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Novela

Personajes:
René 1: Angélica
Rebecca: Alhelí
Verónica: Hannah
Eric: Jovanny
Loraine: Profe
Carson 1: Diego
Fox 2: José Carlos
Reportera: Hannah
Narrador:
I
R: Muy buenas tardes. Empezamos el día con preocupantes noticias; se nos informa que
Rebecca Guzmán, una de las pacientes peligrosas que se encuentra internada en el hospital
psiquiátrico Radley, ha escapado hoy por la madrugada. Alrededor de las doce y media de la
noche.
Aún se desconoce el posible paradero de la chica, además de que no se cuenta con
fotografías de ella, por lo que nos han enviado un retrato hablado de ella.
Como es mencionado es una persona peligrosa, por lo que se les pide que se mantengan
con precaución en las calles.
II
René: –— Adiós amor, te veo mañana.
Eric. — ¿No quieres que te acompañe hasta tu edificio? – Mostrando un rostro
preocupante, esperaba su respuesta.
René: — Tranquilo, sólo tengo que caminar unas cuantas cuadras, además no es tan
tarde. — Mostrando en la pantalla de su teléfono, la hora. Le dedicaba una mirada tranquila.
Eric: — Está bien, pero avísame en cuanto llegues a tu casa. Por favor, ve con muchísimo
cuidado.
René: - Lo haré, no te preocupes.
Siguiendo su habitual recorrido, ella había acostumbrado pasar por las mismas calles que
solo tomar después de clases. René, no llevaba mucho tiempo en aquella ciudad, pues en el
pasado, tuvo conflictos los cuales eran la razón de cambiarse a otra casa e iniciar su vida desde
cero.
El corto tiempo que ella llevaba en su nueva ciudad fue suficiente para volver a sentirse
estable, había conocido a alguien con quien tenía una conexión maravillosa; que, aunque no
llevarán bastante tiempo como pareja, se sentía como si se conocieran desde siempre. Por otro
lado, formó una amistad increíble con A. Una chica que había conocido en el ingreso a la
universidad. Ambas tenían bastantes cosas en común para volverlas amigas muy cercanas,
además de que solían estar todo el tiempo unidas.
(…)
Dirigiéndose a las calles conocidas que podía identificar fácilmente.
Por alguna extraña razón, su caminata se sentía diferente, un sentimiento de preocupación
aumentaba con cada paso que daba. De hecho, comenzaba a arrepintiendo de haber negado la
compañía de su novio, pero era lo mucho que ya había caminado como para volver.
Acelerando sus pasos lo más que podía, se detenía tras recibir un mensaje.
Loraine: - Cariño, ¿Todo bien?
Loraine: - Me informaron del hospital que tu hermana se fugó.
Loraine: - Cuando estés en tu departamento, no dudes en mandarme mensaje.
En cuanto leyó aquellos textos, un escalofrío recorrió todo su cuerpo; ese sentimiento de
preocupación tomó sentido, y todo esto, debido a la conexión que siempre había tenido con su
hermana gemela. Que, parecer ser… nunca se perdió ese lazo de hermandad.

Oyendo detrás, unos pasos arrastrados y una respiración agitada. Su cuerpo


inmediatamente se tenso con rapidez, sus labios rosados temblaban y esas lágrimas que avisaban
en salir le hacían delatar que su miedo era inmenso.
(...) Sintiendo una necesidad por voltear, con el corazón apunto de salirse de su pecho … lo hacía
dudosa al imaginarse de quién se trataba.
Rebecca: — ¿Por qué tan asustada? Si solo soy yo Rere. — Su apariencia era bastante cansada.
El rostro era sumamente demacrado y pálido. Parecía ser que no había comido en días por el
excesivo bajo peso en el que parecía. — Solo vine a saludarte. — Había pasado bastante tiempo,
que ni siquiera la reconocía. — Para charlar.
Con una piedra en la mano que apenas podía sostener. René, tras querer caminar lentamente
hacía atrás, con sus pies torpes tropezaba. Cayendo al suelo de un sentón que ni siquiera sé había
percatado del dolor que esté le provocó.
René. – Por … por favor no me hagas daño. — Con un sollozo apenas audible, extendía sus
manos para poder pararla. — No, no le diré a nadie, ¡Lo prometo! — Sonriendo de lado la
hermana. Negaba con la cabeza.
Rebecca. – Claro que no te haré daño. — Contestó. Acercándose, mientras se agachaba para
estar de la misma altura que de ella, ponía un mechón de su cabello detrás de la oreja. — No
después de haberme quitado con mamá, mi vida feliz. — Sin poder avisar, el sonido de un golpe
fuerte era sonado en ese espacio solitario.
Saliendo enseguida la sangre, proveniente de su hermana.
III (flashback)
Siendo una tarde con un pronóstico nublado.
En la habitación de Rebecca…se encontraba ahí sentada en la silla del escritorio mientras
veía su teléfono.
M: - ¿Se puede? — Tocando para pedir permiso. Aquella castaña sonreía y bloqueaba su
teléfono para poder tener toda su atención en la madre.
Rebecca: - Dime mamá. ¿Sucede algo? — Levantándose del asiento, caminaba hacía ella
al ver su mirada de culpabilidad.
M: — Lo he … — Tragando saliva, seguía hablando. — Se que tu comportamiento se a
debido en los problemas en casa. Y realmente me duele decir esto, — Haciendo contacto visual,
sostenía sus manos delicadamente mientras poco a poco bajaba la mirada a los pies. — Pero, he
estado hablando con tu hermana y ambas llegamos a la conclusión de que lo mejor para ti es que
asistas a un …hospital psiquiátrico. – Estás últimas palabras las decía con pánico.
Rebecca. — ¿De qué hablas? — Frunciendo el ceño, soltaba sus manos y comenzaba a
alejarse. — Estoy perfectamente bien.
Loraine: — Tú no lo estás… desde— Cerrando sus ojos al revivir aquellas escenas
tormentosas que tuvo que forzar en reprimirlas. Nuevamente los abría. — ese incidente con tu
padre.
Rebecca: —¿Cuál incidente? — Mostrando su rostro molesto, se cruzaba de brazos. —
Las tres sabemos que estamos mejor sin él. Sólo nos trataba mal, ¡A ti te hacía la vida imposible!
¿Qué no te das cuenta de que gracias A MI, estamos muchísimo mejor sin él? — Haciendo
énfasis en la palabra a mi, comenzaba a alterarse.
Loraine: — No estamos hablando sobre mí, hablamos sobre ti, Rebe. — Tocando sus
manos como en defensa propia, tronaba sus dedos. — Mataste a tu padre… de una manera que ni
siquiera puedo decirlo en voz alta. — Con la voz temblando, le costaba aún expresarlo. —
Torturaste a una persona de tu propia sangre, ¿Y aún así no sientes un poco de arrepentimiento?
Rebecca. — Sabes que lo que más deseaba, era verlo pudrirse en el infierno. – Alzando
una ceja, sonreía. —Y lo logré.
Loraine: — Definitivamente necesitas ayuda. — Horrorizada, se alejaba hasta la puerta
encontrándose con la hermana gemela que simplemente había escuchado desde un principio. —
T-tú hermana investigó sobre buscar ayuda y la clínica Radley es la mejor opción que pudimos
encontrar para ti.
Rebecca: — ¿Qué? — Caminando apurada hacía su hermana, está tenía intenciones de
abalanzarse sobre ella. – ¿Tú estás de acuerdo con esto? – Jalando el brazo de la hija, era
detenida para no hacerle daño.
René. — Lo siento tanto. — Dijo con miedo. – Se que, esperabas que yo estuviera en
contra, pero es algo que hemos estado platicando con mamá desde hace un tiempo.
Sacando una leve risa en contestación. La miraba incrédula.
Rebecca. — ¿Segura que ambas, o sólo tú?
René. — Solo… quiero verte bien.
Loraine: - Será mejor que empieces a empacar. — Señalando con un dedo hacía el closet,
donde guardaba sus maletas. Con firmeza, daba una orden. — Nos vamos al aeropuerto la
próxima semana.
Rebecca. — ¿Cómo? ¿Aeropuerto? — Mirando a las dos mujeres que tenía enfrente, no
sabía a quién dirigirse para preguntar todas sus dudas. — ¿René? — Encogiendo sus hombros,
suspiraba la hermana.
René: — Perdóname, pero ese lugar te ayudará.
La gemela con tristeza, se acercaba a su hermana con brazos extendidos para poder
abrazarla. Queriendo darle a comprender que realmente lo hacía por su bien, sin embargo, al
mantenerse cerca… una mano llegaba hacia ella con tal de estamparle una cachetada. Que, por
suerte, era detenida al agarrar con fuerza el brazo de la hija.
Loraine: Última vez que haces esto, Rebecca, ¿Me escuchaste?
IV (en la actualidad)
Con unas luces llegando directamente hacía su rostro. La joven castaña, comenzaba a
despertarse lentamente y con dificultad debido a la iluminación intensa que había. Conforme se
sentaba, un dolor en la cabeza llegaba siendo inmensamente fuerte a tal punto de sentir sus venas
de la frente punzar poco a poco. Con esto, queriendo realizar la acción de querer tocase donde
creía que provenía el malestar, un impedimento era lo que hacía darse cuenta que; estaba atada
desde manos y pies.
Y no sólo eso, si no que era encontrada encerrada.
Escuchando una canción a lo lejos de quizás una radio, un silbido también era
acompañado. Viendo que una persona se acercaba hacía ella.
Rebecca. —Uy, ya era hora. — Esbozando una sonrisa, la observaba. — ¿Cuánto tiempo,
no?
René. —¿Por qué me haces esto? — Era lo único que podía decir, sin tener que forzar su
garganta en hablar.
Rebecca. —“¿Por qué?” — Tomando con una mano las mejillas de la hermana, la
sostenía con fuerza. – Gracias a ti estuve encerrada por mucho tiempo, ¡Y no sólo eso! Me
enviaron lejos, o espera… me equivoco en esa parte. — Poniendo sus ojos a la vista del techo,
como si estuviese recordando algo. Aún con más fuerza era agarrada, la hermana gemela. — Más
bien, me enviaste lejos. Ya que fuiste TÚ la de las ideas patéticas que le diste a mamá. —
Relamiendo sus labios, la hacía obligarla en verla a los ojos fijamente. — ¿Acaso ya olvidaste
todo lo que yo hice por ti?
René. — Sabes que mamá me tiene un enorme cariño, tú solamente le das una vida
problemática con todo el mundo. Y no dude en decirle que te mandará lejos, porque sabía que
ella accedería.
Rebecca. — ¡YA CÁLLATE! — Con fuerza agarraba su blusa con ambas manos. —
Debí matarte en cuanto tuve oportunidad.
René. —Pero no lo hiciste… — Pauso por unos segundos. — Sabemos que no lo harás,
por mamá.
Rebecca— No la metas en esta conversación, créeme si pudiera lo haría ahora. –
Soltándola, se daba vuelta y comenzaba a caminar en círculos. — Pero no me conviene. —
Girándose para verla, sonreía cínica. – En lo que decido que haré contigo, que te parece… —
Frotando sus manos como si estuviese ideando algo, alzaba las cejas. – Si tomo tu lugar, ¡Digo!
no será difícil, por el tremendo parecido al ser gemelas. Y por tu tonta mente al haber mantenido
en secreto que tienes una hermana. Sólo por eso no voy a matarte.
V
Pasando varias veces las mismas personas afuera del despacho. La gente iba y venía
desesperada; al recibir tantas llamadas de auxilio y de posibles respuestas de haber visto a
Rebecca en la madrugada en la que se escapó.
En lugar de trabajo, dos hombres con traje eran los principales responsables quienes,
habían tomado el caso a la primera oportunidad que les dieron.
Fox. — Todavía no entiendo. — Absorbiendo de su cigarrillo, era sacado después ese
humo que impregnaba todo el lugar. – Se supone que Radley es una de las clínicas más seguras,
¿Cómo pudo haberse escapado tan fácilmente? ¿Acaso es radioactiva o qué?
Carson: – ¿Si recuerdas que la gente como ella es muy meticulosa? De seguro había
planeado esto desde que entro. — Mirando entre los papeles su expediente… nuevamente el
humo llegaba a su rostro y a sus fosas nasales que le hacían sentirse mareado. — ¡Apaga ese
cigarrillo, Fox! Apesta aquí. — Moviendo su mano para esparcir el olor, lo juzgaba con la
mirada con molestia. — Si fuera tu jefe, ya te hubiera corrido.
Fox. — Lastima, no lo eres. — Burlándose, tiraba el cigarrillo al suelo y con una pisada
lo apagaba. — ¿Encontraste algo? — Espiando en el expediente que tenía en manos su
compañero, el otro asentía. — Dime, dime.
Carson: — Parece ser que la muchachita tiene una gemela. — Enseñando fotografías que había
en esa carpeta Beige. Fox abría la boca con sorpresa y agarraba las fotos de ellas dos para
inspeccionar. — René Guzmán, veinte años. Estudia la universidad de medicina y con promedios
altos… — Leyendo detalladamente los datos específicos que tenía, su compañero se acercaba
para poder ver también.
Fox. — Vaya, muy ingeniosa la madre en ponerle a las dos… nombres que empiecen con R. —
Rodando los ojos Carson, simplemente seguía leyendo.
Carson: — Vive en el edificio de la avenida Margarita, a dos cuadras del parque y una cuadra de
la biblioteca rústica. Piso dos, departamento ciento veinticuatro. — Afirmando con la cabeza
cada artículo que contemplaba un tanto detallado, se levantaba rápidamente. — Okey, no está
demasiado lejos de acá. — Metiendo sus llaves del despacho en sus bolsillos del pantalón. Se
encaminaba hacía la salida. — ¿Qué, no vienes? — Viendo a su compañero, Fox corría de prisa
hacía él.
Con el objetivo de ir en marcha.
(…)
Subiendo en el elevador, los dos hombres esperaban a que les indicará que habían llegado al
piso.
Fox. — ¿Qué diremos exactamente? — Preguntando curioso, observaba a su compañero de
trabajo atentamente.
Carson. — Simplemente queremos ver si nos puede otorgar información. Si ha visto algo fuera
de lugar en sus alrededores. — Abriéndose la puerta de metal, estos se dirigían a paso lento hacía
el último departamento del piso. — Tienes que estar atento, Fox. No hay que olvidar que es su
familia.
Caminando, la mayoría de los demás departamentos se veían desgastados, e incluso las vista de
ambos, se dirigían en busca del número que se le asigno a la joven, vivir.
Carson. — Aquí. — Frenando en seco, tomaba aire y suspiraba. Tocando la puerta de madera
con puño cerrado. — ¿Hola? — Habló para poder ser escuchado desde adentro, volviéndose
eterno los segundos.
Fox. — De nuevo. — Golpeando no tan fuerte, uno pasos se oían. Provocando una sensación
extraña en el lugar. — Esto no me agrada. — Dijo con miedo en sus palabras. — ¿Y si nos va…
— ¿Abriéndose la puerta, una joven castaña de mejillas rosadas daba el recibimiento a los dos
hombres? Dicha mujer, los veía atentamente sin borrarle esa sonrisa que en vez de parecer
agradable era incómoda. — ¿René? — Preguntó. Lleno al grano, sin rodeos.
René/ Reb. — Si, soy yo.
Carson. — Buenas noches, ¿Podría darnos de su tiempo? — Exponiendo su identificación de
trabajo para ser sabedora, ella simplemente le daba una mirada rápida. — Queremos realizarle
unas preguntas sobre su hermana, que… desgraciadamente está desaparecida. — Asintiendo, se
movía a un lado para que pasarán. Haciendo caso, entraban al departamento impecable que
había. Era un departamento que quizás ninguno de los demás vecinos lo podría tener así de
limpio.
René/ Reb— Por favor, tomen asiento. — Mostrando los sillones que había en la sala. Ella se
sentaba en el individual, poniendo una postura relajada y con esa sonrisa que quería dar.
Carson. — Nos informaron, que una de las pacientes de un hospital psiquiátrica había escapado.
Y parece ser que no era una paciente común. — Llevando una pequeña libreta en su mano,
sacaba un bolígrafo de su pantalón… haciendo clic en el botón para que saliera la punta de tinta
negra. — ¿Puede decirnos, ¿qué hizo exactamente ayer entre las doce de la noche?
René/ Reb: — Vine a casa, después de haber salido con mi novio. — Mencionó, mientras tocaba
su cabello. — De hecho, puede verificar con él.
Fox. — No es necesario. — Enseñando un gesto de negación con la mano. Se acomodaba de su
asiento. — Realmente el propósito de las preguntas es con el fin de llegar al paradero de la joven.
Se nos informó previamente que ella padece de trastorno explosivo intermitente y tiende a llegar
a ser agresiva si llegase a recibir una ofensa.
Tragando saliva aquella castaña. Suspiraba pesadamente mientras inconscientemente rechinaba
los dientes al volver a sonreír.
René/ Reb. — Es correcto. Desde pequeñas éramos inseparables. Era muy difícil tener que lidiar
con su comportamiento e incluso se sentía incomprendida. — Viendo en la mesita de noche,
unos libros que estaban acomodados de manera imperfecta, con el dedo índice colocaba de
manera pareja, solo con un empujón. Captando la atención de Carson al notar ese detalle. — Mi
madre quiso negarse en llevarla desde pequeña a terapias por miedo… pero supo que desde que
mato a nuestro padre fue ahí que entendió, que necesitaba urgentemente ayuda psiquiátrica.
Carson: — ¿Tienen algún tipo de diferencia? — Entrecerrando sus ojos, la joven solamente
señala una cicatriz en su brazo izquierdo. Un lugar muy notorio.
René/ Reb. — Me quemé.
(…)
Fox. — ¡Qué tenga una agradable noche! — Despidiéndose con la mano de forma amistosa.
Cerraba la puerta y estos, sólo caminaban nuevamente al elevador. — No hubo nada interesante.
— Abriendo el expediente que llevaron, veía su información de la chica.
Carson: — No te limites solo porque se vio amigable. — Con pasos apresurados, señalaba los
papeles con la vista. — Ella no tiene TOC.
Vi
Caminando hacía el sótano, notaba que la hermana parecida a ella; dormía. Por ende con las
luces intensas que tenía como focos. Las encendía pegando hacia el rostro de ella y causando que
está arrugará sus facciones.
Rebecca: – Levántate. — Exclamó.— Pasaron a buscarte, y llegaron con la noticia de que me
están buscando. Por suerte y gracias a mi gran actuación… no descubrieron nada. — Rascando
su mejilla, alzaba una ceja al formular su pregunta. — ¿Qué se supone que hace la gemela
buena?
René: - ¿Por qué te lo diría?
Sin ser respondida. Una notificación llegaba, iluminando la pantalla del teléfono y captando la
atención de ambas al escuchar el sonido del “Ding”.
Verónica: “¡Hey! ¿A qué hora quedamos de vernos, hoy? — Mostrando en la pantalla lo que
había puesto su amiga, René solamente miraba con preocupación.
Rebecca: — Fue buena idea no apagar tu teléfono, así se me facilita enterarme de tu vida. —
Quitando el cabello que tenía en el rostro. Se colocaba firmemente mientras ponía el aparato
enfrente de su rostro. — Lo maravilloso de estos nuevos teléfono, es que solamente te piden tu
rostro para desbloquear. Gracias al cielo, que me otorgaron tener una gemela. — Desbloqueando
fácilmente , entraba en el chat de Verónica, sonriendo victoriosamente por su cometido. — Pero
bueno…—Suspiro. — Eso no importa, tengo que ir con Vero. — Leyendo como la tenía
registrada, mostraba una mueca de desagrado. — Supongo que es tu mejor amiga.
Dándose media vuelta para salir, se detenía.
Rebecca.— ¡Ah! Casi lo olvido. — Volteando la cabeza, señalaba con su dedo la charola de
comida que tenía a lado. — Para que veas que no soy una mala persona, ahí esta tu comida
favorita. Además, aquí hay algunas cosas para que puedas descansar cómodamente. Por favor, no
comas mucho o te harás del baño encima. Y me daría… — Tragando saliva, la miraba de pies a
cabeza. — asco.
René: - ¿Es en serio?— Entrecerrando sus ojos, la examinaba. — Verónica es mi mejor amiga,
sabría rápidamente la diferencia entre nosotras. Tu dichoso plan no tardará en arruinarse.
Rebecca: - René , René. — Acercándose lentamente hacía ella. Con una mano le daba un zape,
causando que cerrará sus ojos ante el impacto. –— Ella no sabe que tienes una hermana, ¡Dah!
Además, tú no te preocupes, yo sabré si sucede un inconveniente. Si se entera, sencillamente
morirá. Así que, tranquila, por ahora disfruta tu comida. — Caminando hacía la salida…
susurraba consigo misma. — Si es que puedes quitarte los nudos de las manos.
(…)
Verónica: - ¡Rebe!— Corriendo para darle un abrazo, la castaña sonreía y lo recibía.— Hace
tiempo que no te veía ¿Cómo has estado?
Rebecca: - Muy bien, ¿Y tú? — Dirigiéndose a la mesa del restaurante que, habían indicado en
verse, ella solo tocaba asiento enfrente…mostrando una mirada atenta hacía su amiga.
Verónica: - De Maravilla.– Moviendo sus ojos , no sabía en que parte de su persona enfocarse;
desde la uñas descuidadas que tenía, hasta el cabello oscuro que parecía haber perdido su tono
natural y su maquillaje demasiado cargado para el gusto que suele tener. — Verdaderamente ha
pasado mucho tiempo, te noto... no sé,— Encogiendo sus hombros, sentía una sensación rara al
estar con ella.— Diferente.
Rebecca: - ¿Diferente? — Frunciendo el ceño, tocaba su cabello y lo colocaba de un lado
mientras lo desenredaba con sus dedos.— ¿Diferente en qué aspecto?
Verónica: - No lo sé. — Queriendo sonreír, solo se le veía una mirada no convencida.— El tono
de voz , tus expresiones son más ¿Oscuras?— Riendo, se acercaba para verla detalladamente. —
E incluso… – Llamando la atención, un moretón en ambas manos. Lo que parecía el haber
forcejeado, inmediatamente Verónica tomaba de las manos a la castaña.- ¿¡Qué te pasó!?
Rebecca: — Eso no importa. — Zafando sus manos en cuanto pudo. Las bajaba para ser
cubiertas en la mesa. — Lo que importa, es que estamos aquí por ti.
Verónica: — ¿Por mí? Estamos aquí porque tú pediste vernos, ¿Acaso no lo recuerdas?
Rebecca no lo sabía, pero días anteriores, siendo específicos antes de que se escapara. René
había contactado a Verónica para pedirle que se vieran en su departamento, ya que siempre le
otorgó una confianza en ella que, podía darle ese valor de contarle lo que su pasado trágico le
generó traumas. Tras ir contando cada detalle importante, fue ahí donde la hermana gemela del
hospital psiquiátrico, se hizo relucir en la conversación.
Rebecca: — ¿Recordarlo?
Aquella castaña se quedó en silencio, no sabia qué hacer y tampoco podía hacer mucho. Pues su
manera agresiva de resolver las cosas no estaba dentro de sus opciones más eficientes.
Verónica: — ¿Sabes qué? Me acaba de llegar un mensaje de mi mamá.— Agarrando su teléfono,
se levantaba de su asiento. Dejando confundida a Rebecca por el cambio de comportamiento tan
drástico.— Dice que necesita verme urgentemente.— Fingiendo leer un mensaje ,se alejaba
lentamente. — Podemos vernos mañana, ¿Quieres?— Sonrió incómoda.
Rebecca: — ¡Si, esta bien! Si gustas... puedo acompañarte.
Verónica no quería mostrarse asustada, por que lo accedió a la compañía de su supuesta amiga,
pues aquel pretexto para irse, simplemente era falso.
Verónica —Claro, creo que te queda de camino. — Por más que quisiera verse naturalmente
tranquila, sus manos temblorosas le hacían delatar sus emociones.
En lo que Rebecca guardaba su teléfono en su bolso, la mejor amiga empezaba a escribirle un
mensaje con toda la prisa que pudiera; aún si sus manos le fallarán al teclear. Sin embargo, no
alcanzo a mandarlo, ya que le castaña la había interrumpido.
Rebecca: — Listo, vámonos.
Ambas amigas tomaron una calle concurrida, por lo que cual sus acciones que tenía planeado
Rebecca… no podía ser realizadas tan sencillamente . Si hacía un mínimo movimiento de daño,
sus maniobras se acabarían por completo y quizás terminaría siendo expuesta ante las personas.
Para su única suerte, el sol comenzaba a ocultarse, y las luces del parque en el que habría que
pasar; no funcionaban.
Verónica.: — ¿Recuerdas cuándo solíamos venir acá, al finalizar las clases? — Claramente la
estaba poniendo a prueba.
Rebecca.— Ah si… lo recuerdo.
Mientras iban atravesando aquel parque, Rebecca al fingir que sus agujetas se habían desatado…
bajo para amararlas. Captando la atención un pedazo de alambre de lo que parecía ser para
seguridad eléctrica, se imagino su posible escapatoria de Verónica. El cual al notar que no era
vista por nadie que estuviera a su alrededor, decidió tomarlo.
No le quedaba de otra, no podían atraparla tan rápido.
Por otro lado, en lo que ella se ataba sus agujetas, Verónica retomo aquel mensaje que quería
enviar, por lo que no percibió cuando su amiga falsa obtendría un arma que usaría en contra de
ella. A punto de ser enviado su señal de ayuda, Rebecca caminaba lentamente con el alambre, se
colocaba detrás de ella y con éste lo usaría para ahorcarla.
Rebecca:— Sh, sh, sh… no pasa nada. — Por más que quisiera gritar para pedir auxilio, la fuerza
en su voz era demasiado débil como para ser audible. Logrando que está no pudiera más y
terminará asfixiada.
Evitando que ese mensaje, no logrará ser enviado.
Para: Eric: Necesito hablar urgentemente contigo, pasa algo con René.
Rebecca, levantando el teléfono que había caído al suelo… lo leyó detalladamente mientras
regulaba su respiración al haber realizado una acción que se requería fuerza. — Por poco. —
Suspiro.
VII
Rebecca: — Hola Rere, regresé. — Aventando una bolsa negra a su lado, la veía. — ¿Ya
comiste?
René: — ¿Qué es eso? — Preguntando con desconfianza, tocaba la bolsa como si fuese apenas
un roce.
Rebecca: — Resulta que Verónica terminó siendo más inteligente que tú. — Aplaudiendo
sonreía de lado. — Pero no más que yo, así que… pude evitar que dijera algo. Espero no la hayas
querido demasiado, porque se me paso un poquito la mano. — Haciendo con sus dedos índice y
pulgar una seña al decir poquito. René comenzando a deducir las miles de opciones que hizo con
ella, siendo así que pulso comenzaba a acelerarse. — Pero solo un poco, eso sí ya no habrá
problemas con Vero.
René: - ¿QUÉ HICISTE?
VIII
Pasando exactamente una semana, a Fox y a Carson se les había asignado otro caso. Esta vez de
una chica desaparecida, la única diferencia es que esta ultima no padecía de ningún tipo de
trastorno.
IX (mientras F y C investigan ambos casos)
Días después de aquel incidente con Verónica, Rebecca parecía no tener ningún remordimiento,
al igual que con su padre. Para no levantar sospechas, ella acepto la propuesta en salir con el
novio de su hermana, después de todo, él no era preocupación para la castaña.
Rebecca:— Hola cariño, te extrañé.— Corriendo, lo abrazaba fuertemente.
Eric. — Yo también a ti, ¿Cariño?. – Abrazándola de vuelta, decía aquellas palabras confundido.
Ya que en ningún momento de su relación, le había nombrado como cariño. — Se siente
diferente como lo pronuncias. — Sonriendo al mostrar sus dientes, alzaba una ceja pensativo.
Rebecca: — Pero… no te molesta, ¿O si? — Parpadeando varias veces, se acercaba a él para
identificar sus emociones que esté demostraba como un libro abierto.
Eric:— Sabes que no, simplemente lo sentí diferente en ti.
Mientras la pareja se abrazaba, Eric depositaba un beso en su cabeza de la chica; debido a la gran
diferencia de estatura. Al tenerla en sus brazos, inmediatamente sus pensamientos vagos
llegaban; causando una incomodidad al tenerla cerca y sentir que ella definitivamente se había
hecho algo distinto. Pues en ningún punto de su relación, jamás sintió un rechazo al verla.
Es más desde su manera de abrazarlo, era obvio.
Eric: — Mmmm no.— Haciendo que se separaran. Se agachaba a su altura para verla de pies a
cabeza. — Te noto rara. – Dijo mientras examinaba a su novia con la mirada. - ¡YA SE! —
Tronando sus dedos, esbozada una amplia sonrisa de labios cerrados.— ¿Te hiciste algo en el
cabello, verdad?
Rebecca aguantando las ganas de sacar una carcajada , asintió a la pregunta del chico.
Ella no se equivoco… al no considerar a Eric como una amenaza.
X
Carson: — ¡Aquí!— Mostrando con su dedo la pantalla de las cámara de vigilancia, se notaba a
dos mujeres saludarse entre ellas. — Observa, Verónica se vio con René antes de desaparecer,
¿No te parece sospechoso?— Con cuidado llevaba la vista hacia sus facciones poco visibles,
inspeccionando todo lo que se moviera en esa grabación.— ¡Debe de estar relacionado con la
desaparición de Rebecca! ¿Verdad, Fox? — Sin despegar sus ojos, preguntaba nuevamente. —
¿Fox? — Esta vez, girando su cuerpo… encontraba a su compañero sentado con los pies posados
en el escritorio. Riendo a carcajadas. — ¡FOX!
Fox: — ¿Ah? ¿Me hablas? – Viendo a su colega con las manos en sus caderas de forma molesta.
El sonido de un vídeo quizás gracioso proveniente de su teléfono, se oía de fondo en todo el
lugar.
Carson: — Quisiera cambiar de compañero pero eres el único decente que queda, ¡Apaga eso! —
Tronando sus dedos para que se levantará, con miedo el otro lo realizaba.— No nos distraigas y
ayúdame a seguir buscando similitudes en los casos.
Fox: — ¿Te imaginas que quien nos abrió aquel día sea Rebecca y en realidad tiene a la
verdadera René encerrada bajo llave y atada de manos y pies? — Sonriendo con entusiasmo,
sacaba un cigarrillo de su pantalón. —Eso sería demasiado loco. — Con un encendedor que
había en el escritorio, éste era encendido, provocando que Carson lo viese seriamente.
Carson: — ¿Ves cómo el cigarro si afecta a las neuronas? — Apagando con sus dos dedos el
mencionado cigarrillo. Su colega abría los ojos con sorpresa al notar que en ningún momento
pareció dolerle. — Se algo más razonable y coherente.
Fox: - ¡Cómo hiciste eso!
Xi
El día finalizó, y Rebecca entró a dejarle comida a su gemela como ya era de costumbre.
Rebecca: — Hoy te traje… — Se interrumpió a si misma al percibir un olor pestilente en el
ambiente. Haciendo que con su dedos se pellizcara la nariz para evitar paso a los aromas que
entrarían a sus fosas nasales. – ¡Qué olor tan inhumano! – Exclamó. Seguido de presionar la
botón del aromatizante para que este hiciera su función.
Sin ser respondida; se percato que René estaba completamente dormida.

Por lo cual la gemela , aprovecharía para sacar la basura de donde la tenía encerrada. Al abrir la
puerta, entraba sin ningún obstáculo… tomando esa enorme bolsa que tenía a lado de René…
como un intento fallido.
Pues queriendo agarrarla, no podía debido a su excesiva cantidad de residuos; que ,era imposible
que su fuerza le ayudará
Rebecca.— Dios mío. — Sujetando su cabello con una dona. Respiraba varias veces para
levantar de un jalón la bolsa. Siendo así que una mano inmediatamente la agarraba con
resistencia que sin siquiera hacer un intento rápido de quitarse de su agarre. En un solo parpadeo,
con un cristal era insertada en su herida que tenía como cicatriz. Abriéndole nuevamente y
sacando esa sangre que salía como cascadas. — ¡PERO QUÉ HACES! — Dando un grito
ahogado, la empujada desde los hombros bruscamente. Causando que René quien había fingido
estar dormida ,cayera de espaldas y soltará el pedazo de cristal que utilizo.
Gracias a lo débil que se encontraba René, por nunca ingerir los alimentos que su hermana le
traía… en ningún momento pudo levantarse para seguir atacando.
Por esto, Rebecca inmediatamente se colocaba encima de su hermana y causaba que está igual le
hiciera una herida exactamente en el mismo lugar. Llegando a un punto de ira extrema, le
provocaría un golpe fuertemente, a tal punto de tenerla inconscientemente tirada.
XIi
Tres días después, la desesperación de Rebecca fue aumentando el nivel de audiencia desde
noticieros hasta redes sociales. Alcanzado un cantidad indescriptible y desgraciada para la
castaña: ya que al ser llamativa para todos los espectadores… no sabría como llevar en sus
manos la responsabilidad de tener todo bajo control.
Si realizaba sus pasos con prisa, sería el motivo para levantar sospechas; al se sentirse observaba
y con temor de que en cualquier momento su plan podría irse por la borda.
R:— Entre todos los casos, éste ha sido el más inquietante durante el año. Entre las estaciones
de policía, piden a cualquier persona que pase…algún tipo de evidencia sobre el paradero de la
joven del hospital psiquiátrico.— Oyendo el caso desde la televisión, comenzaba a morderse las
uñas y a dar vueltas con gotas de sudor en su frente. Mostrándose ansiosa y con esas ganas de
querer vómitar por el tremendo estrés que tenía. — Si quieren ayudar, marquen al 0800. Para
más información les estaremos avisando…— Siendo interrumpida al estar tan adentrada a sus
pensamientos, el sonido del toc toc en la puerta… la hacía volver a la realidad.
Carson: — ¡René! Somos nosotros, ¿Puedes darnos un poco de tu tiempo?

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