo de la Iglesia Católica #1364)

12. ¿Qué enseña la Iglesia Católica sobre la Eucaristía?


La Eucaristía es Jesús, su Cuerpo y su Sangre junto con el Alma y la Divinidad de Nuestro Señor. Por lo
tanto, en ella Cristo entero está realmente presente de forma sustancial.
«El modo de presencia de Cristo bajo las especies eucarísticas es singular. Eleva la Eucaristía por
encima de todos los sacramentos y hace de ella «como la perfección de la vida espiritual y el fin al que
tienden todos los sacramentos» (Santo Tomás de Aquino, Summa theologiae 3, q. 73, a. 3).
En el Santísimo Sacramento de la Eucaristía están «contenidos verdadera, real y substancialmente el
Cuerpo y la Sangre junto con el alma y la divinidad de nuestro Señor Jesucristo, y, por consiguiente,
Cristo entero» (Concilio de Trento: DS 1651). «Esta presencia se denomina «real», no a título
exclusivo, como si las otras presencias no fuesen «reales», sino por excelencia, porque es substancial, y
por ella Cristo, Dios y hombre, se hace totalmente presente» (MF 39)»- (Catecismo de la Iglesia
Católica # 1374)

13. ¿Cuándo se fijaron las líneas básicas sobre la Eucaristía?

«Desde el siglo II, según el testimonio de san Justino mártir, tenemos las grandes líneas del desarrollo
de la celebración eucarística.
Estas han permanecido invariables hasta nuestros días a través de la diversidad de tradiciones rituales
litúrgicas». (Catecismo de la Iglesia Católica #1345)

14. Los milagros de Jesús que prefiguran la Eucaristía.

¿Cuáles son los milagros de Jesús que nos ayudan a prepararnos para la institución de la Eucaristía?
«Los milagros de la multiplicación de los panes, cuando el Señor dijo la bendición, partió y distribuyó
los panes por medio de sus discípulos para alimentar la multitud, prefiguran la sobreabundancia de este
único pan de su Eucaristía (cf. Mt 14,13-21; 15, 32-29).
El signo del agua convertida en vino en Caná (cf Jn 2,11) anuncia ya la Hora de la glorificación de
Jesús. Manifiesta el cumplimiento del banquete de las bodas en el Reino del Padre, donde los fieles
beberán el vino nuevo (cf Mc 14,25) convertido en Sangre de Cristo» (Catecismo de la Iglesia Católica
#1335)

15. Jesús explica la Eucaristía

¿Cuál fue la reacción de muchos de los seguidores de Jesús cuando explicó por primera vez lo que
significaba la Eucaristía?
Muchos dejaron de seguirlo porque les costó entender sus palabras.
«El primer anuncio de la Eucaristía dividió a los discípulos, igual que el anuncio de la pasión los
escandalizó: «Es duro este lenguaje, ¿quién puede escucharlo?» (Jn 6,60).
La Eucaristía y la cruz son piedras de escándalo. Es el mismo misterio, y no cesa de ser ocasión de
división.

«¿También ustedes se quieren marchar?» (Jn 6,67):


Esta pregunta del Señor resuena a través de las edades, como invitación de su amor a descubrir que sólo
Él tiene «palabras de vida eterna» (Jn 6,68), y que acoger en la fe el don de su Eucaristía es acogerlo a
Él mismo». (Catecismo de la Iglesia Católica #1336)
16. Consagración de la Eucaristía
¿Durante qué parte de la misa el pan y el vino se convierten en El Cuerpo y La Sangre de Cristo?
Esto ocurre durante la consagración eucarística, después de las palabras «Este es mi Cuerpo y esta es Mi
Sangre».
«En la epíclesis, la Iglesia pide al Padre que envíe su Espíritu Santo (o el poder de su bendición (cf
Plegaria Eucarística I o Canon romano, 90; Misal Romano) sobre el pan y el vino, para que se
conviertan por su poder, en el Cuerpo y la Sangre de Jesucristo, y que quienes toman parte en la
Eucaristía sean un solo cuerpo y un solo espíritu (algunas tradiciones litúrgicas colocan la epíclesis
después de la anámnesis).
En el relato de la institución, la fuerza de las palabras y de la acción de Cristo y el poder del Espíritu
Santo hacen sacramentalmente presentes bajo las especies de pan y de vino su Cuerpo y su Sangre, su
sacrificio ofrecido en la cruz de una vez para siempre». (Catecismo de la Iglesia Católica #1353)

17. ¿Es importante recibir la Eucaristía?

Si, demasiado importante para nuestras vidas. Jesús nos lo enseñó:


«Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo: el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que
yo daré es mi carne, para la vida del mundo». (Juan 6, 51)

18. Reconociendo a Jesús Eucarístico.


¿Cuándo reconocieron los discípulos de Emaús a Jesús resucitado?
Los reconocieron en el momento de partir el Pan para la cena:
«Y sucedió que, cuando se puso a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se
lo iba dando. Entonces se les abrieron los ojos y le reconocieron, pero él desapareció de su lado. Se
dijeron uno a otro: «¿No estaba ardiendo nuestro corazón dentro de nosotros cuando nos hablaba en el
camino y nos explicaba las Escrituras?»» (Lucas 24,30-32)
De esta forma notamos que la forma más clara de identificar a Jesús es en su presencia viva en la
Eucaristía.

19. Los efectos de la Eucaristía.


¿Qué efecto tiene la Eucaristía en nuestro corazón?
San Juan XXIII nos enseñó el efecto de la Eucaristía en nuestras vidas con este hermosa enseñanza:
«La Eucaristía, infundiendo en el corazón del hombre una nueva energía -el amor sobrenatural-,
refuerza, encauza y purifica el afecto humano, haciéndolo más sólido y más auténtico. Cuando tiene a
Dios en su pecho, todo el hombre queda armonizado en sí mismo… En el sacramento divino, el Señor
está sumido en el silencio para escucharnos».
¿Cómo sucede que Jesús se transforma en Pan y Vino Eucarístico? ¡Por fe! Es to es un Santo Misterio.
Durante 2000 años, desde esa Primera Cena, Cristo tocó, se alimentó y se reveló a sí mismo en la
fracción del Pan y el Vino. Por la gracia de Dios, que es asombrosa, las almas son alimentadas, nutridas
y cambiadas por este sacramento de su Santa y Resucitada Presencia.

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