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El proceso

ambiental

Derecho
Ambiental

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El proceso ambiental
Morales Lamberti (2005) entiende el acceso a la justicia ambiental como la:
¿Cómo se puede
proteger el ambiente
por vía judicial?
¿En qué consiste el posibilidad de obtener la solución expedita y completa por
proceso ambiental? las autoridades judiciales de un conflicto jurídico de
naturaleza ambiental, lo que supone que todas las personas
están en igualdad de condiciones para acceder a la justicia y
para obtener resultados individual o socialmente justos (P.
187).

Dentro de ese gran campo del acceso a la justicia, el proceso ambiental es


uno de sus aspectos más relevantes junto con la cuestión de la legitimación
para accionar en defensa del medio ambiente.

Morales Lamberti (2005) hace referencia a las complicaciones que presenta


el acceso a la justicia en general, entre las que enumera el costo y tiempo
de litigio, las diferencias técnicas y económicas que muchas veces se
presentan entre los litigantes, entre otras. Particularmente, el acceso a la
justicia ambiental presenta dificultades adicionales, entre las que destaca:
la complejidad científico-técnica; la naturaleza de los intereses en juego,
que habitualmente son intereses colectivos y difusos, es decir, que
corresponden a muchas personas, que son en su mayoría indeterminadas,
etcétera.

En esta lectura comenzaremos explicando en qué consiste la acción


ambiental y quiénes son los legitimados para ejercerla conforme a los
intereses difusos en juego. Luego, nosreferiremos al amparo ambiental.

La acción ambiental: los intereses difusos y la


legitimación
Alsina (en Valls, 2016) define a la acción como el medio para ejercer “el
poder jurídico de pedir a un órgano jurisdiccional una sentencia para hacer
valer un derecho que se considera vulnerado” (p. 221). En otras palabras, la
acción judicial es “la facultad que tiene cada persona de promover la
protección jurisdiccional de un derecho subjetivo” (Garrone, 1993, p. 35).

Para ejercer esa acción se requiere poseer lo que se denomina legitimación


procesal (o personería jurídica), que consiste en la calidad jurídica o
atributo inherente a la condición de representante de alguien. Es la

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capacidad legal para comparecer en juicio, con representación legal y
suficiente para litigar en interés de otra persona (Ossorio, 1974).

Valls (2016) sostiene que la legitimación requiere de tres elementos: 1) el


derecho: “o sea, una norma jurídica vigente que atribuya al actor el
derecho que pretende hacer valer” (p. 221); 2) calidad de parte:
legitimación activa y pasiva; 3) “interés en la intervención del órgano
jurisdiccional para evitar, resarcir o recomponer un perjuicio contrario a
derecho” (p. 221).Con respecto a este último elemento, es donde aparecen
los llamados intereses difusos.

Haciendo una revisión histórica, podemos decir que las Constituciones del
¿Qué son los intereses
siglo XIX (la nuestra es de 1853) son de corte individualista, solo reconocen
difusos? ¿Cómo se
receptan en la los derechos civiles propios de la persona, no incorporan los derechos
legislación? supraindividuales o colectivos propios de una conciencia solidaria que se
fue adquiriendo en las últimas décadas (Franza,2010). Este marco
normativo no da respuesta a la defensa del medio ambiente ante conflictos
que conciernen a grupos de personas.

Ante esto, la doctrina y la jurisprudencia comenzaron a tutelar el medio


ambiente a través de la protección de los intereses difusos, como medio
superador de la tradicional teoría del derecho subjetivo individual. Se
sostiene que son intereses difusos:

los que pertenecen idénticamente a una pluralidad de


sujetos, en cuanto integrantes de grupos, clases o categorías
de personas, ligadas en virtud de la pretensión de goce, por
parte de cada una de ellas, de una misma prerrogativa. De
forma tal que la satisfacción del fragmento o porción de
interés que atañe a cada individuo, se extiende por
naturaleza a todos; del mismo modo que la lesión a cada
uno afecta simultánea y globalmente a todos los integrantes
del conjunto comunitario. (Morales Lamberti, 2005, p. 192).

Esta nueva categoría impacta de manera directa en la legitimación procesal


como derechos de incidencia colectiva, habilitando “la posibilidad de
recurrir ciertos actos que lesionan no ya un interés legítimo, personal y
directo, según las reglas tradicionales, sino intereses sustanciales que
afecten a determinados grupos de personas o bien a la comunidad entera”
(Morales Lamberti, 2005, p. 192).

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El caso “Halabi”

Ante esta realidad, la Corte Suprema de Justicia de la Nación, en el


conocido fallo “Halabi”1del 2009, delimita con precisión tres categorías de
El tema está derechos en materia de legitimación procesal, a saber:
extensamente
explicado por Valls,
 Derechos subjetivos o individuales (intereses individuales): “son
quien hace referencia
a la postura de aquellos ejercidos por un titular. Son divisibles, no homogéneos y se
Marienhoff y sus caracterizan por la búsqueda de la reparación de un daño
críticas. esencialmente individual y propio de cada uno de los afectados” (Gil
Domínguez, 2009, p.2). La protección de estos derechos divisibles, no
homogéneos se encuentra consagrada en el primer párrafo del artículo
43 de la Constitución Nacional a través de la acción de amparo. Como
se expresó, el interés es individual y la legitimación también, por lo
que cada titular inicia una acción y obtiene una sentencia en un
proceso bilateral (Lorenzetti, 2014). Por ejemplo, a raíz de una
contaminación se afecta la salud de una persona.
 Derechos de incidencia colectiva que tienen por objeto bienes
colectivos (intereses colectivos):“son aquellos que pertenecen a toda
la comunidad, son indivisibles y no admiten exclusión alguna (por
ende, en ningún caso existe un derecho de apropiación individual
sobre el bien)” (Gil Domínguez, 2009, p.2). En este caso, el ejemplo
sería que a través de una contaminación se extinga una especie
animal, o lo es también la contaminación del aire.
 Derechos de incidencia colectiva referentes a intereses individuales
homogéneos (intereses individuales homogéneos):“son aquellos en
donde si bien se afectan derechos individuales enteramente divisibles,
existe un hecho único o continuado, que provoca la lesión a todos ellos
y que se identifica como una causa fáctica homogénea” (Gil
Domínguez, 2009, p. 2). Aquí, a raíz de la misma causa contaminante,
se afecta la salud de toda la población de una ciudad o región por
ejemplo.
 Al respecto, la Corte Suprema de Justicia en el caso “Halabi” expresó
que:

…en tales casos la demostración de los presupuestos de la


pretensión es común a todos esos intereses, excepto en lo
que concierne al daño que individualmente se sufre. Hay una
homogeneidad fáctica y normativa que lleva a considerar
razonable la realización de un solo juicio con efectos

1
Corte Suprema de Justicia de la Nación, “Halabi, Ernesto c/P.E.N. - ley 25.873 - dto. 1563/04 s/
amparo ley 16.986”, H. 270. XLII, (2009).

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expansivos de la cosa juzgada que en él se dicte, salvo en lo
que hace a la prueba del daño.

Sin embargo, no hay en nuestro derecho una ley que


reglamente el ejercicio efectivo de las denominadas acciones
de clase…

Este aspecto resulta de gran importancia porque debe


existir una ley que determine cuándo se da una pluralidad
relevante de individuos que permita ejercer dichas acciones,
cómo se define la clase homogénea, si la legitimación
corresponde exclusivamente a un integrante de la clase o
también a organismos públicos o asociaciones, cómo
tramitan estos procesos, cuáles son los efectos expansivos
de la sentencia a dictar y cómo se hacen efectivos.2

Entonces, para la tutela de los derechos subjetivos o individuales, tenemos


una acción en la que la legitimación está en cabeza del titular de ese
derecho. Los derechos de incidencia colectiva que tienen por objeto bienes
colectivos3 y los referentes a intereses individuales homogéneos, según el
artículo 43 de la Constitución Nacional, cuentan para su tutela con una
acción colectiva donde los legitimados activos son: el afectado, el Defensor
del Pueblo y las asociaciones que propendan a esos fines colectivos. Pero
como expresó la Corte Suprema en el caso “Halabi”, en nuestro país no
contamos con una regulación de las acciones de clase para instrumentar la
acción colectiva de los derechos individuales homogéneos(Gil Domínguez,
2009). Ante esta situación, la misma Corte estableció de forma pretoriana
los requisitos para la procedencia de este tipo de acciones colectivas.
Siguiendo la enumeración realizada por Gil Domínguez (2009), entre los
requisitos generales se destacan:

a) la existencia de un hecho único o complejo que causa una


lesión a una pluralidad relevante de derechos individuales;
b) la pretensión debe estar concentrada en los efectos
comunes y no en lo que cada individuo puede peticionar,
por ende la existencia de causa o controversia se relaciona
con los elementos homogéneos que tiene esa pluralidad de
sujetos al estar afectados por un mismo hecho; c) es exigible
que el interés individual considerado aisladamente no

2
Corte Suprema de Justicia de la Nación, “Halabi, Ernesto c/P.E.N. - ley 25.873 - dto. 1563/04 s/
amparo ley 16.986”, H. 270. XLII, p. 7-8, (2009).
3
Corte Suprema de Justicia de la Nación, “Halabi, Ernesto c/P.E.N. - ley 25.873 - dto. 1563/04 s/
amparo ley 16.986”, H. 270. XLII, p. 7-8, (2009).

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justifique la promoción de una demanda solamente como
acción individual, no obstante c') la acción colectiva resultará
de todos modos procedente en aquellos supuestos en los
que cobran preeminencia otros aspectos referidos a
materias tales como el ambiente, el consumo o la salud o
afectaciones de grupos que tradicionalmente han sido
postergados, o en su caso, débilmente protegidos, por
cuanto en dichas circunstancias la naturaleza de estos
derechos —a pesar de su singularidad— excede el interés de
cada persona, y al mismo tiempo, pone en evidencia la
presencia de un fuerte interés estatal para su protección
(entendido como el de la sociedad en su conjunto) y d) el
carácter erga omnes de la cosa juzgada, el cual es inherente
a la propia naturaleza de la acción colectiva en virtud de la
trascendencia de los derechos que por su intermedio se
intentan proteger (salvo en lo que hace a la prueba del daño,
los que deberán dilucidarse en procedimientos especiales o
en la ejecución de la sentencia). (P. 4).

Antes de terminar este apartado, cabe agregar que los derechos de


incidencia colectiva, además de estar reconocidos en el artículo 43 segundo
párrafo de la Constitución Nacional, se incluyeron expresamente en el
artículo 14 del Código Civil y Comercial sancionado en el año 2014.

El amparo ambiental

El artículo 43 incorporado a la Constitución Nacional con la reforma de


1994introdujo la figura del amparo individual en el primer párrafo y la
figura del amparo colectivo en el segundo, también llamado amparo
ambiental, a través del cual se protegen los derechos de tercera generación
(ambiente) y los derechos de incidencia colectiva en general (Morales
Lamberti, 2005).

El artículo 43 expresa en la primer parte:

Toda persona puede interponer acción expedita y rápida de


amparo, siempre que no exista otro medio judicial más
idóneo, contra todo acto u omisión de autoridades públicas
o de particulares, que en forma actual o inminente lesione,
restrinja, altere o amenace, con arbitrariedad o ilegalidad
manifiesta, derechos y garantías reconocidos por esta
Constitución, un tratado o una ley. En el caso, el juez podrá

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declarar la inconstitucionalidad de la norma en que se funde
el acto u omisión lesiva.

Podrán interponer esta acción contra cualquier forma de


discriminación y en lo relativo a los derechos que protegen
al ambiente, a la competencia, al usuario y al consumidor,
así como a los derechos de incidencia colectiva en general, el
afectado, el defensor del pueblo y las asociaciones que
propendan a esos fines, registradas conforme a la ley, la que
determinará los requisitos y formas de su organización.4

Entonces, conforme al segundo párrafo del artículo transcripto, la acción


del amparo de los derechos de incidencia colectiva que protegen, entre
otros, los derechos al medio ambiente, consiste en un medio “para
alcanzar en forma rápida y expedita una medida precautoria que, de estar
sujeta a las condiciones de una acción ordinaria podría convertir en
irreparable el daño producido” (Morales Lamberti, 2005, p. 196). Esta
acción procede “cuando el Estado o los particulares afecten el derecho a la
salud o el equilibrio ambiental” (Morales Lamberti, 2005, p. 196).

Los legitmados activos, es decir, quienes están habilitados para interponer


la acción son: a) el afectado: es quien, aún no habiendo sido dañado, se
halla en el ámbito potencial de ser dañado, a diferencia del damnificado,
que es aquel que ha sufrido un daño; b) el defensor del pueblo; y c) las
asociaciones que propendan a los fines mencionados en el artículo. Esta
legitimación activa se amplía en el útlimo párrafo del artículo 30 de la
ley25.675 (Ley General del Ambiente), al establecer que “…toda persona
podrá solicitar, mediante acción de amparo, la cesación de actividades
generadoras de daño ambiental colectivo.”5 Además, la doctrina entiende
que conforme al artículo 41, cualquier habitante de la Nación tiene
legitimación suficiente para accionar judicialmente en defensa del derecho
a un ambiente sano, equilibrado y apto para el desarrollo humano. Como
vemos, se trata de una amplia gama de legitimados activos para interponer
la acción en defensa de los derechos de incidencia colectiva.

Encontramos también unaamplia legitimación pasiva, es decir, contra


quién va dirigda la acción. En este sentido, siguiendo con la lectura del
artículo 41 de la Constitución Nacional, se impone el deber de cuidado del
ambiente a todos los habitantes como así también a las autoridades
públicas.

4
Artículo 43. Constitución de la Nación Argentina. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
Recuperado dehttps://goo.gl/NVXWuR
5
Artículo 30. Ley 25.675. (2002). Ley General del Ambiente. Honorable Congreso de la Nación
Argentina. Recuperado dehttps://goo.gl/75jNXA

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Otro de los aspectos a destacar es la imprescriptibilidad de la acción: esto
es consecuencia del hecho de quel el derecho de los habitantes a un
ambiente sano no se extingue (Morales Lamberti, 2005). Además, el
carácter colectivo del bien tutelado trae aparejado que las consecuencias
favorables de la acción no queden constreñidas al interés del accionante,
sino que se extienden a todos, por lo que la sentencia tendrá un carácter
ergaomnes. En esta línea, el artículo 33 de la Ley General del Ambiente
dispone que “la sentencia hará cosa juzgada y tendrá efecto erga omnes, a
excepción de que la acción sea rechazada, aunque sea parcialmente, por
cuestiones probatorias”6.

Para reflexionar

“No se legisló aún un proceso especial para el ambiente ni se creó un fuero


especial” (Valls, 2016, p. 281). A partir de lo estudiado en esta lectura y de
esa afirmación de Valls, consideramos necesario seguir pensando, como
juristas, qué características debería tener un proceso ambiental
adecuado.Para ello, debemos conocer “la estructura, características y
dinámica de la ‘controversia ambiental típica’” (Valls, 2016, p. 281), tal
como se desenvuelven en el marco normativo actual.

6
Artículo 33. Ley 25.675. (2002). Ley General del Ambiente. Honorable Congreso de la Nación
Argentina. Recuperado de: https://goo.gl/75jNXA

8
Referencias
Constitución de la Nación Argentina. (1994). [Sancionada por el Congreso
General Constituyente el 1° de mayo de 1853, reformada y concordada por la
Convención Nacional Ad Hoc el 25 de septiembre de 1860 y con las reformas de
las Convenciones de 1866, 1898, 1957 y 1994]. Recuperada de
http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/0-4999/804/norma.htm

Corte Suprema de Justicia de la Nación, “Halabi, Ernesto c/P.E.N. - ley 25.873 -


dto. 1563/04 s/ amparo ley 16.986”, H. 270. XLII, (2009).

Franza, J. (2010). Manual de Derecho de los Recursos Naturales y Protección del


Medio Ambiente. Buenos Aires: Ediciones Jurídicas.

Garrone, J. (1993). Diccionario Jurídico. Buenos Aires: Abeledo Perrot.

Gil Domínguez, A. (2009). Derechos colectivos y acciones colectivas. Publicado en


La Ley. Pp.s/d. LA LEY 20/05/2009, 20/05/2009, 1 - LA LEY2009-C, 1128. Cita
Online: AR/DOC/1749/2009

Ley 25.675. (2002). Ley General del Ambiente. Honorable Congreso de la Nación
Argentina. Recuperado de: http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos
/75000-79999/79980/norma.htm

Lorenzetti, R. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Comentado. Santa Fe:


Rubinzal Culzoni.

Morales Lamberti, A. (2005). Instituciones de derecho ambiental. Córdoba: M.E.L.

Ossorio, M. (1974). Diccionario de ciencias jurídicas, políticas y sociales. Buenos


Aires: Heliasta.

Valls, M. (2016). Derecho ambiental. Buenos Aires: Abeledo Perrot.

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