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John
Jo hn Locke
Locke
Ensayo
Ens ayo y Ca
C arta sobre
sobre
la toleran
tole rancia
cia
Traducción
Tradu cción y prólogo de Carlos Mellizo
Mellizo
El libro de bolsillo
Filosofía
Alianza Editorial
T ít u l Tolerattce ( 1666)
o s o r ig in a l e s : A tt Essay on
Epístola de Tolerantia (1685)
Reservado» lodo» lo» derechos. F.1contenido de esta o bra está p roteg ido p or la Ley, que
establece pena» de prisión y/o multas, además d e las correspond ientes indemnizaciones
por daño s y perjuicios, p a n quien es reprodujeren, plagiaren, distribuyeren o comuni-
caren públicamente, en todo o en p arte, u na o bra literaria, artística o científica, o su
transformación, interpretación o ejecución artística fijada en cu alquier tipo de so porte
o comunicada a través de cu alquier medio, sin la preceptiva autorización
Lord Ashley
Ateos y católicos
Holanda
Los hom bres son tan deshon estos, que prefieren rob ar los
frutos de las labores de los demás, a tom arse el trabajo de
proveerse p o r sí m ism os. P or ta n to, a fin de preservar sus
posesio nes, riq uezas y propie dades, y ta m bién de preservar
su libertad y su fuerza q ue son sus m edios pa ra ganarse
la v ida , se ven obligados a en trar en sociedad u no s con
otros [...). Pero los hom bres que en tran de este m odo e n so -
ciedades fundadas en pactos de ayuda m utua p ara defender
C a r l o s M e l l iz o
Selección b ibliográfica
Digo que sólo la prim era clase, es decir, las opiniones es-
peculativas y el culto divino, son las únicas cosas que tie-
nen derecho absoluto y universal a la tolerancia.
Hablemos primero de las opiniones puramente espe-
culativas como la creencia en la Trinidad, el Purgatorio, la
Transustanciación, los an típodas 3, el reino perso nal de
Cristo en la tierra, etc. Que en estas cosas cada hombre
posee una libertad ilimitada resulta evidente porque mis
meras especulaciones no implican una predisposición
por mi parte en lo que se refiere a m i trato con los hom -
bres; y al no te ner tampoco ninguna influencia en mis ac-
ciones como miem bro de la sociedad, ya que mis accio-
nes serían las mismas, con todas sus consecuencias, aun
cuando no hubiera ning una o tra persona en el mundo,
[tales opiniones especulativas] n o pueden p erturb ar en
absoluto el estado de mi prójimo, ni causarle inconve-
niencia alguna. De ahí que esas opiniones no caigan bajo
la competencia del magistrado. Además, ningún hombre
puede dar a otro hombre poder (y carecería de propósito
el que Dios se lo diera) en aquellas cosas sobre las que él
mismo n o tiene poder. Ahora bien: que u n hom bre no
puede tener mando sobre su propio entendimiento, o de-
term inar hoy positivamente qué opinión tendrá mañana,
es algo evidente qu e se deduce de la experiencia y de la
naturaleza del entendim iento, el cual no puede aprehen-
der m ás cosas de las que se le aparecen, lo mismo q ue el
ojo no puede ver en el arco iris más colores de los que ve,
ya estén esos colores realmente allí, o no lo estén.
II
III
Digo que, adem ás de las dos prim eras, hay una tercera
clase de acciones que se piensa que son buenas o malas en
sí mismas, a saber: los deberes de la segunda tabla s (o las
infracciones contra ella), o las virtudes morales de los fi-
lósofos. Estos deberes, aunque son u na vigorosa parte ac-
tiva de la religión y algo que preocupa mucho a las con-
ciencias de los hombres, sólo constituyen una pequeña
parte de las disputas acerca de la libertad de conciencia.
No sé si, caso de que los hombres fueran más celosos
acerca de éstas, serían menos contenciosos respecto a las
otras. Pero esto sí es seguro: que la virtu d de la m odera-
ción es un soporte tan necesario para un Estado, y que la5
prohibido por la ley por el rigor del castigo; pues bien, na-
die se queja en este caso de que la ley ha violado los dicta-
dos de su conciencia, o de h aber perdido la libertad; y si
realmente hubiera constituido una imposición ilegal sobre
las conciencias, no habría sido pasada p or alto po r tantos
hombres sensibles y escrupulosos. Algunas veces, Dios
(hasta ese extrem o se cuida de preservar el gobierno) hace
que su ley se someta y ajuste hasta cierto grado a la del
hombre; su ley prohíbe el vicio, pero la ley humana a menu-
do determina en qué medida. Ha habido Estados en los que
se ha hecho legal el robo cuando no era descubierto en el
acto; y quizá estuvo tan libre de culpa robar un caballo en
Esparta como ganar una carrera de caballos en Inglaterra.
Pues el magistrado, al tener el poder de transferir propie-
dades de un hom bre a otro, puede establecer cualesquiera
(leyes]6 de tal forma que sean universales, equitativas y sin
violencia, y adecuadas al interés de una sociedad que,
como la de Esparta, estaba compuesta de gente que, al ser
belicosa, no le parecía que fuera éste un mal modo de ense-
ñar a sus conciudadanos a ser vigilantes, decididos y ac-
tivos. Digo esto sólo de pasada, para mostrar hasta qué
punto el bien del Estado es la norma de todas las leyes
humanas, ya que, según parece, hasta limita y altera las
leyes de Dios y cambia la naturaleza del vicio y la virtud.
De ahí que el magistrado, el cual puede hacer del robo un
acto inocente, no pueda legalizar el perjurio o la falta de
fe, porque estas cosas son destructivas para la sociedad hu-
mana.
Del poder que el m agistrado tiene sobre las acciones
buenas y malas, pienso que se deduce lo siguiente:
8. Es éste un caso del uso frecuente que Locke hace de ejemplos toma -
dos d e su s estudios de medicina.
44 JOH N LO CKB
t i . El catolicismo.
ENSAYO SOB RE LA TOLERA NCIA 5 7
12. Amp liación de las bases do ctrin ales del cristianism o; eliminación
de diferencias sectarias de p oca sustancia. Algo semejante a lo que hoy
entendem os po r el término «ecumenismo».
ENSAYO SOB RE LA TOLERAN CIA 59
Honorable Señor:
el magistrad
m agistradoo civil civil,, como
com o ocur
oc urre re algunas
alguna s vec vecees, pertenez-
perten ez-
ca a esta o a aquella Iglesi Iglesia. a. Porqu
Por quee el el gobierno
gobie rno civil civil no
pu
p u e d e d a r nu
nuev evoo s d e rec
re c h o s a la Iglesia,
Iglesia , ni la Iglesia al g o-
bie
b iern
rnoo civil. De D e m a n e r a q u e , a u n q u e el m a g istris traa d o se una
un a
a una Iglesia o se separe de ella, la Iglesia permanece
siempre como era antes: una un a asociación libre libre y volunta-
ria. Ni adquiere el po podederr de la espada cuand cu andoo eell magistra-
do entra
entr a en ellaella,, ni pierde el derecho de d e enseñar
enseñ ar y de ex-
comunic
com unicar ar cuando
cuan do el magistrado
ma gistrado la abandona.aband ona. Éste Éste es el el
derecho fundam ental de una asociación espontánea: espontánea: tie- tie-
ne pode
po derr para
pa ra expulsar a cualquiera de sus miembros m iembros si si
así lo estima
estima op oportun
ortuno, o, pero no puede, por po r elel ingres
ingresoo de
nuevos
nue vos miembros, adq uirir ningún ningú n derecho
derecho de jurisdic-
ción sobre aquellos
aquellos que se que quedandan fuera.
fuera. Por P or lo tanto, la
paz
p az,, la eq
e q u ida
id a d y la am istais tadd de
d e b e n se
s e r s iem
ie m p re ob o b s e rva
rv a -
das poporr las diferentes
diferentes Igle Iglesisias
as,, así como po r las las personas
person as
priv
pr ivad
adasas,, sin
si n nin
n ingg u n a pre
pr e ten
te n sió
si ó n de sup
su p e rio
ri o rid
ri d a d o ju r i s -
dicción
dicción de una unass sobre otras.
Para aclarar el el asunto con un ejemplo, ejemplo, vamos a supo- sup o-
nerr dos Igles
ne Iglesia iass en Constantino
C onstantinopla: pla: una
u na de d e protestantes
holandeses
holand eses [arminian
[arm inianos] os] y otra
ot ra de la la secta contraria [cal- [cal-
vinistas]. ¿Dirá alguno que q ue cualquiera
cualq uiera de estas dos Igle-
sias
sias tiene
tiene el derecho de privar priv ar a los los miembros
miem bros de la otra
de su libertad o de sus propiedadespropieda des (como vemos hacerl hacerloo
en otros
otro s lugares) a causa de sus diferencias en ciertas doc- do c-
trinas
trin as y ceremonias, o castigarlos con el el exilio
exilio o la mue m uer- r-
te, m ientras
ien tras los turcos, entre en tre tanto, observ
ob servan an en silencio
silencio y
se ríen al ver con cuán saña cruel los cristianos luchan
contra
co ntra los
los cristianos? Pero Pero si una u na de estas Igle Iglesisias
as tiene el
po
p o d e r d e ma
m a ltra
lt rata
tarr a la o tra
tr a , yo p reg
re g u n to:
to : ¿A
¿A cuál de ellas
corresponde
correspon de ese ese pode
po derr y con
con qqué ué derecho
derecho?? Se me respon-
derá,
derá , indud
ind udablem
ablem ente, que es la la Igle
Iglesisiaa ortodoxa
ortodox a la que
tiene el el derecho de autoridad
auto ridad sobre los equivocados o he-
CARTA SOBR E LA TOLERANCIA 77
II
(Éxodo,
(Éxodo, 22:2022:2021) 21),, se orden
ord enaa queq ue nadie oprimo prim a ni veje veje a
los extranjeros. Admito A dmito que las siete siete naciones que poseían
la tierra
tierr a que
qu e fue prom
pro m etida
etid a a loslos israelitas
israelitas estaban
estaba n desti-
nadas a ser destruidas, pero ello ello no se debía
debía a que fuesen
idólatras. Pues si tal hub hubieraiera sido la razón,
razón , ¿por qu quéé ha-
bía
b íann de serse r p e rdo
rd o n a d o s los
lo s m oa
oabb ita
it a s y o tra
tr a s trib
tr ibus
us?? La r a -
zón fue que, al ser Dios de u na form a peculiar el el Rey de
los
los judíos, no p odía so po rtar la adoración de ningun a
otra
otr a deidad en la tierra tier ra de Canaán,
Cana án, que era su reino, reino, pues
tal cosa era en esencia esencia un acto de alta traición co ntra sí
mismo. Semejante
Semejante rebelión
rebelión manifiesta no hubiera sido en
forma alguna compatiblcom patiblee con el dom inio de Jehova Jehovah, h, que
era claramente político político en ese país. Toda idolatría idolatría tenía,
po
p o r tan
ta n to,
to , qu
q u e se
s e r exp
ex p u lsad
ls adaa d e su rein
re inoo , po
p o rqu
rq u e ello
ell o im-
im -
pli
p licc a b a el r e c o n o c im i e n to d e o t r o rey, es e s dec
d ecirir,, d e o t r o
dios contra
co ntrariorio a su derecho de dom inio. Los Los habitantes
también tenían que qu e ser expulsados para que la entera po -
sesión de la tierr tie rraa pudie
pu diera ra ser
s er dada
dad a a los
los israelita
israelitas. s. Por la la
misma
mism a razón,
razón , los Emins y los Horims Ho rims fueron
fueron expulsados
expulsados
de sus países
países po p o r los hijos de Esaú y de Lot; Lot; y sus tierras,
po
p o r ese mis
m ismm o m otivot ivo,
o, fue
fu e ron
ro n da
d a d a s po
p o r Dios
Di os a los inva in va--
sores, como el lector encon enc ontra trará
rá fácilmente leyendo el el se-
gundo
gu ndo capítulo del Deuteronom io. Jo Josu
suéé hizo
hizo un pacto pac to
con toda
to da la familia
familia de Rahab R ahab,, con la nación completa com pleta de
los
los gebeonitas, y los los perdonó
perdo nó;; y hubo muchos cautivos cautivos
entre
entr e los judíos
jud íos que eran idólatras. Regione Regioness situadas más
allá
allá de laslas fronteras de la tierra prom etida, inclus inclusoo hasta
el Eufrates,
Eufrates, fueron con conquistad
quistadas as po
p o r David y Salomón y
convertidas en provincias.
provincias. Entre tantos tan tos cautivo
cautivoss tomados
tom ados
y tantas naciones reducidas reducidas al al poder
pod er hebreo, no encon e ncon--
tram os un solo solo hom bre que fuese fuese obligado
obligado a abrazar la
religión de MoisésMoisés y el culto del verdadero verdad ero Dios, Dios, o casti-
cas ti-
gado por p or idolatría,
idolatría, aunque todos ellos ellos eran ciertamente
CARTA SOBRE LA TOLERANCIA lO i
culpables de el ella.
la. Sin
Sin embargo
emba rgo,, si algun
alg uno o se hacía proséli-
prosé li-
to y deseaba ad q u irir la la ciudadanía,
ciuda danía, se le le obligaba
obligaba a so-
m eterse a las leyes del Estado E stado d e Israel, es es decir, que qu e al
m ismo
ism o tiempo
tiem po abrazaba
abraza ba su religión.
religión. Pero
Pero esto
esto lo lo hacía
hacía de
m odo
od o voluntario, po r su propia cuenta c uenta y sin ser obliga obligadodo
po
p o r el q u e ma
m a n d a b a . No se som
so m e tía
tí a y end
en d o en coc o n tra
tr a d e s u
pro
p ropp ia volu
vo lunn ta
tad d sólo
só lo p a r a m o s tra
tr a r obe
ob e d ie
ienn c ia
ia,, sin
si n o qu
q ue
lo buscab
bu scabaa y solicitaba
solicitaba com o u n privilegio.
privilegio. Tan Tan pronto
pro nto
como
com o se hacía ciudad ano, ano , qued aba sujeto a las le leye
yess del
Estado,
Estado, según las cuales tod a idolatría estaba prohibida proh ibida
dentr
de ntro o de
d e los límites
límites de la tierra
tier ra de
d e Canaán
C anaán.. Pero esta le ley,
com o se ha dicho,
dicho, no alcanzó a nin gu na d e las las regiones
que, aunq ue estuvieran
estuvieran sujet sujetasas a los judíos, quedaban
fiiera
fiiera de esas fronteras.
fron teras.
gistrado
gistrad o piensa salvarsalvar a los
los hombres
homb res de esta forma, pare -
ce com
co m prend
pre nder er poco
po co el cam ino de la salva salvació ción.n. Y si no lo
hace para
pa ra salvar
salvarlos,
los, ¿por qué es tan solícit
solícito o con loslos artíc u-
los de fe,
fe, hasta el pu nto de impon
im ponerlos
erlos po r la la le
ley?
Más aún: el m agistrado
agistra do no deb ería proh p rohibir
ibir el hecho
de albergar o predica
pre dicarr opiniones especulati
especulativas vas en ning
n ing u-
na Igle
Iglesi
sia,
a, porqu e no n o tienen relación algun a con los los dere-
chos
cho s civi
civile
less de los súbd itos. Si Si un seg uidor uido r deldel Romano
Pontíf
Pontíficeice cree que lo que o tros tro s llaman pan pa n es realmente el el
cuerp
cu erpo o d e Cristo, con elloello no injuria a su veci vecino.
no. Si
Si un ju-
ju -
dío no cree que el Nuevo Nuevo Testamento sea la la palab ra de
Dios,
Dios, él él no altera p o r esto en nad a los derechos civil civiles
es
de los hombres. Si Si un pagano d uda ud a de amb os Testa Testamen-
men-
tos,
tos, no po r eso debe ser cast castigado
igado como un ciudadano
deshonesto. El p od er del mag istrado y las las propiedades de
los
los individuos pu eden asegurarse igualmente, igualmente, tanto si un
hom
ho m bre cree com o si no cree cre e en estas cosas.
cosas. Desde luego luego,,
reconozco que estas opinione opin ioness son falsas
falsas y absurdas. Pero Pero
el papel
pap el de las leyes
leyes no es cu ida r de la verdad ver dad de las opi-
niones, sino
s ino de la segurid
seg uridadad del Estado
Estad o y de los los bienes de
cada persona en particular. Está claro que no hemos
de lam entarn os po r esto esto.. Pues
Pues lala verdad saldrá adelante si si
po
p o r un a vez la d e jara
ja rann defe
de fend
ndee rse
rs e po
p o r sí mism
mi sma. a. No hah a re-
re -
cibido ni nunca recibirá mucha ayuda del poder de los
gran des hombres,
homb res, los los cuale
cualess raram
rara m ente
en te la reconocen o la
reciben con los brazosbraz os abiertos.
abierto s. La verdad
ver dad no n o necesita de
la fuerza
fuerza parap ara hacer
h acer su entrad
entr adaa en el alma, ni es es enseñada
enseñ ada
po
p o r los voc
v ocereros
os de la ley.
ley. Son
So n los
l os er
e r r o r e s los
lo s que
qu e prev
pr evalale-
e-
cen mediante la ayuda d e elementos postizos y extraños.
Pero
Pero sisi la
la verdad no logra po r su pro pia luz entra r en el
entendimiento, no podrá hacerlo ayudándose de una
fuerza ajena a ella ella.. Y baste con
co n lo dicho
dich o sob re este asunto.
Pasemos ahora a las opinion es prácticas. La rectitud rectitud de
CA RT A S O B R E L A T O L E R A N » A 103
hacerlo, sino el sufrim iento que los oprime. Los gob ier-
nos justos y mo derad os están tranquilos y se sienten se-
guros en todas partes. Pero cuando los hombres están
oprim idos po r la injusticia y la tiranía, siempre son recal-
citrantes. Sé que con m ucha frecuencia las sediciones son
urdidas bajo pretexto d e religión, pero también es verdad
que los súbditos son muchas veces maltratados y viven en
sufrimiento p or causa de su religión. Creedme: estas tu r-
bulencias n o surgen del carácter peculiar de esta o aque-
lla Iglesia o asociación religiosa, sino de la inclinación co-
m ún de todos los hombres, los cuales, cuando sufren bajo
una pesada carga, procuran naturalmente sacudirse el
yugo que les ahoga. Supongamos que la religión fuese de-
jada aparte, y que las características físicas fueran tom a-
das como base pa ra hacer distinciones: que las personas
de pelo negro u ojos grises fuesen tratadas de m odo dife-
rente al del resto de los ciudadanos, de tal m od o que no
pudiesen com prar y vender libremente y se les prohibiese
ejercer sus oficios; que a los padres no se les dejara edu car
a sus hijos; que se les prohibiera tener acceso a los trib u-
nales de justicia, o qu e éstos tuvieran predisposición a
dic tar sentencia en con tra de ellos. ¿Puede du dars e que
estas gentes, así discrim inadas de las otras por el color del
pelo y de los ojos, y unidas c ontra una persecució n co-
m ún, serían tan peligrosas para el magistrado como cua-
lesquiera otras que se asociaran sólo p or motivos de reli-
gión? Unos se asocian con fines comerciales y para gan ar
dinero; otros, que están desocupados, se juntan para di-
vertirse. Algunos tienen reuniones sociales porq ue viven
en la mism a ciudad y son vecinos; otros se reúnen para
compartir un culto religioso. Pero hay solamente una
cosa que reúne a las gentes para organizar tum ultos sedi-
ciosos, y es la opresión. Se me dirá: Y bien, ¿querrá usted
114 lOH N LOCKB
Quizá no esté
esté fuera de lugar añadañ adir
ir unas palabras acer
acercaca
de la
la herejí
herejíaa y el
el cisma.
cisma. Un m ah ahom
om etano
etan o no es ni pued
puedee
ser un hereje o un cismático
cismático para un cristiano;
cristiano; y si algún
cristiano
cristian o se sale
sale de la fe
fe cristiana
cristian a par
p araa convertirse
con vertirse al
al isla-
sla-
mismo,
mism o, non o p or eso se convierte en hereje o cismáticcismático, o,
sino en apó
apóstata
stata e infi
infiel
el.. Nadie hay que du dude
de esto; y así,
así, es
evidente que los hombres
homb res de religiones
religiones diferentes
diferentes no pue
pue--
den ser mirados
m irados como
com o herej
herejes
es o cismáticos p o r religio
religiones
nes
que nnoo son
so n la suya.
suya.
* La cita completa
comp leta de Ovidio
O vidio dice así así:: Pudet
Pudet haec oppr
opprob
obia
ia nobis/Et
nobis/Et dici
potuisse
potuisse et non potuisse refe refell i:«Avergonza
lli:«Avergonzado do estoy de q ue tales
tales oprobios
opro bios
pu
p u d iera
ie rann ser
s er d ich
ic h os y n o pu
p u d iera
ie rann ser
s er refut
ref utad
ados
os.»
.»
120 IUHN LOCKE
FINIS
índice
Prólogo .......................................................................... 7
Selección bib liográfica ................................................ 18
En s a y o s o b r e l a t o l e r a n c ia ......................................... 23
C a r t a s o b r e l a t o l e r a n c ia .................................... 61
Lasdisputas, en muchos casossangrientas,
S
entre las diversas sectascristianassurgidas
E
D a raíz dela Reforma, provocaron ya desde
A
D
I
fecha temprana una fuerte inquietud
N
A enel pensamiento europeo. John Locke
M
U (1632-1704), destacadorepresentante
H
delempirismofilosófico, tampoco pudo
sustraersea la preocupación poreste problema.
En el Ensayosobrelatolerancia(1666)y,
más tarde, en la Epístoladetolerantia(1685)
propugnó la separaciónentre la Iglesia
yel Estado yla aceptacióndetodotipo
de opinión religiosa queno atentara contra
8
3 los principiosfundamentales dela sociedad
8
4 constituida, dosprincipiosque continúan
0
4
3 teniendo plenavigenciaenel pensamiento
políticomoderno.
3
-
1 Introducciónytraducción de Carlos Mellizo
4
4
8
-
6
0
2
-
4
8
8
7
9
N
B
S
I
A
P
V
P
JOHN
LOCKE