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Abraham Valdelomar y su ostentosa obra “El Caballero Carmelo”,

en la importancia de la realidad nacional en el Perú


El Postmodernismo, tan objetivo e independiente al ser humano, que destaca, no solo por la
postura híbrida respecto a la realidad, sino también, por ser la corriente ligada al desarrollo
de la trayectoria de uno de los líderes en la eminente literatura peruana, Abraham
Valdelomar; caracterizado por su carácter individualista, crítico de los conservadores y por
ser el claro referente a la búsqueda de la libertad a través de los escritos. Nombrado por
Guillermo Billinghurst como, “el primer escritor en el Perú que vive de lo que escribe”.
A principios del siglo XX, los escritores provenientes de la oligarquía surgida de la antigua
aristocracia española y su producción literaria, han cuajado en una literatura nacional, donde
aparece en 1918, la primera edición de “El Caballero Carmelo”, obra emblemática reconocida
por la exploración de la identidad, honor y sacrificio en el contexto de cultura andina.

La trama se sitúa en un ambiente rústico de la sierra peruana, donde se describen, los paisajes
y las costumbres locales, que transportan al lector, al corazón de aquella familia andina que
está íntimamente entrelazada con la de su querido gallo Carmelo. Así, es como en «El
caballero Carmelo» por primera vez, se ingresa al universo familiar y sentimental de una
aldea del Perú, además por el alrededor de las incidencias en una pelea de gallos, se abre la
puerta a una propuesta de literatura autóctona.

Recae en el gallo Carmelo, el símbolo de valentía y honor; hecho que, para otros relatos, no
tomaría retrato a más que una simple ave; sin embargo, a través de las páginas, Valdelomar le da
el valor de guerrero alado, que defiende su territorio y a los suyos con una gran pasión arrasante.
Esta nueva forma de ver al animal, es una característica humana sirviente de la nobleza que recae
en la naturaleza y su entorno.
En relación de la vida familiar en el hogar del protagonista-narrador. Valdelomar utiliza un estilo
en primera persona a través del personaje Roberto, un niño de nueve años, y mediante esta
elección narrativa, se transmite la sensibilidad infantil en la percepción de los acontecimientos.
Defendiendo a la idea del niño, provinciano en este caso, como narrador del relato peruano y a los
animales, como personajes principales de este.

La tragedia que acecha a medida que la trama avanza, por la creciente tensión y la ambigüedad
moral en la tradición local de la pelea de gallos, hace que el lector se aferre a cada página,
sembrando una preocupación por el destino de Carmelo. Pues somos testigos de la complejidad
emocional de Don Fidel, quien enfrenta el dilema entre el amor por su gallo o la presión social
para la demostración de la validez de Carmelo, en la riña.

Finalizando, “El Caballero Carmelo” es una obra que nos llama a la reflexión no solo de la
naturaleza andina o independiente a esta, sino también, a la lealtad y sacrificio tanto el contexto
humano, como en la relación del hombre con el animal. La tragedia final, muerte del Carmelo, nos
hace un confrontamiento con la realidad cruda de la vida, recordando a los lectores, que el valor
de la nobleza, va de la mano con la vulnerabilidad y pérdida.

En conclusión, la obra de Abraham Valdelomar es un tesoro literario, que resalta emoción,


preocupación y tristeza, según la profundidad de cada página. Marcando la intensidad del proceso
que ha tenido la narrativa peruana, dando a conocer la vida en el hogar provinciano y la esencia
misma de la lealtad que nace entre el humano y el animal, perdurando en la belleza de la vida en
nuestro mundo.

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