Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
BOGOTÁ
2021
MÚSICA LLANERA: DIÁLOGO ENTRE LO TRADICIONAL Y LO MODERNO EN LA
CONSTRUCCIÓN DE LA IDENTIDAD CASANAREÑA
Asesora:
BOGOTÁ
2021
AGRADECIMIENTOS
Creo fielmente que mis logros no me pertenecen más que en una pequeña parte. Mis éxitos
residen en aquellos y aquellas que me han inspirado, impulsado y ayudado a alcanzarlos. Mi
familia, por supuesto, son el pilar de mi vida y de todo lo que he logrado y lograré. Sin mi madre,
mi hermana, y mi prima este trabajo habría sido imposible. Estas pocas palabras no dan crédito a
la gratitud infinita que siento hacia ustedes.
A la profesora Diana Moreno, le agradezco profundamente que haya sido mi guía en este
proceso. Cuando comenzamos nos desconocíamos completamente, y ahora nos conocemos solo
a través de una pantalla, hechos que no impidieron que lográramos completar este trabajo. No es
necesario recordarle que el Llano la espera…
A mis amigos Juan Francisco y Sharon Daniela, todo tesista tiene sus momentos de crisis
emocional, ustedes siempre estuvieron para darme ánimos cuando yo misma desconfiaba de mis
capacidades. En este caso debo agregar mi agradecimiento a la Javeriana por permitirme
conocerlos.
A mis amigos llaneros Liseth Castañeda, Pacho Castañeda y Ómar Molano, aunque fuese una
guate que desconoce completamente la vida del llanero tradicional, ustedes siempre estuvieron
ahí para ayudarme, darme ánimo y enamorarnos juntos de este trabajo.
A mis amigos de toda la vida Alejandro Ramírez y Juan David Hernández, las trasnochadas por
zoom, los consejos, las opiniones, las subidas de ánimo y mil cosas más son detalles que me
mantuvieron alejada de la desesperación que puede provocar un trabajo de grado.
Al señor Wilson Dueñas, el señor Humberto Castañeda y a Yeisson Salón, gracias por ayudarme
incondicionalmente cuando tenía dudas sobre la vida de Llano adentro.
A los señores Carlos ‘Cachi’ Ortegón y Orlando ‘el Cholo’ Valderrama, no solo les agradezco
porque su música me ha enseñado a amar al Llano, sino por haber aceptado participar en este
trabajo.
Al Llano, gracias por acoger a mi familia, por tus paisajes, tu gente, y tus animales. Espero que
muchas más personas se den la oportunidad de conocerte.
RESUMEN
Los Llanos colombianos fueron por siglos un territorio marginado de los escenarios político,
social y económico nacional; sin embargo, con el descubrimiento de las fuentes de hidrocarburos
en la década de 1980, se generaron inmigraciones masivas que ocasionaron que el Llano se
modernizara y lo tradicional, tanto identitario como lingüístico, se desplazara a los contextos de
ruralidad. La presente investigación busca analizar el papel que juega la música llanera en relación
con ciertos fenómenos lingüísticos y con la construcción de la identidad social de los casanareños
en el marco de la distinción tradición-modernidad. Para lograr este objetivo, se aplicó una ruta
metodológica de tipo mixto en el que primó el uso de herramientas de carácter cualitativo-
interpretativo. Los datos para el desarrollo investigativo fueron recogidos por medio de tres
instrumentos distintos: un corpus de cinco canciones de música llanera, cuatro entrevistas
semiestructuradas y una encuesta que respondieron 95 casanareños. La información obtenida de
cada uno de estos procesos de recolección permitió estudiar la dimensión lingüística e identitaria
de los casanareños tanto desde los textos de las canciones, como también desde sus propios relatos
y, además, fue analizada a la luz de una perspectiva histórica y territorial de los Llanos.
For centuries, the Colombian Llanos has been marginalized from political, social, and
economic scenes of the country. However, in the decade of 1980, the discovery of hydrocarbon
sources caused massive migrations to this territory, this produced changes such as modernization
of the Llanos which caused the displacement of the traditional, identity as well as language, to
countryside contexts. The present study aims to analyse the role of llanera music in relation to
certain linguistic and sociolinguistic phenomena in the construction of Casanareños’ (people from
Casanare) social identity in the distinction modernity-tradition. To achieve this objective, the
methodological route made use of mixed methods prioritizing qualitive-interpretative tools. The
data was collected by three different methods: a corpus of five llanera music songs, four semi-
structured interviews, and a survey completed by 95 Casanareños. The information obtained from
each one of these data-collecting processes permitted to study Casanareños’ linguistic and identity
dimension from the texts of the song as well as from their own narratives; moreover, this
information was analysed in the view of a historical and territorial perspective of the Llanos.
The theoretical concepts come from sociolinguistic and social psychology. From the former,
linguistic attitudes and prestige were addressed. From the latter, it was approached the social
identity proposed by Tajfel (1978) and Turner (1984). The results show us that, for Casanareños,
music has a variety of functions: preserve linguistic elements, make visible traditional lifestyles,
and contribute to the construction of a casanareña social identity. In addition, it was found that the
Llanos’s history and territory are elements that define the sense of the identity and the linguistic
practices of today’s Casanareños. Lastly, in the informant’s speech, it was possible to notice
notions of local and national historical-political nature, which influence Casanareños’ vision of
Casanare’s regional speaking.
Pendant des siècles, les Llanos colombiens ont été un territoire marginalisé des scénarios
politiques, sociaux et économiques nationaux. Cependant, avec la découverte des sources
d’hydrocarbures dans les années 1980, des immigrations massives ont été générées, ce qui a
provoqué la modernisation des Llanos et le déplacement du traditionnel, tant identitaire que
linguistique, vers des contextes ruraux. Cette recherche vise à analyser le rôle qui joue la musique
llanera par rapport à certains phénomènes linguistiques et à la construction de l’identité sociale
des Casanareños (personnes provenant du Casanare) dans le cadre de la distinction tradition-
modernité. Pour atteindre cet objectif, on a appliqué une voie méthodologique mixte dans laquelle
l’utilisation d’outils qualitatifs-interprétatifs a été privilégiée. Les données pour le développement
de l’étude ont été recueillies par le biais de trois instruments différents : un corpus de cinq chansons
de musique llanera, quatre entretiens semi-structurés et un questionnaire auquel ont répondu 95
Casanareños. Les informations obtenues à partir de chacun de ces processus de collecte ont permis
d’étudier la dimension linguistique et identitaire des Casanareños sur la base des textes des
chansons, ainsi que de leurs propres récits, et ont été analysées à la lumière d’une perspective
historique et territoriale des Llanos.
Video: https://www.youtube.com/watch?v=bzOct5BfGWw
Objetivos ....................................................................................................................................... 35
Objetivos específicos................................................................................................................. 35
La música ...................................................................................................................................... 50
Me siento criollo........................................................................................................................ 75
Lo llanero .................................................................................................................................. 80
Lo otro ....................................................................................................................................... 85
Conclusiones ................................................................................................................................. 90
Bibliografía ................................................................................................................................... 96
Video: https://www.youtube.com/watch?v=RHAlZNn_10s
Para justificar el surgimiento de esta investigación, parto por esclarecer que existe un
contexto social y político del pasado que tiene implicaciones sociales, políticas y lingüísticas en
el presente. Por esto, la problemática que me motivó a realizar esta investigación tiene inicio en
un hecho histórico que implica un problema académico. Me explico:
El Llano es una tierra que ha estado marginada por siglos a causa de la barrera geográfica
que impone la Cordillera Oriental, factor que dejó de ser obstáculo cuando el descubrimiento de
pozos de petróleo en 1980 despertó el interés capitalista de las multinacionales extractivistas y
del gobierno colombiano. Hecho que significó ciertos cambios sociales, culturales, políticos y
lingüísticos en este territorio, y que, además, ocasionó su apertura al resto de Colombia. Sin
embargo, desde la academia, me fue posible observar que hay una escasez clara de
investigaciones formales que traten los fenómenos históricos, sociales, sociolingüísticos y
lingüísticos del Llano. Como estudiosa de la lengua, pero también como llanera de primera
generación de la zona urbana de Casanare, surgieron en mis cuestionamientos entorno a la
identidad y el dialecto llanero en una población tan heterogénea a nivel social como lo es la
casanareña. Así, surgen las preguntas que motivaron este proceso investigativo: ¿por qué no
retomar la música llanera como un mecanismo que dé explicación a los fenómenos lingüísticos,
sociolingüísticos e identitarios de los llaneros de Casanare? ¿cómo se pueden observar los hechos
históricos a la luz de la identidad llanera? y ¿qué significan los cambios demográficos y espaciales
en el plano de lo lingüístico y lo sociolingüístico?
Para tratar estas preguntas, divido el trabajo en cinco capítulos que constituyen el proceso
investigativo, más el capítulo de conclusiones:
En tercer lugar, la ruta metodológica se diseñó por etapas que respondieran a cada uno de
los objetivos específicos y que permitieran, desde los análisis de particularidades surgidas en cada
etapa, llegar a generalidades en torno a los aspectos teóricos previamente mencionados.
Como última consideración de esta introducción, me gustaría especificar que este trabajo,
aunque planteado desde un contexto de la academia, intenta en lo posible atender al Llano desde
el mismo Llano y los mismos llaneros. Por ello, en este trabajo de grado no se habla de los Llanos
Orientales, término que implica una visión hegemónica regional de Cundinamarca como el punto
central del país, sino que se habla de los Llanos como espacio que existe por sí mismo, y que
tiene su propia historia.
Llano tierra inolvidable- Dumar Aljure
En el presente apartado, propongo un recorrido histórico de los Llanos con el fin de construir
desde la historia la situación sociopolítica y sociolingüística actual de Casanare. En este proceso,
se tiene en consideración las canciones de música llanera de artistas casanareños como textos desde
donde se puede leer esta historia de forma indirecta. Los principales elementos en los que se divide
este proceso de reconstrucción son: el territorio, la población, la economía, la identidad y la política,
a cada uno de estos se le asocia a una canción de un artista casanareño donde se pueda observar
este elemento.
Rivero (1883, p. 1)
Su paisaje, compuesto principalmente por pastos, está enteramente influido por estas
condiciones geomorfológicas. En Casanare, debido a su casi completa horizontalidad y su mínima
altura con respecto al nivel del mar (exceptuando la zona de piedemonte y altillanura); en tiempos
coloniales, y anteriores, sus ríos y lluvias inundaban las tierras durante la gran mayoría del año.
“Este inmenso territorio que se extiende hasta donde la vista no alcanza” lo debemos a la poca
adaptabilidad de los árboles de ir de excesiva humedad a intensa sequía y, por lo tanto, a la poca
cantidad de estos en las sabanas inundables (F. Barrero Rojas, comunicación personal, 31 de
agosto, 2020).
Las culturas nativas, aunque diferentes, compartían por principio una zona territorial
amplia con condiciones ambientales muy similares (piedemonte, llanos altos, bancos y médanos)
y, por lo tanto, similitudes administrativas, alimentarias y sociales. Pequeños poblamientos se
establecieron en la zona del piedemonte y los llanos altos; sin embargo, en los terrenos bancos y
médanos la inundabilidad del territorio les impedía establecerse en una zona específica y, en
consecuencia, fueron culturas nómadas que posteriormente dificultaron los procesos
evangelizadores de las misiones religiosas. Tal como lo expresa Rivero (1883) refiriéndose a los
pobladores de la Orinoquía: “llámolas desgraciadas, porque como son tantas en número tuvieran
la fidelidad de otras naciones, no serían tan cerriles y altaneras y atraerían a su seno muchísimos
misioneros y hombres de buen espíritu, que atenderían a su cultura y educación” (p. 16).
La riqueza hídrica dada por la variedad de ríos no solo fue determinante en la historia de
los nativos antes de la llegada europea, sino a lo largo de todo el proceso de conquista y
colonización; a causa de las rutas fluviales, el europeo tuvo por primera vez acceso a los Llanos.
La Encomienda, sin embargo, no fue una institución de mucho éxito en la región debido a
las prácticas de violencia y esclavitud por medio de las cuales sometían a los indígenas. Por ello,
durante el siglo XVII y XVIII los Llanos acogieron a misioneros católicos: Dominicos,
Franciscanos, Agustinos y, principalmente, Jesuitas, (Salcedo, 1995) cuyo único propósito era
“cristianizar a los bárbaros indígenas”. Los jesuitas tuvieron una primera llegada en 1625 tras la
cual establecieron contacto con los nativos, estudiaron y aprendieron sus lenguas con el propósito
de catequizarlos e imponerles la lengua española, y, para malestar de sus vecinos blancos y
mestizos, “se convirtieron en defensores de los indígenas” (Salcedo, 2000, p. 99). Por el
descontento y malestar que generaron los ignacianos en esta primera llegada, a órdenes de don
Julián de Cortázar, sucesor del arzobispo Arias de Ugarte, los ignacianos fueron obligados a
retirarse de estas tierras en 1628 (Salcedo, 2000).
No obstante, una segunda llegada de los Jesuitas a Casanare en 1661 les permitió establecer
las primeras haciendas-misiones. En los llanos de Casanare, Caribabare, Tocaría y Cravo serían
las principales haciendas; siendo la primera la más amplia en extensión con 450.000 hectáreas
(Rueda, 1989; citado en Salcedo, 2000) y mayor cantidad de ganado bovino y caballar (Enciso,
1989).
Esto se debe a que, pese a las condiciones geográficas de la Cordillera Oriental, las cuales
aíslan a los Llanos del resto de Colombia, los jesuitas lograron constituir cierta seguridad
económica gracias a la producción de carne vacuna que marcó la producción ganadera desde la
época hasta la actualidad; tanto así que en el gobierno del virrey Sebastián de Eslava (1740-1749)
obtuvieron un contrato para abastecer de carne de ganado bovino a Santafé de Bogotá y Tunja.
(Enciso, 1989; Salcedo 2000). Igualmente, lo comprobamos al observar la cantidad de ganado
vacuno que se contó en las haciendas para el momento de la expulsión jesuita de tierras españolas
en 1767: Caribabare registró una totalidad de 10.606 cabezas de ganado; Tocaría de 12.000 y
Cravo de 5.946 (Rausch, 1984, Colmenares, 1969, citados en Enciso, 1989). La actividad pecuaria
como pilar económico se ha mantenido como una constante a lo largo de la historia de Casanare.
En segundo lugar, la configuración del trabajo de llano, cuyas tareas principales consisten
en arriar, ordeñar y marcar el ganado, podríamos datarlas a actividades laborales de las haciendas-
misiones. Retomando el contrato anteriormente mencionado, con el propósito de movilizar al
ganado para cruzar la Cordillera Oriental, los llaneros tuvieron que aprender a arriarlo a través de
los ríos y las alturas de la cordillera; marcarlo para saber a cuál de las haciendas pertenecía y
ordeñarlo para su propio beneficio. El mismo espacio, economía, sociedad e historia fueron
moldeando las tareas del hombre con el ganado, y la jerga en relación con el trabajo de llano fue
constituyéndose gracias a la influencia española que protagonizaban los jesuitas en la vida de los
llaneros.
Aún en el siglo XXI, el trabajo de llano sigue siendo una de las tradiciones de gran orgullo
llanero aun cuando su participación en las actividades económicas de la región ya no es necesario
debido a la industrialización y el comercio. Canciones como Volveré a trabajar llano del Cholo
Valderrama o Así se trabaja llano de Jairo Parales hacen referencias a los instrumentos, las
actividades y los animales que están presentes en el trabajo de llano; entender expresiones como:
“desenredar un chicuaco”, “no llevo pegada soga porque como voy pa’ un hato escogeré la más
buena cuando baje el garabato” o “tomar café cerrero por ahí a golpe de cuatro, escuchar sonar
charnelas, relinchos, pitios y cantos”, es comprender parte de la cultura y la identidad que se
transmite por medio del lenguaje y la música. Igualmente, cuando canta “pa’ mostrarles un rato
como es que trabaja llano un casanareño nato” nos lleva a relacionar identidad-trabajo desde una
perspectiva de orgullo y amor por la tradición. Un casanareño nato de identidad llanera conoce por
herencia todo lo relacionado con este tipo de trabajo que se remonta a los tiempos de las haciendas-
misiones fundadas por la comunidad ignaciana.
Este fragmento, nos ilustra sobre la relación del llanero con el coleo; Villamil Torres es
conocido como el cantante coleador y en sus canciones describe la importancia de este deporte
para la vida de los llaneros, no desde una posición de fama deportiva, sino desde el mismo oficio
de la sabana. Hablar de coleo nos remite no solo a un estudio lingüístico referente a los términos
asociados al deporte tales como: hacer una campana, una campanilla, o un costado, sino también
a categorías como identidad-lenguaje. Cuando se dice la palabra coleador implica directamente
una reputación social diferente a decir ser un palafrenero (quien cuida los caballos de coleo). Este
elemento lexical representa toda una historia regional plasmada en la memoria colectiva y que
construye toda la significación de orgullo, honor, y fuerza del hombre llanero.
Los campeonatos de coleo, por su parte, causan movimiento económico debido a su
atracción turística, comercialización de caballos y apuestas. Sin embargo, debido a que en
Colombia es una actividad solamente realizada en los Llanos, su popularidad a nivel nacional no
es de gran alcance.
En la actualidad, desde una perspectiva lingüística podemos realizar un estudio lexical rico
en términos relacionados con la caballería, empero ese no es el objetivo del presente trabajo. No
obstante, mucha de esta terminología se encuentra presente en la música casanareña analizada en
esta investigación y fuertemente ligada a la identidad llanera. Canciones como: Símbolo Criollo
de Jorge Calderón, El Galope de Luis Ariel Rey, Mi Caballo y Yo, Caballo Rucio Caballo, Caballo!
de Cholo Valderrama, Ese Caballo es Robao o De a Caballo de Walter Silva son pocos ejemplos
de la variedad musical que trata el tema de la relación del hombre criollo con el caballo. ´
En este verso es posible ver, desde la cosmovisión del Cholo Valderrama, la posición que
tiene el caballo en la vida del hombre llanero. A través de la historia el papel del caballo ha sido
fundamental en el desarrollo de la identidad y la formación del folklor de los Llanos. Por medio
del caballo se trabaja, se canta al llano, se marcan los caminos y es el único compañero del hombre
por la sabana inmensa.
Herencia musical
Las haciendas-misiones fundadas por los hijos de Loyola, a pesar de haber tenido gran
éxito económico y, por lo tanto, ser de gran influencia en la formación identitaria de los Llanos,
tenían como objetivo primordial la reducción de los indígenas y su catequización. Los jesuitas, a
diferencia de otros misioneros que también estuvieron en los Llanos, tuvieron la capacidad de
acercarse a las culturas autóctonas con bastante éxito. Según Rausch (Citada en Bermudez, 1998)
había una totalidad de cinco reducciones en Casanare para 1711, en donde se rezaba el Rosario y
los niños y adultos cantaban las oraciones enseñadas por los ignacianos. La música y los cantos
fueron una herramienta usada por los jesuitas para atraer y reducir a los indígenas de la región; los
misioneros se encargaron de enseñar a los aborígenes cantos sagrados y los civiles cantos
populares, además de instrumentos como el arpa, la guitarra, flautas, entre otros (Martín, 1991) los
cuales a lo largo del tiempo fueron transformándose y mezclándose con instrumentos como las
maracas, de origen indígena, para tener hoy la música llanera.
Sin embargo, fue a partir del trabajo de llano que la música llanera comenzó a tomar forma
similar a la que conocemos hoy en día. Los llaneros comenzaron a crear tonadas, letras, silbidos,
japeos y gritos para calmar al ganado durante las infinitas caminatas por la inmensidad del llano,
para que se ajilara y siguiera al cabrestero por los ríos y sabanas, para que los espantos no lo
atemorizaran en las noches por los caminos ganaderos o para calmar a las vacas y facilitar el ordeño;
a partir de estos momentos, la música pasó a convertirse en el medio de expresión por excelencia
en los Llanos. Desde el año 2014, los cantos de ordeño, de vela, y de cabrestero fueron declarados
Patrimonio Cultural Inmaterial por el Ministerio de Cultura de Colombia y en el año 2017 pasaron
a ser Patrimonio Inmaterial de la Humanidad de acuerdo con la UNESCO.
Se podría decir que esta imposición lingüística del español dio paso a que esta lengua se
convirtiera en hegemónica en la zona y, más adelantes en la historia, el proceso de construcción
del dialecto llanero casanareño. El entorno y las dinámicas socioculturales mencionadas con
anterioridad son parte de la cosmovisión de los habitantes de la región que hoy se transmite por
medio de la lengua y la música. Los ejemplos lexicales mencionados a lo largo del capítulo:
libertad, trabajo, caballo, y coleo son palabras de origen castellano, empero los llaneros
casanareños le otorgaron toda una carga pragmática relacionada específicamente a su cotidianidad
y su contexto, y que representa su identidad en oposición a la identidad de otras regiones como la
antioqueña, boyacense o pastusa.
Hoy en día, al igual que como sucede con los cantos de trabajo de llano, las dinámicas
sociales, culturales y laborales que se han alejado de las tradiciones llaneras han influido en las
prácticas lingüísticas de los casanareños. Al modificarse el entorno y con el paso del tiempo se
modifica la lengua. La música llanera de cantautores Casanareños se convierte, entonces, en un
instrumento por medio del cual se puede contar al mundo las tradiciones y la cosmovisión del
llanero que aún conserva sus raíces criollas construidas a través de la historia.
En Colombia, pocos estudios enfocados en el dialecto llanero han tenido lugar por parte de
la comunidad académica. Uno de los pocos ejemplos que podríamos nombrar es la investigación
de María Isabel Vaca Vega y Delfín Rivera Salcedo titulada Léxico de la Ganadería en Casanare
del cual publicaron, en el 2017, el artículo Acepciones dialectales en el léxico de la ganadería en
el departamento de Casanare, Colombia. Por medio de esta investigación, los autores se acercan
a la comunidad ganadera de Casanare y realizan un análisis del uso del léxico propio del dialecto
llanero relacionado con la ganadería. Concluyen que esta variedad lexical es transmitida mediante
la oralidad y no por la escritura; por lo cual, es necesario llevar a cabo estudios semánticos y
pragmáticos que admitan una visión más detallada del dialecto casanareño que ha sido de poca
atención entre la comunidad colombiana.
Jamás morirás llanura – Walter Silva
Luego de la expulsión de los jesuitas en 1767, la organización social de los Llanos cambió.
La economía no volvió a recuperarse ni a tener el prestigio que obtuvieron los sistemas de comercio
que construyó la Compañía de Jesús. Según Rausch (1994) como consecuencia de la poca
presencia de soldados del Reino en los Llanos, la región se convirtió en un refugio para presos que
provenían de Venezuela o ex comuneros que huían de las represalias del Reino. A partir de este
momento, la visión que tienen los foráneos del hombre llanero comienza a tomar un giro hacia lo
violento, lo bárbaro y lo incivilizado.
Estos diversos hombres que se encontraban en los llanos vieron la ganadería, la caza, el
robo a los viajeros y el saqueo en fuentes de subsistencia, lo que dejaba ver a los llanos
como una zona peligrosa en la que el transito se debía hacer en compañía de fuerza armada,
pues las caravanas comerciales eran vulnerables ante los bandidos que se habían internado
en los llanos, la mayoría provenientes de la Capitanía de Venezuela (Rodríguez, s.f., p. 20).
Desde este momento, podemos comenzar a ver los primeros vestigios de violencia por parte
de los llaneros que después serían característicos de su actuar en las campañas de Independencia
del Virreinato de la Nueva Granada.
Durante estos tres años de guerra, de 1816 a 1819, la visión del otro hacía el hombre llanero
casanareño se dividió en dos opiniones completamente opuestas. Por un lado, para los realistas,
eran denominados los ladrones de Casanare (Restrepo, s.f.; citado en Medina 1916). Por otro lado,
su participación en la Campaña de Independencia les valió una reputación entre los
independentistas de hombres fuertes, valientes, osados y leales (Medina, 1916).
Los llaneros preservaron la causa patriota con gran sacrificio personal. Con
esfuerzos extraordinarios, adquirieron su propia libertad, la mantuvieron y se la dieron a
sus conciudadanos. Para fines del siglo XIX habría gratitud y reconocimiento. Para la
década de 1820, su recompensa fue la devastación de su provincia y el abandono por
parte del gobierno republicano
Una vez terminado el dominio español y con la instalación de Santander en Bogotá como
vicepresidente de la Gran Colombia, “el alcance del sacrificio ofrendado por Casanare en aras de
la victoria patriota se puso dolorosamente de manifiesto” (Rausch, 1989, p. 19). La prolongada
guerra disminuyó tanto a la ganadería como a la población civil. La economía se encontraba en
crisis y los soldados desempleados y no remunerados se convirtieron en vándalos.
Hoy en día, es posible observar que entre los colombianos no es tan común que conozcan
sobre la participación del pueblo llanero en la proclamación de la Independencia. En una encuesta
sobre los puntos de vista de los colombianos respecto a los Llanos realizada a 98 colombianos
nacidos en veinte departamentos distinto de Colombia y llevada a cabo por Leticia Arteaga, Stan
Malinowitz y Natalia Perozzo entre diciembre de 2004 y enero de 2005, se halló que el 67% se
encontraba en desacuerdo o desconocía que “los llaneros fueron valientes luchadores y que gracias
a ellos se ganó la Independencia, lograda en la Batalla de Boyacá el 7 de agosto de 1819” (Rausch,
2008).
Durante la segunda mitad de siglo XIX, las condiciones no cambiarían mucho para los
casanareños. La geografía siguió jugando un papel importante en el aislamiento de los Llanos pues
las rutas de acceso a estos territorios eran desfavorables, ya sea para comerciar como para crear
una unificación social con el resto de Colombia. De acuerdo con Ossa (1994) el poco comercio
que tenían las poblaciones llaneras con el interior del país se daba por medio de las rutas fluviales
del Río Meta y Orinoco. Pueblos como Támara, Nunchía, Orocué, Trinidad y Marroquín tenían
redes de mercado de productos como carne, algodón y café; sin embargo, el prestigio económico
que tuvieron los Llanos gracias a los misioneros ignacianos nunca volvió a ser calificativo para los
llaneros.
Para la primera mitad del siglo XX, pocos cambios se hicieron en las carreteras para acceder
a las llanuras. El avión significó un nuevo medio de transporte por el cual se podía entrar a los
Llanos y, por esta razón, la mayoría de las poblaciones casanareñas construyeron aeropuertos
durante el siglo XX; aunque esto no se reflejó en un aumento del desarrollo regional. (Ossa, 1994).
Los Llanos, una vez más, tomaron el papel de refugio para todas las familias liberales que
huían de las violencias de los chulavitas. De esta manera, un fenómeno de homogeneidad política
tuvo lugar en los Llanos y las guerrillas liberales se fortificaron en esta zona (Rodríguez, 2009;
Álvarez Pinilla, 2013).
El desarrollo económico significó nuevas vías de acceso a la región que dejarían atrás parte
del aislamiento geográfico que fue tan representativo en la historia de Casanare. Además, en la
Constitución Política de 1991, Casanare pasó de tener la entidad de intendencia a convertirse en
un departamento según la configuración territorial de Colombia. El crecimiento económico y
demográfico al igual que una mayor participación política frente al contexto nacional se atribuyen
a esta nueva actividad económica.
El dialecto llanero, entonces, se redujo a los hatos y centros rurales donde las actividades
ganaderas y las dinámicas tradicionales se mantuvieron alejadas de los procesos globalizados de
consumo, conectividad mundial, e industrialización que vivimos especialmente en las zonas
urbanas en la actualidad. En este contexto, la música llanera se convirtió en un vehículo de
transmisión cultural y lingüística que utilizan los cantautores para posicionarse musical y
políticamente en un contexto nacional donde la llaneridad se encuentra en una esfera perceptiva
de conflicto armado y de aislamiento geográfico. Por medio de la música, los artistas presentan la
tradición y la identidad llanera, desde su propia perspectiva, a los colombianos y al mundo y, así,
reconstruir la percepción que tiene el otro, el foráneo, respecto al llanero y a los Llanos.
Es llanero distinto a soy llanero
Al conocer la historia de los Llanos, podríamos observar que la Cordillera Andina fue
protagonista en el aislamiento de esta región en relación con el resto del país; en consecuencia, el
desarrollo económico, la participación política y la construcción cultural de Casanare fueron
moldeados por las condiciones geográficas que dificultaban el acceso a esta zona desde los otros
centros de desarrollo como Bogotá o Tunja. Mientras Bogotá se convirtió en la capital del país y
el desarrollo se dirigió a la zona cafetera y los puertos marítimos, Casanare y la zona de los Llanos
entraron a jugar un papel representativo en el contexto nacional hasta el descubrimiento de los
pozos de hidrocarburos que traerían progreso económico a la región, sin ahondar en las
consecuencias medioambientales y sociales que también se desencadenarían con el paso del
tiempo. Teniendo esto en cuenta, la integración de Casanare a la agenda económica nacional,
ocasionada por el boom petrolero, no solo brindó a los casanareños mayor representación política
y económica a nivel nacional, sino que también suscitó la formación de imaginarios por parte de
los colombianos que dieran respuesta a cómo es la identidad y la cultura de los habitantes de esta
región que antes se encontraba en una situación de aislamiento.
A partir de esto, podríamos afirmar que en Colombia la llaneridad es observada desde dos
focos distintos: la identidad llanera construida como propia, es decir soy llanero, y la identidad
llanera construida desde el exterior, es decir es llanero. Por un lado, identificarse con ser llanero
conlleva toda la construcción histórica anteriormente narrada: la libertad que otorga la planicie y
la vista del horizonte; la conexión con el caballo nacida del trabajo, pero también del
acompañamiento en la soledad de la llanura, y el coleo como memoria de la faena de los ancestros
y forma de entretenimiento y prestigio social en la actualidad, entre otros ejemplos. Los individuos
de una misma comunidad se identifican con estos factores y, por lo tanto, se vuelven rasgos
compartidos que forman parte de una misma identidad colectiva: la identidad llanera.
Por otro lado, desde el otro la identidad llanera pasa a ser construida desde una percepción
exterior de la región. De acuerdo con la historia previamente narrada, lo llanero era casi
desconocido por parte del resto del país hasta la década de 1990. Antes de este período, dos eventos
fueron esenciales para construir la llaneridad frente al contexto nacional: las campañas
independentistas y la época de La Violencia en Colombia. En el primer caso, a pesar de que
Casanare fue protagonista en la declaración de la Independencia, poco tiempo se mantuvo esta
participación en la mente de los colombianos (Rausch, 1986). En el segundo caso, más reciente y
por ello más fresco en la memoria colombiana, fue juzgado desde dos percepciones distintas: los
liberales lo reconocieron con gran orgullo y ánimo mientras los conservadores lo observaron como
muestras de violencia y barbarie. Finalmente, desde el descubrimiento de petróleo, el colombiano
construye la identidad del otro llanero dependiendo del contacto con las expresiones culturales de
esta región a las que tenga acceso; ejemplo: la música y el dialecto.
En este sentido, la relación identidad-lengua pasa a ser una noción que nos permite estudiar
a la comunidad casanareña desde un punto de vista cultural y lingüístico. Como ya se mencionó
anteriormente, factores políticos, sociales o económicos influencian la construcción del prestigio
que se le otorga a una comunidad en contraste con las otras regiones de Colombia. Según Blanch
(1972), en los años de la colonia el mayor prestigio era otorgado a España, y luego de las
Independencias, a las capitales de cada república. Este prestigio dado por factores extralingüísticos
se refleja en el prestigio lingüístico: “la autoridad y fuerza expansiva de cualquier norma
idiomática” (Blanch, 1972, p. 29). En el caso de Colombia, sería posible afirmar que la autoridad
idiomática la tiene el dialecto bogotano dado que la ciudad de Bogotá es el centro político del país,
además de tener poder económico, social, cultural y educativo, lo que le da un valor no lingüístico
al dialecto. De esta forma, se le considera una de las formas “más correctas” del habla colombiana.
Podríamos evidenciar el prestigio lingüístico de este dialecto en la existencia de una cantidad
amplia en estudios lingüísticos situados en esta zona. Por el contrario, los estudios lingüísticos,
por parte de instituciones investigadoras, dirigidos al dialecto llanero son escasos, casi nulos. Por
ejemplo, se encontraron muy pocas investigaciones relacionadas con aspectos lingüísticos o
sociolingüísticos del dialecto llanero en proyectos de pregrado o de maestrías en universidades
como la Universidad Javeriana, la Universidad Nacional de Colombia, la Universidad de los Andes,
o instituciones como el Instituto Caro y Cuervo, o incluso en universidades como la Universidad
del Trópico Americano ubicada en Yopal, Casanare.
Ahora bien, de acuerdo con Moreno (1998) “los hablantes suelen tener una clara conciencia
del prestigio de su variedad y de la distancia que la separa … de otras variedades” (p. 93). De esta
manera, la categoría de prestigio lingüístico cobra importancia en el presente estudio en cuanto los
hablantes del dialecto casanareño sean conscientes de cuál es el prestigio de su dialecto y, a partir
de esto, se forjen sus actitudes lingüísticas.
Según Moreno (1998) “la actitud lingüística es una manifestación de la actitud social de
los individuos, distinguida por centrarse y referirse específicamente tanto a la lengua como al uso
que de ella se hace en sociedad” (p. 177). Bajo esta definición, es posible afirmar que: por un lado,
si el casanareño tiene una actitud social positiva con respecto a su propia identidad, es decir de
orgullo y aprecio, su actitud lingüística, igualmente, será positiva y afectará gratamente la vitalidad
del dialecto de Casanare; por otro lado, si el casanareño percibe que su variedad dialectal es
causante de actitudes negativas hacia él por parte del otro y esto afecta su actitud lingüística frente
a su propio dialecto, tendrá consecuencias en la preservación de este dialecto en el contexto
nacional.
Ahora bien, podríamos afirmar que las actitudes lingüísticas de los cantautores de Casanare
se reflejan en la música llanera de su autoría; en la música está presente el dialecto de Casanare
desde una expresión de orgullo y muestra identitaria. Cuando se canta a la llanura, al caballo, al
trabajo, al coleo, etc. Se pone en evidencia el amor que siente el hombre casanareño hacia su tierra
y sus tradiciones. De acuerdo con Obediente (1999, citado por Castro, 2015)
Objetivos específicos
i. Reconocer los fenómenos lingüísticos distintivos del dialecto llanero de Casanare a través
de un corpus de cinco canciones de artistas casanareños
ii. Identificar los elementos identitarios implícitos en las canciones de joropo de artistas de
Casanare y la interacciones que tienen los casanareños con estas canciones
iii. Interpretar las percepciones que tienen los casanareños sobre su identidad social en relación
con el contexto nacional y develar las actitudes lingüísticas a partir del uso de su dialecto
Llanero, sí soy llanero (marco teórico)
“Llanero, sí soy llanero” canta a todo pulmón el Cholo Valderrama.
Con esta oración de cuatro palabras, el Cholo está poniendo de manifiesto que comparte
elementos culturales, sociales, históricos, y lingüísticos con una comunidad, específicamente con
la comunidad llanera. Cuando dice: “soy llanero”, no solamente hace alusión a su individualidad
expresada en la conjugación del verbo ser, sino a la colectividad con la que se identifica: la
comunidad llanera. Podemos afirmar, entonces, que tanto la identidad individual como la identidad
social son elementos que convergen en un mismo sujeto.
Dado que el objetivo general de esta investigación es analizar el papel de la música llanera
en relación con ciertos fenómenos lingüísticos y sociolingüísticos del habla y de la identidad
casanareña, en el presente marco teórico es necesario aclarar por qué se habla de ser llanero de
Casanare, pues esto atiende a la cuestión de la identidad. Para esto, se examinará en primer lugar
el concepto de la identidad social; este es de relevancia para la investigación tanto por llevar una
función cohesiva de la comunidad llanera como por ser un factor extralingüístico que influye en
la determinación del prestigio lingüístico dentro del contexto colombiano.
Ahora bien, debido a que para la presente investigación convergen elementos lingüísticos
y sociales, dentro del marco teórico-conceptual se analizarán los conceptos desde disciplinas que
abarquen todas las esferas que van a ser investigadas. Se comenzará por la psicología social, para
entender la identidad social, atributo que se pone de manifiesto en las canciones de música llanera
y que está involucrado con la valoración y el prestigio social y lingüístico. Luego nos dirigiremos
a disciplinas enfocadas en la lengua como la dialectología, desde la cual se explicará los fenómenos
lingüísticos de estudio observados en las letras de las canciones a analiza. Finalmente, se hará uso
de herramientas de la sociolingüística, ya que esta nos permite analizar la lengua, en este caso, el
dialecto casanareño, en conjunto con los rasgos sociales que dan explicación a la relación dialecto-
prestigio.
Sin embargo, la pertenencia a una comunidad está permeada por procesos mentales que en
un inicio Tajfel no profundizó. Por ello, de la teoría de la identidad social, Turner (1984, citado
por Jenkins, 2004) postuló la teoría de la autocategorización. Según él
Por medio de esta teoría, se profundiza la identidad social no solo como la autoconsciencia
de pertenencia a un grupo, como lo expresaba Tajfel, sino también la identidad social como
elemento diferenciador. Es decir, soy llanero tanto porque comparto rasgos con otros individuos
(sense of similarity), como porque yo y estos mismos individuos, los llaneros, somos diferentes a
los paisas, los boyacenses, los pastusos o los santandereanos (in-out distinction). La identidad
social se establece, entonces, como una forma de diferenciación de micro-sociedades: las regiones
colombianas, que hacen parte de una misma macro-sociedad: Colombia.
Teniendo en cuenta lo anterior, además de los elementos de semejanza culturales por medio
de los cuales los individuos se identifican con un grupo específico, también podríamos afirmar que
los rasgos lingüísticos compartidos por un grupo social son otro elemento que juega un papel
esencial en la cohesión de la identidad social. Tal como nos dice Amorós (2014, citado por Beljić,
2015) la lengua es “el símbolo de pertenencia a un colectivo y distanciamiento de otros” (p. 90).
Lo que nos indica que la lengua hace parte del proceso cognitivo de la autocategorización que
menciona la psicología social para la construcción de la identidad social.
Teniendo en cuenta este enfoque, la lengua es un elemento de cohesión que los individuos,
quienes, en un proceso cognitivo de autoconcepto y categorización, asumen como propia y
compartida con otros miembros del grupo con el que se identifican y diferente al de un grupo ajeno
al suyo. Por lo tanto, es necesario dirigirnos específicamente al componente lingüístico a analizar
en la presente investigación: el dialecto llanero de Casanare. Para el desarrollo de este trabajo,
analizaremos esta variedad lingüística como un elemento de cohesión de la identidad social de los
casanareños.
Los juicios de valor referidos a la corrección y pureza de las variedades lingüísticas son
sociales más que lingüísticos. No hay nada en absoluto que sea inherente a las variedades
no estándares y que las haga inferiores. Cualquier inferioridad aparente sólo se debe a su
relación con hablantes pertenecientes a grupos no privilegiados y de bajo estatus (p. 44).
Por ello, pese a la noción de que existen variedades más prestigiosas que otras, es necesario
afirmar que su configuración obedece a un carácter plenamente social, político, económico,
cultural, entre otros factores extralingüísticos. Así, por medio de la autocategorización que
conlleva a la construcción de la identidad social, también se establecen los juicios de valor que
determinarán el prestigio lingüístico de una variedad sobre otra.
Debido a su carácter social, las variedades lingüísticas prestigiosas tienden a ser aquellas
que pertenecen a los grupos sociales de prestigio. De acuerdo con Bernal Chávez (2016) “las
variedades estándares tienen estatus en tanto se establecen e instauran desde el poder
socioeconómico, político y cultural, los medios de comunicación, los sistemas educativos, y las
instituciones gubernamentales” (p. 29). Con lo que concuerda Hernández-Campoy (s.f, citado por
Caro, 2015) cuando afirma que “las variedades no estándares son consideradas inferiores a las
estándares precisamente porque, al ser usadas por grupos no prestigiosos, cuentan con un menor
estatus social” (p. 44).
Ahora bien, una vez establecido que por cuestiones históricas el léxico regional de
Casanare se posiciona en una situación sociolingüística no-estándar, y por lo tanto no-prestigiosa,
es necesario dirigirnos al enfoque que Labov le otorga al concepto de prestigio. Según Labov (1972,
citado por Muñoz Valero, 2019) entre una comunidad de habla existe lo que el acuña como
prestigio encubierto. Este concepto hace referencia al valor positivo que los hablantes le otorgan
a una variedad, aun cuando esta es considerada incorrecta o inferior. Por lo tanto, el prestigio
encubierto se opone al prestigio manifiesto, el cual es aquel que tienen las variedades estándares
o normativas. Este valor positivo frente al propio dialecto puede ser observado por medio de las
actitudes lingüísticas que los hablantes tienen frente a esta variedad.
Ahora bien, desde la sociolingüística, Moreno Fernández (1988) afirma que “la actitud
lingüística es una manifestación de la actitud social de los individuos, distinguida por centrarse y
referirse específicamente tanto a la lengua como al uso que de ella se hace en sociedad” (p. 177).
En este caso, encontramos que los comportamientos sociales afectan directamente los
comportamientos lingüísticos. Es decir, y retomando la teoría de la identidad social, si por medio
de la autocategorización se establecen valores positivos a la identidad social a la que se pertenece,
la variedad lingüística con la que se identifica también reflejará estos valores por medio de
actitudes lingüísticas favorables.
En el estudio concreto a analizar en esta investigación, podríamos afirmar que las actitudes
lingüísticas de los cantautores frente a su propia variedad lingüística pueden visualizarse por medio
de sus composiciones musicales. El uso de los rasgos lexicales característicos del léxico regional
de Casanare que están presentes en las canciones puede ser reflejo de factores afectivos favorables
frente al habla propia.
Según Fishman (1988) y Cestero y Paredes (2015) (citados por Gil & Mejía, 2020), se
distinguen dos enfoques teóricos de las actitudes lingüísticas: el mentalista, que afirma que las
actitudes lingüísticas son un proceso mental no observable que debe ser analizado por medio de
un autoexamen, y el conductual, “según el cual las actitudes lingüísticas son realidades
observables, en la medida en que son dependientes de variables externas que producen una actitud
lingüística determinada” (p. 41-42).
Por un lado, para el enfoque conductual, es necesaria la acción de un estímulo que genere
una respuesta (conducta) frente a un objeto en concreto (una lengua o una variante de lengua).
Por otro lado, desde la sociolingüística el enfoque mentalista ha sido el más utilizado a la
hora de estudiar las actitudes lingüísticas. Según Giles y Bourhis (1976), López (1989) y Fasold
(1993) (citados por Castillo Hernández, 2006) este enfoque se constituye de tres componentes.
De acuerdo con esto, para el presente trabajo se estudiarán los componentes afectivos y
conductuales de los cantautores casanareños frente al habla regional de Casanare. Desde este
enfoque, si las actitudes lingüísticas de los cantautores son positivas y favorables en relación con
el habla regional de Casanare, sería posible afirmar la existencia de prestigio encubierto dentro
de la comunidad de habla de los artistas de música llanera. Debido a que, como ya se comprobó
anteriormente, esta variedad lingüística es considerada no-estándar e incorrecta dentro del contexto
colombiano, y, por lo tanto, actitudes positivas son prueba de una valoración positiva aun cuando
los hablantes sean conscientes de que su variedad no es prestigiosa, es decir, prestigio encubierto
de acuerdo con la definición de Labov (1972) explicada anteriormente.
Marco metodológico
Partiendo de que el objetivo general de la investigación es analizar el papel de la música
llanera en relación con la identidad casanareña y con ciertos fenómenos lingüísticos y
sociolingüísticos del habla de los habitantes de Casanare, se diseñó una ruta metodológica por
etapas que resolvieran cada uno de los objetivos específicos y que, en una etapa final, al triangular
la información se diera respuesta a las tres preguntas iniciales de la investigación y, en
consecuencia, al objetivo general.
En cuanto a los datos recolectados, hubo dos tipos de muestra que se analizaron. Por un
lado, las letras de las canciones como instrumento que visibiliza rasgos lingüísticos e identitarios
de los llaneros. Por otro lado, una muestra que recogió información directamente de los
casanareños; esta se dividió en dos tipos distintos de recolección de datos: en primer lugar, cuatro
entrevistas semiestructuradas a agentes involucrados en el proceso musical, es decir, un
compositor, un intérprete y dos oyentes de distinta generación; en segundo lugar, una encuesta
diseñada para recopilar datos sobre los significados que le otorgan los casanareños a la música en
relación con su identidad social.
Establecido esto, se debe resaltar que, aunque se primó por un enfoque de tipo cualitativo,
el cuestionario que se diseñó para la encuesta tuvo preguntas que recogían información tanto de
tipo interpretativo como numérico, lo que le da el carácter mixto a la investigación. Según Sampieri,
Fernández & Baptista (2014) “los métodos mixtos representan un conjunto de procesos
sistemáticos, empíricos y críticos de investigación e implican la recolección y el análisis de datos
cuantitativos y cualitativos, así como su integración y discusión conjunta” (p. 534).
Ahora bien, este muestreo se explicará a mayor profundidad en cada una de las fases de la
ruta metodológica que se presenta a continuación:
Etapa uno
Reconocer los fenómenos lingüísticos distintivos del dialecto llanero de Casanare a través de un
corpus de cinco letras de canciones de artistas casanareños
1. Criollo sortario compuesta por Cachi Ortegón e interpretada por Lorgio Rodríguez:
https://www.youtube.com/watch?v=QyaCIpkRLX8
2. Mi viejo hato interpretada por Villamil Torres:
https://www.youtube.com/watch?v=DtfL3ooxDJ4
3. Yo no le vendo mi fundo compuesta por Cachi Ortegón e interpretada por Cholo
Valderrama: https://www.youtube.com/watch?v=8oMca-euCtA
4. La herencia del caballicero interpretada por Tulio Amaro:
https://www.youtube.com/watch?v=FHraxbTeGlY
5. Pan de Pobre interpretada por Walter Silva:
https://www.youtube.com/watch?v=vxIHkMW4ebw
De esta forma, la primera muestra a analizar son las cinco canciones elegidas a través de
este proceso. Debido a la naturaleza lingüística de este objetivo, se analizaron las canciones en
busca de elementos lexicales característicos del dialecto llanero, este proceso puede observarse en
los anexos (anexo I). Tal como dice Wittgenstein (citado por Sarro, 2015) “los límites de mi
lenguaje significan los límites de mi mundo” (p. 45), de forma que, al recopilar los aspectos
lingüísticos plasmados en las canciones de música llanera, es posible tener una visión del mundo
de los llaneros a través de la música.
Una vez reconocidas estas palabras, se investigaron los significados en relación con el
contexto propuesto en la canción; para llevar esto a cabo, la investigadora se dirigió a personas de
ascendencia llanera que han vivido en los contextos de hato y trabajo de llano, a libros de botánica
del Orinoco, y a búsquedas en internet con el fin de definir cada palabra dependiendo de su
significado en el contexto de la canción.
Etapa dos
Identificar los elementos identitarios implícitos en las canciones de joropo de artistas de
Casanare y la interacciones que tienen los casanareños con estas canciones
Una vez entendida la terminología criolla que da cuenta de la cosmovisión de los llaneros,
se observan las letras de las canciones en busca de fragmentos concretos que reflejen aspectos
identitarios de la vida en el Llano. Dada la naturaleza cualitativa-interpretativa de la investigación,
como casanareña, interpreté estas nociones identitarias a la luz de mis experiencias previas con el
llano y los llaneros. De acuerdo con Sampieri, Fernández & Baptista (2014) “la investigación
cualitativa se fundamenta en una perspectiva interpretativa centrada en el entendimiento del
significado de las acciones de seres vivos" (p. 9). Esto se hace con el fin de no solo entender la
música como un archivo que revela simplemente nociones lingüísticas, sino también que visibiliza
aspectos generalizados de la identidad de los llaneros.
Con el fin de traspasar la visión de la música como un simple instrumento que recoge y
reproduce nociones lingüísticas e identitarias, nos dirigimos directamente a los casanareños para
ahondar en la relación música-identidad. De esta forma, surgieron las otras dos herramientas de
recolección de datos previamente mencionadas: la entrevista semiestructurada y la encuesta. Para
la primera, la muestra se enfocó en agentes que estuviesen directamente vinculados con la música:
un compositor, un intérprete, y dos oyentes de distinta generación y género, la primera fue una
yopaleña de 23 años, el segundo un hombre de 52 años nacido y criado en Monterrey, Casanare;
esto nos da un total de cuatro entrevistados. Los participantes otorgaron el consentimiento de usar
sus nombres en el presente documento investigativo, por ello a lo largo del texto serán citados bajo
su nombre y especificando que fue una comunicación personal con su respectiva fecha.
Esta modalidad de entrevista es de relevancia para este tipo de investigación debido a su carácter
conversacional que facilita la interacción horizontal entre los participantes y el investigador (Diaz
Martínez, 2004; citado por Ozonas & Pérez, 2004), puesto que lo que se busca es obtener
información de la forma más natural posible de parte de los entrevistados.
Con estas entrevistas se buscó identificar el significado de la música en cada uno de estos
niveles individuales de apropiación musical: compositor, intérprete y oyente. Para el diseño de esta
entrevista, la sección de las generalidades iba enfocada en opiniones con respecto a la música en
la sociedad casanareña; la sección específica indagó a profundidad la relación del informante con
la música tanto a nivel lingüístico como identitario desde su posición como compositor, intérprete
u oyente. El modelo de la entrevista se encuentra en los anexos (anexo III) del documento al final
del texto.
Para la segunda, la encuesta tuvo el objetivo de obtener una muestra más amplia para
aumentar la precisión y legitimidad de las conclusiones. Se retomó como instrumento que facilita
la recolección de información y su correspondiente análisis. De acuerdo con Martín (2011) la
encuesta permite “la utilización de muestras que pretenden representar a la población objeto de
estudio” (p. 7), es decir, a la población casanareña. Al igual que con las entrevistas, este
instrumento se diseñó para entender en mayor amplitud la interacción de los casanareños con la
música llanera. De acuerdo con Fouce (2008) “la música aparece como algo que une a los hombres
por encima de sus culturas, pero al mismo tiempo estas nos sitúan en posiciones concretas de
escucha y de valoración de la música de las que no podemos escapar” (p. 4).
Para esta encuesta se obtuvo un total de 95 participantes y por lo tanto 95 muestras
diferentes de las vivencias de lo llanero. A lo largo del capítulo Territorio, Identidad y Lenguaje,
donde se analiza la información obtenida por medio de este instrumento de investigación,
aparecerá en paréntesis el número del participante que dio la información cada que esta sea
requerida para propósitos argumentativos. Esto se realizará de esta forma dado que al ser la
encuesta anónima no tenemos ni los permisos requeridos ni la identidad de los encuestados. De
igual forma, la encuesta puede observarse en la sección de anexo (anexo II).
Etapa tres
Interpretar las percepciones que tienen los casanareños sobre su identidad social en relación
con el contexto nacional y develar las actitudes lingüísticas en relación con el uso de su dialecto
Para la recolección de información de esta etapa, se hizo uso de las entrevistas y la encuesta
previamente mencionada. Durante el diseño de estas, se elaboraron preguntas enfocadas
directamente en las opiniones de los informantes en relación con su identidad social y con el
dialecto llanero. Tal como se mencionó anteriormente, esto se realizó con el propósito de no solo
entender la música en sí misma como herramienta de análisis lingüístico e identitario, sino también
comprenderla en relación con los seres humanos a los que interpela. Estos puntos, identidad y
lengua, se observaron a la luz del contexto sociolingüístico y sociopolítico actual de Colombia;
por ello, durante la elaboración de estos instrumentos, también se atendió a establecer preguntas
que revelaran estas dos nociones.
Para el estudio de las actitudes lingüísticas, se empleó el método directo propuesto por
Ryan, Giles y Hewstone (1998, citados por Caro, 2015). Este método se caracteriza por preguntar
directamente a la población a analizar sobre sus opiniones con respecto a la lengua o variante
lingüística de estudio (Álvarez, Martínez & Urdaneta, 2001).
Etapa final
Finalmente, cada una de estas etapas otorgaron datos relevantes que permiten dar
explicación a la identidad social de los casanareños, pero también a los aspectos lingüísticos y
sociolingüísticos presentes tanto en las canciones como en el habla de los individuos. Una vez más,
se atendió al carácter interpretativo de la investigación que permitía posicionar a la investigadora
como casanareña que también está interpelada por estas cuestiones teóricas que se buscaron
analizar.
En este punto, se ven las tres nociones teóricas: dialectología, sociolingüística e identidad
social como elementos que se relacionan entre sí y no como aspectos asilados como se mostró en
las etapas precedentes. De acuerdo con Sampieri, Fernández & Baptista (2014), la investigación
cualitativa da cuenta de una “acción indagatoria [que] se mueve de manera dinámica en ambos
sentidos: entre los hechos y su interpretación, y resulta un proceso más bien “circular” (p. 7).
La música
Para componerle al llano, yo no le compongo al llano, el llano me dicta, el llano está ahí; el
llano… él mismo necesita que alguien le transmita al mundo lo que es él y por eso escoge
algunos talentos, algunos cantadores.
En el caso particular de América, la música, al igual que la población de estas tierras, tiene
un tono mestizo. En la música se puede leer la historia de América: los ritmos, los instrumentos y
las voces indígenas, africanas, y europeas se mezclaron a lo largo de los siglos de colonización y
trajeron a luz nuevos géneros que ahora hacen parte de las identidades de los pueblos americanos.
Por medio de la música los pueblos hablan, se quejan, o vehiculizan su cultura.
Ahora bien, al igual que el resto de los Llanos colombianos, el joropo permaneció exclusivo
para los llaneros a causa de la barrera geográfica de la que se ha hablado anteriormente. Según
Baquero (1990) la marginación sociopolítica de los Llanos permitió que, al mantenerse alejada de
los contextos musicales de la nación, la música llanera adquiriera madurez por sí misma como una
1
Esta aclaración se hace a propósito de las discusiones referentes a los orígenes colombianos o venezolanos de la
música llanera y de los instrumentos que se usan en su interpretación.
realidad propia de los contextos llaneros. Los cambios socioculturales que han tenido lugar a partir
de la década de 1980 han modificado las dinámicas musicales; sin embargo, aún es posible percibir
las tradiciones, la identidad del pueblo llanero, y la historia del llano a través de las composiciones
musicales.
Debido a esta riqueza de análisis que ofrece la música, el presente trabajo retoma la letra
de cinco canciones de artistas casanareños como referente de análisis con el objetivo de
interpretarlas a la luz de la lingüística y algunas perspectivas de la psicología social y de las
ciencias sociales. Esta primera parte estará dividida en tres secciones. En la primera, se identifican
los fenómenos lexicales y fonéticos que se pueden evidenciar en el corpus de canciones. En la
segunda, se interpretan los textos en función de la identidad social de los llaneros. En la tercera, se
analizan los datos obtenidos de la encuesta y las entrevistas, realizadas en la etapa de recolección
de datos, en relación con los sentimientos y la identificación de los casanareños con la música
llanera. Por lo tanto, este trabajo pretende entender el valor de la música a la luz de una perspectiva
transdisciplinar.
Hablo criollo
En esta sección, me gustaría referirme a la música como un instrumento de divulgación
lingüística, cultural y regional. Cada una de las cinco canciones analizadas en este trabajo reflejan
parte de la riqueza dialectal y, en consecuencia, regional y cultural que existe en Casanare. Es
preciso recordar que, para las sociedades, la lengua no solo tiene importancia en cuanto
herramienta principal durante el acto comunicativo sino también “nos ayuda a dar sentido al
mundo” (Romaine, 1994, p. 42).
Tal como Wittgenstein (citado por Sarro, 2015) afirma: “los límites de mi lenguaje significan
los límites de mi mundo” (p. 45), es decir, hasta el punto donde mi lenguaje alcance a nombrar
puedo entender mi realidad física. Por esta razón, cuando Cachi Ortegón dice: “entonces, un
‘cachilapo’ ¿qué es? Un cachilapo es, evidentemente es, y ¿para qué cambiarlo?” (comunicación
personal, 23 de febrero del 2021), demuestra que a partir de la lengua él entiende su realidad. Un
cachilapo es aquella res sin marca, cimarrona y difícil de enlazar que, en el contexto llanero,
además, adquiere significado debido a una historia de ganadería extensiva como principal fuente
de trabajo que permite la existencia de reses sin dueño. ¿Para qué cambiarlo? Simplemente es, y
es a través del propio término “cachilapo” que se transmiten esa connotación sociocultural propia
del colectivo (Moreno, 1998).
Debido a esta relación entre la realidad y el lenguaje, los textos de las canciones elegidas para
este trabajo cuentan con una variedad de léxico vinculado a la cosmovisión del hombre llanero;
sin embargo, no nos referiremos simplemente a elementos lexicales, aunque estos sí ocupen la
mayor parte del análisis de esta sección sino también a características fonéticas observadas en el
corpus de canciones. Los rasgos lexicales se explicarán en primer lugar, y se dividirán en tres
fenómenos: fenómeno lingüístico de cambio de referente, fenómeno lingüístico de derivación y,
agrupación por campo semántico. Ahora bien, en el análisis de las canciones es posible identificar,
además, variaciones en la pronunciación de palabras que, a la luz de lingüística, se denominan
fenómenos de cambio y supresión fonemas.
2
https://dle.rae.es/
3
Utilizado también como sustantivo
3 Mandador (m. y f.) Mandadora. Persona que cuida una (m.) Artefacto artesanal hecho de bolillo de madera
hacienda y ayuda al patrón en su dura con un agujero en la punta que sostiene un
administración. 2. Persona que manda. 3. metro de rejo. Se utiliza para corregir, azotar,
Persona que lleva un mandado o embajada. espantar, castigar animales y humanos.
4 Manija (f.) Abrazadera de metal con que se asegura (f.) Instrumento de palo en forma de pesa que se usa
algo. para apilar el arroz en el pilón. Según la RAE se le
conoce como “majadero/ra”.
4 Marota (f. México) Marimacho. (f.) Rejo largo que se utiliza para lajear ganado.
3 Mocho (adj.) Dicho especialmente de un animal (m.) Caballo
cornudo, de un árbol o de una torre: Que
carece de punta o de la debida terminación.
2 Muñeco (m.) Figura de persona, hecha generalmente (m.) Palo rollizo de aproximadamente 2.50m de
de plástico, trapo o goma, que sirve de altura enterrado al suelo con la punta en forma de
juguete o de adorno. reloj de arena donde se amarra el animal (potros,
machos o mulas) con el objetivo de amansarlos.
2 Patriotas (m. y f.) Singular. Persona que tiene amor a (f. pl.) Anillos de lazo o rejo crudo que se ajustan a
su patria y procura todo su bien. las patas del caballo en la parte del mamón y que
son fáciles de soltar para dejar libre al caballo. Se
pueden unir a un lazo que una las patas delanteras
con las traseras para controlar el paso de la bestia.
También se conocen como “sueltas”.
5 Pijotero/ra (adj. despect.) Que causa hastío o molestia. (Adj.) Referente al más pequeño de los niños. U. t.
U. t. c. s. c. s.
El segundo fenómeno lexical que se pudo observar en el análisis del corpus de canciones es la derivación de términos a partir de
una palabra base perteneciente al código lingüístico macro en el cual se enmarca el habla regional casanareña, es decir, el español. Sin
embargo, debe aclararse que, a diferencia del fenómeno lingüístico anterior, el significado entre el término base y el derivado sigue
estando relacionado. Esta derivación se puede dar en dos casos:
• Modificación de la categoría gramatical: se puede interpretar por el contexto de la canción en el cual se usa la palabra, que estas
nacen debido a que la categoría gramatical del término base no funciona en el contexto de la oración. Por lo tanto, partiendo del
mismo lexema surge una nueva palabra con una categoría gramatical distinta.
Tabla 2
Modificación de la categoría gramatical
4
Las categorías gramaticales y los significados de las palabras de esta columna son las que aparecen en el Diccionario de la Lengua Española.
5
Contexto en la canción.
3 Lamber (v. Lambedora (f.) Pasto nativo. Crece en los bajos y es Cambió la lambedora, la grama y la
tr.) de sabor dulce. guaratara por un pasto vagabundo.
3 Mañoso (adj.) Mañosera (f.) Una mata de monte en la sabana Encerró lo que era suelto, acabó las
retirada de la casa del hato donde un mañoseras y revolcó los bajumbos
grupo de reses mañosas que no tienen
hierro se instalan, se reproducen y
mueren alejadas del contacto con el
humano.
1 Mayo (n.) Mayero (adj.) Relativo al mes de mayo. Pues como nací mayero, en mayo hay
mucha chanilla.
4 Pasitrote (m.) Pasitrotero Animal de paso llano. Y un zaino pasitrotero
(adj.)
4 Tigre (m.) Tigrero (adj.) Que caza tigres. Una ruana y una lanza de cuando él era
tigrero.
3 Verija (f.) Verijero (adj.) Hecho con la verija de la res. Al ser un El patio donde enlacé montado en un
cuero más delgado y suave se mandador con un rejo verijero
convierte en el rejo con el que los
niños aprenden a enlazar.
• Modificación del referente: es posible observar que hay palabras base que tienen una categoría gramatical que persiste en el
término derivado; sin embargo, se modifica morfológicamente cuando el significado de la palabra base no es exactamente lo que
el llanero quiere expresar, aunque sí está relacionado.
Tabla 3
Modificación del referente
Para finalizar la subsección del léxico, se agruparon palabras en cuatro campos semánticos: los animales (Tabla 4), las plantas (Tabla
5), el trabajo (Tabla 6) y lo doméstico (Tabla 7). Estas palabras representan la forma en la que los llaneros perciben su realidad construida
a través de las dinámicas del trabajo y del hogar que se han estado constituyendo durante siglos, y de su relación con el espacio. Esto lo
podemos observar en la Tabla 4, Tabla 5, Tabla 6 y Tabla 7. Cada una de estas contiene el vocablo que pertenece a cado uno de los
grupos semánticos previamente indicados, la canción de donde fue tomado, el significado en el contexto del llano, y el contexto donde
fue utilizada esa palabra en la canción:
Tabla 4
Animales
6
También conocido como cachirre.
Canción Palabra Significado Contexto
5 Chinata (f.) Tipo de avispa de tamaño mediano Nido de avispa en el techo de buen agüero si
son chunchula y chinata
5 Chiriguare Milvago chimachima. Ave que parándose en el Cuando veo los chiriguares y el gana’ito
(m.)7 lomo de las bestias o del ganado se come las rodeado de abundante garza blanca
garrapatas de estos animales.
5 Chunchula (f.) Tipo de avispa pequeña Nido de avispa en el techo de buen agüero si
son chunchula y chinata
1 Cubiro (f.) 8 Ave que canta para responder al estímulo de la voz Me formé como cubiro respondón y alma
o de los sonidos. rencilla.
5 Curito (m.) Hoplosternum littorale. Especie de pez. A sancocho e curito y arroz claro con galapaga
5 Lapa (f.) Cuniculus paca. De vez en cuando se juntan el arrocito
con lapa o algún chacharo
1 Mojina (adj.) Dígase del color del burro: blanco sucio. Y saliendo a buscar leña en una burra mojina.
5 Morrocoy (m.) Chelonoidis carbonaria. Especie de tortuga de Como a pisillo e venao, a tortilla de yema e
tierra. baba y a morrocoy en hallaca
5 Paraulata (f.) Turdus nudigenis. Ave pequeña de color gris claro Cuando veo los chiriguares y el gana’ito
y café. rodeado de abundante garza blanca los encierro
en el corral oyendo una paraulata.
7
También conocido como garrapatero
8
También conocido como cristofue
Canción Palabra Significado Contexto
4 Tarotaro (m.) Cercibis oxycerca. Donde sestea un mocho viejo y consuela un
cristofué las penas de un tarotaro
2 Verraco (m.) Jabalí Tengo pa colgar mi silla la carraca de un verraco
Tabla 5
Plantas
9
Los nombres científicos de esta sección, así como algunas de las descripciones que los acompañan, fueron obtenidos del libro Acero, L. E. (2005). Plantas
útiles de la cuenca del Orinoco. Zona Ediciones.
Canción Palabra Significado Contexto
2 Sarrapio (m.) Dipteryx Rosea. Árbol conocido por las Lo adornan los naranjales y unos palos de
propiedades aromatizantes de sus semillas. sarrapio
4 Topocho (m.) Planta nativa cuyo fruto, similar al plátano, se No arrisco con la angarilla, ni la jamuga de
conoce por el mismo nombre. cuero, ni la enjalma de topocho
Tabla 6
Trabajo
5 Camaza (f.) Recipiente de totumo. Ponte ponte, Pan de Pobre, que ya llenó la
camaza, ya te suelto tu becerro y la canoa tiene
melaza
1 Chiquero (m.) Corral de los marranos. Encerrado con techo en Y cuidando en el chiquero un capón y una
palma o en moriche para encerrar a los cerdos. cochina
10
También se le conoce como murrial o busaco.
Canción Palabra Significado Contexto
5 Chumbos (m. y Trozos de soga delgados adheridos a la silla que se En los chumbos de la silla familita no me faltan
pl.) usan para amarrar diferentes cosas. el frasco de la creolina
1 Churupos (m. y Monedas Ganaba sal y churupos cargando unas
pl.) angarillas
1 Guaraliar (v. tr.) Enlazar Que guaralié lo más gordo y sin marca
conocida.
5 Maniador (m.) Lazo o rejo de aproximadamente dos o tres metros Maniadores y una suelta, una joza y gurupera
con el que se le amarran las patas traseras a la vaca
en el momento del ordeño.
4 Marota (f.) Rejo largo que se utiliza para lajear ganado. La cachera y la marota de pegar los cachaleros
4 Rejo (m.) Soga hecha en cuero que por lo regular tiene más de Le aflojo el rejo, garabato soguero
15 brazadas.
5 Sierra de Serrucho curvo que se usa para cortar la punta de En la sierra e destocona y un cabo e soga pegao
destoconar (f.) los cachos de las reses. en las tardes se enmaranta una carama ‘e venao
donde esta guindao una gasa.
3 Tarja (f.) Correa larga en cuero que se marca para llevar la El muñeco habla e los potros, la tarja e los
cuenta del ganado. orejanos, la soga e los cachaleros.
2 Tranquero (m.) Portón que se utiliza para entrar a un corral o a una Me desmonto en el tranquero, cojo de cabresto
finca. Consiste en un sistema de palos horizontales el macho.
movibles para abrir y cerrar el portón.
Tabla 7
Doméstico
Finalmente, los cantantes llevan rasgos fonéticos del habla cotidiana a sus canciones por medio de
los cuales se vehiculizan elementos culturales que pueden evidenciarse a través de sus voces.
Según el Cholo, “ahí es cuando la música tiene un valor folclórico, para mí, porque esa es su
tradición, su léxico, la forma de hablar, la forma brillante por la nariz que tenemos los llaneros de
hablar, que es un siseo que tiene una raíz netamente española, para hablar así y cantar con la nariz,
y eso hace parte de la música llanera” (comunicación personal, 16 de febrero del 2021). El ejemplo
más común es la metátesis que se refleja cuando los hablantes generan una inversión entre dos
sonidos de una misma palabra con el fin de facilitar la pronunciación:
• Pringado: pringao
• Pintado: pintao
• Ganadito: ganaito
• Guindado: guindao
• Arropados: arropaos
Soy criollo
En esta sección se busca analizar el corpus con el propósito de identificar nociones
identitarias que se repitan en al menos dos canciones; esto con el fin de entenderlas tanto desde la
identidad individual como desde la identidad social del cantante y el compositor; además, debido
al interés de la investigación por estudiar los rasgos culturales llaneros de la zona rural de Casanare,
estas nociones están directamente vinculadas con lo tradicional o campesino. En este sentido, este
apartado, además de académico, es un intento de reivindicación de la idiosincrasia llanera que, a
causa de la modernización que ha tenido lugar durante las últimas tres décadas, puede ser
desconocida por los individuos que permanecen y han permanecido siempre en la urbanidad.
Los orígenes
En primer lugar, al leer las letras de las canciones seleccionadas salta a la vista la
importancia que le otorga el llanero a sus orígenes. Menciones relacionadas con la sangre indígena,
los padres y la crianza están permeadas por sentimientos de orgullo y agradecimiento. En un primer
ejemplo, en la canción El criollo sortario, compuesta por Cachi Ortegón e interpretada por Lorgio
Rodríguez, se dice:
Es igualmente observable que esta evocación a la familia también se relaciona con el lugar
de crianza: el cariño que le tiene el llanero a su fundo o hato se construye desde el hogar y los
padres. Primeramente, en la canción Mi viejo hato, Villamil Torres alude con cariño a su hato; una
de las razones de este amor se debe a que fue en ese lugar en el que creció y, junto a sus hermanos,
se formó como llanero gracias a las enseñanzas paternas y maternas:
Esta relación entre la crianza, el aprendizaje de las prácticas llaneras, y el territorio genera
lazos afectivos de parte de los llaneros hacia los hatos o fundos (haciendas tradicionales llaneras)
donde crecieron. Esto mismo lo podemos presenciar en la canción Yo no le vendo mi fundo,
compuesta por Cachi Ortegón e interpretada por Cholo Valderrama:
Qué precio voy a ponerle a los años que mi taita fue dueño y fue jornalero,
Pa’ que tener documentos si aquí me parió mi mama y aquí se murió mi abuelo
Aunque compre el resto del llano yo no le vendo mi fundo.
De acuerdo con este último fragmento, existe un valor sentimental con la tierra en la que
se creció que es imposible medirlo en valor monetario. Tal como dice George Eliot en su novela
The Mill on the Floss: “We could never have loved the earth so well if we had had no childhood
in it”. Y esto, exactamente, es lo que Villamil Torres y Cholo Valderrama buscan expresar en estas
dos canciones.
Los niños llaneros que crecen en estos lugares aprenden desde la infancia las prácticas
relacionadas al trabajo de llano que se llevan a cabo allí. Se comienza desde lo básico,
actividades de limpieza, cuidando de los cerdos y los pollos, apartando becerros, y haciendo
mandados. Esto lo podemos evidenciar en la canción de Criollo Sortario escrita por Cachi
Ortegón e interpretada por Lorgio Rodríguez:
De esta forma, a medida que el llanero crece, las actividades van subiendo de dificultad.
En los hatos, como ya se mencionó, las actividades están mayoritariamente dirigidas a los caballos
y a la ganadería. La vida en el hato puede ser comparada a una educación académica: la primaria,
el bachillerato y la universidad; en el caso del llano se comienza como mensual, sigue como
becerrero y, finalmente, el mayor rango de educación es el caballicero, aquel que se encarga del
cuidado y manejo de los caballos. Así, cuando se llega a adulto se ha aprendido a ser un gran jinete,
a atravesar ríos (a caballo y nadando), a cuidar el ganado y guiarlo para transportarlo de un lugar
a otro
y mi caballo descansa
Sin embargo, durante el resto del año se practican otras labores de menor complejidad que
se localizan en el hato o fundo donde se vive: amansar potros, ordeñar vacas, castrar becerros,
cultivar; en general, labores relacionadas al cuidado del fundo o del hato y a la obtención de
productos para el consumo cotidiano, ya sea propio o para la venta.
En estos tres fragmentos podemos observar que el trabajo en el llano está relacionado a
múltiples actividades de diferente índole: el trabajo con animales, con la tierra o con el
mantenimiento del hogar y la familia. A partir de estos, el llanero se construye en torno al espacio
y genera vínculos afectivos, que pueden ser negativos o positivos, pero en los casos particulares
retomados en esta investigación demuestran ser siempre de carácter apreciativo y favorables.
Lo que nos lleva finalmente a la última etapa de vida del ser humano: la vejez. ¿Cómo se
siente el llanero al llegar a anciano? Como ya vimos existe satisfacción entre los llaneros al realizar
las actividades relacionadas con el campo: las aprendieron desde sus primeros años y las realizaron
durante toda su vida. Con la edad el cuerpo se desgasta y se dificulta realizar estas tareas; la tristeza,
entonces, invade al llanero pues, tras una vida de trabajo, la incapacidad de realizar las actividades
que una vez practicó con suma destreza ocasiona sentimientos de inutilidad. Podemos retomar
fragmentos de la Herencia del caballicero de Tulio Amaro para entender esto:
Por un lado, es importante centrarnos en dos palabras claves: caballicero y becerrero. Como
mencionamos antes, entre los rangos de los llaneros, el becerrero es anterior al caballicero; por lo
tanto, lo que Tulio Amaro nos quiere transmitir a partir de este fragmento es que el hombre, que
una vez fue caballicero, ya no puede ni realizar las labores más básicas del hato hasta el punto de
que un sujeto, más joven y menos experimentado, lo amonesta debido a su falta de habilidad y
torpeza al realizar las tareas.
Las canciones que se retomaron para este trabajo estaban enfocadas en encontrar estos
datos relacionados a la vida rural y tradicional del campo que permiten, por un lado, que los
oyentes de música llanera que no han vivido en estos contextos puedan tener una idea de la
cotidianidad de un llanero de hato; por otro lado, que los llaneros se identifiquen con las nociones
identitarias allí plasmadas. La música reconstruye la identidad de un pueblo al musicalizar la vida
cotidiana y permite a través de los textos que los individuos se sientan representados (Cárdenas,
2020).
Me siento criollo
Si bien en la sección anterior se analizaban las canciones con el propósito de identificar los
rasgos identitarios de los llaneros desde la cosmovisión de los cantantes y los compositores; en la
presente, se estudiará cómo las canciones son acogidas por los oyentes y qué significado cobran
para ellos en relación con su identidad.
La música puede ser leída en su capacidad interpeladora (Vila, 1996). Tanto en las encuestas
como en las entrevistas, se puede evidenciar apropiaciones individuales de los textos en la medida
que estos aluden a vivencias personales.
11
En adelante, los números en paréntesis representan el número del encuestado de la muestra de 95 personas; tal
como se mencionó en la etapa 2 del marco metodológico.
A partir de estas respuestas, podemos observar que los individuos se relacionan con la música
desde la subjetividad y encuentran en ella un recurso de identificación con un colectivo con el que
comparten vivencias similares. Como dice Frith (1987, citado por Vila, 1996)
[the] interplay between personal absorption into music and the sense that it is, nevertheless,
something out there, something public, is what makes music so important in the cultural
placing of the individual in the social ... [thus] music can stand for, symbolize and offer the
immediate experience of collective identity (párr. 21).
Muchos llaneros sienten como propio los textos que leen en las canciones en cuanto se pueden
reconocer desde lo individual. Así, por medio de las encuestas pudimos observar que a partir de la
música se canalizan los sentimientos que los casanareños tienen en torno la identidad social llanera
que los interpela. Con el objetivo de entender las sensibilidades de los casanareños hacia la música
llanera la pregunta número 8 de la encuesta atendió a esta inquietud (ver anexo II): ¿Qué siente
cuando escucha música llanera? Para esta se admitió más de una opción como respuesta: “orgullo”
fue la más común entre los encuestados con un total del 81.3%; además de esto, al menos una de
las siguientes respuestas: “pertenencia”, “nostalgia”, “añoranza” y “recuerdos”, fueron elegidas
por el 98% de los individuos. Solamente una persona en una muestra de 95 casanareños eligió
“incompatibilidad”; mientras que las opciones de “fastidio” y “rechazo” fueron elegidas por otro
sujeto. Es decir, solamente el 2% de los encuestados expresó sentir emociones y actitudes
negativas hacia la música llanera.
Para este análisis, retomamos los orígenes de estos últimos dos encuestados para interpretar
posibles razones de sus sentimientos de incompatibilidad o rechazo a la música llanera. El primer
sujeto afirma ser el primero de su familia en ser llanero, lo que probablemente explique sus
sentimientos de incompatibilidad: su familia tiene tradiciones vinculadas a otra región y por ello
no siente lo llanero como propio. En el otro caso, la persona viene de una familia de tradición
llanera desde los abuelos, sin embargo, afirma sentir “fastidio” y “rechazo” hacia la música llanera,
además de no sentir gusto por “nada” de la cultura. No es posible establecer conexiones lógicas
que nos permitan entender a qué se deben los sentimientos negativos de este individuo; lo que nos
lleva a preguntarnos, ¿qué experiencias dirigieron a esta persona a desarrollar estos sentimientos
hacia la música llanera?
Finalmente, podemos afirmar que la música es un instrumento por medio del cual se puede
reafirmar la pertenencia a un colectivo y canalizar sentimientos relacionados a la propia identidad
social, sean estos positivos o negativos. Tal como dice Hesmondhagh (2007)
Que ce soit de manière profondément intense ou dans le cadre d’une action plus légère, la
musique offre une ressource humaine à travers laquelle les personnes peuvent mettre en
scène leurs vies en les liant de manière inextricable avec les sentiments, la pensée et
l’imagination 12 (p. 208).
12
Traducción propia: “Ya sea de una manera profundamente intensa o como parte de una actuar más ligero, la música
ofrece un recurso humano por medio del cual las personas pueden escenificar sus vidas uniéndolas de forma indivisible
con los sentimientos, el pensamiento y la imaginación”.
Territorio, identidad y lenguaje
Una persona hecha por el llano, hecha de llano, hecha con el llano, y a la medida en que el
llano ha venido cambiando, el llanero ha venido cambiando, y a la medida en el que llanero ha
venido cambiando, el llano también va cambiando, va transformándose, va haciéndose a algo…
un poco diferente”
Para comenzar, es necesario partir de lo que entendemos por el territorio de los Llanos.
Para las ciencias sociales, el territorio “sería el espacio apropiado y valorizado -simbólica y/o
instrumentalmente- por los grupos humanos” (Raffestin, 1980; citado por Giménez, 2000). Los
Llanos, entonces, son el espacio caracterizado por el fenómeno geográfico de las llanuras, que fue,
ha sido y es apropiado por distintos grupos humanos que se han establecido a lo largo de la historia
en este espacio. Sin embargo, puesto que estos grupos no son concretos y permanentes, sino que
cambian y se transforman constantemente, la apropiación simbólica se convierte en una herencia
que pasa de generación en generación a través de las tradiciones; a medida que va cambiando el
territorio y la demografía de los Llanos, va cambiando el significado simbólico que los pobladores
le otorgan, empero el pasado permanece en el inconsciente colectivo.
Ahora bien, aunque la presente investigación pretende entender esta apropiación simbólica
en la construcción de la identidad llanera, como ya vimos anteriormente, no nos enfocamos en
todo el territorio de los Llanos colombianos; en su lugar, retomamos la delimitación política y
administrativa propuesta en la Constitución de 1991 para localizar la muestra analizada al
departamento de Casanare. Esta aclaración es importante en cuanto limitamos el estudio de la
identidad y los rasgos lingüísticos llaneros a una muestra asociada a un espacio que no está
delimitado por la apropiación territorial sino por el Estado colombiano.
En el segundo caso, se busca ahondar en la idea del otro como sujeto que establece
relaciones socioculturales y lingüísticas con lo llanero.
Lo llanero
La esplendidez y magnificencia de los Llanos no puede comprenderse sino viéndolos. La pluma
es impotente, las palabras y las frases son inadecuadas, y todas las descripciones demasiado
pálidas para dar a conocer este inmenso territorio que, semejante a la mar en calma, se extiende
hasta donde la vista no alcanza, y confunde sus límites con la bóveda azulada en el horizonte.
Rivero (1883, p. 1)
Casi 300 años después de que este fragmento fuese escrito, podemos observar que la
magnificencia y esplendidez de los Llanos sigue siendo un factor importante en la relación del
hombre con el territorio: la ausencia de un límite visible generado por la condición geográfica de
horizonte propició entre los llaneros un sentimiento de libertad [énfasis agregado].
Al preguntarle a Cachi Ortegón y a Cholo Valderrama: ¿en qué se diferencia el llano a las
otras regiones? (ver anexo III). Estos dos dirigen inmediatamente su respuesta al territorio y
particularmente a este sentimiento de libertad; el primero responde: “un sentido de la libertad
quizás dado por los horizontes, por el infinito, por la grandeza, también por la distancia del poder
político ¿no?” (comunicación personal, 23 de febrero del 2021), mientras el segundo dice: “Yo
creo que esa es la gran diferencia con la gente de las cordilleras porque… ahí no hay horizonte,
ahí siempre hay algo que obstaculiza la vista… un obstáculo a la vista, mientras nosotros tenemos
un horizonte y eso nos da libertad” (comunicación personal, 16 de febrero del 2021).
A lo largo de la historia, la libertad ha cobrado importancia entre los pueblos del Llano que
al verse enfrentados a situaciones que los privan de esta, se sublevan y luchan por su recuperación;
esto lo podemos visibilizar en la participación de los llaneros en las campañas libertadoras o en las
luchas liberales dirigidas por Guadalupe Salcedo. Sin embargo, tal como menciona Cachi, este
sentimiento también puede estar influenciado por la ausencia del poder político central, el cual, al
estar excluido de los llanos por la barrera geográfica de la cordillera, permite a los llaneros sentirse
libres en un territorio que es apropiado y es plenamente suyo.
No obstante, a partir de la década de 1980 los Llanos comienzan a ser penetrados por
nuevos grupos humanos; esto ocasiona que el territorio se reconstruya en función de las nuevas
dinámicas de apropiación instrumental del espacio (Giménez, 2000; Flores, 2007): los intereses
capitalistas generan que la comunicación con el espacio sea distinta a la tradicional, se modernizan
los procedimientos de trabajo y se urbaniza el territorio en virtud de las nuevas necesidades y del
crecimiento demográfico. Los llaneros describen estos cambios como “cercar el llano” (W. Dueñas,
comunicación personal, 5 de febrero 2021), (C. Valderrama, comunicación personal, 16 de febrero
del 2021) y (C. Ortegón, comunicación personal, 23 de febrero del 2021) lo cual va íntimamente
ligado a los sentimientos de libertad previamente mencionados, pues se limita un espacio que antes
era sabana abierta. Así, surgen interrogantes relacionadas con los cambios sociales y lingüísticos:
¿en qué medida estos nuevos agentes se apropian simbólicamente de los llanos? y ¿qué cambios
ocurren a nivel lingüístico en la nueva organización social?
De acuerdo con la encuesta (ver anexo II), el 20% de los encuestados de una muestra de 95
casanareños afirmaron ser los primeros de su generación en ser llaneros, de los cuales el 90% se
encuentran en edades entre 18 y 30 años; de esta última muestra solamente una persona indicó no
sentir ningún tipo de compatibilidad con la música llanera, mientras que los otros, un total de 16
personas, de una muestra de 95 informantes, afirmaron tener sentimientos de “orgullo”,
“pertenencia”, “nostalgia”, “recuerdos” y/o “añoranza” al escuchar la música llanera. Asimismo,
de los 19 informantes que respondieron ser los primeros de su familia en ser llaneros, 10 afirmaron
tener “poco” acento criollo; 7, “medio”; 1, “nada”, y 1, “mucho”. Curiosamente, la persona que
respondió no tener “nada” de acento criollo no es la misma que afirmó sentir incompatibilidad al
escuchar la música llanera, es decir, una persona con “nada” de acento criollo se identifica con la
música llanera.
De acuerdo con los entrevistados, aunque los valores socioculturales y lingüísticos son
innegablemente importantes, es a través del vínculo afectivo que cada individuo tiene con el
territorio de los Llanos que se construye la identidad social de los llaneros. Esto podría estar
motivado por la heterogeneidad que se generó en la población a causa de las migraciones que
iniciaron en la década de 1980. Esto generó que las practicas lingüísticas y las costumbres se
modificaran, y, por lo tanto, dejaran de ser un factor decisivo en los procesos de identificación con
el colectivo dando prioridad a otro aspecto que atienda a todos los individuos como es el territorio.
En primer lugar, el señor Wilson Dueñas, oyente, responde: “ser llanero es un orgullo (…)
me siento orgulloso de ser llanero, 100%; porque antes esto era Boyacá, pero hoy ya somos llaneros.
Usted ya, usted nació en el llano. Entonces lo que le falta es aprender las costumbres del llano, los
dichos del llanero, las enseñanzas del llanero, del resto usted es llanera al 100%” (comunicación
personal, 5 de febrero del 2021). Como vemos, el entrevistado parte del concepto de territorio; por
una parte, retoma la delimitación político-administrativa formulada por el gobierno central en la
Constitución de 1991 para darle explicación a su relación identitaria con los Llanos. Para él es un
orgullo ser llanero; sin embargo, ser llanero también está fundamentado en que este territorio sea
reconocido a nivel nacional como tal y no como parte de Boyacá.
En segundo lugar, Liseth Castañeda, oyente, responde: “llevamos algo siempre la persona
que sea llanera va a hablar de su tierra, va a hablar de lo mucho que le gusta” (comunicación
personal, 25 de enero del 2021). En este caso, observamos cómo sentir gusto por el entorno de los
Llanos pasa a ser un factor determinante para la identidad llanera. Cabe resaltar, además, que, en
el caso de esta persona, pese a ser descendiente de tercera generación de llaneros, su crianza se dio
en el sector urbano, y esto lo podemos evidenciar en la dimensión lingüística: al realizarle
preguntas de carácter lexical mostraba desconocimiento de palabras relacionadas al campo
semántico de las plantas (propuesto en el capítulo anterior). Al igual que como sucede con los
sujetos que son la primera generación de llaneros de su familia, su falta de contacto con realidades
del entorno rural ocasionó que entre sus necesidades lingüísticas no estuviese aprender estos
términos; asimismo, el acceso a la educación formal estandarizó su habla en comparación con los
rasgos lingüísticos que pueden encontrarse en el campo; a nivel del lenguaje demuestra menor
intensidad del dialecto llanero del que puede ser observado en contextos rurales. Sin embargo,
tanto ella como el individuo que se encuentra en estos contextos de ruralidad se identifican con el
grupo social de los llaneros, pues ambos sienten un vínculo afectivo con el Llano.
Sin embargo, hay dos puntos para tener en cuenta en esta disposición. Por un lado, al igual
que el mundo, el llano cambia; pese a que esta formación se da bajo los fundamentos llaneros, no
se puede esperar que estos se mantengan concretos a través del tiempo, y estos cambios no
significan que se es o se será menos llanero de lo que fueron los llaneros del pasado: “No
necesariamente el llanero que con romanticismo se lo pinte uno en la mente y diga: yo lo quiero
es así; no, pues ese llanero también que es así y que nació así también tiene derecho a estudiar, y
tiene derecho a conocer y tiene derecho a hablar otro idiomas, y tiene derecho a engrandecer su
cabeza y no necesariamente porque cambie deja de ser llanero” (C. Valderrama, comunicación
personal, 16 de febrero del 2021). Por otro lado, se puede ser llanero por gentilicio, pero esto no
es sinónimo de una relación identitaria con el grupo social de los llaneros. Cholo Valderrama dice:
“porque yo conozco muchos nacidos en el llano que no quieren al llano, antes quisieran que no les
dijeran que son llaneros (…) La labor de uno, en esto de la música llanera, es decir a esos que no
quieren ser, decirles ‘esto vale la pena’, ‘escuchen que esto vale la pena’. Y sí, y así sí se devuelve
y sí, ‘estaba errado’, ‘vuelvo de nuevo a ser llanero’” (comunicación personal, 16 de febrero del
2021). Un individuo puede nacer y criarse en el llano y no necesariamente identificarse con lo
llanero. Así, el proceso de autoconcepto de pertenencia a un grupo social planteado por Tajfel
(1978) determinante en la construcción de la identidad social de los individuos, en este caso de
pertenencia al grupo social llanero, está permeado por unos factores afectivos de pertenencia socio-
territorial.
Ahora bien, este reconocimiento de que la identidad llanera tiene como pilar un factor de
vínculo afectivo con el territorio, pese a que este esté alejado de las tradiciones, es también
reconocer que existen diferencias lingüísticas observables entre los sujetos que se identifican con
lo llanero. Mientras que aquellos que son formados en los hatos tradicionales apropian un léxico
relacionado a estas realidades y un acento criollo marcado por los contextos de ruralidad, aquellos
que son criados en los sectores urbanos desconocen estas palabras y adquieren un registro fonético
más estándar en relación con el dialecto de la capital, tal como pudimos analizar en el caso de la
entrevistada No. 1 Liseth Castañeda. No obstante, aunque existan estas diferencias lingüísticas, los
sujetos siguen teniendo sentimientos de pertenencia socio-territorial al grupo de los llaneros.
Por último, Cachi Ortegón, compositor, responde: “yo creo que es tener una relación con
la tierra, ¿no? Muy estrecha con el territorio, y creo que hay muchas maneras de manifestar esa
cercanía (…) Creo que hay muchas formas de ser llanero, pero siempre todos tienen una gran
relación con el territorio y los alimenta” (comunicación personal, 23 de febrero del 2021). En este
caso, el entrevistado establece que la identidad llanera se puede manifestar de distintas formas
dependiendo de cómo se experimenta el llano, es decir, surgen diferentes formas de apropiación
de acuerdo con el territorio, empero todas siguen siendo parte de la identidad llanera: el llanero de
pueblo, el llanero veguero, el llanero pescador, el llanero de hato, etc. En este caso, esta identidad
se construiría de acuerdo a la forma en la que el llanero vive el territorio y se relaciona con este.
Lo otro
La comunicación entre los habitantes del llano y las personas de otras regiones del país ha
crecido durante las últimas tres décadas: el desarrollo de vías modernas que superaran el reto de
movilidad que había ocasionado la Cordillera Oriental o el acceso a internet y las redes sociales
son factores que han contribuido en el aumento de situaciones de contacto. Surgen entonces
dinámicas de comunicación entre los llaneros y los otros que repercuten en la construcción de la
identidad social llanera y, a su vez, tienen efecto en la dimensión lingüística del grupo social. A
partir de esto surgen dos puntos que se tratarán en este apartado: primero, el papel de la otredad en
la construcción de las actitudes lingüísticas de los casanareños hacia su propio dialecto; segundo,
las actitudes lingüísticas que estos perciben de parte de los otros hacia el dialecto llanero.
Según Cachi Ortegón (comunicación personal, 23 de febrero del 2021), es a partir de este
proceso de comparación que aparecen y se consolidan los sentimientos de orgullo de lo propio que
pueden observarse entre los llaneros: “pues iba a otros lugares [el hombre llanero] y veía que no
había ese poder en un río, como el Cusiana crecido por decir algo, entonces comparándose con
otros se sentía mejor, y comparando sus habilidades con la de otras personas, digamos sobre un
caballo o frente al manejo de un toro, pues también sentía que lo que se hacía aquí en el llano era
lo mejor”. Teniendo en cuenta esto, la identidad llanera está fundamentada en unas creencias de
que lo propio es digno de orgullo en tanto es exclusivo y responde a unos retos que, en sus
imaginarios, son de mayor envergadura que aquellos a los que responden los otros grupos. Además,
y de igual importancia, un orgullo sustentado por un pasado que se presume glorioso por la
participación en las luchas independentistas y las revoluciones liberales de mediados del siglo XX
(C. Ortegón, comunicación personal, 23 de febrero del 2021). Este orgullo, no obstante, no solo
tiene implicaciones a nivel de la construcción de identidad social de los llaneros, sino también en
la dimensión lingüística con la que se asocia esta identidad social, es decir, el dialecto llanero.
Por otro lado, en las entrevistas, tres de los informantes afirmaron que no cambiarían su
forma de hablar pues esta está vinculada a su identidad; mientras que el señor Wilson Dueñas
declaró que él lo haría con propósitos de diversión durante un día, más no se alejaría totalmente
de su forma de hablar original pues hace parte de su identidad llanera.
Es curioso, además, que en la mayoría de los casos ellos mismos atribuyen características
negativas al dialecto llanero:
En primer lugar, el señor Wilson Dueñas (comunicación personal, 5 de febrero del 2021)
dice: “desafortunadamente nosotros los casanareños tenemos sangre de indígenas y hablamos
atravesadamente como nos parezca y como nos caiga la palabra. Maltratamos el castellano”.
En segundo lugar, Liseth Castañeda (comunicación personal, 25 de febrero del 2021) dice:
“no es algo estilizado, no es algo igual a como lo hablan los demás”.
Al preguntar en la encuesta “¿con qué palabras describiría usted la forma de hablar de los
llaneros?” la respuesta más seleccionada fue “atravesado” con un total del 69% de los informantes.
Las dos siguientes respuestas con más votos fueron “interesante” y “tosco” con un total de 41%
cada una.
Entonces, esta atribución de rasgos negativos al dialecto llanero también está permeada por
un proceso, que puede ser inconsciente o consciente, de comparar y establecer que otra variedad
es la correcta, la estética y la agradable. Cuando el señor Wilson Dueñas afirma: “maltratamos el
castellano” (comunicación personal, 5 de febrero del 2021) está confirmando que considera que
existe otra variedad que sí es la correcta y que el habla “atravesada” del dialecto llanero agrede
esta forma adecuada de la lengua.
De este modo, tal como dice Obediente (1999, citado por Castro, 2015) “un individuo
orgulloso e identificado con su grupo dialectal no querrá disimular o eliminar rasgos de su habla,
por el contrario, buscará reforzarlos cuando esté frente al ‘otro’” (p. 64). En este caso, el orgullo
que sienten los llaneros hacia su cultura se refleja en actitudes lingüísticas positivas que pueden
evidenciarse al negarse a cambiar su forma de hablar.
No obstante, cabe aclarar que un total de 8 personas respondieron que “tal vez” cambiarían
su forma de hablar y 2 afirmaron que lo harían. Del primer grupo, un informante afirmó haber
tenido experiencias de burla hacia su dialecto. Del segundo grupo, uno expresó sentimientos de
incompatibilidad hacia lo llanero. Lo que nos deja un restante de 8 personas que, ante las otras
preguntas, afirmaron tener sentimientos de orgullo y haber tenido experiencias agradables en el
contacto con el otro. Entonces, podemos preguntarnos si sus respuestas se debieron a un error de
selección o si existen otros factores que influencian sus deseos de hablar diferente.
Actitudes lingüísticas de los otros hacia lo llanero
La forma en que yo menciono las palabras, por como las pronuncio, entonces de una vez
se nota la diferencia: que no es algo estilizado, que no es algo igual a como lo hablan los demás.
Siempre van a preguntar: ¿de dónde es usted?
La gente dice ‘oiga, usted habla como venezolano’ o ‘habla como costeño’, no, yo no, yo hablo
así. Como que se desconciertan un poco por el acento porque no lo manejan o no lo conocen (…)
el acento los desconcierta, no saben de donde es uno realmente” (C. Ortegón, comunicación
personal, 23 de febrero del 2021).
Por un lado, retomando estos dos fragmentos de las entrevistas, se puede evidenciar cómo,
según las experiencias de los dos entrevistados, durante el contacto comunicativo con el otro es
fácilmente observable la existencia de diferencias lingüísticas; sin embargo, no es común que el
otro asocie correctamente estos rasgos del lenguaje con lo llanero y, por el contrario, tiende a
vincularlos con variantes de lengua más conocidas en el contexto nacional como el costeño o,
incluso, el venezolano.
Por otro lado, primeramente, en las encuestas encontramos dos experiencias similares a las
previamente mencionadas: “mi acento llanero no es tan marcado, pero siempre preguntan de
donde soy” (80) o “no me avergüenzo de donde soy, me preguntan que de donde soy y yo orgullosa
respondo que del Llano” (3). No obstante, también fue posible distinguir dos encuestados cuyas
experiencias nos indican que el desconocimiento de los rasgos lingüísticos llaneros por parte de
los habitantes de otras regiones no es un hecho generalizado: “me llena de orgullo el hecho de que
me digan al hablar, ‘usted es llanero verdad’ eso quiere decir que nuestra cultura aun retumba
en los oídos de las demás personas que desconocen un poco de nuestra raza” (7) o “las personas
identifican rápidamente de dónde proviene el acento y eso me hace sentir orgulloso” (61).
Ahora bien, de acuerdo con las perspectivas de los casanareños, una vez reconocida e
identificada la procedencia de estos rasgos, el otro no muestra actitudes lingüísticas negativas
hacia el dialecto llanero.
En conclusión, podemos sostener que para la mayoría de los casanareños las actitudes
lingüísticas del otro hacia el habla llanera no son negativas, burlescas o de desagrado y, por el
contrario, perciben gran interés y curiosidad hacia su forma de hablar.
Conclusiones
La presente investigación tuvo como objetivo principal analizar el papel de la música llanera en
relación con ciertos fenómenos lingüísticos y sociolingüísticos del habla y de la identidad
casanareña . Este análisis, a su vez, se desarrolló a la luz del estudio de la historia y del territorio
de los Llanos como nociones que no pueden desvincularse de los textos musicales, de la
construcción de la identidad social y de las prácticas lingüísticas actuales, pues es a través de estas
dos nociones que han determinado lo que hoy se entiende por el Llano. Ahora bien, debido a que
la música es el elemento transversal en el objetivo, esta se analizó desde dos agrupaciones teóricas
distintas: por un lado, la psicología social; por el otro lado, la lingüística y la sociolingüística.
Desde la primera, se analiza en qué medida la música se relaciona con la identidad casanareña.
Desde la segunda, se indaga en el papel que cumple, tanto la música como la identidad casanareña,
con respecto a los fenómenos lingüísticos y sociolingüísticos de los casanareños.
Pese a que este discurso fue a inicios del siglo XIX, para la década de 1850 aún se podía
presenciar en la Comisión Corográfica donde el blanco seguía siendo el validador del
conocimiento, pues los saberes podían ser indígenas o afros, pero estos no eran válidos hasta que
el hombre blanco y civilizado los retomaba desde una mirada “científica” europea (Appelbaum,
2017). Después, a mediados del siglo XX con la guerrillas liberales de Guadalupe Salcedo que
nacieron como respuesta a los abusos de los chulavitas y que generaron la reproducción del
estereotipo del llanero violento, y, aún hoy, con unos imaginarios del Casanare, el Arauca, el
Vichada y parte del Meta invadidos por grupos al margen de la ley. Estos dos últimos ejemplos,
aunque reales hasta cierto punto, es necesario recordar que responden a un olvido o un abuso
político de parte del poder central y hegemónico hacia estas zonas.
Sin embargo, la identidad del llanero tradicional va mucho más allá de estos imaginarios.
Tal como dice Restrepo (2012) “las identidades son construcciones históricas y, como tales,
condensan, decantan y recrean experiencias e imaginarios colectivos” (p. 131). De esta forma, por
medio de la música se visibilizan rasgos identitarios del grupo de los llaneros que se construyeron
durante siglos a través de la apropiación funcional y simbólica del territorio y que, en la actualidad,
están marginados a la ruralidad; esta visibilización se puede observar a través del texto escrito
(letras) y del texto musical (instrumentos, voces y ritmos). En ambos, se puede evidenciar la vida
tradicional del llano pues en las letras se relata de forma explícita y en la musicalidad es observable
a través de los cantos de vaquería, los ritmos acelerados que evocan al trabajo arduo y dificultoso
en el llano, los ritmos calmados de los pasajes que asemejan la tranquilidad de un territorio apacible
e infinito, y los instrumentos que tienen una raíz histórica española e indígena. De esta forma, se
hace visible la existencia de esta realidad en un país cada vez más urbano que margina lo rural.
En el segundo caso, es necesario tener en cuenta que durante los últimos treinta años ha
habido unos procesos de migración a los Llanos de Casanare. En esta medida, hubo unos cambios
demográficos y territoriales: se construyeron vías que facilitaron la accesibilidad, se conformaron
centros urbanos que aún crecen a un ritmo acelerado, y se mudaron personas de otras regiones
aprovechando la economía pujante. Estos cambios generan que la manera en la que los individuos
se apropian del territorio cambie significativamente a como se apropiaban los llaneros
tradicionales. Entonces, ¿qué sucede en términos de identidad social con las nuevas generaciones
que nacen en los llanos, pero que son de padres de otras regiones? ¿el desconocimiento de las
tradiciones los excluye de sentirse pertenecientes al colectivo de los llaneros?
En este sentido, la música toma una función de dialogo entre lo tradicional y lo moderno a
través del cual los casanareños de la urbanidad construyen o reafirman su identidad social como
pertenecientes al grupo de los llaneros. Es decir, los cantautores transmiten por medio de las
canciones los sentimientos que les produce ser llaneros: el orgullo, la añoranza y la melancolía de
la vida en el Llano; los casanareños citadinos, nacidos y/o criados en Casanare, no necesariamente
conocen estos relatos por haberlos experimentado; sin embargo, la música genera una experiencia
estética que evoca estos mismos sentimientos afectivos de pertenecer a una tierra que se presenta
como maravillosa. De esta manera, al escuchar música llanera apropian y reproducen estas
imágenes del mundo, y construyen su identidad social como pertenecientes a un colectivo y a un
territorio que consideran dignos de orgullo. Según Frith (2003)
La cuestión no es cómo una determinada obra musical o una interpretación refleja a la gente,
sino cómo la produce, cómo crea y construye una experiencia —una experiencia musical,
una experiencia estética— que sólo podemos comprender si asumimos una identidad tanto
subjetiva como colectiva (p. 184).
En el presente trabajo, las valoraciones afectivas al territorio que se conformaron por una
relación estrecha con el entorno natural son plasmadas en la música por los cantantes, así, los
casanareños, que no tienen la oportunidad de experimentar este Llano personalmente, lo
experimentan a través de las distintas textualidades presentes en la música y reafirman de forma
positiva su identidad social como pertenecientes a los llaneros de Casanare. De acuerdo con Tajfel
(1978) “la identidad social es esa parte del autoconcepto del individuo que se deriva del
conocimiento de pertenencia a grupos sociales, junto con el valor significativo otorgado a esa
pertenencia" (p. 68). Para los casanareños, entonces, la identidad social está fundamentada en
sentimientos de pertenencia a un grupo social con el que se comparte un mismo territorio y no
necesariamente unos rasgos culturales o lingüísticos específicos; cabe resaltar que estos últimos,
aunque sí son factores de inclusión, no lo son de exclusión debido a la heterogeneidad de la
población casanareña.
De acuerdo con Blanch (1972), es en los centros de poder político donde se establece la
idea de una variedad lingüística de mayor autoridad, es decir, de mayor prestigio lingüístico. A
este respecto, es también desde la Academia que se construyen y se reproducen estos imaginarios
que originaron que los individuos consideren como “correcta”, “estándar” y “educada” una o unas
variedades y no otras. Sin embargo, Labov (1972) propone dos tipos de prestigio lingüístico: el
prestigio manifiesto y el prestigio encubierto. El primero, podría decirse que corresponde con la
idea propuesta por Blanch de ser la norma lingüística considerada “correcta” y, por lo tanto,
prestigiosa. El segundo, por el contrario, hace referencia al valor positivo que los hablantes le
otorgan a una variedad, aun cuando esta es considerada incorrecta o inferior.
De tal forma que la casi inexistente participación política de los Llanos en el desarrollo de
la política nacional, su distancia de los centros educativos normativos, y la influencia y conexión
con lo indígena ocasionó que su variedad lingüística sea considerada “atravesada”, “ruidosa” y
“rápida” por los mismos casanareños. Las variedades lingüísticas de prestigio manifiesto en
Colombia, es decir, la variedad bogotana, boyacense, antioqueña, etc. son el punto de comparación
desde el cual se establecen estas características que le atribuyen al habla llanera. A partir de esta
investigación, se pudo identificar que la mayoría de los informantes reconocen en el dialecto
llanero un prestigio lingüístico encubierto porque, pese a considerarlo “atravesado”, los resultados
nos indican que una mayoría de ellos le otorga un reconocimiento positivo. Sin embargo, siguen
persistiendo nociones inconscientes que legitiman la burla y el rechazo en cuanto es el habla del
otro la que es más estándar, más comprensible y más educada.
Bien. Gracias por compartir tu trabajo, Juliana. Espero que los comentarios y la
retroalimentación sean de utilidad. ¡Nos vemos en la sustentación!
Bibliografía
Acero, L. E. (2005). Plantas útiles de la cuenca del Orinoco. Zona Ediciones.
Alvar, M. (1999). De nuevo sobre lengua y dialecto. Bulletin hispanique, 101(2), 599-612.
Álvarez, A., Martínez, H., & Urdaneta, L. (2001). Actitudes lingüísticas en Mérida y Maracaibo:
Otra cara de la identidad. Boletín Antropológico, 52(2), 145-166.
Álvarez Pinilla, B. E. (2013). El caso de Guadalupe Salcedo y las guerrillas del llano entre 1949-
1957 como una respuesta a la violencia bipartidista colombiana. Bogotá DC: Facultad de
Ciencia Política y Gobierno de la Universidad Colegio Mayor de Nuestra Señora del
Rosario.
Arenas, C. A. R. (2010). Cultura musical llanera urbana, un imaginario que se construye en las
ciudades del piedemonte. (pensamiento), (palabra)... Y obra, (3).
Bernal Chávez, J. A. (2016). Actitudes lingüísticas de los bogotanos hacia los dialectos del español
hablado en Colombia y las variedades nacionales de esta lengua en los demás países de
Hispanoamérica.
Bermúdez, E. (1998). La música en las misiones jesuitas en los llanos colombianos 1725-1810.
Ensayos: Historia y Teoría del Arte, (5), 143-166.
Cárdenas, O. A. (2020). Identidad boyacense, música carranguera. Cuadernos de Lingüística
Hispánica, (35).
Caro, A. S. (2015). El prestigio frente a la identidad: las actitudes lingüísticas de los monterianos
hacia el español hablado en Montería. Cuadernos de lingüística hispánica, (25), 39-55.
Cholo Valderrama. (2011, enero 31). El Joropo está en la tierra parte 1 [Video]. Youtube.
https://www.youtube.com/watch?v=VqohF6AqEEY&t=478s
Flores, M. (2007). La identidad cultural del territorio como base de una estrategia de desarrollo
sostenible. Revista ópera, (7), 35-54.
Gil, K. S. L., & Mejía, M. C. (2020). Aspectos afectivos de las actitudes lingüísticas de estudiantes
universitarios. Cuadernos de Lingüística Hispánica, (35).
Giménez, G. (2018). Materiales para una teoría de las identidades sociales. Retomado de:
http://148.202.167.116:8080/xmlui/bitstream/handle/123456789/2229/Materiales%20par
a%20una%20teor%c3%ada%20de%20las%20identidades%20sociales.pdf?sequence=1&i
sAllowed=y
Gómez, A., & López, A. J. G. (1991). Indios, colonos y conflictos: una historia regional de los
Llanos , 1870-1970. Pontificia Universidad Javeriana.
González, H. (2005). Evolución del sector agrícola en el departamento del Meta y los Llanos
1991-2003. Ensayos Sobre Economía Regional; No. 30.
Hall, S. (2003). Introducción: ¿quién necesita identidad. Cuestiones de identidad cultural, 13-39.
Hernández Sampieri, R., FERNÁNDEZ COLLADO, C., & BAPTISTA LUCIO, P. (2014).
Metodología de la Investigación. Sexta Edición. Mcgrawhill.
Herrera Sossa, C. E. (2017). Poblamiento histórico de Casanare: reflexiones para una agenda de
acción colectiva de ordenamiento democrático del territorio (Doctoral dissertation,
Universidad Nacional de Colombia).
Malaver, I., & Perdomo, L. (2016). La elisión de/d/en posición intervocálica en la comunidad
caraqueña. Boletín de filología, 51(2), 147-179.
Martín, F. A. (2011). La encuesta: una perspectiva general metodológica (Vol. 35). CIS.
Ministerio de Cultura. (2017, diciembre 5). Documental ‘Cantos de trabajo de llano colombo
venezolano’ [Video]. Youtube. https://www.youtube.com/watch?v=T9Wy2MwCI0s
Ministerio de Cultura de Colombia. (2013). Plan especial de salvaguardia de carácter urgente
titulado CANTOS DE TRABAJO DE LLANO.
https://www.mincultura.gov.co/prensa/noticias/Documents/Patrimonio/15-
Cantos%20de%20trabajo%20de%20Llano%20-%20PES.pdf
Mora-Fernández, C., Castellanos-Castro, C., Cardona-Cardozo, A., Pinzón-Pérez, L., & Vargas-
Ríos, J. O. (2011). Geología, geomorfología, clima y vegetación. Mamíferos, Reptiles y
Ecosistemas del Bloque Cubiro (Casanare): Educación Ambiental para la Conservación.
Instituto de Estudios Ambientales Universidad Nacional de Colombia, Alange Energy
Corp., Bogotá DC, 49-73.
Ozonas, L., & Perez, A. (2004). La entrevista semiestructurada. Notas sobre una práctica
metodológica desde una perspectiva de género. La Aljaba, 9(5), 198-203.
Real Academia Española [RAE]. (s. f.). Diccionario de la lengua española. Recuperado el 13 de
mayo de 2021, de https://dle.rae.es/diccionario
Reyes Díaz, S. (2006). "De remedios sí me acuerdo"-la medicina criolla llanera como lugar de
manifestación, transmisión y afianzamiento cultural identitario (Master's thesis, Maestría
en Antropología).
Rivera Salcedo, H., & Chaparro Barrera, A. (2019). Sobre los procesos de enseñanza-aprendizaje
en el legado de los cantos de trabajo del llano, patrimonio cultural inmaterial de la
Orinoquia.
Rivero, J. (1883). Historia de las misiones de los llanos de Casanare y los ríos Orinoco y Meta.
Silvestre y compañía.
Salcedo, J. E. (1999). Las misiones jesuitas en Colombia, las regiones del Casanare y el Meta
durante el siglo XVII y XVIII. Un reino en la frontera, 149-175.
Tajfel, H. (1978). Differentiation between social groups: Studies in the social psychology of
intergroups relations. Londres: Academic Press.
Vila, P. (1996). Identidades narrativas y música: una primera propuesta para entender sus
relaciones. Trans: Transcultural Music Review= Revista Transcultural de Música, (2), 14.
Anexos
I. Cuadros de análisis lexical del corpus de canciones
Canción 1: Criollo sortario – Lorgio Rodríguez
Término Uso contextual Significado
Sortario Yo soy el criollo sortario adj. Que tiene suerte
Patriotas Bosal, cachera y patriotas f. pl. O suelta. Lazo con dos anillos
van colgadas de otro cacho también de lazo o rejo crudo que se
ajustan a las patas del caballo en la parte
del mamón y que son fáciles de soltar
para dejar libre al caballo.
Solo el anillo de la mano y se deja suelto
el canto de la suelta.
Tirante Colgada sobre un tirante la m. Solera o tirante. Viga horizontal de
manteca con que engraso madera.
Manteca m. Grasa de la res que se usa para
engrasar o suavizar el cuero.
Majada Una majada bien grande con f. Corral grande hecho en alambre en el
los corrales de anaco. que se encierra el ganado y se deja para
recoger el estiércol y usarlo de abono
(para la topochera).
Majadear: el ganado se majadea,
acostumbrar al ganado (con sal) para que
entre fácil a la majada en las tardes y
salga en la mañana.
Posuelo: salero del palo caracaro. Ahora
se hace de llanta.
Anaco Una majada bien grande con m. Madera del árbol de anaco. (Extinto).
los corrales de anaco.
Cachilapo Carne allá en la tasajera que m. Ganado robado.
le saqué a un cachilapo
Pilón Un pilón de cuatro arrobas m. Tronco labrado por un extremo como
donde se prueban los machos una copa para pilar el arroz. (Separar la
cáscara del arroz para dejar el producto
listo para el consumo).
Sarrapio Lo adornan los naranjales y Dipteryx Rosea (Plantas útiles de la
unos palos de sarrapio cuenca del Orinoco)
Verraco Donde me criaron mis padres adj. Valiente
siendo llaneros verracos
Jagüey El jagüey con escalones está m. Balsa, pozo o zanja llena de agua, ya
llenito de sapos artificialmente, ya por filtraciones
naturales del terreno.
Yegüero Un padrote y quince yeguas Adj. Cuya fijación sexual son las
y un burro negro yegüero yeguas.
Tigrero Una ruana y una lanza de Adj. Que caza tigres.
cuando él era tigrero
Patapioja o Las patapiojas y espuelas f. Accesorio usado en las peleas de
patepioja que utiliza un buen gallero gallos con el cual se amarra al gallo para
evitar que se pelee con otro gallo.
También se conoce como “calzas”.
Busaco Y un busaco donde tenía m. Bolsa en tela.
puros remedios caseros
1. ¿Qué es ser del llano? ¿En qué se diferencia con ser antioqueño, bogotano, o costeño?
(sombrero, los caballos, la sabana) Ser llanero es una forma se ser, donde quedan las
sabanas, los caballo, el sombrero.
2. Toda la vida le ha compuesto al llano. En sus inicios, ¿de dónde considera usted que
surgieron esos sentimientos y esas ganas de componer letras al llano? ¿Qué siente cuando
le canta al llano (la sabana, los animales, el trabajo, la historia, etc.)? ¿Cree que esos
sentimientos se relacionan con las palabras que usa para describir su entorno? ¿Qué
sentimientos le produce hablar del llano con otro llanero y hablar del llano con un forastero
o con un guate? Sentir llanero.
3. ¿Cómo cree que han cambiado las costumbres desde esos momentos de su niñez, en el
campo y el trabajo, al día de hoy? ¿Cómo se reflejan esos cambios en la forma de hablar
de los llaneros?
4. Teniendo en cuenta el contexto actual de la industrialización de la ganadería, la explotación
petrolera, los usos de la tecnología, y la conformación de ciudades alejadas del campo, ¿en
qué se convierte cantarle al llano, a sus tradiciones y la vida del hombre llanero? Y ¿por
qué seguir haciendo uso de esos términos del llanero? ¿Qué cree que sucederá con los
sonidos del llano en estos contextos de urbanidad?
5. Hoy, 2021, ¿cuál cree usted que es su papel como cantante de música llanera a nivel
regional, nacional e internacional? desde su perspectiva, ¿cómo perciben los colombianos
que no son del llano la música llanera? Y ¿Por qué hablar de la música como un “vehículo
para mostrar la tierra”? (Cholo Valderrama, entrevista en #ElPodcast con Alejandro Marín).
6. ¿Por qué cree que las personas que escuchan su música logran entender esos sentimientos
que usted plasma en la música a pesar de que muchos de ellos no conocen esa vida del
llano?
7. Usted que lleva tantos años en el ámbito de la música llanera, ¿cómo cree que ha cambiado
la forma en la que se escucha música desde sus primeros años al día de hoy? ¿es más
conocida o menos conocida? ¿a qué cree que se debe?
8. Al viajar a otras ciudades de Colombia, ¿cuáles han sido sus experiencias con respecto a
su forma de hablar y relacionarse con los ciudadanos propios de esos lugares? ¿Decide
mantener su forma de hablar o decide cambiarla? ¿por qué?
9. ¿Cómo siente usted que los habitantes de las otras regiones del país ven y perciben el
dialecto llanero de Casanare? En la entrevista de Marlon Becerra, usted afirma que las hay
personas que ven lo campesino con ojos peyorativos, ¿lo ha sentido así en cuanto a su
forma de hablar? ¿se han burlado de usted por su forma de hablar?
10. Si pudiese elegir cambiar su dialecto por un día completo por cualquier dialecto hablado
en Colombia, ¿lo haría o no lo haría? ¿por qué?
Oyentes:
1. ¿Por qué escuchar música llanera hoy 2021? ¿Qué sentimientos le produce escuchar
música llanera? ¿Qué le gusta de la música llanera? ¿Qué le evocan las letras y las palabras
usadas en las canciones?
2. Cuando escucha música llanera, ¿entiende todas las palabras y toda la historia que cuentan
los cantantes? (Poner 1 o 2 canciones del corpus de la primera etapa para contextualizar).
¿Cuáles palabras le resultan más cercanas?
3. ¿Cuándo escucha términos como _______, __________, ____________, o ___________,
los reconoces y los distingue? Si escucha esta frase completa “________________” (se
tomará la frase dependiendo de la canción que se le dé a escuchar al entrevistado), ¿qué
considera que intentaba plasmar el cantautor?
4. Si pudiese elegir cambiar su dialecto por un día completo por cualquier dialecto hablado
en Colombia, ¿lo haría o no lo haría? ¿por qué?
Dado que los informantes solicitaron mantener confidenciales las transcripciones, los
audios y/o videos de las entrevistas, estas no son anexadas en el documento.