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MEDICINA MAYA

Los médicos mayas tenían una formación desde la infancia, y se decía que una deidad escogía a los elegidos,
visitándolos en sueños durante la niñez o la juventud. Recibían por medios naturales los cristales que
indicaban la profesión y los guiaban por resplandores blancos, azules, verdes o rosas. Si un médico moría, el
cristal buscaba a quién lo reemplazaría.
Se preparaban desde casa y estaba ligado a los lenguajes secretos y esoterismo. Accedían a otra dimensión por
medio de alucinógenos para suplicar a los dioses por su paciente, pero corría el riesgo de quedarse atrapado,
perder sus facultades mentales o imposibilitado para recuperar su personalidad.
En algunas ocaciones, el sobrevivir al golpe de un rayo indicaba que esa persona quedaba marcada con
poderes sobrenaturales y debía ser médico.
Los mayas yucatecos creían en la existencia de un órgano especial y único llamado tip té, de tamaño pequeño
y situado bajo el ombligo, cuya función era la de regular la actividad de las otras partes del organismo. De allí
partían las venas hacia las partes superior e inferior del cuerpo y empujaba la sangre a todos los órganos. Su
nombre se debe los latidos que emitía. Tipp té significa “dolor de tripas o de vientre, de ventosidad, que fatiga
mucho con latidos que (da) en medio”.
Si este órgano se desplaza de su lugar, la persona pierde el equilibrio y se desajusta, entonces la persona
enfermaba, sufría vómitos, diarreas y dolor abdominal, hasta que el tip té se restablecía por medio de masajes.
Las enfermedades se debían a fuerzas externas que cometían afectaciones al cuerpo humano. Se decía que el
paciente provocaba sus padecimientos por pecado, excesos e intromisión a los sitios “peligrosos” donde
moraban seres sobrenaturales, por actos antisociales, haber generado envidia o estar próximo a seres humanos
nocivos o que transgredieran las normas sociales. También sufría el ataque directo de factores agresores como
ciertos dioses, objetos con carga divina, muertos de soles anteriores, gobernantes, sacerdotes o hechiceros.

MEDICINA INCA
Los incas practicaron una medicina tradicional basada en plantas medicinales y rituales relacionados con la
espiritualidad y la energía. Al principio los invasores españoles atribuyeron estas prácticas a la brujería. Sin
embargo, la eficacia de la medicina inca para tratar los síntomas de las enfermedades hizo que se iniciará un
estudio científico de las plantas medicinales que utilizaron.
Cuáles fueron las enfermedades más comunes?
Los incas lograron tratar distintos tipos de enfermedades como trastornos respiratorios, enfermedades del sistema
inmunológico, gastrointestinales, problemas oculares y hemorragias por heridas de guerra.
Estas son las enfermedades más comunes que trataron los incas:
Acromegalia.
La enfermedad de Basedow.
La enfermedad de Carrión (la p/verruga peruana).
La ceguera.
La parálisis.
Deformidades.
La lepra.
La uta.
La sífilis.
La leishmaniasis.
La blastomicosis.
El lupus.
Las hemorragias.

¿Qué tratamientos médicos usaban?


Las pobladores que sufrían los síntomas de alguna enfermedad acudían a los médicos quienes eran personas
conocedoras de anatomía y plantas medicinales.
Según la cosmovisión inca, las enfermedades eran causadas por malas acciones, por lo que el tratamiento también
incluía ritos religiosos con el fin de ‘espantar’ el mal y reparar la mala acción.
Los rituales para ‘ahuyentar el mal’ y la enfermedad consistían en danzas con gritos acompañados de frotaciones.
Para aliviar el dolor los médicos incas utilizaban la hoja de coca. Para tratar la diuresis utilizaron el estigma del maíz.
Para bajar las fiebres usaron la quina. Para proteger las heridas prepararon bálsamos con resinas de leguminosas. Para
parar las hemorragias usaron la corteza hervida del árbol de pimienta colocando emplastos sobre ellas así como
mandíbulas de algunas especies de hormigas (satura natural de insectos).
Asombrosamente, los incas pudieron llevar a cabo transfusiones de sangre y pequeñas amputaciones hasta complicadas
cirugías del cerebro.

¿Quiénes ejercían la medicina en el imperio de los incas?


Los médicos incas eran una especie de sacerdotes que, además de curar a los enfermos con hierbas y otros productos
naturales, presidían las ceremonias de sanación.
Estos médicos – curanderos eran llamados ‘ichuris’.
Los médicos – curanderos encargados de los pobladores comunes eran denominados ‘Comascas’. En cambio, los
encargados de la nobleza inca eran denominados ‘Amaucas’.
En el tiempo de los incas existían varios tipos de médicos, según su especialidad:
El Watuk – Se encargaba de diagnosticar la enfermedad y examinar el estilo de vida del paciente.
El Hanpeq – Una especie de chamán que curaba a los pacientes utilizando hierbas y minerales en ceremonias religiosas
y místicas.
El Paqo – Curaba el alma (según la cosmovisión inca, el corazón albergaba el alma).
El Sancoyoc – Sacerdote cirujano que se ocupaba de sanar las extremidades rotas, los abcesos y de los dientes.
El Hampi Camayoc – Era el químico del estado inca y el encargado del cuidado de los recursos médicos naturales.
El Collahuaya – Suministraba plantas medicinales, amuletos y talismanes.

Las plantas medicinales de los incas


La medicina incaica tuvo sus orígenes en las plantas medicinales con remedios preparados generalmente a base de
hierbas con propiedades curativas específicas. Y es que existen hierbas medicinales tanto en las regiones andinas como
en las áreas costeras y selváticas.
Estas son algunas de las hojas y granos utilizados por los incas en su medicina:
Hoja de coca – Analgésico fuente de vitaminas A, B1, B2, B3, C y E que también tiene propiedades digestivas. Ayuda a
limpiar el hígado y prevenir la osteoporosis. Para los incas era una hoja sagrada que era utilizada solo por la élite y en
las ceremonias religiosas de sanación.
Maca – Afrodisiaco, anabólico, revitalizante, reconstituyente, antidepresivo, sedante y reforzador de fertilidad.
Uña de gato – Se emplean las hojas, corteza y raíz como anti cancerígeno, para reducir los efectos de la radioterapia y
quimioterapia, contra la artritis, enfermedades venéreas, antiviral, mordedura de serpiente, sarampión, antiinflamatorio y
diurético.
Ortiga – Diurético, cauterizante y anti-anémico debido a la presencia de los minerales, estos minerales se concentran en
los pelos de la planta, por ello se debe su acción irritante en la piel cuando es aplicada sobre el cuerpo.
Chanca de piedra – Para hacer infusiones contra la fiebre, dolencias del hígado y los riñones.
Sangre de grado – Se utilizan la corteza, hojas y látex como desinfectante, cicatrizante para traumatismos, heridas en la
piel, hemorragias, ulcera gástricas, etc.
Hercampuri – Se emplea como purgante, antidiabética, diurética y anti-infecciosa; reguladora del metabolismo y para
reducir la obesidad.
Quinua – Es un alimento nutritivo, además de una planta medicinal, posee propiedades diuréticas, expectorantes y
refrescantes. La semilla de esta hierba con leche aumenta la leche de las paridas.
Paico – Hierba aromática usada como anti diarreico, antiinflamatorio, digestivo, carminativo, etc.
Achiote – Se emplea en casos de inflamación prostática, infecciones urinarias, en distintas afecciones al sistema
urogenital y como regulador de la función renal.
La hoja de coca fue muy usada como analgésico y en las ceremonias incas de sanación. Se cree que los incas también
utilizaron plantas provenientes de otras regiones del imperio como el ayahuasca y el chacruna, provenientes ambos de la
región selva. Éstos tienen propiedades alucinógenas.

¿Qué sucedía cuando el emperador inca estaba enfermo?


La enfermedad del soberano inca representaba un suceso de gran importancia, no solo para el propio inca sino para todo
el pueblo. Se creía que esto traería peligros para todo el imperio.
Si bien los incas creían que una persona se enfermaba a causa de sus malas acciones, esto no tenía correspondencia con
el gobernador inca cuya enfermedad tenía causas enigmáticas.
El inca era tratado por un médico – curandero propio de la élite gobernadora. Además se realizaban rituales de
purificación en el Templo del Coricancha (Templo del Sol). En esta ceremonia se concentraban un gran número de
personas y guerreros quienes gritaban y tiraban sus armas para ahuyentar a los malos espíritus. Luego se untaban
papillas de maíz en el rostro, armas, cuerpo y en todas partes para proteger el mundo de las enfermedades.
Durante el año se realizaban distintas ceremonias para prevenir la enfermedad del inca. Una de las más importantes se
llevaba a cabo durante el equinoccio de primavera y llevaba por nombre ‘Situa’.

¿Cómo se realizaban las trepanaciones craneanas?


En el Perú, la trepanación craneana (agujereado del cerebro) fue llevada a cabo desde el año 1,000 por la cultura pre-
inca Paracas.
Los incas perfeccionaron esta técnica al punto de lograr más del 80% de supervivencias en los pacientes intervenidos
(un mejor resultado que el que consiguieron los estadounidenses durante la guerra civil, casi 400 años después).
Los incas realizaban esta operación a personas que sufrían de heridas de guerra, problemas de epilepsia, migraña o
alguna dolencia de origen cerebral.
Para anestesiar al paciente se utilizaban hojas de coca y alcohol a base de chicha. Para cortar el cráneo se utilizó el
cuchillo y la obsidiana (roca tipo vidrio). Para tapar la zona intervenida se colocaba una placa de oro y vendajes de
algodón.

El Tumi se utilizaba para realizar intervenciones craneanas


MEDICINA AZTECA

La medicina también tuvo un gran grado de desarrollo. Con su conocimiento de la naturaleza distinguieron
propiedades curativas en diversos minerales y plantas. Los sacrificios humanos religiosos(que incluían la
extracción del corazón y el desmembramiento del cuerpo) favorecieron un buen conocimiento de anatomía.
Sabían curar fracturas, mordeduras de serpiente. Posiblemente hubo´´odontólogos´´ encargados de realizar
deformaciones.

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