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ANTOLOGIA TEXTOS

HISTORIOGRAFIA LATINA1.

Q. Fabio Pictor, Graeci Annales, Fr. 3: Variante de la leyenda de la


fundación de Roma
τὴν δ ̓ ἀρχὴν διαδεξάμενος Ασκάνιος υἱὸς ἔκτισεν Ἄλβαν τὴν νῦν καλουμένην
Λόγγαν, ἣν ὠνόμασεν ἀπὸ τοῦ ποταμοῦ τοῦ τότε μὲν Ἄλβα καλουμένου, νῦν δὲ
Τιβέρεως ὀνομαζομένου. (4) περὶ δὲ τῆς προσηγορίας ταύτης Φάβιος ὁ τὰς
Ῥωμαίων πράξεις ἀναγράψας ἄλλως μεμυθολόγηκε. φησὶ γὰρ Αἰνείᾳ γενέσθαι
λόγιον, τετράπουν αὐτῷ καθηγήσεσθαι πρὸς κτίσιν πόλεως· μέλλοντος δ' αὐτοῦ
θύειν ὧν ἔγκυον τῷ χρώματι λευκήν, ἐκφυγεῖν ἐκ τῶν χειρῶν, καὶ διωχθῆναι
πρός τινα λόφον, πρὸς ᾧ κομισθεῖσαν τεκεῖν τριάκοντα χοίρους. (5) τὸν δὲ
Αἰνείαν τό τε παράδοξον θαυμάσαντα καὶ τὸ λόγιον ἀνανεούμενον ἐπιχειρῆσαι
μὲν οἰκῆσαι τὸν τόπον, ἰδόντα δὲ κατὰ τὸν ὕπνον ὄψιν ἐναργώς διακωλύουσαν
καὶ συμβουλεύουσαν μετὰ τριάκοντα ἔτη κτίζειν, ὅσοσπερ ὁ τῶν τεχθέντων
ἀριθμὸς ἦν, ἀποστῆναι τῆς προθέσεως2.

Habiendo sucedido en el gobierno, su hijo Ascanio fundó Alba, ahora llamada


Longa, a la que llamó por el río entonces llamado Alba y ahora llamado Tíber.
(4) Sobre este nombre, Fabio, que registró los logros de los romanos, relata
una leyenda diferente. Porque dice que Eneas recibió un oráculo según el cual
un cuadrúpedo lo conduciría al lugar donde se fundaría una ciudad. Cuando
estaba a punto de sacrificar una cerda preñada, de color blanco, se le escapó
de las manos, fue perseguida hasta cierta cima de una colina y, al llegar a ella,
dio a luz treinta lechones. (5) Eneas quedó asombrado ante este notable
acontecimiento y, recordando el oráculo, se puso a trabajar para fundar una
ciudad en el lugar. Pero mientras dormía tuvo una visión que claramente le
prohibía hacerlo, y le aconsejó realizar la fundación después de treinta años,
correspondiente al número de lechones nacidos, y en consecuencia abandonó
el proyecto.

Cornelio Nepote, De uiris ilustribus, Vida de Amílcar: Hazañas de Amílcar


en el final de la I Guerra Púnica.

1
Los textos que no especifican el traductor seguido de la obra son de traducción propia.
2
Extraído de T. Cornell, The fragments of Romans Historians vol. II, Oxford Press, Oxford, 2013.
Hamilcar, Hannibalis filius, cognomine Barca, Karthaginiensis, primo Poenico
bello, sed temporibus extremis, admodum adulescen tulus in Sicilia praeesse
coepit exercitui. cum ante eius aduentum et mari et terra male res gererentur
Karthaginiensium, ipse ubi adfuit, numquam hosti cessit neque locum nocendi
dedit, saepeque e contrario occasione data lacessiuit semperque superior
discessit. quo facto, cum paene omnia in Sicilia Poeni amisissent, ille Erycem
sic defendit, ut bellum eo loco gestum non uideretur3.

Amílcar, Hijo de Aníbal, de apellido Barca, cartaginés. En la primera guerra


púnica, pero en los últimos momentos, siendo aun muy joven estuvo al frente
del ejercito en Sicilia. Antes de su llegada a los cartagineses no les iban bien
las cosas por mar y por tierra. Pero cuando él llego, no cedió jamás ante ningún
enemigo, ni pudieron causarle daño alguno y cuando se le presentaba una
ocasión propicia, la ataco, saliendo siempre victorioso. Cuando Cartago había
perdido casi todas sus posesiones en Sicilia, él hizo la defensa de Erix de una
manera tan perfecta que parecía que allí no se había llevado a cabo alguna
guerra.

Valerio Máximo, Dichos y hechos memorables, Prefacio: Motivo de la


escritura de la obra (traducción de Santiago López Moreda, M. Luisa Harto
Trujillo Y Joaquín Villalba Álvarez en Valerio Máximo, Historia Romana,
Gredos, Madrid, 2003)

Vrbis Romae exterarumque gentium facta simul ac dicta memoratu digna, quae
apud alios latius diffusa sunt quam ut breuiter cognosci possint, ab inlu-
stribus electa auctoribus digerere constitui, ut documenta sumere uolentibus
longae inquisitionis labor absit. nec mihi cuncta conplectendi cupido incessit:
quis enim omnis aeui gesta modico uoluminum numero conprehenderit, aut
quis compos mentis domesticae peregrinaeque historiae seriem felici su-
periorum stilo conditam uel adtentiore cura uel praestantiore facundia
traditurum se sperauerit?

Tras hacer una selección de los autores más prestigiosos, he decidido exponer
ordenadamente los hechos y dichos memorables de Roma y de los pueblos
extranjeros, dichos y hechos que otros divulgaron por doquier, a fin de que
puedan ser conocidos de manera inmediata y así les cueste poco esfuerzo a
quienes quieran consultar las fuentes. No pretendo abarcar todos, pues ¿quién
sería capaz de incluir en unos pocos volúmenes los sucesos de toda la historia,
o quién en su sano juicio podría esperar un relato en serie de la historia propia

3
Todos los textos en latín fueron extraídos del Ph Latin Text
y la extranjera redactadas en el fecundo estilo de nuestros antepasados o
como fruto de un esmero y una elocuencia eminentes?

Veleyo Peterculo, Historia Romana 2.36: Resumen de las maravillas del


principado de Augusto (traducción de María Asunción Sánchez Manzano en
Veleyo Peterculo, Historia Romana, Gredos, Madrid, 2001)

Consulatui Ciceronis non mediocre adiecit decus natus eo anno diuus


Augustus, abhinc annos LXXXXII, omnibus omnium gentium uiris
magnitudine sua inducturus caliginem. Iam paene superuacaneum uideri potest
eminentium ingeniorum notare tempora. Quis enim ignorat diremptos gradibus
aetatis floruisse hoc tempore Ciceronem, Hortensium, anteque Crassum,
Cottam, Sulpicium, moxque Brutum, Calidium, Caelium, Caluum et proximum
Ciceroni Caesarem, eorumque uelut alumnos, Coruinum ac Pollionem Asinum,
aemulumque Thucydidis Sallustium, auctoresque carminum Varronem ac
Lucretium neque ullo in suspecti operis sui carmine minorem Catullum? Paene
stulta est inhaerentium oculis ingeniorum enumeratio, inter quae maxime nostri
aeui eminent princeps carminum Vergilius, Rabiriusque et consecutus
Sallustium Liuius, Tibullusque et Naso, perfectissimi in forma operis sui; nam
uiuorum ut magna admiratio, ita censura difficilis est.

El nacimiento del divino Augusto que iba a oscurecer a todos los varones de
todas las naciones con su grandeza hace noventa y dos años, acreció la
brillantez del consulado de Cicerón. Ya puede parecer casi superfluo dejar
constancia de las fechas en que vivieron los ingenios más eminentes. En
efecto, ¿quién ignora que separados sólo por algunos años destacaron en este
momento Cicerón, Hortensio, y anteriormente Craso, Antonio, Sulpicio y
después Bruto, Calidio, Celio Calvo y César, cercano a Cicerón, y como
alumnos de ellos Corvino y Asinio Polión, y Salustio émulo de Tucídides, y
poetas como Varrón, Lucrecio y Catulo un autor no inferior por ninguno de los
poemas de su obra admirable? Esta enumeración es poco útil a la vista de los s
ingenios que les siguieron, entre los que destaca sobre todo el principal poeta
de nuestra época, Virgilio, y Rabirio continuador de Salustio, Livio, Tibulo y
Nasón, perfectísimos por la belleza de sus obras; pues como es grande la
admiración por los vivos, en esa medida es difícil la crítica.

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