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¿Cómo se producen las olas del mar ?

Olas formadas por el viento


El viento, al contactar con el agua salada del mar, forma al
principio, ligeros encrespamientos, y después olas cada vez más
altas. Cuanto más potente es el viento mayores son las olas y
mucho más fuertes son los golpes que reciben los acantilados y
rocas de las costas.

Éstas, una vez puestas en movimiento, continúan avanzando


aunque el viento deje de soplar: su viaje puede alcanzar centenares
de kilómetros y se detiene, de repente, ante una playa o un
rompeolas. Una persona experta en mares, mirando desde la costa,
deduce si las olas que se rompen a su lado provienen de cerca o de
bastante más lejos.

Olas formadas por maremotos


Además de por los vientos, las olas pueden ser provocadas
también por terremotos originados en el fondo del mar
(maremotos). Es un hecho poco frecuente, por suerte, pero las olas
de los maremotos que así se producen causan a lo largo de las
costas daños espantosos. Este fenómeno es conocido como
Tsunami.

Olas formadas por mareas


Por otra parte, las olas no son los únicos movimientos del mar.
Existen también las mareas y las corrientes marinas. En muchas
playas puede ser observado fácilmente en qué consiste el
fenómeno de las mareas: el nivel del mar se eleva y desciende en el
transcurso de, aproximadamente, doce horas, y lo advertimos
porque el mar se nos acerca y luego se retira varios metros.

Las mareas son originadas por el Sol y la Luna, que funcionan como
enormes imanes: girando alrededor de la Tierra, cuando coinciden en una
misma línea, atraen y luego en cierto modo rechazan el agua del mar.
Normalmente, las olas se forman por el viento aunque su historia
comienza muy lejos, en el Sol. Los rayos del Sol calientan la atmósfera y
como unas partes se calientan más que otras, se generan los vientos.

Cuando el viento sopla sobre el mar, las partículas de aire rozan a las
partículas de agua y se empiezan a formar pequeñas olas de pocos
milímetros de longitud, llamadas ondas capilares. Si el viento sopla a lo
largo de muchos metros o varios kilómetros, las ondas capilares crecen y
se van formando olas mayores, que pueden llegar a tener alturas de hasta
10 o 15 metros, aunque las olas más comunes (las que vemos en las
playas) tienen alturas entre 0,5 y 2 m. y longitudes entre 10 y 40 m.

Además del viento, los procesos geológicos, como los terremotos,


pueden generar olas más grandes.

Cuando un terremoto rompe el fondo del mar, el cambio brusco de nivel de


la superficie del mar genera olas de cientos de kilómetros alrededor de esa
zona y se desplazan por el océano a velocidades de hasta 700km/h,
similares a las de un avión jet.

Lejos de la costa, los maremotos se desplazan como olas de unos pocos


metros, pero cuando se acercan a la costa, la altura de estas olas aumenta
entre 10 y 20 m. y se convierten en verdaderas “montañas” de agua que
impactan sobre las playas y edificaciones aledañas, causando en muchos
casos numerosos desastres.

Hay muchos científicos que estudian ambos tipos de olas, tanto para hacer
de la costa un lugar más seguro, como para ver la manera de aprovechar la
gran energía de las olas de viento y las corrientes que generan.

Origen de las olas

La fricción generada por el viento sobre el agua da lugar a un arrastre de unas gotas
de agua sobre otras. Así, a medida que el viento emite más energía, más grande
termina siendo la ola. El roce del viento origina la formación de rizaduras sobre la
superficie del mar, lo que permite la acumulación de las gotas.

La primera fase se denominan olas capilares. Cuando la superficie pierde toda su


lisura, la fricción es más intensa y aparece la segunda fase, que son las olas
gravitatorias. La parte más elevada de la ola se denomina cresta y la zona más
profunda se llama valle o seno.

Por otra parte, encontramos que en la formación de las olas existen dos
movimientos: La oscilación circular de la onda y la propagación de dichas ondas
hacia delante.

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