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mirán en un solo cuadro las estadísticas que les en por mucho en la constitución y progresos de la Me
víen los inspectores municipales de Sanidad, remi dicina (microscopía, microquíraica, química biológi
tiéndolo mensualmente al inspector provincial (la ca), y de aquí que no puedan separarse de ella en
omisión dos veces en un mismo año de este deber es absoluto. De aquí la necesidad de emplear un tér
causa de separación); intervienen en la reclusión de mino más preciso que el lenguaje científico ha con
enajenados y dementes en el reconocimiento para la sagrado ya al usar el de ciencias médicas, con el que
jubilación de empleados civiles; en los embalsama se abarcan todas las que integran la Medicina. Esta,
mientos, exhumaciones y traslaciones de cadáveres, en rigor, es una rama de la antropología, ya que su
etcétera, teniendo derecho á cobrar honorarios y aun sujeto de estudio es el hombre, considerado desde
dietas, cuando salgan de su residencia habitual (ar un punto de vista especial, cual es el de la conserva
tículos 77,78 y 81 de la Instrucción citada); los ho ción y restauración de su salud. De aquí que se
norarios se determinan en la tarifa de servicios sani haya negado por algunos autores el carácter de
tarios, aprobada por R. D. de 24 de Febrero de ciencia á la Medicina por carecer de sujeto propio
1908. de observación. Si en último término es discutible su
Los cargos de subdelegados se proveen por con valor de ciencia, en cambio, es más que un arte,
curso, en el que podrán tomar parte todos los médicos puesto que obedece á principios científicos y se rige
que lo deseen. Serán preferidos por su orden: acadé por un método riguroso de investigación. El papel
micos de número de la Real Academia de Medicina de arte sólo puede concederse á la clínica ó especia
de Madrid ó de los distritos universitarios, catedráti lidad práctica de la Medicina. Reduciendo las cien
co numerario de la Facultad, doctor en ejercicio (con cias médicas á las más enlazadas con sus aplicacio
el título correspondiente), cruz de epidemias ó de nes profesionales, se halla en primer lugar la 'patolo
Beneficencia, haber sido ya subdelegado en propie gía ó ciencia del conocimiento de las enfermedades, y
dad, haber hecho publicaciones sobre asuntos de la terapéutica, que es la de tratarlas convenientemen
medicina, informadas favorablemente por corpora te. La primera tiene bajo su dependencia la llamada
ción oficial. Los nombramientos se hacen por el go anatomía patológica, que investiga las lesiones orgá
bernador á propuesta de la Junta de Sanidad en nicas de las enfermedades. Divídese la patología en
pleno. Se cesa en el cargo por cumplir sesenta y interna ó médica y externa ó quirúrgica, y se subdi
cinco años, por inutilizarse físicamente y por sepa vide en multitud de ramas según sean los órganos
ración; esta última por causa grave justificada en ó aparatos á que se extienda (enfermedades cardía
expediente, oído el interesado, informando la Junta cas, nerviosas, respiratorias, digestivas, cutáneas).
provincial en pleno y acordando el gobernador, con
tra cuya resolución se puede recurrir dentro de diez
días ante el ministro de la Gobernación, quien resol
verá, oyendo al Real Consejo de Sanidad, sin ulte
rior recurso (R. D. de 3 de Febrero de 1911). En
caso de vacante, la comisión permanente de la Junta
provincial de Sanidad nombrará subdelegado inte
rino, sin que la interinidad pueda exceder de tres
meses (art. 83 de la Instrucción cit.).
El cargo de subdelegado es incompatible con el
de vocal del Real Consejo de Sanidad y con el de
diputado provincial ó concejal (art. 4.° del R. D.
cit. y R. O. de 15 de Febrero de 1911).
M e d i c i n a ( R e a l A c a d e m i a d e ) . Hist. V. A c a
d e m ia .
M e d i c i n a . Iconog. La representan Esculapio, Hi-
gia, Minerva y Apolo médico. Sus principales sím
bolos son el bastón de nudos que indican las dificul
tades de la ciencia, y una serpiente enroscada en él,
emblema de la salud. Además de la copa, como ex
presión de la vigilancia, el gallo, y de la templanza,
el freno y la brida. Aparece coronada con hojas y
flores medicinales y sustentando en la mano la esta
tua de la Naturaleza, objeto de todas sus observacio
nes. A sus pies se coloca libros en los que se lee los
nombres de Hipócrates, Galeno, Avicena y Averroes,
médicos célebres de la antigüedad y de la Edad Media.
M e d i c i n a . Med. El concepto de la Medicina no L a M edicin a, p o r E rn e s to J u lio H a n h e l
debe restringirse en el sentido científico á la suma
de conocimientos encaminados á curar ó aliviar las La terapéutica se divide asimismo según los agentes
enfermedades. En efecto, algunas de las más intere de que se valga en farmacoterapia, electroterapia,
santes aplicaciones de la Medicina, como la Higiene hidroterapia, psicoterapia, climatoterapia, etc. Algu
y la Medicina legal quedarían entonces fuera de su nas ramas de la terapéutica, como la quirúrgica ú
dominio. Hay más aún: un grupo de ciencias natu operatoria, han llegado á constituir estudios de tanta
rales tan interesantes como la anatomía y la fisiolo complejidad y extensión que tienen dignidad de
gía tampoco entraría en el conjunto de conocimien ciencia. Las llamadas ciencias auxiliares de la Me
tos médicos, siendo así que en realidad forma parte dicina, como la bacteriología, la química biológica,
del mismo, ya que le suministra su base y funda la geología, la zoología y la botánica, representan
mento Además, las ciencias físico-químicas entran partes de aquélla en cuanto á las aplicaciones de
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que son objeto. Por tin, la Medicina guarda relación rata. Hanse descubierto en las momias dientes arti
con otras ciencias que no pertenecen al grupo de las ficiales, así como se han encontrado en las tumbas
físico-químicas y naturales. Así, se relaciona con la diversos instrumentos quirúrgicos, como tijeras, cu-
filosofía y particularmente con la lógica, que le pro chilletes, lancetas, pinzas, sondas, etc. El embalsa
porcionan un método y un criterio de investigación. mamiento, tan común en aquella civilización, no
Asimismo tiene afinidades con las ciencias sociales, parece haber contribuido mucho á los progresos de
el derecho y la estadística, que tanto se relacionan anatomía. Por una parte, en efecto, no se practica
con las cuestiones de higiene y medicina legal; con ban autopsias, ni disecciones, y por otra el testi
la historia de la que explica multitud de hechos, monio del papiro Ebers, es concluyente en cuanto á
como la despoblación de territorios, la extinción de la ignorancia de la anatomía reemplazada por toda
razas, etc. El método seguido en Medicina es el in suerte de nociones fantásticas. Sin embargo, cono
ductivo que de la observación de los hechos particu cíase ya el corazón como punto de partida de los
lares se eleva á la formación de leyes generales. En vasos sanguíneos, noción que se perdió después
cuanto al objeto de las ciencias médicas es la cura durante siglos enteros. Los médicos concedían ya
ción y previsión de las enfermedades, prolongando importancia al examen de la orina y recomenda
en lo posible el término de la vida humana. De aquí ban como higiénicos los baños de mar, lo propio que
su división primordial en higiene y medicina propia la gimnasia y las fricciones. Por lo demás, hacíase
mente dicha, teniendo la primera por objeto la con gran uso de los eméticos, purgantes y enemas, no
servación de la salud y la segunda su restauración. olvidando las preces rezadas por escrito en armonía
En sentido figurado, se dice que hay una higiene del con el carácter sacerdotal de muchos médicos como
enfermo entendiendo por tal el conjunto de reglas los pastoforos. Se ha atribuido á la medicina egipcia
para su vida aparte de la acción de los remedios. una gran influencia sobre la griega, basándose en
En rigor la higiene así entendida ó dietética, es una el testimonio de Herodoto, Galeno, Diodoro Sículo
parte de la terapéutica, y no la menos importante. y Plinio el Viejo, pero, en realidad, aquélla aparece
La higiene propiamente dicha se dividía antaño en muy dudosa. El pueblo isreaelita presenta en sus li
privada y pública, según se ocupase del individuo ó bros sagrados una serie de preceptos higiénicos y
la colectividad. Hoy se atiende más bien á su divi sanitarios con referencia á la dieta alimenticia, la
sión según los grupos humanos y sociales y á veces habitación, las inhumaciones, el régimen de las ma
las condiciones generales del medio ambienté. Así se dres, nodrizas y niños de cría, el aislamiento de
habla de higiene industrial, agrícola., escolar, mili ciertos enfermos de afecciones contagiosas, como la
tar, naval, así como de la del aire, del agua, de los lepra y las enfermedades venéreas. Conocíanse ya
climas, de las habitaciones, de las urbes, etc. En la los vendajes para las fracturas, las fuentes minero
Medicina propiamente dicha, aparte de las divisiones medicinales, la circuncisión y la castración y ciertas
ya apuntadas de la patología y la terapéutica, entran nociones de obstetricia. Gradualmente se despren
estudios de fisiología que por su importancia espe dió la medicina israelita de los lazos sacerdotales,
cial merecen tratarse aparte. Tal ocurre con las fa sobre todo después del cautiverio de Babilonia y las
ses de actividad del aparato genital de la mujer, que invasiones caldeo-asirias. En la época del Talmud
han dado origen á la ginecología y la obstetricia. se encuentran en este libro observaciones anatómi
Asimismo las condiciones fisiológicas crean ciertas cas, obstétricas y quirúrgicas, practicándose ampu
divisiones de la patología y terapéutica, como la pe taciones y conociéndose el uso de miembros arti
diatría ó medicina infantil y la medicina de los an ficiales. Tratábanse las luxaciones y fracturas y se
cianos. Por fin, algunas ciencias médicas dependen practicaban la embriotomía y la operación cesárea.
puramente de aplicaciones especiales á la sociedad, Esta medicina acabó por perder su carácter fusio
como ocurre con la Medicina legal. La constitución nándose con la griega, de la que venía ya muy
de la Medicina es una obra lenta y paulatina, fruto influida. En Persia la medicina comenzó también
sólo de una experiencia secular transmitida por tra siendo sacerdotal, hasta que se emancipó hacién
dición y corregida por nuevos y sucesivos adelantos. dose laica y libre; sin embargo, nunca pudo ele
El origen de las ciencias médicas se pierde en la varse de una condición subalterna, como lo demues
noche de los tiempos, debiendo confundirse por una tra la estrecha y mezquina legislación de la clase
parte con el empirismo y por otra con la supersti médica. En Grecia comienza la medicina con el ca
ción. El primero dió nacimiento á la medicina po rácter mitológico, personificándose primero en Apolo
pular, hija de la observación rudimentaria de los y después en Esculapio y su hijo. Los poetas como
fenómenos de orden médico y como se ve todavía Píndaro atribuyen la ciencia médica de Esculapio al
entre los pueblos salvajes. La superstición produjo centauro Quiron, su preceptor. También se mencio
.a medicina sacerdotal, que aparece en las primeras nan como divinidades médicas, Epione, la mujer de
edades de todos los pueblos y que se explica tam Esculapio, y sus hijas Higea, Jason y Panacea. La
bién por la mayor ilustración de los ministros del leyenda afirma que Macaón y Podaliro, hijos de Es
;ulto respecto á una masa popular ignorante. En culapio. asistieron á los griegos como médicos en el
Egipto encontramos ya instituciones médicas en los sitio de Troya. Por entonces la medicina se limitaba
templos de Heliópolis, Memphis, Thebas, Sais y á arrancar flechas y puntas de lanza, cohibir la he
Thennu. Los papiros, como el celebérrimo de Ebers, morragia, aliviar el dolor y aplicar vendajes, descri
mencionan ya estudios médicos regulares que se ba biéndose en la lliada un gran número de heridas con
saban en los libros sagrados atribuidos á Thoth, el su tratamiento correspondiente. Los Asclepiades ó
dios de la sabiduría. Estos libros se refieren á la descendientes putativos de la familia de Esculapio
medicina en la última parte llamada Ambres y que eran comunidades médicas que no deben confundirse
tratan de anatomía, patología, terapéutica, cirugía, con las puramente religiosas del mismo nombre y
etcétera. De las pinturas conservadas en los tem que residían en los santuarios de Epidauro, Cos, Pér-
plos es evidente que se conocían ya la circuncisión, gamo, Atenas y Titorea. En realidad, estas últimas
la castración, la operación cesárea y quizá la cata- comunidades tenían en sus santuarios verdaderos
BNCICLOPEDTA. UNIVERSAL. TOMO XXXIV. — 3.
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sanatorios con jardines, fuentes y baños, practicán vencer ó expulsar la causa morbosa en períodos fijos
dose de paso alguna ceremonia supersticiosa como y determinsdos. Las crisis pueden ser favorables ó
la adivinación de los males y sus remedios por los desfavorables y sirven de base á las indicaciones te
sueños. En cuanto á los Asclepiades médicos, se es rapéuticas. En cuanto á la patología general, se ad
tablecieron en la vecindad de los mencionados tem miten los cuatro elementos de Empédocles y los
plos, como centros de observación de casos clínicos cuatro humores: sangre, flema, bilis y atrabilis.
apropiados á sus estudios. Por otra parte, los filósofos Puede considerarse el hipocratismo como un eclec
como Pitágoras, se ocuparon también de medicina, ticismo que tiene parte de medicina humoral y soli-
fundando alguna escuela tan célebre como la de Cro- dista. Los sucesores inmediatos de Hipócrates, como
tona, en la Magna Grecia. Se atribuyen á Alcmeon. Diocles, Praxágoras, Dexipo y Filistión, se entregan
educado en aquella escuela, las primeras disecciones más que su maestro á las ideas sistemáticas y sobre
anatómicas y el descubrimiento del origen de los ner todo al humorismo. La tradición helénica se conti
vios ópticos, lo propio que la primera teoría respecto nuó en Alejandría, donde brillan los nombres de He-
del sueño. Anaxágoras, de Clazomene, y Diógenes, de rófilo y Erasistrato, tan célebres por sus descubri
Apolonia, se dedicaron también á la anatomía, des mientos anatómicos. Herófilo fué á la vez empírico y
cribiendo el primero los ventrículos laterales del ce humorista, mientras que Erasistrato osciló entre el
rebro, y dejando el segundo la primera descripción empirismo y el dogmatismo mecánico. No tardó en
del sistema vascular. Atribuyese á Demócrito un tra fundarse con el nombre de dogmática una escuela
tado acerca de la rabia y otro sobre la influencia te que pretendiendo seguir la tradición hipocrática, la
rapéutica de la música. Toda la época griega prehipo- desvirtuó con una serie de fantásticas especulacio
crática fué, sin embargo, de escasa influencia sobre nes. En realidad, el dogmatismo se inspiraba de
la evolución científica de la medicina helénica. En ideas pertenecientes á diversas escuelas médicas y
cambio, la aparición de Hipócrates revela un pode filosóficas, como la humoral, la empírica y la metó
roso genio que iluminó toda una época. Las escuelas dica. Filino de Cos y Serapión de Alejandría, fun
médicas anteriores como la de Rodas, Cirene y Cro- daron el empirismo basándolo en lo que llamaban
tona, habían caído en la insignificancia, y en cuanto autopsia, historia y epilogismo. Supone la primera
á la escuela de Cnido, si parece haber tenido mayor toda la suma de hechos de observación propia refe
mérito, es casi nulo lo que ha llegado hasta nosotros rentes al caso, mientras que la segunda abarca todos
por el testimonio de Rufo de Efeso. En cambio, la los datos acumulados por la experiencia histórica de
escuela de Cos brillará siempre por el nombre de Hi los autores célebres. El epilogismo representa en el
pócrates, cuya vida aparece rodeada de tinieblas y fondo una aplicación del método inductivo para des
que en realidad indica sólo la llamada colección hi- cubrir la causa de las enfermedades y las indicacio
pocrática que comprende lo que podríamos denomi nes terapéuticas. Asclepiades de Bitinia aplicó á la
nar enciclopedia médica de la antigüedad griega. El medicina el atomismo de Epicuro, que en realidad
criterio racional y naturista de Hipócrates se revela era una forma de solidismo. Su discípulo Temison
en la descripción de enfermedades que se prestan á de Laodicea, transformó las doctrinas de su maestro
la observación clínica inmediata. Sus descripciones creando el metodismo basado ya en el exceso detono
de la neumonía, la pleuritis, la tisis, etc., son tan com de los tejidos, ya en su disminución ó relajación.
pletas, que poco es lo que ha añadido á ellas la cien Toda la patología y la terapéutica se inspiraban en
cia moderna. Entre las causas de las enfermedades estas dos condiciones patológicas. Este sistema gozó
incluye la herencia, los defectos de régimen, el clima, de gran boga en la antigüedad, sobrepasando en
el suelo, las aguas, los vientos y temperatura. Con autoridad á otras escuelas como la de los neumáticos
cédese gran importancia á la balneación, el ejercicio de Ateneo de Atalia, y el episintetismo de Agatino
y la dieta, y se recurre en materia médica á muchos y Arquígenes. Areteo de Capadocia representa, des
medicamentos usados todavía en la actualidad. Se pués de Hipócrates, la autoridad clínica más emi
describen la sangría, las escarificaciones y las ven nente de la medicina helénica, careciendo empero de
tosas, lo propio que diversos instrumentos quirúrgi doctrina especial, lo que le hizo quedar relativamente
cos. Se atribuye gran importancia al pronóstico es olvidado á pesar de sus notables dotes. Este autor
tableciendo reglas generales para el mismo. La se es el primero que refiere nociones de anatomía pato
miótica forma la base de la medicina hipocrática, lógica. La medicina romana comenzó siendo en parte
abrazando á la vez al diagnóstico y el pronóstico y teúrgica y en parte empírica, no tardando con los
sirviendo de base á las indicaciones terapéuticas. progresos de la civilización en sentir la influencia
La naturaleza, ó sea el conjunto de reacciones de helénica. A partir de la época de las guerras púni
defensa del organismo humano, es objeto de un largo cas aparecen ya numerosos médicos griegos en
estudio que tiende á descubrir sus leyes Hipócrates Roma. De éstos el más célebre fué Asclepiades,
busca en la patología la regularidad que caracteriza amigo de Cicerón y de Pompeyo. Sin embargo, la
los procesos fisiológicos. Esta regularidad le induce medicina romana no adquiere su verdadero carácter
á reconocer períodos de evolución en gran número hasta Galeno, que hizo extensos estudios en anato
de enfermedades. En cuanto á las que pierden toda mía, basándose en disecciones de animales, y que
regularidad evolutiva, dependen de una perturba resumió los conocimientos terapéuticos de su época
ción sobrada profunda de la naturaleza por la mag revisando pacientemente las obras de Dioscórides,
nitud de la causa patológica. Las divisiones noso- Filón de Tarso, Escribonio Largo, Sextio Niger y
gráficas se consideran como secundarias, ya que Andrómaco. En patología es partidario de la escuela
continuamente se habla de la mutación de las enfer lnpocrática, á la que sigue en el arte pronóstico en
medades. La terapéutica hipocrática se basa en in la semiótica y la terapéutica. Antes que Galeno
dicaciones derivadas del enfermo, de la enfermedad habían figurado en la medicina romana autores tan
y del medio ambiente. Es notable en la medicina ilustres como Celso, que representa más un espíritu
hipocrática la doctrina de las crisis y los días crí recopilador de los conocimientos de su época, que no
ticos que supone un esfuerzo de la naturaleza para un innovador. Es partidario moderado del empirismo
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y no sigue ninguna escuela determinada en la clasi tivas, la tisis, las neuralgias faciales, etc. Una fase
ficación de enfermedades y de remedios, ateniéndose particular de la medicina medioeval es la enseñanza
á un orden puramente didáctico. En cambio, Galeno que se daba en los conventos, la cual aparece ya en
es un verdadero renovador y un doctrinario que im la época carlovingia, según testimonio del poema de
prime á la medicina helénica un giro original, no Alcuino. Es posible que las enfermerías de los monas
siempre en harmonía con los hechos de observación. terios se convirtiesen en centros de observación clí
Estos últimos son exactos en las descripciones de nica. Casiodoro recomendaba á los monjes la lectura
Galeno, que aparece como verdadero hombre de cien de Dioscórides, Hipócrates y Galeno. La orden Be
cia, dedicándose incluso á la fisiología experimental. nedictina en particular llegó á contar médicos tan
Después de Galeno acaba el período constitutivo de célebres como el abad Bertario de Monte Cassino en
la medicina, para comenzar el que puede llamarse el siglo ix. Se sabe que en las Galias distintas es
conservador, representado por Oribasio, Aecio y Pau cuelas monásticas daban enseñanza médica y tenían
lo, todos ellos recopiladores de obras que hacían au bibliotecas bien provistas. Tal ocurrió en Reims,
toridad en aquel tiempo verdaderamente de decaden Chartres, Fleury, Dijón y Saint-Denis. El monje
cia. El período que puede llamarse neolatino y que Heribrando de Chartres daba lecciones que fueron
abrazan las épocas góticas, lombardas y francas, no célebres en su tiempo y fundó una verdadera escue
se caracteriza por ninguna obra de mérito relevante. la que contó discípulos tan eminentes como Juan,
Los filósofos y enciclopedistas como Casiodoro, Boe médico de Enrique I de Francia. La bibliografía
cio é Isidoro de Sevilla, traducen y Tesumen las obras de estas escuelas consistía principalmente en extrac
célebres de la antigüedad; entre estos figuran no tos y comentarios de obras antiguas, y así vemos
sólo Hipócrates y Galeno, sino también Sorano de en ella el Recetario de Benedicto Crispo, la Enci
Efeso, Marcelo Empírico y Alejandro de Tralles. clopedia de Rábano Mauro, la Botánica de Macer
El foco de cultura médica más célebre de la primera Florido, el Lapidario de Marbodo de Rennes, la Fi
Edad Media es la escuela de Salerno, que se supone losofía natural de Alejandro Neckam y la Física de
nacida en el siglo vii y cuyos orígenes son muy obs santa Hildegarda. La Escuela Médica de Montpellier
curos, atribuyéndolos Renzi á los monjes benedicti cuyos orígenes se pierden en la noche de los tiempos
nos, y Haller á los árabes. Es indudable que en Sa medioevales, aparece ya constituida con carácter pro
lerno existió un centro internacional de cultura mé pio en el siglo xi. Es posible que las influencias ará
dica, enseñándose la clínica en el hospital fundado bigas y judías derivadas de España se hiciesen sen
por Adelmo, y la anatomía disecando cerdos. Los tir en aquella renombrada Escuela. Sea como quiera,
soberanos normandos, primero, y los Hohenstaufen, Benjamín de Tudela., al visitar Montpellier en 1160,
después, protegieron eficazmente dicha escuela. En encontró numerosos médicos judíos. El obispo Al
tre los autores más célebres de la misma figuran berto de Maguncia encontró en 1137 la Escuela
Garioponto, Constantino el Africano, Guillermo de Médica con edificio propio. La celebridad de Mont
Bolonia, Salomón el Hebreo y algunas mujeres tan pellier en el siglo xn la atestiguan las cartas de san
célebres como Trótula, Abella, Constanza Calenda y Bernardo, de Juan de Salisbury. de Egidio de Cor-
Rebeca Guarna. Los principios médicos de la es beil y de César de Heisterbach. El cardenal Conra
cuela salernitana descansan en las teorías antiguas, do, descendiente de una noble familia suabia, dió á
sobre todo las hipocráticas, galénicas y metodistas. la Escuela de Montpellier sus primeros estatutos, or-
Los progresos que revela la materia médica proceden ganizándola por completo y excluyendo de sus estu
de los árabes. En cuanto á las descripciones nosoló- dios á los que no pertenecían á la fe cristiana. En
gicas. resultan de una gran realidad clínica, ilustrán 1240 el emperador Federico II extendió á Montpe
dolas numerosas observaciones originales. Nada más llier las reglas de la Escuela de Salerno. En los si
discutido que la influencia de la medicina arábiga en glos xiii y xiv es cuando la Escuela de Montpellier
la Edad Media. Si en Oriente no parece que se estu alcanza su mayor grado de esplendor haciéndole
diase medicina en las escuelas del Califato, no puede concurrencia muy pronto las Academias italianas.
dudarse, en cambio, que se cultivase en Occidente En Nápoles aparece ya en 1224 la creada por Fede
y sobre todo en la España musulmana. En las Aca rico II, hasta que en 1231 fueron trasladadas á Sa
demias de Córdoba. Granada, Sevilla, Málaga, Al lerno sus enseñanzas médicas, restauradas de nuevo
mería, Valencia y Toledo, se daba enseñanza médica en 1258 á la primera de dichas ciudades. Bolonia
y existían ricas bibliotecas. En el Califato de los tiene Facultad médica á partir de 1280, enseñando
Abasidas aparecen familias médicas judías y cristia en ella el célebre Tadeo Florentino. En Padua fun
nas como las de Sinan, Taifuri, Honein y Mesué, dóse también un centro de estudios médicos á seme
que se dedican sobre todo á traducciones de medi janza de Bolonia, siguiéndole Vicenza, Módena,
cina titulándolas en general pandectas ó colecciones Arezzo, Reggio-Emilia, Siena, Plasencia y Perusa.
médicas. Las enciclopedias de Ali-Abbas, Razés Otras Academias italianas son aún más antiguas,
Avicena, Maimónides, Abulcasis, Abenzoar y Ave- mereciendo citarse las de Vercelli, Pavía y Ferrara.
rroes, demuestran la extensa cultura médica de los Las Academias francesas no se quedaron atrás en
árabes. La medicina arábiga dedicó atención prefe este grandioso movimiento, pues ya en el siglo xm
rente al arte diagnóstico en especial, guiándose por las vemos en Orleáns, Angers y Reims. Sucesiva
los caracteres del pulso y la orina. Concedióse tam mente fundáronse las de Aix. Burdeos, Aviñón, Ca-
bién una gran importancia á la dietética y se enri hors. Grenoble. Orange y Poitiers. No parece que
queció la farmacopea con numerosos remedios. No aparte de Montpellier, tuvieran estas Facultades un
menos se preocupó de descubrir las causas de las verdadero prestigio, pues Juan de Salisbury cita
enfermedades, y así se debe á Abenzoar la primera con desdén el escaso número de sus profesores y
descripción del parásito de la sarna, y á Abul Ca estudiantes. En Inglaterra aparecen escuelas médi
sera la de la filaría de Medina. También se señalaron cas desde el siglo xii en Oxford y Cambridge, tar
los médicos árabes en la patología especial descri dando dos centurias en fundarse las escocesas de
biendo diversas enfermedades, como las fiebres erup Glasgow y Aberdeen. En Alemania se funda la pri-
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mera Facultad médica en Praga por iniciativa de levantó contra la teoría humoral de los antiguos,
Carlos IV, cuya fama era general en el siglo xiv, sosteniendo que la salud y la enfermedad, así como
según el testimonio de Benesch de Wairmuel. La la vida misma, dependían puramente de procesos
Facultad de Medicina de Viena, fundada á imitación químicos. Reconoció también la falsedad de la teoría
de la de París en 1385, poseía un curso de enseñan que refería únicamente al corazón los orígenes de la
za regular y completo. Las universidades alemanas termogénesis, atribuyendo esta última á todas las
fundadas en el siglo xiv, como las de Heildelberg, partes del organismo. Descubrió la analogía entre la
Colonia, Culm, Tréveris, Maguncia y Erfurt, tenían gota y la litiasis, empleando contra ambas las aguas
ó su vez estudios de medicina. En general, la ense alcalinas. Por fin, tuvo el gran mérito de introducir
ñanza en las Facultades medioevales era más teórica la química racional libertándola de la alquimia y sos
y oral que práctica, á excepción de la de Salerno. teniendo que su verdadero fin no era la obtención
La base de los estudios consistía en los escritos de del oro, sino la de medicamentos. De este modo in
los autores árabes é italianos, que en realidad eran trodujo el mercurio, el arsénico y diversas sales de
comentarios de textos clásicos. El Canon de Avicena cobre, plomo y hierro. Al mismo tiempo las obser
con las observaciones de Jacobo Foroliviense, los co vaciones de los primeros sifiliógrafos, como Fracas-
mentarios de Galeno por Trusiano. el libro de medi toro, Ulrico de Utten y Bethencourt, ayudaban á
cina de Razés comentado por Juan Arcolano, las conocer la nueva y terrible enfermedad señalando su
explicaciones de Dino de Garbo, figuran entre las terapéutica. Las expediciones marítimas de los por
obras didácticas de aquel período. La filosofía esco tugueses daban á conocer el escorbuto. En cuanto á
lástica había impreso su sello á la enseñanza dándole las epidemias se descubría el ergotismo, la coquelu
un carácter dialéctico y sutil más que técnico y prác che, la difteria, el tifus exantemático, etc. Gradual
tico. Gradualmente, sin embargo, se introdujeron mente las universidades perfeccionaban sus estudios
los estudios clínicos que aparecen en París desde médicos, en lo que les auxiliaba poderosamente la
1449, en Ingolstadt eo 1472, en Viena en 1425 y difusión de la imprenta. En efecto, la posesión de
en Wurzburgo en 1430. Los hospitales fundados bibliotecas suponía hasta entonces una gran riqueza,
cada vez en mayor número por las órdenes hospita y así la Facultad de París no poseía más que nueve
larias proporcionaban á la vez un abundante mate obras en 1395. Médicos tan célebres como Tadeo
rial clínico. Al propio tiempo comienzan á publicarse Alderotti, dejaban cuatro tomos al fallecer, y se re
relaciones clínicas, entre las que deben contarse las querían inmensas sumas para las copias de manus
de Hugo Bencio sobre locuras periódicas, de Ferrari critos. Señalada influencia tuvo también la fundación
de Gradibus sobre calambres profesionales, de Bava- de jardines botánicos anejos á las Facultades médicas,
rio sobre parálisis, de Enrique de Mondeville y Guy habiendo sido el primero el de Padua en 1545. La
de Chauliac sobre enfermedades cerebrales. Una instrucción clínica no estaba, á la verdad, organizada
mención especial merece la medicina bizantina por lo tal como lo entiende la sociedad moderna. En reali
injustamente olvidada. En su primera época inspiró dad, aquella enseñanza se daba fuera de las aulas
se en las obras de Galeno y Sorano de Efeso, que se universitarias. Los estudiantes agregábanse á su pro
enseñaban en las escuelas de los sofistas hasta su fesor ó á un práctico de extensa clientela para for
clausura por Justiniano en 529. Los nestorianos fun marse á su lado. Eran raras las Facultades en que se
daron estudios de medicina á usanza de las escuelas imponía el profesor la obligación de la enseñanza
de Orígenes en Alejandría. Así vemos los de Edesa, clínica, mereciendo citarse entre ellas, Basilea, Pa
Nisibis, Seleucio, Darcena, Hirto, Matotha, Jema- rís, Heidelberg y Viena. Esta necesidad era tan sen
ma, Mesena y Bagdad. La persecución de que fueron tida, que el filósofo Ramus la demostraba en una carta
objeto estas escuelas por los emperadores bizantinos á Carlos IX de Francia. En este sentido deben ci
hicieron que emigrasen á Persia, acogiéndose á la tarse las enseñanzas clínicas de Albertino Bottoni y
protección de Cosroes. De aquí nació la célebre es de Marco Otto á fines del siglo xvi, donde se in
cuela de Gondisapur, por la que se transmitió á cluían hasta las autopsias. Sin embargo, el presti
Oriente la tradición médica griega. En general, las gio de las Facultades no consiguió levantarse mucho
obras de los médicos bizantinos como Melecio, Teó- por la inmoralidad y venalidad de gran parte del
fano Nono, Simón Seth, Nicetos, Demetrio Pepago- cuerpo docente, así como por la influencia exagerada
meno y Nicolás Merepso, son más bien recopilacio de los clásicos en las lecciones de curso. El siglo xvn
nes que obras originales. El último autor bizantino representa en los adelantos de la medicina un pa
digno de mencionarse es Juan Actuario, cuyos estu pel preponderante. Lecuwenhoek hacía las primeras
dios acerca de la orina y las enfermedades mentales aplicaciones del microscopio, Malpighi describía la
le hacen figurar entre los mejores médicos griegos. anatomía estructural orgánica. Alberto Cooke fijaba
En el siglo xvi el renacimiento literario se dejó la organización celular de las plantas, y Redi publi
sentir en la medicina, editándose los autores céle caba sus inmortales trabajos acerca de la generación.
bres de la antigüedad en vez de reducirse á traduc De este modo se preparaba el terreno para fundar la
ciones y comentarios. Los progresos de la anatomía medicina racional. No sólo la anatomía, sino la fisio
con Mondino de Luzzi. Berenguer de Carpi, Andrés logía realizaba grandes progresos, mereciendo ci
Vesalio, Ingrassias, Falopió, Varolio, Eustaquio, tarse en los de la última el descubrimiento de la
prepararon los de la medicina. En fisiología puede circulación de la sangre por Roberto Harvev. á los
mencionarse el descubrimiento de la circulación me que siguieron los de Aselli y Pecquet sobre el siste
nor por Miguel Servet y Realdo Colombo. Poco á ma linfático. Comenzaron á la vez los primeros tra
poco se perfeccionaba el criterio médico de observa bajos de fisiología experimental con Hales, Moly-
ción, emancipándose de los prejuicios tradicionales neux, Bellini, Guillermo Kole y Borelli. Las antiguas
que durante tanto tiempo habían encadenado la me teorías sistemáticas no habían perdido por ello su
dicina so pretexto de veneración por los clásicos. importancia, y así las encontramos aún á través de
La figura más grande en este movimiento reforma los grandes descubrimientos de la época. Van Hel-
dor es la de Teofrasto Bombasto Paracelso que se mont inicia un sistema especial de vitalismo que apli
MEDICINA 53
Éa á la fisiología humana, erigiendo en principio de j pudiendo considerarse como el precursor de los soli—
vida su imaginario arqueo que preside la formación distas. Boerhaave difundió un sistema mixto iatrome*
de los órganos y dirige sus funciones. Silvio de la cánico-iatroquímico, concediendo, empero, una gran
Boe resucita el humorismo con el nombre de iatro- influencia al flùido nervioso. Stahl fundó el animis
químiea, suponiendo cuatro humores principales que mo, que puede considerarse como una modificación
por su acritud ó alcalinidad explican todas las enfer del vitalismo que distinguió á la escuela de Mont
medades. Ei •ietema de Willis pertenece también á la pellier con Barthez y Bordeu. La doctrina de la irri
quimiatría, basándose principalmente en las fermen tabilidad iniciada en el siglo xvn por Glisson, lué
taciones ya exógenas, ya endógenas. Radicalmente recogida por Gorter, y sobre todo por Haller, que
opuesta á la escuela iatroquímica es la iatromecáni- clasificó los órganos y tejidos según el grado en que
ca, propuesta por Borelli al comenzar el siglo xvn eran irritables. El favor de que gozó este sistema lo
para explicar todas las funciones. Las teorías de este demuestran que lo hubiesen adoptado como suyo
autor se inspiraban en parte del vitalismo, ya que los autores tan eminentes como Gaubio y Callen. Una
movimientos mecánicos á que reducíala vida venían modificación de la doctrina de Haller es la de Juan
dirigidos, sin embargo, por un principio superior é Brown, discípulo de Cullen, y que substituyó la
inteligente. Bellini, al desarrollar las ideas de Borel irritabilidad por la incitabilidad, calificándola de fa
li, las modificó introduciendo un eclecticismo por cultad vital universal. Todas estas teorías se refle
asociarlas á las iatroquímicas. Baglivio proclamó la jaban. como era natural, en las concepciones pato
necesidad de la observación y aun de la experimen lógicas y terapéuticas, aunque en realidad ninguna
tación con el nombre de empirismo razonado. Nin de ellas señalase un verdadero progreso ni pasase de
guna de estas teorías influyó, á decir verdad, en los una hipótesis aventurada. A fines del siglo xvm los
progresos de la medicina, que en cambio se debieron progresos científicos de la física, la química y la his
á los inmortales trabajos de Morgagni, el creador toria natural, imprimieron una dirección diferente á
de la anatomía patológica. Este último describió por la evolución de la medicina. El primer paso en esta
primera vez, de un modo completo y sistemático, las gloriosa vía puede atribuirse á Bichat, el fundador
lesiones de las diferentes enfermedades en su obra de la anatomía general, quien reconoció en el orga
De sedibus et causis morborum. Merecen también men nismo humano, aplicando el método analítico, una
cionarse los ingeniosos y pacientes experimentos de serie de tejidos elementales. Aunque esta idea fuese
Santorio y Dionisio Dodart sobre la alimentación y verdaderamente fecunda y debiese influir en la pato
la nutrición, los de Whytt y Caldani sobre el siste logía, no dejaba de asociarse á las antiguas teorías
ma nervioso, los de Scheiner y Mariotte sobre la vi vitalistas que continuaban dominando la opinión mé
sión , ios de Perrault y Duverney sobre la audi dica. Al propio tiempo, la exploración clínica se en
ción, los de Campar sobre la fonación, etc. La li riquecía con el descubrimiento de nuevos métodos,
teratura clínica no se retrasó en este movimiento como la percusión descubierta por Auenbrugger y
rápido de avance, y así vemos que Silvio describe descrita y perfeccionada porCorvisart; la auscultación
los tubérculos pulmonares, á ios que atribuye la ti inventada por Laennec y que condujo, como la an
sis; que Willis señala la orina azucarada en la dia terior, á una renovación completa de la patología de
betes, que Werlhof da á conocer la púrpura he- las enfermedades del pecho. La nosografía, que des
morrágica, que Glisson enseña por primera vez el de los tiempos de Fernel, Sauvages y Plater, había
raquitismo, y que Whi&íler relata casos de cretinismo tenido cultivadores, se perfeccionaba con los estu
endémico en Escocia. Al propio tiempo el arte diag dios de Pinel. Sin embargo, la figura, si no de ma
nóstico se enriquecía con las indicaciones termométri- yor mérito, cuando menos de mayor celebridad, fué
cas de Santorio, el examen de la orina por Bordeu y la de Broussais, que puede denominarse el último
Solano de Lucues, la exploración venosa y cardíaca sistemático. Su doctrina vino á substituir la antigua
por Lancisi y Albertini. Un elemento notable de pro irritabilidad de Haller por la irritación, fenómeno
greso médico viene representado por las sociedades capital que sirvió de base para clasificar las especies
científicas que florecen ya en el siglo xvn. Aunque la morbosas. El sistema de Broussais ó fisiologismo, á
medicina no absorbiese en ellas más que una parte de pesar de la oposición que encontró, ó precisamente
su actividad, sin embargo, no dejaba de ser considera por esta misma, gozó pronto de gran fama y acabó
ble, y así deben citarse los trabajos de la Academia por imponerse. Sólo el progreso médico alcanzado
de Schweinfurt, de Florencia, de París y de Londres. con el de las ciencias auxiliares de la medicina pudo
De este modo se introducía un nuevo espíritu de ob desterrar aquel sistema que en su terapéutica renova
servación desinteresada que arrancaba á la ciencia ba los desaciertos del siglo x v i i con su abuso de san
de la tutela de las universidades más preocupadas á grías y evacuantes. La epidemiología renovada por
veces de sostener sus privilegios y discutir con sus Sydenham y Morton en el siglo x v i i recibió un po
rivales por trivialidades, que no de estudios serios. deroso impulso en el xix con la aparición del cólera
En realidad, al llegar al siglo xvm se encuentra ya morbo, que provocó una rica bibliografía por parte
construido en líneas generales el edificio científico de eminentes observadores como Graves, Hughues,
de la medicina moderna. La enseñanza clínica reci Bennet, etc. En las enfermedades locales se señaló
bió una consagración en las universidades francesas, el progreso en dermatología, que comenzando con
alemanas é italianas, haciéndose así verdaderamente Erasmo Darwin y Biett, continuó con Alibert y De-
práctica la instrucción de los estudiantes. En este vergie, recibiendo la influencia del adelanto científico
sentido deben señalarse los esfuerzos de van Swie- general. Más que nada influyó en la constitución de
ten, de De Haén, de Stoll, de Borsieri, etc. No debe la medicina en el pasado siglo, la serie de progre
olvidarse, sin embargo, que el antiguo espíritu sis sos del microscopio, que redujeron á hechos concre
temático no había perdido su boga y consumía lo tos y perceptibles los fenómenos íntimos de la vida.
mejor del tiempo en vanas y estériles disquisiciones En este sentido debe señalarse el memorable descu
escolásticas. Hoffmann, médico de Federico de Pru- brimiento de Schwann de la célula animal, el de la
sia, resucitó el sistema de los metódicos romanos, vesícula germinal de Purkinje y otros trabajos de
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autores tan eminentes como Juan Muller, Henle, bosas. La clínica por vez primera marchaba sobre
Wagner, Valentín y Max Schulde. Paralelamente á terreno firme apoyándose en datos verdaderamente
los adelantos de la histología corrían los de la fisio científicos y dejando para siempre vanas é imagina
logía. Hasta entonces, la ambigüedad involucrada rias hipótesis decoradas pomposamente con el nom
en el concepto de fuerza vital obscurecía el campo bre de sistemas. A la vez la higiene podía hacer
de las investigaciones fisiológicas. Sólo el perfeccio obra útil y social persiguiendo con eficacia todos los
namiento de los métodos de observación pudo rom modos de transmisión de las enfermedades infeccio
per los antiguos moldes iniciando la fisiología expe sas é inspirando la antigua reglamentación sanitaria
rimental que, naciendo con Magendie. se perfeccionó con un criterio racional científico. La desinfección y
hasta el punto de revolucionar por completo la cien esterilización que habían revolucionado la cirugía
cia médica en manos de Flourens, los hermanos aplicábanse también á la higiene social preserván
Weber y, sobre todo, Claudio Bernard. Este autor dose eficazmente la salud pública. Además, el mejor
fundó la escuela llamada del deterninismo médico conocimiento de las causas de las enfermedades in
que, relegando el estudio de las causas finales á las fectivas y su mecanismo traía nuevos progresos para
ciencias filosóficas y teológicas, se concretaba á la su profilaxia y tratamiento mediante las llamadas
investigación de las causas próximas. En realidad, vacunas químicas. Cerca de una centuria hacía que
no se hacía sino continuar la tradición de la escuela Jenner con su inmortal descubrimiento de la vacuna
fisiológica de Berlín, que proclamaba para el orga había inaugurado aquella senda. La falta de medios
nismo humano, así sano como enfermo, la igualdad de experimentación había detenido aquel grandioso
de leyes y la variabilidad de condiciones, siendo es impulso, pero desde los mencionados estudios de la
tas últimas las más importantes de conocer y obser nueva ciencia, ó sea la bacteriología, podía conti
var. Casi al mismo tiempo los progresos de la lla nuar aquél con más vigor que nunca. Poco á poco
mada teoría celular habían inducido al espíritu ge- los primeros ensayos de vacunas químicas se perfec
neralizador y sistemático de Virchow á fundar otro cionaban llegando á constituir una rama importan
sistema que denominó celularismo. Basábase éste en tísima de la terapéutica llamada sueroterapia. El
la admisión de la célula como la sola unidad viviente brillante descubrimiento del suero antidiftérico por
en cuyo interior ocurrían todos los procesos patoló Roux en 1894. seguido del antipestoso de Yersin
gicos, bastando con averiguar su funcionamiento y del antitetánico, se sumaban á las conquistas de la
para deducir no sólo la patogenia y la fisiopatolo- terapéutica preventiva gloriosamente inaugurada por
gía, sino también la terapéutica. Este sistema, que Pasteur con sus inoculaciones antirrábicas. Entre
gozó de gran boga por el nombre ilustre de su fun tanto las enfermedades llamadas de la nutrición
dador, acabó, sin embargo, por decaer á medida que veían renovarse por completo su patogenia, etiología
se reveló la complejidad de un problema que tan y fisiología patológica, gracias á los estudios de Bou-
sencillo se había supuesto. Merece también mencio chard. que reunía en un mismo grupo nosológico la
narse entre los sistemas la llamada frenología de gota, la diabetes, la litiasis, el reumatismo crónico,
Gall y Spurzheim, que si bien hoy sólo tiene un con la denominación común de braditrofias. A la vez
interés histórico, excitó en su época apasionadas con el papel de la intoxicación, antes sólo entrevisto, se
troversias, ya que se enlazaba estrechamente con la afirmaba cada vez más, aclarando la concepción pa
tan debatida cuestión de las localizaciones cerebra tológica y clínica de muchas especies morbosas,
les. Mientras Flourens había supuesto que el cere como las uremias, las enfermedades del hígado, de
bro era un órgano igual en todas sus partes como la piel, del tubo digestivo, etc. La infección se su
centro funcional, los partidarios de la frenología ad maba á la intoxicación en multitud de procesos mor
mitían centros distintos y separados en el encéfa bosos, y la moderna escuela esforzábase en determi
lo. atribuyendo á cada uno diferentes funciones. Es nar la parte de cada una de aquéllas para instituir
taba reservado, sin embargo, á una época posterior un buen tratamiento. De este modo la clínica preci
el esclarecimiento de tan compleja cuestión. Una saba mejor sus indicaciones penetrando de un modo
base importante del progreso de la Medicina se en más íntimo en el mecanismo de los procesos infecti
contró en la anatomía patológica, que comenzó bajo vos. Deben señalarse entre las reformas terapéuticas
los auspicios de Hunter, en Inglaterra, siguiendo la de dicho período las aplicaciones de la balneoterapia
tradición de Morgagni, y continuó con Frank, Mec- por Brandt y Franz Glenard. La ppoterapia ó intro
kel, Juan Muller. hasta que alcanzó un alto grado ducción de extractos y jugos de órganos para suplir
de esplendor con Cruveilhier y Rokilansky. De este la falta ó insuficiencia de sus secreciones, comenzaba
modo la clínica partía de un fundamento más seguro con Brown-Séquard para constituir gradualmente una
y se renovaba la patología, sobre todo en manos de rama extensa de la terapéutica que cada vez tomaba
Virchow y Cohnheim. Los nombres de Tiousseau. mayor importancia. Nuevos medios de investigación
Traube, Bouillaud, Stokes, Bassedow, etc., demues diagnóstica por medio de los sueros poníanse á la
tran á qué punto había llegado la medicina práctica vez en práctica, inaugurándolos en 1897 Gruher y
en sus adelantos. Entretanto las modestas investiga Widal con el suerodiagnóstico de la fiebre tifoidea.
ciones de Hallier y Klebs acerca de los microbios A la vez los estudios de Koch sobre las tuberculinas
habían llegado á fundar una ciencia nueva con el enseñaban otros procedimientos más seguros de diag
impulso genial de Pasteur. El sucesivo descubri nóstico que los puramente clínicos. La terapéutica
miento de la bacteridia carbuncosa por Davaine. del beneficiaba cada vez más de estos progresos, que
espirilo de la fibra recurrente por Obermeyer, del utilizaban los productos solubles ó filtrados de los
bacilo de la tuberculosis por Koch, del estreptococo microbios y aun estos mismos en emulsión y también
de la erisipela por Fehleisen, no sólo añadían nuevos vivos. En este sentido aprovechábanse las tubercu—
conocimientos acerca de la etiología de las enferme linas antes citadas y sucesivamente las aglutininas,
dades llamadas antes miasmáticas y contagiosas, opsoninas, baoteriolisinas, etc. Al comenzar el si
sino que renovaban la patogenia, la fisiología pato glo xx proseguían cada vez con mayor empuje los
lógica y el tratamiento de muchas especies mor adelantos en las ciencias médicas. Richet descubría
MEDICINA 55
en 1902 la anafilaxia como fenómeno inverso de la metían un brillante porvenir en numerosas afeccio
inmunidad, deduciendo de la misma interesantes nes neoplásicas y en algunas otras, como el bocio
aplicaciones á la patología y la clínica. Schaudinn exoftálmico. Al propio tiempo la introducción de la
hallaba en 1905 el microorganismo causal de la sí fototerapia por Finsen, era objeto de aplicacionesá
filis, perfeccionándose los conocimientos sobre el la medicina interna del propio modo que la medica
diagnóstico y la fisiología patológica de esta afección ción iónica de Lewis Jones. Además del radium,
que en 1910 era objeto de un nuevo tratamiento por aplicábanse otros elementos como el torium para
Ehrlich, conocido vulgarmente por«60G». Este últi algunas enfermedades de la nutrición y de la sangre.
mo implicaba la solución, cuando menos provisional, Otras afecciones, en un principio médicas, pasaban
del magno problema de la antisepsia interna planteada á ser quirúrgicas, como la apendicitis y ciertas en
por Bouchard y sus adeptos á fines del pasado siglo. fermedades del hígado, del cerebro, del corazón y
El arsénico en forma de sus sales orgánicas pasaba de las arterias. En este sentido merecen citarse las
á convertirse en poderoso agente terapéutico de ac memorables investigaciones de Carrel. que demos
ción rápida, siguiéndole en esta vía otros metales traban la trasplantación de elementos orgánicos vi
como la plata y el cobre, especialmente por medio vos por medios de relativa simplicidad. La hematolo
de la electricidad (electrargol, el&ctrocuprol, colar gía, antes sumamente obscura y pobre, se conver
gol). Las aplicaciones de los rayos X junto con las de tía en importante rama de la ciencia diagnóstica con
la endoscopia permitían la exploración de órganos los estudios acerca de los glóbulos rojos y blancos,
internos hasta entonces inaccesibles. Así, el estómago, el suero, los fermentos, el índice opsónico, la coles
el esófago, el corazón y los grandes vasos, como los terina y, por fin, la presión y viscosidad sanguínea.
riñones, el hígado y la vejiga biliar, como el bazo, De este modo se llegaba al diagnóstico positivo de
etcétera, eran objeto de investigaciones más precisas ciertos estados fisiológicos como el embarazo (reac
que permitían reconocer con mayores detalles sus ción de Abderhalden) y numerosos procesos mor
enfermedades. El citodiagnóstico ó investigación de bosos como la tuberculosis, la fiebre de Malta, el
los elementos celulares en los líquidos orgánicos paratifus, distiroidismo y hasta las enfermedades
aparecía como poderoso medio auxiliar de la explo mentales. Los tumores malignos eran objeto de im
ración clínica (punción lumbar, pleural, etc.). Reno portantes estudios experimentales por Howard No—
vábanse también las concepciones doctrinales acerca well. Bashford y Barlow, estudiándose á la vez las
de grupos de enfermedades como las cardiovascu reacciones sanguíneas ( anafibíctica, desviación del
lares, merced á los descubrimientos de la electro complemento, alcalinidadj y también los caracteres
cardiografía y la fonocardiografía. Las afecciones ce- histológicos en los enfermos de cáncer. Instituíanse
rebromedulares, cuyo estudio iniciara Charcot, eran á la vez laboratorios diagnósticos de esta enferme
objeto de profundas investigaciones que moderniza dad, introduciéndose nuevos métodos de exploración
ban su etiología, patogenia y tratamiento en manos (gliciltriptotano, hemourocromo). La epidemiología
de Brissaud, Marie. Chipault, Déjerine, Gilíes de la beneficiaba de investigaciones más completas acerca
Tourette, Leyden, Monakow, etc. Describíanse las la disentería, el cólera, la diarrea infantil y sus mi
enfermedades de órganos mal conocidos hasta en croorganismos causales así como sus reacciones bio
tonces y por las que se explicaban trastornos ge lógicas. Merecen citarse en este sentido los trabajos
nerales de la economía de ignota naturaleza para las de Greig y Kraus sobre el cólera de 1912, los de
épocas anteriores. En este sentido merecen citarse Alden y W right acerca la difteria, los de Melli-Lei-
las investigaciones de Marie sobre la glándula hipó tao y Leonardo Rogers acerca la diarrea infantil.
fisis y la acromegalia, las dé Oelsnitz, Veau, Olivier, Señalábanse en la terapéutica de las infecciones in
sobre el timo, las de Claudio Harvier y Laignel- testinales un progreso notable con la introducción
Lavastine sobre las glándulas paratidoides, comple de los fermentos lácticos (yogurt, kéfir y bulgarol).
tándose de este modo la opoterapia con extractos é Las endemias más temibles, como el cretinismo,
injertos de los referidos órganos. Algunas concep eran objeto de nuevos estudios por Dieterle, Hirsch-
ciones patológicas como la del histerismo, se some feld y Klinger, describiéndose ciertos tripanosomas
tían á discusión y crítica severa por parte de obser (Schizotrypanum cruzi) como agentes causales y cier
vadores tan eminentes como Babinski. La terapéutica tos insectos (Cinorrhinus megistus) como agentes
quirúrgica aplicada á la medicina interna se enri transmisores. En una palabra, se perfeccionaban
quecía con la práctica de nuevas operaciones como todos los medios de investigación siguiendo los pro
la del neumotorax artificial de Brauer y Forlanini. gresos de las ciencias auxiliares de la Medicina, pre
A la vez se perfeccionaba el conocimiento de Ja etio parando para esta última un porvenir esplendoroso
logía, patogenia y transmisión de muchas enferme y lleno de esperanzas. Para completar este artículo,
dades infecciosas, mereciendo citarse en este sen V. M édico.
tido los trabajos de Finloy acerca del papel del mos Bibliogr. Daremberg, Histoire des sciences mé
quito stegomya para la fiebre amarilla, los de Filetti dicales (París, 1864); Puschkin, Hístory of medical
y Grassi acerca los mosquitos anopheles en el palu éducation (Londres, 1913); Littré, Médecine et Mé
dismo, de Simón acerca de las pulgas en la peste decins (París, 1880); Roger, Introduction à l'étude
bubónica, etc.; asimismo se estudiaba un sistema de de la Médecine (Paris, 1913); Ebstein. Die Medizin
defensa contra estas afecciones que permitía atacar u. die Alte Testament (Berlin, 1911); Tholczan, La
las de un modo racional, saliendo de los dominios Médecine en Perse (Paris, 1864); Goulin, Mémoires
de un empirismo ciego ó perturbador. El descubri littéraires, critiques, philologiques, biographiques et
miento de un numeroso grupo de microorganismos bibliographiques pour servir à l'histoire ancienne et
patógenos, conocidos por tripanosomas, ensanchaba moderne de la Médecine (Paris, 1878); Lutgert, Ta
el campo de la etiología dando razón de la de algu bula medicinae histórica in ordinem chronologicum et
nas enfermedades hasta entonces enigmáticas, como philosophicum redacta (Berlín, 1830); Guardia, La
la enfermedad del sueño. El descubrimiento del ra médecine à travers les siècles (Paris, 1863): Leclerc-,
dium tenía aplicaciones médicas incipientes que pro Histoire de la Médecine (Paris, 1823); Tourtelle.