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Pontificia universidad Javeriana Cali

Parcial 2: Análisis coyuntura


Brandon Ibarra Rivera

El feminismo en argentina: hegemonización política de la nueva izquierda

Los movimientos sociales han estado impregnados en la historia de la sociedad desde la


generalización de este término para definir a un grupo de personas que tienen una relación
polisémica entre sí. La cultura ha forjado de estos un arma con una presión demencial hacia los
sistemas jerárquicos en busca de algún consenso, acción, ley, etc. Hay movimientos pacíficos que
generalmente son olvidados en la historia por no haber generado un impacto tal que haya
conllevado a grandes cambios dentro de una estructura gubernamental, social, cultural o económica;
pero las que han usado de la violencia su principal eslogan para lograr los objetivos establecidos por
los colectivos tienen un estallido bastante sonoro, este es el caso de los movimientos feministas del
nuevo siglo.
Los movimientos feministas en esta época han sido de principal relevancia para toda la
sociedad en el marco del reconocimiento de los derechos fundamentales para todas las personas sin
importar sus creencias, raza o proveniencia. Podemos ver como en el contexto occidental estas
ideologías se han extendido hacia ámbitos diferentes a la raíz del nacimiento de estos movimientos,
el cual es la igualdad entre el género masculino y el género femenino. Hoy en día el hablar de
feminismo no solo es hablar de una coyuntura social, es necesario también tocar las coyunturas
económicas, políticas y científicas; ya que el feminismo de tercera ola (hegemónico hoy en día) es
un feminismo polifacético, que intenta abarcar diferentes estructuras de la sociedad y que, por este
motivo, ha generado una polarización bien marcada en el contexto de la república argentina.
El primer gran colectivo feminista en la Argentina (lobby LGTB, también hegemonizado
por el feminismo) se denominó “frente de liberación homosexual” el cual ya tenía en sus militantes
políticos de izquierda de la aristocracia argentina, tal colectivo generó un precedente sin iguales ya
que configuraba en la historia occidental la ideología que hoy sería la principal consigna de lucha
para todos estos grupos, aunque asimismo, generaba por su parte las primeras consignas en contra
de estas ideologías, principalmente basadas en las creencias religiosas (catolicismo, religión oficial
en Argentina) las cuales no permiten que dos personas del mismo género se unieran en una relación
sentimental. Así pues, el primer bando conformado por feministas, lobby LGTB y pro-aborto harían
del color verde su principal eslogan y el segundo bando, conformado por los colectivos
antifeministas y pro-vida harían lo concerniente con el color celeste, creando así un gran conflicto
que sigue vigente en Argentina e incluso ha servido de ejemplo para los demás países
hispanohablantes.
Toda esta problemática social llegó a su cúspide cuando el Kirchnerismo (Néstor Kirchner,
presidente de la república argentina en el año 2004) tomó el poder estatal de las instituciones
públicas y les dio a los colectivos feministas la libertad de establecer ideologías que favorecieran
los objetivos de lucha de estos grupos mediante los recursos económicos, comunicacionales y
políticos que ofrecían los entes gubernamentales de ese entonces. En este contexto se sancionó
mediante un proyecto de ley la admisión del matrimonio igualitario en el año 2010, premisa que
serviría después como forma de emancipación del lobby LGTB para seguir cosechando victorias
políticas mediante un gobierno de izquierda que lo apoyaba.
Hablar de la estrecha relación que existe entre la ideología de izquierda y el nuevo
feminismo no es utópico cuando se tiene en cuenta que incluso en tiempos del marxismo esta
estrategia de acoger en su movimiento a las minorías sociales para darle fuerza a una doctrina
política estaba ya en las ideas de los autores de izquierda de aquella época, uno de ellos es Antonio
Gramsci (filosofo italiano de ideología marxista célebre en el siglo XX) el cual en su texto
“Algunos temas de la cuestión meridional” (1930) ya hablaba de como los sectores sociales debían
hegemonizar a otros para así lograr la victoria del marxismo tomando como ejemplo la Italia
industrializada del norte y la Italia agraria del sur.
Teniendo como ejemplo lo anterior expuesto, se puede hacer un ejercicio de análisis en
cuanto a lo que el contexto argentino se refiere. El kirchnerismo había sembrado un precedente
dándole al feminismo un poder que nunca había adquirido, pues ya desde la campaña electoral de
este sector político había consignas que servían al feminismo de emancipación cultural, generando
una admisión de los grupos LGTB en un país el cual tenía como religión oficial el catolicismo. La
izquierda en Argentina hegemonizó los movimientos feministas y LGTB como una forma de
reclutamiento de militantes unidos por diferentes causas, pero con un mismo fin: dar por terminada
la estructura de derecha que no incluía en sus testamentos los ideales de los grupos anteriormente
mencionados. Por eso contemporáneamente en Argentina los sectores verdes han tomado un poder
excepcional en las arcas de las instituciones de este país, incluso logrando lo que para muchos era
impensable: la legalización del aborto.
Ya en este punto de este ensayo, es necesario hacer alusión a dos de los autores más
importantes del sector celeste de Argentina en esta época: Agustín Laje y Nicolás Márquez, estos
últimos con su libro “El libro negro de la nueva izquierda” (2016) analizan como el progresismo a
través de los años ha construido un discurso de unión entre las minorías sociales y definen a los
militantes feministas como “idiotas útiles” a una causa por la cual no saben que están luchando,
pero igual lo hacen en favor al socialismo porque la izquierda los ha hecho caer en un espiral que
pretende generar una revolución que termine por desprender a la derecha primeramente de la
república argentina y finalmente del resto de países hispanohablantes de occidente. Agustín Laje en
una conferencia realizada en Uruguay en el año 2018 afirma que cada vez se le impregna más el
ámbito político al feminismo convirtiendo términos como “patriarcado” en “heteropatriarcado” y a
su vez en “heterocapitalismo patriarcal”, reafirmando la tesis principal del libro.
Nicolás Márquez por su parte, afirma en sus discursos que las nuevas consignas, ideas y
eslóganes que han adquirido las marchas en Argentina son totalmente ilógicas y carentes de sentido,
pues usan figuras como la del Che Guevara (el cual es de conocimiento claro que fue el creador de
campos de concentración para castigo de homosexuales en Cuba) como forma de representar la
lucha de los grupos LGTB en forma de revolución, algo que es contradictorio en todo su esplendor.
Esto nos invita a reflexionar un poco acerca de como funciona la izquierda hoy en día, es una
izquierda que dejo de lado las fuerzas productivas y se centró en las fuerzas culturales, así lo
afirman Laje y Márquez (2016) cuando en el primer capítulo de su libro exponen como la ideología
propuesta por Karl Marx y Friedrich Engels se vio derrumbada con la revolución rusa, ya que para
estos dos cada grupo social tenía tareas históricas asignadas científicamente, las cuales se centraban
principalmente en las fuerzas productivas como principal arma de combate y por esto cada suceso
ocurrido en el mundo tenía que seguir con esta lógica, cosa que no pasó en Rusia. Esto anterior
provocó que Antonio Gramsci estableciera un nuevo esquema teórico en el cual introducía el
término de hegemonía (anteriormente expuesto) y declaraba que la verdadera lucha no estaba en las
fuerzas productivas ni económicas, sino en las luchas socioculturales; claro ejemplo de la
contemporaneidad argentina.
A modo de conclusión, Argentina está atravesando un estallido social bastante sonoro con
el tema del feminismo y el lobby LGTB, el kirchnerismo apaciguó las aguas durante sus años de
poder pero el macrismo (Mauricio Macri, expresidente de Argentina de derecha) volvió a encender
una llama que había estado calmada y lo hizo de una manera muy destructiva, principalmente el día
8 de marzo de cada año en el cual los colectivos verdes toman como epicentro la Casa Rosada en
Buenos Aires y se evidencian las muestras de violencia y el discurso de odio hacia los hombres,
heterosexuales y cualquier persona que no piense igual que estos. Pero toda acción provoca una
reacción y los sectores feministas lo encontraron en el sector celeste, donde exponentes como Javier
Milei (economista y político), Emmanuel Danann (Artista, activista social) y los anteriores
mencionados Agustín Laje y Nicolás Márquez han arremetido ferozmente contra todas estas
ideologías y han terminado de polarizar una Argentina que venía de tener grandes problemas
políticos y económicos.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

-Gramsci, A. (2007). Algunos temas de la cuestión meridional. Chamaecrista rotundifolia, 240

-Márquez, N., & Laje, A. (2016). El libro negro de la nueva izquierda. Grupo Unión.

- Marx, K., & Engels, F. (2015). Manifesto comunista. Boitempo Editorial.

- Portantiero, J. C. (1979). Gramsci y el análisis de coyuntura (algunas notas). Revista mexicana de


sociología, 59-73.

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