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La SCJN creó predecente al amparar a un matrimonio de mujeres para evitar que fueran a juicio de
adopción
La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), abrió la posibilidad para que los Congresos
Estatales cambien sus leyes y favorezcan a las familias homoparentales, (mujer-mujer u
hombrehombre), y puedan registrar a sus hijos con sus respectivos apellidos y eviten un proceso de
adopción, como actualmente sucede.
Así lo determinó la SCJN, cuando le concedió un amparo a un matrimonio conformado por dos
mujeres, a las que el registro civil de Aguascalientes, negó a una de ellas ponerle el apellido a su
hija, bajo el pretexto que no era la madre biológica, por lo que debía abrir un juicio de adopción.
El director de Litigio México Igualitario, Alex Alí Méndez Díaz, señaló en una entrevista con El
Sol de México, que este caso creó un precedente en el país, al ser el primero en el que interviene la
Corte, por lo que buscan promover más casos, y obligar a los congresos de los estados a cambiar sus
leyes a favor de las familias homoparentales.
“Conocimos el caso desde el 2013, ellas se casaron a principios de 2015 y su hijo nace a finales de
2014 y cuando intentamos registrarlo para que se les reconocieran como mamás, el registro civil nos
dijo que sólo podría registrar a la madre biológica y que la esposa tenía que iniciar un juicio de
adopción para que pudiera ser reconocido como hijo de ambas”.
El director de Litigio México Igualitario señala que bastaba con realizar un trámite de
reconocimiento de hijos, es decir un trámite administrativo sencillo, “pero el registro civil dijo que
no, por lo que consideramos que el proceso de adopción era discriminatorio”.
De esta forma la pareja y la organización, dijo, iniciaron un juicio legal, pero el juez le dio la razón
al registro civil, ya que señaló que tenía que registrar sólo a aquellas personas con lazos
consanguíneos y que en este caso, no se había comprobado que en esta pareja, eran ambas madres
biológicas.
“Esto es absurdo, porque nadie puede ser hijo biológico de dos mujeres, le corresponde al Estado,
reconocer el interés superior del menor y no discriminar a las parejas, por lo que tendría que
protegerse el entorno familiar que ya está conformado”, consideró.
Fue a través del recurso de revisión de este caso que se llegó a la Corte, y donde la Primera Sala
estableció que, de acuerdo al artículo 384 del Código Civil del Estado de Aguascalientes visto desde
la perspectiva de los derechos de los menores de edad, era inconstitucional la acción, ya que excluía
de su protección a los que nacen en contextos de uniones familiares homoparentales, lo que resulta
contrario al interés superior del menor.
Los ministros determinaron que dicho artículo, desde el enfoque de los derechos de las personas del
mismo sexo que conforman las familias homoparentales, es inconstitucional, pues limita la filiación
jurídica a la circunstancia de que los padres sean de distinto género, y al principio de verdad
biológica.
Esto, señalan, desconoce la realidad de las personas cuyo derecho a conformar uniones familiares
debe ser protegido en igualdad de condiciones a cualquier otra forma de familia.
En este sentido, Méndez Díaz señala que, actualmente, está regulado el reconocimiento de los hijos,
pues prácticamente cualquier hombre puede reconocer a un menor, sin ningún otro requisito.
“A los hombres no nos piden pruebas de sangre o genética, y eso frente a una mujer es
discriminatorio, cuando no le piden pruebas genéticas a los hombres no hay una intención de
conocer la identidad genética del menor, sino asegurar que haya alguien que vigile por el menor en
educación, vivienda etc.”
Sí bien ya ha habido sentencias a nivel federal, la importancia de este precedente es que marca una
línea argumentativa en materia de Derechos Humanos que de manera directa debería ser obligatoria
para los demás casos que se presentarán-.
Asimismo, recordó que se necesitan cinco casos para que se haga jurisprudencia en el mismo
sentido, y a partir de ahí, podría integrarse la jurisprudencia.
Señala también que, así como en su momento los primeros casos en matrimonios entre hombres y
mujeres marcaron pauta, lo que se ha determinado en relación de la filiación homoparental, abre las
puertas para facilitar el reconocimiento de estas familias que ya existen, y lo que están solicitando
es una forma sencilla de obtener el reconocimiento estatal y la protección de las leyes.
Lo que queda en evidencia, dice, es que las instituciones y las leyes se están quedando muy atrás
frente a una realidad social que exige leyes acordes a esa realidad social. En el sentido que no es a
partir de las leyes que nacen las familias homoparentales; sino que, ya están ahí, y lo que está
atrasado son las leyes.
Ahí, considera, la tarea pendiente de los Congresos de los estados es que necesitan revisar a fondo
sus códigos civiles o familiares para eliminar esto.
Tlaxcala emite la primera acta de nacimiento que reconoce a dos mujeres como madres de un niño
16 de mayo, 2022
Las autoridades de Tlaxcala emitieron por primera vez un acta especial de reconocimiento de
comaternidad a Lulú y Pato, una pareja lesbomaternal. En ella, se reconoce a las dos como madres
del bebé que una de ellas gestó con ayuda de un donador.
Ambas cuentan que tienen 15 años juntas y desde 2014 viven bajo un contrato de convivencia
firmado en Jalisco, de donde es originaria Pato. En ese tiempo, intentaron tener un bebé por primera
vez, pero recibieron tratos discriminatorios en clínicas de reproducción asistida y se desanimaron.
Fue en plena pandemia cuando retomaron su proyecto de convertirse en mamás, esta vez viviendo
en Tlaxcala. Después de someterse a un tratamiento, Lulú quedó embarazada.
En entrevista, explican que, para registrar al bebé como hijo de ambas, tuvieron que interponer un
juicio de amparo y una queja ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH). Finalmente,
este Día de las Madres les emitieron un acta especial de comaternidad, con la que las autoridades
las reconocen como progenitoras del niño.
Para poder registrar a su hijo, Lulú y Pato tuvieron que casarse. “Y no es que no quisiéramos, pero
ya teníamos un contrato de convivencia y estábamos bien, pero el acta de matrimonio fue requisito
para que nos reconocieran a las dos como mamás”, comentan. No tuvieron problema, ya que en
febrero pasado se publicó el decreto que reforma el Código Civil del estado para que se puedan
celebrar matrimonios igualitarios, lo que facilitó el trámite.
Con el acta de matrimonio, sus actas de nacimiento y sus CURP, Lulú y Pato acudieron ante el
Registro Civil, donde supuestamente con esos requisitos les permitirían registrar al niño, pero les
volvieron a decir que no. Esta vez, porque los formatos de registro no estaban hechos para tener a
dos personas del mismo sexo como progenitoras.
“Nos dijeron que esas autorizaciones dependen del jefe del Departamento Jurídico y que teníamos
que hacer un escrito solicitando que se autorizara el registro del menor y que queríamos aparecer
como las dos mamás, y así lo hicimos pero no nos dieron respuesta. Tuvimos que promover un
juicio de amparo indirecto porque nos decían que estaban imposibilitados materialmente”, recuerda
Lulú.
Después de presentar el amparo, estuvieron meditando acerca del alcance que este tendría. En
principio, solamente las beneficiaría a ellas, pero querían aprovechar su caso para que otras parejas
homoparentales y lesbomaternales pudieran registrar a sus hijas e hijos. Por ello, presentaron
también una queja ante la CEDH, para exigir que se modificaran los formatos del Registro Civil y
que se capacitara a los funcionarios en materia de discriminación y derechos de las personas