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Floculación y precipitación biológicas

Es un método que afecta al tratamiento fisicoquímico de las aguas residuales, para la purificación de las
mismas.

Las partículas disueltas y suspendidas están presentes en la mayoría de las aguas naturales. Estos surgen
principalmente de la erosión de la tierra, la disolución de minerales y la descomposición de la
vegetación, así como de algunos vertidos de desechos domésticos e industriales. Tal material puede
incluir materia orgánica y/o inorgánica suspendida, disuelta, así como varios organismos biológicos,
tales como bacterias, algas o virus. Este material debe eliminarse, ya que causa un deterioro de la
calidad del agua al reducir la claridad (por ejemplo, causar turbidez o color) y, eventualmente,
transportar organismos patógenos o compuestos tóxicos, adsorbidos en su superficie.

Precipitación: Una forma habitualmente utilizada de la precipitación es la precipitación de hidróxido. De


este modo, se aprovecha el hecho de que la solubilidad de muchos metales con un pH creciente
disminuye. Un precipitante de uso habitual en la precipitación de hidróxido es la sosa cáustica (NaOH).
La precipitación de hidróxido puede presentarse simplificada en el siguiente ejemplo: Un agua residual
que va a ser tratada contiene hierro trivalente disuelto (Fe3+) y tiene un pH de aprox. 2 a 3. Los iones de
hierro trivalente solo se pueden disolver con pH muy bajos. Mediante la adición de sosa cáustica (en el
precipitante) se aumenta el pH de aprox. 8 a 9. Los iones de OH (iones de hidróxido) de la sosa cáustica
reaccionan con los iones de hierro trivalente y producen hidróxido de hierro insoluble: Fe(OH)3.
los procesos de coagulación y floculación convierten el agua turbia en agua clara al acelerar el tiempo
que tardan las partículas en asentarse. Una vez que estas partículas se han asentado, se pueden filtrar.
Mientras que la coagulación es principalmente un proceso químico; la floculación es el agrupamiento de
partículas a través de un proceso físico.

La coagulación desestabiliza las cargas de las partículas. Los coagulantes con cargas opuestas a las de los
sólidos en suspensión se agregan al agua para neutralizar las cargas negativas sobre sólidos dispersos no
decantables tales como arcilla y sustancias orgánicas. Una vez que la carga se neutraliza, las partículas
suspendidas pequeñas son capaces de pegarse unas a otras. Las partículas, un poco mayores, formadas
a través de este proceso se llaman microflóculos y resultan ser demasiado pequeñas para ser visibles a
simple vista. Se necesita una mezcla o agitación rápida, de alta energía, para dispersar adecuadamente
el coagulante y promover las colisiones de partículas, consiguiendo una buena coagulación y formación
de los microflóculos. El exceso de mezcla no afecta la coagulación, pero de ser insuficiente dejará este
paso incompleto.

No obstante; cuanto más grandes sean los flóculos de partículas, más fácil será filtrarlos.

la floculación, etapa donde se realiza una mezcla suave, que aumenta el tamaño de las partículas de
microflóculos submicroscópicos a partículas suspendidas visibles. Estos microflóculos se ponen en
contacto entre sí mediante el proceso de mezcla lenta. El choque de las partículas de microflóculos hace
que se unan para producir flóculos más grandes y visibles. El tamaño del flóculo continúa creciendo a
través de choques o colisiones adicionales y la interacción con polímeros inorgánicos formados por el
coagulante o polímeros orgánicos añadidos, formando así los llamados macroflóculos. Se pueden
agregar polímeros de alto peso molecular, llamados floculantes, durante este paso para ayudar no sólo a
unir y fortalecer el flóculo, sino también para aumentar el peso y la velocidad de sedimentación. Una vez
que el flóculo ha alcanzado su tamaño y resistencia óptimos, el agua está lista para el proceso de
separación (sedimentación, flotación o filtración).

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