Está en la página 1de 10

Título LA RESPONSABILIDAD PENAL COMERCIAL EN BOLIVIA

Nombres y Apellidos Código de estudiantes

Autor/es Patzi Jihuacuta Orlando Raymi 80457


Herrera Paco Rene 78662

Fecha 10/11/2023

Carrera Derecho
Asignatura Derecho comercial
Grupo D
Docente Dr. IVAR FLORES MIRANDA
Periodo 2023
Académico
Subsede Oruro
Tipo y alcance de la responsabilidad de las personas jurídicas.
Debido a la abrogación del Código del Sistema Penal (Ley 1005 de 15 de diciembre de
2017) en 2018, actualmente Bolivia no cuenta con un instrumento legal que regule de
manera comprehensiva la responsabilidad penal de las personas jurídicas. No
obstante, sí existen instrumentos legales que, dentro de su ámbito de aplicación,
reconocen la responsabilidad de estas entidades.
Adicionalmente, el Código de Comercio también contiene disposiciones que podrían
suponer la responsabilidad de las personas jurídicas en tanto son consideradas
comerciantes en virtud de su artículo 5. De acuerdo con lo dispuesto en el artículo 21
de este Código, los delitos que podrían ser cometidos por estas personas son: delitos
contra la propiedad, la fe pública, la economía nacional, la industria y el comercio o
contrabando, competencia desleal, usurpación de derechos sobre propiedad industrial
y otros con sentencia ejecutoriada.
Adicionalmente, los artículos 992, 997 y 998 del Código Civil regulan supuestos
concretos de responsabilidad civil extracontractual, que la jurisprudencia del Tribunal
Supremo de Justicia ha adoptado para fundamentar la responsabilidad civil de
personas colectivas, en caso de que estas en su calidad de “patronos”, “comitentes” o
“propietarios” causaren un daño en circunstancias concretas.
En lo que respecta a la jurisdicción de los tribunales penales, Bolivia ha establecido el
principio de territorialidad y nacionalidad en el artículo 1 del Código Penal. No obstante,
estas disposiciones no son extensibles a las personas jurídicas ya que no son, en la
actualidad, penalmente responsables de acuerdo con este Código.
La Ley 004 de 2010 de Lucha contra la Corrupción, Enriquecimiento Ilícito e
Investigación de Fortunas “Marcelo Quiroga Santa Cruz” establece en su artículo 1 su
aplicación tanto a personas naturales como jurídicas. No obstante, atendiendo a la
redacción del texto legal, sólo el delito de enriquecimiento ilícito de particulares con
afectación al Estado puede dar lugar a esta responsabilidad en el caso de las personas
jurídicas de acuerdo con lo dispuesto en el párrafo segundo del artículo 29.
El 28 de agosto del 2021 entró en vigencia la Ley No. 1390/2021 de Fortalecimiento
Para la Lucha Contra la Corrupción. La mencionada norma introduce una serie de
modificaciones y complementaciones al Código Penal, cuyo fin es endurecer las
medidas contra los actos de corrupción cometidos por servidores públicos, así como
poder atribuir responsabilidad penal a las personas jurídicas que sean halladas
responsables de la comisión de delitos de corrupción.
A partir de la emisión de la referida disposición legal, por primera vez en Bolivia son
punibles las personas jurídicas privadas, que ahora se encuentran alcanzadas por los
siguientes delitos: Legitimación de Ganancias Ilícitas, Enriquecimiento Ilícito, Cohecho
Activo, Contratos Lesivos, Incumplimiento de Contrato y Sociedades o Asociaciones
Ficticias o Simuladas.
La Ley determina que la persona jurídica será responsable penalmente por los delitos
mencionados cuando se reúnan las siguientes condiciones: i) Se dedique o haya sido
utilizada para su comisión o haya sido ejecutados en su beneficio o interés; y ii) El
delito haya sido cometido por alguno de sus órganos o representantes autorizados para
tomar decisiones o cuando los mismos hayan ratificado o tenido dirección o supervisión
sobre el sujeto que los llevo a cabo. Se aclara que la responsabilidad penal de la
persona jurídica es independiente de la persona natural, lo que significa que tal
responsabilidad persiste aún cuando no sea posible procesar a la persona natural o
establecer la participación de los responsables individuales. Sin embargo, la misma
norma establece que en los ilícitos penales no contemplados en la enumeración
anterior se aplicará lo dispuesto por el artículo 23 bis de la ley, esto es, a todos los
delitos tipificados en el código penal, con la característica de que la imputación delictiva
es independiente de la suerte que corran los administradores o ejecutivos de las
empresas. ¿Son por lo tanto en Bolivia atribuibles a las personas jurídicas todos los
delitos? Es una pregunta que queda peligrosamente flotando.
Asimismo, las empresas, independientemente de su organización o formas jurídicas,
son responsables penalmente por la comisión de delitos de corrupción y vinculados, en
los siguientes casos (Ley 1380 art. 5 bis):
1. Los hechos punibles hayan sido cometidos en beneficio o interés de aquellas;
2. La persona jurídica, al margen de su finalidad y objeto legalmente declarados, se
dedique a la comisión de ilícitos penales de corrupción y vinculados; o,
3. La persona jurídica haya sido utilizada como instrumento para la realización de
ilícitos penales de corrupción o vinculados.
En dichos casos, la responsabilidad de las empresas procede siempre que los ilícitos
penales de corrupción y vinculados hayan sido cometidos por alguno de los siguientes
sujetos:
1. Sus órganos o representantes, individuales o colectivos, autorizados para la toma de
decisiones en nombre de la persona jurídica o que ostenten facultades de dirección,
organización, administración, gestión y control dentro de la misma;
2. Una persona natural que carezca de atribuciones para obrar en representación de la
persona jurídica, y su actuación haya sido ratificada por los órganos o representantes,
aunque sea de manera tácita; o,
3. Una persona natural que actúe bajo la dirección o supervisión de alguno de los
sujetos mencionados en el numeral 1 del presente parágrafo.
Nótese que en el caso anterior, la tipificación delictiva está circunscrita al delito de
corrupción y deja claro que no importa la forma en que se haya cometido el ilícito, lo
que cuenta es que los órganos de la empresa, gerente en las SRL o directorio en las
sociedades anónimas, hayan dado de alguna manera su consentimiento con el hecho
considerado ilícito.
Un aspecto a destacar es que la responsabilidad penal de las empresas relacionadas a
delitos de corrupción y vinculados, es independiente de la responsabilidad penal de las
personas naturales que la componen y subsiste en los siguientes casos (Ley 1390 art.
23 bis):
1. No sea posible el procesamiento o no resulte condenado el interviniente, sea este el
órgano, representante o persona natural;
2. La responsabilidad penal de la persona natural se haya extinguido conforme a las
reglas de la extinción de la acción penal;
3. No sea posible establecer la participación de los responsables individuales;
4. La persona jurídica haya sido objeto de transformación, fusión, absorción o escisión,
en cuyo caso la responsabilidad se trasladará a las entidades en las que se transforme,
quede fusionada o absorbida o resulten de la escisión, salvando derechos de terceros
de buena fe. En tal caso, la jueza, juez o tribunal moderará la sanción a la entidad en
función de la proporción que la originariamente responsable guarde con ella; o,
5. Se produzca la disolución aparente de la persona jurídica. Se entiende por disolución
aparente cuando la persona jurídica continúe su actividad económica y se mantenga la
identidad sustancial de clientes, proveedores y empleados.
La caracterización anterior zanja el debate doctrinal sobre la atribución de
responsabilidades de las empresas: la teoría que promueve la idea de que dicha
responsabilidad está relacionada con la actuación de un “hecho de otro”, esto es que
necesariamente la empresa delinque cuando una persona delinque personalmente, y la
teoría que establece que las empresas delinquen por “hecho propio”, esto es, porque el
hecho ilícito se produce por una deficiencia organizativa de la propia persona jurídica, o
porque se convierte en una organización criminal. Establece que la actuación e
incriminación de la persona jurídica es “independiente” de la suerte que corran en lo
personal sus administradores o la forma legal que haya adoptado como organización
societaria la empresa, lo que coloca a la norma boliviana en la vereda de la doctrina
que considera que las empresas se incriminan por un “hecho propio”.
Las sanciones para las empresas que incurran en delitos de corrupción o vinculados,
son las siguientes (Ley 1390 art. 26 Bis):
Las sanciones penales previstas para estos casos son amplias y variadas dividiéndose
en cuatro tipos:
Pérdida de la Personalidad Jurídica. Las empresas pueden perder la personalidad
jurídica (Ley 1390 art. 26 ter) cuando han sido creadas para la comisión de ilícitos
penales, independientemente de su finalidad legal declarada. Esta sanción implica la
pérdida definitiva de la capacidad de actuar de cualquier modo o llevar a cabo cualquier
clase de actividad, aunque sea lícita
Sanciones Económicas: Desde multas pecuniarias; pérdida temporal de beneficios
estatales, como ser créditos estatales, subsidios o exenciones tributarias; hasta el
decomiso de los instrumentos y efectos resultantes del delito.
Sanciones Prohibitivas: Como ser suspensión parcial de actividades o prohibición de
participar en procesos de contratación estatales y proveer bienes y servicios al Estado,
entre otras.
Sanciones Reparadoras: Consistentes en reparar o mitigar los daños sufridos por la
víctima del ilícito e implementar mecanismos de prevención al interior de la entidad
para evitar la reiteración de infracciones en el futuro.
Es menester mencionar que, a excepción de las Sanciones Reparadoras, las
sanciones precedentes no serán aplicadas a las personas jurídicas que desempeñen
una función pública o a aquellas que desarrollen una actividad de interés público. Así
mismo, quedan exentas las empresas públicas mixtas cuya interrupción cause daños a
la población, así como las empresas que produzcan bienes o servicios cuya
interrupción pueda generar consecuencias sociales y económicas.
DELITOS PENALES
LEGITIMACION DE GANANCIAS ILICITAS
La Legitimación de Ganancias Ilícitas (LGI) es, en general, el proceso de esconder o
disfrazar la existencia, origen, movimiento y el destino de bienes o dinero producto de
actividades ilícitas o criminales, tales como el tráfico de drogas, tráfico y venta ilegal de
armas, corrupción, fraude fiscal, contrabando, secuestro, extorsión y el terrorismo,
entre otros, haciéndolos aparentar como legítimos.
Su objetivo consiste en introducir en la economía bienes o dinero obtenidos a través de
fuentes ilícitas dándoles aspecto de legalidad. Para esos fines los delincuentes pueden
llegar a utilizar el sistema financiero nacional o internacional realizando depósitos,
transferencias o inversiones, entre otras operaciones, logrando ocultar el verdadero
origen de los recursos.
El delito de LGI afecta gravemente a la economía, al gobierno y al bienestar social de
un país, ya que distorsiona las decisiones comerciales, aumenta el riesgo de la quiebra
bancaria, le quita al gobierno el control de la política económica, provee nuevos
recursos a actividades delictivas, distorsiona los mercados financieros y destruye la
actividad económica real.
En Bolivia el delito de LGI se encuentra tipificado en el Código Penal y es sancionado
con la privación de libertad de cinco (5) a diez (10) años de presidio.
Etapas de la Legitimación de Ganancias Ilícitas (LGI)
Para identificar exitosamente las actividades que puedan señalar la LGI, es importante
entender cómo ocurre el lavado. El dinero es lavado a través de una serie de complejas
transacciones e incluye por lo general los tres pasos siguientes:
Colocación. En esta etapa el “blanqueador” inserta el dinero sucio en una institución
financiera legítima, a menudo en forma de depósitos bancarios en efectivo. Esta es la
etapa más riesgosa del proceso de blanqueo para los delincuentes, debido a que
grandes cantidades de dinero en efectivo son llamativas y los bancos están obligados a
informar sobre las transacciones de alto valor al ente regulador. Por ejemplo, si se
realizan depósitos de diez mil dólares o superiores, o depósitos que sumados superen
este importe durante tres días, la entidad financiera está obligada, por disposiciones del
ente regulador, a solicitar el llenado de una declaración jurada en la cual se deberá
declarar el “origen” y “destino” de los recursos.
Fraccionamiento o transformación. Implica el envío de dinero a través de diversas
transacciones financieras para cambiar su forma y hacer que sea difícil de rastrear su
origen. Estas operaciones de encubrimiento pueden consistir en la utilización de varios
bancos para efectuar las transferencias bancarias, transferencias electrónicas entre las
diferentes cuentas con distintos nombres en varios países, hacer depósitos y retiros
variando continuamente la cantidad de dinero en las cuentas, cambiar el dinero a otras
monedas con operaciones de cambio y la compra de artículos de alto valor (casas,
terrenos, automóviles, joyas, diamantes) para cambiar la forma del dinero. Este es el
paso más complejo en cualquier régimen de blanqueo, ya que se refiere a toda la etapa
en que se busca alejar el dinero de la fuente ilícita generadora.
Integración. Es la finalización del proceso. En esta etapa el dinero lavado regresa a la
economía formal o al sistema financiero disfrazado como “dinero legítimo”. Esto puede
implicar una transferencia bancaria a la cuenta de un negocio local en el que el
blanqueador de dinero está invirtiendo a cambio de un recorte de los beneficios, la
venta de un bien inmueble que ha sido comprado durante la fase de encubrimiento o la
compra de un bien (mueble o inmueble) a una empresa que es propiedad del mismo
blanqueador de dinero.
Entes reguladores que emiten normativa para la prevención de LGI
La Unidad de Investigaciones Financieras (UIF) es un órgano desconcentrado de la
Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero (ASFI), con autonomía funcional
administrativa y operativa.
Se trata de una institución especializada en la lucha contra la Legitimación de
Ganancias Ilícitas, los delitos precedentes (tráfico de drogas, tráfico y venta ilegal de
armas, corrupción, fraude fiscal, contrabando, secuestro, extorsión y el terrorismo,
entre otros) y el financiamiento al terrorismo. Sus principales funciones son realizar
análisis financiero y patrimonial, emitir políticas y normas para prevenir la LGI, y
fiscalizar su cumplimiento.
Las instituciones financieras son los principales sujetos obligados a dar cumplimiento a
lo dispuesto en la legislación boliviana y en la normativa emitida por los entes
reguladores.
En este ámbito la Unidad de Investigaciones Financieras y la Autoridad de Supervisión
del Sistema Financiero han emitido una serie de reglamentos, manuales e instructivos
orientados a establecer “reglas específicas para la prevención, detección, control y
reporte de operaciones presuntamente vinculadas con la legitimación de ganancias
ilícitas, delitos precedentes y financiamiento al terrorismo en actividades de
intermediación financiera”. Para asegurar el cumplimiento de esta normativa, en junio
de 2011 se promulgó el D.S. 910, que reglamenta el régimen de infracciones y los
procedimientos para la determinación y aplicación de sanciones administrativas, por
parte de la Unidad de Investigaciones Financieras, a los sujetos obligados.
.RESPONSABILIDAD SOCIAL
Legislación boliviana y normativa de prevención de LGI
Código Penal boliviano.
Ley 004 de Lucha Contra la Corrupción, Enriquecimiento Ilícito e Investigación de
Fortunas “Marcelo Quiroga Santa Cruz” – Mayo 2010.
Ley 170 de Modificaciones e Incorporaciones de Delitos Penales – Septiembre de
2011.
D.S. 910, Reglamento de Sanciones para la Legitimación de Ganancias Ilícitas – Junio
2011. – D.S. 24771, Reglamento de la Unidad de Investigaciones Financieras (UIF). –
Resolución 001/2008, Personas Política y Públicamente Expuestas (PEP’s Nacionales).
Resolución 001/2010, Personas Política y Públicamente Expuestas (PEP’s
Internacionales).

ENRIQUECIMIENTO ILICITO
El enriquecimiento ilícito es un problema grave en Bolivia y en muchos otros países, ya
que implica que los funcionarios públicos utilizan su posición para obtener beneficios
económicos indebidos. La ley 004 del Estado Plurinacional de Bolivia establece
medidas para combatir este tipo de conducta. Así pues, el artículo 34 de esta ley
anticorrupción, establece sanciones severas para aquellos funcionarios que se
enriquezcan de manera desproporcionada en relación a sus ingresos legítimos.
En concreto, el artículo 34 establece que aquellos funcionarios que no puedan justificar
un incremento desproporcionado de su patrimonio, serán sancionados con privación de
libertad de cinco a diez años, inhabilitación para el ejercicio de la función pública y/o
cargos electos, y multa de doscientos hasta quinientos días y el decomiso de los bienes
obtenidos ilegalmente.
Un caso de enriquecimiento ilícito en Bolivia podría ser un funcionario público que,
durante su mandato, adquiere propiedades y bienes costosos que no puede justificar
con sus ingresos legítimos. Por ejemplo, si un funcionario tiene un salario de Bs. 5,000
al mes y adquiere una propiedad valorada en 500,000 Dólares Americanos, sería difícil
justificar cómo pudo haber obtenido el dinero para comprarla. Otro ejemplo, que sucede
constantemente, podría ser el caso del funcionario público que utiliza su posición para
obtener contratos y negocios desleales sin dejar otro rastro de su ilegalidad, más que el
incremento desproporcionado de su patrimonio.
COHECHO ACTIVO
En el delito de cohecho, cuando el sujeto activo del delito es el funcionario que pacta la
venta de su función, o sea quien recibe el dinero o la dádiva, o la promesa, entonces
nos encontramos frente al delito cohecho pasivo propio, porque el empleado se deja
corromper. Si el sujeto activo es la persona que entrega el dinero o dádiva, o quien la
ofrece, estamos frente al delito de cohecho activo, porque aquél es el que busca
corromper al funcionario. De esto se concluye, que tanto el funcionario público como el
particular pueden ser a la misma vez sujetos activos; pero cada uno de distintos delitos.
En ambos casos el sujeto pasivo del delito es la administración pública. En realidad, se
trata de dos delitos, con sus elementos propios y que aparecen en conexión por el
acuerdo o pacto.
CONTRATOS LESIVOS
La servidora, servidor, empleada o empleado público que suscriba contratos,
conociendo que son contrarios a disposiciones expresas y taxativas de la Constitución
Política del Estado o de una disposición legal vigente y concreta, y cause daño
económico al Estado, empresas públicas, entidades autónomas, autárquicas, mixtas,
descentralizadas o desconcentradas o entidades territoriales autónomas, cuya lesividad
y perjuicio conste en documento idóneo y fundado, será sancionado con privación de
libertad de cinco (5) a diez (10) años e inhabilitación.
INCUMPLIMIENTO DE CONTRATO
La persona que, habiendo suscrito contrato con el Estado, empresas públicas,
entidades autónomas, autárquicas, mixtas, descentralizadas, desconcentradas o
entidades territoriales autónomas, lo incumpla dolosa e injustificadamente y cause daño
económico al Estado, será sancionada con privación de libertad de tres (3) a ocho (8)
años y multa sancionadora de doscientos cincuenta y un (251) a cuatrocientos (400)
días.
SOCIEDADES O ASOCIACIONES FICTICIAS O SIMULADAS.
I. Será sancionado con privación de libertad de tres (3) a seis (6) años y multa
sancionadora de doscientos cincuenta y un (251) a cuatrocientos (400) días, la persona
que constituya, organice o dirija sociedades, cooperativas u otras asociaciones ficticias
o simuladas con alguno de los siguientes fines:
Obtener beneficios o privilegios indebidos;
Desviar el objeto social para fines ilícitos o favorecer la comisión de uno; o,
Encubrir responsabilidad penal mediante transacciones y negocios simulados.
II. La sanción será agravada a privación de libertad de cuatro (4) a ocho (8) años, multa
sancionadora de cuatrocientos un (401) a quinientos (500) días e inhabilitación,
cuando:
La persona autora sea servidora o servidor público que actúe por sí o por interpuesta
persona;
Se trate de víctimas múltiples; o, Se provoque daño económico al Estado.
Ley 1390 ley de 27 de agosto de 2021, ley de fortalecimiento para
la lucha contra la corrupción

Ley 004 de 31 de marzo de 2010, Ley de Lucha contra la


Corrupción, Enriquecimiento Ilícito, e Investigación de
Fortunas “Marcelo Quiroga Santa Cruz”

Leyes aplicables Código Civil aprobado mediante Decreto Ley 12760 del 6 de
agosto de 1975 y ratificada mediante Decreto Ley 17607 de 17 de
septiembre de 1980.

Código de Comercio aprobado mediante Decreto Ley 14379

Código Penal aprobado mediante Decreto Ley 10426 de 23 de


agosto de 1972, elevado a rango de Ley mediante Ley 1768 de 10
de marzo de 1997.

Ley 065 10 de diciembre de 2010, Ley de Pensiones

● Autoridad de Fiscalización y Control de Pensiones y


Seguros (APS) dependiente del Ministerio de Economía y
Finanzas Públicas.
● Autoridad de Fiscalización de Empresas (AEMP)
Autoridades implicadas dependiente del Ministerio de Desarrollo y Productivo y
Economía Plural.
● Ministerio de Justicia y Transparencia Institucional.
● Ministerio Público
● Órgano Judicial

También podría gustarte