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equipamiento técnico, etc. Ahi queda claro de una manera ejemplar de Ilustremos esto con u n ejemplo. E l Rat der Sachverstandigen für Um
qué se trata propiamente en la disputa públ ica sobre la definición de los weltfragen (Consejo de Expertos en Cuestiones Relativas aJ Medio Ambiente)
riesgos: no sólo de las consecuencias para la salud de la na turaleza y del constata en su informe que «en la leche materna a menudo se ha encon
ser humano, sino de los efectos secundarios sociales, económicos y políti trado beta-hexaclorociclohexano, hexaclorobenzol y DDT en unas concentra
cos de estos efectos secu ndarios : hundimiento de mercados, desvaloriza ciones excesivas » ( 1 9 8 5 , pág. 3 3 ) . Estas ustancias tóxicas están contenidas
ción del capital, controles bw-ocrático de las decisiones empresariales, en insecticidas para plantas que entre tanto han sido retirad os del mercado.
apertura de nu evo mercados, costes monstruosos, procedimientos judi Su procedencia no estaría clara (ibíd.). En otro lu gar se dice : « Por térmi
ciales. En la sociedad del riesgo surge a í a impulso pequeño y grande no med io, la can ti dad de plomo que oporta l a población no es peligrosa»
(en la alarma por el smog , en el acciden te tóxico , etc.) el poiencial político (pág. 35). ¿ Qué se oculta detrás de ello? Tal vez (por analogía) , el siguiente
de las catástrofes . La defensa y administración de las mismas puede in reparto: Dos hombres tiene n dos manzanas. Uno se come las dos . Así pues,
cluir una reorganización del poder y de la competencia . La ociedad del por término medio cada uno ha comido una mar za.na. Trasladada al repar
riesgo es una sociedad catastrófi.ca. En ella, el estado de excepción ame to de al i mentos en el mundo, e ta frase di ría que « por término medio» todos
naza con convertir e en el estado de normalidad. los seres humanos de esta Tierra están saciados . Aquí, el cinismo es eviden
te. En una parte de la Tierra la gente se muere de hambre, mientras que en
la otra parte los problemas causados por la sobrealimentación .se han con
l . l . REPARTOS DE L,\S S1JSTANC1AS NOCIVAS EN LAS CrENCJAS ATURALES vertido en un coste de primer rango. Puede ser que esta frase no sea cínica en
Y SITUACIO ES SOCLALES DE PELIGRO relación a las sustancias nocivas y tóxicas. Que, por tanto, la cantidad pro
medio sea también la cantidad real de todos los grupos de población. Pero,
La discusión sobre las sustancias nocivas y tóxicas que contienen el aire, ¿lo sabemos? Simplemente para defender esta frase, ¿no hace falta saber qué
el agua y los alimen tos, y sobre la destrucción de la naturaleza y del medio otros venenos están obligados los seres h u manos a respirar y tragar? Es or
ambiente en general, igue ten iendo lugar exclusiva o dominante mente me prendente la natumlídad con que se pregunta por « el término medio» . Qu ien
diante categorías o fómmlas propias de l as cienci as naturales. De este modo pregunta por el término medio excl uye ya ele este modo situ aciones de peli
se i gnora que las « fórmulas de pauperización » de las ciencias naturales po gro socialmente desiguales. Pero precisamente esto no lo pu ede saber. ¿Ha
�.een un significado social . cultural y político. En consecuencia, existe el pe brá grupos y condiciones de vida para los que sea peligroso el contenido de
ligro de que una discus i ón sobre el medio ambiente que tenga Jugar me plomo (etc.) que « por término medio no es peligros o » ?
diante categorías químico-biológico-técnicas tome en consideración al ser La siguiente frase del informe dice : « Ú nicamen te e n los niños q u e viven
humano invol untariamente sól o como aparato orgánico . Pero de este modo cerca de l os emisores i nd ustrial es se encuentran concentraciones de plomo
la discusión amenaza con cometer el error contrario al eITor que con razón peligrosas» . Caracterfstico no es sólo la ausencia de diferenciaciones socia
ha reprochado al optim ismo de progre o indust rial que durante mucho les en éste y en otros balances de sustancia dañinas . También es carac
tiempo ha predominado : el en-or de converti rse en una discusión natural terístico cómo se diferencia: de acuerdo con puntos de vi ta regionales en
sin el ser humano, sin la cuest ión del significa do social y cultural . Precisa relación a las fuentes de emisión y de acuerdo con diferencias de edad, dos
mente las discusiones ele las úl ti mas décadas , en las que se ha vuelto a des criterios que proceden del pensamiento biológico (o más en general: del pen
plegar todo el arsenal de argumentos de crítica de la técnica y de la indus samiento de las ciencias de la naturaleza) . Esto no puede reprocharse a los
tria, han segu ido siendo en su núcleo tecnocráticas y naturalistas. Se agotan redactores del informe. Simpl emente, refleja con toda exactitud el pensa
en el intercambio y la evocación de las sustancias nocivas que contienen el miento científico y social general en relaci ón a los problemas del medio am
aire, el agua y los alimentos, de cifras rel ativas de crecimiento demográfico, biente. Éstos son entendi dos como un asunto de la naturaleza y de la técni
de consumo energético, de demanda de alimentos, de falta de materias pri ca, de la econom ía y de la medicina. Lo sorprendente en ello es lo siguiente:
mas, etc., con un celo y exclusividad como si nunca hubiera habido alguien los daños al medio a mbi ente y la destrucción de la naturaleza causada por
(por ejemplo, un tal Max Weber) que hubiera dedicado su tiempo a mostrar la industria, con sus diver os e fectos sobre la salud y la convivencia de los
que si no tom�mos en consideración las estructuras sociales de poder y de seres humanos (que sólo surgen en la sociedades muy desarrolladas), se ca
reparto, las burocracias, las normas y racionalidades dom:nantes, todo esto racterizan por una pérdi.da del pensamiento social. A esta pérdida se añade
es vacío o absurdo (probablemente, ambas cosas). Bajo mano se ha colado lo grotesco: esta ausencia no le llama la atención a nadie, ni siquiera a los
una idea que reduce la modernidad al marco de referencia de la técnica y l a sociólogos .
naturaleza e n el sentido d e criminal y vícti ma. Desde su propio punto d e Se pregunta por el reparto de sustancias nocivas, venenos, daños en el
pa1iida, a este pensam iento (incluido e l del ecologismo político) s e le oc4l agua, en el aire, en el suelo, en los alimentos, etc. Los resultados son pre
tan los contenidos y consecuencias sociales, políticas y culturaJes de los ries sentados a la aterrorizada opinión pú blica diferenciados regionalmente en
gos de la modern ización. multicolores «mapas del medio ambiente». En la medida en que de este modo
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s e exponga l a si tuación del medio ambiente, esta manera d e exponer y pen Frente a ello, los peligros son u n producto adicional d e una sobreabundancia
sar es muy adecuada. Pero si de ahí se extraen consecuencias para los seres que hay que impedir. Éstos hay que o suprim.irlo o negarlo , hay que reinter
humanos , el pensamiento que está en la base se co1tocircuita : o bien se su pretarlos. Así pues, a la lógica posiliva de la apropiación se contrapone una
pone que todos lo seres humanos (independientemente de los ingresos, la lógica negativa del eliminar, del evitar, del negar, del reinterpretar.
educación , la profesión y de las posibilidades y hábitos de alimentación, vi M ientras que los i ngresos, la educación, etc., son para el individuo bie
vienda y tiempo libre que van unidos a el lo) están dañados en. la misma me nes consumibles, experi mentables, la existencia y el reparto de peligros y
dida en los centros regionales de sustancias nocivas estudiad os (lo que aún riesgo siempre están mediadas argumentativamenre. A menudo, lo que per
habría que demostrar) . O bien se excluye a los seres humanos y a los daños judica a la salud y destruye la naturaleza no lo puede conocer la propia sen
que sufren y se habla sólo de u tancias nocivas y de sus repartos y efectos sación, los propios ojos, e incl uso all í don de aparentemente está a la luz del
sobre la región . día la construcción social 1e hace necesitar para su constatación «objetiva »
En consecuenci a, la d iscusión sobre las sustancias nocivas que tiene lu del juicio del experto. Mucho de los nuevos riesgos (contaminaciones nu
gar con las categmías de las ciencias naturales se mueve entre l a i nferencia cleares o químicas, sustancias nocivas en los alimentos, enfermedades civi
errónea de daños biol ógi cos a daños sociales y una consideración de la na lizatorias) se sustraen por completo a la percepción humana inmediata. Al
turaleza y del medio ambie nte que excluye el daño select ivo a las personas centro pasan cada vez más los peligros que a menudo para los afectados no
y los significados sociales y culturales que van unidos a ello. Al mismo tiem on visibles ni perceptibles, peligros que en ciertos casos no se activan du
po, no se toma en cuenta que las mismas sustancias nocivas pueden tener rante la vida de los afectados , sino en la de su de cendientes; se trata en
un significado complet amente diferente para personas diferentes de acuerdo todo caso de peligros que precisan de los «órganos perceptivos» de la cien
con la edad, el sexo, los hábitos al imenticios, el tipo de trabajo, la informa cia (teorías, experimentos, instrumentos de medición) para hacerse «visibles»,
ción, la educación, etc. interpretables, como peligros . El paradigma de estos peligros son las muta
Especialmente grave parece el problema de que la investigaciones que ciones genéticas causadas por la radiactividad , que, imperceptibles para los
parten únicamente de sustancias nocivas individuales ;amás pueden averi afectados, dejan a é tos por completo (tal como muestra el accidente en el
guar la concen tración de sustancias nocivas en el ser humano. Lo que pue reactor de Harrisburg) a la merced del juicio, de los errores, de las contro
de ser « no peligroso» en relación a un producto individual taJ vez sea extre versias de los expertos.
madamente peligroso en el « receptáculo del con umidor final» en que se ha
convertido el ser hum ano en e] e tadio avanzado de la comercialjzación to
tal. Aquí tenemos un error de ca1egorías: un análisis de las sustancias nod Pensar ju nto lo separado: la conjetura de causalidad
vas basado en la naturaleza y en el producto no está en condiciones de res
ponder a la pregunta de la falta de peligro, o al menos no lo está mientras el Pero esta dependencia respecto del saber y esta invisibilidad de las si
«peligro » y la «ausencia de peligro» tengan algo que ver con las personas tuaciones civilizatorias de peligro no bastan para determinar conceptual
que tragan y respiran ( véanse al respecto más detalladamente las págs. 7 2 y mente a las mismas; tales situaciones contienen en sí ya componentes ulte-
s1 �s.). Es b1e1_1 sabido que la ingestión de varios medicamentos puede supri riores. Las afirmaciones sobre los peligros nunca son reducibles a meras
mrr o potenciar el efecto de cada uno de ellos. Ahora bien, el ser humano no afirmaciones sobre hechos. Contienen constitu tivamente tanto un compo
vive (todavía) sólo de medicamentos. También respira las sustancias noci nente teórico como un componente nomwtivo . La constatación en nif1os de
vas dd aire, bebe las del agua, come las de la verdura, etc. Con otras palabras: «concentraciones de plomo no peligrosas» o de «elemen tos de pesticidas en
las ausencias de peligro se suman de una manera peligrosa. ¿Son de este modo la leche materna» no es en tanto que tal una situación civilizawria de peli
cada vez menos peligrosas, tal como sucede con las sumas de acuerdo con gro, como tampoco lo es la concentración de n i trato en tio o la presencia
las reglas de las matemáticas ? de dióxido de sulfuro en el aire. Hay que añadir una interpretad ón causal que
haga aparecer esto como producto del modo industrial de producción, como
efecto secundaiio sistemático de los procesos de modernizaci ón. Así pues,
1 . 2 . LA DEPE�ENCIA RESPECTO DEL SABER DE LOS RIESGOS DE LA M ODERNlZACIÓN en los riesgos reconocidos sociaJrnente se presuponen las instancias y los
actores del proceso de modernización con todos sus intereses parciales y
Tanto los riesgos como las riquezas son objeto de repartos, y tanto éstas dependencias, y además éstos son puestos en un nexo directo (basado en el
como aquéllos constituyen situaciones: situacione de peligro o situaciones de modelo de causa y efecto) con daños y amenazas completamente separados
cl�se. Sin embargo, tanto aqui como allá se trata de un bien completamente de ellos en sentido social, material, local y temporal . La mujer que da el pe
diferente y de otra disputa sobre su reparto. En el caso de las riquezas socia cho a su h ijo de tres meses en su pequeña vivienda en los arrabales de una
les, se trata de bienes de consumo, de ingresos, de oportunidades de educa gran ciudad se encuentra de este modo en una «relación inmediata • con la
ción, de propiedades, etc., en tanto que recursos escasos a lo que se aspira. industria química que produce pesticidas para plantas, con los campesinos
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q u e se ven forzados por l a s d irec trices agrarias d e Ja Com unidad Europea a ci ón en la economía, e n l a s ciencias naturales, e n las disciplinas técni cas.
una producción masiva especiali zada y a abonar en exceso, �te. Queda abier Las �onstataciones del riesgo son una simbiosis aún desconocida, no de�a
ta la cuestión de en qué radio se puede o debe buscar efectos secundarios. rroll ada, entre ciencias de la naturaleza y ciencias del es_pínt 1;1 , entre raCJo
Hasta en la carne del pingüino del Antái1ico se ha descu bierto recientemen nalidad cotidiana y racionalidad de los expertos, entre mteres y hecho. Al
te una sobredosis de DDT. m ismo tiempo, no son ni sólo lo uno ni sólo lo otro. Son las dos rn s� s en una
,Estos ejemplos m uestran dos cosas: primero, que l os riesgos de la mo forma nueva. Ya no pueden ser aisladas por uno u otro especialist � y s � r
dernización se presentan de una manera universal que es al mismo tiempo desarrolladas y fijadas de acuerdo con los propios est �ndares de rac 10nal �
esp �cífica . e ine � pe �ífi ca local mente; y segundo, cuán incalculables e impre dad. Presuponen una colaboración más allá de las trmcheras _ de las d : sc1 -
decibles son los mtnncados cammos de su efecto nocivo. Así pues, en los ries plinas, d e los grupos ciudadanos, d e l as empresas, d � la ad1Tlln_1 s tracwn Y
gos de la modernización se reúne cau salmente lo que está separado por el de la po1ítica, o (lo cual es más probable) se resquebraJan entre es tas en de
contemdo, por el espacio y por el tiempo, y de es te modo es puesto al mis finiciones opuestas y luchas de defin iciones.
mo tiempo en u_n nexo de responsabiJi d.ad social y jurídico. Pero las conje
tu ras de causalidad se sustraen (lo sabemos como muy tarde a partir de
Hume) � toda percepción. Son teoría. Han de ser afü1didas siempre en el Racionalidad científica y racionalidad socia l
pensamiento, han de ser supuestas como verd<1deras, hay que creérselas.
L_os riesgos son invisibles también en este sentido. La causal i dad supuesta Aqui radica una consecuencia i mpo_rtant� y esencial :_ en !_as de�n icio_ nes
s1empre queda más o menos insegura y provisional . En este sen t i do se tra del riesgo se rompe el monopo lw de racionalidad d� las czencws : Las pre t en
ta (tam bién en la concienda cotidiana del riesgo) de una conciencia. teórica siones, los intereses y los puntos de vista en conflicto de los ?,J versos acto
y por tanto cientifizada . res de la moderni zación y de los grupos de afectados son ob ugados en l_as
definiciones del rie go a ir juntos en tanto que causa y efecto, cu lpable y � 1c
Ética implícita
tima. Ciertam ente, muchos cien tíficos se ponen a traba3ar con to �lo _el_ un
petu y el pathos de su racional idad objetiva; su esfuerzo por 1 � ?bJet1V1d ad
crece proporcionalmente con el cont.eni? ? político de su� defi mc10ne s._ Pero
Tampoco basta con esta conexión causal de lo separado institucional en el núcleo de su trabaj o quedan re m 1 t1dos a expectat ivas y valorac1 0nes
mente. La vivencia de los riesgos presupone un horizonte normativo de se sociales y que por tanto les están dadas: ¿dónde y cómo hay_
que trn zar_ los
guridad perdida, de confianza rota. Incluso allí donde los riesgos se presen l ímites entre daños aún aceptab les y y a no aceptab l � s ? ¿A que comprormso �
tan revestidos con cifras y fórmulas (pero sin pal ¡i. bras), qu eda n vincu lados pueden llegar los patrones presupuesto� ahí? Por eJen:1plo , � hay ;ue asumn
al lugar, son condensaciones matemáticas de nociones heridas de la vida dio- e c onó
la posibilidad de una catástro fe e�ol óg¡ca para satis facer mter �ses _ _
na ?e ser vivida. A su vez, éstas ti enen que ser creídas, es decir, no son e;. micos? ¿Qué son necesid ades?, ¿qu é son presunt as necesid ades . , e que son
penmen table así. En es te sentido, los riesgos son negativos de u topías en necesidades a cambia r? . .
La pretens i ón de raciona lidad de las c! �ncias ?e �venguar ob¡ etivamen
.
que lo humano (o lo que queda de el lo) se consenra en el proceso de mo
dernización y vuelve a ser animado. Pese a la desfiguración, en última ins te el conteni do de riesgo del riesgo se debilita a s1 m1sma_ perman
enteme n
tancia este horizonte normativo en el q11e se hace visible lo arriesgado del te: por una parte, reposa en un castillo de naipes de suposzc i � nes especu !ativas
nesgo no puede ser suprimido mediante la matematización o la experimen exclusiv amente en el mar o de unas �fi:m�c wnes de p10bab1 -
y se mueve <:
tación. Tras todas las objetivaciones aparece más tarde o más te mprano la lidad cuyas prognos is de segurid ad stncto sensu rn s1qu 1cra
pueden ser re
cuestió � de la aceptación y por tanto una vieja cuestión nueva: ¿ cómo que fu ta das por accide ntés reales . Por otra parte, � ay que ha_ b er adopta do una
remos v1v1r? ¿ Qué es Jo humano en el ser hum ano y lo natural en la natura ica con sentido de }os nesgos . Las consta
posició n axiológ para poder habI m:
_
leza que hay que conservar? Hablar de «catástrofe • , como es cada vez más taciones del riesgo se basan en pos1b1l tdades matem aucas e mtere �es _soCJa
habitual, es en es te sentido la expresión exagerada, radicalizada, objetiviza men te all í donde se pr sen '. an con certeza tecrnca . Al
les incluso y precisa �
da, de que no se quiere este desarrollo. ocuparse de los riesgos civilizatorios, las c1enc1a _ s ya han ab � 1don_ a do s�
Estas yi ejas preguntas nuevas (¿qué es el ser humano?, ¿cómo hemos de ental y han contrai do u n matnm o ? JO poh
fundam ento en la lógica experim
tratar a _la naturaleza?_) pueden circular entre la vida cotidiana, la politica y aam o con Ja economia, la política y la ética, o más exactam
ente: viven con
la ciencia. En el estad10 más avanzado de] desarrollo civilizatorío vuelven a éstas sin h&ber formali zado el matrim onio. . .
. .,
estar en boca de todos, tam bién o precisamente all í donde aún llevan la ca Esta heterodeterminación ocul ta en la mvest1g a: 1on del nesgo se con
peruza de las fórmulas matemáticas y de las controversias metódicas. Las tando con
vierte en un problema allí donde los científicos se s1guen _presen
con_stata:i o nes del riesgo son la figura en que la ética (y por tan to también racion alidad. Los estud10 s _sobre la_ segu�
la pretensión de monop olio de la
la filosofía, la cultura, la politica) resucita en los cen tros de la moderniza- ridad de los reac tores nuclea res se limitan a valorar determ mados nesgos
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R E P A R T O DE L A R I Q E Z A Y R E P RTO D E L S R I · SG OS 7
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mos d i�positiv�s desul furnntes y desnitrificant es que se encuentren e n e l ú l Con otras palabras: a la división del trabajo muy diferenciada le corres
umo mveJ técrnco? ¿ O_ t odo esto no servirá de nada, y a q u e l os más ru versos ponde una complicidad general, y a ésta una irresponsabil idad general.
vie_ntos nos traen gratis a casa (o al bosque) desde los tubos de escape y las Cada cu al es causa y efecto y por tanto n o es causa. Las causas se diluyen en
ch imeneas de los países vecmos l as sustancias n ocivas que hacen morir eJ una mutabilidad general de actores y condiciones, reacciones y contrarreac
bosque? ci ones. Esto procura a la idea de sistema evidencia social y populandad.
. Allí donde cae la l uz que b usca causas estalla, por decirlo así, un incen E ·to deja claro de manera ej emplar dónd e reside _ el sig?ificado biográ
d io,_ Y l os « bomberos de la argumentación » (reunidos rápidamente y mal fico de la idea de sistema: se puede hacer algo y seguir haciéndolo s in tener
eqmpa�os) han de apagar y sal var con un poderoso chorro de contrai nter que responsabilizarse personalmente de ello. Se actúa, por decirlo así, :� l a
pret_a c1on 1 � que hay q u e apagar y salvar. Quien de repen te se ve pues to en ausencia d e uno mismo. Se actúa físicamente s i n actuar moral y pobtlca
la p1:� ta p_ubhca de la prod ucción de riesgos refuta, si le va bien, con una mente. El otro generalizado (el sistema) actúa en uno y a través de uno: ésta
« ant1c 1enc ia»_ que poco a poco va insti tucionaJizándose los argum entos qu e es la moral civilizato1ia de los esclavos, en la que social y personalmente se
lo atan a l a pi cota, y �one en juego otras causas y por tanto otros culpables . actúa como si uno se encontrara bajo un destino natural, baj o la «ley de
la imagen se multipl ica . Los accesos a ]os med i os se vuelven decis ivo s . La gravedad» del sistema. De este modo se busca un culpable a la vista del in
msegundad dentro de la indus tria se agudiza: nadie sabe quién será el si minente desastre ecológico.
gmente al que llegará el anatema de la moral ecológica. Los argumen tos
b_u enos o _ al menos presen tables públicamente se convierten en una conru
c1�n del ex.1to en los ne_gocios . Los relaciones pú blicas, los «carpinteros de El contenido de riesgo: el acontecimiento futuro que activa la actuación
a1 gumentac10nes » , obtienen su oportunidad en la empresa.
Sin embargo, los riesgos no se agotan en consecuencias y dafios que ya
ha n tenido lugar, sino que contienen esencialmente un componente futuro .
Cadena s causa les y ciclos de daPios. la idea de sistema Éste reposa tanto en la prolongación al futuro de ios ?�os ya visibles com?
en una pérdida general de confianza o en la supos1c16n d� un «fortaleci
Por decirlo expre amente una vez más: todos estos efectos se presen tan miento del riesgo» . Así pues, los riesgos tienen que ver esenctal mente con_ la
con 1 �_dependencia de cuán consistentes parezcan desde un punto de vista previsión , con destrucciones que aún no han tenido lugar, pero gue son m
c1en r_1 hco las interpretaciones causales aceptadas . Por lo general, dentro de minentes, y que precisamente en este significado ya son re �es �oy. Un
bs ciencias y de las disciplinas afectadas divergen mucho las opiniones al ejemplo tomado del informe sobre e1 medio ambíe�k : _ el ConseJo senala qu_e
respecto. Así �ues, el efecto social de las de(i.niciones del riesgo no depende de hasta ahora las altas concentraciones de nitrato debidas al abono con m
su co11s1stenc1a cien tífica . trógeno apenas afectan (o no afectan en absoluto) a las �guas subte�neas
, _Con todo, esta plural idad de i nterpre taciones tiene un fundamento en l a de las que tomamos el agua corriente. Esas concentracwn�s son d1suel�a
log1ca de los nesgos de l a modernización. Al fin y a l cabo, aquí s e intenta en el subsuelo. Sin embargo, no se sabe cómo sucede esto m durante cuan
poner a los efectos �oc_1vos en relación con fac tores inruvidu ales apenas ais to tiempo seguirá sucediendo. Buenas razones hablan en favor de no pro
l ables en el _ co�1p! eJo s 1sterna del modo indust1ial de producción. A ]a i nter longar al futuro el efecto de hltro de Ja capa de i::irotección._ « Hay que �emer
d�pend enc 1 a s1stem1ca de los especializadisi mos actores de la modemiza que en unos años o decenios las actuales er�s10nes de m_trato habran al
c i on en l� economía, la agricultura, el derecho y la política Je conesponde can..zado con un retraso coITespondiente al tiempo de flmdo las capas_ de
la ausen cia de cau�as y responsabilidades aislables: ¿contam ina la agricul agua más profu ndas� (pág. 29). Con otras palabras: �a bomba de rel0Je1ia
tura. _el suelo o son los agricul tores sólo el eslabón más débil en la cadena de ya está en m archa. En este sentido, los riesgos se refieren a un futuro que
!os_ cicl os ? el d �.ño? ¿Son tal vez sólo mercados de consumo subordinados a. hay que evitar. . .
J a 1� d u s t n a qmm i_ca � �] forr aje y del abono?, y ¿tendría que comenzar por En contraposición a la evidencia palpable de las nquezas, los n esgos
aq� 1 una desm tox1 �ac10n preventiva de ios suelos? Pero las au toridades po tienen algo de irreal. En un sentido central, son al mismo tiempo reales e
dr.ian hab �r proh1b1do ya hace ti empo ]a venta de_ los venenos o haberla li irreales. Por una parte, muchos peligros y destrucciones ya son reales: aguas
� 1 ta� o dras tica men:e- Pero no lo h acen . Al contrario: con el apoyo de la contaminadas y moribundas, la destmcción del bosque, nuevas enferrne? a
cie? c ia expiden contmuamente pennisos para la producción de venenos . « no des , etc. Por otra parte, la auténtica pujanza social del argumento del r:1es
peligrosos » que_ nbs afec_tan � todos nosotros. ¿ Tiene toda la culpa, pues, la go reside en la proyección de amenazas para el futuro. Son, en �ste sentido,
Jungla de au tondades, ciencia y política? Pero al fin y al cabo éstos no cul riesgos que all í donde hacen acto de aparición caus� �estrucc101:es de _una
tivan los campos. ¿Así que l os culpables serán los campesinos? Pero a éstos medida tal que actuar después de ellas se vuelve pr:actlcamente 1mpo: 1 ble,
los � an puesto en manos de la Com unidad Europea, tienen que superpro y que por tanto poseen y des pliegan una relevancia para 1� a �tuac1on y_a
duc1 r abonando en exceso para sobrevivir económicamente . . . como conj eturas, como amenazas p ara el futuro, como prognosis prevenh-
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40 SO B R E E L VOL CÁN C I V J LIZATOR J O
R E PA RTO DE LA R I Q U E Z A Y RE PARTO DE L O S R I E S G O S 41
vas. E l centro d e l a conciencia d e l riesgo n o reside e n e l presente, sino e n el
tra que éstos siguen, al igual que las ri quezas, el esquema d e clases, per? al
f�:u ro . En la sociedad del ri esgo, el pasado pierde la fuerza de determina
revés: las riqu ezas se acu mulan arriba, los riesgos abajo. Por t� nto, �o� ne�
cwn para. � ] presente. En su lugar aparece como «causa» de la vivencia y de
gos parecen fortalecer y no sup1imir la sociedad de clases. A la rnsufic1 �nci a
la act uacion vresentes el futuro, es decir, al go no existente, construido, fic
t1crn. Hoy nos �onemos en acción para evita1; m itigar, prever (o no) los pro de los sumi nistros se aiiade la falta de seguridad y una sobreabundancia de
riesgos que habría que evitar. Frente a ell_o , los ric�s (en ingresos, en po �e1;
blemas Y las cns1 de mañana y de pasado manana. La prognosis medi ante
cálculos de modelo de problemas en el mercado laboral tiene un efecto in en educación) pueden comprarse la egundad y la libertad respecto del nes
go. Es ta «ley" de un reparto de lo riesgos específic? de las clases y, por_ t anto,
mediato sobre la .actitud educativa; la anticipación del desempleo i nminen ,
te es una determ inante esencial de la situación vital y del estado de án imo de la agudización de Jo con trastes de clase medi ante la concentr�c10n de
los riesgos en los pobres y débiles estuvo en vigor durante m�cho tie n:po Y
del pres en '. e; la prognos ! s de l a des trucción del medio ambien te y la ame
_ sigue estándolo hoy para algunas dimensiones centrales �el nesgo: el nesgo
naza atom1ca mtranqu 1hzan a una sociedad y on capaces de sacar a la ca
lle a grandes partes de la generación joven. Así pues, el debate sobre el fu. de no conseguir u n empleo es hoy mucho mayor para quienes no han es_tu
tu.ro se_ basa en una «variable proyectada» , en una « causa proyectada» de ]a diado que para quienes están muy cualificados. Los riesgos de dañ_o, radia.c1ón
actuación presen te (¡�er onaJ y política) cuya relevancia y sign ificado cre e intoxicación que están vincu l ados aJ trabajo en l_ as empresas � dustnales
cen de .una manera d !J'ectamente proporcional a su incalculabilidad y a su correspondientes están repartidos de manera desigual en las diversas pro
contemdo de amen � za; una cau�a que proyectamos (que tenemos que pro fesiones . Son en especial la zonas resídenciales baratas para grupos de po
yectar) para detem1111ar y organi zar nuestra actuación presente. blación con ingresos baj os que se encuentran cerca de los centros de p_roduc
ción industrial las que están da ñadas permanentemente por las diversas
sustancias nocivas que hay en el aire, el agua y el suelo. Con la amenaza de
Legi tima ción : « efectos secu ndarios la pérdida de ingresos e puede obtener una tolera-?cia superio1: , .
lazen tes »
Pero este efecto social de filtro o de fortalec 1m1ento no es lo uruco que
Pe::o esto pre up�m � que J o riesgos han crenera consecuencias específicas de clase. También las posibilidades Y las
so _ soc1a] de �eco �ocm i ento . Sm � atravesado con éxito un proce �apacidades de enfrentarse a l as situaciones de riesgo, de evitarlas, de com
� em barg o, los riesgos on primero bien es
evita r _cuya znex1 sten cza se supo ne hasta a pen arlas, parecen estar repartidas de manera desigual para . capas de in
lema : 111 dubio pro prog ressu , lo cual quie nuevo aviso , de acue rdo con el gresos y de educación divers �s: quien di_s pone d�l almohad �n financiero �e
re deci r: in dubio, mirar hacia otro
lado . � e!J o va un ido al m ism o tiem po un cesario a largo plazo puede mten tar evitar los r: e�gos med1ant� la elección
modo de legit imac ión que se di
7nesgas pueden qu
f rencJ a c laram ente del repa rto desig ual
de las riquezas sociales . Pues lo
del lugar de residencia y la configuración de la v1v1 enda (o med1�nte un� se
gunda viv-ienda , las vacacion_es, etc.). Lo mi � o vale para 1� ahmentac1ón,
edar legit i m ado si no se ha
Así pues , en la civil izac ión cien t i fi zada las visto ni queri.do su prod ucci ón. la educación y el correspondiente comportam1ento en relación a la com1d�
situacion es de peligro tiene n que
rom per l a tend enci_ a a la tabu izac ión que y a la infonnación. Una bolsa de dinero s� ficientem ente llena pone en la si
las rode a y «nacer cien tífic ame n
te » . Esto sucede por lo general en el e tatus tuación de regalarse con huevos de « gallmas sanas » y ?º;1 hoias de . �lechu
de un «efecto secundario laten te»
que al mism o tiem p cons i nt y legi tima gas sanas » . La educación y u n comportamiento sens1b1e en �elac10n a I_a
? � � la realidad del peligro. Lo que no
se ve �a �poco podJ a ser ev1ta ao, fue coproduc información abren nuevas posibilidades de enfrentarse a los nesgas Y evi
un hiJo d1f1 cil y no deseado sobre cuya acep ido con la mejor inten ción, es tarlos . Se puede evitar detemünados productos (por ejempl o, hígados d� re
tació n hay que disc u tir adic io
nal men te. El esqu ema de pens amie nto
del «efecto secu ndar io laten te» re ses viejas con un alto contenido de plomo) y vanar de tal modo el menu se
prese nta, pues, una espe cie de salvocond ucto manal mediante técnicas de alimentación informadas que los metales pesados
que a_un tiempo confie a consec uenc ias , un destino natu ral civ:il izato rio presentes en el pescado del mar del Norte ean disueltos,_ com .1:Ie_tados, re
lativizados (¿o tal vez agudi zados?) mediante los contemdos toxicas ?e la
que habría que evitar, las repa rte
selectivamen te y las justifica .
carne de cerdo y del té. Coci nar y comer se co nvierten en una espec1e de
. .
química implícita de los alimentos, en una especie de coc1 � a de venen ? s � on
l . 3 . RIES GOS ESPECIFIC O$ DE CLASE pretensión de minimalizar; en relación a '.º cual se req1.11eren conoc1 '.111en
tos muy am plios para tomarle el pelo mediante ! ª «tecnologfa de la al :m7 n
_
. El t_iJ::o , el mod elo y los med ios de] reparto de los riesgos se diferenci an tación » a la superproducción de ustancias nocivas y tóxicas en la �u1m1ca
s1ste mat1ca
. men te de los ?el reparto de la riqu eza. Esto y en la agricultura. Sin embargo, es muy probable que como reaccion l�s .ª_
chos nesg os �stén repa rtido s de una man era específic no excl uye que mu noticias sobre intoxicaciones que aparecen en la prensa y en la telev1s10n
En este sent ido, hay amp lias zonas de a de las capas o clase s.
sola pam iento entre la soci edad de surjan hábi tos «antiquímicos» de alimentación y � e vj d� repartid?s de una
clase s Y la sociedad del riesg o. La histo manera específica en las diversa capas. Esta « antiq� 1m1ca» ,cot1d1ana �que
1ia del repa rto de los riesgos mues-
a menudo es puesta en circulación entre los consumidores en confonmdad
1 •
42 S O B R E E L V O L C Á N C l V J L I Z AT O R J O
R E P A RTO D E LA R I Q U E Z A Y R EPA RTO D E L O S R I E S GO S 43
con l as normas d e empaquetamiento c o m o segunda posibilid ad d e la in
dustria química) trastornará (ya lo ha hecho) en capas cultas, con ingresos no hay nada peligroso. Donde y a n o hay escapada, _ se acaba por n o pen �a�
elevados y preocupadas por la alimentación codos los ámbitos del abasteci más en ello . El fatalismo ecológico del final de los tiempos hace 9-ue e� pe n
miento (desde la comida ha sta la vivienda, desde la enfermedad hasta el dulo del estado de ánimo privado y político oscile en todas las direcci� n es .
tiempo libre) . Se podría derivar de ahí la tesis general de que preci samente Actuar es al fin y al cabo de ayer. ¿Se pod rá soportar con cava la omni pre -
esta manera reflexiva y económicamente poderosa de enfrentarse a los ries sencia de pesticidas?
gos afianza viejas desigualdades sociales en un nivel nuevo . Pero con ello no
se llega al núcleo de la lógica del reparto de los riesgos.
En paralelo a la agud.ización de las s ituaciones de riesgo, los caminos El efecto bumera ng
privados de huida y las posibilidades de compensación se angos tan y al mis
mo tiempo son propagados. La potenciación de los riesgos, la imposibi Contenido en la globalización y sin embargo claramei:ite difere �te de
lidad de evitarlos, la abstinencia política y la proclamación y la venta de po ella es un modelo de reparto de los riesgos en el que se encierra �� a uena
sibilidades privadas de evitación se condicionan . Esta fuga privada puede cantidad de dinamita política: los riesgos afectan más tarde o mas tempra
ser útil en relación a algunos alimentos; pero en el aprovisionam iento de no a quienes los producen o se benefician de ellos. los nesgas mueSlran en
agua todas las capas soci ales dependen de la misma conducción; y que las su difusión un efecto social de bumerang : tampoco los _ ricos Y los poderosos
barreras e pecíficas de clase caen ante el veneno que contiene el aire que to están seguros ante ellos. Los efectos secun_danos anteriormente latentes gol :
dos respiramos queda claro como muy tarde al contemplar los «bosques es pean tamb ién a los centros de su producción. Los propios actores de /ª m�
queletizados» en los « idilios rurales» alejados de la industri a . En estas cir demización caen de una manera enfática y muy con��eta en el re mo mo cee
cunstancias, lo único que nos protegería de una manera realmente efectiva ]os peligros qu e desentadenan y de los que se benefician . Esto p uede su
sería no comer, no beber, no respi rar. Y esto sólo nos serviría en parte . Pues der de fonnas muy diversas .
Volvamos a tomar el ejemplo de la agricultura . En la Repu� , . ¡-ica Feder;1
es bien sabido lo que les pasa a las piedras . . . y a los cadáveres en el suelo .
de Alemania, el consumo de abonos artificiales pasa entre 1 9 ::> } Y 1 9_8 3 e
1 43 a 378 kilogramos por hectárea, el consumo de produc{os 9-�.11rnico� pa�a
1 .4. LA GLOBALlZAClÓN llE LOS RIESGOS CM LTZATORIOS entre 1 975 y 1 983 de 25. 000 a 3 5 .000 toneladas . La � roduccrnn_ P01 • ect
rea también aumentó, pero en ningún caso con la misma velocidad q u e e 1
Dicho con una fónnula: la m iseria es jerárquica, el smog es democrático . consumo de abonos y pesticida . Se dupl icó en _el c�o de lo� cereales Y er�
Con la exteusión de los riesgos de la modern ización (con la puesta en peli un 20 % mayor en ]as patatas. A un increment_? z�fra proporc10nal de la P:�
gro de la, naturaleza, de la salud, de la ali mentación, etc.) se relativizan las ducción en relación al u o de abonos y de quunICa se le �on trap o� el u�
mento supra proporcional de los daños a la naturaleza v1s1bles _Y o o�osos
t�
diferencias y los limites sociales. De ahí se siguen extrayendo consecuencias
muy diversas. Sin embargo, objetivamente los riesgos despliegan dentro de para los propio campesinos: un rasgo sobresaliente de este peh�roso esa
su radio de acción y entre los afectados por ellos un efecto igualador. Ahí re rrollo es el fuerte descenso de numerosas especies veg etal es � �r al �:
1
viven en libertad. Las «listas rojas» que registran como «certifica os
"!tt
side precisamente su novedosa fuerza política. En este sentido, las socieda
función» oficiales esta amenaza existencial s�n -c ada vez más l�as . 1 s
des del riesgo no son sociedades de clases; sus situaciones de peligro no se ras oe pastos, 5 1 9 eS t an n P
pueden pensar como situaciones de da es, ni sus confli ctos como conflic 680 especies vegetales que hay en las tier � á. : • gr
tos de clases . De una manera drástica disminuye la población de las especre s e P � aro s
Esto queda más claro aún si tomamos en consideración el modelo espe vinculadas a las praderas, como la cigüeña blanca, el cho�bto O la pratu�co
cial de reparto de los riesgos de l a moden1ización: éstos poseen una tenden la; en Baviera, por ejemplo, se intenta sa lvar lo� últimos e1em pl_ar� media�
cia inmanente a la globalización . A Ia ·producción industrial le acompaña un te un "programa de incubación de la pradera . .. Entre los annn �', es\:
universalismo de los peligros, independientemente de los lugares de su pro �fectados tanto los eslabones supremos de las cadenas de a�mentacion (
ducción: las cadenas de alimentos conectan en la práctica a todos los habi Pá;aros
J
predadores,
· ,
los búhos, las libélulas) como los especiah �ados en una
· ¿ o, por eJ·emplo los grandes insectos o e1
1
¡ I alimentac1on que va d esaparec1en
tantes de la Tiena. Atraviesan las fronteras. El contenido en ácidos del aire ,,
tiempo de ve cion m
el � d("
néctar de las flores disponible durante todo _ et �
no ataca sólo a las esculturas y a los tesoros artísticos, sino que ha disuel to �
ya desde hace tiempo las barreras aduaneras modernas. También en Cana forme, pág. 20). Así pues, los antiguos «efectos secundanos t � a vert; ��,
dá los lagos tienen mucho ácido, también en las cumbres de Escandinavia Se Convierten en efectos principales visi bles que ponen en_ peligro su P
• - d e nesgos d
'
se mueren los bosques . pios centros causales de producción . La prod uccwn . . ed1 a mo . .
Esta tendencia a la globalización tiene consecuencias que en su genera demización sigue el giro del bumerang. La agricul tura intensiva m �stnª1
lidad son a su vez inespecíficas . Donde todo se transforma en peligros, ya subvencionada con mill ardos hace crecer dram áticamente _ el contef�º de
plomo en la leche materna y en los niños no sólo en las cJUdades e1anas.
GOS 45
Y R E PA RT O DE L O S R I E S
R E P A R T O DE L A R I Q U E Z A
44 S O B R E EL V O L C Á N C I V l L I Z AT O R I O
'1
11
�e una manera retroactiva directa; también implica a todos globalizando e
igualando: la muen� de los bosq ues no sólo hace desaparecer especies de
pa_ Jaros completas, S I D O que también reduce el valor económko de la pose
lo sere s humanos que lo com en, sino de smog, a la larga muere la tierra;
nas que vive
Reg ione s
n
indu
de él
stria
. En
les
el
ente
caso
ras
de
se
alarm
tran
a _
sforman en c1Ud adr.s fant asm ales . fa
11
se paran las máq uinas de las ind �1s
efecto bum eran g lo quiere así: tam bién p n n
sión del bosque Y de la tierra. Donde se construye o se planea una central smog no tom a en consideración el
trias causadoras. Pero no sólo ellas . El
nuclear o tén:11ca ca�n los pr_ecios del suelo. Las zonas urbru1as e industria aliza ndo e igualando , afec ta a todos , con inde
cipio de la ca usació n . Glob
les, las au topi: tas Y 1�s artenas principales del tráfico dañan a la tierra en ucci ón <l.e smog. Sin dud a, el smog
s_u entorno mas próximo. facluso annque todavía se discute si por este mo pen dencia de la participación en la prod balneari os. La obli gación legal de
los
tivo ya ahora o er:i un fu t� ro cercano el 7 % del territorio de la República Fe no es un med io propagand ístic o para inación del aire (igu al que .las te�
dar a conocer pública men te la con tam
deral de � emama estara � � añado por sustancias nocivas que ya no se hacer muy rápi damente a los adm i
-
podra_ � ultivar n ada. El pnncip10 es el mismo: la poses ión se desvalori za, es peraturas del aire y del agua) debería stria de las vacacio nes (que hasta el
indu
_ nistradores de ]os baln earios y a la ni
expropiada ecologzcamente de manera furtiva.
mom ento siITT.t en sien do part idar ios de una polí tica que combata la defi
Este efecto se puede generalizar. Las destmcciones y las amenazas que pol ítica que com bata efica zme nte 1as
s� f:en la natural eza Y el rnedio ambiente, las noticias sobre los elementos ción ) part id�os decididos de una
_ _
toxico� q �e conL1�nen los alimentos y los objetos de consumo: los acciden sustancia s nocivas.
t� s 9-� 1m1co_s, tóx1co o nucleares operan como desvalorización y expro
�
�1 ac 1 ? n fu_rt1va o galopant� de lo derechos de propiedad. Mediante la pro- nes de clase
_
ucc10n s1 � freno de los nesgos de la modernización se ejecuta en pasos y Las situ acion es de riesgo no son situ acio
sal:05 contmuados, a �eces �n agudizaciones catastróficas, una política de n de los riesgo s de la moderniza
De esta man era, con la generaliz ació al que ya no se p�1ede com pren
' 1
la Tierr� qu.e se va volviendo manimable. Lo que se com bate como « pel igro a soci
ción se pone en marcha una dinámic
iedad imp lica no propiedad y, po
r
comurusta» se consuma de otra forma en la suma de las acciones propias gorí as de clas e. La prop
der con las cate
1 dando el rodeo por la naturaleza contaminada. Más allá de las guerras ideo�
1 • 1
1 11 11 IL ■
'11
T O D E L A R I Q U E Z A Y R E P A R T O DE L O S R I E S G O S 47
A R
P
R E
4 6 S OB R E E L V OL CÁ N C I V I LI ZA T O R IO
as que tragamos y re piramos con
ta nt o, u na rela ción social de te nsió n y d e c o nf licto al c o n u m i o r u n a de . Las us ta n ci
d cisión
en la que s e pue den for a jan con el
e zon » del co nsu mo no r mal. V i
¡ ,
l a ir e s o
¡ m a r y afia n zar du r ade ram ente id en tidad es so ciales r e c íprocas ( «l o s d e arri l a c o mi da y co n
«p
n oli es
, situa vi en t o y c o n e g n
p a l v i d a (el aire, la a l
) ime ntación , la rop a, los muebles
u
i
,
ciones de pe ligr o. Q uien e st á af e c tado por pel i gr o lo pasa mal, p e r o no le lo m ás n e ce sa r o r a
aa s
I'1 quit a n ada al otr o , a q ui n no e st á a fectado. E tar af e c ad o y no e tar af e c
t et c.) t o d a s a s z o
l a t
l
n
e st i t am nte Al revés
p
r ot e idas de la modern idad, que pa ra lo de má están
g
ue las riquezas, que so n a t r activas,
t ado n o p o lar izan c omo po se e r y no po ee r. E xpre a d o e n la
a n al og ía : a la c onc r o ad r c . q
s ie mpre es pos ible y ne
e
re n e a las cuale
t
an
y f
· 1 «cl ase» de los af e c ta d os no se l e contrapo ne la «d a e» p e r o ta m b i n pu e de n r epe e
é l r
de los no af e ct a d o . los daños se cue la n i mp l íc i ta me n te y s i n e
l
En tod o cas o, a Ja «cl ase• de l o s afe ct ados se le c ont r a pone l a « c l ces ar i a l a e e c c ió n , l o s r ie sgos y
l
l c é l de u n
í
o
movi mie nt o h abla n u n l en gua je muy c laro . Es decir: l a li ber tad re spec o de do s e s ta m o s c o n f r on tad
n
1 1 o
1 t l e
e l c i i li z a c ión d e s a rr ol lad a (qu e habí a ap a re cido p a r a des
rie go e co nvi er t e de repente en un dañ o irr e ve r i b l e. L os conf lic t os qu As í p u s , n
a o s po sibilidade s d
e si c i on e s , pa r a ab ri r a lo se re s hum an
\'
u rge n e n t orn o a l o s rie sgos de la modern ización es tal lan p o r ca usa s s iste mo n tar l as a e
gn a
l s d e la s imp o si ci on e s d e l a n at u ral e z a ) su r g e un a nov
e
r
má ti ca s que c o in ci de n co n el m otor d el p rogre o y de l a ga n a nc i a . S e r efie d eci sió n v lib er a
undi a l d e peli g r o s fre nt e a l a cua J l a s po sib ili d a
o
a l
re n a la m e did a y a la extens ión de los p eli gros y d e a ci n gl o b ym
do s a a sign
ó
la prete nsion e de re e d ci s i ó n a e na s exi t e n , pue s la s sustancia s nociva s Y
p ar ación y/o camb io de curs o q u e brotan de ahí. E n es d e p
l
e s o s c o nflictos e t r at a d es in di vidu a
a pe cto s ele me ntale
de la c uestió n d e s pod em o s segu i r expoli ando a la na turalez a (incl uida a
a
tóxi c s e s
tá
e n tr el a za. da c o n l a bas e n at ura l , co n lo s
i n
o i n d us t ria l. L a v iv enci a d e esta r afectad o p o r u n rie -
p r pi a) y, p or tant o , de si aún so n corr e c tos nuestro c onceptos « p rog re o»J
l
d e l a vida e n m u n d
? , ce rad o a la e d c i i ó n h a c e c o m rensibl e bue n a p art e de l shoc k d e l a f u
e s p ,
«bi ene star » , « cr ecim ient o e c o nó mico », «racio na li d ad cie n tí fica». En e t go r
e t e d l e n t i mie nt o d e « ausenc i a d e fut ur o » co n qu e m ucho
sen t id o, l os co n fli cto s que e st allan aquí ad o p tan el car á c te
r de l u ch a s ci v il ri a impot e n y e s
sament e us u
., 1 za toria s de fe en tor no al cam in o c o rrec t o de la mo derni d ad. Es tas l u chas s
i
a d e u na m a n
er a
dis
on
ant e y e n un a c r í tic a forzo
r eacc i o n n éx it e l a c iv i liz aci ó n téc nic a : ¿s e ,pued e con egu r y co
1 e
i
d
n
parece n en algun o s aspe ct os má a la s lucha s religio as de fe
d e la Eda fruct u a ri a a l o o s í
d di t n c r tic a f r e nt e a aqu ell o d e l o qu e n o s e p ued e sca par
ed ia que a l os confü ctos de cl as e de l i gl o XI X y de comie nzo d e l s a c a ?
i
M i glo xx . s e rv ar u na
n c ia r a l a d istanc i a crític a sól o porq� e n o s e pu�d e esc�
Lo ne sgo s y l a d est ru cc iones in du tr iales a m p oco r s pe tan la f ron
¿ Es co r r e c t o r e n u _ _
t fu i r s e e n l o in ev itabl e co n s arca sm o o cm 1 mo , md1fer en cia
e
te ras de los Estados . Liga n la v ida de
u n a mata de h_i e rba d e l b o s q ue d par a eU o y r e g
a
e o j úbil
Ba viera a a cuerdo e fic aces s o b re la luc h a i nte rn aci o ?
on a l c o ntra l a s s us tan
c ia no c iva s . La s up ra na ci onal i da d del t ráf ico de ust an
ci as noc iv as impi d e
qu e u na naci ón actúe por sí sola. A pa rtir de a hora , l os países indu t.riali za
N v
do ti ene n q u e di fe re nciar se también de a cuerdo con su balanc es naciona u e sa d es ig u alda d es in t ernac i onales
es
de e mi s ión o n m isión. C on o tra s pal abra : surge n d es igu a lda de s i n tema l
i ci
o ai u di al de las si tua c i on de p eli gr n o pued eng
g ua a c ó m a
es
l
l i n o e
na le s e ntre l os diversos Es ad o indus tri alizados c on b al ance « acti vos Pe ro
t »
as desigu a ldad es acial es dent ro de la socieda d d el 1iesg o .
n
l n u v
« e q uili bra dos» y «pas ivos» de la s sustancia s noc iv as , o dich o m á cla ra m e ñ a r o br e a s
e
e rm o
an » .
s o 1 ru on publi c a mundia
h la c i a d h i dú de Bh op al , ha hecho q u e la p l
co en u n
de e ll . L as ind u stri as con ries go se ha n trasladado a l o s
o
i
to m e c on cie c n a de atr a
na «fuer za
no es ca u ali da d. H ay u c
pa í se s de u e ld os b aj o s. Es
to
r e
La s ilu a c ió n d e p e l ig o c o mo d e s t i n o d p e l i g ro e t e la o bre za e xtr em a y l o s 1 i e g os ex t r em o • E n la e
ción » si s te m á ti c a n p s
te apreci
r
d e r p o d e l o s riesg os s on e s p ec i alm en a
A la i n man ej abilidad su p ranac io nal de los ties go s tación de m a n
i ob l e ar t
de l a m ode ml zaci n r a
ó d l a n p rovinci a s s u bdesarrollad as » Y ser í a u n nec i o in g e nu
. o
s p a r a
d as
s u s d e a a s e «
c o rr e s p o n d e e l m o d o d e s ió n . u n s i
l e d ifu S i v i i b il d a da p e n a ej a a b i rt
1 11 1 11 11 11
50 S O B R E E L V O L C Á N CJ VILIZ AT O R JO
RE PART O DE LA R I Q U EZA Y R E PA RT O DE LOS RIESG O S 51
n e s para la produ cción d e ri esgos. Aquí hay que distinguir exactamente en
tre la a tención cu l tural y política y la difusi ón real de los ri esgos .
Las sociedades de clases son sociedades en las q ue, más allá de l as dife
rencias de clases, se trata de la satisfacc i ó n visible de necesidades mate
riales. Aquí se contraponen el ham bre y la sobreabundancia, el poder y la
impotencia. La miseria no tiene necesidad alguna de cerciorarse de sí mis
Bhopal ma. Existe. A su ü1mediatez y eviden c i a le corresponde la evidencia mate"
rial de la 1iqueza y del poder. En este sentido, las certezas de las sociedades
e Bú falos , ' eas Y penos cayenm muertos en de clases son las ce11ezas de la c ul tura de la visibilidad: el hambre contras
las c";¡t�! ��:;�: �::;�� 1i����� t 't
por doqu ier perso nas a h �gad as·. acu� �:J: 1oras en el calor de Asia cent ral. y ta con la saciedad , los palacios con las barracas, la pom p a con los harapos.
: _con¡ esdpum Estas evidenci as de lo palpable ya no valen en las sociedades del riesgo.
contraídas
• y arafiando la lierra·' eran 3 O OO La f'rna es e l a e n la boca, las manos
t1nua men te se añad en nuev as vfcti mas •, las au a sema na d a, y con- Lo visible queda a la som bra de las amenazas invisibles . Lo que se sustrae a
_ las. _Probable m ente , 20.000 pers onas qued torid ades va han de•f:��l o la perceptibilidad ya no coinci de con lo irreal, incluso puede poseer Lm grado
d as . en l a c 1 u d ad de Bho pal se des le arán ciega s. Unas 200. •too es�á� �tar en-- superior de realidad amenazante . La necesidad inmectiata compite con el
óe 1
apocalipsis industrial sin precedent�s :n 1thi: ��: ��::nc�or��?º al l � n�s u n contenido de riesgo conocido . El mundo de la carencia o de la sobreabun
h
qu
" eno_ • Hub 0 que a bnr • . ción (y que de hecho la tiene, como en el Tercer Mundo) en la supresión de
· v1 eps tumb as. se violaron man dato s sagr
Y ados del Isl la miseria palpable, es el terreno cul hffal y político en el que florecen, crecen
en�::1�:;st::cb:�áse l amenta uno de l os e n te1Tadores, "poner a dos mue: �¡ y prosperan los riesgos y las amenazas. De acuerdo con las relaciones de po
• nos lo perdone: ponemos tres, cuatro y hast t
págs. J 08- 1 09) . a más "• (ibld ., der y los patrones de relevancia vigentes, en el solapamiento y en la compe
tencia entre, por una part e , las si tuaciones problem¡_\ticas de la sociedad de
clases, industrial y de mercado y, por otra parte, las de la sociedad del Iies
go vence la lógica de la producción de riqueza, y precisamente por ello al fi
nal la sociedad del riesgo. La evidencia de la miseria impide la percepción de
los riesgos; pero sólo su percepción, no su realidad ni su efec to: los riesgos
negados crecen especial mente bien y rápido. En un nivel determinado de la
producción social que se caracteriza por el des arrollo de la industria quí
mica (pero también por la tecnología nuclear, la microelectrónica y la tec
nología genética), el predominio de la lógica , los conflictos de la produc
ción de riqueza y, por tanto, la invisibilidad social de la sociedad del riesgo
no son una prueba de la irrealidad de ésta, sino al contrario: son un motor
de su surgimiento y por tanto una prueba de su realidad.
Esto Jo enseña el solapamiento de situaciones de clases y de riesgo en el
Tercer Mundo; pero no menos e1 pensamiento y la actuación en los países
industiializados ricos: el afianzamiento del crecimiento económico tiene la
prioridad absoluta. La amenaza de la pérdida de puestos de trabaj o sinre de
1 . 5. Dos fPOCAS, DOS CUCT URAS: LA RELA pretexto para ampliar los niveles permi tidos en la emisión de toxinas, rela
CIÓN ENTRE PERC EPCI ÓN
Y PROD UCCf ó DE RIES GOS jar su control y evitar qu e se investigue la presencia de elementos nocivos
52 SOB RE E L VOLCÁ C I V I L I Z AT O R I O R E PA RT O D E L A R I Q U E Z A Y R E PA RT O D E L O S R J E S G O S 53
reciente que garantiza a muchos millones de per onas en Ja República Fe funden (los medios de comunicación de masas). En este sentido, la socie
deral de .Alemania puestos de trabajo seguros {dem as iado seguros). dad del riesgo también es la sociedad de la ciencia, de los medios y de la in
Al mism ? tiempo, se agudizan los instrumentos de la « dominación » defz fonnación . En ella se abren así nuevos contrastes entre quienes producen
. las defin iciones del riesgo y quienes las consumen .
nuona � el nesgo y �e esgrimen las hachas correspondientes: quienes ponen
_ Esta tensi ones entre la supresión del riesgo y el negocio, la producción
de mamfiesto los riesgos son difamados en tanto que alarm istas y produc
tores de nesgas. Su exposición de los riesgos es cons iderada «no demostra y el consumo de las definiciones del riesgo, atraviesan todos los ámbitos de
da» ; los efectos que ellos revelan para los sere hu manos y para el medio actuación social . Aquí se encuentran fuentes esenciales para las « lu chas
_ de defi.nición » por la medida, el grado y la urgencia de los riesgos .
ambiente, « muy exagerados». Haría falta más inve tigación -se dice- an
tes de sab �r qué s �c�de y de p�der tomar las medidas correspondientes . El aprovecham iento de los riesgo al expandersc el mercado favorece
_
, solo un raptdo crec1m1ento una oscilación general entre ocultar y desvelar los riesgos, con la consecuen
Ademas, del producto ocia] podría crear los
presupuestos para una mejor protecci ón del medio ambiente. Se evoca la cia de que al final ya nadie sabe si el «probl ema» no sera la « solución» o al
c� nfianza en la ciencia y en la inve tigación . Simplemente, su racionalidad revés, quién se beneficia de qué, dónde se descubren u ocultan autorías me
aun no habría encontrado las ol uciones para todos los problemas . Frente diante conjeturas causales y si lo que se dice de los riesgos no será expre
a ello, la crítica de la ciencia y los miedos al futuro son estí o-matizados sión de una dramaturgia política que en realidad pretende algo completa
como «irracionalismo » . Ellos serían -se dice- las auténticas c:usas de to men te distinto .
dos los males . Pues el riesgo formarla parte del progreso, igual que la ola de Si n embargo, al contrario que las riquezas los riesgos siempre polarizan
proa del ?arco en alta mar. El riesgo no sería una invención de la Edad Mo de una manera sólo parcial, desde el lado de las ventajas que procuran, y en
derna, e mcluso ería aceptado en muchos ámbitos de la vida social. Los ac un nivel inferior de su despliegue. Tan pronto como el contenido de la ame
cíd � n tes de nttfico, por ejemplo. Cada año desaparece una ciudad alemana naza se hace visible y crece, se derriten las ventajas y las diferencias. Los
de tipo medio sin dejar huellas. Incluso a eso nos hemos acostumbrado. Así riesgos crean más tarde o más temprano amenaz.as que a su vez relativizan
p � es, se concluye, aún queda mucho espacio y aire para los accidentes tó la. ventajas vinc_uladas a ellos, y precisamente el crecimie n to de los pel igros
a través de toda la pluralidad de intereses hace que sea real Ja comun idad
� cos y para cat� strofes menore (que además son muy poco probables a la dd riesgo. Así pues, bajo el «techo» de los riesgos surgen comunidades a pe
vista de la tecnología alemana de seguridad) con materias radiactivas resi-
duos, etc. sar de los contrastes: para evitar las amenazas que proceden de la energía
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nuclear de la basura tóxica o de la destrucción de la naturaleza , los miem
. T�mpoco el predominio de esta interpretación puede enoañar sobre su bros de l as diversas clases, partidos, gmpos profesi9nales y grupos de edad
1rre � 1dad . Su victoria es pírrica. Donde vence, produce lo q;e niega: l as si
tuac10nes amenazantes de la sociedad del riesgo. Pero esto no es un con se organizan en iniciativas ciudadanas.
suelo, sino más bien un crecimiento del peligro. En este sentido, la sociedad del ríe go produce nuevos contrastes de in
tereses y- una novedosa comunidad de amenaza, cuya solidez política aún
está por-ve1� En la medida en que se agudizan las amenazas de la moderni
l 'r 1 . 6, LA UTOPÍA DE LA SOCIEDAD M UNDIAL z.ación, y se generalizan y suprimen las zonas no afectadas que aún puedan
quedar, la sociedad del riesgo despliega {a diferencia de la sociedad de cla
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D : este modo, tamb (én y p�edsamente en la negación y en la no per ses) una tendencia a la unificación objetiva de los daños en las situaciones
cepc1on surge la comunidad ob¡etiva de una ituación de amenaza 0o-loba!. de amenaza global. En el caso límite, amigos y enenúgos, el este y el oeste,
Tras la pluralidad �e inte�eses amenaza y crece la reali dad del riesgo, que aniba y abajo, la ciudad y el campo, negro y blanco, sur y norte están ex
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ya no respet � la.s d1ferenc1as _Y las fronteras sociales y nacionales. Tras los puestos a la presión igualatoria de los riesgos civilizatorios que se poten
muros de la md1fercnc1a pro� fera el_ peligro. Naturalmente, esto no signifi cian. Las sociedades del riesgo no son sociedades de cl ases, eso a ú n es de
ca qi._1e a la :11sta de los crecientes nesgos civiJizatorios emerja la gran ar masiado poco. Contienen en sí una dinámica de desarrollo que hace saltar
las fron teras y es democrática de base, y que además obl iga a la humanidad
°: º � ia. Precisam.ente en �1 trato con lo_s riesgos resultan muchas diferen a unir e en la situación de las autoamenazas civilizatorias.
c1ac10nes y conflictos sociales nuevos. Estos ya no siguen el esquema de la
s ?c1edad de clases. ·Surgen sobre todo de la doble faz de los riesgos en la so En consecuencia, la sociedad del riesgo dispone de nuevas fuentes del .
c1eda ? de merca�o desarrollada: los riesgos son aquí no sólo riesgos, sino conflicto y del consenso. En lugar de la supresión de la carencia aparece la
tamb1en , opoi:umdades �e mercado . De ahí que precisamente con el des plie supresión del riesgo . Aunque falten (todavía) Ja conciencia y las formas po
g� e de la sociedad del �1.esgo se d 7splieguen los contrastes entre quienes es líticas de organización para ello , se puede decir que la sociedad del 1iesgo
tan �fe_ctados por los n esgas y qwenes se benefician de ellos. De una mane supera en la dinámica de la amenaza que pone en marcha las fronteras de
ra s1m1Jar cree � el significado �ocia! y poütico del saber, y por tanto el poder los Estados nacionales y las de los sistemas de alianzas y de los, bloques eco
sobre los medios que lo configuran (la ciencia y la investigación) y lo di- nómicos. Mientras que las sociedades de clases son organiza bles en form a
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