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Monografia Semiologia General Osteoarticular 2
Monografia Semiologia General Osteoarticular 2
1. ASPECTOS GENERALES.
El sistema óseo – articular u osteoarticular
Está compuesto por los HUESOS (Esqueleto óseo) y las ARTICULACIONES.
Dentro de este cabe destacar dos funciones que realizan en su conjunto las articulaciones
y los huesos, que son:
Forman la estructura del cuerpo, manteniendo la posición corporal, siendo por
tanto el soporte del movimiento. Es decir son los responsables de la ESTÁTICA.
Proporcionan las palancas del movimiento, por tanto, poseen una función
importante sobre la DINÁMICA.
2. OSTEOLOGÍA
Se denomina así a la ciencia encargada del estudio de los huesos que forman el esqueleto
humano.
2.1. CARACTERÍSTICAS Y FUNCIONES DE LOS HUESOS
Dentro de las características se pueden destacar diversos aspectos:
Contamos con 206 huesos.
El hueso es el elemento más sólido (forma rígida de tejido conjuntivo),
representando hasta un 15% de peso corporal. Aun así son frágiles y maleables
(los diversos órganos pueden dejar huella en ellos, incluidos los músculos, el
calzado, técnicas deportivas, etc.).
Existe una relación entre la longitud del hueso y la altura del individuo, de tal
forma que identificando un hueso, se podría determinar la altura del individuo.
Los huesos constituyen un tejido muy dinámico, están en constante renovación.
Funciones: (además de la estática y dinámica comentada anteriormente)
Factor protector de órganos o vísceras.
Sirve de fijación a otros elementos o estructuras blandas.
Hematopoyesis: Encargados de la formación de los glóbulos rojos,
glóbulos blancos, linfocitos y plaquetas.
Depósito de sales: calcio, fósforo y magnesio.
2.2. TIPOS DE HUESOS
Si atendemos a la configuración externa de los huesos estos se podrían clasificar en tres
grandes grupos:
a) Huesos largos: En ellos predomina una dimensión, su longitud. Se localizan en las
extremidades y alrededor del tórax (costillas húmero, fémur, etc.). Son capaces de
soportar grandes presiones, pero no el cizallamiento o torsión. Encontramos en los
mismos tres partes: Diáfisis (parte central más larga. Suelen
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ser prismáticas triangulares); Dos epífisis, parte proximal y distal del hueso; y la
metáfisis, formada por tejido cartilaginoso que une la diáfisis con la epífisis y será la
zona de crecimiento del hueso.
b) Huesos cortos: Suelen tener muchas caras, que son planas o casi planas determinadas
por los huesos cercanos. Son muy resistentes y muy densos aunque no son macizos
completamente, al poseer en su
interior cavidades que favorecen la
transmisión de presiones.
Ejemplos: carpo, tarso, columna
vertebral.
c) Huesos planos. Suelen ejercer
funciones de protección o de
refuerzo (huesos del cráneo,
omóplato). Están constituidos por
dos láminas de hueso compacto
entre las que se interpone hueso
esponjoso.
2.3. ESTRUCTURA INTERNA.
Destacamos tres aspectos: células, tipos de tejido óseo (disposición de la matriz ósea) y
la médula ósea.
Células óseas: Encontramos tres tipos de células: Osteoblastos (encargados de la
formación del hueso, la matriz ósea); osteoclastos (se encargan de la destrucción del
hueso, fundamental para que éste crezca); y osteocitos (componentes principales del
hueso, modelan el hueso orientando las trabéculas).
Tipos de tejido óseo: Aparecen tres tipos de
tejido: compacto (formado por láminas de
tejido óseo muy densas, sin dejar espacios
entre sí. Lo encontramos en la diáfisis de los
huesos largos, la corteza de los cortos y como
hemos comentado anteriormente en las
láminas de los planos); esponjoso (láminas o
líneas entrecruzadas, dejando cavidades
ocupadas por médula ósea) lo encontramos en
las epífisis de los huesos largos, en los huesos
cortos y huesos planos; reticular: son láminas
óseas que
dejan cavidades más grandes, siendo menos compacto, se localiza en la zona de unión
entre epífisis y diáfisis, y en huesos cortos. Los dos últimos se encargan de amortiguar
las presiones, el compacto las transmite al 100%.
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Médula ósea: se divide en amarilla, rica en grasa tejido adiposo, y roja, constituida por
células en continua división. Además de producir osteoblastos, osteocitos y
osteoclastos, estas células de la médula roja generan también la mayoría de los
elementos celulares de la sangre y de la linfa.
3. ARTROLOGÍA.
La artrología es la ciencia encargada del estudio de las articulaciones.
3.1. DEFINICIÓN Y ELEMENTOS DE UNA ARTICULACIÓN.
Las articulaciones son los puntos de unión entre
dos o más huesos, permitiendo desde un punto
de vista funcional: el movimiento de los huesos
y ayudando a amortiguar las fuerzas reactivas
que inciden sobre el cuerpo al moverse.
Partes de una articulación:
- Carillas articulares o superficies articulares:
superficies óseas puestas en relación.
- Cartílago articular: tejido cartilaginoso
aplicado a las superficies óseas puestas en
relación. Su grosor es mayor en los puntos de
más presión.
- Fibrocartílagos interóseos o meniscos: su objetivo es mejorar la congruencia entre las
dos superficies óseas. Se interpone entre ambas.
- Cápsula articular: manguito fibroso que rodea la articulación y la aísla.
- Ligamentos: contribuyen a la unión y estabilización de la articulación, nos los
podemos encontrar tanto en el interior como en el exterior de la articulación (éstos
últimos parecen refuerzos de la cápsula articular).
- Membrana sinovial: Capa que se aplica a la cara interna de la cápsula y a todos los
elementos interarticulares desprovistos de cartílago. Soporta muy mal la tensiones,
pudiéndose romper; para evitarlo aparecen en ella unos pliegues o franjas. Su función es
la de segregar el líquido sinovial.
- Líquido sinovial: líquido acuoso y estéril, en el que predomina el agua y los
mucopolisacáridos.
3.2. TIPOS DE ARTICULACIÓN
Según la capacidad de movimiento las articulaciones las podríamos clasificar en:
3.2.1. Sinartrosis.- Existe un material intermedio entre los huesos que los une,
dependiendo del tipo de material hablamos de sinfibrosis, si es de tipo fibroso (como las
articulaciones craneales, también llamadas suturas); Sincondrosis, si es de tipo
cartilaginoso (como las articulaciones esternocondro – costales).
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3.2.2 Anfiartrosis.- Poseen movimientos muy reducidos y se deben a la elasticidad de
los ligamentos que las unen. Ejemplos: Las que unen los cuerpos vertebrales o la sínfisis
del pubis.
3.2.3. Diartrosis.- Tiene todos los elementos descriptivos de una articulación.
Permiten la movilidad, en función de la forma de las caras articulares las
podemos clasificar en:
- Artrodias: Las dos superficies articulares planas o casi planas. Ejemplos: Acromio
clavicular, las de los huesos del carpo.
- Troclear o articulación en bisagra: Esta articulación solo se mueve en un solo eje
(articulación monoaxial). Sólo permiten la flexión y la extensión de los huesos. Ejemplo
la Húmero – cubital. Similar a ésta es la bicondílea (dos cóndilos como es el caso de la
rodilla).
- Condílea: Se trata de articulaciones biaxiales (permiten el movimiento en dos
direcciones: flexión y extensión, y abducción y adducción). Se opone una superficie
convexa a una plana o apenas cóncava. Ejemplo: la articulación radiocarpiana.
- Articulación en silla de montar: (biaxiales) las superficies que se oponen poseen forma
de silla de montar la una y de montura la otra, es decir que son cóncavas en una
superficie y convexas en la otra. Ejemplo: esternoclavicular.
- Enartrosis: Son articulaciones multiaxiales, se enfrentan dos superficies esféricas una
convexa y otra cóncava. Permitiendo los siete movimientos. Ejemplo: Coxo – femoral,
Escápulo – humeral.
- Trochus o articulaciones en pivote: Estas articulaciones son uniaxiales y permiten la
rotación. En ellas una prolongación redondeada de hueso rota dentro de un manguito o
anillo. Ejemplo: articulación entre el axis y el atlas (vértebras C2 y C1
respectivamente).
4. ESTRUCTURA Y FUNCIONES
Los huesos y las articulaciones se organizan entre sí para formar el esqueleto humano,
el cual presenta las siguientes regiones funcionales:
Un eje central formado por el cráneo y la columna vertebral.
Dos extremidades superiores.
Dos extremidades inferiores.
Dos cinturas que unen las extremidades al eje central: cintura escapular y
cintura pélvica.
Cavidad torácica.
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ANAMNESIS
MOTIVO DE CONSULTA
El paciente acude por alguno de los siguientes síntomas:
Dolor
Alteraciones de la armonía somática
Deformación
Alteración de la movilidad
Pérdida de fuerza
Percepción de ruidos
FILIACIÓN
Edad.- cada edad tiene afecciones predominantes o exclusivas, como son las
malformaciones congénitas observadas aun antes del nacimiento, enfermedades
infecciosas (reumatismo poliarticular, artritis, osteítis séptica) durante los 10
primeros años de vida, patologías vinculadas al cartílago de crecimiento y a la
metafisis hasta los 21 años que es cuando cesa su función, espondilitis
anquilosante entre los 20 y 30 años, artritis reumatoide entre los 30 y 50 años,
lesiones degenerativas como artrosis a partir de los 50 años, osteoporosis a partir
de los 60, fracturas de fémur a partir de los 70 años e hiperostosis anquilosante
vertebral senil a partir de los 80 años.
Sexo.- hay alteraciones que son predominantes de acuerdo al sexo, la gota
constituye un ejemplo más frecuente en el hombre, artritis reumatoide en
mujeres.
Raza.- un factor de influencia poco llamativa a pesar de ello parece que la gota
se observa más en razas nórdicas que en meridionales.
Religión.- relativa influencia, por ejemplo en epifisitis anteriores de la tibia que
se pueden observar en pacientes que están mucho tiempo arrodillados.
Hábitos.- ingesta de alcohol se relaciona con la osteoesclerosis de los cirróticos
o vecindad, con animales como el perro se relaciona con quiste hidatídico
intraoseo.
ANTECEDENTES HEREDITARIOS
La influencia del factor hereditario se hace a través de una alteración metabólica como
por ejemplo, osteoartrosis ocronotica, artropatía hemocromatosa, gota, etc. así como
también ontogénesis imperfecta de lobstein, síndrome de ehlers- danlos, enfermedad
marmórea, etc.
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ANTECEDENTES PERSONALES
Lugar de residencia.- las situaciones climáticas pueden influir por alteración en
la composición del agua por ejemplo zonas húmedas y frías aumentan la
posibilidad de reumatismo
Profesión o actividad.- En general la profesión se relaciona sobre todo con el
reumatismo de partes blandas. Son comunes:
1. Jugador de tenis: epicondilitis (codo de tenista)
2. Ama de casa: Tendinitis de quervain
3. Trabajador con martillo neumático: fenómeno de rayanud.
AMBIENTE PSÍQUICO
Los estados conflictuales pueden tener exteriorización en el aparato locomotor ya sea
produciendo todo un cuadro de neurosis, disminuyendo el umbral de dolor o provocando
contracturas musculares.
MEDICAMENTOS
Se debe interrogar al paciente sobre la toma de medicamentos
durante la toma de medicamentos durante o antes de la aparición del
cuadro articular.
Se tendrá en cuenta también si el paciente se halla medicado con
hipoglucemiantes o anticoagulantes orales, ya que estos fármacos
incrementan su acción con la toma de inflamatorios no esteroideos.
RUIDOS ARTICULARES
Normalmente, los movimientos articulares son silenciosos. En determinadas
condiciones pueden aparecer ruidos que clasificaremos como roces, crujidos y
chasquidos.
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- Chasquidos articulares Son ruidos de tono alto, de breve duración, que
aparecen en general en número de uno por movimiento. Son frecuentes y
sin significado patológico en los jóvenes. A veces aparecen como
manifestación del roce o enganchamiento de una superficie articular con
otra (como en la coxa vara), de un tendón con una prominencia ósea o por
la existencia de cuerpos libres interarticulares.
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EXAMEN FÍSICO
1.- CABEZA
1.1.-LA ARTICULACIÓN TÉMPOROMAXILAR
Es usada con una extremada frecuencia al correr del día, tanto para hablar como para
masticar, bostezar, etc. Se ve afectada particularmente en reumatismos inflamatorios,
los que incluso pueden determinar alteraciones de su desarrollo cuando acontecen en la
infancia. También sufre de patologías propias, vinculadas con sus particularidades
anatomo-funcionales.
Formaciones osteoarticulares
Está formada por el maxilar inferior que articula con el cráneo con el hueso temporal.
La articulación es de tipo bicondilea. La adaptación de las superficies articulares están
aseguradas por un menisco intrarticular. Los medios de unión están constituidos por la
capsula articular.
La sinovial tapiza la cara profunda de la capsula, siendo interrumpida por la inserción
del menisco en a cara profunda. Existen pues a menudo 2 sinoviales: suprameniscal y
submeniscal.
Formaciones Musculares
Formadas por músculos temporal, masetero, pterigoideo interno y externo; de los cuales
los 3 primeros son los encargados de cerrar la boca.
El temporal es el principal musculo retractor de la mandíbula; los pterigoideos internos
actuando en conjunto se encargan de la apertura bucal y adelantamiento de la
mandíbula; por separado se lateralizan.
Los movimientos de la articulación logran:
-Apertura y cierre de la boca
-Adelantamiento y retracción de la mandíbula
-Lateralización de la mandíbula
INSPECCIÓN
Se examinan y comparan las regiones témporomaxilares, mandíbula y dientes,
observando al paciente de frente y perfil.
Temporo maxilares: Piel (eritema sobre todo) o Tumefacción o Mandíbula o
Alteraciones de su estructura, como la micrognatia.
Dientes o Alineación de la mordida Se examina cómo realiza el paciente los
movimientos buscando dolor, limitación, asimetrías o ruidos:
Apertura y cierre de la boca · Proyección anterior y posterior de la mandíbula ·
Lateralizaciones de la mandíbula
Inspección estática: Se observan y comparan ambas regiones témporomaxilares,
particularmente por delante del orificio auditivo externo,
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donde se repera la articulación. Se inspecciona desde delante y de perfil. La
tumefacción puede hacerse visible. Se pide al paciente que enseñe los dientes,
intentando detectar desviaciones laterales, superposición o cruce de la mordida. De
perfil, se buscará micrognatia. La afectación de la articulación témporo maxilar durante
su crecimiento puede determinar un hipocrecimiento de la mandíbula con hundimiento
de la barbilla.
Inspección dinámica: Se buscará limitación de los movimientos de la mandíbula, la
aparición de dolor, asimetrías entre ambas articulaciones o ruidos articulares. Se pide al
paciente que: Abra la boca: Lo normal son 3 a 6 cm, suficiente como para permitir la
introducción de dos o tres dedos flexionados. Adelante la mandíbula: Deben colocarse
los dientes inferiores por delante de los superiores. Mueva la mandíbula lateralmente: El
movimiento logra un rango mayor si se realiza con la mandíbula en anteropulsión. La
articulación témporomaxilar
PALPACIÓN
Se busca. Dolor, Caracterizar las tumefacciones. Detectar crujidos articulares.
Se palpa: Con el dorso de la mano, buscando aumento de la temperatura. Con el índice,
por delante del conducto auditivo la porción anterior de la interlínea articular. Las masas
musculares de temporales y maseteros. Con el meñique, a través del conducto auditivo
externo, la porción posterior de la interlínea articular. Con la mano enguantada, dentro
de la boca, los pterigoideos externos. Se buscará calor con el dorso de la mano en la
región inmediatamente anterior al orificio auditivo externo, el cual puede hablarnos de
un proceso inflamatorio. Se palpan las masas musculares, buscando dolor o contractura.
Los pterigoideos externos pueden palparse con la mano enguantada, entre la mejilla y la
mandíbula superior, más profundamente que el último molar.
MANIOBRAS ESPECIALES
Se realizan maniobras contra resistencia explorando fuerzas y/o dolor:
Se evalúa la fuerza muscular y la presencia de sufrimiento por compromiso de
estructuras musculares.
Apertura contra resistencia.- Explora sobre todo los pterigoideos externos. El
examinador aplica una fuerza de cierre con la mano bajo la barbilla, pidiéndole al
paciente que se oponga a la misma.
Lateralizaciones contra resistencia.- Explora el pterigoideo externo homolateral
y el pterigoideo
Cierre contra resistencia.-
Explora maseteros, temporales y pterigoideos internos.
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2.- COLUMNA VERTEBRAL
La columna vertebral es una larga unidad que sirve de estuche protector a la médula
espinal y de estructura esquelética de soporte tanto a la cabeza, la cintura escapular y los
miembros superiores, como a varias vísceras. La longitud de la columna vertebral en
una persona adulta es de 73 a 75 cm en el hombre y de 60 a 65 cm en la mujer,
variando de acuerdo a la talla del individuo. La
columna vertebral presenta
normalmente 4 curvaturas antero
posterior:
-Lordosis cervical, convexa hacia
delante.
-Cifosis torácica, convexa hacia
atrás.
-Lordosis lumbar, convexa hacia
delante.
-Cifosis sacra, convexa hacia atrás.
Las curvaturas laterales o escoliosis
son imperceptibles en un individuo
normal. Puede existir una escoliosis
dorsal convexa
hacia el lado opuesto del predominio funcional de la mano.
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AMPLITUD DE MOVIMIENTOS DE LA COLUMNA VERTEBRAL (MÉTODO
NEUTRO 0)
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Si se encuentra un aumento de la distancia entre las puntas de los dedos y el suelo, el
dato será inespecífico y dependerá de:
1. La movilidad de la columna lumbar.
2. El acortamiento de la musculatura isquiocrural.
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2.1.- COLUMNA CERVICAL
La columna cervical comprende las siete primeras vértebras, y es la parte de la columna
que da apoyo y estabilidad a la cabeza, permitiendo que ésta se mueva en todas
direcciones gracias a la potente musculatura que en ella se inserta. Ello explica, no solo
que la inspección y la palpación sean aquí poco significativas, sino fundamentalmente
que su patología se exprese casi de manera constante en forma de respuesta muscular de
defensa, con limitación álgica de la movilidad, actitudes viciosas y rectificación de la
lordosis fisiológica.
INSPECCIÓN
Hay que observar, ante todo, la actitud y la posición
de la cabeza, centrada o ladeada, fija o libre y móvil
(Fig. 1). Ello nos dará idea de la presencia de
contracturas musculares (tortícolis), de un cuello
corto en el Down o en el síndrome de Klippel-Feil, o
de actitudes de defensa que ya nos orientarán en la
patología, especialmente si suponen la pérdida de la
lordosis cervical normal.
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PALPACIÓN
La palpación de la columna cervical se efectúa
con el enfermo sentado y el explorador situado
detrás de él. Empieza a nivel occipital, a ambos
lados de la protuberancia occipital externa, en la
inserción del trapecio, los rectos posteriores del
cuello y con la palpación de los nervios
suboccipitales de Arnold (Fig. 2).
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El músculo trapecio forma las alas posteriores del
cuello, y va a insertarse en la clavícula y la espina de la
escápula. Su palpación es mejor hacerla de los dos
trapecios a la vez para valorar una contractura o dolor
diferenciales, lo que suele verse en las lesiones
cervicales en flexión, pero también en muchas otras
patologías de la columna cervical (Fig. 6).
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El dato exploratorio más importante de la columna cervical
es la valoración de su movilidad. La columna cervical se
moviliza en flexión, extensión, inclinación y rotación
derecha e izquierda, que son los movimientos a los que se
dirige la cabeza, y cuyo conjunto se le llama
circunducción.
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La rotación en extensión máxima explora los segmentos
bajos de la columna cervical, mientras que la rotación en
flexión máxima explora los segmentos altos de la
columna cervical. La exploración de la movilidad es la
primera y más importante maniobra para conocer una
posible patología cervical.
Prueba de la distracción
Se hace elevando la cabeza suavemente con una mano
en la barbilla y otra en el occipucio, y sirve para ver si se
alivia el dolor provocado por una radiculopatía o una
discopatía cervical o, por el contrario, empeora, lo que
significa patología muscular o ligamentosa
(Fig. 18).
Maniobra de Valsalva
Aquí el enfermo debe hacer fuerza como si quisiera
soplar sobre el borde de la mano o con el dedo pulgar en
la boca (Fig. 19). En realidad es un aumento de la
presión intraabdominal que provoca a su vez un aumento
de la presión intratecal y, por tanto, será positiva cuando
haya una patología que disminuya el espacio, por
ejemplo una hernia discal
cervical o un tumor. Por esto, en estos casos, la radiculalgia aumenta con la tos, el
estornudo o la defecación, que son otras formas de aumentar la presión abdominal.
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Prueba de Naffzinger-Jones
También es una maniobra de aumento de la presión
intratecal, y consiste en comprimir unos minutos las venas
yugulares y observar si esto incrementa el dolor radicular
por aumento de la tensión del líquido cefalo-raquídeo. En
la anestesia quirúrgica este bloqueo provocado de la
circulación de retorno se conoce como maniobra de
Queckenstedt y es útil en cirugía vertebral
(Fig. 20).
Maniobra de Spurling
Con el paciente en sedestación y el explorador situado
detrás de él, se inclina y rota la cabeza, se coloca una
mano encima de ella y con la otra se golpea ligeramente
sobre la mano.
Si hay una radiculopatía, el dolor puede reproducirse o
exacerbarse, especialmente en extensión, porque el
agujero de conjunción tiende a estrecharse, pero la prueba
es también positiva si hay un proceso degenerativo de las
carillas articulares
(Fig. 21).
Prueba de Soto-Hall
Con el enfermo en decúbito supino, se le invita a levantar
la cabeza, acercando el mentón al esternón, mientras el
examinador aprieta ligeramente el esternón hacia abajo. Si
hay un trastorno traumático o degenerativo, especialmente
si cursan con contractura muscular, aparece dolor en la
nuca (Fig. 22).
Prueba de Adson
Sirve para valorar la presencia de una costilla cervical y de
un posible síndrome del desfiladero cérvico- torácico,
puesto que se basa en observar cómo desaparece el pulso
radial cuando se hace abducción, extensión y rotación
externa del brazo (es decir, poniendo los brazos en cruz),
mientras se dice al enfermo que gire la cabeza hacia el
brazo que se
prueba. En este momento, la presión de los escalenos puede comprimir la subclavia y
hacer desaparecer el pulso radial. La prueba hay que hacerla siempre de manera
comparativa.
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Valoración. Es necesario determinar la amplitud del movimiento en cada lado y
compararla. En casos normales se aprecia cierta elasticidad al final de cada movimiento,
lo que no ocurre cuando se producen alteraciones (en las que se puede observar un
endurecimiento al final de los movimientos).
Las limitaciones de la movilidad con presencia de dolor constituyen la expresión de una
disfunción segmentaria (artrosis. bloqueo, infección o acortamiento muscular).
Asimismo, la limitación de la rotación con detención brusca y dolor al final del
movimiento es indicativa de trastornos degenerativos, particularmente de la columna
cervical media (espondilosis o espondiloartrosis).
Una detención suave del movimiento debe atribuirse a un acortamiento del músculo
largo del cuello. Los mareos y el nistagmo sugieren alteraciones circulatorias o una
irritación de la arteria vertebral.
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Las limitaciones del movimiento con presencia de dolor indican una disfunción
segmentaria. Cuyas causas son, en primer lugar. Alteraciones degenerativas de la zona
media e inferior de la columna cervical (espondilosis o espondiloartrosis). Si aparecen
mareos, debe sospecharse una alteración vascular leve causada por Ira tornos de la
arteria vertebral.
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Prueba de percusión
Procedimiento. Con Ja cabeza del paciente ligeramente inclinada hacia delante, el
clínico percute sobre las apófisis espinosas de las vértebras
cervicales.
Valoración. La aparición
de dolor localizado. No
radicular, indica una
fractura o alteración
ligamentosa o muscular.
Los síntomas radiculares
orientan hacia un trastorno
ligamentoso con irritación
de las raíces nerviosas.
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Prueba de O'donoghues
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2.2.- COLUMNA VERTEBRAL DORSAL Y LUMBAR
INSPECCIÓN ESTÁTICA
Se hará con el paciente en posición de pie, extremidades superiores adosadas al cuerpo
y pies ligeramente separados, colocado de espaldas a la luz. El examinador realizará la
inspección desde el frente, los lados y detrás.
Piel
Pueden observarse: cicatrices, pigmentaciones, malformaciones vasculares, vellosidades,
nódulos y otras tumefacciones.
Masas musculares
La atrofia de los músculos del tronco es poco evidente, excepto en casos de
espondiloartritis, poliomielitis, etc. Otros grupos musculares pueden verse afectados por
la patología de columna, como la región glútea, cintura pelviana y miembros.
Conformación, actitud y aspecto global
El raquis presenta cuatro curvaturas en sentido anteroposterior: lordosis cervical,
cifosis dorsal, lordosis lumbar y cifosis sacra, y una incurvación lateral fisiológica:
escoliosis dorsal. Las curvaturas normales pueden acentuarse, rectificarse o incluso
llegar a invertirse. Lateralmente, podrán aparecer escoliosis patológicas. Las mismas
pueden ser secundaria a afectación de la región de la columna propiamente dicha o a
alteraciones (sobre todo de longitud) de los miembros inferiores. Comenzaremos
observando entonces que la pelvis, los pliegues glúteos y poplíteos estén nivelados,
asegurándonos así que no existan alteraciones de los miembros inferiores que afecten
secundariamente la columna. Hay elementos que nos pueden orientar además a
alteraciones de tipo escoliótico, como son la altura de los hombros o asimetrías en los
pliegues de la talla.
Alteraciones en las curvaturas anteroposteriores
· Cifosis o giba: podemos distinguir dos variedades:
Cifosis angular: compromete una o dos apófisis espinosas y significa lesión
vertebral o discal destructiva importante. En las regiones lordóticas son menos
aparentes. Son debidas a patología infecciosa (mal de Pot), fracturas traumáticas
o patológicas (neoplásicas malignas o benignas, osteoporosis, osteomalacia) y
congénitas.
Cifosis de curva armónica: compromete varias apófisis espinosas. Son debidas a
procesos difusos no destructivos. Dentro de ellas encontramos:
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o en la región dorsal alta: dorso redondo (de poca importancia
patológica, más frecuente en la raza hebrea).
o en la región dorsal media: cifosis senil (que es debida a la disminución
del disco intervertebral) y cifosis osteoporótica (por fracturas de los
cuerpos vertebrales).
o en la región dorsal baja: cifosis de los adolescentes de Scheuermann
(por alteración de los listeles marginales de las vértebras).
o en la región lumbar: plicatura campestre (por espondilosis lumbar).
Lordosis: las lordosis fisiológicas pueden estar aumentadas, como en las
lordosis de compensación que se establecen frente a una cifosis para
reestablecer la posición vertical. Existen hiperlordosis lumbares primitivas, en
mujeres embarazadas, multíparas, con musculatura abdominal atrófica y obesas,
y secundarias a enfermedades generales (condrodistrofia y distrofia muscular
progresiva), subluxaciones, artritis o artrosis de cadera. Se acompañan con
frecuencia de surcos en la espalda: surco lateral costoilíaco y transversal
lumbosacro.
Alteraciones en las curvaturas laterales o escoliosis
Las escoliosis son inflexiones laterales de la columna. Su localización se determina por
el vértice de la curva ( cervical, dorsal, lumbar), mientras que su lateralidad se establece
por la convexidad (dextroconvexa o sinistroconvexa) . Debemos establecer si estamos
en presencia de una escoliosis compensada o no. Hablamos de escoliosis compensada
cuando encontramos en el segmento adyacente, una escoliosis de signo opuesto,
quedando la apófisis espinosa de D1 a la misma altura que el sacro.
Las escoliosis se clasifican en funcionales u orgánicas:
Escoliosis funcionales oposturales: están caracterizadas por desaparecer con la
inclinación del tronco hacia delante y con el decúbito.
Escoliosis orgánicas o estructurales: por el contrario persisten o se acentúan
con estas maniobras. Se acompañan de trastornos morfológicos en las vértebras,
especialmente cierto grado de rotación.
Región sacroilíaca
En esta zona podremos observar tumefacciones de origen propiamente sacroilíaco,
como los abcesos osifluentes por artritis tuberculosa, o tumefacciones originadas en
otras estructuras de la región. Por ejemplo, tumefacciones en región glútea por abcesos
vertebrales lumbares. En la región glútea podemos observar también un aumento del
tamaño de la nalga debido a sarcoma de hueso ilíaco, o una atrofia de la misma por
procesos diversos: sacroilítis de cualquier etiología, artropatías de cadera y ciáticas
radiculares L5- S1.
INSPECCIÓN DINÁMICA
Se solicitará al paciente realice la movilización de cada uno de los segmentos, prestando
atención a las posibles asimetrías, limitaciones y aparición de dolor con el movimiento.
Se completará con el examen de la marcha.
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Movimientos lumbares
Flexión
Con el paciente de pie, el examinador coloca los dedos
de una mano sobre las apófisis espinosas lumbares
consecutivas y pide al paciente que se incline hacia
adelante tratando de tocar los dedos de los pies. La
lordosis lumbar debe ser sustituida por una leve
cifosis. El grado de movimiento viene indicado por la
separación que adquieren los dedos del examinador.
Extensión
Se estabiliza
firmemente la pelvis del paciente con ambas
manos y se le pide que se incline hacia atrás,
evitando que flexione las rodillas. Este
movimiento es difícil de valorar, pudiendo
percibirse mejor aplicando una mano sobre la
región lumbar.
Lateralización
Se estabiliza la cresta iliaca del lado a
explorar y se pide al paciente que
deslice la mano hacia abajo por cada
pierna. El rango de lateralización
normal se encuentra entre 20 º y 30º.
Movimientos dorsales
Los movimientos de flexión, extensión y flexión lateral son mínimos en la región
dorsal, por lo que se estudian junto con los movimientos lumbares; por lo tanto la
exploración de la movilidad dorsal se limita a los movimientos de rotación y
movimientos costales.
Rotación
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Con el paciente sentado (para fijar la pelvis) se fija la cintura escapular al tronco,
haciendo que el paciente cruce los brazos alrededor del tórax. Se pide al paciente que
gire lo más que pueda a cada lado. Existe una limitación en la rotación si el movimiento
es
menor de 75º.
Movimientos costales
Sirven para valorar las articulaciones
costovertebrales y costotransversas. Estas pueden
afectarse en la espondilitis. Se exploran midiendo el
diámetro del tórax durante los movimientos
respiratorios, que deben variar en por lo menos 6
cm.
PALPACIÓN
Se sitúa al paciente en decúbito ventral, relajado y con los brazos flexionados. Para la
palpación del cuello se coloca una almohada bajo la parte superior del tórax, y para la
palpación de la columna dorsolumbar se baja la almohada hasta el abdomen. Con esto
se facilita la relajación de los músculos, se mantiene la flexión de la columna y se
separan las apófisis espinosas.
Músculos
Son frecuente origen de sufrimiento de la región. Muchas veces como un cuadro local,
como síndrome miofascial o con dolor difuso como en la fibromialgia. Otras veces,
reactivos a un compromiso de estructuras próximas, como la irritación de los nervios
que los inervan.
Se procederán a palpar los puntos de más frecuente afectación y aquellos en los que el
paciente refiera sintomatología. Algunos de ellos coinciden con los puntos
fibromiálgicos descriptos en el primer capítulo.
Puntos suboccipitales: coincide con la inserción del trapecio en el occipital.
Entre sus fibras, si deslizamos los dedos desde el trapecio hacia la base del
cráneo, explorando a ambos lados de la protuberancia occipital externa,
podemos palpar los nervios suboccipitales de Arnold, cuyo sufrimiento
ocasiona síndromes dolorosos diversos.
Vientre del trapecio
27
Angular del omóplato. Junto con el trapecio, causa frecuente de síndrome
miofascial.
Musculatura paravertebral. Al comprimir los músculos paravertebrales de la
región lumbar puede aparecer un dolor irradiado a miembros inferiores
denominado "signo del timbre paravertebral" y que puede ser secundario a una
hernia discal lumbar.
Apófisis espinosas y ligamentos interespinosos
Se realiza la presión digital sistemática de todas las apófisis espinosas y ligamentos
interespinosos comenzando por la segunda cervical y hasta la última lumbar. Los puntos
dolorosos a la presión habitualmente corresponden a una alteración estructural de la
vértebra o discos correspondientes. La presencia de dolor exquisito debe alertar a la
posibilidad de un proceso neoplásico, infeccioso o fracturario. Otras alteraciones que
pueden encontrarse en la palpación son defectos de las apófisis espinosas (espina bífida
oculta), una deformidad el escalón (espondilolistesis o retrolistesis) o cambios en la
alineación por luxación de la articulación interapofisaria o fractura de la apófisis
espinosa.
Carillas articulares
Se aplica una presión firme y en sacudidas con ambos pulgares a ambos lados de la
línea media. Esta maniobra puede provocar un dolor relacionado con la articulación
correspondiente o con lesiones del disco o de los ligamentos.
Signo de adam
Valoración de una escoliosis funcional o estructural.
▶Procedimiento. Paciente en bipedestación o
sedestación. El explorador se sitúa de pie detrás del
paciente y le pide que se incline hacia delante.
▶Valoración. Esta prueba se puede realizar en
pacientes con una escoliosis evidente de causa
desconocida o en pacientes que tienen antecedentes
familiares de este proceso como
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parte de una exploración profiláctica. Si la profilaxis reduce o corrige la inclinación
escoliótica, la escoliosis se considerará funcional. Si la deformidad escoliótica persiste
con aparición de un abombamiento en el tórax o la zona lumbar, la alteración será
estructural.
29
Pruebas para la columna lumbar (CL)
Las enfermedades de la columna lumbar, con las correspondientes alteraciones
neurológicas asociadas, suelen deberse en la mayor parte de los casos a alteracio- nes
degenerativas de los tejidos de los discos intervertebrales con cambios reactivos
secundarios en las articulaciones vertebrales y en los platillos vertebrales superior e
inferior de los cuerpos vertebrales. Con menos frecuencia las molestias de la columna se
deben a lesiones traumáticas directas o indirectas de la médula espinal. El síndrome
radicular lumbar se suele deber a una protrusión o herniación del disco intervertebral
con irritación de los nervios raquídeos.
Estas lesiones suelen afectar a los niveles vertebrales L4/L5 (raíz L5 y, con menos
frecuencia, L4) y L5/S1 (raíz S1). Los procesos degenerativos evolucionados conducen
con la edad a una estenosis del conducto vertebral por afectación osteoligamentosa
delimitada. Desde un punto de vista clínico aparecen dolores lumbares y síntomas
dependientes de la sobrecarga en las piernas (claudicación). En general, el paciente
desarrolla durante muchos años dolores lumbares pro- gresivos que se irradian hacia las
extremidades inferiores y ocasionan síntomas inespecíficos, como sensación de pesadez
o fatiga. Cuando el proceso evoluciona, aparecen deficiencias neurológicas como
hipoestesias o paresias y al final se desarrollan síntomas permanentes, que pueden
culminar en el síndrome de la cola de caballo. Se limita la capacidad de caminar del
paciente. Las molestias pueden mejorar en posiciones que reducen la hiperlordosis
porque el cuerpo se inclina, como montar en bicicleta o empujar un carro de la compra.
A diferencia de lo que sucede en las enfermedades secundarias a oclusión arterial,
detener marcha no alivia los síntomas y los pacientes tienen que sentarse. Pueden
montar en bicicleta durante mucho tiempo. Se deben valorar los pulsos periféricos para
el diagnóstico diferencial entre la claudicación de origen vascular y neurogénico. En la
claudicación de origen vascular el paciente no puede montar en bicicleta de forma
ilimitada. Cuando camina, el paciente no tiene que sentarse, le basta con pararse y luego
retomar la marcha («enfermedad de los escaparates»).
a.- prueba de relajación diferenciación entre dolor de origen lumbar y
sacroilíaco.
▶Procedimiento. Decúbito prono. El explorador flexiona la rodilla del paciente y
trata de acercar el talón lo más posible al glúteo. Primero el paciente debe permitir de
forma pasiva el movimiento de la rodilla, pero luego debe tratar de extender la pierna
contra la resistencia ejercida por la mano del explorador
30
. ▶Valoración. Durante la realización de la prueba en primer lugar se produce tensión
sobre la articulación sacroilíaca, luego a nivel lumbosacro y por último en la columna
lumbar. Esta prueba se debe realizar ante la sospecha de lesiones en los ligamentos de la
pelvis y los discos intervertebrales. La aparición de dolor en la articulación sacroilíaca
o la región
lumbar o lumbosacra sin irradiación radicular del
mismo sugiere cambios degenerativos y/o
insuficiencia ligamentosa, mientras que la
aparición de dolor radicular sugiere una lesión del
disco intervertebral. Si aparece un dolor radicular
ipsilateral en la columna lumbar, la región glútea
o la cara posterior del muslo, se sospechará una
lesión radicular en los nervios L2/L3. Durante
esta exploración se produce tensión sobre el
nervio femoral. Cuando aparece dolor o
alteraciones en la cara lateral del muslo, se deberá
sospechar un acortamiento o lesión del cuádriceps
o una irritación del nervio femoral.
31
de la columna lumbar (espondiloartrosis, espondilitis, hernia de disco) o de la
articulación sacroilíaca.
32
debe colocar perpendicular encima de los dedos
que realizan la palpación, se dan golpes des-
lizantes en sentido dorsoventral que se transmiten
a las apófisis espinosas o las láminas de los
cuerpos vertebrales explorados a través de los
dedos.
▶Valoración. Cuando la función articular está
conservada, las apófisis espinosas o las láminas
ceden con suavidad. Cuando se observa ausencia
de elasticidad o ésta es demasiado importante se
deberá sospechar una alteración segmentaria de
la movilidad, que puede ser un bloqueo o una
hipermovilidad. En otras ocasiones se trata
de una prueba de provocación, sobre todo del ligamento longitudinal posterior, con la
que se produce un dolor intenso, profundo, sordo y mal localizado típico de esta
estructura.
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g.- prueba de carga sobre una pierna (prueba de la cigüeña, prueba de
extensión lumbar)
Valoración de las disfunciones de las articulaciones
vertebrales.
▶Procedimiento. El paciente extiende la columna
lumbar apoyándose sobre una pierna. La prueba se hace
flexionando la otra pierna.
▶Valoración. Cuando aparece dolor en la espalda, la
prueba se considera positiva. Estas molestias se pueden
deber a una fractura de estrés intraarticular
(espondilolistesis). Cuando la fractura es unilateral, la
prueba genera más dolor en el lado afectado. Si se
asocia el movimiento de extensión con otro de rotación,
la causa del dolor será una irritación de la carilla
articular (artrosis de las articulaciones facetarias) en el
lado hacia el que se produce el giro de la rotación.
34
3.- ARTICULACIÓN SACROILÍACA (ASI)
La base de la columna vertebral está constituida por el hueso sacro y su unión a los
huesos iliacos. La unión del hueso sacro con los dos huesos iliacos se denomina
articulación sacroiliaca (ASl). Desde el punto de vista anatómico se trata de
articulaciones verdaderas. Y desde el punto de vista funcional las articulaciones
sacroilíacas se consideran anfiartrosis, dado que mediante la unión ligamentosa por una
parte y las superficies articulares (en forma de cuernos e irregulares), por la otra, sólo se
dispone de un espacio reducido para la movilidad. Como consecuencia de los
movimientos de la columna vertebral y de la pelvis, este tipo de articulación puede
presentar alteraciones de suma importancia que pueden extenderse a todo el eje corporal
y a las extremidades inferiores.
El bloqueo y la inestabilidad de la articulación sacroilíaca pueden ser consecuencia de
un accidente, de una luxación o de una fractura de la pelvis, pero también se pueden
asociar a una carga asimétrica sobre la pelvis o a otros motivos.
Se puede producir dolor con el movimiento a nivel sacroilíaco, glúteo, inguinal o en la
región trocantérea, que se suele irradiar hacia la cara posterior desde S1 a la rodilla,
aunque también puede cursar como un dolor ciático. Es frecuente que se asocie también
a dolor en la parte baja del abdomen y la ingle por tensión sobre el músculo iliopsoas.
Las molestias sacroilíacas se proyectan principalmente a nivel paravertebral en la zona
sacra e ilíaca. En general se asocian a una sensación de presión y palpitación en la zona.
Existen diversas pruebas para valorar las alteraciones funcionales de la articulación
sacroilíaca, que se pueden realizar en decúbito prono o supino.
INSPECCIÓN ESTÁTICA
Con el paciente de pie, se analizará:
· Piel
· Músculos
· Alteraciones de las curvaturas normales
· Presencia de incurvaciones patológicas
· Inspección de la región sacroilíca, buscando tumefacciones u otras asimetrías. En esta
zona podremos observar tumefacciones de origen propiamente sacroilíaco, como los
abcesos osifluentes por artritis tuberculosa, o
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tumefacciones originadas en otras estructuras de la región. Por ejemplo, tumefacciones
en región glútea por abcesos vertebrales lumbares. En la región glútea podemos
observar también un aumento del tamaño de la nalga debido a sarcoma de hueso ilíaco,
o una atrofia de la misma por procesos diversos: sacroilítis de cualquier etiología,
artropatías de cadera y ciáticas radiculares L5- S1.
PALPACIÓN
La articulación sacro-ilíaca es difícilmente palpable, debido a que la tuberosidad ilíaca
la cubre casi por completo.
Existe un único punto donde la articulación
no está cubierta, que es el que corresponde a
su extremo posteroinferior. Este punto
sacro-ilíaco se proyecta a un través de dedo
por debajo de la espina ilíaca
posterosuperior (reper que vamos a utilizar)
a nivel del segundo agujero sacro. Se
realizará la palpación con el paciente en
decúbito ventral para obtener una buena
relajación muscular.
Se palpará piel y tejido subcutáneo en busca de tumoraciones que no se apreciaron, así
como precisar mejor las características de las observadas en la inspección.
Se palpará la articulación sacroilíaca comprimiendo el punto sacroilíaco previamente
descripto. Debe recordarse que sólo tiene valor como punto articular cuando sea neto o
localizado con presición, debido a que puede confundirse con:
· Dolores de la región lumbar.
· Punto glúteo medio, en la salida de la escotadura ciática, dolorosa en ciáticas
radiculares.
· Punto isquiotrocantéreo, doloroso en artropatías de cadera.
MANIOBRAS
MANIOBRA DE VOLKMANN
Enfermo en decúbito supino; apoyado con ambas manos, efectuamos una separación
forzada de ambas espinas iliacas anteriores; de esta forma se realiza una tracción sobre
el ligamento sacroiliaco anterior. Si se produce dolor central hay que descartar procesos
lumbosacros.
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MANIOBRA DE ERICHSEN
Enfermo en decúbito supino, se realiza aproximación forzada de ambas espinas iliacas
anterosuperiores; de esta forma se traccionan los ligamentos sacroiliacos posteriores.
37
la rodilla en sentido longitudinal respecto al muslo.
3. Para explorar los ligamentos sacrotuberosos se realiza una flexión máxima de las
articulaciones coxofemoral y de la rodilla hacia el hombro ipsilateral.
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Procedimiento. Paciente en decúbito supino, con la pierna extendida y la rodilla
contralateral flexionada. El maléolo externo de la pierna flexionada se coloca por
encima del límite superior de la rodilla de la pierna contralateral.
La prueba se puede realizar también colocando el pie de la pierna flexionada en la parte
interna de la rodilla de la otra pierna. Se deja caer la pierna flexionada hacia fuera y, a
partir de esta posición, el explorador aumenta la rotación externa, para lo cual presiona
sobre la rodilla con la mano para acercarla a la camilla de exploración. Es preciso fijar
la pierna extendida a nivel de la pelvis para evitar un movimiento conjunto.
Valoración. Normalmente, la rodilla que se encuentra colocada de este modo casi
alcanza la camilla. Se debe medir la distancia entre la rodilla y la camilla en ambos
lados. Cuando aparece una diferencia de movilidad entre los dos lados con una
limitación por dolor de la hiperaducción en pacientes que no tienen alteraciones en la
cadera ni en los aductores, se deberá sospechar un trastorno funcional de la articulación
sacroilíaca ipsilateral. Se puede diferenciar de los trastornos de la articulación
coxofemoral mediante la comprobación del movimiento de la misma (sobre todo de la
rotación) con palpación de la cápsula articular en la profundidad de la ingle.
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posterosuperiores y a la misma altura la cresta sacra mediana (apófisis espinosa de la
vértebra sacra). Se pide al paciente que levante la pierna ipsilateral y que flexione la
rodilla hacia delante lo máximo posible.
Valoración. En condiciones
normales, cuando la
articulación sacroilíaca no está
bloqueada, se produce un
descenso del ilion del lado
explorado. La espina ilíaca
posterosuperior se desplaza
durante el movimiento entre
0,5 y 2 cm como máximo en
sentido caudal. En presencia
de un bloqueo de la
articulación sacroilíaca, se
invierte este descenso y la
espina ilíaca posterosuperior se
desplaza en sentido craneal
como consecuencia del
bloqueo (vuelco de la pelvis).
Figura. Prueba de las espinas ilíacas. a
Posición de partida.
b ASI libre.
c ASI bloqueada.
Valoración. El sacro gira alrededor de un eje horizontal en relación con los ilíacos en
la articulación sacroilíaca. Este movimiento de desplazamiento del sacro se denomina
nutación.
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Cuando el paciente está normal con movimientos libres de la articulación sacroilíaca,
las dos espinas ilíacas se encuentran a la misma altura al principio y al final del
movimiento de inclinación de la espalda.
Cuando no se produce el movimiento de nutación de la articulación sacroilíaca de un
lado, la espina ilíaca posterosuperior de dicho lado se desplazará con el sacro en sentido
craneal en comparación con la contralateral.
Cuando se conserva el movimiento de nutación y se puede demostrar un fenómeno de
anticipación, se deberá sospechar como primera alternativa un bloqueo de la
articulación sacroilíaca ipsilateral. El fenómeno de anticipación bilateral se puede deber
a un acortamiento bilateral de los músculos isquiocrurales.
Observación. Al valorar el fenómeno
de anticipación, se debe prestar
atención a las asimetrías de la pelvis y
la articulación coxofemoral. Cualquier
diferencia de inclinación de la pelvis
secundaria a una diferencia en la
longitud de las piernas se debería
compensar mediante la colocación de
una tabla debajo de la pierna más corta.
El fenómeno de anticipación se puede
valorar también en decúbito prono
(longitud variable de las piernas).
SIGNO DE DERBOLOWSKY
Valoración de una diferencia variable en la longitud de las piernas: fenómeno de
anticipación en decúbito.
▶Procedimiento. Paciente en decúbito supino. El explorador coge ambas piernas,
palpa con los pulgares los maléolos internos y valora en función de la posición de los
pulgares la relación de altura y la rotación de los maléolos internos. Se pide al paciente
que se siente, con la ayuda del explorador o por sí solo apoyándose en las manos. Para
evitar dificultades se deben levantar las piernas de la camilla.
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Observación. La prueba se debe considerar definitiva cuando la diferencia de longitud
entre las piernas alcanza como mínimo 1-2 cm. Cuando las diferencias son más
importantes y se asocian a dolor miálgico, se debería sospechar un acortamiento de los
músculos isquiocrurales. Cuando la diferencia es superior a 5 cm y aparece un dolor
radicular con rotación de la pelvis y flexión refleja de la rodilla, se deberá considerar un
problema de disco intervertebrales.
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PRUEBA DE PRESIÓN SOBRE EL ILION
Demostración de procesos patológicos de la articulación sacroilíaca.
▶Procedimiento. Decúbito lateral. El
explorador coloca las dos manos sobre la
articulación de la cadera en el lado
afectado y ejerce presión axial sobre la pelvis.
▶Valoración. Cuando aparece o aumenta el
dolor en la zona de la articulación sacroilíaca
cercana a las manos, se deberá
sospechar una disfunción articular (bloqueo, inflamación).
SIGNO DE MENNELL
Valoración de la disfunción de la articulación sacroilíaca.
▶Procedimiento. Decúbito prono. Para
valorar la articulación sacroilíaca izquierda, el
explorador debe fijar con la mano izquierda la
cadera del paciente y con la derecha coger la
pierna izquierda extendida y llevarla hacia
atrás sometiendo la cadera a una hiperflexión.
La exploración también se puede realizar en
decúbito lateral. El paciente se tumba sobre el
lado derecho y se le fija la rodilla
derecha flexionada con la pierna flexionada sobre la articulación coxofemoral con las
dos manos. El explorador se coloca de pie detrás del paciente, sujeta con la mano
derecha la pelvis y con la izquierda lleva hacia atrás el muslo izquierdo forzando la
hiperextensión de la cadera.
▶Valoración. La aparición de dolor en la articulación sacroilíaca sugiere una
disfunción articular (bloqueo, inflamación).
PRUEBA DE YEOMAN
Valoración del dolor sacroilíaco.
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anteriores, con participación de los ligamentos sacroilíacos anteriores. Si aparece dolor
en la región de la CL, se deberá sospechar una patología localizada a este nivel.
PRUEBA DE LAGUERRE
Distinción entre el dolor originado en la articulación coxofemoral y el sacroilíaco.
▶Procedimiento. Paciente en decúbito
supino. El explorador flexiona la cadera y la
rodilla hasta 90°. Posteriormente realiza la
abducción y rotación externa enérgica de la
pierna sobre la articulación coxofemoral.
44
debe abducirse contra la resistencia del explorador.
Esta prueba se suele emplear para demostrar la
insuficiencia de los músculos glúteos medio y menor.
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4.- SÍNDROME POR COMPRESIÓN DE LAS RAÍCES
NERVIOSAS
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Signo de Lasègue (prueba de elevación de la pierna extendida)
El dolor ciático que aumenta cuando se eleva la cabeza (signo de Kernig) y/o se realiza
una flexión dorsal pasiva del dedo gordo del pie (signo de Turyn) se considera indicio
de clara irritación del ciático (diagnóstico diferencial.: meningitis, hemorragia
subaracnoidea, meningitis carcinomatosa).
En general la pierna extendida se puede elevar entre 15° y 30° en relación con la
articulación coxofemoral antes de que aparezca tracción sobre las raíces nerviosas en
los agujeros
intervertebrales. Cuando el dolor aparece
a partir de 60°, se puede sospechar un
dolor de origen articular vertebral
(articulaciones facetarias) o sacroilíaco.
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▶Valoración. El signo de Lasègue aparece antes
cuando el explorador realiza esta maniobra. El nervio
se estira todavía más mientras atraviesa el músculo
piriforme y esto hace que se intensifique el dolor.
Signo de Bragard
Valoración de un síndrome de compresión radicular;
diagnóstico diferencial entre el Lasègue verdadero y el
seudo-Lasègue.
▶Procedimiento. Paciente en decúbito supino. El
explorador sujeta con una mano el talón y con la otra coge la rodilla desde ventral. En
esta posición eleva lentamente la pierna con la rodilla extendida. Cuando aparece un
dolor de tipo Lasègue, se deja caer la pierna hasta que no se perciba dolor y en esa
posición se realiza una flexión dorsal enérgica del pie, que suele volver a desencadenar
el dolor ciático.
▶Valoración. Si el signo de Bragard se considera positivo, se deberá sospechar una
compresión radicular localizada entre L4 y L5.
Un dolor inespecífico más sordo localizado en la cara posterior del muslo y que se
irradia hacia la articulación de la rodilla indica una irritación por distensión de los
músculos isquiocrurales y no se debe considerar un signo de Lasègue positivo.
La sensación de tensión en la pantorrilla se puede deber a tromboflebitis, trombosis o
contractura del músculo gastrocnemio.
El signo de Bragard permite demostrar si el paciente es un simulador. Cuando es así,
este signo suele ser negativo.
Signo de Duchenne
Valoración de las lesiones de las raíces nerviosas.
▶Procedimiento. Paciente en decúbito supino. El explorador coge el talón del
paciente con una mano y con un dedo de la otra ejerce presión sobre la cabeza del
primer metatarsiano en dirección dorsal. En esta posición se pide al paciente que
flexione el pie en dirección plantar.
▶Valoración. Cuando existe una lesión de los discos intervertebrales con daño de la
raíz nerviosa S1, el paciente no puede oponer ninguna resistencia a la presión del dedo.
La paresia de los músculos peroneos produce una supinación del pie (por encima del
músculo tibial posterior/anterior).
Prueba de Kernig-Brudzinski
Indica una irritación nerviosa meníngea o dural.
▶Procedimiento. Paciente en decúbito supino. Se le pide que flexione la rodilla y la
cadera. Durante la primera fase de la prueba, el explorador trata de extender
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de forma pasiva la rodilla del paciente y, en la segunda, se le pide que extienda la rodilla
de forma activa.
▶Valoración. Cuando la extensión activa o pasiva de la rodilla provoca dolor en la
región vertebral o dolor radicular en la pierna, se deberá sospechar una irritación de una
raíz nerviosa, relacionada con el prolapso de un disco intervertebral o con un proceso
inflamatorio o tumoral vertebral.
Fig.Prueba de Kernig-Brudzinski.
a Posición de partida.
b Extensión de la rodilla.
c Signo de Brudzinski.
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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
50
PREGUNTAS
51