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Revolución mexicana

NARRADOR: El colectivo a preparado la siguiente obra teatral para conmemorar esta fecha cívica que merece ser recordada, para
eso les presentamos a los artistas que representan los siguientes personajes

Personajes
Narrador-Directora
Porfirio Díaz-Oscar
Emiliano Zapata-Marilú
Francisco I. Madero-Mery
Francisco Villa-Lulú
Soldado de Diaz: Marichuy
Campesina:Karla

NARRADOR: Se había arribado al año 1908 y la situación económica de nuestro país era inmejorable. El gobierno del General
Porfirio Díaz al frente de nuestra nación, entregaba cuentas muy positivas, pues se construían gran cantidad de escuelas,
universidades, el ferrocarril contaba con extensiones sin precedentes en su infraestructura, la deuda externa se había pagado, se
desarrollaba el telégrafo, el país era autosuficiente, teniendo increíbles avances en la minería, la ganadería, en fin México
florecía en todos los ámbitos. Sin embargo toda esta bonanza, el dictador Díaz la había construido a costa del pueblo mexicano,
pues las riquezas estaban en manos de unos cuantos, mientras que a los obreros y campesinos se les trataba como esclavos,
pagándoles salarios de hambre y jornadas de trabajo de hasta catorce horas sin otorgarles día de descanso, eran tratados como
esclavos, y el régimen los tenía sumidos en la más terrible pobreza, favoreciendo a los terratenientes que se sentían dueños de
las tierras y de los hombres que en ellas trabajaban. LA SITUACIÓN DEL PUEBLO ERA INSOSTENIBLE, EL DESCONTENTO ERA
GENERALIZADO.

Primera escena (Porfirio Diaz, campesina y soldado)

Narrador: Porfirio Díaz, habiendo gobernado ya durante 28 años, organizaba un evento popular para repartir mendrugos de pan
a la población campesina, que, cansados de trabajar de sol a sol, querían solamente descansar las pocas horas que les quedaban
antes de volver a su jornada laboral.

Porfirio Díaz: (dirigiéndose al público) Mi gente esto es para ustedes, disfruten de este pan, pues mi gobierno jamás dejará que
sufran de hambre. Todos los domingos pueden venir aquí a divertirse y comer.

-Alguien entre la gente, alza la voz-

Campesina: ¡Ya no queremos tu limosna, son miserias que nos ofende, danos las tierras que nos arrebataste, ladrón!

Porfirio Díaz: (Con rabia en sus ojos, se dirige al soldado) ¡Agarren a ese muerto de hambre y háganle lo mismo que a los
traidores de la patria!

(El soldado se la lleva)

Narrador: El pueblo mexicano se acrecentaba, así que Díaz se preocupa por pensar en una estrategia para mantener al pueblo
tranquilo.

Porfirio Díaz: (dando vueltas preocupado) ¡Soldado a que se debe tanto alboroto! debe ser la sequía, los campos, el ganado y
hasta los indígenas necesitan agua para continuar su desarrollo.

Oficial: Mi general, puede que el aumento en el precio de los alimentos y de las inversiones extranjeras sean motivo del
descontento.
Porfirio Díaz: (Se detiene y lo mira) Hay que colgar más gente, si, eso siempre ha funcionado, colgamos a los alborotadores en la
calle.

Oficial: Ya hemos hecho eso, mi general…

Porfirio Díaz: Tal vez sea hora de que venga ese americano a entrevistarme, tengo unas palabras que les gustarán a los
revoltosos. Con eso seguramente se calmarán.

-Salen de escena-

Segunda escena (Francisco I. Madero y Porfirio díaz)

Narrador: Porfirio Díaz, después de haberse entrevistado con un estadounidense, declaró que el pueblo estaba listo para elegir a
sus propios gobernantes y que se retiraría al finalizar su mandato. Sin embargo esto no sucedió y la alegría del pueblo al saber la
noticia, se esfumó tan rápido como llegó. Mientras tanto Francisco I. Madero, empresario y político comienza a movilizarse.

Francisco I. Madero: (dirigiéndose al público) Hoy 22 de mayo de 1909, después de casi un año de reclamar las injusticias
políticas de Díaz en mi libro “La sucesión presidencial”, y sin ver un cambio de ánimos por parte del gobierno, me complazco en
informar que seguiremos en la lucha política con el anterior Club Antirreleccionista de México y ahora Partido Nacional
Antirreeleccionista, rumbo a la presidencia de México y la no relección de Porfirio Díaz.

Porfirio Díaz: ¡No me van a quitar de la silla! Esos sucios campesinos no me pueden derribar. –Camina nerviosamente- Tengo que
pensar en algo… ¡ah! Nadie puede elegir a Madero si no está presente el día de las elecciones, digamos, en un sucio calabozo.

Francisco I. Madero: Nosotros somos la verdadera oposición al gobierno de Díaz, la verdadera democracia frente a la dictadura,
vamos a recorrer el país y vamos a ganar legítimamente a través del sufragio, la presidencia y la devolución de lo que le
pertenece a todos.

Porfirio Díaz: Arrestenlo, no importa los cargos que le quieran aplicar, digamos que por rebelde y ultrajar a las autoridades. No
puede ir paseándose por todo el país como si nada, hay leyes y deben ser respetadas. ¡Arresten a Madero de inmediato!

(Entra el soldado a arrestar a Madero)

Tercera escena (entra Francisco I. Madero y Pancho Villa)

Narrador: Tras el arresto de Francisco I. Madero, las elecciones fraudulentas arrojaban nuevamente como presidente a Porfirio
Díaz, el 21 de junio de 1910. Mientras tanto, Madero logra escapar de prisión y se refugia en San Antonio, Texas, en donde
planearía una nueva estrategia.

Francisco I. Madero: Hemos agotado las vías políticas, hemos agotado las vías pacíficas y legales para traer un nuevo gobierno al
México devastado por Díaz y su gente. Ahora que nuevamente se levanta como presidente no nos deja otra opción que tomar
las armas. Este día, firmo el Plan de San Luis en el que convoco a todos los mexicanos hartos de la tiranía a levantarse en armas
el domingo 20 de noviembre a las seis de la tarde. Todo aquél que quiera luchar por un México equitativo, es bienvenido a
participar.

Pancho Villa: A mi me trae flojo lo que diga Madero, yo me voy pa’ Juárez, los federales no nos van a aguantar ora que venga
Orozco y ataquemos, esta batalla la ganamos y todos los guachos se van a echar pa atrás, ya verán.

Narrador: El llamado de Madero fue respondido principalmente por las clases más bajas, el 20 de noviembre se dieron estallidos
en varios estados como Chihuahua, Coahuila, Veracruz, Morelos y Guerrero, siendo estos la chispa que desataría la revolución.
En el norte del país, más en concreto, en Chihuahua, el nombre de Pancho Villa comenzaba a hacerse cada vez más grande.

-Salen de escena-
Cuarta escena (Emiliano Zapata)

Narrador: La batalla de Ciudad Juárez fue ganada por Villa y Orozco, siendo una de las más importantes de la revolución, a partir
de aquí, se comenzó a ganar rápidamente California y Chihuahua. Mientras que cada día, se hacía más grande el ejército
rebelde. En el centro-sur Emiliano Zapata combatía contra las fuerzas de Díaz a capa y espada.

-Entra Emiliano Zapata-

Emiliano Zapata: (dirigiéndose al público) ¡pueblo reunido en este lugar de Anenecuilco, compatriotas; es necesario defender
hasta la muerte estas tierras que son nuestras, no puede este mal gobierno quitarnos el derecho que nos corresponde de tener
un patrimonio!

Como agrupación campesina debemos luchar por recuperar las tierras arrebatadas al pueblo por los hacendados porfiristas.

¡Ahí vienen los guachos, vamos mi gente, denles con ganas! ¡fuego! -Disparos-

Narrador: Las fuerzas de Zapata, a diferencia de los miles de hombres de Villa, eran a base de guerrillas y emboscadas dispersas,
no obstante se hicieron con el control de Morelos, controlando el flujo de entrada y salida hacia la Ciudad de México, fue ahí
cuando Emiliano Zapata junto con el ejército de peones, la mayoría de ellos indígenas de Morelos, elaboraron El Plan de Ayala,
el cual demandaba el reparto de tierras a indígenas y campesinos, y la entrega de terrenos, montes y aguas a quienes los
necesitaran.

Quinta escena (entra Porfirio Díaz, Madero, Villa y Zapata)

Narrador: A pesar del esfuerzo de Porfirio Díaz por combatir a los rebeldes, no pudo contenerlos por más tiempo y el 21 de
mayo los enviados de Madero y los representantes de Díaz llegaron a un acuerdo al no permitir otra reelección. El 25 de mayo de
1911 Díaz renunciaba y se nombraba a un nuevo presidente interino.

Porfirio Díaz: Me voy de este pueblucho, estos ingratos nunca entenderán que era por su bien todo lo que yo hacía. Durante mis
años como presidente nunca se vio un México tan glorioso y moderno como éste. Así me pagan… Pero mejor me voy antes de
que sea tarde y suceda algo más desastroso. Mientras dejaré a León de la Barra, ya les esperará una sorpresita. (sale de escena)

Narrador: Porfirio Díaz se embarcó hacia París en donde moriría cuatro años después. León de la Barra estuvo en el poder de
mayo a noviembre, según el pacto, en donde convocaría a elecciones y dejaría el poder. Sin embargo se postuló para presidente,
siendo derrotado por una gran mayoría de votos, por Francisco I. Madero.

Francisco I. Madero: Hoy 6 de noviembre de 1911, declaro la ley anti reelección, ya no más dictaduras, no más injusticias. La
tierra será propiedad de sus legítimos dueños, México será de los mexicanos y no de los extranjeros. Hoy hemos de ver nacer un
nuevo gobierno justo y equitativo para todos, hoy termina la revolución armada y comienza la revolución social.

¡Mexicanos el pueblo de México ha triunfado! Ningún hombre podrá reelegirse en la presidencia de la República. “Sufragio
Efectivo No Reelección” ¡No más dictadura!

Francisco Villa: ¡El futuro está en nuestras manos! ¡Luchemos por nuestra gente y por nuestra tierra! ¡Viva la revolución!
¡Oooorale mis muchachitos! ¡Viva México! ¡Mueran los traidores!

Emiliano Zapata: ¡Viva la Revolución! ¡Muera el traidor, prefiero morir de pie luchando que vivir arrodillado! ¡La tierra es para el
que la trabaja! ¡Tierra y Libertad!.

Narrador: Y el resultado obtenido de esta gran Revolución, fue que México sea una nación libre e independiente. Y para honrar
la memoria de estos héroes, su sacrificio y valor, mejoremos a este México nuestro, en paz, igualdad, y amor. ¡VIVA LA
REVOLUCIÓN MEXICANA!.

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