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I.

INTRODUCCIÓN

¡Honorable audiencia!
Hoy nos encontramos aquí para conmemorar un momento trascendental en la historia de nuestra
amada Moquegua. En este día tan especial, celebramos el 482 aniversario de nuestra querida
ciudad, un lugar lleno de riqueza cultural, tradiciones arraigadas y un legado que nos enorgullece.
Durante casi cinco siglos, Moquegua ha sido testigo de innumerables eventos que han forjado su
identidad única. Desde sus orígenes prehispánicos hasta su papel fundamental en la
independencia de nuestro país, nuestra ciudad ha sido el escenario de valientes luchas y grandes
logros.
Hoy, al conmemorar este aniversario, recordamos a aquellos hombres y mujeres que, a lo largo de
los años, han trabajado incansablemente para preservar nuestra historia y promover el desarrollo
de Moquegua. Su dedicación y pasión por nuestra tierra han dejado una huella imborrable en cada
rincón de nuestra ciudad.
En este día, también es importante reflexionar sobre los desafíos que enfrentamos como
comunidad. Moquegua ha experimentado un crecimiento significativo en los últimos años, lo que
nos presenta nuevas oportunidades, pero también nos exige enfrentar los retos que conlleva este
progreso.
Es fundamental que trabajemos juntos para preservar nuestras tradiciones, proteger nuestro
entorno natural y promover el bienestar de todos los habitantes de Moquegua. Solo a través de la
unidad y el compromiso podremos construir un futuro próspero y sostenible para las generaciones
venideras.
En este aniversario, renovemos nuestro compromiso con Moquegua. Sigamos construyendo sobre
los cimientos sólidos que nuestros antepasados nos legaron y trabajemos juntos para hacer de
nuestra ciudad un lugar aún mejor para vivir, estudiar, trabajar y disfrutar.

¡Feliz 482 aniversario, Moquegua! ¡Que viva nuestra querida ciudad!


II. TOPONIMIA

Existen dos interpretaciones del nombre Moquegua.


Según la versión recogida por Garcilaso de la Vega en los Comentarios Reales de los Incas, Los
incas bautizaron MOQUEHUA derivándolo de las voces MUKI, que se traduce como húmedo o
mojado, y la expresión HUA que expresa conmiseración o lástima, según esta etimología la
expresión se interpreta como “tierra mojada” designada como un lamento o una queja. Esto
contradice la realidad pues los incas, como lo prueba la evidencia, estuvieron complacidos de
conquistar estas tierras y desarrollar aquí su vasta tecnología agrícola.

Pero existe una versión distinta. Esta sostiene que las tribus puquinas y las tribus ubinas luego de
huir de las persecuciones de los aimaras se establecieron pacíficamente en esta localidad. Luego
de muchos años y tras la llegada de los incas estas tribus fueron denominadas bajo el apelativo de
MOQUICHUA de las voces MOHO: grano de semilla y QUICHUA: tierra templada: se podría
interpretar como tierra templada productora de semillas.

Sea como fuera, ambos nombres señalan algo fundamental en estas etimologías, el vínculo
esencial del hombre con la tierra.

III FUNDACIÓN COLONIAL


La fundación colonial de Moquegua es un hito histórico que marcó el comienzo de una nueva
etapa en la historia de nuestra ciudad. En el año 1541, el conquistador español Diego de Almagro
llegó a estas tierras y decidió establecer la villa de Santa Catalina de Guadalcázar de Moquegua.
Este acto de fundación tuvo un impacto significativo en la configuración de la ciudad y en la vida
de sus habitantes. Moquegua se convirtió rápidamente en un importante centro comercial y
agrícola en la región sur del Perú. Su ubicación estratégica, en la ruta comercial que conectaba el
altiplano andino con la costa, le otorgó un papel crucial en el intercambio de productos y en el
desarrollo económico de la región.
La fundación colonial trajo consigo una serie de cambios en la estructura urbana y en la
organización social de Moquegua. Se establecieron las primeras instituciones gubernamentales y
religiosas, como el Cabildo y la Iglesia, que ejercieron un papel fundamental en la administración y
en la difusión de la fe católica.
La arquitectura colonial también dejó una huella importante en Moquegua. Durante este período
se construyeron numerosos edificios religiosos y civiles, caracterizados por su estilo barroco y
neoclásico. La Iglesia de San Francisco, la Catedral de Moquegua y la Casa del Regidor son
ejemplos destacados de esta arquitectura colonial que aún se conservan en nuestra ciudad.
La fundación colonial de Moquegua representa un momento crucial en nuestra historia, donde se
entrelazaron las culturas indígena y española, generando una fusión única que se refleja en
nuestra identidad cultural. Es importante valorar y preservar este legado histórico para mantener
viva nuestra memoria colectiva y transmitirlo a las generaciones futuras.
En este 482 aniversario, recordemos con orgullo y gratitud a aquellos hombres y mujeres que
contribuyeron a la fundación colonial de Moquegua, forjando así los cimientos de nuestra ciudad y
sentando las bases para el desarrollo y progreso que hoy disfrutamos.

IV. APRECIACIÓN Y VALOR DE LA MOQUEGUA ACTUAL


Por lo tanto, La apreciación y valor de la Moquegua actual es fundamental para comprender y
reconocer el progreso y los logros alcanzados a lo largo de los años. Nuestra ciudad ha
experimentado un crecimiento significativo en diversos aspectos, convirtiéndose en un lugar
próspero y lleno de oportunidades.
En primer lugar, debemos destacar el desarrollo económico que ha impulsado el bienestar de
nuestra comunidad. Moquegua se ha posicionado como un importante centro minero y agrícola,
contribuyendo al crecimiento de la región y generando empleo para sus habitantes. Además, el
turismo ha adquirido un papel relevante, atrayendo a visitantes que quedan maravillados con la
belleza de nuestros paisajes, la riqueza cultural y la hospitalidad de nuestra gente.
Asimismo, es importante resaltar los avances en infraestructura que han mejorado la calidad de
vida de los moqueguanos. La construcción de carreteras, puentes, hospitales, escuelas y otros
servicios básicos ha permitido un acceso más fácil a los servicios públicos y ha fortalecido nuestra
capacidad de desarrollo.
No obstante, debemos ser conscientes de los desafíos que aún enfrentamos como comunidad. El
crecimiento acelerado también ha traído consigo problemáticas como la preservación del medio
ambiente, la planificación urbana adecuada y la equidad social. Es fundamental abordar estos
desafíos con responsabilidad y compromiso para garantizar un desarrollo sostenible y equitativo
en Moquegua.
En este sentido, es necesario valorar y promover nuestras tradiciones y patrimonio cultural.
Moquegua cuenta con una rica historia y una diversidad cultural que debemos preservar y
difundir. Nuestras festividades, danzas tradicionales, gastronomía y artesanía son expresiones
únicas de nuestra identidad que debemos valorar como parte fundamental de nuestra herencia.
En conclusión, la apreciación y valor de la Moquegua actual nos invita a reconocer el crecimiento y
los logros alcanzados, pero también nos exige asumir los desafíos pendientes. Trabajando juntos,
podemos construir una Moquegua próspera, sostenible y justa para las presentes y futuras
generaciones. ¡Sigamos adelante, con orgullo y compromiso hacia nuestra amada Moquegua!

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