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La fiesta de Pentecostés, es una fiesta donde los discípulos fueron llenos por primera
vez por el Espíritu Santo. (No por única vez)
26 Les daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de ustedes. Les quitaré ese
terco corazón de piedra y les daré un corazón tierno y receptivo. [a] 27 Pondré mi Espíritu en
ustedes para que sigan mis decretos y se aseguren de obedecer mis ordenanzas.
17 Esto significa que todo el que pertenece a Cristo se ha convertido en una persona nueva. La
vida antigua ha pasado; ¡una nueva vida ha comenzado!
Aceptamos a Jesús o venimos a él buscando una nueva vida, una vida que le agrade a
él. Si este es el sentir de nuestro corazón vamos por el buen camino.
Dios ha prometido que se llevará este terco corazón, y nos dará uno nuevo, uno que
sea tierno y receptivo. Para que seamos sensibles al Espíritu Santo, para que seamos
conscientes de cuanto nos anhela el Espíritu.
¿Para qué?
Necesitamos el Espíritu Santo de Dios para obedecer y seguir los decretos de Dios.
Dios nos ama tanto, que él no quiere que nosotros suframos o que caminemos al
abismo, porque la palabra dice que Dios pone su Espíritu para ASEGURARSE de que
nosotros obedezcamos su voluntad.
¿Alguna vez te ha ido mal obedeciendo a Dios? ¿Alguna vez te ha ido bien
desobedeciendo a Dios?
Podemos pensar que necesitamos ser llenos del Espíritu Santo para hacer “grandes”
milagros, como orar y que los enfermos sanen, pronosticar o profetizar, expulsar
demonios, o cosas similares.
Pero lo cierto es que la llenura del Espíritu Santo no solo se manifiesta de esa forma, y
no solo necesitamos ser llenos del Espíritu santo para lo anterior, porque estaríamos
hablando de que el Espíritu Santo es un evento y no es así.
Nuestra relación con el Espíritu Santo es de todos los días. Especialmente para cosas
que no son tan extraordinarias, como predicarle a una persona, perdonar a alguien,
tener una buena actitud en casa, en el trabajo, para tratar bien a tu conyugue, a tus
hijos. Para las cosas muy cotidianas necesitamos el Espíritu Santo.
¿Cómo yo puedo ser lleno del Espíritu Santo?
1. Pidiéndolo
13 Pues, si ustedes, aun siendo malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más el
Padre celestial dará el Espíritu Santo a quienes se lo pidan!»
Nuestro padre celestial que sabe que necesitamos de su Santo Espíritu para hacer las
cosas desde las cotidianas hasta las extraordinarias, no la dará.
Jesús nos dio un ejemplo donde usa la comparación de un pan, él dijo, si tu hijo te pide
pan, no le darás una serpiente.
El pan es vital para la vida como lo es la presencia del Espíritu santo para mantener con
vida nuestro espíritu.
¿Qué nos da el Espíritu Santo?
2. Recibiéndolo por fe
Hechos 1,8
8 pero recibirán poder cuando el Espíritu Santo descienda sobre ustedes; y serán mis testigos,
y le hablarán a la gente acerca de mí en todas partes: en Jerusalén, por toda Judea, en Samaria
y hasta los lugares más lejanos de la tierra.
Y la promesa de Jesús fue darnos al Espíritu Santo, entonces ¿qué nos impide ser
llenos del Espíritu Santo?