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“Año del Fortalecimiento de la Soberanía

Nacional”

TEMA: - LEYES QUE DEFIENDEN LA


INTERCULTURALIDAD.
-LA IMPORTANCIA DE RESPETAR LAS
EXPRESIONES CULTURALES DE CADA LUGAR.
CURSO: INTERCULTURALIDAD
FACULTAD: CIENCIAS DE LA SALUD –
PSICOLOGIA.
CICLO: I CICLO.
ESTUDIANTE: JOSE MIGUEL BAUTISTA ORMEÑO
ESCATE
DOCENTE: JOEL PALOMINO CCASA
ICA-PERÚ
2022
LEYES QUE DEFIENDE LA INTERCULTURALIDAD
LEY N° 29735. LEY QUE REGULA EL USO, PRESERVACIÓN, DESARROLLO,
RECUPERACIÓN, FOMENTO Y DIFUSIÓN DE LAS LENGUAS ORIGINARIAS DEL
PERÚ.
Esta norma tiene como objetivo precisar el alcance de los derechos y garantías
individuales y colectivas establecidas en la Constitución en materia lingüística. Plantea
diversas medidas para que el Estado implemente los derechos lingüísticos, entre ellas,
define la Política nacional para la promoción, conservación, recuperación y uso de las
lenguas originarias.
El Ministerio Público como organismo autónomo constitucional del Estado, encargado
de defender la legalidad y los intereses públicos tutelados por ley; mediante la
Resolución de la Fiscalía de la Nación Nº 2136-2013-MP-FN, del 25 de julio de 2013
crea el Centro de Asuntos Interculturales, Comunidades y Rondas Campesinas del
Ministerio Público – CAIMP, con la finalidad de contribuir y coadyuvar a lograr la
seguridad, justicia y paz social en nuestro país.
El Centro de Asuntos Interculturales, Comunidades y Rondas Campesinas del
Ministerio Público – CAIMP (en adelante El CAIMP), tiene como objetivo principal
promover y consolidar un sistema de justicia intercultural, que responda a la realidad
pluriétnica y pluricultural de la sociedad; cuyas características son la defensa del
Estado Constitucional de Derecho; el respeto de los usos, costumbres y tradiciones de
las Comunidades y Rondas Campesinas dentro del marco de la legalidad, la
consolidación de la relación horizontal y democrática entre la autoridad estatal y
comunal; y el rechazo a las acciones violentistas y autoritarias.
En ese contexto, se presenta la primera edición del compendio de legislación
intercultural, a fin de ofrecer a la comunidad jurídica, académica y sociedad en su
conjunto una información especializada en esta materia que contribuya a mejorar la
consolidación de un sistema de justicia intercultural. Por lo que se realizó una
sistematización jerárquica, cronológica y temática de las normas vigentes con la
finalidad de brindar un instrumento didáctico y de utilidad permanente.
Finalmente, sin desconocer el enorme esfuerzo histórico que han hecho las
comunidades campesinas, comunidades nativas y rondas campesinas por hacer
respetar sus derechos fundamentales, esta publicación expresa el compromiso
institucional del Ministerio Público, en efectivizar el respeto de esos derechos, en
busca de una sociedad más libre, plural e igualitaria.
CITAS REALIZADAS CON LA FINALIDAD DE FORTALECER LA
INTERCULTURALIDAD
Interculturalidad y la política en los países andinos Ludwig Guendel:
El diálogo intercultural constituye una estrategia para configurar una sociedad más
integrada, más respetuosa y con iguales oportunidades para toda la gente. La
interculturalidad es la capacidad (racional) de conocernos y de reconocer que
compartimos un espacio en este ínfimo universo que hemos llamado planeta Tierra.
Este reconocimiento obliga a organizarnos para compartir una acción colectiva
enfocada hacia la justicia y la equidad, de tal modo que todas y todos nos veamos
como iguales. El nivel de desarrollo de la interculturalidad muestra el avance en el
reconocimiento de la diferencia para tener acceso a los mismos derechos,
capacidades, recursos y oportunidades. No es casualidad que la interculturalidad haya
tomado fuerza más allá de las formulaciones antropológicas y devenga hoy en una
demanda política por una sociedad diferente basada en la diferencia. El proceso de
institucionalización, surgido del Estado de derecho, dio respuestas a estas demandas
y mostró, ineludiblemente, la diversidad y el camino del reconocimiento y la
incorporación como el único posible para organizar sociedades integradas. Un camino
construido por las demandas, las conquistas y los asaltos expresados de múltiples 1 El
autor es sociólogo y actualmente trabaja como representante adjunto en la oficina de
Unicef-Ecuador. Las ideas esbozadas en este artículo son absolutamente personales y
no expresan a la institución que representa.
Interculturalidad significa dialogar desde la diferencia para construir la universalidad.
Esta categoría implica incorporar, es decir, insertar el saber del otro en los elementos
constitutivos de la visión del mundo. Por tal razón, la interculturalidad es la discusión
de nuestras instituciones y de nuestros conocimientos. Incorporar al otro no es tolerar
o simplemente reconocer, es aceptar que tiene una verdad y que su verdad es del
nivel de mi verdad, razón por la cual merece que se debata y, en ese devenir seguro,
irá surgiendo una verdad para todas las personas a través del convencimiento y de la
razón. La interculturalidad no es otra manera de fragmentar el mundo social en
culturas como autopistas desvinculadas entre sí. No se trata de caer en una de las
paradojas de la interculturalidad en la cual existen feministas racistas, dirigentes
indígenas mujeres antifeministas o socialdemócratas comprometidos con lo social con
sentimientos de aversión hacia inmigrantes. Este sinsentido ocurre porque los
derechos y libertades culturales se conciben como actos independientes y
fraccionados y no como elementos de una misma lucha por la igualdad de los
derechos. No se pretende una sumatoria social, sino una articulación social. La
democracia deliberativa es el modo a través del cual podemos ir consiguiendo esa
articulación de la que hemos sido incapaces hasta ahora y las políticas públicas, el
espacio y el mecanismo para alcanzar esos acuerdos políticos y culturales.

Políticas de estado e interculturalidad Marcelino Chumpi:


El carácter del Estado ecuatoriano Antes de la invasión española, la característica
fundamental de este período, de manera resumida, podemos expresar lo siguiente: “en
el actual continente americano, desde hace miles de años han vivido numerosos
pueblos, con diversas formas de organización social, política, religiosa, cultural. Este
es el caso de los mayas, aztecas e incas”. “A pesar de que el Estado inca, a través de
diferentes mecanismos ejerció su poder para imponer su modelo organizativo,
socioeconómico, político y cultural, este no era totalmente ajeno al que tenían nuestros
pueblos de la Sierra; por ejemplo, los sistemas de producción se inspiraban en la
realidad agraria andina; en la parte religiosa, el culto al sol, la luna y la tierra eran
elementos de la divinidad”. Se implementaron sistemas de redistribución de los
recursos que se revertían a la misma población. La invasión española: “En 1492 se
inició la invasión española a través de aventureros y colonizadores, que desde el
primer momento se dedicaron al pillaje y saqueo. Así empezó el sometimiento
económico y político de nuestros pueblos y naciones con la práctica de las más
incalificables formas de explotación y sojuzgamiento a nombre de la Corona española
y la iglesia”. “La codicia por los tesoros enloqueció a los aventureros españoles, y en el
afán de encontrarlo a cualquier precio, aniquilaron a la población a través de una
masacre brutal, la tortura y el engaño…”. Solo para corroborar uno de los hechos más
sobresalientes, cito: “…
Preguntas fundamentales para el debate de la temática relacionada con la
interculturalidad:
1. ¿Cómo constituir a la interculturalidad como cordón umbilical de diálogo, entre el
Estado y las sociedades locales diversas, para que se convierta en el alimento vital de
la construcción de un nuevo tipo de sociedad nacional? Es decir, debe constituirse
como la democracia que alimenta al sistema político ecuatoriano, sin ella, el carácter
del Estado es otro.
2. ¿Cómo incidir en los administradores del Estado (gobiernos de turno) de todos los
niveles administrativos, para que las políticas públicas que ejercen en su mandato
gubernamental incorporen a la interculturalidad como un nuevo sistema político
democrático en concordancia al fortalecimiento de la sociedad nacional moderna?
3. ¿Qué hacer para que la interculturalidad subsuma, en su máxima construcción del
paradigma de un nuevo modelo de sociedad, al racismo, etnicismo, multiculturalismo,
entre otros, que han servido como parangón para la construcción de un discurso
ideológico de dominación hacia los que son llamados indígenas?

Trayectoria de la educación intercultural en Ecuador Catalina Vélez V.:


Con esta exposición se hace referencia a la incorporación de la interculturalidad en la
educación oficial ecuatoriana en la década de los 90, partiendo de comprender la
educación como una de las obligaciones fundamentales que los Estados tienen para
con los ciudadanos y, principalmente, como un problema de economía política. La
diversidad cultural y la interculturalidad en el contexto latinoamericano Aunque la
multietnicidad latinoamericana está conformada por infinidad de grupos étnicos y
culturales, es preciso anotar que tanto la presencia indígena como la afro no son
homogéneas culturalmente hablando, ni tampoco uniformes en lo que respecta a su
distribución territorial. Por ejemplo, en referencia a los países caribeños, la población
afro es mayoritaria y la indígena, casi inexistente; en tanto que en el resto de América
Latina, la presencia indígena abarca quizá alrededor del 10% de la población total,
aproximadamente cerca de 40 millones de individuos. La alusión a los pueblos
indígenas y afros en términos cuantitativos puede, en ocasiones, ser motivo de
conflicto, puesto que si bien desde los sectores dominantes existe una tendencia a
minimizar o invisibilizar la presencia afro/indígena numéricamente hablando, en
cambio, desde los sectores subalternos existe una tendencia a la apropiación de
espacios y a la resignificación de las realidades, desde la constante alusión a que “el
otro es mayoría”.
Para concluir, en el caso de la incorporación de la interculturalidad en la educación
oficial, esta se inserta, más bien, en el ámbito del multiculturalismo oficial (Wade,
2000), al constituir una estrategia de control político de los 56 Lengua, cultura y
educación DINEIB procesos educativos desde la formulación de propuestas oficiales
que, aparentemente, incorporan las demandas de los movimientos sociales
emergentes, mas no de la interculturalidad como propuesta política que apunta a la
construcción de sociedades más justas y equitativas donde el ejercicio de la diferencia
sea realmente un derecho ciudadano y la educación contribuya realmente a
transformar las situaciones de inequidad y exclusión.
LA IMPORTANCIA DE RECONOCER Y VALORAR LA DIVERSIDAD
CULTURAL

Reconocer la diversidad cultural de un país es importante para que se gobierne y


conviva de manera inclusiva y respetuosa, porque así las políticas y programas que se
fomenten atenderán a esta realidad y promoverán la valoración a las diferentes
‘identidades’ que conforman un país. Por ejemplo tenemos, que el Quechua en la
actualidad está en peligro de desaparecer y esto se debe a que no se ha actuado a
tiempo para establecer una política educativa y cultural que respete y valore este
idioma y a las comunidades que aún lo hablan. Es decir, no se ha considerado este
elemento distintivo de nuestra diversidad cultural. Si lo perdemos, perdemos parte de
nosotros mismos, aunque no seamos quechua hablantes, porque es parte de la
identidad peruana.

LA VALORACIÓN DE LA DIVERSIDAD APORTA AL CIUDADANO VALORES


COMO LA TOLERANCIA, LA COOPERACIÓN Y EL APRECIO SINCERO HACIA
LOS DEMÁS.

Desde hace algunos años nuestra sociedad se compone de una diversidad que antes
no habíamos experimentado. Hasta hace algunos años conocer a una persona de otra
raza y cultura era algo poco frecuente y exótico. Afortunadamente hoy convivimos con
personas de distintas procedencias, que traen con ellos sus diferentes culturas,
idiomas, religiones,vestimentas,gastronomías.

La diversidad siempre es fuente de conocimiento y reflexión, facilita el despertar de la


actitud crítica, la curiosidad, el re-planteamiento de ideas, los nuevos conceptos… es
una oportunidad para reinventarnos y aprender de los demás aquello que también es
válido para uno mismo.

A fin de hacer presente en el día a día de los niños/as y adolescentes el valor de la


diversidad, y evitar situaciones de mala convivencia, incluso de conflicto, los
educadores (padres/madres y profesores) tienen un papel relevante.

Las pautas básicas para la educación intercultural y para fomentar una buena
convivencia en los centros educativos y entornos sociales del menor, son:

-Tener presente que el respeto es la premisa básica para vivir en sociedad, y más si
ésta es plural. Que no compartamos o comprendamos algo: una idea, una vestimenta,
una costumbre… no nos autoriza a despreciarla.

-Explicar a nuestros hijos/as que todas las costumbres están enmarcadas en


el contexto histórico e ideológico en el que surgieron. Multitud de factores condicionan
el surgimiento y evolución de una costumbre. No hay que olvidar que aunque en el
momento actual parezca no tener sentido sí hubo un tiempo en que lo tuvo. Como
ejemplo podemos recordar que nuestra tradición de comer doce uvas en Nochevieja
se hizo popular en 1909 como recurso para comercializar el excedente de producción
de ese año.

-Enseñarles a situarse en el lugar del otro. Para comprender a una persona, todos
sabemos que hay que situarnos en su realidad, lo mismo tenemos que hacer cuando
queremos comprender una cultura: informar a nuestros hijos/as sobre su historia, los
avatares de sus gentes, los principios que la sustentan, cómo son sus tierras, sus
recursos… les ayudará a comprenderla y a situarla en su momento actual.

-Evaluar el sentido de nuestras costumbres. Asumimos las costumbres que se nos


inculcan en la niñez sin ningún cuestionamiento, las consideramos naturales. Sin
embargo las costumbres ajenas nos parecen, en ocasiones, grotescas y
disparatadas, fácilmente criticables. Pero… ¿nos planteamos el sentido de las
nuestras y qué les parecerán a personas de otras culturas? Enseñarle al niño/a a
preguntarse el porqué de las cosas, a mirar con sus propios criterios la realidad, es un
sano ejercicio, formarse ideas propias es signo de reflexión e inteligencia.

-La adopción y el intercambio de ideas, alimentos, costumbres del entorno con quien
se convive es un fenómeno natural. No es extraño que en los hogares españoles se
cene pizzas o se beba té, o se experimente con un wok o una fondue. Ni siquiera que
el 24 de diciembre llegue a nuestras casas Santa Claus o, como nosotros le
llamamos, Papá Noel. Sin duda, conocer otras costumbres ha hecho que nos
enriquezcamos, que tengamos más opciones entre las que elegir y el hecho de que
en la familia se viva esa diversidad hace que nuestros hijos/as se eduquen como
adultos más abiertos y receptivos, con menos prejuicios, con más posibilidades.

-Todos poseemos nuestra propia escala de valores, la hemos ido “elaborando” con la
ayuda de la de la sociedad en que la nacemos, la comunidad en la que crecemos, la
familia que nos educa, nuestras experiencias… Conocer la escala de valores de los
demás, nos garantiza comprenderlos mejor y aprender algo valioso de ellos. Además
podremos descubrir rasgos comunes, como el sentido de la hospitalidad que
compartimos con otras culturas como la china o la africana.

-Una forma entretenida y sencilla de iniciar a nuestros hijos/as en el conocimiento de


otras culturas y costumbres es el uso de sus juegos, algo a lo que sus mismos
compañeros les introducirán, la lectura de sus cuentos e historias tradicionales, el
análisis de sus refranes o frases populares, el visionado de su cine, sus dibujos
animados, conocer a sus personajes ilustres y sus obras, etc.

Pero sin lugar a dudas, la mejor forma de comprender una cultura es tener el privilegio
de convivir con gente que proceda de ella, algo que todos podemos llevar a cabo. El
entorno escolar nos ofrece hoy en día una gran oportunidad para abrir esa ventana a
otras culturas. Debemos tener presente que para nuestros hijos e hijas, lo natural es
jugar, hablar, aprender y convivir con niños de distintas procedencias y es esa
naturalidad la que debemos asimilar los adultos.

Compartir su amistad en el patio del colegio, invitarles a los cumpleaños de nuestros


hijos/as, hablar con las madres y padres de esos compañeros… Se trata de dejar los
prejuicios a un lado y normalizar una relación de padres/madres, vecinos e individuos
que conviven en la misma sociedad, ya que todos compartimos los mismos espacios y
el mismo deseo de bienestar para nuestros hijos e hijas.

REFERENCIAS SEGÚN AUTORES:

La postura de la interculturalidad es que sí es posible, aunque es difícil y presenta


enormes problemas en cuanto a la comprensión y a los malentendidos. El desafío
consiste precisamente en esto: no «leer» un evento o una perspectiva solamente a
través del lente de las propias presuposiciones culturales, sociales o religiosas (Grillo,
2017).
Si contestar a esta pregunta resulta fácil, no se está considerando la importancia del
diálogo intercultural y se está abordando de manera superficial.

Por ejemplo como lo señala Luis Ángel Oseguera Farías, integrante del
colectivo Jóvenes Indígenas Urbanos, en una entrada previa de este blog— en México
se usa el término de interculturalidad de manera muy apresurada y ciertamente
demasiado «elástica» para retomar la expresión de Manuela Guilherme y Gunther
Dietz (2015). Se remite únicamente y casi automáticamente a los pueblos indígenas y,
muchas veces, desde una perspectiva asistencialista y asimétrica. Este acercamiento
a la interculturalidad no permite entablar un verdadero diálogo intercultural, porque
parte de lo que Francisco López Bárcenas llama «diversidad simulada»: un
reconocimiento de derechos colectivos que no se pueden ejercer en la práctica.
Entonces, la primera condición para permitir el diálogo intercultural es que exista una
voluntad explícita, genuina, de llevarlo a cabo. En caso contrario, «todo quedaría en
simples intenciones demagógicas o, cuando más, en prácticas desarticuladas cuyos
efectos no llegarán a favorecer dicho diálogo» (De la Peña Martínez, 2010).

Julio de la Fuente es otro antropólogo contemporáneo a los anteriormente citados, que


contribuye con sus trabajos al fortalecimiento de la perspectiva del contacto y el
cambio cultural. Podríamos decir que una de sus grandes preocupaciones
profesionales fueron las relaciones producidas por el contacto cultural entre indios,
ladinos, mestizos y castellanos. Para el año de 1965 publica el resultado de sus
investigaciones y titula su libro Relaciones interétnicas, en el cual se puede leer: "El
estado actual de nuestros conocimientos acerca del contacto de pueblos y culturas,
permite aceptar como válida la generalización de que, cualesquiera que sean las
diferencias de raza o de cultura entre dos pueblos que establecen un contacto, éste se
traduce en una fusión de características originales de ambos, y se puede afirmar que
este resultado es más evidente en los casos de interacción prolongada y directa o en
condiciones de gran movilidad" [De la Fuente, 1965:37]. Resumiendo sus intereses
profesionales, Aguirre Beltrán dice en la introducción de la obra antes referida: "El
estudio de las relaciones interétnicas en Mesoamérica, su interpretación y sus
múltiples conexiones fueron, desde entonces, el motivo principal de sus inquietudes
científicas" [De la Fuente, 1965:7].

Los trabajos antropológicos sobre la cultura y el moderno contexto se entrecruzaban,


no sin múltiples conflictos, para intentar algunas respuestas teóricas y metodológicas.
Autores como Bourdieu en Sociología y cultura [Bourdieu, 1990], Geertz en La
interpretación de las culturas [Geertz, 1988], García Canclini en Culturas
híbridas [García Canclini, 1990] y Bonfil Batalla en México en La teoría del control
cultural..., [Bonfil Batalla, 1988], ensayan nuevos paradigmas y posibilidades de
interpretación de las sociedades modernas. Bourdieu en el contexto europeo, Geertz
en el norteamericano, García Canclini en Latinoamérica y, el ya referido, Bonfil Batalla
en México, responden a las cambiantes realidades con nuevos puntos de vista y
abordando otras temáticas de reflexión socio–antropológica.

Además, el diálogo intercultural se funda en la crítica de las nociones esencialistas


y fomenta una visión de las culturas como dinámicas, plurales y fluidas, así como
fundamentadas en la idea de heterogeneidad de todos los grupos culturales y
sociales (Lähdesmäki, Koistinen e lönen, 2020). En este sentido, el enfoque
intercultural es una crítica a los sistemas que «toleran» las diferencias culturales o
hasta las exaltan, siempre y cuando permanezcan fácilmente identificables.

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