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LA ETAPA INTERMEDIA

DEL PROCESO PENAL CHILENO


Y EL DEBIDO PROCESO
RODRIGO ORTIZ CASTILLO

LA ETAPA INTERMEDIA
DEL PROCESO PENAL CHILENO
Y EL DEBIDO PROCESO

2017
© Ortiz Castillo, Rodrigo E.
© La etapa intermedia del proceso penal chileno y el debido proceso/1a ed. -
Rosario: Ediciones AVI, 2017.
156 p.; 21 x 15 cm.

ISBN 978-987-1924-35-6
1. Derecho. I. Título.
CDD 347.05

Fecha de catalogación: 17/07/2017

Composición por Romina Pederzoli.

Ediciones AVI SRL, Mitre 208, Rosario, Santa Fe, Argentina, para la Fundación para el
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Impreso en Argentina – Printed in Argentina.


A mis hijos, quienes conforman y confortan mi alma:
Alejandro
Luis
Margarita
Agustina
INTRODUCCIÓN

La reforma procesal penal chilena constituyó un gran avance al sustituir


el sistema inquisitivo que regía hasta la entrada en vigencia del Código
Procesal Penal por un sistema llamado acusatorio, dividiendo el procedi-
miento en etapas: la primera de investigación desformalizada, la segunda o
etapa intermedia, que permite un control de lo que va a ser objeto del
juicio, principalmente el contenido de la acusación y prueba y la del
juicio.
Si bien ha constituido un gran avance la implementación de este nuevo
sistema, ello no implica que se hayan solucionado los inconvenientes
del antiguo sistema, al no respetarse elementos básicos del debido proceso,
tales como imparcialidad e impartialidad del juzgador, e igualdad de las
partes.
Pretendo identificar las situaciones que afectan el debido proceso en su
etapa intermedia y proponer algunas soluciones prácticas que requieren
para su implementación de una actividad administrativa, como algunas
soluciones que requieren de una modificación legal.
Luego de un tiempo extenso de aplicación de la normativa procesal
penal, llama la atención la falta de discusión existente acerca de un tema
que me parece esencial, y que es la base del juicio oral en los delitos que
tienen asignada pena de crimen, la audiencia de preparación de juicio
oral en el procedimiento ordinario, en la cual se ha llegado incluso a
considerar correcto el hecho de vulnerar garantías constitucionales del
acusado en pos de la solución del caso y de la eficacia del sistema.
Se tomó en consideración para la reforma procesal penal en Chile la
existencia de un procedimiento inquisitorial, entre otros aspectos, la
falta de imparcialidad (o apariencia de ello) del juez quien tenía las fun-
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ciones de investigar, acusar y fallar. Sin embargo el juez de garantía


mantiene una situación similar el día de hoy, por lo que debemos revi-
sar si las funciones que cumple permiten mantener su imparcialidad,
impartialidad, la igualdad de las partes y la independencia del Ministerio
Público.
Me ha llamado la atención que la ley que crea el Código Procesal Penal,
y posteriormente las modificaciones a la audiencia de preparación de
juicio oral, haya pasado el trámite de constitucionalidad sin observacio-
nes; sin embargo al ser requerido el Tribunal Constitucional en un pun-
to particular, el recurso de apelación del auto de apertura, ha estimado
que en parte el artículo que trata dicho tema es inaplicable por ser in-
constitucional.
Uno de los fundamentos principales que llevó a nuestro país a desarro-
llar una reforma al proceso penal se dio en la existencia de un sistema
inquisitivo que atentaba contra el debido proceso, sin respeto a las ga-
rantías constitucionales de las personas investigadas por haber sido
sindicadas como partícipes en la comisión de un delito, y en el que se
criticó mucho principalmente la falta de imparcialidad del juez, quien
debía investigar, acusar y dictar sentencia, produciéndose un evidente
cambio de paradigma desde el que valoraba por sobre todo la eficacia
del sistema, por aquel que ponía en contraposición la eficacia y las ga-
rantías.
Estimo que ya es tiempo de revisar la realidad de este nuevo procedi-
miento y llegar a la meta inicialmente impuesta, cambiando nuevamente
el paradigma, ya no para lograr un equilibrio entre eficacia y garantías
que caracterizó la reforma, sino para lograr la eficacia con garantías.
A este nuevo sistema que nos rige se la ha dado en llamar sistema acusato-
rio, por diversas características que presenta. Pero se puede dudar si,, en
la práctica, es realmente un sistema acusatorio o si continúa siendo un
sistema inquisitivo, ya que al juez se le dan una serie de facultades y se
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le imponen deberes que impiden mantenga la imparcialidad e indepen-


dencia que corresponde en sus decisiones. Se le imponen deberes de
revisión de actuaciones del Ministerio Público (organismo constitucio-
nalmente independiente) debiendo obligarlo a corregir incluso la acusa-
ción si se estima que ha incurrido en vicios formales, obligarlo a agru-
par o separar investigaciones (aún contra el parecer del Ministerio Pú-
blico y de la política criminal que esté desarrollando). Debe dictar sen-
tencia en procedimiento abreviado, con conocimiento previo de los
antecedentes; debe determinar la prueba que podrá ser presentada en el
juicio oral, excluyendo eventualmente alguna de la presentada por las
partes estando evidentemente prejuiciado al haber participado en diver-
sas actuaciones durante la etapa de investigación y muchas veces ha-
biendo declarado o mantenido la medida cautelar de prisión preventiva.
La revisión y el debate de esta situación nos puede llevar a pensar en la
necesidad de modificar nuestro actual sistema procesal penal a fin que
él se ajuste a lo que debe ser un debido proceso.
Por lo expuesto estimo que debemos analizar la realidad de la naturale-
za que se le ha dado en nuestro sistema procesal a la etapa intermedia,
demostrando que si bien se separa normativamente, se mantiene ligada
a la etapa de investigación por las actividades que deben desarrollar en
ella los distintos intervinientes, manteniendo la actividad del Ministerio
Público bajo cierto control del juez de garantía, pasando por sobre la
independencia de los fiscales, la falta de imparcialidad del juez en las
resoluciones que puede y debe dictar en esta etapa, y pone a la defensa
en disparidad de posiciones con la fiscalía; todo ello alejándose de la
constitución y del debido proceso.
Creo que se mantiene en la práctica el actuar de un juez parcial, la falta
de igualdad entre las partes y la falta de independencia del Ministerio
Público en el cumplimiento de su función.
CAPITULO I

ACERCAMIENTO AL TEMA

SUMARIO 1. Breve reseña histórica del procedimiento penal en Chile. 2. Sobre el


actual proceso penal chileno.

1. BREVE RESEÑA HISTÓRICA DEL PROCEDIMIENTO PENAL EN CHILE

El origen de nuestro sistema procesal penal se encuentra en la legisla-


ción española y que fuera impuesta en sus colonias, manteniendo su
vigencia hasta la dictación del Código de Procedimiento Penal el año
1906, el que entró en vigencia en marzo de 1907, y que, en lugar de
utilizar la legislación española de 1882, que establecía un proceso penal
de carácter mixto o inquisitivo reformado, siguió el modelo inquisitivo
puro de la ley de 1852.
El propio mensaje del Código de Procedimiento Penal se encarga de
justificar tal situación, así se reconoce que el Código de Procedimiento
Penal viene a salvar la imperiosa necesidad de mejorar el sistema de
enjuiciamiento, el que se encuentra atrasado en relación a los sistemas
de enjuiciamiento de Europa y aún de nuestro continente, mantenién-
dose el sistema inquisitorial vigente desde la edad media.
14 RODRIGO ORTIZ CASTILLO

Se tomó en consideración y estudió tres sistemas. El primero era el del


juicio por jurados, establecido en todos los países de Europa. El segun-
do, llamado juicio oral, fue aceptado por varios países como un medio
de transición del antiguo sistema inquisitivo con jueces de derecho, al
juzgamiento por jurados. El tercer sistema, que es el de la prueba escri-
ta.
Si bien se tenía la intención de establecer un sistema moderno, con
mayores garantías para los imputados como un juicio por jurados, se
optó por el último de los señalados en razón de la escaza población,
poca densidad de la misma, poca preparación, largas distancias a reco-
rrer lo que hacía impracticable el sistema por el factor humano y eco-
nómico dado su alto costo para una nación pobre como la nuestra,
guardando la esperanza que pudiera lograrse dicho avance a un sistema
por jurados o de jueces letrados en un tiempo no muy lejano. Así se
optó por mantener en una misma persona las funciones de juez instruc-
tor y las de juez sentenciador, a diferencia de otros países que ya habían
efectuado esa separación de funciones como era el caso de la República
Argentina.
Ya se reconocía la objeción al sistema que se imponía en Chile en el
sentido que según reza el mensaje del Código: ―Todos los argumentos
aducidos en contra de este sistema pueden resumirse en uno solo. El
juez sumariante adquiere la convicción de la culpabilidad del procesado
tan pronto como encuentra indicios suficientes en los datos que recoge.
Este convencimiento lo arrastra insensiblemente, y aún sin que él lo
sospeche, no sólo a encaminar la investigación por el sendero que se ha
trazado a fin de comprobar los hechos que cree verdaderos, sino tam-
bién a fallar en definitiva conforme a lo que su convicción íntima le
viene dictando desde la instrucción del sumario.
No se puede desconocer la fuerza de esta observación; pero, adoptando
el procedimiento del juicio escrito, preciso es también convenir en que
un juez honrado trabajará por no dejarse llevar de meras impresiones; y
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en que nadie como él se halla en aptitud de formarse un juicio exacto


acerca de la verdad de los hechos, ya que él es quien ha oído al ofendi-
do, a los testigos y al procesado y quien personalmente ha observado
los lugares y objetos y efectos del delito. Se puede en rigor decir que
substituye en cierto modo, mediante su investigación personal, a los
jueces que en otras partes juzgan por medio del juicio oral. Todavía
podemos agregar que la experiencia de muchos años ha acreditado
entre nosotros que el juez se apasiona pocas veces; y que, en todo caso,
cualquier desvío involuntario encuentra su correctivo en la acción de
los tribunales superiores encargados de revisar sus resoluciones.‖1
Si bien existieron diversos intentos de modificar la legislación procesal
penal, ello no pasó de la realización de estudios y un anteproyecto de
reforma completa del Código, pero manteniendo el sistema inquisitivo
reformando principalmente los procedimientos y la parte orgánica del
sistema a fin de agilizar la tramitación de las causas.
El Código de Procedimiento Penal regulaba un procedimiento de carác-
ter claramente inquisitivo, el que constaba de dos partes o etapas: suma-
rio y plenario, la primera de ellas se iniciaba con una resolución judicial
dictada ante una noticia criminis: ―se declara abierto el sumario‖, esta
etapa presenta características de secreta, sin límite temporal, permitía
por el sólo hecho de existir una denuncia vulnerar las garantías consti-
tucionales de quien aparecía como sospechoso, manteniéndolo incluso
cinco días privado de libertad en una cárcel, pudiendo permanecer ese
tiempo incomunicado, obligándolo a declarar y presumiendo su respon-
sabilidad en caso de negarse a hacerlo, para luego al quinto día de haber
sido puesto a disposición del tribunal competente revisar los anteceden-
tes para determinar si se le dejaba en libertad por falta de méritos o se le
sometía a proceso por existir indicios de la existencia de un delito y de

1http://www.nuestroabogado.cl/codpropenalsinref.htm Revisado el 13 de octubre de


2010.
16 RODRIGO ORTIZ CASTILLO

participación en él, esta resolución judicial era la más importante y base


del procedimiento ―el auto de reo‖ posteriormente llamado conforme a
una modificación legal ―auto de procesamiento‖, esta etapa concluía
con la resolución que declaraba cerrado el sumario.
La segunda etapa era llamada Plenario; se iniciaba con la acusación, la
que se dictaba por el mismo Juez que dirigió la investigación y que dictó
el auto de procesamiento, dándose ―traslado‖ de ella a la parte quere-
llante, si la hubiera, y luego de la ―acusación fiscal‖ y de la ―acusación
particular o adhesión a la acusación‖ a la defensa, por regla general los
procesados no tenían un abogado particular que los representara moti-
vo por el cual el tribunal debía designar un abogado ―de turno‖ para
que contestara la acusación y asumiera la defensa de la persona acusada,
o se podía designar a la Corporación de Asistencia Judicial, institución
que si bien era dirigida por un abogado titulado, normalmente designa-
ba para cumplir la labor de contestar la acusación a un egresado de
Derecho que estuviera haciendo su práctica profesional en dicho orga-
nismo (requisito previo para obtener el título de abogado el que es
otorgado por la Excelentísima Corte Suprema).
De esta forma, con una contestación normalmente de tipo formal, sin
un mayor estudio de los antecedentes, el Juez dictaba la resolución que
recibía la causa a prueba, la que debía ser notificada a las partes, y sólo
podía rendirse aquella ofrecida en los escritos de acusación particular,
adhesión a la acusación o de contestación a la acusación, vencido el
término probatorio, se certificaba por el Secretario del Tribunal el ven-
cimiento de dicho plazo, certificado que debía ser notificado a las par-
tes, dándose inicio así al plazo que tiene el Juez para estudiar los ante-
cedentes y decidir si decretaba medidas para mejor resolver, las que
eran utilizadas generalmente para dilatar el inicio del plazo para dictar
sentencia, ante el gran número de procesos que tenía en esa etapa y que
le impedía cumplir con ellos, o si decretaba ―autos para fallo‖ iniciando
el plazo para su dictación.
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Una vez dictada la sentencia se procedía a su notificación, pudiendo el


condenado apelar verbalmente al momento de su notificación o por
escrito a través de su abogado, dicha sentencia debía ser revisada por el
superior jerárquico la Corte de Apelaciones del territorio jurisdiccional
correspondiente, ya sea por la vía de la apelación o de la consulta, esto
último si la sentencia era condenatoria e imponía una pena privativa de
libertad superior a un año.
A partir del año 2000 comenzó a regir en forma gradual el Código Pro-
cesal Penal, comenzando el 16 de diciembre de dicho año con las re-
giones IV y IX; en 2001 siguieron las regiones II, III y VII; en 2002 las
regiones I, XI y XII; en 2003 las regiones V, VI, VIII y X, y concluyó el
16 de junio de 2005 cuando entró en vigencia en la Región Metropoli-
tana.
La entrada en vigencia del Código Procesal Penal ha significado un gran
avance en el respeto a las garantías constitucionales de las personas que
han sido imputadas de delito, como de los demás intervinientes, a esta
nueva forma de desarrollar el procedimiento penal se ha designado
como un cuerpo normativo de carácter acusatorio, y que en su desarro-
llo consta de tres etapas claramente diferenciadas: investigación, inter-
media y de juicio oral.
La reforma al procedimiento penal en Chile, implicó la separación de
las funciones de investigar, ahora a cargo del Ministerio Público, y la de
juzgar, se crean los Juzgados de Garantía y los Tribunales Orales en lo
Penal, se da lugar a la creación de la Defensoría Penal Pública a fin de
otorgar una defensa adecuada a toda persona imputada de cometer un
delito, ahora sólo abogados titulados pueden ejercer la defensa en mate-
ria criminal.
18 RODRIGO ORTIZ CASTILLO

2. SOBRE EL ACTUAL PROCESO PENAL CHILENO

En el sistema procesal penal chileno, ante la ocurrencia de un hecho


constitutivo de delito se puede iniciar el procedimiento mediante alguna
de las siguientes formas: a) por denuncia, que es la relación circunstan-
ciada de la existencia de un hecho constitutivo de delito y que se efectúa
ante el Ministerio Público, Carabineros de Chile, Policía de Investiga-
ciones, Gendarmería de Chile o ante cualquier Juzgado con competen-
cia criminal (en este último caso debe remitirse al Ministerio Público),
b) por querella que es el poner en conocimiento del Juez de Garantía la
perpetración de un hecho constitutivo de delito, cumpliendo las forma-
lidades legales, en el caso que el Juez estime que es procedente la inves-
tigación remite los antecedentes al Ministerio Público, salvo que se trate
de un delito de acción privada en cuyo caso cita a audiencia de juicio. c)
de oficio por el Ministerio Público al tomar conocimiento de la existen-
cia de un delito.
Una vez que el Ministerio Público toma conocimiento de la denuncia o
querella procede a revisar los antecedentes con que cuenta para el desa-
rrollo de la investigación y puede adoptar alguna de las siguientes deci-
siones:
a) Archivo provisional por el cual ―en tanto no se hubiere producido la
intervención del juez de garantía en el procedimiento, el ministerio
público podrá archivar provisionalmente aquellas investigaciones en las
que no aparecieren antecedentes que permitieren desarrollar actividades
conducentes al esclarecimiento de los hechos.‖2
b) Facultad no iniciar investigación por la cual en tanto no se hubiere
producido la intervención del juez de garantía en el procedimiento, el
fiscal podrá abstenerse de toda investigación, cuando los hechos relata-
dos en la denuncia no fueren constitutivos de delito o cuando los ante-

2 Regulado en el artículo 167 del Código Procesal Penal de Chile.


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cedentes y datos suministrados permitieren establecer que se encuentra


extinguida la responsabilidad penal del imputado. Esta decisión será
siempre fundada y se someterá a la aprobación del juez de garantía.3
c) Principio de oportunidad por el cual ―Los fiscales del ministerio
público podrán no iniciar la persecución penal o abandonar la ya inicia-
da cuando se tratare de un hecho que no comprometiere gravemente el
interés público, a menos que la pena mínima asignada al delito excedie-
re la de presidio o reclusión menores en su grado mínimo o que se
tratare de un delito cometido por un funcionario público en el ejercicio
de sus funciones. 4
d) Presentar requerimiento en procedimiento monitorio, por el cual
conforme al artículo 392 del Código Procesal Penal, procedimiento
aplicable al caso de las faltas en que el Ministerio Público sólo solicite la
aplicación de la pena de multa, y en el caso que el Juez de Garantía
estime suficientemente fundado el requerimiento y la proposición de
multa, deberá acogerlos inmediatamente dictando la resolución conde-
natoria correspondiente.
e) Presentar requerimiento en procedimiento simplificado, el que es
aplicable a los simples delitos para los cuales el Ministerio Público re-
quiriere la imposición de una pena que no excediere de presidio o reclu-
sión menores en su grado mínimo, es decir, de hasta 540 días de presi-
dio o reclusión.5
f) Formalizar la investigación para el caso de crímenes o simples delitos
cuya pena a solicitar por el Ministerio Público exceda los 540 días de
presidio o reclusión y que se define como ―la comunicación que el Fis-

3 Regulado en el artículo 168 del Código Procesal Penal de Chile.


4 Regulado en el artículo 170 del Código Procesal Penal.
5 El procedimiento monitorio y el procedimiento simplificado se encuentran regulados

en los artículos 388 a 398 del Código Procesal Penal, con algunas normas comunes a
ambos y otras aplicables en forma independiente a uno u otro.
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cal efectúa al imputado, en presencia del juez de garantía, de que se


desarrolla actualmente una investigación en su contra respecto de uno o
más delitos determinados.‖6 dando lugar al procedimiento ordinario
contemplado en el Libro Segundo, Título II del Código Procesal Penal
chileno.
En la audiencia de formalización a que se debe citar para efectuar la
comunicación al imputado de haber iniciado el Ministerio Público una
investigación en su contra se pueden debatir medidas cautelares, perso-
nales y reales, y la fijación de un plazo menor al legal de dos años para
limitar el tiempo de la investigación.
Transcurrido el plazo de investigación se puede cerrar de oficio por el
Ministerio Público o apercibido por el tribunal a petición de la defensa,
en este último caso ante la negativa del fiscal se puede proceder al so-
breseimiento de la causa.
Cerrada la investigación, se inicia la etapa intermedia del proceso, obje-
to de nuestro estudio, en la cual el fiscal puede proceder a:
g) Pedir el sobreseimiento de la causa:
g.1.- Definitivo en los siguientes casos: a) Cuando el hecho investigado
no fuere constitutivo de delito; b) Cuando apareciere claramente esta-
blecida la inocencia del imputado; c) Cuando el imputado estuviere
exento de responsabilidad criminal en conformidad al artículo 10 del
Código Penal o en virtud de otra disposición legal; d) Cuando se hubie-
re extinguido la responsabilidad penal del imputado por algunos de los
motivos establecidos en la ley; e) Cuando sobreviniere un hecho que,
con arreglo a la ley, pusiere fin a dicha responsabilidad, y f) Cuando el

6 Definición del artículo 229 del Código Procesal Penal.


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hecho de que se tratare hubiere sido materia de un procedimiento penal


en el que hubiere recaído sentencia firme respecto del imputado.7
g. 2.- Temporal en los siguientes casos: a) Cuando para el juzgamiento
criminal se requiriere la resolución previa de una cuestión civil, de
acuerdo con lo dispuesto en el artículo 171; b) Cuando el imputado no
compareciere al procedimiento y fuere declarado rebelde, de acuerdo
con lo dispuesto en los artículos 99 y siguientes, y c) Cuando, después
de cometido el delito, el imputado cayere en enajenación mental.8
h) Comunicar la decisión de no perseverar en el procedimiento por no
haberse reunido durante la investigación los antecedentes suficientes
para fundar una acusación.9
i) Acusar cuando estimare que la investigación proporciona fundamen-
to serio para el enjuiciamiento del imputado contra quien se hubiere
formalizado la misma.
En este último caso, es decir, si se formula acusación el Juez de Garan-
tía debe fijar una audiencia de preparación de juicio oral, notificando a
los intervinientes dicha resolución.
El querellante tendrá plazo hasta 15 días antes de la fecha fijada para la
realización de la audiencia de preparación de juicio oral para adherir a la
acusación del fiscal, presentar acusación particularmente, señalar vicios
formales, ofrecer prueba o deducir demanda civil.
El acusado hasta la víspera del inicio de la audiencia, por escrito, o al
inicio de ella, en forma verbal, podrá señalar vicios formales de que
adoleciere el escrito de acusación requiriendo su corrección, deducir

7 Las causales de sobreseimiento definitivo se encuentran taxativamente señaladas en el


artículo 250 del Código Procesal Penal.
8 Las causales de sobreseimiento temporal se encuentran señaladas en el artículo 252 del

Código Procesal Penal.


9 Situación regulada en el artículo 248 c) del Código Procesal Penal.
22 RODRIGO ORTIZ CASTILLO

excepciones de previo y especial pronunciamiento, y exponer los argu-


mentos de defensa que considere necesarios y señalar los medios de
prueba cuyo examen en el juicio oral solicitare.
En cualquier momento desde la formalización de la investigación, o en
la audiencia de preparación de juicio oral el Ministerio Público puede
ofrecer al acusado la realización del procedimiento abreviado, el que se
aplica para conocer y fallar los hechos respecto de los cuales el fiscal
requiera la imposición de una pena privativa de libertad no superior a
cinco años de presidio o reclusión, o bien cualesquiera otras penas de
distinta naturaleza, cualquiera fuera su entidad y monto, ya fueren ellas
únicas, conjuntas o alternativas. El acusado si acepta este procedimien-
to debe aceptar los hechos de la acusación y los antecedentes reunidos
por el fiscal durante la investigación, manifestando su conformidad con
dicho procedimiento. El Juez de Garantía, si estima procedente este
procedimiento, abre debate y, terminado el mismo, dicta sentencia en
base a los antecedentes aportados.
Al término de la audiencia de preparación de juicio oral y del debate
que en ella se efectúe, el Juez de Garantía debe dictar el auto de apertu-
ra de juicio oral, el cual debe ser remitido al Tribunal Oral en lo Penal
competente, dentro de 48 horas siguientes a que quede ejecutoriada.
Ante el Tribunal Oral en lo Penal se desarrolla la audiencia de juicio a la
cual deben ser citados todos los intervinientes.
En cualquiera de estas etapas y procedimientos se pueden debatir, ade-
más, salidas alternativas, a saber:
a) Acuerdo reparatorio, que es el acuerdo al que arriban imputado
y víctima, tendientes a resarcir a ésta última de los perjuicios su-
fridos, y que es procedente cuando los hechos investigados
afectaren bienes jurídicos disponibles de carácter patrimonial,
consistieren en lesiones menos graves o constituyeren delitos
LA ETAPA INTERMEDIA Y EL DEBIDO PROCESO 23

culposos y en los cuales no hubiere un interés prevalente en la


persecución penal.10
b) Suspensión condicional del procedimiento, que consiste en el
acuerdo entre el Ministerio Público y el imputado por el cual se
suspende la investigación por un periodo de entre 1 y 3 años,
debiendo sujetarse el imputado a alguna de las condiciones se-
ñaladas en la ley.11
De esta forma el actual procedimiento penal chileno puede esquema-
tizarse como sigue:

Principio de
oportunidad

Archivo Procedimiento Procedimiento


provisional Monitorio Simplificado

No iniciar
investigación
Pedir
Sobreseimiento
Requerimiento

No perseverar
investigación
Denuncia
o Investigación Cierre de la
Querella investigación
Audiencia de
Acusar Juicio
Preparación
oral
del Juicio oral

Formalización

Procedimiento
Abreviado
Salidas
alternativas Juicio
inmediato

Acuerdo Suspensión
reparatorio Condicional

10 Institución regulada en el artículo 241 del Código Procesal Penal.


11 Salida alternativa regulada en los artículos 237 a 240 del Código Procesal Penal.
CAPITULO II

LA ETAPA INTERMEDIA

EN EL PROCESO PENAL CHILENO

SUMARIO 1. Etapa escrita; 1.2. La acusación; 2.Etapa oral; 2.1. Audiencia de prepara-
ción de juicio oral; 2.2. Fines de la audiencia de preparación de juicio
oral; 2.3. Actuación de las partes; 3.3.1. El Ministerio Público; 3.3.2. El
querellante; 3.3.3. La defensa; 3.4. Actuación del juez.

Esta etapa se encuentra regulada en el Código Procesal Penal chileno en


el Libro Segundo, títulos I Párrafo 7° y Título II.
En el Párrafo 7° del Título I del Libro Segundo, al tratar la conclusión
de la investigación, hace referencia en el artículo 248 a las posibilidades
de acción del Ministerio Público, esto es a solicitar el sobreseimiento
temporal o definitivo de la causa, formular acusación o comunicar su
decisión de no perseverar en el procedimiento.
En el Título II a que se ha hecho referencia, denominado ―Preparación
del juicio oral‖, se regula la actividad a desarrollar por los distintos acto-
res del procedimiento destinada a la realización de la tercera y última
etapa del procedimiento: el juicio oral.
Esta etapa o fase del procedimiento se compone de dos grandes etapas
una escrita compuesta por la presentación de la acusación por parte del
26 RODRIGO ORTIZ CASTILLO

Ministerio Público, la posibilidad de adherir a la acusación o presenta-


ción de acusación particular por la parte querellante, y la posibilidad de
la defensa de contestar en forma previa a la audiencia de preparación de
juicio oral; y la otra etapa de carácter oral que consiste en la audiencia
de preparación de juicio oral.
La etapa intermedia del procedimiento penal chileno a diferencia de
otras legislaciones sólo hace un control negativo de la acusación, sin
entrar a verificar si ella es plausible de llevar a juicio, o si su contenido
es serio, limitándose a verificar el cumplimiento de las formalidades
legales para su presentación.

1. ETAPA ESCRITA

1.2 LA ACUSACIÓN

Ella se encuentra regulada en el artículo 259 del Código Procesal Penal


el que dispone:
―La acusación deberá contener en forma clara y precisa:
a) La individualización del o los acusados y de su defensor;
b) La relación circunstanciada del o los hechos atribuidos y de su califi-
cación jurídica;
c) La relación de las circunstancias modificatorias de la responsabilidad
penal que concurrieren, aun subsidiariamente de la petición principal;
d) La participación que se atribuyere al acusado;
e) La expresión de los preceptos legales aplicables;
f) El señalamiento de los medios de prueba de que el ministerio público
pensare valerse en el juicio;
g) La pena cuya aplicación se solicitare, y
LA ETAPA INTERMEDIA Y EL DEBIDO PROCESO 27

h) En su caso, la solicitud de que se proceda de acuerdo al procedi-


miento abreviado.
Si, de conformidad a lo establecido en la letra f) de este artículo, el fiscal
ofreciere rendir prueba de testigos, deberá presentar una lista, indivi-
dualizándolos con nombre, apellidos, profesión y domicilio o residen-
cia, señalando, además, los puntos sobre los que habrán de recaer sus
declaraciones. En el mismo escrito deberá individualizar, de igual mo-
do, al perito o los peritos cuya comparecencia solicitare, indicando sus
títulos o calidades.
La acusación sólo podrá referirse a hechos y personas incluidos en la
formalización de la investigación, aunque se efectuare una distinta cali-
ficación jurídica.‖12
De esta forma la acusación que debe presentar el Ministerio Público se
encuentra reglada en cuanto a los elementos que debe contener y a las
personas a quienes se puede dirigir, pero no se señala el carácter que
tiene cada uno de ellos, y la sanción en caso de no encontrarse debida-
mente expuestos o ajustarse a las formas exigidas por la norma, esto ha
llevado a algunos autores a distinguir dos tipos de requisitos: formales y
esenciales, pudiendo corregirse en la audiencia de preparación de juicio
oral aquellos de carácter formal, a mi parecer todos los requisitos o
menciones exigidos por la norma son de carácter esencial y su incum-
plimiento llevará consigo las consecuencias que corresponda para el
acusador, no pudiendo modificarse ellas ni por el querellante que adhie-
re, ni por la defensa, ni por el Juez de Garantía.

12http://www.leychile.cl/Consulta/Exportar?radioExportar=Normas&exportar_forma

to=pdf&nombrearchivo=NORMA1765950&exportar_con_notas_bcn=True&exporta
r_con_notas_originales=True&exportar_con_notas_al_pie=True&hddResultadoExpor
tar=176595.2008-03-14.0.0%23. Consultado el 28 de agosto de 2010.
28 RODRIGO ORTIZ CASTILLO

2. ETAPA ORAL

2.1. AUDIENCIA DE PREPARACIÓN DE JUICIO ORAL

La audiencia se encuentra regulada desde el artículo 266 al artículo 280


del Código Procesal Penal, debiendo ella ser dirigida por un Juez de
Garantía que debe conocer de toda la audiencia, sin admitir la presenta-
ción de escritos, haciendo en su inicio una exposición sintética de las
presentaciones que hubieren realizado los intervinientes con anteriori-
dad a la referida audiencia.
En esta audiencia formalmente se puede proceder conforme procedi-
miento abreviado, si se reúnen las exigencias legales para ello, siendo la
última oportunidad en que puede ofrecerlo el Ministerio Público.
Si el imputado no hubiere ejercido por escrito sus facultades el juez le
otorgará la oportunidad de efectuarlo verbalmente.
Cuando el juez considera que la acusación del fiscal, la del querellante o
la demanda civil adolecen de vicios formales, ordenará que los mismos
sean subsanados, sin suspender la audiencia, si ello fuere posible.
En caso contrario, ordenará la suspensión de la misma por el período
necesario para la corrección del procedimiento, el que en ningún caso
podrá exceder de cinco días. Transcurrido este plazo, si la acusación del
querellante o la demanda civil no hubieren sido rectificadas, se tendrán
por no presentadas. Si no lo hubiere sido la acusación del fiscal, a peti-
ción de éste, el juez podrá conceder una prórroga hasta por otros cinco
días, sin perjuicio de lo cual informará al fiscal regional.
Si el ministerio público no subsanare oportunamente los vicios, el juez
procederá a decretar el sobreseimiento definitivo de la causa, a menos
que existiere querellante particular, que hubiere deducido acusación o se
hubiere adherido a la del fiscal. En este caso, el procedimiento conti-
nuará sólo con el querellante y el ministerio público no podrá volver a
intervenir en el mismo.
LA ETAPA INTERMEDIA Y EL DEBIDO PROCESO 29

En este caso se produce un problema ante la falta de reglamentación o


definiciones conceptuales por parte del legislador, ya que no aparece
claro en parte alguna de nuestro sistema normativo que es un vicio
formal, sin perjuicio de las cuestiones problemáticas que ello suscita y
que revisaremos con mas detenimiento en el avance de este estudio.
Luego, si el imputado hubiere planteado excepciones de previo y espe-
cial pronunciamiento, el juez abrirá debate sobre la cuestión. Asimismo,
de estimarlo pertinente, el juez podrá permitir durante la audiencia la
presentación de los antecedentes que estimare relevantes para la deci-
sión de las excepciones planteadas.
El juez resolverá de inmediato las excepciones de incompetencia, litis
pendencia y falta de autorización para proceder criminalmente, si hu-
bieren sido deducidas. La resolución que recayere respecto de dichas
excepciones será apelable.
Si bien en este capítulo estamos exponiendo esquemáticamente la for-
ma en que se desarrolla la audiencia y las actividades que en ella pueden
ser realizadas por los intervinientes, se nos presenta un problema prác-
tico con el recurso de apelación que se puede interponer en contra de la
resolución que se pronuncia sobre las excepciones de previo y especial
pronunciamiento, dicho recurso permite continuar con la audiencia y
dictar el auto de apertura y se suspende la audiencia hasta que se resuel-
va el recurso, y si es así radica en el juez que resolvió la excepción la
continuación de la audiencia, o ella se reinicia desde el principio, en
atención a la inmediación que se espera exista en una audiencia de tanta
importancia para el posterior desarrollo del juicio.
Durante la audiencia de preparación del juicio oral cada parte podrá
formular las solicitudes, observaciones y planteamientos que estimare
relevantes con relación a las pruebas ofrecidas por las demás, para los
fines de exclusión de prueba.
30 RODRIGO ORTIZ CASTILLO

El juez de garantía, luego de examinar las pruebas ofrecidas y escuchar


a los intervinientes que hubieren comparecido a la audiencia, ordenará
fundadamente que se excluyan de ser rendidas en el juicio oral aquellas
que fueren manifiestamente impertinentes y las que tuvieren por objeto
acreditar hechos públicos y notorios. Del mismo modo, el juez excluirá
las pruebas que provinieren de actuaciones o diligencias que hubieren
sido declaradas nulas y aquellas que hubieren sido obtenidas con inob-
servancia de garantías fundamentales.
Si estima que la aprobación en los mismos términos en que han sido
ofrecidas las pruebas testimonial y documental produciría efectos pu-
ramente dilatorios en el juicio oral, dispondrá también que el respectivo
interviniente reduzca el número de testigos o de documentos, cuando
mediante ellos deseare acreditar unos mismos hechos o circunstancias
que no guardaren pertinencia sustancial con la materia que se someterá
a conocimiento del tribunal de juicio oral en lo penal.
Las demás pruebas que se hayan ofrecido serán admitidas por el juez de
garantía al dictar el auto de apertura del juicio oral.
Cuando el ministerio público formulare diversas acusaciones que el juez
considerare conveniente someter a un mismo juicio oral, y siempre que
ello no perjudicare el derecho a defensa, podrá unirlas y decretar la
apertura de un solo juicio oral, si ellas estuvieren vinculadas por referir-
se a un mismo hecho, a un mismo imputado o porque debieren ser
examinadas unas mismas pruebas.
El juez de garantía podrá dictar autos de apertura del juicio oral separa-
dos, para distintos hechos o diferentes imputados que estuvieren com-
prendidos en una misma acusación, cuando, de ser conocida en un solo
juicio oral, pudiere provocar graves dificultades en la organización o el
desarrollo del juicio o detrimento al derecho de defensa, y siempre que
ello no implicare el riesgo de provocar decisiones contradictorias.
LA ETAPA INTERMEDIA Y EL DEBIDO PROCESO 31

Al término de la audiencia, el juez de garantía dictará el auto de apertura


del juicio oral. Esta resolución deberá indicar:
a) El tribunal competente para conocer el juicio oral;
b) La o las acusaciones que deberán ser objeto del juicio y las correc-
ciones formales que se hubieren realizado en ellas;
c) La demanda civil;
d) Los hechos que se dieren por acreditados, mediante acuerdos o con-
venciones probatorias entre las partes;
e) Las pruebas que deberán rendirse en el juicio oral, de acuerdo a lo
previsto en el artículo anterior,
f) La individualización de quienes debieren ser citados a la audiencia del
juicio oral, con mención de los testigos a los que debiere pagarse antici-
padamente sus gastos de traslado y habitación y los montos respectivos.
El auto de apertura del juicio oral sólo será susceptible del recurso de
apelación, cuando lo interpusiere el ministerio público por la exclusión
de pruebas decretada por el juez de garantía por provenir de actuacio-
nes o diligencias que hubieren sido declaradas nulas o por haber sido
obtenidas con inobservancia de garantías fundamentales.
Si se excluyeren, por resolución firme, pruebas de cargo que el Ministe-
rio Público considere esenciales para sustentar su acusación en el juicio
oral respectivo, el fiscal podrá solicitar el sobreseimiento definitivo de la
causa ante el juez competente, el que la decretará en audiencia convo-
cada al efecto.
Las partes o intervinientes pueden pedir rendir prueba anticipada en el
caso que algún testigo o perito manifestare la imposibilidad de concu-
rrir a la audiencia de juicio oral, por tener que ausentarse a larga distan-
cia o por existir motivo que hiciere temer la sobreviniencia de su muer-
te, su incapacidad física o mental, o algún otro obstáculo semejante.
32 RODRIGO ORTIZ CASTILLO

2.2. FINES DE LA AUDIENCIA DE PREPARACIÓN DE JUICIO ORAL

Como se ha podido observar la audiencia de preparación de juicio oral


tiene diversos fines:
a) verificación de la existencia de vicios formales en la acusación, ya
hemos visto que pueden existir errores formales que pueden ser corre-
gidos en la audiencia de preparación de juicio oral, pero existen también
cuestiones de fondo, como el agregar elementos fácticos que no se
consideraron al formalizar la investigación, que pueden cambiar la cali-
ficación jurídica de los hechos, y por lo tanto afectar el derecho de de-
fensa, estos afectarían la congruencia procesal que debe mantenerse
entre la formalización de la investigación y la acusación y deben hacerse
valer por la defensa en esta etapa, puesto que una vez dictada la acusa-
ción se produce en nuestra legislación una circunstancia especial, ya que
la congruencia exigida para dictar sentencia es la que se produce entre la
acusación y los hechos que se tengan por probados en la sentencia, por
lo que si no se hicieron valer en esta oportunidad y se prepara el vicio
de nulidad, no podrá ser alegado posteriormente en el juicio.
b) última posibilidad de aplicar el procedimiento abreviado, este proce-
dimiento será tratado en más profundidad, acá sólo nos referiremos al
hecho que el fiscal de la causa puede ofrecer esta salida alternativa en
cualquier momento de la investigación, hasta la audiencia de prepara-
ción de juicio oral, una vez dictado el auto de apertura precluye esta
facultad.
c) debate de excepciones de previo y especial pronunciamiento, sólo
respecto de la incompetencia del juez de garantía, litis pendencia, cosa
juzgada, falta de autorización para proceder criminalmente cuando la
Constitución o la Ley lo exigieren y extinción de la responsabilidad
penal.
d) dar a conocer los argumentos de la defensa, la audiencia de prepara-
ción de juicio oral tiene por objeto el descubrir las cartas de los intervi-
LA ETAPA INTERMEDIA Y EL DEBIDO PROCESO 33

nientes, determinar los hechos de la acusación, la calificación jurídica


alegada por la fiscalía, el descubrimiento de los medios de prueba que
van a ser presentados en el juicio, sin embargo, la defensa puede reser-
varse su teoría del caso para la audiencia de juicio y no darla a conocer
en esta etapa, lo que si bien no tiene una sanción en su contra, puede
limitarla al momento de discutir los elementos probatorios que preten-
da presentar a juicio, pues ellos deben ser pertinentes en relación al
debate, y si no ha dado a conocer su teoría del caso corre el riesgo que
se excluya algún elemento de prueba que le sea útil o necesario para el
juicio.
e) debate sobre la prueba ofrecida por los distintos intervinientes, las
partes harán saber al tribunal los medios de prueba de que piensan va-
lerse en el juicio, de esta forma se evita la posibilidad de que se incorpo-
re al juicio elementos de prueba que no sean conocidos en forma previa
por los intervinientes, salvo casos excepcionales de prueba nueva, debi-
damente regulados.
f) conciliación sobre la responsabilidad civil si se hubiere deducido
acción civil, se puede arribar a acuerdos en materia de indemnización
del daño producido por el ilícito entre el demandante civil y el acusado,
limitando el debate u objeto del juicio a la responsabilidad penal en los
hechos.
g) unión y separación de acusaciones, ellos si se ha seguido más de una
investigación en contra de una o varias personas por hechos distintos, o
una o varias investigaciones en contra de una o varias personas, siendo
una de ellas común en todas ellas. El juez de garantía tiene la facultad
de disponer la unión de diversas investigaciones para someterlas a un
mismo juicio oral, además, puede dictar autos de apertura separados
para distintos hechos o diferentes imputados comprendidos en una
misma acusación, cuando pudiere afectar el normal desarrollo del juicio,
en ambos casos con la única limitación de no perjudicar el derecho de
defensa.
34 RODRIGO ORTIZ CASTILLO

h) verificar la existencia de convenciones probatorias, el juez de garantía


verificará consultando a los intervinientes si han arribado a acuerdos
sobre la existencia de hechos determinados, esto es, convenciones pro-
batorias.
i) exclusión de pruebas, este es el momento en que las partes pueden
solicitar que se excluya los elementos de prueba presentados por los
otros intervinientes, ya sea por ser manifiestamente impertinentes, estar
dirigidos a probar hechos públicos y notorios, los que tratándose de la
declaración de testigos y la presentación de documentos tengan una
finalidad puramente dilatoria, o provengan de diligencias declaradas
nulas o que hubieren sido obtenidas con inobservancia de garantías
fundamentales.
j) la dictación del auto de apertura de juicio oral, una vez concluido el
debate el juez deberá proceder a dictar la resolución que pone término a
la audiencia y permite proceder a la realización del juicio, esto es el auto
de apertura que debe reunir una serie de requisitos a fin de facilitar el
normal desarrollo del juicio oral, en dicha resolución debe señalarse la
individualización del tribunal competente para conocer del juicio oral, el
señalamiento de los intervinientes en el juicio: Fiscal, querellante si lo
hubiere, acusados(s), él o los defensores, los hechos de la acusación,
calificación jurídica realizada por el Ministerio Público de esos hechos,
la demanda civil si la hubiere, circunstancias modificatorias de respon-
sabilidad alegadas, pena solicitada, convenciones probatorias si las hu-
biere, individualización pormenorizada de los medios y elementos de
prueba que serán presentados en el juicio oral.
k) el otorgamiento de nuevo plazo para presentar prueba, si el juez de
garantía una vez terminada la audiencia de preparación de juicio oral
comprobare que el acusado no ofreció prueba en forma oportuna por
causas que no le sean imputables, puede suspender la audiencia hasta
por diez días, para ello, y
LA ETAPA INTERMEDIA Y EL DEBIDO PROCESO 35

l) La posibilidad de rendir prueba anticipada, en la audiencia de prepa-


ración de juicio oral se puede pedir la prueba testimonial anticipada,
una vez terminada la audiencia también será posible hacerlo respecto de
la declaración de testigos y de peritos, cuando fuere previsible que la
persona se encontrará en la imposibilidad de concurrir al juicio por
tener que ausentarse a larga distancia o por existir motivo para temer la
sobreviniencia de su muerte, su incapacidad física o mental u algún otro
obstáculo semejante, en ese caso el juez si estima que se reúnen las
exigencias legales citará a una audiencia para la declaración del testigo o
perito.

2.3. ACTUACIÓN DE LAS PARTES

2.3.1. EL MINISTERIO PÚBLICO

En la etapa intermedia el Ministerio Público puede realizar diversas


actuaciones, a saber: a) solicitar el sobreseimiento definitivo o temporal
de la causa, b) ejercer la facultad de no perseverar en el procedimiento,
c) acusar.
Si el Fiscal, representante del Ministerio Público acusa, se cita a audien-
cia de preparación de juicio oral, notificándose de ello a la parte quere-
llante y a la defensa del acusado.
En la audiencia de preparación de juicio oral la presencia del fiscal es un
requisito de validez de la misma, y su inasistencia debe ser subsanada de
inmediato, poniéndose la situación en conocimiento del fiscal regional,
aún cuando no se señala los efectos de esta inasistencia.
En el caso que el tribunal estime que existen vicios formales en la acu-
sación le ordena al fiscal subsanarlos en la misma audiencia o suspen-
diéndola hasta por un plazo no superior de cinco días. A petición del
fiscal se puede otorgar una nueva prórroga no superior a cinco días,
36 RODRIGO ORTIZ CASTILLO

transcurridos estos plazos se declarará el sobreseimiento definitivo de la


causa, constituyendo una grave infracción a los deberes del fiscal.
En la audiencia de preparación de juicio oral el fiscal puede ofrecer la
salida alternativa de suspensión condicional del procedimiento si se
reúnen las exigencias legales para ello.
Puede ofrecer continuar la causa conforme a las reglas del juicio abre-
viado, pudiendo modificar la acusación así como la pena solicitada para
hacer procedente dicha tramitación, pudiendo el fiscal considerar la
aceptación de los hechos de la acusación como suficiente para estimar
que concurre la circunstancia atenuante de ―colaboración sustancial con
el esclarecimiento de los hechos‖ del artículo 11 N° 9 del Código Penal,
respecto de los delitos señalados en el artículo 449 del Código Penal
(robo con violencia o intimidación en las personas, robo por sorpresa,
robo con fuerza en las cosas, hurto, abigeato) si el imputado acepta
expresamente los hechos y los antecedentes de la investigación en que
se fundare un procedimiento abreviado, el fiscal o el querellante, según
sea el caso, podrá solicitar una pena inferior en un grado al mínimo de
los señalados por la ley, sin perjuicio de las demás reglas que fueren
aplicables para la determinación de la pena.
También puede formular solicitudes, observaciones y planteamientos
en relación a la prueba ofrecida por los demás intervinientes.
Puede arribar a convenciones probatorias con los demás intervinientes,
solicitando en conjunto con ellos que el juez de garantía de por acredi-
tados ciertos hechos, que no podrán ser discutidos en el juicio oral.
Puede solicitar exclusión de toda o parte de la prueba ofrecida por los
demás intervinientes basado en las causales legales para ello.
Puede solicitar se reciba prueba testimonial anticipada, cuando el testigo
haya manifestado la imposibilidad de concurrir a la audiencia de juicio
oral, por tener que ausentarse a larga distancia o por existir motivo que
hiciere temer la sobreviniencia de su muerte, su incapacidad física o
LA ETAPA INTERMEDIA Y EL DEBIDO PROCESO 37

mental, o algún otro obstáculo semejante, o declaración de peritos en


los mismos casos.
Dictado el auto de apertura por el juez de garantía, el fiscal puede apelar
de dicha resolución si se le hubiere excluido prueba cuando el funda-
mento de su exclusión sea el provenir de actuaciones que han sido de-
claradas nulas o si hubieren sido obtenidas con inobservancia de garan-
tías fundamentales.

2.3.2. EL QUERELLANTE

Notificado el querellante de la citación a audiencia de preparación de


juicio oral y hasta quince días antes de la fecha fijada para su realización
puede adherir a la acusación del fiscal o presentar acusación particular,
señalar los vicios formales que estimare adolece el escrito de acusación,
requiriendo su corrección, ofrecer la prueba que estime necesaria para
sustentar su acusación, y deducir demanda civil cuando procediere.
En la audiencia de preparación de juicio oral la presencia del querellante
no es un requisito de validez de la misma.
En el caso que el querellante no adhiera a la acusación del fiscal y no
acuse en forma particular, o que no concurra a la audiencia de prepara-
ción de juicio oral sin causa justificada se tendrá por abandonada la
querella, sin poder volver a participar en la causa.13
También puede formular solicitudes, observaciones y planteamientos
en relación a la prueba ofrecida por los demás intervinientes.
Puede arribar a convenciones probatorias con los demás intervinientes,
solicitando en conjunto con ellos que el juez de garantía de por acredi-
tados ciertos hechos, que no podrán ser discutidos en el juicio oral.

13 Artículo 120 del Código de Procedimiento Penal Chileno.


38 RODRIGO ORTIZ CASTILLO

Puede solicitar exclusión de toda o parte de la prueba ofrecida por los


demás intervinientes basado en las causales legales para ello.
Puede solicitar se reciba prueba testimonial anticipada, cuando el testigo
haya manifestado la imposibilidad de concurrir a la audiencia de juicio
oral, por tener que ausentarse a larga distancia o por existir motivo que
hiciere temer la sobreviniencia de su muerte, su incapacidad física o
mental, o algún otro obstáculo semejante, o declaración de peritos en
los mismos casos.
Además, puede forzar la acusación, oponiéndose al sobreseimiento
solicitado por el fiscal una vez cerrada la investigación, debiendo el juez
de garantía enviar los antecedentes al fiscal regional, el que decidirá si se
acusa o mantiene la decisión del fiscal adjunto, en este último caso el
juez de garantía podrá disponer que la acusación la formule el quere-
llante y la sostenga en el juicio oral o procederá a decretar el sobresei-
miento correspondiente.

2.3.3. LA DEFENSA

Notificado el acusado, y su defensor, de la citación a audiencia de pre-


paración de juicio oral y hasta la víspera de su inicio, por escrito o al
inicio de la audiencia de preparación de juicio oral, verbalmente, puede
señalar los vicios formales que estimare adolece el escrito de acusación,
requiriendo su corrección, deducir excepciones de previo y especial
pronunciamiento, exponer los argumentos de defensa que considere
necesarios y señalar los medios de prueba cuyo examen en el juicio oral
solicitare.
En la audiencia de preparación de juicio oral la presencia del acusado
no es un requisito de validez de la misma, pero sí lo es la presencia de
su defensor.
LA ETAPA INTERMEDIA Y EL DEBIDO PROCESO 39

Ante la falta de comparecencia del defensor, el tribunal declarará el


abandono de la defensa designándose un defensor de oficio al impu-
tado y suspendiendo la audiencia hasta por un plazo máximo de cinco
días para que este último se interiorice del caso.
La inasistencia o el abandono injustificado de la audiencia por parte del
defensor puede ser sancionado con la suspensión del ejercicio de la
profesión hasta por dos meses.
La defensa, también puede formular solicitudes, observaciones y plan-
teamientos en relación a la prueba ofrecida por los demás intervinien-
tes.
Puede arribar a convenciones probatorias con los demás intervinientes,
solicitando en conjunto con ellos que el juez de garantía de por acredi-
tados ciertos hechos, que no podrán ser discutidos en el juicio oral.
Puede solicitar exclusión de toda o parte de la prueba ofrecida por los
demás intervinientes basado en las causales legales para ello.
Puede solicitar se reciba prueba testimonial anticipada, cuando el testigo
haya manifestado la imposibilidad de concurrir a la audiencia de juicio
oral, por tener que ausentarse a larga distancia o por existir motivo que
hiciere temer la sobreviniencia de su muerte, su incapacidad física o
mental, o algún otro obstáculo semejante, o declaración de peritos en
los mismos casos.

2.3.4. ACTUACIÓN DEL JUEZ

Presentada la acusación el juez de garantía ordenará su notificación a


todos los intervinientes y citará a una audiencia de preparación de juicio
oral, la que deberá desarrollarse en un plazo no inferior a 25 ni superior
a 35 días.
40 RODRIGO ORTIZ CASTILLO

En la audiencia de preparación de juicio oral debe verificar la asistencia


de las partes, en especial de aquellas cuya presencia es esencial o requisi-
to de validez para su realización.
Debe hacer un resumen de las presentaciones que hubieren realizado
los intervinientes.
Debe pronunciarse respecto de los vicios formales que hayan planteado
el querellante y o la defensa en su caso, y en el evento que no se hayan
hecho presente por ellas y hubiere observado la existencia de alguno
deberá disponer de oficio su corrección por parte del Ministerio Públi-
co; Asimismo, se pronunciará respecto de las excepciones de previo y
especial pronunciamiento interpuestas por la defensa.
Debe abrir debate sobre la prueba ofrecida por las partes.
Debe llamar al querellante y al imputado a conciliación sobre las accio-
nes civiles que hubiere deducido el primero y proponerles bases de
arreglo, y en el evento de no producirse se deberá pronunciar sobre las
medidas cautelares reales que la víctima hubiere formulado al deducir su
demanda civil.
Si el Ministerio Público formulare diversas acusaciones que el juez con-
sidere conveniente someter a un mismo juicio oral, siempre que ello no
perjudique el derecho a defensa podrá unirlas y decretar la apertura de
un solo juicio oral. También podrá dictar autos de apertura separados,
para distintos hechos o diferentes imputados que estuvieren considera-
dos en una misma acusación, siempre que ello no implique riesgo de
provocar decisiones contradictorias.
Puede formular proposiciones a los intervinientes sobre convenciones
probatorias.
Debe pronunciarse en relación a la exclusión de prueba planteada por
los intervinientes.
LA ETAPA INTERMEDIA Y EL DEBIDO PROCESO 41

Debe pronunciarse sobre la petición de plazo, y la suspensión de la


audiencia por hasta diez días, cuando ello sea solicitado por el acusado
cuando no hubiere ofrecido prueba oportunamente por causas que no
le fueran imputables.
Debe pronunciarse sobre la petición de rendir prueba anticipada, testi-
monial o pericial efectuada por los intervinientes.
Debe proceder a dictar el auto de apertura de juicio oral.
CAPITULO III

PRINCIPIOS PROCESALES RELATIVOS

A LA ETAPA INTERMEDIA

SUMARIO 1.Principio de objetividad; 2. Principio de objetividad versus principio de


imparcialidad; 3. El principio de congruencia.

Como hemos visto la etapa de investigación del proceso penal chileno


termina con el cierre de la investigación, iniciándose la etapa intermedia,
ocasión en la cual el Ministerio Público para poder continuar el desarro-
llo del procedimiento hasta la dictación de sentencia debe presentar su
acusación, la que debe ser congruente con los antecedentes de la inves-
tigación y con la formalización de ella.
De esta forma aparecen dos principios básicos que debe respetar el
Ministerio Público: el principio de objetividad, y el principio de con-
gruencia.

1. EL PRINCIPIO DE OBJETIVIDAD

El principio de objetividad se encuentra tratado en el artículo 83 inciso


1° de nuestra Constitución Política de la República al señalar que: ―Un
organismo autónomo, jerarquizado, con el nombre de Ministerio Públi-
co, dirigirá en forma exclusiva la investigación de los hechos constituti-
44 RODRIGO ORTIZ CASTILLO

vos de delito, los que determinen la participación punible y los que


acrediten la inocencia del imputado…‖14, además, la Ley Orgánica
Constitucional del Ministerio Público, en el artículo 1 que repite la
norma constitucional ya referida y en su artículo 3 que agrega: ―En el
ejercicio de su función, los fiscales del Ministerio Público adecuarán sus
actos a un criterio objetivo , velando únicamente por la correcta aplica-
ción de la ley. De acuerdo con ese criterio, deberán investigar con igual
celo no sólo los hechos y circunstancias que funden o agraven la res-
ponsabilidad del imputado, sino también los que le eximan de ella, la
extingan o atenúen.‖15. También lo encontramos en el artículo 3 del
Código Procesal Penal que refiere: ―Exclusividad de la investigación penal.
El Ministerio Público dirigirá en forma exclusiva la investigación de los
hechos constitutivos de delito, los que determinen la participación pu-
nible y los que acreditaren la inocencia del imputado, en la forma pre-
vista por la Constitución y la ley.‖16
Del tratamiento dado por nuestro marco normativo podemos decir que
el principio de objetividad dice relación directa con la facultad de inves-
tigar todo hecho que pueda ser constitutivo de delito por parte del Mi-
nisterio Público, facultad de investigar que le es exclusiva, estando ve-
dado a otros intervinientes realizar actuaciones de investigación, es más,
es una facultad de los fiscales del Ministerio Público el acceder o recha-
zar a la realización de diligencias de investigación que sean solicitadas
por la defensa o por el querellante, así se le impone la obligación de
respeto a este principio a fin de cautelar la realización de una investiga-
ción transparente, clara y no que esté destinada a conseguir condenas a
todo evento, dejando de lado antecedentes que permitan demostrar la
inocencia de la persona investigada, una forma de participación que

14 http://www.leychile.cl/Navegar?idNorma=242302. 30 de julio de 2014


15 http://catalogo.bcn.cl/ipac20/ipac.jsp?profile=bcn&index=BIB&term=144330. 30
de julio de 2014
16 http://www.leychile.cl/Navegar?idNorma=176595&idParte=0. 30 de julio de 2014
LA ETAPA INTERMEDIA Y EL DEBIDO PROCESO 45

implique la aplicación de una pena menor o circunstancias atenuantes


de responsabilidad penal, o circunstancias que le eximan de dicha res-
ponsabilidad.
Se ha criticado por algunos autores el hecho de imponer al Ministerio
Público el respeto de este principio17, al entender que en el sistema
acusatorio pensado por nuestro legislador no se encontraba como fina-
lidad de obtener el conocimiento de la verdad material.18
Encontramos este principio en el anterior Código de Procedimiento
Penal, que en su artículo 108 disponía que la existencia del hecho
punible es el fundamento de todo juicio criminal, y su comprobación
por los medios que admite la ley es el primer objeto a que deben tender
las investigaciones del sumario y en el artículo 109 agrega que el juez
debe investigar, con igual celo, no sólo los hechos y circunstancias que
establecen y agravan la responsabilidad de los inculpados, sino también
los que les eximan de ella o la extingan o atenúen. Principio de
objetividad que se justificaba en relación a las facultades del Juez, quien
era el encargado de investigar, acusar, sentenciar y hacer cumplir la
condena que se impusiere, situación que vulneraba el principio de
imparcialidad, ya que quien dirigía la investigación, a la vez era quien
acusaba y dictaba la sentencia, por lo que la idea de condena se imponía
en su mente desde que se dirigía la investigación en contra de un
individuo, dirigiéndose todos los actos de investigación a justificar la
hipótesis condenatoria que se había formado el juez en su fuero
interno.
Entonces cuál es la razón que lleva a mantener este principio de
objetividad de la investigación, imponiéndosela al Ministerio Público, si

17 HORVITZ LENNON, María Inés. Derecho Procesal Penal Chileno. Editorial Jurídica de
Chile. Santiago. 2002, Tomo I, página 26.
18 MIRANDA, Morales. ―El principio de objetividad en la investigación fiscal y el

proceso penal. Una reforma urgente‖ Revista de Derecho y Ciencias Penales N° 15. 2010.
Universidad San Sebastián . Chile. Pág 39.
46 RODRIGO ORTIZ CASTILLO

éste, ya no es la misma persona, ni siquiera la misma institución u


órgano del Estado que debe dictar sentencia, a nuestro parecer se debe
a los pesos y contrapesos que deben existir en todo Estado, El
Constituyente, y por ende, nuestro legislador dejó la exclusividad de la
investigación al Ministerio Público, siendo sólo los fiscales quienes
determinan las diligencias de investigación que pueden desarrollarse, sin
que exista ningún límite, contrapeso ni control de sus actuaciones, ello
para evitar las presiones externas y convertir este organismo en una
herramienta del poder de turno para deshacerse de los enemigos del
momento, tanto es así que ni siquiera la defensa puede obligar al fiscal
encargado de la investigación de una causa a realizar determinadas
diligencias, teniendo el fiscal todo el poder del estado a su favor,
policías, laboratorios públicos, Servicio Médico Legal, Instituto de
Salud Pública, Servicios de Salud, entre otras, con lo que puede obligar
a todo órgano público a cumplir las diligencias que le encomiende, por
ejemplo si se dispone un informe psiquiátrico por el Servicio Médico
Legal, organismo público, éste no se puede negar a realizarlo, ya que de
hacerlo se puede perseguir sus responsabilidades administrativas y pe-
nales por obstrucción a la investigación, sin embargo la defensa ni
siquiera puede pedir a dicha institución copia del informe que se remita
al Fiscal, el que puede no agregarlo a los antecedentes de la
investigación, si no le resulta útil a sus fines. Así, aunque la etapa de
investigación sea desformalizada, y cada una de las partes puede
recopilar las pruebas y antecedentes que le permitan sustentar su teoría
del caso, en la práctica la defensa, pública o privada, no tiene acceso a la
realización de diligencias ni al resultado de ellas, que dependan de un
organismo público produciéndose un enorme desequilibrio en las posi-
bilidades de las partes de poder acreditar su teoría del caso.
En base a lo expuesto entendemos que se justifica el imponer el
principio de objetividad al Ministerio Público, en tanto se mantenga el
estatu quo, es decir mientras no pueda un defensor disponer la
realización de determinadas diligencias tendientes a demostrar su teoría
LA ETAPA INTERMEDIA Y EL DEBIDO PROCESO 47

del caso, o hasta que el Ministerio Público esté obligado a disponer su


realización.
Lamentablemente, en la práctica podemos ver que el Ministerio Público
no cumple con este principio de objetividad, lo que se da por diferentes
motivos entre ellos la llamada visión de túnel, en que el fiscal se centra
en una hipótesis, se enamora de ella, y dirige todos sus esfuerzos en
demostrarla, dejando de lado toda otra posibilidad de que exista otro u
otros partícipes o antecedentes que demuestren la inocencia de la
persona que se cree responsable. También encontramos el problema de
las presiones mediáticas sobre el fiscal, quien puede dejar de lado una
investigación seria, a fin de evitar que se centre en él la atención y
terminar siendo el considerado responsable en el caso de no obtenerse
resultados positivos en la investigación, a las presiones políticas, al no
existir una carrera profesional dentro de dicha institución, dependiendo
los nombramientos en los cargos importantes a los lazos o contactos
que pueda desarrollar durante su trabajo, o a las presiones
institucionales dadas principalmente por las exigencias de sus superiores
y la imposición del cumplimiento de metas de desempeño que afectan
su remuneración.

2. PRINCIPIO DE OBJETIVIDAD VERSUS PRINCIPIO DE IMPARCIALIDAD

Distinto es el caso del principio de imparcialidad que será tratado más


en profundidad en relación al debido proceso, y como referido a la
actuación del juez, principio que para estos efectos podemos decir
implica que la autoridad que debe conocer del caso carezca de intereses
con relación a las partes y al objeto del caso, sin tener una opinión pre
constituida sobre el mismo que le permita destruir a partir de ello la
presunción de inocencia del imputado.
En este sentido consideramos que el Ministerio Público, y por ende
cada uno de sus fiscales, debe regirse por este principio, así la Ley Or-
48 RODRIGO ORTIZ CASTILLO

gánica Constitucional del Ministerio Público señala en su artículo 54


que no podrá dirigir la investigación ni ejercer la acción penal pública
respecto de determinados hechos punibles el fiscal del Ministerio Públi-
co respecto del cual se configuren las circunstancias previstas en el
artículo 55 del mismo cuerpo normativo, dichas circunstancias son
similares a las que se refieren a la inhabilidad de un juez, tanto de impli-
cancia como de recusación, y que corresponden a circunstancias de
parentesco, interés económico, amistad o enemistad.
Así la diferencia entre ambos principios dice relación en el principio de
imparcialidad se refiere al interés en el resultado de la investigación y
eventualmente del juicio, ya que éste puede afectarle, y el principio de
objetividad se refiere al desarrollo de la investigación en cuanto debe
investigar todos los aspectos del caso concreto, sin que se identifique
con una hipótesis o teoría del caso, dejando de lado las otras hipótesis
probables, disponiendo las diligencias de investigación de forma tal que
estén destinadas a acreditar no sólo los hechos y circunstancias que
funden o agraven la responsabilidad del imputado, sino también los que
le eximan de ella, la extingan o atenúen, lo que puede ser controlado
por el Juez de Garantía a petición de la defensa al cerrarse la
investigación o en forma previa si afectara garantías constitucionales del
imputado.

3. EL PRINCIPIO DE CONGRUENCIA

Debemos decir en primer lugar que entendemos como congruencia


procesal ―la necesaria coherencia y razonabilidad que debe concurrir en
todo acto procesal en sí y respecto del conjunto de actos procesales
constitutivos del procedimiento, tanto desde la perspectiva de sus
orígenes como desde la perspectiva de sus resultados potenciales y
posibles, pasando por sus desarrollos y delimitados solamente por los
LA ETAPA INTERMEDIA Y EL DEBIDO PROCESO 49

presupuestos de los hechos que los posibilitan, la norma que los regula
y el valor que los justifica.‖19
De esta forma, considerando que el procedimiento penal consta según
se ha dicho de tres etapas, debe existir la necesaria coherencia entre
cada una de ellas, y siempre debe existir entre la etapa inicial y la meta
del proceso, esto es la sentencia.
En la etapa de investigación el fiscal del Ministerio Público debe
investigar los hechos denunciados como constitutivos de delito, y en el
evento de estimar que tiene antecedentes para imputar los hechos a una
determinada persona, y la participación que en ellos le corresponde
procederá formalizar la investigación, esto es a comunicar al imputado
en presencia del juez de garantía que se desarrolla una investigación en
su contra respecto de uno o más delitos determinados.
Una vez formalizado el imputado, éste tiene derecho a través de su
defensa a solicitar diligencias de investigación, las que unidas a aquellas
dispuestas por el Ministerio Público, una vez agotada la misma a
adoptar una decisión, que puede ser una salida alternativa como el
ejercer el principio de oportunidad, solicitar se cite a una audiencia de
suspensión condicional del procedimiento o acuerdo reparatorio,
solicitar al juez de Garantía el sobreseimiento de la causa, comunicar la
decisión de no perseverar en la investigación o acusar.
Para adoptar la decisión de acusar el Ministerio Público debe guiarse
por el principio de congruencia, debiendo existir la debida coherencia
entre los hechos de la formalización de la investigación, los
antecedentes recabados durante ella, los hechos contenidos en la
acusación y los medios de prueba de que piensa valerse en juicio.

19 BOTTO OAKLEY, Hugo. La congruencia procesal. Principio base para una teoría general del
procedimiento civil. Planteamiento general en relación a la prueba en el Código de Procedimiento Civil.
Editorial de Derecho. Chile. 2012. Páginas 357, 358.
50 RODRIGO ORTIZ CASTILLO

Principio de congruencia que debe ser controlado por el juez de


garantía a petición de la defensa o de la parte querellante, pues su
vulneración implica la afectación del derecho de defensa.
En nuestro Código Procesal Penal el principio de congruencia está
tratado en los artículos 229 que nos da el concepto de la formalización
de la investigación, 255 que se refiere al sobreseimiento total y parcial,
en cuanto a la aplicación respecto de parte o todos los hechos y perso-
nas que han sido formalizados, 259 que señala que la acusación sólo
podrá referirse a hechos y personas incluidos en la formalización de la
investigación, 261 que permite al querellante adherir a la acusación o
acusar particularmente, la que se podrá extender a hechos o imputados
que hubieren sido objeto de formalización de la investigación, 341 al
señalar que la sentencia condenatoria no podrá exceder el contenido de
la acusación. En consecuencia, no se podrá condenar por hechos o
circunstancias no contenidos en ella. Además, en cuanto a los recursos
rigen relacionados con este principio lo dispuesto en el artículo 360 del
Código Procesal Penal (el tribunal que conociere de un recurso sólo
podrá pronunciarse sobre las solicitudes formuladas por los recurrentes,
quedándole vedado extender el efecto de su decisión a cuestiones no
planteadas por ellos o más allá de los límites de lo solicitado).
Así respecto a la etapa intermedia que nos interesa, y entendiendo que
en Chile se estableció un procedimiento dispositivo en materia penal,
que implica que el avance o desarrollo de sus distintas etapas está en la
actividad que desarrollan las partes y no en la actividad del juez el lla-
mado principio de congruencia es esencial y se encuentra directamente
relacionado con el ejercicio de la garantía de la defensa, así la acusación
debe ser coherente con la formalización de la investigación, entendien-
do que ésta es la comunicación a una persona determinada que se le
investiga por hechos determinados que se considera constitutivos de
delito, en el sentido que lo que asegura el ejercicio del derecho de de-
fensa es conocer los hechos que se imputan, más que la calificación
LA ETAPA INTERMEDIA Y EL DEBIDO PROCESO 51

jurídica de los mismos, respecto de los cuáles debería tener la posibili-


dad de solicitar diligencias de investigación que permitan demostrar la
falsedad de ellos, ya sea respecto a su ocurrencia o a la supuesta partici-
pación que a quien es imputado se le atribuye.
Dichos hechos por los que se formaliza deben ser los mismos o inferio-
res a aquellos por los que se le acusa, no superiores, pues impediría la
posibilidad de obtener prueba o desarrollar actividades de investigación
tendientes a desvirtuarlos, por ejemplo si el Ministerio Público formali-
zó a una persona por el hecho de haber dado muerte a José Pérez el 1
de enero de 2014 a las 3,00 horas utilizando para ello un hacha con la
que lo golpeó en la cabeza, después no puede acusarlo agregando he-
chos nuevos como por ejemplo, para lo cual planeó la muerte con anti-
cipación comprando un hacha tres días antes, y enviando a su cónyuge
e hijos a la casa de familiares a fin de estar solo y poder esperar a la
víctima sin que ésta sospechara su intención, y así para asegurarse el
cumplir su objetivo de darle muerte, pero si puede hacerlo modificán-
dolos en beneficio del imputado, por ejemplo: señalando que lo golpeó
con un hacha en la cabeza, ya que por accidente cuando intentaba guar-
dar el hacha no pudo sostenerla adecuadamente cayendo sobre la cabe-
za de la víctima. En los tres casos la calificación jurídica es distinta,
homicidio simple, homicidio calificado y homicidio culposo, pero sólo
una de ellas vulnera el principio de congruencia.
De esta forma podemos determinar que el principio de congruencia es
esencial al debido proceso, y que su vulneración implica a su vez la
vulneración al debido proceso, que permite la impugnación e invalida-
ción de la sentencia por nulidad.
Acorde a nuestra Constitución Política de la República no podemos
concebir un procedimiento racional y justo que no respete el principio
de congruencia, que no sea coherente en sus distintas etapas y con su
meta que es la sentencia, más aún en el proceso penal, que pretende
resguardar al ciudadano común ante el poder omnipotente del Estado.
CAPITULO IV

LOS DERECHOS Y GARANTÍAS RECONOCIDAS

EN NUESTRA CONSTITUCIÓN

SUMARIO 1.Breve reseña histórica; 2. Nuestra Carta Fundamental actual: Artículo 19;
3. Resumen.

Nos parece necesario hacer una aclaración respecto al título dado a este
capítulo, ya que hemos efectuado una diferenciación entre derechos y
garantías constitucionales, términos que muchas veces se utilizan como
sinónimos de dos institutos diferentes, los derechos del hombre, como
ser humano, en cuanto le son reconocidos por el Estado a nivel Consti-
tucional para salvaguardar su esencia e individualidad en sus relaciones
sociales, tales como el derecho a la vida, a la honra, a la privacidad, a la
igualdad de trato ante la ley, a asociarse, y las garantías en cuanto consti-
tuyen los distintos institutos que permiten proteger y hacer efectivos los
derechos de la persona, tales como el Recurso de Amparo, Recurso de
protección, y especialmente el proceso.
En nuestro país se ha reconocido una serie de derechos constituciona-
les a los habitantes de la República, así como de garantías que permiten
hacer efectiva la protección de dichos derechos. Si bien se ha hecho por
algunos autores una distinción entre garantías constitucionales y garan-
54 RODRIGO ORTIZ CASTILLO

tías procesales, a nuestro entender la gran garantía para asegurar y hacer


efectivos los derechos de las personas frente al Estado es el proceso.

1. BREVE RESEÑA HISTÓRICA

Se ha señalado que a partir de los sucesos del 18 de septiembre de 1810


se inició el llamado periodo de "ensayos constitucionales" o de "organi-
zación de la República".
Así se ha entendido como un primer ensayo el Reglamento Provisional
de la Junta Gubernativa de 1810, siguiéndolo el Reglamento para el
Arreglo de la Autoridad Ejecutiva Provisoria de Chile de 1811, conti-
nuando el Reglamento Constitucional de 1812, considerándose este
último por muchos como la primera constitución de Chile.
La vigencia del Reglamento Constitucional de 1812 fue breve, ya que se
sancionó el 27 de octubre de 1812 y declarado ―irrevocablemente dero-
gado‖ el 6 de octubre de 1813, siendo una de sus grandes características
en ser el primero en incluir el reconocimiento de derechos y garantías
individuales. En su artículo 15 encontramos los primeros vestigios del
recurso de amparo, ya que la persona que se encontraba detenida, podía
recurrir al Senado si no se le hacía saber el motivo de su arresto dentro
de tres días.
Se regula a nivel constitucional la situación de las prisiones al señalar
que: serán lugares cómodos y seguros para la detención de personas,
contra quienes existan fundados motivos de recelo, y mientras duren
éstos; y de ningún modo servirán para mortificar delincuentes.
Encontramos en el artículo 18 del Reglamento el primer reconocimien-
to del principio del debido proceso en nuestro país, consagrándose,
LA ETAPA INTERMEDIA Y EL DEBIDO PROCESO 55

asimismo la libertad individual e igualdad de derechos (artículo 24), la


libertad personal y seguridad individual (artículos 19, 20, 21 y 22) .20
El Reglamento Constitucional Provisorio de 1814 fue promulgado a
fines de la Patria Vieja, y significó un retroceso al concentrar facultades
en el Director Supremo, sin reconocer derechos o garantías a los ciuda-
danos.
Con la proclamación y juramento de la independencia nacional el 12 de
febrero de 1818 en Santiago, se dio inicio a una nueva etapa para Chile,
elaborándose el Proyecto de: Constitución Provisoria de 1818, la prime-
ra Carta Fundamental de nuestro país que consagra el principio de so-
beranía nacional en cuanto la Nación tiene la facultad de instalar su
gobierno y dictar las leyes que lo han de regir.
Se establece un incipiente recurso de amparo en el Título IV, Capítulo
II, artículo 2° al señalar: ―Cuando la urgencia del caso obligue a arrestar
a alguna persona, deberá ponerla dentro de veinticuatro horas a dispo-
sición de los respectivos magistrados de justicia, con toda la indepen-
dencia que corresponde al Poder Judicial, pasándole los motivos para su
juzgamiento‖.
En su Título I, artículo 2° se muestran atisbos del reconocimiento de
un debido proceso, cuando se señala ―Ninguno debe ser castigado o
desterrado, sin que sea oído y legalmente convencido de algún delito
contra el cuerpo social‖, y en su Título V, Capítulo III, artículo 15 que
―La Cámara ( de Apelaciones ) conocerá, como hasta aquí, de todo
juicio entre partes, aunque sea gubernativo, siempre que se haga con-
tencioso, arreglándose en todo a lo dispuesto por el derecho común y
leyes que actualmente rigen, ínterin se establece un nuevo Código.‖

20 En tal sentido: DONOSO RODRIGUEZ, Sebastián. Los Derechos y garantías individua-


les en la evolución constitucional chilena. Editorial Jurídica Conosur Ltda. Santiago de Chile.
Agosto 2005.
.
56 RODRIGO ORTIZ CASTILLO

La Constitución de 1822 plantea un gobierno representativo, compues-


to por tres poderes independientes: Legislativo, Ejecutivo y Judicial.
Consagra las garantías individuales y declara que todos los chilenos son
iguales ante la ley sin distinción de rango o privilegio, entre otros.21
Regula el Poder Judicial en su Título VII, refiriéndose su Capítulo I a
los Tribunales de Justicia, fijando la existencia de un Tribunal Supremo
de Justicia, del que dependen la Cámara de apelaciones, los Tribunales y
empleados de justicia.
Es importante lo dispuesto en el Capítulo IV, que trata de la
administración de justicia y de las garantías individuales, reconociendo
entre otros el derecho a no ser juzgados por comisiones especiales, y
otros normas tendientes a resguardar un debido proceso, agregando
que todos serán juzgados en causas civiles y criminales por sus jueces
naturales, y nunca por comisiones particulares. Se regula la confesión la
que no puede ser recibida bajo juramento ni se extenderá a otros
hechos distintos de los cargos formulados. Se exige la motivación de las
sentencias, y a mi parecer lo más importante se dispone que: ―En
ningún caso, ni por circunstancias sean cuales fueren, se establecerán en
Chile las instituciones inquisitoriales.‖
La Constitución Política de 1823: En este texto se declaran los derechos
fundamentales y sus garantías, la soberanía nacional, la separación de
poderes, entre otros. Y en su Título XII regula el Poder Judicial y le
impone el deber de proteger los derechos individuales conforme a una
serie de principios que podemos estimar constituyeron una enumera-
ción de garantías tendientes a resguardar el acceso al proceso.
La Constitución de 1828 fue promulgada el 8 de agosto del mismo año
y pretendía ser equidistante entre el fracasado esquema federalista y el
autoritarismo centralizador que propiciaban algunos "pelucones" y

21http://www.leychile.cl/Navegar?idNorma=1005168 .28 de agosto de 2010.Biblioteca


del Congreso Nacional.
LA ETAPA INTERMEDIA Y EL DEBIDO PROCESO 57

"estanqueros". Por primera vez en un texto constitucional se utiliza la


denominación: "Presidente de la República" para el Ejecutivo y se esta-
blece la institución del Vicepresidente. El Poder Legislativo reside en
dos Cámaras: Senado y Cámara de Diputados. El Poder Judicial queda
integrado por ministros de la Corte Suprema de Justicia, nombrados
por el Congreso, y los jueces designados por el Ejecutivo.
Se destina el capítulo III para la indicación de lo que se reconoce como
Derechos individuales. Es importante rescatar que se reconoce el
derecho a no ser juzgado por comisiones especiales y conforme a ley,
que debía estar dictada con anterioridad a los hechos, prohibiendo la
retroactividad de la ley penal.
El Estado de Chile se conforma realmente con la Constitución de 1833,
la cual fue promulgada el 25 de mayo de 1833.
Se reconocen garantías constitucionales como: igualdad ante la ley,
igualdad en la admisión a todas las funciones públicas y empleos, igual-
dad en el reparto de los impuestos y contribuciones a proporción de los
haberes, libertad de permanecer en cualquier punto de la República,
inviolabilidad de todas las propiedades, derecho de petición, libertad de
imprenta y mantención del régimen de mayorazgos con algunas salve-
dades.
Se reconocen una serie de derechos en el ámbito del proceso penal,
como ya se había hecho en constituciones anteriores, el no ser juzgado
por comisiones especiales, a ser juzgado legalmente y en virtud de ley
dictada con anterioridad al hecho sobre que recae el juicio, el detenido
in fraganti debía ser conducido de inmediato ante el juez.
Se establece un procedimiento para reclamar de un arresto o detención
ilegal.
La Constitución política de 1925 establece el presidencialismo como
régimen de gobierno. Rige buena parte del siglo XX, otorgándole el
58 RODRIGO ORTIZ CASTILLO

Estado un papel fundamental en el desarrollo político, económico,


social y cultural del país.
Se mantienen una serie de garantías procesales en las causas criminales,
tales como aquellas por las que no se podía obligar al inculpado a que
declare bajo juramento sobre hecho propio, así como tampoco a sus
ascendientes, descendientes, cónyuge y parientes hasta el tercer grado
de consanguinidad y segundo de afinidad inclusive, ni puede aplicársele
tormento22.

2. NUESTRA CARTA FUNDAMENTAL ACTUAL: ARTÍCULO 19


Debemos comenzar por determinar qué es lo que garantiza nuestra
Carta fundamental en el aspecto procesal, así, en su artículo 19 asegura
a todas las personas:
“3º.- La igual protección de la ley en el ejercicio de sus derechos.
Toda persona tiene derecho a defensa jurídica en la forma que la ley señale y ninguna
autoridad o individuo podrá impedir, restringir o perturbar la debida intervención
del letrado si hubiere sido requerida. Tratándose de los integrantes de las Fuerzas
Armadas y de Orden y Seguridad Pública, este derecho se regirá, en lo concerniente a
lo administrativo y disciplinario, por las normas pertinentes de sus respectivos estatu-
tos.
La ley arbitrará los medios para otorgar asesoramiento y defensa jurídica a quienes
no puedan procurárselos por sí mismos.
Nadie podrá ser juzgado por comisiones especiales, sino por el tribunal que señalare
la ley y que se hallare establecido por ésta con anterioridad a la perpetración del
hecho.

22 http://www.leychile.cl/Navegar?idNorma=131386&tipoVersion=0&r=1. Revisado
15 de octubre de 2010.
LA ETAPA INTERMEDIA Y EL DEBIDO PROCESO 59

Toda sentencia de un órgano que ejerza jurisdicción debe fundarse en un proceso


previo legalmente tramitado.
Corresponderá al legislador establecer siempre las garantías de un procedimiento y
una investigación racionales y justos.
La ley no podrá presumir de derecho la responsabilidad penal.
Ningún delito se castigará con otra pena que la que señale una ley promulgada con
anterioridad a su perpetración, a menos que una nueva ley favorezca al afectado.
Ninguna ley podrá establecer penas sin que la conducta que se sanciona esté expre-
samente descrita en ella.”23
Como se puede apreciar, en la Constitución Política de 1980, que nos
rige actualmente, no se establece el debido proceso como garantía, sino
―un racional y justo procedimiento‖.
Sin perjuicio de lo expuesto y del hecho que no se encuentra reconoci-
do el debido proceso como garantía constitucional, con la modificación
incorporada por la Ley de Reforma Constitucional N° 18.825 de 17 de
agosto de 1989, que modifica el inciso 2° del artículo 5 de nuestra
Constitución Política, se ha entendido que se incorpora la garantía al
debido proceso al elevarse a rango constitucional los derechos garanti-
zados por la Constitución, así como por los tratados internacionales
ratificados por Chile y que se encuentren vigentes.
En las actas de la Comisión Constituyente se deja constancia del debate
producido en torno al uso del concepto de ―debido proceso‖ o de re-
conocer la igualdad de trato ante la ley como garantía, y dentro de este
debate como se fue incorporando la idea de un procedimiento racional
y justo, como en definitiva quedó asentado en el texto Constitucional.
Así en la Sesión N° 101, celebrada el 9 de enero de 1975 se escucha al
profesor señor José Bernales Pereira, quien desde el punto de vista

23 http://www.leychile.cl/Navegar?idNorma=242302. 28 de agosto de 2010.


60 RODRIGO ORTIZ CASTILLO

procesal, hace presente que se echa de menos el que no se encontrara


establecido en la constitución el derecho básico del proceso que es la
acción procesal, aunque su germen se encuentre en el derecho de pre-
sentar peticiones a la autoridad constituida, con la limitación de que la
obligatoriedad de los tribunales de proveer no está establecida. Conoci-
da una indicación del profesor Silva Bascuñán sobre este aspecto se
continúa la exposición haciendo presente el profesor Bernales la nece-
sidad de estudiar el problema que se desarrolla desde principios del
siglo XIX en Estados Unidos y que es el concepto de ―due process of
law‖ o ―debido proceso legal‖ señalando algunos de los principios de
este concepto que se resumen en el emplazamiento: noticia al deman-
dado del procedimiento que lo afecta, razonable plazo para comparecer
y exponer derechos por si o testigos, presentación de testigos y medios
de prueba de que pueda disponer en su defensa, que el tribunal la reciba
en forma legal. En seguida un tribunal constituido de tal manera que dé
una seguridad razonable de honestidad e imparcialidad.
En el debate aparece reconocido por sus integrantes la dificultad de
señalar en la Constitución cuales son las garantías mínimas del debido
proceso, por lo que se entraría en una reglamentación difícil que podría
ser fuente de conflictos, asimismo, se ve la dificultad de utilizar la ex-
presión ―debido proceso‖ por la historia que existe en el derecho anglo-
sajón que puede llevar a todo un estudio de su concepto por la doctri-
na, abogados, jueces , pudiendo entenderse si se usa la expresión debi-
do proceso se podría interpretar que lo que es debido es lo que está
señalado en la ley y sólo eso, o como señalara el profesor Silva Bascu-
ñán al utilizar una frase de la Constitución Inglesa llevaría a una serie de
confusiones, tanto en la relación de los dos sistemas jurídicos como de
la recta interpretación del sistema jurídico que la Comisión desea incor-
porar en nuestra Constitución.
LA ETAPA INTERMEDIA Y EL DEBIDO PROCESO 61

Asi dentro del debate y exposiciones el profesor Bernales señala que se


podría utilizar la expresión ―justo proceso‖ y el señor Evans ―justo o
racional‖.
En la sesión 103 de 16 de enero de 1975 se llega a un consenso en el
uso de las palabras ―racional y justo‖ y se señala en cuanto a su sentido
estableciéndose una serie de características que de no estar presentes
impedirían que se pueda entender la existencia de un procedimiento
racional y justo, es decir, se define en forma negativa el concepto de
proceso racional y justo, y no en forma positiva o directa.
Así se estimó por el profesor Diez que las palabras ―racional y justo‖
permitirían ir incorporando elementos que el desarrollo histórico del
proceso fuera incorporando, ya que es una rama en la cual nuestro país
debe progresar más, de esta forma a medida que el país vaya evolucio-
nando se agregarían nuevos valores a los conceptos que se desprenden
de la naturaleza del hombre.
El señor Ortúzar hizo presente, que el que un proceso sea racional y
justo no podrá ser interpretado por los jueces, sino única y exclusiva-
mente por la Corte Suprema al plantearse un recurso de inaplicabilidad
(Recurso del que conoce hoy en día el Tribunal Constitucional).

3. RESUMEN

En nuestra historia constitucional y legal, según hemos podido apreciar


en estas primeras páginas, se ha intentado por nuestro sistema político
administrativo el buscar una forma de administración de justicia acorde
a los avances logrados por aquellos pueblos considerados civilizados y
con un sistema acusatorio, contradictorio y no inquisitivo, llegando a
prohibirse incluso la instauración de instituciones de tipo inquisitorial,
como aparece textual en la constitución 1828, o en el mensaje del Códi-
go de Procedimiento Penal, en que se aceptó dicho sistema pero en la
62 RODRIGO ORTIZ CASTILLO

esperanza de poder sustituirlo a la brevedad y sólo atendidas las cir-


cunstancias económicas, demográficas y socioculturales de nuestro país.
Se ha considerado por parte de nuestros constituyentes la necesidad de
resguardar los derechos humanos asegurando un procedimiento que los
respete, que sea una garantía de ellos, aun cuando no ha utilizado un
lenguaje unívoco, que impida interpretaciones acerca de la forma en
que debe entenderse el debido proceso, que es lo que se quiso asegurar
a todos los habitantes de la República, y sólo por temor a una interpre-
tación jurisprudencial restrictiva o que se desviara de la tradición del
derecho continental hacia los parámetros del Common law, que en
definitiva ha sido la vía que ha seguido el desarrollo de nuestro derecho
procesal, especialmente en el área penal, en que se ha visto influenciada
por el derecho norteamericano, por ejemplo en el estándar de prueba
para dictar una sentencia condenatoria.
CAPITULO V

EL DEBIDO PROCESO

SUMARIO 1.Sobre el proceso; 2. Sobre el debido proceso

1. SOBRE EL PROCESO

Una forma de enfrentar el desarrollo de los trabajos académicos ten-


dientes a enseñar el derecho procesal (sea civil, penal, laboral, etc) es
mediante la revisión de los textos legales, lo que en Chile es una cos-
tumbre que ha permanecido mucho tiempo en las universidades, y que
en nuestro afán de saber que es el proceso no nos sirve, ya que no exis-
te una definición legal del proceso, sino una reglamentación de la forma
en que deben organizarse orgánicamente el sistema judicial, y de los
elementos componentes de los distintos tipos de procedimientos, sepa-
rados según la materia a regular, ya sea civil (privado), comercial, penal,
laboral u otros, o según los distintos procedimientos relacionados con
cada una de dichas ramas (procedimientos ordinarios y especiales).
No siempre podemos encontrar dentro de los textos referidos a la ma-
teria un concepto de proceso, así Jorge Correa Selamé en su Curso de
Derecho Procesal, tomo I, quien hace una diferenciación en cuanto al
contenido del Derecho Procesal, que abarcaría el estudio de la organi-
64 RODRIGO ORTIZ CASTILLO

zación, atribuciones y competencias de los tribunales de justicia, y el


estudio del procedimiento.24
En esta ocasión lo que nos interesa es adentrarnos en la teoría del pro-
ceso, en la revisión de parte importante de la doctrina, sin pretender
hacer un análisis acabado del tema, por tratarse sólo de un acercamiento
al concepto del proceso, que nos lleve a determinar que es el proceso y
que es el debido proceso, para luego con ello poder comparar el conte-
nido de nuestro proceso penal y ver si se adecúa o no a la concepción
del debido proceso, analizado desde la teoría.
Así, Niceto Alcalá-Zamora nos enseña que ―los términos proceso y
procedimiento (y aún algunos otros, como litigio, pleito, causa y juicio)
se emplean con frecuencia, incluso por procesalistas eminentes, como
sinónimos o intercambiables. Conviene, sin embargo, evitar la confu-
sión entre ellos, porque si bien todo proceso requiere para su desarrollo
un procedimiento, no todo procedimiento es un proceso (por ejemplo,
el que se utilice para la extradición). El proceso se caracteriza por su
finalidad jurisdiccional compositiva del litigio, mientras que el procedi-
miento (que puede manifestarse fuera del campo procesal, cual sucede
en el orden administrativo o el legislativo) se reduce a ser una coordina-
ción de actos en marcha, relacionados o ligados entre sí por la unidad
del efecto jurídico final, que puede ser el de un proceso o el de una fase
o fragmento suyo (por ejemplo, procedimiento incidental o impugnati-
vo). Así, pues, mientras la noción de proceso es esencialmente teleoló-
gica, la de procedimiento es de índole formal, y de ahí que, tipos distin-
tos de proceso se puedan sustanciar por el mismo procedimiento, y
viceversa, procedimientos distintos sirvan para tramitar procesos de
idéntico tipo. Ambos conceptos coinciden en su carácter dinámico,
reflejado en su común etimología, de procederé, avanzar; pero el proce-
so, además de un procedimiento como forma de exteriorizarse, com-

24CORREA SELAMÉ, Jorge. Curso de Derecho Procesal. Derecho Procesal Orgánico.


Ediciones Jurídicas de Santiago, Santiago de Chile. 2005. Tomo I. Págs. 10-11
LA ETAPA INTERMEDIA Y EL DEBIDO PROCESO 65

prende los nexos- constituyan o no relación jurídica- que entre sus suje-
tos, es decir las partes y el juez, se establecen durante la sustanciación
del litigio.‖25
Hugo Alsina nos enseña que ―la palabra proceso es de uso relativamen-
te moderno, pues antes se usaba la de juicio, que tiene su origen en el
derecho romano y viene de iudicare, declarar el derecho. El término
proceso es más amplio, porque comprende todos los actos que realizan
las partes y el juez, cualquiera sea la causa que los origine, en tanto, que
juicio supone una controversia, es decir, una especie dentro del género.
Por otra parte, este segundo concepto excluye la ejecución forzada, que
no requiere una declaración y constituye, sin embargo, uno de los mo-
dos de ejercicio de la función jurisdiccional.‖26
Para Julio B Maier ―El Derecho Procesal Penal es la rama del orden
jurídico interno de un Estado, cuyas normas instituyen y organizan los
órganos públicos que cumplen la función judicial penal del Estado y
disciplinan los actos que integran el procedimiento necesario para im-
poner y actuar una sanción o medida de seguridad penal, regulando así
el comportamiento de quienes intervienen en él‖.27
Parte de la comunidad jurídica afirma que el proceso constituye una
relación jurídica que se denomina relación jurídica procesal, la cual ex-
plica la unidad del proceso y su estructura. A pesar de eso algunos dicen
que no es una relación sino una situación jurídica, siendo para muchos
una relación jurídica pública, entre ellos Chiovenda, Rocco, Bulow y
otros. Carnelutti, por su parte, dice que no es propiamente una relación
jurídica, algunos le dan otra denominación, establecimiento, fundación.

25 ALCALÁ-ZAMORA, NICETO. Proceso, autocomposición y autodefensa. Editorial Jurídica


Universitaria. 2001. México. Vol 2. Pág. 53
26 ALSINA, Hugo. Fundamentos de derecho procesal. Editorial Jurídica Universitaria. Méxi-

co. 2001. Vol.4. Pág. 152.


27 MAIER, Julio Bernardo. Derecho Procesal Penal. Fundamentos .2ª edición. Ediciones Del

Puerto. Buenos Aires. 2002. Tomo I, pág 73.


66 RODRIGO ORTIZ CASTILLO

En torno a la naturaleza jurídica, han existido dos corrientes contra-


puestas; las privatistas y las publicistas.
Teorías privatistas:
Consideran que el proceso es una institución integrada dentro del De-
recho privado. Hoy en día no se puede mantener esta tesis, habida
cuenta del monopolio estatal sobre la jurisdicción, que impide conside-
rar al proceso como algo propio del ámbito privado. Para estos autores,
el proceso puede identificarse con contrato, de forma que lo definen
como el acuerdo de voluntad de las partes en virtud del cual deciden
someterse a la decisión de un juez. Por tanto, la jurisdicción es asimila-
da a una especie de convenio arbitral de las partes, denominado litis
contestatio. El consentimiento, objeto y causa de este contrato serían
los elementos que conceden la fuerza de cosa juzgada a la sentencia
dictada por el juez. Esta litis contestatio tiene que ver más con el arbi-
traje que con la jurisdicción, y es totalmente inadmisible en cuanto al
proceso penal, en el cual no es necesario la voluntad del procesado de
someterse a la decisión del juez, quien dicta sentencia en virtud de su
imperium o potestad, y no por compromiso o contrato alguno.
Otro sector considera que el proceso debe explicarse a través del cuasi-
contrato, de forma que el consentimiento de las partes de someterse a
la decisión del juez es tácito y no expreso; así se salvaba una de las críti-
cas a la teoría contractualista. Sin embargo, presenta el mismo inconve-
niente ya que la sentencia del juez no tiene nada que ver con el consen-
timiento de las partes.
Teorías publicistas:
Estos autores creen que el proceso no puede explicarse a través de las
relaciones jurídico-privadas, y por ello acuden al Derecho público. Las
teorías mas relevantes son la siguientes:
El proceso como relación jurídica: El alemán Von Büllow concebía al
proceso como una relación jurídica que se caracteriza por su autonomía
LA ETAPA INTERMEDIA Y EL DEBIDO PROCESO 67

o independencia de la relación jurídica material que se deducía dentro


del mismo. Características de esta relación: Se trata de una relación
jurídica compleja, ya que engloba todos los derechos y deberes que se
producen en las distintas fases del procedimiento. Es una relación de
Derecho público, que tiene su origen en una litis contestatio de natura-
leza pública. Por tanto, el proceso es la relación jurídica formada por
derechos y deberes recíprocos entre el juez y las partes, que se perfec-
ciona a través de la litis contestatio, de la que surgen dos obligaciones
básicas: Por un lado, a que el órgano jurisdiccional asuma la tarea de
decidir la contienda. Por otro lado, a que las partes queden sometidas a
la resolución dada por el juez. Se trata de obligaciones puramente pro-
cesales, y para que éstas se produzcan, es necesario que se cumplan
determinados requisitos, denominados presupuestos procesales, que
son los requisitos de admisibilidad y condiciones previas a la tramita-
ción de cualquier relación procesal. Las aportaciones fundamentales de
la doctrina de la relación jurídica son dos:
Nacimiento, con carácter autónomo, del Derecho procesal, que deja de
ser un instrumento del Derecho material para pasar a ser una ciencia
autónoma. Por tanto, se está diferenciando entre la relación jurídica
material deducida en el proceso y la relación jurídica procesal.
Por primera vez se explica la naturaleza del proceso a través del Dere-
cho público.
Pero esta teoría sufrió críticas; no se admitió que se fundamentase el
proceso en la litis contestatio, aunque tenga una naturaleza pública, ya
que debe recurrirse a conceptos propios del Derecho procesal. Por otro
lado, se criticó su concepto de relación jurídica, ya que se consideraba
que no existe una relación entre el juez y las partes, sino que la relación
existe; bien entre las propias partes, o bien entre el juez y cada parte por
separado.
El proceso como situación jurídica: Su artífice fue Goldschmidt, que
critica a la anterior teoría desde una triple vertiente: Los presupuestos
68 RODRIGO ORTIZ CASTILLO

procesales no pueden ser la condición de existencia del proceso, ya que


estos presupuestos deben ser discutidos dentro del proceso en sí, que
finalizará, si no concurren éstos, con una sentencia absolutoria en la
instancia. El contenido del proceso no lo constituyen derechos y obli-
gaciones; es verdad que el juez tiene la obligación de dictar sentencia,
pero dicha obligación no deriva de una relación jurídica procesal, sino
de la obligación del Estado de administrar la Justicia, y por tanto, nace
del propio Derecho público. Asimismo, las partes no tienen en realidad
obligaciones procesales, ya que la sujeción del ciudadano al poder del
Estado es natural y no deriva de ninguna relación jurídica. A lo sumo,
pueden existir cargas para las partes, pero no obligaciones. La teoría de
la relación jurídica es estática, y no aporta nada nuevo al proceso, el cual
se caracteriza por su dinamismo, ya que se desarrolla de acto en acto
hasta desembocar en la resolución dictada por el juez.
Para Goldschmidt, situación jurídica es el estado en el que se encuentra
una persona, desde el punto de vista de la sentencia que espera, con-
forme a las normas jurídicas. El proceso progresa por medio de los
actos procesales, cuya meta será el logro de una sentencia favorable a
las pretensiones de las partes, y cada acto procesal crea una situación en
que las partes examinan cuáles son sus posibilidades de obtener esa
sentencia favorable. Cada una de estas situaciones es válida en cuanto es
condición de la siguiente y tiene como presupuesto la anterior; así, el
proceso se define como un conjunto de situaciones transitorias, que van
transcurriendo hasta llegar a una situación definitiva, que es la senten-
cia. En el proceso, todos los derechos se encuentran en situación de
espera, mientras no se produzca la sentencia. Por eso, lo que caracteriza
al proceso es la incertidumbre, tanto por parte del actor, como por
parte del demandado y también por parte del juez. Así, en el proceso no
puede haber derechos, sino expectativas de derechos; de la situación de
incertidumbre solamente derivan cargas y expectativas. En cuanto a las
obligaciones, éstas no existen, propiamente, en el ámbito procesal, sino
que sólo hay cargas; la carga se diferencia de la obligación en que, mien-
LA ETAPA INTERMEDIA Y EL DEBIDO PROCESO 69

tras que ésta es un imperativo nacido del interés de un tercero o del


interés del Estado, la carga es un imperativo del propio interés, de ahí
que no haya sanción para quien decide no asumir una carga.
El proceso como institución jurídica: Según Jaime Guasp, el proceso
debe ser considerado como una institución jurídica. Este autor desecha
la teoría de la relación jurídica por considerar que, dentro del proceso
existen varias correlaciones de derechos y deberes, y por lo tanto no se
produce una sola relación jurídica, sino múltiples, que son susceptibles
de ser reconducidas a la unidad a través de la idea de institución. El
proceso para Guasp se define como el conjunto de actividades relacio-
nadas por el vínculo de una idea común y objetiva, a la que están adhe-
ridas las diversas voluntades particulares de los sujetos de los que pro-
cede aquella actividad. La institución procesal la configuran dos elemen-
tos fundamentales: la satisfacción de la pretensión, y las voluntades
particulares que se adhieren a ella.
Así, los caracteres fundamentales del proceso serán los siguientes:
1. Jerarquía entre las personas que intervienen.
2. Universalidad, ya que el proceso no reconoce particularidades territo-
riales dentro de los límites de una misma soberanía.
3. Permanencia, porque el proceso no se agota en el momento de pro-
ducirse, sino que perdura a lo largo del tiempo, a través de la sentencia.
4. Elasticidad formal, para adaptarse a las vicisitudes de cada caso con-
creto.
El proceso como servicio público: La teoría del proceso como servicio
público fue promovida por los administrativistas franceses. Parten de la
calificación de la actividad jurisdiccional como actividad administrativa,
a los efectos de explicar el proceso como un servicio público. La fun-
ción jurisdiccional es una actividad técnica puesta al servicio de los
particulares, para ayudarles en la consecución del fin que persiguen; la
70 RODRIGO ORTIZ CASTILLO

composición del litigio. De esta forma, las normas que regulan este
servicio público no serían normas jurídicas, sino técnicas, porque no
tienden a crear relaciones jurídicas, sino a satisfacer fines que persiguen
los particulares. Esta teoría es inadmisible en opinión de parte de la
doctrina que cita entre otras razones: que no es compatible con el pro-
ceso penal, en el cual no existen fines propios de los particulares. En
segundo lugar, es absurdo comparar la función jurisdiccional con otros
servicios públicos, ya que el proceso deriva de una actividad estatal: lo
que un día es un servicio postal, o de salud, u otra al día siguiente puede
ser un servicio privado. Pero la actividad jurisdiccional es algo consus-
tancial al propio Estado de Derecho, desde el momento en el que el
Estado asume el monopolio de la tutela jurisdiccional, obligándose a
crear órganos adecuados y a poner los medios necesarios para acceder a
ellos. La función jurisdiccional no puede concebirse como servicio
público, porque el cumplimiento del deber de administrar Justicia por
parte del Estado no es discrecional, sino consustancial al Estado de
Derecho, y además debe administrarla en la forma constitucionalmente
señalada, es decir: a través del debido proceso.
Según Cristián Maturana Miquel, el proceso judicial es ―aquel método
de solución de conflicto en el cual las partes acuden a un tercero, ya sea
una persona individual o colegiada, quién se compromete o está obliga-
do en razón de su oficio, luego de la tramitación de un proceso, a emitir
una decisión para la solución del conflicto, cuyo cumplimiento deberán
acatar las partes‖. 28
Para Jorge Horacio Zinny el proceso, desde un punto de vista objetivo,
es una serie gradual, progresiva y concatenada de actos jurídicos proce-
sales.- Es gradual, porque se realiza por etapas, que tiene –cada una-
una finalidad específica pero que contribuye a que el proceso alcance el
objetivo o finalidad a la que está destinado. Es progresiva, porque cada

28ALCALÁ ZAMORA, Niceto. Estudios de teoría e historia del proceso. Editorial Jurídica
Universitaria. Abril 2001, México, pág 54..
LA ETAPA INTERMEDIA Y EL DEBIDO PROCESO 71

acto y cada etapa lo hacen avanzar hasta alcanzar su terminación o con-


clusión, que es la decisión que pone fin al conflicto, dirimiéndolo en
forma pacífica. Es concatenada porque –ya lo dijimos- los actos que la
componen están ordenados de tal manera que cada uno se asienta en el
anterior y, a su vez, es base del siguiente, es decir, es antecedente del
que le sigue y consecuencia del que le antecede.29
Para Adolfo Alvarado Velloso el proceso es el método de debate dialéc-
tico y pacífico entre dos personas actuando en pie de perfecta igualdad
ante un tercero que ostenta el carácter de autoridad.30
Para arribar a este concepto de proceso Alvarado Velloso nos enseña la
necesaria diferencia entre normas estáticas, que provienen de lo que
denomina estatutos personal, familiar, de los pactos y del poder que
imponen una conducta y sanciona su incumplimiento (por lo que a su
vez en caso de incumplimiento de la conducta puede dar lugar a nor-
mas dinámicas) y normas dinámicas, caracterizando a estas últimas
como aquella que, a partir de una conducta dada de un sujeto, encadena
imperativamente una secuencia de conductas de otro u otros sujetos,
presentando así una relación que avanza gradualmente y que se desarro-
lla paso a paso, dinamismo que está dado en la norma, sin necesidad de
una actividad material que se cumpla en cada caso concreto.
En base a esta concepción existirían cinco instancias dadas por las po-
sibles interacciones humanas, existe sólo una que es de carácter bilate-
ral, que pasaría a constituir la acción procesal.
Es necesario aclarar la diferencia entre proceso y procedimiento, éste
último es la sucesión de actos ordenados y consecutivos, vinculados
causalmente entre sí, por virtud de lo cual uno es precedente necesario
del que le sigue y éste, a su turno, consecuencia imprescindible del ante-

29 http://egacal.e-ducativa.com/upload/2008_ZinnyJorge.pdf revisado el 2 de no-


viembre de 2011.
30 ALVARADO VELLOSO, Adolfo. Introducción al estudio del derecho procesal. Pág 44.
72 RODRIGO ORTIZ CASTILLO

rior, existiendo en toda actividad, privada o pública que requiere una


cosecución de actos.
Entendiendo por proceso el medio de discusión de dos litigantes ante
una autoridad según cierto procedimiento preestablecido por la ley. De
tal forma que el procedimiento es el género y el proceso una especie
dentro del procedimiento.
De esta forma entendemos el proceso como un método de discusión
(dialéctico) pacífico, entre dos personas (antagónicas y naturalmente
desiguales), actuando en pie de perfecta igualdad (jurídica), ante un
tercero que ostenta el carácter de autoridad (quien actúa en forma im-
parcial, impartial e independiente).31
En base al concepto al que hemos arribado debemos entender que el
proceso es un método o modo de obrar o proceder para llegar a un fin,
es el procedimiento seguido para obtener la solución a un conflicto
intersubjetivo de intereses, entre dos o más sujetos antagónicos, mante-
niendo la paz social, o evitando el uso ilegal de la fuerza, que en este
método debaten (se enfrentan dialécticamente, esto es mediante el diá-
logo, la argumentación y discusión) en igualdad de condiciones, ante un
tercero que debe ser imparcial (sin prevención o preferencia por una u
otra parte), impartial (que no debe desarrollar actividad alguna que co-
rresponda a una u otra parte), e independiente ( en forma autónoma sin
admitir la intervención de terceros).
Cabe por tanto delimitar lo que es el proceso antes de entrar de lleno en
el tema de fondo que abordaremos, y siguiendo al profesor Adolfo
Alvarado Velloso diremos que proceso es ―el método de debate dialéc-
tico y pacífico entre dos personas actuando en pié de igualdad (jurídica)
ante un tercero que ostenta el carácter de autoridad (quien es imparcial,
impartial e independiente)‖.

31Adolfo ALVARADO VELLOSO. Introducción al estudio del derecho procesal. 1ª


Edición, 1ª reimpresión. Santa Fe: Rubinzal-Culzoni, 2008. Pág 44.
LA ETAPA INTERMEDIA Y EL DEBIDO PROCESO 73

2. SOBRE EL DEBIDO PROCESO

Sobre el debido proceso el autor Jorge Horacio Zinny señala que ―co-
mo lo pone de manifiesto Alvarado Velloso, ni la Constitución Nacio-
nal Argentina, ni las normas sustantivas ni las procesales contienen el
calificativo ―debido‖; tampoco en la doctrina y jurisprudencia se en-
cuentra una conceptualización positiva. No obstante ello, de la interpre-
tación armónica de normas contenidas en la Constitución Nacional
Argentina y en el Pacto Interamericano de Derecho Humanos, pode-
mos concluir obteniendo un esquema procedimental que concluya en
un concepto de lo que debe entenderse por ―debido proceso‖.- Esas
normas son: 1)-inviolabilidad de la defensa en juicio de las personas y
los derechos; 2)- igualdad ante la ley; 3)- juicio previo fundado en ley
anterior al hecho del proceso; 4)-juez natural y 5)- plazo razonable.
Desde que está prohibido el uso de la fuerza privada para la defensa de
los derechos e intereses, el concepto de la inviolabilidad de la defensa
en juicio, comprende –a mi entender- varios derechos, debiendo estruc-
turarse el procedimiento o trámite procesal, por la norma jurídica posi-
tiva, de tal manera que los respete y garantice escrupulosamente.32
En la Constitución Política de la República de Chile tampoco se utiliza
ni se define la terminología ―debido proceso‖, y por el contrario la co-
misión constituyente prefirió alejarse de dicho concepto y utilizar ―un
juicio racional y justo‖, al que tampoco dio un contenido concreto,
dejando su determinación al avance de la sociedad y al buen entendi-
miento de los tribunales superiores de justicia.
Constanza Toro Justiniano al referirse al alcance del debido proceso
señala ―que la propia noción de un debido proceso proviene de la su-
peración de un proceso inquisitorial… lo que viene indisolublemente
aparejado a la noción misma de un Estado Democrático, y con él, el

32 http://egacal.e-ducativa.com/upload/2008_ZinnyJorge.pdf revisado el 2 de no-


viembre de 2011
74 RODRIGO ORTIZ CASTILLO

reconocimiento de ciertos derechos fundamentales de los individuos‖.


Continúa explicando que se pueden agrupar las distintas garantías inte-
grantes de un debido proceso, dependiendo de qué es lo que pretenden
asegurar: las condiciones generales del órgano adjudicador, las condi-
ciones del procedimiento o las prorrogativas del sujeto que se ve ex-
puesto al proceso.
―La primera clase de garantías asociadas al debido proceso, dice rela-
ción con el tipo de órgano adjudicador que debe conocer y resolver el
conflicto, es decir, con las condiciones que debe cumplir el tribunal
ante el cual se ventila el proceso. En este nivel incluimos la necesidad
de que el órgano adjudicador sea un organismo competente, indepen-
diente e imparcial. Es decir, debe constituir un órgano libre de injeren-
cias de los demás poderes del Estado, y erigirse como un tercero ajeno
al conflicto y a las partes.
En un segundo plano podemos ubicar las garantías que rigen las condi-
ciones del procedimiento propiamente tal…Estas condiciones aseguran
la debida transparencia del juicio, su seriedad y eficacia, al tiempo que
permite la fiscalización del mismo por parte del imputado y la sociedad
en general, y reducen el inminente estado de incertidumbre jurídica que
sufre quien es expuesto al proceso.
Por último, existe un grupo de garantías que tienden directamente a
dotar al imputado de prerrogativas que lo protegen o que constituyen
salvaguardas ante el poder sancionatorio del Estado.‖33
El profesor Adolfo Alvarado Velloso señala que el debido proceso no
es más que el proceso en sí mismo 34, en el sentido del correcto uso de
la palabra, ya que debido, es: como corresponde o es lícito, es decir, el

33 TORO JUSTINIANO. Constanza Maria F. El debido proceso penal. Un estudio desde el


prisma de la dogmática procesal penal y la jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos. Ediciones Jurídicas de Santiago. Chile, 2009. Págs. 58-59.
34 ALVARADO VELLOSO, ADOLFO. Introducción al estudio del derecho procesal 1ª Edi-

ción, 1ª reimpresión. Santa Fe: Rubinzal-Culzoni, 2008. Primera parte, pág. 250.
LA ETAPA INTERMEDIA Y EL DEBIDO PROCESO 75

debido proceso, es aquél que es como debe ser el proceso, ―un método
de debate dialéctico entre dos o más personas actuando en pié de igual-
dad (jurídica) ante un tercero que ostenta el carácter de autoridad (quien
es imparcial, impartial e independiente)‖.
En pocas palabras el debido proceso es una garantía fundamental que
tiene toda persona para exigir el reconocimiento o ejercicio de un dere-
cho, y como ya se ha señalado es simplemente la existencia del proceso,
ello siguiendo a dos grandes procesalistas de nuestra época y dispares
en su pensamiento Adolfo Alvarado Velloso y Raúl Tavolari Oliveros.35

TAVOLARI OLIVEROS, RAUL. Instituciones del nuevo proceso penal, Cuestiones y casos. 1ª
35

Edición. Editorial Jurídica de Chile, Julio 2005. Pág. 28.


CAPITULO VI

LA ETAPA INTERMEDIA DEL PROCESO PENAL

SUMARIO 1.La etapa intermedia del proceso penal en la doctrina; 1.1. Alberto Binder;
1.2. Andrés Baytelman; 1.3. J.Cristóbal Núñez Vásquez; 1.4. Javier Castro
Jofré; 1.5. Rodrigo Cerda San Martín; Francisco Hermosilla Hiriarte; 1.6.
Claus Roxin; 1.7. Alex Carocca Pérez; 1.8. Rafael Blanco, Mauricio De-
cap, Leonardo Moreno y Hugo Rojas; 1.9. María Inés Horvitz Lennon-
Julián López Masle; 1.10. Constance Valle Figueroa; 1.11. Ariosto Reino-
so Hermida; 1.12. Raúl Tavolari Oliveros; 1.13. Erbetta-Orso-
Francheschetti y Chiara Díaz; 1.14. Cristian Maturana Miquel; 1.15. Raúl
Núñez Avila.

Como ya hemos adelantado, el procedimiento de investigación y san-


ción de un delito consta de tres etapas, la primera etapa de carácter
investigativa, la segunda o intermedia en que aparece el sobreseimiento
o la acusación y se determina el objeto del juicio oral, y la tercera que es
el juicio oral propiamente tal.
Así como existen distintos sistemas procesales, existen también distin-
tos modelos de o sistemas de control de la acusación, que dan su forma
de ser a la etapa intermedia en el proceso penal, la primera de ellas es la
que da lugar en forma directa a la etapa de juicio con la sola presenta-
ción de la acusación, esquema propio del sistema inquisitivo, aquí, una
vez terminada la etapa de investigación, al cerrarse la misma se deter-
mina el sobreseimiento de la investigación o la presentación de la acu-
sación, pasando ésta a ser la llave de apertura del juicio, sin que exista la
78 RODRIGO ORTIZ CASTILLO

posibilidad de que la defensa pueda realizar gestión alguna tendiente a


evitar su realización.
Un segundo sistema de control de la acusación, es el que permite a la
defensa efectuar un control de la acusación en cuanto a su mérito, si
tuviera elementos suficientes para ello a fin de evitar la realización del
juicio, ya sea solicitando el sobreseimiento de la investigación o la des-
estimación de la acusación por carecer de fundamento.
Y un tercer sistema que exige el control de la acusación, sea de tipo
negativo, es decir, tendiente a evitar que se pase a la etapa de juicio en
base a una acusación carente de sustancialidad , procediéndose a revisar
la suficiencia de los fundamentos y medios probatorios que le sirven de
sustento, a fin de evitar que una persona sea expuesta a un juicio afec-
tándose sus derechos, si no existen antecedentes suficientes para ello, y
un control positivo, como el que tenemos en Chile, que permite,
teóricamente, sólo revisar elementos formales de la acusación.
Aquí nos interesa determinar si la etapa intermedia del proceso penal
chileno cumple con la normativa constitucional vigente, y se adecúa al
debido proceso, según los conceptos que hemos ido analizando, para
ello, procederemos a revisar la doctrina para determinar que se entiende
por etapa intermedia, sus fines, los actos de que se compone, y sus
características.

1. LA ETAPA INTERMEDIA DEL PROCESO PENAL EN LA DOCTRINA


1.1. ALBERTO BINDER

―La investigación que se ha llevado a cabo a lo largo de la instrucción o


investigación preliminar consiste en la acumulación de un conjunto de
información que servirá para determinar si es posible someter a una
persona determinada (imputado-acusado) a un juicio.
LA ETAPA INTERMEDIA Y EL DEBIDO PROCESO 79

Sin embargo, los distintos sistemas procesales no pasan automática-


mente de la instrucción al juicio. Existe entre ambos una fase interme-
dia que, como veremos seguidamente, cumple diversas funciones.
Esta fase intermedia se funda en la idea de que los juicios deben ser
preparados convenientemente y se debe llegar a ellos luego de una acti-
vidad responsable. El juicio es público y ello significa que el imputado
deberá defenderse de la acusación en un proceso abierto, que puede ser
conocido por cualquier ciudadano…
La investigación concluye con un pedido, que normalmente realiza el
fiscal. Ese requerimiento fiscal, como también hemos visto, podrá con-
sistir en el pedido de apertura a juicio, esto es, en una acusación. O
podrá consistir en un sobreseimiento, es decir, en el pedido de que la
persona imputada sea absuelta sin juicio, porque de la sola investigación
preliminar surge la certeza de que no ha sido la autora del hecho puni-
ble, o bien que ese hecho punible no ha existido en realidad. También
pueden existir otros pedidos, tales como el archivo o el sobreseimiento
provisional, pero los dos modos esenciales de conclusión de la investi-
gación son, o deberían ser, la acusación y el sobreseimiento.
Estos pedidos deben ser controlados en un doble sentido: por una
parte, existe un control formal; por la otra, existe un control sustancial
de los requerimientos fiscales o de los actos judiciales conclusivos.
Este control, a su vez, puede ser necesario u optativo, según que la fase
intermedia sea una etapa obligada del proceso o ella solo exista cuando
alguno de los sujetos procesales objeta el requerimiento fiscal.
En síntesis, desde este punto de vista, la fase intermedia constituye el
conjunto de actos procesales cuyo objetivo consiste en la corrección o
saneamiento formal de los requerimientos o actos conclusivos de la
investigación.
80 RODRIGO ORTIZ CASTILLO

Pero la fase intermedia no agota su función en el control formal. Sirve


también y principalmente para realizar un control sustancial sobre esos
actos conclusivos.
Los actos que ponen fin a la investigación (sean requerimientos fiscales
o decisiones judiciales, según los diferentes sistemas) implican, como
hemos visto, un determinado grado de acumulación de información. El
grado de información o de conocimiento necesario varía según los dis-
tintos tipos de acto conclusivo; pero siempre implican un determinado
grado de adquisición de conocimientos sobre el hecho y su autor.
Si es un objetivo del sistema procesal el que los juicios sean serios y
fundados y que no se desgasten esfuerzos en realizar un juicio cuando
no están dadas las condiciones mínimas para que se pueda desarrollar
con normalidad -o para que el debate de fondo tenga contenido-, se
debe establecer un mecanismo para "discutir" previamente si están
presentes esas condiciones "de fondo"...
En síntesis, desde el punto de vista sustancial, la fase intermedia consis-
te en una discusión preliminar sobre las condiciones de fondo de cada
uno de los actos o requerimientos conclusivos.
Si reunimos ambas perspectivas, notaremos que la fase intermedia es un
periodo de discusión bastante amplio e importante dentro de la estruc-
tura general de proceso.
Sin embargo, no todos los sistemas tienen claramente delimitada esta
etapa. Algunos de ellos dividen esta discusión entre los actos finales de
la instrucción formal (actos que giran alrededor de la "clausura del su-
mario") y los actos preparatorios del juicio, de modo que no se distin-
gue formalmente con claridad esta etapa, aunque exista conceptualmen-
te. Otra forma de estructurar el proceso consiste en marcar fuertemente
la fase Intermedia, de modo que constituya un conjunto de actos relati-
vamente autónomos, o por lo menos, que en ellos se asuma con total
claridad la crítica de los resultados de la investigación.
LA ETAPA INTERMEDIA Y EL DEBIDO PROCESO 81

El auto de apertura a juicio es la decisión judicial por medio de la cual


se admite la acusación: se acepta el pedido fiscal de que el acusado sea
sometido a un juicio público.
Como decisión judicial, el auto de apertura a juicio cumple una función
de gran importancia. El debe determinar el contenido preciso del juicio,
delimitando cuál será su objeto. Por tal razón, el auto de apertura tam-
bién debe describir con precisión cuál será el "hecho justiciable". Esta
determinación no se exige solo por una razón de precisión o prolijidad,
sino porque existe un principio garantizador, ligado al principio de de-
fensa, según el cual la sentencia que se dicte luego del juicio solo podrá
versar sobre los hechos por los cuales se ha abierto el juicio. La delimi-
tación del hecho que será objeto del juicio cumple una función garanti-
zadora, porque evita acusaciones sorpresivas y permite una adecuada
defensa. Este principio se denomina principio de congruencia entre la
acusación y la sentencia, aunque su contenido específico puede ser
descrito como el carácter intangible del objeto del juicio. (Existe una
excepción o, si se quiere, un límite a este principio: la ampliación de la
acusación durante el juicio, que luego estudiaremos.)
Además de esta función, el auto de apertura suele cumplir otras funcio-
nes no menos importantes: por ejemplo, identifica ya con absoluta
precisión al acusado; califica el hecho (aunque esta calificación jurídica
sigue siendo provisional, porque el juez, en la sentencia, tiene libertad
para calificar el hecho de un modo diferente); determina el tribunal
competente para el juicio, identifica a quienes intervendrán como partes
en el debate y puede contener lo que se denomina la citación a juicio, es
decir, el emplazamiento para que las partes concurran al tribunal del
debate a presentar la prueba de la que pretenden valerse en el juicio. En
mayor o menor medida, estos serán los contenidos normales de un auto
de apertura a juicio.
Existen diferentes relaciones entre la decisión judicial y la acusación,
según la intensidad del carácter acusatorio del sistema procesal. Si es
82 RODRIGO ORTIZ CASTILLO

acusatorio en un sentido extremo, la acusación obligará a la apertura a


juicio y la decisión judicial se limitará al control formal que asegure el
desarrollo normal del juicio. Si el sistema es acusatorio, pero de un
modo mitigado, el juez podrá admitir o desechar la acusación cuando
ésta no tenga suficiente fundamento. Si es acusatorio en un sentido
restringido, el juez podrá, incluso, obligar al fiscal a presentar una acu-
sación cuando considere que existen razones para que la persona impu-
tada sea acusada y el fiscal no lo hubiera hecho. Aún más: si el sistema
es acusatorio en un sentido más amplio —es decir, si incorpora activa-
mente a la víctima—, el juez podrá decidir si ella acusará en lugar del
fiscal, o admitirá la acusación de la víctima aun cuando el fiscal no hu-
biere acusado.
La experiencia demuestra que son pocos los casos que llegan a juicio. El
mayor peso o carga de trabajo de los sistemas procesales recae en esta
etapa intermedia, que muchas veces suele ser considerada con poca
atención. En gran medida, además, los efectos distorsionados del pro-
ceso —su utilización como método de coerción, por ejemplo— se
producen en esta etapa o alrededor de ella y de las decisiones que le son
propias.
El hecho circunstancial de que la mayoría de nuestros códigos procesa-
les no la destaca suficientemente ha hecho que no se le preste la aten-
ción debida. Sin embargo, muchas de las grandes decisiones de política
procesal que le dan carácter al proceso penal, pasan por esta fase inter-
media y por el modo concreto como se controla el resultado de la ins-
trucción.
Además, el carácter poco contradictorio de la instrucción se corrige con
este debate preliminar, de modo que las garantías procesales, la posibi-
lidad de defensa, el principio de inocencia. etc., no cumplan su función
solo en el juicio, sino que extiendan su poder benéfico a lo largo de
LA ETAPA INTERMEDIA Y EL DEBIDO PROCESO 83

todo el proceso penal, resguardando el valor intangible de la persona


humana.‖36
Resumen: Este autor lo que hace es describir los distintos aspectos que
puede incluir la etapa intermedia del proceso penal, las formas de con-
trol, formal y de fondo, que puede caracterizarla, si este control es obli-
gatorio o no, la situación de la petición de sobreseimiento, como, asi-
mismo, la importancia de esta etapa en el desarrollo de una política
criminal, corrigiendo además, el carácter poco contradictorio de la etapa
de investigación, de modo que las garantías procesales extienden su
poder benéfico a esta etapa.

1.2. ANDRÉS BAYTELMAN


―Entre la etapa de investigación y el juicio oral se crea un procedimien-
to intermedio de carácter oral, realizado también ante el juez de garantía
y que tiene por objeto principal la preparación del juicio, fijándose de
modo preciso su objeto, los sujetos intervinientes, así como la prueba
que deberá ser examinada.
Esta etapa tiene un desarrollo muy simple que se inicia una vez con-
cluida la etapa de investigación y declarado el cierre de la misma por
parte del fiscal. Hecho esto, el fiscal cuenta con un plazo de 10 días
para formular su acusación por escrito, si es que estima que hay mérito
para ello. Si formula acusación debe enviarla al juez de garantía quien
debe citar a la audiencia intermedia o de preparación de juicio oral.
En la audiencia misma, si no hay problemas formales o de fondo, el
juez de garantía procederá a fijar el objeto del debate, a determinar los
medios de prueba y el tribunal que conocerá del juicio. En la determi-
nación de la prueba que puede llevarse al juicio, el juez de garantía está

36BINDER, Alberto M. Introducción l derecho procesal penal. 2ª Edición. 4ª Reimpresión.


Buenos Aires, Ad-hoc, 2005. Págs. 245 a 253.
84 RODRIGO ORTIZ CASTILLO

facultado para excluir aquella obtenida con infracción a derechos fun-


damentales y las partes están habilitadas para acordar convenciones
probatorias sobre hechos que no requerirán ser probados luego en el
juicio.‖37
Resumen: Como hemos podido ver este autor lo que hace es darnos una
descripción de esta etapa en el proceso penal chileno, sin entrar a criti-
car o debatir sobre el fondo de ella o su constitucionalidad.

1.3. J.CRISTÓBAL NÚÑEZ VÁSQUEZ


No transcribimos lo expuesto por este autor dada la extensión de su
exposición, y nos limitaremos a señalar que sólo trata la etapa interme-
dia del procedimiento ordinario haciendo una relación descriptiva del
Código Procesal Penal, tratando la preparación del juicio oral: la acusa-
ción, la audiencia de preparación del juicio oral, y el desarrollo de dicha
audiencia, sin hacer un análisis crítico de esta etapa, ni reconociéndola
como una etapa distinta de la investigación o del juicio oral.

1.4. JAVIER CASTRO JOFRÉ


―La etapa intermedia es aquella compuesta por el conjunto de actuacio-
nes y diligencias que, en estricto rigor, no forman parte de la investiga-
ción y tampoco del juicio oral pero que pertenecen el procedimiento
penal y que es dirigida por el juez de garantía. Se trata, por cierto, del
procedimiento mutando desde la etapa preliminar a la etapa principal,
en efecto, la etapa intermedia conecta investigación y juicio en el proce-
dimiento mediante la realización de cierta actividad preparatoria. En fin,
en ella, o se pone término al procedimiento penal, en cuyo caso, más
que etapa intermedia, será la etapa final del procedimiento penal, o se

BAYTELMAN A., Andrés y DUCEJ., Mauricio. Litigación Penal, Juicio Oral y prueba. 2ª
37

Edición. Universidad Diego Portales. Chile. 2004. Págs. 46 a 47.


LA ETAPA INTERMEDIA Y EL DEBIDO PROCESO 85

definen: las partes, el objeto y la prueba que se discutirá en la audiencia


de juicio oral y público.
―La etapa intermedia se encuentra regulada en el libro II, Título II,
Párrafos 1 a 3, entre los artículos 259 a 280 del Código Procesal Pe-
nal.‖…38
―Cabe destacar que la etapa de investigación concluye con la declara-
ción de cierre de la investigación pronunciada por el Ministerio Público
(artículos 247,248 y 249 Código Procesal Penal), en consecuencia la
solicitud de sobreseimiento, el ejercicio de la facultad de no perseverar
en el procedimiento o la interposición de una acusación, corresponden
a actuaciones que se ubican en la etapa intermedia. Sin embargo, el
Código Procesal Penal confina aquellas actuaciones a la etapa de inves-
tigación (Libro II,. Tít.I, Párrafo 7°). Como sea, abandonadas o no las
opciones de sobreseimiento o la facultad de no perseverar en el proce-
dimiento por el Ministerio Público, o bien que se utilice o se prescinda
del mecanismo de las salidas alternativas, en su caso, los dos aspectos
más relevantes de la etapa intermedia lo constituyen la interposición de
una acusación y, luego, la preparación del juicio oral en una audiencia
que se realiza al efecto.‖…39
―La acusación: El imperio del principio acusatorio se manifiesta a través
de la acusación, vehículo que conduce la acción penal pública y pone en
movimiento al órgano judicial para el juzgamiento. Ello se desprende
claramente, por supuesto, en la legislación alemana en el artículo 151
del Strafprozessordnung (Código Procesal Penal) que se titula precisa-
mente con la expresión: principio acusatorio (―Anklagegrundsatz‖). En
esa disposición se señala que la apertura de una investigación judicial
está condicionada a la interposición de una acusación.

38 CASTRO JOFRE, Javier. Introducción al Derecho Procesal Penal Chileno. 2ªEdición.


Octubre 2008. Legal Publishing Chile. Pág 428, 429.
39 CASTRO JOFRE, Javier. Introducción al Derecho Procesal Penal Chileno. 2ª Edición.

Octubre 2008. Legal Publishing Chile. Pág 429.


86 RODRIGO ORTIZ CASTILLO

Sin perjuicio de lo anterior, se recuerda que en el Strafprozessordnung


existe confusión sobre la vinculación entre acción penal pública y acu-
sación, pues, de ciertas disposiciones, especialmente del artículo 166,
puede desprenderse que la acción penal activa la persecución penal, por
lo que no puede categóricamente afirmarse que el principio acusatorio
rija plenamente en Chile en los términos que acaba de plantearse más
arriba.‖…40
Audiencia de Preparación del juicio oral: Lo que el Código Procesal
Penal denomina Audiencia de Preparación de Juicio Oral comprende
una serie compleja de actuaciones procesales con varios fines diversos.
Por un lado, la corrección formal de los actos conclusivos de la etapa
de investigación, básicamente los que constituyen la acusación y de-
manda, como también la discusión que recaiga sobre las excepciones si
se han deducido y su resolución; por otro, aunque sólo eventualmente,
la aplicación de alguna salida alternativa o procedimiento especial; y por
último, lo más importante, la definición del objeto, partes y prueba que
se discutirá en la audiencia de juicio oral.‖ 41
Resumen: Este autor nos da una descripción de lo que es y a su parecer
debiera estar contenido en la etapa intermedia del proceso penal, dán-
donos un atisbo de lo que a su parecer demostraría que el proceso pe-
nal chileno no puede afirmar categóricamente que el principio acusato-
rio rija plenamente. (entendiendo que quiso referirse al sistema acusato-
rio, ya que este, es un sistema y no un principio).

40 CASTRO JOFRE, Javier. Introducción al Derecho Procesal Penal Chileno. 2ª Edición.


Octubre 2008. Legal Publishing Chile págs. 429, 430.
41 CASTRO JOFRE, Javier. Introducción al Derecho Procesal Penal Chileno. 2ª Edición.

Octubre 2008. Legal Publishing Chile. Pág. 438.


LA ETAPA INTERMEDIA Y EL DEBIDO PROCESO 87
1.5. RODRIGO CERDA SAN MARTÍN-FRANCISCO HERMOSILLA HIRIARTE
―La etapa intermedia o preparatoria del juicio oral: Constituye una etapa
necesaria e ineludible, más allá de la actividad de los intervinientes.
Predomina el principio acusatorio formal atenuado por la intervención
del querellante. En efecto, el juez de garantía no tiene facultades para
ejercer un control sustancial sobre la acusación (no puede, por ejemplo,
admitir o rechazar la acusación en razón de sus fundamentos), limitán-
dose a efectuar un control formal que asegure el normal desarrollo del
juicio. Sin perjuicio de lo anterior, si el fiscal se niega a acusar el juez
puede autorizar al querellante para sostener por sí solo la acusación.
Es una etapa procesal a cargo del juez de garantía. Con lo cual se busca
acentuar la división de funciones, toda vez que el juicio oral se realizará
ante un tribunal colegiado diverso, donde ninguno de sus miembros
debe haber intervenido en el caso como juez de garantía (imparciali-
dad).
Fases de la etapa intermedia:
Fase escrita: La acusación. El fiscal presentará acusación cuando estime
que la investigación proporciona fundamento serio para el enjuicia-
miento del imputado art.248 Inciso 1° letra b) CPP).
Recordemos también que la acusación puede ser presentada y sostenida
por el querellante en los casos de forzamiento.
Contenido de la acusación y entrega de antecedentes. Junto al escrito de
acusación, que debe contener al menos las enunciaciones señaladas en
el artículo 259 del CPP, el fiscal debe poner a disposición de los inter-
vinientes, en el tribunal, todos los antecedentes acumulados durante la
investigación y de ello dejar constancia en la acusación (art. 260 parte
final CPP).
Principio de congruencia. La acusación debe ser congruente con la
formalización que le precede (art.259 letra b) e inciso final CPP), lo que
88 RODRIGO ORTIZ CASTILLO

significa que sólo puede referirse a hechos y personas incluidos en la


formalización, estando facultado el fiscal para efectuar una calificación
jurídica distinta.‖42
Fase oral de la etapa intermedia: Se hace referencia a las distintas activi-
dades a desarrollar en la audiencia, a saber:
1.- Verificación de asistencia. 2.- Declaración de inicio de la audiencia.
Oralidad e inmediación. 3.- Exposición de las presentaciones escritas.
4.- Defensa oral del acusado. 5.- Posibilidad de salidas alternativas. 6.-
Posibilidad de procedimiento abreviado. 7.- Corrección de vicios for-
males. 8.- Decisión acerca de las excepciones. 9.- Llamado a concilia-
ción en la acción civil. 10.-Las convenciones probatorias. 11.-Debate de
la prueba ofrecida por los intervinientes. 12.- Solicitud de prueba anti-
cipada. 13.- Solicitud de prisión preventiva. 14.- Declaración del acusa-
do. 15.- Unión y separación de acusaciones. 16.-Dicatación del auto de
apertura de juicio oral y devolución de documentos. 17.- Impugnación
del auto de apertura de de juicio oral. 18.-Notificación, remisión del
auto de apertura y disposición de los acusados sometidos a medidas
cautelares personales. 19.-Registro.43
Resumen: Estos autores sólo hacen una descripción, muy detallada, de lo
que es la etapa intermedia del proceso penal chileno y de las normas
que lo tratan en nuestro Código Procesal Penal, pero no cuestionan si
este es o no un sistema acusatorio, y si se condice con nuestra Consti-
tución Política de la República.

42 CERDA SAN MARTIN, Rodrigo y HERMOSILLA IRIARTE, Francisco. El Código


Procesal Penal. Comentarios, concordancias y jurisprudencia. Tercera Edición. Reimpresión,
Septiembre 2009. Librotecnia. Chile. Págs. 259, 260.
43 En tal sentido los autores CERDA SAN MARTIN, Rodrigo y HERMOSILLA

IRIARTE, Francisco. El Código Procesal Penal. Comentarios, concordancias y jurisprudencia.


Tercera Edición. Reimpresión, Septiembre 2009. Librotecnia. Chile. Págs. 361 a 366.
LA ETAPA INTERMEDIA Y EL DEBIDO PROCESO 89
1.6 .CLAUS ROXIN
Nos señala que: ―Si el procedimiento de investigación no ha conducido
al sobreseimiento de la persecución penal, está prescripto, en principio,
el llamado procedimiento intermedio, en el que se produce la ―decisión
judicial sobre la apertura del procedimiento acelerado de los párrafos
417 a 420 se realiza el juicio oral inmediatamente después del cierre de
las investigaciones.
La importancia principal del procedimiento intermedio reside en su
función de control negativa: discutiendo la admisibilidad y la necesidad
de una persecución penal posterior por un juez independiente o por un
tribunal colegiado en una sesión a puertas cerradas, se pretende propor-
cionar otra posibilidad de evitar el juicio, que siempre es discriminatorio
para el afectado. De modo significativo, en todos los tribunales deciden
sobre ello sólo los jueces profesionales, a quienes la ley les atribuye una
mayor objetividad.
Por otra parte, la importancia del procedimiento intermedio reside en
que, una vez comunicada la acusación, el imputado recibe nuevamente
la posibilidad de influir en la apertura del procedimiento principal a
través de requerimientos de pruebas y objeciones.‖.44
Resumen: El autor nos describe la importancia y sistema de control nega-
tivo, referido al fondo de la investigación, en su legislación procesal
penal.

1.7. ALEX CAROCCA PÉREZ


Los procedimientos criminales acusatorios, contemplan clásicamente
tres etapas sucesivas desde que se inicia la persecución penal hasta que

44ROXIN, Claus. Derecho Procesal Penal, 1ª Edición, 2ª Reimpresión. Buenos Aires,


Editores Del Puerto. 2003.págs 347 a 352.
90 RODRIGO ORTIZ CASTILLO

se llega a dictar sentencia en el juicio oral, sin perjuicio de la existencia


de salidas alternativas o de resoluciones que puedan ponerle término
anticipadamente y que forman parte de la pluralidad de soluciones al
problema penal que ofrece el modelo.
Encontramos entre ellas la etapa intermedia o de preparación del juicio
oral, con múltiples objetivos que trataremos de poner de relieve en este
trabajo, que la transforman en una fase esencial a pesar de que a prime-
ra vista pudiera parecer que sólo persigue objetivos secundarios en
relación a las finalidades más claras que se pueden identificar para las
etapas de instrucción y de juicio oral. No es así, esta fase intermedia
constituye también una etapa fundamental para un adecuado resultado
final del juicio, que no es otro que el pronunciamiento por los jueces de
una sentencia informada que satisfaga las expectativas de justicia de la
comunidad, para lo cual actualmente se exige un juicio oral, regido por
la inmediación y la concentración, respetuoso de los derechos funda-
mentales de las personas, lo que a su vez requiere de una extensa y
compleja preparación que dependen fundamentalmente del adecuado
desarrollo de esta fase.
Los objetivos o finalidades que se conceden a la etapa intermedia o de
preparación del juicio oral en el diseño en cualquier sistema procesal
penal son variados.
Lo básico es que se trata de una fase que se dirige primero a decidir si
es posible que el juicio oral se pueda desarrollar válidamente y, luego, a
dejar todo dispuesto para que éste se realice en forma eficiente, en tér-
minos de que el tribunal que conocerá del juicio oral pueda adoptar su
decisión de la manera más informada posible, sin perjuicio de que per-
mita concretar otras formas de poner término a la persecución penal.
En nuestro proceso penal en implementación, la más trascendente en-
tre las variadas finalidades que se atribuyen a este periodo del procedi-
miento, es que en ella el Fiscal debe dar a conocer sui decisión acerca
LA ETAPA INTERMEDIA Y EL DEBIDO PROCESO 91

de si llevará a juicio oral a la persona investigada y en cuya contra se ha


formalizado la instrucción y por qué hechos o, si por el contrario, pedi-
rá que se ponga término al procedimiento de manera definitiva median-
te su sobreseimiento definitivo o que se suspenda a través de su sobre-
seimiento temporal.
Seguramente lo más singular de nuestro sistema es que estas decisiones
del Fiscal, que forman parte de su propia función institucional, pueden
ser discutidas por los demás intervinientes ante el juez de Garantías y
por ende obligársele a adoptar una decisión distinta a la que había to-
mado sobre el curso del proceso. Concretamente su decisión de no
acusar podría ser discutida por el querellante particular, impugnación
que, en el caso de ser aceptada, obligará al Ministerio Público a deducir
acusación en contra de un imputado por un hecho y una participación
por la que en principio no había considerado procedente acusar. Por su
parte la defensa si bien no puede oponerse a la decisión del Fiscal de
acusar y de llevar a juicio al imputado, si puede discutir su decisión de
solicitar el sobreseimiento temporal, pidiendo que se transforme en
definitivo, o que uno y otro se decreten por una causal distinta. A su
vez el querellante también podría pedir que el sobreseimiento definitivo
se transforme en temporal, decisiones que en todos los casos finalmen-
te adoptará el juez y que, por ende, serán obligatorias para los intervi-
nientes, Ministerio Público incluido.
Estas facultades del tribunal, de oficio o a requerimiento de las partes,
de modificar las decisiones del Fiscal en orden a acusar o no, demues-
tran que en nuestro país no se establece un sistema acusatorio en que
quien decide en forma exclusiva si ejerce la acción penal y porqué delito
es el Ministerio Público, sino que al respecto se otorga una importante
intervención al propio tribunal. Esta intervención en la decisión de
ejercer la acción penal y en la determinación de su contenido, es una de
las señaladas características de los sistemas ―acusatorios mixtos o for-
92 RODRIGO ORTIZ CASTILLO

males‖ o ―inquisitivos reformados‖ europeos, lo que demuestra que ese


es el modelo acogido en nuestro país.
Pero junto a estos objetivos generales, existen otros específicos, todos
los cuales conforman los temas que se deben estudiar en esta etapa, y
que en el orden sucesivo que se espera del desarrollo de este periodo
procesal, nos parece que son los siguientes:
a) La conclusión de la instrucción y los supuestos en que puede
tener lugar.
b) Los casos en los cuales se suspende el procedimiento a través
del sobreseimiento temporal y las posibilidades de actuación
que ante la decisión del Fiscal de solicitarlo surgen para los dis-
tintos intervinientes, incluyendo la celebración de la audiencia
que deberá llevarse a efecto ante el Juez de Garantías en ese ca-
so.
c) Los supuestos en que el procedimiento se extingue sin haberse
llegado al juicio oral propiamente tal, a través del sobreseimien-
to definitivo y las actitudes que las diferentes partes pueden
adoptar en ese evento, incluyendo la celebración de la audiencia
que deberá tener lugar para que el juez pueda decretarlo.
d) La decisión del Ministerio Público de deducir la acusación y el
surgimiento de la compleja fase procesal de discusión para fijar
lo que será el objeto del juicio oral, lo que en nuestro nuevo sis-
tema será por escrito, a través de la acusación, la demanda civil
y la contestación de una y otra, que pueden dar lugar a otras vi-
cisitudes procesales tales como las que se producirán por ejem-
plo, cuando se interpongan excepciones de previo y especial
pronunciamiento.
e) Finalmente, lo que es la ―audiencia de preparación del juicio
oral‖, cuyos objetivos son igualmente complejos, ya que en ella
se debe dejar establecido por el Juez de Garantías lo siguiente:
LA ETAPA INTERMEDIA Y EL DEBIDO PROCESO 93

i) Cuál será el contenido del juicio oral, especificando los hechos


presuntamente ilícitos que deberán ser objeto de pronuncia-
miento en la sentencia (tema decidendum);
ii) Cuáles deberán ser los hechos sobre los que deberá recaer la
prueba (tema probandum) y por el contrario aquellos que aún
formando parte del tema decidendum, no resulten controverti-
dos o sustanciales;
iii) Depurar al procedimiento de toda clase de vicios formales para
que no se produzcan reparos de ese tipo posteriormente;
iv) Cuáles serán las pruebas que se deberán rendir en el juicio oral
incluyendo las personas que deberán acudir al mismo;
v) Cuál es el tribunal Oral de lo penal competente para conocer
del juicio oral; y,
vi) Cuáles son los antecedentes de todos aquellos que se han acu-
mulado en la instrucción, que en forma excepcional y de acuer-
do al Código, le deberán ser hechos llegar al Tribunal Oral en
lo Penal.
Es posible apreciar que se trata de una serie de cuestiones difíciles de
resolver, cuya adecuada tramitación y decisión serán esenciales para
conseguir que el juicio oral sea exitoso, lo que obliga a otorgarle a esta
fase la debida importancia y por ningún motivo descuidar su tratamien-
to normativo y práctico.
Incluso puede resultar controvertido que esta fase del juicio, se lleve a
efecto ante el Juez de Garantías, en circunstancias que pudiera pensarse
que este tribunal es ajeno al juicio oral y le va a corresponder decidir
cuestiones tan trascendentes para el éxito de este último como son la
94 RODRIGO ORTIZ CASTILLO

determinación de su contenido, los hechos sobre los que recaerá la


prueba y los medios de prueba que se admitirán en el mismo.‖45
Resumen: Este autor nos describe con detalles lo que es la etapa inter-
media y su importancia, pero, además, cuestiona que nos encontremos
ante un sistema acusatorio en atención a las facultades que se han dado
al tribunal para modificar las decisiones del fiscal, por lo que nos en-
contraríamos ante lo que llama sistemas acusatorios mixtos o formales,
o inquisitivos reformados europeos.

1.8. RAFAEL BLANCO - MAURICIO DECAP - LEONARDO MORENO - HUGO


ROJAS

Refiriéndose a la audiencia de preparación de juicio oral señalan: ―Se


trata de una audiencia que se desarrolla ante el juez de garantía para
determinar la acusación que será objeto de debate en el juicio oral y la
fijación de los medios de prueba de que se valdrán los litigantes.
Además, en esta audiencia pueden surgir otros debates a instancia de
los litigantes o del propio juez de garantía.
a) Características
1. Control y corrección formal de la acusación. La aplicación del principio acu-
satorio formal se traduce en que no es posible para el juez ejercer un
control de fondo sobre los fundamentos de la acusación. Sólo corres-
ponde al juez de garantía ejercer un control de carácter formal, depu-
rando en particular las evidencias que pueden constituirse en prueba en
el juicio oral.
2. Contradictoriedad. Se admite un debate preliminar sobre lo investigado.

45CAROCCA PEREZ, Alex; DUCE J., Mauricio; RIEGO R., Cristian; BAYTELMAN
A., Andrés; y VARGAS V., Juan Enrique. Nuevo Proceso Penal. Editorial Jurídica Cono-
sur. Santiago de Chile. 2000. Págs. 173 a 178.
LA ETAPA INTERMEDIA Y EL DEBIDO PROCESO 95

3. Favorece la revisión horizontal de las actuaciones de la investigación.


Queremos decir con esto que los debates de la Audiencia de Prepara-
ción de Juicio Oral están entregados fundamentalmente a los intervi-
nientes y no al juez. Son aquéllos los llamados a relevar ante el juez de
garantía todos los aspectos de la investigación fiscal que a su juicio
deban ser objeto de control por parte del juez.
4. Se restringe la posibilidad de recurrir de las actuaciones judiciales.
Sólo se admite limitadamente el recurso de apelación, como veremos
más adelante.
5. La defensa es necesaria. Se establece en el art. 269 C.P.P. que la presen-
cia del fiscal y del defensor del imputado durante la audiencia es un
requisito de validez de la misma. La norma también regula qué ocurre
cuando fiscal o defensor no comparecen a la audiencia.
b) Objetivos
1. Definir el objeto del juicio: Se determina la acusación (o las acusacio-
nes) que debe(n) ser conocida(s) en el juicio oral.
2. Definir el tribunal competente para conocer del juicio oral.
3. Corregir vicios formales.
4. Determinar el contenido de las acciones civiles, cuando procedan.
5. Determinar los medios probatorios que pueden producirse en el
juicio oral.
6. Determinar las personas que deben ser citadas a la audiencia del jui-
cio oral.
Resumen: Estos autores se limitan a efectuar una descripción de la etapa
intermedia conforme al texto legal vigente.
96 RODRIGO ORTIZ CASTILLO

1.9. MARÍA INÉS HORVITZ LENNON-JULIÁN LÓPEZ MASLE

―La finalidad principal de la investigación preparatoria en el sistema de


enjuiciamiento criminal adoptado en Chile consiste en recoger eviden-
cia probatoria suficiente que permita fundar una acusación en contra de
una persona por un hecho constitutivo de delito. Sin embargo, cuando
ello ocurre, no se pasa automáticamente al juicio. Se contempla en for-
ma expresa, en el Código Procesal Penal, una fase intermedia que sepa-
ra la investigación preparatoria de la realización del juicio. Dicha etapa
comienza con la formulación de la acusación y culmina con la resolu-
ción jurisdiccional de apertura del juicio oral. Pero a diferencia de la
gran mayoría de los sistemas del mismo ámbito jurídico-cultural, la
etapa intermedia no cumple con la función de control negativo de la
acusación que habitualmente se le asigna en la legislación comparada.
En efecto, el control de la acusación es meramente formal y no sobre
su mérito. Sólo abarca la corrección de los vicios formales de que ella
pudiera adolecer, así como la resolución de todas aquellas incidencias
que pudieran dilatar la realización ininterrumpida del juicio.‖
En el mensaje del Código se señala que "En cuanto al control judicial
de la acusación, éste se limita a la facultad del juez para ordenar la co-
rrección de vicios formales y a la posibilidad de rechazar la acusación
decretando el sobreseimiento definitivo cuando se aleguen causales que
se enumeran en forma taxativa, y siempre que su demostración no re-
quiera la realización de actividades probatorias (...)". Más adelante agre-
ga: "Las razones para proponer esta forma limitada de control de la
acusación, que se aleja de la mayoría de los modelos extranjeros, dicen
relación con, por una parte, evitar la anticipación del juicio admitiendo
prueba sobre el fondo del debate, y con cautelar la independencia judi-
cial, por la otra, reafirmando el principio de que la promoción de la
persecución penal corresponde a los fiscales y no a los jueces. La entre-
ga a los jueces de amplias facultades para rechazar la acusación por
insuficiencia de pruebas u otros motivos similares con fines de garantía
LA ETAPA INTERMEDIA Y EL DEBIDO PROCESO 97

para el acusado importaría una aprobación de aquellas acusaciones que


pasen a la etapa del juicio, produciéndose con ello una intromisión
judicial en la función acusatoria.
La justificación para omitir el control judicial negativo de la acusación,
fundado en la suficiencia del mérito de la misma, radicaría pues en la
necesidad de erradicar, para evitar cualquier rebrote inquisitivo, toda
posibilidad de intervención de los jueces en la decisión de acusar. Resul-
ta llamativo, sin embargo, que sí se haya adoptado la institución del
forzamiento de la acusación prevista en la Ordenanza Procesal Penal
alemana, esto es, el control positivo de la acusación por parte del quere-
llante o, lo que es lo mismo, la intromisión de la víctima en la función
del ministerio público, función eminentemente pública, al menos en los
delitos de persecución penal pública. En dicho control cumple una
función relevante el propio juez de garantía, quien es, en definitiva, el
que autoriza al querellante para que sostenga autónomamente la acusa-
ción en el juicio, a pesar de la abstención del ministerio público. En este
caso la intromisión indirecta del juez sobre la acusación no es rechaza-
da.
En consecuencia, aparece reforzada la primacía de la acusación, tanto si
depende de la voluntad del órgano acusador público como del acusador
privado, en detrimento de la posición de la defensa frente a la misma.
Cabe preguntarse si esta situación vulnera la reserva judicial de ponde-
ración de intereses en conflicto que la Constitución establece para el
evento de que uno de dichos intereses sea un derecho fundamental.
Como se destacó anteriormente, en Alemania se considera que el con-
trol judicial negativo es una exigencia constitucional que emanaría del
artículo 19.rV de la Ley Fundamental alemana. Se señala que "la autori-
zación judicial de la acusación representa el instrumento jurídico consti-
tucionalmente obligado para la protección del acusado ante juicios ora-
les injustificados". Si entendemos que la sola formulación de la acusa-
ción y la consiguiente apertura del juicio es apta para privar, perturbar o
98 RODRIGO ORTIZ CASTILLO

restringir el ejercicio de los derechos constitucionales de una persona,


pareciera posible fundar la exigencia de un control judicial negativo de
la acusación en base al artículo 80-A de la Constitución chilena.‖46
―Función principal de esta etapa en nuestro sistema es la delimitación
precisa del objeto del juicio respecto de los hechos que serán debatidos
y las pruebas que se presentarán para acreditarlos, es decir, todos aque-
llos aspectos de la controversia jurídico- penal que serán discutidos en
el juicio y servirán de fundamento a la sentencia definitiva. Presupuesto
indispensable para el logro de este objetivo es el ejercicio de la acción
penal strictu sensu, es decir, la formulación de la acusación, sin la cual no
puede haber juicio. Los hechos y circunstancias que serán materia del
juicio son aquellos contenidos en el escrito de acusación, eventualmente
depurada de vicios formales. La posibilidad de discutir nuevos hechos
en el juicio, esto es, hechos que no hayan sido incluidos en el escrito de
acusación, se encuentra proscrita no sólo por la exigencia de correlación
entre la acusación y la sentencia, sino también por la prohibición de
sorpresa o prohibición de indefensión, garantías estrechamente vincu-
ladas entre sí.
En suma, la etapa de preparación del juicio oral constituye la instancia
en que los intervinientes toman conocimiento recíproco de las preten-
siones jurídicas que harán valer en el juicio oral y de su sustento proba-
torio, permitiéndoles preparar con la debida antelación la estrategia de
acusación o defensa a seguir en el mismo. Excepcionalmente, puede dar
lugar a salidas alternativas del procedimiento o la sustanciación y fallo
del caso de conformidad al procedimiento abreviado, cuya característica
principal es la resolución del conflicto jurídico-penal sin un juicio pre-

46HORVITZ LENNON, María Inés y LOPEZ MASLE Julián. Derecho Procesal Penal
Chileno. 1ª Edición. Editorial Jurídica de Chile. Diciembre de 2004. Págs. 15 a 18.
LA ETAPA INTERMEDIA Y EL DEBIDO PROCESO 99

vio, circunstancia que concentra la mayor parte de las críticas que se le


dirigen.‖47
Resumen: En estos autores vemos algunas críticas a la etapa intermedia
respecto a su apego a la Constitución, en primer lugar, el que sólo se
autorice un control positivo o formal al tribunal, ya que podríamos
encontrar en el artículo 80 A de la Constitución Política de la República
la posibilidad de fundar la exigencia de un control negativo de la acusa-
ción, si entendemos su sola formulación es apta para perturbar, restrin-
gir el ejercicio de los derechos constitucionales de una persona, además,
de hacerse ver las críticas que se dirigen al procedimiento abreviado, el
que es posible aplicar también en esta etapa procesal.

1.10. CONSTANCE VALLE FIGUEROA


“El procedimiento por crimen o simple delito de acción penal pública
se encuentra regulado en el libro II del Código Procesal Penal. A este
procedimiento general se remiten, en lo no especialmente regulado, las
normas de los procedimientos especiales establecidos en el libro IV de
dicho cuerpo legal. Así ocurre, por ejemplo, con el procedimiento sim-
plificado, con el procedimiento por delitos de acción privada, que se
remiten a él, y con el procedimiento abreviado.
El proceso penal ordinario se divide en tres grandes etapas: de investi-
gación, de preparación de juicio oral y el juicio oral. A ellas se agrega la
etapa de ejecución de las sentencias condenatorias y de las medidas de
seguridad.
La etapa intermedia o etapa de preparación de juicio oral supone la
formulación de la acusación en contra del imputado, su función princi-
pal es el control, por parte del juez de garantía, de la corrección formal

47HORVITZ LENNON, MARIA Inés y LOPEZ MASLE Julián. Derecho Procesal Penal
Chileno. 1ª Edición. Editorial Jurídica de Chile. Diciembre de 2004. Págs. 21 a 23.
100 RODRIGO ORTIZ CASTILLO

de la acusación o acusaciones y de la validez y pertinencia de las prue-


bas ofrecidas por las partes. En ella deben resolverse las incidencias
previas al juicio, como son las excepciones de previo y especial pronun-
ciamiento, y constituye la última oportunidad procesal para terminar
anticipadamente el proceso a través de una salida alternativa o proce-
dimiento especial.
En esta etapa, el juez de garantía dicta el auto de apertura del juicio oral,
que constituye su conclusión, por el cual se determina el tribunal com-
petente y las personas que deben intervenir en el juicio, delimita su
objeto y las pruebas que se van a presentar en el curso del juicio.‖48
Resumen: Esta autora se limita a describir someramente esta etapa de
nuestro proceso penal.

1.11. ARIOSTO REINOSO HERMIDA

―Entre las etapas de Instrucción y el Juicio Oral, el art. 206 regula la


Etapa Intermedia que al propio tiempo que sirve de enlace entre una y
otra, tiende a resguardar la garantía de la inviolabilidad de la defensa,
exigiendo una actividad requirente previa que no sólo permite la igual-
dad ante la ley y el libre desenvolvimiento de la defensa, sino que tiende
a precisar el objeto procesal alrededor del cual girará la ―AUDIENCIA
PRELIMINAR‖ que prescribe el artículo 229. El principio de inviolabi-
lidad de la defensa exige que no haya juicio sin acusación, porque sólo
su existencia hace factible el despliegue adecuado y oportuno de la acti-
vidad defensiva de las partes. En ese presupuesto formal se encierra la
hipótesis fáctica del acusador y se determina el objeto procesal (el he-
cho) sobre el que han de girar en el futuro todas las actividades de los
sujetos procesales, escuchando al imputado, al Fiscal y al acusador par-
ticular directamente o a través de sus abogados defensores a fin de que

48 VALLE FIGUEROA, Constance, El auto de apertura del juicio oral. 1ª Edición Valpa-
raíso. Universidad Católica de Valparaíso, Chile. Septiembre 2004. Págs. 25, 29 y 30.
LA ETAPA INTERMEDIA Y EL DEBIDO PROCESO 101

se presenten sus alegaciones con respecto a la existencia de los requisi-


tos de procedibilidad o de cuestiones prejudiciales, competencia y cues-
tiones de procedimiento que puedan afectar la validez del proceso, con
la finalidad de que la ―resolución‖ que dicte el Juez guarde relación
objetiva con la acusación para que no resulte ilusorio el principio de
inviolabilidad de la defensa.‖…49
DERECHO A ACUSACION FORMAL O INTIMACION.
―Desde el 13 de julio de 2001 desaparecerá en parte lo que actualmente
la legislación ecuatoriana en el C.de P. Penal del 83 mantiene el sistema
por el cual el Juez tiene a su cargo la investigación, la etapa sumarial y, a
la vez, quien dicta el auto de llamamiento a juicio plenario, con ello ―se
posibilita la parcialidad del juzgador pues, quiérase o no, la recolección
de las pruebas la va produciendo cierto condicionamiento respecto del
asunto, que puede afectar al momento de resolver y evita que pueda
constituirse en un ente imparcial, de protección de los derechos de las
partes. La división de funciones del ente acusador, Ministerio Público y
juzgador, es producto de la legislación francesa y tiende a garantizar la
imparcialidad del juzgador, así como los derechos de la defensa. El
dictamen acusatorio del Fiscal, está íntimamente relacionado con el
principio de inviolabilidad de la defensa, pues ésta sólo puede ser eficaz
en tanto en cuanto el imputado y su defensor conozcan indubitable-
mente los hechos que se le atribuye‖… 50
Resumen: Este autor ecuatoriano se limita a describir lo que sería a futu-
ro el proceso penal, y en este caso específico la etapa intermedia del
mismo.

49 REINOSO HERMIDA, Ariosto. El juicio acusatorio oral en el nuevo código de procedimiento


penal ecuatoriano. 1ª Edición Quito, Ecuador. 2001. pág 227.
50 REINOSO HERMIDA, Ariosto. El juicio acusatorio oral en el nuevo código de procedimiento

penal ecuatoriano. 1ª Edición Quito, Ecuador. 2001. Págs. 227, 228.


102 RODRIGO ORTIZ CASTILLO

1.12. RAÚL TAVOLARI OLIVEROS

En un informe en Derecho relativo a la sentencia de la Ilustrísima Cor-


te de Apelaciones de Punta Arenas, que confirmó la resolución del juez
de garantía que obligó al fiscal a modificar su pretensión de pena, ya
que la que solicitaba en la acusación era excesiva, diez años, y dispuso
que se rebajara a 541 días por estimar que se trataba de un vicio formal
en la acusación, en una época previa a la modificación del mes de no-
viembre de 2005, y aborda entre otros aspectos los siguientes:
―La primera cuestión que debe abordarse es el significado de la expre-
sión "vicios formales": de la lectura de los arts. 263 y 270 del Código
Procesal Penal y recordando lo dispuesto en el art. 303 del Código de
Procedimiento Civil, casi sin necesidad de recurrir al sentido natural y
obvio de la expresión, amparados por la interpretación sistemática,
pero, por sobre todo, en función de una necesaria interpretación teleo-
lógica, se puede concluir pacíficamente que los vicios formales mencio-
nados en las normas son aquellos que afectan la validez del procedi-
miento y, por tanto, impiden la generación de una relación procesal
válida o, en general, impiden el ejercicio del derecho de defensa.
A fin de recurrir a terminología no sólo conocida, sino aplicada reitera-
damente por los operadores procesales -jueces y abogados-, diré que el
vicio formal es el que autoriza que prospere una excepción de aquellas
que nosotros denominamos "dilatoria" y por las que, precisamente,
perseguimos que se corrija el procedimiento con una clara y aceptada
limitación: sin afectar el fondo de la acción deducida.
Vicios formales -casi apunto un lugar común- sólo pueden ser defectos
que afecten las formas del procedimiento, en otras palabras, constituyen
vulneración de las formas procesales. Éstas, conforme se ha podido
enseñar clásicamente, imponen un cierto orden y un cierto modo de
expresión a las deducciones de las partes y, al prohibir al juez que tenga
en cuenta las defensas o pretensiones presentadas en formas diversas,
aseguran el respeto del contradictorio y la igualdad de las partes; las
LA ETAPA INTERMEDIA Y EL DEBIDO PROCESO 103

mismas no sirven, pues, como podrían pensar los profanos, para hacer
más complicado y menos comprensible el desarrollo del proceso, sino
para hacerlo más simple y más rápido en cuanto fuerzan a las partes a
reducir sus actividades al mínimo esencial y a servirse de modos de
expresión técnicamente apropiados para hacerse entender con claridad
por el juez…
El vicio formal, entonces, integra la condición de errores u obstáculos
al desarrollo de un proceso penal válido, sea porque se infringen especí-
ficas normas procedimentales; sea porque el error afecta el derecho de
defensa de la parte contraria, etc…
El fiscal que pide para el acusado la pena que jurídicamente no corres-
ponde verá rechazada su pretensión en la sentencia: pero no es posible
-sin vulnerar de manera flagrante el art. 80 A de la Constitución Política
de la República y los arts. 1" y 2- inciso 2- de la Ley N" 19.640, Orgáni-
ca del Ministerio Público, y 77 del Código Procesal Penal, normas todas
que no sólo autorizan a los fiscales a ejercer y sustentar la acción penal
pública, sino que le imponen que tal ejercicio se efectúe de manera
"autónoma"- que algún órgano del Estado o algún particular puedan
imponer a los fiscales de ese Ministerio solicitar penas diversas, sean
mayores o menores a las que estos fiscales estimen procedentes.
Entre las personas y órganos a quienes se veda, absolutamente, el inten-
tar alterar o modificar las peticiones de los fiscales, se encuentran, desde
luego, los órganos jurisdiccionales: sin infringir frontalmente las dispo-
siciones legales y constitucionales citadas ni los arts. 4°, 6° y 7" de la
Carta Política y 4- del Código Orgánico de Tribunales, un juez o un
tribunal no pueden pretender obtener que el fiscal ajuste su acusación a
criterios diferentes de los que este funcionario estime son los que co-
rresponden, ni están ellos facultados para ordenarlo.
Al margen de la claridad de los preceptos recordados, se opone a este
distorsionador intento el conjunto de principios sobre los que descansa
la reforma: si el juez pudiere quedar autorizado para determinar el quan-
104 RODRIGO ORTIZ CASTILLO

tum, de la pena - no de la que se impondrá-, sino de la que se pide, cae-


ría de modo incontenible una de las más emblemáticas manifestaciones
del sistema acusatorio: el que acentuando la diferenciación de los roles,
entrega a un órgano estatal determinado -el Ministerio Público- la res-
ponsabilidad de ejercer la acción penal (lo que comprende el solicitar la
imposición de las penas), y a otro, el tribunal, la de fallarla, absolviendo
o condenando y, en este caso, determinando la sanción final.
Todavía, la cuestión incursiona peligrosamente no sólo en el ejercicio
del derecho de acción, que como lo explicara en sus conocidas leccio-
nes Couture, constituye una modalidad del derecho constitucional de
petición, sino, además, en el de acceso a la justicia o derecho a la juris-
dicción, tan exhaustivamente detallados en el colosal estudio de Mauro
Cappelletti, de las últimas décadas del siglo XX: el derecho de accionar
ante los órganos jurisdiccionales, expresión concreta de las nociones
constitucionales de igualdad en la protección de los derechos e igualdad
ante la ley, abarca la irrestricta facultad de someter pretensiones a la
decisión jurisdiccional y, en especial, la de determinar el contenido de
las mismas pretensiones, sin censura ni control previos.
No sería justo ni racional un procedimiento que autorizara a uno de los
litigantes o al tribunal, para determinar el contenido de las pretensiones
que el otro desea hacer valer.
Resumen: Este autor entra a determinar de manera clara y precisa dife-
rentes elementos que irían en contra de un sistema acusatorio que es el
que a su entender se estableció con el Código Procesal Penal, entre ellas
la autonomía del Ministerio Público para solicitar la pena que estime
conveniente estando vedado a los demás intervinientes modificar sus
pretensiones.
Además hace presente, y es una parte de su informe en derecho con el
que concuerdo que no es justo ni racional un procedimiento que auto-
LA ETAPA INTERMEDIA Y EL DEBIDO PROCESO 105

rizara a uno de los litigantes o al tribunal, para determinar el contenido


de las pretensiones que el otro desea hacer valer.

1.13. ERBETTA – ORSO - FRANCESCHETTI Y CHIARA DÍAZ

―El nuevo ordenamiento prevé tres segmentos o etapas procesales desde que
se pone en marcha la maquinaria de investigación y juzgamiento estatal,
hasta que se concluye con la sentencia.
La primera es la Investigación Penal Preparatoria –también denominada
investigación preliminar o instrucción preparatoria- cuya naturaleza es eminente-
mente cognoscitiva y comienza desde que la noticia criminis –o la denuncia- es
recepcionada por los órganos predispuestos –Fiscalía o Autoridad Poli-
cial- quienes tienen por principal objetivo obtener la mayor cantidad de
elementos posibles tendientes a viabilizar un correcto ejercicio de la
acción penal pública.
Antes de adentrarnos en el estudio de la etapa que nos interesa (segunda
o intermedia) cabe recordar que la tercera etapa es la del juicio –también
denominado plenario o debate- que es donde las partes confrontan
oralmente, fundando de tal modo sus pretensiones y produciendo la
prueba que se hubiere ofrecido –la debe haber pasado por el tamiz de la
etapa intermedia anterior, que a continuación se examinará- permitiendo
que un tribunal imparcial e impartial dicte al final de la misma una sen-
tencia condenatoria o absolutoria, la que puede ser recurrida por las
partes.
Este período, cuyas notas más características son la oralidad y la publici-
dad, se encuentra regulado, en su sustanciación ordinaria, desde el
art.307 hasta el 338 –incluyendo el procedimiento abreviado se extiende
hasta el art.345- y admite a su vez una subdivisión tripartita que comien-
za con la preparación del juicio (arts. 307/308), sigue con la sustancia-
ción del debate propiamente dicho (arts. 309 a 330) y finaliza con la
emisión de la sentencia, la que a su vez admite otra subdivisión en dos
106 RODRIGO ORTIZ CASTILLO

segmentos: el de deliberación y votación (arts. 331 a 333) y el de pro-


nunciamiento (arts. 334 a 338).
Entre estas etapas (IPP y juicio) se encuentra justamente el llamado
procedimiento intermedio, objeto de regulación en el presente Título II del
Libro III y previsto desde los arts. 294 al 306.
Este segmento procesal se sustancia ante el Juez de la IPP y resulta una
nova avis, toda vez que los procedimientos acusatorios tradicionalmente,
si bien contenían algunos filtros previos, preveían un sistema de citación
a juicio directa mediante la cual el actor penal ventilaba ante los órganos
jurisdiccionales encargados del debate sus pretensiones y era dicho tri-
bunal el que, en la etapa preparatoria del debate, contaba con potestades
de recortar pruebas y resolver desde cuestiones accesorias hasta dictar el
sobreseimiento en forma previa al debate.
Sin embargo, a partir de las ideas de Alberto Binder –volcadas a princi-
pios de la década del 90 del siglo pasado, en el proyecto de CPP para el
Salvador- se introducen importantes cambios consistentes en que tal
período, que podríamos denominar de filtro –y que para algunos se ase-
meja al período de crítica instructoria inherente a la vieja instrucción
formal a cargo de un magistrado- o de ajuste investigativo, va a ser asig-
nado al Juez de la IPP –denominado en otros ordenamientos como Juez
de Garantías, Control o trámite- quien tendrá potestades de admitir o recha-
zar, total o parcialmente, no sólo la prueba ofrecida –y a rendir durante
el juicio- por las partes, sino que el control jurisdiccional abarca la acu-
sación del actor penal, la que puede ser rechazada total o parcialmente, y
la disposición de abrir el juicio.
Como puede advertirse la instauración de este tipo de segmento proce-
sal, en manos del magistrado encargado de autorizar ciertos actos proce-
sales y de resolver la prisión preventiva del imputado y cuya función
principal es la de controlar la legalidad del proceso y resguardar las ga-
rantías constitucionales (art.45) implica una cierta contaminación del espíritu
LA ETAPA INTERMEDIA Y EL DEBIDO PROCESO 107

del nuevo ordenamiento, en cuanto se diluye la nítida frontera trazada me-


diante claros mojones, entre los poderes de acción y jurisdicción, puesto
que éstos últimos, conforme a la regulación del procedimiento interme-
dio (arts. 294 a 306), abandonarán el sitial de imparcialidad para involu-
crarse con los elementos probatorios recogidos durante la investigación
penal preparatoria, a los que deberán valorar, teniendo atribuciones
varias, entre las que se puede destacar, como ya se indicó más arriba, la
de fijar los hechos que se van a ventilar durante el plenario.
De todos modos esta intromisión de un órgano jurisdiccional que inter-
viene en la primera etapa en la acción penal, se justifica a partir de la
necesaria filtración de acusaciones mal encuadradas o con escaso susten-
to probatorio, todo lo cual genera pérdida de recursos humanos y mate-
riales, los que pueden y deben ser utilizados para casos que así lo ameri-
ten. Además de ello evita el efecto de prejuzgamiento que normalmente
afectaba al mismo Tribunal de Juicio que admitía o rechazaba prueba en
la etapa de preparación del debate.
En este sentido indica Maier que ―Desde el Proyecto del CPP del la
República del Salvador, Alberto Binder, su redactor principal, decidió
adjudicar toda la preparación del juicio público (debate), básicamente, a
este período del procedimiento intermedio, mediante una audiencia preli-
minar contradictoria, en la cual los participantes plantearan todos sus
problemas para concluir la investigación preliminar, incluidos los medios
de prueba de los cuales pretender valerse en el debate, con el fin de que
un tribunal los resuelva sobre la base de ese audiencia, y, en definitiva,
cite a juicio concretamente, con todas las determinaciones necesarias
para su desarrollo…, o evite su producción (sobreseimiento o archivo).
(…) Resulta ya claro –incluso sin expresarlo- el motivo de esta reforma
y de este traslado: acercarnos más al principio de imparcialidad del cuerpo
de decisión que resuelve, después del debate, la absolución o la condena
del acusado, mediante el mecanismo de evitar, en la mayor medida posi-
108 RODRIGO ORTIZ CASTILLO

ble, decisiones anteriores que le competan y que puedan fundar prejui-


cios.‖
Entonces, la elección del legislador no parece desacertada si se analiza
desde la atalaya del derecho a ser juzgado por un tribunal imparcial,
derivado de la garantía de defensa en juicio, pues en el sistema de ―cita-
ción directa‖ algunas de estas facultades son concedidas al tribunal de
juicio.‖51
Resumen: aunque se avisora en estos autores una crítica a la etapa inter-
media, no queda claro el sentido de ella, si se refiere a que su existencia y
la intervención del juez es contraria a la norma constitucional, o si lo que
hace es contaminar un sistema acusatorio, desfigurándolo.

1.14. CRISTIAN MATURANA MIQUEL

La etapa intermedia o preparación de juicio oral se encuentra reglamen-


tada en el Título II del Libro II del Código Procesal Penal, que com-
prende los artículos 259 a 280.
La etapa intermedia o preparación de juicio oral es aquella fase del pro-
cedimiento que se desarrolla ante el juez de garantía, y que tiene como
finalidades:
a) determinar el objeto de la Litis., mediante la acusación fiscal, adhe-
sión a la acusación o acusación particular del querellante, demanda civil
de la víctima en contra del imputado y las defensas que ante ellas desea-
re en esta etapa formular el imputado;
b) depurar el procedimiento obligando a que se hagan valer y se resuel-
van todos los vicios procesales que pudieren afectarlo antes de su paso
a la etapa de juicio oral;

51 ERBETTA, Daniel; ―( Net al.)‖: Código Procesal Penal comentado. Editorial Zeus, Rosa-
rio, 2008.
LA ETAPA INTERMEDIA Y EL DEBIDO PROCESO 109

c) probatorias, consistentes determinar el objeto de la prueba en el jui-


cio oral y los medios de prueba que podrán ser usados en el mismo;
establecer los hechos que deberán darse por probados en el juicio oral
mediante las convenciones probatorias; y determinar los medios de
prueba que no podrán ser utilizados por referirse a hechos impertinen-
tes, ser nulos, ilícitamente obtenidos o ser reiterativos y
d) búsqueda de consensos o justicia consensuada mediante las salidas
alternativas respecto de la pretensión penal; la conciliación respecto de
la pretensión civil; la aplicación del procedimiento abreviado respecto
del procedimiento aplicable.
OBJETIVO DE LA ETAPA INTERMEDIA O DE PREPARACIÓN DE
JUICIO ORAL.

Sobre la materia, debemos tener presente que la etapa intermedia o


etapa de preparación de juicio oral tiene propósitos distintos en el dere-
cho comparado a aquellos que se contemplan en nuestro nuevo sistema
procesal penal.
Sobre la materia se nos ha señalado que, ―en general, en el derecho
comparado, este procedimiento intermedio tiene por objeto evaluar si
se va a ir al Juicio Oral, pues existe clara conciencia de lo que significa
ser sometido a un Juicio Oral, que es, paradojal y simultáneamente, la
mayor garantía que ofrece el nuevo sistema, es el núcleo del Juicio, pero
al mismo tiempo, no se puede desconocer que es el paso más próximo
a una condena penal, de modo que presenta estas peculiaridades casi
contradictorias. Esta característica es la que explica que, en otros orde-
namientos, se evalúe en una instancia preliminar si resulta o no proce-
dente, que el sujeto sea sometido o no a un Juicio Oral.
Esto es distinto en Chile, porque aquí seguimos de manera relativamen-
te importante, el ejemplo que nos proponía el Código de Proceso Penal
modelo para Iberoamérica, que, si bien es cierto, está inspirado en la
ordenanza procesal penal alemana mayoritariamente, en este capítulo,
110 RODRIGO ORTIZ CASTILLO

tiene la forma que adoptó el régimen chileno, o sea, no somete la deci-


sión del Juicio Oral a una instancia preliminar.
La cuestión es particularmente compleja por cuanto se amarra con esta
idea acusatoria, porque quien resuelve si somete o no a una persona a
Juicio Oral, es un órgano estatal de la persecución penal, en Chile, el
Ministerio Público.
Si se dejara librada la decisión a un órgano jurisdiccional, se restaría
parte importante de la potestad persecutoria, pero más grave aún, se
entregaría al órgano de la jurisdicción, una actividad persecutoria acusa-
toria propia de un sistema inquisitivo.
En consecuencia, en la audiencia de preparación de juicio oral y de auto
de apertura de juicio oral no existe un control del mérito por parte del
juez de garantía para decidir si es procedente que se celebre o no un
juicio oral, sino que como lo indica la denominación de esta fase sola-
mente se persigue que el juez de garantía prepare el juicio oral, determi-
nando el objeto de la litis y las pruebas que se van a rendir durante el
mismo.‖ 52
Resumen: El autor lo que hace es principalmente hacer una descripción
de esta etapa procesal y comparación con otras legislaciones.

1.15. RENÉ LUIS NÚÑEZ AVILA

René Núñez ha desarrollado una tesis crítica del procedimiento abre-


viado, cuyas partes más importantes hemos extractado:
―Si bien la labor de la investigación en Chile la lleva el ministerio públi-
co, claro está que el juez de garantía controla todas sus actuaciones más

52MATURANA MIQUEL, Cristian. Los procedimientos en el nuevo sistema procesal


penal. Separata Facultad de Derecho Universidad de Chile. Septiembre 2004. Pag.24.
LA ETAPA INTERMEDIA Y EL DEBIDO PROCESO 111

trascendentales, aceptándolas o rechazándolas y sentando las bases para


el pronunciamiento de una sentencia definitiva que el mismo fallará.
En efecto, en Chile se han planteado críticas al sistema de justicia nego-
ciada señalando que ―... en el procedimiento abreviado esta transforma-
ción es evidente: el juez retoma su protagonismo en el proceso penal.
En efecto, el mismo juez controla la investigación, decide la aplicación
del procedimiento abreviado y dicta la sentencia. A ello se añade que el
procedimiento simplificado, de gran utilización en el corto tiempo de
implementación del sistema, también admite la posibilidad de resolu-
ción inmediata ante el juez de garantía, sin necesidad de juicio oral, si el
imputado admite responsabilidad en el hecho atribuido (art. 395 CPP).
Si estas modalidades procedimentales se tornan de aplicación mayorita-
ria, el regreso al modelo inquisitivo anterior a la reforma sería sólo cues-
tión de tiempo.
Más adelante, indican ―las principales críticas contra la opción de legis-
lador se concentran en la falta de imparcialidad del tribunal que juzga,
pues el juez que tuvo a su cargo la resolución de todas las soluciones e
incidencias planteadas durante la etapa de investigación carece de im-
parcialidad al momento de fallar sobre la base de los antecedentes reco-
gidos en dicha etapa. Ya destacamos en otra parte de esta obra la inad-
misibilidad, en un sistema que consagra la garantía de imparcialidad del
tribunal que juzga, de la concentración de las funciones de investigar y
juzgar. No obstante que, en este caso, el compromiso del juez con el
resultado del procedimiento es menor, pues no investiga sino que con-
trola jurisdiccionalmente la investigación del ministerio público, hubiera
sido preferible atribuir el juzgamiento del procedimiento abreviado a
otro tribunal. Pareciera que el rechazo de tal posibilidad se debió a ra-
zones fundamentalmente presupuestaria‖.
Igual aprehensión manifestó, en su momento, la Asociación Nacional
de Magistrados del Poder Judicial quienes señalaron que ―...llama la
atención que en este caso se condene a una persona sobre la base de
112 RODRIGO ORTIZ CASTILLO

antecedentes que carecen de valor probatorio y que la sentencia la dicte


un juez que ha tenido conocimiento de los hechos, lo cual importa
intromisión del rechazado sistema inquisitivo‖.
Pensemos que la acusación debe contener en forma clara y precisa una
relación circunstanciada del o los hechos atribuidos y de su calificación
jurídica, entre otros requisitos
Pero, además, hasta este estado procesal, han transcurrido varios mo-
mentos en los cuales el juez de garantía ha tenido la ocasión de exami-
nar los antecedentes del caso que luego deberá fallar.
Basta con analizar dos etapas en las cuales lo anterior queda reforzado:
la resolución sobre medidas cautelares, específicamente la prisión pre-
ventiva y la práctica de determinadas diligencias de investigación que
requieren intervención judicial.
Si el juez determina que existe peligro para la seguridad de la sociedad y
el peligro para la seguridad del ofendido, para FERRAJOLI es un equi-
valente de hecho a una presunción de culpabilidad.
Por lo tanto, es evidente que la prisión preventiva permite al juez de
garantía formarse un criterio respecto al imputado y luego deberá fallar
si lo condena o absuelve.
Pero, la situación es peor aún, ya que, realizada la petición de procedi-
miento abreviado, el juez de garantía resuelve dicha solicitud y sólo en
caso afirmativo, abre debate en audiencia.
Ante la oposición del querellante -ahora- acusador particular, el juez de
garantía debe examinar todos los antecedentes aportados (analiza nue-
vamente la prueba), para determinar (valorar diría) si se encuentra justi-
ficada la pretensión, a fin de rechazar o acoger la solicitud del fiscal de
proceder de conformidad a este procedimiento.
LA ETAPA INTERMEDIA Y EL DEBIDO PROCESO 113

Este es un punto crucial ya que nuevamente existe valoración jurídica


del juez de garantía, pero ahora derechamente analiza los antecedentes
de la investigación.
Pues bien, después de lo todo lo expuesto, ¿Hay duda que el juez de
garantía ya falló la causa en su mérito de un manera directa o indirecta?.
¿No se ha configurado la causal de implicancia o recusación conforme
el artículo 196 Nº10 del Código Orgánico de Tribunales que señala:
―Haber el juez manifestado de cualquier modo su dictamen sobre la
cuestión pendiente, siempre que lo hubiere hecho con conocimiento de
ella‖? (Lo destacado es mío).
Estoy cierto que, al plantear esta tesis, lo que se dice es que, si bien se
puede renunciar al juicio oral, con toda su complejidad, no significa
renunciar al principio del juez imparcial, que claramente, según lo ex-
puesto, no es el juez de garantía, sino el tribunal oral en lo penal.
Finalmente, concluido el debate, el juez dicta sentencia definitiva, abso-
lutoria o condenatoria, que debe ser fundada en forma clara, lógica y
completa respecto de los hechos que se dieron por acreditados, así
como las razones legales o doctrinales que sirven para calificar jurídi-
camente tales hechos y sus circunstancias.
Como conclusión, lo que planteo es que no existe problema en que sea
otro tribunal el encargado de sentenciar el caso (naturalmente llamado a
fallar es el Tribunal Oral en lo Penal, que no ha sido contaminado con
los antecedentes de la investigación y que no tiene un prejuzmamiento
del caso) y el rol del juez de garantía debe llegar sólo hasta cerciorarse
que el imputado haya prestado su consentimiento en forma libre, vo-
luntaria e informada; que conozca sus términos y consecuencias, es
decir, que está haciendo renuncia a su derecho a exigir un juicio oral y
público, en el cual podría controvertir las pruebas del fiscal y presentar
114 RODRIGO ORTIZ CASTILLO

las propias, y que en la aceptación de este acuerdo se ha encontrado


exento de presiones, sea del fiscal o de terceros (art. 409 CPP).53
Resumen: Este autor critica el procedimiento abreviado principalmente
por la falta de imparcialidad del juez de garantía, crítica que comparto
ya que dicha circunstancia afecta el debido proceso.

53 NÚÑEZ AVILA, René Luis, ¿DEBE FALLAR EL JUEZ DE GARANTIA EL


PROCEDIMIENTO ABREVIADO? http://www.kastpinochet.cl/pdf/debe_fallar.pdf
revisado el 2 de noviembre de 2010.
CAPITULO VII

LA ETAPA INTERMEDIA EN

LA LEGISLACIÓN COMPARADA

SUMARIO 1. Código Procesal Penal de la Nación, Argentina; 2. Código Procesal Penal


del Perú; 3. Código Procesal Penal del Uruguay; 4. Código Procesal Penal
de Costa Rica; 5. Código Procesal Penal de Colombia.

1. CÓDIGO PROCESAL PENAL DE LA NACIÓN ARGENTINA

El Código Procesal Penal de la Nación Argentina, Ley N° 23.984, trata


la investigación penal en juicio ordinario, en tres etapas distintas, la pri-
mera de instrucción, una etapa intermedia y una etapa de debate o juicio.
Durante la etapa de investigación se tratan las diversas diligencias de
investigación que pueden ser desarrolladas con intervención directa del
juez o por delegación por el fiscal o las policías. Una vez procesado el
imputado y completa que sea la investigación el juez correrá vista, dará
traslado, a la parte querellante y al agente fiscal por un periodo determi-
nado, prorrogable en casos complejos, quienes a su vencimiento pueden
solicitar diligencias, solicitar el sobreseimiento o la elevación de la causa
a juicio, si la investigación está completa y se solicita la elevación de la
causa a juicio por parte del agente fiscal, se dispone la notificación al
defensor del imputado quien puede deducir excepciones no opuestas
116 RODRIGO ORTIZ CASTILLO

con anterioridad, oponerse a la elevación a juicio instando por el sobre-


seimiento.
El juez en el plazo de cinco días deberá resolver si sobresee la acusa o
dispone su elevación, este auto es una resolución que debe cumplir una
serie de requisitos bajo pena de nulidad.
Se produce la clausura de la instrucción cuando quede firme el auto que
eleva la causa a juicio o el sobreseimiento.
Una vez radicada la causa en el tribunal oral, se produce lo que entiendo
como la etapa intermedia, esto es el periodo que transcurre entre la re-
cepción de la causa y citación a juicio, en este espacio de tiempo las
partes podrán ofrecer prueba, referirse a la forma en que se rendirá la
testimonial y de peritos, si bastará con la lectura de las declaraciones y
pericias de la instrucción o di deben comparecer a la audiencia de deba-
te. Se procede a discutir la admisión y rechazo de la prueba, la realiza-
ción de actos de instrucción indispensables que no se hubieran realizado
o se hubieran negado, o si produce la anticipación de prueba testimonial
o pericial, se podrán interponer las excepciones no planteadas con ante-
rioridad.
En esta forma se procede a depurar los antecedentes que serán parte del
debate, los hechos de la acusación, la prueba que se recibirá en la au-
diencia, la forma en que ella deberá ser presentada, la unión o separación
de acusaciones, en la práctica es un equivalente a lo que ocurre en la
etapa intermedia del proceso penal chileno, con la diferencia, que en el
Código Procesal Penal de la Nación Argentina es una etapa escrita, y en
el Código procesal Penal chileno, es una etapa oral, que se desarrolla en
una audiencia específica llamada de preparación de juicio oral.
LA ETAPA INTERMEDIA Y EL DEBIDO PROCESO 117
2. CÓDIGO PROCESAL PENAL DEL PERÚ
Decreto Legislativo N° 957. Trata las distintas etapas en forma clara, la
etapa de investigación preparatoria, la etapa intermedia y el Juzgamiento.
Así, una vez vencido el plazo de la investigación Preparatoria, o una vez
que estime que ha cumplido su objeto, aun cuando no hubiere vencido
el plazo el Fiscal dará por concluida la investigación preparatoria. Tam-
bién puede hacerlo el juez de la Investigación Preparatoria vencido el
plazo legal a petición de parte.
Concluida la investigación el Fiscal puede requerir el sobreseimiento de
la causa, en cuyo caso enviará los antecedentes al Juez de la Investiga-
ción, quien dará traslado de dicha petición a los demás intervinientes en
la causa, vencido dicho plazo el Juez cita a una audiencia preliminar para
debatir los fundamentos del requerimiento fiscal, escuchará a los inter-
vinientes que concurrieran a ella, si el juez estima fundado el requeri-
miento dictará el auto de sobreseimiento, en caso contrario expedirá un
auto elevando las actuaciones al Fiscal Superior para que ratifique o
rectifique la solicitud de sobreseimiento, con el pronunciamiento del
Fiscal Superior que ratifique la petición de sobreseimiento obliga al juez
a dictar el respectivo auto acogiendo la petición o requerimiento Fiscal,
en caso contrario el Fiscal superior ordenará a otro fiscal que formule
acusación.
El fiscal puede, además, presentar acusación, la que será debidamente
motivada, la que será notificada a los demás sujetos procesales, quienes
podrán requerir la corrección de defectos formales, deducir excepciones
y otros medios de defensa no planteadas con anterioridad, ofrecer prue-
bas, objetar la reparación civil, plantear cualquier cuestión tendiente a
preparar mejor el juicio, proponer acuerdos acerca de los medios de
prueba sobre hechos que estimen probados.
Presentados los escritos o vencido el plazo para hacerlo el Juez de la
Investigación Preparatoria citará a los intervinientes a la audiencia preli-
118 RODRIGO ORTIZ CASTILLO

minar, en la cual se debatirá la acusación, demanda civil, contestación,


medios de prueba, convenciones probatorias y todo aquello que sea
necesario para preparar el juicio oral. Resueltas las cuestiones planteadas
en la audiencia el Juez debe dictar el auto de enjuiciamiento, el que de-
berá ser notificado a los intervinientes, remitiéndose dentro de las 48
horas siguientes al Juez Penal los antecedentes y se pondrá a su disposi-
ción a los presos preventivos, concluyendo esta etapa.

3. CÓDIGO DEL PROCESO PENAL DEL URUGUAY


El Código Procesal Penal del Uruguay, Ley N° 15.032, trata la etapa
intermedia del proceso penal en el Título V ―Del Plenario‖, en un pro-
cedimiento escrito, en el que una vez cerrada el sumario se manda pasar
los antecedentes al Ministerio Público a fin de que proceda a sobreseer o
a acusar, en el primer caso el tribunal debe sobreseer la causa respecto
de la persona a cuyo favor lo ha dispuesto el Ministerio Público, termi-
nando la tramitación de la causa, En el evento de dictarse acusación, se
confiere traslado al defensor a fin que la conteste, pudiendo solicitar la
apertura de la causa a prueba, y en el evento de no contestar dentro del
plazo precluye su derecho a hacerlo. Una vez contestada la acusación,
vencido el término de prueba o precluído el derecho, la causa será pues-
ta a despacho, esto es pasa al Juez para la dictación de la sentencia.
El procedimiento establecido en el Código del Proceso Penal del Uru-
guay es similar al existente en Chile bajo el Código de Procedimiento
Penal, bajo el sistema inquisitivo, secreto, con una etapa de investigación
o sumario, etapa intermedia o Plenario y Sentencia.

4. CÓDIGO PROCESAL PENAL DE COSTA RICA


Una vez concluido el procedimiento investigatorio, si el Ministerio Pú-
blico estima que la investigación proporciona fundamento para someter
LA ETAPA INTERMEDIA Y EL DEBIDO PROCESO 119

a juicio público al imputado, presentará la acusación requiriendo la aper-


tura a juicio, debiendo poner la acusación en conocimiento de la víctima
que haya pedido ser informada para que manifieste si pretende consti-
tuirse o no en querellante, o a la querellante para su ampliación o modi-
ficación. Asimismo, no se elevarán los antecedentes, acusación y querella
al tribunal del procedimiento intermedio, si antes no se ha dado al impu-
tado oportunidad de rendir declaración.
Recibidos a acusación y o la querella en el tribunal de procedimiento
intermedio notificará a las partes y pondrá a su disposición las actuacio-
nes y evidencias reunidas durante la investigación para su examen, al
mismo tiempo convocará a las partes a una audiencia oral y privada para
debatir defectos formales de la acusación o querella, oponer excepcio-
nes, admisión de prueba para el juicio.
El auto de apertura a juicio podrá basarse en la acusación del Ministerio
Público o del querellante, si lo hace con base únicamente en la acusación
particular, el querellante continuará en forma exclusiva el ejercicio de la
acción, sin perjuicio que el representante del Ministerio Público opte por
continuar interviniendo en el procedimiento, pero no estará obligado a
mantener la pretensión de aquél. El auto de apertura deberá indicar la
parte de la acusación o de la querella que será admitida, la disposición de
enviar a juicio el asunto y el emplazamiento de las partes, corriéndoles el
plazo para señalar forma de notificación y solicitar, si así quisieren, la
realización del juicio en dos fases, la primera concerniente a la existencia
de la culpabilidad y la segunda a la individualización de la pena y conse-
cuencias civiles.
El tribunal se debe pronunciar sobre las peticiones a que se refiere el
párrafo anterior para remitir las actuaciones, los documentos y los obje-
tos incautados al tribunal de juicio, poniendo a su disposición a los de-
tenidos.
120 RODRIGO ORTIZ CASTILLO

5. CÓDIGO PROCESAL PENAL DE COLOMBIA

El libro III del Código Procesal Penal de Colombia trata ―El Juicio‖, allí
se señala que el fiscal presentará el escrito de acusación ante el juez
competente para adelantar el juicio cuando de los elementos materiales
probatorios, evidencia física o información legalmente obtenida, se pue-
da afirmar, con probabilidad de verdad, que la conducta delictiva existió
y que el imputado es su autor o partícipe, regulando los requisitos que
debe contener esta presentación.
Recibido el escrito de acusación el juez señalará la fecha, hora y lugar
para la celebración de la audiencia de formulación de la acusación, en
ella dará traslado de la acusación a las demás partes, a las que dará la
palabra para que expresen oralmente las causales de incompetencia,
impedimentos, recusaciones, nulidades y observaciones sobre el escrito
de acusación, para que el fiscal los aclare o corrija de inmediato (es el
equivalente en Chile al traslado para la corrección de vicios formales),
resuelto lo anterior se le da la palabra al fiscal para que formule la acusa-
ción.
En la misma audiencia se podrá debatir el reconocimiento de la calidad
de víctima, su representación legal, el trámite de los impedimientos,
recusaciones e impugnación de competencia lo conocerá el superior
jerárquico del juez, en caso de acogerse se deberá remitir la actuación al
funcionario competente. Asimismo, el juez deberá decidir acerca de la
incorporación de las correcciones a la acusación, si aprueba o no los
acuerdos a que hayan llegado las partes, y suspenderá condicionalmente
el procedimiento cuando corresponda.
Concluida esta audiencia fijara, lugar, día y hora para la celebración de la
audiencia probatoria.
En esta etapa de acusación y a partir de la primera audiencia a que nos
hemos referido se puede dar inicio al descubrimiento de los materiales
probatorios, lo que se hará a petición de la defensa respecto de elemen-
LA ETAPA INTERMEDIA Y EL DEBIDO PROCESO 121

tos probatorios específicos y evidencia física, a lo cual el juez hará lugar,


si es pertinente, asimismo lo puede hacer el fiscal respecto de la prueba
de la defensa. Existen limitaciones a este descubrimiento, dados por la
seguridad del Estado, la afectación de investigaciones en curso, apuntes
personales, archivos y otros que formen parte del trabajo preparatorio
del caso, entre otras.
Se regulan, también, en esta etapa los preacuerdos entre el fiscal y el
imputado o acusado destinados a obtener una pena menor, debiendo
este último declararse culpable del delito por el cual se formule acusa-
ción, debiendo seguir las directivas de la Fiscalía General de la Nación.
Los preacuerdos celebrados entre la Fiscalía y acusado obligan al juez de
conocimiento, aprobados los preacuerdos por el juez, procederá a con-
vocar audiencia para dictar la sentencia correspondiente. Estos pre
acuerdos se pueden celebrar antes o después de la acusación, si se cele-
bran antes se puede rebajar la pena hasta la mitad, si es posterior se
puede rebajar la pena hasta una tercera parte.
La audiencia preparatoria se desarrollará con la presencia del fiscal, del
defensor, el acusado, el Ministerio Público y la representación de las
víctimas si las hubiere, siendo requisito de validez la presencia del juez,
del fiscal y del defensor. Esta audiencia servirá para debatir las pruebas a
presentar en el juicio, el descubrimiento de los elementos materiales
probatorios y evidencia física de las partes, si existen estipulaciones pro-
batorias; servirá , además, para determinar si el acusado acepta o no los
cargos; para solicitar las pruebas que la defensa requiera para sustentar
su pretensión; para la exhibición de los materiales probatorios con el
único fin de que sean conocidos y estudiados por la partes; para debatir
la exclusión de prueba que resulte inadmisible, impertinente, inútiles,
repetitivos o encaminados a probar hechos notorios o que no requieran
prueba; y la determinación del orden de presentación de la prueba, co-
rrespondiendo primero la prueba de la defensa y luego de la fiscalía.
122 RODRIGO ORTIZ CASTILLO

Concluida la audiencia preparatoria el juez fijará fecha, hora y sala para


el inicio del juicio.
Hemos podido apreciar muchas similitudes en el proceso penal de los
países cuya legislación revisamos, todos vecinos de nuestro continente,
en ellos se desarrolla una etapa investigativa o previa, una etapa inter-
media, de acusación y preparación de juicio oral y por último la etapa de
juicio oral.
En la etapa intermedia, se pretende legitimar lo actuado en la etapa
previa, y pasa a ser la última oportunidad para poner término a la inves-
tigación mediante una salida alternativa, a fin de evitar la realización del
juicio oral, siendo éste la real garantía constitucional de un debido pro-
ceso, o como en nuestro caso de un proceso racional y justo.
Se debate en esta etapa el objeto del juicio, la acusación, pudiendo co-
rregirse los errores formales de la acusación, debatir los medios de
prueba que se presentarán en el juicio, mediante su descubrimiento, es
en este momento, la audiencia de preparación de juicio oral, aquél en
que las partes deberán señalar los medios probatorios de que pretenden
valerse, como de la exclusión de aquellos que se considera se han obte-
nido con vulneración de garantías, son ilegales, son dilatorios, o imper-
tinentes.
Por ello creemos que lo que se diga de la etapa intermedia del proceso
penal chileno, es válido para aquellas legislaciones que se han revisado
en este punto.
CAPITULO VIII

CUESTIONES PROBLEMÁTICAS

SUMARIO 1.La imparcialidad del juez; 1.1. La Imparcialidad del juez en la jurispruden-
cia internacional; 1.2. El procedimiento abreviado; 1.2.1 Situación fáctica;
1.2.2. Del procedimiento abreviado y el debido proceso; 2. La impartiali-
dad del juez y de la independencia del Ministerio Público; 2.1. Corrección
de vicios formales; 2.2. De la unión y separación de acusaciones; 2.3. Li-
bertad de prueba; 3. De la igualdad de los intervinientes.

1. LA IMPARCIALIDAD DEL JUEZ

La imparcialidad del juez se refiere a que debe carece de intereses con


relación a las partes y al objeto del caso, sin tener una opinión precons-
tituida sobre el mismo que, por tanto, le permita la destrucción de la
presunción de inocencia a partir de las pruebas presentadas en el juicio,
teniendo una faz subjetiva, interna de la persona del juez, y una faz
objetiva, la apariencia de imparcialidad ante terceros.
Gustavo Calvinho nos refiere que ―la imparcialidad en sentido amplio
requiere que la autoridad carezca de interés en el proceso, que no se
someta a sus prejuicios ni a ningún otro poder institucional o no insti-
124 RODRIGO ORTIZ CASTILLO

tucional, que se abstenga de efectuar o suplantar la actividad procesal


propia de las partes y que obedezca al derecho.‖54
Según Bovino la imparcialidad del juez frente al caso, en un sentido
genérico, implica la objetividad de la actividad jurisdiccional, el apego
estricto a la ley, para posibilitar la realización de un juicio justo. Visto de
esta manera, el problema, la garantía de imparcialidad es el verdadero
fundamento de los principios del juez natural e independencia judicial,
que resultan instrumentales respecto de aquélla.
Agrega que el sentido de la imparcialidad no se agota con este sentido
genérico cuando se le vincula al tribunal que interviene y decide en el
juicio penal. En un marco que se adecúe al modelo acusatorio, la sen-
tencia se debe fundar sólo en la prueba producida en el debate, y no en
algo distinto, Este es el motivo por el cual el derecho comparado admi-
te excepcionalmente la introducción de prueba producida durante la
investigación preliminar a la que se rodea de especiales requisitos para
respetar el derecho al juicio previo.
El modo más efectivo para lograr esta imparcialidad en el juicio consis-
te en impedir que el juez tome conocimiento de la actividad previa a la
iniciación del debate. El objetivo es connatural en el juicio en el cual
intervienen y deciden jurados, ya que ellos recién toman conocimiento
del caso cuando se inicia la audiencia.
Las reglas sobre imparcialidad se refieren a la posición del juez frente al
caso concreto que debe juzgar e intentan impedir que sobre él pese el
temor de la parcialidad. Para ellos, se aparte al magistrado sospechado
de parcialidad y este apartamiento no significa ningún reproche perso-
nal hacia el juez, sino que se debe a un motivo estrictamente objetivo.
Se trata de eliminar, inicialmente, toda mácula de sospecha que recaiga
sobre un procedimiento penal, es decir, sólo se verifica una relación del

54CALVINHO, Gustavo. El proceso con derechos humanos. Método de debate y límite al poder.
La Ley Paraguaya. Asunción. Paraguay. s/a.Pág. 133.
LA ETAPA INTERMEDIA Y EL DEBIDO PROCESO 125

juez con el caso. La sospecha de parcialidad no significa, entonces, un


atributo del juez, sino un atributo del procedimiento, por lo que se
intenta evitar toda parcialidad posible, inclusive la que no procede de la
intención o de la mayor o menor prudencia de quien juzga, y la absolu-
tamente inconsciente.

1.1. LA IMPARCIALIDAD DEL JUEZ EN LA JURISPRUDENCIA


INTERNACIONAL

La situación ya planteada en este trabajo acerca de la falta de imparciali-


dad del juez que conoce del asunto ha sido revisada por los tribunales
internacionales, pudiendo señalar que:
El Tribunal Europeo de Derechos Humanos ―Delcourt vs.Bélgica,
17/1/1970, serie A, Nº 11párr. 31 se manifiesta que en materia de im-
parcialidad judicial lo decisivo es establecer si, desde el punto de vista
de las circunstancias externas (objetivas), existen elementos que autori-
cen a abrigar dudas con relación a la imparcialidad con que debe
desempeñarse el juez, con prescindencia de qué es lo que pensaba en su
fuero interno siguiendo el adagio justice must not only be done: it must
also seen to be don.
La comisión Interamericana de Derechos Humanos ha asumido como
aplicables a la interpretación del artículo 8.1. de la Convención Ameri-
cana sobre Derechos Humanos que ―la imparcialidad objetiva exige que
el tribunal ofrezca las suficientes garantías que eliminen cualquier duda
acerca de la imparcialidad observada en el proceso‖.
La Corte Suprema de Justicia de la Nación Argentina, ha manifestado
que:
―…Que en este contexto, la imparcialidad del juzgador puede ser defi-
nida como la ausencia de prejuicios o intereses de éste frente al caso
que debe decidir, tanto en relación a las partes como a la materia. Así
por ejemplo lo expresa Ferrajoli: "es indispensable para que se garantice
126 RODRIGO ORTIZ CASTILLO

la ajenidad del juez a los dos intereses contrapuestos...Esta imparciali-


dad del juez respecto de los fines perseguidos por las partes debe ser
tanto personal como institucional.
En virtud de ello, puede verse la imparcialidad desde dos puntos distin-
tos, uno objetivo y uno subjetivo. El primer enfoque ampara al justicia-
ble cuando éste pueda temer la parcialidad del juez por hechos objeti-
vos del procedimiento, sin cuestionar la personalidad, la honorabilidad,
ni la labor particular del magistrado que se trate; mientras que el segun-
do involucra directamente actitudes o intereses particulares del juzgador
con el resultado del pleito."
Que la opinión dominante en esta materia establece que la imparciali-
dad objetiva se vincula con el hecho de que el juzgador muestre garan-
tías suficientes tendientes a evitar cualquier duda razonable que pueda
conducir a presumir su parcialidad frente al caso. Si de alguna manera
puede presumirse por razones legítimas que el juez genere dudas acerca
de su imparcialidad frente al tema a decidir, debe ser apartado de su
tratamiento, para preservar la confianza de los ciudadanos y sobre todo
del imputado en la administración de justicia, que constituye un pilar
del sistema democrático.".55
Revisaremos a continuación aquellas instituciones del Código Procesal
Penal chileno en que estimamos se afecta la imparcialidad del juzgador
en la etapa intermedia.

55RECURSO DE HECHO Llerena, Horacio Luis s/ abuso de armas y lesiones - arts.


104 y 89 del Código Penal causa N° 3221C.
LA ETAPA INTERMEDIA Y EL DEBIDO PROCESO 127

1.2. EL PROCEDIMIENTO ABREVIADO

Dentro de los aspectos más trascendentales recogidos en el Código


Procesal Penal se encuentra aquél señalado como principio básico56 en
su artículo 1º por el cual ninguna persona podrá ser condenada o pena-
da, ni sometida a una de las medidas de seguridad establecidas en este
Código, sino en virtud de una sentencia fundada, dictada por un tribu-
nal imparcial. Toda persona tiene derecho a un juicio previo, oral y
público, desarrollado en conformidad con las normas de este cuerpo
legal.
Entonces de donde viene el procedimiento abreviado, cuya naturaleza y
exigencias se contradice con lo ya expuesto, muy simple de las necesi-
dades que fundan la Reforma de: eficacia en el resultado esperado del
nuevo producto en relación al costo que el mismo conlleva, el costo de
realización de un juicio oral ante el Tribunal Oral en lo Penal es muy
alto, tanto en el aspecto económico directo como indirecto, valor hora
de tener a un juez, un fiscal, un defensor, funcionarios de Gendarmería,
funcionarios del tribunal, policías, testigos, peritos haría imposible en
un país como el nuestro que todos los casos terminen por esa vía, por
eso se introdujeron en nuestro sistema procesal diversas salidas alterna-
tivas, algunas facultativas del Fiscal como el archivo provisional, otras
que requieren control del juez de garantías como el principio de opor-
tunidad, el no inicio de la investigación, y las más conocidas como la
suspensión condicional del procedimiento y el procedimiento abrevia-
do, y como facultad de las partes el acuerdo reparatorio.
¿Es posible considerar el procedimiento abreviado como una salida
alternativa en el proceso penal?, creo que, si ya que es una manera de
evitar la forma natural de poner término al proceso, esto es el juicio
oral.

56En este punto hacemos presente nuestra premisa de que lo expuesto en dicha norma
no es un principio del proceso penal, sino un derecho o garantía de las personas reco-
nocido por ella.
128 RODRIGO ORTIZ CASTILLO

Esta salida alternativa se encuentra tratada en el Libro IV, Título III


Código Procesal Penal y es aplicable para conocer y fallar los hechos
respecto de los cuales el fiscal requiere la imposición de una pena priva-
tiva de libertad no superior a cinco años de presidio o reclusión meno-
res en su grado máximo, o bien cualesquiera otras penas de distinta
naturaleza, cualquiera fuere su entidad o monto, ya fueren únicas, con-
juntas o alternativas.
Si bien lo expuesto se refiere sólo a su ámbito de aplicación, ya nos
encontramos ante una serie de problemas que es necesario dilucidar,
entre ellos y quizá el más importante se refiere a si puede el fiscal pedir
la pena que se le antoje a fin de llegar a un procedimiento abreviado57,
tiene la facultad de negociar con el imputado determinando tanto el
tipo penal como la sanción a aplicar imponiéndola al tribunal sin nin-
gún tipo de restricciones, o tiene alguna limitación. La lógica nos lleva a
pensar que tiene límites, pero en la práctica ello pareciera que no es así,
según aparece de la gran cantidad de causas que terminan por esta vía,
recalificando hechos, rebajando solicitudes de pena, reconociendo o
desistiéndose del reconocimiento de circunstancias modificatorias de
responsabilidad penal, equiparándose en la práctica al plea bargaining o
al guilty plea norteamericano.
Estimamos que la petición del fiscal de una pena que permita la aplica-
ción del procedimiento abreviado tiene como primera limitación la
aplicación del llamado principio de legalidad, en cuanto su petición
debe estar enmarcada dentro de la legalidad vigente, puesto que con-
forme al artículo 83 de la Constitución Política de la República se le
reconoce como un organismo autónomo que dirigirá en forma exclusi-
va la investigación de los hechos constitutivos de delito, los que deter-
minen la participación punible y los que acrediten la inocencia del

57Remarcamos en este caso que se trata de un procedimiento, en contraste a lo que es


un proceso, en pocas palabras no existe debido proceso en este tipo de juicios según se
revisará en el desarrollo de esta ponencia.
LA ETAPA INTERMEDIA Y EL DEBIDO PROCESO 129

imputado y, en su caso, ejercerá la acción penal pública en la forma prevista por


la ley58…En ningún caso ejercerá funciones jurisdiccionales, y que la Ley
Orgánica Constitucional del Ministerio público en su artículo 1º señala
que entre sus funciones se encuentra la de ejercer y sustentar la acción penal pública
en representación de la comunidad, función que debe desarrollar con estricta sujeción
a la Constitución, a los tratados internacionales y a las leyes59. Se le impone,
además, la prohibición de ejercer facultades jurisdiccionales.60 En pocas
palabras se recalca la obligación de actuar sujeto a la constitución, trata-
dos internacionales y a las leyes.
Entonces la petición del Ministerio Público de aplicar el procedimiento
abreviado tiene como límite el respeto a la Constitución Política de la
República, siéndole aplicable lo dispuesto en los artículos 6 y 7 de nues-
tra Carta Fundamental, los tratados internacionales, que por aplicación
del artículo 5 del texto ya referido le impone como limitación a sus
actuaciones el respeto a los derechos esenciales que emanan de la natu-
raleza humana. Siendo deber de todo órgano del estado (incluido el
Ministerio Público) respetar y promover tales derechos, garantizados
por la Constitución, así como por los tratados internacionales ratifica-
dos por Chile y que se encuentren vigentes, y a la ley.
Como corolario de lo expuesto aparece de manifiesto que la petición
que efectúe el Ministerio Público para aplicación del procedimiento
abreviado debe ser en el ámbito de una investigación por delito de ac-
ción penal pública, que se enmarque dentro de los límites contemplados
en el artículo 406 del Código Procesal Penal. Esto implica que los he-
chos correspondan a la calificación jurídica que de ellos se efectúe, y
que la pena propuesta o requerida haya sido determinada dentro del
marco legal plausible, esto es, que se proponga la pena en relación a

58 Las cursivas son nuestras.


59 Ib.
60 Lo que se aviene también con la historia fidedigna de la ley, según puede ser revisado

en http://www.bcn.cl/histley/HL19640.pdf
130 RODRIGO ORTIZ CASTILLO

aquella asignada por la ley al hecho punible, en razón de su grado de


desarrollo (consumado, frustrado o tentado), del grado de participación
atribuido (autor, cómplice o encubridor), y dentro del marco de las
circunstancias modificatorias de responsabilidad que existan en la causa
y aparezcan de la propia investigación o antecedentes aportados por las
partes. Esta petición así formulada debe ser sometida a revisión por el
juez de garantía, cumpliendo sus funciones jurisdiccionales las que están
vedadas al fiscal, y determinar si ello se enmarca en la legalidad vigente,
dando su aprobación si ello es así y se cumplen las demás exigencias
formales del Código Procesal Penal, o no admitiéndolo a tramitación en
caso contrario conforme lo dispone el inciso final del artículo 407 del
referido cuerpo legal.
No debemos olvidar que nuestra Constitución Política en su artículo 76
determina que la facultad de conocer de las causas civiles y criminales,
de resolverlas y de hacer ejecutar lo juzgado, pertenece exclusivamente
a los tribunales establecidos por la ley. Que reclamada su intervención
en forma legal y en negocios de su competencia, no podrán excusarse
de ejercer su autoridad, ni aun por falta de ley que resuelva la contienda
o asunto sometidos a su decisión. Este último punto viene en ratificar
nuestra idea en relación al cumplimiento del principio de legalidad en la
petición del Ministerio Público de aplicar el procedimiento abreviado y
del deber de revisión por el juez de garantía del mismo, puesto que, si
debe actuar aun a falta de ley, con mayor razón debe hacerlo conforme
a ella cuando está presente, cumpliendo su labor jurisdiccional.

1.2.1. SITUACIÓN FÁCTICA

Nos ha correspondido ver situaciones en que por hechos constitutivos


claramente de un delito de robo con violencia, se recalifica los hechos
de la acusación como robo por sorpresa o incluso como hurto en con-
curso con el delito de lesiones leves o menos graves, manteniendo los
hechos, o calificando la participación como de cómplice cuando de los
LA ETAPA INTERMEDIA Y EL DEBIDO PROCESO 131

hechos aparece claramente como autor, o desistiéndose de una agravan-


te de responsabilidad que aparece de los hechos o de los antecedentes
de la carpeta de investigación y reconociendo atenuantes a todas luces
inexistentes, arrogándose en este último caso ya facultades jurisdiccio-
nales. Y a jueces que potencialmente se verían renunciando a sus debe-
res y facultades de juzgar conforme a la Constitución y a las leyes si
aceptan este tipo de peticiones.
El incumplimiento de este deber por parte del juez puede incluso ser
sancionado conforme al Código Penal por prevaricación, puesto que
estaría resolviendo contra texto expreso de la ley y a sabiendas de ello.
Según lo ya expuesto no procede que el Ministerio Público pida la apli-
cación del Procedimiento abreviado cuando legalmente ello no corres-
ponda, aun en caso de negociaciones con el imputado a fin que admita
los hechos de la acusación y los antecedentes de la investigación a fin de
obtener una situación ventajosa para este último, puesto que ello no
correspondería a la aplicación del principio in dubio pro reo, porque
acá no existe duda de los hechos sino un manejo de los mismos para
obtener un resultado determinado, muchas veces por la existencia de
una investigación deficiente o sobrecarga de trabajo al tener que llevar
el caso a juicio oral, o el temor de que no se presenten las víctimas al
juicio.
En este sentido encontramos esclarecedora la sentencia dictada por la
Ilustrísima Corte de Apelaciones de Copiapó en la causa Rol Crimen-
Reforma Nº 69-2007 de veintisiete de abril de dos mil siete que señala
entre otros aspectos que: si bien el artículo 406 del Código Procesal
Penal indica que se aplicará el procedimiento abreviado, entre otros
casos, cuando el fiscal requiriere la imposición de una pena privativa de
libertad no superior a cinco años de presidio o reclusión menor en su
grado máximo, dicha norma, ni ninguna otra, autorizan al Ministerio
Público para modificar a su arbitrio las penas establecidas en las leyes
sustantivas y, por el contrario, el debido respeto al principio de legali-
132 RODRIGO ORTIZ CASTILLO

dad le impone la obligación de ajustarse estrictamente a aquellas, como


también a las reglas sobre aplicación de las penas contenidas en el Có-
digo Penal.
Acorde a lo anterior el Ministerio Público sólo puede recurrir al proce-
dimiento abreviado en aquellos casos en que, por aplicación de la pena
asignada al delito y el juego de las circunstancias modificatorias de res-
ponsabilidad penal efectivamente concurrentes, se llegue a una pena no
superior a los cinco años de presidio o reclusión. A este respecto, resul-
ta incontestable, de acuerdo a los hechos materia de la acusación, la
intervención de dos personas en el ilícito que se juzga. Basta al efecto la
simple lectura de dicha pieza jurídica para comprobar tal circunstancia,
lo que aparece reafirmado, asimismo, en la sentencia anteriormente
dictada en estos antecedentes respecto del coautor del imputado de
autos, con fecha veintidós de febrero del año en curso, en que se esta-
bleció la concurrencia, en la especie, de la agravante de responsabilidad
penal de pluralidad de malhechores, la que incluso formó parte de la
negociación para llegar, en tal caso, al procedimiento abreviado.
Que, sin embargo, respecto del imputado de autos, ocurre que estando
claramente establecida en su perjuicio la concurrencia de tal agravante,
esta circunstancia no pudo ser soslayada para arribar en su caso a un
procedimiento abreviado. La claridad de su existencia, lo tornaba impo-
sible por cuanto, favoreciéndole únicamente la minorante de responsa-
bilidad penal de su colaboración eficaz al esclarecimiento de los hechos,
racionalmente compensada con la agravante antedicha, por la penalidad
asignada al ilícito de que se trata, que en tal caso no podía ser morigera-
da, hacía improcedente el juzgamiento a través del procedimiento abre-
viado, y a la luz de lo dispuesto en el artículo 410 del Código Procesal
Penal, en relación a lo dispuesto en el artículo 406 del mismo texto
legal, el Juez de la causa no debió aceptar la solicitud propuesta en este
sentido por el Ministerio Público, desde que, como queda dicho, los
antecedentes de la investigación, unidos a la penalidad del ilícito, resul-
LA ETAPA INTERMEDIA Y EL DEBIDO PROCESO 133

taban claramente insuficientes para proceder de conformidad a las


normas del título III del Libro IV del Código Procesal Penal.61

1.2.2. DEL PROCEDIMIENTO ABREVIADO Y EL DEBIDO PROCESO

Ya hemos señalado al inicio de esta ponencia que entendemos como el


debido proceso, una institución tan simple y a la vez tan compleja, co-
mo es el proceso mismo, según la definición del Catedrático Adolfo
Alvarado Velloso, pero su aplicación en nuestro marco constitucional
está dado por el artículo 19 Nº 3 al señalar que toda sentencia de un
órgano que ejerza jurisdicción debe fundarse en un proceso previo
legalmente tramitado. Corresponderá al legislador establecer siempre las
garantías de un procedimiento y una investigación racionales y justos. Y
por el artículo Nº 5 que a nuestro juicio eleva a rango constitucional
siendo un deber de los órganos del estado no sólo reconocer sino pro-
mover aquellos derechos esenciales que emanan de la naturaleza huma-
na garantizados por los tratados internacionales ratificados por Chile y
que se encuentran vigentes, así llegamos al artículo 8.1 de la Conven-
ción Americana Sobre Derechos Humanos, que nos dice que toda per-
sona tiene derecho a ser oída, con las debidas garantías y dentro de un
plazo razonable, por un juez o tribunal competente, independiente e
imparcial, establecido con anterioridad por la ley.62
En pocas palabras podemos resumir lo expuesto que el debido proceso
―es aquél que se adecúa plenamente a la idea lógica de proceso: dos
sujetos que actúan como antagonistas en pie de perfecta igualdad ante una

61 Sentencia dictada por los Ministros señor Francisco Sandoval Quappe, señor Dinko
Franulic Cetinic y Fiscal Judicial, señora Cecilia Marcó Hope que puede ser revisada en:
http://corte.poderjudicial.cl/SITCORTEPORWEB/DownloadFile.do?TIP_Documen
to=3&TIP_Archivo=3&COD_Opcion=1&COD_Corte=20&CRR_IdTramite=42717
45&CRR_IdDocumento=3440987
62 ALVARADO VELLOSO, Adolfo. 1ª Edición, 1ª reimpresión. Santa Fe: Rubinzal-

Culzoni, 2008. Pág 250.


134 RODRIGO ORTIZ CASTILLO

autoridad que es un tercero en la relación litigiosa (y, como tal, impartial,


imparcial e independiente). En otras palabras: el debido proceso no es ni
más ni menos que el proceso que respeta sus propios principios.‖, debe
existir un proceso, y que el proceso es un método de debate dialéctico y
pacífico entre dos personas actuando en pié de igualdad (jurídica) ante
un tercero que ostenta el carácter de autoridad (quien es imparcial, im-
partial e independiente)‖.
En el caso del procedimiento abreviado, estimamos que el nombre se
encuentra bien asignado, ya que nos encontramos ante la falta de un
elemento esencial al proceso dentro del esquema normativo vigente,
cual es el juez imparcial, tenemos que conforme al artículo 407 del Có-
digo Procesal Penal, quien debe pronunciarse sobre la procedencia del
juicio abreviado es el juez de garantía, que para ello debe conocer pri-
mero la acusación, la calificación jurídica, el grado de participación
atribuido al acusado y la determinación de la pena solicitada conforme a
derecho, que si analizados todos estos elementos estima que dicha peti-
ción se ajusta a la legalidad declara que la causa puede continuarse con-
forme a dicho procedimiento, luego de conocer la voluntad del acusado
y si esta es favorable al mismo. En ese caso de inmediato se da lugar a
este procedimiento debiendo escucharse a las partes y terminado el
debate dictar sentencia.
De lo anterior se colige claramente que el juez debe dictar una sentencia
con pleno conocimiento de los hechos y antecedentes del caso, habien-
do emitido un pronunciamiento previo respecto al fondo del asunto al
declarar que corresponde el procedimiento abreviado propuesto por el
fiscal, porque de esos antecedentes así se colige dentro del marco legal.
En mi experiencia he aprendido que un juez en tal circunstancia debe
inhabilitarse de inmediato declarando su implicancia sin poder dictar
sentencia en esa causa por expresa disposición del artículo 195 Nº 8 del
LA ETAPA INTERMEDIA Y EL DEBIDO PROCESO 135

Código Orgánico de Tribunales63, esto es por la falta de imparcialidad


necesaria para fallar la misma. Se puede alegar que existe una deroga-
ción tácita de la norma del Código Orgánico de Tribunales, por aquella
posterior del Código Procesal Penal, pero nunca podrá sanearse la falta
de imparcialidad del juez necesaria para que exista un proceso y por
tanto el debido proceso exigido por nuestra Constitución Política64.
Pero no sólo ello nos lleva a pensar que el juez de garantía carece de la
imparcialidad necesaria, en la práctica muchas veces los jueces de garan-
tía antes de que se proponga el procedimiento abreviado por el Ministe-
rio Público, ha conocido del control de legalidad de la detención, e
incluso ha decretado medidas cautelares como la prisión preventiva por
estimar que se encuentra suficientemente acreditada la existencia del
delito, como de antecedentes que permiten presumir fundadamente que
al imputado le ha correspondido participación en calidad de autor en él,
o manteniendo dicha medida cautelar, la que se prolonga por varios
meses e incluso por más de un año. A la vista de un tercero externo a la
causa debemos preguntarnos ¿qué posibilidad existe de que ese juez a
petición de la defensa vaya a absolver al acusado?, especialmente si en
caso que ello ocurra se le recriminará el hecho de haber dispuesto y
mantenido la prisión preventiva de un inocente, y más aún, cuando por
regla general no hay mayor variación en los antecedentes recopilados en
la carpeta de investigación del Ministerio Público durante todo ese
tiempo. En la práctica implica que el juez no es imparcial, pues existen
diversas fuerzas en su fuero interno que lo llevan a la dictación de una
sentencia condenatoria pese a la eventual existencia de nuevos antece-

63 Art. 195. Son causas de implicancia: 8º Haber el Juez manifestado su dictamen sobre
la cuestión pendiente con conocimiento de los antecedentes necesarios para pronunciar
sentencia.
64 En el mismo sentido María Inés Horvitz Lennon y Julián López Masle. Derecho

Procesal Penal Chileno. 1ª Edición. Editorial Jurídica de Chile. Diciembre de 2004.


pág. 19
136 RODRIGO ORTIZ CASTILLO

dentes que pudieran indicar lo contrario. En este caso, también nos


encontramos ante la situación descrita en el párrafo anterior. 65

2. DE LA IMPARTIALIDAD DEL JUEZ Y DE LA INDEPENDENCIA


DEL MINISTERIO PÚBLICO

La impartialidad del juez dice relación con que el juez que va a conocer
del asunto no se encuentre comprometido por sus tareas y funciones
con las partes, de esta forma no puede atribuirse las funciones de las
partes en conflicto, tales como modificar la demanda o la contestación
a ella, modificar el contenido de las pretensiones, señalar o alterar los
medios de prueba que van a presentar o disponer prueba por iniciativa
propia.
―La autoridad impartial es aquella que no se involucra en el debate
rompiendo el equilibrio y sustituyendo o ayudando a los contendientes
en sus actividades específicas, como pretender, ofrecer prueba y produ-
cirla. Este elemento, por consiguiente, se relaciona con la actividad de
procesar y el respeto a los roles de los litigantes y a las reglas preestable-
cidas de debate.‖66
Según hemos visto en cuanto a lo expuesto por el profesor Tavolari, a
los jueces les está vedado el alterar o modificar las peticiones de los
fiscales, ya que se infringiría lo dispuesto en los artículos 4°, 6° y 7" de
la Carta Política y 4- del Código Orgánico de Tribunales, lo que afecta-
ría a su vez los principios del sistema acusatorio, especialmente aquél
que acentúa la diferencia entregado por la Constitución Política de la
República al Ministerio Público y al Poder Judicial.

65 En similar sentido: FERRAJOLI, Luigi. BOVINO Alberto (comps). ―El procedi-


miento abreviado‖. VVAA. Editores del Puerto. Buenos Aires. 2005. Págs. 33-34.
66 GUSTAVO CALVINHO. El proceso con derechos humanos. Método de debate y

límite alpoder. Págs. 131-132.


LA ETAPA INTERMEDIA Y EL DEBIDO PROCESO 137

Revisaremos a continuación aquellas instituciones del Código Procesal


Penal chileno en que estimamos se afecta la impartialidad del juzgador
en la etapa intermedia.

2.1. CORRECCIÓN DE VICIOS FORMALES


Esta investigación pretende demostrar que existen algunas actuaciones
que la ley le impone al juez, e incluso a la defensa, que corresponden al
Ministerio Público, organismo que según disposición constitucional es
independiente, por lo que nos detendremos en la revisión de los artícu-
los 270, 272, 274, 276 y 277 del Código Procesal Penal.
El artículo 270 del Código Procesal Penal traspasa la carga de revisar la
acusación del Ministerio Público a fin de evitar que ella sea desechada
en el juicio oral, al Juez de Garantía, e incluso a la defensa esto en el
artículo 263 Código Procesal Penal.
Si bien es una corrección formal, el juez debe verificar que no existan
problemas de congruencia, lo que implica a su vez revisar la formaliza-
ción de la investigación, verificar que no existan contradicciones en la
acusación misma, que las normas legales y penas solicitadas estén he-
chas en forma correcta.
Impone al juez de garantía la obligación en el caso que considere que la
acusación del fiscal, la del querellante o la demanda civil adolecen de
vicios formales, ordenar que ellos sean subsanados, incluso suspen-
diendo la audiencia de preparación de juicio oral si fuere necesario para
ese fin, en el caso que la acusación del querellante o la demanda civil no
sean subsanadas las deberá tener por no presentadas. Si la acusación del
fiscal no fuera subsanada le podrá otorgar una segunda prórroga e in-
formará al Fiscal Regional, si de todas formas no se subsanaren los
vicios el juez podrá decretar el sobreseimiento de la causa, pudiendo
continuar la causa sólo con el querellante, incurriendo el fiscal en una
grave infracción a sus deberes.
138 RODRIGO ORTIZ CASTILLO

Esta norma nos parece contraria al mandato Constitucional, ya que


contraría lo dispuesto en el artículo 80 A de nuestra carta fundamental
No debemos olvidar que el Ministerio Público se instauró al reformar el
sistema procesal penal como un órgano constitucionalmente indepen-
diente, y por lo tanto no puede supeditar sus pretensiones a lo que dis-
ponga el tribunal, salvo que con ello vulnere la constitución o las leyes,
pero en este caso, la acusación pasa a ser el ejercicio del derecho de
petición de un órgano independiente, y cuyo contenido deberá ser re-
suelto por el tribunal que conozca el fondo del asunto y previa valora-
ción de la prueba incorporada al juicio. Circunstancia que es ratificada
en la Ley Orgánica Constitucional del Ministerio Público.
Además, debemos tener presente que si el juez entra a la revisión de la
acusación y dispone u ordena que ella sea modificada a fin que no pue-
da ser desechada por el Tribunal Oral en lo Penal, cuando entre a co-
nocer del fondo del asunto, por existir errores en su interposición por
parte del fiscal de la causa, dicho juez pasa a sumir el rol del acusador, y
el imputado que ha sido acusado, válidamente puede preguntarse si está
litigando contra el Ministerio Público o contra éste y el juez de garantía,
al constituirse en parte modificando y arreglando los errores de la acu-
sación. Con esta actividad se perdería una característica esencial del
juzgador en el proceso o para que nos encontremos ante un debido
proceso, la impartialidad del juez.
Por lo expuesto creemos que ante la pregunta de si ¿Debe el juez revi-
sar las actuaciones del Fiscal previo al juicio oral a fin de evitar que su
acusación pueda ser rechazada porque se formuló en forma equivocada,
por ejemplo porque acusa por hechos que no formalizó, y por lo tanto
vulnera el principio de congruencia, o que si no señaló los medios de
prueba de que se valdrá en juicio en la forma que determina la ley, lo
corrija a fin de que en el juicio no le sea impedido presentarla, o que
dirija la acusación en contra de una persona no formalizada o no la
dirija en contra de quienes si formalizó, la rectifique para poder conti-
LA ETAPA INTERMEDIA Y EL DEBIDO PROCESO 139

nuar con el procedimiento? Consideramos que siempre la respuesta


debe ser negativa. Lo que se debe buscar en ese caso es una modifica-
ción del sistema de responsabilidades del fiscal dentro de lo que pueda
ser su carrera funcionaria, es decir, que su error lo pague el propio fis-
cal, y no los demás intervinientes al desfigurarse el sistema acusatorio
que se ha pretendido establecer en nuestro país.
En caso contrario y de hacer efectivas estas obligaciones o facultades
entregadas al juez de garantía, se estaría convirtiendo, además, en un
órgano contralor de la actividad del Fiscal, llegando incluso a sancionar-
lo, o acusarlo a su superior jerárquico para que se le sancione si se niega
a corregir esos errores, lo que aparece de manifiesto contrario a la inde-
pendencia constitucionalmente reconocida al Ministerio Público.
Lo mismo se puede decir respecto de la defensa, puesto que a ella se le
impone la misma obligación de hacer ver y solicitar la modificación de
la acusación por existir vicios formales, con lo cual se le está pidiendo al
defensor que perjudique a su representado si se percata de un vicio en
la presentación de la acusación que beneficie a su representado hacién-
dolo presente para que se corrija y se logre una sentencia condenatoria,
lo que no sólo es antitético, sino, contrario a toda ética y razón.
Si seguimos la norma legal en plenitud, terminaremos entendiendo que
el imputado, ya acusado, en el evento que existan vicios formales en la
acusación presentada por el Ministerio Público y que le puedan resultar
favorables en el momento de dictarse sentencia definitiva, debe luchar
no sólo contra el fiscal, sino, que además, contra el juez y su propio
defensor.
Así podemos preguntarnos si el error o la falta de diligencia de la actua-
ción del Fiscal, representante del Ministerio Público tendría como con-
secuencia que la contraparte debe avisarle del vicio existente y que po-
dría llevar a la dictación de una sentencia absolutoria y eventualmente a
la anulación del juicio, o que el juez si se percata del mismo debe obli-
gar al fiscal a efectuar las correcciones necesarias, suspendiendo incluso
140 RODRIGO ORTIZ CASTILLO

la audiencia a fin que tenga el tiempo suficiente para dicho fin. Pero el
error de la defensa debe ser sobrellevado sólo por ella y tiene como
consecuencia la dictación de una sentencia condenatoria para su repre-
sentado.
Por lo expuesto es que sostenemos que no es válido que bajo el pretex-
to de evitar la anulación del juicio y el tener que repetirlo, se pase por
sobre la independencia del Ministerio Público, evitando que asuma sus
errores mejorando su gestión, ya que, si el acusado es absuelto, se anula
el juicio, si en el segundo juicio se dicta nuevamente sentencia absoluto-
ria ya no caben recursos en contra de dicho fallo, rechazándose defini-
tivamente la pretensión penal.

2.2. DE LA UNIÓN Y SEPARACIÓN DE ACUSACIONES

Situación dudosa también es la que regula el artículo 274 del Código


Procesal Penal.
En este caso lo que llama la atención es que si el Ministerio Público es
el dueño de la acción penal, es quien decide que delitos persigue y cuá-
les no, si por razones de política criminal (propia de las facultades del
Ministerio Público y no del Juez) le resulta más conveniente seguir por
separado diversas investigaciones y realizar las acusaciones y los juicios
por separado, a fin de no afectar a los testigos, o no confundir a los
jueces al momento de rendir la prueba, tomando en consideración que
ello no afecta al imputado, pues según lo dispone el artículo 164 del
Código Orgánico de Tribunales: ― Cuando se dictaren distintas senten-
cias condenatorias en contra de un mismo imputado, los tribunales que
dictaren los fallos posteriores al primero no podrán considerar circuns-
tancias modificatorias que de haberse acumulado los procesos no se
hubiera podido tomar en cuenta. Deberán, asimismo, regular la pena de
modo tal que el conjunto de penas no pueda exceder de aquella que
hubiere correspondido de haberse juzgado conjuntamente los delitos.
LA ETAPA INTERMEDIA Y EL DEBIDO PROCESO 141

En esos casos, el tribunal que dictare el fallo posterior deberá modifi-


carlo, de oficio o a petición del afectado, a objeto de adecuarlo a lo allí
dispuesto.‖.
Creemos que no puede darse al tribunal la facultad de alterar la decisión
del Ministerio Público en cuanto órgano independiente y autónomo,
establecido de esa forma en nuestra Carta Fundamental quien determi-
na la forma en que presenta sus acusaciones, siendo facultad del fiscal
agrupar o separar investigaciones según resulte más adecuado al éxito
de su labor.

2.3. LIBERTAD DE PRUEBA

Respecto de los artículos 272 y Artículo 276 del Código Procesal Penal,
llama la atención:
Que el Juez de Garantía deba revisar los medios de prueba que ofrez-
can las partes a fin de limitar la posibilidad que ellas se presenten en el
juicio oral, por distintos motivos, evitar dilaciones, evitar que se intente
acreditar hechos públicos y notorios, evitar que se presenten pruebas
obtenidas con inobservancia de garantías fundamentales, permitiendo
sólo que se presenten las demás.
Que la limitación de los medios de prueba se contradice con la libertad
de prueba que promueve el artículo 295 del Código Procesal Penal al
señalar que todos los hechos y circunstancias pertinentes para la ade-
cuada solución del caso sometido a enjuiciamiento podrán ser probados
por cualquier medio producido e incorporado en la forma establecida
en el Párrafo 9° del Título III.
Que el Tribunal Oral en lo Penal, tiene dentro de sus facultades de
dirección de la audiencia de juicio la de dirigir el debate, ordenar la ren-
dición de la prueba, moderar la discusión, limitar el tiempo de uso de la
palabra o interrumpir a quien hiciere uso manifiestamente abusivo de su
142 RODRIGO ORTIZ CASTILLO

facultad. Podrá impedir que las alegaciones se desvíen hacia aspectos no


pertinentes o inadmisibles sin coartar el ejercicio de la acusación ni el
derecho de defensa.
Entonces, porqué imponer al Juez de Garantía la carga, o dependiendo
del punto de vista otorgarle la facultad, de limitar la prueba que pueden
rendir las partes con el riesgo de perder el carácter de impartial limitan-
do las pruebas de la defensa beneficiando al Ministerio Público, o favo-
recer al imputado en desmedro del Ministerio Público.
Creemos que el Juez de Garantía no puede limitar la prueba de las par-
tes, si en gran medida dicha limitación se refiere a una valoración previa
del contenido de la prueba ofrecida, ello implica que debe conocer en
qué consiste la prueba o el medio probatorio ofrecido, por ejemplo en
el caso de la declaración de un testigo, saber todos los elementos a los
que se referirá o de los que tiene conocimiento para ver si ellos en rela-
ción a los otros medios de prueba, testigos, documentos, peritajes, pue-
den ser o no considerados dilatorios o pertinentes.
Como saber en forma previa al juicio si la declaración de dos o más
testigos que sean contestes en su contenido puede ser considerara dila-
toria, si no es posible asegurar que van a asistir a la audiencia de juicio, y
en el caso que alguno de ellos se vea impedido de hacerlo, cuál de ellos
estará en condiciones de asistir.
Además, si se reduce el número de testigos que podrán declarar en
juicio, ello implica indicar en forma clara y precisa quienes serán los
que, si declararán, lo que queda plasmado en el auto de apertura de
juicio oral, que no puede ser modificado por el Tribunal Oral en lo
Penal, sin que pueda recibir la declaración de personas que no se en-
cuentren individualizadas como testigos. Estimamos que de esta forma
se vulnera el derecho a defensa si los testigos cuya declaración se auto-
rizó no concurren al juicio por impedimento de cualquier tipo, pudien-
do concurrir aquellos que fueron excluidos, y que no pueden declarar
LA ETAPA INTERMEDIA Y EL DEBIDO PROCESO 143

en la audiencia al no estar contemplados en el auto de apertura de juicio


oral por haber sido excluidos al estimarse que al presentar la lista de
testigos por el número de los mismos la prueba podía ser considerada
dilatoria.
Estimamos suficiente para asegurar la igualdad de armas o de contradic-
toriedad entre los intervinientes, y evitar sorpresas en el juicio que se
señalen los argumentos de todos los intervinientes, acusación fiscal y
particular, contestación por parte de la defensa y señalamiento claro y
preciso de los medios de prueba de los que se valdrán en el juicio oral.
En este sentido concordamos con el procesalista don Omar Benaven-
tos, quien señala al referirse al Código General del Proceso de Uruguay,
que el autoriza al juez a cercenar los medios probatorios ofrecidos por
las partes (si los considera impertinentes) en la audiencia preliminar es
una clara violación al más elemental derecho de defensa que le asiste a
las partes de proponer, de armar su estrategia procesal y escoger los
medios de prueba que estimen conducentes para acreditar los hechos
invocados como sustento de su pretensión o defensa.67

3. DE LA IGUALDAD DE LOS INTERVINIENTES


En el artículo 277 del Código Procesal Penal, debemos centrar nuestra
atención en su inciso 2° por el cual se concede el recurso de apelación
sólo a una de las partes: El Ministerio Público, y sólo en el caso que se
le excluya prueba por haber sido obtenida con vulneración de garantías
constitucionales.
Esta situación es contraria a la igualdad que debe existir en el trato a las
partes (Ministerio Público, querellante, defensa).

67BENABENTOS. Omar A. Teoría General del proceso. Editorial Juris. Rosario. Julio de
2005. Tomo 2, págs. 200-201.
144 RODRIGO ORTIZ CASTILLO

En este sentido se han dictado diversas sentencias por parte del Tribu-
nal Constitucional, acogiendo la solicitud de inaplicabilidad por ser
parte de dicha norma y que sólo permite el recurso de apelación al Mi-
nisterio Público declarando inconstitucional la frase ―cuando lo inter-
pusiere el Ministerio Público‖.
Lo anterior estimando el Tribunal Constitucional que queda claro que
el debido proceso penal debe ajustarse a lo dispuesto en el número 3º
del artículo 19 de la Constitución, en expresa armonía con su numeral
26º, es decir, lograr la igual protección de la ley en el ejercicio de los
derechos, lo que naturalmente se ve violentado cuando un derecho
procesal básico, en este caso el derecho a la tutela judicial efectiva, es
otorgado por la ley a sólo uno de los dos agraviados por una resolución
judicial, excluyendo al otro de la posibilidad de reclamar;
Que, analizado lo anterior en conjunto con los estándares de racionali-
dad y justicia que la Constitución exige al proceso jurisdiccional, es
menester concluir que los mismos se ven violentados por la limitación
que contiene el precepto en comento, en torno al derecho a expresar
sus agravios a través del recurso de apelación.68
En un caso relativo a la imposibilidad de recurrir de apelación por parte
de la defensa se estimó que, no se divisa razón ni proporción en otorgar
el recurso de apelación en forma privativa a uno de los intervinientes,
como es el ministerio público, mas no al imputado, lo que hiere injusti-
ficadamente su derecho a participar con igualdad de oportunidad ante
los órganos jurisdiccionales.
En efecto, siendo lógico que al amparo del artículo 277, inciso segundo,
examinado, el ministerio público pueda apelar, en función de superar la
presunción de inocencia que beneficia al imputado, no lo es que a éste

68http://www.tribunalconstitucional.cl/index.php/sentencias/download/pdf/1309 28
de agosto de 2010
LA ETAPA INTERMEDIA Y EL DEBIDO PROCESO 145

se le impida levantar -con iguales posibilidades procesales- una teoría


alternativa o colateral al caso, en defensa activa de sus derechos;
En consecuencia, existiendo dos sujetos activos en un mismo proceso
penal, toma cuerpo una discriminación arbitraria cuando se entiende
que solamente uno puede apelar por exclusión de la prueba, y el otro
no.69

69http://www.tribunalconstitucional.cl/index.php/sentencias/download/pdf/1309 28
de agosto de 2010
CONCLUSIONES

Según hemos podido ver a lo largo de este texto, nuestra Constitución


Política de la República garantiza a todos los habitantes de la República
el derecho a un procedimiento y una investigación racional y justa, ya
que en el debate el Constituyente si bien quería asegurar un debido
proceso, no quiso utilizar dicha terminología a fin de evitar confusiones
con el sistema del common law .
Hemos podido constatar también, que en la etapa intermedia del proce-
so penal chileno el legislador no garantiza este derecho, ya que no apa-
rece como racional y justo , o como debido proceso aquél en que se
entregan facultades y deberes al juez de garantía que afectan su impar-
cialidad, impartialidad, así como la diferencia que hace el Código Proce-
sal Penal que afectan la igualdad de las partes, y otras que afectan la
independencia del Ministerio Público.
Así el Código Procesal Penal afecta este llamado procedimiento y una
investigación racional y justa, por la aplicación práctica que se da a di-
chas normas, en que los jueces, como regla general, no han podido
abstraerse del sistema inquisitivo, hacer valer las facultades que le per-
miten intervenir en las actuaciones de las partes, sin serlo, y aún en
algunos casos, ir en contra de las actuaciones de ambas partes, buscan-
do soluciones que no le han sido sometidas a su decisión, vulnerando el
principio dispositivo del proceso penal, en busca de conseguir una con-
dena y no de cumplir la función real del Juez.
En el Código Procesal Penal chileno se afecta la imparcialidad del juez
al tener que dictar sentencia conforme a las reglas del procedimiento
abreviado, que como ya se ha señalado implica que primero con cono-
cimiento de los antecedentes debe resolver si es aplicable dicho proce-
dimiento, es decir, debe verificar si existen antecedentes que permitan
148 RODRIGO ORTIZ CASTILLO

determinar la existencia del delito, si hay antecedentes para justificar la


participación del acusado en la forma planteada en la acusación, y si la
pena solicitada procede legalmente y se encuentra dentro del marco
normativo que permite la aplicación de este procedimiento, en pocas
palabras si es posible dictar sentencia condenatoria y aplicar la pena
solicitada por el Ministerio Público, lo que como se ha dicho afecta la
imparcialidad del juez o al menos hace sospechoso dicho actuar.
Se afecta también la independencia del Ministerio Público, al darse al
querellante, defensor y juez de garantía la posibilidad de hacer valer
vicios formales para que éste modifique su acusación. Al mismo, tiem-
po cuando se da la facultad al juez de garantía de disponer la unión o
separación de acusaciones y excluir prueba presentada por la fiscalía, el
querellante o por la defensa.
Se altera la igualdad de las partes al otorgarse el recurso de apelación
contra del auto de apertura sólo al Ministerio Público, en desmedro de
los demás intervinientes, querellante y defensor.
Entendiendo que el debido proceso es ni más ni menos que ―un méto-
do de debate dialéctico entre dos o más personas actuando en pié de
igualdad (jurídica) ante un tercero que ostenta el carácter de autoridad
(quien es imparcial, impartial e independiente)‖, podemos verificar que
la ley, el Código Procesal Penal, vulnera el debido proceso al dar facul-
tades e imponer obligaciones al juez de garantía que afecta su imparcia-
lidad, su impartialidad, que afecta la igualdad de trato ante la ley a las
partes, al permitir u otorgar la posibilidad de apelar del auto de apertura
sólo al Ministerio Público, lo que niega al querellante y a la defensa, en
el caso de exclusión de prueba obtenida con vulneración de garantías
constitucionales.
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tica de la República, revisado el 7 de noviembre de 2011.
ÍNDICE

INTRODUCCIÓN ................................................................................. 9
CAPITULO I ......................................................................................... 13
ACERCAMIENTO AL TEMA .......................................................................... 13
1. BREVE RESEÑA HISTÓRICA DEL PROCEDIMIENTO PENAL
EN CHILE ............................................................................................ 13
2. SOBRE EL ACTUAL PROCESO PENAL CHILENO ................... 18
CAPITULO II ....................................................................................... 25
LA ETAPA INTERMEDIA
EN EL PROCESO PENAL CHILENO .......................................................... 25
1. ETAPA ESCRITA .............................................................................. 26
1.2 LA ACUSACIÓN ............................................................................. 26
2. ETAPA ORAL ................................................................................... 28
2.1. AUDIENCIA DE PREPARACIÓN DE JUICIO ORAL ............... 28
2.2. FINES DE LA AUDIENCIA DE PREPARACIÓN DE JUICIO
ORAL..................................................................................................... 32
2.3. ACTUACIÓN DE LAS PARTES ................................................... 35
2.3.1. EL MINISTERIO PÚBLICO ...................................................... 35
2.3.2. EL QUERELLANTE .................................................................. 37
2.3.3. LA DEFENSA .............................................................................. 38
2.3.4. ACTUACIÓN DEL JUEZ ........................................................... 39
CAPITULO III ...................................................................................... 43
PRINCIPIOS PROCESALES RELATIVOS
A LA ETAPA INTERMEDIA .......................................................... 43
1. EL PRINCIPIO DE OBJETIVIDAD ............................................... 43
156 RODRIGO ORTIZ CASTILLO

2. PRINCIPIO DE OBJETIVIDAD VERSUS PRINCIPIO DE


IMPARCIALIDAD ................................................................................ 47
3. EL PRINCIPIO DE CONGRUENCIA ............................................ 48
CAPITULO IV ...................................................................................... 53
LOS DERECHOS Y GARANTÍAS RECONOCIDAS
EN NUESTRA CONSTITUCIÓN ................................................................... 53
1. BREVE RESEÑA HISTÓRICA........................................................ 54
2. NUESTRA CARTA FUNDAMENTAL ACTUAL: ARTÍCULO 19 . 58
3. RESUMEN ........................................................................................ 61
CAPITULO V ........................................................................................ 63
EL DEBIDO PROCESO .................................................................................... 63
1. SOBRE EL PROCESO ...................................................................... 63
2. SOBRE EL DEBIDO PROCESO ..................................................... 73
CAPITULO VI ...................................................................................... 77
LA ETAPA INTERMEDIA DEL PROCESO PENAL................................ 77
1. LA ETAPA INTERMEDIA DEL PROCESO PENAL EN LA
DOCTRINA .......................................................................................... 78
1.1. ALBERTO BINDER: ..................................................................... 78
1.2. ANDRÉS BAYTELMAN ................................................................ 83
1.3. J.CRISTÓBAL NÚÑEZ VÁSQUEZ .............................................. 84
1.4. JAVIER CASTRO JOFRÉ .............................................................. 84
1.5. RODRIGO CERDA SAN MARTÍN-FRANCISCO HERMOSILLA
HIRIARTE. ........................................................................................... 87
1.6 .CLAUS ROXIN ............................................................................... 89
1.8. RAFAEL BLANCO - MAURICIO DECAP - LEONARDO
MORENO - HUGO ROJAS.................................................................. 94
1.9. MARÍA INÉS HORVITZ LENNON-JULIÁN LÓPEZ MASLE . 96
LA ETAPA INTERMEDIA Y EL DEBIDO PROCESO 157

1.10. CONSTANCE VALLE FIGUEROA ............................................ 99


1.11. ARIOSTO REINOSO HERMIDA ............................................... 100
1.12. RAÚL TAVOLARI OLIVEROS ................................................... 102
1.13. ERBETTA – ORSO - FRANCESCHETTI Y CHIARA DÍAZ .... 105
1.14. CRISTIAN MATURANA MIQUEL ............................................ 108
1.15. RENÉ LUIS NÚÑEZ AVILA ...................................................... 110
CAPITULO VII .................................................................................... 115
LA ETAPA INTERMEDIA EN
LA LEGISLACIÓN COMPARADA .............................................................. 115
1. CÓDIGO PROCESAL PENAL DE LA NACIÓN ARGENTINA .. 115
2. CÓDIGO PROCESAL PENAL DEL PERÚ ................................... 117
3. CÓDIGO DEL PROCESO PENAL DEL URUGUAY ................... 118
4. CÓDIGO PROCESAL PENAL DE COSTA RICA ......................... 118
5. CÓDIGO PROCESAL PENAL DE COLOMBIA ........................... 120
CAPITULO VIII .................................................................................. 123
CUESTIONES PROBLEMÁTICAS .............................................................. 123
1. LA IMPARCIALIDAD DEL JUEZ .................................................. 123
1.1. LA IMPARCIALIDAD DEL JUEZ EN LA JURISPRUDENCIA 125
INTERNACIONAL ............................................................................. 125
1.2. EL PROCEDIMIENTO ABREVIADO ........................................ 127
1.2.1. SITUACIÓN FÁCTICA .............................................................. 130
1.2.2. DEL PROCEDIMIENTO ABREVIADO Y EL DEBIDO
PROCESO ............................................................................................ 133
2. DE LA IMPARTIALIDAD DEL JUEZ Y DE LA
INDEPENDENCIA ............................................................................ 136
DEL MINISTERIO PÚBLICO ........................................................... 136
2.1. CORRECCIÓN DE VICIOS FORMALES ................................... 137
158 RODRIGO ORTIZ CASTILLO

2.2. DE LA UNIÓN Y SEPARACIÓN DE ACUSACIONES ............. 140


2.3. LIBERTAD DE PRUEBA............................................................. 141
3. DE LA IGUALDAD DE LOS INTERVINIENTES ....................... 143
CONCLUSIONES .............................................................................................. 147
BIBLIOGRAFIA ................................................................................................. 149
ÍNDICE ................................................................................................................. 155

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