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Arquitectura para el bienestar social

*Actualmente, los arquitectos y urbanistas tienen un inmenso conocimiento


sobre cómo la infraestructura urbana impacta en la salud y bienestar de las
personas, esto gracias a un enfoque social basado en los Objetivos de
Desarrollo Sostenible propuestos por la ONU desde 2015.
“Arquitectos del Seguro Social” no es un término que se refiere
necesariamente a un cuerpo de profesionales al servicio de las necesidades
inmobiliarias del Instituto Mexicano del Seguro Social, sino a lo que podría
ser un colectivo profesional que, al igual que los médicos que laboran para
ese organismo público, actúe también en pro del bienestar y la calidad de
vida de los trabajadores, de aquellos ciudadanos para quienes hoy es
impensable o económicamente inviable contar con los servicios profesionales
de un arquitecto particular. Lo que aquí se pretende, por tanto, es redefinir la
función profesional y social del arquitecto con base en una extrapolación
analógica con el campo epistémico de la medicina y la función social de sus
profesionales, los médicos, como referente normativo. Este artículo invita a
una reflexión deontológica y ética, crítica del ejercicio profesional del
arquitecto mexicano en el actual modo de producción y modelo de
desarrollo, y a repensar el alcance de su función social partiendo de la base
de que ese profesionista tiene ante sí una realidad social.
Urbanistas y arquitectos somos agentes sociales, responsables de mejorar la
calidad de vida en las ciudades y de sus habitantes, al distribuir de forma
equitativa los beneficios que traen consigo las tácticas urbanas pensadas
entre todas y para todas las personas, y que crean, además, oportunidades
sociales y económicas. Profesionales renovados para el urbanismo del futuro,
que no tienen por qué construir. El activismo permitirá “intervenir en la
construcción social de la urbanidad más allá del mero dar forma”.
A través de la corriente de Autogobierno, la UNAM fue pionera en términos
de promover la sensibilización hacia la arquitectura social, pero no es la única
institución de educación superior preocupada por eso. La Universidad
Autónoma Metropolitana (UAM) aspira también a formar profesionistas con
una visión social de la arquitectura, de la ciudad y del medio ambiente, con
conciencia crítica, ética y de valores, con capacidad para diseñar espacios y
edificaciones acordes al contexto socioeconómico. En la unidad Xochimilco
de la UAM –que estuvo representada en la XV Bienal de Venecia con
proyectos de su Taller de Vivienda– estudió y hoy enseña David Mora Torres,
uno de los arquitectos mexicanos más comprometidos con las necesidades
de la gente desfavorecida por medio de su “consultorio arquitectónico”, y
promotor de la arquitectura social entre sus estudiantes. No es el único pero
sí uno de los más destacados. Ha llegado incluso a crear escuela, pues
alrededor de cuarenta de sus alumnos han replicado su esquema de trabajo
después de comprobar que ganaban más de ese modo que como dibujantes
en despachos ajenos. Aunque Mora es en sí mismo un notable referente en
México sobre la necesidad de impulsar la formación “social” de los
arquitectos, su propia crítica a las facultades universitarias y centros de
enseñanza de la arquitectura revela que los esfuerzos en esa dirección son
más individuales o personales que propiamente institucionales, y en ese
sentido resultan débiles. Según Mora y Andrade (2008), la formación que
recibe actualmente un arquitecto no le prepara para resolver problemas en
condiciones extremas, como la escasez de recursos, así como tampoco le
enseña a componer aprovechando lo ya construido con anterioridad, sin
derribar nada, a fin de no dañar las ya de por sí precarias economías
familiares de los más pobres.
Es evidente, por tanto, que hay instituciones de enseñanza de la arquitectura
más sensibilizadas que otras en la cuestión social; pero en términos generales
no hay compromisos curriculares significativos, lo cual limita bastante la
capacidad de los futuros profesionistas para transformar la realidad social
que vive México, sobre todo en lo relativo al problema de la vivienda
popular. La enseñanza puede y debe erigirse en motor de cambio que incide
directamente en el ámbito profesional para transformar la realidad. Con
independencia de lo que ocurra en otras latitudes, la enseñanza de la
arquitectura en países como éste no puede ser ajena al contexto de pobreza
en que se desenvuelve la mitad de la población; es decir, no puede
concebirse la etapa formativa del arquitecto de manera idéntica a como se
hace en los países desarrollados.
*En la actualidad, la arquitectura ha desarrollado nuevos caminos que
permiten la inclusión de las personas a través de mayores posibilidades de
desarrollo y construcción. Hoy, la arquitectura se preocupa más por las
necesidades de aquellos que no tienen las mismas posibilidades de tener un
hogar digno o una comunidad adecuada que por aquellos que pagan
cantidades multimillonarias por proyecto.
Sin embargo, hay una nueva ola de arquitectos en México que se preocupa
por el desarrollo de espacios que ayuden y generen un cambio tanto social
como ambiental. En los años 20, los arquitectos mexicanos retomaron las
necesidades de la clase media para generar espacios diseñados para ellos.
Poco a poco, en el transcurso de los años, los movimientos de arquitectura
en México fueron mermados por construcciones masivas que se
preocupaban por el diseño o la estética a precios muy altos o que buscaban
albergar a la masa poblacional.
La Torre de especialidades Gea González es uno de los ejemplos de
arquitectura social que ayuda al medio ambiente, puesto que este hospital
permite limpiar el smog de la ciudad a través de un material llamado
Prosolve370e. Sin embargo, existen muchos nuevos proyectos
arquitectónicos que también se preocupan por el desarrollo social y
ambiental del país, mismos que aun sin tanto financiamiento han permitido
mejorar México.
El despacho de Juan Casillas y Guillermo Galindo se ha dedicado al desarrollo
de proyectos sustentables desde 1999. En la mayoría de las obras se
reutilizan materiales de los pueblos aledaños a su construcción. En sus
diseños prima la manera en la que se capta la luz solar, el agua pluvial y otros
factores que permitan el máximo aprovechamiento del entorno.e ha
dedicado al desarrollo de proyectos sustentables desde 1999. En la mayoría
de las obras se reutilizan materiales de los pueblos aledaños a su
construcción. En sus diseños prima la manera en la que se capta la luz solar,
el agua pluvial y otros factores que permitan el máximo aprovechamiento del
entorno.
La arquitecta mexicana Tatiana Bilbao también se ha centrado en el
desarrollo de espacios comunitarios que tengan como objetivo el bienestar
social. Bajo este esquema diseñó la ruta del peregrino en Jalisco junto al
grupo Dellekamp Arquitectos y TOA. Cada año los fieles recorren 117 km por
la sierra de Jalisco para llegar a Talpa de Allende. Para que el camino no fuera
tan pesado, el grupo de arquitectos y diseñadores realizó una ruta con
infraestructura adecuada. A lo largo de la ruta se dispusieron centros de
salud, religiosos y servicios básicos.
*Hace 13 años, la Facultad de Arquitectura de la UNAM implementó un
innovador seminario de titulación experimental. Este programa se enfoca en
la creación de proyectos sociales en áreas como salud, educación, producción
e identidad. Su objetivo principal es desarrollar proyectos reales en
comunidades donde los estudiantes se involucran en investigación, gestión,
diseño y construcción de obras.
Álvaro Lara, profesor de dicha facultad, coordina este seminario.
Durante su etapa como estudiante, Lara formó parte del taller y tuvo la
oportunidad de participar en un proyecto social. Más adelante, al
culminar su carrera, se incorporó a la UNAM y asumió la titularidad del
seminario.
El taller ha cosechado éxitos notables: representó a México en la Bienal de
Arquitectura de Venecia en 2016 y obtuvo el primer lugar en la Bienal
Internacional de Arquitectura de Costa Rica, con un prototipo de vivienda
regional en la categoría de vivienda social. Además, fue galardonado con la
medalla Gustavo Baz Prada en la categoría de servicio social en ocho
ocasiones consecutivas, y recibió un reconocimiento del Gobierno de la
Ciudad de México por un proyecto desarrollado a raíz del sismo de 2017. Por
su parte, Álvaro Lara fue nominado y distinguido como mejor profesor en la
Bienal de Iberoamérica.
Se han realizado más de 50 proyectos durante 13 años. Además, ha
acudido a varias colonias de la Ciudad de México y a 15 estados de la
república. Por ejemplo, construyeron una vivienda para los migrantes
en Tapachula, Chiapas, en la frontera con Guatemala y en la ciudad de
Guanajuato, llevaron a cabo un proyecto de espacio público para
rescatar los pozos de agua y revalorizar el líquido.
A través de esta experiencia, los futuros arquitectos adquieren una sólida
formación técnica y práctica, y desarrollan un compromiso con el bienestar
social y el desarrollo sostenible. La formación de profesionales con
habilidades y conocimientos adecuados, así como una visión ética y social, es
esencial para enfrentar los desafíos que presenta la arquitectura en el siglo
XXI. La experiencia del seminario de titulación experimental de la UNAM es
un ejemplo inspirador de cómo la educación puede contribuir al logro de
estos objetivos, formando arquitectos capaces de generar un impacto
positivo en la sociedad y el entorno.
*En el 10º Congreso Internacional del Colegio de Arquitectos de la Ciudad de
México y la Sociedad de Arquitectos Mexicanos (CAM SAM), El titular de la
Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (SEDATU), Román
Meyer Falcón, propusó a la arquitectura social como política pública para
disminuir desigualdades y garantizar obras de calidad en las comunidades
que difícilmente pueden acceder a edificaciones con un diseño adecuado que
responda a sus necesidades.
“La arquitectura es una herramienta que tiene el Estado mexicano -
sociedad, instituciones, gobierno- para disminuir los grandes rezagos
que se tienen en las diferentes ciudades y áreas metropolitanas; es ahí
donde la vocación más noble de la arquitectura se debe ejecutar.
Tenemos que divulgar estos instrumentos, que sean herramientas
públicas, simples de entender, donde se establezca dónde se puede
construir y de qué manera. Es aquí donde se tiene la oportunidad para
hacer un énfasis en futuras generaciones, veamos la planeación como
un tema de educación”, expresó al inaugurar el 10º Congreso
Internacional del Colegio de Arquitectos de la Ciudad de México y la
Sociedad de Arquitectos Mexicanos (CAM SAM).
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Referencias
Gutiérrez, Angelina (2002), México dentro de las reformas a los sistemas de salud y
seguridad social de América Latina. México: Siglo XXI/UNAM.
Benavides, F., Delclós, J., Serra, C. (2018). Estado del bienestar y salud pública, una
relación que debe ser actualizada. Gaceta Sanitaria, Vol. 32, Núm. 2.
Lacunza, M., Rojas, D (2023). UNAM forja arquitectos comprometidos con el bienestar
social. UNAM Global Revista. Obtenido: Noviembre 13, 2023. Sitio Web:
https://unamglobal.unam.mx/global_revista/unam-forja-arquitectos-comprometidos-con-
el-bienestar-social/
Sanguino, J. (2019). Arquitectura social y su desarrollo en México. Medium. Obtenido:
Noviembre 13, 2023. Sitio Web: https://medium.com/@universidad.dinamo/arquitectura-
social-y-su-desarrollo-en-m%C3%A9xico-bb770eb8d38b
Prieto, J. (2018). Arquitectos (como médicos) del Seguro Social: ¿factibilidad o utopía?
Estudios demográficos y urbanos. Obtenido: Noviembre 13, 2023. Sitio Web:
https://estudiosdemograficosyurbanos.colmex.mx/index.php/edu/article/view/1629/pdf

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