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John Locke

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John Locke
Godfrey Kneller - Portrait of John Locke (Hermitage).jpg
Retrato por Godfrey Kneller (1697).
Información personal
Nacimiento 29 de agosto de 1632
Bandera de Inglaterra Wrington, Somerset, Reino de Inglaterra
Fallecimiento 28 de octubre de 1704 (72 años)
Bandera de Inglaterra High Laver, Essex, Reino de Inglaterra
Causa de muerte Infarto agudo de miocardio Ver y modificar los datos en Wikidata
Sepultura High Laver (All Saints) Churchyard Ver y modificar los datos en
Wikidata
Nacionalidad Inglesa
Religión Protestantismo Ver y modificar los datos en Wikidata
Familia
Padres John Locke Ver y modificar los datos en Wikidata
Agnes Keene Ver y modificar los datos en Wikidata
Educación
Educado en

Westminster School (desde 1647)


Christ Church College (1652-1675) Ver y modificar los datos en Wikidata

Información profesional
Ocupación Filósofo, médico
Años activo Filosofía del siglo XVII
Empleador

Universidad de Oxford
Anthony Ashley Cooper, 1st Earl of Shaftesbury
Caleb Banks Ver y modificar los datos en Wikidata

Movimiento Empirismo Ver y modificar los datos en Wikidata


Obras notables Carta sobre la tolerancia, Dos tratados sobre el gobierno civil,
Ensayo sobre el entendimiento humano, Algunos pensamientos sobre la educación y La
conducta del entendimiento
Partido político Whig
Miembro de Royal Society (desde 1668) Ver y modificar los datos en Wikidata
Distinciones

Miembro de la Royal Society Ver y modificar los datos en Wikidata

Firma John Locke Signature.svg


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John Locke (Wrington, Somerset, 29 de agosto de 1632-Essex, 28 de octubre de 1704)


fue un filósofo y médico inglés, considerado como uno de los más influyentes
pensadores del empirismo inglés y conocido como el «Padre del Liberalismo
Clásico».123 Fue uno de los primeros empiristas británicos. Influido por las ideas
de Francis Bacon, realizó una importante contribución a la teoría del contrato
social. Su trabajo afectó en gran medida el desarrollo de la epistemología y la
filosofía política. Sus escritos influyeron en Voltaire y Rousseau, pensadores de
la Ilustración francesa, así como los revolucionarios estadounidenses. Sus
contribuciones al republicanismo clásico y la teoría liberal se reflejan en la
Declaración de Independencia de los Estados Unidos y la Declaración de Derechos de
1689.4
La teoría de la mente de Locke es frecuentemente citada como el origen de las
concepciones modernas de la identidad y del yo, que figuran prominentemente en las
obras de filósofos posteriores como Hume, Rousseau y Kant. Locke fue el primero en
definir el yo como una continuidad de la conciencia. Postuló que, al nacer, la
mente era una pizarra o tabula rasa en blanco. Al contrario de la cartesiana —
basada en conceptos preexistentes—, sostuvo que nacemos sin ideas innatas, y que,
en cambio, el conocimiento solamente se determina por la experiencia derivada de la
percepción sensorial.5

Estudió gracias a una beca al prestigioso Christ de Oxford, que, como era habitual
entonces, reducía los estudios a la filosofía escolástica e ignoraba la filosofía
cartesiana y los avances de la nueva ciencia o de las matemáticas. Decepcionado,
reorientó su carrera hacía los experimentos químicos (fue colaborador de Robert
Boyle) y al estudio de la medicina. Profesor de griego clásico en Oxford, hasta los
treinta y cuatro años no leyó la filosofía de Descartes, la cual le despertó «el
gusto para los estudios filosóficos» y construyó una influencia decisiva en él (lo
veía como una verdadera alternativa a la escolástica). También recibió la
influencia de Pierre Gassendi (filósofo crítico con Descartes y seguidor del
epicureísmo) y en la filosofía política, de los británicos Hobbes y Shaftesbury.
Vivió en Londres, durante cuatro años en Francia y estuvo brevemente exiliado en
los Países Bajos. Cuando volvió a Londres, después de la Revolución Gloriosa, se
convirtió en asesor de los whigs (representantes del partido liberal).
Índice

1 Biografía
2 Bases del pensamiento de John Locke
3 Epistemología
3.1 Tabula rasa
3.2 Ideas simples y complejas
3.3 Cualidades primarias y secundarias
3.4 El conocimiento
4 Pensamiento político
4.1 Tolerancia religiosa
5 Pedagogía
5.1 La educación nobiliaria
5.2 Características del gentilhombre
5.3 Educación intelectual
5.4 Educación física
5.5 Educación moral
5.6 Respecto de las clases bajas
5.7 Papel del maestro
6 Epitafio
7 Obras
7.1 No publicados o manuscritos póstumos
8 Ediciones
9 Referencias
10 Bibliografía
11 Véase también
12 Enlaces externos

Biografía
La cabaña donde Locke nació.

Nació el 29 de agosto de 1632, en una pequeña cabaña con techo de paja cerca de la
iglesia en Wrington (Somerset), a unos doce kilómetros de Brístol. Fue bautizado el
mismo día. El padre de Locke, también llamado John, era un abogado rural y empleado
de los Juzgados de Paz en Chew Magna,6 quien se había desempeñado como capitán de
caballería de las fuerzas parlamentarias durante la primera parte de la guerra
civil inglesa. Su madre se llamaba Agnes Keene. Ambos padres eran puritanos. Poco
después del nacimiento de Locke, la familia se trasladó a la zona mercantil de
Pensford, a unos siete kilómetros al sur de Brístol, donde creció en una casa
estilo Tudor rural en Belluton.

En 1647, Locke fue enviado a la prestigiosa Westminster School en Londres, bajo el


patrocinio de Alexander Popham, un miembro del Parlamento y exjefe de su padre.
Después de completar sus estudios allí, fue admitido en la Christ Church (Oxford).
El decano del colegio en ese momento era John Owen, vicerrector de la universidad.
Aunque un estudiante capaz, Locke se irritó por el plan de estudios de pregrado de
la época. Encontró obras de los filósofos modernos, como René Descartes, más
interesantes que el material clásico enseñado en la universidad. Mediante su amigo
Richard Lower, a quien conocía desde la Westminster School, se introdujo a la
medicina y la filosofía experimental que se aplicaba en otras universidades y en la
Royal Society, de la que finalmente se convirtió en un miembro.

Se le otorgó su licenciatura en 1656 y una maestría en 1658. Obtuvo un título de


medicina en 1674, porque estudió profundamente la medicina durante su estancia en
Oxford y trabajó con varios científicos y pensadores notables como Robert Boyle,
Thomas Willis, Robert Hooke y Richard Lower. En 1666, conoció a lord Anthony Ashley
Cooper, primer conde de Shaftesbury, que había llegado a Oxford en busca de
tratamiento médico para una infección del hígado. Cooper estaba impresionado con
Locke y lo convenció para convertirse en parte de su comitiva.

Locke había tratado de buscar una carrera estable y en 1667 se trasladó a la casa
de lord Ashley en Exeter House, en Londres, para servir como su médico personal. En
Londres, reanudó sus estudios de medicina bajo la tutela de Thomas Sydenham.
Sydenham tuvo un efecto importante en el pensamiento filosófico natural de Locke —
un efecto que se haría evidente en el Ensayo sobre el entendimiento humano—.

El conocimiento médico de Locke fue puesto a prueba cuando la infección del hígado
de Shaftesbury se convirtió en un peligro potencialmente mortal. Coordinó un
consejo de varios médicos y fue probablemente fundamental para convencer a
Shaftesbury a que se sometiera a una operación (que también era una amenaza a su
vida) para extraer el quiste. Shaftesbury sobrevivió y se recuperó, atribuyendo a
Locke haberle salvado la vida.

En 1671 tuvo lugar una reunión en la casa de Shaftesbury, que fue descrita en la
«Epístola al lector» del Ensayo sobre el entendimiento humano, que inspiró el
Ensayo.[cita requerida] Dos borradores existentes de este período todavía
sobreviven. También durante ese tiempo, Locke se desempeñó como secretario de la
Junta de Comercio y Plantaciones y secretario titular de los Lores de Carolina, en
donde ayudó a dar forma a sus ideas sobre el comercio y la economía
internacionales.

Shaftesbury, como uno de los fundadores del movimiento whig, ejerció una gran
influencia en las ideas políticas de Locke. Este se involucró en política cuando
Shaftesbury se convirtió en lord canciller en 1672. Tras la pérdida del favor
popular sufrida por Shaftesbury en 1675, Locke pasó algún tiempo viajando por toda
Francia como tutor y asistente médico de Caleb Banks.7 Regresó a Inglaterra en
1679, cuando la fortuna política de Shaftesbury experimentó un breve cambio
positivo. Alrededor de ese momento, muy probablemente en el apogeo de Shaftesbury,
Locke compuso la mayor parte de los Dos tratados sobre el gobierno civil. Si bien
se pensaba que Locke escribió los Tratados para defender la Revolución Gloriosa de
1688, estudios recientes han demostrado que la obra fue escrita antes de esa
fecha.8 Actualmente se considera al trabajo como un argumento más general contra la
monarquía absoluta (en particular, expuesto por Robert Filmer y Thomas Hobbes) y
para alcanzar el consentimiento individual como la base de la legitimidad política.
Aunque se asoció con influyentes whigs, ahora se considera que sus ideas acerca de
los derechos naturales y el gobierno son bastante revolucionarias para ese período
en la historia inglesa.

Huyó a los Países Bajos en 1683, ya que sobre él caía una fuerte sospecha por haber
participado en el complot de Rye House, aunque hay poca evidencia para sugerir que
estuviera directamente involucrado en la trama. La filósofa y novelista Rebecca
Newberger Goldstein sostiene que durante sus cinco años en Países Bajos, Locke
eligió a sus amigos «entre los mismos miembros de librepensadores de grupos
protestantes disidentes como el pequeño círculo de confidentes leales a Spinoza.
[Baruch Spinoza había muerto en 1677.] Casi con certeza, Locke se reunió con varios
hombres en Ámsterdam que hablaron sobre las ideas de los judíos renegados
quienes... insistían en identificarse por medio de su religión como la única
razón». Aunque ella dijo que «las fuertes tendencias empiristas de Locke» le
habrían «inclinado a leer una obra de grandiosa metafísica como la Ética de
Spinoza, que entre otros aspectos era una profunda exposición de las ideas de
Spinoza, y muy especialmente como un meditado argumento para bien de los
racionalistas sobre tolerancia política y religiosa y la necesidad de la separación
de Iglesia y Estado».9

En los Países Bajos, tuvo tiempo para regresar a la escritura e invirtió mucho en
volver a trabajar en el Ensayo y componer la Carta sobre la tolerancia. No volvió a
casa hasta después de la Revolución Gloriosa, y acompañó a la esposa de Guillermo
de Orange en su regreso a Inglaterra en 1688. La mayor parte de las publicaciones
de Locke fue redactada después su regreso del exilio —su Ensayo sobre el
entendimiento humano antes mencionado, los Dos tratados sobre el gobierno civil y
la Carta sobre la tolerancia son impresos en rápida sucesión—.
Residencia Otes, donde John Locke pasó los últimos catorce años de su vida.

La señora Masham, amiga íntima de Locke, lo invitó a la casa de campo de los Masham
en Essex. Aunque su estancia allí estuvo marcada por una salud variable a raíz de
sus ataques de asma, se convirtió en un héroe intelectual de los whigs. Durante
este período, discutió temas con figuras como John Dryden e Isaac Newton.

Murió el 28 de octubre de 1704, y fue enterrado en el cementerio de la localidad de


High Laver,10 al este de Harlow (Essex), donde había vivido en la casa de sir
Francis Masham desde 1691. Locke nunca se casó ni tuvo hijos.

Los eventos que ocurrieron durante la vida de Locke incluyen la Restauración


inglesa, la gran peste y el Gran Incendio de Londres. No llegó a presenciar el Acta
de Unión de 1707, aunque se mantuvieron los tronos de Inglaterra y Escocia en unión
personal durante toda su vida. La monarquía constitucional y una democracia
parlamentaria estaban vigentes desde su infancia durante la época de Locke.
Bases del pensamiento de John Locke

Este artículo o sección necesita referencias que aparezcan en una publicación


acreditada.
Este aviso fue puesto el 12 de septiembre de 2013.

Su epistemología (teoría del conocimiento) no cree en la existencia del innatismo y


el determinismo, considerando el conocimiento de origen sensorial, por lo que
rechaza la idea absoluta en favor de la probabilística matemática. Para Locke, el
conocimiento solamente alcanza a las relaciones entre los hechos, al cómo, no al
porqué. Por otra parte cree percibir una armonía global, apoyado en creencias y
supuestos evidentes por sí mismos, por lo que sus pensamientos también contienen
elementos propios del racionalismo y el mecanicismo. Cree en un Dios creador
cercano a la concepción calvinista del gran relojero, basando su argumentación en
nuestra propia existencia y en la imposibilidad de que la nada pueda producir el
ser. Es decir, un Dios tal como lo describe el pensador racionalista, René
Descartes, en el Discurso del método, en la tercera parte del mismo. De la esencia
divina solamente pueden ser conocidos los accidentes y sus designios solamente
pueden ser advertidos a través de las leyes naturales.

Trata la religión como un asunto privado e individual, que afecta solamente a la


relación del hombre con Dios, no a las relaciones humanas. En virtud de esta
privatización el hombre se libera de su dependencia de las imposiciones
eclesiásticas y sustrae la legitimidad confesional a la autoridad política,11
puesto que considera que no hay base bíblica para un estado cristiano.

Considera la ley natural un decreto divino que impone la armonía global a través de
una disposición mental (reverencia, temor de Dios, afecto filial natural, amor al
prójimo), concretada en acciones prohibidas (robar, matar y en definitiva toda
violación de libertad ajena), que obligan en favor de la convivencia.
Epistemología
Artículo principal: Ensayo sobre el entendimiento humano

John Locke acabó su redacción en 1666, pero no fue publicada hasta 1690, año en que
vio la luz bajo el título original inglés de An Essay Concerning Human
Understanding. En este tratado, Locke planteó los fundamentos del conocimiento
humano y advirtió su intención de realizar una «obra moralmente útil». Concebida en
la época de los grandes descubrimientos científicos (especialmente palpables en los
trabajos de Christiaan Huygens, Isaac Newton), Locke pensaba que la filosofía tenía
que participar en estos importantes avances, eliminando, por ejemplo, todas las
invenciones y los conceptos inútiles acumulados durante los siglos anteriores.
Según él, las analogías y las relaciones entre los contenidos del conocimiento son
los elementos que permiten la elaboración de instrumentos críticos capaces de
eliminar los conocimientos erróneos. Debido a su característico empirismo
analítico, se opuso a las concepciones puramente mecanicistas y sistemáticas
cartesianas y, pese a ser cuestionado por Gottfried Wilhelm Leibniz, su influencia
sobre los filósofos de la Ilustración fue considerable.
John Locke por Herman Verelst

En el primer libro del Ensayo, Locke insistía en la necesidad de prescindir de


consideraciones a priori y, en oposición a René Descartes, afirmaba que no existen
conocimientos innatos y que solo debe ser tenida en cuenta la experiencia. Locke
criticó la versión de Descartes del argumento del sueño contraargumentando que las
personas no pueden tener dolor físico en los sueños como lo hacen en la vida.12
En el segundo libro, propuso que la sensación (o ideas de la sensación, las
«impresiones hechas en nuestros sentidos por los objetos exteriores») y la
reflexión (o ideas de la reflexión, «reflexión del espíritu sobre sus propias
operaciones a partir de ideas de sensación»), se fundamentan en la experiencia y en
las ideas simples creadas por medio de la percepción inmediata derivada de las
excitaciones que provienen de los objetos.
Los individuos tienen la capacidad de representar los objetos, así como una
voluntad libre para determinarlos. La razón presenta las ideas simples en tres
grupos: conjunción, abstracción y combinación.
La mente, además, tiene la capacidad de asociar y combinar estas ideas simples,
produciendo así las ideas complejas que pueden ser: de sustancia (cosas
individuales que existen), de modo (las que no existen en sí mismo sino en una
sustancia) y de relaciones (que describen asociaciones de ideas).

En el tercer libro se interesaba por las relaciones entre el lenguaje y el


pensamiento, en la formación intersubjetiva del conocimiento. Las palabras remiten
a ideas generales que son evidenciadas por sustracciones sucesivas de sus
particularidades circunstanciales. Distinguía entre las esencias nominales (que son
complejas, y establecidas para servir a la selección y clasificación de las ideas)
y las esencias reales (para uso de la metafísica, inaccesibles a la razón, la cual
no puede tener acceso a su conocimiento).
En el cuarto libro trataba de averiguar lo que se establece a partir del
acuerdo o desacuerdo entre dos ideas, ya fuera por intuición, por demostración
racional o por conocimiento sensible. La confrontación práctica permite despejar la
duda. No son conexiones entre las ideas nacidas de cualidades sensibles lo que
percibimos. De hecho, el conocimiento humano se basa en las definiciones que da a
las cosas llamadas «reales». El saber humano es, pues, limitado. Solo el
conocimiento proporcionado por los sentidos puede indicar lo que de realidad hay en
los objetos del mundo. La verdad es cuestión solo de palabras, mientras que la
realidad interesa a los sentidos. A falta de algo mejor, para paliar la limitación
de las posibilidades cognoscitivas de la realidad se puede intentar utilizar en un
discurso la noción de cosas «probables». Para Locke, Dios es el resultado de una
inferencia y las enseñanzas resultantes de la fe deben estar de acuerdo con la
razón. Ateísmo y escepticismo están pues muy presentes en John Locke, como en la
mayor parte de los empiristas ingleses.

En resumen la principal idea que subyace en el Ensayo es que únicamente la


sensación permite la comprensión de la realidad y que la verdad pertenece solo al
discurso.
Tabula rasa

Locke define al yo como «esa cosa de pensamiento consciente (cualquiera que sea la
sustancia, ya sea espiritual, material, simple o compuesta, no importa) que sea
sensible o consciente de placer y dolor, capaz de felicidad o miseria, y así se
preocupa por sí mismo, en la medida en que esa conciencia se extienda». Sin
embargo, no ignora la «sustancia», y escribe que «el cuerpo también va a hacer al
hombre».13 John Locke consideraba que la identidad personal es una cuestión de
continuidad psicológica basada en la conciencia (es decir, la memoria), no en la
sustancia del alma o del cuerpo.14 El Libro II, capítulo XXVII titulado «Sobre
identidad y diversidad» de su Ensayo sobre el entendimiento humano es una de las
primeras conceptualizaciones modernas de la conciencia como la autoidentificación
repetida de uno mismo. A través de esta identificación, la responsabilidad moral
podría atribuirse al sujeto, y el castigo y la culpa podrían justificarse.15

En su Ensayo, Locke explica el desarrollo gradual de esta mente consciente


argumentando contra la visión agustiniana del hombre como originalmente pecaminoso,
y contra la posición cartesiana, que sostiene que el hombre conoce de forma innata
las proposiciones lógicas básicas. Locke plantea una mente «vacía», una tabula
rasa, una tabla o un pizarrón en blanco. El aprendizaje se da a través de la
experiencia en donde los sujetos ponen a prueba sus cinco sentidos.16 Las
sensaciones y reflexiones son las dos fuentes de todas nuestras ideas.17
Ideas simples y complejas

Locke parte de que hay un objeto del pensamiento, y a este objeto lo llama idea.
Según Locke las ideas simples son indivisibles y completas, pero no son siempre
claras; son sin mezcla, homogéneas e inanalizables: no se puede pues ni definirlas
ni explicarlas. No se puede tampoco comunicarlas, ni conocerlas sin experiencia
personal. Estas ideas son solo los materiales de nuestro pensamiento. Distingue dos
tipos de ideas simples: las ideas simples y complejas.1819

Ideas simples: considera que son aquellas que proceden de la experiencia, y que
el entendimiento recibe de un modo pasivo. En función de su procedencia, Locke
afirma que pueden clasificarse a su vez en tres categorías: de sensación, reflexión
o ambas.
Ej: el color, el calor, el frío, el gusto, etc.
Ideas complejas: son ideas elaboradas en la mente partir de las ideas simples.
Locke nos indica que existen cuatro categorías de ideas compuestas: sustancia,
modos, relaciones y universales.

Ej: la idea de espacio (modo), de causalidad (relación) o la idea de hombre


(universal).

Según Locke, el entendimiento por composición agrupa una serie de ideas simples en
un todo que él llama sustancia. Pero la sustancia sigue sin ser percibida. Locke
finalmente afirma que la sustancia es algo necesario en la que van las cualidades
pero incognoscible. Las sustancias son existencias independientes. Los seres que
cuentan como sustancias incluyen a Dios, los ángeles, los humanos, los animales,
las plantas y una variedad de cosas construidas. Los modos son existencias
dependientes. Los modos nos dan las ideas de las matemáticas, la moral, la religión
y la política y las convenciones humanas en general.20
Cualidades primarias y secundarias

El origen del realismo indirecto surge con John Locke al rechazar la afirmación de
que los objetos físicos son los objetos directos de percepción.2122 Locke clasificó
las perfecciones sensoriales en dos cualidades de la siguiente manera:2324

Las cualidades primarias son cualidades que son «explicativamente básicas», es


decir, pueden ser referidas como la explicación de otras cualidades o fenómenos sin
requerir explicación propia, y son distintas porque nuestra experiencia sensorial
de ellas se asemeja a ellas en la realidad. (Por ejemplo, uno percibe un objeto
como esférico precisamente por la forma en que están dispuestos los átomos de la
esfera). Las cualidades primarias no pueden eliminarse ni por pensamiento ni por
acción física, e incluyen masa, movimiento y, polémicamente, solidez.25
Las cualidades secundarias son cualidades que la experiencia de uno no se
parece directamente; por ejemplo, cuando uno ve un objeto como rojo, la sensación
de ver enrojecimiento no se produce por alguna cualidad de enrojecimiento en el
objeto, sino por la disposición de los átomos en la superficie del objeto que
refleja y absorbe la luz de una manera particular. Las cualidades secundarias
incluyen color, olor y sabor.26

El conocimiento

Locke ha establecido pues, para este análisis de las ideas, que todos nuestros
conocimientos tienen sobre nuestras ideas, sobre las relaciones que tienen entre
ellas y sobre sus modificaciones. El conocimiento consiste pues en la percepción
que tenemos de la conveniencia o la no conveniencia de que nuestras ideas tienen
entre ellas. Conocer, es comparar ideas, descubrir cuáles son sus relaciones, y
juzgar.

Distingue cuatro tipos de conveniencias y de no conveniencias que corresponden más


o menos a ámbitos del conocimiento humano:

identidad o diversidad (lógica)


relación (matemática)
coexistencia necesaria (física)
existencia real (metafísica)

Distingue igualmente cuatro tipos de conocimiento: de las dos primeras se desprende


la certeza; de la tercera la opinión y la probabilidad; de la cuarta la fe.
Pensamiento político
Retrato de John Locke por Godfrey Kneller, en el National Portrait Gallery.

Según sus ideas el Estado tiene como misión principal proteger tres derechos
naturales: la vida, la libertad y la propiedad privada de todo cuanto un hombre
haya trabajado y pueda utilizar, ya que la propiedad tiene un límite; a estos tres
derechos se añade un cuarto: el derecho a defender estos derechos, así como
cualquier otra libertad individual de los ciudadanos, que el ciudadano cede al
Estado mediante un consenso recogido por escrito o constitución. También sostiene
que el gobierno debe estar constituido por un rey y un parlamento. El parlamento es
donde se expresa la soberanía popular y donde se hacen las leyes que deben cumplir
tanto el rey como el pueblo. Anticipándose a Montesquieu, a quien Locke influyó,
describe la separación del poder legislativo y el ejecutivo. La autoridad del
Estado se sostiene en los principios de soberanía popular y legalidad. El poder no
es absoluto sino que ha de respetar los derechos humanos.

Al Estado le confiere funciones de decisión en controversias entre los individuos,


en el contexto de la pluralidad y la tolerancia, puesto que se dan diversidad de
opiniones e intereses entre los hombres, fruto de las distintas vías individuales
de búsqueda de la felicidad, por lo que el desacuerdo y los conflictos son
inevitables.

Postula que los hombres viven en el estado de naturaleza en una situación de paz y
sometidos a leyes naturales que surgen de la razón (el derecho a ejercer justicia
por mano propia y la limitación de la propiedad privada por medio de elementos en
su mayoría perecederos). Los hombres salen de él tras haberse generado una
situación de injusticia, tanto en el castigo como en el resarcimiento por el crimen
cometido, que desemboca en un ciclo infinito de injusticias posteriores. Y que este
proceso de creación de la sociedad civil y/o política se da por medio de un
contrato social destinado a proteger la propiedad privada y la vida de los
individuos.

Por fines pedagógicos este se divide en dos partes:

Contrato de unión: Unidad de las partes para conformar una sociedad → Creación
de la sociedad civil.
Contrato de sujeción: Ligamento de los hombres a determinada construcción
política → Creación de la sociedad política.

Esta sociedad política tiene como deber garantizar la justicia imparcial para no
volver de nuevo a una situación de conflicto. Si no garantiza ni la propiedad
privada, ni la vida, el contrato de sujeción se rompe y se forma otra organización
política.
Tolerancia religiosa
Véase también: Tolerancia religiosa

Locke, escribiendo sus Cartas sobre la tolerancia (1689-1692) después de las


guerras de religión europeas , formuló un razonamiento clásico para la tolerancia
religiosa. Tres argumentos son centrales:

Los jueces terrenales, el estado en particular y los seres humanos en general,


no pueden evaluar de manera confiable las afirmaciones de verdad de los puntos de
vista religiosos en competencia;
Incluso si pudieran, hacer cumplir una sola "verdadera religión" no tendría el
efecto deseado, porque la violencia no puede obligar a la creencia;
Coaccionar la uniformidad religiosa conduciría a más desorden social que
permitir la diversidad.

Aunque Locke era un defensor de la tolerancia, instó a las autoridades a no tolerar


el ateísmo, porque pensaba que la negación de la existencia de Dios socavaría el
orden social y conduciría al caos.27 En cuanto a los católicos, Locke cree que no
se les puede confiar una lealtad genuina a la ley, ya que "deben una obediencia
ciega a un papa infalible, que tiene las llaves de sus conciencias atado a su
cinturón, y en ocasiones puede prescindir de todos sus juramentos, promesas y las
obligaciones que tienen con su príncipe".28

La intolerancia tiene, para Locke, su origen en la confusión entre Iglesia y


Estado: Un Estado religioso no extrae su legitimidad del pueblo, sino de un derecho
divino. Contra tal estado teocrático, el individuo tiene el derecho de rebelarse.29
Con respecto a su posición sobre la tolerancia religiosa, Locke fue influido por
teólogos bautistas como John Smyth y Thomas Helwys , quienes habían publicado
tratados que exigían libertad de conciencia a principios del siglo XVII. El
teólogo bautista Roger Williams fundó la colonia Rhode Island en 1636, donde
combinó una constitución democrática con libertad religiosa ilimitada. Su tratado
The Bloody Tenent of Persecution for Cause of Conscience (1644), que se leyó
ampliamente en la madre patria, fue una súplica apasionada por la libertad
religiosa absoluta y la separación total de la iglesia y el estado. La libertad de
conciencia había tenido una alta prioridad en la agenda teológica, filosófica y
política, ya que Martín Lutero se negó a retractarse de sus creencias antes de la
Dieta del Sacro Imperio Romano en Worms en 1521, a menos que la Biblia lo
demostrara falso.
Pedagogía
Grabado de John Locke por G. Vertue, 1738.
La educación nobiliaria

Todo su pensamiento pedagógico se preocupa por dictar ciertas normas para plasmar
la personalidad que se quiere implantar en el alumno, y obviamente en este caso, se
trata de hacer que los muchachos se vayan formando hasta llegar a ser caballeros
nobles.

Con todo esto, la educación que plantea toma un sentido estrictamente disciplinario
y así, las bases de su didáctica son el ejercicio y, obviamente, la disciplina; la
disciplina es el camino para desarrollar en la mente humana, la costumbre de
reflexionar y razonar, y así determinar el espíritu de quien se está educando, para
que las costumbres caractericen también su personalidad en el futuro, como se
explica en el párrafo anterior.

El propósito de la educación disciplinaria es tener bien claro la personalidad a la


que se quiere llegar, la cual se explica en el siguiente apartado; significa
también «formar la persona capaz de pensar y querer libremente, tender a mejorarla
a fin de que sea útil para sí y para la sociedad».30

Para él, la Pedagogía es un doloroso y fatigoso procedimiento con el que se


eliminan las malas costumbres y se potencian y desarrollan las mejores
disposiciones.

El método de su instrucción es el intuitivo, lo que se refiere a que el


conocimiento deriva de los sentidos, por lo que los muchachos deben descubrir el
saber, guiándose con ayuda de la experiencia; aprenden tocando, viendo y admirando
todo lo que les rodea. Además se «debe seguir paso a paso el desarrollo del
niño».31
Características del gentilhombre

A través de su disciplina, John Locke quiere formar un gentilhombre moderno, sano y


robusto y que cumpla con las siguientes características:32

Sabe desempeñar bien su oficio.

Está en condiciones de ocupar un cargo de responsabilidad social.

Tiene sentido del honor, por lo que es respetado por los demás.

Ha aprendido más por los viajes que realiza y por la experiencia directa con
las cosas que por los libros.

Ha formado un criterio personal con el cual es capaz de juzgar las cosas.


Posee un saber sólido y útil para la vida.

Posee la virtud de saber dominar sus sentimientos y supeditarlos a la razón,


antes de actuar de acuerdo a ellos.

Educación intelectual

Lo primero que debía considerarse para hacer posible esta formación es que había
que elegirse aquello que realmente fuera útil para la educación; para él, lo «útil
para la formación intelectual del hombre es todo aquello que lo acostumbra a
examinar los argumentos favorables o contrarios a una opinión dada, de modo que
pueda asumir ante ello una actitud personal».33

Educar dentro del campo intelectual, significa enseñar a razonar.

Así que, partiendo de esta idea, decía que la brevedad de la vida no permite darse
el lujo de perder el tiempo en un programa de estudio que tenga solo valor
estético, y no práctico, pues la instrucción humanista y formal, donde la enseñanza
se enfoca principalmente en que los educandos aprendan griego y latín, solo le
servirá a aquellos que quieran formarse como ‘sabios’ profesionales, pero su lengua
materna, el niño la aprenderá porque reconocerá que es útil y no es necesario que
alguien tenga que inculcársela y hacer que la aprenda.

Lo que verdaderamente es útil para su formación y que de verdad tiene un valor


formativo para la inteligencia, es la enseñanza de la matemática y la lógica,
porque éstas disciplinas potencian las facultades intelectuales y las habilitan
para que se pueda aprender mejor.

De entre las disciplinas importantes para él, destacan la geografía, pues amplía la
visión del caballero; la historia, porque estimula la imaginación y nos enseña
también cómo el presente se encuentra determinado por el pasado.
Educación física

El propósito de la educación física, es seguir la evolución del niño y hacer que


siga, también, una gradual disciplina. Asimismo, no solo tiene una finalidad
higiénica o estética (como lo era para los humanistas), sino más bien ayuda a
formar el carácter y una buena moralidad.

Plantea que el cuerpo debe ser sujetado a las rígidas normas del endurecimiento,
tal como lo hacían los espartanos, para que así, el hombre en un futuro, pueda
soportar la intemperie y su resistencia física le ayude a soportar las enfermedades
o los sufrimientos.

Más que practicar gimnasia o deporte, aconseja practicar natación y equitación,


debido a que son actividades útiles para cualquier circunstancia.

Por esto, era importante estudiar anatomía, pues así se es más consciente de las
capacidades y funciones físicas que tenemos.
Educación moral

En cuanto a la educación moral, es necesaria mucha más disciplina.

El fin de ésta educación es alcanzar la virtud, la cual, para él, consiste en que
debe aprenderse a querer siempre y solamente aquello que es bueno ante la razón y
por lo tanto, es bueno no acostumbrar al hombre, desde niño, a darle todo lo que
desee.

Para explicar mejor esta idea, Locke nos dice que «Quien de joven no ha sido
acostumbrado por la fuerza a subordinar la propia voluntad a la razón de los demás,
difícilmente aceptará someterse a la razón propia cuando esté en edad de hacer uso
de ella».31

Consideraba también, que los instintos debían dominarse con una disciplina que
preparara al hombre, para que solamente hiciera aquellas cosas que no ofendieran ni
la dignidad, ni la excelencia de una criatura razonable.

Para este tipo de educación recomendaba la lectura de Séneca y de Marco Aurelio.

De forma no menos importante, pero que no le da tanta importancia, es importante


para él, que se conozcan las Bellas Artes, y en especial, que al caballero puede
gustarle la pintura, pero no la poesía.
Respecto de las clases bajas

Evidentemente, «su mayor preocupación era hacia las clases altas y tenía muy poca
fe en la capacidad del hombre común».34

Las consideraciones que tiene respecto a la educación de las clases bajas son, que
los hijos de los pobres debían ser apartados de sus padres para educarlos en
escuelas donde se les enseñara algún oficio, desde los tres hasta los catorce años.
Los oficios que se les enseñarán serán sencillos.

Recalca aquí también, la importancia de la disciplina, ya que gracias a ella se


evitará que los niños de clase baja se conviertan en delincuentes.

Inculcarles virtudes también es importante, principalmente el ahorro y el amor al


trabajo.

Su educación moral se formará de acuerdo a los preceptos de la biblia.

Como se ve, «Locke no era partidario de la instrucción académica para los pobres,
en su lugar, recomendaba el aprendizaje de un oficio, que decía empezar temprano
por la mañana y terminar tarde por la noche».35
Papel del maestro

La habilidad del profesor residía en obtener y mantener la atención del alumno,


para inclinarlo a seguir las normas y debía también respetar su natural desarrollo,
apoyándose en el amor propio y en el sentido de honor que se supone, el muchacho
debía haber ya desarrollado.
Epitafio
Estatua de John Locke en el 6 Burlington Gardens, Londres.

Original en latín:

SISTE, VIATOR, Hic juxta situs est Joannes Locke. Si qualis fuerit rogas,
mediocritate sua contentum se vixesse respondet. Literis innutritus eousque
profecit, ut veritati unice litaret. Hoc ex scriptis illius disce; quæ, quod de eo
reliquum est majori fide tibe exhibebunt, quam epitaphii suspecta elogia. Virtutes
si quas habuit, minores sane quam sibi laudi, tibi in exemplum proponeret. Vitia
una sepeliantur. Morum exemplum si quæras, in evangelio habes; vitiorum utinam
nusquam: mortalitatis, certe, quod prosit, hic et ubique.

Natum Anno Dom. 1632 Aug. 29º

Mortuum Anno Dom. 1704 Oct. 28º


Memorat hac tabula - brevi et ipse interitura.

Traducido del latín:


Detente, viajero. Aquí yace John Locke. Si te preguntas qué clase de hombre
era, él mismo te diría que alguien contento con su medianía. Alguien que, aunque no
fue tan lejos en las ciencias, sólo buscó la verdad. Esto lo sabrás por sus
escritos. De lo que él deja, ellos te informarán más fielmente que los sospechosos
elogios de los epitafios. Virtudes, si las tuvo, no tanto como para alabarlo ni
para que lo pongas de ejemplo. Vicios, algunos con los que fue enterrado. Si buscas
un ejemplo que seguir, en los Evangelios lo encuentras; si uno de vicio, ojalá en
ninguna parte; si uno de que la mortalidad te sea de provecho, aquí y por doquier.

Que nació el 29 de agosto del año de Nuestro Señor de 1632,

y que falleció el 28 de octubre del año de Nuestro Señor de 1704,


este epitafio, el cual también perecerá pronto, es un registro.

Obras

Ensayos sobre el gobierno civil (1660-1662)


Ensayos sobre la ley de la naturaleza (1664)
Ensayo sobre la tolerancia (1667)
Compendio del Ensayo sobre el entendimiento humano (1688) publicado en la
Bibliothèque universelle editada por Jean Leclerc.
Carta sobre la tolerancia (1689)
Tratados sobre el gobierno civil (1689). Reeditado en 1690, 1698 y 1713. Cada
reedición incluye cambios y variaciones sobre la anterior. Aunque el propio Locke
comunicó en una carta que la última versión (publicada póstumamente por su
secretario en 1713) es la que quería que "pasara a la posteridad", actualmente se
siguen editando traducciones de la primera y tercera versión. Existen importantes
cambios, especialmente en el capítulo V, sobre la propiedad. Cf. Peter Laslett,
«Introduction». En Two Treatises on Government (Cambridge: Cambridge University
Press, 1991).
Ensayo sobre el entendimiento humano (1690)
Segunda Carta sobre la Tolerancia (1690)
Algunas consideraciones sobre las consecuencias de la reducción del tipo de
interés y la subida del valor del dinero (Redactado en 1668 y publicado en 1691).
Título original: Some Considerations of the Consequences of the Lowering of
Interest, and Raising the Value of Money.
Tercera Carta sobre la Tolerancia (1692), en la que defiende sus propios
argumentos de los ataques de Joan Proast.
Algunos pensamientos sobre la educación (1693)
Racionabilidad del cristianismo (1695)
Una vindicación de la racionabilidad del cristianismo (1695)
Más consideraciones acerca de la subida del valor del dinero (1695). Título
original: Further Considerations Concerning Raising the Value of Money.

No publicados o manuscritos póstumos

1660. Primer Tratado de Gobierno (o the English Tract)


c.1662. Segundo Tratado de Gobierno (o the Latin Tract)
1664. Questions Concerning the Law of Nature (texto definitivo en latín, con
trad. al inglés de Robert Horwitz et al., eds., John Locke, Questions Concerning
the Law of Nature, Ithaca: Cornell University Press, 1990).
1667. Essay Concerning Toleration
1669. The Fundamental Constitutions for the Government of Carolina. (Existe una
polémica sobre si este manuscrito es una obra original de Locke, o que en la
redacción de la misma ejerce simplemente su papel de secretario de los Lords
Proprietors of Carolina. Ver J. R. Milton, «John Locke and the Fundamental
Constitutions of Carolina.» en Locke, ed. J. Dunn y I. M. Harris, Lyme, USA: Edward
Elgar Publ, 1997, 463-485; W. Glausser, «Three Approaches to Locke and the Slave
Trade.» Journal of the History of Ideas 51, n.º 2, Jun. 1990: 199-216; J. Tully,
“Rediscovering America: The Two Treatises and Aboriginal Rights,” en Locke's
Philosophy: Content and Context, ed. G. A. J, Rogers, Oxford: Clarendon Press,
1994, 165-196; K. H. D. Haley, The first Earl of Shaftesbury, Oxford: Claredon
Press, 1968; J. Farr «So Vile and Miserable an Estate": The Problem of Slavery in
Locke's Political Thought.» Political Theory 14, no. 2, mayo de 1986: 263-289; S.
Drescher, «On James Farr's 'So Vile and Miserable an Estate'.» Political Theory 16,
n.º 3, Ago. 1988: 502-503; J. Farr, «"Slaves Bought with Money": A Reply to
Drescher.» Political Theory 17, n.º 3, Ago. 1989: 471-474.)
1676. Obligación de las Leyes Penales. (Título original: Obligation of Penal
Laws).
1681-2. A defence of nonconformity en respuesta al sermón de Edward
Stillingfleet. (El texto fue probablemente escrito por John Locke. Ver J. Marshall,
John Locke: Resistance, Religion, and Responsibility, Cambridge: Cambridge
University Press, 1994, 96-110. Sin embargo, Cranston sostiene que también pudo
participar James Tyrrel en la redacción del panfleto. Cf. Cranston, M., John Locke:
A Biography, London: Longmans, 1968, p. 194.
1686-7. De la ética en general. (Título original: Of Ethick in General).
1690. De la Alianza y la Revolución. (Título original: On Allegiance and the
Revolution).
1697. Ensayo sobre la ley de pobres. (Título original: Essay on the Poor Law).
1706. La conducta del entendimiento
1707. Paráfrasis & Notas en las Epístolas de San Pablo

Ediciones

The Works of John Locke, a cargo de L. J. Churchill, 3 volúmenes, Londres 1714


The Works of John Locke, 9 volúmenes, Londres 1853

Una fuente de información sobre bibliografía de y sobre John Locke es John Locke
Resources, sitio web desarrollado por la Universidad de Pensilvania y dirigido por
Roland Hall, donde se encuentra el repositorio completísimo y actualizado
mensualmente. Incluye fuentes primarias y secundarias en todos los idiomas.

A continuación se detalla ediciones de las obras de John Locke en castellano:

LOCKE, J., Obra completa. Edición Agustín Izquierdo. Biblioteca de Grandes


Pensadores. Madrid: Editorial Gredos, 2013. ISBN 978-84-249-0455-5.
LOCKE, J., Ensayo sobre la tolerancia y otros escritos sobre ética y obediencia
civil. Selección de textos, Traducción, introducción y notas de Blanca Rodríguez
López y Diego A. Fernández Peychaux. Madrid: Biblioteca Nueva, 2011. ISBN 978-84-
9940-231-4.
LOCKE, J., La ley de la naturaleza, trad. Carlos Mellizo, Clásicos del
Pensamiento, Madrid, Tecnos, D. L., 2007. ISBN 978-84-309-4538-2.
LOCKE, J., Segundo Tratado sobre el Gobierno Civil: un ensayo acerca del
verdadero origen, alcance y fin del gobierno civil, trad. de Carlos Mellizo,
Clásicos del pensamiento, Madrid, Tecnos, 2006. ISBN 84-309-4435-4.
LOCKE, J., Ensayo y Carta sobre la Tolerancia, trad. Carlos Mellizo, Madrid,
Alianza Editorial, 2005. ISBN 84-206-3983-4.
LOCKE, J., Escritos políticos juveniles (II): El ensayo latino de 1662.
Traducción C. Amor. Buenos Aires: Devs Mortalis, Nro. 2, 2003.
LOCKE, J., Segundo Ensayo sobre el gobierno civil. Un ensayo sobre el verdadero
origen, alcance y finalidad del gobierno civil. Trad. Cristina Piña. Buenos Aires:
La página-Losada, 2003. ISBN 950-03-9241-0.
LOCKE, J., Escritos políticos juveniles (I): El ensayo inglés de 1660.
Traducción C. Amor. Buenos Aires: Devs Mortalis, Nro. 1, 2002.
LOCKE, J., Segundo Tratado Sobre El Gobierno: un ensayo acerca del verdadero
origen, alcance y fin del gobierno civil, ed. de Pablo López Álvarez, Clásicos del
Pensamiento 7, Madrid, Biblioteca Nueva, 1999. ISBN 84-7030-625-1. (Reproducción de
la 3era. edición)
LOCKE, J., Escritos Monetarios. Introducción de Martín Victoriano, trad. de
María Olaechea, Madrid, Pirámide, 1999. ISBN 84-368-1295-6.
LOCKE, J., Escritos Sobre La Tolerancia. Madrid: Centro de Estudios Políticos y
Constitucionales, 1999. ISBN 84-259-1089-7.
LOCKE, J., Compendio del Ensayo sobre el Entendimiento Humano. Trad. Rogelio
Rovira y Juan José García Norro, Madrid, Tecnos, 1998. ISBN 84-206-7291-2.
LOCKE, J., Ensayos sobre la ley natural. Edición crítica a cargo de Isabel
Ruiz-Gallard. Madrid : Universidad Complutense, Facultad de Derecho, Servicio de
Publicaciones: Centro de Estudios Superiores y Jurídicos Ramón Carande, D.L. 1998.
ISBN 84-89764-96-4.
LOCKE, J., Lecciones sobre la Ley Natural: Discurso fúnebre del censor.
Introducción de Manuel Salguero; traducción del latín y notas de Manuel Salguero y
Andrés Espinosa. Granada: Comares, 1998. ISBN 84-8151-753-4.
LOCKE, J., Examen de la Opinión del Padre Malebranche de que vemos todas las
Cosas En Dios. Trad. Juan José García Norro. Excerpta Philosophica 8, Madrid,
Facultad de Filosofía de la Universidad Complutense, 1994. ISBN 84-88463-04-9.
LOCKE, J., Ensayo sobre el Entendimiento Humano, trad. Edmundo O’Gorman, México
[etc.], Fondo de Cultura Económica, 1994. ISBN 958-38-0006-6.
LOCKE, J., La conducta del entendimiento y otros ensayos póstumos.
Introducción, traducción y notas de Angel. M. Lorenzo. Barcelona: Anthropos [etc.],
1992. ISBN 84-7658-296-X.
LOCKE, J., Dos Ensayos sobre el Gobierno Civil, ed. Joaquín Abellán, trad.
Francisco Giménez Gracia, Madrid, Espasa-Calpe, 1991. ISBN 84-239-7240-2.
LOCKE, J., Obras Varias y Correspondencia de (y sobre) John Locke. Selección,
traducción, introducción y notas de Carmen Silva y José Antonio Robles, Iztapalapa,
México, D., Universidad Autónoma Metropolitana, 1991. ISBN 970-620-053-3.
LOCKE, J., Pensamientos sobre la Educación, trad. de Rafael Lassaletta, Madrid,
Akal, 1986. ISBN 84-7600-095-2
LOCKE, J., La Racionalidad del Cristianismo, trad. de Leandro González Puertas,
Madrid, Ediciones Paulinas, 1977. ISBN 84-285-0648-5.
FILMER R. y LOCKE, J., La polémica Filmer-Locke sobre la obediencia política,
ed. Estudio preliminar de Rafael Gambra, trad. Carmela Guitierrez de Gambra, ed.
Clásicos Políticos, Madrid, Instituto de Estudios Políticos, 1966.

Referencias

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Morando, Dante. Pedagogía: Historia crítica de las corrientes pedagógicas que han
forjado el desarrollo de la educación. Barcelona, Luis Miracle, 1972. (Biblioteca
de Antropología), p. 184.
Basado en las características que enumera Dante Morando en su Pedagogía: Historia
crítica de las corrientes pedagógicas que han forjado el desarrollo de la
educación.
Morando, Dante. Pedagogía: Historia crítica de las corrientes pedagógicas que han
forjado el desarrollo de la educación. Barcelona, Luis Miracle, 1972. (Biblioteca
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Mayer, Frederick. Pedagogía comparada. México, Pax, 1984, p. 51.
Mayer, Frederick. Pedagogía comparada. México, Pax, 1984, p. 84.

Bibliografía

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Barcelona, 1983.
Russell, B. Historia de la Filosofía Occidental. Espasa. Madrid, 1984.
Touchard, J. Historia de las ideas políticas. Tecnos. Madrid, 1988.

Véase también

(7010) Locke

Enlaces externos

Wikimedia Commons alberga una categoría multimedia sobre John Locke.


Wikisource en inglés contiene obras originales de John Locke.

Wikisource-logo.svg Varios autores (1910-1911). «Locke, John». En Chisholm,


Hugh, ed. Encyclopædia Britannica. A Dictionary of Arts, Sciences, Literature, and
General information (en inglés) (11.ª edición). Encyclopædia Britannica, Inc.;
actualmente en dominio público.
Wikiquote alberga frases célebres de o sobre John Locke.
John Locke. Carta sobre la tolerancia. Filosofía. Derechos civiles
Reseña de Ensayo sobre la tolerancia (editada por Rodríguez López y Fernández
Peychaux) en Logos, 2011, n.º 44
John Locke. Pensadores, en Liberalismo.org

John Locke en el Diccionario soviético de la filosofía


John Locke en la Stanford Encyclopedia of Philosophy
John Locke en la Internet Encyclopedia of Philosophy
John Locke en la Encyclopædia Britannica

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