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HENOS AQUÍ - FERNANDO SAVATER

EQUIPO 2:
● Amábilis Andrade Ileana Abigail
● Cervera Herrera Alexa Fernanda
● Sobrino Caamal Monika Andrea
● Raguéz Ortiz Ana Violeta
● Rodríguez Silva Ana Paola

En este capítulo, Savater inicia con la primicia de que el ser humano al nacer, nace
rodeado de personas, objetos y elementos naturales y sociales, que le forjan una
perspectiva del mundo, y dependiendo de estos elementos, el ser humano forja sus
propios pensamientos e ideologías, a esto le podríamos llamar sociedad.

De igual manera, nos da a entender que al ser humano le otorga por parte de la
sociedad una serie de herramientas aportan a su desarrollo y crecimiento, sin
embargo, nunca se nos establecio como o cuando, sino que esto llegó a nosotros de
manera no intencional, de manera de que podríamos decir que la sociedad, no
existiría sin el hombre y el hombre no existiría sin la propia sociedad.

Somos miembros, productores y producto de la sociedad, pero nosotros también


estamos a su merced, y debemos de asumir sus reglas, aunque no nos parezca,
pero igual nos hemos rebelado en contra de esta, pero, para bien o para mal, al vivir
en una sociedad, no podemos garantizar reglas que nos beneficien individualmente.

Los convencionalismos sociales (normas de convivencia) deben ser un parámetro


para garantizar la sana y pacífica convivencia, es por eso que nosotros al
evolucionar como sociedad podemos abolir o modificar varias de estas
convenciones, para que se atañen a nuestro contexto, pero, si bien los
convencionalismos son creados por los seres humanos no podemos negar que los
mismos se encuentran basados en la propia naturaleza y que algunas de estas
reglas no se podrán cambiar, al fin y al cabo, el ser humano es un animal que ha
evolucionado para procurar su supervivencia, y una de sus formas de garantizarla
es a través de los convencionalismos sociales.

Los seres humanos nos caracterizamos como seres complicados. No nos sentimos
conformes con la vida de un animal común, tenemos inquietud y por ello buscamos
la inmortalidad y no nos basta con la supervivencia. Vivimos siempre intentando
evitar el futuro que nos espera y nos rebelamos haciendo todo aquello que no
podremos hacer cuando estemos muertos. Por ello la sociedad es tan compleja y,
en cierto modo, somos raros, ya que huimos de lo que nos espera inevitablemente,
y como somos racionales, lo poco que vivimos intentamos hacer de nuestra
sociedad lo más acogedora posible.
Otra referencia que nos mencionan en la lectura es que de todos los animales, el
hombre es el único que posee el poder de la palabra, pues nos sirve para manifestar
los distintos pensamientos, ideologías y prácticas a otros seres humanos con la
finalidad de construir los cimientos de una sociedad. Al comenzar a fomentar una
sociedad, los individuos que pertenecen a ella comparten distintas relaciones con un
fin común, es decir, se manifiestan un conjunto de prácticas y teorías con la finalidad
de subsistir dentro de una sociedad.

De igual manera, se hace mención que la organización de la sociedad se puede


dividir en diferentes sistematizaciones y valga la redundancia, varias
organizaciones, como son el lenguaje, el arte, la religión y otros aspectos que los
individuos comparten hacia un fin común.

Así mismo, los autores mencionan que las sociedades humanas casi siempre
funcionan como una máquina de inmortalidad, esto, haciendo referencia que las
personas se “enchufan” a dichas con la finalidad de recibir descargas de combatir la
amenaza innegable de la muerte.

La muerte, es un aspecto natural y es por eso que la sociedad humana en cierto


modo, es considerada como “sobrenatural”. Savater, menciona que la convivencia
entre los seres humanos es una obra de arte, pues estos se reúnen y comparten
estrategias muchas veces por conveniencia para una misma finalidad. Aristóteles
menciona que los humanos son animales ciudadanos, mencionando que son
considerados como seres de naturaleza política, es decir, seres de naturaleza
sobrenatural.

Según Cassier, la vida política no es la única forma de la existencia humana en


común, pues en la historia del género humano el Estado, en una de sus formas
naturales, es considerado como un producto tardío del proceso de civilización. El
hombre, ha realizado otros ensayos que demuestran un ordenamiento a sus propios
sentimientos mucho antes que este haya descubierto a la sociedad. Encontró
semejanzas de organizaciones y sistematizaciones que se hallan contenidas en el
lenguaje, en los mitos, la religión e incluso en el arte.

De acuerdo con Tocqueville, en su obra la democracia en América, menciona que


no todos los siglos son parecido, con lo cual podemos estar de acuerdo, el ser
humano evoluciona en costumbres, si bien, es cierto como menciona en nuestro
mundo nada concuerda, se carece de ciertas virtudes, no siempre es un aspecto
negativo, el ser humano es capaz de evolucionar y compartir tratos, costumbres,
para hacer una diferencia en el mundo que menciona el cual no tiene sentido. El ser
humano tiene la capacidad de raciocinio, es capaz de ver y crear un cambio, no solo
de manera individual, sino algo que de igual manera beneficie a todos como
sociedad.

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