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La importancia del dibujo en el diseño gráfico

El dibujo ha sido una constante a lo largo de la historia de la


humanidad. Los cavernícolas fueron quienes empezaron a usarlo como medio
de comunicación para contar sus hazañas: al principio eran dibujos grandes,
limitados a las herramientas primitivas que disponían en la época. Con el
tiempo dichos dibujos se simplificaron, y se convirtieron en pictogramas, lo que
les permitió narrar historias de forma más y eficiente rápida.

A medida que pasó el tiempo, las civilizaciones surgieron y


evolucionaron, haciendo que el dibujo también cambie: aquellos pictogramas se
convirtieron en ideogramas, y luego en fonogramas. A pesar de que el dibujo
dejó de ser el principal medio de comunicación (debido a la aparición del
alfabeto), no cesó en ser un medio de expresión. Los movimientos artísticos y
sus representantes jugaron un papel fundamental en este periodo de transición,
todos tomaron cierta inspiración del dibujo: la edad clásica, el renacimiento, el
impresionismo, surrealismo o el incluso pop art, ya que una buena pintura
necesita un buen dibujo como base. Asimismo, para tener una escultura o
estructura de calidad, se debería tener un buen diseño, y la mejor forma de
diseñar es dibujando. Figuras importantes como Leonardo Da Vinci o Vincent
Van Gogh, antes de pintar, se dedicaban al dibujo para tener una idea más clara
de lo que querían proyectar.
Diseñar es anticipar, y el dibujo es una herramienta valiosa e
irremplazable en este proceso. Originalmente, los afiches publicitarios eran
ilustrados y coloreados a mano, lo que ocasionaba que su producción sea muy
baja, convirtiéndose en algo más bien exclusivo, ideado para algún evento
especifico. Sin embargo, con la llegada de la revolución industrial, dichos afiches
se volvieron la norma, haciendo que la ilustración manual no saliera rentable,
pues debían tener un diseño que logre diferenciarse al resto.

Dada la cantidad de nuevos productos que salían en masa durante


aquella época, la solución fue dibujar estos afiches con la finalidad de que sean
impresos en masa, así como lo eran las envolturas de chocolates, cigarrillos,
bebidas o medicinas. Los dibujos estaban bien construidos, y al ser el objeto
principal del diseño lograba captar la atención del cliente, pues su estructura
estaba bien lograda. Un ejemplo de esto son las ilustraciones de Alfons Mucha,
ya que tenía un correcto uso de la anatomía, lo que hacía que resaltara la belleza
de la mujer del empaque, junto a la decoración ornamental que acompañaba al
dibujo de la mujer, hizo que sus diseños se distinguieran de la competencia y
atraiga al consumidor, logrando que marcas se posicionen y ganen
reconocimiento.

La tecnología, los conocimientos, las tendencias y las prácticas toman


un papel importante en el siglo XX: en el año 1919 nace la escuela Bauhaus,
misma que tendría un papel fundamental en el diseño gráfico. La escuela
Bauhaus promovió una estética minimalista y funcional, como una forma de
buscar nuevas expresiones visuales. La tipografía, el dibujo y la impresión,
permitieron una producción de materiales gráficos diferentes: sus talleres eran
multidisciplinarios, por lo que los diseñadores trabajan con arquitectos, artistas
y artesanos. Estar en contacto con otras ramas del arte logró que los diseñadores
tuvieran mayor interacción con diferentes formas de expresión artística, lo
expresaban a través de dibujos, y permitía que su creatividad cree diseños más
coherentes, atractivos e innovadores que se alejaban de los estilos ornamentales
del pasado.

La tipografía es otro sus puntos fuertes, por ejemplo, la Bauhaus


tiene la familia tipográfica “Carácter Universal”: esta familia inspiró a muchos
diseñadores a bocetar, diagrama y diseñar sus propias tipografías, como lo es la
ITC Ronda. El legado de la Bauhaus sigue perdurando hasta el día de hoy que
inspira a muchos diseñadores. La Bauhaus no ha sido la única escuela que desde
sus inicios ha fomentado el dibujo como una herramienta indispensable para el
diseño. La Escuela de Diseño Gráfico de Nueva York, surgió en la década de
1950 en Estados Unidos. Sus miembros eran principalmente artistas y
diseñadores gráficos que compartían una visión común: la importancia del
dibujo en el proceso creativo.

Los diseñadores de esta escuela creían que el dibujo era esencial para
la exploración de ideas y la creación de diseños que fueran efectivos, les
permitía trabajar de manera rápida y eficiente ya que podían experimentar con
formas, colores, estilos y composiciones, no se dejaban llevar por una tendencia
o moda o estilo en especifico como lo es hoy en día. Además, el dibujo permitía a
los diseñadores gráficos comunicarse de manera efectiva con sus clientes y
colaboradores, pues al pesentarles los bocetos y las ilustraciones ayudaban a
visualizar las ideas y a hacer ajustes antes de pasar al diseño final.

La creatividad florecía mediante el dibujo, bocetar en lápiz y papel


era el día a día para así visualizar todas las ideas que tenemos en la cabeza.
Aunque la tecnología ha cambiado la forma en que se realiza el diseño gráfico,
cada vez un diseñador dibuja menos, debido a la utilización de programas que
facilitan la creación de diseños, incluso con el auge de las inteligencias
artificiales, crear diseños o ilustraciones es aún más fácil. Lastimosamente, esto
deriva a la creación de diseños iguales los unos a los otros y no hay creatividad,
aunque no es el caso de todos los diseños, pero sí de una gran parte de ellos. El
dibujo sigue siendo una habilidad fundamental para cualquier diseñador gráfico
que quiere diferenciarse del resto. El uso de herramientas digitales debería ser
eso, una herramienta que nos permita explorar nuestras ideas, pero no un
reemplazo del dibujo tradicional, sino que se convierta en un complemento que
deberíamos aprovechar para así.

Un diseñador debe dominar cómo operar estos programas de diseño,


como Adobe Illustrator, Photoshop, InDesign, la tipografía, la teoría del color o
composición, para ganar dominio de todo esto hay que diseñar y una de las
mejores formas de hacerlo es dibujando, ya que de esa forma podemos
ahorrarnos mucho tiempo al materializar nuestra idea y observar si el diseño
realmente funciona o no en los programas de edición, porque es posible que en
papel funcione y en digital no, y viceversa.

Esto no solo aplica para dibujos o ilustraciones, como muchos creen,


también abarca a los carteles tipográficos porque, como mencioné antes, un
diseñador deber tener dominio de tipografía. La tipografía es el arte y la técnica
de organizar y diseñar letras, lo que incluye la elección de fuentes, el tamaño de
las letras, el espaciado entre ellas y la disposición en la página. En este sentido,
el dibujo puede ser una herramienta útil para el diseñador gráfico en la creación
de carteles tipográficos. Por ejemplo, el dibujo puede ser utilizado para crear
bocetos de la disposición de las letras en la página, para experimentar con
diferentes tamaños y estilos de letra, y para crear ilustraciones que
complementen el texto.

En base a la experiencia que tuve dentro del salón de clases, se puede


mencionar que en la materia de Tipografía se tuvo que diseñar un cartel
tipográfico, para lo que cual se tuvo que diseñar varios bocetos a mano, antes de
si quiera pensar en qué programa se iba a realizar dicho cartel, todo esto con la
finalidad de poder materializar la idea que tenía en mi cabeza, y de esa forma
crear una composición mucho más efectiva, la cual luego iba a ser más fácil de
diagramar en algún programa de diseño.

Posteriomente pasé dicho diseño a un pograma de diseño y el


resultado final logró una composición.
https://cambiopolitico.com/arte-prehistorico/123417/
https://www.traveler.es/viajeros/articulos/vincent-van-gogh-autenticidad-
cuaderno-dibujos-perdidos-arles/19726
https://www.inesem.es/revistadigital/diseno-y-artes-graficas/la-influencia-de-
bauhaus-en-el-diseno-grafico/#:~:text=Entre%20el%20principal%20legado
%20de,Bauhaus%20creo%20varias%20fuentes%20tipogr%C3%A1ficas.

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