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Análisis del mediometraje “la cabina”

Este mediometraje me suscito aquella alegoría de la vida moderna que vivimos, donde nos
sentimos atrapados por la tecnología, las expectativas, la virtualidad, la construcción social
que se ha venido desarrollando, donde nuestros cuerpos se vuelven obsoleto y solo a través
de la pantalla es que existimos. Los avatares de cómo somos, existen, plataformas donde
tomamos una foto y hacemos un audio aparte y podemos juntarlo como un video y su
resultado se ve nítido como si fuera un vídeo, existen. Al pasar los años todo va mejorando
y cambiando la vida humana por la IA.
Estamos en una era digital donde la mayoría está conectado a una gran red, donde podemos
conversar con cualquier persona sin importar la distancia, el horario y por múltiples
plataformas. Pero, paradójicamente, muchas personas sienten un aislamiento profundo, a
veces surge una comunicación sin sentido. Al igual que el protagonista, las personas pueden
sentirse encerradas en sus propios mundos digitales, con una incapacidad de conectarse con
las demás personas a su alrededor. Lo anterior lo relaciono mucho con lo que dice Barbero
y es que lo importante es la relación del sujeto con la comunicación y no lo es el medio, es
lo que hace el sujeto con lo que dice el medio, teniendo en cuenta que las cabinas en
general sirven para permitir que fluya la comunicación, pero en el mediometraje es lo
contrario, hay una simbología de barreras invisibles que existen en la actualidad en la era
digital, en aquel proceso social de la comunicación. Aquella ironía de pensar que las
herramientas que deben de acercarnos como por ejemplo los medios de comunicación lo
que hacen al final es aislar.
Algo importante del día a día es el control y la vigilancia que existe, la rapidez de poder
obtener información de una persona y que sea normal. La omnipresencia de las redes
sociales y la inmediatez de poder rastrear, analizar y estar en la mira con cada acción que se
realiza me hace ponerme en la posición del protagonista. La sensación de la falta de
privacidad sobre la propia vida es un tema actual muy relevante.
La cabina también puede representar cómo somos de consumidores y estamos de lado por
la tecnología y la cultura de consumo, la indiferencia de los espectadores al ver a las
personas en la cabina, esto da a significar que en la era digital suele pasar que somos
testigos de tragedias a través de las pantallas, pero no hay afinidad con ellas, por qué no nos
está pasando a nosotros o a nosotras y esto no impide actuar. Lo anterior tiene que ver con
aquel mediador pasivo que existe, la apatía mediante ven que la situación del protagonista
no conlleva a una solución va exacerbando.

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