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Saludo
Dios les bendiga hermanos, que bendición poder hoy estar con
ustedes, poder conocerles y saludarles. Mi nombre es Gladys
Michel, soy de Matehuala y he tenido la bendición de asistir a este
campamento donde sin duda Dios ha tratado con mi vida, he tenido
la bendición de conocer a estos amigos, que son jóvenes
apasionados por Dios y su obra. Y bueno, el día de hoy estaré
compartiendo la Palabra con usted, y siempre que tengo la
oportunidad de hacerlo, solo puedo reconocer la gracia y
misericordia de Dios que me tiene aquí. Igualmente damos gracias
a los pastores por recibirnos con ese corazón tan noble y generoso.
Y sin más que decir, le invito a que me acompañe, antes de tomar
su lugar, en sus Escrituras en la Epístola a los Colosenses,
capitulo 4, versículos 3 -4. Damos lectura
Oración
Glorioso Señor, cada día somos testigos de tu gracia y amor. Tu misericordia
ha sido derramada sobre cada persona en este lugar, nos has salvado y nos
has dado la oportunidad de acercarnos a ti. El día de hoy Señor pedimos, en el
nombre de Cristo, que tu palabra guie nuestro corazón a tus propósitos y haya
en nosotros un clamor ferviente por la predicación de tu palabra a aquellos que
viven lejos de ti. Amen
Puede tomar su lugar hermano gracias.
EL CLAMOR DE LOS SANTOS es como he titulado este
mensaje.
Introducción:
Colosenses forma parte del grupo de las epístolas de la cautividad.
Es decir, Pablo, la escribo mientras se encontraba encarcelado a
causa de la predicación del evangelio.
Esta carta fue escrita para combatir a los falsos maestros, aquellos
que introducían falsas enseñanzas acerca de la salvación. Así que
Pablo se ocupa de presentar su argumento y defensa de la verdad
acerca la deidad de Cristo, de cómo en Él podemos conocer al Dios
invisible, de cómo nos ha reconciliado con el Padre.
La persona y obra de Cristo, el Dios encarnado, es el tema que
fluye a través de este escrito. Hay también, consideraciones
prácticas de lo que esto significa para todos los creyentes.
Y como es común en sus cartas, el Apóstol, mostrando ese sentido
Pastoral, al final, comienza a dar instrucciones o exhortaciones a la
iglesia en temas que debían ser considerados apremiantemente.
Uno de esos temas es la oración.
Podemos notar como Pablo insta a la diligencia y agradecimiento
en la oración en el v2 de este capítulo 4 que leímos, pero después,
con el mismo fervor que había en su corazón al hablarles a ellos de
las glorias de Cristo, pide a los creyentes que oren. Que clamen a
fin de esta la Palabra, este mensaje sea anunciado a los que no
conocen.
Oren también por mí escribe Pablo en Efesios, y pídanle a Dios
que me dé el valor de anunciar el plan que él había mantenido en
secreto. El Señor me envió a anunciar ese plan, y por eso estoy
preso. Pídanle a Dios que me dé el valor de anunciar sin ningún
temor la buena noticia.
Es muy interesante ver como Pablo en más de uno
de sus escritos exhorta a los creyentes a orar por
este propósito tan esencial.
Esto quiere decir, que dentro del corazón de todo creyente debe
arder intensamente un clamor, un clamor que venga desde lo más
profundo de su ser para que la Palabra sea predicada.
Peropareciera en que nuestros días, ya no existe tal
clamor, nuestras oraciones pueden estar llenas de
todo, menos de clamor, de pasión y fervor por que la
Palabra sea predicada.
En Hechos, vemos una Iglesia dinámica, ferviente, evangelizadora
que cumplía con la gran comisión. Con la labor encomendada: de
ser testigos de la obra más gloriosa, que es Cristo dando su vida
por amor al pecador.
La Iglesia primitiva conocía la gloria del mensaje que anunciaba,
conocía cuál era su labor, pero también, abrazaba un principio de
vida poderoso. La oración. Oraban con fe y constante y
fervientemente clamaba para que el mensaje del evangelio fuera
predicado en todo lugar.
Cada uno de nosotros fuimos llamados a proclamar la verdad.
Cristo ha dado su vida para salvar al pecador.
Pero no solo somos llamados a proclamar, también, somos
llamados a interceder y a clamar fervientemente por que la Palabra
sea anunciada.
PROPOSICIÓN:
En el corazón de todo creyente, de todo discípulo de Cristo, debe
existir un clamor, una necesidad apremiante por orar constante y
fervientemente por la llegada del evangelio a todo lugar. EL
CLAMOR DE LOS SANTOS ha subido a presencia de Dios desde
los tiempos primitivos de la Iglesia.
Y en Colosenses, encontramos motivos específicos que nos guían
hoy a clamar a Dios en oración, así como lo han hecho nuestros
hermanos a través de la historia.
O.T. El día de hoy compartiré con ustedes los MOTIVOS POR
LOS QUE LOS SANTOS CLAMAN
I. El primer motivo por el que los santos claman es por
OBREROS:
Alguien que tiene verdadero amor ferviente por los perdidos, clama
fervientemente por obreros.
Clama por obreros
1. Porque la necesidad es mucha.
Jesús dijo a sus discípulos que rogaran al Señor por obreros. Mateo
9:37-38 dice:
Y al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas; porque estaban
desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen
pastor. 37 Entonces dijo a sus discípulos: A la verdad la mies es
mucha, más los obreros pocos. 38 Rogad, pues, al Señor de la mies,
que envíe obreros a su mies.
Que nuestro clamor sea para que la Palabra que prediquemos sea
con demostración del Espíritu y poder y digamos:
Estas cosas son hechas para que crean que Jesús es el Cristo, el
Hijo de Dios, y para que creyendo, tengan vida en su nombre.
Aplicación:
¿Alguna vez ha reflexionado en que cada vez es más difícil que una
persona acepte el evangelio en nuestras ciudades o estados? ¿O
más triste aun, cada vez es más difícil que los creyentes compartan
su fe? esto pasa en nuestro país, donde ser cristiano en la mayoría
de los lugares no está penado.
Y si esto pasa en nuestros alrededores, ¿Qué pasa en los países
donde ser cristiano es ilegal? Donde tener una biblia te lleva a la
muerte?
¿Puede el evangelio sobrevivir en los lugares de persecución,
puede el evangelio florecer en la incredulidad y estetismo?
La respuesta es sí ¡por que donde hay santos clamando por
valentía para predicar, donde hay santos clamando por que esa
Palabra sea acompañada del espíritu y poder el evangelio sigue
avanzando.
III. Por último, el tercer motivo por el que los santos claman
es por LA ACEPTACIÓN DE LA PALABRA
Necesitamos clamar para que la Palabra sea aceptada porque
Al salir a sembrar la semilla del evangelio
1. Encontraremos al oyente indiferente
Aquel que ha cerrado su mente a recibir la verdad. Donde el
corazón se ha endurecido tanto por el transito constate de la
mentira, del falso evangelio y las doctrinas erróneas.
Donde los prejuicios, el temor y el orgullo son un estorbo para que
la Palabra llegue a lo más profundo de su ser y haga cambios.
Donde el amor al pecado y una vida desordenada no permiten
entender la verdad.
Nos encontraremos con mentes tan ocupadas en todos los asuntos
de la vida terrenal y pasajera que aun si escuchan la Palabra
llegara el enemigo y arrebatara lo que no pudo llegar al corazón
por la indiferencia.
Satanás no es ese dibujo animado que anda por ahí haciendo
travesuras. Satanás es el enemigo personal de cada hombre y hará
todo para alejarlo de la reconciliación y comunión con Dios.
2. Encontraremos al oyente superficial.
Aquellos que escuchan, se emocionan, pero no cambian. La verdad
no se adueña nunca de su corazón. Pueden estar contentos y
cómodos cuando todo marcha bien pero cuando la fe es puesta a
prueba, cuando la aflicción llega, tropiezan y regresan fácilmente al
mundo.
3. Encontraremos a los oyentes que huyen del compromiso
Porque están preocupados por cosas terrenales y no tienen tiempo
para las cosas de Dios. Están ocupados en lo material y el mudo y
los afanes terminan por ahogar lo que en algún momento
recibieron.
Pero nosotros clamamos, para que los corazones sean tierra fértil,
donde pueda crecer la semilla del evangelio.
Clamamos para que el oyente abra el corazón y la mente para
recibir el evangelio, para que comprenda el significado del mensaje,
lo experimente y aplique en su vida.