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OLAS
MEREAS
CORRIENTES MARINAS
OLAS
Uno de los movimientos más notables del mar son las olas, que se originan por el impulso del
viento. Según la velocidad de éste se forman desde las pequeñas crestas que acarician la playa
hasta las encrespadas olas que se producen durante las tormentas. En el mar abierto es donde se
observan las olas de mayor tamaño.
A. Olas de oscilación
Se llaman así porque su agua no avanza, solamente describe un giro al subir y bajar casi en el
mismo sitio donde se inició el ascenso de la ola.
En las olas de oscilación, se toma en cuenta la altura, que es la distancia vertical entre la cresta o
porción más elevada y el punto más bajo de la depresión o surco; la longitud de la ola es la
distancia entre dos crestas sucesivas y el periodo de la ola es el tiempo requerido para que dos
crestas sucesivas pasen por un punto.
B. Olas de traslación
Son aquéllas que se producen cerca a la costa, las cuales tocan el fondo, avanzando y
estrellándose contra el litoral formando abundante espuma. Al regresar el agua hacia el mar se
origina la resaca.
C. Olas sísmicas
Son aquéllas producidas por sismos en la corteza oceánica, las cuales son muy peligrosas cuando
llegan a la costa. También se les conoce como tsunamis.
Las olas son modeladoras del litoral, ya que el continuo golpear desgasta o reconstruye las playas,
perfora las rocas de los riscos y acantilados y forma grietas y figuras fantásticas en ellos (erosión
marina).
El término de ola dispone de varias referencias en nuestro idioma. En tanto, la más popular sin
dudas es aquella que designa a la onda que se forma a causa del viento en las superficies
de los mares, canales, lagos, ríos y océanos. El viento ejerce una enorme presión sobre el
líquido dando paso a la generación de la ola. En tanto, si bien este fenómeno se produce en
cualquier espejo de agua como dijimos es mucho más evidente en el mar dado que hay un mayor
espacio para que la ola se forme.
El tamaño de la ola estará determinado por cuestiones como ser: la profundidad del agua, la
zona afectada por el viento y la velocidad de éste. Cabe destacarse que las olas enormes
son ampliamente apreciadas en la práctica de uno de los deportes acuáticos más populares
del mundo, tal es el caso del surf.
En este punto es importante señalar que existen fenómenos aislados que pueden producir
olas intensísimas y en los que el viento no interviene como factor determinante, los
tsunamis por ejemplo, son el resultado del acontecimiento de un sismo en lo profundo del
mar y que normalmente genera olas gigantes y capaces hasta de tapar una ciudad. Y el
viento nada tiene que ver en ello.
Ahora bien, aunque muchos lo creen así, no siempre las olas se forman a escasos metros
de las costas sino que pueden desarrollarse a kilómetros de la misma antes de romper.
Mareas
La marea es el cambio periódico del nivel del mar producido principalmente por la fuerza de
atracción que ejercen el Sol y, principalmente, la Luna sobre la Tierra. Aunque dicha
atracción se ejerce sobre todo el planeta, tanto en su parte sólida como líquida y gaseosa,
nos referiremos en este artículo a la atracción de la Luna y el Sol, juntos o por separado,
sobre las aguas de los mares y océanos. Sin embargo, hay que indicar que las mareas de la
litosfera son prácticamente insignificantes, con respecto a las que ocurren en el mar u
océano (que pueden modificar su nivel en varios metros) y, sobre todo, en la atmósfera,
donde puede variar en varios km de altura, aunque en este caso, es mucho mayor el
aumento del espesor de la atmósfera producido por la fuerza centrífuga del movimiento de
rotación en la zona ecuatorial (donde el espesor de la atmósfera es mucho mayor) que la
modificación introducida por las mareas en dicha zona ecuatorial
Otros fenómenos ocasionales, como los vientos, las lluvias, el desborde de ríos y los
tsunamis provocan variaciones del nivel del mar, también ocasionales, pero no pueden ser
calificados de mareas.
Esta fuerza de atracción gravitacional que ejercen el Sol y la Luna sobre las masas de agua
en la Tierra, provoca una oscilación rítmica de estas masas de agua debido a la orbitación
de la Tierra alrededor del Sol y de la Luna alrededor de la Tierra. Existen, por lo tanto,
mareas causadas tanto por el Sol como por la Luna.
2. Mareas lunares
La Luna, por estar mucho más cerca de la Tierra que el Sol, es la causa principal de las
mareas. (Es conveniente recordar que Isaac Newton mostró que la atracción gravitatoria
depende de las masas de los cuerpos y de la distancia que los separa.)
Las masas de agua, así como todo en la Tierra, están expuestas, además, a la fuerza
centrífuga (hacia fuera de la Tierra) como resultado del movimiento de rotación de la Tierra.
El nivel de marea que se produce es, por tanto, el resultado de la combinación de estas dos
fuerzas (centrífuga + gravitatoria).
Así, cuando la Luna está justamente encima de un punto dado de la Tierra, la combinación
de estas fuerzas hace que el agua se eleve sobre su nivel normal. Esto se conoce como
marea alta o pleamar. Lo mismo ocurre con las regiones situadas en el lado opuesto de la
Tierra. A la primera se le conoce como marea directa, mientras que a la segunda se le
conoce como marea opuesta.
Las mareas altas y bajas se alternan en un ciclo continuo. En la mayoría de las costas del
mundo se producen dos mareas altas y dos mareas bajas cada día lunar (su duración media
es de 24 hrs., 50 mins. y 28 segs.).
3. Mareas solares
Igualmente, el Sol provoca el ascenso de dos crestas de onda opuestas, pero como el Sol
está lejos de la Tierra, su fuerza para crear mareas es un 46% menor que la Luna.
El resultado de la suma de las fuerzas ejercidas por la Luna y el Sol es una onda compuesta
por dos crestas, cuya posición depende de las posiciones relativas del Sol y de la Luna en
un instante dado.
De este modo, durante las fases de Luna nueva y llena -cuando el Sol, la Luna y la Tierra
están alineados- las ondas solar y lunar coinciden creando un estado conocido como
mareas de primavera (spring tides). En éstas, las mareas altas ascienden más y las mareas
bajas descienden más de lo habitual.
4. Periodicidad
Como habíamos indicado anteriormente, las mareas altas y bajas se alternan en un ciclo
continuo. Las variaciones producidas de forma natural entre los niveles de marea alta y baja
se conocen como amplitud de la marea.
Si observamos un día completo las oscilaciones del mar podemos comprender mejor este
ciclo. Esto nos permitiría determinar lo siguiente:
El nivel del agua sube (Creciente) hasta llegar a un máximo llamado Pleamar (PM) o "llena".
Luego se mantiene estacionaria por un periodo de tiempo, llamándose Marea Parada.
Posteriormente, comienza a bajar (Vaciante) hasta llegar a un mínimo llamado Bajamar (BM)
o "seca", produciéndose otro periodo estacionario.
Este ciclo se repite cada día lunar (24 hrs., 50 mins., 28 segs.), produciendo dos mareas
altas y dos mareas bajas en cada ciclo.
-La energía azul: es la energía obtenida por la diferencia en la concentración de la sal entre
el agua de mar y el agua de río.
Las condiciones ideales para este tipo de tecnología, se presentan desde la zona central
hacia el sur de menor a mayor medida, el canal de Chacao y en el estuario de Reloncaví se
presentan como lugares óptimos para generar grandes cantidades de energía. El
aprovechamiento y la selección adecuada del tipo de turbina va de la mano de las
condiciones de los distintos sectores geográficos y marinos donde la ubiquemos, se puede
apreciar con mucho potencial la construcción mixta en el canal de Chacao que
aprovechando la estructura una planta mareomotriz se puede crear un viaducto que puede
unir Chiloe con el continente cumpliendo una doble función y solucionando dos problemas
a priori, esta estructura con turbinas davis no crea enbalses ni estancamiento de las
aguas,entrega una potencia de 3.000 MW a maxima potencia en una sola estructura (el
polemico proyecto Hidroaysen entrega 2.750 MW con 5 centrales hidroelectricas).
Ahora el desarrollo de energía limpia no es una utopía, la previsión antes futuros problemas
de abastecimiento energetico presenta un desafió que Chile debe tener en cuenta.
Con una capacidad de producción eléctrica de 254 MW, la planta de energía mareomotriz
Sihwa Lake localizada en el Lago Sihwa a unos 4 km de la ciudad de Siheung, en la
provincia de Gyeonggi de Corea del Sur, es la planta de energía mareomotriz más grande
del mundo. El proyecto, propiedad de la Corporación de Recursos Hídricos de Corea, fue
inaugurada en agosto de 2011 contando con un malecón de 12,5 kilómetros de longitud
construido en 1994, con el objetivo de prevenir inundaciones y para cumplir con propósitos
agrícolas.
La planta de energía mareomotriz de La Rance, llevada a cabo entre 1961 y 1966, consistió
en la construcción de una presa de 145,1 m de longitud con seis compuertas de ruedas fijas
y un dique de 163,6 m de largo, siendo el área de la cuenca abarcada por la planta de 22,2
km². El lugar donde se sitúa las instalaciones cuenta con un rango de marea media de 8,2 m,
el más alto de Francia, permitiendo producir energía a través de 24 turbinas de bulbo
reversibles con una potencia nominal de 10 MW cada una. La electricidad producida se
envía a la red nacional de transmisión de 225kV, cubriendo las necesidades de
aproximadamente 130.000 hogares cada año.
La planta estará ubicada en un área con un rango de marea media de 8,5 m, construyéndose
un dique de 9,5 km de longitud para crear una laguna acordonando 11,5 km² de mar. La
planta utilizará turbinas de bulbo reversibles para generar energía cuando el agua entre y
salga de la laguna a través de la subida y bajada de las mareas. El innovador proyecto de
energía mareomotriz está programado para comenzar en 2015, mientras que su puesta en
marcha completa está prevista para el 2018. La planta, con una capacidad de generación de
energía estimada en 400 GWh anuales, proveerá de energía a más de 120.000 hogares
durante un período de 120 años.
El proyecto MyGen fue iniciado en 2006 por la compañía escocesa MeyGen, una empresa
conjunta entre la compañía de tecnología mareomotriz Atlantis Resources y Morgan
Stanley, adquiriendo finalmente ésta primera la propiedad total del proyecto en diciembre de
2013. Se espera que la construcción permita demostrar inicialmente la funcionalidad de
hasta seis turbinas mareomotrices AR1000 mono-rotor en 2014, siendo estimada la puesta
en marcha definitiva de la planta en 2015. El primer prototipo de turbina mareomotriz
AR1000 de 1 MW, alcanza una altura de 22,5 m y un diámetro de rotor de 18 m, puesta ya a
prueba por el Centro Europeo de Energía Marina en 2011.
Corrientes Marinas
Una "corriente oceánica" o "corriente marina" es un movimiento superficial de las aguas de
los océanos y en menor grado, de los mares más extensos. Estas corrientes tienen multitud
de causas, principalmente, el movimiento de rotación terrestre (que actúa de manera
distinta y hasta opuesta en el fondo del océano y en la superficie) y por los vientos
constantes o planetarios, así como la configuración de las costas y la ubicación de los
continentes.
Suele quedar entendido que el concepto de corrientes marinas se refiere a las corrientes de
agua en la superficie de los océanos y mares (como puede verse en el mapa de corrientes)
mientras que las corrientes submarinas no son sino movimientos de compensación de las
corrientes superficiales. Esto significa que si en la superficie las aguas superficiales van de
este a oeste en la zona intertropical (por inercia debido al movimiento de rotación terrestre,
que es de oeste a este), en el fondo del océano, las aguas se desplazarán siguiendo ese
movimiento de rotación de oeste a este. Sin embargo, hay que tener en cuenta que las
aguas en el fondo submarino se desplazan con la misma velocidad y dirección que dicho
fondo, es decir, con la misma velocidad y dirección que tiene la superficie terrestre por
debajo de las aguas oceánicas. En el fondo oceánico, la enorme presión de las aguas es lo
que origina una temperatura uniforme de dichas aguas en un valor que se aproxima a los 4º
C, que es cuando el agua alcanza su máxima densidad. Como resulta obvio, no existirá
ningún desplazamiento relativo entre el fondo del océano y las aguas que lo cubren porque
en el fondo oceánico, tanto la parte terrestre como oceánica, se desplazan a la misma
velocidad. Y la excepción se presenta en las corrientes frías de la zona intertropical que se
deben al ascenso de aguas frías procedentes del fondo submarino.
Origen
Las líneas blancas marcan aproximadamente las corrientes superficiales de los mares y
océanos del globo terrestre y sus variaciones en el tiempo (de enero del 2005 a octubre del
2007). A grandes rasgos, coinciden bastante bien con el mapa de corrientes de 1943. Esta
animación corresponde a un estudio muy completo realizado por la NASA
Desde hace unas cuantas décadas se sabe que la estructura de las corrientes marinas a
escala global es tridimensional, con movimientos horizontales en la superficie, en los que el
viento y, sobre todo, la inercia producida por la rotación terrestre, juegan un importante
papel y con movimientos verticales, en los que la configuración del relieve submarino y de
las costas modifican los efectos de la rotación de la Tierra, que crea una fuerza centrífuga
tendente a "abultar" el nivel oceánico a lo largo de la circunferencia ecuatorial. Se trata de la
corriente ecuatorial que se dirige, por inercia, en sentido contrario a la rotación terrestre.
En el fondo submarino tanto del océano Atlántico como del Pacífico, el agua acompaña a la
litosfera en el movimiento de rotación terrestre y ello se debe a la enorme presión que
soportan esas aguas abisales. Pero al llegar a las costas occidentales de los continentes, el
talud continental, que constituye un plano inclinado, actúa como una especie de "ascensor"
para esas aguas profundas, haciéndolas subir y creando lo que se denomina surgencia de
aguas frías, lo que viene a ocasionar una corriente, esta vez superficial, que se desplaza
hacia el ecuador a lo largo de esas costas occidentales y al llegar a la zona ecuatorial son
desviadas por la fuerza centrífuga del movimiento de rotación terrestre hasta tomar la
dirección contraria a la que tenían las aguas profundas, es decir, de este a oeste.
En resumen, los patrones de circulación de las aguas oceánicas se originan por una
compleja síntesis de fuerzas que actúan de forma diversa y variable en el tiempo y en el
espacio, siendo las más importantes de estas fuerzas: el movimiento de rotación terrestre y
la fuerza centrífuga determinada por dicho movimiento, el movimiento de traslación
terrestre y las variaciones estacionales en la latitud y dirección originadas por dicho
movimiento, la configuración del fondo submarino, la forma de las costas y su influencia en
la dirección de las corrientes, la desigual absorción y transporte de calor por la radiación
solar absorbida por las aguas marinas, la influencia mutua entre las corrientes marinas y los
vientos, el cambio de nivel de las aguas cálidas superficiales debido a las mareas, la
desviación de las corrientes debido al efecto de Coriolis (que, a su vez, también se debe a
los efectos de la rotación terrestre), etc.