La expresión corporal, como lenguaje inmediato, se presenta como un medio a
través del cual el ser humano comunica sensaciones, emociones y pensamientos, integrándolo con otros lenguajes expresivos. Este enfoque organiza actividades específicas bajo el nombre de expresión corporal, buscando sensibilizar y concientizar sobre posturas, gestos y acciones cotidianas, así como fomentar la interacción social. La autora destaca la integración de la expresión corporal al concepto de danza, explicando que cualquier acción funcional puede transformarse en danza mediante la organización temporal, espacial y energética. La danza se presenta como una creación personal y no solo como imitación de creaciones ajenas, abarcando la posibilidad de expresar imágenes, fantasías, ideas y sentimientos. La expresión corporal se considera una actividad artística que desarrolla la sensibilidad, imaginación, creatividad y comunicación humanas. Se enfatiza en que es un aprendizaje de sí mismo, donde el individuo explora sus propias sensaciones y busca comunicarse con otros. La profundización en sí mismo tiene como objetivo la interacción social, y se destaca que la expresión corporal se manifiesta en cuatro niveles fundamentales: la persona consigo misma, con otras personas, con otros seres vivos y con objetos. En “Por qué proponemos que se incluya la expresión corporal en el jardín de infantes”. Nos destaca la relevancia de introducir progresivamente disciplinas que utilizan el cuerpo como vehículo expresivo en la enseñanza, complementando las disciplinas tradicionales centradas en el desarrollo intelectual. Se aboga por considerar al niño no solo como receptor de información, sino como un ser creador capaz de elegir instrumentos para su desarrollo integral. El desarrollo total, integrado y armónico, según el texto, implica atender a todas las áreas de la conducta, incluyendo la social, emocional y corporal. Se subraya que el desarrollo intelectual se beneficia del equilibrio proporcionado en otras áreas, destacando la importancia de la expresión corporal desde el ingreso del niño al jardín de infantes. La expresión corporal se presenta como una actividad vital que no conoce límites institucionales, comenzando al nacer y persistiendo a lo largo de toda la vida. La lectura defiende la idea de que, al considerar al ser humano como su propio instrumento sensible relacional, es necesario ayudar al niño a vivenciar esta situación para aprovechar eficazmente sus experiencias diarias. Se menciona el control de la musculatura fina como un ejemplo de desarrollo que va en aumento durante la vida escolar, y se destaca el papel de la escuela en estimular la soltura, libertad, armonía y creatividad de los niños. La expresión corporal se presenta como un auxiliar eficaz para lograr una maduración integral en docentes y alumnos. Otro aspecto significativo es la percepción del propio cuerpo, donde se enfatiza que conocerlo, quererlo y no sentirse avergonzado contribuye a establecer relaciones corporales más saludables con los demás. La lectura resalta la importancia de explorar el mundo circundante para descubrir posibilidades y límites de seguridad, permitiendo al niño encontrar el equilibrio entre la aventura y la seguridad. Se subraya la necesidad de permitir al ser en crecimiento disfrutar plenamente de experiencias como el vértigo y el salto al vacío, siempre que se aprenda a reconocer y controlar los riesgos calculados. Además, se resalta el papel de la expresión corporal en detectar problemas psicomotores, proporcionando información valiosa para especialistas en la salud física y psíquica de los niños. En resumen, la expresión corporal se presenta como una herramienta crucial en la educación infantil, no solo para el desarrollo físico, sino también para el equilibrio emocional, la creatividad y la exploración segura del entorno. Su inclusión temprana se argumenta como fundamental para el crecimiento integral de los niños.