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Aprender a usar un compresor

La semana pasada estuve haciendo un concierto en una pequeña sala. El técnico de la sala, con
el que he coincidido varias veces allí, me dijo en un momento dado: “oye, quiero aprender a
usar un compresor, échame un cable, por favor”. Y claro, te dicen eso a bocajarro, y te das
cuenta que no es tan sencillo como explicarle qué hace cada parámetro.

Los compresores creo que son una de las herramientas más incomprendidas en general en el
mundo del sonido. No voy a hablar del funcionamiento básico de los compresores porque
entiendo que quien más quien menos ya sabe cómo funcionan ( y si no aquí tenéis un
enlace bastante interesante, y varios artículos sobre compresores que no tienen desperdicio).
Sin embargo, quiero hablaros de un método de ajuste de compresores que plantea Michael
Paul Stavrou en su libro “Mixing with your mind” que puede ser útil si no tienes claro cómo
exprimir al máximo los compresores.

Empezando a ajustar un compresor.

Stavrou plantea que la clave para saber ajustar correctamente un compresor se basa
simplemente en seguir el orden correcto para escuchar claramente cómo afecta cada
parámetro al sonido que queremos procesar.

Todo compresor estandar tiene cuatro controles habituales: Ataque, Release, Ratio y
Threshold, y la compresión resultante es la suma de estos cuatro parámetros. Si los ajustamos
en el orden adecuado no tendremos que volver hacia atrás si alteramos un parámetro, como
por ejemplo podría suceder si ajustamos el release hasta que nos guste y luego cambiamos el
ataque… ya que ¡al modificar el ataque, el release sufrirá probablemente alteraciones!

Lo primero que deberíamos hacer, según el método Stavrou, sería ajustar el ratio tan alto
como podamos(20:1, infinito:1…) y el release tan rápido como permita el compresor. Una vez
hecho esto, pasamos señal de audio al compresor y hacemos que comprima (ya sea
reduciendo el threshold o en algunos compresores, aumentando el “Input”). Ok, ya tenemos el
compresor comprimiendo (aunque ojo, no debe estar comprimiendo todo el rato, deja el
threshold lo suficientemente arriba para que haya compresión, pero no de forma contínua.)

Ajustando el ataque.

Ahora trata de escuchar cómo cambia el ataque del sonido cuando vas moviendo el
potenciómetro del ataque. Trata de ignorar el efecto de bombeo tan desagradable que
produce tener el release ajustado tan rápido y céntrate sólo en escuchar el ataque.

Si por ejemplo estamos comprimiendo una caja de batería, date cuenta de cómo el ajuste del
ataque modifica el tamaño del golpe: al tener el ataque muy rápido parece como si la caja de
la batería fuese más delgada de lo que realmente es, y además el efecto que sonoro de
aumento del transitorio que produce tener el parámetro de ataque tan rápido provoca que
parezca que el sonido está más cerca. Por el contrario, si el ataque es lento es como si la
caja fuese mucho más gruesa y no estuviese tan delante.

Del mismo modo, en una guitarra acústica con el ataque muy rápido, escuchamos sólo cómo la
uña del dedo golpea la cuerda. Con un ataque lento, escuchamos todo el rasgueo completo (el
transitorio inicial no se ve afectado por el compresor).

Por tanto, para ajustar el ataque del compresor, la clave es escuchar lo “gordo o delgado”
(por llamarlo de alguna manera) que queremos el sonido, o lo “delante o detrás” que lo
queremos situar.

Normalmente cuanto más rápido sea el ataque conseguiremos sonidos más finos y más
presentes, y cuanto más lento sea más grueso será el sonido y más atrás parecerá que está. Al
tener el ratio al máximo y el release muy rápido será mucho más fácil escuchar los cambios
que provoca la variación del tiempo de ataque.

Vamos a por el release.

Vale, lo tenemos. Hemos ajustado el tiempo de ataque hasta conseguir un sonido del tamaño
adecuado. El segundo paso es ajustar el tiempo de release. El release controla la velocidad a
la que el sonido vuelve a su estado original después de haber sido aplastado por el
compresor. El truco para ajustar el release es conseguir que la velocidad de liberación del
compresor se convierta en un componente musical del sonido. Stavrou aboga por dejar el
release lo más lento que podamos, pero de forma que el release del sonido refuerce el groove
del tema. Propone escuchar cómo camina el release con la música y buscar el punto en el que
puedas sentir algo así como un balanceo, como si el sonido estuviese columpiándose al ritmo
de la canción. Probadlo, que funciona.
El release muy rápido suele provocar la conocida sensación de “bombeo” en el sonido, que en
ocasiones se utiliza como un efecto sonoro en algunos estilos musicales.

El ratio.

Llegado a este punto, tenemos el ratio al máximo, por lo que seguramente estaremos
pasándonos con la compresión, así que lo siguiente que toca hacer es reducir el ratio lo
máximo que podamos sin perder el efecto sonoro que hemos creado con el ataque y el
release.

Podemos pensar en el ratio como si fuese un zoom de una cámara de fotos: cuanto más
aumentamos el zoom, menos campo de visión tenemos. Con el ratio pasa algo
parecido: Cuanto más comprimimos, más pequeño hacemos ese sonido aunque estará
dinámicamente más controlado.

La idea, normalmente, es tener un sonido grande y controlado. Así que vamos allá, vamos a ir
bajando el ratio hasta que notemos que hemos perdido el efecto conseguido con el ataque (el
sonido gordo o delgado) y el release (el groove que producía). No miraremos números del ratio
ni cualquier otra cosa. Sólo escucharemos. Y cuando ya no escuchemos esos efectos,
pararemos de bajar el ratio y empezaremos a subirlo hasta recuperarlos.

El ajuste deberá ser un compromiso entre “¿cómo de grande quiero el sonido?” (ratio bajo) y
“¿cómo de controlado dinámicamente quiero el sonido?” (ratio alto), todo ello al gusto del
consumidor.

Esta técnica de ajuste de compresor es un buen punto de partida si no tienes mucha


experiencia ajustando compresores, y espero que os pueda ser de utilidad para aprender a
usar un compresor.

Evidentemente, con el tiempo, aprenderéis a conseguir la modificación de dinámica que


necesitamos sin seguir todos estos pasos. La mejor manera de aprender a utilizar compresores
es utilizándolos “activamente”: escuchando los efectos que produce.

No usaremos de la misma manera los compresores cuando nos toca sonorizar un concierto
que cuando estamos trabajando en el estudio, pero al fin y al cabo el funcionamiento de los
compresores es el mismo en ambos ámbitos. Tampoco hemos hablado de la tipología de los
compresores, que es todo un mundo. Todo eso lo dejamos, quizás, para otra entrada futura de
nuestro blog.

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