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Derecho Penal Económico

Universidad Tecnológica del Perú


Facultad de Derecho
UTP

TEMA:

DELITOS
ADUANEROS
DOCENTE:
Anne Valeria García
ALUMNAS:
Kiara Mayte Cunya Sarango.
Lisbeth Araceli Céspedes Cabrera.
María Lourdes Chaname Gómez.
Julissa Elizabeth Barboza Cabrejo.
Yaritza María Lisbeth Cotrina Montalvo

Chiclayo, 28 de junio de2023


índice

Presentación

I. Introducción
II. Bien Jurídico Protegido
III. Contrabando
Modalidades.
Elementos objetivos y subjetivos del tipo penal.
IV. Defraudación Rentas de Aduanas.
Elementos objetivos y subjetivos del tipo penal.
V. Receptación Aduanera.
Elementos objetivos y subjetivos del tipo penal.
VI. Tráfico de Mercancías Restringidas.
Elementos objetivos y subjetivos del tipo penal.
VII. Circunstancias Agravantes
VIII. Responsabilidad de las Personas Jurídicas en los delitos
aduaneros.
IX. Jurisprudencia relevante.
X. Conclusiones
XI. Referencias Bibliográficas
Presentación

Este documento fue elaborado estudiantes de la carrera de Derecho en la


Universidad Tecnológica del Perú, sede Chiclayo.

La elaboración de este trabajo cumple con el propósito que corresponde


al cumplimiento de la Tarea Académica 1 (TA1) en el curso de Derecho
Penal
Económico y este mismo goza de ser una investigación original cuyas
fuentes de información se verán correctamente citadas en las
referencias bibliográficas del final.
INTRODUCCIÓN:

La comisión de delitos aduaneros representa una seria amenaza para el


sistema aduanero y la economía de un país. Estos delitos engloban actividades
ilícitas relacionadas con la entrada, salida, tránsito, almacenamiento o posesión
de mercancías en el territorio nacional, así como la evasión de impuestos y el
incumplimiento de las normas aduaneras. En esta introducción, exploraremos
la naturaleza de los delitos aduaneros, el bien jurídico protegido, las diferentes
formas de contrabando y los elementos objetivos y subjetivos que conforman
estos delitos. Además, analizaremos el contexto de los delitos aduaneros en
Perú, examinando las implicaciones legales y las medidas implementadas para
combatir esta problemática. Al comprender la complejidad y las implicaciones
de los delitos aduaneros, se resalta la importancia de fortalecer los
mecanismos de control y aplicación de la ley en el ámbito aduanero, con el
objetivo de proteger los intereses del Estado y fomentar un comercio legítimo y
equitativo.

Concepto:

Se consideran delitos aduaneros a las normas que van en contra del estado, en
nuestro país el Derecho Aduanero está regulado por una serie de disposiciones
legales siendo su eje principal la Ley General de Aduanas (Decreto Legislativo
1053), hablando netamente de delitos aduaneros se hace referencia a la Ley
28008, delitos como contrabando, defraudación de rentas, tráfico de
mercancías prohibidas y restringidas.

Los delitos aduaneros son los ilícitos y clandestinos tráficos internacional de


mercadería, todo acto de simulación, ocultación o engaño que induzca al error
a la autoridad aduanera. Asimismo, es importante señalar que se diferencian
de una infracción aduanera en que la infracción es leve, se tratan en sede
administrativa, tiene una sanción pecuniaria y se regula con el Decreto
Legislativo 1053 “Ley General de Aduanas”, en cambio el delito representa un
daño grave, interviene el ente jurisdiccional (Ministerio Público), su sanción es
la pena privativa de libertad y como ya se ha hecho mención se regula con la
Ley 28008.

Los delitos aduaneros en Perú constituyen acciones ilícitas con la intención de


causar perjuicio al fisco, es decir, a la recaudación de impuestos destinados a
financiar los servicios públicos y el desarrollo del país. Estos delitos se
caracterizan por la evasión de impuestos, que implica evitar pagar los montos
legalmente establecidos, y el incumplimiento de las normas aduaneras, lo cual
implica vulnerar las disposiciones establecidas por la administración aduanera
encargada de regular y controlar el flujo de mercancías en el territorio nacional.
De esta manera, los delitos aduaneros representan una amenaza directa para
la estabilidad económica y fiscal del Estado peruano, socavando los recursos
disponibles para el bienestar de la sociedad y el desarrollo de infraestructuras y
servicios públicos. Por tanto, se considera fundamental combatir y sancionar
estos actos ilegales para salvaguardar el orden, la justicia y el equilibrio en el
ámbito aduanero y garantizar la recaudación adecuada de los impuestos que
permiten financiar las actividades estatales.

Bien Jurídico Protegido

El bien jurídico protegido en los delitos aduaneros en Perú es la protección de


los intereses financieros del Estado y la recaudación de los impuestos
aduaneros (proceso de ingresos y egresos del Estado – efectiva recaudación
tributaria derivada de los derechos arancelarios), es decir, este bien jurídico
debe estar vinculado específicamente a los impuestos que podrían ser
recaudados por el Estado de acuerdo con la legislación, a través del control
aduanero de mercancías.

Guevara (2018) en su investigación para obtener el título de abogada por la


Universidad Autónoma del Perú en su investigación titulada “La regulación
especial de la tentativa en el delito de tráfico de mercancías prohibidas o
restringidas” señala que el bien jurídico protegido se refiere a la prohibición o
restricción de la circulación internacional de ciertas mercaderías. Los
fundamentos para la existencia de un delito como los aduaneros pueden
derivarse de diversas circunstancias. Sin embargo, es importante que la
prohibición legal considerada esté restringida a aquellas prohibiciones o
restricciones que se basan en criterios de regulación del comercio exterior de
mercaderías.

CONTRABANDO Y SUS MODALIDADES

El delito de contrabando es una de las modalidades más comunes en los


delitos aduaneros. El contrabando se define como la introducción o extracción
ilegal de mercancías en el territorio nacional, eludiendo los controles aduaneros
y evadiendo el pago de los impuestos correspondientes. Se considera
contrabando tanto el ingreso o salida de mercancías prohibidas como el
ingreso o salida de mercancías permitidas sin el cumplimiento de las
formalidades aduaneras.

El contrabando es la acción de sustraer, eludir y burlar el control aduanero


ingresando mercancías del exterior o de territorio nacional o no se presenta
para su verificación o reconocimiento físico en las dependencias de la
Administración Aduanera o en los lugares habilitados para tal efecto. Se
materializa la acción de sustraer en el hecho de no presentar las mercaderías
ante las dependencias de aduanas (siendo ingresado de manera ilegal); se
elude al huir del control aduanero (mercadería camuflada) y se burla al
momento de engañar o sustituir las mercancías.

Vera (como se citó en Guevara, 2018) precisa que la problemática en la lucha


contra el contrabando en Perú incluye la escasa capacidad operativa y logística
de las autoridades encargadas, como la División de Investigación de Delitos
Aduaneros y la Superintendencia Nacional de Administración Tributaria. Estas
instituciones cuentan con recursos mínimos para realizar operativos en todo el
país, lo que permite que el contrabando se normalice y expanda, perjudicando
la recaudación de impuestos aduaneros. Además, se destaca la falta de
exploración académica en cuanto a la implementación de políticas públicas y la
coordinación interinstitucional para combatir este delito.
Este delito se encuentra normado en La Legislación En Nuestro País. - Artículo
1° de la Ley N° 28008 (2003) en que se indica que, para configurar el delito de
contrabando en los casos de delitos aduaneros en Perú, es necesario que
exista dolo, es decir, que la persona actúe de forma consciente y voluntaria.
Los elementos que caracterizan este delito son: la sustracción, donde se evita
someter la mercancía a la inspección aduanera; la elusión, que ocurre al
ingresar la mercancía por lugares no autorizados para evadir el control
aduanero; y la burla, cuando se engaña a las autoridades al no presentar la
mercancía al control aduanero, eludiendo así la verificación de la
administración tributaria. Es importante destacar que el delito se consuma con
el ingreso, extracción o la ocultación de mercadería sin el pago de los
impuestos correspondientes, lo cual conlleva sanciones de acuerdo con la
normativa vigente.

Elementos objetivos y subjetivos del tipo penal

El elemento objetivo, parte desde los términos normativos, las mercancías


prohibidas no pueden ser objeto de regímenes aduaneros, operaciones o
destinos aduaneros, mientras que las mercancías restringidas pueden ser
objeto de comercio exterior siempre y cuando cuenten con la autorización de
las autoridades competentes y se cumplan los requisitos legales establecidos
(según la Resolución de Intendencia Nacional Nº 001071 y otras normas
relacionadas). En cuanto a su materialización, el tipo penal requiere que el
agente, mediante el uso de cualquier medio o artificio, o infringiendo normas
específicas, introduzca o extraiga del país mercancías cuyo valor supere las
cuatro (4) Unidades Impositivas Tributarias, y cuya importación o exportación
esté prohibida o restringida. Este aspecto del tipo penal presenta una
característica de "ley penal en blanco", ya que se refiere a acciones prohibidas
cuya configuración precisa se establece en otras disposiciones legales a las
que se hace referencia.

El elemento subjetivo del delito aduanero se refiere a la intencionalidad dolosa


de la acción típica, excluyendo la posibilidad de configurar la modalidad
culposa debido a que sería atípica. Para imputar el delito, se requiere que el
agente tenga conocimiento de los fines de su financiamiento. En caso de que el
agente sea inducido a error en relación con los fines del financiamiento, se
puede configurar un error de tipo. No es necesario que el agente actúe con
ánimo de lucro, ya que su conducta es penalizada por promover una situación
antijurídica que perjudica los intereses recaudatorios del Estado, derivada del
delito aduanero.

DEFRAUDACIÓN RENTAS DE ADUANAS

La defraudación de rentas es entendida como la falta de pago que debería


realizarse por parte del contribuyente valiéndose de actos fraudulentos. De este
modo, la defraudación de rentas en el sector de aduanas atribuye a omitir el
pago, ya sea parcial o talmente de los tributos establecidos a la importación y
exportación de mercancías, mediante el engaño, astucia, burla y en definitiva
un actuar fraudulento frente a la obligación de pagar que se asume durante el
ingreso, permanencia y salida de una mercancía que está determinada a pagar
un tributo, renta y/o gravamen.

Los delitos aduaneros de Defraudación de Rentas de Aduana son visto como


único y especial, para que se ejerza la acción penal es necesario que Sunat
emita el informe previo a efectos de acreditar si hay indicios o no de la comisión
del mencionado delito aduanero mediante su informe técnico es la única
institución de competencia y jurisdicción para determinar si se cometió o no
delito. (Samanez Quirita, 2019, p. 7)

La figura de defraudación de rentas de aduana conlleva una sanción en el


ámbito del Derecho Penal. Esta conducta está definida en el artículo 4 de la
Ley de Delitos Aduaneros, que establece que "Cometer el delito de
defraudación de rentas de aduana resulta en una pena de prisión no menor a
cinco años ni mayor a ocho años, además de una multa que oscila entre
trescientos sesenta y cinco y setecientos treinta días". Es importante destacar
que, en este tipo de delitos, el sujeto perjudicado es el Estado, representado en
su función de supervisión y control por las Aduanas.

Cabe resaltar que en esta clase de delitos el bien jurídico vulnerado es la


potestad aduanera que se visualiza en el denominado control aduanero, siendo
un delito donde se evidencia el “dolo” para su comisión (tipicidad subjetiva).
Asimismo, Aduanas desde su ubicación fronteriza, se encarga de controlar el
ingreso, salida y permanencia de las mercancías en nuestro país, por ello,
dentro del control que realizan los funcionarios que trabajan en esta entidad,
cobran los impuestos que cada mercancía corresponda. Por lo que, ante el
actuar de estos funcionarios es que en algunos casos, se genera la
exoneración, o falta de un aporte completo en cuanto al tributo que
corresponde una mercancía, lo que se conoce como defraudación de renta
aduanera, ya que, son ellos quien poseen la responsabilidad de solicitar la
renta correspondida pero su actuar de mala fe, configura un delito.

En cuanto a sus conductas típicas la Ley 28008 en su artículo 4 señala:

a) Deja de pagar en todo o en parte los tributos, recargos o cualquier otro


importe a consecuencia de la utilización de documentación o información falsa,
adulterada, indebida o incompleta, con relación al valor, calidad, cantidad,
peso, especie, antigüedad, estado, origen, marca, código, serie, modelo,
rotulado, etiquetado, u otra información de las mercancías, así como de la
indebida asignación de la subpartida nacional.

b) Obtiene o aprovecha ilícitamente una exoneración, inafectación,


incentivo, devolución, beneficio tributario, beneficio aduanero u otro beneficio
de cualquier índole indebidamente obtenido como consecuencia de la:

• Utilización de documentación o información falsa, adulterada, indebida o


incompleta.

• Simulación total o parcial de una operación de comercio exterior.

• Sobrevaloración o subvaluación de las mercancías.

• Alteración de la cantidad, descripción, marca, código, serie, rotulado o


etiquetado de las mercancías.

• Indebida asignación de la subpartida nacional o indebida declaración del


origen de las mercancías.

• Utilización o disposición indebida de las mercancías que ingresaron con


inafectación, exoneración o suspensión del pago de tributos, destinados a una
finalidad distinta a la señalada por la normativa nacional.
c) Consume, almacena, utiliza, sustrae o dispone de las mercancías en
tránsito, transbordo, reembarque o durante su traslado a una zona franca, zona
de tratamiento aduanero especial o zona de tributación especial, incumpliendo
la legislación nacional.

Por consiguiente, la defraudación de rentas de aduanas, se presentan


mediante estas 3 modalidades de conductas, las mismas que deben ser
reguladas adecuadamente por Sunat en su Ley de delitos aduaneros y su
reglamento, esto a través de los informes y controles aduaneros por parte de
los funcionarios públicos de Aduanas. Finalmente siendo importante resaltar
que, este delito se configura cuando el monto de los tributos, recargos o
cualquier otro importe no cancelado, o de la exoneración, inafectación,
incentivo, devolución, beneficio tributario, entre otros de similar índole (en
provecho propio o de terceros) sea superior 1 Unidad Impositiva Tributaria.

RECEPTACIÓN ADUANERA

El delito de receptación aduanera se encuentra regulado en el artículo 6 de la


ley de delitos aduaneros, castigando a quien adquiere o recibe en donación, en
prenda, almacena, oculta, vende o ayuda a comercializar mercancías cuyo
valor sea superior a dos Unidades Impositivas Tributarias y que de acuerdo con
las circunstancias tenía conocimiento o se comprueba que debía presumir que
provenía de un delito aduanero. En términos generales, puede decirse que este
delito reproduce el tipo general de receptación previsto en el artículo 194 del
Código penal, por lo que debería seguirse los mismos criterios de interpretación
del tipo penal general. No obstante, si bien ambos tipos penales constituyen
normas penales de refuerzo, la protección penal que ofrecen tiene
particularidades propias que conviene resaltar.

La interpretación dominante entiende que la receptación común protege los


derechos patrimoniales sobre los bienes que han sido obtenidos mediante la
comisión de un ilícito penal. Esta interpretación solamente podría trasladarse a
la receptación aduanera en el caso de mercancías que han sido introducidas
sin el pago de los tributos y derechos aduaneros correspondientes, pues sobre
ellas recae una prenda legal para el pago de la deuda tributaria aduanera
(artículo 84 de la LGA). Por el contrario, si el delito aduanero previo es
solamente el contrabando o el tráfico de mercancías prohibidas, la protección
penal de la prenda aduanera radicará en un empeoramiento del control
aduanero, en la medida que le resultará al Estado cada vez más difícil poder
detectar las mercancías para decomisarlas o regularizar su entrada al país. Un
derecho patrimonial sobre las mercancías no existe necesariamente en estos
casos.

b) Conducta típica

La conducta típica de la receptación aduanera está compuesta por un conjunto


de acciones que se contextualizan en el momento de la negociación de las
mercancías que provienen de la comisión de un delito aduanero. Al igual que
los delitos patrimoniales de apropiación, el autor de un delito aduanero apunta
a sacar provecho de su conducta delictiva, por lo que resulta usual que luego
de cometido el delito proceda a negociar o vender el bien obtenido ilícitamente.
Desde esta lógica criminológica, en la doctrina penal alemana se considera un
elemento implícito del delito de receptación que el receptador actúe
consensuadamente con el autor del delito previo, lo que, a su vez, permitirá
delimitar este delito de otros como el robo o la apropiación ilícita.

La actuación que caracteriza al receptador se pretende abarcar mediante


diversos verbos alternativos, cada uno capaz de realizar por sí mismo el tipo
penal de receptación aduanera.

En primer lugar, cabe mencionar los actos de apropiación de las mercancías


procedentes de un delito aduanero. Esta apropiación puede tener lugar a título
oneroso (adquirir) o incluso a título gratuito (recibir en donación). En ambos
casos se requiere que el receptador reciba el bien. Si bien podría cuestionarse
que en la donación exista propiamente un acto de comercialización que
caracteriza la receptación, es evidente que con esta ampliación de la conducta
típica el tipo penal apunta a evitar dificultades probatorias, pues, de lo contrario,
a quien se le encontrase en posesión de mercancías de procedencia ilícita
podría alegar siempre que las recibió en donación para evitar así la sanción
penal.
En la medida que la adquisición de bienes de procedencia ilícita no se registra
en registros contables ni se respalda con la entrega de un comprobante de
pago, la demostración del pago por las mercancías resulta prácticamente
imposible. La prohibición penal incluye también actos de recepción de las
mercancías en garantía (recibir en prenda), pues, por lo general, esta conducta
constituye una forma indirecta de hacerse con las mercancías de procedencia
delictiva.

En segundo lugar, el tipo penal de receptación aduanera abarca ciertos


supuestos de posesión de las mercancías provenientes de un delito aduanero.
Debe quedar claro que no se castiga la simple posesión de las mercancías,
sino que debe tratarse de actos específicos de almacenamiento y ocultación.
Estos actos típicos deben interpretarse en el contexto de la negociación de las
mercancías, pues, de lo contrario resultaría prácticamente imposible
delimitarlos adecuadamente de los delitos de encubrimiento real. (Cavero, pag
770)

c) Objeto del delito

El objeto del delito de receptación aduanera son las mercancías que provienen
de delitos aduaneros. Si bien el tipo penal utiliza el plural para referirse al
objeto del delito, esta particularidad de la redacción no impide el castigo de
actos de receptación que recaen sobre una sola mercancía con suficiente valor
como para dar lugar al delito de receptación aduanera. Respecto del valor de la
mercancía, la ley de delitos aduaneros establece que el objeto del delito de
receptación aduanera alcance un valor superior a dos unidades impositivas
tributarias, de lo contrario la conducta constituirá solamente una infracción
administrativa. Para determinar el valor de las mercancías, habrá que seguir el
mismo procedimiento que se ha explicado en relación con el objeto del delito
de contrabando.

En cuanto a la procedencia delictiva, el tipo penal establece que las


mercancías deben provenir "de los delitos contemplados en esta ley", es decir,
de un delito aduanero. En este sentido, una receptación aduanera puede
presentarse respecto de cualquier delito aduanero que tenga un bien como
objeto del delito. Dado que la receptación aduanera es también un delito
aduanero, la receptación en cadena de mercancías procedentes originalmente
de un delito aduanero podrá castigarse también con el tipo penal de
receptación aduanera.

Si bien la receptación aduanera tiene una autonomía típica, existe una relación
de accesoriedad con el hecho previo, en la medida que presupuesto para el
delito de receptación aduanera es la previa comisión de un delito aduanero del
que proviene su objeto material. La accesibilidad se manifiesta tanto en un
plano cualitativo como cuantitativo. En el plano cualitativo, el hecho previo debe
constituir por lo menos, una conducta típica y antijuridica, no siendo necesaria
por el contrario la culpabilidad del autor. (Cavero, pag 774)

d) Elemento subjetivo

El delito de receptación aduanera debe cometerse a título de dolo. El dolo


consiste fundamentalmente en el conocimiento de los elementos del tipo penal
al momento de la realización de la conducta típica, por lo que un dolo
subsequens no podrá fundamentar la responsabilidad penal de quien negoció
un bien de procedencia ilícita, el autor debe conocer que las mercancías
provienen de un delito aduanero, aunque no se exige el conocimiento de las
particularidades del delito, como la forma de introducción de la mercancía o el
monto de las rentas de aduanas defraudadas.(Cavero, pag 775)

e) Consumación y tentativa

El tipo penal de receptación aduanera se consuma con la realización de la


conducta de adquirir, recibir en donación o en prenda, almacenar, ocultar,
vender o ayudar a comercializar mercancías provenientes de un delito
aduanero. Se trata de un delito de peligro abstracto que no requiere de la
producción de un resultado lesivo concreto para su configuración, sino
solamente la idoneidad general de la conducta para empeorar la labor de
control aduanero. En la medida que la conducta típica puede realizarse
mediante diversos actos, podría presentarse un caso de tentativa, por ejemplo,
si el autor realiza el pago para adquirir la mercancía, pero por razones ajenas a
su voluntad no la recibe. (Cavero, 2007, p. 777).

f) Autoría y participación
En la medida que el delito de receptación aduanera está constituido como un
delito común de dominio, resultan plenamente aplicables los criterios de
determinación de la autoría con base en la competencia por el dominio del
riesgo. Por su parte, la responsabilidad penal de los partícipes se sustentará
igualmente en un dominio del riesgo, aunque en un grado cuantitativamente
menor al exigido para fundamentar la responsabilidad a título de autor. El
dominio de los intervinientes en el delito debe estar referido al riesgo de
dificultar más la posibilidad de recuperación de los bienes que han sido
"adquiridos" mediante la comisión de un delito. (Cavero, 2007, p. 777).

g) Penalidad

La pena establecida para el delito de receptación es pena privativa de libertad


no menor de tres ni mayor de seis años y pena de multa de ciento ochenta a
trescientos sesenta y cinco días multa. Como puede verse, la pena prevista
por este estilo resulta mayor respecto del tipo penal patrimonial de receptación,
por lo que puede considerarse un tipo agravado frente al tipo de receptación.
(Cavero Garcia, 2007)

TRÁFICO DE MERCANCÍAS PROHIBIDAS O RESTRINGIDAS

El delito de tráfico de mercancías prohibidas o restringidas infringe un aspecto


esencial de la regulación del comercio exterior de mercancías, a saber, la
prohibición de ingreso o salida o el ingreso o salida controlada de determinadas
mercancías. Este delito no se materializa, por tanto, en el ámbito del control
aduanero, como sucede, por ejemplo, con el delito de contrabando, sino en
relación con la normativa sustantiva que regula el tráfico de bienes o
mercancías hacia y fuera del país. El bien jurídico se concreta aquí en la
expectativa normativa de prohibición o restricción de la circulación internacional
de ciertas mercancías. Las razones para esta prohibición o restricción pueden
ser de diversa índole. No obstante, la prohibición penal que ahora analizamos
debe limitarse a las prohibiciones o restricciones que responden a criterios de
la regulación del comercio exterior de mercancías.
a) Sujetos

El delito de tráfico de mercancías prohibidas o restringidas está configurado


típicamente como un delito común, de manera que puede ser cometido por
cualquier persona. Para poder ser autor de este delito no se requiere ninguna
calidad especial. La participación de varias personas con un dominio relevante
en la comisión de este delito puede dar lugar, sin mayores inconvenientes, a
una coautoría. A diferencia de la doctrina dominante, consideramos que la
calidad de coautor no debe supeditarse a la realización de un aporte relevante
en la ejecución del delito. La esencialidad del aporte del coautor puede
alcanzarse perfectamente en la etapa preparatoria. Así, en el caso de
organizaciones criminales que se constituyen con la finalidad de importar o
exportar mercancías prohibidas o restringidas, no será necesario recurrir a la
figura de la autoría mediata por dominio de la organización para castigar a los
cabecillas que no ejecutan directamente la conducta típica.

b) Conducta típica

La conducta típica se puede realizar de dos formas: mediante la introducción al


país de mercancías cuya importación esté prohibida o restringida, o mediante
la extracción del país de mercancías cuya exportación esté igualmente
prohibida o restringida. Como puede verse, el delito puede cometerse tanto en
una operación de comercio exterior de importación como de exportación. El eje
de la prohibición se centra fundamentalmente en el objeto sobre el que recae la
operación de comercio exterior, es decir, en mercancías cuya importación o
exportación se encuentra prohibida o restringida.

El tipo penal no se configura con la simple importación o exportación de


mercancías prohibidas o restringidas, pues en estos casos el importador, por
ejemplo, puede proceder al reembarque de las mercancías a otro país. Para la
configuración del delito se requiere que el autor haya utilizado un medio
irregular para introducir o extraer la mercadería, se haya valido de algún
artificio para burlar el control aduanero, o haya infringido las normas
específicas que regulan la importación o exportación de estas mercancías. Las
dos primeras formas de comisión resultan aplicables tanto a las mercaderías
prohibidas como restringidas. En cuanto a la tercera forma de comisión,
podemos señalar que ésta se refiere únicamente a la importación o exportación
de mercancías restringidas, pues en el caso de mercancías prohibidas no hay
una normativa específica para su importación o exportación.

La referencia a la infracción de normas específicas para la determinación de la


conducta típica de tráfico de mercancías restringidas hace que el delito se
constituya como una ley penal en blanco. En consecuencia, hay que saber qué
disponen las normas aduaneras para la importación o exportación de
mercancías restringidas. Al respecto puede decirse de modo general que el
ingreso o salida de mercancías restringidas debe contar con la documentación
general establecida tanto en el artículo 45 del reglamento de la Ley General de
Aduanas, como en los procedimientos generales y específicos
correspondientes. Adicionalmente se deben presentar los documentos de
control (autorizaciones, permisos, resoluciones, licencias, registros, etc.), los
cuales pueden ser enviados electrónicamente o por cualquier otro medio. La
SUNAT está facultada para verificar la autenticidad de los documentos
presentados.

c) Objeto material del delito

El objeto del delito de tráfico de mercancías prohibidas o restringidas son las


mercancías cuya importación o exportación se encuentran prohibidas. Para
determinar cuáles son las mercancías cuya o exportación se encuentran
prohibidas o restringidas importación hay que recurrir a diversas normas
jurídicas. Un tema muy discutido resulta el castigo de la importación o
exportación de objetos cuya introducción o extracción del país se encuentra ya
penalmente sancionada por un tipo penal específico. En el Derecho penal
alemán se ha sostenido la llamada "teoría del manto", en virtud de la cual el
delito aduanero de importación o exportación de mercancías prohibidas abarca
como un manto todas las infracciones contra las prohibiciones específicas. Así,
por ejemplo, la realización de un delito de tráfico de drogas o de introducción
de instrumentos para la falsificación de dinero, constituirá también un delito de
tráfico de mercancías prohibidas o restringidas que se presentará en una
situación de concurso aparente o ideal de delitos, dependiendo de si se
entiende que la misma conducta lesiona dos intereses penalmente relevantes
distintos.
Por nuestra parte, somos más bien del parecer de que el delito de tráfico de
mercancías prohibidas o restringidas debe limitarse a las mercancías cuyo
tráfico se encuentra permitido, pero que su prohibición o restricción de salida o
entrada al país se impone por razones fundamentalmente de mercado (la
prohibición de importación de automóviles usados o la prohibición de
exportación de recursos escasos en situaciones de crisis como el petróleo).
Argumento a favor de esta comprensión es la importancia establecida en el tipo
penal respecto de la cuantía de las mercancías para determinar si se trata de
un delito o una infracción administrativa, lo cual no podría explicarse en
productos como la droga, el dinero falsificado o los bienes culturales. En
síntesis, consideramos que el delito de tráfico de mercancías prohibidas o
restringidas debe limitarse a productos de tráfico legal, pero que por razones de
política económica se prohíbe o restringe su importación o exportación.

d) Elemento subjetivo

El delito de tráfico de mercancías prohibidas o restringidas se castiga


únicamente a título de dolo. No se requiere un dolo directo de primer grado, de
manera que puede cometerse perfectamente con un dolo de consecuencias
necesarias o un dolo eventual. El dolo del autor está constituido por el
conocimiento de que está introduciendo o extrayendo del país mercancías cuya
importación o exportación se encuentra prohibida o restringida. Sobre este
objeto del dolo, se discute especialmente el conocimiento de dos aspectos
específicos: por un lado, las normas que prohíben o restringen el tráfico
internacional de determinadas mercancías y, por el otro, el valor de las
mercancías por encima de dos unidades impositivas tributarias.

En cuanto al conocimiento de la norma extrapenal que prohíbe o restringe


importación o exportación de ciertas mercancías, el seguimiento estricto de la
teoría de la culpabilidad llevaría a considerar el desconocimiento de este
aspecto del hecho un error de prohibición, pues la prohibición de importación o
exportación se identificaría con la prohibición penal), Por nuestra parte,
consideramos que el error sobre la prohibición de importación o exportación
constituye un aspecto del hecho que debe ser abarcado por el dolo, pues no se
puede atribuir al autor el conocimiento del sentido de su hecho sin la
prohibición de importación o exportación. Por lo tanto, el error sobre esta
prohibición constituye un error de tipo que excluye la imputación dolosa.

mercancías superen el valor de dos unidades impositivas tributa. En la medida


que el tipo penal establece expresamente que las rías, parecería lógico asumir
que este aspecto cuantitativo deber ser abarcado también por el dolo del autor.
Esta afirmación parte del presupuesto de que el valor del bien constituye un
elemento del tipo de injusto, de manera que integra el objeto del dolo.

e) Consumación y tentativa

La consumación del delito de tráfico de mercancías prohibidas o restringidas


puede producirse, en primer lugar, con la introducción de las mercancías en el
territorio nacional. El tipo penal no requiere que la introducción se haga por los
lugares habilitados para el tráfico de personas, bienes o medios de transportes.
Si las mercancías prohibidas o restringidas se introducen al territorio nacional
por lugares no habilitados, el delito se consuma cuando las mercancías entran
físicamente en el territorio nacional. Si las mercancías pasan por las zonas
habilitadas para el control aduanero, el delito se consumará cuando el dueño o
consignatario pueda disponer de las mercancías. En segundo lugar, el delito de
tráfico de mercancías prohibidas o restringidas puede consumarse con la
extracción de dichas mercancías. Al igual que el supuesto de consumación
anterior, la extracción de mercancías del país puede hacerse por lugares
autorizados o no.

El delito de tráfico de mercancías prohibidas o restringidas puede sancionarse


a título de tentativa cuando el autor no consigue efectivamente introducir o
extraer del país dichas mercancías. En el caso de extracción de mercancías, lo
más razonable habría sido tipificar como delito consumado el intento de extraer
las mercancías, ya que una vez que éstas se encuentran fuera del país las
posibilidades de descubrir el delito o capturar a los autores se reduce
tremendamente. La configuración de la conducta como un delito de
emprendimiento permitiría castigar ya como delito consumado a quien intenta
extraer del país las mercancías prohibidas o permitidas.

A efectos de precisar el castigo en grado de tentativa, resulta importante


determinar cuándo comienza la tentativa en el delito de tráfico de mercancías
prohibidas o restringidas. En la medida que la conducta típica se define por los
verbos introducir y extraer, hay que entender que la tentativa comenzará desde
el momento en que se emprende actos que están dirigidos inequívocamente a
pasar las mercancías por el territorio nacional. En el caso de la introducción,
está claro que la conducta típica comienza con el paso de la frontera o la
solicitud a las autoridades aduaneras para introducir las mercancías. De más
difícil determinación es la extracción de las mercancías, pues las labores de
control previo de los diversos actos orientados a sacar las mercancías del país
podrían requerir un concepto amplio de la conducta típica que permita una
represión penal anticipada. La extracción de mercancía comenzaría desde que
inequívocamente se conducen las mercancías a la frontera para sacarlas del
país").

f) Penalidad

El delito de tráfico de mercancías prohibidas o restringidas se castiga con una


pena elevada: pena privativa de libertad no menor de ocho no mayor de doce
años y pena de multa de setecientos treinta a mil cuatrocientos sesenta días
multa. La cuantía de la pena presenta ciertos cuestionamientos desde el punto
de vista del principio

de proporcionalidad, pues si le compara, por ejemplo, con el delito de homicidio


doloso, podrá constatarse que este delito tiene un marco penal mínimo de seis
años, es decir, menor al previsto para el delito tráfico de mercancías prohibidas
o restringidas. En un Derecho penal que responde a una protección coherente
de bienes jurídicos no puede invertirse la importancia de los bienes jurídicos
por puras razones de especial sensibilidad social en determinados momentos.
Si bien es posible que los aspectos coyunturales incidan en la res- puesta
penal, esta incidencia no puede trastocar el orden de jerarquía de los bienes
jurídicos.

CIRCUNSTANCIAS AGRAVANTES

Serán reprimidos con pena privativa de libertad no menor de ocho ni mayor de


doce años y setecientos treinta a mil cuatrocientos sesenta días-multa, los que
incurran en las circunstancias agravantes siguientes, cuando:
a. Las mercancías objeto del delito sean armas de fuego, municiones,
explosivos, elementos nucleares, abrasivos químicos o materiales afines,
sustancias o elementos que por su naturaleza, cantidad o características
pudieran afectar la salud, seguridad pública y el medio ambiente:

b. Interviene en el hecho en calidad de autor, instigador o cómplice primario un


funcionario o servidor público en el ejercicio o en ocasión de sus funciones, con
abuso de su cargo o cuando el agente ejerce funciones públicas conferidas por
delegación del Estado.

c. Interviene en el hecho en calidad de autor, instigador o cómplice primario un


funcionario público o servidor de la Administración Aduanera o un integrante de
las Fuerzas Armadas o de la Policía Nacional a las que por mandato legal se
les confiere la función de apoyo y colaboración en la prevención y represión de
los delitos tipificados en la presente Ley.

d. Se cometiere, facilite o evite su descubrimiento o dificulte u obstruya la


incautación de la mercancía objeto material del delito mediante el empleo de
violencia física o intimidación en las personas o fuerza sobre las cosas.

e. Es cometido por dos o más personas o el agente integra una organización


destinada a cometer los delitos tipificados en esta Ley.

f. Los tributos u otros gravámenes o derechos antidumping o compensatorios


no cancelados o cualquier importe indebidamente obtenido en provecho propio
o de terceros por la comisión de los delitos tipificados en esta Ley, sean
superiores a cinco Unidades Impositivas Tributarias.

g. Se utilice un medio de transporte acondicionado o modificado en su


estructura con la finalidad de transportar mercancías de procedencia ilegal.

h. Se haga figurar como destinatarios o proveedores a personas naturales o


jurídicas inexistentes, o se declare domicilios falsos en los documentos y
trámites referentes a los regímenes aduaneros.

i. Se utilice a menores de edad o a cualquier otra persona inimputable.

j. Cuando el valor de las mercancías sea superior a veinte (20) Unidades


Impositivas Tributarias.
k. Las mercancías objeto del delito sean falsificadas o se les atribuye un lugar
de fabricación distinto al real. En el caso de los incisos b) y c), la sanción será,
además, de inhabilitación conforme a los numerales 1), 2) y 8) del artículo 36
del Código Penal.

Análisis de los agravantes

El artículo en cuestión contempla las circunstancias agravantes que llevan a


una sanción más severa en el delito de defraudación de rentas de aduana. En
primer lugar, se menciona que, si las mercancías objeto del delito incluyen
armas de fuego, municiones, explosivos u otros materiales peligrosos que
puedan poner en riesgo la salud, seguridad pública o el medio ambiente, la
pena privativa de libertad será de no menos de ocho ni más de doce años,
junto con una multa que oscila entre setecientos treinta y mil cuatrocientos
sesenta días.

Además, se considera una circunstancia agravante cuando en el delito participa


como autor, instigador o cómplice primario un funcionario o servidor público en
ejercicio de sus funciones o abusando de su cargo, así como cuando el agente
realiza funciones públicas encomendadas por el Estado. En tales casos,
además de la pena de prisión y la multa, se impone la inhabilitación según lo
establecido en el artículo 36 del Código Penal.

Otra circunstancia agravante se presenta cuando intervienen funcionarios


públicos de la Administración Aduanera, miembros de las Fuerzas Armadas o
de la Policía Nacional, quienes tienen la función de apoyar y colaborar en la
prevención y represión de los delitos aduaneros. Si alguno de ellos participa
como autor, instigador o cómplice primario en el delito, se aplicará la pena
antes mencionada junto con la inhabilitación.

Estas son solo algunas de las circunstancias agravantes que se contemplan en


el artículo. Otras incluyen el uso de violencia física o intimidación, la
participación de dos o más personas o de una organización delictiva, la
obtención de beneficios indebidos, el uso de medios de transporte modificados,
la falsificación de mercancías, el uso de información falsa en documentos
aduaneros, la implicación de menores de edad o personas inimputables, y el
valor de las mercancías superando un límite establecido. Cada una de estas
circunstancias agrava la pena y se busca sancionar de manera más
contundente a quienes incurran en tales conductas.

CONCLUSIONES

En conclusión, la lucha contra los delitos aduaneros, como el


contrabando, presenta desafíos significativos en Perú. La escasa
capacidad operativa y logística de las autoridades encargadas de
combatir estos delitos, junto con la falta de recursos y la normalización
del contrabando como una actividad comercial común, generan un
impacto negativo en la recaudación de impuestos aduaneros. Es
fundamental abordar estas problemáticas mediante una mejora en la
capacidad de las instituciones involucradas, la implementación efectiva
de políticas públicas y una mayor coordinación interinstitucional. Solo a
través de estos esfuerzos conjuntos será posible enfrentar con éxito la
lacra del contrabando y proteger los intereses del Estado y la sociedad
en general.

Es necesario que el autor del delito actúe con dolo, es decir, con
conocimiento y voluntad de realizar la conducta típica, con la finalidad de
evadir los controles aduaneros o el pago de los impuestos
correspondientes.

Las mercancías prohibidas y restringidas son reguladas de manera


distinta en el comercio exterior, y es necesario cumplir con requisitos
legales y obtener autorizaciones para el comercio de mercancías
restringidas.

El delito de contrabando implica la introducción o extracción de


mercancías por encima de un umbral de valor, utilizando medios ilícitos
o infringiendo normas específicas.
Se puede concluir que los diferentes actos relacionados con el delito de
receptación aduanera se agrupan bajo la categoría de actos de
comercialización. Estos actos implican la venta o asistencia en la
comercialización de mercancías, especialmente en la etapa final donde
se busca obtener beneficios económicos de bienes ilícitos. El tipo penal
no requiere que la persona obtenga un beneficio personal en esta fase,
posiblemente para facilitar la carga de la prueba. En el caso de la venta,
es necesario que la mercancía sea entregada al comprador para que se
cumpla el delito, aunque si se recibe el bien con el propósito de buscar
compradores, la conducta caerá en el verbo típico de ayuda a la
comercialización. Esta forma de cooperación busca evitar que aquellos
que ayudan al autor del delito previo en la comercialización se beneficien
de la falta de castigo por el delito de receptación del autor principal.

El tipo penal equipara la participación con la autoría desde el punto de


vista penal, de modo que la cantidad de control del riesgo en la
comercialización del bien no es relevante para imponer la sanción penal.
Esta conversión de actos de participación en conducta principal tiene un
efecto más significativo, ya que se castiga como autor de receptación a
aquellos que ayudan en los actos.

En nuestra opinión, se consideran Mercancías que requieren


instalaciones o equipos especiales, aquéllas cuya apertura del envase o
empaque que las contenga y la exposición a las condiciones
ambientales, les ocasione daño o inutilización para los fines que fueron
concebidas.

El bien jurídico se concreta aquí en la expectativa normativa de


prohibición o restricción de la circulación internacional de ciertas
mercancías. Las razones para esta prohibición o restricción pueden ser
de diversa índole. No obstante, la prohibición penal que ahora
analizamos debe limitarse a las prohibiciones o restricciones que
responden a criterios de la regulación del comercio exterior de
mercancías.
El delito de tráfico de mercancías prohibidas o restringidas se encuentra
normado en la ley 28008 concretamente en su artículo 8, el mismo que
describe el accionar delictivo de quienes cometen esta práctica
castigándolos con pena privativa de la libertad no menor de ocho ni
mayor de doce años y con setecientos treinta a mil cuatrocientos
sesenta días multa al que utilizando cualquier medio o artificio o
infringiendo normas específicas introduzca o extraiga del país
mercancías por cuantía superior a cuatro unidades Impositivas
Tributarias.

Como se puede apreciar, la aduana no tienen la capacidad ni los medios


regulatorios para solicitar información a las autoridades aduaneras del
origen o referente a los exportadores que comercializan mercancías y
donde también se establecen procedimientos aduaneros de exportación;
muchos importadores presentan certificados de origen falsos que
transfieren mercancías del origen correspondiente para acceder a los
beneficios de los tratados de libre comercio, cuando en realidad no
cumplen con los requisitos técnicos de origen. Por eso es importante
cruzar la información con otras operaciones aduaneras, buscar la
interoperabilidad de las transacciones comerciales y en especial las
operaciones aduaneras de ambos países, porque las operaciones de
comercio exterior son una especie de espejo donde están las
exportaciones a un país. importados y viceversa, por lo que el acceso a
los datos en línea de todo el proceso aduanero mejora el control
aduanero, cuyo objetivo principal es proteger el fisco y con ello mejorar
la recaudación aduanera, lo que reduce el fraude fiscal aduanero.
Interpretando los datos, como parte del análisis de este tema, se puede
apreciar que, si bien la aduana ha luchado continuamente contra el
fraude aduanero a través de diversas operativos aduaneros e
inspecciones previas, simultáneas y posteriores, los resultados no son
tan alentadores, debido a que los procesos de inspección pueden durar
varios años, incluso en algunos casos superan la limitación en los casos
administrativos, lo que es muy perjudicial para el fisco. También
creemos que la SUNAT debe implementar una política para aumentar la
conciencia de los contribuyentes sobre la declaración del valor en
aduana, iniciando desde las escuelas hasta las universidades e institutos
con cursos sobre la importancia de pagar impuestos, lo que contribuirá
al desarrollo de nuestro propio país, ya que influye en el crecimiento
económico y por ende el desarrollo de la población, mejores servicios de salud,
educación, etc.

Bibliografía
Cavero Garcia, P. (2007). Derecho penal Economico- Parte general . Lima: Griley.

Dávila, D. M. (2018). Análisis sobre la constitucionalidad del artículo 247 que versa sobre los
delitos de flora y fauna silvestre del Código Orgánico Integral Penal de Ecuador como
tipo penal abierto o norma penal en blanco. Quito: Universidad San Francisco de Quito
USFQ.
Ley N° 28008 "Ley de los Delitos Aduaneros". (2003)., (pág. Artículo 1°).

NINAMAQUE, K. B. (2018). LA REGULACIÓN ESPECIAL DE LA TENTATIVA EN EL DELITO DE


TRÁFICO DE MERCANCÍAS PROHIBIDAS O RESTRINGIDAS. Lima: Universidad Autónoma
del Perú.

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