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Sala Segunda de la Corte

Resolución Nº 00280 - 2018

Fecha de la Resolución: 09 de Febrero del 2018 a las 10:20 a. m.


Expediente: 14-000237-1303-FA
Redactado por: Julia Varela Araya
Analizado por: SALA SEGUNDA

Sentencia con datos protegidos, de conformidad con la normativa vigente

Contenido de Interés:
Tipo de contenido: Voto de mayoría
Rama del Derecho: Familia
Tema: Daños y perjuicios
Subtemas:

DAÑOS Y PERJUICIOS. CONCEPTO. PROCEDE SU ANÁLISIS. En la instancia precedente se denegó la demanda y la


contrademanda por daño moral y por daños y perjuicios. La Sala confirma lo anterior, pero por diferentes razones. Como el
convenio de divorcio no contiene una mención o renuncia expresa al contenido de las pretensiones de este otro proceso de cobro
de daño, cabe el análisis de los hechos expuestos en el presente proceso ordinario, a efecto de determinar si son generadores de
daños y perjuicios (fundamentados en el artículo 1045 del Código Civil). [280-18]
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Contenido de Interés:
Tipo de contenido: Voto de mayoría
Rama del Derecho: Familia
Tema: Daño moral
Subtemas:

SE DENIEGA INDEMNIZACIÓN POR DAÑO MORAL. CONCEPTO. El agravio fue erróneamente introducido al proceso por las
instancias precedentes, ya que las situaciones anotadas no fueron alegadas como base de la contrademanda. No obstante lo
anterior, el contrademandante no logró acreditar un menoscabo en su integridad física o emocional producto de la conducta de su
esposa. Además, la prueba evacuada (testimonial y documental) no es suficiente para tener certeza de lo narrado por el recurrente
en la contrademanda. [280-18]
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Contenido de Interés:
Tipo de contenido: Voto de mayoría
Rama del Derecho: Familia
Tema: Daños y perjuicios
Subtemas:
Tema: Apreciación de la prueba (valoración de la prueba)
Subtemas:

SE DENIEGA INDEMNIZACIÓN POR DAÑOS Y PERJUICIOS. DAÑO PATRIMONIAL. VALORACIÓN DE LA PRUEBA. El


contrademandante alega daños y perjuicios causados por la separación de la pareja, ya que su imagen como persona pública fue
afectada, lo mismo que su patrimonio. La Sala concluye que no existe prueba que permita acreditar de forma concreta la existencia
del daño reclamado. El divorcio fue convenido entre las partes (acto consensuado), de manera que ahí se asumió el riesgo y las
consecuencias que pudieron derivarse del mismo. Por otra parte, no se aprecia ninguna acción dolosa o culposa ejecutada por la
demandante (contrademandada) que haya perjudicado al demandado (contrademandante), ni que las eventuales disminuciones en
el patrimonio de él fueran producto de la acción de ella. [280-18]
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Texto de la Resolución
*140002371303FA*

Corte Suprema de Justicia


SALA SEGUNDA

Exp: 14-000237-1303-FA
Res: 2018-000280
SALA SEGUNDA DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a las diez horas veinte minutos del nueve de febrero de dos
mil dieciocho.
Proceso ordinario establecido ante el Juzgado de Familia del Primer Circuito Judicial de la Zona Sur, por [Nombre 001], de
[...], contra [Nombre 002], [...]. Figuran como apoderados especiales judiciales; de la actora, el licenciado Eduardo Rojas Arroyo, de
calidades desconocidas; y de la demandada la licenciada Mayrin Mora Mora, de calidades desconocidas. Todos mayores, casados
y vecinos de San José, con las excepciones indicadas.
RESULTANDO:
1.- La actora, en escrito presentado el veinte de octubre de dos mil catorce, promovió la presente acción para que en
sentencia se condene al demandado al pago de veinte millones de colones por daño moral y ambas costas procesales.
2.- El demandado contestó la acción en el memorial presentado el veintiuno de noviembre de dos mil catorce y opuso las
excepciones de litis pendencia, falta de competencia, indebida acumulación de pretensiones y caducidad.
3.- El Juzgado de Familia del Primer Circuito Judicial de la Zona Sur, sede Pérez Zeledón, por sentencia de las quince horas
cuarenta y nueve minutos del veinticuatro de octubre de dos mil dieciséis, dispuso : "Razones dadas y normativa citada, se acoge
l a excepción de falta de derecho formulada por el reconventor. Se declara sin lugar en todos sus extremos el PROCESO
ORDINARIO POR COBRO DE DAÑO MORAL incoado por [Nombre 001] contra [Nombre 002]. Se declara sin lugar en todos sus
extremos la RECONVENCIÓN POR COBRO DE DAÑO MORAL Y PATRIMONIAL incoada por [Nombre 002] contra [Nombre 001]. Se
resuelve el proceso sin especial condenatoria en costas". (Sic).
4.- Ambas partes apelaron y el Tribunal de Familia del Primer Circuito Judicial de San José, por sentencia de las diez horas
diecinueve minutos del primero de febrero de dos mil diecisiete, resolvió: "Por las razones del Tribunal se confirma la sentencia".
(Sic).
5.- El accionado formuló recurso para ante esta Sala, en escrito remitido vía facsímile el primero de marzo de dos mil
diecisiete, el cual se fundamenta en las razones que se dirán en la parte considerativa.
6.- En los procedimientos se han observado las prescripciones de ley.
Redacta la Magistrada Varela Araya; y,
CONSIDERANDO:
I.- SÍNTESIS DEL RECURSO.- El señor [Nombre 002] interpone recurso de casación contra el voto del Tribunal de conformidad con
el artículo 594 del Código Procesal Civil, inciso tercero, alegando que el fallo contiene disposiciones contradictorias en el análisis
del proceso de divorcio tramitado por el Juzgado de Familia de Pérez Zeledón, expediente [Valor 001], respecto de este proceso de
cobro por daño moral. Dice que el fallo es contradictorio porque afirma que la disolución del vínculo matrimonial entre las partes, se
concretó mediante una audiencia de conciliación realizada el [Valor 007], en el proceso de divorcio tramitado en el Juzgado de
Familia de Pérez Zeledón en el expediente [Valor 002], Indicó que en esa audiencia se llegó a un acuerdo sobre todos los temas
propuestos en ese proceso: vínculo matrimonial, hijos, pensión para la actora, bienes y costas y, que sobre el matrimonio
acordaron que se disolviera el vínculo matrimonial a través de la causal de divorcio por mutuo acuerdo, con lo cual, perdió interés
actual la discusión de la demanda y la reconvención tramitada en el presente proceso, por cuanto ambas pretensiones debían ser
denegadas. Aduce, que el Tribunal omitió analizar que cuando él fue notificado de este proceso de cobro por daño moral, alegó la
excepción de litis pendencia, en relación al abreviado de divorcio tramitado por el Juzgado de Familia de Pérez Zeledón bajo el
expediente número [Valor 001], que en ese momento se encontraba activo. Dicha excepción fue denegada porque a pesar de que
había relación y coincidencia de sujetos, no la había de objeto y causa, por lo que no se cumplían los presupuestos para dar
cabida a la defensa dicha. No obstante, el órgano de alzada concluyó que al haber llegado el proceso de divorcio a su terminación,
no podrían las partes pretender que se le indemnizaran las agresiones vividas durante la convivencia matrimonial, aún cuando
expresamente acepta que el convenio de divorcio no contiene una mención o renuncia expresa al contenido de las pretensiones de
este proceso de cobro por daño moral. Agrega que la culpabilidad en una causal de divorcio no opera exclusivamente para disolver
el vínculo matrimonial, sino que esta reviste una serie de sanciones como lo determina el artículo 57 del Código de Familia, donde
“el tribunal podrá conceder al cónyuge declarado inocente una pensión alimentaria a cargo del culpable”, contrario sensu, el
cónyuge declarado culpable no tendría derecho a cobrar pensión alimentaria, así que el hecho de que las partes hayan disuelto el
vínculo por mutuo consentimiento, no exime del conocimiento del juez el establecer cual cónyuge fue culpable de la ruptura
matrimonial, para determinar el daño moral causado. Expone que los testigos [Nombre 015], [Nombre 020] y [Nombre 017], todos
[Nombre 008], fueron contestes al indicar que crecieron en un hogar donde había respeto de su padre hacia su madre y que
presenciaron escenas de agresión incluso física de doña [Nombre 001] hacia él. La declaración de [Nombre 020] demuestra la
agresión física de la que fue víctima por parte de doña [Nombre 001], cuando narró que en 1991 presenció un episodio en el cuarto
y vio cuando ella lo arañó y le rompió una cadena. Este momento también queda plenamente demostrado en la prueba confesional,
en la respuesta a la pregunta 15 en la que ella admitió haberlo golpeado y arañado. Estima que es claro que una agresión dolosa
como ésta acarrea el deber de retribución, por cuanto hay daño moral demostrado y por ende indemnizable, sobre todo porque de
la declaración de [Nombre 020] se desprende que el exabrupto se generó por una discusión referente a una infidelidad de parte de
doña [Nombre 001]. Narró que en ese episodio en el año 1991, ella le dijo que tuvo un amorío con una persona de nombre [Nombre
012], confesión que se dio en el momento inmediato posterior a presenciar el ataque de su madre hacia su padre. Este testigo
también refirió otro episodio en el que se demostró un amorío que vivió doña [Nombre 001] antes del divorcio, con un sujeto de
nombre [Nombre 013]. Agrega que esa relación adúltera queda doblemente demostrada con la declaración de [Nombre 015], quien
recuerda haber visto a su madre con un hombre llamado [Nombre 012] sentado en la mesa de la casa de su mamá tomándose una
botella de vino con ella. Además, ante una pregunta realizada en la deposición testimonial, a [Nombre 015], en el sentido de si a ella
le constaba por referencias de su madre o lo presenció, que después de la separación y antes del divorcio, su mamá tuviese
alguna relación amorosa con una persona de nombre [Nombre 013] , la testigo dijo que sí le constaba. Destaca que el solo hecho
de incurrir en adulterio ya es motivo para determinar un daño moral y, además, el reconocimiento de documento, demuestra su
conducta promiscua. Aunado a ello, [Nombre 015] refirió que su mamá, cuando ha tenido la oportunidad trata de menoscabar su
imagen pública como pastor, declaración que fue ratificada por el testigo [Nombre 020], quien indicó que su mamá se reunía con un
grupo de amigas, donde era habitual que se hicieran comentarios respecto de su papá en tono de burla, referente al tipo de música
que él escuchaba, a la forma de la cabeza, entre otras. Para analizar el incumplimiento de los deberes matrimoniales por parte de la
señora [Nombre 001], hace hincapié en el reconocimiento de documentos realizado por parte de la actora, visible a folios 176 a
177, que es un diario personal de relatos de aventuras amorosas por parte de la señora [Nombre 001], en los que describe con lujo
de detalles sus conductas promiscuas. Por otra parte, expone que la justificación a su renuencia para acudir a las vías legales a
efecto de amparar sus derechos se refleja en la pericia de trabajo social, en la que se indica: “dado el hermetismo, y la necesidad
de dar una imagen socialmente aceptable y esperada de un líder religioso, la conflictiva familiar se mantuvo en el ámbito privado”.
Asimismo, consta en la prueba testimonial que doña [Nombre 001] le refirió al testigo [Nombre 020] que su objetivo era pasearse en
la vida de [Nombre 002] y en la iglesia “[Nombre 002]”. Para cualquier persona, y en especial para un pastor evangélico, el
enfrentar el adulterio de su esposa, el que no quiera vivir con él y le exigiera que abandonara la casa para obtener libertad para
tener otras relaciones amorosas es muy difícil y genera un grave daño moral. Respecto al daño patrimonial a él provocado, éste
quedó demostrado con la prueba aportada en autos: la constancia de Migración de sus entradas y salidas del país, que en los años
previos a la separación con doña [Nombre 001], esos movimientos migratorios para impartir charlas, conferencias y seminarios se
daban 12 o 14 veces por año, mientras que posteriormente a la separación bajaron drásticamente hasta tan solo dos ocasiones por
año, lo que sustenta su dicho de que con el divorcio fue afectado económicamente en el ejercicio de sus actividades laborales,
mermando la asistencia a la congregación y la confianza en el pastor. Respecto al dictamen psicológico forense, indica que fue
totalmente omiso en valorarlo como víctima de violencia, ya que a doña [Nombre 001] se le aplicaron cuatro test y a él solamente
uno. Por lo anterior, solicita se revoque el fallo recurrido y se declare con lugar la contrademanda por él interpuesta.
II.- ANTECEDENTES.- La actora demandó al señor [Nombre 002] por daño moral. Adujo que contrajeron matrimonio el [Valor 003] y
procrearon tres hijos: [Nombre 015], [Nombre 020] y [Nombre 017]. Manifestó que presentó un proceso de divorcio y liquidación de
bienes gananciales contra don [Nombre 002], que se tramitó en el expediente número [Valor 001]. Expuso que el daño moral se
originó durante los años de matrimonio, sea desde [Valor 004] hasta el [Valor 005], cuando se separó; y consistió en el sufrimiento,
vergüenzas y menoscabo de su persona e imagen, toda vez que el demandado ejerció sobre ella autoridad casi dictatorial sobre
sus decisiones. Añadió que tenían una buena vida, pues el accionado ganaba aproximadamente de ocho a diez millones de colones
mensuales, dinero que se recogía los sábados en la iglesia [Nombre 001]; sin embargo, la vida familiar tenía una sola orden: la del
señor [Nombre 002]. Expuso que él la humilló y manipuló, le decía “Usted es una roca, si usted se divorcia a usted nadie la vuelve a
ver”, “usted es un pellejo”, estos insultos se los decía a solas. Agregó que nunca lo denunció por violencia doméstica; no obstante,
la agredió físicamente en varias oportunidades, pero tenía que ocultar los aspectos negativos del pastor de la iglesia. Manifestó
que después de separada, desde el año [Valor 005], recibió de parte del accionado ¢300.000,00 mensuales, ha tenido que vender
ropa, zapatos, alquilar cuartos y recibir ayuda de familiares para poder tener una vida no tan miserable. Señaló que trabajó seis
años como enfermera, pero el demandado la sacó de laborar porque ejerció hasta en ese nivel una dictadura. Adujo que debió
acudir a tratamiento psicológico con una profesional para buscar salir del ciclo de violencia física y psicológica, para rehacer su
vida. Por lo anterior solicitó: “ 1.- Que se adjunte la presente demanda al expediente número [Valor 001] , de Divorcio, que se
tramita en ese Despacho. 2.- Que se dé curso a la presente demanda. 3.- Que se condene al demandado al pago de VEINTE
MILLONES DE COLONES por daño moral. 4.- Que se condene al demandado al pago de las costas procesales” (folios 11 a 17).
[Nombre 002] , en su condición de demandado, opuso las excepciones previas de litis pendencia, caducidad, indebida acumulación
de pretensiones y falta de competencia, porque en ese mismo Juzgado se tramitaba el proceso abreviado de divorcio, establecido
por la actora, bajo el expediente [Valor 006] (folios 20 a 23). El señor [Nombre 002] contestó negativamente la demanda, y
contrademandó a la actora y solicitó: “1) Que se declare a la señor reconvenida, [Nombre 001], cónyuge culpable, y al suscrito,
víctima de sevicia y cónyuge inocente en la ruptura de la relación matrimonial con la señora [Nombre 001] . 2) Que se condene a la
señora reconvenida, [Nombre 001] , al pago de los daños y perjuicios, (-que técnicamente es daño moral-) ocasionados al suscrito
por los hechos indicados en la presente contrademanda, hechos estos que fueron generadores del sufrimiento que a su vez
ocasionó mi afectación psíquica, emocional y psicológica. Estimo dichos perjuicios en la suma de cuarenta millones de colones
(40.000.000). Asimismo solicito se condene a la contrademandada a pagar el daño patrimonial que se produjo como consecuencia
de su actuar doloso y mal intencionado, cuando con su conducta, me causó los siguientes daños morales y patrimoniales como
SIGUE: a) Perjuicio a mi imagen como persona pública que durante más de tres décadas ha estado presente en la radio, televisión,
libros, congregación, conferencias y trabajo en la comunidad con instituciones autónomas y empresas privadas. b) Pérdida de
varios centenares de miembros de la congregación. c) Ausencia de invitaciones a enseñar en otros países con la consiguiente
pérdida de ingresos por honorarios y la venta de libros, materiales de audio y video. Esto provocó un daño patrimonial que valoro en
la suma de TREINTA MILLONES DE COLONES. d) Gastos generados por la imperiosa necesidad de ocupar otra casa, amueblarla
a crédito, comer fuera y contratar por horas una señora para que se ocupe de la limpieza de la casa y el lavado y planchado de la
ropa. Esto provocó un daño patrimonial que valoro en la suma de SEIS MILLONES DE COLONES. e) Un estado de constante estrés
y ansiedad ante el cual empecé a consumir diariamente somníferos (Zoplicona y Zalepla). Daño corporal que valoro en la suma de
TREINTA MILLONES DE COLONES”. Dentro de los hechos que fundamentaron su pretensión expreso que en varias ocasiones la
señora [Nombre 001] manifestó no sólo que no lo quería, sino que lo odiaba, incluso en una ocasión le arañó la cara y le rompió
dos cadenas que llevaba puestas. Días después debía viajar a Puerto Rico, donde lo habían contratado para dar una conferencia;
sin embargo, por las heridas de su cara debió cancelar el viaje, causándole un perjuicio de miles de dólares a las organizaciones
que lo invitaron, lo que produjo que nunca más lo volvieran a invitar a la isla. Agregó que su trabajo, en el cual logró cierto
reconocimiento, era una constante fuente de incomodidad y vergüenza para doña [Nombre 001], quien no estaba satisfecha con
ser la esposa de un pastor en una ciudad pequeña, ni con los ingresos que percibía. Dijo que en un viaje que realizaron a
Barcelona, ella le indicó que cuando regresaran quería divorciarse porque nunca lo había querido; no obstante, a su regreso hizo
un esfuerzo y la vida común siguió su rutina. Manifestó que la noche de la última Navidad que pasaron juntos, ella salió y regresó al
día siguiente como a las 8:00 a.m. En enero de 2008, ella le exigió que abandonara la casa, él le pidió más tiempo para conseguir
un lugar y ella le dijo que sí, pero que tenía que dormir en el piso, como un perro. Fundamentó su acción en el artículo 1045 del
Código Civil en concordancia con el numeral 48 bis del Código de Familia, toda vez que fue víctima de sevicia y cónyuge inocente
en la relación marital (folios 24 a 37). Mediante resolución de las 15:48 horas del 6 de enero de 2015, el Juzgado de Familia del
Primer Circuito Judicial de la Zona Sur, denegó las defensas previas interpuestas por el señor [Nombre 002] : litispendencia,
caducidad, indebida acumulación de pretensiones y falta de competencia (folio 38). Esta resolución fue confirmada por el Tribunal
de Familia del I Circuito Judicial de San José, en voto nº 227-2015 de las 15:47 horas del 3 de marzo de 2015 (folios 88 a 90). La
señora [Nombre 001] contestó negativamente la reconvención (folios 95 a 99). En primera instancia se declaró sin lugar en todos
sus extremos el proceso ordinario por cobro de daño moral, incoado por [Nombre 001] contra [Nombre 002] y también se declaró
sin lugar en todos sus extremos la reconvención por cobro de daño moral y patrimonial incoada por [Nombre 002] contra [Nombre
001]. Se resolvió sin especial condena en costas. Estimó el Juzgado que las partes no demostraron las alegadas acciones de
sufrimiento, humillación y vergüenza (folios 279 a 293). Ambas partes apelaron el fallo del Juzgado (folios 294 a 299 y 300 a 303).
El Tribunal confirmó el veredicto de primera instancia, pero por razones diferentes. Expuso que la actora presentó contra el señor
[Nombre 002] demanda de divorcio por separación de hecho. El [Valor 007], las partes llegaron a un acuerdo de divorcio por mutuo
consentimiento, por lo que estimó que las pretensiones de daños de las partes presentadas en este proceso, no mantenían interés
actual, toda vez que el vínculo se disolvió por mutuo acuerdo, es decir, sin cónyuge culpable (folios 358 a 360).
III.- DE LAS PRETENSIONES DE ESTE PROCESO.- El recurrente, señor [Nombre 002], contrademandó a la señora [Nombre 001]
por daños y perjuicios, daño moral, patrimonial y corporal. Ella lo demandó por daño moral y en la demanda solicitó: “ Que se
adjunte la presente demanda al expediente número [Valor 001] , de Divorcio, que se tramita en ese Despacho” (folio 16). Por su
parte, el recurrente interpuso la excepción de litis pendencia (folio 20) y solicitó que éste proceso se tramitara junto con el
expediente [Valor 001], abreviado de divorcio establecido por la señora [Nombre 001]. Mediante resolución de las 15:48 horas del 6
de enero de 2015 (folio 38), el Juzgado denegó la excepción de litis pendencia interpuesta. Dicha denegatoria fue confirmada por el
Tribunal en el voto nº 227-2015 de las 15:47 horas del 3 de marzo de 2015 (folio 88), bajo el siguiente análisis: “ esta defensa se
opone cuando existe un proceso previo, pendiente de sentencia, en el cual confluyen los mismos sujetos, objeto y causa que en el
segundo y más reciente proceso. En la especie no cabe la excepción dicha. Nótese que el presente proceso es un ordinario de
daño moral y que el primer proceso es de divorcio. Ciertamente, hay relación y coincidencia de sujetos, mas no de objeto y causa,
por lo que no se cumplen los presupuestos para dar cabida a la defensa dicha”. Este pronunciamiento se encuentra firme, por lo
que estamos ante dos procesos separados e independientes el uno del otro. En el proceso de divorcio que se tramitó en el
expediente [Valor 001] , se llegó a un acuerdo de divorcio por mutuo consentimiento, por lo que en este otro proceso, el órgano de
alzada declaró sin lugar tanto la demanda como la contrademanda considerando que: “… se estima que al llegar al acuerdo de
disolver el vínculo mediante una causal REMEDIO, como es el MUTUO ACUERDO, sin cónyuge culpable, no pueden pretender que
hoy en día se discuta y resuelva sobre supuestas agresiones vividas durante la convivencia matrimonial para obtener eventuales
indemnizaciones. Es cierto que el convenio no contiene una mención o renuncia expresa al contenido de las pretensiones de este
proceso, pero ante la imposibilidad de examen y decisión se deriva de la voluntad de quienes fueron cónyuges de disolver su
vínculo mediante una causal específica, se reitera, EL MUTUO ACUERDO sin cónyuge culpable. Para esta integración del
Tribunal después del divorcio por mutuo acuerdo de los cónyuges no es posible analizar si la señora [Nombre 001] es “cónyuge
culpable” y el señor [Nombre 002] “víctima de sevicia” y “cónyuge inocente de la ruptura de la relación matrimonial” como se solicita
expresamente en la reconvención como pretensión principal y a partir de ello se condene a la señora [Nombre 001] a pagarle los
daños y perjuicios causados al señor [Nombre 002] pues para ello obviamente sería indispensable examinar la conducta durante el
matrimonio, si existieron agresiones, si se configuró la sevicia alegada, si alguno de ellos es víctima y el otro agresor, y toda esa
discusión quedó superada cuando ambos decidieron en sede judicial llegar a una conciliación y divorciarse por mutuo acuerdo…”
(folio 360). Considera el recurrente que resulta contradictorio que a pesar de que la excepción de litis pendencia fue denegada, se
estimara que al haber llegado el proceso de divorcio a su conclusión y disolución del vínculo, no se pueda pretender que se
indemnicen las agresiones vividas durante la convivencia matrimonial, aún cuando se acepta que el convenio de divorcio no
contiene una mención o renuncia expresa al contenido de las pretensiones de este otro proceso de cobro de daño. En este aspecto
lleva razón el señor [Nombre 002], toda vez que los hechos que expuso en la contrademanda, con base en los que solicitó el
reconocimiento de daños y perjuicios, fueron fundamentados en el artículo 1045 del Código Civil, según el cual, todo aquel que por
dolo, falta, negligencia o imprudencia, causa a otro un daño, está obligado a repararlo junto con los perjuicios. Por lo anterior,
dado que la excepción de litis pendencia fue denegada, lo resuelto en el proceso de divorcio no puede incidir en el análisis de los
hechos expuestos en el presente proceso ordinario, a efecto de determinar si se constituyen en generadores de daños y perjuicios.
En este sentido, le asiste razón al disconforme por cuanto la causa y la pretensión en uno y otro proceso son distintas, debiendo
entonces proceder al análisis de los agravios que según el recurrente justifican la estimación de la contrademanda.
IV-. DE LA JUSTIFICACIóN DEL DA ÑO MORAL .- En el recurso del señor [Nombre 002] se objeta la denegatoria del daño moral
pretendido, por considerar que con los testimonios de sus hijos [Nombre 015], [Nombre 020], y [Nombre 017] y la prueba
documental aportada, fue acreditado el comportamiento adúltero y promiscuo de la señora [Nombre 001] . En cuanto este agravio
cabe señalar, que este fue erróneamente introducido al proceso por los juzgadores de instancias precedentes, ya que estas
situaciones no fueron alegada señor [Nombre 002] como base de su pretensión en la contrademanda, (folios 20-37) razón por la
cual no pueden ser objeto de discusión porque de hacerlo se le causaría una grave afectación al derecho de defensa de la actora.
Señala haber sido víctima de violencia, cuando en el año 1991 la señora [Nombre 001] lo arañó en la cara y rompió un par de
cadenas que traía puestas, sobre este tema no hay claridad sobre la situación en que como este supuesto hecho ocurrió. No
obstante durante la tramitación del proceso el señor [Nombre 002] no logró acreditar un menoscabo en su integridad física o
emocional producto de dicha conducta, que atribuye a la señora [Nombre 001]. La prueba evacuada no es suficiente para tener
certeza de lo que narró el recurrente en la contrademanda. Lo que sí procede es valorar los daños que don [Nombre 002] alega
que la separación le produjo en: su imagen como persona pública que durante más de tres décadas ha estado presente en radio,
televisión, libros, congregación, conferencias y trabajo en la comunidad con instituciones autónomas y empresas privadas, pérdida
de varios centenares de miembros de la congregación, ausencia de invitaciones a enseñar en otros países con la consiguiente
pérdida de ingresos por honorarios y la venta de libros, materiales de audio y video.
V.- DOCTRINA SOBRE LOS DAÑOS Y PERJUICIOS, DAÑO MATERIAL O PATRIMONIAL Y DAÑO MORAL.- Menciona el jurista
nacional Brenes Córdoba que con el nombre daños y perjuicios se denomina la indemnización pecuniaria que el deudor está
obligado a satisfacer en razón de la falta de cumplimiento total o parcial de la prestación o de su ejecución defectuosa o tardía. Así,
el daño es la pérdida que se ha sufrido y el perjuicio es la ganancia dejada de percibir o los gastos extra en que el acreedor incurra
a causa del incumplimiento del deudor (BRENES CÓRDOBA, Alberto. Tratado de las obligaciones . Octava edición, San José, Costa
Rica, Editorial Juricentro, 2010, p. 99). Específicamente en cuanto al daño moral, se dice que es “La lesión que sufre una persona
en su honor, reputación, afectos o sentimientos por acción culpable o dolosa de otros”, mientras que el daño material o patrimonial,
es el que “directa o indirectamente afecta un patrimonio, aquellos bienes (cosas o derechos) susceptibles de valuación
económica” (CABANELLAS DE TORRES, Guillermo. Diccionario jurídico elemental. Décimo octava edición, Buenos Aires, Heliasta,
2006, p. 108). Así, en cuanto al daño moral, esta Sala ha considerado que su prueba se extrae de los propios elementos
constantes en el expediente, sin necesidad de contar con prueba específica o técnica. En una sentencia reciente, se indicó: “En la
sentencia número 413, de las 11:20 horas del 8 de agosto de 2003, esta Sala resolvió: “Prima facie, conviene advertir que el daño
adquiere poco a poco una relevancia trascendental en materia de divorcio, tanto desde el punto de vista moral como del patrimonial.
El primero, sea el moral, se produce cuando se lesionan los sentimiento de una persona, es un ‘daño de afección’ que se da
cuando se lesionan sentimientos como el amor, la dignidad y el honor de uno de los cónyuges y se traducen en pena, tristeza,
mortificación, disgusto o inseguridad personal. Estas conductas reiteradas o no, pueden ser constitutivas de separación personal y
de divorcio sanción que pueden producir daños de orden moral; ya sea que lesionen derechos subjetivos matrimoniales de orden
extra patrimonial (como por ejemplo las infidelidades) o del patrimonial (como podría ocurrir en el caso de los actos simulados
fraudulentos de uno de los cónyuges en perjuicio de los derechos del otro en el caso de los bienes gananciales). Incluso, si
analizamos detalladamente las secuelas psicológicas y las bases de cada caso de separación o de divorcio en concreto, podríamos
encontrar que también pueden ser susceptibles de ocasionar daño moral. Con respecto a la prueba de esta clase de daño, surge
de la demostración de los hechos mismos constitutivos de las causales invocadas, según las reglas generales de la materia,
en este caso las de familia; y le corresponderá, en todo caso, al responsable, la demostración de la existencia de alguna situación
objetiva que permita excluir en el caso en concreto ese tipo de daño o que disminuya su entidad. El daño moral, entonces, se
deduce por los propios hechos ilícitos que han perjudicado a la persona en sus afecciones más íntimas , en su integridad
física o psíquica o en ambas, en su honor, etc. Sin necesidad, incluso, de demostrar especialmente la pena o el dolor del
sujeto o su trascendencia familiar o social” (el resaltado y subrayado es agregado) (véanse en un sentido similar los votos de
esta Sala números 195, de las 10:00 horas del 5 de marzo de 2008; 162, de las 11:20 horas del 29 de enero y 204, de las 10:25
horas del 10 de febrero; estas dos últimas de 2010). De lo anterior se colige que el juzgador puede establecer el monto del daño
moral según los antecedentes probatorios que consten en autos, sin necesidad, incluso, de acudir a prueba técnica especializada
para tal efecto. Además, es importante destacar que las probanzas constantes en el expediente, le dan a la persona juzgadora los
elementos suficientes para determinar la procedencia de la pretensión y la cantidad a fijar por dicho concepto” (Sala Segunda de la
Corte Suprema de Justicia, voto nº 680-14 de las 8:15 horas del 4 de julio del 2014).
VI.- SOBRE LA EXISTENCIA DEL DAÑO PATRIMONIAL.- El señor [Nombre 002], señala como hechos constitutivos de los daños
que reclama, que al ser él pastor de una iglesia, el divorcio le generó una afectación a su imagen pública, pérdida de miembros de
la congregación y ausencia de invitaciones a enseñar en otros países. Para sustentar su reclamo ofreció el testimonio de sus tres
hijos: [Nombre 015], [Nombre 020] y [Nombre 017] , todos [Nombre 008]. Es criterio de la Sala que de éstas deposiciones no puede
concluirse en la necesaria relación causal entre el hecho de la separación y los hechos alegados por el demandado como
causantes del daño. El primero en declarar fue [Nombre 020], a quien le preguntaron si después del año [Valor 005], que se dio la
separación, la actividad de su papá ha seguido o ha bajado, si la separación repercutió en la actividad laboral y en consecuencia
en los ingresos, a lo que respondió: “ Sí, si ha repercutido, ha bajado significativamente, previo a esta situación mi papá era una
persona que salía del país más o menos puede decir que unas dos veces al mes durante algunos períodos y mínimo una vez al
mes y eso dejó de ser, no es así dentro del país y eso también ahorita no es, no es así, las invitaciones prácticamente son nulas
cuando antes había que escoger entre una u otra o acomodar fechas de modo que se pudiera cubrir todo el calendario, las
invitaciones ahorita son nulas y es por este motivo, no por ningún otro” y agregó: “ …es mal visto y eso ha repercutido en las
invitaciones, inclusive ha repercutido en el cotilleo, ha sido tema de predicación en otras iglesias, tema de ganar partido de otras
personas de otras iglesias evangélicas protestantes sin saber los fondos o el fondo de la situación, si ha sido mal visto, si ha
repercutido y hasta el día de hoy repercute” (folio 223 frente). En cuanto a las declaraciones dadas por la testigo [Nombre 015], ella
expresó: “…cuando ella ha tenido la oportunidad trata de menoscabar esa imagen pública que él tiene como pastor, entonces
considero que sí ha tenido la oportunidad de hacer eso y si lo ha hecho” (folio 224 frente), también dijo que la situación afectó a
don [Nombre 002] a nivel psicológico, personal, patrimonial y laboral. Sin embargo tal deponente no indico hechos concretos que
sustenten sus apreciaciones. Por último declaró [Nombre 017], quien señaló: “ …hemos visto una disminución en los miembros de
la congregación, en la cantidad de miembros, obviamente eso también bajo los ingresos de la congregación, sus salidas al
extranjero disminuyeron también bastante después de la separación, entonces pienso que sí ha afectado bastante el tema de la
separación al trabajo ministerial de mi papá” (folio 226 frente). Según se advierte, se trata de apreciaciones personales de los hijos
de las partes, sin fundamento objetivo alguno. Además se cuenta con la declaración de dos de los testigos aportados por la actora.
[Nombre 018], quien fue miembro de la Iglesia [Nombre 002] hasta el año 2014, narró que como a los dos años de estar en la
congregación, se dio la salida de algunas personas, pero nunca los buscó para preguntarles por qué se habían ido. Y agregó que
después se enteró que se fueron porque no les gustaba el manejo financiero de la congregación. También indicó que en el
Ministerio se vendían libros y que don [Nombre 002] era invitado periódicamente a dar conferencias, especialmente en Estados
Unidos. Cabe advertir que él no era parte de la congregación en el año [Valor 005], cuando las partes de este proceso se
separaron, además, él indicó que no le consta si estaban separados cuando él ingresó, por lo que no puede declarar si hubo un
cambio o no con ocasión de la terminación de la relación. Por su parte, [Nombre 007], quien también fue miembro de la iglesia en la
que el señor [Nombre 002] es pastor indicó que sí se vendían libros, no muchos, pero que se vendían más fuera del país. Añadió
que don [Nombre 002] salía del país “ n o digamos que a cada rato, pero si con frecuencia, sí, si salía”. También dijo que las
invitaciones se mantuvieron a cierto ritmo. Tampoco da este testigo, una declaración conteste de la cual permita inferirse el
supuesto daño patrimonial alegado por el demandado. Del análisis realizado, se concluye que en el expediente no existe prueba
que permita acreditar de forma concreta la existencia del daño reclamado. Tampoco puede admitirse, como se alega en el recurso
del señor [Nombre 002] , que el divorcio le haya causado los daños patrimoniales que alega, por cuanto este fue convenido entre
las partes, es decir, fue un acto consensuado por él. Aunado a ello debe tomarse en cuenta que el señor [Nombre 002] al tomar la
decisión de divorciarse por mutuo consentimiento, asumió el riesgo y las consecuencias que pudieron derivarse del mismo, de
manera tal, que si ello repercutió en su trabajo pastoral no es atribuible a su ex pareja. Cabe destacar que no es cualquier hecho el
que automáticamente causa el deber de retribución, pues tiene que demostrarse que la acción que se aduce como generadora de
dicha responsabilidad, fue realizada con dolo o culpa y que, además, produjo un daño cierto, medible e indemnizable, que debe
necesariamente probarse. En este caso, no se aprecia ninguna acción dolosa o culposa ejecutada por doña [Nombre 001] que
haya perjudicado al demandado, como tampoco existe prueba que demuestre que las eventuales disminuciones en el patrimonio
del actor fueron producto de la acción de la actora. Lo expuesto no es otra cosa que supuestas consecuencias del divorcio, que
incluso, tampoco fueron probadas, pues hay testigos que señalaron que la pérdida de congregación se debió a una disconformidad
por malos manejos económicos. En síntesis, las infracciones reclamadas en el recurso no se produjeron, pues el reconventor no
demostró haber sufrido daño alguno por parte de doña [Nombre 001] que sea susceptible de indemnización, razón por la cual el
recurso interpuesto por don [Nombre 002] debe declararse sin lugar.
VII- COLORARIO.- Por lo anterior considera esta Sala que lo procedente es declarar sin lugar el recurso, con sus costas a
cargo del promovente (artículo 611 del Código Procesal Civil).
POR TANTO:
Se declara sin lugar el recurso de casación con sus costas a cargo del promovente.

Orlando Aguirre Gómez

Julia Varela Araya Luis Porfirio Sánchez Rodríguez

Héctor Luis Blanco González Flora Marcela Allón Zúñig a


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Es copia fiel del original - Tomado del Nexus PJ el: 12-10-2022 11:51:15.

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