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EL EXTRAÑO KARMA DE SOFIA MENDELSON

ARTICULO DE OPINION

YULDER JULIAN CIFUENTES GUIZA

1101 JM

ESPAÑOL

I.E.D MARCO FIDEL SUAREZ

LUIS FRANCISCO ROMERO PRADA

DOCENTE DE ESPAÑOL

BOGOTA, OCTUBRE 2023


REENCONTRANDOME CONMIGO

A través de este texto conocemos una historia en la cual Mario Mendoza es nuevamente
protagonista, pero ahora en una época algo más contemporánea, situémonos en el año 2020 (año
en el cual a nivel mundial se estaba viviendo una pandemia), Mario Mendoza se encuentra
ubicado en Villa de Leyva pues quería tomar un respiro de todo lo que se estaba viviendo
(vacunas, enfermedades y muertos), un día estando en un café, casi escondido en un rincón,
leyendo las cartas, logro divisar a lo lejos, a quien quizás podría ser la única persona en aquel
lugar, bueno, aparte de él. Pudo darse cuenta fácilmente de que aquella persona estaba leyendo
un libro y tomando apuntes, muy feliz… rápidamente hizo un promedio y le calculo una edad
alrededor de 50 (aunque después se daría de cuenta que tenía realmente 62 años).

Se quedó un buen tiempo observándola, tiempo durante el cual quedó fascinado por la simple
elegancia con la cual tomaba la taza de té, esto junto a que se hacía sentir una vibra de juventud,
hacía que la mente de Mario Mendoza la ubicara en una franja demasiado llamativa.

Trató de llamarle la atención de una manera “sutil” estando cerca de ella y leyendo
despreocupadamente, hasta que, en un momento, paró de leer, la miro y ella le devuelve una
linda sonrisa acompañada de una pregunta “disculpe, no es usted Mario Mendoza”, debido a que
estaban a distancia (no tanta pero si la necesaria), él le devuelve la sonrisa y de manera algo quizás
egocéntrica le responde “aunque me encantaría ser otro, si, si soy el escritor” y es acá donde la
sorpresa lo abarca pues para su asombro se encontraba leyendo un libro escrito por él },
momento en el que Mario Mendoza citó la frase de Borges “cualquier encuentro casual es una
cita” y aunque en ese momento no sabía que estaba diciendo, ese día duro hablando con ella 3
horas, aunque hubieran podido ser mas de no ser por las condiciones del lugar que hacían que los
factores ambientales estuvieran en su contra… pasaron los meses, y confirme que “el azar se
equivoca poco”

Lograron conocerse bien hasta el punto de saber que Sofía no extrañaba la ciudad, de hecho,
antes de pandemia ella se había mudado de la ciudad al campo y actualmente vivía con una vieja
amiga, argumento tan bien el porque era mejor vivir acá que en la ciudad que no le pudo debatir
su punto de vista. Después de eso, lo invito a su casa a merendar, se demoró más en aceptar que
en llegar, cuando estaba en el lugar pudo apreciar una casa decorada de una manera “mexicana”,
luego conoció a Constanza, la amiga Sofía, la cual genero un ambiente cómodo, se unió a la charla,
y después de toda una tarde conversando de fabulosos temas, lograron cerrar y crear una gran
amistad, la cual siguió a lo largo de varios días, almorzaron y dieron paseos por todo el pueblo,
aunque siempre tocaban el tema sobre “la casualidad” que los había unido, porque para ella, eso
era algo casi imposible de ocurrir, aunque tristemente llego el momento de que Mario Mendoza
se devolviera a Bogotá, se despidieron sin un abrazo… ni beso, debido a la pandemia.

Pasaron las semanas y aún seguía enviándose cartas con Sofía, y era fascinante porque cuando
hablaba con ella, solo pasaba por su cabeza la idea de que ya había estado en este mundo antes,
en vidas pasadas, en otros cuerpos, hasta llegar a l punto de ser Sofía Sanz aquella Psicoanalista
quien quisiera entender todo sobre el tránsito a través del tiempo y aunque Mario Mendoza no
sabía si pensar que Sofía era un psicótica o mitómana con ansias de protagonismo, o quizás con
ganas de hacerse ver quizás muchas más interesante aunque el tiempo se encargó de que Mario
Mendoza dejara de pensar eso de Sofía, al contrario con el tiempo descubrió a una persona culta,
sabia e inteligente, así que un día él tomo valor y le pregunto si la podía entrevistar sobre sus vidas
pasadas, pues tendría que ir a Villa de Leyva y no habría mejor oportunidad que aquella y aunque
temía por hablar de un tema del cual no sabía nada, me arriesgue.

Llego el día, y la primera anécdota que Sofía me contó fue cuando con solo 13 años fue a parís
donde lloro a orillas del Sena, pues apenas salió del hotel y empezó a caminar supo que sabía
perfectamente donde estaba y como estaba ubicado todo, por lo cual supo que esa era su ciudad,
y también menciono que durante su estadía allí, mientras dormía tenía “revelaciones” donde se
confirmaba una vía entre los escritores realistas parisinos, después de eso contó como su vida fue
de pique, luego a los 25 años se vio envuelta en un nuevo cambio drástico, ser mamá soltera,
tiempo después fue gravemente herido en un accidente en el cual un vehículo le había espichado
la cabeza, se recuperó y a sus 28 años fue donde un “amigo” a que la hipnotizara para llegar a la
raíz de unos ataques de pánico que la tenían destrozada y durante este proceso se vio a sí misma
en 1763 como esposa de un pianista fracasado, el cual no le podía brindar ni la comida y aunque
su esposo se presentó para ir a América a probar suerte fue rápidamente descartado por una
ligera “cogerá” que tenía, así que termino en una granja cuidando la tierra y a unos cuantos cerdos
para poder sobrevivir, su tristeza era tan grande que una noche de la nada se voló los sesos,
gracias a este último suceso se pudo concluir que sus actuales ataques de pánico se debían a que
justamente en ese momento tenía la misma edad que en el siglo XVIII cuando se suicidio.

Después de esto Sofía un poco melancólica, le comenta a Mario Mendoza que la historia de ella es
el claro ejemplo de quien nunca logra nada y que esta vida no sería la excepción, a lo cual el
responde; que no era justo que se tratara de ese modo, pues es una profesional muy exitosa, lo
cual Sofía complementa con “eso no era lo que yo deseaba” mi sueño era el arte dramático… pero
por mis antecedentes no lograron hacer que mis papas confiaran en mi, y me pagaran la carrera,
así que de cierta manera me vi obligada a estudiar psicología.

Se despidieron y para Mario fue un poco más duro, pues quedo con un sin sabor que se hacía más
amargo al saber que el día después debería devolverse a Bogotá, haciendo así que se sintiera en
un abismo.

A las tres semanas internaron a Sofía en un hospital, pues en un examen de rutina le habían
descubierto un tumor cancerígeno avanzado, que ya había hecho metástasis. Después de esto ella
se negó a tener visitas y a Mario Mendoza le pareció de mal gusto insistir en verla, fue duro, pero
gracias a esto entendí que, aunque hoy en día no hay pudor en mostrarse débil o triste en la
sociedad, ella era una persona chapada a la antigua, donde el dolor es algo personal, por lo cual
jamás la llamo, o escribió… Murió tres meses después, y por la mente de Mario solo pasaban sus
muertes pasadas y como todas se relacionaban siempre con algo del cerebro.

Tiempo después recibió una caja muy bien empacada en la cual venia un libro que enviaba
Constanza, la amiga de Sofía, con una nota que decía, Sofía me pidió hacerte llegar este libro, y al
abrirlo pudo reconocer la letra de ella…
Creo que a través de este capítulo podemos dimensionar varios aspectos que quizás Mario nos
quería hacer ver, iniciando por el momento de tensión en que todo está saliendo mal y tenemos
miedo de que puede pasar (pandemia), logrando así volverse un momento íntimo, donde
podemos y más allá de eso debemos tomarnos un tiempo con nosotros mismos. La llegada de
Sofía puede representar la llegada de algo que uno necesita sin saberlo, pero que tristemente
durara muy poco pero que dejara una huella en la vida de una, y si… Mario tenía razón al decir que
ningún encuentro es casualidad, es otra manera de decir que todo pasa por algo y que con el
tiempo descubriremos él porque…

Al igual que Sofía creo que si he vivido más vidas, cada una con un desarrollo diferente pero quizás
el mismo final, creo que todas esas “pistas o secuelas” de nuestras anteriores vidas, lo forjan a uno
como persona en la actualidad que este viviendo, y quizás las recordamos porque hacen parte de
nuestra esencia, de nuestros seres, es importante cada pequeña parte de nuestra vida, así no sea
la que estemos viviendo.

Las vidas pasadas son una diversidad de posibles escenarios, pero yo creo infinitamente que a
diferencia de Sofía uno mismo tiene la libertad de escribir y moldear su vida, no todo está por
hecho, hay millones de acciones mínimas que pueden cambiar nuestro futuro, debemos luchar y
tener perseverancia para logar ese sueño lejano el cual consigo mismo lleva una parte de
nosotros, estancarnos o pensar que no vamos a poder, en si es llamar el fracaso, “si te subes a un
taxi, y no sabes a donde iras muy probablemente el taxista te pedirá que te bajes, o te llevara a
cualquier lugar por salir del paso, así tal cual funciona la mente, si no sabes y no eres persistente
con lo que quieres no podrás llegar allí, por más que cuentes con las herramientas”

Así mismo llegando al final evidenciamos como la mente juega un papel muy importante en la vida
de uno, si tu mente no está bien, nada está bien, nada funciona, y quizás después de pandemia
tomo relevancia la importancia del cuidado de la salud mental y como esta de bien eso, tenemos
que funcionar en armonía, y al igual que Mario Mendoza, tomar todo como una oportunidad, de
crecer, aprender y querer.

Seria Limitarme hablar de una sola enseñanza, pues este capítulo nos enseña a valorar el presente,
nuestra vida y lo que a ella llegue, pero más aún que eso… a ser persistente, creer en nosotros, no
perder la fé y sin importar que brillar y compartir brillo, dejar de nosotros en los demás, pero
también a que nuestra vida solo podemos escribirla nosotros, y solo nosotros podemos cambiar
nuestra vida, simplemente con una pequeña acción o con la pequeña aparición de alguien
inesperadamente en nuestras vidas, recibamos lo que llegue y aceptémoslo de la mejor manera.

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