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Encuentro de dos mundos

Arguedas, precusor de
indigenistas
Alumna: Romaydita Silvia Morales Salinas
Maestra: Marina Goméz Ríos
Arguedas, precusor de indigenistas
Nuestra sociedad cada día se está convirtiendo en un problema díficil de entender, por la
gran complejidad que va creciendo en cuanto a las relaciones sociales de lugar o grupo
social.
El mensaje que quiere transmitir José Maria Arguedas en todas sus obras es la
reestructuración de la cultura y de los valores dentro de la sociedad, ya que muchos se
han perdido.
Son variados los mensajes de cada una de las obras, sin embargo mantenía un mensaje
de apreciación por las culturas, sobre todo las culturas indígenas.

José María Arguedas Altamirano nació el 18 de enero de 1911 en Andaveras, en la sierra


sur del Perú. Su madre era de una familia criolla aristocrática y quedó huérfana a la edad
de dos años y medio, ante la ausencia de su padre, cortesano y viajero, y su conflictiva
relación con su madrastra, que lo maltrata a él y a sus hermanastros, busca refugio en el
amor de los sirvientes andinos con los que tiene una relación íntima, conocer la realidad
y cultura de las comunidades indígenas. La experiencia la convirtió en una voz especial
para los derechos indígenas, ya que el evento influyó profundamente en su vida y
literatura. Sus estudios primarios los realizó en San Juan de Lucanas, Puccio, Ayacucho
y sus estudios secundarios en Huancayo, Ica y Lima. En 1931 ingresó a la Facultad de
Letras de la Universidad de San Marcos; allí se graduó en literatura y luego estudió
etnología. Obtuvo una licenciatura en 1957 y un doctorado en 1963. De 1937 a 1938 fue
encarcelado por protestar contra los emisarios del dictador italiano Benito Mussolini y se
unió al Partido Comunista. Simultáneamente a su formación profesional, comenzó a dar
clases en Sikuani, Cuzco en 1941, luego en los Colegios Nacionales Alfonso Ugarte,
Guadalupe y Mariano Melgar en Lima, hasta 1949. También se desempeñó como
funcionario en el Ministerio de Educación y mostró interés en la preservación y
promoción de la cultura peruana, especialmente la música y la danza andina. Fue
director de Kulturhuset (1963-1964) y director del Museo Nacional de Historia (1964-
1966). En la educación superior, fue profesor de etnología en la Universidad Mayor de
San Marcos (1958-1968) y en la Universidad Nacional Agraria de La Molina (1962-1969).
Abrumado por conflictos emocionales, se suicidó el 28 de noviembre de 1969 y murió el
2 de diciembre a los 58 años tras cuatro días de sufrimiento. Sus obras narrativas
reflejan descriptivamente sus vivencias extraídas de las realidades del mundo andino y
se caracterizan por: Agua (1935), Carnaval de Jabal (1941), Diamantes y Picapiedra
(1954), Los Abismos (1958), El Sexto (1961). El dolor de Rasu Ñiti (1962), Toda sangre
(1964), El sueño de Pongo (1965), Zorro arriba y Zorro abajo (publicado póstumamente
en 1971). Todas sus obras literarias están incluidas en los primeros cinco volúmenes de
The Complete Works (1983). Además, ha traducido y seleccionado poemas y cuentos en
quechua, así como obras de antropología y etnología, así como sus obras no literarias en
sus Obras Completas, Volumen Dos (2012)
José María Arguedas Altamirano nació el 18 de enero de 1911 en Andaveras, Perú, en la
sierra sur. Era hijo de Víctor Manuel Arguedas Arellano y Victoria Altamirano Navarro.
Cuando su madre murió de "cólico hepático" (cuando él tenía tres años), se mudó con su
abuela Teresa Arellano a Andavelas. En 1915, cuando fue nombrado juez de primera
instancia en la provincia de Lucan, en la provincia de Ayacucho, su padre pasó al cargo y
pronto se unió a un rico hacendado con quien se casó, en la provincia de Ayacucho,
viuda de Pacheco Grimanesa Arangoitia Iturbi (1917), José María fue entonces a Lucan a
ver a su madrastra.
Este viaje fue muy importante para él y siempre lo recordará. La familia se instaló en
Pucho, la capital de las Islas Lucan, Ayacucho. José María asistió a un colegio privado
con su hermano Aristide, que era dos años mayor que él. Al año siguiente, 1918, los
hermanos continuaron sus estudios en San Juan de Lucanas, a 10 kilómetros de Puquio,
donde vivían con su madrastra. En 1919, Arístides fue enviado a Lima a estudiar y José
María siguió viviendo con su madrastra.
Cuando Augusto B. Leguía llegó al poder en 1920, el padre de José María del lado
opuesto (pardista) perdió su puesto como juez y tuvo que regresar al ajetreo de un
abogado de tribunal y una carrera itinerante. Simplemente le dio la oportunidad de visitar
a su familia. Esta etapa de la vida del niño José María se caracteriza por su complicada
relación con su madrastra y su hermano Pablo Pacheco. Sintió un desprecio evidente por
su hijastro y siguió enviándolo a los sirvientes nativos de la hacienda, de donde no lo
sacó hasta la llegada de su padre, que Agda ocupó por primera vez en 1997.
La obra académica de Agda es bastante extensa e incluye alrededor de 400 obras, entre
obras literarias (novelas y cuentos), traducciones de poesía quechua y cuentos al
español, sobre la lengua quechua, mitología prehispánica, monografías, ensayos y
artículos sobre folklore, educación masiva y otros aspectos de la cultura peruana. El
ambiente especial en el que se educó en las tradiciones culturales tanto occidentales
como indígenas, combinado con emociones sutiles, le permitió comprender y describir la
compleja realidad de los indígenas de la misma manera que otros intelectuales peruanos
con los que se identificaba fuertemente, la obra del escritor y etnólogo de Agda nunca ha
estado completamente separada, incluso en sus estudios más eruditos encontramos el
mismo lenguaje lírico que en sus cuentos.
La importancia fundamental de este autor ha sido reconocida por la crítica peruana y sus
colegas, como Mario Vargas Llosa, quien dedicó a su obra una colección de ensayos
titulada "Antigüedad utópica". Alfredo Bryce Ešenike también incluyó las obras de Agda
en sus escritos de vida. Aunque no es muy conocido fuera de Perú, el trabajo de Agda
ha recibido una atención cada vez mayor a lo largo de los años.

El <<SEXTO>> habla sobre la condena del autor a los horrores vividos en la cárcel. El
personaje principal (su alter ego) es un estudiante universitario Gabriel Osborno, joven y
de campo.
Ha sido testigo de las injusticias y otras fechorías que tienen lugar en las cárceles que
sumergen a las víctimas en el dolor, la miseria, el sufrimiento y la muerte, pero también
fue un testimonio de la solidaridad, la amistad y el idealismo de los presos políticos por
un país mejor. Allí encontró, según sus propias palabras, "lo mejor y lo peor del Perú".
Después de todo, las prisiones son un microcosmos del país donde chocan razas, clases
sociales y subculturas. Él cree que la injusticia en las cárceles y en todo el país es el
resultado del sistema racista, excluyente y elitista de Perú.
A pesar de la popularidad de la novela entre los lectores peruanos, la crítica no le prestó
la misma atención que a otras novelas del autor (como Yawar Fiesta o Los ríos
profundos), quizás porque es considerada la más importante de todas las novelas. El
menos polémico.
Un entorno alejado de los Andes, con poco carácter local, da paso a un entorno urbano
rico en carácter criollo y costero. Sin embargo, la novela tiene vínculos con otras obras
suyas, comenzando con el protagonista Gabriel Osborne, un joven estudiante andino de
Apurímac y alter ego del autor. Gabriel imagina el mundo carcelario a través del lente de
los Andes; recuerda los paisajes de su país y los Huanos y confía en su quechua nativo a
los presos, que tienen un origen andino diferente.
En el epígrafe de la primera edición de la novela, Arguedas afirma que decidió escribirla
en 1939, al salir de la cárcel, pero que empezó a poner en práctica esta idea a partir de
1957.​El escritor tenía 26 años cuando vivió dicha experiencia carcelaria. Ocurrió durante
la dictadura del general Oscar R. Benavides,​ bajo la cual se hallaban fuera de la ley los
partidos aprista y comunista. En realidad, Arguedas nunca fue un activo militante
partidario, pero sus simpatías estaban del lado del comunismo y en contra del fascismo,
pues se había formado intelectualmente leyendo las obras de José Carlos Mariátegui.
Fue por eso que cuando en 1937 se anunció la visita del general italiano Cammarota
(representante del dictador Benito Mussolini) a la sede de la Universidad de San Marcos,
un grupo de estudiantes sanmarquinos se puso de acuerdo para organizar una protesta;
entre ellos en encontraba Arguedas. Todos ellos eran partidarios acérrimos de la
Segunda República Española y como tales, opositores declarados de la dictadura
italiana, que por entonces apoyaba al bando sublevado, de ideología fascista, en plena
guerra civil española. En el fragor del acto, los estudiantes rodearon al general
Cammarota e intentaron arrojarlo a la pila del patio de Derecho, hecho que fue impedido
por un grupo de profesores. La embajada italiana protestó enérgicamente ante el
gobierno peruano, y el general Benavides, a fin de dar un escarmiento ejemplar, ordenó
la prisión de todos los estudiantes involucrados. Fue así como Arguedas fue a dar en El
Sexto (prisión llamada así por estar colindante a la sexta comisaría de la avenida Alfonso
Ugarte de Lima), donde pasó once meses, de noviembre de 1937 a octubre de 1938.​
El mundo de los presos políticos de El Sexto refleja la realidad del Perú en la década de
1930: en cambio, los sacerdotes son la mayoría y los comunistas la minoría.
Estos partidos revolucionarios surgieron en la década de 1920 con el pretexto de
promover la revolución de raíz, cambió el país, pero el APRA, fundado por Víctor Raúl
Hay de la Torre, se convirtió en un partido de masas a principios de la década de 1930
con el apoyo de trabajadores, campesinos, estudiantes y la clase media. Participaron en
las elecciones parlamentarias de 1931, pero perdieron ante el teniente coronel Luis
Sánchez Cerro, no reconocieron el resultado y se volvieron contra la oposición más
violenta, culminando en la llamada Revolución de Trujillo en 1932, y fueron duramente
reprimidos por la gobierno. Los apristas y los comunistas fueron perseguidos y
prohibidos en virtud de una disposición de la constitución de 1933 que prohibió los
partidos políticos internacionales; en ese momento comenzó la creación del término
"procomunista". Las prisiones están llenas de presos políticos y esto no ha cambiado
desde que Oscar Bush llegó al poder. Tras el asesinato de Sánchez Cerro por la milicia
Apresta en 1933, Benavides. La novela es un eco de la lucha de apriistas y comunistas
contra la dictadura de Benavies, pero también refleja el enfrentamiento doctrinal entre
ambos bandos. Aprista acusó al Partido Comunista de servir a la Unión Soviética y de
ser antipatriótico. Al mismo tiempo, los comunistas creían que Aprista era un conspirador
al servicio de los intereses de los explotadores, impidiendo así una verdadera
revolución.Ante esta polémica, el joven Gabriel se mostró como un fuerte individualista:
aunque se sentía más cercano a un comunista, no estaba de acuerdo con este fanatismo
extremo. Puedes definirlo como una persona independiente.
Los hechos descritos tuvieron lugar en el penal El Sexto de la avenida Bolivia, en el
centro de Lima, donde estuvo recluido Alfonso Ugarte. La historia comienza con el joven
Gabriel describiendo su llegada después de dejar la Intendencia; pasando por un gran
patio, es conducido al tercer piso, el ático de los presos políticos. El primer piso es para
los presos comunes más peligrosos (asesinos, ladrones convictos), el segundo piso es
para los presos sin experiencia (violadores, mentirosos, delincuentes primerizos), y el
tercer piso es para los presos políticos, divididos en presos políticos y comunistas.

Los ríos profundos es la tercera novela del autor peruano José María Agueda. El título de
la obra (Uku Mayu en quechua) hace referencia a la profundidad de los ríos andinos que
nacen en lo alto de la Cordillera de los Andes, pero también a las raíces estables y
ancestrales de la cultura andina, que, según Agda, es la verdadera cultura nacional
identidad de Peru. Publicado en 1958 por Losada en Buenos Aires, el libro ganó el
Premio Nacional Ricardo Palma de Promoción de la Cultura en Perú (1959) y fue
nominado al Premio William Faulkner en Estados Unidos (1963). Desde entonces, ha
crecido el interés por el trabajo de Agda y el libro ha sido traducido a varios idiomas en
las próximas décadas. Según la crítica profesional, la novela marca el inicio de una
nueva corriente indígena, ya que es la primera vez que se tratan los problemas indígenas
desde una perspectiva más indígena, y además es una obra sobre los indios de México.
Por Juan Rulfo. La mayoría de los críticos están de acuerdo en que esta novela es la
obra maestra de Agda.
A fines de la década de 1950, Agdas fue prolífico en literatura, el libro fue publicado en
un momento en que el nativismo estaba en pleno apogeo, en ese momento, el
antropólogo e historiador Louis E Valcarcel era secretario de educación y organizó el
Museo Cultural, institución que promueve los estudios indígenas. Por otro lado, con la
aparición de “Los ríos profundos”, se inicia en el Perú la valoración de la obra de Agda, y
este proceso se da también a nivel internacional.
El origen de la novela es el cuento "Warma kuyay" (parte del libro de cuentos "Agua"
publicado en 1935), donde uno de los personajes es el niño Ernesto, sin duda de "Los
ríos profundos" Ernesto. En 1948, Agdas publicó un ensayo en forma de relato
autobiográfico4, que luego formó el segundo capítulo de la novela titulada Los viajes.
En 1950, Agdas anuncia la existencia de un proyecto de ficción en el artículo "El
problema de la ficción y la expresión literaria en el Perú". Unos años más tarde,
alrededor de 1956, en un viaje de negocios a Perú, quiso terminar la novela. Valle de
Van Taro. No paró hasta que vio que las cosas estaban hechas. El relato va
acompañado de textos etnográficos como la etimología de zumbayllu o el pico mágico.
Place d'Abanquet, uno de los escenarios de la novela. El 70% de la acción de la novela
transcurre en lengua avancai de habla quechua de la ciudad de Abankaya. Los dos
primeros capítulos de la novela tratan otros escenarios: Cuzco y varias localidades
costeras y serranas del sur y centro del Perú, donde el protagonista Ernesto viajó con su
padre antes de establecerse en Abanka. El pequeño pueblo de Abankaya tiene
pequeñas comunidades separadas por campos de moreras y campos de caña de azúcar
que se extienden hasta el río Pachachaca. Estaba rodeada por la hacienda de
Pattibamba, pero su patrón no la vendió, por lo que el pueblo no pudo expandirse. Un
árbol característico de Abanka es el pisoni local, que florece con flores de color rojo
brillante en primavera. La novela tiene lugar en Abanka, donde las madrazas, o
internados, con sus grandes y polvorientos patios son lugares importantes; cerca de
Huanupat, un tugurio apestoso lleno de gente chicheria, donde también puedes
encontrar mujeres sueltas; área de la mano; Avenida Candebamba, que es una amplia
avenida llena de moreras. Al borde se encuentra el Puente Pachachaca, símbolo de la
conquista española, con cimientos de piedra caliza y cantos rodados que, a pesar de
tener cientos de años, sigue en pie y lleva el río Pachachaca que fluye bajo el impacto de
su arco.
El río es un elemento importante en el mundo mágico-religioso de la cultura andina, de
ahí el título de la obra, pero con el agregado de “profundo”, creando así una metáfora de
la cosmovisión andina. una novela autobiográfica, la narración está ambientada en la
década de 1920, es decir, August B Leguía, más precisamente, era 1924 y Agdas estaba
en quinto grado en la escuela Abankaya bajo la supervisión de sus padres en Merced. La
novela sigue la maduración de Ernesto, un chico de 14 años que debe enfrentarse a las
injusticias del mundo adulto del que se está convirtiendo y debe elegir su camino. La
historia comienza en Cuzco, ciudad a la que Ernesto y su abogado viajero, el padre
Gabriel, han llegado en busca de un pariente rico llamado Elviejo para encontrar trabajo
y protección.
Pero fallaron, después de eso, continuaron su aventura en muchas ciudades del sur del
Perú. En Abanka, Ernesto asistió a un internado religioso mientras su padre seguía
buscando trabajo. Luego de eso, Ernesto deberá vivir con los estudiantes en un
internado, un microcosmos de la sociedad peruana con reglas crueles y violentas. Más
tarde, afuera de la escuela, la rebelión de un grupo de chicheros, exigiendo la
distribución de sal, y la afluencia de colonos o campesinos indígenas a la ciudad,
exigiendo víctimas de una epidemia masiva de fiebre tifoidea, llevaron a Ernesto a una
profunda toma de conciencia: debía elegir los valores de la emancipación por encima de
la seguridad económica. Por lo tanto, su proceso de aprendizaje alcanza su punto
máximo. La novela termina con Ernesto dejando Abankaya por la propiedad de "El Viejo"
en el Valle de Apurímac, donde espera el regreso de su padre.

Para concluir, en este ensayo doy a conocer como José maría Arguedas dio a conocer la
existencia del Perú profundo lleno de maltratos, marginaciones por medio de sus
escritos.
José maría Arguedas fue uno de los pocos escritores q dio a conocer el Perú profundo ya
que el vivió dos años en contacto con los indios hablando su idioma aprendiendo sus
costumbres hasta que en 1923 los recogió sus padres, basto con ello que José maría
Arguedas aprendiera sus costumbres penurias, tristezas de los indios ,es lo que plasma
en todas sus obras por ejemplo el zorro de arriba y el zorro de abajo, el sexto etc.

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