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ENTREVISTA A MAURO SÁNCHEZ

https://corredordecalle.com/2020/12/23/analizamos-con-mauro-sanchez-el-estado-actual-de-la-
educacion-en-valores-en-la-actividad-deportiva/

.- La afirmación “el deporte no educa” ¿es cierta?


Estoy totalmente de acuerdo con esa afirmación, el deporte no educa en sí mismo, es la
manera de transmitirlo, de enseñarlo, de palparlo en la sociedad. Lo que hace que el
deporte eduque está supeditado al planteamiento que hagan los adultos que están
alrededor de los deportistas. Con adultos me refiero a la familia, entrenadores,
directivos, árbitros. Por supuesto, las influencias socioculturales también van a
repercutir en que el deporte eduque o no.

¿Qué o quienes deberían ser los encargados de aportar esa educación en líneas generales
en primera instancia a los más pequeños?
Como te decía, son muchos los agentes sociales que influyen en la educación de
nuestros jóvenes, pero por lo general se suele atribuir este cometido a los
entrenadores o a los profesores en el ámbito educativo. Sin embargo, la ciencia nos dice
que las personas adquieren sus competencias socioemocionales en el entorno
familiar en las primeras etapas de la vida. Es en este entorno donde el
niño principalmente aprende a respetar, a ser responsable, a controlar sus impulsos, a
tolerar la frustración, a compartir, a escuchar, a asumir retos, a ser agradecido,
autónomo, solidario, generoso, a disculparse. Luego, los profesores en el ámbito
formal y los entrenadores en el no formal deberían ayudar a las familias a cultivar y
mejorar esas competencias socioemocionales. Por lo tanto, esta es una responsabilidad
que no deben eludir las familias.

.- ¿Existe consenso entre los propios educadores en cómo afrontar el enorme reto que
supone inculcar los valores sociales y personales mientras los más pequeños conocen
los aspectos técnicos de los deportes que practican?
A la hora de inculcar valores, la mayoría de los educadores somos conscientes de la
importancia que tiene el ejemplo sobre nuestros jóvenes deportistas. Esto, que no es
poco, debe ir acompañado de una serie de estrategias que junto con el ejemplo
constituyan herramientas potentes para conseguir una educación integral a través del
deporte. En este sentido es donde no parece existir consenso, por desconocimiento de
esas estrategias, o bien porque se considera que con dar buen ejemplo es suficiente. Lo
que parece claro es que no estamos aprovechando todo el potencial que tiene el deporte
para conseguir objetivos de desarrollo personal y social por la falta de planteamientos
deliberados. La percepción que tenemos es que todos queremos conseguir esos
objetivos de educación integral pero luego no desarrollamos un plan de trabajo para
conseguir ese fantástico objetivo.
¿Hay una edad idónea para hacerlo?
Aunque soy de la opinión de que todos somos aprendices de valores, que siempre se
tiene edad para seguir creciendo, independientemente del rol que desempeñes, es cierto
que es en la etapa de primaria (prebenjamines, benjamines, alevines) donde se puede
trabajar mejor para configurar unas actitudes positivas con repercusiones favorables
en la vida cotidiana y en el terreno deportivo. Además de ser una etapa muy permeable
a la configuración de las competencias socioemocionales, existe la flexibilidad
suficiente como para emplear tiempo en las sesiones de entrenamiento para realizar
actividades en aras de conseguir la educación integral.

.- ¿Hasta qué punto es importante la formación en este sentido de los entrenadores en


cada una de las disciplinas deportivas?
Es esencial la formación del entrenador para conseguir los objetivos de
educación integral y sobre todo para evitar hacer daño a personas muy
vulnerables como son los niños y adolescentes. Hay que dotar de herramientas para
que los entrenadores ayudemos a las familias en el desarrollo de sus hijos y esto es algo
de lo que adolecemos tanto en la formación que se da en la universidad a alumnos de
grado como la que se da en el ámbito federativo. En mi opinión, se dan asignaturas que
tratan estos asuntos de manera parcial pero no se da un enfoque integrador, o bien los
formadores vamos pasando la pelota a otras asignaturas y al final,
hablando coloquialmente, se queda la casa sin barrer. Además, considero que es algo
paradójico, porque como te decía, cuando nos preguntan sobre este tema todos
hacemos referencia al valor que tiene el deporte en el desarrollo personal y social, sin
embargo, no conseguimos dar la formación adecuada para que nuestros técnicos lo
pueden llevar a cabo. Por ponerte un ejemplo, sabemos a través de lo que nos dice la
ciencia, que para conseguir aprendizajes profundos además de tener conocimientos
sobre la materia, en este caso sobre el deporte en concreto, necesitamos conocimientos
pedagógicos, bienestar emocional y competencias socioemocionales que favorezcan
aprendizajes y constituyan un ejemplo para los aprendices. Si observamos los planes
de estudio veremos que no existen materias que traten con un determinado rigor
contenidos en relación al bienestar emocional del educador, desarrollo de las
competencias socioemocionales del educador y como desarrollarlas en los deportistas.

¿Es complicado sacar a los entrenadores y formadores del resultadismo y la


competitividad que se le presupone de inicio al deporte?
Es muy complicado, especialmente porque se trata de fuertes creencias, muy
arraigadas, que consideran que el éxito está relacionado con el ganar. También es
complicado porque se observa que detrás de estos comportamientos hay orientaciones
egoístas del entrenador, de búsqueda de reconocimiento de su entorno, de notoriedad.
Esto hace difícil sacar a los entrenadores de ese enfoque. De ahí que se deba formar al
entrenador sobre lo que se considera éxito en el deporte y no es más que tener en
cuenta al deportista para que consiga estar motivado, enganchado en una actividad que
le puede resultar muy positiva para su salud y desarrollo psicosocial. El éxito es
también que consiga aprender, mejorar en todos los sentidos, no solo en el deporte, así
creo que se debería entender el éxito.

.- Nadie suele hablar de los árbitros, ¿Son tan importantes como el resto de actuantes en
cualquier competición deportiva a la hora de educar en valores?
Por supuesto, especialmente en las categorías de formación. El árbitro debería asumir
un rol de educador y como tal dar ejemplo en el cumplimiento de sus responsabilidades,
participando de manera activa durante la competición para que los deportistas
disfruten, conozcan mejor el juego y desarrollen conductas de juego limpio. En este
sentido, serían muy interesantes propuestas en donde instituciones, clubes y árbitros
colaborarán de manera conjunta para que la competición fuera un entorno óptimo de
aprendizajes. Sobre todo, la labor del árbitro será más eficaz cuando los entrenadores
sean respetuosos con ellos y conciencien a sus jugadores de que los árbitros son
también educadores, que su función no es exclusivamente sancionadora.

.- ¿Y las familias, qué papel deben desempeñar en todo este proceso?


Las familias deben ser conscientes de cuál es su rol y para ello se lo debemos
comunicar. Como dice el psicólogo José María Buceta, ¡las familias también juegan!,
pero, eso sí, hay que decirles a qué juegan. ¿Cuál es su juego? Deben en primer lugar,
tal y como te decía antes, generar en casa esas actitudes tan importantes que te he
citado, de ellos depende, son los principales responsables de que adquieran esas
competencias socioemocionales. Luego, facilitar a sus hijos los materiales que
necesiten para practicar el deporte, darles oportunidades para que hagan deporte
compaginándolo con los estudios, también a partir de los intereses de su hijo, elegir el
proyecto deportivo que se ajuste a lo que ellos buscan del deporte. Una vez elegido,
confiar en los técnicos, apoyar y animar a sus hijos, reforzar el esfuerzo y el juego
limpio, participar en las actividades del club al que pertenece su hijo y especialmente
ser ejemplo de buenas conductas.

.- ¿Todos los deportes son iguales o hay algunos más propensos a olvidarse de los
valores?¿Qué circunstancias pueden llevarnos a ese olvido?
Es cierto que hay algunos deportes que por determinadas circunstancias se les
identifica más con el desarrollo de valores, un ejemplo de ellos sería el rugby. No
obstante, entiendo que esto no es una cuestión de un tipo de deporte u otro en lo que al
desarrollo de valores se refiere. Antes te he hecho referencia a la importancia que
tienen los adultos sobre este asunto, de ahí que considere que es cuestión de cómo las
personas implicadas en ese deporte lo enseñan, lo organizan. Hay un tema que me
preocupa especialmente relacionada con las circunstancias en las que se desarrolla el
deporte. Mira como en los deportes empieza a haber cada vez más iniciativas de
competiciones en edades tempranas. A mi parecer, el plantear competiciones en edades
que oscilan entre los 5 y 8 años en donde hay clasificaciones, y por lo tanto una
determinada presión por ganar, es inadecuado en la medida que pone en riesgo el
desarrollo socioemocional de los niños que participan. Lo veo como iniciativas de los
adultos que no responden a los intereses y capacidades de niños de esas edades.
.- ¿Las instituciones públicas a todos los niveles están lo suficientemente concienciadas
en la implantación y educación de estos valores?
Yo creo que sí que están suficientemente concienciadas en lo que a educación en
valores se refiere. Otra cosa es que se estén tomando las medidas suficientes para poder
llevarlo a cabo. Entiendo que es un tema bastante complejo y que reclama una
participación de toda la sociedad, es algo similar a lo que ocurre en la educación
formal. Lo que está claro es que se necesitan políticas que vayan en esta dirección, que
se invierta dinero para que se pueda llevar a cabo, como nos dicen numerosas
investigaciones, son muchísimos los beneficios que se obtienen haciendo políticas e
invirtiendo en planes estratégicos que promuevan una práctica educativa del deporte.

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