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El Espíritu Santo

 La fiesta de Pentecostés, es una fiesta donde los discípulos fueron llenos por primera
vez por el Espíritu Santo. (No por única vez)

Ezequiel 36:26-27 (NTV)

26 Les daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de ustedes. Les quitaré ese
terco corazón de piedra y les daré un corazón tierno y receptivo. [a] 27 Pondré mi Espíritu en
ustedes para que sigan mis decretos y se aseguren de obedecer mis ordenanzas.

 Dios nos promete restaurarnos física y espiritualmente.

2 Corintios 5:17 (NTV)

17 Esto significa que todo el que pertenece a Cristo se ha convertido en una persona nueva. La
vida antigua ha pasado; ¡una nueva vida ha comenzado!

 Aceptamos a Jesús o venimos a él buscando una nueva vida, una vida que le agrade a
él. Si este es el sentir de nuestro corazón vamos por el buen camino.

 Dios ha prometido que se llevará este terco corazón, y nos dará uno nuevo, uno que
sea tierno y receptivo. Para que seamos sensibles al Espíritu Santo, para que seamos
conscientes de cuanto nos anhela el Espíritu.

 ¿Para qué?

 Necesitamos el Espíritu Santo de Dios para obedecer y seguir los decretos de Dios.
 Dios nos ama tanto, que él no quiere que nosotros suframos o que caminemos al
abismo, porque la palabra dice que Dios pone su Espíritu para ASEGURARSE de que
nosotros obedezcamos su voluntad.
 ¿Alguna vez te ha ido mal obedeciendo a Dios? ¿Alguna vez te ha ido bien
desobedeciendo a Dios?

 ¿Cuándo yo debo yo pedir ser lleno del Espíritu Santo?

 Podemos pensar que necesitamos ser llenos del Espíritu Santo para hacer “grandes”
milagros, como orar y que los enfermos sanen, pronosticar o profetizar, expulsar
demonios, o cosas similares.

 Pero lo cierto es que la llenura del Espíritu Santo no solo se manifiesta de esa forma, y
no solo necesitamos ser llenos del Espíritu santo para lo anterior, porque estaríamos
hablando de que el Espíritu Santo es un evento y no es así.

 Nuestra relación con el Espíritu Santo es de todos los días. Especialmente para cosas
que no son tan extraordinarias, como predicarle a una persona, perdonar a alguien,
tener una buena actitud en casa, en el trabajo, para tratar bien a tu conyugue, a tus
hijos. Para las cosas muy cotidianas necesitamos el Espíritu Santo.
 ¿Cómo yo puedo ser lleno del Espíritu Santo?

1. Pidiéndolo

Lucas 11:13 (NTV)

13 Pues, si ustedes, aun siendo malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más el
Padre celestial dará el Espíritu Santo a quienes se lo pidan!»

 Nuestro padre celestial que sabe que necesitamos de su Santo Espíritu para hacer las
cosas desde las cotidianas hasta las extraordinarias, no la dará.

 Jesús nos dio un ejemplo donde usa la comparación de un pan, él dijo, si tu hijo te pide
pan, no le darás una serpiente.

 El pan es vital para la vida como lo es la presencia del Espíritu santo para mantener con
vida nuestro espíritu.
¿Qué nos da el Espíritu Santo?

 Si necesitamos mayor conocimiento, entonces yo necesito al Espíritu Santo que me


conduce a toda verdad.
 Si necesito consuelo y respuestas, el Espíritu Santo es tu consolador.
 Si quieres conocer más a Dios, necesito relacionarme con el Espíritu Santo.
 Si quiero que mi economía sea bendecida, no necesito trabajar más de la cuenta,
descuidando a mi matrimonio, mis hijos, sino necesito al Espíritu Santo, quien me dará
fuerzas y sabiduría para generar las riquezas. Inteligencia para ser creativa y sentido de
responsabilidad para ser buen mayordomo de mis finanzas.

2. Recibiéndolo por fe

Hechos 1,8

8 pero recibirán poder cuando el Espíritu Santo descienda sobre ustedes; y serán mis testigos,
y le hablarán a la gente acerca de mí en todas partes: en Jerusalén, por toda Judea, en Samaria
y hasta los lugares más lejanos de la tierra.

 Estás fueron palabras de Jesús, si él lo dijo él lo hará.


 Pues la naturaleza tanto del Padre, como del hijo y del Espíritu Santo es cumplir sus
promesas. Y muestra de ello es que:
 Tuvimos a Jesús en la tierra porque Dios lo prometió y lo cumplió.
Números 23, 19-20
Dios no es un hombre; por lo tanto, no miente.
Él no es humano; por lo tanto, no cambia de parecer.
¿Acaso alguna vez habló sin actuar?
¿Alguna vez prometió sin cumplir?
20 Escucha, yo recibí la orden de bendecir;
¡Dios ha bendecido, y yo no puedo revertirlo!

 Y la promesa de Jesús fue darnos al Espíritu Santo, entonces ¿qué nos impide ser
llenos del Espíritu Santo?

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