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Derecho penal
Parte general
........................................................................
m Traducción de la 4.aedición alemana de Marcelo A. Sancinetti
m Revisión de la traducción de María de las Mercedes Galli
Derecho penal
Parte general
Título d e la obra original
Strafrecht
Allgemeiner Teil
Ein Studienbuch
4.=edición, Verlag C. H. Beck, München, 2009
Derecho penal
Parte general
Producción integral
concept design
de Fernando Lucas Depalma
Tel.: 4382-2080 -líneas rotativas-
Frister, Helmut
Derecho penal. Parte general
IQdición, lVeimpresión, BuenosAires, Hammurabi, 20 1 0
728 ps., 2 3 x 16 cm.
ISBN: 978-950-741-538-8
1. Derecho penal. l. Sancinetti, Marcelo A,, trad. 11. Titulo
CDD345 Fecha de catalogación: 3/8/2016
Próloao a la 4.a edición
La presente edición actualiza este libro al mes de mayo de 2009. Fueron con-
sideradas las reformas legislativas habidas hasta julio de 2009. Se ha tenido en
cuenta también,junto a m a serie de sentencias dell'ribunal SupremoFederal,
una vez más, sobre todo, nuevos libros de homenaje con numerosas contribu-
ciones sobre problemas de la Parte general. He vuelto a revisar críticamente y
reelaborado la totalidad de la obra, en particular desde puntos de vista didácti-
co~.En el capítulo sobre omisión, se ha ampliado el tratamiento de las posicio-
nes de garante. En cambio, en el capítulo sobre concurso aparente de leyes he
realizado algunos recortes, pero, por otro lado, a pedido de los lectores, se ha
incorporado un cuadro sinóptico sobre la teoría del concurso. En el capítulo de
imprudencia creo haber llegado a una exposición mejor lograda, por lo cual han
resultado también en este capítulo algunas modificaciones.
Andrea Konhauser, Julia Rasernann, lbbias Schneiders, Benjarnin Theis y
Valerie Winterhalder me han apoyado de modo ejemplar en la elaboración de la
nueva edición.Atodos ellos les expresomi más sincero agradecimiento.Además
les agradezco a todos los lectores que me han transmitido su parecer sobre la
edición anterior y que con ello han contribuido al mejoramiento didáctico del
libro. Me alegraría mucho contar con nuevas sugerencias, críticas o aun elogios
del círculo de lectores (lehrbuchstrafrecht@uni-duesseldorfde).
HELMUTFRISTER
Düsseldorf,agosto de 2009
Próloao a la 1.a edición
El presente libro emprende el intento de exponer la Parte general del Dere-
cho penal en un espacio acotado, en forma ilustrativa y a la vez sistemática, de
modo que problemas idénticos puedan ser reconocidos como tales y resueltos
sin contradiccionesvalorativas. El punto neurálgico reside en la teoría general
del delito. Pero son tratados en detalle los fundamentos del Derecho penal,
como sucede usualmente en la actualidad, en orden a teorías de la pena, políti-
ca criminal y Derecho constitucional. Además, se da un breve panorama sobre
las consecuenciasjurídicas del hecho punible, así tomo también sobre las rela-
ciones del Derecho penal con el Derecho europeo e internacional. De este modo
se cubre, en suma, la materia que es tratada usualmente en las lecciones obli-
gatorias sobre Parte general en las universidades alemanas.
La exposición se limita a los lineamientos de la discusión científica. Hacer
una valoración siquiera aproximadamente completa de la jurisprudencia y la
bibliografía no habría sido ~osibleen ese marco ni habría sido de utilidad Dara
los fines perseguidos.Alos lectores no les es transmitido un número lo más ele-
vado posible de opiniones doctrinales, sino un sistema abarcable de reglas con
cuya ayuda se pueden elaborar adecuadamente también interrogantes des-
conocidos. En correspondencia con ello, sobre los problemas tratados no sólo se
expone el estado de las opiniones, sino que se ofrece una propuesta de solución
fundamentada. En tanto esto se aparte, en las consecuencias, de la opinión
dominante, es señalado claramente.
Para aprovechar al máximo el espacio disponible en un libro de estudio bre-
ve, aquellas cuestiones que aparecen en la teoría general del delito en varios
lugares de la misma forma o una similar, son tratadas sólo una vez de modo
detallado. Esto tiene la consecuencia de que los capítulos particulares se vayan
-
construvendo en medida relativamente intensa unos sobre otros.,Dor lo cual se
recomienda, en principio, trabajar con ellos en la secuencia dada, uno tras otro.
10 Prólogo a la lCedición
Pero, en razón de las numerosas referencias internas (p. ej., n.'='m. 1U9, para el
Capítulo 11,n.". 91, es posible también hacer las lecturas de los pasajes res-
pectivos sin ningún problema. Tales referencias tienen a la vez el sentido de
hacer destacar claramente las relaciones sistemáticas entre los problemas que
aparecen en diversos lugares.
En la medida en que la cuestión lo hacía posible, he resumido el material, al
final del capítulo respectivo, en cuadros sinópticos. Estos esquemas sirven para
controlar el aprendizaje y posibilitar un rápido repaso, pero, naturalmente, no
pueden sustituirlalectura del texto ensí.Además,ellector encontrará toda una
serie de esquemas de la estructura del delito, que sobre todo le facilitarán al
principiante la elaboración de las soluciones de los casos. Esquemas de esta
índole sólo cumplen esa función, si no son recorridos sin reflexionar, sino apli-
cados con comprensión de su contenido. Para ello son de utilidad las indicacio-
nes generales sobre los esquemas de la estructura del delito hechas al final del
libro.Al estudiar todos los esquemas se debe recurrir a ellas y tenerlas en cuen-
ta necesariamenteal aplicarlos.
Forman parte de las herramientas de un jurista, especialmente, las senten-
cias de los tribunales superiores, de cuya lectura también se debe aprender. Por
esta razón, al final de la mayor parte de los capítulos se hallan referencias a sen-
tencias del Tribunal Supremo Federal o del Tribunal Constitucional Federal,
que deberían ser leídas en su versión original. La cantidadde estas sentencias se
ha mantenido conscientementeacotada, para que su lectura pueda ser llevada a
cabo efectivamente por los estudiantes dentro del lapso de tiempo del que dispo-
nen para el Derecho penal. Con algunas excepciones, he renunciado a recomen-
dar bibliograña particular. Referencias para profundizar los conocimientos se
hallan enlas notas. ~ s t a r íagradecido
a por las sugerencias,críticas o aun elogios
de los lectores (lehrbuchstrafrecht@uni-duesseldorf.de).
La aparición de este libro fue un proceso de muchos años y, por consiguiente,
ha sido apoyada por muchos colaboradores.Atodos ellos les tributo mi profun-
do agradecimiento. Deseo destacar especialmente a Mark Deiters, quien me
acompañó pacientemente como mi permanente compañero de discusión, du-
rante la concepción del libro, y me aportó muchas ideas inteligentes y me ayudó
de modo decisivo, sobre todo, en los capítulos sobre concursos; a Niclas Borgers,
quien con sus implacables críticas forzó muchas mejoras y con un compromiso
tan constantecomoinfatigable convirtióen su propio asuntola conclusióndelli-
bro; así como aAndrea Konhüuser, quien, entre otras cosas, elaboró el índice de
voces. Le estoy agradecido, además, a Friedrich Dencker, por sus valiosas refe-
rencias sobre coautoría. Pero, sobre todo, expreso mi agradecimientoa mi vene-
rado maestro académico, Gerald Grünwald, a quien este libro está dedicado.
HELMUT
FRISTER
Düsseldod agosto de 2006
I
lndice
. .,
Prólogo a la4.a edzczon _ _ - _ _ - _ _ _ _ _ _ _ - _ _ _ _ _ _ _ - _ _ _ _ _ _ _ - _ _ _ _ _ _ _ _
. ., _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _
Prólogo a la l.a edzczon
Abreviaturas _ - _ _ _ _ _ _ _ - _ _ - _ _ ........................
PARTEPRIMERA
FUNDAMENTOS GENERALES
Capitulo1
OBJETO DE REGULACZON
YFUENTES DEL DERECHO PENAL
Capítulo 3
EL PRINCIPIO DE CULPABILIDAD
1-Fundamentos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 73
11 - El requisito de la conducta auto-determinada.(Principiode culpabi-
lidad <<formal,,)- _ - - _ - - _ _ _ - - _ - - _ _ _ - - _ - - _ _ _ - - _ - - _ _ _ - _ _ - - 75
1. El concepto de capacidad de auto-determinación _ _ _ - _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ - 75
2. ¿Responsabilidad de las asociaciones de personas? - _ _ _ _ _ _ - _ - _ - 78
111 - El requisito del ilícito material. (Conceptomaterial de delito) _ _ _ - - 79
1. Posibilidad y límites de un concepto material de ilícito _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ - 80
. . ,.
2. El concepto de bien jundico - _ _ _ _ _ _ - _ _ _ _ _ _ - _ _ _ _ _ _ - - _ - _
- - - 81
3. Los diversos estadios de protección de los bienesjurídicos - _ - _ _ - _ _ 82
4. La legitimación de los delitos de peligro abstracto - _ _ _ _ - _ - _ _ - _ _ - 83
5. Quebrantamientosdel principio de protección de bienes jurídicos - _ _ 85
N -El requisitode la prueba de la culpabilidad.(Elprincipio<<in dubiopro
Capítulo4
EL PRINCIPIO DE LEGALIDAD
YLARESERVA JUDICIAL
1 - E1 principio de legalidad:<<nulium crimen, nulia poena sine lege. -- 89
,.
1. Origen e idea basica _-_ -_ -_ -_ _ _
-_ _ _ - _-_- _ - _ -- _ - _ _
-_ _ _ 89
2. Las manifestaciones particulares del principio de legalidad _ _ - _ _ - - 92
a) El requisito de una ley escrita (dex scripta))) _ _ _ - _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ - 92
b) ~l requisito de una lei suficientemente-determinada(dex certa)))
aa) Razón y límites de la determinación _ _ - _ - _ _ _ _ _ - _ - _ _ - _ _
bb) La relativización del mandato de determinación por la juris-
prudencia y la doctrina - - - _ - _ _ - - - - _ - _ _ - - - - _ -- _ - _ _
CC) La determinación de la conminación penal _ - _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ -
c) La prohibición de exceder el texto de la ley (dex stricta.) _ - _ - _ -
Capitulo 6
LAS CONSECUENCIAS JURÍDICO-PENALES
I-Laspenas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
. .
1. Lapenapnvativadelibertad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
a ) Las clases de pena privativa de libertad _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _
b) La suspensión a prueba de la pena privativa de libertad _ _ _ _ _ _ _
C ) La suspensión a prueba del resto de pena _ - - _ - _ - _ _ - - _ -- _ - _
2. La pena de multa _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _
. . .,
3. La prohbicion de conducir _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _
. ., y eleccion
4. La medicion ., de la pena _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _
. . ,.
11 - Las restantes consecuenciasjundicas _ - _ - _ _ - - _ - _ - _ _ - - _ - - _ - _
1. Las medidas de corrección y seguridad _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _
2. Consecuenciasrelativas al statusjurídico _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _
., _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _
3. Decomiso e incautacion
Capitulo 7
~ R O UCCION
D
A LA T E O R ~ A
GENERAL DEL DELITO
1 - Objeto y función de la teoría general del delito _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _
11 - La estructura del delito _ - - _ - _ - _ _ - - _ - _ - _ _ - - _ - _ - _ _ - - _ - - _ - _
14 índice
Capítulo 8
LA ESTRUCTURADEL TIPO
1 - La acción como fundamento del anáiisis de la tipicidad - - - - - -- - - -
., - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -- - - -- - --
1. El concepto de accion
.,
2. La identidad de la accion - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
..
11 - La distinción entre tipo objetivo y subjetivo - - - - - - - - - - - - - -- - - -
JII - Los elementos del tipo objetivo - - -- - - - - - - - - - - - - - - -- - - - -- - - -
..
1. Delitos de
. . resultado
. y de actividad - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -- - - -
2. Otras divisiones de los delitos - - - - -- - - - - - - -- - - - - - - -- - -- - - -
..
IV - Los elementos del tipo subjetivo - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -- - - -
1. El dolo de tipo - - - -- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -- - - -
2. Intenciones dirigidas a lesionar el bien jurídico - - - - - - - - - - - - - - - -
3. Otros motivos y los llamados elementos del ánimo - - - - - - - - - -- - - -
Capítulo 9
LA CAUSALTDADDE LAACCZÓN
RESPECTO DEL RESULTADO
1 - La distinciónentre causaiidade imputación objetiva - - - - - - -- - - -
U-Elconceptodecausalidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
l. i<<Condicio sine quanon* o ~condiciónajustada a unaleyr? - - - -- - - -
2. La causalidadalternativa - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
3. La consideración de cursos causaleshipotéticos - - - - - - - - - - - - - - -
a ) Descripción y delimitación del problema - - - - - - - - - - - - - -- - - -
b) La definición de la identidad del resultado - - - - - - - - - - - - -- - - -
C ) El tratamiento de causas de reserva y acciones de reserva - - - - - -
4. Consecuencias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
, .
JII - La comprobacion de la causalidad - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
1. La estructura general de la comprobación de la causalidad - - - -- - - -
2. Consecuenciaspara constelaciones de problemas caractensticos - - -
a ) Causalidadtransmitida psíquicamente - - - - - - - - - - - - - - - - - -
b) Comprobaciónestadística de la causalidad - - - - - - - - - - - -- - - -
C ) La comprobación de cursos causales hipotéticos - - - - - - - - - - - - -
Capitulo10
LA IMPUTACION OBJETNA
1 - Conceptoy presupuestos generales _ - _ _ _ - _ _ - _ _ _ - _ _ - _ _ - _ _ _
,..
11 - Elriesgojuridicamente reprobado - --- -
-
------- - -
-------
-
-- --
.,
-
1. La exclusion de riesgos irrelevantes _ -_ -___-_ _ - _ -_
-_ -_ _ _ - -
Capitulo11
EL DOLO DE TIPO
1 - El dolo como decisión consciente en favor del acontecer típico - _ _ _
1. La distinción entre dolo y consciencia del ilícito _ - _ _ _ - _ _ - _ _ - _ _ _ -
,
11 - La estructura psiquica .del dolo _ _ _ _ - _ _ _ _ _ _ _ - _ _ _ _ _ _ _ - _ _ - _ _ _
1. Las formas de dolo _ - _ _ - _ _ _ - _ _ - _ _ _ - _ _ - _ _ _ - _ _ - _ _ - _ _ _
- - -
Capítulo12
LA IMPRUDENCIA
1- El paralelismo entre dolo e imprudencia - - - - .- - - - - -- - - -
. ..
1. Imprudencia como conocibilidad - - - - - - - - - _ _ - - - -- - - -- - - -
---
Capítulo13
PANORAMA DE LAS CAUSAS
DE J U ~ T ~ F ~ C A C ~ ~ N
1- La clasificación de las causas dejustificación - - - - - - - - - - - - -- - - -
11- La justificación en interés del afectado - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
. .
1. Consentimiento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
. .
2. Consentimientopresunto - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
. .
3. Ejercicio de la patria potestad - - ---- - - - - - --- - - - - ---- --- - - -
111- La justificación eninterés de otros o de la generalidad - - - - - - - - - -
., , .
1. Derechos de la funcion publica - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
2. Los derechos de necesidad del ciudadano - - - - -- - - - - - - -- - -- - - -
a) La legítima defensa y la defensa de la posesión - - - - - - - - -- - - -
b) El estado de necesidad defensivo - - - - - - - - - - - - - - - - - - -- - - -
C) El estado de necesidad agresivo - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -- - - -
..
d) El derecho de auto-auxilio - - - --- - - ------- - ---------- - -
e ) El derecho de aprehension ., - - - - - - ----- --- ----- ------ --
Capítulo14
TEOR~A GENE= DE LA J U ~ T ~ F ~ C A C ~ ~ N
1-
. . ..
El objeto delapstificacion - - - - - --- - - - - - --- - - - - - --- --- - - - 277
1. La divisibilidad deljuicio de antijuridicidad - - - - - - - - - - - - - -- - - - 277
2. La acción como único punto de referencia deljuicio de antijuridicidad 278
. . . ,
11- La estructura de la justificacion - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
.. . .
1. El tipo permisivo objetivo - --- - - - -- --- - - - -- --- - - - -- --- ---
a ) La situación de hecho objetivamente existente como base deljuicio
b) La estructura especial de los derechos en la función pública - - - - -
.. . .
2. El tino aermsivo subietivo - - - - - -- - - - - - - - - -- - - - - -- - - --- - -
&
Capítulo15
ACUERDO, CONSENTIMIENTO
Y CONSENTllMIENTO PRESUNTO
Capítulo16
, .
1- La legitima defensa - -- - - - - - - - - - - - - - _ - - - - - - - - - - -- - - - -
, .
1. Panorama e idea basica - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -- - - - -
., ,.
2. La situacion de legitima defensa - - - - - - - - - - - - - -- - - - - - - - - - - -
.,
a ) Laagresion--------------------------------------
.. . . . .,
b) La antijundicidad de la agresion - - - - - - - - -- - - - - - - - - - -- - -
., - - - - - - -- - - - - - - - - - - - - -- - - - -
c) La actualidad de la agresion
18 Índice
..
3. Los requisitos de la accion ., de defensa _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _
a ) Injerencia en bienes jurídicos del agresor _ - - _ _ _ - - _ - - _ _ - _ _ _
b) Aptitud para repeler la agresion ., - - - - - - _ - - - - - - - _ - - - -- - - -
c) El medio más leve para repeler la agresión _ _ - _ _ _ _ _ _ _ - _ _ - _ _
4. Las .restricciones ético-sociales. del derecho de legítima defensa _ _ _
a ) Restricciones del derecho de legítima defensa, válidas con carácter
general-_________--______--______--______--_--__
b) Restricciones especiales para situaciones particulares de legítima
defensa__________-_______-_______-_______-__-___
aa) Agresiones inculpables _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _
bb) Agresiones provocadas _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _
C C ) Agresiones dentro de estrechas comunidades de vida _ _ - _ _ _
5. La aplicabilidadde la legítima defensa a la actuación de la autoridad
,.
11- El exceso en la legitima defensa _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _
,.
1. Ideabasica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
2. El ámbito de aplicación de la regulación _ _ _ _ _ _ -. --_ --_ _
Capitulo 17
ESTADO DE NECESIDAD JUSTIFICANTE
1- El estado denecesidadagresivo _ _ _ _ _ - _
l. Panorama . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
.,
2. La situacion de estado de necesidad _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _
a ) El peligro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
b) La actualidad del peligro _ _ _ _ _ _ - - _ _ _ _ _ _ - - _ _ _ _ _ _ - - _ - - _ _
3. Los requisitos de la acción que repele el peligro _ _ _ _ _ _ _ _ _ - _ _ _ _ _ _
a ) Necesidad de evitar el peligro _ _ _ _ _ - _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _
b ) Esencial preponderancia del interés protegido _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _
aa) Los intereses incluibles en la ponderación _ _ - - _ - - _ _ - _ _ _
bb) Estructura e importancia de los intereses a ponderar - -- - - -
C C ) Siempre rige el límite de la víctima ____-_ _ _ _ _ _ _ -_ _ -_ _
.,
C ) Adecuacion del hecho _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _
aa) La obligatoriedad de competencias y procedimientos _ _ _ _ _ _
bb) La problemática del estado de coacción - - _ _ _ _ _ _ - - _ - - _ _
11- El estado denecesidaddefensivo _ _ _ - _ _ - _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ - _ _ _ _ _ _
1. La situacion., de estado de necesidad _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _
a ) El peligro objetivamenteimputable _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _
b ) La inmediatez del peligro _ _ _ _ _ - - _ _ _ _ _ _ - - _ _ _ _ _ _ - - _ - - _ _
2. Los requisitos de la acción que repele el peligro _ _ _ _ -_ _ -_ _
a ) Injerencias en bienesjurídicos del responsable _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _
b ) Necesidad de la acción que repele el peligro _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _
c) Falta de esencial preponderancia del interés menoscabado _ - _ _ _
.,
d) Adecuacion . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
índice 19
Capítulo18
LA CAPACIDADDE CULPABILIDAD
, . .,
1-Idea basica y regulacion legal - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -- - - -
1. La capacidad de culpabilidad como capacidad de auto-determinación
.,
2. Panorama de la regulacion legal - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
a ) Incapacidad de culpabilidadpor falta de madurez - - - - - - -- - - -
b) Incapacidad de culpabilidadpor perturbacionespsíquicas - - - - -
11 -La regulaciónde los BB 20 y 21, StGB - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
. ..
1. Los elementos iniciales - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -- - - -
2. Capacidad de comprensióny conducción - - - - - - - -- - - - - - - -- - --
a ) El origen de la descripciónlegal actual de la capacidad de culpabili-
dad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
b) La inidoneidad de la descripción legal de la capacidad de culpabili-
dad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
c) La capacidad de culpabilidad como capacidad respecto de un proce-
. .,
so de decision sensata - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
3. La constatación de la capacidad de culpabilidad - - - - - - - - - - -- - - -
Capítulo19
LA POSIBILIDAD
DE COMPRENDERELIL~CITO
. . .,
1- Origen e idea básica del B 17, StGB - - - - - _ - - - - - - -- - - -- - - - -
11 -El conceptode error de prohibicion - - - - -- - - - - - --- - - - - - -- - --
. . .,.
1. El objeto de la consciencia del dicito - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
2. La divisibilidad de ..
la consciencia
... del ilícito - - - - - - -- - - - - - - -- - --
3. Dudas sobre la antijundicidad - -- - - - --- - - - -- - - - -- - - -- -- - -
4. La consciencia del ilícito en el delito imprudente - - - - - - - - - - -- - - -
20 índice
Capítulo20
LAEXIGIBLLLDAD
1 - El estado de necesidad exculpante (9 35, StGB) - - - - - - - - -- - - -
,. .,
1. La idea basica de la regulacion - - - - - - - - - - - - - - - - - --- - - -- - - -
2. La situación de estado de necesidad - - - - - - - - - - - - - - - - - - -- - - -
a ) Peligro para la vida, el cuerpo o la libertad - - - - - - - - - - - - - - - - -
b) Actualidad del peligro - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
Capítulo21
OTROS PRESUPUESTOS DE LA P ~ B Z L J D A D
1 - Causas de exclusión de la pena y condiciones de punibilidad - -- - - - 405
11 - Elementos del ilícito configurados como condiciones de la punibiii-
dad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 407
JII - Causas de exculpación configuradascomo causas de exclusión de la
pena . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 410
IV - Persecución penal dependiente de la voluntad del lesionado - -- - - - 412
1. La instancia privada para la persecución penal - - - - - - - - - - - -- - - - 412
2. Discrecionalidad y persecuciónpenal - --- - - --- - - - - - - - - --- - - 413
índice 21
PARTECUARTA
FORMAS DELZCTNAS ESPECIALES
Capítulo22
EL DELITO DE OIMISION
1- La regularnon, .
del Q 13,StGB - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
11 - La delimitación entre delitos de comisión y de omisión - - - - - - - - - -
. ., entre actuar y 01111tir
1. La distincion . . - - - - - - - - - -- - - - - - - - - --- - -
..
2. La supremacía del actuar sobre el 011utir - - - - - ---- - - - - - ------
3. La comisión de delitos de omisión mediante un hacer positivo - - - - -
. .,
111 - La omision de impedir el resultado - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
. .,
1. El concepto de omision - -- - - - -- - - - -- - - - - -- - - - -- - - - --- - -
. ., - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
2. La causalidad de la omision
3. La imputación objetiva del resultado a la omisión - - - - - - - - - - - - -
IV - La obligación de impedir el resultado - - - - - - - - - - - - - - - - - -- - - -
1. Garantes de control - - - ---- - - - - - --- - - - - ---- - - - - - ------
a ) Deberes que resultan de una atribuciónde dominio actual - - - - -
b ) Deberes que resultan de una conducta previa generadora del peli-
gro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
c ) Asunción de una función de control - - - - - - - - - - - - - - - - -- - - -
Capítulo 24
EL DESISTIMIENTO DE LA TENTATIVA
1-Fundamentos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
l. Las razones de la impunidad _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _
2. La naturalezajurídica y las consecuenciasjurídicas del desistimiento
11 - El desistimientosegún el 5 24,I, 1."oración, l.%ariante,StGB _ _ _ _ _
1. Abandonar la ulterior ejecución del hecho _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _
a ) Incompletitud de la ejecución del hecho realizada hasta ese momen-
to. (Delimitaciónrespecto de la tentativa acabada) _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _
aa) Carácter determinantedel acto ejecutivo individual - _ _ - _ _
bb) Carácter determinantede la representación del autor _ _ _ _ -
b ) Posibilidad de ulterior ejecución del hecho. (Diferenciaciónrespecto
de la tentativa fracasada) _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _
C ) El requisito de un abandono definitivo _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _
d) El abandono en el delito de omisión _ _ - - - - _ - _ _ - - - - _ - _ _ - _ _
2. La voluntariedad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . __________
a ) El concepto de voluntariedad _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _
b ) Abandono voluntario de la ejecución del hecho _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _
C ) Abandono involuntariode la ejecución del hecho _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _
aa) Incremento esencial de los costos del hecho _ - _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ -
bb) Desaparición o descenso esencial de la utilidad del hecho _ _ _
cc) Producción de incapacidad de auto-determinación _ _ _ _ _ _ _ _
3. El abandono voluntario de la ulterior ejecución del hecho en caso de de-
litoconsumado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
111- El desistimiento según el 5 24,I, l.%ración,2."variante,y 2.%ración,
StGB-----------------------------------------------
1. La relaciónsistemáticaentre el$ 24,I, l.%ración, 2.%ariante, y el 24,
.,
1,2.%racion,StGB . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
2. El esfuerzo serio por impedir la consumación _ _ - _ _ _ _ _ _ _ - _ _ - _ _ _
a) Mediante hacer activo _ _ _ - _ _ _ _ _ _ - _ _ _ _ _ _ - _ _ _ _ _ _ _ _ _
- - -
. .,
b) Mediante omision -
--- ------- -
------- ------- - - - -- --
3. La voluntariedad _ - _ _ - - - - _ - _ _ - - - - _ - _ _ - - - - _ - _ _ - - - - - - -
IV - La relaciónsistemática entre ambas aiternativas de desistimiento
PARTEQUINTA
P L W D A D DE INTERVINIENTES EN UNHECHO
Capítulo25
LA ESTRUCTURABÁSICA
DE LAS FORMAS DE INTERVENCION
I-Panorama . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
11 - La estructura de la autoría mediata _ - - _ _ _ - - _ - - _ _ _ - - _ - - _ - - _ _
.,
1. La causacion mediata del resultado _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _
2. (pmpliación a delitos ligados a una conducta? _ _ _ _ _ - _ _ _ _ _ _ _ _ _
.. -
1. Los diferenteserrores _ -_ _
,.
. , . tipico
_ -_ -____-_ -____-_ -____-_ -_
Capitulo 28
LA P A R T ~ ~ ~ P A ~ ~ ~ N
1 - El hecho principal que habilitaunaparticipación _ _ _ - _ _ _ _ _ _ _ _ _ 607
.. , . -
11-
. . .,
La mstigacion _ _ --_ --_ _ _ _ _ _ --_ _ _ _ _ _ --_ _ _ _ _ _ --_ _ _ _ _ _ _ _ _
1. El causar la decisión de cometer el hecho -
------ -
------- - -- --
a ) La complicidad psiquica - _ - - _ - - - - _ - - _ - - - - _ - - _ - - - - - - - _
b) Complicidad
. . mediante acciones cotidianas _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _
C ) Complicidad sucesiva . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . -_ _ _
. . ..
4. El tipo subjetivo de la complicidad - - - - - - - - - -- - - - -
.. . .,
--- -------
Capitulo 29
TENTATIVAY PREPARACZON
EN CASO DE PLURALZDAD
DE ZNTERVZNZENTES EN EL HECHO
1 - Autoríamediata tentada _ - _ _ _ _ _ _.
26 Índice
., en la tentativa - _ _ _ - _ - _ - _ _ _ _ _ - _ _ _ - _ - _ - _ _ - _ _
11 - Intervencion -
1. Tentativa en la coautoría _ - _ _ - - - - _ - _ _ - - - - _ - _ _ - - - - _ - _ _ - _ _
a) La coautoría tentada como intervención en la tentativa en calidad
deautor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
b) El comienzo de la tentativa del hecho común _ - _ _ _ _ _ - _ - _ _ - _ _
C) La estructura de análisis de la coautoría tentada --- -
- - - --- - -
. . .,
2. La participacion en la tentativa _ _ - _ - _ _ _ _ _ - _ - _ _ _ _ _ - _ - _ _ - _ _
3. El desistimiento de la intervención en la tentativa (8 24,II, StGB)- _ _
a) La imposibilidad de desistir por abandono de la ulterior ejecución
delhecho . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
b) El desistimiento en caso de una consumación independiente del
aporte al hecho -__-_ -_____-_ -_____-_-_____-_-__-_ _
C) La delimitación respecto de la regulación del 8 24,I, StGB - --- - -
PARTESEXTA
LA TEORÍA JURÍDZCO-PENAL
SOBRE EL CONCURSO
Capitulo 30
EL CONCURSO PROPIO.
(UVZDAD DE HECHO
YPLURALZDADDE HECHOS)
1 - Conceptoy función de la teoría del concurso _ _ _ _ - _ _ _ _ _ _ - _ - _- -
2. La unidad de hecho -- - - _ - _ _ - - - - _ - _ _ - - - - _ - _ _ - - - - _ -- _ - _ _
3. Reflexiones sobre una reforma _ _ _ _ - _ _ _ _ _ _ _ - _ _ _ _ _ _ _ - - _ - _ _ _
111 - La distinción entre unidad de hecho y pluralidad de hechos - -- - - -
.,
1. Una accion en el sentidonatural - - - _ - _ _ - - - - _ - _ _ - - - - _ -- _ - _ _
., , .
2. Unidad de accion tipica _ _ _ - - _ - - _ _ _ - - _ - - _ _ _ - - _ - - _ _ _ _ _ _ - -
índice 27
., - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
3. Unidad natural de accion 672
a) En caso de realización reiterada del mismo tipo - - - - - - - - - - - - - 672
b) En caso de realización de tipos diferentes - - ----- ---------- 673
., . .,
e) Entre accion y omision - - - - -- - - - --- - - - -- - - - -- - - - --- - - 674
Capitulo31
EL CONCURSO APARENTE.(UNIDADDE LEY)
, .
1- Idea basica y panorama - - -- -- - -- - - - -- - - . --- 679
11- Las funciones de la unidad de ley - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - 680
111- Las formas de aparición de la unidad de ley - - - - - - - - - - - - - - - - - - - 681
. .
1. Laespecialidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 681
.. .
2. L a s u b s i h e d a d . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 683
3. Laconsuncion ., . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 686
4. La unidad de ley homogénea - - --- - - --- - - - - - - - - --- - - -- - - - 689
Bibliografiageneral - -.
Abreviaturas
1 - El concepto de pena
Según una célebre definición de Grotius (1583-1645)l,la pena es la 1
imposición de unmal para retribuir un mal. Aquel que pena a otro reac-
ciona entonces contra una conducta que percibe como un mal, y a él le
interesa, asimismo, infligirle un mal al que ha de castigar por esa con-
ducta. En este sentido, la pena es una manifestación omnipresente en
la convivencia humana. Los padres castigan las "faltas de educación"
de sus hijos; los cónyuges, las:'infidelidad&" de su pareja; los clubes de
fútbol. las salidas nocturnas de sus iueadores. etc. De estas manifesta-
cionessociales, el Derecho penal sGoyegula k ámbito parcial, relati-
vamente pequeño, pero importante:la punición estatal de infracciones
al ~erecho.para adquirir inaidea preiisa de este objeto de regulación,
es necesario delimitar a la oena de otras consecuencias "iurídicas de la
conducta punible.
Para una crítica básica de esta evolución, cf. Noltenius, GA, 2007, pp. 518,
523 SS.
La cuestión de si es admisible,y en qué casos, un tiro disparado a matar para
. - ,
evitar uelimos. está r e d a d a de modo diferente uor las leves de uolicía de los Estados
federados, en parte incluso no regulada, y discutida de modo muy intenso en la biblio-
mafia del Derecho de policía: cf:. p. ei.. la exposición de Rachor. en LiskeníDenningerI
~ a c h o rHandbuch
, de; ~olizéirebhtsi4.~ ed.,-2007),n.". 99011024, con otras referen-
cias. El BVerfGniega que exista una *acción del art. 2,II, oración 1,en conexión con
el art. 1,I,GG, para el caso de que sean matadas personas que quieran usar un avión
como arma contra la vida de seres humanos que están en tierra. Se correspondería pre-
cisamente a la posición de sujeto del atacante, si él es hecho responsable del suceso
puesto enmarcha por él; 6.BVerfG, NJW, 2006, pp. 751,760.
Capítulo 1 -Objeto de regulación y fientes del Derechopenal 41
p K z q1 Represión
1Indemni-
zación
del daño
material
Indemni-
zación
del datio
moral
mmw
Medidas poli-
21 Para un panorama, cf. las tablas de reformas del WGB, enFischer, pp. XLMss.
48 Helmut Frister
una regulación legal. Recién enlos años setenta, con sustento en el Tri-
bunal Constitucional Federalz3,se impuso la concepción de que tam-
biénlos presos tienen que ser tratados, frente al Estado, como ciudada-
nos, y, por ello, su posición jurídica durante la ejecución tiene que estar
regulada legalmente.Aún hoy esta regulación está contenida, para la
mayoría de los Estados federados, enla Ley Federal de Ejecución Penal
que entró en vigor en 1977.Pero, dado que, por una reforma del federa-
lismo, la Federación ha perdido la competencia legislativa en materia
de ejecución penalz4,estaley será reemplazada en el futuro por leyes de
ejecución penal de los Estados federados. En Baviera, Hamburgo y Ba-
ja Sajonia ya existen tales leyesz5.
23 BVerfGE, t. 33, p. l.
24 Cf. la nueva redacción del art. 74, párr. 1,n.", dada por la ley del 28/8/2006
(BGBl.,t. 1,p. 2034).
25
Alrespedo, cf.Arloth, GA, 2008, pp. 129SS.;sobre el estado actual de lalegisla-
ción informa la página web de Bremer Strafiollzugsarchiu ("Archivode ejecución penal
de Bremen") http://www.strafiollzugsarchiu.&.
26 Sobre el origen del llamado movimiento aor los tribunales de menores v la res-
tante evolución histórica del Derecho de menores, cf. la exposición de ~ch~i'fstein/
Beulke,. Jugendstrafrecht
- (14.%d., 200",, pp. 3 2 s . Da un panorama sobrela evolución
internacional, Schder-SPringor-, Z S ~ W 99 pp.
, ~ (19871,
. 809 SS.
50 Helmut Frister
1 - Derechopenal europeo
26 Si bien la influencia del Derecho europeo en el Derecho penal es toda-
vía, al momento actual, menor que en muchos otros ámbitosjurídicos,
hoy ya no debe ser subestimada. Para la comprensión del Derecho pe-
nal europeo es necesario parar mientes en la estructura básica de la
Unión Europeaz9.Hasta la entrada en vigencia del Tratado de Lisboa30
-puesta en cuestión por el resultado de una primera31votación popu-
lar enIrlanda y hastaahora aún noasegurada-aquéllaestá basada to-
davía sobre la base del llamado Modelo de pilares, es decir que ella con-
siste de la Comunidad Europea (primer pilar), la Política exterior y de
seguridad comunes (segundo pilar) y la Cooperación policial y judicial
(tercer pilar). Mientras que a la Comunidad Europea, como organiza-
ción supranacional,le compete un poder soberanopropio, laUnión, en el
segundo y tercer pilar, está caracterizada interestatalmente.De ello se
sigue que una competencia propia para imponer Derecho penal, en todo
caso podría estar dada en el primer pilar. Pero, según la opinión domi-
nante, el Tratado Constitutivo de la Comunidad Europea (EGV)no con-
tiene una norma de atribución Por ello, si bien en el Dere-
cho europeohay tipos que prevén sañción pecuniaria'comparablea la de
las contravenciones alemanas33,no hay un Derecho penal criminal ori-
ginario.
No obstante, el Derecho europeo tiene incidencia sobre el Derecho pe- 27
nal alemán, aun sin que la Unión Europea tenga una competencia pro-
pia para imponer Derecho Eso sucede, p. ej., mediante remisio-
nes del Derecho europeo a normas penales nacionalesy, a la inversa,me-
diante remisiones de las normas penales alemanas al Derecho europeo.
Es muy importante, por lo demás, la interpretación del Derecho nacio-
nal de un modo que sea acorde al Derecho europeo. Está discutida la
cuestión de si la Comunidad Europea puede "ordenarles" a los Estados
miembros, sobre la base del EGV, sancionar leyes penales35.Para el De-
recho penal del medio ambiente, el EuGH (TJUE)ha afirmado ahora
por primera vez la atribución del legislador europeo "en relación con el
Derecho penal de los Estados miembros, para tomar medidas que en su
opinión sean necesarias para salvaguardar la plena efectividad de las
normas jurídicas sancionadas por él para proteger el medio ambien-
te"36.Conello, ha reconocido,básicamente,la competenciapara dar ins-
trucciones de Derecho penal en el ámbito del primer pilar.
32 Esto es discutido especialmente respecto del art. 280, N,EGV, cf.Ambos (nota
291, n.". 1116 SS.
33 Sobre la naturaleza jurídica de las sanciones de la Unión Europea, con mayor
detalle, cf. Valls Prieto, ZStW, t. 120(20081,pp. 403 SS.
34 Fundamental, Satzger,Die EuropaisierungdesStrafrechts (2001);cf. también
Ambos (nota29),$5 12s.;Dannecker,Jura, 2006, pp. 95 ss.;Hecker,Europaisches Stra-
frecht (2.%d., 2007), $5 7 SS.;Schroder, NStZ, 2006, pp. 669 SS.;Velten, ,,Jahrbuchfür
italienisches Recht",t. 20 (2007),pp. 173,175ss.;Rosenau,ZIS, 2008, pp. 9,10 SS.;Sie-
ber, ZStW, t. 121(2009),pp. 1SS.
35 Cf. Hecker (nota 341,s 8.
36 EuGH, JZ, 2006, p. 307, con nota de Heger; 2008, p. 248, con nota de Eisele; al
respecto, cf. con mayor detalle, Bose, GA, 2006, pp. 211 SS.;Hefendehl, ZIS, 2006, pp.
52 Helmut Frister
161 SS.;Streinz, Otto-FS,pp. 1029, 1039 SS.;Velten (nota 34), p. 188; Fromm, ZIS,
2008, pp. 168SS.
37 Cf. Hecker (nota 341, n.". 11/87 SS.
Una exposición en Hecker (nota 34), n.". 11/11 SS. El EuGH (NJW, 2005, p.
2839-Pupino-)exigió, adhiriéndose ala interpretaciónadecuada alos lineamientos
en el ámbito del primer pilar, también una "interpretación adecuada a la resolución
marco" del Derecho nacional, en el ámbito del tercer pilar. Críticamente, con razón,
Tinkl, StV, 2006, p. 36.
39 KOM (2004), 334, definitiva del 3014í2004, http:llwww.europa.eu.intlcomml
justice~homelnewslconsultingqu bliclgp~sanctionslgreen~aper-de.pdf
Otrasreflexiones sobrela Parte ~eneralenstein. Di.R e ~ e l u nuon
~ Tüterschaft
und 'Ikilnahme im europaischen ~trafwchtam ~ e i s ~ i~eutsihlands,
el FrankreichS,
Spaniens,Osterreichsund Englands r20O"~;Tiedemann (comp.),Wirtschaftsstrafrecht
iñ der ~uro~üischen Union (20021,pp. 91 si.
Capítulo 1 -Objeto de regulación y fientes del Derechopenal 53
60 Al respecto, 6.Dencker, ZIS, 2008, pp. 298 SS. Sin embargo, la Corte Penal In-
ternacionalya ha actuado enuna serie de casos.Acerca de los procesosinforma la pági-
na web de la-corte Penal Internacional,bajo http:/www.icc-cii.int; para un panora&
sobre lajurisprudencia hasta el presente, Chaitidou,ZIS, 2008, pp. 371 SS.
61
Aunque los Estadosunidos, bajo elgobierno de Clinton,ñnalmentehabíansus-
cripto elEstatuto, el31/12/2000,bajo elgobierno deBushno sólono ratificaronelEsta-
tuto ellos mismos. sino aue también eiercieron ~resiónsobre otros Estados Dara imue-
dir la ratificación: Si bien el nuevo gobierno deAObama,según los informes.de prensa,
ve con buenos ojos la CortePenalInternacional, no ha dado ninaínpaso
- - concretohacia
una ratificación delEstatuto.
Acerca del estado de ratificación, cf. la página web de la Corte Penal Interna-
cional (nota 60).
Capítulo 1 -Objeto de regulación y fientes del Derechopenal 57
Aun respecto de los delitos del Código Penal del Derecho de Gentes no hay un
deber de perseguir los hechos cometidos en el extranjero; en las particularidades, al
respecto, cf. la regulación de los $5 153s., StPO.
Para un panorama detallado del Código Penal delDerecho de Gentes, d.Satz-
ger, NStZ, 2002, pp. 125 SS.;ídem (nota 58), $ 1616 SS.;WerlelJeBberger, JZ, 2002, pp.
725 ss.;Zimmermann,ZRP,2002,pp.97ss.;cf. tambiénLüderNombaum(comp.),Ma-
terialienzum Volkerstrafgesetzbuch (2002).
Capítulo 2
El fin de la pena
le es tenida hoy, con razón, por superada. La misión del Estado moder-
no consiste tan sólo en salvaguardar y promover el bienestar de sus
ciudadanos. De esta idea de Estado deriva la objeción decisiva contra
cualquier teoría absoluta de la pena. Dado que la realización de la jus-
ticia en razón de símisma no es cometido del Estado, ella tampoco pue-
de ser el fin de la pena estatal7.
2 - La teoríapreuentiuo-general (Feuerbach)
8 En su forma originaria, la teoría preventivo-generalve el sentidode
la pena enintimidar a autores potenciales para que no cometanun deli-
to. También este fin de la pena es corriente para la comprensión común
y conocido ya desde lahtigüedad. Fue formulado en forma sistemáti-
ca especialmente por el significativo penalista Paul Johann Anselm
von Feuerbach (1755-183318.Según su teoría de la coacción psicológi-
ca9,el Derecho penal tiene la misión de inhibir motivos egoístas dirigi-
dos a la comisión de delitos, provocando motivos egoístas contrapues-
tos y de esa forma dificultarles a los ciudadanos, psicológicamente, co-
meter un delito. Cumpliría esa misión, dándole al ciudadano,median-
te la conminación penal, la certeza de que a todo delito le seguirá un
mal, "queserá mayor que el disgusto queproviene de no satisfacer el im-
pulso de cometer el hecho". Sería necesario imponer la pena solamente
para conservar la credibilidad de esa conminación penal.
9 La teoría de Feuerbach de la coacción psicológica se basa en una
radical separación entre Derecho y moral. Ella no niega que muchos
hombres no cometen delitos ya en razón de sus convicciones morales,
pero ve el sentido del Derecho penal en evitar delitos independiente-
mente de las convicciones moiales de los ciudadanos, y, por cierto,
haciendo "antieconómica" su comisión para los autores potencialeslo.
Por ello, los intentos por describir la función de la pena mediante modelos eco-
nómicos de una nación, extendidos especialmente en la discusión de los Estados Uni-
Capítulo2 -El fin de lapena 63
dos (cf.,p. ej., AdamsISchavel, GA, 1990,pp. 337,341SS.), sólo son variantes de la teo-
ría de la pena de Feuerbach.
Cf.,p.ej.,Roxin,ATl,n.%.3/25.
64 Helmut Frister
- -
En particular. v. Liszt distinmie al respecto tres diversas "catez?oríasde delin-
cuentesn:Los "delincuentesocasionales", que no necesitan corrección, en los cuales "el
hecho cometido es un episodio. un error producido predominantemente por influen-
cias externas", y que solamente tendrían que ser &timidados de cometer ulteriores
delitos mediante un 'llamado de atención". Los "individuos que han caído en el delito
por predisposicióncongénitao adquirida, pero aúnno perdidosinsalvablemente", que
tendrían que ser corregidospor la ejecución de la pena.Y los "delincuenteshabituales
incorregibles", que tendrían que ser hechos inocuos mediante la "reclusiónpor tiempo
indeterminadon(ZStW,t. 3 [18831,pp. 1,36SS.).
66 Helmut Frister
hallen muy lejos del propio von Liszt, son una consecuencia posible de
su idea de castigar al autor para evitar futuros delitos, aunmás allá de
la medida del ilícito cometido. Por ello, fue correcto que el legislador
(bien que jrecién en 1969!) haya suprimido la agravación de la pena
para delincuenteshabituales peligrosos y también restringido fuerte-
mente las medidas de corrección y seguridad en relación con la regu-
lación creada en 1933.
Pero la idea de configurar la sanción penal de tal modo que a la vez 18
tenga efectos contrarios a la comisión de ulteriores delitos por parte del
autor no sólo condujo a agravaciones, sino sobre todo a considerables
atenuaciones del sistema de sanciones penales. En razón de que se per-
cibió que la ejecución de la pena de prisión, debido al menoscabo de los
lazos sociales y privados (pérdidadel puesto de trabajo, peligro de frac-
tura matrimonial, etc.)y al peligro de que el autor sea influido negati-
vamente por la subcultura criminal en establecimientoscarcelarios en
muchos casos es más lo que aumenta el riesgo de comisión de ulteriores
delitos por parte del autor que lo que lo disminuye, las penas de prisión
de corta duración fueron siendo sustituidas por pena de multa (en 1924
y 1969)y se creó la posibilidad de imponer la pena privativa de libertad
en forma condicional (1953y 1969).Más allá de eso, la forma de ejecu-
ción de la pena fue modificada de modo considerable. Actualmente, al
menos en principio, ellaestá orientada-aun cuando, enla práctica, los
establecimientos carcelarios dejan mucho que desear por múltiples
insuficiencias de la dotación de personal, de superficie ambiente y de
medios económicos- por la idea de capacitar al interno a "llevar en el
futuro una vida sin delitos, con responsabilidad social" (8 2,1.%ración,
StVollzG).
Esta evolución, en su origen basada en la teoría de la pena de von 19
Liszt, hacia una configuración de la imposición jurídico-penal de un
mal orientada por el objetivo de resocializar -prescindiendo del
escepticismo hoy nuevamente muy difundido y en cierta medida pro-
bablemente también justificado, frente a las chances reales de reso-
cialización- debe ser valorada, en principio, positivamente. Aun
cuando se parta de la base de que las penas, como regla general, no tie-
nen ningún efecto resocializador en el autor, sigue siendo razonable
configurar la punición necesaria de tal forma que ésta al menos no
desocialice al autor adicionalmente, ni aumente así el peligro de ulte-
riores delitos. Ya esto justifica tanto el retroceso de la ejecución de la
pena privativa de libertad,como también el orientar la ejecuciónpenal
por el objetivo de capacitar al interno para que lleve en el futuro una
vida sin delitos. Más allá de eso, la configuraciónresocializantede las
sanciones penales también es un mandato de la Humanidad frente a
68 Helmut Frister
l9 Al respecto, cf. BVerfGE, t. 98, pp. 169,200 SS., con otras referencias.
20 Para una crítica más detallada de la teoría de la unión, d.NKIHassemeríNeu-
mann, previo al 8 1,n.om.286 s.
21 Acerca de la distinción entre norma de conducta y norma de sanción, d.en pro-
fundidad Freund,AT, n.". 115 SS.
22 Fundamental, H a e , Tiefenpsychologie und Generalprauention(1976).
Capítulo2 -El fin de lapena 69
pena, durante mucho tiempo, sólo como aspecto parcialdelñn dejusticia retributiva de
la pena absoluta. Esto ha sido expuesto en tiempos recientes, de modo impresionante,
por JanPhilipp Reemtsma, quien fue élmismovíctima de un secuestro.Lapunicióndel
autor es necesaria parala víctima, dice él, a fin de restituirle la "seguridad de la orien-
taciónenlavidasocial" (Reemtsma,DasRechtdes Opfers aufdieBestrafungdes Taters
-als Problem [1999l,pássim);al respecto, d.Deiters, Legalitatsprinzip und Normgel-
tung (2006),pp. 36 SS. y acerca de la importancia de la perspectiva de la víctima en la
teoría del ñn de la pena, en general, Weber, Zum Genugtuungsinteresse des Verletzten
als Strafzweck (1997).
26 Ejemplo en este sentido, Kohler,AT,pp. 44 SS. (46 s.); cf. también la "crítica de
la fundamentación de la pena de la teoría preventiva" hecha en general
- por Pawlik,
Rudolphi-FS, pp. 213 SS.
Capítulo2 -El fin de lapena 'i 1
que ser reconocida como legítima en una sociedad tal, de modo que de
ello no puede inferirse ninguna objeción fundamental contra una defi-
nición del fin de la pena que desemboque en ello.
La evaluaciónde la teoría de la prevención general positiva depende 26
así, decididamente,de la consistenciade los presupuestos empíricosque
le subyacen.En esamedida,la ciencia del Derecho penal se halla ante la
dificultad de que, por la naturaleza de la cosa, no hay ninguna prueba
empírica directa de la corrección de esas suposi~iones~~. Sólo se podría
producir una prueba de esa índole, haciendo un experimento, es decir,
renunciando durante mucho tiempo a la punición de una conducta valo-
rada en la sociedad indudablementez8como ilícito digno de pena, para
ver si la consciencia valorativa correspondiente decae efectivamente o
no. Dado que esto no puede entrar en consideración seriamente, sólo
cabe preguntarse, para evaluar los presupuestos empíricos de la pre-
vención general positiva, si la fundamentación de estos presupuestos
parece plausible y suficientemente segura según modelos de explica-
ción de las ciencias sociales. La opinión hoy predominante lo entiende
así, a mi juicio, con razón.
En suma, la pena se fundamenta entoncespor la necesidad de cuidar 27
de que los hombres sigan reconociendo internamente vinculante a la
normainfringida por el delito,haciendo caso omiso de la contradicción a
la norma que anida enlainfracción ocurrida.Por ese motivo, como reac-
ción contra el delito, al autor debe serle infligido un mal que se corres-
ponda con la medida del ilícito cometido. Pero, mediante estamisión de
la prevención general positiva que da fundamento a la pena no se abre
juicio acerca de la clase de mal ni de su configuración concreta. Princi-
palmente, esto debe orientarse, en el sentido de von Liszt, por el fin de
la prevención especial, es decir, que la imposición del mal se debe confi-
gurar de tal manera que sirva todo lo posible como contramotivo para
que el autor cometa ulteriores delitos. Eliminar o disminuir la atrac-
ción económica de los delitos, en el sentido de Feuerbach, es tan sólo un
bienvenido efecto colateral de la pena.
1
1I
Teoríasabsolutasde la pena
La pena tiene queser impuesta
en aras de la justicia (Kant, Hegel)
I Teorías relativasde la pena
La punición no es un fin en sí mismo,
sinoquesirvepara evitardelitosfuturos 1
1 Teoría de la prevención general 11 Teoría de la prevenciónespecial 1
Para evitarfuturosdelitos, Para evitar futuros delitos, habría que incidir
habría que incidir en la generalidad especialmente enel autor (v. Liszt)
Prevención general
negativa
Fin de la pena es el de
Prevencióngeneral
positiva
Fin de la pena esel
11 Prevención especial
negativa
Finde la pena esla
Prevenciónespecial
positiva
Fin de la pena es la
intimidar a losdemás mantenerel reconoci- intimidacióndel autor corrección del autor
decometer un delito miento de la norma o bien la seguridad
(Feuerbach) infringida por parte de la generalidad
de lageneralidad frente al autor
Teoría de la unión:
plicación hoy probablemente predominante 41 Se recurrea todos los urinciuiosdefundamed
y adoptada por base en este libro 1 tación en conjunto cara legitimar la pena 1
Leeturas complementarias:V o r m b a u m (comp.), Dxte zur Strafichtstheo-
riederNeuzeit (1993), t. 1,pp. 241/246 (Kant); t.2,pp. 34/38(Feuerbach); pp.
61/69 (Hegel), y pp. 171/186 (v. Liszt).
Capítulo 3
El principio de culpabilidad
--
1 - Fundamentos
Cf., p. ej., BVerfGE, t. 20, pp. 323,331; t. 90, pp. 145,173;BVerfG, NJW, 2002,
DD. 1779.1780. Una exuosición ~rofundade esta iurisurudencia v un Danorama sobre
v .
general, sino también justa, esto es, que el mal que se infiige debe ser
merecido respecto del hecho a sancionar2.
3 Sin embargo, sobre la base de la teoría de la prevención general po-
sitiva (cfr. n.". 2/20 SS.),hoy predominante, los presupuestos de legi-
timación no son independientes unos de otros. Pues la necesidad pre-
ventivo-generalde rechazar la contradicción ala norma contenida en el
delito depende, a la postre, de los mismos requisitos que la justicia del
castigo. Aaquel a quien no le reprochamos su conducta errónea tampo-
co lo tomamos en serio como miembro de la comunicación;y a aquel a
quien tomamos en serio como miembro de la comunicación, también le
reprochamos su conducta errónea. Lo uno es, en nuestra vivencia so-
cial, la contracara de lo otro, de modo que interpretamos una conducta
como contradicción de la vigencia de una norma reconocida como legí-
tima a ser tomada en serio, exactamente cuando le hacemos un repro-
che personal al autor por la infracción a esa norma.
4 Debido a la identidad que de allí deriva entre pena necesaria desde
el punto preventivo-general(-positivo)y penamerecida3,el principio de
culpabilidad se fundamenta, en la doctrina más reciente, tan sólo di-
ciendo que la pena tiene que ser necesaria para rechazar la contradic-
ción a la norma que anida en el delito4.Pero tal fundamentación pura-
mente preventivo-generaldel principio de culpabilidad se enfrenta ala
dificultad de tener que explicar por qué se puede penar precisamente
para rechazar la contradicción a la norma que anida en el delito y no a
otros fines. Una razón convincente para ello se deriva, en última ins-
tancia, sólo a partir del hecho de que con la existencia de una contra-
dicción a la norma digna de ser tomada en serio queda fundamentado a
la vez un reproche personal, de modo que la interpretación preventi-
vo-general del principio de culpabilidad reconduce nuevamente, a la
postre, a su explicación tradicional.
5 - ~ u c h másimportante
o que la disputa -en gran medida tenninoló-
Pica- sobre la fundamentación tradicional o isreventivo-general del
principio de culpabilidad es la cuestión de cuáies son los iarámetros
por los que se deba juzgar si, y en qué medida, una conducta funda-
menta un reproche personal contra una persona. Si el principio de cul-
pabilidad debe vincular también y precisamente al legislador, estos pa-
l1
Esta concreción repercute luego, a su vez, en la praxis de la interacción social,
de modo que, a la postre, entre la interacción social v el Derecho penal surge una inci-
- -
dencia rehuioca: el~erechouenal seliea al sienificado fundamental de la ciuacidad de
auto-determinaciónderivada de la construcción de nuestro mundo social, concreta el
concepto de capacidad de auto-determinaciónpara su ámbito v. por medio de esto. in-
fluye iuevaménte en el significadode la interacción social en 6 práctica.
l2 Tradicionalmente,hay punición de asociaciones de personas en el ámbito jurí-
dico anglosajón (GranBretaña,Estadosunidos, Canadá, Australia), pero en el tiempo
reciente aparece cada vez más también en otros ordenamientosjurídicos; para un pa-
norama, 6. elinforme de la comisión de expertos designada por el gobierno federal,Re-
form des Sanktionenrechts,t. 3: Verbandsstrafe (2002),pássim;y sobre las nuevas re-
gulaciones enFrancia, Suiza y Austria, cf. Zieschang, ZStW, t. 115 (2003),pp. 117 SS.,
Heine, ZStrR, t. 121(20031,pp. 24 SS., y Schmoller, Otto-FS,pp. 453 SS.
Capítulo 3 -Elprincipio de culpabilidad 79
diferentes: por un lado, los delitos de peligro concretoy, por otro, los de
peligro abstracto.
En los delitos de peligro concreto, la puesta en peligro del bien jurí- 23
dico protegido está contenida enla descripción del delito y, de este modo,
es un presupuesto de la punibilidad a ser demostrado en el caso particu-
lar. Un ejemplo de un delito tal es el incendio grave, según el 4 306a, 11,
StGB. Lo comete aquel que le prende fuego a determinadas cosas -p.
ej., a un granero (4 306, n.", StGB)-, y por medio de ello pone a otro
hombre en peligro de daño a su salud. Por tanto, la punibilidad presu-
pone que, en razón de prenderse fuego al granero, se llegue efectiva-
mente a una situación en la cual la salud de otro hombre sea puesta en
peligro (p. ej., son sorprendidospor las llamas unos niños quejuegan en
el granero o un indigente que pernocta allí). Si el incendio del granero
no provoca una situación de tal peligro, no es punible como incendio
grave que ponga en peligro la integridad corporal o la vida, según el 4
306a, 11, StGB, sino en todo caso como incendio simple que lesiona una
propiedad ajena, según el 306, StGB.
En cambio, en los delitos de peligro abstractola puesta en peligro del 24
bien jurídico protegido no aparece en la descripción del delito. No es un
presupuesto de la punibilidad a ser demostrado en el caso particular, si-
no solamentela razón de que sea punible la conducta en cuestión.Los de-
litos de peligro abstracto someten a pena acciones característicamente
peligrosas, independientemente de si, en el caso particular, efectivamen-
te se llega o debía llegarse a una puesta en peligro del bien jurídico pro-
tegido. Un ejemplo de ello es, nuevamente, el incendio grave, pero esta
vez según el 4 306a, 1, StGB. Conforme al 4 306a, 1, n.", StGB, es puni-
ble por incendio grave aquel que le prende fuego aun edificio que sirve de
vivienda de personas. El fundamentopunitivo es el hecho de que, confor-
me a la experiencia, el incendiar viviendas conduce a considerables pe-
ligros paralaintegridad y lavida de otros hombres. Pero, en este caso, la
producción efectiva de una puesta en peligro tal no es un requisito de la
punibilidad. Incluso si el autor, antes de cometer el hecho, se ha conven-
cido de que ninguno delosmoradores está enla casa, quedan satisfechos
los presupuestos legales de la punibilidad según el 4 306a, 1,StGB.
5 - Quebrantamientos delprincipio
de protección de bienesjurídicos
Independientemente de la problemática de los delitos de peligro abs- 29
tracto, en el Derecho vigente hay delitos que sólo difícilmente se pue-
dan legitimar con la necesidad de proteger bienes jurídicos. Un claro
ejemplo es el incesto ( 5 173, StGB).Apartir de los daños genéticos invo-
cados tradicionalmentepara justificar ese delitoz3,en todo caso de allí
no deriva ningún fundamento para penar también el coito conmétodos
anticonceptivoseficientes. Por ello,jurisprudencia y doctrina intentan
justificar hoy el tipo penal, principalmente, en el supuesto efecto de
destrucción de la familia que tienen las relaciones sexuales sujetas a
penaz4.Pero eso no puede ser convincente,al menos para el incesto en-
tre hermanos adultos (§ 173,II, 2.%ración, StGB),y, enúltima instan-
cia, oculta el hecho de que la prohibición del incesto "no es tanto unare-
gulación de la convivenciahumana con consciencia del problema como
Con todo, esta regulación se hallaba relacionada, probablemente, también con las altas
exigencias formales (confesión o dos testigos del hecho) que por entonces se le hacían a
la prueba de la culpabilidad (al respecto, cf. Roth, en: Handworterbuch zur Deutschen
Rechtsgeschichte,t. 5 119981,palabra-clave: "Pena de sospecha", con otras referencias).
35 En BVerfG, NJW, 1988,p. 477, ha dejado abierta la cuestión.
36 Frister, Schuldprinzip, Verbot der Verdachtsstrafe und Unschuldsverrnutung
(19881,pp. 77 s., con otras referencias.
Capítulo 4
El principio de legalidad y la reserva judicial
--
1 - El principio de legalidad:
<(nullumcrimen, nulla poena sine lege))
1 - Origen e idea básica
El art. 103,II,GG,codificael principio proveniente delateoríadel Es- 2
tado de la Iiustración, "nuUum crimen, nuUa poena sine lege" (nohay
crimen, no hay pena, sin ley). Este principio estaba contenido ya en las
constituciones de los Estados americanos federados (Virginia y Mary-
land, 1776),como también en el art. 8 de la Declaración de los Derechos
del Hombre y del Ciudadano de la Revolución Francesa (1789),y hoy
también internacionalmente está garantizado -si bien en forma modi-
ficadal- por el art. 7,I, de la Convención Europea de Derechos Huma-
Este demostrativo realce del principio "nullum crimen, nullapoena sine lege"
proviene recién del año 1969. Pero anteriormente se hallaba una regulación sustan-
cialmenteidéntica en el 5 2 del Código Penal.
BVerfGE, t. 25, pp. 269,285 s.; t. 46, pp. 188,192;t. 81, pp. 132,135; BVerfG,
NJW, 2002, pp. 1779,1780.
1" Tribunal del Reich defendió esa concepción ya enla época de Weimar (RGSt,
t. 56, pp. 318,319).En la época nacional-socialista sejustificó así, entre otras cosas,la
introducciónretroactiva de la pena de muerte para el proceso delincendioal Reichstag
(la llamada "lexvan der Lubbe", del 29/3/1933, RGBl., 1,1933, p. 151; al respecto, Ep-
ping, Der Staat, t. 34 [19951,pp. 243 SS.).
Cf. la narración del origen histórico enBVerfGE,t. 25, pp. 269,2871289.
BVerfGE, t. 25,pp. 269,285;t. 81, pp. 132,135;BVeríG,NJW,2002,pp. 1779 s.
Capítulo4 -El principio de legalidad y la reservajudicial O, 1
fringir el art. 103,II, GG. Pero no sólo en el Derecho anterior, sino tam-
bién en el vigente, hay una serie de leyes penales cuya determinación
es problemática, incluso aplicando parámetros generosos. El ejemplo
probablemente más llamativoz4es el tipo de coacción-que en su forma
actual se remonta al legislador nacional-socialistaz5-, el cual no des-
cribe de modo concluyente el ilícito conminado con pena, sino que suje-
ta la antijuridicidad de la coacción en el 4 240,II, StGB, a la condición
de que el ejercicio de violencia o la intimidación de sufrir un mal sensi-
ble a los fines deseados "pueda considerarse reprochable".
16 De la constitucionalidad de ese tipo penal el Tribunal Constitucional
Federal se ocupó ya dos vecesz6.En ambas sentencias el tribunal juzgó
que al menosla alternativa del ejerciciode violencia del tipo de coacción
que en cada caso era la única relevante para la decisión, era compatible
con el mandato de determinación. Esto fue fundamentado, esencial-
mente, en que la cláusula de reprochabilidad del $240,II, StGB, res-
tringe la punibilidad en favor del autor y que, por ello, no tenía por qué
estar determinada en la misma medida que un elemento que funda-
mente la punibilidadz7.Esta fundamentación sena sustentable si los
elementos que fundamentan el merecimiento de pena en general de la
coacción ya estuvieran descriptos por completo en el 4 240,I, StGB,y en
la cláusula de reprochabilidad sólo estuviera en juego la cuestión de si
y en qué medida la conducta en general merecedora de pena no es puni-
ble por excepción. Dado que según el art. 103,II, GG,tales excepciones
de la punibilidad no necesitan estar reguladas legalmente (cf.n.". 419
S.),a ellas tampoco les es aplicable el mandato de determinaciónz8.
laciónlegal de todos las causas que excluyen o atenúan la punibilidad,lo que Lenckner
mismo rechaza expresamente.
29
La cuestión de si, en ese sentido, la creencia es correcta desde el punto de vista
de las consecuencias depende de la discutida interpretación del concepto de violencia.
Sólo si parala violencia se exige una injerencia corporal se puede considerar almenos
la alternativa de ejercicio de violencia del 5 240,I, StGB, como una regulación conclu-
yente delilícito de la coacción.
O'
BGHSt, t. 2, PP. 194,195s.
31 El intento más profundo en esa dirección se halla en Lenckner, JuS, 1968,pp.
304,306 s.
32 Acerca de la argumentación sobre la base de lagunas de punibilidad "insoporta-
bles", 6.la glosa de Puppe-publicada bajo un seudónimo-, en GA, 1999,pp. 409,411.
98 Helmut Frister
que la ley le dé aljuez, en primer lugar, una escala penal de la que se de-
rive el peso del delito en comparación con otros delitos,y, en seando lu-
gar, reglas generales de medición de la pena mediante'ias cuales él pue-
da graduar la pena dentro de la escala penal prevista legalmente39.El
Derecho vigente satisface estos requisitos mediante las escalas pena-
les - e n sin embargo, con pa&metros muy generosos-, previs-
tas en todos los delitos v la remilación de los isrincioios de medición de
la pena en el 8 46, S~GB.
De todos modos, hay casos en los cuales está admitida legalmente 21
cualquier pena que se decida, desde lamultamás leve hastala penapri-
vativa de libertad perpetua. La razón de ello es el hecho de que laley, en
determinados casos, prevé una atenuación facultativa de la conmina-
ción penal. Un ejemplo es la "tentativa de asesinato burdamente insen-
sata" (cf. n.". 2313),para la cual la ley admite una atenuaciónfaculta-
tiva de la pena privativa de libertad perpetua, según el criterio del tri-
bunal, hasta una pena de multa mínima o incluso la eximición de pena
(8 23,111, en conexión con el 5 49,II, StGB).Aunque tales posibilidades
de atenuación facultativa le abren al juez, al igual que las conminacio-
nes penales indeterminadas, un ámbito discrecional limitado sólo por
reglas generales de medición de la pena, no son inconstitucionales,por
la orientación unilateralmente protectora del principio de legalidad.
Dado que, según el art. 103,II, GG, las causas que excluyen o atenúan
la punibilidad no necesitan siquiera estar reguladas legalmente (al
respecto, cf. n.". 419 s.), de la disposición tampoco puede inferirse, en
ese sentido, una obligación de regular tales causas de modo suficiente-
mente determinado.
50 Jakobs,AT,n.". 4/35.
En profundidad y digno de ser leído, VeltedMertens, ARSP, 1990,pp. 516 SS.
Capítulo4 -El principio de legalidad y la reservajudicial 103
V O ~ ~porque,
-, si no, sena totalmente imposible que los hombres se en-
tendieran entre sí. Por ello, el uso general del lenguaje le fija a la inter-
pretación al menos un marco, y eso alcanza totalmente para funda-
mentar la sujeción al sentido del texto. La constataciónacertada de que
frecuentemente este marco es muy amplio por la escasa precisión del
lenguaje natural y que, por ello, la interpretación misma se puede deli-
mitar sólo de modo muy imperfecto con la sujeción al uso general del
lenguaje no justifica tirar por la borda incluso estos límites imperfec-
t o ~ ~ ~ .
La necesidad que deriva del art. 103,II,GG, de legitimar la pena por 29
medio del texto de la ley no significa que una conducta punible según el
texto de la ley tenga que ser castigada en cualquier caso. Por ello, la po-
sibilidad de, en razón del fin de la ley, eximir de una punición que deri-
va del texto de la ley o de atenuar una punición que deriva del texto de
laley no queda afectada por el art. 103,II,GG.En la doctrina esto se for-
mula, mayormente, diciendo que sena admisible una analogía en favor
del autor. Pero esta formulación es incompleta, porque deja fuera de
consideraciónla restricción del posible sentido literal, fundada en el fin
de ley (reducciónteleológica). Considerado estrictamente,de la orien-
taciónunilateralmenteprotectora de la sujeción al sentidoliteral se de-
riva que las normas que fundamentan o aumentan la punibilidad no
pueden ser aplicadas analógicamente, pero sí restringidasteleológica-
mente. mientras aue. en cambio. las normas aue excluven o atenúan la
punibiíidad no puidén ser restringidas teleo~ógicamente,pero sí apli-
cadas analógicamente.
52
Acerca de la necesidad de deñnir el posible significado de los conceptos emplea-
dos en la ley no de modo aislado, sino incluyendo el contexto gramatical y material en
que se los emplea,6. ~ e l t e n / M e r t e n s , ~1990,
~~Q pp. 516,559 SS.
53 Acerca del sigmñcado del sentido del texto como base de la interpretación de la
ley se halla una glosa, tan entretenida como instructiva, en Hruschka,AT,pp. XVI SS.
104 Helmut Frister
sible tal interpretación,así y todo habría sino ineficaz por lesionar prin-
cipiosjun'dicos superiores al ~rdenamiento~~.
Verdad es que, con esta construcción, se resguarda formalmente la 33
prohibición de retroactividad, pero la punibilidad se basa en forma me-
diata en principiosjurídicos no escritos, lo cual es difícilmente compa-
tible con el requisito de una "lexscripta" que resulta del art. 103,II,GG.
De ahí que el Tribunal Constitucional Federal haya transitado un ca-
mino distinto para fundar la punibilidad del fusilamiento de fugitivos
que traspasaban la frontera interna alemana. Según su sentencia, la
prohibición de retroactividad del art. 103,II, GG, se basa en la confian-
za en las leyes penales de un legislador democrático sujeto a los dere-
chos fundamentales. Por eso, ella podría valer de modo irrestricto sólo
si la ley penal vigente al momento del hecho también ha sido sanciona-
da por un legislador tal. Si, en cambio, un legislador no sujeto a los de-
rechos fundamentalesjustificó legalmente la comisión de acciones en
principio punibles, inobservando gravemente los derechos fundamen-
tales generalmente reconocidos por la comunidad internacional, no
hay obstáculo -según este tribunal- para penar retroactivamente
esos hechos5I.
En las consecuencias,de esa forma la restricción admitida en el De- 34
recho internacional de la prohibición de retroactividadtermina siendo
interpretada por el Tribunal ConstitucionalFederal como inserta en el
art. 103,II, GG,y, así, se corrige retroactivamente la decisión de los re-
dactores de la Ley Fundamental de no prever tal restricción. Una co-
rrección de esa índole del legislador constitucional podrá justificarse
excepcionalmente en el caso de un cambio producido en el ínterin de la
concepción jurídica general. Pero aun desde la perspectiva actual, no
deja de ser problemática la excepción del principio de legalidad que es-
tá en cuestión. Incluso el contenido de los "principiosjurídicos general-
mente reconocidos por la comunidad internacional" no está fijado de
modo tan indudable -esto lo muestra la experiencia histórica, p. ej.,
con el tipo de guerra de agresión creado nuevamente por los aliados
después de la Segunda Guerra Mundial58- como para excluir en estos
casos el peligro de decisiones sobre el merecimiento de pena adaptadas
especialmente para sancionar hechos ya cometidos. La idea básica del
El principio del Estado de Derecho(art. 20, III, GG) exige una auto-sujeción delpoder punitivo.
El principiodemocrático manda, además, que el legislador regule por si mismo
las injerenciasesenciales en derechos fundamentales
-tal como se lo puedever, como regla general, en una punición-
r E E Prohibición de
q ~
3 - El á m b i t o d e validez d e l p r i n c i p i o de l e g a l i d a d
35 El principio de legalidad rige no sólo para las conminacionespenales
de la Parte especial, sino para todas las regulaciones que fundamentan
o aumentan la punibilidad.Verdad es que, en la ciencia del Derecho pe-
nal, aisladamente se defiende la concepción de que el principio de lega-
lidad no puede tener aplicación en la Parte general del Derecho pe-
na159,pero esto no es compatible ni con el texto ni con la idea básica del
art. 103,II, GG, y, más allá de ello, tampoco puede convencer, porque,
enmuchos ámbitos, la distinción entre Parte general y especial sólo es
de naturaleza técnico-legislativa60.Así, p. ej., sin duda sena lesiva del
principio de legalidad una punición por "daño imprudente", aunque la
.
Verdad es aue.,en el ámbito de la teoría de la oena. la ciencia delDerecho ena al
A ,
11 - La reservajudicial
Al igual que el principio de legalidad, tambiénla reserva judicial del 44
art. 92,1.%ración, primera parte, GG, sirve para objetivizar tanto co-
mo sea posible las decisionesjurídico-penales. Ella garantiza que la pe-
na sólo sea impuesta por magistradosjudiciales, de los que se pueda es-
perar la mayor medida de objetividad. Conforme al art. 97,I, GG, los
jueces son "independientes y están sujetos sólo a la ley", es decir, que
para el ejercicio de su actividad -a diferencia de los funcionarios- no
estánligadosainstrucciones de ningunaíndole.Conforme al art. 97,II,
GG, ellos - e n tanto sean activos como función principal*- transcu-
rrido un período de prueba, pueden ser destituidos de su cargo o trasla-
dados sólo en casos excepcionales, "por razones y en las formas que de-
termine la ley". En razón de esta independencia material y personal
tienen las mejores condiciones como para poder tomar decisiones tan
sólo según la ley, sin considerar expectativas de terceros.
La independencia de los tribunales es, igualmente, una creación de 45
la Ilustración. Originariamente sirvió para proteger a la sociedad bur-
guesa de la influencia de los monarcas en la jurisprudencia, pero, en la
constitución de los actuales Estados democráticos, es asimismo de gran
importancia y, en correspondencia con ello, está garantizada también
internacionalmente,por el art. 6,I, l.%ración, EMRK(CEDH),y el art.
14,I, 2.%ración, IPBPR (PIDCP). En el Derecho penal, resguarda no
Resulta una restricción del hecho de que Alemania -para legitimar la regula-
ciónexcepcionaldel$2,IV,StGB-aceptó elart. 15,I,3, IPBPR(PIDCP),sólo conlare-
serva de que pudiera seguir siendo aplicable, en determinados casos excepcionales, el
Derecho vigente hasta ese momento, a hechos que hubieran sido cometidos antes de la
modificación de la ley (art. 1,n.", de la Ley de ratiíicación, del 15/11/1973,BGBl., 11,
p. 1533).
Da una idea de la importancia más detallada de este requisito y de las diíiml-
tades de delimitación que aquí aparecen la sentencia del Tribunal Supremo Federal
pi
que se registra en BGHS~,t. 6, 30,36 SS.
Capítulo 5 - El ámbito de validez temporal y espacial ... 115
tida mediante el envío de una bomba por carta (S 227, StGB)está come-
tida al momento en el cual el autor ha despachado la carta en el correo.
La cuestión de cuándo llegue la carta, explote la bomba, sea lesionada
la víctima y ésta muera de las lesiones no tiene ninguna importancia
para el momento del hecho, y, entonces, tampoco para la definición de
la ley penal aplicable. Toda agravación de la ley penal tras la conclusión
de la conducta del autor, es decir, en el caso del ejemplo, después de ser
despachada la carta en el correo, será una agravación posterior al he-
cho, que ya no podrá ser considerada para la punición.
Si, en cambio, la conminación penal ya ha sido agravada durante la 5
condLcta del autor, habrá que asicar, conforme a l 2,II, StGB, la ley
que regía al momento de terminarse la acción. Esta regulación tiene
importancia,sobre todo, para los llamados delitospermanentes. Si, p.
ej., el autor de una violación de domicilio (S 123,StGB)ha permanecido
varios meses enla vivienda del legitimado y la conminaciónpenal ha si-
do agravada en ese lapso, tendrá que ser penado, conforme al § 2,II,
StGB, segúnlaley penal más grave que rigiera almomentode ser aban-
donada la vivienda. Ello se explica a partir de la consideración de que,
mediante la continuación de su conducta, habrá infringido también la
nueva ley penal y, en correspondencia con ello, también debe ser pena-
do según esta nueva ley5.Se debe observar que el § 2,II, StGB, sólo ri-
ge para modificaciones de una conminación penal ya existente. En tan-
to el hecho, antes de la modificación de la ley, no fuera punible en abso-
luto, el autor, ya en virtud de la prohibición de retroactividad del art.
103,II, GG, sólo podrá ser penado si la parte de su conducta habida con
posterioridad a la modificación de la ley satisfacía, considerada por sí
misma, todos los presupuestos de la punibilidad.
3 - La regulación especial
de las medidas de correccióny seguridad
El principio de la aplicación de la ley penal más benigna rige, confor-
me al $2,I, y IV, StGB, para todas las consecuenciasjurídico-penales,
con excepción de las medidas de corrección y seguridad. Dado que éstas
no caen bajo la prohibición de retroactividad del art. 103,II, GG (n.".
4/39 SS.),el 2, VI, StGB, prevé, para su imposición, como regla gene-
ral, no la aplicaciónde laley más benigna, sino la aplicación de laley vi-
11 - La validez espacial
del Derecho penal alemán ($8 317, StGB)
1 - Fundamentos
7 El ejercicio del poder punitivo de un Estado vale como legítimo, des-
de el unto del Derecho de Gentes. sólo si la conducta a unir afecta de
algú~modo los cometidosde orden'del ~ s t a d respectivo8.
o Dado que los
Estados tienen la misión, básicamente, de ordenar, en su respectivo te-
rritorio,la convivenciaentre los hombres, este requisito se satisface sin
problemas, si esa conducta se desarrolla en su propio ámbito estatal.
En correspondencia con esto, el $ 3 , StGB, extiende el poder punitivo
alemán a todos los delitos cometidos en el territorio. Pero la necesidad
de que estén afectados los cometidos de orden del Estado respectivo
puede darse, bajo ciertas circunstancias,también por otros puntos de
vista, como la nacionalidad del autor o la naturaleza nacional del bien
jurídico afectado. Eso es tenido en cuenta por los $8 417, StGB. Éstos ex-
tienden el poder punitivo alemán a determinados delitos cometidos en
el extranjero.
8 Pero ello no significa que las autoridades de persecución penal ale-
manas puedan actuar en estos casos en el extranjero. El Derecho de
Gentes no permite las medidas de autoridad en el ámbito de otro Esta-
do, sin consentimiento de éste. Por ello, cada Estado puede ejercer su
poder punitivo, en principiog,sólo en su territorio -independiente-
mente de dónde hayan sido cometidos los hechos a punir-. En tanto,
parala persecución penal, sea necesario tomar medidas en el ámbito de
otro Estado, los Estados tienen que servirse de su auxiliojurídico y eje-
cutivo. Esto rige no sólo parala aprehensión y traslado (extradición)del
acusado, sino también para medidas de investigación de la situación de
hecho, como declaraciones, registros y secuestros de medios probato-
rios. El intercambio de auxiliojurídico entre los Estados está regulado
por numerosos tratados del Derecho de Gentes. Si éstos no ofrecen una
regulación,Alemania presta auxiliojurídico según la Ley sobre auxilio
jurídico internacional en materia penal (IRG)lO.
El objeto de regulación de los $$3/7, StGB, es denominado tradicio- 9
nalmente "Derecho penal internacional". Esto puede generar malenten-
didos, porque, en tales regulaciones, de lo que se trata no es de Derecho
internacional,sino de Derecho nacional alemán. Cierto es que el Derecho
de Gentes les prohíbe a los Estados ampliar su poder punitivo también
a aquelloshechos que no afectan de ningúnmodo sus cometidos de orde-
namiento, pero, por lo demás, deja librado a la soberanía de los Estados
el establecerpor símismosloslímites de su poder punitivo y el ámbito de
aplicación de su Derecho penal materiall1. El legislador alemán ha he-
cho eso en los $$3/7,StGB. Tomadas estrictamente,a esas disposiciones
les corresponde una doble función12.Por un lado, regulan la cuestión de
a qué hechos se les extiende el poder punitivo alemán,y, por otro, deter-
minan que esos hechos siempre deben ser punidos según el Derecho pe-
nal alemán. El Derecho penal extranjero -a diferencia del Derecho pri-
vado extranjero- no puede ser aplicado por tribunales alemanes13.
20
Alrespecto, d.Deiters, ZRP, 2003, pp. 359,360 s.
21BGHSt, t. 46, PP. 212,220 5s.; alrespecto, con mayor detalle, d.MünchKomml
AmbosiRuegenberg,8 9, n.". 25 SS., con otras referencias.
120 Helmut Frister
23 Sin embargo,el contenido de regulación de los números 2 a 8,va más allá delnú-
mero 9, en la medida en que los tratados internacionales que ellos tienen por base no
obligan de modo absoluto a una persecución penal también de hechos cometidos en el
extranjero; al respecto, 6.en particularLKIWerlelJeBberger,8 6, n.". 2 SS.,con otras
122 Helmut Frister
punitivo nacional tiene que revelar alguna relación con los cometidos
del ordenamiento del Estado respectivo. Por eso, el Tribunal Supremo
Federal exige, también en el marco del 8 6, StGB, al menos cierto punto
de contacto para el ejercicio del poder punitivo alemán. El Derecho pe-
nal alemán sería aplicable, en los casos del 8 6, StGB, siempre que el
acusado se halle o haya estado enAlemania o bien que, mediante el he-
cho, hayan sido lesionados al menos mediatamente intereses inter-
nosz4.Pero la sola estancia enAlemania de la presuntavíctima no sena
suficientez5.
24
BGHSt, t. 34, pp. 334,338 SS.
25 BGH, StV, 1999, p. 240; al respecto, críticamente, Staudinger, NJW, 1999, pp.
3099,3100.
Capítulo 5 - El ámbito de validez temporal y espacial ... 123
ESPACIAL
5 9, StGB: Esdeterminanteel lugar de la acción 58, StGB: Esdeterminante
o de producción del resultado el momentode la acción
para HECHOSCOMETIDOS
EN EL EXTRANJERO
1 - Las penas
La consecuenciajurídica de un delito es principalmente la punición 1
del autor. Como las así llamadas penas principales, al momento ac-
tuall el Código penal prevé únicamente la pena privativa de libertad
($$ 38 s., StGB)y la pena de multa ($4 40143, StGB).Además,envirtud
de una regulación de la Ley Penal Militar, para los soldados de las fuer-
zas armadas federalesexiste el arresto penal ($ 9, WStG).Desde el pun-
to de vista estadístico, de esas penas, la que tiene claramente la mayor
importancia es la pena de multa. Sólo el 20% de las penas impuestas
por los tribunales son penas privativas de libertad, y éstas, frecuente-
mente, son de ejecución en suspenso;las demás -sin tomar en cuenta
los casos excepcionales del arresto penal militar- son penas de mul-
ta2. Bajo ciertas condiciones, junto a la pena principal puede ser im-
puesta al momento actual, adicionalmente,como una denominada pe-
na accesoria, la prohibición de conducir ($ 44, StGB).
La pena patrimonial prevista en la ley como otra pena accesoria ( 5 43a,
StGB) fue declarada inconstitucional por el Tribunal Constitucional Fe-
deral, por lesionar el principio de determinación (art. 103,II, GG)3.Por
ello, ya no puede ser impuesta.
2 - La pena de multa
En el caso de la pena de multa, el mal infligido al condenado consis- 12
te enla pérdida de calidad de vida material. Para que este mal afecte en
forma aproximadamente19equivalente a autores ricos y pobres, desde
1975,la pena de multa es fijada según el llamado sistema de días-mul-
ta. No se fija como pena directamente una suma de dinero, sino una
cierta parte de los ingresos de que dispone el condenado para su man-
tenimiento, que es expresada en días-multa (S 40,I, l.%ración, StGB).
El monto mínimo de la pena de multa parala punición de un hecho úni-
coZ0asciende a cinco días-multa,y el monto máximo, a trescientos se-
senta (§ 40,I, 2.%ración, StGB).El monto de los días-multase mide, co-
mo principio, según el ingreso promedio neto diario del condenado (4 40,
21 El límite máximo fue incrementado de 5.000 euros a esa suma por la ley del
29/6/2009(BGBl., 1, p. 1658).
22
Referencias en LKIHager, 5 43, n.". 12.
23 La ~rouorciónde delitos sancionados mediante advertencia con reserva de De-
naascendi, en el año 2007,a 1,7%;d.Statistisches Bundesarnt [ ~ f i c i n a ~ e d e r a l d e ~ s -
tadísticas],Faachserie,t. 10,R. 3,2007,pp. 188,248,hallable enla página http:llwww-
Capítulo 6 -Las consecuencias jurídico-penales 135
3 - La prohibición de conducir
La prohibición de conducir, como sanciónjurídico-penalz4,puede ser 15
impuesta hasta ahoraz5,sólo junto con una pena privativa de libertad
o de multa. Presupuesto para ello es que el delito cometido lo haya sido
al conducir un vehículo, en relación con su conducción o bien en viola-
ción de los deberes del conductor de vehículos (§ 44, 1, l.+ración,
StGB).Este presupuesto no sólo se da respecto de los delitos de tránsi-
to, sino, p. ej., también cuando, enun hurto, el botín es transportado en
un vehículoz6.Mediante la prohibición de conducir únicamente se le
prohíbe al condenado la conducción de un vehículo en el tránsito vial
por un tiempo determinado. Conserva su licencia de conductor, de tal
modo que, luego de transcurrido el plazo, puede volver a conducir, sin
necesidad de volver a obtener su licencia de conductor. La prohibición
de conducir puede estar restringida a determinada clase de vehículos.
Su mínima medida es de un mes; el máximo, de tres meses (S 44,I, l."
oración, StGB).
24 Según el 5 25, StVG, también las infracciones de tránsito son sancionadas con
una prohibición de conducir. Esta prohibición de conducir impuesta por la autoridad
administrativa debe ser diferenciada de la del Derecho penal, aun cuando, para los
afectados, repercuta exactamente delmismomodo.
25
Sobre elproyecto de ley delBundesrat, de introducirla prohibición de conducir
también como pena principal, véase ya supra, n.". 611,nota 1.
26 Fischer, $44,n.". 9, con otros ejemplos; cf. también la sentencia del Gran Se-
nado del BGH [fallo plenario], en BGHSt, t. 50, pp. 93,98.
136 Helmut Frister
jurídico protegido por el delito respectivo (p. ej., el valor de una cosa ro-
bada),principalmente la cuestión de en qué medida al autor puede ser-
le reprochada su conducta.
17 Dado que la culpabilidad no puede ser expresada numéricamente,
no resulta posible definir en forma exacta la adecuación a la culpabili-
dad de una pena. Por medio de la comparación con otros casos, el juez
puede establecer en qué ámbito de la escala penal legal debe ubicarse
una pena adecuada a la culpabilidad; pero una formulacióncuyo conte-
nido sea que la pena privativa de libertad adecuada a la culpabilidad es
de exactamente quince o de exactamente veinte meses, por la natura-
leza de la cosa, no es posible. Por esa razón, la jurispruden~ia~~ sostie-
ne, con razón, que el deber de medir la pena según la culpabilidad sólo
determina el monto de la pena en forma aproximada (lallamada teoría
del ámbito dejuego). El ámbito dejuego que le queda al juez ha de ser
completado, considerando los efectos de la pena que son de esperar pa-
ralavida futura del autor enla sociedad,esto es, por reflexiones de pre-
vención especial (§ 46,I, 2.%ración, StGB).En esa medida, la ley no le
otorga ninguna significación a la defensa del ordenamiento jurídico.
Sin embargo, la jurisprudencia hace caso omiso de esta valoración e in-
corpora ala determinaciónde la pena puntos de vista preventivo-gene-
ralesZ8.En particular, considera admisible agravar la pena, dentro de
los límites de la culpabilidad,a fin de contrarrestar el aumento de cier-
tos delitos peligrosos para la comunidadz9.
18 Los principios de medición de la pena referidos en el 8 46,I, StGB, son
concretados con mayor precisión en el 8 46,II, StGB. La disposición men-
ciona, a modo de ejemplo, los puntos de vista más importantes a ser pon-
derados entre sí en la decisión de medición de la pena. La mayoría de es-
tos puntos de vista pueden ser de sigmflcación directa tanto para la me-
dida de la culpabilidadcomo también para establecer los efectos de la pe-
na para la vida futura del autor en la sociedad. En ese sentido, única-
mente queda fuera la conducta del autor posterior al hecho, la cual -al
menos según la comprensióntradicional de la culpabilidad30- a lo sumo
27
Fundamental, BGHSt, t. 7, pp. 28,32. Da un buen panorama del estado de las
opiniones enla doctrina,Streng,Strafrechtliche Sanlztionen (2.%d.,2002),n.". 486 SS.
BGHSt, t. 7, pp. 28,32; t. 28, PP. 318,326 s.; en contra, convincentemente, Ro-
xin, Bruns-FS, pp. 183,195SS.
29 BGH, NStZ, 1992,p. 275, con otras referencias.
31 Según la más reciente jurisprudencia del BGH (BGHW,t. 43, pp. 195,206 s.),
una confesiónpuede ser considerada para atenuarla pena, desde elpunto de vista delas
consecuencias,aun cuandono se base enla comprensión de la culpabilidady el arrepen-
timiento, sino que haya sido prestada por ponderaciones tácticas sobre la marcha del
proceso; alrespecto, críticamente, conrazón,el comentario de Ronnau,wistra, 1998,pp.
49,53, con otras referencias. Una explicación más detallada de la relevancia de la con-
fesión para lamedición dela pena se halla enDencker, ZStW, t. 102 (19901,pp. 51 SS.
Acerca dela compensación entre autor y víctima, digno de ser leído, Dolling, JZ,
1992,pp. 493 SS.
33 Acerca del trasfondo político-criminalde esta regulación, d. n.". 116.
138 Helmut Frister
36
La regulación introducida por la Ley de seguridad de internación en un hospi-
tal psiquiátrico y en un establecimiento de desintoxicación del 20/7/2007 (BGBl., 1, p.
1327)codifica una sentencia del Tribunal Constitucional Federal que aumentaba las
exigencias del antiguo 8 64,II, StGB (BVerfcE,t. 91, pp. 1SS.).
37 Sobre esta contradicción.enorofundidad. Kohler.AT. UD. 55 SS.: ídem.Jakobs-
FS, pp. 273 SS., según suconcepción,~aporprinci;>iono pbedé~~ust5ca~semédidas de
seguridad contra autores imputables y la habitualidad del delincuente debe conside-
rarse, a cambio de ello, en elmarco de ia pena por culpabilidad.
140 Helmut Frister
25 Junto alas medidas privativas de libertad existen aún otras tres me-
didas de correccióny seguridad. El control de conducta ($$61,n.", 68
SS.. StGBl tiene Dor obietivo controlar la conducción de lavida de uncon-
denado a'pena privagva de libertad, por un determinado tiempo, tras
ser liberado de l a p r i ~ i ó nLa
~ ~cancelación
. de lalicencia de conductor
($$ 61, n.", 69, S~GB) está prevista para el caso de que, mediante la co-
Consecuenciasdestatus,
Sanción represiva
decomiso e incautación
(Limite: principio
5545,73,74, StGB
1 11
Penas principales Penas accesorias
Medidas privativas
de libertad
1 Otrasmedidas 1
A
Multa
5 40, StGB Fi"".I""":CII; \
Prohibición
t
Internación en un Cancelación de la
licencia de conductor
5 69, StGB
Internación en un
Inhabilitación
establecimiento
profesional
de desintoxicación
pix
días-multa,
años, sin con posibili-
posibilidad
posibilidad dad de
de adverten-
de suspensión Control de
ciacon reser-
suspensión a a prueba seguridad la conducta
va de pena
prueba 5 56, StGB 55 66/66b, StGB
Capítulo 6 -Las consecuencias jurídico-penales 145
a losjueces reconocer como tales los problemas que surgen por igual en
los diversos delitos y desarrollar así soluciones uniformes para esos
problemas. Esto no sólo es necesario para poder resolver de la misma
forma problemas equivalentes que se presentan más allá de los límites
de los delitos, sino también y sobre todo en razón de que, sin recurrir a
soluciones generales de los problemas, no se podría aplicar de modo en
sí comprensible ni siquiera la descripción particular de cada delito. En
atención a la gran cantidad de delitos del Derecho penal, en particular
del Derecho penal accesorio,el legislador y losjueces estarían sobreexi-
gidos sin remedio, si tuvieran que empezar desde cero al formular o al
interpretar cada ley penal particular. El enorme material jurídico sólo
puede ser dominado mediante conceptos y soluciones de problemas de
carácter general, sobre cuya base pudiera llegarse luego, rápidamente,
a unaimagen relativamente clara de las leyes nuevas o de aquellas con
las que losjueces estuvieran poco familiarizados.
En correspondencia con ello, la ciencia del Derecho penal se esfuerza 6
desde siempre por lograr conceptosy solucionesde problemas de carác-
ter general. El fruto de estos esfuerzos es una teoría general del delito
muy refinada, en la que los diversos requisitos de los delitos particula-
res son sistematizadosy analizados de modo lo más preciso posible con
conceptos generales -como dolo o causalidad-. Además, la sistemati-
zación de los diversos ~resu~uestos del delito le permitió, a la teoría pe-
neral del delito, formilar reglas estructurales cón cuya ayuda se puede
llevar a cabo el análisis sobre la punibilidad de un caso concreto, de mo-
do que ningún punto importante sea pasado por alto y todas las cuestio-
nes sean tratadas en el contexto correcto. Un procedimiento r e ~ d así o
metódicamente es de gran importancia para una correcta aplicacióndel
Derecho. Pero siempre se debería tener en claro que, a partir de meras
reglas estructurales, no se puede inferir aún la solución de problemas
materiales. La así llamada "estructura del delito" no es una fuente de
Derecho, sino una secuenciametódicamente conveniente -que en par-
te se fundamenta de modo lógico-objetivo,en parte también es producto
sólo de convenciones- para analizar los presupuestosde la punibilidad.
Haciendo caso omiso de ello, la ciencia del Derecho penal se inclina 7
tradicionalmente1a considerar la clasificación sistemática de los ele-
mentos generales del hecho punible como su verdadero problema funda-
mental. En los años cincuenta y sesenta, p. ej., se dio una agria disputa
sobre la clasificación del dolo en la estructura del delito (al respecto, cf.
Por esta razón, en parte de la bibliografía se aboga por una estructura del deli-
to de dos grados, que distinga sólo entre ilícito típico y culpabilidad,en lugar de la de
tres grados, que se adopta aquí, alrespecto, cf. Otto, GK, n.". 5/23 SS.
Una presentación profunda de esta teoría se halla en el trabajo de Welzel: Das
neue Bild des Strafrechtssystems (4.%d., 1961).
En el delito imprudente, en cambio,la opinión dominanteparte hasta hoy de un
concepto de ilícito objetivo; alrespecto, 6.n.". 1216.
Rige algo diferente sólo para los así llamados tipos abiertos, en los cuales la ley
- e n razón de que no contienen una descripción completa delilícito en general digno de
pena-exige explícitamenteuna fundamentaciónpositivade la antijuridicidad($5 240,
11;253,II, WGB).
152 Helmut Frister
micidio por omisión ($4 212,13, StGB)los padres que dejan que un hijo
suyo muera de hambre, pero no cualesquiera terceros que igualmente
habrían podido alimentar al niño. Los terceros solamente son punibles
por el $ 323c, StGB, considerablemente más benigno.
4 -Autoría yparticipación
20 Además, se pueden distinguir diversasformas de intervenciónenun
suceso punible. La ley diferencia,en ese sentido, entre la comisión au-
tónoma de un hecho punible (autoría) y laintervención en el hecho pu-
nible cometido por otro (participación). Es autor quien ejecuta un he-
cho punible por sí mismo -dadas ciertas circunstancias,también quien
lo comete en común con otro (S 25,II, S t G B t o lo hace ejecutar por una
persona (p. ej., un niño) sometida a su voluntad (8 25,I, StGB)12.Come-
te un acto de participación quien instiga a otro a cometer un hecho de-
lictivo (§ 26, StGB) o le presta ayuda -p. ej., procurándole la herra-
mienta para irrumpir con fractura- para que lo cometa (8 27, StGB).
Tanto la instigación como también la complicidad presuponen un he-
cho principal doloso y antijurídico, pero no necesariamente culpable.
Esta dependencia de la participación respecto del hecho principal, de-
nominada accesoriedadlimitada, tiene la consecuencia, especialmen-
te, de quela participación enun delito imprudente,segúnel Derecho vi-
gente, no es posible.
También esto es, naturalmente, sólo una deñnición a grandes rasgos; la delimi-
tación en particular es, también a este respecto, más compleja y está discutida; al res-
pedo, 6.n.". 26/14 SS. y 2711 SS.
* Esta distinción se puede expresar también bajo la bipartición "delito grave",
"delito menos gravev.aquíse ha optado por la clas5cación históricamente tradicional
y en parte aúnvigente enlengua española. Pero en otros contextos de esta traducción,
la expresión "delito" se usa como sinónimo de "hecho punible". (N. de Tr.)
Capítulo 7 - Introducción a la teoríageneral del delito 157
1 - El concepto de acción
La lectura de numerosos manuales transmite la impresión de que la 2
respuesta a esa pregunta sería discutibleya en su base. Son expuestas
diversas "teorías de la acción" aue Darecen definir el conce~tode acción
A
tiene poco que ver con el concepto de acción como primer filtro de análi-
sis de la tipicidad.
3 En jurisprudencia y doctrina no hay divergencias de opinión funda-
mentales acercadelaaccióncomobase del análisis de la tipicidad4.Con
formulacionesdistintas, pero coincidentes en lo sustancial,se la define
como "movimiento corporal que depende de la ~oluntad"~.Así, el círcu-
lo de situacionesde hecho que en principio sonapropiadaspara cumplir
el tipo está limitado en dos sentidos y a partir de dos razones completa-
mente distintas. El requisito de un movimiento corporal distingue el
actuar del omitir (al respecto, cf. n.". 2216 SS.),pero, sobre todo, del
mero pensar, y se basa, en esa medida, en el principio del Derecho pe-
nal de hecho. Si el hombre no pone en marcha sus pensamientos o al
menos no deja que transciendan hacia lo externo, falta un hecho por el
cual pueda haberse hecho punible. En cambio, el requisito de la depen-
dencia de la voluntad se explica a partir del principio del Derecho pe-
nal de culpabilidad. Si un movimiento no puede ser controladovolun-
tariamente, de antemano seráinapropiado como punto de apoyo de un
reproche jurídico-penal.
4 Falta el control voluntario necesario para que haya una acción en ca-
sos de movimientos durante el sueño, o en un estado de inconsciencia o
de un ataque epiléptico.Asimismo, naturalmenteno existe accióncuan-
do el hombre no se mueve por sí mismo, sino que es movido por inciden-
cia externa. El pasajero de un tren que, en un accidente, es impulsado
contra un niño y que de ese modo lo lesiona, no actúa, del mismo modo
que no lo hace la mujer gerente de un negocio a la que le es llevada la ma-
no por la fuerza al suscribir una solicitud de crédito que contiene datos
falsos. Sin embargo, hay que tener en cuenta que sólo la coacción física
directa (visabsoluta) excluyela existencia de acción. Si lagerente ha si-
do compelida a suscribir la solicitud de crédito por la aplicación de gol-
pes o por la amenaza con una pistola, habrá actuado. Una coacción pro-
ducida psíquicamente (viscompulsiva) no modifica en nada que el mo-
vimiento corporal se ha dado voluntariamente, bajo control. Por ello,
aquélla no se debe considerar en el tipo objetivo, bajo el concepto de ac-
ción, sino recién en el marco de un grado ulterior de la estructura del de-
lito, a saber: el de la antijuridicidad o el de la culpabilidad.
Dado que los movimientos corporales están regidos por el sistema cen-
tral -aun cuando no se basen en una decisión voluntaria conscien-
te- son evitados por una decisión voluntaria contrapuesta. Eso suce-
dería, p. ej., cuando quien conduce por una calzada con helada se con-
centra en realizar sólo procedimientos de frenado en forma consciente.
Por ello, con razón, los automatismos son considerados acciones por la
jurisprudencia y la doctrina dominantelo.No se contrapone a ello el he-
cho de que, en el tiempo del que se dispone para reaccionar, confrecuen-
cia no sea posible reconocer el defecto de lareacciónautomatizaday que
en razón de ello no se pueda reconfigurar a tiempo la reacciónl1. Existe
una acción ya cuando el movimiento corporal del que se trata habría si-
do evitado rápidamente por una decisión voluntaria contrapuesta. La
cuestión de si el agente pudo reconocer en forma suficientemente rápi-
da que él habría tenido que formarse esa voluntad contrapuesta para
evitar la realización del tipo es una cuestión de la conocibilidad de la si-
tuación de hecho adecuada al tipo y de allí que recién tenga importan-
cia para el elemento de la imprudencia (cf. n.". 12/18).
8 Hay que tener en cuenta que en casos en los cuales ha sido produci-
do un resultado típico directamente por un movimiento corporal no
controlable por la voluntad, el tipo igualmente puede estar cumplido
por medio de una acción ya realizada anteriormente. Quien, en el mar-
co de un espectáculo público, escala la fachada de una casa, pero al ha-
cerlo se cae desde la mitad de la altura, porque a él ya no le dan las fuer-
zas, y lesiona así a un espectador, habrá causadol2su lesión no sólo por
la caída, sino, mediatamente, ya por el escalamiento de la fachada, vo-
luntariamente controlable. En la medida en que, ya al realizar esa ac-
ción, haya contado o debiese haber contado conla posibilidad de lalesión
del espectador,si bien por medio de la caídavoluntariamenteno contro-
lable él no habrá cumplido el tipo de la lesión corporal dolosa (5 223,I,
StGB)o imprudente (5 229, StGB),sílo habrá hecho por medio del esca-
lamiento precedente.
2 - La identidad de la acción
9 La definición de la acción como movimiento corporal dependiente de
la voluntad requiere aún un complemento, en el sentido de que para
realizar el tipo de una ley penal como regla general son necesarios va-
rios movimientos corporales. Esto resulta inmediatamente claro, en el
caso de los delitos compuestos de dos actividades diversas,como, p. ej.,
el robo (4 249, StGB),que requiere, por un lado, que se aplique violen-
cia o amenazasy, por otro, la sustracción de una cosa. Pero aun en casos
en que un tipo delictivo requiera sólo una actividad, ésta se podrá des-
componer, generalmente-si se lo observa con mayor detalle-, en nu-
merosos movimientos corporales diversos13.Un ejemplo lo dala confec-
ción de un documento inauténtico,del 5 267,I, l.%ariante, StGB. En la
ley, eso está descripto como una actividad,pero es característico que sea
un proceso manual bien complicado, que consiste de mucho más que de
un solo movimiento corporal. Por ello, ya de los tipos penales mismos se
deriva la necesidad de reunir diversos movimientos corporales,jurídi-
camente, en una acción. De cualquier modo, al juzgar sobre la punibili-
dad, deben ser considerados como una unidad todos los movimientos
corporales necesarios para una única realización de todos los elemen-
tos del tipo. Jurídicamente, ellos constituyen una sola acción.
Pero, aun más allá de ese ámbito, son reunidos en una acción unita- 10
ria diversosmovimientoscorporales.SiA le propina tres golpes a B, eje-
cutados inmediatamente uno tras otro, o lo ofende con tres palabras
agraviantes pronunciadas inmediatamente una tras otra, eso se debe-
rá considerar,iurídicamente,como una sola acción de lesión corporal (4
223,I, S~GB);de injuria (8 185, StGB). Con todo, el límite reiativo a
cuándo el cumplimientoreiterado de todos los elementos del tipo sigue
siendo una acción unitaria es muy difícil de trazar en abstracto. En ú1-
tima instancia, uno sólo puede basarse en si el proceso se percibe en la
vida social como una unidad. Las particularidades están discutidas y
recién serán tratadas en la teoría del concurso (cf. n.". 30114 SS.). Pe-
ro si es completamente indudable que concurre una sola acción, en el
análisis de la punibilidad los actos individuales ya son reunidos en la
cuestión de subsunción y deben ser valorados de modo unitario. En los
casos enlos cuales el autor -como en el ejemplo dado-ha realizado en
secuenciainmediata varios actos individuales de la misma naturaleza,
dirigidos contra el mismo bienjurídico de la misma persona, sería equi-
vocado analizar cada acto individual o bien cada mala palabra indivi-
dual por separado,respecto de su tipicidad.
plejos (p. ej., $4 164,216,257,258,263y 267, StGB),sobre la base de cuáles sonlos ele-
mentos del tipo objetivosy subjetivosque ella contiene,y revisarla corrección delresul-
tado del propio análisis de la mano de un comentario.
168 Helmut Frister
De otro modo, Hettinger, Die,,actio libera in causaU(1988),pp. 423 s.; contra él,
acertadamente, Schmidhauser, Die actio libera in causa (1992),pp. 40 SS.
'Qi, manitiestamente, Walter, DerKern &sStrafwchts (20061,pp. 16ss., quien
discute como principio la posibilidad de una distinción entre delitos de actividad y de
resultado e interpreta todo delito como delito de resultado.
170 Helmut Frister
al dolo de tipo por la reducción del tipo objetivo. Por esta razón, desde el
punto de vista de las consecuencias,rigen para ellos las mismas reglas
*ue se habrá de explicar aún en las particularidades (cf. n.". 11/20
y 28130)- que para el dolo mismo.
plo más claro lo danlos yamencionados elementos del asesinato del pri-
mero y tercer grupos. La ley exige allí un motivo especialmenterepro-
chable y distingue de ese modo el homicidio, que como regla general es
punible con pena privativa de libertad temporal ($212,StGB),del ase-
sinato, que es punible con pena privativa de libertad perpetua ($ 211,
StGB).
Forman parte de los motivos especialmente reprochables, además, 31
los asíllamados elementosdel ánimo, como "maliciosamente"($ 225,I,
StGB)o "desconsideradamente"($ 315c, 1,n.2, StGB).En contra de las
ideas de diversa resonancia habidas en la bibliografíaz8,el ánimo del
hecho designado con estos elementos no es un hecho psíquico especial,
que se distinga de los motivos. Antes bien, el ánimo del hecho es un jui-
cio valorativo sobre los motivos del hecho. Así, el dejar de atender el de-
ber de ocuparse de lo que se tiene a cargo, según el $225,1,StGB, se ha-
ce "maliciosamente", cuando se debe a motivos especialmente repro-
chables, y el infringir las reglas de tránsito, según el $ 3 1 5 1,~ n~. 2 ,
StGB, se hace "desconsideradamente", cuando se debe a motivos egoís-
tasZ9.Una particularidad de los elementos del ánimo existe tan sólo en
el hecho de que no describen un motivo individual, sino que la punibili-
dad se liga a una valoración completa de la motivación del autor, que ha
de realizar el juez y que está descripta sólo vagamente. Por ello, si bien
los elementos del ánimo son cuestionables desde el punto de vista del
principio de determinación30,no constituyen, en principio, otra catego-
ría de elementos del delito.
En parte de la bibliografía son designados como elementos del ánimo 32
también requisitos del tipo que no sólo describen el ánimo, sino a la vez
también la acción que ha de realizarse con el respectivo ánimo. Pero es-
ta terminología es poco feliz, porque no reproduce correctamentela es-
tructura compleja de los requisitos típicos de esta clase. Un ejemplo es el
elemento del asesinato "cruelmente",que se realiza, según la jurispru-
dencia, cuando el autor, a suvíctima, 'le infiere dolores o padecimientos
especiales, por ánimo despiadado, carente de sentimientos (que no ne-
cesita ser una cualidad general de autor)"31.Según ello, matar cruel-
mente presupone primeramente que le sean inferidos a la víctima dolo-
res o padecimientos especiales.A este elemento del tipo objetivo tiene
que referirse entonces, conforme al 4 16, StGB, el dolo. Por tanto, el au-
tor tiene que haber reconocido también que le infiere a la víctima dolo-
res o padecimientos especiales. Y recién si están cumplidos estos dos
presupuestos, hay que preguntarse por si los motivos del autor pueden
ser valorados como despiadadosy carentes de sentimientos.
33 Sin embargo, la clasificación de los demás motivos y elementos del
ánimo en el tipo subjetivo está reconocida de manera general sólo para
los motivos que caracterizanla clase de delito, como, p. ej., la intención
de enriquecimiento en la estafa (4 263, StGB). Los motivos especial-
mente reprochables, incluidos los llamados elementos del ánimo, son
considerados especiales elementos de la culpabilidad, por algunos au-
tores por completo y por otros en parte, con distintos criterios de deli-
mitación en las parti~ularidades~~. Pero a ello hay que replicar que es-
tos elementosson asimismoparte dela descripciónlegal del delito y, en-
tonces -aun cuando no formen parte de la imagen del hecho anidada
en la conscienciajurídica general-, según el Derecho positivo contri-
buyen a definir el ilícito del delito. Por lo demás, en la cuestión relativa
a si estos elementos integran el ilícito o la culpabilidad, aquello de lo
que en realidad se trata, de todos modos, es sólo un problema de estruc-
tura, que no debe ser sobrevalorado. El tratamiento sustancial de los
referidos elementos, p. ej., en la teoría de la participación, no depende
de si se los clasifica como elementos del ilícito o de la ~ulpabilidad~~.
11 - El concepto de causalidad
1 - d'ondicio sine qua non»
O ((condiciónajustada a una ley»?
La causalidad en sí misma es entendida hoy, en general, en el senti- 5
do de la teoría de la equivalencia. Según la "fórmulade la condicio si-
ne qua non" empleada mayoritariamente en la jurisprudencia5, una
acción es causal del resultado típico, si no puede ser suprimida men-
talmente sin que ese resultado desaparezca. Por tanto, p. ej., si A le
aplica a B un golpe en la mandíbula, a consecuencia de lo cual B se cae,
la nuca golpea contra una piedra, por el impacto aquél padece una he-
morragia cerebral y de tal hemorragia muere, por aplicación de la fór-
mula de la condicio sine qua non hay que preguntarse si la muerte de
B se habría producido aun sin el golpe deA dado a la mandíbula. Dado
que B, sin el golpe enla mandíbula, no habría caído, entonces, no se ha-
bría golpeado la nuca contra la piedra, y, de ese modo, no habría sufri-
do la hemorragia que lo condujo a la muerte,A, con el golpe en la man-
díbula, puso una condición necesaria para la muerte de B, y, entonces,
la causó.
Aunque esta consecuencia, como derivada de la teoría de la equiva- 6
lencia, hoy está fuera de discusión, la fórmula de la condicio sine qua
non es muy criticada en la bibliografía. Se le reprocha que es engañosa,
por pasar por alto que la causalidad no se puede establecer conceptual-
mente, sino sólo aplicando reglas generales de la experiencia6.En efec-
to, si uno no sabe, p. ej., si el tomar determinado medicamento durante
el embarazo es apropiado, en general, para causar malformaciones, no
es posible responder la pregunta de si en el caso concreto se habría pro-
ducido una malformación, aun cuando no se tomara el medicamento7.
Por ello, una parte de la doctrina quiere renunciar por completo alafór-
mula de la condicio sine qua non y, en su lugar, definir la causalidad tan
Cf., p. ej., BGHSt, t. 1,pp. 332,333;t. 2,pp. 20,24;t. 7, pp. 112,114;t. 31, pp. 96,
98.
Cf. Jakobs, AT, n.". 719, y Roxin, AT 1,n.". 11/12,ambos con otras referen-
cias.
Se plantea esta pregunta en el caso de laingestión del somnífero"Contergan";cf.
sobre este caso, LGAachen, JZ, 1971,pp. 507,510 SS.
180 Helmut Frister
concepto de condición y, por ello, puede y tiene que decidir los casos pro-
blemáticos, de todos modos, sólo según el sentimientojurídico. Eso, en
un Derecho penal orientado al tratamiento igualitario y a la calculabi-
lidad, es una cuestionable "ventaja". De ese modo, las dificultades efec-
tivamente existentes del concepto de causalidad sólo son disimuladas,
pero no realmente superadas.
2 - La causalidad alternativa
La definición de causa como condición necesaria mede conducir a 9
consecuencias que parecen problemáticas, cuando varias acciones han
- - académico es el caso en queA y
contribuido al resultado. Ejemplo - B,. in-
dependientementeuno de otro, envenenanlabebida de C, que muere al
tomarla. Si sólo por la concurrencia de las cantidades de veneno pues-
tas en la bebida por A y B ha resultado una dosis mortal, la causalidad
de sus acciones respecto del resultado no es problemática. Pues ningu-
na de ambas acciones puede ser suprimida mentalmente sin que desa-
parezca la muerte de C, de modo que tantoA como también B han sido
cocausantes de la muerte de C (la llamada causalidad acumulativa).
Pero crea problemasla constelación enla cualA y B han puesto enla be-
bida, cada uno, una dosis totalmente mortal. En este caso, tanto la ac-
ción de A como también la acción de B pueden ser suprimidas mental-
mente, sin que la muerte de C desaparezca. Si se aplica de modo conse-
cuente la fórmula de la condicio sine qua non a esta constelación de la
causalidad alternativa,que también es llamada frecuentemente doble
o múltiple causalidad, niA ni B han sido causales de la muerte de C.
Dado que también en este caso C indudablemente ha muerto del ve- 10
neno suministrado porA y B, la declaración de que ninguno de ambos,
considerado por sí mismo, ha causado la muerte de C, a primera vista,
no parece para nada plausible. Por ello, la opinión completamente do-
minante no acepta esta consecuencia. En lugar de ello, la fórmula de la
condicio sine qua non es corregidaconlaregla adicional de que también
son causales del resultado las acciones que si bien pueden ser suprimi-
das mentalmente en forma alternativa, sin que desaparezca el resulta-
do, no pueden serlo a~umulativarnente~~. Sin embargo, postular tal re-
l2 Esta regla adicional se remonta a Traeger, Der Kausalbegriff im Straf und Zi-
vilrecht (19041,pp. 45 s.NKIPuppe, previo al 8 13,n.". 92, señala con razón que aqué-
lla tiene que ser modificada en caso de concurrencia de más de dos acciones.Aquí, sólo
se llega a la consecuencia deseada, siuno contrapone cada una de las acciones a todas
las otras juntas.
182 Helmut Frister
l3 NKmuppe, previo a18 13,n.". 103SS., con otras referencias.Puppe recoge así
las reflexiones del filósofo australiano Mackie (Causes and Conditions, en "American
Philosophical Quarterly",vol. 11[19651,p. 245),quien define la causa como "un insufi-
cient but non redundant aart ofan unnecesarv but sufíicient condition". v ha acuñado
para ello la fórmula abrekada'condición-&S, a partir delas iniciales de los adje-
tivos relevantes (d.alrespecto,. la -presentacióny crítica, en Samson,Rudobhi-FS, pp.
259 SS., con otras referencias).
Capítulo 9 -La causalidad de la acción respecto del resultado 183
20 BGH, NStZ, 1992,p. 333. Esta sola comprobación aún no justiñca, sin embar-
go, condenar aA -como ocurrió- por lesión corporal con resultado de muerte (5 227,
StGB); cf. sobre los problemas del caso, en profundidad, los comentarios a la senten-
cia, deDencker,NStZ, 1992,pp. 311 SS., y dePuppe, JR, 1992,pp. 511 SS., con otrasre-
ferencias.
186 Helmut Frister
21
Seguramente,una carencia de imaginaciónno se le puede reprochar alos cien-
tíficos del Derecho penal, al explicar la causalidad; al respecto, cf., digno de ser leído,
Herbert Jager: Glosse über Lehrbüchkriminalitat, MschKrim, t. 56 (19731,pp. 300 SS.
22 Haciendo caso omiso de esto, en parte de la bibliograña se propone hacer res-
ponsable de lamuerte aA, porque por medio de él se produce la exoneración de B (San-
cinetti, ZStW, t. 120 [20081,pp. 661,691 SS., con otras referencias).Pero esto presupo-
ne renunciar al requisito de la causalidad, lo cual no es compatible con el texto de la ley
(alrespecto,cf. ya ñota 3).
Cavítulo 9 -La causalidad de la acción resvecto del resultado 187
deba ser valorado, según la concepción de vida, ya como otra lesión del
bien jurídico.
En tanto se trate de la lesión de bienes jurídicos individuales, para 26
esavaloración habrá que basarse, sobre todo, en si al titular del bienju-
rídico lesionado ha de seguir quedándole reservado el decidir incluso
sobre la modificación del resultado típicoz9.Existe, en todo caso, un
mismo resultado típico, sólo si la modificación del resultado se puede
calificar de forma completamente inequívoca como neutral o exclusiva-
mente ventajosa para el bien jurídico respectivo. Este requisito podría
estar cumplido aún, precisamente, en el caso del desvío de un golpe de
la cabeza al hombro. Pero en casos menos inequívocoshay que aceptar
siempre dos resultados diversos. Entonces, la causación de un resulta-
do cumple el tipo del delito en cuestión, pero puede estar justificada en
razón de haber repelido con éxito, ala vez, el otro resultado, en tanto el
proceder del actuante se corresponda a la voluntad expresa o presunta
del titular del bien jurídico.
36
Al respecto, en profundidad,Dencker (nota 151,pp. 88 SS.;de otra opinión aún,
probablemente, sólo Schmidhauser, Al', n.". 8/76, quien, a pesar de ello, empero,
quiere, en las consecuencias,imputar el resultado.
Alrespedo, cf. Dencker (nota 151,pp. 69 SS., quien, sin embargo, no se compro-
mete en la cuestión.
Así, yaPuppe, ZStW, t. 95 (1983),pp. 287,296.
39 Aun en tales casos, el considerar causas de reserva puede afectar aún al hecho
de que ciertos Derechos de injerencia están limitados a determinadas personas, espe-
cialmente a funcionarios públicos; sobre esta cuestión, discutida en la bibliografía co-
mo problema de la imputación objetiva, cf. SKIRudolphi, previo al 9 l,n.". 61, con
otras referencias.
40 Sobre el caso paralelo de un consentimientoque quedaenhipótesis,n.". 15/33.
192 Helmut Frister
4 - Consecuencias
Concurrencia de C U ~ Ocausales
S
Nota: Se debe tener en cuenta que,al seraplicada la fórmula de la condicio sine quanon, siempre hay que pre-
guntarsesi, también en caso de que nose hubiera realizado la acción del h ~ h o , s ehabría producido un resulta-
do tipicoidéntico (al respecto, n.'m. 21R6).Si noseda la identidad de resultado, es decir, p. ej.,si unacausa de
reserva o una acción de reserva habría producido la muerte recién en un momento posterior, la acción en cuec
ti6n siempre ec una condici6n necesaria y, entonces, escausal del resultado producido.
194 Helmut Frister
42
Al respecto, cf. conmayor detalle, Frisch, Gossel-FS,pp. 51,65 SS.
Heisenberg,Physikalische Prinzipkn der Quantentheorie (1953),pássirn.
Capítulo 9 -La causalidad de la acción respecto del resultado 195
" Engisch (nota 8), pp. 23 SS.;NKIPuppe, previo al 8 13,n.". 84, con otras refe-
rencias.
45 Al respecto, cf. Catenacci, ZStW, t. 120 (20081, p. 447 (esp. pp. 456 s.) con una
instructiva exposición de la discusión italiana.
4"sí, empero, especialmente NKIPuppe, previo al $ 13,n.". 125s.
47 BGH, NJW, 2003, PP. 150 SS.
48 Así, empero, la formulación -ciertamente, jno referida a ese caso concreto!-
de NKIPuppe, previo al $13,n.". 130.
196 Helmut Frister
sin la persecución, él se hallaría aún con vida. Dado que, según la expe-
riencia general de la vida, una amenaza masiva crea el riesgo de una tal
reacción a huir, y que no hay otra explicación para esa reacción, a par-
tir del salto hecho efectivamente a través de la ventana se puede sacar
la conclusión de que, en el caso concreto, se ha realizado el riesgo crea-
do por la amenaza, es decir, que la amenaza ha causado el salto y, con
ello, también la muerte del refugiado.
11 - El riesgojurídicamente reprobado
Aquí es empleado ese esquema, sólo en razón de que es de uso general. En sus-
tancia, alanalizarlaimputaciónobjetiva sena más sencillo concentrarsede antemano
en el curso causal realizado y preguntarse directamente si la acción es jurídicamente
reprobada por su aptitud para producir el resultado de esa forma. La reprobaciónjurí-
dica de la acción por un curso causalno realizadono tiene ninguna importancia para la
punibilidad por un delito consumado.
Capítulo 10- La imputación objetiva 201
casa y el padre hubiera mandado a su hija por más pan, sólo para que
ella fuera alcanzada por el rayo. En un caso así, él habría tenido, por
cierto,malas intenciones, perÓ igualmente el riesgo creado habría'sido
permitido, de modo que a él no le sería objetivamente imputable la
muerte de su hija.
2 - Riesgospermitidos en razón de interesespreponderantes
Pero ni siquiera una acción que causa el resultado típico en forma 6
adecuada tiene que estar jurídicamente reprobada necesariamente. El
funcionamiento de modernos medios de transporte y muchas formas de
la producciónindustrial crean, en parte, riesgos relevantes para bienes
jundicos protegidos penalmente; Pero igualmente ellos están permiti-
dos en nuestra sociedad. El tránsito vial. D. ei..
" , nos es tan im~ortante
que asumimos por él, cada año, la muerte de varios miles y la lesión de
varios cientos de miles de personas3.Pero también enlo demás nuestra
vida social se basa en un sinnúmero de decisiones valorativas simila-
res. Así, conforme a la experiencia, en grandes proyectos de construc-
ción -como en la construcción de un gran edificio o de un trayecto fe-
rroviario- casi siempre se producen graves accidentes de trabajo por
los cuales mueren trabajadores o al menos se lesionan gravemente.
Con prescindencia de ello, en nuestra sociedad, la realización de tales
proyectos de construcciónpor principio está permitida.
La aprobaciónjurídica de estas acciones en sí peligrosas -como ya 7
se mencionó h.". 914)- es el resultado de una ponderación de intere-
ses. Aella le subyace la valoración de que la libertad de poder realizar
las acciones respectivas es de mayor peso que el riesgo de lesión de bie-
nes jurídicos creado por ellas. En correspondencia con eso, también los
límites del riesgo permitido deben ser determinados mediante una
ponderación de intereses de esa índole. Cuanto menor sea el riesgo y
mayor la utilidad de una acción, tanto más ésta podrá ser valorada co-
mo permitida. Dado que la realización del tipo sólo depende de la repro-
bación general de la causación del resultado (n.". 10/2),en esta pon-
deración hay que incluir solamente el valor de la libertad de realizar la
acción respectiva. Sólo si este interés de la libertad como tal preponde-
ra sobre el riesgo de lesión del bienjurídico, existe un riesgo típicamen-
te permitido. Esto tiene la consecuencia de que, en el marco de la impu-
tación objetiva, no interese qué utilidad se hallara efectivamenteliga-
Eso rige aun cuando la conducta respectiva infrinja, en el caso particular, el 5 30,
1,3.%ración,StVO,porque estaredaciónsirve ala protección del medio ambiente yno
a l a evitación de accidentes en el tránsito vial.
Sobrelajurisprudencia, cf.Hentschel,Stra/3enuerkehrsrecht(40.%d.,2009), 8 5,
StVO,n.%. 55, con otras referencias.
Capítulo 10- La imputación objetiva 203
que, por lo demás, tampoco sea un principio jurídico que rija siempre.
Hay acciones que son reprobadas incluso exclusivamente en razón de
que pueden causar lesiones de bienes jurídicos en caso de que se den
conductas contrarias al deber por parte de otros, o que al menos tam-
bién lo están en ese caso.Así, p. ej., los límites de velocidad enlos cruces
con frecuencia tienen el sentido de evitar accidentes que se debieran a
infracciones a la prioridad de paso, o al menos, el de atenuar sus conse-
cuenciaslO.Por tanto, incluso en caso de derecho de prioridad de paso,
como caso clásico de aplicación del principio de confianza, no se puede
confiar de modo irrestricto en la conducta debida de los demás.
13 Ni siquieralamayor responsabilidad de un autor doloso hace impo-
sible imputar lesiones de bienes jurídicos, adicionalmente,a aquel que
por su propia conducta las ha causado en formamediata. Por ello, la así
llamada prohibición de regreso, según la cual -dejando de lado los ca-
sos de participación-el posibilitar hechos dolosos de otros no configu-
raría, en forma general, un riesgo no permitido de que se realice el ti-
poli, es rechazada, con razón, por la opinión d0minante.A menos cuan-
do el potencial autor doloso ya se hainclinado a cometer el hecho de mo-
do reconocible, el posibilitarle a otro un hecho doloso debe ser valorado
como riesgo no permitido12.Aquelque, p. ej., enuna taberna, cuelga un
arma cargada en el perchero del guardarropas, sin prestar mayor aten-
ción, aunque allí, precisamente, un cliente, en el marco de una agria
discbsión;ha amenazado de muerte a otro, crea sin duda un riesgo no
permitido para la vida del cliente amenazado. Si este riesgo se realiza,
aquél deberá ser penado por homicidio imprudente (5 222, StGB),más
allá de la responsabilidad del autor doloso.
14 Pero incluso si en la taberna no hay aún una discusión de esa natu-
raleza al ser colgadael arma, el riesgo creado por esa acción debe ser va-
lorado correctamente como un riesgo no permitido de que se produzca
una muerte13.El trato con armas de fuego está reglamentado también
para que con tales armas no sean cometidos delito; dolosos. Los dueños
de armas de fuego están obligados, entre otras cosas por esa razón, a
guardar cuidadosamente sus armas y asegurarse de que no sean usa-
l4 Del mero posibilitar una auto-puesta en peligro hay que distinguir el caso en
que alguien, directamente por su propia conducta (p. ej., almanejar en estado de ebrie-
dad), pone en peligro a otro, pero con su anuencia (cf.respecto de las hétero-puestas en
peligro consentidas,n.". 15/12SS.).
l5 Entretanto, ello se ha reconocido en la jurisprudencia; 6.BGHSt, t. 49, pp. 34,
39.
206 Helmut Frister
rídica del riesgo creado. Esta consideraciónno surte efecto en los casos
en los cuales el lesionado pone enjuego su bienjurídico sólo en razón de
una situación de necesidad creada por otro. La autonomía de una per-
sona que se pone en peligro a símisma para salvar a otro de ningúnmo-
do se menoscaba por el hecho de que se repruebe jurídicamente la ac-
ción que fundamenta la necesidad del salvamento riesgoso.
Por ello, respecto de la reprobaciónjurídica de un riesgo tal no hay 19
que decidir según las reglas válidas para una auto-puesta en peligro
autónoma, sino según las reglas generales. Por ende, en tanto no exis-
tan parámetros va¡orativos legal& para enjuiciar el riesgo respectivo,
hará falta una Donderación entre la libertad de realizar la acción res-
pectiva y el rieigo creado por ella respecto de otros. En el caso dado co-
mo ejemplo, el interés del montañista de poder emprender el paseo pe-
ligroso debe ser ponderado con los riesgos que pueden derivarse de la
realización de tales paseos para el salvador potencial. El resultado de
esta ponderación de intereses depende, en gran medida, de las circuns-
tancias del caso particular. Con seguridad, no todo emprendimientode
cierto riesgo puede ser valorado como puesta en peligrono permitida de
salvadores eventuales. Pero si el riesgo creado era totalmente irrazo-
nable y entrañaba así el relevante pe¡&o de que hubiera que realizar
acciones de salvamento riesgosas, bien puede serjurídicamente repro-
bado un peligro tal, y, con ello, resultar objetivamente imputable al
montañista la lesión del salvador.
de esa forma el correr una carrera sin duda está jurídicamente repro-
bado por los peligros para los demás integrantes del tránsito, y, en co-
rrespondencia con ello, la muerte de un tercero que no haya participa-
do le sena objetivamente imputable a todos los participantes de la ca-
rrera. Pero la muerte de un participante se basa en una auto-puesta en
peligro autónoma-en tanto haya habido una decisión de voluntadim-
putable, en quien resultó muerto- y, por ello, no puede serle imputada
al otro participante, como tampoco lo sena si la carrera por esa apues-
ta se hubiera desarrollado en un sector de carreras debidamente prote-
gido y, por ello, sin peligro para tercerosz7.
Pero la puesta en peligro de bienes jurídicos propios en razón de una 28
situación de necesidad creada por otro no debe ser clasificada, tampoco
al valorar el riesgo realizado en el resultado, como auto-puestaen peli-
gro autónoma (al respecto, cf. n.". 10118 s.). Por ello, con razón el Tri-
bunal Supremo Federal -en contra de una concepción difundida en la
doctrinaz8- decidió que al autor de un incendio le era objetivamente
imputable la muerte de las personas que habían perdido la vida en los
intentos de salvamento ocasionados por elincendioz9.Alrespecto no in-
teresa la cuestión de si el intento de salvamento era razonable en la si-
tuación concreta o si incluso era jurídicamente obligatorio por un deber
especial de soportar el peligro por parte del muerto (p. ej., en carácter
de bombero). En casos de incendio, según lo enseña la experiencia, los
seres humanos se inclinan incluso a intentos de salvamento demasia-
do poco razonables. Por eso, los incendios deben ser reprobados, entre
otras cosas, en razón de que pueden causar tales intentos de salvamen-
to y ocasionar a través de ello lamuerte de personas. Sólo podrá juzgar-
se de otra forma en caso de acciones de salvamento "de antemano ca-
rente~de sentido o ligadas a osadías manifiestamente desproporciona-
por ser en ese caso inadecuado el curso causal realizado31.
ro-puesta en peligro consentida (BGH,lug. cit., pp. 1156 s.; al respecto, d.n.". 15112-
14y 26 s.).
27 ElBGHvio esto de otra formatodavía por entonces -1asentenciaestá supera-
da por BGHW,t. 32,p. 262; NJW, 2009, pp. 1155,1156,conotras referencias-y conde-
nó por homicidio imprudente al participante que sobrevivió. Sin embargo, al respecto
desempeñó su papel también el hecho de que el muerto, en el caso concreto, estuviese
ebrio.
28 Cf. Roxin,AT 1,n.". 111116s.; RadkeíHoffmann,GA, 2007, pp. 201 SS., ambos
con otras referencias.
29 BGHSt, t. 39, p. 322.
30 Así, la formulación que obra en BGHSt, t. 39, pp. 322,326.
31 Acerca de un caso así, 6.OLG Stuttgart, NJW, 2008, pp. 1971SS.
Exclusión de la imputación objetiva por falta de iepmbación juridica ...
6esgos permi- Ej.: Tomar parteen el tránsito Ej.: Lavíctima lesionada por el autor con peli-
~Sdosenrazón vial (1016). gro para lavida es muerta en un accidentede
#e intereses tránsito, caminoal hospital (10/22).
lgreponderantes
La falta de reprobación jurídicasederiva de una ponderación deinteresesen
general ya preconfigurada por normas extrapenales.
- -
35
También el concepto de relación de contrariedad al deber ha sido desarrollado
originariamente para los delitos imprudentesy es aplicado a los delitos dolosos recién
en tiempos más recientes.
" Por ello, el Tribunal Supremo Federal consideró, con razón, que no resultaba
dudosala causalidadde haber admitidola solicituddeconcesióndesalidas,. respectode
-
delitos cometidosfuera de la unidad carcelaria,por el hecho de que el detenido, en caso
Capítulo 10- La imputación objetiva 2 15
de que se hubiera tomado otra decisión, posiblemente se habría fugado con fractura en
virtud de los defectuosos recaudos de seguridad (BGHSt,t. 49, pp. 1SS.).
37 Roxin,ATl, n.". 11/40;respecto de la consideracióndelconocimiento especial,
en profundidad, Murmann, Herzberg-FS,pp. 123SS.
38
Esta concepción es la base (implícita)del tratamiento del problema de la rela-
ción de contrariedad al deber en BGHSt, t. 11,p. 1.Si uno no la comparte, este proble-
ma no se plantea en absoluto para el caso allí resuelto; cf. al respecto, Struensee, GA,
1987,pp. 97,98 s.
39 Struensee, JZ, 1987,pp. 53,59 s., y GA, 1987,pp. 97,99 s.;Burkhardt, en Wol-
termreund (comp.), Straftat, Strafzumessung und Strahrozess im gesamten Straf
rechtssystem (1996),pp. 99,103 SS.;H. SchumannIA. Schumann, Küper-FS, pp. 543,
558 s.; Kindhauser, GA, 2007, pp. 447,461y 466 s.; Borgers, Studien zum Gefahrurteil
im Strafrecht (20081,pp. 73 SS.
2 16 Helmut Frister
Desde elounto de vista de la oolítica iurídica. esa decisión sieue estando discu-
tida (cf.,p. ej., la k t i c a de alt ter, ~ G ~ e r n d~trakechts
es pi
[20061, 389 ss.).Algunos
autores Quieren prescindir incluso de la les s aun de lepe lata semir aferrándose a la
teoría dei dolo (p:ej., ~ c h m i d h a u s e r , ~ ~ , n7/36
. ~ &SS.;
. be modo s k a r , también Otto,
GK, n.". 7/61 SS., y 1515 SS.). Pero los argumentos de Derecho constitucional expues-
tos para ello han sido rechazados por el Tribunal Constitucional Federal (BVerfGE,t.
41, p. 121).
Es básica al respecto la célebre sentencia del Gran Senado delTribuna1Supre-
mo Federal, BGHSt, t. 2, p. 194. La jurisprudencia anterior del Tribunal del Reich, no
le reconocía efecto eximente de punibilidad ni siquiera a un error de prohibición inevi-
table; alrespecto, 6.n.". 1911.
Capítulo 11 -El dolo de tipo 221
pico al ejecutar cada acto parcial. Dado que también los actos parciales,
distintos en cada caso, forman parte de ese acontecer, en tales delitos el
autor actúa dolosamente sólo si ejecuta cada acto parcial con conscien-
cia de su significadopara el acontecerque en conjunto cumple el tipo ob-
jetivo6.Así, el dolo de cometer un robo requiere que el autor, al ejercer
violencia o intimidación, ya sea consciente de que seguidamente sus-
traerá la cosa, y, a la inversa, al sustraer la cosa, de que previamente ha
ejercido violencia o intimidación. Quien ha derribado a golpesa otro y re-
cién despuéstiene la ocurrenciade sustraerleel maletín a la víctima que
se halla tendida en el suelo, sin ejercer nueva violencia, si bien ha reali-
zado el tipo objetivo del robo, habrá actuado, al momento de ejercer vio-
lencia, sin el dolo dirigidoa la sustracción,de modo que, en suma, sólo es
punible por lesión corporal (8 223,I, StGB)y hurto (8 242,I, StGB)7.
En razón de que el autor, al realizar todos los actos parciales, tiene que
ser consciente del proyecto total que realiza el tipo objetivo, tampoco
puede ser castigado por el delito objetivamente realizado, en caso de
cambio de dolo que opera entre los actos parciales. Quien, p. ej., derri-
ba a golpes a una mujer con la intención de violarla, pero luego se decide
"únicamentena sustraerle el maletín sin ejercer sobre ella otra violen-
cia, no actúa, al ejercer la violencia, con consciencia de la sustracción
posterior,y, por ello,no es punible por robo. Pero, en un caso tal, también
se excluye una punibilidad por violación (8 177,I,11,StGB).Dado queno
se ha llegado a realizar acciones sexuales, únicamente hay tentativa de
violación, de la cual el autor ha desistido con efecto eximente, conforme
al 8 24,I, l.%ración, l.%ariante, StGB - e n tanto él voluntariamente
no haya ejecutado las acciones sexuales-E. Por ello, además de por le-
sión corporal y hurto, podrá ser castigado sólo por la coacción contenida
en la violación y en el robo (8 240, StGB).
" respecto, con mayor detalle, cf. Stmensee, Armin Kaufmann-GS,pp. 523,
525 SS., con otras referencias.
Dadas ciertas circunstancias, eso debe serjuzgado de otra forma cuando el ejer-
cicio de violencia aún perdura al momento de la sustracción -p. - ej.,
- . en caso de que la
víctima esté atada-; alrespecto,cf. BGHSt, t. 48, pp. 365 SS., y el comentario de- al-
ter, NStZ, 2005, pp. 240 SS.
Sobre desistimiento de la tentativa, 6.n.". 2411SS.
Capítulo 11 -El dolo de tipo 223
l3 BGH, NStZ, 2002, PP. 309 SS., con otras referencias; 2002, pp. 475,476.
l4 Cf., p. ej., Struensee,Armin Kaufmann-GS,pp. 523,533 s.; Wolter, GA, 2006,
pp. 406,408 SS., ambos con otras referencias.
Capítulo 11 -El dolo de tipo 225
ASí,p.ej.,Roxin,ATl,n.%.12/4.
Alrespecto, con mayor detalle, cf. Samson, JA, 1989, pp. 449,450.
226 Helmut Frister
16 Si, más allá de eso, el autor del atentado consideró posible que, si ex-
plotaba la bomba, murieran algunos oyentes de la primera fila, él habrá
actuado, respecto de la muerte de estos oyentes, con dolo eventual. Ha-
brá asumido su muerte como una consecuencia colateral posible del fin
de la acción perseguido por él. El dolo eventual es la forma más débil de
dolo y, por ello, hace falta delimitarlo de la imprudencia. La cuestión de
cómo hay que hacer esa delimitación en particular, extraordinariamen-
te importante en razón de las distintas consecuenciasjurídicas de cada
caso, está fuertemente discutida desde hace mucho tiempo enjurispru-
dencia y doctrina. Especialmente, se discute sobre la cuestión de si, pa-
ra actuar con dolo eventual, el autor sólo tiene que haber considerado
realmente posible la producción del acontecertípico osi de algunaforma
que exceda de ello también tiene que haberla "querido". Este problema
será tratado enseguida, separadamente(infra,n.". 11/21SS.).
O' BGHSt, t. 7, pp. 363,368 SS.;t. 36, pp. 1,9SS., con otras referencias.
21 SKIRudolphi,5 16,n.". 43;Kuhl,AT, n.". 5/72 ss.;Roxin,ATl,n.". 12/21
SS.;StratenwerthKuhlen, AT 1,n.". 81117 SS;WesselsíBeulke,AT, n.". 214 SS.;
Zieschang,AT,pp. 39 SS., respectivamente con otras referencias.
Así, la jurisprudencia del TribunaldelReich, 6.RGW, t. 33, pp. 4,5s.; t. 72, pp.
36,44; t. 76, pp. 115,116.
23 BGHSt, t. 7, pp. 363,369.
Capítulo 11 -El dolo de tipo 229
26
Aun la subsunciónlógicamenteforzosa de un caso concreto bajo una regla gene-
ral es -comolo sabenprecisamentelosjuristas,por su propio trabajo-una prestación
intelectual, que hay que llegar a producirla, si es que eso siquiera se logra.
27 HellmuthMayeqAT,pp. 121SS.
Capítulo 11 -El dolo de tipo 231
28
LOS criterios de valoración determinantespara ello están discutidos en sus par-
ticularidades; d.,porunlado, Herzberg,JuS, 1986,pp. 249,253SS., y,por otrolado,NKI
Puppe, 8 15,n.". 64 SS., conotras referencias.
29 Alrespecto, d.también el ejemplo de Weigend, Herzberg-FS, pp. 997,1003.
232 Helmut Frister
30 Cf., p. ej., BGH, NStZ, 1982,pp. 506 s.; 2004,pp. 329 s.; 2007, pp. 150s., y 331s.;
2009, p. 91; NWZ-RR, 2007, p. 307, respectivamente con otras referencias.
31 Escéptico,Roxin,AT 1,n.". 12/81.
Para una profunda exposición de la jurisprudencia del Tribunal Supremo Fede-
ral sobre el dolo de homicidio. cf. Schroth. Widmairr-FS.UD. 779.787 SS.. vla valoración
crítica, en gran parte acertada, deNKmuppe, previo da i5, n."m. 88 si:
33 BGH, NStZ, 2001, PP. 475 s.; NStZ-RR, 2001, p. 369; NStZ, 2003, PP. 431 s.;
NStZ-RR, 2007,pp. 267 s., en cada caso con otras referencias;encambio,no existiría en
igual medida un umbral de inhibición de esa índole, según esa jurisprudencia, en los
hechos omisivos, BGH, NStZ, 1992,p. 125.
34 BGHSt, t. 36, pp. 1,15;alrespecto, 6.Roxin,ATl, n.". 12/82SS., con otras re-
ferencias.
Capítulo 11 -El dolo de tipo 233
38
El concepto ha sido acuñado por Mezger, JW, 1927, pp. 2006,2007 s.
39 Así, la formulación que se halla en BGHSt, t. 3, pp. 248,255;t. 4, pp. 347,352.
Capítulo 11 -El dolo de tipo 235
40
Alrespecto, con mayor detalle, cf.NKmuppe, 8 16,n.". 46 SS.
41 En profundidad, sobre la fenomenología de remisiones jurídico-penales en
blanco, Dietmeier, Blankettstrafrecht (20021, pp. 39 SS.
236 Helmut Frister
so de que valoren sólo el objeto del hecho -p. ej., el elemento pornográ-
fico, en el 184, StGB-, lo determinante para el dolo es tan sólo el co-
nocimiento de la situación de hecho a valorar. Quien difunde un escrito
pornográfico en la creencia de que contiene meras fotos de desnudos,
sufre un error de tipo que excluye el dolo, aun cuando considere que las
fotos de desnudos son pornografía. Si, en cambio, el actuante conoce el
contenido del escrito pornográfico difundidopor él, actúa dolosamente,
incluso si es de la firme convicción de que su contenido no debe ser valo-
rado como pornográfico.
42 Tambiénintegra la valoraciónjurídico-penaldel hecho en símismala
reprobaciónjun'dica del riesgo creado por el autor48.Por eso, respecto de
este elemento no escrito del tipo de los delitos de resultado, es suficiente
para el dolo con el conocimiento de la situación de hecho a valorar. Para
obrar con dolo, el autor tiene que haber reconocido, por cierto, el riesgo
jurídicamente reprobado, pero no sureprobaciónjurídica. Por ello, p. ej.,
el conductor de un camión que sobrepasa a un ciclista, que se tambalea
fuertemente, manteniendo una distancia lateral sólo "normal", actúa
con dolo de homicidio en tanto reconozca la medida de riesgo que resul-
ta de la fuerte oscilacióno bien en cuanto asuma la muerte del ciclista co-
mo consecuencia posible de su actuar. El conocimiento de la obligación
de mantener una distancia mayor no interesa a ese efecto. Si el conduc-
tor cree seriamente no tener por qué tener en cuenta el tambaleo del ci-
clista, si bien actuará sin consciencia del ilícito, no entrará en discusión
el dolo por un error de esa índole.
IV - La imputación
del resultadoproducido al dolo
43 Plantea problemas el enjuiciamiento de los casos en los cuales el au-
tor, si bien tenía dolo de producir un resultado típico, quería producir
ese resultado o bien por otra vía o bien en otro objeto u otra persona, en
comparación con aquello que ha hecho efectivamente. Como ejemplo
simple, plantéese el caso en queA quieramatar a B, disparándole un ti-
ro a la cabeza. Si él le da a B, en lugar de en la cabeza, sólo en el hombro,
pero B muere igualmente,tras algunas semanas en el hospital, de una
infección por la herida de arma de fuego, se dará una desviación del
ción distinta del hecho"50.Así, habría que admitir sin más eso, en el
ejemplo dado más arriba, en el que la muerte se produce como conse-
cuencia de que se infecta la herida51.
46 La doctrina más reciente observa con razón que en los casos en que,
según ese criterio, existen desviaciones relevantes del curso causal res-
pecto del representado, el resultado típico con frecuencia ya no es obje-
tivamente imputable.Si, segúnla experiencia general de la vida, no era
previsible que la acción del autor pudiera producir el resultado típico
en la forma ocurrida (la víctima ha sido alcanzada mortalmente por un
rayo, p. ej., camino al hospital), en el resultado no se ha realizado un
riesgo jurídicamente reprobado (cf. n.". 10121).Entonces, no se cum-
ple ya el tipo objetivo y deja de importar la desviación del curso causal
respecto del representad^^^. Una parte de la doctrina más reciente in-
fiere de allí que los desvíos del curso causal respecto del representado
deben ser considerados en general sólo en tanto se exija para el tipo ob-
jetivo de un delito de resultado, únicamente la causación del resultado
típico en el sentido de la teoría de la equivalencia. Sobre la base de la
teoría de la imputación objetiva,ya no sería necesario un análisis sepa-
rado de la imputación del curso causal realizado al dolo del autor53.
47 Pero de ese modo se pasa por alto que no es lo mismo que la previsibi-
lidad de un curso del acontecer se enjuicie sobre la base de la situación
de hecho objetivamente existente que que se enjuicie sobre la base de la
representación que el actuante tiene de su hecho. Piénsese, p. ej., queA
le sirve a B, como almuerzo, pescado con champiñones. El pescado está
podrido y los supuestos champiñones son hongos venenosos. A tiene la
intención de envenenar a B con esos hongos. Pero no advierte que el pes-
cado está podrido ni que, por eso, es igualmente venenoso. Si B no quie-
re los champiñones,por lo que sólo come el pescado y muere en razón de
esto, objetivamente se habrá realizado por completo-al menos en tan-
to el estado del pescado fuera conocibleparaun tercero idea154-~nries-
go adecuado y jurídicamente reprobado. Pero el curso causal realizado
de ningúnmodo se adecua ala base de la representación deA. Dado que
A no sabía que el pescado estaba podrido, según su representación del
50
BGHSt, t. 7, pp. 325,329;de modo similar, ya RGW, t. 70, pp. 257,258 s.
51
Así, en forma explícita,RGSt, t. 70, pp. 257,258 s.
52
También la jurisprudencia se aproxima a esta posición. Ahora el Tribunal Su-
premo Federal considera,al menos posible, que en casos de esa índole se excluya ya el
tipo objetivo (BGHW,t. 38, pp. 32,341.
SKIRudolphi, 8 16,n.". 31, con otras referencias.
En una imputación consecuentemente objetiva esto tampoco interesa; al res-
pecto, cf. n.". 10133 SS.
Capítulo 11 -El dolo de tipo 241
t a d ~Se ~ distingue
~. de esta última, solamente por el hecho de que esos
criteriosdeben ser aplicados sobre la base de la representaciónque el ac-
tuante tiene de su hecho. El resultado producido es imputable al dolo, si
la causación del resultado típico, por la vía que se había representado el
autor, es jurídicamente reprobado también por su propiedad de produ-
cir el resultado de la manera en que ha acaecido. Esta definición de los
presupuestos de una imputación al dolo no conduce a consecuencias
esencialmente distintas a las de la formulación de lajurisprudencia. Pe-
ro tiene la ventaja de que deja en claro el paralelismo entre imputación
objetiva e imputación al dolo, y permite aplicar de modo correspondien-
te los conocimientosde la teoría de la imputación objetiva-p. ej., los que
hay sobre la valoración de riesgos en los que ha mediado la conducta de
terceros o del lesionadomismo- a la imputación al dolo.
51 Además, esa definición de los presupuestos de laimputación evitala
fractura que anida enla concepción tradicional,al referir el dolo prime-
ramente al curso causal real, pero luego conformarse, en miras a las
consecuencias, con exigir meramente una adecuación. Ella deja en cla-
ro, de antemano, que la congruencia entre el disvalor del acontecer y el
disvalor de motivación, necesaria para punir por un delito consumado,
no debe ser entendida como completa coincidencia empírica, sino como
relación teleológica entre el curso causal representado y el real. Ya por
principio, no hace falta que el autor se haya representado el curso cau-
sal realizado, sino que es suficiente con que se haya representado un
curso causal que, considerado objetivamente, incluya a la vez el riesgo
jurídicamente reprobado del curso causal realizado.
52 Al igual que ocurre respecto de la imputación objetiva, así también
la im~utaciónal dolo debe ser tratada en articular. al resolver un ca-
so, silo si la situación de hecho da motiv; para elló. Dado que ésta se
distingue de la imputación objetiva sólo en que la base de la valoración
se limita a la representación del autor, sólo tiene significación autóno-
ma cuando la acción ha creado objetivamente riesgos que no estaban
contenidos en la representación que el autor tenía de su hecho. En tan-
to en el curso causal que se ha representado el autor estén contenidos
todoslos factoresde riesgo objetivos, sobrelaimputación al dolo no pue-
de tomarse una decisión distinta a la que se tome respecto de la impu-
taciónobjetiva. Sinembargo,esto no siempre es tenido en cuenta, no só-
56 Así. en el~untode Dartida...D. ei.. también Jakobs.AT. n.". 8/64 SS. En cambio.
" ,
~ o x i n1,,n."~. ~ 12/155'ss., quiere atribuirle una ~ignificációnma~or a los motivo;
del autor y basarse en si aún se debe considerar logrado su plan concreto del hecho, a
pesar del des,, causal (la así llamada relación de Feaiizacióndel plan).
Capítulo 11 -El dolo de tipo 243
59 Cf., p. ej., Jakobs, AT, n.". 8/78, y Roxin, AT 1,n.". 121177 SS., respectiva-
mente con otras referencias; ambos ofrecen propuestas de solución diferenciadoras,a
suvez de distinta naturaleza: asícomoNKIPuuue. .. , 6-16.,n.". 81SS.. auien. sobre la ba-
se de su concepción de que el dolo es necesariala representaciinZde& riesgo cali-
ficadoporsunaturalezay medida (alrespecto,cf. n.". 11/26s.), sólo quiere admitir un
delito doloso consumado^ cuando en el re<ado se ha realizado un de dolo.
60 Cf. RGSt, t. 67, p. 258; OGHSt, t. 1,pp. 74,76; BGHSt, t. 10, pp. 291,293 s.; t.
14, p. 193.
244 Helmut Frister
mayor detalle,cf. BGH, NStZ, 1998, pp. 294 SS., y Jakobs,AT,n.". 8/81, con otrasre-
ferencias.
73
Ejemplo de Jakobs,AT,n.". W2.
l4 Así, consecuentemente,Jakobs,AT, n.". W2.
248 Helmut Frister
pués del ingreso, se apodere de una cosa distinta a la que él mismo pre-
tendía sustraer al irrumpir en el domicilio75.Dado que la identidad del
ilícito penal no depende delaidentidaddel objeto del hecho, eso es correc-
to enlas consecuencias,pero lo es por igual enlos delitos contra bienesju-
rídicos personakirnos7! Si, p. ej., A, para poder violar sexualmente a B
sin ser molestado, no sólo reduce por la fuerza a B misma, sino también a
su compañera de vivienda C, y luego se decide a satisfacerse sexualmen-
te con C y no con B, es punible por violación consumada (8 177,I, 11, n.",
StGB).
* Esto es menos cierto en el uso del idioma español. Las primeras acepciones de
"dolo" son disualiosas, a saber (Diccionario de la Real Academia Española): "dolo (del
lat. dolus). 1.m. Engaño,fraude, simulación. 2.m. Der. Voluntad deliberada de cometer
un delito a sabiendas de suilicitud. 3. m. Der. En los actosjurídicos, voluntad maliciosa
de engañar a alguien o de incumpliruna obligación contraída". Sin embargo,también es
verdad que existe la expresión "dolo bueno" (1.m. Der. Sagaz precaución con que cada
cual debe defendersu derecho),que existía tambiénenlatín(do1us bonus).Pero yaelhe-
cho de que para adoptar esta forma no disvaliosa haya que agregar el adjetivo 'bueno"
-como aclaración contraria al sentido general-, habla de la prevalencia del sentido
negativo; es decir, que, en español,"dolo" no es claramente "neutral al valor". (N. de Tr.)
250 Helmut Frister
Cf. Christian Jager,AT,n.". 374, y Roxin,ATl,n.". 24/53 SS., con otras re-
ferencias.
Así, explícitamente,Roxin,ATl, n.%. 24/10, con otras referencias.
Burkhardt, en: WolteriReund (comp.), Straftat, Strafiumessung und Straf-
prozess imgesamten Strafrechtssystem (19961,pp. 99,130.
U AsítambiénMünchKommDuttge, 15,n.". 94 SS.;Freund,Küper-FS,pp. 63,
70 SS.;Gropp,AT,n.". 12/88SS.;SKIHoyer,anexo al 5 16,n.". 13SS.;Jakobs,AT, n."
Capítulo 12 -La imprudencia 253
Alrespecto, d.,
instructivo, Burkhardt (nota 101, pp. 99,123 SS.
256 Helmut Frister
3 - El tiempo necesario
El no aplicar el conocimiento empírico existente sólo fundamenta la 18
conocibilidad del acontecer típico, si el agente disponía de suficiente
tiempo como para poder aplicar su conocimiento empírico. Eso podría
faltar, p. ej., si unamujer que conduce de noche por la autopista un au-
tomóvil ve repentinamente delante de sí 'tmanimal del tamaño de un
conejo o de un gato", por lo que espontáneamentedobla el coche hacia la
izquierda y causa por ello un accidente, en el que fallece la acompañan-
te (cf. el ejemplo en n.". 816). Dado que también el proceso de conoci-
miento requiere un cierto tiempo, enlas fracciones de segundo anterio-
res a su acción espontánea la conductora no tiene tiempo suficiente co-
mo para tener presente que una conducta de esa naturaleza puede te-
ner consecuencias fatales. Quien de ese modo reacciona espontánea-
mente en forma errónea, no actúa, como regla completamente general,
IV - El objeto de la imprudencia
Al igual que el dolo (cf. n.". 11/30),también la imprudencia tiene
que referirse a todas las circunstanciasque realizan el tipo. Si el autor
no puede reconocer una de estas circunstancias,existe un error de tipo
inevitable. Esto es sólo una expresión distinta para decir que el autor
no actúa imprudentemente. Si, p. ej., alguien compra una cosa malha-
bida en un hurto, padecerá un error de tipo inevitable respecto del tipo
de lavado de dinero ($ 261,II, n.", StGB),si es que él sí puede recono-
cer, por cierto, que la cosa proviene de un hurto, pero no que ese hurto
ha sido cometido por el miembro de una banda de ladrones. Dado que,
conforme al $ 261,I, n.", StGB, sólo el hurto cometido por el miembro
de una banda es hecho previo idóneo de lavadode dinero, el autor no pue-
de reconocer, en un caso así, todas las circunstancias que integran el ti-
po legal del lavado de dinero, y, por ello, no es punible por lavado de dine-
ro temerario ($ 261, V, StGB).En cambio, respecto del tipo de la recepta-
ción ($ 259,I, StGB) actuaría de modo plenamente imprudente -por-
que, a ese respecto, todo hecho antijurídico es suficiente como hecho
previo-. Pero unareceptación imprudente no es punible ($ 15, StGB).
24 La cuestión de si, y en qué medida, el autor está en condiciones de
subsumir acertadamente las circunstanciasque realizan el tipo bajo la
ley penal respectiva, es decir, p. ej., de reconocer que ya la reunión de
tres personas constituye una banda, carece de importancia para la im-
prudencia.Así como un error de subsunciónno excluye el dolo (cf. n.".
11/32),un error de subsuncióninevitable deja intacta la imprudencia.
La delimitación entre error de tipo y de subsunción opera, en el delito
imprudente, según las mismas reglas que en el delito doloso (cf. n.".
11/33SS.),pero aquí apenas podrá tener importancia práctica. Pues en
caso de que el autor considere permitido su actuar envirtud de un error
de subsuncióninevitable,actuará, conforme al $17,StGB, sin culpabi-
lidad, de modo que será impune igual que si hubiera tenido un error
inevitable de tipo. Por ello, desde el punto de vista de las consecuencias,
en los delitos imprudentes la punibilidad depende de la distinción en-
tre error de tipo y de subsunción, sólo si el error no se refiere a la anti-
juridicidad, sino exclusivamente a la punibilidad de la conducta en
Capítulo 12-La imprudencia 261
Pero dado queA no podía saber que se trataba de hongos venenosos, se-
gún la situación de hecho que le era conocible, el curso causal realizado
quedó fuera de los límites de lo previsible según la experiencia general
de la vida. Por ello, si bienA habrá actuado imprudentementeal servir
pescado que, según él podía darse cuenta, estaba en mal estado, el re-
sultado producido no es imputable a esa imprudencia, de modo que A,
en suma, no es punible por homicidio imprudente (8 222, StGB).
1 - La clasificación
de las causas dejustificación
La realización de un tipo penal fundamenta el ilícito jurídico-penal i
sólosi no estácubierta por una causa dejustificación. Las causas dejus-
tificación -tal como ya se mencionó (cf. n.". 7111)- no son una mate-
ria específica del Derecho penal, sino que pueden derivarse de todo el
ordenamientojurídico. Dado que ellas tienen efectos en favor del autor,
ni siquiera tienen que estar reguladas legalmente, sino que pueden re-
sultar también del Derecho consuetudinario. En sustancia, las causas
de justificación pueden dividirse en dos grupos. En caso cle consenti-
miento y de causas dejustificación emparentadascon él lajustificación
se deriva de la realización del tipo ya por la voluntad o bien por el inte-
rés delpropio afectado. En cambio, en las restantes causas dejustifica-
ción ésta resulta de la necesidad de resguardar los bienes jurídicos de
otros, valorados como prioritarios por el ordenamientojurídico.
Algunos autores quierenreservar el concepto dejustificación para la 2
constelación mencionada en último término. Al consentimiento del le-
gitimado le atribuyen el efecto de excluir ya la tipicidadl. Una idea con-
ceptual de esa índole, que diverge de la terminología de la ley (cf. § 228,
StGB),tiene algo en su favor desde el punto de vista sistemático. Pero
ella no es forzosamente obligatoria,ya en razón de que la distinción en-
tre exclusión del tipo y justificación, en última instancia, carece de to-
daimportanciamaterial. La cuestión de si una conducta "ya" no es típi-
ca o "recién"está justificada no desempeña ningún papel para suvalo-
ración desde ningún aspectojurídico (al respecto, cf. con mayor detalle,
n.". 14/33).El tipo no constituye un nivel de valoración autónomo, de
modo que no es necesario abandonar la clasificación del consentimien-
to como causa de justificación, correspondiente a la terminología legal
e introducida en la jurisprudencia.
2 - Consentimientopresunto
Está estrechamente emparentada con el consentimiento la causa de 5
justificación del consentimiento presunto. Es aplicable cuando el con-
sentimiento del legitimado respecto de injerencias en bienes jurídicos
individuales no puede ser recabado o no puede serlo en tiempo oportu-
no, pero presumiblemente se corresponda a la voluntad del afectado.
En la mayor parte de los casos la voluntad presunta deriva del interés
del afectado, especialmente del hecho de que la injerencia en el bien ju-
rídico sea necesaria para salvaguardar otros bienesjurídicos de mayor
rango del afectado. Un ejemploloconstituye el casode quienentraenun
fundo ajeno (8 123, StGB)para apagar unincendio desatado allímismo.
Pero también es posible que la voluntad presunta derive de otros facto-
res, p. ej., de relaciones personales y del carácter insignificantede la in-
jerencia. Segúnlas circunstancias, p. ej., la utilización de una bicicleta
de un conviviente que está ausente o de unvecino (8 24813, StGB)puede
estar justificada por consentimiento presunto.
Sobre las excepciones en los casos de una desproporción drástica, cf. n.".
16/26s.
* El 8 228, BGB, del que aquí se trata, dice:"El que dañe o destruya una cosa aje-
napara conjurar un peligro para sío para otro que la cosa amenace producirle, noobra-
rá antijurídicamente,sieldaño ola destrucción sonnecesarios para conjurar elpeligro
y el daño no es desproporcionado con relación al peligro. Si el autor ha causado elpeli-
gro, estará obligado a indemnizar el daño". (N. de Tr.)
272 Helmut Frister
* El 904,BGB, delque aquíse trata, dice: "Elpropietario deuna cosano está au-
torizado a prohibir la injerencia de otro en su cosa, si la injerencia es necesaria para
conjurar un peligro actual y el daño que amenaza producirse es desproporcionada-
mente mayor que el daño que surgirá de la injerencia sobre el propietario. Elpropieta-
no podrá exigirla indemnización del daño que se le haya causado". (N. de Tr.)
Capítulo 13 -Panorama de las causas dejustificación 273
d) El derecho de auto-auxilio*
Tanto la legítima defensa como también las diversasformas de esta- 17
do de necesidadjustificante presuponen un peligro paraun bienjurídi-
coque yaintegrala esfera de dominio del afectado. La puesta en peligro
de una mera pretensión no fundamenta una situación de legítima de-
fensa ni una de estado de necesidad. Por ello, p. ej., el titular de un res-
taurante no tiene un derecho de legítima defensa, si un cliente a quien
aquél desconoce quiere irse del lugar sin pagar su cuenta. Pero en tales
casos opera el derecho de auto-auxiliodel 8 229, BGB. Se le da al acree-
dor la atribución de asegurar provisionalmente (repárese en el 4 230,
11-IV,BGB) el cumplimiento de una pretensión civil que se halla en pe-
ligro, ejerciendo injerencia en los bienes jurídicos deldeudor, cuando el
auxilio de la autoridad no pueda obtenerse a tiempo y sin la injerencia
e ) El derecho de aprehensión
19 El Derecho de aprehensión del 8 127, StPO, es un derecho de nece-
sidad en favor del interés estatal en la persecución penal. En ausencia
de órganos estatales de persecución penal, los autores de hechos puni-
Heinrichs, en: Palant, BGB (68.%d., 2009), 8 230, BGB, n.". 1; de otra opi-
nión. Jakobs.,AT.,n.". . .
16/20., auien -en razón de aue., en el caso del auto-auxilio. el
ciudadano actuaría en representación del Estado- pretende trasladar al auto-auxi-
lio el principio de proporcionalidadvipentepara la eiecucióndela coacciónestatal. Es-
to es preferible déle& ferenda, pero &&entese pueda hacer compatible conel tex-
to de la ley.
RGSt, t. 69, pp. 308,311 SS.
Se discute la cuestión de si el deudor, conforme a los $8 229,230,111,BGB, sólo
puede ser aprehendidobajo el presupuesto adicional del arresto personal de seguridad
($8916,918, ZPO); al respecto, cf. Schauer~Wittig, JuS, 2004, pp. 107,109 s.
Capítulo 13 -Panorama de las causas dejustificación 275
Consentimiento presunto
1 Causas dejustificación 1
+ Derechosdelafunción pública
En interésde otros
ode la generalidad
+1 Legitima defensa
Estado de necesidad
Derecho deaprehensión
1 - El objeto de lajustificación
1 - La divisibilidad deljuicio de antijuridicidad
Aquello de que se trata al analizar la antijuridicidad es la cuestión de
si el disvalor típico de determinado delito está anulado por causas de
justificación y, entonces, no está realizado el ilícito de ese delito. En con-
secuencia,objetode lajustificaciónnoesla acción comototalidad,sino su
tipicidad. La realización de un tipo delictivopuede estarjustificada, aun
cuando la acción típica, desde otra perspectiva, sea antijurídica. Así, p.
ej., si A, con consentimiento de B, le prende fuego a una casa alquilada
que le pertenece a B, cometerá un incendio grave antijurídico($ 306a, 1,
StGB).Puesto que el tipo del $ 306a, 1,StGB, no protege la propiedad de
la casa, sino la integridad corporal y la vida de los moradores, el consen-
timiento de B, en esa medida, no tiene efecto justificante. Sin perjuicio
de ello, los delitos contra la propiedad realizados por la misma acción
($$ 303,305,306,StGB)estaránjustificadospor el consentimientode B.
También en el caso de otras causas dejustificación puede ocurrir que, 2
de varios delitos realizados por una acción, uno esté justificado y el otro
no. Piénsese en el caso en que el sujetoA,ligeramente ebrio, resulte tes-
tigo de un accidente de tránsito en el cual sea lesionadoB con peligro pa-
ra la vida. La única posibilidad de salvar a B consiste en queA lo lleve de
inmediato al hospital más cercano, haciendo caso omiso de su incapaci-
dad para conducir derivada del consumo del alcohol. SiA - e n razón de
que no quiere tener manchas de sangre en su automóvil- en lugar de
llevarlo con su propio auto,usa el auto de C estacionadoen la calzada, la
ebriedad en el tránsito cometida por medio de esta conducción ($ 316,
StGB)estará igualmentejustificada por la situación de estado de nece-
sidad ($34,StGB).Pero usar sin autorización el vehículo de C ($ 248b, 1,
IV, StGB) será antijurídico, porque A habría podido conducir también
con su propio auto y, por ello, la realización de este tipo no era necesaria
para salvar a B.
En el caso de los delitos de resultado, eljuicio de antijuridicidad es di- 3
visible incluso dentro de un tipo. Así como por medio de una acción pue-
den estar creados a la vez riesgos en general permitidos y en general no
278 Helmut Frister
11 - La estructura de la justificación
7 La totalidad de los presupuestos de una causa de justificación se de-
nomina tipopermisivo. Enla mayor parte de las causas dejustificación
reguladas legalmente, sólo están formulados expresamente los presu-
puestos objetivos de la justificación. De todos modos, según la concep-
ción hoy probablemente ya indiscutida4,las causas de justificación tie-
nen, junto al tipo permisivo objetivo, también uno subjetivo. En el deli-
to doloso5,el disvalor de motivación de la acción que anida en la realiza-
ción del tipo subjetivose excluye por una causa dejustificación, sólo si el
autor -dichogrosso modo6- ha obrado en conocimientode las circuns-
tanciasjustificantes (elllamado elemento subjetivo dejustificación).
Así, p. ej., si una esposa resuelta derriba de un golpe a un ladrón, con el
palo de amasar, pero al hacer eso supone erróneamente tener ante sí a
su esposo, que llega a casa por la noche, tras haber ido ala taberna, la si-
tuación de legítima defensa objetivamente existente7anulará, por cier-
to, el disvalor del suceso, pero no el disvalor de motivación de la lesión
corporal peligrosa (8 224,I, n.q2,2.%ariante,StGB)8.
De modo divergente aún, Rohrer, JA, 1986,pp. 363 SS. y LK1jlSpendel, 5 32, n."
m. 138,con referencias sobre la bibliografía antigua.
Sobre el delitoimprudente,d.n.". 14/42SS.
Sobrelos presupuestos en particular, d.n.". 14/16 SS.
Ejemplo de LK1j/Spende1, 8 32, n.". 140.
Acerca de las consecuenciasjurídicas que se derivan de esto, d.n.". 14/27s.
Capítulo 14 -Teoríageneral de lajustificación 281
Cf., p. ej., Frisch, Vorsatz und Risiko (19831, pp. 424 s.; MünchKommlSchleho-
fer,previo a18 32, n.". 67 SS., con otrasreferencias.Aununpaso más alláva Zielinski,
ip.
~ & d l u n g s -und~rfolgsunwertim Unrechtsbegriff (19731, 246 SS., quiensólo se ba-
sa en la situación de hecho individualmente conocible para el actuante y rechaza por
completo la idea de una justiñcación objetiva.
Cf. SchonkeISchroderLenckner,obs. previa a $9 32 SS., n.". loa;NKIPaeffgen,
previo a $8 32/35, n.". 81, ambos con otras referencias.
" Kant, Metaphysik der Sitten (17971, en: Gesammelte Schriften, t. 6, pp. 203,
235 s.
l2 Acerca de este ejemplo, ya Guldschmidt, Der Notstand, ein Schuldproblem
(19131,p. 6.
l3 Al respecto, cf. Borgers, Studien zum Gefahrurteil im Strafrecht (2008), pp.
102 SS.
282 Helmut Frister
2 - El tipopermisivo subjetivo
a ) El conocimiento de los presupuestos objetivos
de lajustiflcación
La necesidad de un elemento subjetivo dejustificación en el delito do- 16
loso está reconocida hoy ampliamente (cf. n.". 1417). Pero es proble-
mática la cuestión de cómo tiene que estar compuesto este elemento en
sus particularidades, para excluir el ilícito de motivación del hecho. En
esa medida se plantea sobre todo la cuestión de cómo se debe juzgar en
los casos en que el autor tiene dudas acerca de si están dadas las circuns-
tancias que justifican la realización del tipoz5.Como ejemplo de tales
dudas sobre el tipo permisivo represéntese nuevamente el caso en que
de una vivienda cerrada emane olor a gas. En un caso de esa configura-
ción, con frecuencia la persona que percibe el olor no estará segura de si
el olor es emanación de flujo de gas efectivamente o si tiene otra causa
inocua. Si ella -para impedir la explosión de gas eventualmente ame-
nazante-rompe entonces de todos modos un vidrio de la ventana de la
vivienda, se plantea la cuestión de si el ilícito de motivacióndel daño a la
propiedad está excluido, aunque el actuante sólohaya tenido por posible
la existencia de una situación objetiva propia del estado de necesidad.
Enla bibliografía se propone muchas veces tratar las representacio- 17
nes de una posibilidad, en materia de causas dejustificación, según las
reglas vigentes para el dolo de tipoz6.Quien duda de que existan los pre-
supuestos objetivos de la justificación considera posible también que
esos presupuestos no estén satisfechos. De este modo, asumirá -al
menos en tanto no se confíe irracionalmente en que existan los presu-
puestos de la justificaciónz7-la realización del ilícito del acontecer del
respectivo delito y, ya por ello, cometerá un ilícito doloso. Esta simple
aplicación de las reglas sobre el dolo eventual se ajusta a casos en los
Así, sustancialmente,SKlGünther,previo al5 32, n.". 90, quien por cierto exi-
ge que el autor actúe "conñando"enla existencia de las circunstanciasjust%cantes, pe-
;o considera este presupuesto ya cumplido cuando el autor no habríaáduado sin &as
circunstancias.
29 Variación de un ejemplo de Schroth,Arthur-Kaufmann-FS, pp. 595,609 s.
Capítulo 14 -Teoríageneral de lajustificación 287
37
Al respecto, con más detalle, d. Roxin, AT 1,n.". 14103, con otras referen-
cias.
38 Especialmente la suposición errónea de circunstanciasjustificantes se ha con-
vertido parala cienciajurídico-penalenunode sus temas predilectos. en torno a10 cual
el esfueizoinvertido y el rédito óbtenidono siempre estánén una adecuadarelación;al
respecto, d.críticamente Grünwald, Noll-GS, pp. 183 SS. Un comprensivo panorama
de los principios de solución propuestos dan Jakobs,AT,n.%. 11/42 a 59y Roxin,AT1,
n.". 1452a 63.
39 Sobre este ejemplo, cf. ya n.". 147.
40 BGHSt, t. 2, pp. 111,114s.; en el mismo sentido, Zielinski (nota 9), pp. 262 5s.;
NKIPaeffgen, previo a 58 32/35, n.". 128,con otrasreferencias; otra solución,KG, GA,
Capítulo 14 -Teoríageneral de lajustificación 291
1975, pp. 213,215, así como la sentencia de BGHSt, t. 38, pp. 144,155s., limitada ai
8 218a, párr. 2, StGB, pero que sustancialmente puede ser generalizada.
41 Cf., p. ej., Roxin,AT 1, n.". 141104s., con otras referencias.
292 Helmut Frister
47
Alrespecto, d.,p. ej., Gossel, en: Maurach/Gossel,AT,11, n.". 42/36 y la críti-
ca de Schünemann, GA, 1985,pp. 341,347 ss.
Welzel, Strafrecht, pp. 80 SS.
294 Helmut Frister
52
Cf., p. ej., Heinrich,ATB,n.". 1145SS., conotras referencias.
53 Sobre estas reglas, cf. n."m. 11/33SS.
296 Helmut Frister
jurisprudencia:
falta la justificación
justificación objetiva,
pero punibilidad
Opinión dominante
analógicamente
1 Teoría estricta
de la culpabilidad
11 - El consentimiento
Los elementos del consentimientojustificante se pueden reconducir
a dos presupuestos básicos. La realización de un tipo penal está justifi-
cada por consentimiento, cuando, primero, el hecho se corresponde con
la voluntad de auto-determinacióndelafectado (alrespecto, infia, n.".
5 SS.),y, segundo, el afectado tenía el derecho de disponer del bien jurí-
dico protegido por el tipo penal realizado (alrespecto,infia, n.". 24 SS.).
nes menores de edad. Aese respecto, lo que importa es, por un lado, la
complejidad e importancia de la decisión a tomar con el consentimien-
to, y, otro, el éstado de desarrollo espiritual. En adultos, la capaci-
dad de consentimiento puede estar excluida en forma permanente opa-
sajera por perturbaciones psíquicas, como, entre otras, si éstas están
provocadas por el consumo de alcohol y otros medios embriagantes.
Eventualmente, esto deberá ser averiguado con auxilio de peritos psi-
quiátricosg.
9 En virtud de la ausencia de una regulación legal general del consen-
timiento, no hay límites de edad fijospara la capacidad para prestar el
consentimiento-adiferencia de lo aue ocurre ara la ca~acidad de cul-
pabilidad ($4 19,StGB; 3, JGG) o pa;a la capahdad paracelebrar actos
jurídicos ($4 104, n."; 106, BGB)-lo. Según la naturaleza de la deci-
sión a tomar y su madurez espiritual,aun un niño de diez o de doce años
puede ser capaz de prestar eiconsentimiento. Cierto es que en parte de
la bibliografía, para un consentimiento en la lesión de bienes jurídicos
materiales, es decir, p. ej., respecto del daño a una cosa, se propone apli-
car analógicamentelas reglas sobre capacidad para celebrar actosjurí-
dicos. Pero el consentimiento+n razón de que no se le concede al au-
tor un poder jurídico (cf. n.". 1515)- ni siquiera desde una considera-
ción valorativa puede ser equiparado a una manifestación de voluntad
para un actojundico, de modoque esta analogía no puede convencer ll.
En tanto no hava " límites leeales de edad res~ecto de la ca~acidadmis-
rna para prestar el consentimiento,la madurez espiritualnecesaria pa-
ra una decisión de auto-determinación se debe establecer en el caso
concreto, aun en caso de consentimiento enla lesión de bienesjurídicos
materiales.
10 Si el afectado no es capaz para prestar el consentimiento,el consenti-
miento podrá ser dado, bajo ciertas circunstancias, por su representan-
te legal. Los representanteslegales de losmenores de edadson, como re-
gla general,10; padres (§ 1629y1,BGB);en caso de adultos incapaces pa-
ra prestar un consentimiento, los tutores o encargados del respectivo
ámbito de actuación (S§ 1896-1,1902,BGB). En ambos casos ellos po-
d) La incidencia de errores
Un consentimiento eficaz tiene que referirse al menoscabo concreto 1,
al bien jurídico, causado por la acción típica. Si el afectado no tiene en
claro la naturaleza y alcance del menoscabo al bienjurídico causado por
la acción, p. ej., aprueba la inyección de un tranquilizante en la creen-
cia de que se le suministra un antibiótico, no habráun consentimiento
eficaz. Lo mismo rige en caso de que él no conozca la medida del riesgo
de la causación del menoscabo al bien jurídico. Quien aprueba un tra-
tamiento de rayos ligado a un alto riesgo de daño renal, en la creencia
de que el peligro de un daño tal es bajo según las reglas de experiencia
generales, no presta su consentimiento, por esa vía, en el daño renalz0.
Al igual que en el caso de desconocimiento de la naturaleza y alcance del
menoscabo al bien jurídico, habrá también aquí un así llamado error
referido al bienjurídico, el cual, según la concepción general, condu-
ce a la ineficacia del consentimiento.
Es problemática y discutida por demás la cuestión de si -y, en su ca- 16
so, en qué medida- otras erróneas representaciones referidas no al
menoscabo al bienjurídico en sí pueden afectar laeficaciade un consen-
timiento. Según la teoría dominante fundamentada por Arztzl, tales
representaciones erróneas serían, en principio,irrelevantes. Si el afec-
tado ha reconocido acertadamente el riesgo de la lesión al bien jurídico
causado por la acción típica, el menoscabo al bien jurídico estaría cu-
bierto por su voluntad y, por ello, no estaría lesionado el bien jurídico
protegido por el tipo respectivo. Ello valdría -dice este punto de vis-
ta-, aun cuando no se haya alcanzado la finalidad que perseguía el
afectado al renunciar a su bien jurídico. La errónea representación de
consecuenciasventajosas del menoscabo al bienjurídico no se referiría,
se afirma, a la lesión del bien jurídico típicamente protegido y, por con-
siguiente, no tendría incidencia para la eficacia del consentimiento.
Por eso, p. ej., el consentimiento en la donación de sangre no sería ine-
ficaz por el hecho de que el afectado parta erróneamente de la base de
que recibirá una contraprestaciónzz.
17 No obstante, la propia doctrina dominante no mantiene esa solución
restrictiva en todos los casos.Así, dice que el error sobrela necesidad de
una operación debería valorarse como un error referido al bien jurídico
que fundamenta la ineficacia del consentimientoz3.Pero de este modo
se priva al concepto de error referido al bien jurídico de su verdadero
contenido de sentido. En caso de un error sobre la necesidad de una ope-
ración, el afectado conoce perfectamente el menoscabo al bien jurídico
que se produce por la acción típica. Sólo que se representa que ese me-
noscabo a su integridad corporal tendrá la ventaja de mantener la vida
ola salud. Si la errónea representación de consecuencias ventajosas del
menoscabo al bien jun'dico careciera en general de importancia para la
eficacia del consentimiento, tampoco un error de esa índole podría ser
relevante. Por tanto, p. ej., un consentimiento en la amputación objeti-
vamente innecesaria de una pierna, que se basara en la errónea suposi-
ción de que, sin la amputación, se moriría, tendría que ser considerado
eficaz.
18 Lo absurdo de ese resultadodemuestra claramente que la teoría de la
consideraciónexclusiva de erroresreferidos al bienjurídico no puede ser
correcta. Se basa enuna comprensiónestática del bienjurídico que no se
ajusta a la función de los bienesjurídicos24.Los bienesjurídicos son 'li-
bertad preservada". Le dan al titular la posibilidad de configurar su vi-
da según necesidades propias (al respecto, cf. n.". 3/20). Los hombres
hacen uso de esa posibilidad, entre otras formas, mediante el consenti-
miento en menoscabos a los bienes jurídicos. Ellos renuncian a bienes
jurídicos para conservar otros o para satisfacer otras necesidades.
"~uien no Sabe que el fin por él no se puede alcanzar renun-
ciando a su bienjurídico, sufre con ello, a la postre, una pérdida de liber-
e) La incidencia de la coacción
21 Un consentimientoforzado esineficaz,si el ejerciciodelacoacciónera
antijun'dico. La existencia de una situación de coacción como tal, en
cambio, no conduce a laineficaciadel con~entimiento~~. Esto lo demues-
tra, p. ej., el consentimiento en una castración, por parte de autores de
delitos sexuales,regulado expresamente en la ley (8 3, K a ~ t r G )Aun-
~~.
que el afectado se halla aquí -en razón de que él, sin la castración, tie-
ne con frecuencia la amenaza, según las circunstancias,incluso de una
internación perpetua- en una situación de coacción masiva total, la ley
considera eficaz su consentimiento.Aello le subyace la reflexión de que
mediante la eficacia del consentimientopuede ser resguardada del me-
jor modo la autonomía del afectado. El hombre, en su vida, con frecuen-
cia está ante la situación de poder elegir sólo entre dos males. Si se qui-
siera considerar ineficaz un consentimiento manifestado por él única-
mente por la existencia de una situación de coacción de esa índole, se le
sustraería incluso el derecho de decidir por sí mismo, en tales situacio-
nes, cuál de los dos males querrá asumir.
22 Una coacción antijurídica que conduzca a la ineficacia del consenti-
miento existe siempre que el autor produzca el consentimiento me-
diante la aplicación de violencia física o de amenaza de realizar una
conducta antijurídica. Pero incluso la amenaza de realizar una conduc-
ta acorde al Derecho puede ser valorada-tal como lo demuestran el ti-
po de la coacción y el de la extorsión ($8 240,253, StGB)31- como coac-
ción antijurídica. Este es el caso cuando la conducta que se amenaza
realizar no tiene ninguna relación con el consentimiento forzad~~~.Así,
p. ej., siA obtuvo el consentimiento de su vecino para eliminar un árbol
que está en su fundo, mediante la amenaza de denunciarlo por el culti-
vo de cannabis en su jardín (8 29,I, l.%ración, n.", BtMG),la tala del
33 En favor de ello, p. ej., Roxin, AT 1,n.". 131116; en contra, Jakobs, AT, n."
m. 71120, ambos con otras referencias.
34
En contraposición a ello, la impugnación de manifestaciones de la voluntad se-
gún el $123,I,BGB, es posible aunen caso de amenaza antiurídica porterceros (Hein-
richs [nota 321, n.". 18, con otras referencias). Esta diferencia se explica a partir del
efecto vinculante que le corresponde a las manifestaciones de voluntad. Al impugnar
una manifestación de voluntad producida por coacción antijurídica lo que está en jue-
go es la cuestión, que no aparece en el consentimiento, de si el amenazado habrá de
mantenerse en la manifestación, sila situación de coacción deja de existir.
35 Así, correctamente, Jakobs,AT,n.". 71120.
36 Acerca de la divergencia entre titularidad del bien jurídico y derecho de dispo-
sición, según los $9 80,I, InsO, 241a, BGB, Tachau, Ist das Strafrecht strenger als das
Zivilrecht? (20051,pp. 187SS.
312 Helmut Frister
pos penales que sirven sólo para proteger bienes jurídicos de la genera-
lidad no tiene eficaciajustificante. Es problemática y está muy discuti-
da la apreciación en caso de delitos en los cuales están afectados tanto
bienesjurídicos individuales como también bienesjurídicos de la gene-
ralidad. Un ejemplo de un delito tal es la puesta en peligro del tránsito
vial (8 315c, StGB).Ésta presupone, por un lado, una conducta deter-
minada, abstractamentepeligrosa, enel tránsito vial, y, por otro, unpe-
ligo concreto para la integridad corporal o la vida de un hombre o para
una cosa ajena de valor significativo. Si la persona puesta en peligro o
el propietario de la cosa puesta en peligro ha consentido en que se crea-
ra el peligro, queda como ilícito sólo la conducta peligrosa en el tránsito
vial, que tomada por símisma no es punible según el 4 315c, StGB, sino
en todo caso según el 8 316, StGB. Por ello, en contra de la jurispruden-
cia del Tribunal Supremo Federal37,hay que concederle al consenti-
miento, en las consecuencias, efectojustifi~ante~~.
25 Rige algo equivalente en todos los delitos que -como, p. ej., la lesión
corporal en ejerciciode la función pública (5 340, StGB)39-exigen acu-
mulativamentela lesión de interesesindividuales y de bienesjurídicos
de la generalidad. Pero, según la opinión dominante, habría también
delitos que presuponen alternativamente la lesión de bienes jurídicos
individuales o bien de bienes jurídicos de la generalidad. Se da como
ejemplo, en general, la denuncia falsa (8 164, StGB). Su ilícito se reali-
zaría por completo tanto por la lesión de intereses del afectado como
también por la pérdida de crédito y efectividad del servicio de adminis-
tración de justicia, de modo que el consentimiento no tendría en estos
casos efectojustificante40.Admitir tal orientación de protección alter-
nativa presupone que según la ley se querría penar la lesión de uno so-
lo de los bienes jurídicos en cuestión, del mismo modo que la lesión de
ambos en conjunto, y, por ello, es en general poco convincente. En caso
de la falsa denuncia, especialmente la regulación del 8 165, StGB, de-
muestra que primordialmente se trata de intereses del individuo y, por
ello, el consentimiento tiene efectojustificante41.
42
En parte de la bibliografía se elude, sinembargo, en casos de esta índole, elcon-
cepto de consentimiento, y se habla en lugar de ello de una hétero-puesta en peligro con
un acuerdo excluyenteya del tipo (alrespecto, 6.ya n.". 15/13).
43 Cf. BGH,NJW, 2009, PP. 1155,1157;Schonke/Schroder/Lenckner,obs. previa
a $5 32 SS., n.". 103 s., en cada caso con otras referencias.
Esta consecuencia de admitir un consentimiento en puestas en peligro de la vi-
da es pasada por alto muchas veces en la bibliografía. Se parte de la base, en general
irreflexivamente,de que un consentimiento en un homicidio doloso siempre sena ine-
ficaz (cf.,p. ej., Schonke/Schroder/Lenckner,obs. previa a 58 32 SS., n.". 37, con otras
referencias).
45 Una exposición conjunta de las diversas formulaciones ofrecidas en la biblio-
grafía se halla en Schonke/Schroder/Lenckner,obs. previa a 58 32 SS., n.". 103.
46
Cf. BGH,NJW, 2009, PP. 1155,1157,con otras referencias.
47 Cf. la exposición conjunta que hay en Schonke/Schroder/Lenckner,obs. previa
a $5 32 ss.,n.%. 103.
3 14 Helmut Frister
Esto rige aun cuando el autor, envirtud de un engaño delmuerto, parta de laba-
se de que no hay ninguna bala en el cargador y que actúe, por ello, sólo impmdente-
mente (así, conrazón,OLGNürnberg,NJW, 2003,pp. 454 s.; comotambién paraunca-
so de similar c o d i r a c i ó n , resuelto enBGH, NJW, 2003,pp. 2326 SS.;Herzberg,Jura,
2004,pp. 670 SS.; NStZ, 2004,pp. 1SS.;de otra opinión, Beulke, Otto-FS,pp. 207 y
215 SS.;Duttge, Otto-FS,pp. 227,246;Roxin, Otto-FS, pp. 441 SS.;todos con otras refe-
rencias).
49 Acerca de la problemática de una remisión tal en vista del principio de deter-
minación, cf. n.". 4/19, como también, en profundidad, NKIPaeffgen, 9 228, n."
m. 44 SS., quien considera inconstitucionalla regulación del 8 228,WGB.
50 AIrespecto,cf.BGHSt,t.4,pp.24,32;t.49,pp.34,40~.
51 La cuestión de si la respectiva acción constituye un ilícito digno de pena en re-
lación con otros bienesjurídicos es irrelevante.Así,no se puede a f i i a r la contrariedad
a las buenas costumbres de una inyección de heroína consentida,por el solo hecho de
que ella cumpla el tipo penal del 9 29,I,l.%ración, n.%, letra b, BtMG. Pues, a dife-
rencia de los delitos de lesión corporal, éste no debe proteger un bien jurídico indivi-
dual, sino la salud pública; cf. BGHW, t. 49,pp. 34,42s.
Capítulo 15 -Acuerdo, consentimientoy consentimientopresunto 3 15
el fin como tal sea contrario a las buenas co~tumbres~~.En cambio, in-
jerencia~graves en la integridad corporal, especialmente aquellas con
consecuencias duraderas, como, p. ej., una amputación, sólo pueden es-
tar justificadas por consentimientosi hay en su favor un motivo en ge-
neral comprensible.
A. Tipo pemisivoobjetivo
l. Bienjurídico disponible
1. Bienjurídico individual(n.". 15124s.)
2. No hay exclusión porlorg§216,228(n.%J5R6ss.)
II. Coincidencia con lavoluntadactualdeltihilar del bienjurídico (n.". 15Bss., 11s.)
SegOn la opinibn dominante, esta voluntad si bien no necesariamente tiene que ser manifestada
frente al autor,tiene que haber sido expresada externamente a n t a delhedio de algún modo (d.
n.9 m. 15\61
III. Que no haya vicios devoluntad
1. Capacidad para consentir (n.". 1518s.)
2. Que no haya un error relevante (n.". 15115~s.)
- Carga de esclarecimientoen casode injerencias médicas (ns m. 15/33)
3. Queno hayacoacciónantijurídica(n.". 15R1s.)
B. Tipo pemisivosubjetivo
- Conocimiento de las circunstanciasque fundamentan la justificación objetiva (n.9.
14/16SS.)
111 - El consentimientopresunto
necesita hacer aquello a lo que de todos modos está obligado. Tiene que
renunciar a continuar con la agresión antijurídica.Apartir de allí se ex-
plica que en principio no tenga efecto, en la legítima defensa, la limita-
ción -resultante de la idea de solidaridad entre los hombres- de re-
chazos defensivos de peligros a medidas de reacción proporcionales (al
respecto, cf. n.". 13/14).Asícomo un derecho a repeler peligros de mo-
do agresivo sólo existe cuando el peligro para el amenazado no puede ser
conjurado de otra forma (cf. 4 34, StGB), así también, en caso de repeler
peligros de modo defensivo, existe una obligación de considerar solida-
riamente los intereses del causante del peligro sólo cuando éste no pue-
de protegerse a sí mismo de injerencias desproporcionadas6.
a) Laagresión
El primer requisito de la situación de legítima defensa es la existen- 5
cia de una agresión. Por esto se debe entender una amenaza de que sean
lesionados $tereses jurídicamente protegidos por medio de un compor-
tamiento humano7. No necesariamente la amenaza tiene que referirse
a bienesjurídicos determinados. En especial, la legítima defensa no re-
quiere - e n contra de una idea aún hoy muy difundida en la consciencia
jurídica general- una puesta en peligro de la integridad corporal o la vi-
da. También la propiedad, como asimismo todos los demás bienes jurí-
dicos materiales e inmateriales del individuo pueden ser defendidos con
la muy amplia atribución que da el derecho a la legítima defensa. Así, la
utilización-de un sendero privado por personas no autorizadas ola lesión
del derecho a la propia imagen8por fotografíasno autorizadas constitu-
yen una agresión que habilita la legítima defensa. Asimismo, la esfera
íntima como manifestación del derecho general de la personalidad e in-
cluso la tranquilidad nocturna han sido reconocidas por la jurispruden-
cia como intereses a ~ t o sara la leeítima defensag.
u
I-GSt, t. 27, pp. 44,45 s.; OGHSt,t. 1,pp. 273,274;BGHSt, t. 3, pp. 217,218.
l7 Así tambiénBayObLG, NJW, 1965,p. 163.
l8 Por ello, en casos de esa naturaleza la jurisprudencia hace una restricción éti-
co-social delDerecho de defensa; al respecto, cf. n.". 16/28.
l9
Al respecto, cf. MünchKornmlErb, 8 32, n.". 35, con otras referencias, como
también, en profundidad, Hirsch, Dreher-FS,pp. 211,222SS.
20 Acerca de la cuestión de si alcanza la imprudencia y, en su caso, en qué medida,
Frister, GA, 1988,pp. 291,305 SS., con otras referencias.
324 Helmut Frister
b ) La antijuridicidad de la agresión
La antijuridicidad de la agresión en la legítima defensa se juzga se-
gún las &mas reglas que la&tijuridicidadde la realización de un tipo
penal. La agresión no es antijun'dica si la lesión que amenaza producir-
se de bienes jun'dicamente protegidos está amparada por una causa de
justificación. Quien, en legítima defensa, amenaza con menoscabar los
bienesjurídicos del agresor, si bien agrede, por su parte, mediante la ac-
ción de defensa, esta agresión que sirve para defenderse no es antijurí-
dica, de modo que contra ella no es admisible una legítima defensa. Al
igual que parala agresiónmisma, también para su antijuridicidadno só-
lo importa la situación objetiva. Una agresión antijurídica presupone al
menos la posibilidadindividual de conocer la situaciónde hecho que fun-
damenta la antijuridicidad.Por ello, p. ej., el derribar a golpes a un agre-
sor sólo supuesto,por un error de tipo permisivo, no debe valorarse como
agresión antijurídica, si el actuante no habría podido evitar el error.
12 Según la idea básica de la legítima defensa sería correcto exigir pa-
ra la situación de legítima defensa no sólo una conducta objetiva y sub-
jetivamente antijun'dica, sino tambiénculpable.pues quien agrede an-
tiiurídicamente a otro en estado de inca~acidadde culr~abilidadno tie-
n; la posibilidad - e n razón de que no e; responsable de su decisión de
c ) La actualidad de la agresión
Así, entre otros, también aún Frister, GA, 1988,pp. 291,305; otras referencias
enSKlGünther, 32, n.". 29.
23 BGH, NJW, 1979,p. 2053. El problema se puede plantear, además, en elllama-
do "caso del tirano del hogar"; al respecto, cf. BGH, NStZ, 1984,p. 21; BGHW, t. 48, p.
255; alrespecto, Rengier,NStZ, 2004, pp. 233 SS.
326 Helmut Frister
del dormitorio. Tan pronto era descubierto, huía y siempre podía irse
sin ser reconocido. Los intentos de la policía, contactada al efecto, de
aprehenderlo o de al menos averiguar su identidad, tampoco tuvieron
éxito. Por ello, en una más de sus apariciones nocturnas, el marido le
disparó un tiro -que acertó "en el costado del cuerpo"-, para repeler
futuras perturbaciones. Para tales casos, una parte de la bibliografía
exige, en virtud de la situación similar a la de una legítima defensa,
una aplicación analógica del $ 32, StGBZ4.Esto parece ser natural, a
partir de la idea de la legítima defensa, en lamedida en que también en
este caso el agresor puede protegerse a sí mismo de las acciones de de-
fensa, renunciando a ulteriores agresiones.
15 De todos modos, la opinión dominante rechaza con razón, en las con-
secuencias, una aplicación analógica del $32, StGB, a tales casosz5.La
necesidad de una agresión inminente se exdica a partir de la reflexión
de quelamuy ampfaatribuciónparaejerce~unai~erencialigadaal de-
recho de legítima defensa sólo puede ser concedida en una situación que
sea característicamente inequívoca. Si la agresión es inminente, las in-
tenciones del agresor, como regla general, estarán a la vista, de modo
que el riesgo de una defensa por error es comparativamente menor. Eso
se verá diferente tan pronto uno incluya constelaciones en las cuales la
agresión solamente pueda ser repelida con perspectivas de éxito en la
actualidad de ese momento previo. En este caso, el riesgo de error es ca-
racterísticamentetan alto &e no sería admisibleatrib2r underecho de
injerencialimitadosólo por lanecesidad.Por ello, lalegítima defensare-
quiere por buenas razones una agresión al menos inminente. En tanto
eso falte -como en el caso del uoyeur-, al agredidole será concedido en
todo caso un derecho por estado de necesidad, no tan amplio (al respec-
to, cf. n.". 1715,pero también 17/24 s.).
16 Además, plantea problemasla cuestión de si y, en su caso, en qué me-
dida, puede ser valorada ya como agresión actual laamenazade unafu-
tura lesión de un bien jurídico. Así, p. ej., siA amenaza a su enemigo de
muerte B, con matarlo en la próxima ocasión, se afectará de modo per-
sistente, por medio de esa amenaza ($ 241, StGB),el sentimientode se-
guridad jurídica de B y, de ese modo, bajo ciertas circunstancias,la con-
ducción de toda su vida. Pero aceptar por ello ya una agresión actual a
la seguridadjurídica individualz6de B tendría la consecuencia de que
33
La opinión dominante enjuicia este presupuesto, sinrazón(d.n.". 14/12),con
perspectiva obietiva ex ante. es decir. s e a las circunstanciasaue podría reconocer un
tercero concienzudo en la situación de defensa; cf. Gropp,AT,i.". 6/79, y Krey,AT 1,
n.". 477, ambos con otras referencias.
34 Al respecto, cf. en particular, NK'Herzog, 5 32, n.". 57; Schonke/Schroder/
LencknerPerron, 5 32, n.". 25/26, ambos con otras referencias.
35 Bien jurídico de un tercero también es la vida de un no nacido, que una mujer
lleva en su cuerpo.Acerca de la problemática que resulta de ello para la legítima defen-
sa contra agresoras embarazadas, cf. ~itsch,-JR, 2006, pp. 450 ;s. y la réplica de Ladi-
ges, JR, 2007, pp. 104SS.
36 RGSt, t. 58,pp. 27,29.
Capítulo 16 -Legítima defensay exceso en la legítima defensa 329
sionado sólo según el $ 228, BGB, y no según el $ 32, StGB. Para los de-
rechos del agredido frente al propietario del perro no desempeña nin-
gún papel la cuestión de si el perro se ha puesto en situación agresiva
por sí mismo o si ha sido incitado por un tercero.
Asimismo, no estájustificada por legítima defensa una injerencia en 20
bienes jurídicos de la generalidad,que sea necesaria para ejercer la de-
fensa. En contra de la jurisprudencia del Tribunal del Reich3I,conti-
nuada por el Tribunal Supremo Federal, eso rige también para infrac-
ciones al Derecho que concurren necesariamente con la defensa.Así, la
puesta en peligro abstracta de lageneralidad,que anida enla portación
ilícita de un arma de fuego ($52,111,n."a, WafíG),con fines de defen-
sa, no puede justificarse por legítima defensa, sino solamente por esta-
do de nece~idad~~. En cambio, la lesión de intereses fiscales que tiene el
Estado como persona jurídica puede estar justificada perfectamente
por legítima defensa.Alas personas jm'dicas les es imputable la actua-
ción de sus órganos, también en el marco de la legítima defensa. Por eso,
se puede tomar injerencia en los derechos de la personajurídica para de-
fenderse de agresiones que provienen de esos órganos. Por tal razón, p.
ej., el romper fa puerta dé una prisión ($ 303,I, S~GB) para terminar con
un encarcelamiento antijm'dico puede estar justificado por legítima
53
Cf. sobre todo esto, Frister, GA, 1985,pp. 553 SS., y GA, 1988,pp. 291,314.
54
Cf. Schonke/Schoder/Len~kner~on, 8 32,n.". 52, con otras referencias.
55 SKlGünther,8 32, n.". 120.
56 Cf. SchonkelSchroderlLen~knerlPerron, 8 32, n.". 54 SS., con otras referen-
cias; está discutida la cuestión de si la conducta previa tiene que ser antijurídica o si
basta con una mera reprobación ético-social (así,últimamente, BGH, NStZ, 2006, pp.
332,333);al respecto, cf. Roxin,AT 1,n.". 15/73.
334 Helmut Frister
que en tales casosla causación del resultado será transmitida por medio
de la agresión antijun'dica y, de este modo, por una acción del propio le-
sionado. Pero el posibilitar una auto-puesta en peligro debe ser valora-
do como permitido sólo enlamedida en que esto sea necesario en aras de
lalibertad de accióndel afectado (alrespecto,cf. n.". 10115SS.). Sinem-
bargo, por medio de la reprobación jurídica de una provocación de la le-
gítima defensa se menoscaba la libertad, en todo caso, de poder provocar
una agresión antijurídica, y este recorte jun'dicamente deseable de la
autonomía del afectado no da ningún motivo para considerar permitida
la provocación.
En cambio, si el que posteriormente ejerce la defensa tiene un inte- 32
rés digno de ser reconocido en ejecutar la acción que provoca al agresor,
el peligro de una lesión del agresor mediante la defensa contra la agre-
sión provocada no constituye un riesgo jm'dicamene reprobado". En
los casos de esaíndole la libertad de obrar del posterior defendente pre-
valece sobre el interés en evitar una lesión del bien jurídico del poste-
rior agresor. Así, p. ej., si A, reconocido hombre violento, amenaza a B
con pegarle en el caso de que éste se aparezca una vez más en su taber-
na preferida, B podrá volver air a esa taberna, aun cuando, de este mo-
do, tenga que contar con queA sea lesionado -o incluso desee que esto
ocurra- al ser repelida la agresión que es de esperar que ocurra. B ni
siquiera tendrá impedido llevar oculto un instrumento para defender-
se -debido a la disputa que es de esperar que suceda-, p. ej., un cuchi-
llo de cocina. Dado queA no tiene derecho a prohibirle la entrada alata-
berna, y B puede repeler la agresión posiblemente a esperar con todos
los medios necesarios, no habría ningún motivo para reprobar jurídi-
camente la preparación de tal defensa63.
5 - La aplicabilidad de la legitima
- defensa
a la actuación de la autoridad
34 Aunque el derecho de legítima defensa es subsidiariorespecto de la
protección estatal ante peligros, concede en parte atribuciones que tie-
nen un mayor alcance que el Derecho público, obligado permanente-
mente por el principio de proporcionalidad.Así, p. ej., el uso de armas
de fuego contra personas según las leyes policiales de los Estados fede-
rados no está permitido ni en protección de meros valores materiales ni
para evitar la comisión o continuación de delitos poco graves* (cf., p. ej.,
8 64, PolGNW).Sobre la base de sus atribuciones funcionales, un poli-
cía no está autorizado, entonces, a disparar contra un ladrón que huye
con su botín, mientras que una acción de esaíndole -especialmente si,
conla opinión dominante, al art. 2, CEDH, no se le atribuye un signifi-
cado restrictivo del derecho de legítima defensa- puede estar total-
mente justificada por legítima defensa. Esta discrepancia conduce a la
67
La discusión fue generada en elúltimotiempo respecto del ejemplo de una ame-
naza de aplicar tormentos hecha por el ex vice-jefe de policía de Frankfurt Daschner;
LGFrankfurt a. M., NJW, 2005, p. 692. Cf. sobre este complejo de problemas,NKIHer-
zog, $ 32, n.". 59 y 67; Roxin,AT 1,n.". 151103 SS., así como también el compendio
compilado por Gehl,Folter- Zulassiges Instrument im Strafecht? (20051,en cada caso
con amplias referencias.
Cf. BayObLG, JZ, 1991, p. 936; Schonke/Schroder/LencknerF'erron,$ 32, n."
m. 42 a SS., con otras referencias.
69 Cf. Schonke/SchroderíLenckner/Perron,$34, n.". 7 SS., con otras referen-
cias.
Cf. Rachor, en: LiskeníDenninger,Handbuch des Polizeirechts (4.%d., 2007),
n.". F 966, p. 1013, con otras referencias.
3.18 Helmut Frister
l7 Al respecto, d.con mayor detalle, Frister (nota 74),pp. 229 SS., con otras refe-
rencias.
Acercade demostracionessobre elorigenhistórico delaregulación,Frister (no-
ta 741, p. 232, ennota 230 s.
l9 BGHSt, t.39,pp. l33,139;MünchKornmlErb,533,n.". 15;SKIRudolphi,533,
n.". 4, ambos con otras referencias.
80 Cf. BGH, NStZ, 2002, p. 141;SKIRudolphi, 5 33, n.". 2, con otras referencias;
de otro modo, MünchKommlErb, 5 33, n.". 14;NKIHerzog,5 33, n.". 11,ambos con
otras referencias.
Capítulo 16 -Legítima defensay exceso en la legítima defensa 341
A. Presupuestos objetivos
l. Agresión a un bienjurídico
II. Antijuridicidadde la agresión
III. Actualidad de la agresión
Parte de la bibliografia considera superfluo este requisito (n.". 16/40)
N. Injerenciaen bienesjurídicos del agresor
B. Presupuestosubjetivo
- Actuar por confusión, temor o pánico (n.". 16/37 y 16139s.)
Siel autorserepresentaunasituacióndehethoenIacualsecumplan lospresupuestosobjetivosdel533,
StGB, la regulación debeser aplicada analógicamente, en contra de lo que dice la opinión dominante
(n.".16/41)
2 - La situación de estado
de necesidad
a ) El peligro
La situación de estado de necesidad, como primer elemento, presu- 2
pone un peligro, es decir, la amenaza objetiva (cf. n.". 14/11) de que
sea afectado un bienjurídico.Al igual que en la legítima defensa, es su-
ficiente,también en caso de estado de necesidadjustificante, la puesta
en peligro de cualquier bien jurídico individual. La enumeración de de-
terminados bienes jurídicos en el $34, StGB, sólo tiene carácter ejem-
plificativo -tal como se deriva de la formulación "u otro bien jurídi-
co". Dentro de ciertos límites, no definidos con exactitud, según laopi-
nión dominante también fundauna situación de estado de necesidad la
344 Helmut Frister
nero sólo puede evitar un grave daño de su costoso vehículo, que derra-
pa hacia una zanja, descargando en un fundo ajeno una carga que pue-
de calificarse como residuo en el sentido del § 326,I, n.", StGB13,se
plantea la cuestión de si, al analizar la justificación del trato no permi-
tido con residuos (S 326,I, n.", StGB),debe ser incluido en la pondera-
ción de intereses el interés de la propiedad del dueño del fundo, y, a la
inversa, al analizar la justificación del daño del fundo (8 303,I, StGB),
los peligros contra el medio ambiente que emanan del residuo. Segúnla
concepción de algunos autores, esto no es posible. Dado que la antijuri-
dicidad se refiere, dicen, a la respectiva realización del tipo, del lado de
la injerencia sólo deben ser consideradoslos intereses típicamente pro-
tegidos en cada caso14.
11 Pero el disvalor que anida enla respectiva realización del tipo sólo se
anula, si el saldo de todos los otros intereses comprometidos preponde-
ra esencialmente frente al interés típicamente protegido15. En tanto,
conla realización del tipo, seanmenoscabadosotros intereses no prote-
gidos por el tipo respectivo, éstos no pueden quedar lisa y llanamente
fuera de consideración, sino que deben deducirse como contrapartida
negativa del valor del interés protegido por la realización del tipo. Si el
daño del camión puede ser evitado dándole al cargamentoun trato que
resulte peligroso para el medio ambiente, pero, de todos modos, sólo al
precio de un daño igualmente grave de la propiedad ajena, no hay nin-
guna razón para permitir la lesión del interés al medio ambiente típi-
camente protegido. Por ello, en un caso así, el trato no permitido con re-
siduos (§ 326,I, n.", StGB)no está justificado por estado de necesidad,
aun cuando el interés en evitar el daño del camión, considerado por sí
mismo, preponderase esencialmente frente a la puesta en peligro del
medio ambiente.
gos fundamentadospor esa acción.Lo que hay que ponderar entre sí son,
por unlado, las chances de salvamento de los bienesjurídicos amenaza-
dos contenidas en la acción típica y, por otro, el riesgo de lesión de bienes
jurídicos creado por esa acción. El peso de tales partidas de la pondera-
ción está determinadopor el valor de los respectivos bienesjurídicos,
la medida del menoscabo que amenaza producirse en esos bienesju-
rídicos (la pérdida de una pierna es de mayor peso, p. ej., que una esco-
riación en la piel), el grado de los peligros que los amenazan y también
el grado de aptitud para conjurar el peligro. Si un daño que amenaza
producirse con seguridadsólo ~osiblementeserá evitado por la acción de
Salvamento,el interés en ejecitar la acción de salvamentó es menor que
si la acción conservase con seguridad al bien jurídico amenazado.
Entre los criteriosmencionados no hay un orden dejerarquía defini- 13
do. Aun la puesta en peligro de un bien jurídico de alto valor puede es-
tar justificada por estado de necesidad, si la medida del menoscabo que
lo amenaza o el grado del peligro que lo amenaza es correspondiente-
mente menor. Así, una conducción en estado de ebriedad que sea nece-
saria para trasladar a alguien a un hospital puede estar justificada por
estado de necesidad. aun cuando exista "sólo" el ~elimode un menos-
cabo grave de su intégridad corporal. En un caso &í,2interés de la sa-
lud prepondera esencialmentefrente al interés en la vida de los demás
participantes del tránsito puesto en peligro por la conducción en esta-
do de ebriedad, porque el grado del peligro, es decir, la probabilidad de
que efectivamentese llegue a lamuerte de otros participantes del trán-
sito es relativamente menor. Por ello, la declaración que se halla con
frecuencia en la bibliografía de que las acciones de homicidio no se po-
drían justificar, en principio, por un estado de necesidad agresivo16,no
es acertada con esa generalidad. Si en el ejemplo mencionado llegara a
producirse un accidente fatal, el homicidio cometido por la conducción
en estado de ebriedad estaría justificado por estado de necesidad (al
respecto, cf. ya n.". 1414).
Al respecto, d.la sentencia del caso resuelto en BverfG, sobre la Ley de Seguri-
dadAérea, NJW,2006, pp. 751 SS., esp. pp. 759s.;Dreier, JZ, 2007, pp. 261,265 SS., con
otras referencias;de otra opinión,MünchKommlErb, 8 34, n.". 119s.;Nmeumann,
8 34, n.". 77; Ladiges, ZIS, 2008, pp. 129,135SS.;Hornle, Henberg-FS, pp. 555,570,
quien argumenta sobre la base de que los pasajeros, en un caso así, de todos modos es-
tarían perdidos. Enla bibliografia reciente se halla además la concepción de que enra-
zón de la inclusiónespacialde los pasajeros enla fuente de peligro, habríaunestado de
necesidad defensivo (Gropp, GA, 2006, pp. 284 SS.;Kohler, Schroeder-FS,pp. 257 SS.;
Hirsch, Küper-FS,pp. 149 SS.;Rogall, NStZ, 2008, pp. 1 , 3s.); en contra, pero de modo
convincente,cf. Merkel, JZ, 2007, pp. 373,383 SS.;Ladiges, ZIS, 2008, pp. 129,130s.
l9 Críticamente,Mitsch, Weber-FS,pp. 61 SS., quien sin embargo llega a m a con-
secuencia similar, por vía de la cláusula de adecuación.
20 BGH,NJW,1953,p.513;OGHSt,t.l,p.32l;t.2,p.117.
21 Diferenciándose de esa solución, en casos de esta índole una parte de la biblio-
grafia (d.,p. ej., Fischer, 8 34, n.". 16)niega no ya el elemento de la preponderancia
esencial, sino recién10adecuado del medio, según el 8 34,2.%ración, StGB. Esta clasi-
ficación dogmática divergente carece de importancia en lo sustancial.
Capítulo 17- Estado de necesidadjustificante 351
para salvar a quien está lesionado con peligro para su vida, ya no está
abarcadapor la obligaciónde ser solidarioconlos demás hombresz2.Con
todo, yo no puedo compartir esta valoración. Una donación de sangre se
les puede exigir perfectamente a los hombres, para salvar la vida de sus
congéneres, según el O 323c, StGB, de modo que en este caso la prepon-
derancia debe ser considerada esencial y estará justificado el extraer
sangre necesaria para aventar un peligro actual contra la vida, sin con-
sentimiento del afectado, según el § 34, StGBz3.
29
Wessels/Beulke,AT, n.". 443,con otras referencias.
30
Así, con razón, Jakobs, A?",n.". 13/14,con otras referencias.
De otro modo, Roxin,AT1,n.". 16/68 s., quien consideranecesarias restric-
ciones en esa medida adicionales.
32 Así, empero, aparentemente, NKINeumann, 8 34,n.". 55.
354 Helmut Frister
34 Hruschka, AT, pp. 176 SS.;NKINeumann, # 34, n.". 86, con otras referen-
cias.
35 Alrespecto, d., conmayor detalle,Pawlik,Jura, 2002, pp. 26,27 SS.;de modo si-
milar, Kohler, Schroeder-FS, pp. 257,260 SS.
36 Cf. la exposición de Denninger, en: LiskenDenninger, Handbuch des Polizei-
rechts (4.%d., 2007),n.". E 77 SS.,con otras referencias.
37 Cf. Denninger (nota 361, n.". E 69 SS.,con otras referencias.
356 Helmut Frister
la legítima defensa (cf. n.". 16/19 s.& sólo según las reglas del esta-
do de necesidad agresivo.
d ) Adecuación
En contraposición a la regulación más moderna del $ 34, StGB, el 30
$228, BGB, no prevé explícitamente -como tampoco el $ 904, BGB-
que el hecho tenga que ser un medio adecuado para repeler el peligro.
De todos modos, en el estado de necesidad defensivo se debe respetar la
función de ordenamiento de competenciasy procedimientos.Así, p. ej.,
si judicialmente se establece que un fundo está gravado con una servi-
dumbre de paso existente ya antes de la creación del registro de la pro-
piedad inmueble y que, por ello, es efectiva, conforme al art. 187,I, l."
oración, EGBGB (Ley Introductoria al Código Civil), sin que se haya
hecho la inscripción en el registro de la propiedad, el propietario del
fundo no podrá impedirle a su vecino por la fuerza pasar por el fundo,
aun cuando tal servidumbre nunca haya existido efectivamente. La
sentenciajudicialsólo puede ser atacada conlosremediosjurídicos pre-
vistos. Si no se puede lograr una modificación por esa vía, el paso por el
fundo, mal o bien, tendrá que ser tolerado.
El esquema rige, en losustancial, para el 5 228, BGB. El stado denecesidad defensivogeneral se puedebasar
en una aplicación analógica deesa regulación. Sin embargo, según la opinión dominante, noesuna causa de
justificación autónoma. Según ella, la responsabilidad objetiva del lesionado por el peligroa repelersedebe
consideraren el marcodel 5 34, StGB, comointerbadicional, al realizar la ponderación (d.n.". 17/21),
b) Incapacidad de culpabilidad
por perturbaciones psíquicas
3 La afectación de la capacidad de culpabilidad por perturbaciones
psíquicas está regulada por los $4 20 y 21, StGB. Para la constatación
de laincapacidad de culpabilidad ($ 20, StGB)o bien de la capacidad de
culpabilidad disminuida ($ 21, StGB)aquéllos prevén un procedimien-
to de dos grados. Primeramente eljuez tiene que constatar si concurrió
una de las perturbaciones psíquicas mencionadas en la ley y, luego, en
un semndo Daso. tiene aue resolver si en razón de esa ~erturbaciónfal-
tó la iapaciiad de culpibilidado bien si ésta estaba dhminuida de mo-
do considerable. En caso de que haya faltado la capacidad de culpabili-
dad, se excluye, como es natural, una punición. El autor actúa sin cul-
pabilidad, de modo que contra él pueden ser impuestas, en todo caso,
medidas de corrección y seguridad para evitar delitos futuros (cf. n."
m. 6/22 SS.). En cambio, en caso de considerable disminuciónde la capa-
cidad de culpabilidad,el autor actúa de modo culpable, y, por ello, no só-
lo puede ser gravado con medidas de corrección y seguridad, sino tam-
Al respecto, d.con mayor detalle, Frister, MschrKrim, 1994, pp. 316,317, con
otras referencias.
l6 Cf., p. ej., la definición de la capacidad de prestar el consentimiento como capa-
cidad "de reconocer el alcance del consentimiento y ponderar los pros y contras de mo-
do sensato" (BGHSt, t. 4,pp. 88,90;t. 12,pp. 379,382).
Cf., p. ej., la definición de la capacidad de celebrar actosjuridicos como capaci-
dad de "hacer depender sus decisiones de ponderaciones razonables" (Heinrichs, en:
Palandt, BGB [6?.%d., 20081,$104, BGB, ñ.". 5, con otras referencias).
370 Helmut Frister
20
Unaformacióndelavoluntadsensatarequiere,junto ala capacidad de tener un
conocimientodiferenciadodelmundo,tambiénla capacidad -perturbada, p. ej., enlas
enfermedadespsicóticas- de referir lo conocido también a la propia persona y confe-
rirle a ello significado positivo, negativo o neutral; al respecto, conmayor detalle,Fris-
ter (nota 3),pp. 1281132,con otras referencias.
21
Cf. LKISchoch, 8 20, n.". 12 s.; MünchKommlStreng,8 20, n.". 50; Schon-
ke/SchroderíLenckner/Perron, 8 20, n.". 4, con otras referencias.
22 Fundamental, BGHSt, t. 21, pp. 27,28.
23 Sobre la totalidad, detalladamente,cf. Frister (nota 31, pp. 199 SS.
372 Helmut Frister
29 Esto no es puesto en duda incluso por la Sala 3.Vel BGH, que quiere denegar
en general una atenuación de la pena por capacidad de culpabilidad disminuida en ca-
sos de ebriedad por culpa propia (alrespecto, nota 4) -6. las explicaciones en BGH,
NJW,2003, pp. 2394,2396.
30 En profundidad, cf. Hruschka, JZ, 1996,pp. 64 SS. y 1997,pp. 22 SS., con otras
referencias.
Cf. MünchKommlStreng, 5 20, n.". 128 SS., con otras referencias.
32 Hanido reconociendo esto cada vezmás, entretanto, los propios defensores del
modelo dela excepción,y exigen por ello un anclaje expreso de estemodelo enla ley (cf.,
p. ej., Hruschka, JZ, 1996,pp.64,67ss. y 1997,pp. 22,24).Perotampocoestoseríauna
solución adecuada del problema -tal como lo ha explicado convincentementeDeiters,
en: FristerISchneider (comp.),Alkoholund Schuldfahigkeit (20021,pp. 121,137 SS.-.
374 Helmut Frister
35
Alrespecto,d.Deiters (nota 321, pp. 121,128,con referencias.
36 Alrespecto,d.en profundidad, Deiters (nota 321, pp. 121,133ss.
376 Helmut Frister
C) Resultado y consecuencias
Como saldo, por ello, no son consistentes las objeciones formuladas 24
en la bibliografía contra la punibilidad de la actio libera in causa en los
delitos de resultado40.En todo caso, quien, en conocimiento de suinmi-
nente incapacidad de culpabilidad41,pone una causa para la posterior
producción del resultado típico, realiza ya por medio de esta conducta
-si el resultado se produce efectivamente- tanto el tipo objetivo como
también el subjetivo del delito respectivo. Según que él haya puesto la
causa por medio de un hacer activo o por mera omisión será punible o
bien por un delito de comisión doloso o por un delito impropio de omi-
sión doloso (S 13, StGB).No obstante, ambas alternativas presuponen
que el autor, al realizar su conducta típica en estado de capacidad de
culpabilidad,tuviese dolo tanto respecto del hecho cometido en estado
de incapacidad de c~lpabilidad~~, como también respecto de la inmi-
nente producción de su incapacidad de culpabilidad. Si el autor sola-
mente habría podido reconocer el hecho cometido en estado de incapa-
cidad de culpabilidad o la inminente producción de su incapacidad de
culpabilidad,sólo entra en consideraciónuna punibilidad por un delito
impr~dente~~.
en el caso de mera impmdencia se puede hablar de una actio libera in causa. Muchas
veces se encuentra la formulación de que en el delito imprudente no haría faltala actio
libera in causa, porque allílapunibilidad ya resulta de k aplicación de las reglas gene-
rales (BGHSt,t. 42, pp. 235,236 s., con otrasreferencias). No obstante, esto no es dis-
tinto en el delito doloso. Tampoco en él la actio libera in causa es un principio jm'dico
que fundamente la punibilidad, sino la denominaciónpara determinada constelación
de casos enlos que la punibilidad se da segúnlas reglas generales. Por ello, sólo aporta
confusión renunciar a esa denominación de modo especial en el delito imprudente.
378 Helmut Frister
Al respecto, d.en profundidad, Roxin, AT 1,n.". 21/29 a 34, con otras refe-
rencias: d.tambiénlas restricciones de otra naturaleza aue se hallan en MünchKomml
~oecks,i 17,n.". 24;NKINeumann,8 17,n.". 34;~I&udol~hi, 8 17,n.". 13 s.
l3 Puppe, FS-Rudolphi,pp. 231,236;Stratenwerth/Kuhlen,ATl, n.". 10184;en
esa medida de otra opinión, Roxin,AT 1,n.". 21/30.
l4 Alrespecto, cf. la exposiciónque se hallaenNKINeumann, 9 1 7 , n . k .86ss., con
otras referencias.
Cf. BGH, NStZ, 2000, PP. 307,309,con otras referencias.
Capítulo 19 -Laposibilidad de comprender el ilícito 383
l6 SK'Rudolphi,5 17,n.%.32.
l7 BGH, NWZ, 2000, pp. 307,309, con otrasreferencias.
22
Segúnla concepción delTribunal Supremo Federal, el que indaga sobre la mes-
tión debe revisar si la información se basa en un análisis arofundo v cuidadoso de la si-
tuación jurídica y si está regido por el necesario conocihiento timico (BGH, NStZ,
2000, pp. 307,309, con otras referencias).Con esta fórmula, como regla general, se es-
taría haciendo una sobre-exigencia.
23 Al respecto, con mayor detalle 6.Roxin,AT1,n.". 21/62 a 68, con otras refe-
rencias.
Capítulo 19 -Laposibilidad de comprender el ilícito 385
tonces, por unlado, aun sin haber hecho una objeción,lo que importa es
el conocimiento no sólo de la antijuridicidad, sino también de la punibi-
lidad de la conductaz7.Por otro lado, al autor se le puede reprochar que
haga una valoración jurídica errónea, sólo si habría podido evitarla de
modo especialmente simple. Ambas modiñcaciones s$en a la capaci-
dad de funcionamiento de las estructuras jerárquicas. Estas deben sal-
vaguardar que los funcionarios de ejecución puedan acatar órdenes sin
tener que reflexionar antes largamente acerca de si su obrar se adecua a
Derecho.
4 Existenciade un errordepmhibición
Se excluye la culpabilidad
según el 5 17.1, StGB
de la pena según el 5 17,11, StGB
to explicala regulación del $ 35, StGB. Por ello, un hecho cometidoen es-
tado de necesidad exculpante no merece reproche, porque al autor mis-
mo, como afectado no puede exi&sele se decida en contra
de la salvaguarda del interés existencial puesto en peligrolo.
tre sí mismo y los otros" (Schopenhauer,Über die Grundlage úer Moral, en: Samtliche
Werke, t. 3 [ed. de 20031, pp. 629,803).
Al respecto, en profundidad, Frister (nota 5), pp. 153 SS. y 210 SS.;asimismo,
H o d e , Tieúemann-FS,pp. 325,342.
Al respecto, en las particularidades, 6.MünchKommlMüssig,5 35, n.". 25;
SKIRudolphi, 8 35, n.". 8; Schonke/Schroder¡Lenckner/Perron, 8 35, n.". 618, con
otras referencias; críticamente,NKINeumann, 8 35, n.". 9.
BGH, NJW, 1979,pp.2053 s.
Capítulo20- La exigibilidad 391
b) Requisitos sustanciales
10 Por lo demás, las exigencias generales a la acción que repele el peli-
gro parecen agotarse, en el 35, StGB, en que el peligro no pueda ser
evitado de otra forma, en correspondencia con la formulación del 34,
StGB, es decir, que la acción típica tiene que ser, primero, un medio
apropiado y, segundo, el medio menos lesivo para conjurarlo (cf. n.".
1717 s.). Según el 8 35,I, l.%ración, StGB, no interesa la relación valo-
rativa entre el bien jurídico puesto en peligro y el afectado por la acción
que lo repele. Pero en ese sentido también debe ser observado el 35,I,
2.%ración, StGB. Esta regulación fundamenta no sólo deberes espe-
C) Otros casos
En contra de una difundida concepciónz5,un derecho legal a ejercer 14
una injerencia no es una relaciónjurídica especialz6,pero de todos mo-
dos-enrazón de que los casos mencionados en el 4 35,I, 2.%ración, 1."
parte, StGB, sólo constituyen ejemplos-, puede fundamentar un de-
ber especial de soportar el peligro. Pero esto presupone que el derecho
respectivo -a diferencia de lo que ocurre, p. ej., en la legítima defensa
(cf. n.". 2017)- obligue también al afectado mismo a decidirse en fa-
vor de soportar la injerencia. Tal obligación está dada, especialmente,
por la imposición de una pena privativa de libertad, porque al ordena-
miento jurídico le interesa aquí, precisamente, que el condenado pa-
dezca como un mal la privación de libertad (cf. n.". 111).Pero aun en
otras formas de privación de libertad estatal hay que admitir, en prin-
cipio, un tal deber de soportar la injerencia, en aras de la capacidad de
funcionamiento de las institucionesrespectivas.Así, p. ej., si a quienes
se hallan en prisión preventiva se les pudiera impedir exclusivamente
mediante coacciónfísica directaliberarsede la prisiónconviolenciapor
medio de delitos, no sería posible una conformación en cierta medida
humana de la privación de libertad. Por ello, también ellos están obli-
gados por el ordenamiento jurídico a decidirse en contra de la comisión
de delitos de esa índole, haciendo caso omiso del menoscabo existencia1
a su libertad.
Aun en caso de una privación de libertad sustancialmente injustifi- 15
cada, los delitoscometidospara recuperar lalibertad no están, como re-
gla general, exculpados.Al que está en prisión le es exigible, en princi-
23
Así, a modo de ejemplo, en lugar de muchos: LKIZieschang, § 35, n.". 56;
Schonke/Schroder/Lenckner/Pe1~on, 8 35, n.%. 25; Fischer, 35, n.". 12, respectiva-
mente con otras referencias.
24 Sobre el sentido de esta regulación, muchas veces criticada, d.Frister (nota 51,
p. 214, nota 158, con referencias.
Cf.,p. ej., MünchKommiMüssig,8 35, n.". 66, con otrasreferencias.
26 LKIZieschang,8 35, n.". 53; al respecto, cf. con mayor detalle Frister (nota 5),
p. 215, nota 159, con referencias.
396 Helmut Frister
aplicable el $35, StGB. Dado que el disvalor del acontecer existe com-
pletamente, en un caso así el soldado sería punible no sólo por una me-
ra tentativa, sino por un delito consumado.
b ) El e r r o r sobre e l t i p o exculpante
Si, alainversa, el soldadohaintervenidoen el fusilamiento en razón 17
de que creyó que sería fusilado él mismo en caso de rehusarse a partici-
par, pero enverdad ese peligro no existía, existe un así llamado error so-
bre el tipo exculpante.El autor se ha representado circunstancias que
si se hubieran dado lo habrían exculpado conforme al $ 35,I, StGB. El
error sobre el tipo exculpante es un error de estructura comparable al
error sobre el tipo permisivo (cf. n.". 14/29 SS.),pero tiene consecuen-
ciasjurídicas distintas, en razón de la regulación -cuestionable desde
el punto de vista de la política jurídicaz9- del $ 35,II, StGB.Aunque el
dolo del autor, en caso de que exista un error sobre el tipo exculpante,no
está dirigido a decidirse de manera distinta a lo que el ordenamientoju-
rídico exige de él como afectado personal, tal error, al igual que el error
de prohibición, excluye la punición aun por un delito doloso, sólo si el au-
tor no pudo evitar el error (8 35,II, l.%ración, StGB).En caso de evita-
" Cf. Schonke/SchroderLenckner.obs. rel liminar a 84 " " 32 SS.. n.". 116 s.. con
otras referencias. En la jurisprudencia el problema de una comunidad de peligros ha
aparecidohasta ahora sólo aljuzgar sobre la uunibilidad de los médicos aue habían en-
tregado a pacientes discapacka&s a los nacibnal-socialistas,para su muerte (6.yan."
m. 17/14).Ellos se defendieron,en parte, conla añrmación de que la deportación de al-
gunos pacientes había sido necesaria para evitar la muerte de todos. Pero esto no fue
reconocido como exculpación(BGH,NJW, 1953,p. 513; OGHSt, t. 1,p. 321; t. 2, p. 117).
45 Cf., p. ej., Otto, Pflichtenkollision und Rechtswidrigkitsurteil (1978), p. 109;
para el caso caracterizado como comunidad de peligro asimétrica, en el que el monta-
ñista muerto en ningún caso habría podido ser salvado, en el mismo sentido, Münch
KornrnlErb, 8 34, n.". 11%NKINeumann, 8 34, n.". 76 s.
404 Helmut Frister
Una embriamiez en el sentido del S 323a. WGB. está dada. semuila ouinión do-
minante, recién cuando el autor al menogha alcanzado con segu&did el ámbito de la
capacidad disminuida: al respecto. cf. Schonke/Schroder/Cramer/Stember~-Lieben.
5 323a, n.". 8 s.;~encker,~ ~ , ? 9 8pp.4 ; 453,457SS., encada caso con otras regrencias;
también sobre concepciones divergentes.
Cf. las cifras y referencias en SchalastLeygraf, en: FristerISchneider (comp.),
Alkohol und Schuldfahigkeit(20021,pp. 181,182.
Al respecto, 6. con mayor detalle, BGHW, t. 16, pp. 124,125 s.; Dencker, JZ,
1984,pp. 453,460.
l1 Sobre las numerosas contradiccionesinternas del 8 323a, WGB, Renzikowski,
en: FristerISchneider (comp.),Alkohol und Schuldfahigkeit (2002),pp. 139 SS., con
otras referencias.
410 Helmut Frister
Así, con razón, Schonke/Schroder/Stree,8 258, n.%. 39, con otras referencias.
l9 Cf., p. ej., Roxin,ATl,n.". 221140 s., con otrasreferencias.
20 LKISchmid, previo a 8 77, n.". 7; NKILemke, previo a 8 77, n.". 8; Schonkel
SchroderIStreelSternberg-Lieben,8 77, n.". 8 s., todos con referencias.
21 Al respecto, cf. SKIRudolphilWolter,8 77, n.". 8, que, por ello, le asignan una
doble naturaleza a la exigencia de instancia.
Capítulo21 -Otrospresupuestos de lapunibilidad 413
24 Cf., p. ej., v. Stackelberg,Bockelmann-FS, pp. 759, 764 s., con otras referen-
cias.
25 BGHSt, t. 2, pp. 300,306 SS.;BVerfGE, t. 25, pp. 269,287.
26 Cf., p. ej., SKIRudolphilWolter,previo a 8 78, n.". 10, con otras referencias.
Capítulo21 -Otrospresupuestos de lapunibilidad 415
2 - Prescripción de la ejecución
21 También la ejecución de una sentencia pasada en autoridad de cosa
juzgada está sujeta, como regla general, a prescripción.Aexcepción de
las penas privativas de libertad perpetuas ($ 79,II, StGB)y de la dispo-
sición de una custodia de seguridad ($ 79, IV, l.%ración, StGB),las pe-
nas y medidas de seguridad tienen que ser ejecutadas dentro de deter-
minados plazos después de que la sentencia pasa en autoridad de cosa
juzgada ($ 79,I, StGB). Esta llamada prescripción de la ejecución se
puede explicar sólo con la idea de la teoría jurídico-material de la pres-
cripción. Puede ser basada en que la paz jurídica perturbada por la co-
misión del hecho se restablece por sí misma con el curso del tiempo y ya
no hace falta una eiecución de la sentencia condenatoria. Formalmen-
te, de todos modos,ia prescripciónde la ejecución no es una causa de ex-
clusión de la pena, sino un impedimento para la ejecución. La extensión
del plazo de depende de la intensidad de la pena impuesta
($ 79,111, StGB).En tanto la pena no pueda ser ejecutada por razones
jurídicas, la prescripción se suspende ($ 79a, StGB).Si el condenado se
ha ido a un país que no lo extradita, el plazo de prescripción puede ser
prolongado por una vez hasta un plazo y medio ($ 79b, StGB).
33Según el 8 42 del Código Penal austríaco,un hecho conminado con una pena no
mayor a tres años de privación de libertad (según el Código Penal austríaco esto es así
también en el hurto, 6.$8 126,127, OS~GB) "no es punible, si l.la culpabilidad del au-
tor esleve;2. el hecho no ha tenido consecuencias o sólo ha tenido consecuencias no sig-
nificativas, o bien, en tanto el autor al menos se haya esforzado seriamente en pos de
que, en lo esencial,las consecuencias del hecho hayan sido eliminadas, hayan sido re-
parado los daños o hayan sido compensados; y 3. una punición no sea imperiosa para
hacer abstener al autor de acciones punibles o bien para contrarrestar la comisión de
acciones punibles por parte de otros".
Capítulo21 -Otrospresupuestos de lapunibilidad 419
.............................................................
D. Culpabilidad(n.". 7/12)
l. Capacidad deculpabilidad (n.". 18/1SS.)
II. Posibilidad de comprensión del iIícito(n.%.l911 SS.)
III. Exigibilidad(n.%. 16/37ss., 17133s.. 2011 SS.)
E. Resultado: Respuesta a la cuestión desubsunción
D. Culpabilidad
l. Capacidaddeculpabilidad
II. Posibilidad de la comprensióndel ilícito(n.%.l9/6)
III. Exigibilidad (n.". 20123s.)
E. Resultado: Respuesta a la cuestión desubsunción
Lecturasrecomendadas:BGHSt,t. 16,pp. 124126(contenidode ilícito del
delito de embriaguez plena);t. 41, pp. 72/94 (no hay prescripción en el asesi-
nato).
Parte Cuarta
Formas delictivas eseeciales
Capítulo 22
El delito de omisión
* Nota de fiaducción:
El5 13, WGB, reza:
5 13. Comisiónpor omisión.
1) Quien omite impedir un resultado que integra el tipo de una leypenalserápena-
do según esa ley, sólo cuando tenga que velar jurídicamente por que no sepro-
duzca el resultado y cuando la omisión sea equivalente a la realización del tipo
legal mediante un comportamiento activo.
2 ) La pena podrá ser atenuada según el 849,párr. 1.
Por su parte, el 8 221, StGB, que tiene una regulación legal diferente desde 1998
-mes la semnda variante. aue antes era la de "abandonar". se interuretaba mavor-
mente comoIdesplazamient~f~ico,mientras que ahora bastaelmerode$r ensituahón
de necesidad, con desplazamiento o sin él, realizaría ya el tipo- puede dar lugar a diñ-
d t a d e s de distincióñ entre este delito de peligro (adémás,calificado por resatados) y
los delitos de lesión correspondientes,cometidos directamente: homicidio, lesiones. El
5 221, StGB reza:
5221. Exposición abandonol. l.
1) Serápenado conpenaprivativa de libertad de tres meses a cinco años el que a
unapersona:
1. ~usiereen situación de desamaaro. o bien
2. dejare enlaestacada, en una s'ituación de desamparo, apesarde tenerla a su
cuidadooouepor otra razón estéobligadoa darle asistencia, -yporesta
- vía la
expusiere al de muerte o grave daño a la salud.
424 Helmut Frister
sión cumple el tipo del respectivo delito, si, primero, el omitente tiene
que velar jun'dicamente por que no se produzca el resultado,y, segundo,
la omisión de impedir el resultado es equivalente a la realización del ti-
po mediante un comportamiento activo.
2 El primero de esos dos requisitos, la llamada posición de garante,
se explica a partir del hecho de que el mero omitir impedir un resulta-
do no es una injerencia en la esfera de derechos ajena. Verdad es que
en caso de que sea inminente una lesión de bienesjurídicos importan-
tes, cualquiera está obligado a prestar auxilio ($$ 138,323c,StGB).Pe-
ro la lesión de ese deber de solidaridad es un ilícito distinto y mucho
menos grave que la causación activa de una lesión del bien jurídico.
Aquel tercero ajeno al hecho que al pasar como transeúnte al lado de
una persona lesionada con peligro para suvida por una punzada de cu-
chillo no le presta el auxilio necesario, no es responsable de su muerte
del mismo modo en que lo es el que dio la punzada por sí mismo. Una
equiparación al menos aproximada de la omisión con una acción posi-
tiva sólo se justifica si el omitente tiene una obligación especial de im-
pedir el resultado típico, que vayamás allá del deber de solidaridadge-
neral. Una obligación tal se puede derivar a partir de la responsabili-
dad por el origen del peligro que amenaza producirse o de estar al cui-
dado de bienes jurídicos amenazados. En el primer caso mencionado
se habla de una posición de garante de control, en el último caso, de
protección1.
Esta regla general se aplica las más de las veces de modo intuitivo y
raramente se la formula expresamente. Una discusión profunda sobre
la delimitación entre actuar y omitir respecto de movimientos por ma-
quinarias se halla tan sólo en la cuestión de si la interrupción de medi-
das que mantienen en vida a una persona hecha con consentimiento o
consentimiento presunto del paciente debe ser valorada como eutana-
sia activa o pasiva13.Ladelimitación entre actuar y omitir es en este ca-
so especialmente importante, porque la eutanasia activa, como regla
general, está prohibida por el § 216, StGB (cf. n.". 13/4), mientras
que, en cambio, la eutanasia pasiva está permitida, en principio, por
ser inadmisible un tratamiento coactivo (cf.n.". 22/50).A~licando
. la
regla expuesta, la teoría dominante valora con razón, p. ej., la desco-
nexión de un aparato que mantiene el sistema circulatorioy respirato-
rio, hecha por el médico que rige el tratamiento, como omisión de conti-
nuar el tratamiento14.Ala inversa, la continuación de un tratamiento
médico debe ser valorada como acción, aun cuando ya no haga falta nin-
gún movimiento corporal ulterior del médico. Aquel que, como médico,
contra lavoluntaddel paciente, no pone fin a un tratamiento que trans-
curre automáticamente realizando el tipo de lesión corporal, comete
una lesión corporal por medio de un hacer activo -no de otra forma que
como lo hace el conductor que no detiene su vehículo cuando es inmi-
nente un accidente-.
el foso aun sin que hubiera sido retirada la escalera habría seguido pri-
vado de libertad, sólo entra en consideraciónuna privación de libertad
por omisión ($8 239,13, StGB).En tanto falte una posición de garante
necesaria para esto, el autor sólo será punible por omisión de prestar
auxilio (4 323c, StGB*). Pero la situación es distinta si la escalera de
cuerdas ya había caído tan abajo como para que el caído en el foso hu-
biese podido alcanzarla si el autor no la hubiera retirado rápidamente.
En un caso así, el retirar la escalera de cuerdas causa la posterior pri-
vación de libertad, de modo que el autor es punible por privación de li-
bertadmediante un hacer positivo ($ 239, StGB).
3 - La comisión de delitos
de omisión mediante un hacerpositivo
Rigen reglas particulares cuando una acción impide medidas de sal- 14
vamento ~ r o ~ idela sautorz0.ElSribunal Su~remo Federal tuvo auere-
solver so6re fa punibilidad de una madre quehabía dejado sola, e; la vi-
vienda, a su hija de tres años, por mucho tiempo. En razón de que la hi-
ja -quien ya antes, en un momento en que no era observada, había
prendido la hornalla eléctrica- puso en funcionamiento nuevamente
la hornalla, se produjo un incendio en la cocina, en el que murió la ni-
ñaZ1.Si la madre hubiera estado en la casa, habría evitado el suceso fa-
tal conuna probabilidadlindanteconla seguridad. En esamedida, cau-
só la muerte de su hija cuando se fue de la viviendazz.Dado que la hija
habría sido salvada sólo mediante una acción de la madre, se da, asi-
mismo, sólo el ilícito de un delito de omisión. Esto no tiene nada que ver
* Nota de Daducción:
El 8 323c, StGB, de algún modo correspondiente al art. 108 del Cód. Penal argenti-
no, reza:
6323
" c. Omisión de wrestar awilio.
Quien nopresta auxilio en casos de infortunio,peligro común o necesidad, aunque
eso fuese necesario Y le fuera exigible dadas las circunstancias, esnecialmente si le es no-
sible sin unpeligro~ro~ioconsi;derable y sin lesionar otros deberes importantes, serápe-
nado conpenaprivativa de libertad de hasta un año o conpena de multa.
20 Alrespecto, d., en profundidad, Struensee, StreelWessels-FS, pp. 133,146 SS.;
Merkel, Herzberg-FS, pp. 193,199 S S .
21 BGH, NStZ, 1999, PP. 607 s.; al respecto, cf.Puppe,AT2, n.". 4611 S S .
22 Por ello, es impreciso negar ya la causalidad de la acción respecto delresultado
producido, en caso de una omissio libera i n causa; así, empero, para el caso concreto,
Roxin,AT2, n.". 31/89y, en general, Struensee, StreelWessels-FS,pp. 133,146 s., con
otras referencias.
432 Helmut Frister
23 Así, empero, BGH, NSU, 1999,p. 607. La sentenciadejaen manos del tribunal
del hecho resolver, mediante una "apreciaciónvalorativa", si e1"punto neurálgico de la
conducta de la autoranresideen que la madre haya abandonadola vivienda o en que ha-
ya omitido hacer otra inspección de la hornalla o bien cuidar de asegurarla mediante
un procedimiento técnico.
24 Puppe,ATB,n.". 4617.
25 Cf. Wessels¡Beulke,AT, n.". 708, con otras referencias.
Capítulo22 -El delito de omisión 433
2 - La causalidad de la omisión
En la doctrina se discute desde hace mucho tiempo la cuestión de si 18
la omisión puede ser causal de un resultado típico en el verdadero sen-
tido de la palabraz7.En razón de que de una omisión no surge ninguna
fuerza, una parte de la doctrina quiere hablar aquí sólo de una "causa-
lidad hipotética" o de "cuasi-causalidad", la que, sin embargo, funda-
mentaría la imputación del resultado típico de la misma forma que la
causalidad del delito de comisiónz8.Con prescindencia de esta discu-
sión sólo terminológica, la relación lógica entre la conducta típica y el
resultado se debe determinar, en el delito de omisión, del mismo modo
que en el delito de comisión. Al igual que la acción típica (cf. n.". 915
SS.),también una omisión típica tiene que ser una condicio sine qua
26 Al respecto, con otros ejemplos, d. Roxin, AT2, n.". 311103 SS.;Frister, JR,
1998,pp. 63 s.
27 Cf. no hace mucho tiempo, aún Spendel,Herzberg-FS, pp. 247 SS., con otras re-
ferencias.
28 Cf., p. ej., Jakobs,AT,n.". 29/15 5s.; en contra, conrazón,NKmuppe,previo al
13,n.". 118s., con otras referencias.
434 Helmut Frister
29 BGHSt, t. 6, pp. 1s.; t. 37, pp. 106,126s., con otras referencias;la doctrina apli-
ca también aquí, en general, el concepto de condición ajustada a una ley (d., p. ej., Ro-
xin,AT2, n.". 31/39 SS., con otras referencias).
30 Sobre este paralelismo, en forma instructiva cf. Puppe, AT 2, n.". 4811 SS.,
quien, sin embargo, sobre la base de su diferente deñnición conceptual de causalidad
en losdelitos de c;&sión, llega, como es natural, a otras consecueñcias.
Cavítulo22 -El delito de omisión 4.15
perro está a punto de saltar hacia un ciclista, su dueño tiene que rete-
ner al perro con la correa. Si algunas piezas del tejado de una casa es-
tán flojas, el propietario tiene que hacerlas reparar y hasta que eso se
lleve a cabo tendrá que ocuparse de que las tejas no puedan caer en la
cabeza de un transeúnte, eventualmentecerrando el paso conunvalla-
do. Si los frenos de un automóvil no funcionan,su tenedor está obligado
a impedir que su vehículo sea utilizado. Si un automóvil se queda dete-
nido sobre una autopista, el conductor tiene que reducir el peligro re-
sultante para los vehículos que vengan detrás, colocando un triángulo
de balizas. Si de una fábrica química emanan gases tóxicos como conse-
cuencia del desperfecto de un filtro, su factor está obligado a hacer de-
tener la planta hasta que el problema sea reparado; e t ~ . ~ ~ .
26 Asimismo, el dominio sobre otras personas puede fundamentar una
posición de garante.Así, p. ej., los padres están obligados a vigilar a sus
hijos, de modo tal que no cometan hechos antijurídicos. Pero este deber
de vigilancia existe en tanto los niños sean aún menores de edad. Des-
pués de ello, los padres -aun cuando sus hijos todavía vivan en su ca-
sa- están obligados a impedir sus delitos, a lo sumo, según el fj 323c,
StGB45.Lo mismo vale paralos cónyuges. En razónde que éstos no ejer-
cen ningún dominio entre sí, ninguno de ellos es garante - e n contra de
la antigua j u r i s p r ~ d e n c i ade~que
~ el otro no cometa un delito47.En
cambio, los funcionariosde ejecución penitenciaria son responsables, en
virtud de su poder de dominio, de que los presos que están a su cuidado
no cometan delitos48.El superior de un servicio público tiene la obliga-
ción, en virtud de regulaciones legales expresas (@ 357, StGB; 41,
WStG; 108, SeemG),de impedir delitos de sus subalternos en el ámbi-
to del servicio. Está discutida la cuestión de si rige lo mismo en la eco-
nomía privada, y en qué medida. Pero, preponderantemente, hoy se
acepta en cabeza del director del negocio una posición de garante de im-
pedir delitos de sus trabajadores, vinculados con la empresa49.
guien ha lesionado a otro en el tránsito vial. Dado que cada persona que
toma parte en el tránsito tiene que renunciar, en caso necesario, a sus
derechos de prioridad que resultan de las reglas de tránsito, para evi-
tar una lesión inminente en otra persona que tome parte en el tránsito
($ 1,11,StVO),taleslesiones, como regla general58,son causadas enfor-
ma objetivamente antijurídica. Por ello, contra la jurisprudencia del
Tribunal Supremo Federal59,si el conductor de un automóvil deja que
un transeúnte atropellado por él se desangre sobre la calle -aun cuan-
do a él no le corresponda ninguna culpa en el accidente- es asimismo
punible por un delito de homicidio por omisión.
Existe una conducta previa objetivamente antijurídica, además, 31
cuandoun empresario pone en circulaciónun producto cuyo empleo por
el usuario está ligado a riesgos jurídicamente reprobados, p. ej., un
spray para cueros cuyo empleo conduce a daños del aparato respirato-
rio o un automóvil que vuelca en caso de que se mueva bruscamente el
volante. Por ello, en contra de una concepción muy difundidaG0, en los
casos de la asíllamada responsabilidadjurídico-penal por elproduc-
to, se da un caso de aplicación de la injerencia. Tal como lo estableció
con razón el Tribunal Supremo FederalG1,resulta ya de los presupues-
tos generales, que para que exista una posición de garante no interesa
la cuestión de si el defecto del producto era conocible para el empresa-
rio o no. Dado que de cualquier modo el ponerlo en circulación era obje-
tivamente antijurídico, el empresario tiene que impedir -tan pronto
conozca la falla o pueda conocerla- que se realice el riesgo creado por
él, retirando el producto del mercado. Si omite retirar el producto, cau-
sando por ello la lesión de una persona, es punible por lesión corporal
por omisión ($4 223,13, StGB, o bien $4 229,13, StGB).
58 Sólo ~ u e d ser
e distinto. si el conductor va no tenía suficiente t i e m ~ ocomo Dara
reaccionar a& una infiacción'alas reglas por parte del otro. ~n las consekenciasiem-
pero, aun enun caso así, una posición de garante podría derivarse de laideajurídica del
la tareade prevenir a otros del riesgo de caídade las tejas del techo, has-
ta que el propietario de la casa consiga los elementos para el necesario
cierre de la acera, es responsable, como garante, de cumplir esta fun-
ción de control. Si él no le advierte a un peatón y éste llega a sufrir un
daño, será punible por lesión corporal por omisión. Lo mismo rige si al-
guien, después de un accidente de tránsito con graves lesionados, le di-
ce a otras personas dispuestas a buscar auxilio que él se hará cargo de
llamar a una ambulancia. En tanto él posteriormente lo piense de otra
formaT0y no llame ala ambulancia, tendrá que responder, como garan-
te, de las consecuenciasque resultan de ello, es decir, será punible, da-
do el caso, por delito de lesión corporal o de homicidio por omisión.
36 La asunción del control de una fuente de peligro existe aun cuando el
obligado al control requiera, para constatar un peligro, la ayuda de un
técnico en la materia. Así, p. ej., si un mecánico de automóviles se ma-
nifiesta dispuesto a revisar los frenos de un vehículo, asumirá el deber
de seguridad en el tránsito que le atañe al tenedor del vehículo y, even-
tualmente,será punible por homicidio imprudente por omisión ($8 222,
13, StGB),si él no lleva a cabo la revisión completamente y por esta vía
se llega aunaccidente fatalT1.Sin embargo, entales casos, la obligación
del que asume está limitada, en la medida en que la asunción deba pro-
porcionarle al primer responsable sólo las informaciones necesariasT2.
Si, en el caso dado como ejemplo, el tenedor del automóvilrechazalare-
paración de los frenos que se le describe como necesaria, por ser dema-
siado costosa, el mecánico no estará obligado a hacerse cargo por símis-
mo de la reparación.
2 - Garantes deprotección
a) Vínculos familiares
37 Se derivauna posición de garante de protección (cf. n.". 22/2),ante
todo, de determinadasinstituciones del Derecho de familia. En general
Si, desde un inicio, él tenía pensado no llamar ala ambulancia, ya estarán cum-
plidos los requisitos del delito de comisión, de modo que sena superfluo un análisis de
la omisión (cf. n.". 2219 SS.).
Cf. BGHW, t. 52, p. 159,connota de Kiihl, NJW, 2008, p. 1899,y nota de Linde-
mann, ZJS, 2008, pp. 404 SS.
l2 Al respecto, cf. Lindemann, ZJS, 2008, pp. 404,406 s.
Cavítulo22 -El delito de omisión 445
98 Sobre todo esto, cf. Schonke/Schroder/Stree, 8 13,n.". 24, con otras referen-
cias.
99 En profundidad al respecto, d.Rudolphi, NStZ, 1984,pp. 149 SS., con otras re-
ferencias.
loO Cf. BGH, NStZ, 1984,pp. 163s.
lol Cf. BGHW, t. 27, pp. 10 SS.;t. 30, pp. 391,393, y las restantes referencias de
Schonke/Schroder/Stree,8 13,n.". 54.
Capítulo22 -El delito de omisión 451
inscriptas(n.%. 35/37)
1 - Consentimiento y consentimientopresunto
50 Consentimientoy consentimiento presunto tienen, en los delitos de
omisión, en principio, los mismos presupuestos que enlos delitos de co-
'O2
BGH, JZ, 1973, pp. 173 s.; en contra, correctamente, BGH, NStZ, 2000, pp.
414 s.
lo3 Puppe,ATB,n.". 48/23, considera que esto es contradictorio e infiere de allí
que ya objetivamente lo que podría importar es sólo unincremento del riesgo.
Capítulo22 -El delito de omisión 453
2 - Estado de necesidadjustificante
a) El caso normal del estado de necesidad defensivo
En el caso normal de justificación de un delito de omisión por estado 51
de necesidad es a~licable.al ~onderarlos intereses en conflicto.,el Da-
*
rámetro del esta& de necisiiad defensivo. Esto se deriva del hecho de
que impedir el resultado típico afectando a terceros ajenos al conflicto
sólo está permitido si el interés a proteger prepondera esencialmente
sobre el interés afectado (634. StGBl. Por ello. la omisión de im~edirel
resultado tiene que esta*;ustificadá, por refléjo inverso, ya encuanto
ese presupuesto no está cumplido, es decir, cuando el interés del terce-
lo6 Sobre esta inversión, cf. Hruschka, JuS, 1979, pp. 385,390 SS.;SKIRudolphi,
previo al 8 13,n.". 29a, con otras referencias.
lo7 Falta este requisito, si el peligro ha abandonado el ámbito de dominio respec-
tivo (d. n.". 22/27).La posición de garante por injerencia no obliga - e n contra de lo
que dice Jakobs,AT,n.". 15/12s.-a que, paraimpedir otros daños, seansacriñcados
intereses propios hasta lo desproporcionado. Ni siquiera aquel que le ha destruido a
otro el único riñón capaz de funcionar está obligado a donar su riñón para evitar la
muerte del lesionado.
Capítulo22 -El delito de omisión 455
rar. Dado que en este caso la persona respectiva tiene que soportar la
injerencia segúnlas reglas del estado de necesidad defensivo ya cuando
sus intereses no son esencialmente preponderantes,la omisión de impe-
dir el resultado está justificada también sólo bajo ese presupuesto. Por
ello, si, p. . en el caso reciénmencionado, G no puede estacionar el co-
. ej.,
che en su propiogarage, sólo en razón de que allí ya está estacionado,sin
su Denniso. el Mercedes de C. el Delimo aue amenaza al Porsch debe ser
imputado á C. Por ello, para C o n j u r h o , puede
~ tomar injerencia tam-
bién en intereses de C que sean equivalenteso que sean preponderantes
sólo de modo no esencial, es decir, que él podría, en este caso, poner el
Mercedes de C en el granizo, en el lugar del Porsch. Si no hace uso de es-
ta posibilidad de impedir el daño del Porsch lesiona su deber de impedir
el resultado. Cometerá un daño a la propiedad por omisión ($4 303,13,
StGB),que no estará justificado por estado de necesidad.
Sin embargo, un garante no tiene que realizar efectivamente, para 54
impedir el resultado, toda injerencia en derechos de un tercero que es-
té permitida. Si alguien puede impedir el daño que está por producir un
vándalo irracional en un Porsch que tiene en custodia, sólo lesionando
al agresor gravemente, apuntándole y disparándole un tiro, el no recu-
rrir a esta posibilidad de evitación,justificada por legítima defensa de
terceros (4 32, StGB), no debe ser valorado como un daño antijurídico
por omisión ($4 303,13, StGB).Pues la permisión de medidas de defen-
sa incluso noproporcionadas, en la legítima defensa, no se basa en que
el ordenamiento jurídico consideraría tales medidas como la única so-
lución correcta del conflicto. Tal como muestra la vigencia general del
principio de proporcionalidad en el Derecho público (cf. n.". 16/34),
una defensa desproporcionada se acepta solamente como una posible
solución del conflicto entre particulares. Si un garante se decide a no
hacer uso de esa posibilidad, ello, no obstante, deberá ser valorado co-
mo conforme a Derecho, con prescindencia de su deber, en principio
existente, de impedir el resultado.
Cf. SKIRudolphi,previo al
los 8 13,n.". 29b, con otras referencias.
456 Helmut Frister
3 - La colisión de deberesjustificante
Se da una forma de colisión de bienes jurídicos que aparece exclusi- 57
vamente en los delitos de omisión cuando, de varios bienes jurídicos en
peligro, sólo puede ser salvado uno. Como ejemplo, represéntese el ca-
so en que dos lesionadosingresados simultáneamente enuna clínica de
asistencia por accidentestuviesen que ser conectados aun aparato car-
dio-respiratorio,pero en la clínica se tiene a disposición sólo un apara-
to de esa índole. El médico de servicio tiene el deber, frente a ambos le-
sionados, de salvarles la vida, pero sólo puede cumplir uno de estos dos
deberes. Básicamente, en caso de tal colisión de dos deberes de acción,
el garante tiene que salvaguardar el interés de mayor valor. Si ambos
intereses, empero, son equivalentes, no hay una regla jurídica que diga
cuál es el interés en cuyo favor tenga que decidirse. De allíidere la opi-
nión dominante, con razón, que en casos de esaíndole ambas decisiones
son acordes al Derecho"'. Si el médico conecta a un paciente al apara-
to, el homicidio cometido por omisión respecto del otro ($8 212, 13,
StGB)no está sólo exculpado-como opinan algunos autores-112 ni es
que quede fuera de lavalora~iónjurídica~~~, sino que estájustificadoen
virtud de la colisión de deberes114.
La ponderación de intereses en sí misma debe llevarse a cabo, en la 58
colisión de deberes, según las mismas reglas que en el estado de necesi-
dadjustificante (cf. n.". 17/12 s.).Debe ponderarse entre sí el valor de
la chance de salvamento de los bienesjurídicos en peligro, que se deter-
mina por los bienes jun'dicos en peligro y la medida del menoscabo que
los amenaza, como también el grado del peligro y la probabilidad de sal-
vamento. La cuestión de si, respecto de los deberes a ser cumplidos, lo
que está en juego son deberes de garante o sólo deberes de solidaridad
C. Antijuridicidad
l. Antijuridicidad del acontecer objetivo(n.%. 22/49 5s.)
- No se realiza un tipoobjetivo permisivo
II. Antijuridicidad del acontecer representado
- No hay representaciónde lascircunstancias de un tipo permisivo
D. Culpabilidad(n.". 22/59 s.)
l. Capacidad deculpabilidad
II. Posibilidaddecomprender el ilícito
III. Exigibilidad
E. Consecuencia: Respuesta a la cuestión de subsunción
1 D. Culpabilidad
l. Capacidaddeculpabilidad
II. Posibilidad de comprender el ilicito
III. Exigibilidad
E Consecuencia: Respuesta a la cuestión de subsunción
i - La tentativa
1 - El fundamentopunitivo de la tentativa
El merecimiento de pena de un hecho sólo tentado se puede funda- 1
mentar de diferentes modos1. Segúnla teoría subjetiva de la tentativa
una punibilidad de la tentativa se justifica ya a partir del ilícito de la
motivación del hecho, que reside enla realización del tipo subjetivo. Se-
gún este criterio, quienle dispara a un hombre con dolo de matarlo y no
acierta en su objetivo debería ser penado por tentativa de homicidio
($$ 212-I,22,23-1, StGB *), ya en razón de que él haya tomado la deci-
sión de matar a un hombre y la haya transformadoen acto. En cambio,
según la teoría objetiva de la tentativa, el ilícito de motivación que re-
side en la realización del tipo subjetivo no alcanza para fundamentar
una punibilidad. Según este punto de vista, la tentativa requiere, al
igual que el delito consumado, un acontecer objetivamente antijurídi-
co. Este acontecer sería el peligro de que se realice el tipo. Quienle dis-
para a un hombre con dolo de matarlo y no acierta en su objetivo, no es
iba a derribar de un tiro aun avión con una pistola de utilería4,el tribu-
nal podrá eximir completamente de pena o al menos atenuarla según
su criterio. Esto restringe un poco la punibilidad de la tentativa inidó-
nea, pero confirma,como principio, la decisióndel4 22, StGB.Acontra-
rio sensu se deriva también de la regulación del 4 23,111, StGB, que la
tentativa inidónea es punible.
La decisión básica en favor de la teoría subjetiva de la tentativa se 4
justifica a partir de la reflexión de que, en principio, toda realización de
una decisión antijurídica pone en cuestión el reconocimiento de la nor-
ma respectiva. Aun cuando la acción que realiza la decisión sea objeti-
vamente no peligrosa, el agente, con su máxima de conducta, contradi-
rá lavigencia de la norma respectiva. Por ello, la punición de la tentati-
va inidónea estájustificada por el fin de prevención general positiva de
la pena (cf. n.". 2/20 SS.). La restricción respecto de la tentativa por
burda insensatez se puede explicar, igualmente, a partir de esa fmali-
dad. Ella se basa en que un actuar gravemente insensato de parte de un
hombre, de todos modos apenas es tenido en cuenta como modelo de
orientación de la propia vivencia y del actuar. En la discusión sobre el
fundamento punitivo de la tentativa, la contradicción ala norma es lla-
mada, frecuentemente, "impresión conmovedora del Derecho";y, en co-
rrespondencia con ello, se le llama teoría de la impresión a la teoría de
la tentativa que está en la base de laley5.Pero, con prescindencia de es-
ta terminología especial, la tentativa es penada, en las consecuencias,
por exactamente el mismo fundamento que el delito consumado6.La
pena tiene también aquílamisión de rechazar la contradicciónala nor-
ma que anida en el hecho7.
24
LKIHilgendorf,8 11,n.". 85, con otras referencias.
25 Más allá de ello, Schonke/Schroder/Eser(8 11,n.". 51), por aplicación analó-
gica del 8 83a, WGB, quiere admitir también, siempre, una exención de pena.
Capítulo23 -lbntativa yprepamción 471
* El texto del 5 22, WGB, reza, en su original alemán, así: 22. Begriffsbestim-
mung. Eine Straftat uersucht, wer nach seiner Vorstellung uon der Tat zur Verwirkli-
chungdes Tatbestandesunmittelbar ansetzt. Elverbo,,ansezten"seha traducido deva-
nas formas al español: "dar principio", "dar comienzo", "comenzar","ponerse a", "dis-
ponerse a" (véanselas referencias sobre las fuentes de estos usos, en Sancinetti, Dog-
mática del hechopunibley leypenal / Dogmatik der Straftat und Strafgesetzt,Buenos
Aires, 2003, pp. 31-32, SS.). La elección de una de esas formas incide en el adelanta-
miento o retraso del punto del comienzo de la tentativa. Aquí se considera más apro-
piada -si bien poco elegante-la opción "ponerse a", es decir, el punto inmediatamen-
te anterior a "comenzar". Respecto del adverbio,unmittelbaru, en nuestra lengua se ha
usado, en general, o bien"directamente" o bien "inmediatamente". Se optó aquípor es-
ta segunda posibilidad. (N. de Tr.)
472 Helmut Frister
26
Cf., p. ej., Jakobs,AT, n.". 25/55; WesselsiBeulke,AT, n.". 599; en contra,
Puppe,ATB,n.". 3515.
27 En general, esto, dejando de lado la errónea caracterizacióndel "ponerseinme-
diatamente" como tipo objetivo, está reconocido desde el punto de vista de las conse-
cuencias; d.,p. ej., Jakobs,AT,n.". 25/60; Safferling,ZStW,t. 118(20061,pp. 682,700
SS.;Wessels/Beulke,AT,n.". 601.
MünchKommlHerzberg,8 22, n.". 175;Samson,StrafRI , p. 167;Streng,Otto-
FS,pp. 469,481SS., con otras referencias.
29 Cf. Puppe, NStZ, 1984,pp. 488,491, con otras referencias;en contra, conrazón,
MünchKommlHerzberg, 5 22, n.". 43 SS., con otras referencias; ídem, NJW, 1989,pp.
862,868.
Capítulo23 -lkntativa yprepamción 473
del delito respectivo, que van más allá del dolo. Dado que estos elemen-
tos del ilícito co-fundamentanel disvalor de motivación del delito res-
pectivo, también tienen que estar cumplidos para que haya tentativa.
Es decir, p. ej., que la decisión de cometer un hurto (8 242, StGB)requie-
re la intención de apropiarse antijurídicamente de la cosa mueble aje-
na cuya sustracción se planea llevar a cabo.
a) El contenido del plan del hecho.
Distinción respecto del delito putativo
La decisión al hecho tiene que estar dirigida a un acontecer que, si se 18
produjera efectivamente, cumpliría el tipo del respectivo delito. Si al-
guien considera erróneamente punible su conducta, p. ej., se acuesta
conlamujerde suvecino creyendo que eso sería punible como adulterio,
no habrá decisión al hecho, y, por consiguiente, tampoco tentativa. En
tales casos se habla de un delito sólo imaginado o de un delito putativo
impune. Éste no necesariamente presupone que el agente se represen-
te, como ocurre en el ejemplo dado, un tipo penal inexistente.Se da tam-
bién cuando él subsume erróneamente el acontecer representado bajo
un tipo efectivamente existente. Quien entrega como prueba hecha por
sí mismo un trabajo de examen escrito por otra persona, creyendo que
tal conducta satisface el tipo de la falsificación de documentos (8 267,I,
3.+ariante, StGB),igualmente se representa un acontecer que no es
efectivamente punible. Su errónea30subsunción no fundamenta una
tentativa i~dónea,sino que constituye un delito putativo impune.
La diferencia entre una tentativa inidónea y un delito putativo im- 19
pune se corresponde a la distinción entre error de tipo y error de sub-
sunción31.En el caso de la tentativa inidónea, el agente yerra sobre la
situación de hecho a subsumir en la norma jurídico-penal; en el delito
putativo, en cambio, sobre la norma jurídico-penal misma. Por ello, las
reglas válidas para delimitar entre error de tipo y error de subsunción
(cf. n.". 11/33SS.) son aplicables, en forma correspondiente,para dis-
tinguir entre tentativa inidónea y delito putativo. También en este ca-
so hay que imaginarse al agente como un "jurista penal perfecto", que
30 Cf. BayObLG, NJW, 1981,p. 773;LKIGribbohm, 5 267, n.". 182,con otras re-
ferencias.
En la doctrina se habla también, muchas veces, de un error de tipo invertido y
de un ermr de subsuncióninvertido, de modo que un error de tipo invertido fundamen-
ta una tentativa inidónea y un error de subsunción invertido, un mero delito putativo;
sobreestellamadoprincipio deinversión, d.instructivamente,Puppe,AT2, n.". 3515
SS., con otras referencias, quien observa acertadamente que ese principio rige sólo pa-
ra la representación del autor referida a elementos del tipo particulares.
474 Helmut Frister
dominala definición de todos los elementosdel tipo del delito que entra
en consideración. Si él, aun con estos conocimientos, se habría repre-
sentado que su conducta realiza el tipo del respectivo delito, yerra so-
bre la situación de hecho a subsumir en la norma jurídico-penal y, con
ello, comete una tentativa inidónea. Si, en cambio, el agente, como "ju-
rista penal perfecto", habría llegado a la conclusión de que su conducta
no es punible, existe un delito putativo impune.
Amodo de ejemplo, piénsese en queA le sustrae una bicicleta que le ha-
bía sido robada a él mismo a un adquirente de buena fe, conintención de
quedársela para sí. Dado que, según el Q 935,I, BGB, no es posible adqui-
rir por buena fe la propiedad de cosas perdidas,A solamente habrá sus-
traído una cosa propia y, entonces,no será punible por hurto consumado
(Q242,I, StGB). En un caso así existiría una tentativa de hurto ($5 242,
1,II; 22; 23-1, StGB),siA no conociera el 5 935,I, BGB, y, por ello, supu-
siera erróneamente que el adquirente de buena fe se ha convertido en
propietario de la bicicleta. Pues ese error sobre la situación de la propie-
dad no se refiere al contenido de la norma jm'dico-penal, sino que con-
duce a queA se represente una situación de hecho que se debe subsumir
efectivamente en el tipo del hurto. El caso debe ser enjuiciado de otro mo-
do si, en cambio,A conocía el Q 935,I, BGB, pero suponía erróneamente,
p. ej., queuna cosano sólo es ajenaen el sentido del Q 242, StGB, cuando
pertenece en propiedad, sino también cuando se tiene en posesión. En-
tonces,A yerraría sobre el contenido de la norma jurídico-penal misma
y no habrá cometido una tentativa inidónea de hurto, sino un delito pu-
tativo impune.
32 Sobre problemas que surgen por este reflejo inverso, cf., instructivamente,
Puppe,ATB,n.". 35/25 SS., con otras referencias.
Capítulo23 -lkntativa yprepamción 475
ción, del Anexo 21, que se toma como referencia en aquella disposición.
En razón de que la definición de armas de fuego integra la valoraciónju-
rídico-penal misma, su conducta constituye un delito putativo impune.
Algo similar rige para un trabajador que quiere lograr un aumento de
sueldo, amenazandocon renunciar, si él mismo considera que esto es ex-
tremadamente reprochable. En razón de que la calidad de reprochable
es una parte de la valoración jurídico-penal, no habrá tentativa de una
coacción antijurídica ($5 240,11111;22; 23-1, StGB),sino un delito putati-
vo impune33.
1 1
Error detipo Error detipo inverti- Error de prohibición Error de prohibición
(n.". 11/30 5s.) do (n.". 23118~s.) directo (n.". 1911SS.] directo invertido
Definición: Existen Definición: No existen Definición: Existen toda! (n.". 23118~s.)
todas lascircunstancias todas lascircunstancias lascircunstanciasque Definición: No existen
queintegran el tipo que integran el tipo integran el tipo deuna todas lascircunstancias
(objetivo) de una ley (objetivo) de una ley ley penal, el autor cono queintegran el tipode
penal, peroel autorno penal, peroel autorse ce talescircunstancias. una ley penal, elautor
conoce todas ellas. representa que existen pero nosabequeellas tampocose representa
Ejemp1o:Afusila a un talescircunstancias. cumplen el tipo de una queexisten talescir-
hombre, creyendo que Ejemp1o:A "fusila" a un ley penal y por esoconsi- cunstancias, perosupo-
setratabadeun espan- espantapájaros, creyen- dera quesu conducta es nequeel tipode la ley
tapájaros. doquesetrataba deun permitida (si no, esun penal estácumplido.
Consecuenciajurídica: hombre. error depunibilidad Ejemp1o:A estafa a su
5 16, StGB Consecuenciajurídica: irrelevante), esposa, creyendo que
Punibilidad Ejemp1o:Atienerelacie eso es punible.
por tentativa nessexualescon w her- Consecuencia jurídica:
mana, creyendoqueeso "Delito putativo"
está permitido. impune
Consecuenciajurídica:
5 17, StGB
1 1 1 1
.- . ' .-
n.". 55; ~ e s s & G 3 e u l k e ,;.~%
~., 623, todos con otras referencias.
38 Roxin,AT2, n.". 291354 SS.;StratenwerthEuhlen, AT 1,n.". 11/65 s.; Ja-
kobs,AT,n.%. 25/43 SS., todos conotras referencias.Sinembargo, entanto tambiénlos
delitosimpropiosde omisión sean clasiñcados como tales delitos especiales (así,en par-
te, Jakobs,AT,n.". 25/45) eso debe ser contradicho.Por un delitoimpropio de omisión
se lesiona la misma norma que por el delito de comisión correspondiente,de modo que
aquí -independientemente de la naturaleza de la posición de garante-, no entra en
consideraciónuna norma que rige sólo para detenninado círculo de personas.
478 Helmut Frister
46 De otro modo, sin embargo, MünchKommlHerzberg, $22, n.". 136 SS., quien
quiere distinguir entre acción de tentativa y resultado especial de tentativa. Se dana
lo último, segúnél, si, segúnlarepresentación del autor, se produjera una puesta enpe-
ligro concreta. Recién entonces la acción de tentativa sena punible como tentativa; en
las consecuencias, de modo similar, t a m b i é n m l l e n k a m p , 8 22, n.". 136SS.
47 BGHSt, t. 43, pp. 177,181,con comentario aprobatorio de Gossel, JR, 1998,pp.
293 SS.;Otto, NWZ, 1998,pp. 243 SS.;Wolters, NJW, 1998,pp. 578 SS., y comentariore-
probatorio de Roxin, JZ, 1998,pp. 211 SS.;Bose, JA, 1999,pp. 342 SS.;Puppe,AT2, n."
m. 35/44 SS.;de modo similar, BGH, NStZ, 1998,pp. 294,295; la cuestión queda abier-
ta enBGHSt, t. 44, pp. 34,41.
48 Al respecto, cf. Puppe,AT2, n.". 35/47 SS.;Roxin,AT2,n.". 291196 SS.
* El autor alude a una marca específica:,~ayerwaldbarwurz".(N. de Tr..)
49 Así, la situación de hecho de BGHW, t. 43, p. 177.
50 Así, acertadamente,Bose, JA, 1999,pp. 342 SS. La circunstanciadeque, duran-
te la noche, se hicieran presentes policías en la casa y el farmacéutico, antes de irse a
dormir. les hubiese hecho referencia a la botella envenenada. nomodifica ennada -en
contra de Roxin, JZ, 1998,pp. 211 SS.;í&m,AT2, n.". 291214-la punibilidad de la
tentativa, en la medida en que el farmacéuticoparta
- de la base de que el ladrón de to-
dos modos pueda envenenaise conla botella.
Capítulo23 -lbntativa yprepamción 481
cutiva prevista en el plan de acción del autor. Sin embargo, no tiene que
ser así necesariamente.Así, p. ej., siA tiene el plan de golpear a B con su
puño hasta dejarlo inconsciente, llevarlo a un lago que dista 50 kms y
allí hacer que se ahogue (cf. sobre este ejemplo, n.". 11/9), la tentativa
de homicidio o asesinato($$ 212,211,22,23-1,StGB)comenzará sólo con
el ponerse inmediatamentea realizar la acción de ahogarlo, siA está se-
guro de que B podrá perder la vida recién por medio de esta acción. SiA
considera posible que B muera ya de las lesiones inferidas a él con el gol-
pe de puño, entrará ya antes en el estadio de la tentativa. Dado que en-
tonces, ~egúnlare~resentaciónde~, el golpede puño puede causar elre-
sultado aun sin una acción u omisión ulteriores. alcanzará con aue él se
ponga inmediatamente a ejecutar ese golpe. ~a cuestión de si el plan del
autor, despuésde una acción que ya basta para que posiblemente se pro-
duzcael resultado, prevé aún, eventualmente, otras acciones de homici-
dio, carece de significación el comienzo de la tentativa.
Ala inversa, es posible que incluso la última acción ejecutiva pre- 31
vista en el plan de acción del autor no constituya aún el punto de re-
ferencia del ponerse inmediatamente. El ejemplo académico discuti-
do en muchas variantes es el caso de un marido que le pone a su espo-
sa-quien se halla de viaje en el extranjeroy que regresaráreciénendos
semanas- bombones envenenados con arsénico, con los que ella ten-
dría que envenenarse por sí misma tras su regreso.Al colocar los bombo-
nes, el marido tiene la representación de que durante dos semanastoda-
vía podrá eliminar nuevamente los bombones sin ningún problema y
evitar así con seguridadla muerte de su mujer. Si bien la producción del
resultado típico no depende ya de una acción ulterior, sí depende aún de
una omisión, de modo que, al poner los bombones envenenados,él no ha-
brá tomado aún la última decisión sobre la producción del resultado tí-
pico. Por ello, la opinión dominante acepta con razón que incluso la rea-
lización completa de la última acción ejecutiva no basta para la tentati-
va. Ésta comienza recién cuando el autor pierde el dominio del peligro51,
es decir, que se pone inmediatamente a omitir la evitación de la muerte
de su mujer que amenaza producirse.
Sinembargo,laopinióndominantees inconsecuente,en lamedida en 32
que, haciendo caso omiso de que recién el ponerse inmediatamente a
omitir evitar el resultado fundamenta la tentativa52,admite un delito
63
Schonke/Schroder/Eser,4 22, n.". 31,42, con otras referencias.
64 LKIHillenkamp, 5 22, n.". 77,85; SKIRudolphi, 5 22, n.". 9, con otras refe-
rencias.
65 BGHSt, t. 41, pp. 285,286; sobre el origen de esta fórmula, 6.Hall, GS, t. 110
(19381,pp. 95,107.
En correspondencia con ello, en la jurisprudencia estas fórmulas también son
empleadastodas juntas (d.,p. ej., BGH, NStZ, 1987,p. 20, con otras referencias).
67 Un panorama sobre las sentenciasjudiciales dictadas, ordenado por delitos, se
halla enNKIZaczyk,8 22, n.%. 25 s.; también esinstructivala presentación de "grupos
diñciles", enRoxin,ATZ,n.". 291145 SS.
BGHSt, t. 26, PP. 201 SS.;t. 39, PP. 236,238;d.emperotambiénBGH, JR, 2000,
pp. 293,294 s., con nota crítica acertada de Dey, JR, 2000, pp. 295 SS.
69
KG, GA, 1971,PP. 54 s.; OLGHamm, StV, 1997,pp. 242 s.
70 BGH, StV, 1989,p. 526.
486 Helmut Frister
71 Cf., p. ej., Fischer, 8 22, n.". 9; Vogler, StreelWessels-FS,pp. 285,297 SS., con
otras referencias; con razónmás cuidadoso, en cambio, BGHSt, t. 37, pp. 294,296,sen-
tencia en la que se dice que la realización de un elemento del tipo sólo "como regla gene-
ral" fundamenta una tentativa.
72 BGHSt, t. 31, pp. 178,182;SKIRudolphi,8 22, n.". 7a, con otrasreferencias.
73 En profundidada esterespecto, cf. Roxin,AT2, n.%. 291110 SS.,conotros ejem-
plos y referencias.
74 SKIRudolphi,8 22, n.". 18,con otras referencias.
Capítulo 23 -lbntativa yprepamción 487
bierto en su escondite aún antes del cierre del negocio, será punible por
violación de domicilio ($ 123-1,2.%ariante, StGB),pero no por tenta-
tiva de hurto en un caso especialmente grave ($4 242,I, 11; 243,I, 2."
oración, n.", StGB).
11 - Actos preparatorios
1 - Punibilidad de actos formalmente preparatorios
La preparación de un delito por parte de un autor únicoT5sólo es pu- 42
nible si la ley así lo determina expresamente. La ley, p. ej., prevé una
punibilidad general de los actos preparatorios en la alta traición ($ 83,
StGB)y en la traslación de persona fuera de las fronteras ($ 234a, 111,
StGB).Además, hay otros delitos, como la falsificación de moneda, de
sellosy otros documentos públicos ($4 149,275,StGB)o los crímenes co-
metidos con explosivos y radiaciones ($ 310, StGB),en los cuales se pe-
na determinados actos preparatorios. Al igual que la tentativa, la pre-
paración requiere una decisión al hecho dirigida al acontecer típico, es
decir, que el autor tiene que tener un plan de acción y estar decidido a la
realización completa de ese plan. En ese sentido, para la preparación
no rigenrequisitos distintos que parala tentativa.Ambos se distinguen
sólo por el estadio de realización del plan de acción. Parala preparación
alcanza con que la acción en cuestión, según la representación del au-
tor, sirva para la posterior realización del tipo.
En razón de que aún falta la consciencia de realización, el ilícito de la 43
preparación de un delito es claramente menor que el del delito consu-
mado y también que el del tentado. Eso es tomado en cuenta por laley al
establecer conminaciones penales más leves. Así, p. ej., la tentativa de
alta traición contra el Estado Federal es penada con pena privativa per-
petua o bien con pena privativa de libertad no menor a diez años ($8 81-
1, 11-1,n.%, StGB),mientras que, en cambio, la preparación10 es con pe-
na privativa de libertad de hasta diez años ($ 83,I, StGB).Si bien en los
restantes delitos la discrepancia, envirtud del $ 23,II, StGB, es menos
clara, la conminación penal para la preparación es, también aquí, en
general, menor que la escala penal atenuada del respectivo delito. Al
igual que en el caso de la tentativa, en el de los actos preparatorios pu-
nible~la ley prevé, como regla general, la posibilidad de un desisti-
76
En el delito de traslación de persona fuera de las fronteras (5 234a, WGB) falta
unaremlaciónespecialsobre desistimiento.Pero la jurisprudencia aplica aauí. conra-
~ o r 8 49a, 111y N,
zón, e l 31, ~ t ~ B ¿entonces S ~ G Ben~ ,joma analó&ca (BGHS~, t. 6,
pp. 85,87s.).
l7 La versión actual del 8 267,I, l.+variante, StGB, que conduce a esa consecuen-
cia, es el producto de la Ordenanza de adaptación del Derecho penalnacional-socialista
del 29/5/1943 (RGB1.. 1. D. 339). Tras el ñnal del nacional-socialismo. ella fue ace~tada
acríticamentecomo "éviución del ~ e r e c h digna
o de aprobación" (~Ei/~ribbohm, 1267,
previo aln.". 1,con otras referencias).Anteriormente, el tipo de la falsificaciónde do-
cumentos reque&a que efectivamente se hiciera uso del donimento.
Capítulo23 -lbntativa yprepamción 489
1 - Fundamentos
1 - L a s razones de l a impunidad
Conforme al 5 24, StGB*, el autor no es punible por tentativa, si de- 1
siste voluntariamente de cometer el hecho (cf. lo dicho supra, n.".
2319).Ya la idea básica de esta regulación está discutida. En jurispru-
dencia y doctrina se hallauna serie de explicaciones sobre desistimien-
to'. En lo esencial, ellas se pueden reconducir a dos posiciones. Según
la primera, el desistimiento suprime ya el fundamento punitivo de la
tentativa. Por el abandono voluntario de la ulterior ejecución del hecho
o por impedir la consumación se anularía la impresión conmovedora
del Derecho (cf. n.". 23/4), a tal punto que, desde las consecuencias,
ya no existe una necesidad de penar la tentativa2.Segúnla segunda po-
sición, en caso de desistimiento el ordenamientojurídico renuncia a la
punición, que siempre seguiría estando impuesta por el fundamento
punitivo de la tentativa, para impedir en lo posible la consumación de
delitos. La impunidad se basaría en tenderle al autor un "puente de
oro", es decir, que sería un motivo para que él, aún después de comen-
zar la tentativa, renuncie a consumar el hecho3. Ese motivo residiría
* Nota de E-aducción:
$24.Desistimiento.
1) No espunibleportentativa el que voluntariamente abandona la ulterior ejecu-
ción del hechoo impide suconsumación. Si el hecho nose consumasin que el que
desiste haya intervenido en ello, éste quedará impune si se esforzó voluntaria y
seriamente en impedir la consumación.
2 ) E n caso de pluralidad de intervinientes en el hecho, no serápenadopor tentati-
va el que impida voluntariamente la consumación. Sin embargo, para que que-
de impune bastará con que se haya esforzado voluntaria y seriamentepor impe-
dir la consumación del hecho, cuando éste no se consume sin su intervención o
cuando sea cometido independientemente de su aporte originario.
Paraunpanorama,d.NKIZaczyk,~24,n.bm.2ss.,yRo~,AT2,n.%.30/4ss.,
en cada caso con otras referencias.
Así, p. ej., BGHSt, t. 9,pp. 48,52;t. 14,pp. 75,80;SKIRudolphi,9 24,n.". 4,
con otras referencias.
Así, p. ej., RGSt, t. 6,pp. 341,342;t. 63,pp. 158,159;t. 73,pp. 52,60.
494 Helmut Frister
2 - La naturaleza jurídica
y las consecuencias jurídicas del desistimiento
6 La opinión dominante entiende el desistimiento, en su conjunto, co-
mo causa personal de anulaciónde la pena*. Según esto, él dejaintac-
Esta decisión legislativa no es forzosa, sino que habría podido ser también dis-
tinta (en esa medida, acertadamente,MünchKommlHerzberg,8 24,n.". 17).Pero es-
to no fundamenta - e n contra de MünchKommlHerzberg,8 24, n.". 18-la necesidad
de renunciar a una interpretación teleológica del 8 24, WGB. También las razones de
las decisionesdiscrecionales dellegislador deben ser consideradas almomento de lain-
terpretación.
Ya el Tribunal del Reich vio esto de modo similar, en el punto de partida. En su
primera sentencia sobre laidea básica del desistimiento se dice que la impunidad en ca-
so de un desistimiento de la tentativa acabada se basa inequívocamente en "puntos de
vista de conveniencia", mientras que la impunidad de la tentativa no acabada, en caso
de un desistimiento voluntario. en sí misma considerada también aodría fundarse en
una "debilidad de la voluntad c k a l " (RGSt,t. 6, pp. 341,342 s.( Solamente debido
a la regulación común de ambas alternativas en una disposiciónlasentencia consideró
también al desistimiento por abandono de la ulterior ejecución como motivado por ra-
zones político-criminales.
* En nuestro sentido de "excusa absolutoria".(N. de Tr.)
Cavítulo24 -El desistimiento de la tentativa 497
RGSt, t. 6, pp. 341 ss.;SKIRudolphi, 5 24, n.%. 31; Jakobs,AT, n.". 2613;Ro-
xin,AT2, n.". 30112,todos con otras referencias.
Cf. BGHW, t. 39, pp. 128,129SS., conotras referencias.
l9 Schonke/Schroder/Eser,8 24, n.%. 110,con otras referencias.
Capítulo24 -El desistimiento de la tentativa 499
11 - El desistimiento según el
5 24,I, l.%ración, l.%ariante, StGB
1 -Abandonar la ulterior ejecución del hecho
11 Un desistimiento del 4 24,I, l.%ración, l.%ariante, StGB, requie-
re, en primer lugar, que el autor abandone la ulterior ejecución del he-
cho. Eso no sólo es posible enlos delitos de comisión, sino también enlos
de omisión. En un delito de comisión, el abandonar la ulterior ejecución
del hecho consiste en que el autor, después de ponerse inmediatamen-
te a realizar el hecho, omita la ejecución de las ulteriores acciones que,
según su representación, son todavía necesarias para realizar el tipo.
En un delito de omisión, el autor abandona la ulterior ejecución del he-
cho, cuando él, despuésde ponerse inmediatamente a dejar que se rea-
lice el hecho, no sigue omitiendoenla medida necesaria para realizar el
tipo, es decir, que sí ejecuta ya la acción mandada en un momento en el
cual, según su representación del hecho, el tipo no podía realizarse aún
(al respecto, cf. n.". 24/23 s.).
mación de que el tipo del 8 251, StGB,no requiere un robo consumado, sino solamente
una aulicación de violencia con fmes de sustracción.no es com~atiblecon el texto de la
ley; airespedo, con mayor detalle, cf. Herzberg, ~ ~ , ' 2 0 0pp.
7 , 615 SS.
26 Cf. alrespecto, en profundidad, Küper, JZ, 1997, pp. 229 SS.
Capítulo24 -El desistimiento de la tentativa 501
27 Cf. Jakobs, AT, n.". 26/14 SS.;Freund, AT, n.". 9/28 SS.;Schonke/Schroder/
Eser, 8 24, n.". 20 s., con otras referencias.
28 Cf. MünchKommlHerzberg, 8 24, n.". 88;NKIZaczyk, 8 24, n.". 14;SKIRu-
dolphi, 8 24, n.". 14;Roxin,AT2,n.". 301187,todos con otras referencias.
29 Cf. BGHSt, t. 14, pp. 75,78 s.; t. 22, pp. 176,177.
502 Helmut Frister
37 Acerca de la cuestión de si, con ello, en caso de realización del peligro objetiva-
mente ya creado por el autor, también se debe excluir la punibilidadpor homicidio con-
sumado o asesinato,6. n.". 24/37.
38
Cf., p. ej., Jager, NStZ, 1999,p. 608.
39 Cf. Scheinfeld,Der Tatbegriffúes $24, StGB (20061,pp. 20 s.
Cavítulo24 -El desistimiento de la tentativa 5n5
40
Cf.BGHSt, t.34,pp. 53,56s.;Roxin, JuS, 1981,pp. Iss.;ídem,AT2,n.%.30/77
SS.;NKIZaczyk, 5 24, n.". 19 SS., con otras referencias.
41 Alrespecto, d., en profundidad,MünchKommlHerzberg,9 24, n.". 59 SS.
42 Alrespecto, d.,instructivamente, Scheinfeld,JuS, 2002, pp. 250 SS.
to, cf. n.". 24/25 SS.). Su designación como tentativa fracasada sólo di-
ficulta llegar a una solución fundamentada de modo uniforme, respec-
to de la cuestión de qué motivos de un abandono del hecho excluyen un
desistimiento liberador de pena46.
21 Al igual que respecto del acabamiento de la tentativa (cf. n"..
24/17),también la cuestión de si aún existe una posibilidad físico-real
de una ulterior ejecución del hecho debe ser enjuiciada sobre la base de
la representación del autor. En tanto A, en el ejemplo antes dado, parta
de la base de que suarma está cargada,podráabandonar laulterior eje-
cución del hecho. En cambio, si él ha llegado ala conclusión de que el ar-
ma está descargada, con omitir su intento de disparar no abandonará
la ulterior ejecución del hecho, aun cuando el arma en verdad sí esté
cargada. Lo último rige, sin embargo, sólo en tanto A considere que el
arma está descargada. Si él, estando aún en la situación del hecho, ad-
vierte que su arma sí está cargada y a pesar de ello no dispara, habrá
abandonado la ulterior ejecución del hecho. Mientras que respecto del
acabamiento de la tentativa es determinante la representación del au-
tor al momento de la ejecución de la respectiva acción ejecutiva, lo que
importa respecto del fracaso de una tentativa es la representación del
autor al momento de no realizar las ulteriores acciones ejecutivas. Por
ello, un autor todavía puede abandonar la ulterior ejecución de su plan
de acción, aun cuando hubiera consideradosu tentativa primeramente
como fracasada (al respecto, cf. también n.". 24/41).
46 ESde~ocaavuda.
" ,A ",.
D. ei.. aue elabandonodelaulterior eiecución delhecho enra-
zón de que el botín conseguido es menor que elesperado sea tratado en parte como pro-
blema de la tentativa fracasada. v. en parte. como problema de la voluntariedad (así.
empero,NKIZaczyk, 8 24, n.". 26, diferenciá según que el ladrón sólo haya
dido conseguir unos centavos o 30 DM [marcos alemanes]);cf. sobre todo esto, acerta-
damente, Schroeder,NStZ, 2009, pp. 9 SS. [N. de Tr.: "marco alemán" = moneda vigen-
te en la República Federal deAlemaniahasta la introducción del "Euro",el 1/1/2002;el
valor de cambio se expresó: £ 1= DM 21.
47 BGHSt,t. 33, pp. 142,144s.; t. 35, pp. 184,186s.; Jakobs,AT,n.%. 26/10; Stra-
tenwerthlKuhlen,AT1,n.". 11/81;WesselsíBeulke,AT,n.". 641,todos con otras re-
ferencias.
Capítulo24 -El desistimiento de la tentativa 507
terior ejecución del hecho. Pero la situación es distinta si, p. ej., el autor
se deja disuadir por la víctima secuestrada, a la que ya le ha apuntado
ala cabeza, de que le dé aún tres días más de vida. El homicidio que ocu-
rrirá tres días después no es más la continuación de la tentativa ya co-
menzada. Por ello, en un caso tal, el autor habrá abandonado definiti-
vamente el acabamiento de la tentativa comenzada. Sus planes de ma-
tar a la víctima en tres días no son óbice + m contra de una difundida
concepción, que exige también que el autor renuncie a agresiones de
igual naturaleza sobre el mismo objeto del hecho4cpara admitir un
desistimiento de la tentativa de homicidio. Recién cuando el autor se
ponga inmediatamente a realizar ese plan será punible nuevamente
por tentativa de homicidio ($4 212,22,23-1,StGB).
2 - La voluntariedad
a ) El concepto de voluntariedad
El segundo requisito del $24,I, l.%ración, l.%ariante, StGB, es la
voluntariedad del abandono. Según constantejurisprudencia del Tribu-
nal Supremo Federal, el abandono de la ulterior ejecución del hecho es
voluntario, si el autor no sólo teníala posibilidad física-real de consumar
el hecho, sino también la posibilidad psicológica. Sena determinante la
cuestión de si el autor ha seguido siendo "señor de sus decisiones"y aún
consideraba posible la ejecución del hecho, es decir, si él no estaba impe-
dido de consumar el hecho ni por una situación de coacción externa, ni
por presión a n í m i ~ aPara
~ ~ . distinguirla de la capacidad físico-real de
acción -necesaria ya para el concepto de abandonar la realización del
tipo-, una posibilidad de consumación entendida así psicológicamente
54 BGHSt, t. 9, pp. 48,50;NStZ, 1992,PP. 536 s.; 2007, pp. 265 s.;NStZ-RR, 2007,
pp. 136 s.
Schonke/Schroder/Eser,8 24, n.". 43; SKIRudolphi, 8 24, n.". 25; Roxin,AT
2, n.". 301379 SS.;Jakobs, AT, n.%. 26/30 SS.;Puppe,AT2, n.". 36/48 SS., todos con
otras referencias.
56 La formulación según la cual el desistimiento sena voluntario cuando el autor
ha abandonado la ejecución del hecho por razones autónomas, e involuntario, cuando
lo ha hecho por razones heterónomas, estámuy extendida en la doctrina (6.yaFrank,
RStGB, 5 46, anotación 11;así como también, actualmente, WesselsiBeulke,AT, n.".
651s.: Schonke/Schroder/Eser.4 24. n.". 43. ambos con otrasreferencias). Sin embar-
go, en'generalno son explicad~s~los~oncepto~ de "autónoma"y "heterónoma",de modo
que a ellos, enúltima instancia, no les cabe una fuerza expresiva quevaya más allá del
;oncepto de voluntariedad misma.
Cavítulo24 -El desistimiento de la tentativa 511
57
Jakobs,AT,n.". 26/36;Roxin,AT2,n.". 301387 s.
Cf., p. ej., BGH, NJW, 1993,pp. 2125,2126;StV, 2003, p. 615.
59
SKIRudolphi,8 24, n.". 25; Schonke/Schroder/Eser, 8 24, n.". 56 s., ambos
con otras referencias.
60 Así, empero,probablemente Jakobs,AT,n.". 26/39.
5 12 Helmut Frister
sólo con un botín de 1.000 euros (si no, cf. n.". 24/34)- a la volunta-
riedad del desistimiento.
31 Un desistimientovoluntario no tiene por qué ocurrir sin ningún mo-
tivo externo,sino que también existe cuando el autor piensamejor el he-
cho planeado y sus consecuenciasrecién en virtud de un impulso exter-
no y por medio de ello llega a valorar de distinto modo las alternativasde
decisión alas que se enfrenta61.En caso de que el autor abandone la ul-
terior ejecución del hecho en virtud de que la víctima apele a su concien-
cia o le pida compasión, él habrá desistido voluntariamente de la tenta-
tiva. Lo mismo rige si el abandono de la ejecución del hecho resulta de
que la víctima o un tercero cualquiera le hiciera reparar al autor en las
consecuenciasdel hecho para suvida futura opara su familia.Aun cuan-
do el autor abandone la ulterior ejecución del hecho porque una casuali-
dad le ha hecho reflexionar nuevamente sobre el riesgo general de la
persecución penal, habrá un desistimiento voluntario. Así, p. ej., si du-
rante la comisión del hecho el autor oye pasar un patrullero policial y
abandonala ulterior ejecución del hecho porque
. . eso lo atemoriza-aun-
que está seguro de quelos no lo hanvisto y quevan camino a otro
lugar de acción-, desiste voluntariamente de la tentativa.
61
Al respecto, con otros ejemplos, Roxin,ATB, n.". 301389 SS.
62 También cuando el autor renuncie a la consumación del hecho después de que
aparezcan testigos, el desistimiento debe ser considerado involuntario - e n contra de
BGH,NStZ-RR,2003, p. 199-.
Cavítulo24 -El desistimiento de la tentativa 513
" Sobre esta constelación, 6.BGHSt, t. 4, pp. 56,58 SS., con otras referencias.
En las consecuencias, esto coincide con la doctrina completamentedominante.
Sin embargo, la mayoría de los autores niegan ya el abandono de la ulterior ejecución
del hecho, no recién la voluntariedad (MünchKommlHerzberg,$ 24, n.". 98 SS.;NKl
Zaczyk, 8 24, n.". 53; SKIRudolphi,$ 24, n.". 14b;Freund,AT, n.". 9/39 SS.;Kühl,
AT, n.". 16/41 SS.;Puppe,AT2, n.". 37/11; Roxin,AT2, n.". 30147 SS.;Straten-
werthíKuhlen,ATl, n.". 11/80).
69 BGHSt, t. 39, PP. 221,230 s.; NStZ, 2009, p. 86; en forma aprobatoria, LKILi-
lie/Albrecht, $24, n.". 190 SS.;Wessels/Beulke,AT, n.". 635, ambos con otras refe-
rencias.
Capítulo24 -El desistimiento de la tentativa 5 15
70
En elmismo sentido,Jakobs,AT, n."m. 26/42.
71 Unaroblema esaecial-aue debe ser distinmiido delavaloración general de un
desistimientoenestado'deincapacidadde culpabifdad-es la cuestióndi sise cumple
- - del4 323a. StGB. aun cuando el autor. des-
la condición objetiva de la embriapuezulena
pués de ponerSe inmediatamente a realizar este hecho, ha$ abandonado su ulterior
ejecución.Dado que, para elhecho cometidoen estado de embriaguez,no importala ca-
aacidad de culaabilidad. aara su exclusión debería ser suficiente también el desisti-
kiento en estado de incáiacidad de culpabilidad (así, en las consecuencias,también
BGH, NStZ-RR, 1999,p. 8).
72 BGHSt, t. 23, pp. 356,359 s.;NStZ, 2004, PP. 324,325.
111 - El desistimientosegún
el 8 24,I, l.%ración,2.%ariante, y 2.%ración, StGB
1 - La relación sistemática entre
el 5 24,1, l.%ración, 2. "variante, y el 5 24,1,2.%orción, StGB
38 Segúnel 4 24,I, l.%ración, 2.%ariante, StGB, no es punible por ten-
tativa quien impide voluntariamente la consumación del hecho. Con-
" Cf. SKIRudolphi, 8 24, n.". 16; StratenwerthEuhlen, AT 1,n.". 11/82 SS.,
ambos con otras referencias.
En el mismo sentido, ciertamente con restricciones,Schonke/Schroder/Eser,
8 24, n.". 24, con otras referencias. En cambio, para aquellos autores que exigen, para
el tipo subjetivo de un delito consumado, en general, la realización completa del plan
delhecho (alrespecto,cf. n.%. 11/12),enuncaso asíno existeundelito consumado,in-
dependientemente de que haya abandono de la ulterior ejecución del hecho (cf.,p. ej.,
Jakobs,AT,n.". 26/13).
Cavítulo24 -El desistimiento de la tentativa 51 7
76 RGSt, t. 63, pp. 158,159;t. 68, p. 381; BGH, JR, 1986, pp. 423,424;SKIRudol-
phi, 24, n.". 27a, conotras referencias.
77 Alrespecto, d.yaHerzberg, Kohlmann-FS, pp. 37,50 s.
Cf. también la propuesta legal -que sin embargo incluye sin razón también el
abandono de la ulterior ejecución del hecho- de MünchKommlHerzber~,4 24, n."
5 18 Helmut Frister
BGHW, t. 33, pp. 295,301 s.; NStZ, 2008, pp. 329 y 508 s.; en forma aprobato-
ria. SKIRudol~hi.6 24. n.". 30: SchonkelSchroderíEser., 8- 24.,n.". 71 s.. ambos con
otrás referenhas; de otra opinión, NKIZaczyk, 8 24, n.". 85 SS., asimismo con otras
referencias.
83 BGHSt, t. 48, PP. 147, 149 SS., con anotación reprobatoria de Puppe, NStZ,
2003, pp. 309 s., y Jakobs, JZ, 2003, pp. 743 SS.;aprobando, en cambio, SKIRudolphi,
8 24, n.%. 27c; SchonkeISchroderíEser,8 24, n.". 59, ambos con otras referencias.
520 Helmut Frister
do. Con ello, comete una nueva tentativa, por omisión, de la cual sin du-
da no ha desistido de modo excusantes4.Valorar como desistimiento de
la tentativa precedente al mismo tiempo una conducta que, por omisión,
pasa a cumplir nuevamente el respectivo tipo de tentativa, no puede
convencer. Por ello, para el desistimiento del $24,I, l.%ración, 2.%a-
riante, StGB, se debe exigir -en coincidencia con la concepción contra-
ria, que anteriormentetambién se hallaba en la jurisprudencias5- que
el autor se decida por el medio que ofrece mejores perspectivas de evitar
el resultado. En atención a que, si no, de todos modos él es punible por la
correspondiente tentativa de omisión, esta interpretación, que no está
totalmente exenta de problemas según el tenor literal de laleys6,se pue-
de compatibilizar con la prohibición de la analogía del art. 103,II,GG.
44 Para desistir de la tentativa, el autor no sólo tiene que decidirse por
evitar la consumación, sino también trasladar esta decisión a los he-
chos. La respuesta a la pregunta de con qué alcance debe ocurrir eso re-
sulta de una aplicación refleja de las regulaciones sobre el comienzo de
la tentativa(§ 22, StGB)y el abandono dela ulterior ejecución (5 24,I, 1."
oración, l.%ariante, StGB).El autor se esforzará por impedir la consu-
mación, tan pronto se ponga inmediatamentearealizar una acción que,
según su representación del acontecer, sea apta para evitar la consu-
mación, sin acciones ulteriores de su parte (al respecto, cf. n.". 23/27
SS.),es decir, p. ej., toma su celular con lamano parallamar auna ambu-
lancia. Si después de ese momento se comprueba que ya no es necesario
impedir la consumación o bien que al autor ya no le resulta posible ha-
cerlo, porque, p. ej., ya llega al lugar de los hechos una ambulancia que
había sido llamada por otra vía, eso ya no será óbice para un desisti-
miento8I. Pero, en caso contrario, el autor tendrá que realizar total-
mente su decisión de evitar la consumación. Si, después de ponerse in-
mediatamente aimpedir el hecho, abandona laulterior ejecución de ese
84
Cf. Jakobs,AT,n.%. 26/21;MünchKommlHerzberg, 8 24, n.". 115;sinembar-
go, estono vale si seniega demodo general-corno enBGH, NStZ-RR, 1996,p. 131;Hil-
lenkamp, Otto-FS, pp. 287 SS., con otras referencias- un deber de garante, por inje-
rencia, delautor doloso;encontra,empero,de modo convincente, d.Stein,JR, 1999,pp.
265 SS.
85 BGHSt, t. 31, pp. 46, 48 s.; como tendencia, asimismo, BGH, NJW, 1989, p.
2068;deladoctrina,en profundidad,cf. MünchKommlHerzberg,824,n.k. 155SS., con
otras referencias.
8"f., empero, también los argumentos expuestos en favor de la compatibilidad
con el tenor literal,enHerzberg, NJW, 1989,pp. 862,865 s., e ídem,Kohlmann-FS, pp.
37,47 SS.
SKIRudolphi,8 24, n.". 30; Schonke/Schroder/Eser, 5 24, n.". 71.
Capítulo24 -El desistimiento de la tentativa 521
b ) Mediante omisión
Según la delimitación dominante entre tentativa acabada e inaca- 45
bada (cf. n.". 24/14 s.), la cuestión de si un impedir la consumación o
bienun esfuerzodirigido a ello puede darse también por omisión sólo se
plantea si el autor no le impide a un tercero o a la propia víctima evitar
la inminente consumación del hecho, es decir, p. ej., si permite que la
víctima lesionada con peligro de muerte llame a una ambulanciag9.Pe-
ro, en realidad, eso tiene un significado general, más allá de este caso
específico. Pues en tanto sea posible impedir la consumación también
por omisión,en las consecuencias, son correctaslas posibilidades de de-
sistimiento fundamentadas en la jurisprudencia del Tribunal Supre-
mo Federal mediante el carácter determinante del así llamado "hori-
zonte del desistimiento", dejando de lado su defectuosa construcción.
Si, en virtud de una acción ejecutiva ya realizada totalmente, no ame-
naza producirse la consumación, pero el autor aún tiene la posibilidad
de consumar el hecho mediante otras acciones-p. ej., disparar otros ti-
ros-, podría impedir la consumación del hecho omitiendo esas accio-
nes, y, así, si bien no desistirá de la tentativa -como lo supone la juris-
prudencia- según el 24,I, l.%ración, l.%ariante, StGB, sí lo hará
conforme el 4 24,I, l.%ración, 2.%ariante y 2.%ración, StGB.
En general, en caso de desistimiento del autor único, se rechaza sin 46
mayor fundamentación la posibilidad de ese impedir por omisióng0,
aunque ella -tal como la propia opinión dominante reconoce al inter-
pretar el 4 24,II, StGB (al respecto, cf. n.". 29123)- tendría que ser
absolutamentecompatible con el sentido literal del concepto "impedir".
Así como omitir una acción que impida el resultado puede ser concebi-
da como causar (cf. n.". 22/18),así también omitir una acción que cau-
se el resultado puede ser concebida como impedir ese resultadog1.La
cuestión de si, y en qué medida, el concepto del 4 24,I, l.%ración, 2.%a-
riante, y 2.%ración, StGB, puede ser entendido efectivamente de esa
3 -La voluntariedad
Hastala nueva regulación del desistimiento, hecha en el marco de la 50
reforma del Derecho penal del año 1975, el requisito de la voluntarie-
dad -formulado por entonces de otra forma- rigió sólo para el aban-
dono de la ulterior ejecución del hecho. Para el caso de impedir la con-
"-' Sin embargo, jurisprudencia y doctrina en parte nivelaron esa diferencia y, pa-
ra el desistimiento del entonces 4 46, n.L2, StGB, exigían la voluntariedad; sobre el es-
tado de la discusión de esa época, d.L K I B ~(9.%d.,
C ~ 19741, $46,n.". 36 SS.
Capítulo24 -El desistimiento de la tentativa 525
IV - La relación sistemática
entre ambas alternativas de desistimiento
Segúnlaidea corriente, en caso del abandono de laulterior ejecución 54
del hecho (g 24,I, l.%ración, l.%ariante, StGB), se regula el desisti-
1 - Panorama
Acerca de la modiñcación de este principio por medio del $28, StGB, cf. n.".
25/30 SS.
Capítulo25 -La estructura básica de las formas de intervención 533
Respecto del 5 316, StGB: BGHSt, t. 18,pp. 6 SS.;t. 42, pp. 225,240;LKIKonig,
8 316, n.". 231; Schonke/Schroder/Cramer/Sternberg-Lieben, 8 315c, n.". 45; SKI
Horflolters, 8 316, n.". 13;NKIHerzog, 5 316, n.". 34, todos con otras referen-
cias.
Así, consecuentemente,NKIPuppe, 58 28, 29, n.". 75; SKIHoyer, 8 25, n."
m. 17SS.;de modo similar,también Roxin,ATZ,n.". 251288 SS., quien sin embargo no
quiere abandonar completamente el concepto de delito de propia mano.
536 Helmut Frister
ten, t. 2 , ~ ~ é n d Gn."6.
e,
m - La estructurade la coautoría
1 - Imputación del actuar en común
15 Mientras que la autoríamediata, en el fondo, sólo tiene un significa-
do aclaratorio, la coautoría fundamenta una responsabilidad por la ac-
tuación en común, que no se puede derivar por completode las reglas so-
bre autoría única. Mediante la coniunción con otras personas. dividien-
do el trabajo, en todos los órdenes de la vida los hombres tienén la posi-
bilidad de llevar a cabo proyectos de acción que ellos no habrían podido
realizar solos o que en todo caso habrían podido hacerlo sólo con un es-
fuerzo mucho mayor. El reverso de estas posibilidades de desarrollo am-
pliado es la correspondiente extensión de su responsabilidad. Quien se
pone de acuerdo con otros para realizar un proyecto tiene que asumir
que se le impute como acciones propias los aportes de los demás. La li-
bertad de hacer acuerdos en común produce la responsabilidad por la
obra realizada en comúnlg.
16 Esta responsabilidad existe conindependenciade la cuestión de si el
individuo ha causado los aportes de los demás intervinientesy así, me-
diatamente, la obra en común. En una comisión en común, si bien los
aportes al hecho tienen que estar referidos unos a otros, no hace falta
que estén causados recíprocamentez0.Si el jefe de una banda de delin-
cuentes reparte autoritariamente los roles a cumplir para la comisión
de un hecho, es decir, p. ej., si le indica a un miembro de la banda que
asalte al guardia nocturno que patrulla una galería comercial en la
planta baja, y determina a otro a ingresar en la joyería que se halla en
el primer piso, para hacerse traer lo sustraído, los ejecutores actuarán,
por cierto, conñando en que cada uno de los demás brindará su aporte
al hecho;pero la causa de esta confianza no esuna acción anterior de los
demás, sino el creer en la autoridad del jefe de la banda. Los ejecutores
que son miembros de la banda no habrán causado recíprocamente sus
aportes al hecho, y, sin embargo, serán punibles, igualmente,por unro-
bo cometido en común, según los $$249,25-11,StGB.
BGHSt, t. 3, pp. 4 SS.;t. 10, PP. 306,307; SK'Hoyer, 8 25, n.". 71 s., con otras
referencias.
l9 Cf. Jakobg Lampe-FS, pp. 561,568, con otrasreferencias.
20 Al respecto, en profundidad, y con otros ejemplos,Dencker, Kausalitat und Ge-
samttat (19961,pp. 130 SS.
Capítulo25 -La estructura básica de las formas de intervención 539
21 Así, RGSt, t. 58, pp. 279; t. 66, pp. 236,240; y en tiempo reciente, nuevamente,
Haas, ZStW, t. 119 (20071, pp. 519,534 SS.
Así,Puppe, GA, 1984,pp. 101,112,connota 43, y enSpinellis-FS,t. 11,pp. 915,
917 ss.;SKIHoyer, 8 25, n.". 133.
2" respecto, en profundidad, Dencker rnota 201, pp. 143 SS.,con otras referen-
cias. Defiende decididamente la posición contraria, p. ej., Stein, Beteiligungsformen-
khre (19881, pp. 313 SS.;al resp&o, cf. la crítica de ~ & e r zW,
, t. 105 (19931, pp.
445 SS., 482.
24
BGHSt, t. 37, pp. 106,129;Roxin,AT2,n.%. 25/213;MünchKommlJoecks, 5 25,
n.". 96;Dencker (nota 201, pp. 127s.;Knauer,DieKollegialentscheidungimStrafiecht
(20011,pp. 133 SS.;Renzikowski, Otto-FS,pp. 423,426 ss.;Reyes Alvarado,Jakobs-FS,
pp. 553,560 SS.:críticamente, NKmuppe, previo a 8 13, n.". 93;Hoyer,FS-Rudolphi,
pp. 95,98s.;NKISchild(l.%d.,14.%ntrega, 2003),previoa@25 SS., n.". 128,conotras
referencias.
25 Cf. MünchKommlJoecks,8 2 5 , n . k 44; Schonke/SchroderlCramer/Heine,obs.
previa a $8 25 SS.,n.". 86, con otras referencias.
540 Helmut Frister
tiene por consecuencia que esa acción le sea imputable a cada intervi-
niente, es decir, que su punibilidad deba serjuzgada como si él hubiera
realizado en su totalidad la acción respectiva. Por ello, en la coautoría
-a diferencia de lo que ocurre en la autoría mediata (alrespecto, cf. n."
m. 25/10 SS.)- no importa el carácter de propia mano de la comisión.
2 - Presupuestos de la punibilidad
que deben ser cumplidos en forma personal
a ) Posiciones de deberes especiales
19 De todosmodos, no entodoslos delitos es posible unacoautoría. Se de-
riva una restricción del hecho de que el § 25,II, StGB, sólo posibilita la
imputación de las acciones realizadas por los otros intervinientes. Res-
pecto de los demás presupuestos de la punibilidad rigen para la coauto-
ría las reglas generales, es decir, que un coautor, además de la conducta
típica, tiene qÜe cumplir en su los presupuestos de la punibili-
dad aue sean necesariosz6.Por ello. en los delitos es~eciales.sólo mede
ser coautor quien posea en sí mismo la posición de deber requerida en el
tipo. Así, p. ej., si un policía y un particular le dan una golpiza en común
aun sospechoso,para forzarlo a hacer una declaración en un proceso pe-
nal, solamente el policía será punible como (co-)autorde una coerción
para compeler a prestar una declaración ($4 343-1,n.", 25-11,StGB).El
particular, debido a que le falta la cualidad de funcionario público, sólo
será (co-)autorde unalesióncorporal y de coacciones ($8 224-1,n.", 240,
25-11,StGB).Sin embargo, respecto de la coacción para compeler a pres-
tar una declaración ($8 343-I,27,28-1,StGB), él podrá ser penado por
complicidad (al respecto, cf. n.". 25/29 SS.).
20 En la medida en aue, de la ejecución de determinada conducta des-
cripta en el tipo se diriie una posición de deber especial,
la restricción de la autoría al obligado especial conduce a que, en las
consecuencias,sólo puedan ser coautores los intervinientesque actúan
de propiamano. El ejemplomásimportante de ello sonlosdelitos de fal-
so testimonio ($4 153SS.,StGB).En razón de que la obligación de decla-
rar conforme ala verdad sólo alcanza al propio declarante, tales delitos
no sólo son de propia mano (cf. n.". 25/12), sino a la vez delitos espe-
cialesZ7,y, por ello, no pueden ser cometidos por otros intervinientes,
55 De otro modo, Niedermair, ZStW, t. 106 (19941,pp. 388,393 SS., quien concibe
un motivo especialmentereprochable del autor. como parte de una perturbación social
imputable aipartícipe;en sintido aprobatorio,~ o x i n ,n.".~ ~27/12.
~ ,
56 Cf., p. ej., Wessels¡Beulke,AT,n.". 559;KUhl,AT,n.". 201156 s.; en profun-
didad, SK'Hoyer, 5 28, n.". 6 SS., con otras referencias.
57 BGHSt, t. 22, p. 375 (377 SS.);Schonke/Schroder/Cramer/Heine,8 28, n.". 5,
con otras referencias.
58 Al respecto, cf. en profundidad, Grünwald, Armin-Kaufmann-GS, pp. 555,
567 SS.;Küper, Jakobs-FS, pp. 311,322, con otras referencias.
Cavítulo25- La estructura básica de las formas de intervención 549
59
BGH, NStZ, 2009, p. 95.
60 Cf., p. ej., Roxin,AT2, n.". 27/18; F'uppe,AT2,n.". 43/20; SKIHoyer,8 28, n."
m. 4, con otras referencias.
61 Puppe,AT2, n.". 43/23.
Así, primeramente, Cortes Rosa, ZStW, t. 90 (19781,pp. 413 SS.;6.además Ro-
xin,AT2, n.". 27/19 SS., y SKIHoyer, 5 28, n.". 1SS.,ambos con otras referencias.
550 Helmut Frister
tido del 8 28, StGB. El ejemplo más importante lo configuran los ele-
mentos del primer y tercer grupo de los tipos de asesinato (8 211, StGB),
los cuales -a diferencia de los elementos referidos al hecho, del segun-
do grupo- describen móviles especialmente reprochables para un ho-
micidio doloso. Para estos elementos del asesinato, la fractura de la ac-
cesoriedad, en general, está reconocida;pero está discutido si a ellos les
es aplicable el 8 28,I, StGB o el 8 28,II, StGB. Dado que sin elementos
del asesinato opera el tipo del homicidio (8 212, StGB),la doctrina de-
fiende con razón el punto de vista de que los elementos del asesinato in-
crementan la pena, y, por ello, sería aplicable a ellos el 4 28,II, StGBB1.
Ello conduce a la consecuencia correcta de que, para la cuestión de si el
partícipe de un homicidio doloso es punible por el tipo del asesinato o
del homicidio, sólo importen sus propios motivos y no los del autor.
44 Sin embargo, la jurisprudencia, fundándose en que el asesinato y el
homicidio serían tipos de diversa naturaleza, considera los elementos
del asesinato como fundamentadores de la punibilidadB2.Por ello, en
tanto sólo el autor haya actuado por motivos abyectos, ella pena tam-
bién al partícipe según el tipo del asesinato, y atenúa la pena conforme
al 8 28,I, StGB. En el caso inverso, de que sólo el partícipe haya actua-
do por motivos abyectos, condena al partícipe solamente por el tipo del
homicidio y considera el móvil abyecto existente en su persona sólo en
la medición de la pena. Esto es poco adecuado y, además, incluso incon-
secuente, porque, sin admitir una relación de niveles entre el asesina-
to y el homicidio, tendría que concebir la formulación "sin ser asesino"
del 8 212, StGB, igualmente como un elemento que fundamenta la pu-
nibilidad, y, entonces, en caso de móviles bajos del partícipe, la escala
penal del homicidio tendría que ser atenuada incluso aun según el 8 28,
1,StGBB3.Esta consecuencia absurda confirma que el punto de partida
de lajurisprudencia no puede ser correctog4.
Lecturas recomendadas: BGHSt, t. 36, pp. 2311235 (coautoría en tipos pe-
nales distintos); t. 41, pp. 116 (conceptode elementos personales especiales);
t. 50, pp. 1/11(elementos del asesinato y 28, WGB).
El elemento
existe sólo penado, conformeal 5 28,11,
enel autor La penadel partícipees por el delitogeneral. Para la punibilidad del partíci-
atenuadasegúnel§28,1. pe son determinantes, confor-
La penadel partícipees ....................
atenuada segúnelg 28, l.
Otra opinión: El partícipees
impune, según el 5 29.
cometido en coautoría ($5 212,25-11, StGB) alcanza con que cada uno
por sí mismo haya reconocido la posibilidad de una consecuencia mor-
tal de esa índole y la haya asumido, aprobándola.
hecho común y ejecuta así, a la vez - e n tanto él mismo sólo sea compe-
tente respecto de la toma de decisión-, la parte pensada para él.
"caso Mannesmann" -BGH, NJW, 2006, pp. 522 SS.-). El participar en la votación,
por sí solo, no alcanza para fundamentar la comunidad requerida para la coautona
(así, empero, Dencker [nota 11, pp. 182 s.; en contra, con razón, Knauer [nota 111,
pp. 206 SS.;MünchKommlJoecks,6 25, n.". 217 s., con otras referencias).
l9 Estalimitación apenas ha sido tratada hasta hoy enla docrina (d. empero, aho-
ra, Jakobs, Herzberg-FS, pp. 395,405 y 408). Puppe (GA,2004, pp. 129,133)insinúa el
problema en su crítica a la coautona imprudente, pero sin reconocer que la limitación
de la coautoría a la actuación conjunta con división del trabajo es igualmente necesaria
para el aduar doloso, respecto de la comisión de un hecho en el sentido del 8 52, WGB.
562 Helmut Frister
5 - La coautoría sucesiva
Como regla general, ya al comienzo del hecho habrá un plan del he- 12
cho vinculante. Pero, según la concepción general, una coautoría pue-
de estar fundamentada también en razón de que alguien se una a una
ejecución delictiva ya comenzada, es decir, p. ej., que le preste ayuda a
unladrónaue actúainicialmente solo vaue se esfuerzainútilmente Dor
romper el ;entanal de una joyería, deimantelandojunto con él el eLa-
parate del negocio. Sin embargo, está fuertemente discutido si, en ra-
zón de tal adhesión al hecho, pueden ser imputadaslas accionesparcia-
les ya realizadas. La cuestión es de especial importancia respecto de
elementos calificantesz5realizados antes de la adhesión y respecto de
delitos de varios actos realizados en parte. Si, p. ej., el ladrón al que el
otro le presta ayuda, había derribado a golpes, anteriormente, al guar-
dián, para poder desmantelar el escaparate de la joyería, se plantea la
cuestión de si al que se une al hecho también le es imputable el ejercicio
de violencia ya realizado y, con ello, es punible no sólo por hurto con
fractura en común ($5 242,243, n.", 25-11, StGB),sino por robo en co-
mún ($8 249,25-11,StGB).
13 En principio, la jurisprudencia del Tribunal SupremoFederal impu-
ta, en caso de adhesiónauna ejecución delictiva,elilícito parcial yarea-
lizado. Según esto, a quien participa en una acción punible unitaria en
conocimiento de lo ocurrido, tendría que poder imputársele la totali-
dadz6.La doctrina, en cambio, en general, tiene el punto de vista opues-
to. Presupuestomínimo de cualquier imputación sería la causalidad y,
por ello, no se le podríaimputar a un participante un acto parcial ya eje-
cutado, aun cuando éste sea parte de una acción unitaria en el sentido
del $ 52, StGBz7.Pero esta objeción desconoce que la responsabilidad
por coautoría, de modo general, no depende de la causación de los de-
más aportes al hecho (cf. n.". 25/16 s.). Su imputaciónresulta ya de la
comunidad de la acción y, por ello, es perfectamente posible imputarle
la acción en total, como algo hecho en común, aun a aquel que produce
esa comunidad recién durante la ejecución del hechoz8.
2"f. la fundamental sentencia de BGHSt, t. 2, pp. 344 SS.,en la que fue abando-
nada la anterior iurisurudencia contraria del 'hibunal del Reich.asicomoBGH. SStZ.
2008, pp. 280,281. A
29 Además hay otras concepciones que al menos hasta ahora no pudieron impo-
nerse; del tiempo más reciente, cf. Stein, Beteiligungsformenlehre(1988),y Heinrich,
Rechtsgutszugriffund Entscheidungstragerschaft (2002). Ofrece un panorama sobre
éstas y otras posiciones divergentes, Roxin, AT2, n.". 25/33 SS., y Sánchez Lázaro,
GA, 2008, pp. 299 SS., ambos con otras referencias.
Capítulo 26 -La coautoria 565
quienlo quiere tan sólo como ajeno30.En cambio, según la teoría del do-
minio del hecho, predominante en la doctrina, lo que importa ante todo
es la intervención en la ejecución del hecho. El autor se distinguiría de
un mero partícipe en que él dominaría objetivamente el acontecer que
conduce a la realización del delito por sí solo o bien -en el caso de la
coautoría-en comúncon otro;y puede detenerloo hacerlo seguir, según
su voluntad31.
1 - L a teoría subjetiva de l a autoría
a ) La teoría del «dolusn
La base de la teoría subjetiva de la autoría desarrollada en la juris- 15
prudencia del Tribunal del R e i ~ bajo h ~ ~la influencia de v. B ~ r i ~ ~ ,
miembro del Tribunal del Reich, es la reflexión de que, dentro de los
aportes necesarios para el hecho, no se puede distinguir entre aportes
importantes y menos importantes. Dado que también acciones prototí-
picas de complicidad -como conseguir el arma- son necesarias para
cometer el hecho común, la delimitación entre autoría y participación
no podría hacerse según el peso de los aportes al hecho, sino sólo según
la orientación de la voluntad de los intervinientes, es decir, según que
un interviniente tome por sí mismo (o tome en conjunto) una decisión
sobre la comisión del hecho común o quiera dejarla en manos de otros.
Según esto, un autor decidiría sobre la comisión del hecho común y lo
querría así "comopropio". En cambio, un partícipe se subordinaría a
la voluntad del autor. Le dejaría a éste la decisión sobre la comisión del
hecho y así lo querría solamente "como ajeno".
Si se toma al pie de la letra la teoría subjetiva de la autoría, ya una 16
reserva secreta de querer el hecho sólo sobre la base de la decisión de
otro excluye la llamada voluntad de autor o "animus auctoris". Pero
esto apenas podría corresponderse con las verdaderas intenciones de
esta teoría. Lo razonable es que la exigida subordinación a la voluntad
del autor frente a otros intervinientes tenga que ser al menos manifes-
tada, es decir, que ella tiene que estar contenida enel plan del hecho que
configura la base del actuar en común, para fundamentar la mera vo-
luntad de partícipe o "animus socii". Sin embargo, así como la "deci-
37 En elmismo sentido,yav. Buri, Zur Lehre uon der Teilnahme (1860),pp. 4 SS.
38 Cf. especialmente la interesante sentencia, desde el punto de vista histórico,
del "caso Staschynskij",BGHSt, t. 18,pp. 87 SS.
39 BGHSt, t. 38,pp. 315,319,conotras referencias.
40 BGHSt, t. 38, pp. 315,316.
42 Lobe, Einfuhrung in den Allgemeinen Teil des Strafrechts (19331, pp. 122 s.;
Welzel, ZStW, t. 58 (1939),pp. 491,539 SS.;Gallas, Materialien zur Strafrechtsreform,
t. 1(1954),pp. 121,127 s. y 132 SS.
43
La obra, aparecida por primera vez en 1963,ha llegado entretanto a la B.%&-
ción, del año 2006.
Cf. Roxin,AT2,n.". 251211, con otras referencias.
45 Roxin, AT2, n.". 251198 SS.;cf. también Kohler, AT, pp. 518 s.; Rudolphi,
Bockelmann-FS,pp. 369,372 ss.;Herzberg, JZ, 1991,pp. 859 SS.
Capítulo 26 -La coautoria 569
tervinientes, por el plan común del hecho. Cierto es que esa atribución
interna sobre la decisión de ningún modo es vinculantejurídicamente, y
por ello no desgrava de su responsabilidad a los eje~utores~~, pero, de to-
dos modos, ellale daunainfluenciadeterminantesobre el hecho a aque-
llos que toman internamente la decisión. Por ello, es adecuado conside-
rar que sea suficiente para la coautoría, además de la intervención en la
ejecución del hecho, tambiénunaintervención en la decisióninternaso-
bre la decisión de cometer el hecho. Quien no ejecuta el hecho por símis-
mo es coautor, independientemente del peso de su aporte, si, según el
plan común, tiene que decidir sobre la comisión del hecho.
Así, la cuestión de si un interviniente que presta solamenteun apor- 26
te al hecho que no sea durante su ejecución debe ser penado como coau-
tor o como cómplice no depende del peso de su aporte, sino de que él ha-
ya participado en la decisión sobre la comisión del hecho. El indiscuti-
dojefe de una banda que se reserva para sí mismo la parte de estar de
campana, comparativamente menos peligrosa, será coautor, en razón
de su atribución interna excluyente sobre la decisión, aun cuando el es-
tar de campana, en el caso concreto, carezca de toda importancia. Lo
mismo rige para el miembro de un trío de asaltantes que si bien no de-
cide por sí solo cometer el hecho, sí lo hace con la misma atribución que
sus compañeros, que ejecutan el hecho. En cambio, quien está de cam-
pana sin haber tenido, según el plan común del hecho, al menos un de-
recho de convenir algo sobre la comisión del hecho, ni ejecuta el hecho
ni incide en la decisión sobre su comisión. Por ello, él brinda sólo una
complicidad,aun cuando el estar de campana, en el caso concreto, haya
sido de especial importancia para cometer el hecho.
Las acciones de participación en el estadio preparatorio deben ser 27
juzgadas del mismo modo. El jefe de banda indiscutido, en cumplimien-
to de cuyas instrucciones se comete un delito, debe ser penado como
coautor solamente en razón de su decisión interna determinante. La
cuestión de si él mismo define con detallesla realización del hecho o si es-
to igualmente queda en manos de otro miembro de la banda más espe-
cializado, carece de importancia para la autoría. Lo mismo rige para el
miembro del directorio de una empresa que le haya encargado a sus co-
laboradores cometer un delito contra el medio ambiente. En cambio, in-
cluso una planificación que se lleve a cabo hasta el más mínimo detalle
no fundamenta una coautoría, si el que diseña el plan deja en manos de
otro participante el decidirse por la comisión del hecho. Así, aquel que,
como especialista logístico, se limita a elaborar planes detallados para
cometer hurtos con fractura, sólo brinda complicidad, aun cuando, sin
su dan, la comisión de los hechos fuera difícilmente concebible. Su ac-
ó,n de participación no debe serjuzgada de otra forma que si procurase
un instrumento especial, sin el cual los hechos posiblemente también
fueran diñciles de cometer.
28 En el caso de hechos punibles que sondispuestospor varios nivelesje-
rárauicos -como los crímenes del nacional-socialismo u otros hechos
ilícitos de carácter estatal-, la intervención en la decisión interna que
hace falta reside ya en el hecho de que otro seainstruidopara cometer el
hecho. La cuestión de si esto se hace por indicación de unaposiciónsupe-
rior - e n contra de la tendencia a admitir en tales casos solamente com-
plicidad, aparecida en la jurisprudencia al enjuiciar los hechos punibles
del nacional-socialismo55- carece de importancia para delimitar entre
autoría y participación. Tal orden superior no le atribuye al que dala or-
den el carácter de autor, así como el ejecutor no se convierte en cómplice
por el hecho de que cumpla su orden. Sin embargo, lo que en tales casos
es requisito de la coautoría es que el respectivo interviniente disponga
efectivamente de un poder propio de dar la orden. La mera transmisión
de la instrucción a otro no fundamenta la coautoría. Un mensajero que
solamentele entrega a un soldado la orden de su superior de que cometa
un crimen de guerra, no por eso interviene en la decisión sobre la comi-
sión de tal hecho. Por ello, no es punible como coautor, sino-si conoce el
contenido de la orden- sólo por complicidad en el hecho cometido.
29 De ese modo, en las consecuenicas es posible delimitar entre autoría
y
.. participación adecuadamente, sin recurrir a una consideración total
que no sirija por parámetrosobjetivos. Lanecesidadde ampliarla coau-
toría más allá del ámbito de la eiecución del hecho de ~ r o ~manoi a deri-
va de que la decisión sobre la comisión del hecho no proviene interna-
mente del ejecutor mismo, sino que puede ser tomada por otros intervi-
nientes. Por ello, conla competencia para decidir que deriva del plan co-
mún al hecho, se pueden abarcar 1;s casos en lo; cuales es necesario
ampliar la coautoría más allá de la ejecución de propia mano.Aplicar es-
te criterio de delimitaciónno fracasará por el hecho de que el plan común
no en todos los casos contengaunaregulación de la competenciainterna
para decidir. Cuando no hay talregulación-que se pueda establecer en
forma concluyente-, la competenciainterna para decidir se correspon-
de a la externa, es decir, que son punibles como coautores todos los eje-
cutores. Esto también es adecuado, en razón de que entonces los otros
intervinientes han dejado en manos de aquéllos la decisión de cometer
el hecho o no.
55 Al respecto, cf. Freudiger (nota 521, pp. 151SS., con otras referencias.
Capítulo 26 -La coautoria 573
En las consecuencias en el mismo sentido, Roxin, JR, 1991, pp. 206 SS.;Herz-
berg, JZ, 1991,pp. 856 ss.;Puppe, NStZ, 1991,pp. 571 SS.;Stein,StV,1993,pp. 411 SS.;
Graul,Meurer-GS,pp.89,97ss.;diferenciando,Eisele,ZStW, t. 12(2000),pp. 745,760SS.
Enesamedida, es acertada la decisión de BGHW, t. 37, pp. 289,293; de otra opi-
nión, Puppe, NWZ, 1991,pp. 571,572s. y Eisele,ZStW,t. 112(2000),pp. 745,761SS., con
otras referencias.
60 Cf. RoxinAT2. n.". 251267 SS.: Jakobs.AT. n.". 211116 SS.: SchonkeISchro-
m.
dertCrameríHeine,obs. previa a 83: 25 SS., n." 84s.; ~ ü n c h ~ o m m ~ ~ o e3: c25,
k sn."
,
m. 43; WesselsíBeulke,AT,n.". 522, todoscon otrasreferencias; en rechazo,SKIHoy-
er, 5 25, n.". 21 SS., conotras referencias.
574 Helmut Frister
61 Roxin,ATB,n.". 251271.
62
Así, acertadamente, Schonke/Schroder/Cramer/Heine,obs. previa a 55 25 SS.
n.". 84a; MünchKommlJoecks,8 25, n.". 43.
En cambio, en favor de una mera autoría por omisión,Schmidhauser,AT,n.".
14/51;Herzberg, Taterschaft und Teilnahme (19771,pp. 83 s.;probablemente también,
Kindhauser, LPK-StGB,5 25, n.". 18.
Así, acertadamente, Jakobs,AT, n.". 211116.
Capítulo 26 -La coautoria 575
Para un caso de esa configuración, cf. BGHSt, t. 37, pp. 106SS.;t. 48, pp. 77 SS.
69 BGHSt, t. 48, pp. 77,94 SS., considera prescindible establecer los presupuestos
de la coautoría -probablemente en razón de la regla adicionalpostulada para los casos
de causalidad alternativa respecto de la fórmula de la condicio sine qua non (d. n.".
9/10 SS.)-.
70 BGHSt, t. 37, pp. 106,114; Dencker (nota 11,p. 168.
Capítulo 26 -La coautoria 577
71 Sobre este caso, cf. BGHSt, t. 40, p. 257. Enlas consecuencias, la Sala ha admi-
tido una autoría mediata por omisión - e n razón de clasificar en la autoría mediata el
llamado dominio de la organización (alrespecto, cf. n.%. 27/38 SS.)-.
72 Cf. la exposición que hace Roxin,ATB,n.". 311125 SS., con otras referencias.
73 Ranft, ZStW, t. 94 (1982),pp. 815,823 SS.;Jeschecweigend, AT, 8 64,III,5;
KUhl,AT,n.%. 201230; LacknerKuhl, 8 27, n.". 5.
578 Helmut Frister
1 - La necesidad de un defecto
de voluntad en el instrumento
La estructura de la autoríamediata ya fue explicada (n.". 2518 SS.). 1
Por ello, el objeto de este capítulo es sólo la delimitación respecto de la
participación, es decir, la concreción del requisito de que un autor me-
diato tiene que utilizar como instrumento del hecho a un intermedia-
rio, sinlavoluntad de éste.Al igual que los límites de la coautoría (cf. n."
m. 26/20 SS.),también los de la autoría mediata son definidos en la doc-
trina, mayoritariamente, mediante el concepto de dominio del hecho.
Según Roxin, es característico de la autoría mediata una forma deter-
minada de manifestacióndel dominio del hecho, el llamado dominio de
lavoluntad. El autor mediato, dice, tiene el dominio sobre el acontecer
que conduce a la realización del tipo, porque domina la voluntad de
quien ejecuta el hecho1.
Pararespondera la pregunta de bajo qué presupuestos se debe admi- 2
tir un tal dominio delavoluntad,estámuy extendidala opiniónque pos-
tulaun así llamado principio deresponsabilidad2,según el cual sólo se
podría dominar la voluntad de otro si ésta no fuera una voluntad libre.
Por consiguiente,se excluyeuna autoríamediata cuando el actuante di-
recto es él mismo penalmente responsable por el hecho cometido. La ju-
risprudencia se contradiría +sta es la reflexión que subyace al princi-
pio de responsabilidad3-, cuando, por un lado, hace responsable al que
actúa directamente -presuponiendo así la libertad de su decisión de
acción-, y, por otro, considera su conducta dominada por el hombre de
atrás -viéndola así como no libre-. Por ello, según este criterio, al me-
nos como principio, no podría haber un así llamado "autor detrás del
autor".
3 Si bien esa argumentación parece a primera vista convincente,ten-
dría que conducir, para ser consecuente, a negar una autoría mediata
incluso ya en caso de que el ejecutante sea punible por imprudencia.
Conforme a ello, si, en el ejemplo dado en n.". 2516, la enfermera hu-
biera podido darse cuenta de que al recibir la instrucción del médico de
suministrar un supuestoanalgésico, de lo que se trataba era en verdad
de un veneno letal, el médico ya no sería punible como autor mediato.
Nadie extrae esa consecuencia y ésta sería también inadecuada en sus
resultados. Adiferencia de lo que haceun partícipe, el médico no deja en
manos de la enfermera la decisión de llevar a cabo su proyecto de ac-
ción.Antes bien, por medio del engaño él impide que la enfermera deci-
da acerca de si el paciente morirá envenenado o no. Él pasa por alto la
voluntad opuesta de ella y, por eso, con razón, es penado como autor me-
diato por homicidio o asesinato.
4 Así se demuestra que, en contra del principio de responsabilidad,
también en el marco de la autoría mediata, la responsabilidad penal de
una persona no es ningunarazón, como tal, para desgravar a otra (cf.ya
n.". 10112).Lo decisivo para fundamentarla autoría mediata no es la
cuestión de si el hombre de adelante actúa en forma no libre en el senti-
do jurídico-penal, sino si el hombre de atrás puede decidir sobre la co-
misión del hecho, con prescindencia de una voluntad en sí contrapues-
ta del ejecutor. Por ello, la autoría mediata no presupone un defecto de
punibilidad, sino solamente un defecto de la voluntad del sujeto inter-
medio en el hecho. Éste tiene que haber cometido el hecho en virtud de
un error (al respecto, infra, n.". 6 SS.),bajo coacción antijurídica (al
respecto, infra, n.". 24 SS.) o en un estado en que no tenga capacidad
de decisión o la tenga considerablemente disminuida (al respecto, in-
fra, n.". 34 SS.).
5 Sobre la base de una consecuenteteoría subjetiva de autor (cf. n.".
26/15 SS.),para fundamentar la autoría mediata bastaría ya la repre-
sentación de que existe tal defecto de voluntad4. Pero difícilmente se
podríainterpretar hoy lajurisprudenciaen ese sentido. En el ámbito de
la autoría mediata, ella se ha acercado ala teoría del dominio del hecho
conmayor fuerza que en el de la coautoría5.Las sentenciasmás recien-
tes operan con el concepto de "dominio objetivo llevado por la voluntad
l7 BGHSt, t. 35, pp. 347 SS., con comentario crítico de Küper, JZ, 1989,pp. 937 SS.
BGHSt, t. 35, pp. 347,353 s.; en elmismo sentido, BGHSt, t. 40, pp. 257,267.
l9 Herzberg, Taterschaft und Teilnahme (1977),pp. 22 s.; Schonke/Schroder/Cra-
mer/Heine, $ 25, n.". 38;Puppe,AT2, n.". 40131.
20 Schonke/Schroder/Cramer/Heine,$ 25, n.%. 38; SKIHoyer, $ 25, n.". 74,77;
con restricciones, también MünchKommlJoecks, $ 25, n.". 93; Roxin, AT 2, n.".
25/82 SS., con otras referencias.
21 Al respecto, cf. Roxin,AT2,n.". 25/91 s., con otras referencias.
22 SKIHoyer, $ 25, n.". 77; Schonke/Schroder/Cramer/Heine,8 25, n.". 22; Ro-
xin,AT2, n.". 25/96 SS.;críticamente, MünchKommlJoecks,$25,n.". 99 SS.;Koch,
JuS, 2008, pp. 399,402.
Capítulo27- La autoría mediata 589
C) Otros errores
2 - iNecesidad de un engaño?
17 Parte de la doctrina defiende la concepción de que un autor mediato
tiene que provocar por sí mismo el error de su instrumento mediante
engaño. Según este punto de vista, aquel que incita a cometer un hecho
a una persona que ya se halla en error -aun cuando él sepa exacta-
mente que el otro cometerá el hecho sólo enrazón del error- sólo debe-
ría ser considerado autor mediato en caso de que exista un deber de es-
clarecer la situaciónz7.Sin embargo, las exigencias de este deber de es-
clarecimiento no son demasiado estrictas. Especialmente bastaría el
deber general de auxilio del 4 323cZ8,de modo que en caso de delitoscon-
tra la integridad corporal o la vida el aprovecharse de un error siempre
constituye un engaño por omisión. Por tanto, aquel que incita a una en-
25
MünchKommlJoecks, 9 25, n.". 115.
26 Lmedemann, 263, n.". 9, con otras referencias.
27
Schmidhauser,AT,n.". 14/42;SKIHoyer, 5 25,n.". 105 s., con otras referen-
cias.
28 SKíHoyer, 5 25, n.". 105; de otra opinión, sin embargo, ídem, Herzberg-FS,
pp. 379,390.
Capítulo27- La autoría mediata 591
b ) Coacción exculpante
26 Si una situación de coacción no justifica al ejecutor, sino que sólo lo
exculpa, el hombre de atrás podría ser penado también como partícipe,
en virtud de la accesoriedad limitada (cf. n.". 25/24), igual que si se
tratara de un error relevante en la culpabilidad (cf. n.". 27/10). Con
prescindencia de ello, una situación de coacción exculpante es conside-
rada con razón como uno de los casos clásicos de autoría mediata3? así,
siA compele a B a matar de un tiro a C, apuntándole con un arma, será
autor mediato de homicidio o asesinato mediante B, que actúa como
instrumento inculpable, según el $35,I,StGB. Rige algo equivalente
siA, enuna excursión por lamontaña, produce exprofesouna situación
en la que B sólo pueda salvarse de una caída mortal cortando una soga
de la que pende C. Si, en este caso, B corta la soga y por ello muere C,A
será igualmente autor mediato de homicidio o asesinato mediante B,
que actúa como instrumentoinculpable.
35 De otro modo, sólo Puppe,AT2, n.". 4015 y 12,quienllega a las mismas conse-
cuencias por vía de la actio illicita in causa.
36 Schonke/SchFoder/Cramer/Heine,5 25, n.%. 33; SKIHoyer, 5 25, n.". 51; Ro-
xin,AT2, n.". 25/47, con otras referencias;de otra opinión,NKISchild, 5 25, n.". 60
(sobresu concepción, 6.ya nota 14).
Cavítulo 27- La autoría mediata 595
Schonke/Schroder/Cramer/Heine,?j25, n.".
37 35; MünchKommlJoecks, 5 25,
n.". 56; Puppe,AT2,n.". 40112; Roxin,AT2,n.". 25/48, con otras referencias.
38 Roxin,AT2,n.". 25/48.
39 Roxin,AT2,n.". 25/50.
40 SWHoyer, 8 25, n.%.lOl.
41 Aligual que en la coacción-en tanto el anuncio sea tomado en serio-también
en la amenaza es posible intimidar con un mal simulado o sobre el cual el autor no pue-
de influir realmente; 6.Mitsch, BT2/1(2.%d., 20031, n.". 3/32, con otras referen-
cias.
596 Helmut Frister
3 -Auto-daño coactivo
En caso de lesión coactiva de bienes jurídicos propios, faltará un he- 32
cho principal apto para la participación, de modo que el hombre de
atrás puede ser penado como autor mediato o no puede serlo en absolu-
to. De todos modos, la opinión dominante aplica en este caso igualmen-
te el parámetro del $ 35, StGB, es decir, que admite una autoría media-
ta sólo en caso de situación de coacción existencial, que si se tratara de
la lesión de un bien jurídico equivalente ajeno, sería una situación ex-
~ u l p a n t ePero
~ ~ .esta así llamada solución de la responsabilidad no es
convincente ya por el hecho de que hace surgir contradiccionesvalora-
tivas con el consentimiento.Así, si A compele a B, mediante la amena-
za de revelar hechos que afectan su honor, a que consienta en que sea
rayado su automóvil, este consentimiento seráineficaz. Si él lo coaccio-
na de la misma forma a rayar por sí mismo el auto, difícilmente se po-
drá valorar esto como un mero auto-dañoimputable al afectado.
Para evitar esta contradicción, una difundida concepción en la bi- 33
bliografía pone exigencias menores, excepcionalmente, a la coacción
que hace falta para la autoría mediata, cuando el lesionado mismo es
usado como instrumento. Según esta así llamada solución del consen-
timientohabría yauna autoríamediata, cuandoun consentimiento del
compelido sería ineficaz en razón de la coacción48.Desde el punto de
vista de las consecuencias, esto significa que, en caso de coacción del le-
sionado, cualquier coerción antijurídica en el sentido del $240, StGB,
fundamenta la autoría mediata. Si bien esto es correcto, vale por igual
-como se dijo- en caso de coacción de un tercero. Respecto de la res-
ponsabilidad por la situación de coacción, tampoco en el auto-daño
coactivo valen reglas especiales. Si, en el ejemplo dado en n.". 27/30,
D no le alcanza a B, sino a C, el cuchillo con el cual éste corta por sí mis-
mo la cuerda para salvar a B, D no será autor mediato, sino que sólo
prestará una ayuda impune al suicidio de C.
4 U a amenaza con una omisión es punible como coacción, segúnla concepción co-
rrecta, pero discutida, aun cuando elautor no tenga un deber jurídico de actuar; alres-
pecto, cf. LKmagerlAltvater, 240, n.". 62/64,con otras referencias.
47 Schonke/Schroder/Cramer/Heine, 25, n.". 10;Ro2in,AT2, n.". 25/54 SS.,
ambos con otras referencias.
48
Geilen, JZ, 1974, pp. 151s.; Herzberg, JuS, 1984, p. 369; WesselsiBeullte,AT,
n.". 539; Puppe,AT2, n.". 40112 SS., con otras referencias.
598 Helmut Frister
59 Roxin, GA, 1963, pp. 193 SS. yAT2, n.". 251105 SS.; siguiéndolo a él, p. ej.,
Schonke/Schroder/Cramer/Heine,$25, n.". 25a; StratenwerthIKuhlen, AT 1,n.".
12165 SS.; Kuhl,AT, n.". 20173 SS.; Wessels/Beulke, AT, n.". 541; críticamente, SKI
Hoyer, 8 25, n.". 9 1 s.; MünchKommlJoecks, 8 25, n.". 129 SS., todos con otras refe-
rencias.
Acerca de este criterio, e n profundidad, Roxin, Grünwald-FS,pp. 549,556 SS.
61 Roxin,AT2, n.". 251111, con otras referencias.
Capítulo27- La autoría mediata 601
62 BGHSt, t. 40, pp. 218,232 5s.; t. 45, PP. 270,296;t. 48, PP. 77,90s.
63 BGHSt, t. 40, pp. 218,236; t. 45, PP. 270,296;t. 48, PP. 77,90 s.
BGHSt, t. 43, pp. 219, 231 s.; al respecto, críticamente, Roxin, AT 2, n."
251129 s.
e5 En el mismo sentido, JeschecWWeigend, AT, 62, 11, 8; Jakobs, AT, n.".
211103; KreylNuys,Arnelung-FS,p. 203 (220 SS.),con otras referencias.
M:! Helmut Frister
gro. En cambio, aquel que omite impedirle a un niño de trece años arro-
jar un bebé al agua y matarlo de ese modo, será autor mediato de un ho-
micidio o asesinato, como autor por omisión, sólo si está obligado como
garante a conjurar el peligro ($8 211,212,25-1,2.%ariante, 13, StGB).
En caso contrario, será punible solamente por omisión de prestar auxi-
lio (8 323c, StGB).
El ámbito de aplicación de la autoría mediata está limitado a los delitos de resultado (n.". 25/10 sr.).
Dado que ellos constituyen, en esa medida, una forma de manifestación especial de la autoria directa (n."
m. 2518). su análisis debe hacerse en correspondenciacon la estructura general de los delitos de resultado.
En la cuestión desubsunción, la acción del posible autor mediato-y no la de su eventual instrumento-
debe designarse como acción del hecho. Una divergencia respecto de la estructura general se deriva sola-
mente en la medida en que, en el tipo, también tiene queser analizado el dominio del hecho.
A. Tipo
l. Tipoobjetivo
1. Eventualeselementosdel tipoa cumplirse personalmente(n.%. 25110~s.)
2. Producción del resultadotipico
3. Causaciónmediata deese resultadomediantela acción caracterizada en la cuestión
desubsunción(n.". 25/05.)
4. Reprobaciónjurídicadelaclasey maneradelacausación del resultado=imputación
objetiva
a) Riesgojurídicamente reprobadodeque se produzca un resultado
b) Realización deese riesgoen el resultado producido
5. Dominio del hecho en virtud de falta devoluntad en el intermediario en el hecho
(n.". 2711 5s.)
II. Tiposubjetivo(n.%. 271445s.)
1. Dolo respecto deeventualeselementosdel tipo a cumplirse personalmente
2. Dolo respecto de la posible causación mediata del resultado
3. Dolo respecto de las circunstanciasquefundamentan la imputación objetiva
a) Conocimiento de un riesgojuridicamente reprobado
b) Realizacióndel riesgo reconocido, en el resultadoproducido= imputación al dolo
4. Conocimiento de las circunstancias que fundamentan el dominio del hecho
5. Eventualeselementosde intención a cumplirse personalmente(n.%. 25/14)
B. Antijuridicidad y culpabilidad
- sin particularidades (n." m. 25/14)
11 - La instigación
La ley considera la instigación como una forma de intervención de 12
igual gravedad que la de la autoría. Conforme al 26, StGB, quien de-
termina a otro a cometer un delito es penado igual que un autor, es de-
cir, del mismo modo que si él mismo hubiera tomado la decisión sobre la
comisión del hecho. Detrás de ello se halla la idea de que el autor inte-
lectual de un hecho es responsable de éste en la misma medida que el
propio actuante. Por consiguiente, el "determinar"al hecho que carac-
teriza a la instigación, es entendido tradicionalmente como una auto-
ría intelectual, es decir, como causación de la decisión al hecho tomada
por el autor. En principio, esta definición es aún actualmente reconoci-
da. Sin embargo, se discute si la relación psíquica entre la acción del
instigador y la decisión al hecho se designa correctamente con el con-
cepto de causalidad, así como también cómo debe ser entendida en las
particularidades (alrespecto,i n f r a , n.". 13 SS.). Más allá de ello se dis-
cute si alcanza cualquier causación de la decisión de cometer el hecho o
si hay que hacer exigencias adicionales para la acción de instigar (al
respecto, i n f r a , n.". 21 SS.).
1 - El causar la decisión d e cometer el hecho
a ) Concepto y constatación de la causalidad
Al entendimiento tradicional de la instigación como causación de la 13
decisión al hecho se le objeta, en parte, que una tal causalidad psíqui-
ca no es compatibleconlalibertad de decisión del autor. Dado que el au-
tor -dice este criterio- no tiene por qué ajustarse a una incitación a
cometer el delito, su decisión a l hecho no está condicionada por unains-
tigación, con arreglo auna ley, y, entonces, tampoco está causadaz3.Es-
ta crítica se basa en la idea de que la constatación de la causalidad pre-
supone leyes causales estrictas, en razón de las cuales pueda ser pro-
nosticado con seguridadque en caso de que se dé el suceso causal "a" se
producirá el suceso '13".Pero esto no es correcto, tal como ya se expuso
(cf. n.". 9/34 SS.). La acción de instigar no tiene que ser una condición
suficiente para la decisión del autor de cometer el hecho, sino solamen-
te una condición necesaria, es decir, que lo que importa es tan sólo que
la decisión al hecho no se habría tomado si no hubiera sido por la insti-
gación. Tal constatación es compatible sin más con lalibertad del autor
de no seguir la incitación a que cometa el hecho.
14 La causalidad de la acción de instigar respecto de la decisión al hecho
sin duda está dada cuando el autor no había pensado anteriormente en
absoluto en cometer el hecho respectivo. Así, p. ej., si es reciénA quien
lo hace llegar a B a la idea de resolver sus problemas económicos asal-
tando un banco, aquél habrá causado una decisión correspondiente de
B. La posibilidad de que B aun sin esa incidencia casualmente habría
podido llegar alamisma idea, es de naturaleza puramente mental -en
tanto no haya puntos de apoyo concretos al respecte, y, por ello, que-
da fuera de consideración. A la inversa, la causalidad de una acción de
instigar respecto de la decisión al hecho debe ser negada, inequívoca-
mente, cuando el autor es un "omnimodofacturus", es decir, cuando él
mismo no sólo ya había pensado en el hecho respectivo, sino que tam-
bién ya estaba firmemente decidido a cometerloz4.SiA le propone a B
asaltar un banco, lo que éste, de todos modos, quería cometer, aquél no
habrá causado la decisión de B. En un caso así, será punible solamente
por tentativa de instigación o, dadas ciertas circunstancias, también
por complicidad psíquica en el hecho de B (respectode esto último, cf. n."
m. 28/41SS.).
Sin embargo, en tiempos recientes se critica cada vez más el concepto de
omnimodo facturusZ5.Se le objeta que para la instigación sólo debería
interesar la causación de la decisión al hecho existente al ser cometido,
es decir, al momento en que el autor se pone inmediatamente a realizar
el tipo. Un estar ñrmemente decidido en un momento anterior precisa-
mente no está reconocido por el ordenamientojurídico -tal como lo de-
muestran las reglas sobre el comienzo de la tentativa- como una deci-
sión al hecho vinculante (sobre el requisito de la consciencia de realiza-
ción, n.". 1lí9 SS.). Por ello, no se podría excluir -dice este criterio-
que incluso la decisión al hecho tomada por un autor ya "firmemente"de-
cidido a cometerlo al momento de la acción de instigación, se funde en
esa acción, enla medida en que, sin ella, habría podido distanciarse aún
de su plan de acción. Si bien eso, en principio, es correcto, en la práctica
muy difícilmentese podrá constatar una causalidadde esanaturaleza y,
24
Cf. MünchKommlJoecks,8 26, n.". 23, con otras referencias.
25 SK'Hoyer, 8 26, n.". 8; Puppe,AT2, n.%. 3816 y 41/12 SS., en cada caso con
otras referencias.
Capítulo28 -Laparticipación 6 15
26, StGB). El hurto con elementos del robo que se ha cometido (4 252,
StGB)es un exceso del autor, al queA no ha instigado.Al igual que en la
coautoría,también enlainstigaciónesto es tratado tradicionalmenteco-
mo problema de dolo41.Pero al hacerlo así se pasa por alto que un insti-
gador tiene que haber aconsejado a realizar el hecho cometido por el au-
tor. En caso de un exceso del autor, falta ese presupuesto y, con ello, ya el
tipo objetivo de la instiga~ión~~.Incluso si A, en el ejemplo anterior, ha
contado con que B, al hurtar, sería descubierto y ejerceríaviolencia para
asegurarse el botín, no será punible - e n tanto no haya aconsejado rea-
lizar tal conducta- por instigación al hurto con elementos del robo.
26 La cuestión de si él hecho cometidopor el autor está cubierto aún por
el consejo del instigador tiene que ser resuelta, eventualmente, por in-
terpretación. Como regla general, al que da el consejo no le interesa la
forma y modo en que se cometa el hecho, de manera que las desviaciones
en las modalidades de la ejecución como, p. ej., el que sea cometido en
otro momento o en otro lugar son inocuas. Incluso podrá haber un inter-
cambio de objeto de la acción y muchas veces será posible según el con-
tenido del consejoimpartido. Si, en el marco de una actividadterrorista,
el autor hace explotar untrenICE diferentey, así, mata aotras personas
que las previstas originariamente, ello estará cubierto aún, con seguri-
dad, por el consejo del instigador. Pero si el consejo se refiere a la lesión
de una persona completamente determinada,entonces la lesión de otra
persona no constituye más el acatamiento a ese consejo. Así, si A le ha
pedido a B que golpee a C,a quien él odia, no será punible por instigación
consumada si B, en lugar de hacer eso, le propina la golpiza a su propio
enemigo D43.En un caso así,A cometió solamente una instigación ten-
tada, que en caso de delitos menos graves*no es punible ($30,1,StGB).
27 Aligual que enlacoautoría(cf.n.". 26/11),sinembargo, alcanza con
que la decisión al hecho actuada se corresponda con el consejo objetiva-
mente dado44.SiA, en el ejemplo anterior, golpea a D en la creencia de
que se trata de C, no por ello existirá un exceso. Un tal error inpersona
esa medida alcanza con el conocimiento de que el autor actúa por las ra-
zones respectivas. Aquel que determina a otro a realizar una estafa
($ 263, StGB)comete una instigación a ese delito, aun cuando a él mis-
mo no le interese que el autor se enriquezca o enriquezca a algún terce-
ro. Para el tipo subjetivo de la instigación basta con el conocimiento de
que el autor actúa con la intención de enriquecimiento. Lo mismo rige,
en principio, no sólo para el caso de los motivos que caracterizan el ti&
delictivo respectivo, sino también para los que fundamentan o incre-
mentan el merecimiento de pena -como ocurre, p. ej., con los elemen-
tos del asesinato del primero y tercer grupos-. Sin embargo,la falta de
tales motivos en la persona del instigador tiene importancia en la me-
dida en que atenúa el merecimiento de pena de la instigación.Al res-
pecto hay que tomar en cuenta la aplicación de la reglas del $28,StGB,
que relajan la accesoriedad (al respecto, 6.n.". 25/29 SS.).
111 - La complicidad
61
Así, explícitamente, Roxin,AT2, n.".
261214.
Alrespecto, d.con mayor detalle, Puppe,AT2, n.". 4215, y demodo similar,
tambiénBGH,NJW, 2007, pp. 384,389.
626 Helmut Frister
63 Así, en las consecuencias, ya Herzberg, GA, 1971,t. 1,pp. 5 SS.;cf. también Ja-
kobs, Herzberg-FS, pp. 395,400 SS.
M Al respecto, cf. Dencker, Kausalitat und Gesamttat (19961, pp. 274 s.
Capítulo28 -Laparticipación 627
2 - La delimitación respecto
de la complicidad tentada
En la bibliografía se exige una causalidad de la acción de participa- 38
ción sobre todo en razón de que se cree que sólo de esta forma se puede
realizar una delimitación clara respecto de la complicidad tentada. Se-
gún este punto de vista, renunciar al requisito de la causalidad amplia-
ría el tipo de la complicidad consumada a los casos de tentativa y por
medio de eso se dejaría de lado la decisión valorativa del legislador de
dejar impune la complicidadtentada". De hecho, la jurisprudencia ha
usado el concepto inespecífico del favorecimiento de modo diferente,
para borrar los límites entre una complicidadconsumada y una compli-
cidad tentada, impune según el Derecho vigente. Así, el !i'ribunal del
Reich defendióla concepción de que el conseguir aparatos para realizar
un aborto ilegal debe ser valorado como prestar una ayuda en forma
consumada, aun cuando estos aparatos no hayan sido utilizados en la
ejecución del hecho@.La doctrina observa conrazón que en casos de esa
índole existe regularmente (sobre las excepciones,cf. n.". 28/40) sólo
una complicidad tentada impune. Pero la razón de ello no es la falta de
causalidad o de incremento del riesgo, sino el hecho de que el conseguir
los aparatos fue sólo parte de un aborto planeado, pero no del aborto
efectivamente cometido.
Forman parte del hecho cometido solamente aquellos actos parcia- 39
les que están contenidos en el plan del hecho efectivamente ejecutado.
Por ello, una acción es una parte del hecho cometido, sólo si al momen-
to de la ejecución aún sirve a uno de los fines perseguidos con el hecho.
Si la acción en cuestión pierde su sentido -p. ej., porqueel autor no uti-
liza en absoluto el instrumental aue se le ha dado-vaantes del comien-
zo de la ejecución típica, si bienserá una parte del hecho originaria-
mente planeado, no lo será del cometido. En ese caso existirá sólo una
complicidadtentada impune.De igual modo hay que llevar a cabo la de-
limitación res~ectode la com~licidaden la tentativa. Habrá una de es-
ta índole, cuaAdo la acción de complicidad recién durante la ejecución
del hecho pierda su sentido para el hecho, es decir, p. ej., cuando el au-
tor primeramente intenta sin éxito cometer el hecho con ayuda del ins-
trumental proporcionado y luego lo consuma de otra forma. En este ca-
so, el procurar los instrumentosforma parte del hecho tentado, pero no
65
Roxin,AT2, n.". 261189 s.; Jakobs,AT, n.". 22/34 s., ambos con otras refe-
rencias.
RGSt, t. 58, PP. 113,114SS.
628 Helmut Frister
69 RGSt, t. 5, pp. 141s.; t. 27, PP. 157,158;t. 73, pp. 52,53; BGHSt, t. 8, pp. 390,
391; t. 31, p. 136; 6.también BGH, NJW, 2008, pp. 1460,1461,sentencia en la que sin
embargo se trata de evitar, con razón, que el contribuir con cualquier aporte de compli-
cidad que en deíinitivaresulta inútil no desemboque en una complicidadpsíquica.
70 Roxin,AT2,n.". 261200;Jakobs,AT,n.%. 22/36;JeschecWWeigend,AT,8 64,
III,2a; Schonke/Schroder/Cramer/Heine,8 27, n.". 12.
71 Lamentablemente, el ejemplo tiene un trasfondo real; 6.el informe en: ,,Der
Spiegel",4011991, pp. 41 SS.
72 BGH, StV, 1982,pp. 516 s.;Roxin,AT2,n.". 261206.
630 Helmut Frister
C) Complicidad sucesiva
91 RGW, t. 23, pp. 292 s.; BGHSt, t. 2, pp. 40,43 s.; t. 6, pp. 248,251; BGH, NWZ,
2000, p. 31;BayObLG, NStZ, 1999,pp. 568,569.
92
Esto está reconocido de modogeneral en la teoría del concurso;cf. n.". 30119.
93 RGSt, t. 71, pp. 193,194; OLG, Hamm, JZ, 1961,p. 94.
94
En cambio, la jurisprudencia quiere realizar la delimitación con el favoreci-
miento según la dirección de la voluntad del actuante (BGHSt,t. 4, pp. 132,133);en
contra, con razón, SchonkeISchroderlStree, 8 257, n.". 8, con otras referencias.
95 RGSt,t. 59,p.246;t. 70, p.24;BGHSt,t . 2 , ~281;t.46,pp.
. 107,109;Roxin,AT2,
n.". 261268, con otras referencias;de otra opinión, SKIHoyer, 8 27, n.". 30 SS.
Capítulo28 -Laparticipación 635
El dolo del cómplice tiene que referirse al tipo penal realizado por el 52
autor. Por ello, quien emite un dictamen falso para que otro cometa una
presunta estafa (5 263, StGB)noes punible-encontra deunobiterdic-
tum del Tribunal Supremo Federalg6- por complicidad, si el otro utili-
za el dictamen para cometer una defraudación tributaria (5 370, AO).
Pero no hace falta que el cómplice conozca las circunstanciaspormeno-
rizadas de la ejecución del hecho -a diferencia de lo que ocurre respec-
to del instigador, cuyo consejo preconñgura el hecho y, por ello, tiene que
estar individualizadoya objetivamente en sus lineamientos esenciales
(cf.n.". 28/24)-97. Quien proporcionaun arma para que se cometaun
asalto a un banco o quien entrega un reloj que operará para detonar
una bomba de tiempo enun atentado contra un opositor políticog8,será
punible por complicidad en el robo ($5 249,27-1, StGB) o en una explo-
sión con material inflamable ($5 308,27-1,StGB),aun cuando no tenga
una idea precisa de cuál será el objeto y la forma en que serán ejecuta-
dos los hechosg9.
96 BGH, JZ, 1997,PP. 209,210 (enBGHSt,t. 42, p. 135,sin que sean registrados
allílospárrafos aquípertinentes); encontra, conrazón,la anotacióndeRoxin,JZ, 1997,
pp. 210,212.
97 Al respecto, cf. BGH, NJW, 2007, pp. 384,389 s.
98 Cf. BGHR, StGB, 8 27,I, bajo la voz "dolo",n.%.
99 Al respecto, en profundidad, cf. Roxin,AT2, n.". 261272 SS., con otras refe-
rencias.
loO Al respecto, con mayor detalle, cf. Roxin,AT2, n.". 311143 s., con otras refe-
rencias.
636 Helmut Frister
A. Tipo
l. ii~oobietivo
1.' ~ e c h o ~ r i n c dolosoantijurídico
i~al (n.". 28/1 SS.)
2. Protección juridica del bien jurídico lesionado por ese hecho frente al cómplice (n."
m. 28/8 SS.).
3. Prestar ayuda para la comisión deese hecho(n.%. 28/32 SS.)
II. Tiposubjetivo(n.%.28/51 s.)
1. Dolo con relación al hecho principal doloso antijurídico
En caso de un hecho principal sólo tentado, el dolo tiene que referirse también a su consu-
mación.
2. Conocimiento de las circunstanciasquefundamentan la protecciónjuridica, frente
al cómplice, del bien juridico lesionado
3. Dolo con relación a prestar ayuda para la comisión del hecho
4. Eventuales intenciones referidasa la lesión del bienjuridico requeridastambién en
el cómplice mismo(n.%. 28/51)
III. Eventual desplazamiento del tipo según el 5 28, 11, StGB, en razón de especiales ele-
mentos personalesexistentesofaltantesen el cómplice(n.%. 25/29 y 34s.)
B. Antijuridicidad y culpabilidad
- sin particularidades
C. Eventual atenuación de la pena
- en razón deespecialeselementospersonalesdel 5 28,1, StGB (n.". 25/29ss., 39 ss.)que
falten en el cómplice
de intervinientes en el hecho
1 - Autoría mediata tentada
Para la autoría mediata en grado de tentativa rigen las disposicio- 1
nes generales sobre la tentativa ($$ 22/24, StGB).Sólo hace falta una
explicación particular respecto del momento del comienzo de la tenta-
tiva, es decir, sobre la cuestión de cuándo un autor mediato se pone in-
mediatamente a realizar el tipo, en el sentido del $22,StGB.Al respec-
to, en principio, hay dos soluciones distintas1. La acción que realiza el
tipo, la que hay que ponerse a realizar inmediatamente, puede ser vis-
ta o bien ya en la acción del propio autor mediato2o bien recién enla del
instrumento3.La primera de ambas posibilidades de solución se deno-
minasolución individual y la segunda,solucióntotal. Laterminología
se ex~lica en razón de aue la solución individual considera en forma ais-
ladaal actuar del autir mediato, mientras que la solución total ve a su
actuar como una parte de la acción total que consiste de la conducta del
autor mediato y de la del intermediario.
Seeún la solución individual. la tentativa de autoría mediata co- 2
mie&a, naturalmente, en un mokento considerablemente anterior al
de la solución total. Quieninstiga a otros a que cometan un robo y les da
un supuesto somnífero inofensivo para adormecer a la víctima, Cuando
en realidad se trata de un interruptor de la respiración (sobre este caso,
cf. ya n.". 27/7), según la solución individual se pondrá inmediata-
mente amatar a la víctima, a más tardar, cuando les entregueel supues-
to somnífero a los otros participantes para cometer el hecho y deje que
que, con ese proceder, la madre envenenaríaa su hijo en todo caso en al-
gunos años, no podrá haber ninguna duda razonable de que el farma-
céutico 4 n t a n t o considere seriamente posible el posterior suministro
del veneno- ya habrá cometido, mediante su venta, una tentativa de
homicidio o de asesinato en autoría mediata.
11 - Intervención en la tentativa
1 - Tentativa e n la coautoría
a ) La coautona tentada como intervención
e n la tentativa e n calidad de autor
Parala tentativa en coautoríarigen,en principio,tambiénlas dispo-
siciones generales sobre la tentativa ($8 22/24, StGB).Pero -tal como
se mostrará enseguida- han de tenerse en cuenta algunas particula-
ridades estructurales. Respecto del comienzo de la tentativa se enfren-
tan también en este punto una solución individual y una solución total,
en torno a lo cual, empero, los acentos de peso se reparten de modo dis-
tinto que en materia de autoría mediata. En la coautoría, la jurispru-
dencia y la doctrina dominante defienden una solución totalg. Según
este punto de vista, en razón de que los coautores realizan el tipo me-
diante una acción común, el comienzo de la realización del tipo tendría
que ser definido para todos en forma unitaria. La tentativa de la coau-
toría comenzaría, así, cuando uno de los coautores realiza una acción
que se anteponga inmediatamente a la acción ejecutiva típica. En con-
tra de esto. la solución individuallo. defendida cada vez más en tiem-
pos recientes, sostiene el punto de vista de que lo que importaría es que
cada coautor individual se ponga inmediatamente a realizar su propio
aporte al hecho.
8 Pero una solución individual pura no se corresponde con la estruc-
tura de la coautoría. En razón de la reunión de los aportes al hecho en
RGSt,t.58,p.279;BGHSt,t.36,pp.249,250;t.39,pp.236,237s.;t.40,pp.299,
301 s.; LK'Hillenkamp, 8 22, n.". 173; Schonke/Schroder/Eser, 8 22, n.". 55;NKl
Zaczyk, 8 22, n.". 67;LacknerIKuhl, 8 22, n.". 9; Fischer, 8 22, n.". 21 s.; Straten-
werthKuhlen,AT 1, n.". 121107;Jeschecmeigend, AT, 8 63, 1; BaumannNe-
ber/Mitsch,AT, n.%. 291104;Dencker, Kausalitat und Gesamttat (1996),pp. 191 SS.
Schillinp. Der Verbrechensversuch des Mittüters und des mittelbaren Taters
(1975),pássim;~udolphi, ~ockelmann-FS, pp. 369,384 SS.; Stein, Beteiligungsforrnen-
lehre (1988),p. 318;SKIRudolphi,5 22, n.". 19a;Roxin,ATB,n.". 291297 ss.;Münch
Capítulo29 -lkntativa yprepamción en caso depluralidad ... 641
una acción en común, los aportes aún faltantes de los demás coautores
deben ser valorados igualmente-a diferencia de la conducta de unins-
trumento- como acciones propias aún faltantes. Por ello, un aporte al
hecho que puede producir el resultado típico sólo por vía de unaulterior
acción a realizar por otro coautor no es todavía una acción ejecutiva tí-
pica, de modo que el solo ponerse inmediatamente a realizar tal aporte
al hecho no puede fundamentar una tentativa. El ya muchas veces ci-
tado "jefede la banda" que, tras concluir todos los preparativos,despa-
cha a su gente para que se realice la comisión de un hurto con fractura
en un domicilio, determinado por aquél, si bien pierde el control sobre
el acontecer ulterior, no se pone inmediatamente a realizar el tipo me-
diante esa acción, y, por ello, conforme al $22, StGB, no es punible aún
por un hurto tentado cometido en c ~ a u t o r í a ~ ~ .
Pero, por otro lado, la necesidadde unaconsideracióntotal que se de- 9
riva de ello no significaque se pueda renunciar aun aporte al hechorea-
lizado en coautoría12.Así como una participación en la tentativa (cf. n."
m. 29/16 SS.) requiere,junto al hecho principal tentado, unainstigación
o una prestación de ayuda, así también es necesario para una inter-
vención en la tentativa, en forma de coautoría,junto al hecho común
tentado, también una acción de intervención de coautoría. Ésta sólo
puede consistir - e n tanto uninterviniente no tenga posición de garan-
te- o bien en que él mismo actúe en la ejecución de la tentativa o bien
que tome la decisión interna sobre su comisión (al respecto, cf. n.".
26/25 SS.). En caso de que no se llegue a ninguna de ambas situaciones,
se excluye para él una tentativa en forma de coautor, aun cuando el he-
cho común haya alcanzado el estadio de la tentativa. En esa medida,
para la tentativa no rige nada distinto que parala consumación, la cual
tampoco puede serle imputada al interviniente por la falta de un apor-
te al hecho en forma de coautoría13.
Como ejemplo represéntese el caso en queA, el "jefede la banda" que 10
decide internamente Dar sí solo sobre los hechos a cometer Dor su banda.
envía a B y C , miembros de la banda, por vías diferentes,; cometer
minente". Esta acotaciónvale para las veces en que este giro aparecerá en este capítu-
lo en contextos similares. (N. de Tr.)
l4 Bockelmann, JZ, 1954,pp. 468,473.
l5 LKIHillenkamp, $22,n.". 175s.; Schonke/Schroder/Eser,$22,n.%. 55a;NKl
Zaczyk, $ 22, n.". 68; LackneríKUhl, $ 22, n.". 9; JescheckNeigend,AT, $ 63, IV, 1;
Roxin,AT2, n.". 291308 SS.,con otras referencias; de otra opinión, Fischer, $ 22, n."
644 Helmut Frister
2 - La participación en la tentativa
16 Dado que también una tentativa conminada con pena según el 8 23,
1, StGB, es un hecho principal antijurídico doloso (cf. ya n.". 28/1),la
participación enla tentativa está abarcada por el tipo general de la ins-
tigación o complicidad ($4 26 s., StGB). Objetivamente ella requiere
que otro sujeto sea o bien determinado a cometer una tentativa conmi-
nada con pena o bien ayudado a cometer tal tentativa. Aplicándose en
forma textual el 8 16, StGB, bastaría para el tipo subjetivo, correspon-
dientemente, con que el partícipe tenga un dolo dirigido a la comisión
de unamera tentativa, es decir, que él debería ser condenado por parti-
cipación en la tentativa, aun cuando no quisiera la consumación del he-
cho tentado por el autor. Por tanto, quien instigase a otro actuando co-
mo un, así llamado, agent provocateur18,con la esperanza segura de
que aquél sea aprehendido al intentar el hecho aún antes de su consu-
mación, sería punible por instigación a la tentativa.
Del fundamento punitivo de la participación se deriva que eso no es 17
correcto. Dado que el ilícito objetivo de la participación resulta de la le-
sión o puesta en peligro del bien jurídico protegido por el tipo respecti-
vo, es ineludible, para su lado subjetivo, el dolo de una lesión o puesta
en peligro de esaíndole (al respecto, cf. ya n.". 28/30). Por ello, el par-
tícipe, para una punibilidad por instigación o complicidad en una ten-
tativa, tiene que haber tenido un dolo dirigido a la consumación del he-
cholg,de modo que el agente provocador no es punible por instigacióna
la tentativa. Por tanto, la participación en la tentativa tiene una es-
tructura asimétrica. Mientras que objetivamente basta con la instiga-
ción o la prestación de ayuda a la tentativa, el tipo subjetivo se equipa-
ra al de la participación en un hecho consumado. En eso se evidencia
que lo que está en juego en sustancia en la participación en la tentati-
va, con prescindencia de su derivación directa de los $8 26,27, StGB, es
un ilícito de tentativa que se distingue de la coautoría tentada, en lo
esencial, sólo por la diferente forma de la intervención.
Sin embareo. existe otra diferencia enla medida en aue. en razón del re- 18
quisito -c;eitionable desde el punto de vista dogmá?ti&y de políticaju-
rídica (cf. n.". 25126)- de un hecho principal doloso, el comienzo de la
tentativa debe ser deñnido, respecto de la Gtervencion de un partícipe,
primariamente sobre la base de la representación del autor. Si B le con-
sigue aA un bate de béisbol para que éste derribe agolpes a C y lo pueda
llevar en el baúl de su automóvil a un lago que dista a 50 kms, para ma-
tarlo allí (sobre este ejemplo, cf. ya n.". 1119),el golpear a C-si es que
A, al hacer eso, no actuaba aún con dolo eventual de homicidio- no fun-
3 - El desistimiento de la interuención
en la tentativa ($24,11, StGB)
Para el desistimiento de la coautoría tentada y de la participación en
la tentativa, la ley prevé, en el $24,II, StGB, reglas especialesz0.Éstas
se distinguen de las reglas válidas para el autor único, del $24,I,StGB,
en dos sentidos. Por un lado, no hay una variante que se corresponda a
la del 24,I, l.%ración, l.%ariante, StGB, es decir que, en principio, en
caso de pluralidad de intervinientesen el hecho, el abandono voluntario
de la ulterior ejecución del hecho no basta para un desistimiento.Quien
desiste tiene que esforzarse, en este caso, aun si se trata de una tentati-
va inacabada, por impedir una consumación del hecho (al respecto, in-
fia, n.". 21 SS.). Por otro lado, en caso de intervención en la tentativa,
un desistimientoes posible, dadas ciertas circunstancias,aunque el he-
cho se haya consumado. Conforme al § 24,II, 2.%ración, 2.%ariante,
so de un autor único (cf. n.". 24/40 ssJZ5.El que quiere desistir tiene
que recurrir, paraimpedir la consumación, a emplear el medio que ofre-
ce, según su apreciación, las chances más altas de éxito, es decir, dado
el caso, también informar a la policía sobre el hecho que se avecina.
c ) La delimitación respecto de la regulación del 8 24,I, StGB
27 La regulación especial del $ 24,II, StGB, se explica por la circuns-
- -participan varias per-
tancia de que, en caso de una tentativa en la que
sonas, como regla general no decide una sola persona sobre la ulterior
eiecución del hecho. En corres~ondenciacon ello. en arte de la doctri-
& se propone limitar el ámbito de aplicación del'$ 2 4 11,StGB, al caso
que cae bajo esa regla general. El desistimiento de un autor que ejecu-
ta el hecho por sí solo debe ser juzgado -dice ese criterio- según el
$ 24,I, StGB, aun cuando, en el estadio de la preparación, hayan inter-
venido varias personas en el hecho2? La pretensión que resulta de esa
reducción teleológica del $ 24,II, StGB, sejustifica enla medida en que,
en el caso de un abandono de la ulterior ejecución por parte de un inter-
viniente que ejecuta el hecho por sí solo, se debe aplicar en forma ana-
lógica la regulación del $24,I, l.%ración, l.+ariante, StGB. En esa
medida, no rige nada diferente al caso en que, habiendo varios ejecuto-
res, abandonaran todos en común la ulterior ejecución del hecho (cf. n."
m. 29/22). Pero, con prescindencia de ello, no desempeña ningún papel
la cuestión de si se juzga el desistimiento de un ejecutor único según el
$24,I, o según el $ 24,II, StGB, de modo que la propuesta reducción te-
leológica general del ámbito de aplicación del $24,II, StGB, si bien no
es nociva, no es necesaria.
25
De modo divergente, Grünwald, Welzel-FS,pp. 701,714 SS. Especialmente,in-
vocando el origen histórico del 8 24,II, StGB, él dice que es suficiente con que el autor
tome una medida dirigida a laevitación.
26 Schonke/Schroder~ser, 8 24, n.%. 73, con otras referencias.
Capítulo29 -lkntativa yprepamción en caso depluralidad ... 651
Al respecto, 6.BGH, NStZ, 1998,p. 347; Roxin,AT2, n.". 28/20, con otras re-
ferencias.
Capítulo29 -lkntativa yprepamción en caso depluralidad ... 653
35 Kühl,AT,n.". 201249.
36 RGSt, t. 26, PP. 81,82;t. 47, PP. 230 s.
37 JescheckNeigend,AT, 8 65,II, 1; Stratenwerth/Kuhlen,ATl, n.". 121175.
38 Jakobs,AT,n.". 2714; yendo más allá, NKIZaczyk, 8 30, n.". 12,quien exige
que el actuante ocasione, en el presunto autor, la decisión de cometer el hecho.
39 BGHSt, t. 8, pp. 261, 262; en sentido aprobatorio, Schonke/Schroder/Cra-
mermehe, 8 30, n.". 19;SKIHoyer,8 30,n.". 32; Fischer, 8 30, n.". 9a;Roxin,ATB,
n.". 28/12 s.
40 RGSt, t. 32, pp. 267 s.; BGHSt, t. 6, pp. 308 s.; 6.también BGH, NJW, 2009, p.
1221.
41 Schonke/Schroder/Cramer/Heine. 4 30. n.". 14: MünchKommlJoecks., 4- 30.,
n.". 18;Jakobs,AT,n.". 2716; KUH,AT, ;.km. 201247;para especialesmotivos y ele-
mentos del ánimo, enlas consecuencias,en el mismo sentido, SKIHoyer, - .~8 30,. n.". 21;
Roxin,AT2,n.". 28/28.
42 JescheckNeigend,AT,8 65,I, 4; Stratenwerth/Kuhlen,ATI, n.%. 121173.
43 Alrespecto, 6.Schonke/Schroder/CrameríHeine,8 30, n.". 12 s.
654 Helmut Frister
meter el hecho crea el peligro, conla oferta hecha a otro, de una sujeción
de su voluntad, que puede dificultarle tomar distancia posteriormente
de la ejecución del hecho.
Está discutida la cuestión de si el tipo del manifestarse dispuesto se 39
realiza ya con lamanifestación misma o recién con la recepción del des-
tinatario de la declaración. La jurisprudencia hace que baste la mani-
festación como tal59.Pero esto no puede ser convincente -a diferencia
de lo que ocurre en caso de instigación tentada (cf. n.". 29132)-. La
definición general de tentativa del 22, StGB, no es determinante en
caso del $30,II, l.%ariante, StGB,y, enlo sustancial,lasituación se dis-
tingue de la instigación tentada en la medida en que aquel que se mani-
fiesta dispuesto a cometer un crimen no genera el riesgo de que se come-
ta el hecho posteriormente contra su voluntad. La sujeción psicológica
de la propia voluntad pesa menos que ese riesgo y, por ello, al menos
aquélla tiene que haberse dado para legitimar una punibilidad -no es
distinto a10que ocurre con el ponerse de acuerdo encometerun crimen,
en el cual la mera tentativa de ponerse de acuerdo tampoco es puni-
ble60-. Por ello, para ambas formas de aparición del manifestarse dis-
puesto se requiere la recepción de la manifestación por parte del desti-
natario de la declaración61.
El tipo subjetivo del manifestarse dispuesto a cometer un crimen tie- 40
ne la misma estructura que el del ponerse de acuerdo en cometer un cri-
men.Además del dolo con relación al manifestarsedispuesto en sí, abar-
ca todo el tipo subjetivo del delito tenido en miras, es decir, que asimis-
mo sólo es punible por manifestarse dispuesto a cometer un crimen
aquel que tiene un dolo dirigido a la consumación del hecho respe~tivo~~
y satisface los eventuales elementos adicionales del tipo subjetivo.
Aquel que en realidad no tiene lavoluntadde cometer el hecho, si bien al
manifestar que tiene tal voluntad pone directamente en cuestión la va-
lidez de la norma respectiva, no es punible + ? nrazón de que esto no al-
59
BGH, GA, 1963,p. 126; asimismo, Schonke/Schroder/CrameríHeine,$30, n."
m. 23; Fischer, $ 30, n.". 10;diferenciando,LKISchünemann, $ 30, n.". 92, todos con
otras referencias.
60 La punibilidad introducida por los nacional-socialistas,del "entrar en tratati-
vas serias" fue derogada en 1953; 6.Roxin,AT2, n.". 28/68.
MünchKommlJoecks,5 30, n.". 44;NK/Zaczyk, $ 30, n.". 38;SKIHoyer,$ 30,
n.". 40.
RGSt, t. 57,pp. 243,245;t. 60, PP. 23,25;t.63,pp. 197,199;BGHSt,t.6,pp. 346,
347; BGH, NWZ, 1998,pp. 403,404; MünchKommlJoecks,$ 30, n.". 42; NKIZaczyk,
5 30, n.". 37; SKIHoyer, 5 30, n.". 38; Schonke/Schroder/CrameríHeine,5 30, n."
m. 27;Roxin,AT2,n.%. 28/76; Jakobs,AT, n.". 27/10.
658 Helmut Frister
cama como único fundamento punitivo (cf. n.". 29130)- por el $ 30,II,
l.%ariante, StGB. Lo mismo rige si almien sabe aue objetivamente no
puede cometer el hecho prometido es decir si, p. ej., comojuez só-
lo supuesto, manifiesta estar dispuesto a cometer un prevaricato.
3 - El desistimiento de la tentativa
de intervención (931, StGB)
Para la tentativa de intervención, la ley contiene, en el $ 31, StGB,
una regulación especial sobre desistimiento, que sin embargo se corres-
ponde en gran parte, en su estructura básica, a la regulación general
del $24,StGB. Los requisitos de tal desistimiento excusante dependen,
según el $ 31, StGB, de la cuestión de si -y, en su caso, en qué medi-
da-la acción de intervenciónrealizada crea el peligro de que el crimen
tenido en miras sea cometido aun sin una participación ulterior del ac-
tuante. En caso de un mero manifestarse dispuesto a cometer un cri-
men, en el cual, en general, no existe un peligro tal, para un desisti-
miento excusante basta, conforme al $ 31,I, n.2, StGB, con que aquel
aue hizo la manifestación abandone voluntariamente su ~rovecto.Se-
a n el texto inequívocode la ley, esto no necesita ser registrado desde lo
externo63.De allí resultan, por cierto,dificultades probatorias, pero és-
tas no constituyen un contra-argumento, ya por elhecho de que, al ha-
cerse la constatación, de todos modos necesaria, de si el manifestarse
dispuesto estaba regido por el dolo de cometer efectivamente el delito,
aquéllas aparecen exactamente de la misma manera.
42 Para el caso de la tentativa de instigar a la comisión de un crimen, el
$31,I, n.", StGB, exige el abandono voluntario de la tentativa y la evi-
tación de un eventual peligro de que el otro cometa el hecho. Esto se co-
rresponde, enlo sustancial, conla regulación del $ 24,I, StGB. Si la ten-
tativa de instigacióntodavía estáinacabada,es decir, si, segúnla repre-
sentacióndel actuante64,aún no se ha creado el peligro de que el otro co-
meta el hecho, basta, para el desistimiento, el abandono de ulteriores
esfuerzos por instigar65.En cambio, si la tentativa de instigaciónya es-
1- La pluralidad de hechos
La pluralidadde hechos presupone -como se derivaa contrario sen- 6
su del $ 52,I, StGB- que el autor haya cometido más de un hecho pu-
nible, perpetrados por más de una acción. Dicho a modo de ejemplo,
existe un caso sencillo de pluralidad de hechos si A, con separación de
varios días, ha cometido primero un hurto (8 242, StGB) y más tarde
una lesión corporal ($ 223, StGB).En tanto los hechos punibles hayan
sido juzgados simultáneamente ($53, StGB) o estén dados los presu-
puestos legales para una unificación posterior de la pena conjunta
($$ 55, StGB;460, StPO),el tribunal estará obligado a un procedimien-
to de tres etapas para medir la pena: primeramente tendrá que deter-
minar separadamente, para cada hecho individual, una pena indivi-
dual. Luego tendrá que averiguar, sobre la base de estas penas indivi-
duales, cuál es la pena individual más grave5. Finalmente, según el
principio de aspersión, esta así llamada pena inicial será incremen-
tada valorando en forma conjunta la persona del autor y los delitos co-
metidos por él.
La pena conjunta conformadapor vía de la aspersión (agravación)de 1
la pena individual no puede alcanzar, conforme al $ 54,II, l.%ración,
StGB, la suma de todas las penas individualesy, según la 2.%ración, es-
tá limitada a la pena máxima de la pena privativa de libertad permiti-
da. de auince años. En el caso de la unificación ~osteriorde la Dena con-
junta, [as penas individuales pronunciadas e&as condenas anteriores
se hallan en la base de la primera y segunda etapas de la unificación de
la pena conjunta sin una nueva medición de la pena. Si una condena es
anulada parcialmente por el tribunal de casacióny, después de ello, sub-
siste sólo un hecho individual, la pena individual pronunciada para és-
te por el tribunal de juicio originario es ejecutable incluso en forma au-
tónoma. Por ello, los tribunales, al establecer la penaindividual,tienen
que poner el mismo cuidado que está sobreentendido en el marco de la
medición de una pena individual inmediatamenteejecutable.
Una pluralidad de hechos puede consistir -como en el ejemplo arri- 8
ba mencionado- de una cantidad de delitos de naturaleza diversa, co-
mo también de una cantidad de delitos de la misma naturaleza. En el
primer caso, se habla de concurso real heterogéneo;en el segundo,de
2 - La unidad de hecho
9 En comparación con la pluralidad de hechos ($S 53/55, StGB),la me-
dición de la pena en caso de unidad de hecho (§ 52, StGB)está configu-
rada de modo considerablementemás sencillo y se lleva a cabo dentro
de una escala penal claramente más estrecha. Desde el punto de vista
de las consecuencias, la ley trata el caso de varias infracciones a la ley
cometidas en unidad de acción como un hecho punible individual, que
se compone de diversas infracciones concurrentes de la norma en un
plano no real, sino sólo ideal. Al respecto, acierta la denominación de
concursoideal8.Lamedición de la pena ocurre dentro de la escala penal
prevista para la infracción de la ley que sea más grave. Las demás in-
fracciones a la ley desempeñan un papel sólo en el sentido de que debe
ser tomada en cuenta la circunstancia de la infracción plural de la ley,
y la pena, según el 52,II, 2.%ración, StGB, no puede ser menor que las
que admiten las otras leyes aplicables (principiode combinación).
10 La regulación del 52, StGB, se presenta, debido a su consecuencia
jurídica más favorable en relación con la del 53, StGB, como un privi-
legio. Ella presupone que el autor o partícipegha infringido, mediante
lamisma acción, varias leyes penales o la misma ley penal varias veces.
Al igual que en el caso de la pluralidad de hechos, también la unidad de
hecho consistir así deiarias infraccionesala norma de la misma
naturaleza o de varias de naturaleza diferente. Existe, p. ej., un concur-
so ideal homogéneo, siA mata dolosamente a dos personas detonando
una bomba. El tipo del asesinato ($ 211, StGB),satisfecho al menos en
razón de la peligrosidad común de la forma de comisión, está realizado
en ese caso dos veces por la misma acción.A será punible por doble ase-
sinato en unidad de hecho ($$211;52-1,2.%ariante, StGB).En cambio,
se da un concurso ideal heterogéneo, siA, mediante la explosión,ma-
ta dolosamente a otro y destruye un automóvil. En esta situación,A se-
ría punible, desde el punto de vista de las consecuencias, por asesinato,
en unidad de hecho con el daño a la propiedad ($8 211; 303; $ 52-I,l.@va-
riante, StGB).
Jescheck/Weigend,AT,8 67, V.
" Últimamente,Erb, ZStW, t. 117(2005),pp. 37,41SS., con otras referencias. So-
brela discusión sobreuna reforma, d.tambiénNKmuppe,8 52, n.". 4ss.; NKIFrister,
8 53, n.". 10;Roxin,AT2,n.". 3317 SS., todos con otrasreferencias.
Cf. Roxin,AT2,n.". 3318.
668 Helmut Frister
21
Respecto de este criterio, d.LKIRissing-van Saan, 8 52, n.". 20 SS.;Schon-
ke/Schroder/Stree/Stemberg-Lieben,8 52, n.". 9; Roxin,AT2,n.". 33/82 SS.,todos
con otras referencias; críticamente,Deiters (nota 11,pp. 95 SS.
22 StratenwerthlKUhlen,ATI, n.". 1718.
Capítulo 30- El concursopropio. (Unidad de hecho ypluralidad ...) 671
23
BGHSt, t. 31,pp. 29,31;t. 33,p. 4;BGH,NStZ, 2008,pp. 209s.;LKIRissing-van
Saan, 8 52, n.". 30 SS.;Schonke/Schroder/Stree/Sternberg-Lieben, 8 52, n.". 17;cn-
ticamente, SKISamsodGünther, 52, n.". 19.
24 Cf., p. ej., NKmuppe, 8 52, n.%. 42 SS.;MünchKommlv. Heintschel-Heinegg,
!j52, n.". 103;Jakobs, AT, n.". 33/12; Roxin,ATZ,n.". 331108.
25
La propuesta de Jakobs, AT, n.". 33/12, de conñgurar primeramente para la
lesión corporal y para el daño a la propiedad una pena conjunta y a partir de ésta como
también de la pena a imponer por el robo, luego, una pena unitaria por aplicación ana-
lógica del 8 52, WGB, no es compatible con la sistemática de la ley.
26 BGHSt, t. 26, PP. 24,27 s., con otras referencias; StratenwerthEuhlen, ATl,
n.". 18/30; Roxin,ATZ,n.". 33/89; SWSamsodGünther, 8 52, n.". 12; Schonkel
Schroder/Stree/Steniberg-Lieben,8 52, n.". 11/13.
672 Helmut Frister
ción típica, existe unidad de hecho, p. ej., entre el delito de resultado re-
cortado de un hurto ($242,StGB)y la coacción que se da recién después
de la consumación de la sustracción ($ 240, StGB),en la medida en que,
al momento de la acción de coacción, aún no se haya producidoun asegu-
ramiento del botín que sea suficiente y necesario para agotar el hurtoz7.
27
Cf. BGH, StV, 1983,p. 413.
28 Schonke/Schroder/Stree/Sternberg-Lieben,obs. preliminar a $$ 52 SS., n."
m. 17; WesselsíBeulke, AT, n.". 763; K m , AT, n.". 21/17 s.; Roxin, AT 2, n."
m. 33/32 SS.;Stratenwerth/Kuhlen,AT1,n.". 1717.
Cf., p. ej.,Schonke/Schroder/Stree/Sternberg-Lieben,
obs. preliminara$$52ss.,
n.". 13 SS.
30 Roxin,AT2,n.". 33/38; KUhl,AT,21/19, ambos con otras referencias.
674 Helmut Frister
4 - El hecho continuado
La jurisprudencia, durante muchos años, consideró la comisión reitera- 27
da de delitoshomogéneos regida por un dolo total como sólo una acción en
el sentido del Derecho de concursos, aun cuando el acontecer transcu-
rriera durante años45.Se denomina a este caso hecho continuado. En
casos extremos,tribunales inferioresvaloraron como un hecho tal, larea-
lización constantemente reiterada del tipo de deeaudación tributaria4'j,
extendida por veintisiete años, o numerosos casos de abusos sexuales de
IV - Observacionessobre la elaboración
de la solución de casos
28 El concurso propio se debe explicar después del análisis de los diver-
sos tipos, al final del dictamen. Con frecuencia, la cuestión de si varios
delitos han sido cometidos por una acción en el sentido del 4 52, StGB, se
puede averiguar ya por medio de una comparaciónde la acción del hecho
aidentificar en la oracióninicial. Sin embargo, eso presupone que, como
acción del hecho, se identifique realmente sólo la conducta real de una
persona. Quien indique también el resultado en la descripción de la ac-
ción del hecho o deje que se mezclen valoraciones jurídicas no podrá ob-
tener por esa vía puntos de apoyo fiables para responder la pregunta de
si, en el caso concreto, existe unidad de acción o pluralidad de acciones.
Si en una oración inicial correctamente formulada coinciden completa-
mente las acciones del hecho en caso de varias infracciones a la ley, ha-
brá que aceptar sin más la identidad de acción. Lo mismo rige, en prin-
cipio, cuando la conducta típica sólo es idéntica parcialmente, en cuyo
caso hay que observar,empero, el efecto enlace de la unidad de acción tí-
pica y sus límites, especialmente en los delitos continuados.
29 Cuando la conducta respectivamente típica no es idéntica total o
parcialmente, pero está en estrecho contexto temporal, se puede tener
en cuenta una unidad natural de acción. En esa medida, hay que obser-
var primeramente que la realización iterativa del mismo tipo puede
constituir, dados los presupuestos de la unidad natural de acción, sólo
una infracción ala ley (infra,n.". 31/26 SS.). En casos inequívocoshay
que partir de antemano sólo de una acción del hecho, de modo que, p. ej:,
en el caso de que se hayan dado repetidos actos en el marco de una tun-
da de golpes no debe ser tratado cada golpe individual por sí, sino la to-
talidad de todos los golpes en el marco del análisis del delito (cf. ya, n."
m. 8/10).En caso de la lesión de diversos titulares de bienes jurídicos o
de varias infracciones a la ley heterogéneas que se siguen unas a otras
temporalmente, en general será difícil decidir aún si se pueden consi-
derar, en el caso concreto, como una unidad de acción. En tanto los que
elaboran la solución del caso de todas maneras no rechacen, con la teo-
ría dominante, la posibilidad de tal unidad de acción (n.". 30/23),ha-
brá que admitir unidad de acción sólo si la motivación unitaria efecti-
vamente rigió la conducta sin interrupciones.
Lecturas recomendadas:BGHSt, t. 31, pp. 29/32 (efecto enlace);t. 40, pp.
1381168(abandonodel contexto de continuación).
Capítulo 31
El concurso aparente. (Unidad de ley)
RGSt, t. 26, PP. 312,313 s.; t. 59, pp. 147,148;t. 62, pp. 61,62;t. 63, pp.423,424;
BGHW, t. 1,pp. 152,155;t. 6, p. 27; t. 19,p. 189;t. 33,pp. 142,147;críticamente,Mau-
rach/GossellZipf,AT2,n.". 55/25, con otras referencias.
StratenwerthlKUhlen,ATI,n.". 18/19.
Capítulo 31 -El concurso aparente. (Unidad de ley) 681
cluida la aplicación del $ 212, StGB, por vía del concurso de leyes (el así
llamado efecto de bloqueo de la ley privilegiada)4.
1 - La especialidad
La especialidad es el caso más inequívoco de un concurso aparente. ,
Existe siempre que una misma acción realiza dos tipos o más, de los
cuales uno (la llamada "lex specialis") abarca lógicamente al otro o a
los otros (la llamada "lex generali~")~. En esta situación se sobreen-
tiende que el legislador sólo ha querido la condena por aquella ley penal
que comprende el ilícito y la culpabilidad del autor de la manera más
exacta. En primer lugar, son más específicos los casos de delitos califi-
cados, que contienen, en relación con el tipo básico, elementos adicio-
nales que agravan la pena. Pero la situación de hecho es valorada tam-
bién de modo más abarcador -como lo muestra el ejemplo anterior del
$ 216,I, StGB- por los delitos privilegiados, enlos cuales los elemen-
tos adicionales contienen circunstanciasque atenúan la pena.
Existe especialidad entre el tipo de la lesión corporal peligrosa 6
($224,StGB)y la lesión corporal simple ($ 223, StGB).Del mismo mo-
do, el tipo de la lesión corporal con resultado de muerte ($ 227, StGB)
abarca tanto el tipo de la lesión corporal simple ($ 223, StGB), como
también el tipo del homicidio imprudente ($ 222, StGB).En cambio, el
tipo de la lesión corporal peligrosa ($ 224, StGB)no está contenido lógi-
camente en el de la lesión corporal con resultado de muerte ($ 227,
StGB).Cierto es que ambos tipos frecuentemente estarán cumplidos a
la vez, porque las formas de conducta mencionadas en el $224, StGB,
tienen efecto calificante precisamente por su peligrosidad en vista a la
vida de la víctima. Sin embargo, es posible realizar sin más el $ 227,
StGB, sin haber irrogado la lesión corporal mediante una forma de co-
misión abarcada por el $ 224, StGB.
Eso vale, contra lo que parece a primera vista, incluso para la comisión
por medio de un tratamiento que ponga en peligro la vida (8 224,I, n.",
StGB),porque, conforme al 8 15, StGB, a esa circunstancia se refiere el
dolo, mientras que el resultado de muerte del 8 227, StGB,tiene que pro-
una omisión ($4 212, StGB, o bien 212,13, StGB)13y de la lesión corpo-
ral peligrosa ($ 224, StGB)frente a la lesión corporal con resultado de
muerte (4 227, StGB),que a suvez retrocede frente el tipo del homicidio
(4 212, StGB)14.En cambio, segúnlajurisprudenciamás reciente,la le-
sión corporal peligrosa ($224,StGB)ya no es desplazada de manera ge-
neral por la lesión corporal grave (4 226, StGB),porque al menos el ilí-
cito de un trato que pone en peligro la vida (4 224,I, n.", StGB) no ne-
cesariamente está contenido en la causación de una consecuencia gra-
ve en el sentido del 4 226, StGB15.
Antiguamente también estaba discutida la cuestión de si la lesión 15
peligrosa consumada (4 224, StGB) retrocede ante un homicidio sólo
tentado ($4 212,22,23-1,StGB).Mientras que la jurisprudenciaprime-
ramente partió, para esta constelación, de una subsidiariedad del tipo
de lesión corporal peligrosa (4 224, StGB)16,ella acepta ahora, con ra-
zón, la unidad de acción17.Sólo así se puede valorar en el tenor de la
sentencia que el autor no sólo intentó el homicidio sino que también al-
canzó el resultado de lesión corporal. En ese sentido, se habla de la fun-
ción esclarecedora del concurso ideal18. Por ello, a lo sumo en casos
excepcionales-en los cuales el resultado producido no conñgure unilí-
cito digno de mención- puede serle atribuido ala realización de la ten-
tativa de un hecho más grave el efecto de hacer retroceder la punibili-
dad por consumación por una ley más leve.
En un dictamen sobre la solución de un caso, la subsidiariedad,que 16
enlo esencial seaindiscutible,debe ser constatada sin analizar antes la
ley que retrocede. Al respecto, en vista de que se renuncia a hacer una
subsunción, la formulacióndebería dejar abierta la cuestión de si exis-
ten, en definitiva, los presupuestos del tipo respectivo o no. Parece ade-
cuada una formulaciónque diga que un "tipo eventualmente existente
en todo caso retrocede, en razón de subsidiariedad,ante el otro tipo". Si,
en cambio, se trata de la constelación de un caso en la cual la relación
concursa1 está seriamente discutida, tendrán que ser analizados tam-
bién los presupuestos del tipo posiblemente subsidiario. Si éstos exis-
ten, lo mejor es constatar directamente enseguida y no recién al final
3 - La consunción
17 Como forma más débil del concurso de leyes, la consunción abarca
ante todo el grupo de casos del hecho acompañante característico.
Ella se distingue de la subsidiariedad por el hecho de que no es aplica-
da una ley penal más leve formalmente realizada, aunque ésta proteja
un bien jurídico distinto al que protege la ley penal más grave, detrás
de la cual retrocede. De este modo se toma en cuenta la circunstancia
de que el legislador, al crear leyes penales, parte de la base, razonable-
mente. de formas de a~ariciónreal de la criminalidad.Por ello. es ade-
cuado Atribuirles a laSleyespenales la función de valorar de módo con-
cluyente un hecho abarcado por ellas de modo característico, cuando
los tipos que a la vez están formalmente realizados no configuran, en
el caso concreto, un ilícito adicional digno de mención por su impor-
tancia.
...--
. -.
..
21
StratenwerthEuhlen,ATl, n.". 1819,con otras referencias.
LKIRissing-vanSaan, previo al 8 52, n.". 146,con otras referencias.
23 BGH, NJW, 2002, p. 150.
24 LackneríKuhl,previo al 8 52, n.". 33.
25 BGHSt, t. 46, PP. 107,116;wistra, 2008, p. 217.
26 Cf. Roxin,ATB, n.". 33/42 SS.
688 Helmut Frister
Una acción en el
Varias acciones en
sentido natural
elsentido natural
(n.". 30114)
Existenciade una
unidad deacción típica
(n.". 30115 5s.)
o natural (n.". 30120~s.)
Realización plural
del mismo tipo
Realización de
diversos tipos l I Realizaciónplural
del mismotipo
Realizaciónde
diversostipos
N Formas de intervención
1. Coautoría
2. Autona mediata
3. Instigación
4. Complicidad
I
lndice de voces
Los datos hacen referencia al capítulo y número marginal
(p. ej., 9 / 1 4 =Capítulo 9, n.%. 14).
El lugar de tratamientoprincipal se destaca en negrita
B - Comentarios
C - lbxtos de homenajes
Festschrift fur [Libro de homenaje al
- KnutAmelungzum 70. Geburtstag (2009).
- Günter Bemmann zum 70. Geburtstag (1997).
- Paul Bockelmannzum 70. Geburtstag (1979).
- Hans-Jürgen Brunszum 70. Geburtstag(l978).
- Eduard Dreherzum 70. Geburtstag (1977).
- Karl Engisch zum 70. Geburtstag (1969).
- Albin Eser zum 70. Geburtstag (2005).
- Karl Heinz Gosselzum 70. Geburtstag(2002).
- Gerald Grünwald zum 70. Geburtstag (1999).
- RolfDietrich Herzbergzum 70. Geburtstag (2008).
- Joachim Hruschkazum 70. Geburtstag (2006).
- Günther Jakobszum 70. Geburtstag(2007).
- Hans-HeinrichJescheck zum 70. Geburtstag,primer y segundo volumen (1985).
- ArthurKaufmann zum 70. Geburtstag (1993).
- Günther Kohlmann zum 70. Geburtstag (2003).
- WilfriedKüperzum 70. Geburtstag(2007).
- Karl Lacknerzum 70. Geburtstag (1987).
- Ernst-Joachim Lampe zum 70. Geburtstag (2003).
- Richard Langezum 70. Geburtstag(l976).
- Klaus Lüderssen zum 70. Geburtstag (2002).
- Reinhart Maurachzum 70. Geburtstag (1972).
- Egon Müller zum 70. Geburtstag (2008).
- Dietrich Oehler zum 70. Geburtstag (1985).
- Harro Otto zum 70. Geburtstag (2007).
- Manfred Rehbinder (2002).
- TheodorRittler zu seinem 80. Geburtstag (1957).
- Claus Roxin zum 70. Geburtstag (2001).
- Hans-Joachim Rudolphi zum 70. Geburtstag (2004).
- Hinrich Rüpingzum 65. Geburtstag (2008).
- Friedrich Schaffsteinzum 70. Geburtstag(l975).
- Hans-Ludwig Schreiber zum 70. Geburtstag (2003).
- Friedrich-ChristianSchroederzum 70. Geburtstag (2006).
- Manfred Seebode zum 70. Geburtstag (2008).
- Dionysios Spinelliszum 70. Geburtstag,t. 1 y t. 2 (2001).
- Walter Stree und Johannes Wesselszum 70. Geburtstag (1993).
- Klaus Tiedemannzum 70. Geburtstag(2008).
- Ulrich Weberzum 70. Geburtstag (2004).
- Hans Welzelzum 70. Geburtstag(l974).
- Günther Widmaierzum 70. Geburtstag (2008).