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1.

HOMEOSTASIS CORPORAL

A. Estado de equilibrio entre todos los sistemas del cuerpo necesarios para
sobrevivir y funcionar de forma adecuada. Para mantener la homeostasis y
responder a los cambios internos y externos, el cuerpo ajusta de manera
constante los valores de ácido, presión arterial, azúcar en la sangre,
electrólitos, energía, hormonas, oxígeno, proteínas y temperatura. De esta
manera se logra mantener esos valores dentro de los límites normales.
También se llama equilibrio homeostático y homeostasia.

Es una propiedad de los organismos que consiste en su capacidad de


mantener una condición interna estable compensando los cambios en su
entorno mediante el intercambio regulado de materia y energía con el
exterior (metabolismo). Se trata de una forma de equilibrio dinámico que
se hace posible gracias a una red de sistemas de control realimentados que
constituyen los mecanismos de autorregulación de los seres vivos.

B. regulación de la temperatura

Si tienes mucho calor o mucho frío, sensores en la periferia y el cerebro le dicen al

centro de regulación de la temperatura en tu cerebro —una región llamada

hipotálamo— que tu temperatura se ha desviado de su punto fijo.

Por ejemplo, si has hecho mucho ejercicio, tu temperatura corporal puede

elevarse sobre su valor de referencia y tendrás que activar mecanismos para

refrescarte. El flujo sanguíneo hacia tu piel aumenta para acelerar la pérdida de calor

con tu entorno y además puedes empezar a sudar de forma que la evaporación del

sudor en la piel puede ayudar a enfriarte. Jadear también puede aumentar la pérdida

de calor.
Imagen que muestra la regulación de la temperatura en respuesta a las señales del

sistema nervioso. Cuando la temperatura corporal cae, los vasos sanguíneos se

constriñen, las glándulas sudoríparas no producen sudor, y el tiritar genera calor para

calentar el cuerpo. Esto hace que se conserve el calor y que la temperatura del cuerpo

vuelva a la normalidad.

Cuando la temperatura corporal es demasiado alta, se dilatan los vasos sanguíneos,

las glándulas sudoríparas secretan líquido y se pierde calor del cuerpo. Conforme el

calor se pierde al ambiente, la temperatura corporal regresa a la normalidad .

Alteraciones en la retroalimentación alteran la homeostasis.

La homeostasis depende de ciclos de retroalimentación negativa; por lo tanto, todo lo

que interfiera con los mecanismos de retroalimentación puede alterar la homeostasis,

¡y generalmente lo hará! En el caso del cuerpo humano, esto puede conducir a

enfermedades.
La diabetes, por ejemplo, es una enfermedad causada por un circuito de

retroalimentación descompuesto en el que participa la hormona insulina. El ciclo de

retroalimentación que se descompuso hace que sea difícil o imposible que el cuerpo

disminuya una glucemia alta hasta un nivel saludable.

Para apreciar cómo ocurre la diabetes, veamos rápidamente los fundamentos de la

regulación del azúcar en la sangre. En una persona sana, dos hormonas controlan la

glucemia: la insulina y el glucagón.

La insulina disminuye la concentración de glucosa en la sangre. Después de comer,

tu concentración de glucosa en sangre aumenta, lo que provoca que las células β del

páncreas secreten insulina. La insulina actúa como una señal que activa a las células

del cuerpo, como las células adiposas y musculares, para que tomen la glucosa y la

usen como combustible. La insulina también provoca que el hígado convierta la

glucosa en glucógeno, una molécula de almacenamiento. Ambos procesos retiran

azúcar de la sangre, con lo que disminuye la concentración de azúcar sanguínea, se

reduce la secreción de insulina y todo el sistema vuelve a la homeostasis.


Si la concentración de glucosa en sangre aumenta por encima del rango normal, se

libera insulina, y como consecuencia las células del cuerpo extraen glucosa de la

sangre. Si la concentración de glucosa sanguínea cae por debajo de este rango, se

libera glucagón, que estimula a las células del cuerpo a liberar glucosa en la sangre.

El glucagón hace lo contrario: aumenta la concentración de glucosa en la sangre. Si

no has comido durante un rato, tu concentración de glucosa en sangre cae, lo que

provoca que otro grupo de células pancreáticas, las células α, liberen glucagón. El

glucagón actúa sobre el hígado, provoca que el glucógeno se descomponga en

glucosa y la liberación de esta hacia el torrente sanguíneo, lo que vuelve a aumentar

la concentración de azúcar en la sangre. Esto reduce la secreción de glucagón y

devuelve el sistema a la homeostasis.

La diabetes ocurre cuando el páncreas de una persona no produce suficiente insulina

o las células del cuerpo dejan de responder a la insulina, o ambas situaciones. En

estas condiciones, las células del cuerpo no toman fácilmente la glucosa, por lo que la

concentración de azúcar en la sangre permanece elevada por un largo periodo de

tiempo después de una comida. Esto es por dos razones:

 Las células adiposas y musculares no reciben suficiente glucosa, es decir,

combustible. Esto puede hacer que la gente se sienta cansada e incluso causar

la pérdida de tejido muscular y adiposo.

 Una glucemia alta produce síntomas como sed, aumento de la micción e

incluso deshidratación. Con el tiempo, puede conducir a complicaciones más.

C. Pérdida de consciencia

 Pérdida del tono muscular

 Pérdida de reflejos protectores

 Alteración de la termorregulación.

 Depresión respiratoria.

 Depresión cardiovascular.
D. Restauración del equilibrio del organismo

Para esperar recuperar el equilibrio del cuerpo, hay que dejar de ponerlo en
problemas.

Practicar una actividad física regular


Todo el mundo sabe que no hay nada mejor que hacer deporte para mantenerse en
forma. Esto permite al organismo mantener una frecuencia cardíaca baja en reposo,
estabilizar la presión arterial, mantener un buen equilibrio del colesterol y una buena
respiración, aumentar el gasto cardíaco, controlar el peso, etc.

Llevar una dieta sana y equilibrada


Es muy importante llevar una dieta sana y variada que incluya la menor cantidad
posible de alimentos procesados. Una dieta sana y equilibrada permite que el
organismo funcione correctamente, ya que el cuerpo recibe todos los nutrientes que
necesita sin que le molesten los nutrientes indeseables. Las células se reconstruyen
entonces con gran facilidad, lo que refuerza el sistema inmunitario. Algunos daños en
el cuerpo se reparan automáticamente, sin ninguna intervención especial.

No olvides descansar
Respetar el tiempo de descanso que el cuerpo necesita. Dormir bien regenera el
cuerpo y refuerza el sistema inmunitario. Además, el sueño reduce el estrés y la
ansiedad. Pero tenga cuidado de no excederse.

Relajación
Aunque hay varios motivos de preocupación, vivir en constante ansiedad desgasta el
cuerpo, así que no te olvides de bajar la presión. Qué mejor manera de hacerlo que
participando en actividades y ocio que le permitan desconectar. La meditación y el
yoga son actividades muy recomendables para reducir la ansiedad y el estrés.

En definitiva, el organismo mantiene la estabilidad de diversas variables necesarias


para la buena salud. Pero para ello sigue siendo necesario cuidarlos y, sobre todo,
recuperar el control.

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