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AVES SIN NIDO

CLORINDA MATTO DE TURNER

Clorinda Matto de Temer escribió una de las novelas

más singulares del realismo hispanoamericano: Aves sin

nido. Aquella revela el credo antiesclavista de los

aborígenes del Cuzco Acentúa la novela peruana y nacional

y se erige en la pionera del indigenismo, ya precedido

por Narciso Aréstegui con El padre Horán ; preseguido más

adelante por Alegría y Arguedas. Clorinda Matto revela

además, desde sus páginas novelescas su anticlericalismo

motivada con emoción encendida sobre nuestra escena de

inmoralidad del clero, engaños ignominiosos que van a

ejemplificar su apostolado en defensa del indio.

Francisco Carrillo traza y configura a la escritora de

este modo: «Difícil es clasificar a Clorinda Matto como

naturalista o romántica. Se esfuerza por estar a la

altura de as nuevas corrientes filosóficas y literarias,

pero su sentimentalismo exagerado, su falta de humorismo

e ironía, le impiden superar sus impulsos románticos. A

pesar de su vislumbre superficial dcl indio, logra abrir

el nuevo camino al movimiento indigenista; en su obra de

apostolado muy poco diferente le la misión filantrópica

de Fray Bartolomé de las Casas, ofrece nuevas


perspectivas a la literatura peruana; ¡lustra

dramáticamente la necesidad de volver a nuestra tierra y

a nuestros problemas. Su impulso ha hecho posible la

continuación de una corriente literaria que florece en

nuestros días y que ha logrado imponer el movimiento más

genuinamente nacional que haya tenido el Perú».

Aves sin nido es la primera novela realista peruana

que fija un derrotero sin limites en el realismo

hispanoamericano. Aves sin nido es un alegato metafórico

en favor del indio peruano. Novela indigenista de tesis

que por su brecha novelesca de afirmación social, se

puede comparar con la novela de Enriqueta B. Stowe La

cabaña del Tío Tom. En efecto, la novela de Matto de

Turner está inspirada en la prédica de González Prada

(Gobernador, Cura y Juez corruptos), que gobernaban en la

sierra del Perú a fines del siglo XIX.

Aves sin nido apareció simultáneamente en Buenos Aires,

en 1889. La primera salió bajo el sello de Félix Lajoune

Editor y la otra, en la Imprenta de Carlos Prince; ambas

traen un «Prohemio» y «Palabras que deben conocerse antes

de leer este libro». Así mismo, existen otras ediciones

posteriores, principalmente la editada por la Universidad

del Cuzco, en 1948, que incluye el Juicio crítico de

Emilio Gutiérrez de Quintanilla», aparecida en la primera

edición.
Jorge Basadre ha escrito: «Clorinda Matto de Turner,

con su Aves sin nido, abrió la trocha para la literatura

de exaltación indigenista». Recordemos, el libro consta d

285 páginas (primera edición) y fue diseña da en Tinta.

Aves sin nido persigue tres arquetipos peruanos, el

indio, cura y gobernador. Además de revelar la época en

que s dieron los hechos, en momentos que se producían las

montoneras y la explotación de guano. Su obra es

violentista. apasionada de entorno provinciana. Se ha

dicho que José Turner y Clorinda Matto encarnan las figu-

ras de don Femando Marín y Lucía, su esposa. La novela,

además, quiere retratar tipos y costumbres del Cuzco. De

otro modo, Alberto Tauro diseña el Corolario de la es-

critora con las siguientes expresiones: “Al desenvolver

los hilos de su acción, Clorinda Matto de Turner

pretendió que Aves sin nido fuese una asequible

superación del romanticismo (...) Atenta a la ostentosa y

corrosiva fruiclon, que los románticos volcaron en la

expresión de sus dramas individuales (...) Cierto es que

Aves sin nido denuncia la traición hacia el realismo:

pero, fundamentalmente aparece como el testimonio de la

sorpresa, que el descubrimiento de la vida sus-cita en el

ánimo de quienes han sido educados para la contemplación

y la admiración de valores ideales; es el puente tendido

entre la sensibilidad individual y la aparente


Indiferencia con que la sociedad mira sus propios males».

Se ha dicho que esta novela de costumbres» no sigue pues

una recreación de orden amoroso, sus ideales se fijan en

otras coordenadas. Así es. La novela describe el villorio

serrano de Killac, casi metafóricamente la otra Tinta y,

además, la escritura plantea el otro plano sobre Lima.

Cierto romanticismo coincide en su argumentación.

Resulta muy útil leer el «Proemio» de Aves sin nido,

los propósitos que idealizan su oveja, así mismo, ver

desde qué puntos de vista plantea la verdadera novela de

costumbres en el Perú. Clorinda Matto es clara y

enfática: «la novela tiene que ser la fotografía que

estereotipe los vicios y las virtudes de un pueblo, con

la consiguiente moral correctiva para aquellos y el

homenaje admiración para éstas. Es tal, por esto

importancia de la novela de costumbres, que en sus hojas

contiene muchas veces el se lo de la reforma de algunos

tipos, cuando no su extinción. En los papeles en que,

como nuestro, la LITERATURA se halla en su cuna tiene la

novela que ejercer mayor influjo en la morigeración de

las costumbres ¿Quién sabe si después de doblar la

última. página de este libro se conocerá la importancia

de observar atentamente el personal de las autoridades,

así eclesiásticas como les, que vayan a regir los

destinos de los que viven en las apartadas poblaciones


del anterior del Perú? ¿Quién sabe si se reconoce la

necesidad del matrimonio de los curas como una exigencia

social? Para manifestar esta esperanza me inspiro en la

exactitud que he tomado los cuadros, del natural,

presentando al lector la copia para que él juzgue y

falle. Amo con amor de ternura a raza indígena, por lo

mismo que he observado de cerca sus costumbres, encantad

por su sencillez, y la abyección a que someten esa raza

aquellos mandones de villorrio que, si varían de nombre,

no degenerar siquiera del epíteto de tiranos. No otra

cosa son, en lo general, los curas, gobernado caciques y

alcaldes».

La historia propiamente de Aves sin do está sustentada

en el comportamiento amoroso y sexual del cura Pedro de

Miranda, Obispo de su diócesis; aquel seduce a una. india

llamada Marcela, y a otra, Petronila esposa de Sebastián

Pancorbo, Gobernador le Killac. En ambas mujeres, este

cura, tendrá hijos, llamados Manuel y Margarita (hermanos

de padre), sin que ambos sepan su rigen.

La obra se ambienta en el villorio de Killac en el

Cuzco. Manuel y Margarita se aman y sucumben

dramáticamente sin hallar su verdadera identidad. Pero

vayamos a la historia de Aves sin nido. Sebastián

pancorbo es el gobernador de Killac, así mismo aparecen

las figuras de Escobedo «secuaz de expoliadores»,


Estéfano Benites, quien engaña a la comunidad, el cura

don Pascual, o el subprefecto Bruno de Paredes y el juez

Hilario Verdejo. De otro modo, aparecen Juan Yupanqui e

Isidro Champi; de estirpe agoreros y mañosos; Yupanqui y

Marcela serán ensañados por curas, cobradores, repartido-

res y otros.

Clorinda Matto trasladó a la novela el tema del indio

con un fervor de apostolado, ciertamente, en algo se

parece a la técnica novelística de Dostoiewski, a su vez

emplea los colores dramáticos y grises de aquéllos que se

aferran a la tierra. Por eso, su calidad novelística no

se puede cuestionar; aún con sus defectos, Matto de

Turner supera sus ideales literarios. No estoy de acuerdo

cómo trata Riva Agüero a la escritora, me parece errada

su opinión valorativa; leamos; «Tal vez si nuestra

compatriota hubiera continuado ensayándose en el difícil

arte del novelista, si se hubiera dedicado a él

asiduamente habría podido, entonces, escribir la «novela

de la sierra», la novela regional, y ser algo así como

tina Pereda en pequeño. Pero, las que hasta ahora ha

publicado no pasan de tentativas».

Los protagonistas principales de Aves sin nido son, sin

duda, Manuel y Margarita —ambos de Killac— quienes

protagonizan un romance a toda prueba; ambos serán

inocentes del castigo de la paternidad; sin embargo, sus


destinos están dramatizados por sucesos espinosos e

inciertos. Antonio Cornejo Polar ejemplifica a Manuel y

Margarita:

«Ambos son descendientes de los dos estratos

contrapuestos que forman originalmente la estructura de

Killac; corresponden, en la cronología de la novela, a

una segunda generación, en tanto tienen desde el comienzo

mismo de su caracterización un cierto rasgo común. Este

parecido aumenta cuando el lector descubre en ambos una

cierta excepcionalidad: Margarita y su hermana son las

únicas indias jóvenes, casi niñas, que se constituyen

como personajes en la novela y las dos sobresalen

rápidamente por su belleza; en cambio, Manuel es

ostensiblemente, distinto a los otros jóvenes «notables>’

de Killac. Mientras éstos son definidos con los mismos

vicios que se destacan en los mayores, Manuel -en

oposición permanente con su padrastro, el gobernador

Pancorbo— aparece como una figura llena de virtudes, como

un insólito ejemplo para esa juventud, ya entrampada en

los deplorables hábitos del pueblo de Killac. Margarita y

Manuel forman, pues, una pareja excepcional». Todo el

problema indígena de la sierra peruana, de finales del

siglo XIX, está bien representada en Aves sin nido que

Clorinda Matto nos ha revelado, como un documento y una

tesis principista de reivindicación indígena.


SIETE ENSAYOS DE INTERPRETACIÓN DE

LA REALIDAD PERUANA

Mariátegui fue el ideólogo y pensador, ensayista y

guía de “Una filiación y una fe” dio inicio al credo

socialista en el Perú. Mariátegui fue combativo, preciso,

artero, insular, luchador heroico, creador de almas

insurrectas, peruanista y conductor del indigenismo con-

temporáneo. Inició, a su modo, las nuevas ideas del otro

Perú. Convertido en marxista militante, convicto y

confeso, creó el Partido Comunista Peruano.

La participación doctrinaria, su labor de periodista,

y la conducción de revistas, de vanguardia y combate,

todo ello le permitid a Mariátegui iniciar el cambio de

ideas y actitudes a la nueva generación. Manuel Scorza lo

ubica con certeza: «Como Garcilaso, como César Vallejo,

como Riva-Agüero, Mariátegui es uno de los pocos peruanos

universales, en cuya obra se percibe el fulgor de la

auténtica genialidad. Prematura, incompleta, trunca como

forzosamente tiene que ser la obra de un pensador muerto

a los treinta y cinco años, José Carlos Mariátegui, sin

embargo, es uno de los espíritus rectores del Perú».

Apareció el primer número de Amauta en setiembre de

1926. Su director fundador fue Mariátegui. Ayudó en la


parte gerencial Ricardo Martínez de la Torre, quien

sucedió al director después de su muerte. Amauta se

publicó en 32 números (1926 - 1932). Tuvo tres épocas. Se

lanzaba en dos ediciones: una en papel periódico y otra

en papel «Snov».

Cuenta Alberto Tauro que, Amauta tenía las siguientes

dimensiones. Del número 1 hasta el 16, media 35 cm por

25,5 cm; y desde el número 17 hasta el Li, pasó a ser de

25 cm por 17,5 cm. Mariátegui en el primer número firmó

«Presentación de Amauta”, con estas frases que tienen

algo de historia y verdad: «Esta revista, en el campo

intelectual, no representa un grupo. Representa. mas

oren, un movimiento, un espíritu (...) No hace falta

declarar expresamente que “Amauta” no es una tribuna

libre abierta a todos los vientos del espíritu. Los que

fundamos esta revista no concebimos una cultura y un arte

agnóstico. Nos sentimos una fuerza beligerante,

polémica».

Bastan estas palabras de Mariátegui para graficar el

rumbo de Amauta, que liga con los espíritus renovadores,

tribuna abierta a la discusión doctrinaria, y además, se

convierte en la primera revista de vanguardia peruana en

su género, que enrumba el indigenismo ideológico,

ubicándolo como uno de los mejores de latinoamérica. Así

mismo, más adelante, traza el derrotero de la revista:


«Amauta no es una diversión, ni un juego de intelectuales

puros, profesa una idea histórica, confiesa una fe activa

y multitudinaria, obedece a un movimiento social

contemporáneo”.

Mariátegui publicó en vida sólo dos libros: La Escena

Contemporánea (1925) y

Siete ensayos de interpretación de la realidad peruana

1928). Todos los libros posteriores del autor fueron

publicados póstumamente por sus hijos. Sus escritos

fueron elaborados entre 1923 y 1930, es decir, los que

Mariátegui escribiera en artículos, ensayos y

conferencias. Comprendidos corno textos vigorosos es

ubicado corno el precursor de la conciencia social en el

Perú. Su obra: La Escena Contemporánea que fue el primer

libro los dedicó a los hombres nuevos y además explica

que:

«No soy un espectador indiferente del drama humano. Soy,

por el contrario, un hombre con una filiación – y una fé.

Siete ensayos de interpretación de la realidad peruana,

publicada en 1928, se convirtió en el libro virtuoso y

analítico de nuestra conciencia peruana. Por primera vez,

asoma una perspectiva diferente de estudiar nuestros

problemas - desde la óptica marxista-, combina el

análisis, la polémica acre, el es acre el estudio veraz:

el poder de convicción que plantea una serie de


actitudes a relevar, problemas y proceso que nos hablan

de la religión, regionalismo, el indio, la tierra, la

economía y la literatura nuestra. Sobre el Proceso de la

Literatura hará un juicio de acusación y no de alabanza.

Desde otra óptica diversa a la de Riva Agüero, y García

Calderón, Mariátegui logra graficar al indígena como

emblema de recuperación y justicia. Llama Literatura co-

lonial a la literatura peruana de inicios. Asimismo,

califica de colonialistas a Palma y Chocano. Lamentamos

que Mariátegui no le diera muchas páginas a Garcilaso,

siendo uno de los primeros peruanos de nuestra li-

teratura. Ubica bien a Melgar, Prada. Gamarra, Eguren,

Vallejo o Hidalgo. A veces Mariátegui al estudiar nuestra

literatura, se contradice y reacciona contra el

eruditismo; mirada marxista la suya, en cambio -v eso es

admirable- habla bien de Eguren y Martín Adán. siendo dos

escritores que precisamente no comulgaban con su

espíritu. Pero sabe dirigirse con propiedad y altura, que

caramba, .uno se da cuenta que Mariátegui era de una

dimensión meridiana Jorge Basadre se ha referido dc este

libro en su momento: «Siete ensayos de interpretación de

la realidad peruana se llama el libro que recopila sus

ensayos dc ese carácter, lanzando el grito de

«Peruanicemos al Perú”. Sin retórica, sin vaguedad, son

confucionismo hace allí historia y describe los


caracteres de los problemas del campo, del indio, de la

educación, de la economía, de la centralización y de la

literatura peruana. Le faltan datos a veces; en

ocasiones, el que no sea socialista quedará disconforme

aun puede que el doctrinario pedante halle ciertas

páginas que pudieran estar más nutridas de marxismo. Sin

embargo a pesar de todo, nadie arrebatará a Mariátegui el

titulo de iniciador de los estudios socialistas en el

Perú nadie podrá negar que se consagró a la cultura y a

la justicia social obstinadamente en sus siete últimos

nadie tendrá derecho a no respetar esa fe con la que se

superó a la bohemia juvenil, a las blanduras del ambiente

sensual, a lo dolores de su organismo mutilado”.

Producto de su labor socialista, de su. fe como

marxista confeso, escribió una seria de artículos afines

que se ubican en Defensa del marxismo (1934). Sus temas

participan. abiertamente de la filosofía marxista, ética

y socialismo, el determinismo marxista, la economía

socialista, freudismo y marxismo, el-idealismo

materialista, sobre los mitos de la nueva generación los

ideólogos de la reacción yanquilandia y el socialismo,

entre otros temas. Henry Barbusse quien conoció de cerca

a Mariátegui, escribió lo siguiente: “¿Ustedes saben

quién es Marjátegui? Es nueva luz de América; una

categoría nueva del hombre americano”.


El ensayo de Mariátegui fue producto y labor del

periodismo trasladado a la doctrina y el pensamiento

socialista. Precisamente su prosa doctrinaria, como la

del periodista lo aclara: “El mejor método para ex

explicar y traducir nuestro tiempo es, tal vez, un método

un poco periodístico y un poco cinematográfico”

En efecto, José Carlos Mariátegui es considerado como

uno de los escritores de América universalmente

reconocido. La recidumhre de su pluma, la novedad de su

doctrina valiente, la del prosista de maestría marxista,

todo ello asimila el denuedo de un escritor supremo.

Terminaré diciendo que Mariátegui es la noche y el día de

la conciencia precursora peruana de todos los tiempos. En

suma. Waldo Frank escribirá lo propio: «La esencia

completa de su visión hay que sacarla de un cúmulo

enorme de escritos fugitivos y del testimonio de sus

simpatías y sus amigos. Ya en Perú, su figura vino a ser

una leyenda sobre la cual los mismos sectarios arguían

según las divergencias de sus opiniones. Mariátegui se

consideraba comunista. Aunque jamás estuvo afiliado a la

causa rusa reconoció el experimento coviet como el hecho

directivo más fecundo de su tiempo, y su último libro

(que no termino) se titulaba En defensa dci marxismo,

Mariátegui era, pues, un revolucionario que proponía para

su América un plan de acción en sus líneas técnicas, por


lo menos, semejante al de Rusia: la dictadura proletaria,

la industrialización y la posible entrada a una era

socialista sin clases. Pero, confundir a Mariátegui con

los comunistas oficiales de Rusia y de Europa sería

desconocer sus raíces americanas. Su plan de organización

es tan distinto del dogmátismo marxista como el indio del

Perú lo es del mujik o del trabajador inglés»

El esquema de Siete ensayos de interpretación de la

realidad peruana tiene el siguiente orden temático:

1. Esquema de la evolución económica

2. El problema del indio

a. El problema de la tierra

4. El proceso de la imstrucción pública

5. El tactor religioso

6. Regionalismo y centralismo

7. El proceso de la literatura
CUENTOS ANDINOS

Cuentos Andinos se publicó en 1920. Albújár escribió

un pórtico con estas expresiones: «En estE libro he

puesto mucho de sombrío y trágico, pero es que el medio

en que todo aquello que se mueve es así, y yo no he

querido sólo inventar, sino volcar en sus páginas cierta

faz de la vida, de una raza, que si hoy parece nuestra

vergüenza ayer fue nuestra gloria y mañana tal vez sea

nuestra salvación “

López Albúrjar, en Cuentos Andinos, entrega a la

literatura indigenista su punto de vista sobre el

elemento indígena y cómo el indio vive de sus pasiones,

violencias superticiones, atavismos, goces y muertes,

configurando su destino que parece regido por una

tradición antigua y lejana.

Los personajes de López Albújar, desaparecidos junto

con la leyenda, en los tiempos en que los hombres

hablaban con los dioses, la superstición, el atavismo, la

sangre y la coca dulce o amarga, la que empuja al indio

al triunfo o a la derrota. En estos cuentos no existe

gemidos, hay gritos de dolor, odio o rebeldía. Hasta la

ternura maternal carece de manifestaciones excesivas.


López Albújar propone en Cuentos Andinos una nueva

visión naturalista que y tiene que ver con psicologismo

indagador. Marca sin lugar a dudas, una continuidad

rotunda de nuestros narradores realistas. Esta inicial

etapa emprendida por López Albújar sigue la línea en

diversos caminos, en parte por el interés de Mariátegui

del indigenismo, la vuelta de Matto de Turner, tanto que

Mario Castro Arenas señale: “Se orquesta con tonos

líricos con Alegría y, se prolonga en nuestros días con

Arguedas. En la línea del realismo indigenista”.

Cuentos Andinos atrajo a los críticos europeos, sobre

todo a Miguel de Unamuno y Daireaux, quienes revelan la

descendencia animista de los antiguos peruanos incario.

Posee la fuerza de señalar la rebelión de los indios,

casi hecho sombras de Aréstegui, o el deslumbrante

humanismo de Matto de Turner. Pero López Albújar muestra

una imagen nueva, tal que parecen viñetas, frescos del

indio torturado, lleno de ira, humillado y

desfalleciente. Y esto débese claro está, a su

vinculación directa que mantenía desde su labor de

magistrado.

Cuentos Andinos, como los Nuevos Cuentos Andinos y

otros cuentos aborígenes en “Los caballeros del delito”

traen un mensaje regional y novedoso, solidario y

reivindicativo, tal como profesara Mariátegui. tanto que


rompe la tradición id venia desde Garcilaso y se encarna

testa indígena posterior.

Un cuento particular dc Cuentos Andinos es

“Ushananjampi”, cuyo argumente gira en tomo a un juicio

que se le está siguiendo a Conce Maille, quien es acusado

de robos sacrílegos y policiales. Sobre él pesa la pena

de muerte, quien desove el veredicto de los Yayas. Por su

parte, Conce Maule, mmc> se sabe, es arrogante y de

temperamento audaz, indio rebelde. Comete una serie de

atropellos, corno cl asesinar a uno de los Yayas, que es

autoridad. Sin embargo, Conce Maule siente mucho cariño

por su tierra y su madre, donde finalmente lo lleva a la

muerte. Los lugares de los hechos es la Plaza de Chupán.

Allí, se congregan los mayores y la autoridad indígena,

quienes celebran un consejo con solemnidad.


CRÓNICA DEL PERÚ

PEDRO CIEZA DE LEÓN

Si hubiera que elegir al juez más severo de nuestros

antepasados, y a ello, la del cronista e historiador;

recto y valedero, cuyos juicios midiera cóndores, sin

duda elegiríamos a Pedro Cieza de León. Observador de la

naturaleza, anticuario de creencias, trajes y personas

humanas; etnógrafo de relatos y mitos aborígenes, pintor

realista de paisajes, juez probo e historiador de dotes

extraordinarias, Cieza de León propuso accionar con

fidelidad el desarrollar de lo que fue la honra y

deshonra del indio infeliz, al que por suerte de «con-

miseración» reveló y escudriñó su alma magnánima, levantó

su voz de protesta para apoyarlo; sobre los vencidos él

alargó su mano para protegerlos en sus derechos.

Pedro Cieza de León es considerado, sin duda, el

cronista más completo de los historiadores antiguos, fue

diestro en la narración militar que ocupa un lugar

destacado. Formado en el fragor de la guerra y hechos de

armas, demostró mucho tino en los círculos cercanos a él:

«humano, generoso, rebosando nobles simpatías, obediente

y metódico», fue el cronista que vio cómo la turba

vandálica de algunos conquistadores, destrozaban cl suelo

y cultura india. Cieza de León es, además, un cronista


que reveló el teatro inca en forma minuciosa, donde se

halaga ese teatro de oropel y suntuosa indumentaria. Es

desde otro modo, un cronista que tuvo una visión y una

actitud contraria para juzgar conquistadores. Leyó

interpretó los quipus para conocer la verdadera versión

del incario. Es por eso que Cieza se esmera en ser

armonioso en sus obras. Porras considera a Cieza de León

como el primer etnógrafo en tierras peruanas.

Cieza de León se radica con cierta comodidad. La

Gasca la nombra “Cronista Oficial de Indias “, relevando

sus méritos personales y autoriza que se le preste toda

clase de ayuda para enriquecer y culminar sus

investigaciones. Cieza, además, iniciará su largo viaje

por el Perú. Visita pueblos, “oyó a los viejos

quipucamayocs y a los amautas quechuas”, afirma Horacio

H. Urteaga. Y así también diseñará su obra sobre la

historia del Perú que abarca “desde los tiempos más

remotos hasta sus días”.

Esta Obra, según detalla Urteaga, consta: 1º La

Crónica General 2º El Señorío de Los Incas ; 3º La

relación de la Conquista; 4º La Guerra de las Salinas; 5º

La Guerra de Chupas; 6º La Guerra de Quito y 7º La Guerra

de Jaquijahuana. Años más tarde, y de otro modo, Cieza de

León empieza a cansarse de proyectos y diseños, abandona

Lima en 1550, para dirigirse a España. Tiene apremios


económicos, y así lograr entregar la Primera de su

Crónica al Rey Felipe en Sevilla, que aparece en 1553.

Las restantes, que Cieza dejará al morir se conservaban

inéditas. En 1560 de existir en Sevilla.

En el “Proemio” de la Crónica del Perú, Cieza de León

explica: «También escribí esta obra para que los que,

viendo en ella los grande servicios que muchos nobles

caballeros animen y procuren de imitarlos. Y para que.

notando, por el consiguiente, como otros no pocos se

extremaron en cometer traiciones, tiranías, robos y

otros, yerros tomando ejemplo en ellos y en los famosos

castigos que se hicieron,, sirvan bien y lealmente a sus

reyes y señores naturales”..

El propio Cieza señala que la Primera Parte de Crónica

del Perú versa sobre las provincias del Perú (ciudades,

fundadores, ritos y costumbres), la segunda habla sobre

el Señorío de los incas; en la tercera sobre el

descubrimiento y conquista (el marqués Pizarro, el

prendimiento de Atahualpa, las guerras entre indios y

españoles); la cuarta parte, dividida en cinco libros, lo

subtitula: Las guerras civiles del Perú (en el primer

libro se ocupa de la Guerra de las Salinas; prisión de

Pizarro; en el segundo le llama La Guerra de Chupas; el

tercero, La guerra de Quito; el cuarto, La guerra de

Guarina; el quinto, La guerra de Jaquijahuana, y así.


Su obra Crónica del Perú cuenta las hazañas de los

señores y guerreros “diciendo en sus cantares”, contando

los hechos y aventura que hicieron los vencidos y

muertos, “siendo vivo”. Cieza evoca los cantos fúnebres y

la vida épica y hazaña de los grandes guerreros.

El título que firmó el autor, corresponde a la Segunda

Parte de la Crónica del Perú, que llama Señorío de los

Incas. Cieza explica Id ~.nea dinástica entre lo que se

puede dilucidar entre mito e historia. Esta parte fue

elaborada entre 1548 y 1550. En el “Proemio” dice: “En la

segunda parte trataré el señorío de los Ingas yupanques,

reves antiguos que fueron del Perú, y de sus grandes

hechos y gobernación; qué número de ellos hubo, y los

nombres que tuvieron; los templos tan soberbios y

suntuosos que edificaron; caminos de extraña grandeza que

hicieron, y otras grandes que en este reino se hallan.

También en este libro se da relación de lo que cuentan

esos indios, del diluvio y de cómo los incas engrandecen

su origen». En efecto, la Segunda Parte de la Crónica del

Perú está dividida en triple materia narrativa.

En principio, en los ocho primeros capítulos, Cieza

recoge la tradición preinca, sobre el origen de los

hombres, dioses divinos y al dios Creador

“Ticiviracocha». Asimismo, se detiene en describir la

ciudad del Cuzco, los incas y su dinastía romántica; sus


poblaciones, demografía y precisiones geográficas. La

última parte del Señorío de los Incas trata sobre la

Historia desde los reinos de Manco Cápac hasta Huáscar y

Atahualpa. Francesca Cantú opina cómo Cieza elaboró sus

temas: “Los elementos principales que constituyen para

crear la narración de Cieza son: la reconstrucción de la

dinastía de los Incas, según el criterio de la

legitimidad genealógica de acceso a ejercicio de poder

supremo, una breve biografía de los trece «reyes»

recordadas por la tradición oral del Cuzco, con las

principales gestas que los hicieron memorables; una

historia de dominación incaica, considerada a través de

sus principales protagonistas, teniendo presente

particularmente la formación histórica y la evolución de

la estructura política del «imperio». Cieza de León es el

cronista que ocupa uno de los lugares más honrosos de la

historiografía del Perú; y como tal, fue un cronista

militar que ofreció la visión presencial de lo que vio en

todo cl recorrido de sus viajes por tierras peruanas. Con

justicia, Jimenez de la Espada califica a Cieza de León

como el “Príncipe de los cronistas americanos “


CONSERVACIÓN EN LA CATEDRAL

MARIO VARGAS LLOSA

Conversación en La Catedral se ubica en el «ochenio»

de la dictadura del General Odría. Sus personajes

representativos proceden de diversos sectores: Trujillo,

Ilo, Chincha, Pucallpa, Arequipa, Lima, etc., y surgen de

una conversación en «La Catedral», bar limeño de mala

muerte. Allí se cuentan frustraciones y titos. Santiago

Zavala (Zavalita), el neo Ambrosio hilvanan las historias

conductoras le situaciones y personajes. La novela se

integra por cuatro libros en diversos planos espaciales y

temporales. Ambrosio y Cayo Bermúdez son hijos de

delincuentes, quienes aprendieron el mal vivir. Aparecen

en la novela el machismo, la prepotencia. el castigo, la

venganza, la prostitución, el mundo viciado, la

brutalidad, la delación o el odio, los desafíos, las

pandillas y los atropellos.

Obviamente, en Conversación en La Catedral se

describen hechos del gobierno dictatorial de Manuel A.

Odria, es decir, el ochenio (1948—1956), donde prevalecen

formas de corrupción del poder militar. La conversación

se proyecta desde Lima —en el bar La Catedral— que se

ubica en el Puente de El Ejército. El periodista Santiago

Zavala (Zavalita) y el negro Ambrosio, hilvanan historias


en un lapso de cuatro horas, en un diálogo retrospectivo,

que da el corpus de la novela. Así mismo la integran

cuatro libros con interpolaciones espaciales y

temporales, que desfilan sus figuras principales, además

de políticos, militares, matones, hombres de negocios

periodistas; todos de diversas escalas sociales.

“ A Luis Loayza, el borgiano de Petit Thouars, y Abelardo

Oqendo, 2 El Delfín”, con todo el cariño del sastrecillo

valiente,~ hermano de entonces y de todavía», así reza la

dedicatoria que Vargas Llosa imprime en Conversación en

La Catedral. Esta novela fue empresa en Barcelona por

Seix Barral, en 1969. En la contratapa de esta obra se

puede leer que «Conversación en La Catedral es en el

fondo una novela política, donde, sin embargo el tema

político, o mejor de la historia política, no es más que

un sistema de legalidad general de la acción, un tema

escasamente subrayado por las simpatías y antipatías del

autor hacia sus personajes. En la novela se analizan, a

lo largo de una compacta de vidas privadas, muchos

mecanismos mentales y morales de los que gobiernan

costumbres del poder y las distintas retóricas de las

personas que lo ejercen o de aquellas que lo secundan o

lo envidian. Pero sobre todo en las paginas del libros

estilísticamente diferenciados, a lo largo de los cuales

discurre el nervio principal constituido por la


conversación entre Santiago y Ambrosio que da título a la

novela.

Sara Castro—Klaren en su obra Vargas Llosa. Análisis

introductorio plantea algunas señas sobre la novela

Conversación en La Catedral en la que podemos percibir

precisiones notables: “La novela se desarrolló en Lima en

lugares y medios sociales que Vargas Llosa ya había

novelado o escrito: el burdel, el hogar de ciase media

alta, el bar de bohemios, los grupos estudiantiles, los

grupos conspiradores, la playa; sin embargo, su esfuerzo

por describir el clima político en lima durar en los años

de la dictadura de Odría (1948-1956), constituye un

elemento nuevo en su obra. Se ve de nuevo ante la

necesidad de documentarse. Oviedo refiere que Vargas

Llosa emprendió una tarea similar a la que se realizó

para los episodios en La casa verde que tenían a la selva

corno escenario. El autor de Conversación en La Catedral

no sólo leyó periódicos ‘r revistas de la época sino

también entrevistó a partidarios del régimen y basta

estudió los discursos del general y; en particular,

examinó la «ley de seguridad interna». Este cuidado por

las fuentes documentales evidencia el interés de Vargas

Llosa no sólo por una mimética realista sino, también,

por el método del historiador y por la historia misma.

Sumado al propio quehacer de la fábula, este interés por


el método del historiador es bastante evidente en La

historia de Mayta y es posible que tuviera sus orígenes

en la coyuntura del ejercicio del periodismo, tanto como

en su identificación con el maestro francés decimnónico

Gustave Flaubert, otro cultor de las fuentes del

historiador como materiales de su mundo novelístico”.

«Conversación en La Catedral se proyecta en un solo nivel

narrativo durante las cuatro horas que dura la

conversación entre Santiago Zavala y Ambrosio, quien

había sido su sirviente. Los dos hombres beben y

conversan en La Catedral, un fétido bar. situado cerca a

la perrera municipal, en una de las partes más antiguas

de Lima. Esta larga conversación viene a ser la envoltura

de otras muchas conversaciones sostenidas entre otros

personajes de la novela que transportan la fábula hacia

el pasado. En la representación verbal de las cuatro

horas se evocan los días del régimen de Odría, desde

varios puntos de vista y desde una serie de diferentes

momentos en un tiempo lineal reconstruido en la

conciencia del lector. El objetivo aparente de la conver-

sación es un esfuerzo por determinar el momento, casi el

instante o la causa de la transformación de Santiago

Zavala, hijo rebelde de familia poderosa, en Zavalita—

oscuro periodista, fallido escritor y héroe timorato».

(...) «La estructura de la conversación, en esta novela,


imita una vez más, el engaño de las cajas chinas o las

muñecas rusas, es decir, un objeto cuyos contornos y

significado externo son visibles, pero cuyo interior está

ocupado por una repetición infinita de la exterioridad

del objeto y por una sustancia diferente aunque

relacionada integralmente al ser de la forma exterior. La

conversación exterior, o principal, contiene, a veces,

hasta otras seis conversaciones todas simultáneas que

ocurren en el tiempo novelesco o en la conciencia del

lector».

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