Está en la página 1de 5

LA TEORÍA SOCIAL EN ARGENTINA

La sociología como disciplina científica se consolidó en Argentina en el siglo XX,


pero desde los inicios de la nación, las reflexiones sobre lo social estuvieron
presentes, especialmente en el siglo XIX. En esta época, las ideas sociales se
fusionaron con la creación literaria, como se ve en la obra "Martin Fierro" de José
Hernández, que abordó las dificultades de la vida del gaucho después del gobierno
de Rosas de una manera que permitía su difusión oral.
A principios d el siglo XX, la sociología comenzó a enseñarse en algunas cátedras
universitarias como parte de otros programas de estudio. No fue hasta la década de
1950 que se estableció la carrera de sociología en la Universidad de Buenos Aires.
Es importante destacar que los aportes al pensamiento social también provienen de
autores fuera de la academia.

LA GENERACIÓN DE 1837 Y LOS PRIMEROS PASOS DEL


PENSAMIENTO SOCIAL
Los gobiernos patrios posteriores a mayo de 1810 no lograron establecer un
Estado centralizado en las provincias del antiguo virreinato. En 1820, las Provincias
Unidas se dividieron en diferentes autoridades provinciales autónomas que no
reconocían una autoridad política común. Esta situación continuó hasta que Juan
Manuel de Rosas asumió el poder en la p rovincia de Buenos Aires. Rosas, mediante
conflictos armados con líderes regionales y acuerdos con líderes indígenas, logró
pacificar en cierta medida el territorio.
Sin embargo, Rosas ganó numerosos enemigos en este proceso, incluyendo a la
mayoría de la élite intelectual de Buenos Aires. A partir de 1837, estos escritores se
reunieron en la Sociedad Literaria, que más tarde se convirtió en la Asociación de
Mayo. Desde el exilio político, muchos de ellos intentaron explicar el fenómeno de
los caudillos federales del interior y de Rosas, analizando los elementos sociales de
las "montoneras," que eran los opositores a Buenos Aires. A través de la literatura,
buscaban crear un conjunto de ideas que contribuyeran a la cultura nacional,
explicar las causas socia les de la guerra civil, denunciar las injusticias del gobierno
de Rosas y señalar los errores de la oposición del Partido Unitario.

ROSAS Y LOS SECTORES POPULARES


La figura de Juan Manuel de Rosas, al igual que la de Juan Domingo Perón en el
siglo siguiente, generó divisiones en la sociedad argentina del siglo XIX. Ambos
tuvieron una gran importancia política y ejercieron una influencia significativa en
el pensamiento social de la época, lo que provocó controversias en torno a ellos.
Más allá de las opinio nes personales, la literatura de los intelectuales que
analizaron las causas sociales del poder de Rosas refleja un desprecio hacia el papel
que él otorgó a los sectores sociales marginados, como los gauchos, indígenas,
negros, mulatos y pardos, quienes co menzaron a tener un mayor protagonismo en
la vida social. Los ciudadanos "bien y decentes" de Buenos Aires debieron
acostumbrarse, entre otras cosas, a las festividades realizadas por las comunidades
africanas en la Plaza de Mayo.
Rosas impulsó fuertemente el saladero, una de las primeras actividades
económicas que requería cierta organización del trabajo. Él mismo fue uno de los
pioneros en esta industria y ejerció influencia sobre los gauchos, indígenas y negros
que trabajaron con él, ofreciéndoles una vi da mejor a cambio de su lealtad personal.
Se cuentan anécdotas que resaltan su pasión por la disciplina, incluso aplicándola
a sí mismo, alentando a sus trabajadores a azotarlo cuando cometía alguna falta,
como llevar un cuchillo los domingos o dejar caer sus boleadoras.

ESTEBAN ECHEVERRÍA: EL MATADERO


"El Matadero" de Esteban Echeverría es considerado el primer cuento de la
literatura argentina y uno de los primeros escritos en abordar socialmente la
situación política del país. Escrito alrededor de 1839 p ero publicado más tarde,
utiliza la metáfora del matadero para explicar la "tiranía" de Rosas, asociando el
caos y las costumbres del "bajo pueblo" rural con el gobierno rosista, considerado
un matadero de opositores políticos.
Este texto establece una dic otomía crucial en el pensamiento social argentino:
campo versus ciudad. El campo representa costumbres irracionales y bárbaras,
mientras que la ciudad simboliza la ilustración y las ideas europeas avanzadas. A
pesar de que la ciudad necesitó del apoyo del campo para lograr la independencia,
una vez alcanzada, se esperaba que el campo se sometiera a la razón ilustrada de la
ciudad.
La narración refleja el enfrentamiento por la condición social de los habitantes
del país, con la oposición política a Rosas ali neada con la "gente bien y decente," y
los seguidores del gobierno vinculados a la sociedad rural y los negros y mulatos,
que constituían una parte importante de la población de Buenos Aires. Además, el
conflicto entre las culturas de la ciudad y los puebl os originarios añadía tensiones
políticas y militares constantes, especialmente en las fronteras, donde concluía la
conquista y comenzaba el desierto, con la amenaza constante del malón. Estos temas
también son explorados en el cuento "La Cautiva" de Echev erría.

CIVILIZACIÓN O BARBARIE DOMINGO FAUSTINO SARMIENTO


El libro "Facundo" de Domingo F. Sarmiento aborda la figura del caudillo
Facundo Quiroga para entender a Juan Manuel de Rosas y analizar las causas
sociales y geográficas detrás de los gobiernos "au toritarios" o "despóticos",
asociados con el campo y el desierto en Argentina. Sarmiento ve el gobierno de
Rosas como la traslación de las costumbres de la estancia al ámbito urbano.
El texto establece la dicotomía entre civilización y barbarie, donde la c ivilización
se concentra en Buenos Aires y las ciudades, mientras que la barbarie representa el
campo y el desierto, carentes de espacios públicos y de la influencia de la razón
occidental. La tarea política según Sarmiento era expandir la educación para
difundir la civilización. Como presidente entre 1868 y 1874, Sarmiento logró que
Argentina tuviera el nivel más alto de alfabetización en toda América Latina.

JUAN BAUTISTA ALBERDI: POBLAR EL DESIERTO


Juan Bautista Alberdi, contemporáneo de Sarmiento, abord ó la problemática
argentina proponiendo la fórmula "gobernar es poblar" y promoviendo la
inmigración como clave para poner fin a las guerras civiles y establecer una nueva
sociedad. Alberdi, un destacado escritor de su época, entendió el federalismo como
un aspecto inevitable y arraigado en la sociedad argentina.
Su obra "Bases y puntos de partida para la organización política de la República
Argentina" ejerció una fuerte influencia en la Asamblea Constituyente de 1853. Sin
embargo, durante las presidencias de Mitre y Sarmiento, Alberdi se distanció de sus
antiguos aliados, acusándolos de recurrir a la violencia directa contra el federalismo
y el gaucho en lugar de mantener el programa político -social inicial de la
Asociación.

A pesar de los esfuerzos de Al berdi por fomentar la inmigración europea, la


llegada masiva de inmigrantes, en su mayoría de España, Italia y Europa del este,
no produjo la influencia cultural francesa e inglesa que él había deseado.

EL PENSAMIENTO SOCIAL EN LA MODERNIDAD ARGENTINA


En el pensamiento político del siglo XIX europeo, la noción de "multitud"
representa a nuevos grupos sociales como una amenaza y fuente constante de
disturbios, incluyendo mendigos, trabajadores, inmigrantes, obreros y marginales.
Son considerados "clases pel igrosas" al margen de la civilización, y esta idea política
atraviesa el debate cultural en torno a la emergente clase proletaria.
El fragmento de "Las masas y las balas" de Lobodón Garra describe la llegada de
inmigrantes a un barco en Buenos Aires, donde la diversidad de grupos étnicos y las
historias de luchas y opresiones se reflejan en una multitud ansiosa y comunicativa,
aunque dividida por veinte idiomas diferentes. Cada individuo en esta masa
representa ambiciones, dolores, angustias y esperanzas, a sí como las injusticias y
opresiones que enfrentaron en sus países de origen. A pesar de su diversidad, todos
comparten la expectativa de llegar a Buenos Aires, aunque la ciudad sigue su vida
ajena e indiferente a su llegada.

Ramos Mejía y Las multitudes argentinas


En 1899, José María Ramos Mejía publicó "Las Multitudes Argentinas," un texto
más científico que literario, que investiga las multitudes urbanas y rurales como
fenómenos sociales. Ramos Mejía describe a la multitud rural -montonera como
agresiva, instintiva y brutal pero también generosa y heroica, la misma que originó
guerras civiles en el pasado. Destaca la singularidad de la multitud liderada por
Juan Manuel de Rosas, que llevó esta dinámica rural a las cercanías de la ciudad.
El libro plantea una nueva dicotomía entre multitud y grupo, donde la multitud
se caracteriza por el tumulto y el instinto, mientras que el grupo se basa en la
deliberación y la responsabilidad social. El grupo se considera una "multitud
estática" que participa en eventos culturales, pero influye en la política a través de
representantes.
A medida que Ramos Mejía se pregunta dónde están las multitudes en la época,
miles de inmigrantes llegan a Buenos Aires, en su mayoría de Europa, especialmente
de Italia y España. Estos inmigrantes se concentran en las ciudades, en lugar de
poblar el desierto como se había esperado en tiempos de Alberdi y Sarmiento, dando
lugar a la nueva multitud de las clases medias y obreras en Argentina.

Ernesto Quesada: una sociología para el Estado


Las nuevas multitudes de inmigrantes en Argentina dieron lugar a la formación
de sindicatos que, en lugar de difundir las "luces de la razón" deseada por Alberdi,
propagaron ideologías anarquistas y socialistas, desencadenando importantes
conflictos sociales y políticos. La Federación Obrera de la República Argentina
(FORA) se convirtió en la primera gran central obrera nacional y comenzaron las
huelgas, lo que sorprendió a las élites dominantes. Estas multitudes inmigrantes
difundieron el socialismo y el anarquismo entre la población criolla.
Simultáneamente, en las universidades se establecieron las primeras cátedras de
Sociología positivista, como la dirigida por Ernesto Quesada. Para Quesada, la
sociología era un instrumento científico, socialmente neutral, al servicio de un
Estado que debía mediar en los conflictos sociales entre patrones y obreros,
basándose en datos estadísticos y fundamentos científicos imparciales. La ciencia
parecía ideal para esta tarea, al estar alejad a de las pasiones y los odios que
afectaban a la sociedad argentina en ese período.
El Estado argentino comenzó a realizar sus primeros esfuerzos de reforma y
encargó a Bialet Massé un estudio de la situación social en el interior del país, que
resultó en el Informe sobre el estado de las clases obreras en el interior de la
república en 1904. En 1907 se estableció el Departamento Nacional de Trabajo, que
empezó a utilizar la sociología para recopilar estadísticas estructurales, como la
cantidad de trabajado res por industria y accidentes laborales, con el objetivo de
diseñar intervenciones sociales (aunque estas no se concretaron hasta la aparición
del peronismo).

José Ingenieros y el problema de las razas


José Ingenieros, un destacado intelectual de las prim eras décadas del siglo XX,
abordó la sociología en varias de sus obras. Creía que la sociología debía seguir el
método de las ciencias naturales para descubrir leyes sociológicas subordinadas a
leyes biológicas. Esto llevó a una sociología centrada en el e studio de las razas.
Ingenieros propuso la idea de crear una raza argentina homogénea que resolvería
los problemas sociales y políticos del país. Después de las guerras civiles del siglo
anterior, el problema de la "unidad política" se había resuelto, pero surgía ahora el
de la "unidad nacional" debido a la inmigración. Para superar estos nuevos
antagonismos, era necesario fusionar las distintas nacionalidades en una "raza
argentina" que proporcionara una "unidad mental y social" a la población.

La sociología, las masas y la violencia


El 17 de octubre de 1945 marcó un evento significativo en el siglo XX, cuando
miles de trabajadores se movilizaron en apoyo al coronel Juan Domingo Perón,
quien había ocupado varios cargos en el gobierno militar desde 1943. Est a
movilización estableció una alianza entre Perón y los obreros, lo que eventualmente
le permitió ganar las elecciones al año siguiente y convertirse en presidente de
Argentina.
La élite intelectual mayoritaria interpretó este movimiento como la reaparició n
de "las multitudes bárbaras", haciendo eco de la descripción de Ramos Mejía sobre
las montoneras federales del siglo anterior. El peronismo se caracterizó como un
"aluvión zoológico" compuesto por figuras sociales como el "cabecita negra" o el
"descamisado". El peronismo se convirtió en un tema central en la sociología, con
dos visiones opuestas representadas por Gino Germani y Arturo Jauretche.

Gino Germani: migración interna y movilización social


Gino Germani desarrolló una tesis influyente sobre las c ausas sociales del
peronismo. Según él, el surgimiento del peronismo estaba relacionado con la
migración interna del campo a la ciudad, que comenzó en la década de 1930. Para
Germani, el peronismo surgió de la integración de la sociedad rural tradicional e n
la sociedad industrial. Esta convivencia entre dos sociedades estructuralmente
diferentes fue la principal causa social del movimiento peronista.
Germani argumentaba que el peronismo se originó en trabajadores rurales sin
cultura urbana que migraron a la ciudad para trabajar en las nuevas industrias
creadas durante la crisis mundial de 1930 y la Segunda Guerra Mundial. Estos
migrantes constituían "masas disponibles" sin afiliación a las ideologías sindicales
tradicionales en Argentina, como el socialismo o el anarquismo. Durante la era del
peronismo en Argentina (1945 -1955) y hasta la década de 1960, se observó un
fenómeno de movilidad social, donde las personas tenían la oportunidad de
ascender en su clase social original, algo que raramente ocurría en la s sociedades
tradicionales con estructuras estamentales rígidas.

El debate con Germani en la década del setenta


En 1971, se publicó "Estudios sobre los orígenes del peronismo," un libro con dos
trabajos escritos por Miguel Murmis y Juan Carlos Portantiero que desafiaba la
visión de Gino Germani sobre el origen del peronismo. Los autores argumentaban
que la adhesión de los trabajadores al peronismo no se debía únicamente a la
migración interna y la falta de cultura urbana, como sostenía Germani, sino a la
influencia de líderes sindicales anteriores que respaldaron a Juan Domingo Perón.
Portantiero utilizó conceptos de Antonio Gramsci para analizar el peronismo y
su capacidad para establecer un proyecto hegemónico. Los autores también
rechazaron la idea de que la opción por el peronismo implicaba la renuncia a los
valores obreros previos, argumentando que era una adaptación de las tradiciones
sindicales anteriores a las nuevas condiciones sociales y políticas de la época. Este
enfoque rompió con la opinión pred ominante en la sociología hasta ese momento y
estableció una alianza entre un sector del pensamiento sociológico y el movimiento
peronista, que regresó al poder en 1973.

Arturo Jauretche: un estudio del anti peronismo


Arturo Jauretche, en su obra "El medio pelo en la Sociedad Argentina," intentó
desarrollar una sociología no académica para explicar la fuerte oposición que el
movimiento peronista generó en ciertos sectores de las clases medias, como
pequeños propietarios, profesionales y cuentapropistas. Uti lizó el término "el
medio pelo" para describir a estos sectores sociales que pretenden tener un estatus
social más alto de lo que realmente tienen en términos de ingresos económicos.
Estos grupos de clase media inventan normas culturales que les permiten
imaginar que forman parte de una sociedad diferente. Por ejemplo, establecen lo
que está "in" y lo que está "out," junto con otras costumbres que les ayudan a vivir
en la ilusión de pertenecer a estratos sociales más altos. Su elección de vivienda,
marcas de ropa y automóviles se basa en su deseo de pertenecer a la clase alta en
lugar de considerar la utilidad, comodidad o necesidad real. Al mismo tiempo,
tienen una idea errónea de lo que realmente son las clases altas, lo que lleva a un
profundo malentendido.
Roberto Carri: violencia social y violencia política
En 1968, Roberto Carri publicó "Isidro Velázquez: Formas pre -revolucionarias
de la violencia," cuestionando la concepción tradicional del "delincuente" como
alguien al margen de la ley y apolítico. Ca rri argumentó que Isidro Velázquez, un ex
trabajador agrícola del noreste argentino, representaba el malestar del pueblo de
esa región y, por lo tanto, era popular y capaz de evadir a las autoridades
provinciales. Este enfoque ofrecía una nueva visión de l o social, donde lo político y
lo social se entrelazaban en expresiones heterogéneas y diversas de luchas de poder.
El libro examina las rebeliones espontáneas del pueblo y las formas de protesta
a través de la vida de Velázquez, considerado un "bandolero" o "delincuente" por la
prensa, quien robaba a los hacendados y compartía parte del botín con la población.
Velázquez se convirtió en una leyenda y un mito para el pueblo, desafiando
constantemente a la autoridad y recibiendo el apoyo de la comunidad en sus
aventuras. Carri ve a Velázquez como un precursor de la violencia política que
sacudiría a Argentina pocos años después, un sujeto político arraigado en los
sectores más oprimidos de la sociedad.

La sociología en Argentina se consolidó en el siglo XX, aunque las reflexiones


sociales estuvieron presentes desde el siglo XIX. Autores como José Hernández
fusionaron las ideas sociales con la literatura, como se vio en "Martin Fierro". La
enseñanza formal de la sociología comenzó en el siglo XX, pero la disci plina se
afianzó en la década de 1950 con la creación de la carrera de sociología en la
Universidad de Buenos Aires. También hubo contribuciones importantes de autores
fuera de la academia.
La Generación de 1837, reunida en la Sociedad Literaria y luego en la Asociación
de Mayo, intentó explicar el fenómeno de los caudillos federales y Rosas, analizando
las causas sociales de las "montoneras". Rosas, al igual que Juan Domingo Perón en
el siglo XX, generó divisiones en la sociedad argentina, provocando contr oversias
en torno a sus políticas.
Autores como Esteban Echeverría, con "El Matadero", establecieron una
dicotomía entre campo y ciudad en el pensamiento social argentino. Sarmiento, en
"Facundo", exploró la oposición entre civilización y barbarie, promovi endo la
expansión de la educación para difundir la civilización. Juan Bautista Alberdi
propuso "gobernar es poblar" y promovió la inmigración como clave para poner fin
a las guerras civiles.
En el siglo XIX europeo, la noción de "multitud" representaba a n uevos grupos
sociales como una amenaza. José María Ramos Mejía exploró las multitudes en
Argentina y la dicotomía entre multitud y grupo. Ernesto Quesada abogó por una
sociología neutral al servicio del Estado para mediar en conflictos sociales.
José Ingenieros centró su sociología en el estudio de las razas y propuso la
creación de una "raza argentina" homogénea para resolver problemas sociales y
políticos. El 17 de octubre de 1945 marcó el apoyo de miles de trabajadores a Juan
Domingo Perón, lo que desató debates sobre "las multitudes bárbaras" y el
peronismo.
Gino Germani desarrolló una tesis sobre las causas sociales del peronismo,
relacionándolo con la migración interna del campo a la ciudad. En 1971, se publicó
"Estudios sobre los orígenes del peronism o" de Miguel Murmis y Juan Carlos
Portantiero, que desafiaba la visión de Germani, argumentando la influencia de
líderes sindicales previos en el peronismo.
Arturo Jauretche exploró la oposición al peronismo en "El medio pelo en la
Sociedad Argentina," usando el término "el medio pelo" para describir a sectores
sociales que pretenden tener un estatus superior al que realmente tienen. Roberto
Carri, en "Isidro Velázquez," cuestionó la idea tradicional del "delincuente" y
analizó la violencia social y polític a a través de la vida de Velázquez.

También podría gustarte